Sermón No. 1 - Qué Es Lo Sublime Acerca de La Gracia

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¿Qué es lo sublime acerca de la gracia?

Pastor Robert Morris


Sermón No. 1/8

Vamos a comenzar una nueva serie llamada Sublime gracia. Así que extiéndanme gracia, ¿sí? Sublime
gracia.

Muy bien. Entonces… El título de este mensaje es: ¿Qué es lo sublime acerca de la gracia? Sé que es el
título de un libro de hace algún tiempo, un libro muy bueno. Yo lo leí y me encantó.

Sin embargo, hace un par de meses, cuando el Señor puso esta serie en mi corazón, yo estaba en mi
tiempo de estudio y dije: “Señor, ¿por qué quieres que enseñe sobre la gracia? Quiero saberlo. Conozco la
doctrina de la gracia, la teología de la gracia y sé lo importante que es para nosotros creer en la gracia,
pero ¿por qué quieres que enseñe sobre la gracia?”.

Y sentí que me dijo esto. Sentí que dijo: “Mira a tu alrededor; solo observa. ¿Cuántas personas no conocen
la gracia de Dios y no entienden la gracia de Dios, aun si son creyentes? ¿Cuántos creyentes viven con una
sensación de vergüenza y condenación y temor al fracaso? ¿Y, cuántos creyentes tratan de aparentar y son
perfeccionistas? ¿Y cuántos tienen heridas paternas? ¿Cuántos viven desanimados y deprimidos porque
nunca dan la talla?

Ayer, cuando venía al servicio, hice una parada en una tienda en el camino. Cuando salí de la tienda, había
una joven de unos veinte años, hablando por teléfono. Y ella lloraba y decía: “Sí, pero ustedes dijeron…
ustedes dijeron”. No lo escuché de ella, pero me vino el pensamiento de que ella se sentía tan rechazada
por sus amigos en ese momento.

Entonces, quiero que comprendamos cuán sublime es la gracia en verdad. Es tan sublime y hay tantos
malentendidos acerca de ella.

Tengo un buen amigo, un buen amigo, un maravilloso hombre de Dios y maestro en el cuerpo de Cristo.
Es un gran hombre, pero no entiende la gracia. Así que nos reunimos para hablar del asunto. Una de las
cosas que me dijo fue que la gracia es como los remos en un bote. Dijo: “Estamos en un bote y hay una
corriente que nos jala hacia el infierno, y Dios ha provisto esos remos, esa es su gracia”. Además, dijo: “Si
continuamos remando, llegaremos al cielo”. Esa es la forma en que él pensaba sobre la gracia. “Pero si
dejamos de remar, nos vamos al infierno”.

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Les diré algo, eso no es sublime gracia, eso es uno tratando de ser sublime, pero no se puede. Solo Dios
es sublime.

Así que nos reunimos y hablamos. Él dijo: “Bien, Robert, te diré lo que siento al respecto”. Dijo: “dime si
me equivoco”. Yo respondí: “Bueno, probablemente lo haga”. Y me habló acerca de la gracia. Dijo: “Hice
una encuesta con 100 pastores y les pregunté ‘¿qué es gracia?’”. La respuesta del noventa y algo por
ciento de ellos era muy similar a la clásica frase ‘favor inmerecido’ o la tradicional ‘favor no merecido’. Solo
algunos de ellos dijeron, ‘empoderamiento divino”. Y agregó, “Creo que están totalmente equivocados.
Yo pienso que la gracia es una facultad divina de Dios”.

Y continuó hablando unos veinte o treinta minutos para explicármelo y asegurase de cubrir todos los
puntos. Dijo, “Bien, ¿me equivoco?”. Yo dije: “cien por ciento, estás cien por ciento equivocado”. Y ambos
nos reímos. Todavía somos buenos amigos. Siento mucho respeto por él, aunque esté equivocado. Yo
estoy en lo correcto, el equivocado es él.

