Marc Van de Mieroop (Resumen)

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PROBLEMAS INICIALES

1.1. ¿QUÉ ES EL PRÓXIMO ORIENTE ANTIGUO?


El término "Próximo Oriente antiguo" se originó en el siglo XIX para referirse a los
restos del Imperio otomano en las costas orientales del Mediterráneo. Aunque hoy
en día se utiliza más comúnmente el término "Oriente Medio", los historiadores y
arqueólogos del mundo antiguo continúan utilizando "Próximo Oriente" para
referirse a esta región.
La definición geográfica del Próximo Oriente antiguo abarca desde la costa oriental
del Mediterráneo hasta el Irán central y desde el mar Negro hasta el mar Rojo. Esta
área incluye Mesopotamia, ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates en lo que hoy es
Iraq y el norte de Siria.
La historia del Próximo Oriente antiguo se caracteriza por la vaguedad de sus
fronteras geográficas y los cambios en la extensión de las áreas nucleares a lo largo
del tiempo. Mesopotamia destaca como una región clave en esta historia debido a
su rica historia cultural y política.
Los límites cronológicos de la historia del Próximo Oriente antiguo son ambiguos,
con diversas fechas utilizadas para marcar el comienzo y el final de este período.
Tradicionalmente, se considera el surgimiento de la escritura en Babilonia
alrededor del 3000 a.C. como el comienzo de la historia, mientras que la llegada del
helenismo con Alejandro Magno en el 331 a.C. a menudo marca el final.
La historia del Próximo Oriente antiguo se divide en períodos dinásticos, pero
también se reconoce la importancia de reconocer patrones básicos y cambios en las
formas de gobierno, desde las ciudades-estado hasta los imperios.
Mesopotamia juega un papel central en la historiografía del Próximo Oriente
antiguo debido a su extensa documentación escrita y su influencia cultural. Sin
embargo, se reconoce cada vez más que otras regiones del Próximo Oriente
también experimentaron desarrollos independientes y contribuyeron a la historia
de la región.

1.2. FUENTES
Las fuentes textuales del Próximo Oriente antiguo son abundantes y variadas.
Incluyen inscripciones en monumentos de piedra y tablillas de arcilla, que eran el
medio de escritura predominante en la región. Estos textos abarcan una amplia
gama de temas, desde registros económicos hasta literatura y religión.
Junto con las fuentes textuales, las fuentes arqueológicas desempeñan un papel
importante en la reconstrucción de la historia del Próximo Oriente antiguo. Las
excavaciones arqueológicas han revelado una gran cantidad de información sobre
la vida cotidiana, la arquitectura y otras aspectos de las civilizaciones antiguas de la
región.
Hay una correlación entre la centralización del poder político, el desarrollo
económico y la producción de documentos escritos. Por lo tanto, las fuentes
tienden a enfocarse en los momentos de mayor poder político y desarrollo
económico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las fuentes escritas a
menudo reflejan los puntos de vista de quienes ejercían el poder y pueden no
representar completamente la diversidad de experiencias en la sociedad antigua.
Los avances en la exploración arqueológica han influido en la comprensión de la
historia del Próximo Oriente antiguo. Las circunstancias políticas contemporáneas
han afectado dónde y cómo se pueden llevar a cabo las excavaciones arqueológicas,
lo que a su vez ha influido en las áreas de investigación y en la percepción de la
importancia relativa de diferentes civilizaciones en la región.
El texto también aborda las consideraciones terminológicas, como el significado de
los nombres geográficos y la evolución de su uso en el estudio de la historia y la
arqueología del Próximo Oriente antiguo.

1.3. GEOGRAFÍA
El Próximo Oriente se encuentra en la intersección de tres continentes: África, Asia
y Europa. La región está influenciada por la convergencia de tres placas tectónicas,
lo que resulta en una geografía diversa, que incluye montañas, valles fluviales,
desiertos y marismas.
A pesar de la percepción común del Oriente Medio como una extensión árida y
monótona, la región exhibe una gran diversidad de entornos naturales, que van
desde pantanos hasta desiertos y desde zonas deprimidas hasta montañas
elevadas. Esta diversidad crea una variedad de nichos ecológicos que han influido
en los modos de vida de sus habitantes.
La disponibilidad de agua es crucial para la agricultura y el sustento de la población
en el Próximo Oriente antiguo. Los ríos como el Tigris y el Éufrates son vitales para
la irrigación de cultivos, especialmente en las llanuras de Mesopotamia donde las
precipitaciones son escasas.
Aunque el clima del Próximo Oriente no ha experimentado cambios significativos
en los últimos diez mil años, las variaciones anuales y las posibles fases de sequía
han tenido consecuencias importantes para sus habitantes y su historia. Las
sequías podrían haber afectado la agricultura y el nivel de los ríos, lo que a su vez
podría haber contribuido a cambios políticos y económicos.
Las montañas, mares y desiertos han actuado como fronteras naturales que han
limitado la expansión militar y han condicionado los movimientos de población en
la región. Sin embargo, estas fronteras también han sido permeables, lo que ha
facilitado tanto la migración de personas hacia dentro y fuera de la región como la
interacción entre diferentes culturas y sociedades.

1.4. DESARROLLOS PREHISTÓRICOS


La agricultura fue un desarrollo crucial que permitió a las personas establecerse en
un solo lugar durante períodos prolongados. Se cree que el Próximo Oriente fue la
primera región en la que se inventó la agricultura, lo que llevó a una serie de
cambios tecnológicos y sociales.
La agricultura implicó la domesticación de plantas, principalmente cereales, y
animales como ovejas y cabras. Esto permitió a las comunidades controlar
directamente su suministro alimentario y llevar a cabo una vida más sedentaria.
Con la agricultura, las comunidades se volvieron más sedentarias y las aldeas
comenzaron a crecer en tamaño. Se desarrollaron nuevas técnicas de construcción
de viviendas y sistemas de almacenamiento de alimentos, como el uso de cerámica
cocida.
En las zonas más áridas, como Mesopotamia, se desarrollaron sistemas de
irrigación para llevar agua a los cultivos. Esto permitió que la agricultura se
expandiera a áreas anteriormente no aptas para el cultivo.
Se mencionan varias culturas prehistóricas importantes, como la cultura Hassuna,
Samarra, Halaf y Obeid, que mostraron una amplia distribución geográfica y
contactos comerciales a larga distancia.
Con el crecimiento de las comunidades, surgió una jerarquía social y la
centralización del poder. Los templos comenzaron a desempeñar un papel
importante como centros de poder y culto comunitario.
Se discute la dificultad de establecer una cronología precisa para la historia del
Próximo Oriente, debido a la falta de registros precisos y la necesidad de depender
de una variedad de disciplinas para datar eventos históricos.

