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EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA

LENGUA EN LAS REDES SOCIALES


Mejor TFG del curso académico 2019-2020 (ex aequo)

Ana Arroyo Botella

Tutora: Carmen Marimón Llorca


Línea: Lengua Española (Pragmática, Análisis del discurso, Variacionismo)
Fecha de la defensa: 19 de junio de 2020

Resumen: La preocupación actual del hablante por la lengua se manifiesta en


las redes sociales, donde los usuarios desarrollan una serie de debates en los que
cuestionan determinadas normas lingüísticas. Sus publicaciones constituyen un
discurso metalingüístico en el que va implícita una postura ideológica para con la
norma expuesta. El objetivo de este trabajo es analizar ese debate público sobre
la lengua en Twitter para así establecer la ideología lingüística de los usuarios y
la forma en que construyen su discurso. El corpus de trabajo consta de 38 tuits
extraídos de tres debates distintos. Para su elección hemos tenido en cuenta que
no pertenecieran a cuentas institucionales, que generaran un debate metalingüístico
rico y que las normas expuestas fueran variadas. Los resultados verifican la existencia
de dicho debate, la diversidad de ideologías lingüísticas de los hablantes y la oralidad
y expresividad con la que estos construyen su discurso.

Palabras clave: tuit, ideologías lingüísticas, purismo lingüístico, pragmática, análisis del
discurso

Abstract: The speaker’s current concern with language is manifested on social networks,
where users carry out a series of debates in which they question certain linguistic norms.
Their publications constitute a metalinguistic discourse in which an ideological stance
towards the exposed norm is implicit. The objective of this work is to analyze this
public debate about the language on Twitter in order to establish the linguistic ideology
of the users and the way in which they construct their discourse. The work corpus
consists of 38 tweets extracted from three different debates. For their election we have
considered that they did not belong to institutional accounts, that they generated a rich
metalinguistic debate and that the exposed norms were varied. The results verify the
existence of this debate, the diversity of linguistic ideologies of the speakers and the
orality and expressiveness with which they construct their discourse.

Key words: tweet, linguistic ideologies, linguistic purism, pragmatics, discourse analysis
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 106

1. Introducción
Actualmente, la preocupación por el estado de la lengua cada día es mayor debido a la
continua renovación que esta experimenta, principalmente, por los cambios que se producen
en la realidad: la necesidad de visualizar a la mujer, el contacto lingüístico y cultural como
fruto de la globalización, y otros relacionados con los vínculos sociales. Ante estas novedades,
el hablante, sea o no un especialista de la lengua, constantemente se cuestiona lo que dice
(si “médica” existe, si la palabra “almóndiga” está admitida en el diccionario, si “imprimido”
es el participio de “imprimir”, si hay una alternativa en español a spoiler y por tanto el
anglicismo no es necesario…), hasta llegar al punto de no saber qué es correcto y qué no.
Asimismo, mientras unos se llevan las manos a la cabeza al ver que la RAE “acepta” palabras
como “asín” o “cocreta” o que elimina la tilde de “solo” y “guion”, otros se muestran favorables
al cambio porque consideran que la lengua es un ente vivo que ha de renovarse. Ante este
debate tan cotidiano, me di cuenta de que en el discurso de cada hablante que discutía
sobre la lengua subyacía una determinada postura ideológica. Yo misma la tenía, pues antes
de empezar la carrera rechazaba todo cambio que supusiera una desviación de la norma
y criticaba a la RAE por “aceptar” ciertas palabras. A lo largo de mis estudios, aparte de
aprender que la Academia no acepta cosas, sino que describe la realidad, he descubierto que
mi actitud tenía un nombre: purismo, y que, al fin y al cabo “es la sociedad quien, a partir del
uso, acabará por imponer un modelo del ‘buen uso’, un modelo considerado el más correcto
o prestigioso por una parte de la sociedad en un determinado momento (norma social)”
(Álvarez 2006, cit. en Santamaría 2019: 236). El interés por ese debate tan actual en el que
se enfrentan diversas posturas ideológicas es el que me ha llevado a realizar este trabajo.
Cabe señalar que el estudio del debate sobre la lengua y las ideologías lingüísticas
es un tema reciente “y supone, en la actualidad, un espacio de interés cada vez mayor
en el ámbito de los estudios sobre el lenguaje” (Marimón 2019: 1); se trata, por tanto,
de un campo fértil de investigación que hemos querido continuar trabajando. Hasta el
momento se han realizado investigaciones sobre el discurso metalingüístico en medios
de comunicación como la prensa escrita. El ejemplo más reciente es el proyecto Ideologías
sobre la lengua y medios de comunicación escritos. El caso del español, realizado en 2019 bajo
la dirección de Carmen Marimón e Isabel Santamaría. Asimismo, se han realizado una
serie de encuentros y publicaciones en Europa y América en los que se ha tratado la
misma problemática. Entre ellos, podemos mencionar el “Colloque International: Les
idéologies linguistiques dans la presse écrite: l’exemple des langues romanes” (2013), que
estudia las ideologías lingüísticas en las comunidades de habla romance; y el Proyecto
de Investigación financiado METAPRES (FFI2015-65917-P), que analiza el discurso
metalingüístico de las columnas sobre la lengua y que sirvió como punto de partida para
la creación de CIRCULA: Revista de Ideologías lingüísticas (2014).
Por otra parte, este trabajo se puede alinear también con los estudios sobre el análisis
del discurso en Twitter realizados por Ana Mancera y Ana Pano, como “Nuevas dinámicas
discursivas en la comunicación política en Twitter” (2013) y “La ‘conversación’ en Twitter:
las unidades discursivas y el uso de marcadores interactivos en los intercambios con
parlamentarios españoles en esta red social” (2014); el trabajo de Alfonso Muñoz e Irina
Argüelles, “Análisis del discurso en redes sociales. Twitter, un caso bajo estudio” (2010);
el artículo de Víctor Pérez, “Identidad individual y grupal en Twitter” (2014), para la

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revista Discurso y Sociedad; y “El discurso del tuit: un análisis lingüístico, socio discursivo y
sociopragmático” (2018), de Luz Helena Arrieta y Gloria Smith Avendaño.
Al igual que en la prensa los discursos metalingüísticos pueden entenderse como
portavoces de representaciones sobre la lengua o manifestaciones de distintos imaginarios
ideológicos (Houdebine 2002), los usuarios de las redes sociales, en los debates en torno a
la lengua que surgen a partir de sus publicaciones, muestran implícitamente una postura
ideológica con respecto a la norma expuesta. En este trabajo continuaré en ese campo de
investigación, pero en lugar de utilizar como corpus de análisis la prensa escrita, trabajaré
con las redes sociales. Esta será mi pequeña aportación a esa investigación tan reciente y
prometedora como la del debate sobre la lengua y las ideologías lingüísticas.
El principal objetivo de este trabajo es analizar el debate lingüístico presente en nuestro
día a día protagonizado por usuarios de Twitter que manejan cuentas no institucionales.
Además de estudiar las posturas ideológicas que estos manifiestan con respecto a la
lengua, analizaré la forma en que los usuarios construyen su discurso a la hora de exponer
las normas lingüísticas y expresar su ideología lingüística. En otras palabras, mi objetivo
es dar respuesta a las siguientes preguntas de investigación: ¿existe un debate sobre la
lengua protagonizado por cuentas no institucionales en las redes sociales?, ¿qué postura
ideológica toman los hablantes con respecto a su discurso metalingüístico?, ¿de qué manera
exponen su norma e ideología lingüística? Para dicho análisis, por motivos de espacio he
querido centrarme en una única red social: Twitter. Las razones por las que he escogido
esta red tienen que ver con la brevedad e inmediatez con la que los usuarios comparten
sus pensamientos o puntos de vista sobre algún tema, hecho de especial interés en nuestro
estudio, pues cuanto más espontáneo y oralizado sea el discurso, más semejará a un debate
real cara a cara y, por tanto, más información nos aportará.
En cuanto a la estructura del trabajo, primero contextualizaré mi análisis explicando,
por una parte, los conceptos de ideología lingüística, purismo e innovación, que serán
necesarios para entender la postura del hablante para con la lengua; para ello, me basaré en
las ideas de Kroskrity, Mirinho-Guede, Del Valle, Woolard, y Schieffelin. Por otra parte,
también explicaré las características de la red social escogida y los recursos con que cuentan
los usuarios para expresar sus opiniones y compartir información. Seguidamente, describiré
el corpus que he utilizado y los criterios en que me he basado para su selección; asimismo,
facilitaré la metodología de la que me he servido. A continuación, describiré cada uno de los
debates seleccionados con sus respectivos tuits y, por último, estableceré unas conclusiones
donde intentaré responder a las ya mencionadas preguntas de investigación. Así, comprobaré
si los objetivos propuestos se han cumplido con éxito. Finalmente, facilitaré la bibliografía
empleada y adjuntaré, en el apéndice, los enlaces de los tuits del corpus analizado.