Pero… Entonces dijo, “¿qué es lo que está mal?”. Le respondí: “Es la pregunta que hiciste. Preguntaste
qué es la gracia y no preguntaste qué hace la gracia”. Uno de los aspectos de la gracia es que sí nos
faculta de manera divina para vivir una nueva vida en Cristo, pero es el favor y la bondad de Dios que no
merecemos, de los cuales somos indignos y no los podemos ganar. Eso es.

Así que permítanme, y si quieren escribir lo que acabo de decir: Gracia es el favor y la bondad de Dios que
no merecemos, de los cuales somos indignos y que no los podemos ganar. Eso es.

Entonces, quiero desarrollar un poco estos tres conceptos; solo quiero poner una base para nuestra serie.
Esta es el número uno: No la merecemos.

1. No la merecemos

Efesios 2:8-9, dice: Porque por gracia habéis sido salvados —por gracia— por medio de la fe, (escuchen
esto) —y esto no de vosotros, es decir no por lo que remen— y esto no de vosotros, sino que es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Bien. Escuchemos esto con claridad. En los cielos no habrá quien presuma. Hay muchas personas que
presumen en la tierra ahora, pero en el cielo no habrá ninguna. No podrá decir: “yo seguí remando. Por
eso estoy aquí. Estoy aquí porque seguí remando. Tengo unos amigos que no siguieron remando; ellos no
están aquí. Pero yo sí, porque remé”.

La primera vez que usted vea las marcas de los clavos en sus manos, dirá: “¡Por eso estoy aquí! Esa es la
razón, estoy aquí por Jesús”. Es inmerecido, no lo ameritamos. Lo sorprendente es que cuando fuimos
salvos sabíamos que no lo merecíamos. Sin embargo, veinte años después, después de todo lo bueno que
hemos hecho para Dios, de alguna manera pensamos: “bueno, no me lo merecía antes, pero ahora estoy
más cerca”. No, hasta su justicia es como trapos de inmundicia. Lo mejor de usted ni siquiera se acerca a lo
peor de Dios.

Cuando pienso acerca de lo inmerecido, estaba hablando con mi hijo esta semana y le contaba acerca de
la serie sobre la gracia. Él dijo: “Papá, recuerdo haber recibido gracia en mi vida, muchas veces, pero
acabo de recordar una vez en particular”. Dijo: “Cuando estaba…”—él probablemente estaba en el
penúltimo año de bachillerato—“nos entregaron los anuarios y durante la hora de almuerzo, por alguna

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razón, un grupo de jóvenes, mis amigos, decidimos que sería divertido dibujar bigotes y barbas en las
fotos de los maestros en los anuarios”.

Cuando él regresó a casa, le dije: “¡Oye, te dieron tu anuario! Déjame verlo”. Él no me lo quería enseñar.
De todos modos, logré verlo. Tengo que reconocer que algunas de las damas en realidad, se veían… no,
olvídenlo.

Pero recuerdo haberle dicho: “Hijo, ¿te das cuenta de lo que hiciste?”. Él empezaba a notarlo. Dije: “Lo
arruinaste. Esto es algo que usarás para recordar dentro de unos años, pero lo arruinaste”. Y, Josh tiene un
corazón tan sensible que empezó a llorar. Recuerdo haberle levantado el rosto y le dije: “Hijo, mírame.
Mañana voy a ir a comprarte uno nuevo. Te voy a comprar uno nuevo”. Él me dijo: “¿Por qué harías eso?”.
“Porque eso es lo que hacen los padres, hijo”.

Eduqué a mis hijos, por el ejemplo de mi padre, con la intención de modelar la forma de ser de Dios, su
gracia... Mis hijos tienen cientos de ejemplos de gracia porque yo siempre, siempre preferí inclinarme por
la gracia, siempre. Dije: “Eso es lo que hacen los padres”. Le dije: “Te diré lo que hacen los padres, ellos
se hacen cargo del asunto cuando tú haces una bobada. Hijo, eso fue una bobada”.