ORÍGENES: EL FENÓMENO DE URUK

El período de Uruk en la antigua Mesopotamia, que abarcó desde aproximadamente


4000 a.C. hasta alrededor de 3100 a.C., marcó un momento crítico en la historia de
la región. Durante este tiempo, se produjeron una serie de innovaciones y
desarrollos que transformaron radicalmente la sociedad y sentaron las bases para
las civilizaciones posteriores. Aquí hay un resumen de los principales puntos
destacados:
Durante el período de Uruk, se observó un crecimiento significativo en el tamaño y
la complejidad de los asentamientos humanos. Uruk, una ciudad ubicada en el sur
de Mesopotamia, se convirtió en la primera ciudad propiamente dicha, marcando el
comienzo de la urbanización en la región.
El aumento de la población y la urbanización llevó a una mayor demanda de bienes
de consumo, como la cerámica. Esto condujo a cambios en la producción de
cerámica, con la adopción de métodos de producción en masa para satisfacer la
creciente demanda. Se abandonaron los estilos de cerámica más elaborados y
decorativos en favor de formas más simples y utilitarias.
Los cambios observados durante el período de Uruk fueron tan significativos que se
han comparado con la Revolución Industrial del siglo XIX en términos de su
impacto en la sociedad. Aunque la "revolución" urbana ocurrió hace miles de años,
sus efectos en la vida cotidiana y en diversos aspectos de la sociedad fueron
profundos y duraderos.
Junto con la urbanización, el período de Uruk también fue testigo del desarrollo de
formas más complejas de organización política y social, incluido el surgimiento de
los primeros estados. Además, se desarrolló la escritura cuneiforme, que
proporcionó un nuevo medio de comunicación y registro de información.
La urbanización y el desarrollo del estado también llevaron al surgimiento del arte
monumental, que reflejaba la creciente complejidad y sofisticación de la sociedad.
Estas obras de arte, como estatuas y relieves, a menudo celebraban a gobernantes y
deidades y reflejaban la relación cambiante entre el arte y la sociedad.

2.1. EL ORIGEN DE LAS CIUDADES


Se destaca que no es fácil definir qué es una ciudad en términos absolutos, ya que
depende de las circunstancias históricas. Se menciona que una característica
fundamental de una ciudad es que no existe de forma aislada y que actúa como un
centro neurálgico en su entorno geográfico.
Se considera que la primera auténtica ciudad en la historia universal apareció en el
sur de Mesopotamia, en Uruk, en el último cuarto del cuarto milenio. Se discute el
crecimiento gradual de los asentamientos y la especialización de actividades
económicas y profesiones.
Se describe cómo la especialización del trabajo llevó a una sociedad estratificada en
la que la ocupación profesional determinaba el rango en la jerarquía social. Se
menciona la importancia del templo como institución central que coordinaba la
recolección y redistribución de bienes, así como la aparición de administradores
especializados.
Se señala que el desarrollo urbano y económico de Uruk se basaba en la agricultura,
la pesca, la ganadería y la producción artesanal. Se destaca el papel del templo en la
organización de la economía y la sociedad, así como en la promoción de la
especialización del trabajo.
Se discute el rápido crecimiento demográfico de Uruk y su impacto en la estructura
social y económica de la ciudad y la región circundante.

2.2. EL DESARROLLO DE LA ESCRITURA Y LA ADMINISTRACIÓN


Desarrollo de la escritura:
● La burocracia permitió el control de la economía regional en los centros
urbanos durante el Período de Uruk Tardío.
● Se desarrolló un sistema de registro mediante textos en la ciudad de Uruk,
que sirvió como base para la escritura cuneiforme administrativa posterior.
● La escritura protocuneiforme se utilizó para llevar cuentas, registrando
cantidades y la identificación de personas u oficios involucrados en las
transacciones.
● Se utilizaron sellos, cilindros y otros dispositivos para garantizar la
legitimidad de las transacciones.
● Las bullae, esferas de arcilla con improntas de sellos, se utilizaban para
sellar y garantizar la autenticidad de las transacciones.
● Se desarrollaron sistemas de pesos y medidas para facilitar el intercambio de
bienes.
● La escritura cuneiforme se utilizaba para representar números y palabras,
con signos numéricos y signos ideográficos que representaban conceptos no
numéricos.
● Los textos léxicos proporcionaban listas de palabras que servían como guías
para escribir signos.

Diversidad lingüística y escritura:


● En el antiguo Oriente Próximo coexistían diversas lenguas, incluyendo
sumerio, acadio, amorreo, arameo, hitita, hurrita, elamita, entre otras.
● La escritura cuneiforme se adaptaba para escribir estas diferentes lenguas,
lo que refleja su importancia como sistema de escritura dominante en la
región.

Continuidad y evolución:
● Los elementos de la escritura, la administración y la cultura desarrollados en
el período de Uruk Tardío continuaron evolucionando y definiendo la región
del antiguo Oriente Próximo.
● Aunque hubo variaciones y cambios locales a lo largo del tiempo, muchos
elementos establecidos en este período permanecieron esencialmente
iguales a lo largo de la historia mesopotámica.