2. Marco teórico
2.1. Ideologías lingüísticas
Como afirma Kroskrity (2004: 1), “aunque la relación entre lenguaje y pensamiento ha
recibido atención académica y popular, los ‘pensamientos sobre el lenguaje’ que poseen los
hablantes han sido, en comparación, desatendidos […] hasta hace relativamente poco”. Y,
aunque su estudio ha sido productivo en los últimos años, no hay una unificación en este
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espacio de investigación, ni una base bibliográfica, y sí un gran número de definiciones


(Kroskrity 2004: 1). No obstante, José del Valle (2007) consigue sintetizar los tratamientos
previos del concepto y contribuye a seguir una línea coherente de trabajo dentro de los
estudios del lenguaje (Del Valle y Mirinho-Guede 2016: 629), por lo que asumimos su
concepto de ideologías lingüísticas como “sistemas de ideas que articulan nociones del
lenguaje, las lenguas, el habla y/o la comunicación con formaciones culturales, políticas
y/o sociales específicas” (Del Valle 2007: 20). Asimismo, el autor considera que estas “se
pueden concebir como marcos cognitivos que ligan coherentemente el lenguaje con un
orden extralingüístico, naturalizándolo y normalizándolo” (2007: 20). En otras palabras,
las ideologías lingüísticas son los pensamientos o creencias que los hablantes tienen
sobre las lenguas o el lenguaje que dependen del contexto, la experiencia sociocultural o
política del hablante y las características de este último (género, edad, clase, formación,
etc.), lo cual explica la multiplicidad y variedad de ideologías lingüísticas. Un ejemplo
muy actual de creencia sobre las lenguas sería la del hablante que considera el inglés
como superior al español. Asimismo, podríamos mencionar el rechazo por parte del
grupo feminista del masculino genérico para emplear las voces tanto masculinas como
femeninas cuando se quiere referir a un grupo formado por hombres y mujeres, ya que
se considera que lo que no se nombra no existe. Finalmente, otro ejemplo podría ser el
uso de “tú” y no de “usted” por parte de un alumno para dirigirse a su profesor. Como
podemos ver, estas posturas pueden manifestarse de manera explícita, como en el caso
del rechazo del masculino genérico, o implícita, como en el último ejemplo.
Para estudiar las ideologías lingüísticas debemos tener muy en cuenta el contexto en
el que se desarrollan y el modo en que este les confiere pleno significado (Del Valle y
Mirinho-Guede 2016: 629). Solo así entenderemos que el hablante, en el primer ejemplo,
considera el inglés como la lengua más importante porque es el idioma universal de
los negocios; que, en el segundo ejemplo, es la necesidad de visibilizar a la mujer en el
contexto de una sociedad machista la que ha llevado al grupo feminista a romper con
la regla gramatical del masculino genérico; y que, en el tercer caso, el hablante prefiere
usar “tú” porque considera que en una sociedad tan moderna como la del siglo xxi ya
no son necesarias esas actitudes tan corteses. De esta manera, nos damos cuenta de que
las ideologías lingüísticas muestran los intereses políticos y morales de un determinado
grupo (el que pretende dar prestigio a las lenguas dominantes como el inglés, el feminista,
que reivindica la visibilización de la mujer, o el que prefiere un uso social de la lengua en
el que la distancia entre hablantes no sea muy notable). Lo importante de estas ideologías
es que, aparte de conectar la lengua con el poder y la moral, “sirven también de base
para importantes instituciones sociales y nociones fundamentales sobre la persona y la
comunidad” (Schieffelin, Woolard y Kroskrity 2012: 5, cit. en Pano 2019: 340).
En síntesis, de acuerdo con Del Valle (2007: 25), las ideologías lingüísticas presentan
tres características principales: su vinculación con el contexto cultural, político y/o social,
su efecto naturalizador —en el sentido de que contribuyen a normalizar un determinado
orden extralingüístico, como por ejemplo la igualdad o superioridad de un idioma frente
a otro— y su institucionalidad, esto es, “su producción y reproducción en prácticas
institucionalmente organizadas en beneficio de formas concretas de poder y autoridad”
(Del Valle 2007: 25). Es el caso de la RAE o de la Fundéu BBVA, que mediante su labor

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descriptiva del idioma pretenden dotarlo de unidad y ser el máximo referente lingüístico
para sus hablantes.
Otra idea esencial en el trabajo es el análisis de las posturas implícitas que los
usuarios de Twitter seleccionados muestran ante la norma lingüística del español en el
discurso metalingüístico que constituyen sus tuits. Estas, siguiendo la clasificación de
José Joaquín Martínez (2019: 176), pueden ser de dos tipos: por una parte, la postura
que en este trabajo llamaremos “purista” tendrá que ver con “la defensa a ultranza de lo
dicho por la tradición, en la que cualquier cambio es considerado negativo”; mientras
que la segunda, que identificaremos con el nombre de “renovadora”, admitirá esos
cambios “siempre que haya una lógica para su aceptación” y aceptará “el criterio del uso
lingüístico como argumento para ello”. No obstante, conviene hacer una matización en
cuanto a la primera postura, pues en algunas ocasiones encontraremos un purismo de
dos caras: el que defiende a ultranza lo que dice la Academia porque solo ella mantiene
al lenguaje en su norma, y el purismo conservador, que ignora los cambios que realiza la
RAE porque transgreden una norma consuetudinaria de la lengua. Finalmente, también
encontraremos posturas intermedias que buscarán un equilibrio entre la unidad del
idioma y la amenazante diversidad que aparece como elemento disgregador debido a la
dispersión geográfica y la variedad cultural de los hablantes (Marimón 2015: 5).

2.2. Twitter, la red social de la “conversación escrita”


Como ya comentamos, las redes sociales, al igual que la prensa escrita, también son
instrumentos esenciales en la reproducción ideológica y en la creación de representaciones
sociales sobre la lengua, gracias a su potencial discursivo (van Dijk 2003; Pardo 2007:
94 y ss. en Marimón 2015: 116), pues a través de estas los usuarios informan, opinan,
denuncian, critican y persuaden de maneras muy variadas sobre determinados temas
gracias a la cantidad de recursos con que cuentan, de ahí su gran auge (Arrieta y
Avedaño 2018: 111). Y, como nuestro objetivo en este trabajo no solo es analizar la
ideología del hablante para con su discurso metalingüístico, sino también estudiar cómo
los usuarios de estas redes hablan de la lengua, conviene presentar previamente algunas
características principales de la red con la que trabajaremos.
En primer lugar, cabe señalar que Twitter surge bajo la creación de la web 2.0/3.0,
“segunda generación Web basada en comunicaciones de usuarios y una gama especial de
servicios […] que fomentan la colaboración y el intercambio ágil de información entre
usuarios” (Argüelles y Muñoz 2010: 711). Así, como afirman Ana Pano y Ana Mancera
(2014: 237), a diferencia de otras redes sociales como Facebook o Tuenti, Twitter es
una red microblogging o nanoblogging, es decir, un servicio en línea que permite enviar y
publicar mensajes (tuits) de no más de 140 caracteres y en el que se da una comunicación
asíncrona del tipo pass long (mensaje dirigido a otro usuario con un enlace a contenidos
externos), conversacional-fático (mensaje dirigido a otro usuario que evalúa lo dicho por
otro), informativo (con información interna), búsqueda de información (con preguntas
dirigidas a otros usuarios), solicitud de participación (para pedir retuits, por ejemplo),
de noticias recientes y de estado, que responden a la pregunta “¿qué estás haciendo?”
(Shaffer, Freund y Welch 2013: 2). Como sostiene Víctor Pérez (2014: 488), “este cariz
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les otorga una gran eficacia comunicativa a las enunciaciones, pues se asimilan con mayor
rapidez”. Y esta brevedad e inmediatez de las comunicaciones de Twitter, “características
propias de una conversación cara a cara entre personas que pertenecen a un mismo
grupo” (Pérez 2014: 487), son las que nos han llevado a elegir Twitter como corpus de
análisis para el trabajo.
Otra diferencia de esta red social con respecto a otras tiene que ver con el acceso
público al perfil de cualquier usuario (Mancera 2016: 24), lo cual permite una mayor
interacción entre hablantes de distintas partes del mundo que comparten los mismos
intereses. En cuanto a los dispositivos que utilizan los usuarios de Twitter para
comunicarse, se encuentran el retuit de un mensaje, que reconoce la autoridad del tuit
que se comparte; la arroba (@), que equivale “a la atención de” y permite, por tanto,
conversar con alguien insertando “@usuario” en el mensaje o apelar a otro usuario; y el
hashtag o etiqueta (#), que relaciona el tuit que se escribe con un tema específico (Lara
2012, cit. en Pano y Mancera 2014: 238).
Como consecuencia de la naturaleza breve e inmediata de esta red, el lenguaje que
encontraremos en los tuits presentará rasgos similares al de una conversación oral cara
a cara como la entonación, el uso de marcas de modalidad, de construcciones parceladas
o la escasa premeditación de los mensajes (Pérez 2014: 491). Así pues, aunque estas
características aparezcan de forma escrita, la red microblogging las ha asimilado como
un registro propio, “convirtiéndose en la principal forma de hablar de un tuitero” (Pérez
2014: 491). Por eso, para analizar el discurso en Twitter, que autores como Yus (2001)
han calificado de “texto escrito oralizado” o “conversación escrita” en el caso de Sanmartín
(2007), debemos superar la dicotomía lengua escrita/oral y “atender a las modalidades de
uso y a la situación en que tiene lugar el proceso de enunciación, así como a la finalidad
comunicativa de los hablantes” (Almela 2003, cit. en Pano y Mancera 2014: 235). Todos
estos rasgos son los que intentaremos analizar en los tuits que debaten sobre la lengua
para demostrar que no solo se habla de ella de manera culta o formal, sino también
coloquial, e incluso en algunos casos vulgar. Y es que la preocupación por la lengua es
una cuestión que atañe a todo el mundo.

3. Corpus y metodología
El corpus de análisis del trabajo consta de tres debates desarrollados a partir de tres
tuits diferentes que han desencadenado un gran número de interacciones o comentarios
por parte de distintos usuarios de Twitter que se preocupan por cuestiones relacionadas
con la lengua. Para dicho análisis hemos seleccionado un total de treinta y ocho tuits
publicados entre mayo de 2019 y enero de 2020, de los cuales quince pertenecen al
primer debate, que trata de la presencia de la tilde en determinadas palabras, diez
forman parte del segundo, que gira en torno al uso del anglicismo spoiler y de su
correspondiente palabra en español (“destripe”), y trece se corresponden con el tercero,
que versa sobre el nuevo valor que ha adquirido “puto” como prefijo intensificador. Con
respecto a los criterios de selección del corpus, en primer lugar, hemos tenido en cuenta
que las publicaciones no pertenecieran a cuentas institucionales, pues nuestro objetivo

