Bloque 6

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BLOQUE 6.

1: REVOLUCIÓN LIBREAL EN EL REINADO DE ISABEL II

INTRODUCCIÓN

El reinado de Isabel II se va a diferenciar en un periodo de regencias hasta que esta tiene la


mayoría de edad y pueda gobernar 1843, durante su reinado se va a consolidar el liberalismo,
los dos partidos que lucharan por el poder serán moderados y progresistas esto dará como
resultado varias constituciones. Fuera del sistema político quedan los carlistas que reclamaran
el trono mediante las 3 guerras carlistas.

1.LA MINORIA DE EDAD DE ISABEL II

1.1. LA REGENCIA DE MARIA CRISTINA (1833-1840)

A. LA PRIMERA GUERRA CARLISTA.

El problema inicial era que Isabel II era mujer y a pesar de que su padre derogara la Ley
y Sálica mediante la Pragmática sanción para que esta pudiera acceder al trono su
hermano Carlos Mª Isidro no lo acepta y cuando Fernando VII muere a través del
manifiesto de Abrantes reclama el trono desde Portugal, iniciándose así una guerra
que dividió la política:

- Isabelinos: altas jerarquías del ejército, la Iglesia y el Estado + liberales que


vieron la posibilidad del triunfo de sus ideales en la defensa de los derechos de
Isabel. Contó con el apoyo de GB, Francia y Portugal.

- Carlistas: pequeños nobles rurales, parte del bajo clero y muchos campesinos
de determinadas zonas del país, en las que triunfaron el absolutismo y el
inmovilismo absoluto. Su programa ideológico-político se podía sintetizar con el
lema “Dios, Patria, Fueros, Rey”. Contó con el apoyo de Rusia, Prusia y Austria.

DESARROLLO DEL CONFLICTO

Las primeras partidas carlistas se levantaron en 1833, el conflicto pasó por dos fases:

1) Los carlistas bajo la dirección del general Zumalacárregui. Emplearon la táctica de


guerrillas y controlaron el País Vasco, Navarra y Aragón, esta última al mando del
general Cabrera, pero no pudieron unificar su territorio ni conquistar ninguna capital.
A esto se le sumó la muerte de Zumalacárregui en el cerco de Bilbao, quedándose así
los carlistas sin su estratega.

2) (1836-1840), la guerra se decantó hacia el bando liberal, a partir de la victoria del


general Baldomero Espartero en Luchana (1836), que puso fin al sitio de Bilbao. Los
insurrectos se decantaron por nuevas estrategias, las más importante fue la
expedición real de Carlos Mª Isidro en 1837 que apunto estuvo de tomar Madrid.

La debilidad del carlismo provocó discrepancias entre los partidos. Finalmente, el


general Maroto acordó la firma del Convenio de Vergara (1839) con Espartero,
estableciendo el mantenimiento de los fueros de las Provincias Vascas y Navarra y
integración de la oficialidad carlista en el ejército real. Sólo los partidos de Cabrera
continuaron resistiendo en la zona del Maestrazgo hasta su derrota en 1840. Carlos Mª
Isidro abandona España.

B. LOS GOBIERNOS MODERADOS Y EL ESTATUTO REAL DE 1834.

El testamento de Fernando VII establecía la creación de un consejo de gobierno para


asesorar a Mª Cristina, este estuvo presidido por Francisco Cea Bermúdez y
compuesto, en su mayoría, por monárquicos reformistas.

La única reforma emprendida fue la nueva división provincial del país en 49 provincias.
Promovida por Javier de Burgos. La falta de reformas y la extensión de la insurrección
carlista hicieron que el trono isabelino empezara a tambalearse. Así, Mª Cristina llamó
a Francisco Martínez de la Rosa y se crea el Estatuto Real en 1834, un conjunto de
reglas para la convocatoria a Cortes. No reconocía la soberanía nacional, esta se
basaba en el rey y las Cortes. Estas cortes bicamerales: Cámara de Próceres
(aristocracia, alto clero, propietarios e intelectuales nombrados por el rey) y Cámara
de Procuradores, elegida por sufragio universal censitario muy restringido.

La insuficiencia de reformas llevó a que los liberales terminaran por dividirse en dos
grupos: moderados y progresistas.

C. LAS REFORMAS PROGRESISTAS, DESAMORTIZACIÓN ECLECIÁSTICA Y LA


CONTITUCION DE 1837.

La guerra carlista y la desastrosa situación de la Hacienda Pública provocaron una


crispación social y política que dieron lugar a violentas insurrecciones populares.
Entonces, Mª Cristina se vio obligada en 1835 a poner al frente del Gobierno a Juan
Álvarez de Mendizábal cuya pieza política maestra fue la Desamortización
eclesiástica, decreto de 1836 por el que se ponían a la venta los bienes raíces del clero
regular. La reforma agraria pretendía sanear la deuda pública y buscar apoyos sociales,
aunque se produce la ruptura con el vaticano.