2.3. LA «EXPANSIÓN DE URUK»


Uruk se destacó como un centro inusualmente grande y complejo, con
aproximadamente 250 hectáreas, lo que sugiere su importancia como una
ciudad-estado. La falta de excavaciones en otras áreas del sur de Mesopotamia
dificulta determinar si ocurrieron procesos similares en esas regiones.
Susa, un gran centro en el suroeste de Irán, experimentó una influencia
significativa de Uruk durante el período de Uruk Tardío. Se encontraron evidencias
de cerámica típica de Uruk, así como precursores de la escritura protocuneiforme.
Susa se convirtió en una ciudad por derecho propio, extendiendo su influencia
cultural a otras partes de Irán.
En esta región, elementos de la cultura de Uruk aparecieron desde mediados del
cuarto milenio. Sin embargo, la influencia del sur varió en diferentes lugares.
Algunas áreas vieron el surgimiento de asentamientos urbanos importantes,
mientras que en otros lugares, la influencia de Uruk estaba limitada a ciertos
edificios o productos culturales.
La cerámica, la escritura protocuneiforme y la arquitectura son algunos de los
elementos culturales de Uruk que se encontraron en las regiones influenciadas.
Estos elementos tuvieron un impacto social significativo, contribuyendo al
surgimiento de centros urbanos y una jerarquía social.
Se sugiere que la influencia de Uruk podría haber alcanzado regiones más allá de
aquellas directamente influenciadas. Se menciona la posibilidad de que elementos
culturales similares a los de Mesopotamia hayan aparecido en Egipto, sugiriendo
posibles contactos a través de rutas marítimas.
Se plantean diversas teorías para explicar por qué se produjo la expansión de Uruk.
Además de la búsqueda de recursos raros, se sugiere que cambios demográficos e
ideológicos en el sur de Mesopotamia podrían haber motivado la expansión, con
nuevas élites emergentes buscando acceso a materiales exóticos y promoviendo
una ideología expansionista basada en la creencia en la influencia divina más allá
de los límites de la ciudad.

2.4. LAS REPERCUSIONES DE URUK


Algunos investigadores, como Robert Mc. Adams, sugieren que la diversidad
ecológica y la especialización de la producción agrícola promovieron el intercambio
y la necesidad de ciudades. Esto se relaciona con la teoría de que las ciudades
surgieron como resultado de la especialización de la mano de obra y la necesidad de
intercambio debido a la diversidad ambiental.
Algunos especialistas enfatizan el papel de la regulación burocrática y la
proliferación de herramientas de administración en el desarrollo de ciudades. Ven
el control del acceso a recursos como la madera y las piedras semipreciosas como
una fuente de legitimidad para las élites urbanas.
Otros sugieren que el intercambio a larga distancia fue fundamental para el
surgimiento de ciudades, destacando las interacciones de Uruk con áreas distantes
y la importancia del control sobre recursos raros para las élites urbanas.
Algunos estudios más recientes consideran fundamental el aumento de la
productividad de la mano de obra especializada y la necesidad de intercambio, así
como la presencia de una infraestructura fluvial adecuada para facilitar este
intercambio.
Se plantea la idea de que una élite se benefició de las nuevas condiciones urbanas,
dominando y explotando al pueblo. Sin embargo, también se ha sugerido que la
sociedad de Uruk era bastante igualitaria e intentaba distribuir la riqueza de
manera democrática.
Se hace una analogía con la Revolución Industrial del siglo XIX para entender por
qué las personas podrían haber preferido vivir en ciudades, a pesar de las
condiciones difíciles. Se sugiere que, al igual que en ese período, las ciudades
ofrecían más oportunidades de trabajo que las áreas rurales.
CIUDADES-ESTADO RIVALES: EL PERÍODO
DINÁSTICO ARCAICO

El período Dinástico Arcaico, que abarca aproximadamente 550 años, se centra en


Babilonia y marca un cambio significativo en la estructura política de la región tras
el declive de la influencia cultural de Babilonia sobre el Próximo Oriente al final del
período de Uruk.
Durante el Dinástico Arcaico, la región de Mesopotamia estuvo dominada por una
red de ciudades-estado que interactuaban y competían constantemente entre sí.
Estas ciudades-estado se convirtieron en los principales actores políticos de la
región, y Babilonia se destacó como uno de los centros más importantes.
Aunque el período se subdivide en diferentes etapas basadas en cambios estilísticos
en los artefactos arqueológicos, se considera una unidad política con
características básicas consistentes a lo largo de su duración. Las subdivisiones,
denominadas Dinástico Arcaico I, II, IIIa y IIIb, se utilizan principalmente con fines
de clasificación arqueológica y no representan cambios significativos en la
estructura política.
Durante este período, las fuentes escritas aumentaron en número en el sur de
Mesopotamia, lo que permite un estudio más detallado de los acontecimientos
políticos y culturales de la época. Los contactos culturales entre Babilonia y otras
regiones del Próximo Oriente también se reanudaron, ampliando el enfoque
geográfico del estudio histórico y demostrando que pequeños estados en otros
lugares también integraban la organización política predominante.

3.1. LAS FUENTES ESCRITAS Y SUS USOS HISTÓRICOS


Las fuentes escritas disponibles para el estudio del período Dinástico Arcaico
proporcionan una amplia variedad de información sobre la historia política y
administrativa de la región mesopotámica.
Los documentos administrativos, que son los más numerosos, incluyen registros
de transacciones comerciales, distribución de raciones, contratos y otros aspectos
de la vida económica y social. Estos documentos son especialmente abundantes en
sitios como Ur, Fara (antiguo Shuruppak), Abu Salabikh y Girsu.
Las inscripciones reales son otro tipo importante de fuente escrita, que
proporciona información sobre las actividades de los gobernantes, como la
construcción de templos y las campañas militares. Estas inscripciones
evolucionaron desde simples menciones de los nombres reales hasta relatos más
detallados de las hazañas de los gobernantes.
La literatura mesopotámica posterior también contiene referencias a los reyes del
período Dinástico Arcaico, aunque su fiabilidad como fuentes históricas es
cuestionable. La Lista Real Sumeria es una de las composiciones más influyentes de
este tipo, aunque incluye reinados fantásticamente largos y nombres mitológicos.
Es importante tener en cuenta el sesgo inherente en estas fuentes escritas, ya que
reflejan principalmente los intereses de los líderes políticos y religiosos de la época.
Además, las obras de arte producidas durante este período también pueden
expresar más las ambiciones de sus autores que la realidad.
A pesar de estos desafíos, el creciente número de fuentes escritas disponibles
proporciona una valiosa perspectiva sobre la historia política y social del período
Dinástico Arcaico en Mesopotamia. Sin embargo, es crucial interpretar estas
fuentes con cautela y considerar su contexto histórico y cultural.