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principal es analizar el debate público de la lengua. Asimismo, hemos procurado que los
tuits comprendieran un debate metalingüístico rico, que su publicación fuera reciente
y que los temas que se disputaran trataran temas variados. Con respecto a las cuentas
de los usuarios seleccionados, aunque sus perfiles no tienen un acceso restringido y
por tanto cualquier internauta puede consultar sus publicaciones (Mancera 2016: 4),
para proteger su privacidad hemos optado por ocultar la identidad de la mayor parte
de ellos e identificarlos mediante el término “Usuario” seguido de un determinado
número (Usuario1, Usuario2, Usuario3…). Solo hemos revelado el nombre de aquellos
usuarios que pretenden influir en la opinión de grandes grupos de hablantes porque
tienen credibilidad en las redes sociales; estos, a su vez, son los que inician los debates
mencionados. Nos referimos a Laura Martín-Pérez (@MPGArual), filóloga y lingüista
que cuenta con más de 2500 seguidores y que a través de sus tuits nos da a conocer
palabras curiosas del español, así como determinadas reglas ortográficas; La vecina
rubia, influencer del momento que guarda un anonimato y que cuenta con 863900
seguidores; y El conejito ortográfico (@ortograconejito), cuenta dirigida por la usuaria
anterior que trata de difundir la buena ortografía con toques de humor e ironía y que
cuenta con 65300 seguidores.
En los tuits seleccionados trataremos de analizar, por una parte, las cuestiones
relacionadas con el contenido, esto es, tanto el acto de habla que se lleva a cabo como
la ideología lingüística que se expone; y, por otra parte, la forma de los tuits, es decir,
los indicadores lingüísticos que nos permiten advertir cómo se habla de la lengua en
Twitter. Para establecer las diferentes ideologías lingüísticas que defienden los hablantes
tendremos en cuenta si estos admiten sin críticas lo establecido por la Academia, si critican
a la RAE por aceptar una determinada norma que transgrede una regla consuetudinaria,
o si se muestran a favor de la evolución del lenguaje como resultado de la nueva realidad
circundante, ya sea por la actual globalización que desemboca en un contacto cultural y
lingüístico, o por la necesidad de visualizar a un determinado colectivo discriminado y
silenciado. Los dos primeros manifestarán una postura ideológica a favor del purismo
lingüístico, mientras que los últimos defenderán una ideología lingüística renovadora.
Por otro lado, en cuanto al análisis de la forma de los discursos que comprenden los tuits,
tendremos en cuenta algunos de los recursos pragmáticos y metapragmáticos referidos
en los manuales Introducción a la pragmática (1996), de Escandell Vidal, Pragmática
para hispanistas (2004), de Portolés Lázaro, y Las cosas del decir. Manual de análisis del
discurso (1999), de Calsamiglia y Tusón. Asimismo, nos serviremos de los estudios de
José Luis Cifuentes en Marcadores discursivos (2007), Mª Antonia Martínez en La
interrogación (2007), Mónica Castillo en “La formación de los marcadores discursivos
vaya, venga, anda y vamos” (2008) y Ana Pano y Ana Mancera en “La ‘conversación’ en
Twitter: las unidades discursivas y el uso de marcadores interactivos en los intercambios
con parlamentarios españoles en esta red social” (2014). De los recursos mencionados
analizaremos los que se refieren a rasgos de oralidad, de coloquialidad, de registro, los
recursos expresivos, las marcas de ironía y humor, los elementos modalizadores, los
relativos al contexto y las expresiones valorativas, que a su vez nos ayudarán a establecer
las ideologías lingüísticas que subyacen en los discursos de los hablantes. Con respecto
a estas últimas, prestaremos especial atención a aquellas expresiones que muestren un
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imaginario de la lengua subjetivo y emocional y a las metáforas de la guerra que nos


describe Carmen Marimón en “Ideologías lingüísticas del español: la dimensión política
del panhispanismo en los Congresos Internacionales de la Lengua Española” (2015) y
que son propias de los discursos puristas.

4. Análisis y resultados
4.1. Análisis de los debates
4.1.1. Debate en torno a la tilde de determinadas palabras
El primer debate que analizaremos tiene que ver con la ausencia de la tilde en algunas
palabras que los hablantes suelen acentuar. De los ciento sesenta y seis comentarios que
lo forman, hemos seleccionado los quince que más información nos han aportado acerca
de las ideologías lingüísticas y maneras de hablar sobre la lengua de los usuarios. El tuit
principal es el siguiente:

Laura Martín-Pérez (@MPGArual): “Palabras que no llevan tilde, pero nuestro cerebro
(a veces) se empeña en ponerla:

guión guion tí ti líbido libido dió dio


fué fue exámen examen incluído incluido
asímismo asimismo”. 4 enero 2020

Como podemos ver, el usuario realiza una lista de una serie de palabras que, a pesar
de que el diccionario las incluya sin tilde, los hablantes tienden a ponerla, ya sea porque
estos confunden los diptongos con los hiatos, porque desconocen la regla de la tilde en
los monosílabos o porque el plural de tales palabras los lleva a cometer errores en la
escritura del singular (“examen” / “exámenes”). Como el autor se limita a exponer la
norma lingüística, de sus palabras no se desprende ninguna ideología sobre la lengua.
No obstante, conviene señalar algunos rasgos que este utiliza para elaborar su discurso.
Por una parte, el primer enunciado contiene un sintagma nominal en forma de título
sobre lo que se expone a continuación. Así, el autor del tuit anuncia de una manera breve
y concisa lo que va a tratar. Para ello, emplea una metonimia de tipo la parte (el cerebro)
por el todo (las personas) en la que personifica al cerebro para mostrar que los errores
que va a enumerar los realizamos de manera inconsciente: “nuestro cerebro (a veces)
se empeña en ponerla”. Asimismo, para esta personificación se sirve del emoticono
que representa un cerebro, lo cual hace más visual y gráfico al tuit. Otro aspecto que
podemos destacar es que mediante el pronombre posesivo de primera persona del plural
“nuestro”, el usuario se incluye a sí mismo en el grupo de hablantes que escribe mal
las mencionadas palabras. De esta manera, se muestra cercano a sus lectores y le resta
importancia a esta clase de errores, que parecen ser comunes. Además, la aclaración que
realiza entre paréntesis, aparte de contribuir a esa cercanía que transmite el autor para
con sus interlocutores, imita en cierto modo la lengua hablada, aspecto característico
de la red microblogging. Por otra parte, en cuanto a la lista de palabras que sigue a este

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“título informal”, esta se presenta de una manera clara y visual, pues en ella encontramos
la palabra errónea junto al emoticono de la cruz, normalmente utilizada para representar
fallos, y la correcta aparece junto al emoticono en forma de tick, normalmente empleado
para calificar algo realizado correctamente.
Como podemos ver, aunque no nos atreveríamos a hablar de un registro coloquial,
el tuit que expone la norma sobre la correcta acentuación de algunas palabras utiliza un
tono informal y cercano al lector. Asimismo, las incorrecciones gramaticales y faltas de
ortografías que suele presentar el lenguaje de Twitter, así como el de muchas otras redes,
no se manifiesta en este tuit. Pero debemos tener en cuenta que “cuanto más famoso sea
un usuario será más probable que la información publicada esté más cuidada desde el
punto de vista formal” (Argüelles y Muñoz 2010: 717). Y este es uno de los usuarios
más conocidos entre los tuiteros que publican sobre la lengua.
Con respecto a los comentarios que forman el debate desarrollado a partir de (1), en
el primero de ellos el usuario muestra su sorpresa ante la ausencia de tilde en “libido”:

(2) Usuario1: “{@MPGArual} Ostras, pero Libido mo lleva tilde?? No debería


llevarla?”. 4 enero 2020

Prueba de ello es la interjección coloquial “Ostras”, que coloquialmente expresa


asombro, y la repetición del signo de interrogación “?”, que acentúa aún más su extrañez.
El usuario utiliza el marcador discursivo conectivo “pero” para recapitular lo dicho por @
MPGArual en (1) y a través de la pregunta retórica con partícula negativa (“no debería
llevarla?”) manifiesta una contradicción con respecto a sus expectativas, pues piensa
que “libido” debería llevar tilde. Asimismo, el empleo del verbo modal en condicional
“debería”, propio de la modalidad deóntica, hace referencia a la obligación de poner
tilde a “libido”. Como podemos ver, a diferencia del anterior tuit, aquí encontramos
algunas faltas de ortografía: la mayúscula inicial de “libido”, la ausencia de comillas de
esta para indicar que se hace una mención del uso de la palabra y la falta de los signos
de interrogación iniciales. Y es que, como hemos señalado anteriormente, podríamos
pensar que el usuario, como no es muy conocido en la red, no se preocupa tanto por
cuidar su ortografía. Pero esto probablemente no se deba a su ineptitud, sino a la
inmediatez comunicativa de Twitter y la espontaneidad con la que este ha elaborado
su breve discurso. Un perfecto ejemplo es la presencia de “mo” en lugar de “no”, debido
seguramente a una falta de pulsación por parte del emisor, lo cual nos recuerda a la
irreversibilidad de la lengua oral, donde, si nos trabucamos en la pronunciación de
alguna palabra, lo dicho dicho queda.
Con respecto a “libido”, palabra cuya acentuación y escritura suele suscitar dudas en
los hablantes, nos encontramos ante un nuevo tuit escrito por un usuario diferente:

(3) Usuario2: “{@MPGArual} Lo de que libido no lleva tilde me ha dejado lívido


¡Llevaba escribiéndole y pronunciándole mal toda la vida!”. 4 enero 2020

Este, que asume ya que es “lívido” y no “libido” la que lleva tilde, juega con el sentido
de ambas palabras (“libido” con el significado de ‘deseo sexual' y “lívido” con el de
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‘intensamente pálido’) para mostrar su sorpresa ante la regla que antes desconocía, pues
como bien afirma a continuación, lo había estado haciendo mal siempre. Su asombro se
manifiesta aquí con la ayuda de un emoticono perfectamente identificable por cualquier
usuario, el del alto grado de sorpresa, y el uso de la exclamación “¡Llevaba escribiéndole
y pronunciándole mal toda la vida!”. Este juego de palabras, que produce humor al
lector, junto con el uso del enunciado exclamativo mencionado, nos muestran una vez
más que se trata de un discurso elaborado en un tono informal. Y, aunque en este tuit la
ortografía se ve más cuidada que en el anterior ejemplo, observamos un leísmo que será
detectado por otro participante del debate:

(4) Usuario3: “{Usuario2} Revise su leísmo”. 5 enero 2020

He aquí un curioso ejemplo de discurso metalingüístico dentro de otro de la misma


naturaleza, pues Usuario3 corrige la ortografía de Usuario2, que, a su vez, está hablando
sobre la lengua. Podríamos considerar que esta actitud de interrumpir el debate
lingüístico sobre “libido” para hacer una corrección de un error que quizás haya sido
involuntario puede responder a la ideología purista de la lengua que, implícitamente,
manifiesta el usuario. En cuanto a la forma del tuit, el autor del discurso se muestra
distante ante su interlocutor hablándole de “usted” y empleando un registro formal, lo
que contrasta con los tuits anteriores. Asimismo, en lugar de utilizar algún atenuador
de cortesía para mitigar la fuerza impositiva de la orden, opta por emplear el imperativo
“revise”, que obliga al interlocutor a corregir su fallo ortográfico.
Pero si “libido” ha sido objeto de dudas, no menos controversia causará “guion”:

(5) Usuario4: “{@MPGArual} Guion por qué no lleva tilde? No es aguda y acaba en n?”.
5 enero 2020

Como podemos observar, este tuit está formado por dos construcciones interrogativas
directas. La primera es una pregunta neutra o no marcada, es decir, una petición de
información por parte del hablante, que quiere saber por qué esta palabra no se acentúa.
Para ello, focaliza el sujeto “Guion” realizando una topicalización a la izquierda de este.
A continuación, mediante una pregunta retórica marcada por el adverbio de negación
“No”, expone su creencia: que “guion” es aguda y acaba en n, premisa mediante la cual se
concluye que la palabra mencionada debe llevar tilde. Esto indica la modalidad epistémica
del enunciado. En cuanto a la ideología lingüística defendida por el hablante, lo dicho en
su discurso puede ser un indicio de una de esas dos caras del purismo que comentamos
anteriormente: la del purismo conservador, pues el usuario cuestiona la norma impuesta por
la Academia porque transgrede una norma consuetudinaria. Pero esta ideología lingüística
se manifestará de una manera más evidente en la respuesta del siguiente usuario:

(6) Usuario5: “{Usuario4} Mamadas de la RAE”. 6 enero 2020

En este tuit, el usuario, a través de una crítica contra la RAE muestra un rechazo
implícito a la eliminación de la tilde en “guion”. El discurso aquí está claramente oralizado.

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


115 Ana Arroyo Botella

Prueba de ello es la elipsis del sujeto y verbo de la oración, pues si la reconstruimos


quedaría de la siguiente manera: “Eso son mamadas de la RAE”. Asimismo, otro rasgo
oral sería el gran anclaje contextual del discurso, pues para entenderlo necesitamos saber
que con “Mamadas” —voz utilizada en Latinoamérica para referirse a ‘despropósitos’—
hace referencia a los numerosos cambios que realiza la RAE en la lengua a lo largo
del tiempo y que, para algunos hablantes, como es el caso, pueden ser considerados
negativos. Por tanto, a pesar de la brevedad del discurso, podemos afirmar que la postura
que toma su autor ante la lengua es purista, pues rechaza esos cambios mencionados.
A continuación, otro usuario se sorprende por el hecho de que “incluido” y “guion”
no lleven tilde:

(7) Usuario6: “{@MPGArual} Pera, pera, pera, como que “incluido” y “guion” no
llevan??? (lo curioso es que el mismo tuitee te avisa de que tienes mal escrito
“guion” sin tilde)”. 5 enero 2020

Aquí el hablante manifiesta su asombro de una manera más notoria, pues, en primer
lugar, realiza una repetición de “pera”, forma truncada del verbo “espera”. De este modo
imita la lengua coloquial oral, pues es propio de una situación informal que los hablantes
realicen una aféresis de esta forma verbal y no pronuncien su primera sílaba. A su vez,
podríamos decir que el imperativo “espera” no indica ninguna orden, pues por el contexto
sabemos que se trata de una expresión que dice alguien cuando no acaba de asentar algo
que le acaban de decir y necesita tiempo para ello. Después de esta repetición expresiva
propia de la lengua coloquial, la extrañeza del hablante se hace explícita cuando emplea
la construcción interrogativa atribuida eco o repetitiva marcada por “cómo”, partícula
citativa que, aparte de introducir la repetición de lo dicho por @MPGArual en (1),
indica una contradicción de las expectativas del hablante, que pensaba que “incluido”
y “guion” sí llevaban tilde. Asimismo, con este mismo fin triplica el signo interrogativo
final (“???”), queriendo marcar bien la entonación de la pregunta para, a continuación,
utilizar el emoticono que ya hemos visto en tuits anteriores y que expresa un estado de
ánimo de sorpresa. Como podemos ver, aquí el usuario cuestiona la norma impuesta por
la Academia porque transgrede una norma consuetudinaria, lo cual nos recuerda a la
ideología lingüística que presentaba Usuario4 en (5): la del purismo conservador.
Finalmente, el hablante inserta una aclaración entre paréntesis que intenta justificar
su extrañeza ante la ausencia de tilde en las palabras mencionadas, pues incluso Twitter
corrige “guion” para ponérsela. Por el contexto, podemos entender que el autor considera
una contradicción el hecho de que sea Twitter la vía que le permite conocer la correcta
escritura de “incluido” y “guion” y que, al mismo tiempo, esta red social sea la que corrija
mal tales palabras. Para resaltar que le llama la atención este hecho, focaliza al principio
de la frase el adjetivo evaluativo axiológico “curioso”, claro indicador de la presencia del
autor en el discurso. Asimismo, en esta frase emplea un “tú” generalizador propio del
registro coloquial para demostrar que esto no solo le pasa a él, sino a todo usuario de
Twitter. Como podemos ver, este tuit es un perfecto ejemplo de imitación de la lengua
hablada en un registro coloquial.
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 116

Para aclararle la duda, la autora de (1) le contesta a través de un tuit en el que adjunta
un enlace al DLE para que Usuario6 pueda ver que, efectivamente, “incluido” y “guion”
se escriben sin tilde:

(8) Laura Martín-Pérez (@MPGArual): “{Usuario6} Ni «guion» ni «incluido» llevan tilde.


-http://dle.rae.es/?id=Jr32svm
-http://dle.rae.es/?id=LFNhnwF (ver conjugación)”. 5 enero 2020

Así pues, @MPGArual aprovecha los recursos de esta red social y utiliza un
argumento de autoridad para demostrar que no se equivoca. A su vez, otro usuario
responde a todos aquellos que dudaban acerca de la tilde en las palabras comentadas:

(9) Usuario6: “{@MPGArual} Guión y muchos otros términos no llevan tilde desde
2010, si bien antes sí la tenían. Yo seguiré usando tilde porque me opongo a que una
RAE incompetente destruya la riqueza de una lengua, tal y como pretendía hacer al
intentar privar de tilde a "sólo" cuando le corresponde.”. 5 enero 2020

En este tuit podemos diferenciar dos partes: en la primera el usuario ofrece una
explicación objetiva a todos aquellos que no entendían por qué ahora palabras como
“guion” no llevan tilde, mostrándose imparcial ante su discurso. No obstante, en la
segunda parte se manifiesta claramente contrario a esta regla, critica a la RAE por su
incompetencia y se mantiene firme en su decisión de seguir poniendo la tilde a palabras
como “guion” y “solo”. Esta parte es muy interesante, pues el autor muestra una actitud
de purismo conservador ante la norma lingüística que se expone. Prueba de ello es su
conservadurismo expresivo contenido en palabras como “riqueza”, que hace referencia a
la calidad de la lengua española, y la metáfora bélica “destruya”, que se relaciona con esa
atrocidad que parece cometer la RAE contra la lengua al eliminar las tildes mencionadas.
La RAE, institución que tiene que actuar en “defensa” del español, lo que hace con
esos cambios es “destruirlo”. Este tratamiento de la problemática en torno al idioma
en términos de guerra es muy característico en los discursos que muestran una actitud
purista de la lengua (Marimón 2015: 14). En cuanto a la modalización del discurso
mediante la cual se vislumbra la opinión e ideología del hablante, este utiliza pronombres
y verbos en primera persona del singular como “yo”, “me”, “seguiré” y “opongo” y adjetivos
evaluativos axiológicos peyorativos como “incompetente”, insulto cargado de subjetividad
que supone una dura crítica contra la RAE. Asimismo, la ortografía cuidada del tuit junto
con el empleo de términos propios de un registro más formal como “si bien”, “opongo”,
“incompetente”, “privar” y “corresponde” contrasta con los anteriores. Esto quizás esté
relacionado con la autoridad que quiere mostrar el hablante.
Sin embargo, otro usuario decide rebatirle su punto de vista:

(10) Usuario7: “{Usuario6} “Guion”, como regla ortográfica, jamás se debería haber
tildado, como buen monosílabo que es.”. 5 enero 2020

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


117 Ana Arroyo Botella

Como podemos ver, este no solo se muestra contrario a Usuario6, que seguía tildando
“guion”, sino también a la RAE, que antes de 2010 había estado tildando un monosílabo.
De esto podemos inferir que el autor del discurso rechaza la evolución del lenguaje
acorde con el uso de los hablantes y que, por tanto, adopta una actitud purista ante la
norma expuesta. Entre los rasgos lingüísticos que el autor ha utilizado para construir
su discurso, destacamos el uso del adverbio de tiempo “jamás”, que señala con fuerza
el error que ha estado cometiendo la RAE hasta ahora en lo que se refiere a la tilde en
“guion”; el uso del imperativo retrospectivo “haber tildado” precedido del verbo modal
“debería”, propio de la modalidad deóntica, para presentar una situación que es contraria
a la realidad, pues “guion” llevó tilde durante bastante tiempo; y el adjetivo “buen”, que,
en lugar de asignarle cualidades positivas al sustantivo que acompaña (“monosílabo”), el
hablante lo utiliza para poner “guion” al mismo nivel que todos los demás monosílabos
que, por regla ortográfica, no llevan tilde.
Seguidamente, otro usuario contesta a Usuario6, que se negaba a quitar la tilde a
“guion”, y se muestra de acuerdo con él:

(11) Usuario8: “{Usuario6} Así es que la chupen. Me acabo de encontrar con esto y
para mi no es más que estupideces como el amiguES”. 6 enero 2020