La Escritura dice que “el amor cubre multitud de pecados”, esto es lo que pensé: “La gracia cubre multitud
de pecados tontos”. Ahora bien, no tienen que levantar la mano, pero… ¿alguna vez han hecho algo
tonto? ¡Es mejor que estén agradecidos por la gracia!

Entonces, no la merecemos. La segunda es: No somos dignos.

2. No somos dignos.

No éramos dignos antes y tampoco ahora. Aunque seamos maestros o líderes de grupo o lo que sea que
hagamos, no somos dignos.

Romanos 3:24, dice: “siendo justificados gratuitamente —sin ser dignos— por su gracia por medio de la
redención que es en Cristo Jesús”.

Esta palabra, gracia, quiero explicar su significado en griego. Nuestra pronunciación en español es charis.
La voy a poner en pantalla para que vean cómo se escribe. Está bien decirlo así, pero no se pronuncia de
esa manera. La “C” en griego es silenciosa, de manera que esta palabra en realidad se pronuncia: Ha-ris.
La “H” se pronuncia como “J”. Así que si yo digo “La palabra griega es Jarís”, muchos de ustedes no la
reconocerían porque solo sabemos “Charis”. De hecho, hay muchas personas que nombraron a sus hijas
“Charisa”, eso está bien. No vayan a casa y empiecen a llamarlas Jarís, ¿de acuerdo? Charisa está bien.

Un amigo que me dijo: “Estamos pensando nombrar a nuestra hija Caris”. Yo le dije: “Creo que deberías
pensarlo bien”. Me respondió: “¿Por qué? Le dije: “Porque tu apellido es Mático”. Caris-Mático.

Ya, está bien, lo que quiero es contarles un poco de esa palabra. Sí significa el favor inmerecido de Dios.
Esa es su definición. Pero quiero que sepan que esta palabra era un vocablo cultural antes de convertirse
en una palabra escritural. El Espíritu Santo eligió usar esta palabra, pero les diré el significado cultural de
este vocablo antes de que llegara a ser parte de las Escrituras. Implicaba, se refería a un regalo
benevolente de un superior a un subalterno; ese fue siempre su significado. En la cultura, cuando alguien
superior económicamente, o en bienes, veía a alguien inferior, no como persona sino en recursos, entonces

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si el superior le daba un regalo a esa persona de escasos recursos, entonces a eso se le llamaba gracia; eso
era “jarís”.

Pero implica, escúchenme con atención porque esto puede sorprenderlos, en realidad implica tres partes,
tres personas. Uno pensaría que involucraba solamente a dos, la persona que da y la que recibe, pero no
era así. (Y en griego, esas podrían ser las palabras más similares en español a las palabras en griego. -No
es idea mía-, estas podrían ser lo que eran en el griego). A la persona que proveía los bienes se le llamaba
patrocinador. El patrocinador. Y la persona que los recibía era llamada el cliente. Ahora, repito, no creo
que esas sean las palabras que debamos usar cuando hablamos del evangelio —decir clientes y
patrocinadores o cosas así— no estoy diciendo eso. Digo que esos eran los significados en el griego
cultural.

Entonces, el patrocinador (pongámoslo así) quizá era dueño de una tienda de zapatos y quería proveer
zapatos para unos niños en un orfanato; ellos serían los clientes, en ese caso. Pero, ¿quién es la tercera
persona? En toda transacción había una tercera persona. Repito, esta sería la palabra griega más cercana, a
él se le llamaba “agente”. El agente iba a la comunidad y veía las necesidades de los inferiores y reunía al
inferior con el superior. Pero hacía algo más. Los agentes, en realidad, pagaban por la mercancía. Si eran
veinte pares de zapatos, él pagaba por los zapatos. El patrocinador los proveía, los clientes los recibían,
pero el agente pagaba por ellos. ¿Le suena conocido? El “agente” es Jesús. Él nos reunió con el Padre,
pero, además, pagó en su totalidad por nosotros.