3.2. LOS AVANCES POLÍTICOS EN EL SUR DE MESOPOTAMIA


Durante el Período Dinástico Arcaico en el sur de Mesopotamia, la organización
política básica fue la ciudad-estado. Estas ciudades controlaban directamente áreas
agrícolas cercanas y tenían una jerarquía política bajo un solo gobernante. La
agricultura dependía completamente de la irrigación, por lo que los asentamientos
estaban cerca de ríos como el Éufrates.
Inicialmente, las ciudades-estado estaban lo suficientemente separadas como para
tener áreas abiertas entre ellas, pero el crecimiento poblacional llevó a una
expansión de las áreas cultivadas y a la superposición de las fronteras de las
ciudades-estado. Esto resultó en guerras interurbanas por tierras agrícolas y un
cambio en el papel político de los líderes militares.
En cuanto a la ideología, cada ciudad era vista como la morada de un dios
particular, y los templos desempeñaban un papel central en la recolección y
distribución de recursos agrícolas, lo que otorgaba poder a los líderes religiosos.
La competencia por la tierra llevó a alianzas y conflictos entre ciudades-estado. Por
ejemplo, la guerra entre Umma y Lagash por un área agrícola disputada es bien
documentada. Los relatos de los reyes de Lagash contextualizan este conflicto en
términos religiosos y políticos, enfatizando la intervención divina en la guerra.
Se observa también un proceso de centralización del poder en grandes unidades
territoriales, debido a las interacciones hostiles y pacíficas entre los estados.
Algunos líderes lograron conquistar y unificar varias ciudades-estado bajo su
control, como Lugalzagesi, que gobernó todo el sur de Babilonia.
A pesar de las rivalidades, había un sentido de unidad en la región, especialmente
en términos religiosos. Las ciudades compartían un sistema religioso común y se
reconocía la autoridad de ciertos dioses sobre la región, como Enlil de Nippur.

3.3. EL PRÓXIMO ORIENTE EN SU CONJUNTO


Babilonia del período dinástico arcaico no existía en aislamiento, sino que
mantenía diversas relaciones con países vecinos. Se hace referencia a los contactos
comerciales y diplomáticos con regiones como el golfo Pérsico, donde la tierra de
"Dilmun" era un importante socio comercial y fuente de madera y cobre.
Al este de Babilonia, la cultura de Uruk IV había influido en Susa, pero a principios
del tercer milenio, surgió una cultura local conocida como protoelamita, más
relacionada con el este de Irán. Anshan también se hizo prominente, dominando
las tierras altas de la cordillera sur. Se especula sobre si la tierra de Elam podría
haber sido una coalición de sistemas de gobierno poco unidos.
En esta área, apareció la cultura material conocida como Ninivita 5, con hallazgos
en lugares clave a lo largo de importantes rutas terrestres. Las ciudades en esta
región eran el núcleo de pequeños estados que incorporaban el campo circundante,
con centros importantes como Nagar, Mari, Ebla, y Ugarit. El comercio y la guerra
eran parte integral de las interacciones entre estos estados.
Aunque las ciudades en el norte eran los centros del poder, había diferencias en la
base ideológica del poder en comparación con el sur. Mientras que en el sur el poder
estaba fuertemente ligado a lo religioso, en el norte era más secular.
Ambas regiones, Babilonia y el norte, tenían sociedades multilingües. La mayoría
hablaba dialectos semíticos, pero también se encontraban evidencias del idioma
hurrita, especialmente en el norte. Esta diversidad no parece haber sido la base de
conflictos sociales o étnicos conocidos.

3.4. LA SOCIEDAD DEL DINÁSTICO ARCAICO


La sociedad se organizaba en "casas", que eran unidades familiares que incluían
varias generaciones y personas dependientes como sirvientes. Estas casas se
originaban en grupos de parentesco económicamente independientes pero se
expandían para incluir grandes instituciones centradas en torno a dioses y reyes.
Dentro de cada casa, el personal estaba organizado jerárquicamente. Los
trabajadores y trabajadoras eran los más numerosos y realizaban trabajos
manuales repetitivos, como la molienda y el tejido. Se recompensaba a los
trabajadores con raciones de alimentos y otros bienes, distribuidos de acuerdo con
la jerarquía y la productividad.
Los templos y palacios tenían un control extenso sobre la actividad económica. Por
ejemplo, en Lagash, los templos tenían un control altamente centralizado de la
economía, con registros que mostraban la capacidad para alimentar a una gran
cantidad de personas y áreas agrícolas extensas.
Se señalan diferencias regionales en la organización económica y social. Por
ejemplo, en Ebla, en el noroeste de Siria, la administración central controlaba
extensamente la actividad económica, pero la agricultura seguía siendo
responsabilidad de las aldeas bajo supervisión real.
El registro arqueológico, como el Cementerio Real de Ur, revela la existencia de un
pequeño grupo de personas que podían acceder a grandes cantidades de objetos de
lujo. Estos individuos tenían el poder de encargar objetos costosos para ser
enterrados con ellos, lo que sugiere una significativa desigualdad de recursos y
poder en la sociedad.