En este tuit el hablante muestra su conformidad con lo dicho en (9) mediante


“así es”, marcador interactivo con función de intervención reactiva (Mancera y Pano
2014: 256). Seguidamente, emplea una construcción en subjuntivo independiente con
un “que” inicial átono (“que la chupen”) que, por el contexto, sabemos que tiene una
connotación negativa. Con esta expresión vulgar, el hablante incita al lector a no hacer
caso de los cambios que establece la RAE en la lengua. Asimismo, pone al mismo nivel
la eliminación del acento en “guion” y el “amiguES”, que por el contexto inferimos que
se refiere al uso que emplean algunos hablantes de la terminación -es para referirse a un
grupo formado por mujeres, hombres y todos aquellos que no se identifican con ninguno
de estos géneros. Según él, estos cambios que se producen en la lengua no son más que
estupideces. El tuit está altamente modalizado por las expresiones mencionadas “así es”
y “que la chupen”, los pronombres personales de primera persona del singular “me” y
“mí” y el sustantivo deadjetival “estupideces” que emplea para dar su punto de vista sobre
estos cambios que para él son innecesarios. Todo ello nos lleva a concluir que el hablante
en su discurso toma una postura purista ante la lengua, pues no se muestra a favor de
la evolución de esta. Por otra parte, cabe destacar la oralidad que se desprende de las
mayúsculas “ES”, que representarían una entonación marcada y burlona, el marcador
interactivo “así es” y la brevedad y espontaneidad comunicativa con que se ha elaborado
este discurso escasamente planificado.
Asimismo, este tuit se ve apoyado por la respuesta de Usuario6:

(12) Usuario6: “{Usuario8} Ufff… eso es lo peor: destruir el lenguaje con la corriente
del inclusivismo. Como si no hubiera maneras realmente importantes de luchar por
la igualdad.” 6 enero 2020
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 118

En este tuit, por el contexto podemos entender que el usuario se muestra indignado
ante el uso de la terminación -es porque considera que el inclusivismo es nocivo para el
lenguaje. Una vez más nos encontramos con la metáfora bélica “destruir”, que se refiere a
los efectos negativos que estos usos pueden producir en la lengua. Asimismo, “luchar” es
otro término beligerante que se relaciona con la intención de aquellos hablantes que usan
-es como plural genérico: reivindicar la igualdad. El hablante rechaza que se utilice el
lenguaje para tal propósito. Podemos decir, finalmente, que este usuario, que anteriormente
había calificado de “incompetente” a la RAE, de nuevo muestra una ideología lingüista
conservadora y, por ende, purista, pues rechaza todo cambio realizado en la lengua. Por
otra parte, con respecto a la forma de construir su discurso, el autor manifiesta su estado
de indignación mediante el uso de la interjección “Ufff ” y su entonación suspendida,
representada por los puntos suspensivos. Cabe señalar que estos rasgos, si los sumamos
a la elipsis del sujeto y verbo de la última oración (“[Estos actúan] como si no hubiera
maneras realmente importantes de luchar por la igualdad”), lo que hacen es imitar la
lengua hablada en una situación informal. Finalmente, podemos decir que la presencia
del autor en el discurso se manifiesta a través de adverbios valorativos como “peor” —que
muestra claramente el rechazo del autor hacia el lenguaje inclusivo— y “realmente”, y
adjetivos del mismo tipo como “importantes”. Mediante estos dos últimos términos el
autor del discurso valora más la lucha por la igualdad que no se lleva a cabo a través de
la lengua que aquella que sí utiliza la lengua como instrumento de reivindicación. Y esta
actitud, como acabamos de señalar, es claramente purista. Pero esta ideología lingüística
contrastará con la que presenta otro usuario que decide responder al tuit comentado:

(13) Usuario9: “{Usuario6} La RAE no quita y pone reglas a su antojo, solo pone
en papel las reglas de acuerdo a su uso cotidiano. Si la RAE "incompetente" no
modificara su diccionario de la manera en que lo hace, seguiríamos hablando como
en 1800. Qué no está mal. Al final es la evolución del lenguaje.” 6 enero 2020

Aquí, el hablante rebate la crítica que hizo Usuario6 a la RAE sobre su incompetencia
en (9). Este le recuerda la labor de la Academia, esto es, escribir las reglas de la lengua de
acuerdo con el uso de sus hablantes. Seguidamente, para argumentar su tesis a favor de la
evolución del lenguaje, que se explicita en la última frase del tuit (“Al final es la evolución
del lenguaje”), emplea un argumento de consecuencia en el que expone lo que ocurriría
si la RAE no registrara la lengua tal y como la usan sus hablantes: “seguiríamos hablando
como en 1800”. Por tanto, este punto de vista del autor del tuit, que se muestra a favor de
las modificaciones del lenguaje que realiza la RAE y de la evolución de este, nos lleva a
pensar que la postura ideológica que defiende con respecto a la lengua es renovadora. No
obstante, por otro lado, el hecho de que el hablante no cuestione la autoridad también nos
muestra esa otra cara del purismo que defendía a ultranza todo lo que decía la Academia
porque solo ella mantiene al lenguaje en su norma. Necesitaríamos, por tanto, más datos
para definir la ideología lingüística de Usuario10.
Por otro lado, en cuanto a la forma del discurso, en este predomina la modalidad
epistémica, ya que el hablante explica con un alto grado de certeza en qué consiste el
trabajo de la RAE. Prueba de ello es la negación de los verbos en presente “quita” y “pone”,

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


119 Ana Arroyo Botella

mediante los cuales el autor corrige un pensamiento generalizado sobre la labor de la


Academia (“La RAE no quita y pone reglas a su antojo”); la repetición del verbo “pone”
pero con un valor afirmativo, a partir del cual describe la verdadera ocupación de la RAE
(“solo pone en papel las reglas de acuerdo a su uso cotidiano”); el modo subjuntivo de
“modificara” y el tiempo condicional de la perífrasis verbal durativa “seguiríamos hablando”
en la oración condicional de segundo tipo “Si la RAE ‘incompetente’ no modificara su
diccionario de la manera en que lo hace, seguiríamos hablando como en 1800”, con los que
el hablante expresa con certeza las consecuencias de que la Academia no realizara su labor;
y el marcador reformulador recapitulativo “al final” (Cifuentes 2007: 20) seguido del verbo
atributivo en tercera persona del singular “es” de la última frase, donde el autor del tuit
sintetiza y concluye la razón por la que la RAE realiza las modificaciones mencionadas (“Al
final es la evolución del lenguaje”). No obstante, también encontramos elementos propios
de la modalidad apreciativa, pues el emisor muestra implícitamente su presencia a través
de la ironía contenida en “incompetente”, adjetivo evaluativo extraído de (9) para rebatir el
ataque de Usuario7 contra la RAE; y el adverbio valorativo “mal” precedido de la negación
del verbo atributivo “está” (“no está mal”), mediante la cual muestra su indiferencia ante
el hecho de hablar como en 1800. Por otra parte, el uso de elementos propios tanto de
un tono formal (términos concretos como “RAE”, “reglas”, “uso cotidiano”, “diccionario”,
“evolución del lenguaje”) como de uno coloquial (unidades fraseológicas como “quita y
pone”, “a su antojo” y “pone en papel”) nos llevan a decir que el registro empleado en
el discurso es informal. Finalmente, también encontramos rasgos de oralidad. Un claro
ejemplo son, aparte de las unidades fraseológicas comentadas anteriormente, el “que”
inicial átono de “Qué no está mal”, cuya tilde está mal empleada —esto probablemente
se deba a la espontaneidad con la que el autor ha elaborado su discurso—; y la elipsis en
“[Esto] Al final es la evolución del lenguaje”.
Seguidamente, a este tuit responde otro usuario que retoma el tema del lenguaje inclusivo:

(14) Usuario10: “{Usuario9} No es que esté totalmente a favor, pero entonces el


lenguaje inclusivo si que podría tener un espacio dentro de la RAE, puesto que esta
evoluciona…”. 6 enero 2020

Aquí Usuario10 aprovecha la explicación de Usuario9 sobre la labor de la RAE y


concluye que, si eso es cierto, el lenguaje inclusivo, es decir, el que utiliza -es como plural
genérico, sí que podría tener cabida en la Academia. Asimismo, para reforzar su punto de
vista incluye un argumento de causalidad que reformula lo dicho en (13) sobre la evolución
del lenguaje: “puesto que esta evoluciona”. Cabe señalar que este tema está muy presente
en los debates actuales sobre la lengua y causa cierta controversia en los hablantes. Este
tuit, junto con (11) y (12), es una prueba de ello, pues el tema mencionado aparece en
un debate que gira en torno a la tilde de unas determinadas palabras. La ideología que
subyace del discurso es, por tanto, renovadora, ya que el hablante se muestra partidario
de romper con la gramática para reivindicar la visibilización de aquellas personas que no
se identifican con ningún género.
Con respecto a la forma del discurso, en él predomina la modalidad epistémica, pues
mediante el verbo modal “podría” el autor del tuit expresa la posibilidad que tiene el
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 120

lenguaje inclusivo de ser recogido por la RAE. Esta modalidad también aparece en la
última frase, donde el hablante sostiene con certeza que el lenguaje evoluciona. Asimismo,
también encontramos elementos propios de la modalidad apreciativa como el empleo
del modo subjuntivo en el verbo atributivo “esté” junto con el adverbio “totalmente”,
con el que no se posiciona completamente del lado de Usuario9; y el marcador conector
consecutivo “entonces” (Cifuentes 2007: 20) incluido en la oración adversativa marcada
por la conjunción “pero” (“pero entonces el lenguaje inclusivo si que podría tener un
espacio dentro de la RAE”), mediante el cual el hablante expone lo que desde su punto
de vista debería ocurrir si es cierto que el lenguaje evoluciona. Finalmente, encontramos
elementos que muestran la escasa planificación e inmediatez con la que el emisor ha
construido su discurso, rasgos, a su vez, de oralidad. Prueba de ello es la ausencia de
tilde en el adverbio de afirmación “si”. Asimismo, los puntos suspensivos representan la
entonación suspendida del enunciado.
Para finalizar, nos encontramos con otro tuit que continúa con el debate en torno a
la ausencia de tilde en “guion”:

(15) Usuario11: “{@MPGArual} Yo no tengo ya edad para no acentuar guión,


¿sabe?”. 6 enero 2020

En este tuit el usuario, mediante un enunciado de tono humorístico, se muestra


contrario a la eliminación de la tilde del sustantivo mencionado. El argumento que
utiliza para justificarlo tiene que ver con algo personal: él ya no tiene edad para eso, es
decir, es demasiado mayor para aceptar un cambio como ese. Y esto, por muy humorístico
que pueda resultar al lector, no deja de mostrarnos implícitamente la postura ideológica
purista del autor para con la lengua, pues este no acepta el cambio ortográfico establecido.
Como podemos ver, el enunciado está claramente modalizado mediante el pronombre
personal “yo” y el verbo en primera persona “tengo”. Al final del discurso emplea el
marcador de interacción interpersonal “¿sabe?”, que busca el reconocimiento de la
aserción previa de carácter irónico (Mancera 2014: 258).