Cada vez que pienso en “pagado totalmente”… cuando yo era joven asistí a un colegio bíblico, quise decir
a una conferencia bíblica. Sí fui a la escuela bíblica, pero me refiero a una conferencia bíblica y allí, un
pastor llamado Dr. Edward Hill dio una charla. Nunca olvidaré el testimonio que compartió. Dijo que
cuando era joven le había dicho a su mamá: “Cuando crezca quiero ser pastor”. Su mamá dijo: “Bueno,
tendrás que ir a la universidad”. Él no pensó en nada de eso cuando era joven porque no lo entendía, pero
cuando creció se dio cuenta “no podré ir a la universidad”. Ellos eran muy pobres. Eran minoría. Ella era
una madre soltera y, en ese tiempo, no existían ayudas ni programas para minorías. No lo entendíamos,
nuestra nación no comprendía la necesidad en ese momento o estábamos ciegos ante esa necesidad. Así
que él pensó “nunca podré ir a la universidad”.

Y a medida que crecía empezó a preparar a su mamá para aceptar la idea. Solía decirle: “Mamá, todavía
voy a ser pastor, pero quizá no pueda ir a la universidad”. Ella respondía: “Hijo, vas a ir a la universidad”.
Él decía: “Mamá, no podemos pagarla”. Esto es lo que ella decía. Lo miraba directamente a los ojos y
decía: “Hijo, Dios proveerá”. Y cada vez que él sacaba el tema, ella decía “Hijo, Dios proveerá”.

De manera que lo envió a inscribirse. Él fue a inscribirse. Está allí parado… Recibe todos sus libros, su
horario, está haciendo fila para la inscripción, le faltan unas cinco personas para llegar y piensa: “estoy tan
avergonzado, tan apenado. No debería estar aquí. No tengo nada de dinero para pagar esta cuenta. Y la
fila seguía avanzando, le faltaban cuatro, luego tres, luego dos y una, y luego, cuando la última persona
salió, él dijo: “empecé a voltearme para salir corriendo, pero recordé a mi madre diciendo: “Hijo, Dios
proveerá”. Entonces, di un paso hacia la ventanilla y cuando lo hice, un hombre se puso a la par mía. Me
agarró la mano de esta manera y puso dinero en ella. Me vio directamente a los ojos y me dijo: ‘Hijo, Dios
proveerá’. Luego la señora dijo: ‘Sr. Hill, su cuenta es…’”. Y dijo que puso todo el dinero allí y ella lo contó
y era la cantidad correcta; era la cantidad exacta.

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Y esto fue lo que dijo. Él dijo; “Ella tomó mi cuenta y su sello y dijo: ‘totalmente pagado’”. Recuerdo haber
pensado por primera vez, “eso es lo que Jesús hizo. ¡Eso es lo que hizo Jesús! Él pagó totalmente”.

Entonces, no lo merecemos, no somos dignos, y esta es la tercera frase: no podemos ganarlo.

3. No se puede ganar

Romanos 11:6, dice: Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es
gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

Voy a substituir “gracia” y “obras” por “gratis” y “ganárselo”; ya que hemos recibimos el regalo gratuito
de Dios, el regalo gratuito de Dios en la salvación. Han sido justificados gratuitamente, recibieron
gratuitamente, ¿sí? Esto es lo que dice. Si es gratuito, no tiene que ganárselo; de lo contrario, no sería
gratis. Si tiene que ganárselo, no es gratis; de lo contrario lo ganado no sería ganado. Es uno o lo otro. La
gracia es gratuita o es ganada. Y si es gracia, no puede ser ganada. Eso es lo que dice. Si es un regalo, no
se puede ganar. Ya está pagado, pero no lo pagó usted, lo pagó Jesús.