El estilo personalista de gobernar provocó un rechazo hacia Mendizábal, que fue


sustituido por Francisco Javier Istúriz, de tendencias más moderadas. Ante esto se
sublevan las Milicias Nacionales y sargentos en la Granja de San Ildefonso en 1836,
obligando a la regente a restablecer la Constitución de 1812 y nombrar al progresista
José Mª Calatrava presidente del Gobierno, quien a su vez nombró a Mendizábal
nuevo ministro de Hacienda. Nuevo Gobierno suponía el triunfo liberal.

Las Cortes redactaron una nueva constitución, La Constitución de 1837, de carácter


progresista, pretendía ser un consenso entre las 2 corrientes del liberalismo y se
basaba en los principios de la soberanía nacional, división de poderes y reconocimiento
de derechos individuales. Los cambios más destacados fueron:

- Se reforzó el poder de la Corona, tenía derecho a veto.


- Las Cortes eran bicamerales: el Congreso de Diputados y el Senado
- El Estado mantiene el culto católico
- Sistema electoral censitario y muy restringido (4% población con derecho a
voto)
- Amplia declaración de derechos ciudadanos.
- Ayuntamientos con autonomía política y de gestión.
- Recuperación de la Milicia Nacional.

En las elecciones de octubre de 1837, los moderados consiguieron llegar al poder, este
gobierno presentó “La Ley de Ayuntamientos” en el que el nombramiento del alcalde
correspondía al gobierno que lo escogería entre los concejales electos. Esto provocó
una oposición progresiva y la salida de la Regente Mª Cristina a Marsella en 1840 quién
se vio obligada a cederle su regencia a Baldomero Espartero tras varios intentos
fallidos de conciliar las tendencias políticas entre progresistas y moderados.

1.2. LA REGENCIA DE ESPARTERO (1840-1843)

El forzado exilio de la regente hizo que fuera necesario prolongar la regencia, y vino a
ejercerla el general Espartero, el caudillo victorioso en la guerra civil, que ocupó el
poder en nombre del progresismo, despechó a los grandes políticos, esto fue
malquistando las simpatías no solo ya de los moderados, que le vieron llegar con
disgusto, sino de gran parte de progresistas.

En el campo económico se hallaban divididas las opiniones del país entre


librecambistas y proteccionistas. Espartero era partidario del librecambismo y lo
primero que hizo fue rebajar los aranceles, hundiendo importantes industrias del país.
La protesta de los industriales fue inmediata, sobre todo, en Cataluña. Pronto
Barcelona apareció en abierta rebelión y Espartero la hizo bombardear desde el castillo
de Montjuich y la ciudad se entregó, pero la indignación creció aún más. Pronto se
alzaron otras ciudades en un movimiento que dirigía una coalición de mod y prog ☹.

Verano 1843, un nuevo pronunciamiento del General Narváez puso de manifiesto que
Espartero apenas tenía ya partidarios y emigró a Inglaterra. Lo que obligó a adelantar
la mayoría de edad de la reina.

2.LA MAYORIA DE EDAD DE ISABEL II (1843-1868)

2.1. LOS PARTIDOS POLÍTICOS:

- El partido carlista: representaba una vuelta al Antiguo Régimen.


- Los moderados: partidarios del poder compartido entre las cortes y la corona, con más
atribuciones a esta última. Pretendían un Estado y una administración muy
centralizados.
- Los progresistas: partidarios de la soberanía nacional. Pretendían robustecer los
poderes locales. Su creencia política se basaba en el librecambismo.
- Unión liberal: surgió en la década de 1850, era un término medio entre moderados y
progresistas. Eran partidarios de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Partido Demócrata: fundado en 1849. Defensores de la soberanía popular representada
por las Cortes, del sufragio universal masculino, de la limitación de los poderes del rey
al mínimo y del apoyo a los poderes locales elegidos democráticamente.

Los partidos políticos recurren a los espadones, generales que encabezan los pronunciamientos
militares, que tiene como objetivo llevar a un partido político al poder ya que ellos son incapaces
de establecer sus ideologías.

2.2. DÉCADA MODERADA (1844-1854). LA CONSTITUCIÓN DE 1845.

Tras las elecciones de 1844, accedía al gobierno el general Narváez. La labor legislativa se centró
en la Constitución de 1845 de carácter moderado que establecía la soberanía compartida entre
el rey y las Cortes. El senado pasa a ser enteramente de designación real. Unidad católica en
España y se establecía un sufragio censitario muy restringido 1%. Los Ayuntamientos y
diputaciones quedaron sometidos a la Administración central y se suprimió la Milicia Nacional.

El concordato con la Santa Sede de 1851 resolvió momentáneamente el problema provocado


por la desamortización eclesiástica.