4.1.2. Debate en torno a spoiler y “destripe”


El segundo debate que analizaremos tiene que ver con uno de los fenómenos lingüísticos
que más interés y preocupación ha suscitado en los hablantes: la formación de palabras
nuevas o neologismos, en particular, aquellos que se han formado por préstamo de otras
lenguas (Santamaría 2019: 237), hayan sido adaptados o no al español. Es el caso de
spoiler, palabra formada por préstamo del inglés sin adaptar. En los distintos tuits que
forman el debate acerca de este anglicismo, los usuarios manifestarán dos tipos de actitudes
lingüísticas: la relacionada con el purismo léxico, que según Ludwig (2000: 168) tiene
que ver con el rechazo hacia lo nuevo y lo extranjero porque puede acabar con nuestra
identidad cultural, y la postura innovadora, que defenderá la hibridez del español debido a
la actual globalización y, por ende, al inevitable contacto entre lenguas y culturas. El debate
partirá del siguiente tuit, de cuyo hilo hemos seleccionado los diez comentarios en los que
las ideologías lingüísticas mencionadas eran más evidentes:

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


121 Ana Arroyo Botella

(16) El conejito ortográfico (@ortograconejito):


“| ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄|
La alternativa a «spoiler»
es destripe.
Los anglicismos innecesarios
y los destripes de Juego de
tronos me hacen llorar.
|_____________|
(\__/) ||
(•ㅅ•) ||
/ づ ”. 3 mayo 2019

En este tuit encontramos dos partes bien diferenciadas: en la primera, (“La alternativa
a «spoiler» es destripe”), el autor se muestra totalmente imparcial para informarnos de
que el anglicismo spoiler, palabra muy de moda hoy en día debido al actual auge que
están experimentando las series de televisión, tiene su equivalente en español: “destripe”.
No obstante, esta aparente objetividad se pierde en la segunda parte del tuit, donde
la presencia del hablante se hace evidente al opinar sobre la prescindencia de tales
anglicismos, que, junto con los destripes de Juego de tronos, la serie con más audiencia
mundial del momento, le “hacen llorar”. Como podemos ver, esta segunda parte está
claramente modalizada mediante el adjetivo evaluativo axiológico “innecesarios”, que hace
referencia a la superfluidad de utilizar spoiler en lugar de “destripe”; y una expresión que
apela al sentimiento de tristeza del autor del tuit: “me hacen llorar”. De esta manera, el
usuario muestra explícitamente su ideología purista para con el léxico de la lengua, pues,
a pesar del gran uso que actualmente está teniendo la palabra spoiler, se resiste a utilizarla
y propone utilizar la alternativa correspondiente en español: “destripe”, término no tan
conocido por los hablantes de nuestra lengua.
Con respecto a la forma en la que se construye el discurso, podemos ver cómo el
autor del tuit ha insertado el texto en una especie de caja dibujada mediante caracteres
tipográficos que simula una pancarta. Debajo de ella, aparece un conejo sosteniéndola. Por
el contexto, entendemos que se trata del locutor del texto: el conejito ortográfico que da
nombre a la cuenta del autor del tuit. De esta manera, lo expuesto se nos presenta de una
manera dogmática a la vez que cercana, lo cual atenúa el valor potencialmente conflictivo
del tuit. Con este mismo propósito de estrechar la relación entre emisor y receptor y
evitar los posibles conflictos que el rechazo de la palabra spoiler puede ocasionar, utiliza
como ejemplo la serie más conocida y con más seguidores a nivel mundial —Juego de
tronos— para introducir un juego de palabras en el que pone al mismo nivel la tristeza
que le ocasiona el uso de esos “anglicismos innecesarios”, por una parte, y lo que significa
ese anglicismo en particular (‘anticipación o revelación del contenido de alguna película,
serie o libro’). Finalmente, podemos mencionar la expresión hiperbólica que emplea
el autor del tuit para exagerar el sentimiento negativo de tristeza que ambas cosas le
ocasionan: “me hacen llorar”, propia del registro coloquial. Y es que, como afirma Víctor
Pérez (2014: 494), “esta implicación emocional destaca el valor subjetivo del discurso de
Twitter, que permite individualizar las identidades al ser las emociones personales de
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 122

cada uno y su propio punto de vista, y también ayuda a motivar la simpatía del resto con
los argumentos del tuitero”.
En cuanto a los comentarios que forman parte del debate en torno al uso del
anglicismo spoiler, el primero que analizaremos es el siguiente:

(17) Usuario12: “{UsuarioX} Siempre voy a apoyar eso, cada lengua es totalmente
diferente y eso es precioso, porque depende de la cultura e historia del país. No
quiero que el léxico se reduzca porque quede guay hablar en spanglish, no dejemos
que nos conquisten también la lengua”. 13 mayo 2019

En este tuit, el usuario muestra su conformidad con la última frase de un comentario


anterior: “hay expresiones diferentes porque son idiomas diferentes”. Además, después
de reproducir parcialmente estas palabras (“cada lengua es totalmente diferente”), añade
una valoración sobre lo dicho que muestra un imaginario sobre la lengua subjetivo y
emocional: “y eso es precioso”. Seguidamente, el usuario explica que esto se debe a la
cultura e historia propia del país en el que se habla una determinada lengua. Como
podemos ver, esto concuerda perfectamente con lo que Ludwig (2000: 168) nos
explicaba acerca del miedo a perder la propia identidad cultural que sienten ciertos
hablantes en esta época de situaciones de contacto lingüístico y cultural, de ahí el
temor del usuario por que “el léxico se reduzca porque quede guay hablar en spanglish”.
Asimismo, destaca la implicatura que encontramos en la siguiente oración (“no dejemos
que nos conquisten también la lengua”), de la que inferimos que con el cuantificador
focal incluyente “también” el autor del tuit se refiere a algo que los ingleses ya nos han
arrebatado. Por el contexto, entendemos que está haciendo referencia a las múltiples
modas que hemos adoptado de estos o, sobre todo, de los estadounidenses. El autor, por
tanto, no quiere que también acaben con nuestra lengua para sustituirla por el inglés.
Por todo esto podemos decir que la ideología lingüística que muestra el hablante en su
discurso es purista, pues rechaza la entrada de extranjerismos como spoiler porque su
acogida “atenta contra los rasgos propios y genuinos del sistema lingüístico de acogida”
(Santamaría 2019: 237), en este caso, el español.
Como podemos ver, la presencia del autor del discurso se constata desde el principio
con la perífrasis verbal en primera persona del singular “voy a apoyar”, que muestra
su adhesión a la opinión de UsuarioX, y el adjetivo evaluativo axiológico meliorativo
“precioso”, propio de la modalidad apreciativa y que sitúa la conformidad del hablante
con la existencia de diferentes expresiones para diferentes idiomas en el grado más alto
de la escala. Asimismo, mediante la negación del verbo volitivo en primera persona del
singular nos revela su mayor temor: “no quiero que el léxico se reduzca porque quede
guay hablar en spanglish”, una expresión cargada de ironía, pues mediante este uso del
discurso directo libre (Maldonado 1999) imita y critica, con un tono burlesco, a todos
aquellos que siguen la moda del spanglish —“modalidad del habla de algunos grupos
hispanos de los Estados Unidos en la que se mezclan elementos léxicos y gramaticales
del español y del inglés” (DLE 2019)— únicamente porque suena bien o “queda guay”.
Finalmente, el autor cierra su discurso con una oración imperativa negativa cuya
intención es incitar al lector a que se resista ante la entrada de extranjerismos, capaces

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


123 Ana Arroyo Botella

de destruir del todo nuestra identidad cultural. En esta última frase, destaca el uso de la
primera persona del plural en el verbo “dejemos”, mediante el cual se acerca a los lectores
y se incluye como miembro de una comunidad formada por todos los hispanohablantes;
y la metáfora de la conquista de la lengua que ya nos apareció en el anterior debate,
una metáfora que compara este contacto entre lenguas con una guerra por la pureza
del idioma. Todos estos rasgos muestran que el tuit está claramente modalizado. Y es
que, como afirma Víctor Pérez (2014: 492), “las opiniones que damos en Twitter están
lejos de ser neutras, pues se trata de transmitir nuestro punto de vista de la forma que
pensamos que puede ser más efectiva”.
Pero, seguidamente, nos encontramos con el discurso de otro usuario que manifiesta
una ideología lingüística diferente:

(18) Usuario13: “{@ortograconejito} Siempre podemos volver a destripar películas


y series en vez de spoilearlas, es cuestión de la gente, yo prefiero usar destripar que
spoiler #pocoapoco". 14 mayo 2019

En este tuit, el emisor intenta poner un poco de paz en el debate mostrando


una postura intermedia que no rechaza ni el anglicismo mencionado ni la palabra
equivalente en español. Usuario13 considera que podemos utilizar ambos términos, que
el uso de una u otra palabra dependerá de los gustos y preferencias de los hablantes.
Seguidamente, ejemplifica su punto de vista a través de su propia experiencia: él o ella
prefiere utilizar “destripe” en lugar de spoiler. El autor del discurso, implícitamente, está
haciendo referencia a la norma social que comentamos al principio del trabajo. Esto es,
el modelo del ‘buen uso’ o de lo considerado como más correcto de la lengua que acabará
siendo impuesto por el uso de los hablantes (Álvarez 2006: 81 y ss., cit. en Santamaría
2019: 236). Esto explica el hashtag que utiliza para cerrar el tuit, #pocoapoco, que viene
a significar lo siguiente: poco a poco sabremos lo que es correcto y lo que no, es cuestión
de tiempo. Este sería el tema y tesis principal del mensaje, como bien lo indica el uso
de la etiqueta. Y es que el autor del discurso no puede estar más en lo cierto, pues, tal
y como afirma Coseriu (1958), para que un cambio lingüístico llegue a producirse son
necesarios dos momentos: la innovación (creación de una forma alterada no normativa)
y la adopción o asentamiento de esa innovación. Y spoiler se encuentra en una fase de
transición entre esos dos momentos. Su aceptación dependerá, por tanto, del tiempo y
de su generalización en todo un sector social.
Con respecto al lenguaje que utiliza el usuario para construir su discurso, destaca el
juego que realiza con el sentido y la forma de ambas palabras, pues cuando afirma que
“siempre podemos volver a destripar películas y series en vez de spoilearlas”, podemos
pensar que “destripar” y “spoilear” son acciones distintas. No obstante, el lector entiende
por el contexto que en realidad está haciendo referencia al verbo que utilizamos a la hora
de referirnos a dicho proceso para hacernos ver que cualquiera de los dos será válido. Este
juego contribuye a estrechar la relación entre el usuario y sus lectores, así como apaciguar
el conflicto generado. Asimismo, en esta misma oración destaca el uso de la modalidad
epistémica a través del verbo modal de posibilidad “podemos” para expresar la opción
de utilizar una u otra palabra, dependiendo de nuestras preferencias. Además, con este
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 124