Les mostraré una definición de la gracia que me sorprendió mucho. La encontré en la enciclopedia bíblica
Baker: Gracia es la dimensión de la actividad divina que faculta a Dios para enfrentar la indiferencia y
rebeldía humana con una capacidad inagotable para perdonar y bendecir. “Una capacidad inagotable para
perdonar y bendecir”. ¡Es gratis! ¡Es gratis!

Nunca le han dado un regalo de cumpleaños y cuando usted dice: “gracias”, ellos le responden: “Son
ochenta y seis dólares”. Cuando dije eso, en realidad pensé en algunos regalos que mis hijos me han dado
que sabía que yo los había pagado. Alguna vez abrió… sus hijos muy emocionados “¡Papá! Te compramos
un regalo de Navidad”. Lo abre y lo primero que piensa es “¿qué es esto?”. Lo segundo que piensa es
“¿cuánto me costó?”.

Todos mis hijos tuvieron tarjetas de crédito cuando estaban en el bachillerato y en la universidad en caso
de algún gasto o para poder echar gasolina al carro o alguna emergencia. Recuerdo, muy bien, que una
vez mi hija, Elaine, me dio un regalo para el Día del Padre. Yo dije: “¡Gracias!”. Ella me contestó: “Lo
cargué a tu tarjeta”. Bien los regalos son gratis, excepto los que vienen de sus hijos. Los regalos son gratis.

Recuerdo cuando iba a la universidad bíblica, yo creía que debíamos estudiar la historia de la iglesia, pero
no creía que debiéramos discutirla. Recuerdo que unos estudiantes estaban discutiendo sobre la gracia:
Gracia según Tertuliano, (de lo que ustedes probablemente nunca han oído), gracia Agustiniana, gracia
Pelagiana. O quizá alguno de ustedes ha escuchado: calvinismo, armenianismo. Aún tenemos líderes en el
cuerpo de Cristo discutiendo sobre el asunto.

Entonces, yo estaba en la universidad bíblica, acaba de ser salvo (ya ustedes conocen mi testimonio, había
salido de una vida terrible). Ellos estaban discutiendo sobre la gracia y yo pensaba, si tan solo, si tan solo
supieran que yo no debería siquiera estar aquí hoy, no debería estar vivo, mucho menos en la universidad
estudiando para el ministerio. Y ellos se voltearon y me dijeron: “Entonces, ¿qué piensas de la gracia?”. Yo
estaba tan abrumado, solo dije: “estaba perdido y Él me halló”. Ellos solo siguieron discutiendo. Yo creo
que Satanás ha procurado que haya polémica acerca de la gracia para que olvidemos que gracia es que
Cristo murió por nuestros pecados, eso es gracia.

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Quiero mostrarles una imagen de la gracia. Espero que nunca la olviden. Se trata de un padre y su hijo,
Rick y Dick Hoyt. Rick nació con el cordón umbilical alrededor de su cuello y debido a que le cortó el paso
del oxígeno a su cerebro por un tiempo, él nunca pudo hablar ni caminar. Sin embargo, cuando era niño
descubrieron que era extremadamente inteligente porque podían observar… sus ojos y se podía
comunicar. Dick y Judy, sus padres, le enseñaron el alfabeto, aunque él no podía hablar, podía usar sus
ojos.

En 1973, (ya se imaginarán la tecnología en ese entonces), ellos reunieron a un grupo de ingenieros,
quienes inventaron una computadora para él, en la que, con sus ojos, podía mover el cursor y resaltar
letras, y luego golpeaba la computadora con algo, como ratón, y dijo palabras por primera vez. Por
supuesto, esa tecnología ha ido avanzando y ahora se usa en todo el mundo. La inventaron para este
joven.