3.5. LA CULTURA DE LOS ESCRIBAS


Durante este período, la escritura cuneiforme evolucionó desde sus formas
pictóricas iniciales hacia una forma más esquemática y estandarizada. Los escribas
comenzaron a usar una herramienta con punta biselada para imprimir los signos
en arcilla, creando la forma de cuña característica de la escritura cuneiforme.
Se amplió el uso de signos que representan sílabas, lo que permitió escribir en
diferentes idiomas además del sumerio. Esto facilitó la adaptación de la escritura a
los distintos grupos lingüísticos en la región.
Los escribas estandarizaron la disposición de las tablillas, dividiéndolas en
columnas verticales para una lectura más fácil. Esto hizo que los textos fueran más
comprensibles para los lectores de la época y para nosotros hoy en día. Además, los
registros administrativos se volvieron más explícitos y detallados.
La escritura cuneiforme se difundió desde Babilonia hacia otras regiones del
Próximo Oriente, como Siria. Los escribas en estas regiones adoptaron formas de
tablillas y signos cuneiformes similares a los de Babilonia, aunque adaptados a sus
propios idiomas y prácticas.
A mediados del tercer milenio, se observa una especie de "koiné cultural" en el
Próximo Oriente alfabetizado, con Babilonia como centro intelectual. Las ciudades
como Kish y Mari desempeñaron un papel importante en la transmisión y la
enseñanza de la escritura a otras regiones.
Aunque políticamente separados, los estados del Próximo Oriente competían entre
sí, y los gobernantes a menudo buscaban la supremacía sobre sus vecinos a través
de alianzas o conquistas militares. Esto sentó las bases para el ascenso de figuras
como Sargón de Acad, quien marcó un nuevo período en la historia del Próximo
Oriente mediante políticas de conquista militar.

LA CENTRALIZACIÓN POLÍTICA A FINALES DEL


TERCER MILENIO

Durante los últimos siglos del tercer milenio, se observó un proceso de


centralización del poder político en Mesopotamia, liderado por dos dinastías
urbanas principales: una en Acad, al norte de Babilonia, durante los siglos XXIII y
XXII a.C., y la otra en Ur, al extremo sur, durante el siglo XXI a.C. Estas dinastías no
solo ejercieron control directo sobre el sur de Mesopotamia, sino que también
extendieron su influencia sobre grandes partes del Próximo Oriente.
Ambos estados compartían características similares, como haber sido establecidos
mediante acciones militares en Babilonia y las regiones circundantes, la
implementación de políticas de centralización en términos políticos,
administrativos e ideológicos, y su eventual colapso debido a la oposición interna y
a presiones externas. Sin embargo, existían diferencias en cuanto a la extensión de
su poder y su cohesión interna.
4.1. LOS REYES DE ACAD
La dinastía de Acad, encabezada por Sargón, transformó radicalmente el paisaje
político de Mesopotamia al establecer un gobierno centralizado en la ciudad de
Acad. Sargón y sus sucesores consolidaron su poder a través de campañas militares
y la implementación de un nuevo sistema de gobierno.
Los reyes de Acad centralizaron el poder político y militar en torno a su gobierno en
Acad. Se estableció un ejército permanente y se llevaron a cabo campañas militares
sistemáticas para expandir la influencia de Acad por todo el Próximo Oriente.
Bajo la dinastía de Acad, las ciudades-estado independientes fueron integradas en
una estructura gubernamental más amplia, con los reyes de Acad como
gobernantes supremos. Sin embargo, esta integración no fue fácil y se enfrentaron
a rebeliones y resistencia local.
Se implementaron nuevas políticas económicas y administrativas, incluyendo un
sistema de impuestos centralizado y estándares de contabilidad uniformes. La
administración real adoptó el idioma acadio y se fomentó la escritura en este
idioma en lugar del sumerio.
La influencia de Acad se extendió por todo el Próximo Oriente a través de campañas
militares y alianzas diplomáticas. Sin embargo, la oposición interna y externa,
junto con las presiones económicas, socavaron su poder y contribuyeron a su
eventual caída.
La dinastía de Acad finalmente colapsó debido a la resistencia interna y a las
invasiones externas, dando lugar a un retorno a un sistema de estados
independientes en Mesopotamia y el Próximo Oriente. Este cambio tuvo
importantes implicaciones políticas, económicas y culturales en la región.

4.2. LA TERCERA DINASTÍA DE UR


Después de un breve período de fragmentación tras la caída de Acad, Ur-Namma y
su sucesor establecieron una nueva dinastía en Babilonia, con Ur como su capital.
Esta dinastía gobernó durante unos setenta años, llevando a cabo una amplia gama
de actividades administrativas y militares.
Durante este período, se produjo una cantidad significativa de documentos escritos
que proporcionan información detallada sobre la vida económica y política de la
época. Estos documentos provienen de una variedad de ciudades y cubren aspectos
como la agricultura, la manufactura, el comercio y los impuestos.
Bajo la Tercera Dinastía de Ur, se estableció una estructura administrativa
centralizada, con un sistema de gobierno dividido en provincias gobernadas por
énsi (gobernadores). Se introdujo un sistema de impuestos llamado bala, que
recaudaba recursos de todas las provincias para el uso del estado central.
El estado de Ur III se expandió militarmente hacia el este, controlando áreas entre
el río Tigris y los montes Zagros. Mantuvo relaciones diplomáticas con estados
vecinos y utilizó la diplomacia para mantener la estabilidad en la región.
Bajo los reyes de Ur III, hubo un florecimiento económico y una gran cantidad de
actividades de construcción, incluida la excavación de canales para la agricultura de
irrigación y la construcción y restauración de templos.
Los reyes de Ur III buscaron unificar la tierra ideológicamente, colocando a sus
hijos como sumos sacerdotes y sacerdotisas en cultos importantes y construyendo
templos en todo el reino. Se fomentó la adoración de los reyes como dioses.
A pesar de su aparente estabilidad y prosperidad, el estado de Ur III sufrió un
declive repentino y colapsó debido a una combinación de factores internos y
externos, incluida la rebelión de provincias y el ataque de estados vecinos.