uso de la primera persona en plural se incluye en la comunidad formada por todos los
hablantes de español e intenta unirnos como tales. Finalmente, como ya comentamos,
el usuario cierra su tuit con un hashtag que contiene una locución adverbial de modo
propia del registro coloquial: “poco a poco”. Esto nos puede recordar a la manera en
que solemos cerrar la mayoría de nuestras conversaciones cotidianas con la intención
de calmar a un interlocutor que previamente nos ha planteado un problema de difícil
solución. Finalmente, podemos comentar la escasa premeditación del tuit que se constata
en la ausencia de puntos para separar las oraciones del enunciado, la ausencia de comillas
para mencionar el uso de “destripar” o el uso de la redonda en lugar de la cursiva para
mencionar spoiler en la última frase. Por ende, tanto el uso del hashtag, que muestra la
competencia de los recursos de Twitter del hablante, como la inmediatez comunicativa
que se desprende de su discurso, así como los rasgos coloquiales que encontramos en él,
presentan al emisor como un miembro más de la comunidad de Twitter.
Pero, de nuevo, otro usuario interviene para incitarnos a usar “destripe” en lugar de spoiler:

(19) Usuario14: “{@ortograconejito} Toda mi vida diciéndolo: -no me destripes del


final del libro( peli, serie...)... Tenemos una lengua preciosa. Usémosla”. 13 mayo 2019

En este tuit encontramos dos partes bien diferenciadas: en la primera, el autor


del discurso nos cuenta su experiencia con el término “destripe”, palabra que lleva
utilizando “toda su vida”. A continuación, utiliza el estilo directo para ejemplificar el
contexto en el que él mismo emplea esta palabra: “no me destripes el final del libro (peli,
serie…)”. De esta manera también informa al lector sobre el significado de “destripar”,
que viene a ser el mismo que “spoilear” (‘revelar el contenido o final de un libro, película,
serie…’). Por otro lado, en la segunda parte del tuit hallamos la tesis o punto de vista que
quiere defender el hablante: tenemos que usar la lengua porque esta es preciosa. Como
podemos ver, el autor del tuit no solo se muestra a favor de utilizar “destripe” en lugar de
spoiler, sino que mediante el imperativo “Usémosla” invita al lector a utilizar las palabras
que nuestra lengua nos ofrece, mostrando así un rechazo implícito a los neologismos
formados por préstamos de otras lenguas. Asimismo, destaca el adjetivo “preciosa” con
el que califica a la lengua. Como ya vimos en (17), este, muy frecuente en los discursos
puristas, muestra un imaginario sobre la lengua subjetivo y emocional. Por todos los
rasgos mencionados, nos atrevemos a decir que la ideología lingüística que subyace en
este breve discurso es purista.
En cuanto a la forma en la que el usuario construye su discurso, la subjetividad o
modalización del mismo se constata a través de los pronombres de primera persona
singular “mi” y “me”, utilizados para contar su propia experiencia; los verbos en primera
persona del plural “tenemos y “usémosla”, mediante los cuales el autor del tuit se incluye
en la comunidad de hablantes de español y se muestra cercano a sus lectores para invitarles
a utilizar las palabras que nuestra lengua nos ofrece —esta intención se hace explícita con
el uso del imperativo “Usémosla”, cuyo deíctico anafórico “la” se refiere a “lengua”—; y,
sobre todo, mediante el adjetivo evaluativo axiológico meliorativo “preciosa” con el que
se refiere a la lengua. Esta expresión valorativa que ya nos apareció en (17) evidencia la
actitud purista del hablante para con el léxico. Asimismo, encontramos rasgos de oralidad

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


125 Ana Arroyo Botella

propios de la naturaleza de la red microblogging. Nos referimos, por ejemplo, a la elipsis


verbal en la primera oración (“[llevo] toda mi vida diciéndolo”), los puntos suspensivos
que representan la entonación suspendida de la frase “-no me destripes el final del libro(
peli, serie…)…”, que en un contexto oral nos informaría del enfado del hablante en el
caso de que alguien le destripara un libro, película o serie; y la abreviación de la palabra
“película” (“peli”), muestra de la coloquialidad del discurso, así como la expresión un tanto
hiperbólica “toda mi vida”. Asimismo, ejemplos de la inmediatez comunicativa de Twitter
y la escasa premeditación del discurso de sus usuarios podrían ser los espacios sobrantes
entre el primer paréntesis y “peli” y entre el segundo paréntesis y los puntos suspensivos, la
falta del punto final y la preposición sobrante del complemento directo “el final del libro(
peli, serie…)”, pues “destripar” es un verbo transitivo que no necesita de preposición.
Hasta ahora los tuits analizados mostraban una postura ideológica purista o, como
vimos en (18), intermedia. Pero en el discurso que analizaremos a continuación el punto
de vista defendido diferirá de los anteriores:

(20) Usuario15: “{@ortograconejito}


Fútbol = balon pie
Corner = esquina
Garaje = estacionamiento
Y asi una larga lista, el lenguaje evoluciona conforme las fornteras se abren y las
personas de diferentes lenguas se unen. No querer que estas cosas pasen es no querer
evolucionar como ser humano. Gracias.”. 13 mayo 2019

En este tuit, nos encontramos de nuevo con dos partes bien diferenciadas. En cuanto
a la primera, a simple vista nos puede resultar totalmente objetivo, pues solamente nos
informa de manera esquemática sobre tres neologismos formados por préstamo de otras
lenguas y sus equivalentes en español, a lo que añade “y así una larga lista”. No obstante,
al leer la segunda parte, entendemos que estas tres parejas de palabras separadas por el
símbolo matemático (=) (‘igual a’) no eran sino un ejemplo de préstamos ya acogidos y
adaptados a nuestra lengua para apoyar su tesis: que el lenguaje evoluciona de la mano
del ser humano, que se relaciona con hablantes de diferentes lenguas. Inferimos, por
tanto, que el usuario se muestra a favor de utilizar spoiler en lugar de “destripe”, al igual
que ahora utilizamos “fútbol”, “córner” y “garaje” en lugar de “balompié”, “esquina” y
“estacionamiento”. Como podemos ver, este punto de vista difiere del anterior, pues su
actitud a favor de la evolución del lenguaje y, por ende, de la inclusión de préstamos
de otras lenguas en la nuestra, nos llevan a decir que la postura del autor del tuit
para con la lengua es renovadora. El usuario explica que la evolución del lenguaje es
resultado inevitable de la apertura de fronteras. Es por eso por lo que concluye con un
paralelismo sintáctico en el que pone al mismo nivel a las personas que se muestran
contrarias a la entrada de neologismos de otras lenguas en nuestro idioma y a las que
no quieren evolucionar como seres humanos (“no querer que estas cosas pasen es no
querer evolucionar como ser humano”); una comparación que podría resultar un tanto
exagerada para el lector. Y esto, junto con el “gracias” que utiliza el usuario como cierre,
contribuye a que su discurso resulte un tanto cortante para sus lectores.
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 126

Asimismo, en este tuit encontramos un cambio de registro con respecto al anterior,


pues ya no hallamos esa coloquialidad que otorgaba una imagen cercana al lector; aquí, el
usuario se muestra distante. Prueba de ello es el uso de la tercera persona y el empleo de
formas verbales no personales como el infinitivo del verbo “querer”, que aparece negado y
reiterado (“No querer […] es no querer”). También cabe mencionar la presencia de errores
ortográficos que probablemente sean involuntarios “y que respondan a una escasa reflexión
en el momento de su redacción —motivada quizás por la ausencia de planificación del
discurso” (Mancera 2016: 6). Es el caso de la separación de “balompié” (“balon pie”), la
ausencia de tilde en “corner” y “asi” y la metátesis en “fornteras”, producida seguramente
por la rapidez con la que el usuario escribe a través del teclado del ordenador o móvil. Esto
demuestra, una vez más, la inmediatez comunicativa de Twitter. Finalmente, podemos
mencionar la elipsis del verbo “haber” en la primera oración (“Y así [hay] una larga lista”),
aspecto que muestra la oralidad de este breve discurso.
Continuando con el debate sobre el neologismo spoiler, nos encontramos con la
participación de un nuevo usuario cuyo breve discurso nos aportará una información
relevante acerca de su ideología lingüística:

(21) Usuario16: “{@ortograconejito} a internet la llamamos entrerred? vamos…”. 13


de mayo 2019

Como podemos ver, este tuit está formado por una pregunta retórica que orienta la
respuesta hacia la negativa, por eso decimos que “el acto verbal implicado no es sino una
proposición declarativa” (Bosque 1980: 95), a saber: “a internet no la llamamos entrerred”.
Asimismo, se trata de una pregunta cargada de ironía, ya que con ella el usuario quiere
hacernos ver que el hecho de utilizar “destripe” en lugar de spoiler viene a ser lo mismo
que llamar a internet “entrerred”. Con este mismo fin de equiparar ambos neologismos
focaliza el objeto directo “a internet” mediante una dislocación a la izquierda de este, que
aparece duplicado después en forma de pronombre clítico (“la”). Así pues, la pregunta
retórica constituye una implicatura para el lector, de la cual podemos inferir que el
hablante rechaza el uso del equivalente español de spoiler, pues nadie usa “entrerred”,
traducción literal al español de “internet”, un neologismo formado por préstamo del
inglés cuya aceptación en la RAE tuvo lugar ya en 2003. Pero este rechazo se hace todavía
más evidente cuando el usuario utiliza el marcador discursivo deverbal “vamos” para
cerrar su discurso. De acuerdo con la sistematización que realiza Mónica Castillo (2008)
de los valores de este marcador, aquí “vamos” tendría un valor ponderativo negativo, pues
expresa el desacuerdo del hablante con respecto a lo dicho por @ortograconejito en (16).
La misma autora (2006: 1741), a partir de los estudios de Chodorowska-Pilch (1999)
y Martín Zorraquino (1999: 4178), clasifica “vamos” como un marcador discursivo
interpersonal de cortesía, pues mediante él el hablante mitiga la fuerza impositiva de sus
afirmaciones al mismo tiempo que establece una relación de complicidad y consenso con
su interlocutor gracias a la forma en primera persona del plural, todo ello para orientarlo
hacia la misma perspectiva enunciativa. Asimismo, destaca la entonación suspendida que
sigue a “vamos” representada por los puntos suspensivos. Estos, además de acentuar la
ironía del discurso, nos informan nuevamente sobre la discrepancia del hablante con lo

