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EL NAZISMO EN ALEMANIA
El nazismo o nacionalsocialismo (en alemán Nationalsozialismus) fue un
movimiento político e ideológico alemán de extrema derecha. Fue impulsado por el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), también llamado Partido Nazi, y por su líder, Adolf Hitler. Fue la variante alemana del fascismo surgido en Italia en 1919. La ideología del nazismo combinaba un proyecto de crecimiento económico con valores reaccionarios, una política nacionalista y totalitaria y un racismo extremo que se dirigió especialmente contra los judíos. El nazismo llegó al poder en 1933 y se propuso instaurar un tercer imperio alemán (el llamado Tercer Reich), lo que desencadenó la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Con el nazismo en el poder, Alemania pasó rápidamente a ser una dictadura y a militarizar la sociedad. Se construyó un régimen de partido único que depositó la totalidad del poder político en Adolf Hitler, quien fue llamado Führer (“guía” o “líder”). Mediante un elaborado aparato de propaganda, se presentaba a Hitler como el líder destinado a recuperar la antigua gloria perdida de Alemania. El racismo de la ideología nazi sostenía la existencia de razas superiores (la “raza aria”) e inferiores o Untermenschen (como los judíos, gitanos o eslavos). Esto llevó a justificar la violencia desplegada contra los judíos y otros sectores sociales, acusados de ser responsables de las dificultades económicas que atravesaba Alemania en la década del treinta. De este modo, se emprendieron medidas para la deportación forzada o la reclusión en campos de concentración de judíos europeos y otros grupos sociales. Durante la Segunda Guerra Mundial, se puso en práctica un plan de exterminio sistemático de estas poblaciones. Tras la derrota alemana en la guerra, el régimen nazi dejó de existir. SINTESIS El nazismo surgió en Alemania durante la República de Weimar, instaurada luego de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. La firma del Tratado de Versalles en junio de 1919 había sometido a Alemania a una serie de condiciones políticas y económicas humillantes, como el pago de costosas reparaciones de guerra. El resentimiento, la inconformidad, las precarias condiciones de vida y la sensación de haber sido traicionados por los políticos tradicionales fueron algunos de los sentimientos que se manifestaron en la sociedad alemana y que buscó representar Adolf Hitler. Además, desde el comienzo del siglo XX un fuerte sentimiento pangermanista (orientado a unir a todos los pueblos de origen germánico en una sola nación) había anidado en las poblaciones germanas de Europa, dentro y fuera de Alemania. Muchos anhelaban construir una nación poderosa que los reuniera, o como el propio Hitler propuso más adelante, “un Reich que dure mil años”. Fue así que en 1919 Hitler se unió al Partido Obrero Alemán (DAP), cuya prédica nacionalista lo había cautivado, y pasó a ser uno de sus líderes y máximos oradores. Luego reformó el partido, que pasó a llamarse Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), y Hitler comenzó a ser llamado Führer e inició una carrera por conquistar el poder político. En medio de un clima de crisis generalizada del que se culpaba a los socialdemócratas, que tenían una presencia destacada en la República de Weimar, los nazis crearon en 1921 sus propias tropas de choque, las SA (Sturmabteilung), también conocidas como “camisas pardas”, con las que hacían desfiles, controlaban los mítines del partido e intimidaban a sus oponentes. En 1923, Hitler intentó dar un golpe de Estado en Munich, influido por el éxito de la Marcha sobre Roma de Mussolini en Italia, pero fracasó y fue encarcelado. Durante sus años en la cárcel comenzó a escribir su libro “Mi lucha”, en el que expuso sus ideas políticas y su doctrina racista.