EL PRÓXIMO ORIENTE A COMIENZOS DEL SEGUNDO


MILENIO

Durante los primeros cuatro siglos del segundo milenio a.C., hubo numerosos
estados en el Próximo Oriente, desde el oeste de Irán hasta la costa mediterránea.
Estos estados estaban gobernados por líderes militares que competían por el poder
y formaban alianzas cambiantes.
Los gobernantes, aunque poderosos, dependían de alianzas con otros líderes para
mantener su posición. La correspondencia diplomática de la época, especialmente
de lugares como Mari, muestra la constante guerra y la naturaleza voluble de las
alianzas políticas.
Hammurabi es mencionado como uno de los líderes más destacados de la época,
conocido por su conquista del sur de Babilonia y otras regiones. Aunque logró
unificar territorios, estas unificaciones fueron breves.
Durante este período, la escritura cuneiforme se volvió común en una vasta región
que se extiende desde el suroeste de Irán hasta Anatolia y el oeste de Siria.
Babilonia siguió siendo una fuente importante de esta tradición, aunque se
encuentran variaciones regionales en el uso y estilo de la escritura.
El acadio, un dialecto separado, era ampliamente utilizado en la región, incluso por
hablantes nativos de otras lenguas. La alfabetización era generalizada, incluso en
las aldeas más pequeñas, y los registros cuneiformes provenían tanto de contextos
privados como institucionales.
Los archivos del palacio de Mari proporcionan una visión detallada de la política y
la vida en el Próximo Oriente de esa época. Las cartas encontradas en Mari abordan
una amplia gama de asuntos políticos, militares y sociales, y revelan interacciones
entre diferentes pueblos y culturas de la región.

5.1. PUEBLOS NÓMADAS Y SEDENTARIOS


Los pastores seminómadas se movían con sus rebaños entre la estepa y las zonas
cercanas a los ríos, pasando los veranos cerca de las ciudades y los inviernos en la
estepa. Su vida era híbrida, siendo sedentarios en verano y nómadas en invierno.
Los pastores y los habitantes de las ciudades se complementaban económicamente,
intercambiando productos agrícolas y productos de origen animal. Sin embargo,
también competían por recursos y tierras.
Los pastores seminómadas tenían una organización social tribal, con filiaciones
tribales flexibles y divisiones basadas en la ubicación geográfica. Las tribus
cercanas a las ciudades estaban más sujetas al control político de estas.
El término amorreo se utilizaba para referirse a los pastores seminómadas, aunque
no representaba un grupo étnico o tribal bien definido. Los amorreos eran vistos en
ocasiones de manera negativa en la literatura de la época, aunque posteriormente
algunos líderes políticos adoptaron orgullosamente esta identidad.
A medida que el poder centralizado en las ciudades se desmoronaba, los líderes
amorreos pudieron ascender al poder en varias ciudades-estado. Sin embargo, en
lugar de crear una nueva cultura, los amorreos adoptaron en gran medida la cultura
existente de las ciudades, incluidos idiomas como el sumerio y el acadio.

