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1 El presente es un texto de clase conforme el libro de Perez Luño, Antonio E. “Lecciones de Filosofía del Derecho.
Presupuestos para una filosofía de la experiencia jurídica”
2 I. Kant. Introducción a la teoría del Derecho.
La Palabra Derecho y su sentido multívoco (acepciones).
El “Derecho” a la par de ser una realidad compleja y multiforme,
presenta una importante diversidad o pluralidad de acepciones, así como
distintos sentidos y dispar alcance -como toda otra realidad- debido a dos
aspectos determinantes al momento de su definición3:
un cambio de la propia realidad-objeto de definición: cuando se ha
visto sujeta a sensibles mutaciones a lo largo de su devenir histórico
(x ej. la diferencia entre los ordenamientos jurídicos primitivos y los
modernos sistemas de derecho)
un cambio en el enfoque desde el cual la realidad jurídica viene
siendo estudiada y, por tanto, son distintas las nociones que de la
misma pueden ofrecerse.
REALIDAD SOCIAL
NORMA DERECHO
IDEAL ÉTICO DE
EMANADA DEL JUSTICIA
ESTADO
Se arriba aquí a una noción muy general del Derecho que puede ser
entendido como la experiencia de la acción humana en su plenaria relación
con la justicia.6
Al afirmar que el Derecho es experiencia de la acción humana se quiere
insistir en la visión omnicomprensiva del término, de forma que abarque la
totalidad de manifestaciones de la experiencia jurídica. El Derecho en su
acepción integral no puede resolverse en el hecho, la norma o el valor. Porque
5 La gnoseología plantea la necesidad de hallar una definición mediadora entre el Derecho como hecho empírico
y como necesidad lógica. La ontología conduce al orden de objetos al que el derecho por su ser pertenece,
diferenciándolo al propio tiempo de otras categorías afines. la deontología, que refiere al deber ser, se dirige al
esclarecimiento de la peculiar función que al Derecho corresponde, lo que representa un paso más en el proceso
indagatorio del concepto general del Derecho.
6 Pérez Luño advierte que la definición propuesta sólo tiene sentido en relación con los supuestos que le han
servido de base, y que esta definición del derecho como experiencia jurídica presenta un doble riesgo: a) proponer
una noción tan amplia, ambigua o sincrética de lo jurídico en nada ayuda al esclarecimiento y delimitación
conceptual del Derecho. b) ofrecer una fórmula apriorística y puramente especulativa, que pretende cristalizar la
noción del Derecho en un concepto abstracto y estático, representa la misma desnaturalización de la experiencia.
si bien se mira, el Derecho es siempre una realidad humana (hecho), que
necesariamente debe ser estructurada en formas que actúen como cauces de
la acción (norma), y con las que se pretende instaurar una determinada visión
de la justicia (valor).
El hecho, la norma y el valor no son sino aspectos en los que se
manifiesta la experiencia jurídica, o si se prefiere, momentos de la dialéctica de
su conformación; pero en modo alguno agotan, por separado, la juridicidad. El
Derecho no se disuelve en ninguna de estas nociones parciales, sino que es el
resultado del proceso de articulaciones y conexiones en las que se concreta la
experiencia. Por ello, se ha insistido en que la experiencia jurídica comprende
el desenvolvimiento integral del Derecho desde su génesis en la conciencia de
los individuos, a su plasmación consuetudinaria y legislativa, su individuación
jurisprudencial y su elaboración crítica por la doctrina. Y así, ha podido
señalarse que la experiencia jurídica aparece como un movimiento de la
iusfilosofía contemporánea en el que convergen una serie de perspectivas
doctrinales ligadas entre sí por la común exigencia de captar el fenómeno
jurídico en su completo desarrollo.
Pero además la praxis humana, para devenir experiencia jurídica, precisa
hallarse en tensión dialéctica con la Justicia. Los presupuestos ontológicos del
concepto del Derecho han permitido observar que no todas las relaciones del
hombre con sus semejantes o con las cosas, en que se resuelve su acción,
constituyen experiencias relevantes para el Derecho. Tales normas de la
acción pasan a ser jurídicas en cuanto tienden a hacer posible la convivencia
social, según los modelos históricos de racionalidad en que se concreta la
exigencia de la justicia. La experiencia jurídica no es arbitraria.7
8 No en vano Giambattista Vico pudo considerar a la historia en su Scienza nuova como “diritto natural delle genti”.