Cuando tenía 15 años, uno de sus compañeros de clase tuvo un accidente y quedó paralítico. Su
compañero de clase quedó paralítico, e iban a hacer una carrera de cinco kilómetros para recaudar fondos
para él. Por medio de la computadora, apachando letras, Rick le dijo a su papá: “Yo quiero correr en esa
carrera”. Entonces, su papá, quien no era un corredor, entrenó para poder empujar a su hijo en la silla de
ruedas en esa carrera. Después de la carrera, Rick le dijo a su papá: “Esa fue la primera vez en mi vida que
no me sentí incapacitado”.

Su papá continuó entrenando. Ahora, ellos han corrido setenta y dos maratones y doscientos cincuenta y
cinco triatlones. Por si no lo sabe, un triatlón es: casi cuatro kilómetros nadando, cuarenta y dos kilómetros
corriendo y ciento ochenta kilómetros en bicicleta. Cuando Dick nada, jala a Rick en una balsa inflable.
Cuando Dick va en bicicleta, Rick está sentado al frente de la bicicleta y cuando Dick corre, empuja a Rick
en una silla.

Quiero mostrarles una imagen de la gracia.

Canción: Mi Redentor vive

Yo soy el joven en la silla. Todo lo que he hecho es porque el Padre me ha estado empujando, jalando y
cargando. ¡Eso es gracia! Y todo lo que Él pide que usted haga es que se siente en la silla. En realidad, lo
que pide es que le permita ponerlo en la silla porque usted ni siquiera puede sentarse allí por sí mismo.

Quiero que inclinen su rostro y cierren los ojos. Queremos orar por ustedes hoy. Queremos ayudarles a
sentarse en la silla. No importa lo que estén atravesando en este momento, están aquí hoy por una razón
muy específica. Dios sabía que estarían aquí hoy y que están atravesando algo, y todo lo que Él dice es:
“¿Quieres sentarte en la silla?”. “¿Quieres sentarte en la silla?”. Para algunos de ustedes, Él dice:
“¿Quieres regresar a la silla?”. “Solo regresa a la silla”.

Queremos orar por ustedes. Si usted necesita darle su vida a Dios hoy, queremos orar por usted. Así es
como lo hacemos: tenemos una canción de adoración, una canción más de adoración. El servicio termina
después de esa canción.

En todos los templos, dentro de un momento, nos pondremos de pie, tendremos líderes al frente de cada
auditórium y cada salón auxiliar, sé que muchos templos están en sobrecupo en este momento. Habrá
líderes en las salidas del segundo nivel en el templo de Southlake. Si usted necesita oración por cualquier

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área de su vida, cualquier área de su vida: familia, salud, finanzas, relaciones, su relación con Dios, si
necesita oración… verá que otras personas se acercan, verá muchas personas viniendo por oración.
Solamente póngase de pie y salga, todos van a estar de pie, es fácil salir, venga al frente y dígale a uno de
los líderes “necesito oración”. Especialmente, si necesita entregarle el control de su vida a Jesucristo,
queremos orar por usted.

Decídase ahora mismo, no tiene que ser miembro de Gateway Church para recibir oración. Quizá sea su
primera vez con nosotros, o tal vez ha venido durante diez años. Si necesita oración por cualquier área de
su vida. Tan pronto como nos pongamos de pie, salga de su lugar y venga a uno de los líderes.
Permítanos orar por usted.

Espíritu Santo te pido que traigas a las personas, en todos los templos, a cada persona que necesita
oración. En el nombre de Jesús. Amén.

Versículos utilizados

Efesios 2:8 [LBLA] Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino
que es don de Dios;

Efesios 2:9 [LBLA] no por obras, para que nadie se gloríe.

Romanos 3:24 [LBLA] siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en
Cristo Jesús,

Romanos 11:6 [LBLA] Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es
gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

Baker enciclopedia de la Biblia [Traducción libre]: Gracia es la dimensión de la actividad divina que faculta
a Dios para enfrentar la indiferencia y rebeldía humana con una capacidad inagotable para perdonar y
bendecir.

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