5.2. BABILONIA
El fin de la hegemonía de Ur sobre Sumer y Acad no condujo a una inmediata
fragmentación del poder político en la región. A principios del reinado de Ibbi-Sin,
el último rey de la Dinastía de Ur III, Ishbi-Erra había establecido una dinastía en
Isin y se había hecho con el control de gran parte de Babilonia. Cuando los elamitas
capturaron Ur, fue Ishbi-Erra quien liberó la ciudad, y sus sucesores adoptaron el
título de "rey de Ur" como propio. Aun así, las fuerzas descentralizadoras eran
fuertes, y un número creciente de dinastías locales surgieron en los siglos XX y XIX.
Las más prominentes eran las familias reales de Isin y Larsa en el sur, y Babilonia
en el norte, pero ciudades como Uruk, Kish y Sippar a veces tenían sus propios
reyes. En la región al este del Tigris, las dinastías independientes se establecieron
en Eshnunna y Asur, mientras que Elam permaneció fuera de la órbita política
babilónica.
Los gobernantes reclamaban el derecho a emitir nombres de años, y la presencia de
tablillas fechadas con los nombres de determinadas dinastías por ciudades nos
permite identificar qué áreas controlaban y cuándo. A principios del siglo XIX, la
competencia se convirtió en un conflicto abierto y dio lugar a lo que parece una
guerra incesante. Sin embargo, los estados de Babilonia reconocían que eran parte
de un sistema común, uno que se centraba en torno a Nippur como capital religiosa.
El control político sobre esa ciudad, que cambió varias veces, le daba a un rey el
derecho de llamarse a sí mismo "rey de Sumer y Acad". El calendario de nombres
de meses de Nippur fue usado como el oficial en toda la región, y la bendición del
sacerdocio de Nippur le dio al rey un estatus especial. Otra tradición que sobrevivió
y que demuestra que las ciudades se consideraban miembros de un sistema común
fue el nombramiento de la suma sacerdotisa de Ur. Desde la época de Sargón de
Acad, la hija del gobernante dominante de la región había ocupado ese cargo. A
principios del segundo milenio, las altas sacerdotisas fueron nombradas por la
dinastía que gobernaba en Ur, aunque la titular no era reemplazada
inmediatamente cuando cambiaba el control político. Por ejemplo, la hija del rey de
Isin Ishme-Dagan permaneció en el cargo después de que Gungunum de Larsa
conquistara Ur, y los cultos de las sacerdotisas fallecidas sobrevivieron mucho más
que la autoridad de las dinastías de su ciudad natal.
La convicción de que las ciudades-estado de Babilonia formaban parte de un
sistema único permitió a los gobernantes locales adherirse a la ideología de que en
Babilonia solo había una realeza, que pasaba de una ciudad a otra. Fuera quien
fuera, el clero de Nippur reconocía que era el rey de Sumer y Acad, aunque en
realidad sus poderes fueran limitados. Es en este contexto en el que tenemos que
ver el mensaje de la Lista real sumeria, un documento que promovía la idea de que
solo había un rey a la vez.
Isin y Larsa fueron los principales actores de la escena política en el sur de
Babilonia. Al principio, la dinastía de Isin era heredera del muy reducido estado de
Ur III. El clero de Nippur reconoció a sus reyes, quienes mantuvieron el control
sobre la mayoría de las ciudades del sur, incluyendo Ur, y emprendieron obras
públicas en varias de ellas. Durante un siglo la región estuvo en paz. Sin embargo,
más tarde, en el siglo XX, una dinastía rival se estableció en Larsa, tomando pronto
el control total sobre el sur y el este de Babilonia, mientras que el poder de Isin se
redujo a la Babilonia central. En 1898, Abi-sare, rey de Larsa, atacó abiertamente a
su compañera Isin, lo que permitió a otras ciudades rechazar la supremacía de Isin.
En este momento, la región tenía el mayor número de dinastías rivales en el
período, varias de las cuales podían a su vez reclamar el apoyo del clero de Nippur.
Sin embargo, las fuerzas centralizadoras también estaban trabajando, y la
iniciativa provino de la ciudad de Larsa. Después de un período de inestabilidad
interna, con una serie de gobernantes de corta vida, a menudo de diferentes
familias, una familia de la zona oriental del Tigris, la llamada dinastía
Kudur-Mabuk, se apoderó del trono de Larsa. El padre, Kudur-Mabuk, se
estableció en la ciudad más oriental de Babilonia central, Mashkan-shapir. Situó a
su hijo Warad-Sin en el trono de Larsa, pero se entrometió en los asuntos locales.
Cuando murió Warad-Sin, su hermano Rim-Sin lo sucedió y tuvo el reinado más
largo registrado en la historia de Mesopotamia, sesenta años. Su vida ilustra
vívidamente las vicisitudes políticas y militares de la época, que podemos
reconstruir a partir de una variedad de fuentes, incluyendo nombres de años,
registros económicos y cartas.
En el momento de su adhesión, el territorio controlado por la familia de Rim-Sin
tenía 230 kilómetros de largo extendidos por la Babilonia oriental, desde Nippur y
Mashkan-shapir en el norte hasta el golfo Pérsico en el sur, donde se expandió
hacia el oeste para incluir a Larsa y Ur. Los estados de Babilonia, Isin y Uruk lo
bordeaban de norte a sur. La muerte de Kudur-Mabuk poco antes del octavo año de
Rim-Sin pudo haber puesto a toda el área bajo el mando de este último, y pronto él
mismo lo confirmó militarmente. En su decimotercer año, Rim-Sin derrotó a una
coalición de fuerzas lideradas por Uruk, Isin y Babilonia, y capturó aldeas cerca de
Uruk. Después de más éxitos militares cerca de Larsa y una reconquista de Nippur,
que había perdido contra Isin en su noveno año, destruyó Uruk en el 1800.
Cuando Rim-Sin derrotó a Isin en 1793, su trigésimo año, el único rival de Larsa en
Babilonia era el estado de Babilonia, donde Hammurabi heredó el trono al año
siguiente. Rim-Sin pasó los siguientes treinta años consolidando su dominio sobre
el sur al concentrar las funciones administrativas en la capital y parece que redujo
la independencia económica de las primeras ciudades- estado. Hammurabi esperó
hasta que Rim-Sin fue un anciano para iniciar su rápida conquista de todos sus
vecinos, incluida Larsa, que capturó en 1763. Sin embargo, dejó intacta la
organización de Rim-Sin y continuó confiando en los hombres de Larsa para
supervisar la administración de la Babilonia meridional. De este modo, Rim-Sin
sentó las bases para el estado centralizado de Hammurabi, que se estudiará en el
próximo capítulo.
A pesar de la fragmentación política y de los extensos conflictos, no hay indicios de
un declive económico de Babilonia en los tres primeros siglos del segundo milenio.
La urbanización siguió siendo densa y los documentos de un número cada vez
mayor de ciudades muestran altos niveles de actividad económica. Incluso la
ciudad de Ur floreció, a pesar de estar privada del sistema regional que la había
apoyado antes. Sin embargo, se produjeron cambios fundamentales en la
administración de la economía. En el siglo XXI, la burocracia estatal había
supervisado prácticamente todo y había empleado a grandes segmentos de la
población como mano de obra, a la que apoyaba con raciones. A principios del
segundo milenio se produjo lo que podríamos llamar una "privatización" parcial de
la economía a través de un proceso gradual y probablemente no planificado. Las
grandes instituciones, palacios y templos, aún poseían recursos muy extensos.
Poseían grandes extensiones de tierra y otras propiedades y eran grandes
consumidores de bienes y servicios. A principios del segundo milenio, hubo una
continuación de las prácticas de Ur III, aunque a escala local, ya que el poder
político se había fragmentado.
Por ejemplo, tenemos un archivo de un taller de artesanía anexo al palacio de Isin
que se encargaba de la fabricación de artículos de madera, caña, cuero y lana para la
casa real. Los administradores reales supervisaban el taller, pero los artesanos que
empleaban también pasaban parte de su tiempo trabajando para otros. Otras
instituciones empezaron a subcontratar trabajos y servicios. En lugar de que sus
tierras fueran cultivadas por personal dependiente, dieron el uso de los campos a
aparceros, que debían entregar una parte de la cosecha y conservar el resto para sus
propias necesidades. Se asignaron rebaños de ovejas y cabras a los pastores, que
estaban obligados a entregar cantidades fijas de lana y pelo y a aumentar el rebaño
con un número fijo de animales. El exceso de producción beneficiaba a los
productores, pero tenían que compensar el déficit de su propia parte. Cuando las
instituciones requerían mano de obra, contrataban a personas, pagándoles salarios
solo por el tiempo de empleo, en lugar de raciones anuales. Poco a poco, personas
ajenas a las instituciones fueron asumiendo más tareas y los oficios anteriores,
como el del cervecero del templo, se convirtieron en sinecuras divididas en partes
tan pequeñas como la mitad de un día al año. Estos se negociaban porque
garantizaban un pequeño porcentaje de los ingresos de la institución durante el
período en que se mantuvo el oficio.
Los contratistas independientes también asumieron tareas administrativas. En
lugar de emplear y apoyar a un gran personal burocrático, las instituciones
pidieron a los empresarios privados que actuaran como intermediarios entre ellos y
la ciudadanía, recaudando cuotas, emitiendo pagos y organizando la recolección y
distribución de recursos. Además, los emprendedores privados convirtieron esas
recolecciones, pagadas en productos perecederos y de uso limitado a las reducidas
instituciones, en plata fácilmente almacenable. Nuestras fuentes no registran cómo
lo hicieron, pero lo más probable es que los vendieran a organizaciones e
individuos a cambio de plata. Como recompensa por sus servicios, los
emprendedores se quedaban con una parte de los activos transferidos. La
privatización de la administración se adaptaba bien a las nuevas circunstancias
políticas. En tiempos de Ur III, los burócratas debían su nombramiento al rey, y un
cambio de dinastía llevaba a una interrupción de las prácticas administrativas. Los
comerciantes privados que fueron contratados para sus servicios no debían lealtad
política a ninguna dinastía y les dejaron funcionar solos en tiempos de
incertidumbre política.
Sin embargo, en última instancia, los efectos de este sistema de organización y
gestión económica en la sociedad babilónica fueron desastrosos. Las
contribuciones exigidas a los productores parecen haber sido elevadas y, en una
región como Babilonia, donde eran frecuentes las malas cosechas, la población a
menudo era incapaz de satisfacer las demandas. Solo podían pedir crédito a los
patronos que cobraban sus cuotas. Además, cuando no podían ni siquiera sobrevivir
hasta la próxima cosecha con las cantidades reservadas para sus propias
necesidades, recurrieron a estos mismos hombres en busca de préstamos de
emergencia. Estos eran préstamos de alto interés: las proclamaciones tradicionales
y reales permitían un 20 por ciento de interés en los préstamos de plata y una tasa
del 33 por ciento en los préstamos de granos. Las tasas se cobraban
independientemente de la duración del préstamo y, dado que estos préstamos
solían ser a corto plazo, su reembolso con el tipo de interés completo al cabo de
solo un mes o menos suponía una enorme carga para los deudores. Los registros
encontrados en las casas de los empresarios incluyen un gran número de contratos
de préstamo y muestran que el nivel de endeudamiento era alto. El hecho de que
hubiera una crisis de deudas queda claro por los repetidos edictos en los que los
reyes reclamaban restaurar el orden mediante la anulación de los préstamos al
consumo pendientes. Las referencias a tales actos son especialmente claras en las
declaraciones oficiales de los reyes de Isin, Larsa y Babilonia. Solo uno de los
edictos originales, emitido por Ammisaduqa de Babilonia, está lo suficientemente
bien conservado como para que podamos entender sus detalles. En él abolió todas
las deudas que los productores habían contraído para su supervivencia o para pagar
las cuotas pendientes, pero no las de los emprendedores que buscaban capital para
empresas comerciales. Fue el palacio el que absorbió la pérdida, pero lo hizo debido
a la tradición de que un rey necesitaba mantener el orden y la justicia en la tierra, y
porque, después de todo, una gran población endeudada ya no formaría una base
impositiva estable, sino que existiría solo para enriquecer a una clase competitiva
de emprendedores privados.