Hubo una serie de reformas administrativas y leyes:

- Ley de Mon-Santillán 1845, se refundieron los impuestos con el fin de racionalizar su


cobro.
- Se creó el Código Penal (1848) y el proyecto de Código civil.
- Se reforzó la estructura centralista con el fortalecimiento de los gobiernos civiles y
militares en cada provincia.
- Se creó la Guardia Civil en 1844 por el duque de Ahumada.
- La ley de Ayuntamientos 1845
- Se implantó un sistema nacional de instrucción pública que regulaba los diferentes
niveles de enseñanza y elaboraba los planes de estudio. Esto completó la ley Moyano
de 1857.

Durante este período tuvo lugar la 2ª Guerra Carlista (1846-1849) ya que la boda de Carlos VI
con su prima Isabel II fracasó.

2.3. EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)

Un grupo de militares al mando del general O’Donnell protagonizaba un enfrentamiento


militar en Vicálvaro, conocido como “Vicalvarada”. Tras la batalla, los sublevados se retiraban
a Madrid donde se sugirió que el pronunciamiento tuviera un giro civil, por lo que se le
encargó a Cánovas del Castillo la elaboración del Manifiesto de Manzanares en el que se
pedía un programa propio del partido progresista.

La Vicalvarada acabó derivando en un alzamiento de tipo popular (17-19 de julio de 1854).


Entonces la reina llama al poder a Espartero. Se inicia una nueva constitución 1856 (non nata).
Era de carácter progresista: defendía la soberanía popular, recuperaba la milicia nacional,
establecía un parlamento bicameral, defendía la libertad de imprenta, elección directa de
alcaldes y libertad religiosa.

Lo más importante fue el ambicioso plan de reformas económicas, la reanudación de la obra


desamortizadora llevada a cabo por el ministro Pascual Madoz en 1855 (ley de
Desamortización General) que completó la desamortización eclesiástica de Mendizábal. Su
objetivo era aumentar los recursos de la Hacienda Pública para la construcción del ferrocarril
vídeos de las obras de carácter público. La burguesía fue la gran beneficiaria.

La construcción de las líneas del ferrocarril se inició en 1855 con la Ley General de ferrocarriles.

Las medidas reformistas del bienio no remediaron la crisis de subsistencia que movilizó el
pueblo en las revueltas de 1854, generando un clima grande de conflictividad social que
provocó levantamientos con asaltos e incendios a fábricas y eso significó la irrupción del
movimiento obrero en la escena política del país.

Ante esta situación, la reina obligó a dimitir a Esparto, y lo sustituyó por O’Donnell, cuyo
partido, la Unión Liberal repuso la Constitución de 1845 con un Acta Adicional. Este gobierno
fue breve. Volvió Narváez al gobierno suprimiendo el Acta Adicional e interrumpiendo la
desamortización.

2.4. LA UNIÓN LIBERAL (1858-1863)

Una nueva oportunidad para la Unión Liberal fue el gobierno largo de O’Donnell. Periodo de
gran estabilidad está marcado por una política exterior activa y agresiva, tal y como se mostró
en la Guerra de África (1859-1860), cuyo objetivo era crear un sentimiento patriótico que
desviase la atención de los problemas internos, y reforzar las posiciones españolas en el
sultanato marroquí.

La paz y tranquilidad animaron a la inversión y generaron un clima propicio para la industria


metalúrgica. Pero la oposición política de progresistas y demócratas y las constantes
injerencias de la reina en el gobierno llevaron en febrero de 1863 admitir a o’Donnell.

2.5. LA CRISIS DEL RÉGIMEN ISABELINO (1863-1868)

Esta etapa supuso el retorno de Narváez al poder y la reposición de los antiguos principios del
moderantismo que impuso de nuevo la forma autoritaria de gobierno ejerciendo una fuerte
represión contra los opositores.

La reina estaba cada vez más desprestigiada. Los escritos de Castelar criticaban a la reina por
no haber cedido su patrimonio para reducir la deuda pública. Castelar fue separado de su
cátedra y como consecuencia se produjeron violentas manifestaciones estudiantiles de la
noche de San Daniel el 10 de abril de 1865. En 1866 tuvo lugar la sublevación de los sargentos
del cuartel de San Gil que comportó un levantamiento popular en Madrid. La situación del
Gobierno empeoró a raíz de la crisis de subsistencia que provocó el aumento de precios y el
descontento popular.

Finalmente, progresistas, demócratas y republicanos, más tarde también los unionistas cómo
firmaron el pacto de Ostende, en Bélgica 1866 con el que se comprometían a derrocar a Isabel
II. El 18 de septiembre de 1868, el almirante Topete se subleva en Cádiz, iniciándose la
Revolución Gloriosa (1868). El día 19 se emite la Proclama de Prim, símbolo de la Revolución
que finalizaba con el grito de “Viva España con honra”, y tras la victoria revolucionaria en
Alcolea, Isabel II se exilia.

CONCLUSIÓN

Ahora nos adentramos en el Sexenio Democrático (1868-1874). Uno de los periodos más
agitados ya que se destrona a Isabel II, se intenta introducir la dinastía de Saboya, se
proclama la Primera República, y finalmente la restauración de los Borbones.

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