5.3. ASIRIA Y EL ESTE


La ciudad de Asur destacaba por su comercio internacional, especialmente por su
actividad comercial con Anatolia. Los comerciantes asirios importaban estaño de
Irán y textiles de Babilonia, y exportaban plata y oro a Anatolia. El comercio estaba
organizado en caravanas que cruzaban largas distancias y era gestionado
principalmente por empresarios privados.
● Eshnunna
Este estado mesopotámico, ubicado en la región del Diyala, se destacó por su
expansión territorial y su rivalidad con otros estados vecinos. Eshnunna
compitió por la supremacía regional y estuvo involucrado en conflictos
militares y alianzas diplomáticas con estados como Mari, Babilonia y Elam.
Su historia está marcada por fluctuaciones en el poder y cambios en la
política interna y externa.
● Elam
Este estado desempeñó un papel crucial en los asuntos políticos y
comerciales de la región. Controlaba importantes rutas comerciales y
recursos naturales, como el estaño, y mantenía relaciones diplomáticas con
diversos estados mesopotámicos. Sin embargo, su influencia fue efímera y
terminó con su derrota frente a Hammurabi de Babilonia.

5.4. MARI Y EL OESTE


Mari:
● Ubicada en una posición estratégica entre el sur de Mesopotamia y Siria,
Mari sirvió como intermediaria entre estas dos regiones.
● Después del colapso del Imperio de Ur III, Mari experimentó un período de
declive, pero resurgió bajo una nueva dinastía a mediados del siglo XIX a.C.
● Yahdun-Lim, uno de los gobernantes destacados de Mari, expandió el
territorio del reino hasta el norte y al oeste, consolidando su dominio en la
región.
● Sin embargo, Mari entró en conflicto con el reino emergente de la Alta
Mesopotamia, dirigido por Shamshi-Adad, y finalmente fue conquistada por
él en 1795 a.C.
● Después de la caída de Shamshi-Adad, Zimri-Lim se convirtió en el nuevo
gobernante de Mari y restauró la prosperidad del reino, estableciendo
alianzas con Babilonia y Alepo.
● Sin embargo, en el año 1761 a.C., Hammurabi de Babilonia conquistó Mari y
la incorporó a su imperio, poniendo fin a su estatus preeminente.

Yamkhad:
● La ciudad de Alepo fue la capital del estado de Yamkhad, situado
estratégicamente en la ruta comercial entre el Éufrates y el mar
Mediterráneo.
● Yamkhad, bajo el liderazgo de Yarim-Lim, se expandió por el valle del
Éufrates hasta Mari, consolidando su dominio en el oeste.
● Sin embargo, Yamkhad también se enfrentó a la amenaza de Babilonia,
aunque no fue directamente conquistada debido a su ubicación geográfica.
● Finalmente, en 1595 a.C., la ciudad de Yamkhad fue capturada y destruida
por Mursili I, rey hitita, poniendo fin a su influencia política en la región.
● El texto también aborda la cuestión de los amorreos y su papel en la región,
destacando su presencia tanto en entornos urbanos como pastoriles, y
señala la complejidad de su identidad étnica y su uso flexible como término
étnico en el Próximo Oriente antiguo.

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