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


127 Ana Arroyo Botella

enunciado por el tuit principal del hilo y su intención de influir en el punto de vista de sus
lectores. Y es que como afirma Ana Mancera (2008: 476), las “secuencias aparentemente
suspendidas, sincopadas o incompletas son plenamente comunicativas precisamente en
cuanto suspendidas”. Todo ello nos lleva a la conclusión de que el hablante defiende una
postura renovadora para con la lengua.
Por otra parte, de nuevo nos encontramos ante un discurso cuya elaboración apenas
ha sido premeditada por el emisor. Prueba de ello es la ausencia del signo inicial de
interrogación o de las comillas en “entrerred” y el hecho de no haber escrito mayúscula
inicial a principio de oración. Pero, como llevamos diciendo a lo largo de todo el trabajo,
esto se debe a la inmediatez comunicativa del canal. Asimismo, esto es una prueba de la
oralidad del discurso, que se hace más evidente con el empleo de la pregunta retórica, el
marcador interpersonal “vamos”, muy frecuente en el español peninsular hablado, y los
puntos suspensivos que intentan imitar la entonación de la lengua hablada. Todo ello,
por supuesto, construido en un registro coloquial.
La misma postura que hemos visto en (21) la manifestará otro usuario, pero de una
manera diferente:

(22) Usuario17: “{@ortograconejito} Retweeten’t”. 13 mayo 2019

En este tuit, el hablante muestra su desacuerdo con @ortograconejito de una manera


que solo podría entender un usuario de la comunidad de Twitter. Y es que esta red
social “ha establecido unas normas propias de comunicación social entre sus usuarios y
su lenguaje es ya reconocido en toda la red global e, incluso, en la realidad física (Pérez
2014: 485). Si recordamos, el retuit era un recurso de Twitter que permitía retomar
un tuit ajeno a modo de cita, normalmente para mostrar aprobación con este último.
Pero lo que ha hecho este usuario no ha sido utilizar esta herramienta, sino escribir la
misma palabra “retweet” añadiéndole el sufijo de negación del inglés. Por tanto, por
el contexto podemos inferir que el tuit vendría a significar lo siguiente: “no estoy de
acuerdo”. Asimismo, el hecho de no haber adaptado la palabra al español y haber escrito
retweet en lugar de “retuit” también puede estar relacionado con la buena acogida por
parte de Usuario18 de los anglicismos en nuestra lengua y el rechazo de las alternativas
en español, como es el caso de “destripe”. Por tanto, podemos decir que, a pesar de la
brevedad del discurso, formado únicamente por una palabra, el enunciado se muestra
completo y nos aporta la suficiente información para definir la ideología lingüística del
hablante para con el léxico del español: la postura renovadora que le da la bienvenida a
los neologismos formados por préstamos de otras lenguas, en este caso, del inglés; una
postura que también manifestará nuestro siguiente usuario:

(23) Usuario18: “{@ortograconejito} Sí, y balompié en vez de fútbol. O media luna


en vez de cruasán... A mí lo que me hace llorar es la pedantería sumisa a ese club de
viejos machistas sin cuya existencia sobreviven muchísimos idiomas en el mundo.”.
13 mayo 2019

Como podemos ver, este tuit comienza como (20), es decir, con dos parejas de
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 128

palabras formadas por un neologismo constituido por préstamo de otro idioma ya


adaptado a nuestra lengua (“fútbol” y “cruasán”) y su correspondiente palabra en español
(“balompié” y “media luna”). No obstante, la objetividad en esta primera parte del tuit
es nula, pues está modalizada por la acusada ironía con la que el hablante construye su
discurso. Prueba de ello es el adverbio de afirmación “sí” que abre el tuit, que, en lugar
de denotar conformidad con respecto a lo enunciado por @ortograconejito, connota
todo lo contrario: la discrepancia del emisor con lo dicho en (16). Pero la ironía llega a
su clímax cuando, mediante un tono burlesco, el usuario ridiculiza el hecho de emplear
la palabra española en lugar de su neologismo correspondiente: “y balompié en vez
de fútbol. O media luna en vez de cruasán…”. Por otro lado, la segunda parte del tuit
nos es de especial interés en lo que a ideología lingüística se refiere, pues el autor de
este expone abiertamente su punto de vista con una serie de implicaturas para cuya
comprensión necesitaremos explicar brevemente su contexto.
El usuario, cuando afirma “a mí lo que me hace llorar es la pedantería sumisa a ese
club de viejos machistas […]”, está criticando la labor de la Academia a la hora de
recomendar el uso de ciertas palabras en español que puedan sustituir a neologismos
formados por préstamos de otras lenguas. Por tanto, el sustantivo “pedantería” con el
que se refiere a esas recomendaciones que pueden resultar un tanto forzadas para los
hablantes —como es el caso de “destripe”— tiene un valor peyorativo. Lo mismo ocurre
con el adjetivo “sumisa” que lo acompaña, un adjetivo evaluativo axiológico peyorativo
que hace referencia a la dependencia que tiene la aceptación de esas palabras con
respecto a los miembros de la Academia, aquí referidos con el sintagma “ese club de
viejos machistas”, una fórmula totalmente descortés. Inferimos que los llama “viejos”
porque la mayoría de los académicos que pertenecen a la RAE son de edad avanzada, y
“machistas” debido a las numerosas polémicas que ha provocado la aceptación por parte
de la RAE de ciertos términos o definiciones. La más conocida es la ocasionada por la
quinta acepción de “fácil” que figuraba hasta 2018 (‘Dicho de una mujer: que se presta
sin problemas a mantener relaciones sexuales’) y que fue rectificada en este mismo año
tras las diversas denuncias provenientes de diferentes colectivos. Asimismo, el hecho
de calificar a estos de “machistas” también puede tener relación con algo que se critica
actualmente: que la mayoría de ellos son hombres y que su actitud con respecto al
lenguaje inclusivo es de rechazo.
Por otra parte, el autor del tuit refuerza su punto de vista con un argumento de
consecuencia, ya que sostiene que la labor de estas personas es prescindible en la
existencia de cualquier idioma: “sin cuya existencia sobreviven muchísimos idiomas en
el mundo”. Como podemos ver, aquí se emplea de nuevo un verbo relacionado con esa
metáfora de la guerra que muchos hablantes utilizan a la hora de debatir sobre la lengua;
nos referimos a “sobreviven”, un verbo que personifica a los idiomas y que hace referencia
a esa “lucha” por la lengua que, según el autor, podría ser ganada sin la presencia de los
académicos de la RAE. Como podemos ver, a partir de este breve discurso podemos
determinar claramente la postura ideológica de su autor para con la lengua, pues no solo
rechaza mediante la ironía el uso de las palabras españolas “destripe”, “balompié” y “media
luna”, sino que critica y ataca directamente a la Academia. La ideología lingüística de
Usuario18 es, por tanto, renovadora.

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


129 Ana Arroyo Botella

Como hemos podido comprobar, el tuit llama la atención por su alto grado de
modalización, pues la subjetividad del discurso se constata desde el inicio a través de
esa acusada ironía comentada anteriormente. Pero la presencia del autor del tuit se hace
explícita cuando este focaliza el complemento indirecto formado por el pronombre de
primera persona “mí” mediante una topicalización a la izquierda. Lo mismo ocurre cuando el
hablante retoma como gesto de burla la apelación a los sentimientos que vimos en (16) para
rechazar lo dicho por este mismo (“lo que me hace llorar es […]”) y expresar abiertamente
su punto de vista; o la descortesía resultante del insulto “viejos machistas” con el que se
refiere a los miembros de la RAE, cuya intención no es sino dañar su imagen. Pero, aparte
de estos, también encontramos otros sustantivos y adjetivos peyorativos como “pedantería”
y “sumisa”, así como el cuantificador en grado superlativo absoluto “muchísimo”, que hace
mayor la prescindencia de la Academia, pues el autor considera que sin ella podrían existir
no solo unas pocas lenguas, sino una gran cantidad de ellas. La carga subjetiva del tuit es,
por tanto, enorme. Pero, por otra parte, a pesar de tratarse de un discurso oralizado —como
muestran la presencia de la elipsis (“y balompié en vez de fútbol. O media luna en vez de
cruasán…”), la inmediatez comunicativa que se desprende de la escasa planificación del
tuit, la entonación suspendida representada por los puntos suspensivos (“O media luna
en vez de cruasán…”), etc.—, no nos atrevemos a decir que el hablante utiliza un registro
coloquial, pues el uso de términos como “pedantería sumisa” y de oraciones subordinadas
como “sin cuya existencia existen muchísimos idiomas en el mundo” son rasgos propios de
un registro formal, también empleado en el siguiente discurso:

(24) Usuario19: “{Usuario18} No hay pureza en el idioma, sólo las lenguas muertas
no se mezclan.”. 14 mayo 2019

Este usuario responde a Usuario18 para mostrar su conformidad con respecto a lo


dicho por este último y, al mismo tiempo, contribuir al debate sobre el neologismo spoiler
con su pequeña intervención. En su breve discurso observamos un rechazo explícito de
la postura conservadora de aquellos que defienden la pureza de la lengua: “no hay pureza
en el idioma”. Seguidamente, de la implicatura “sólo las lenguas muertas no se mezclan”
inferimos que las lenguas vivas como el español se mezclan —es decir, son cambiantes—
y que, por tanto, debemos aceptar la entrada de neologismos que proceden de otras
lenguas como consecuencia del contacto lingüístico. Podemos concluir, pues, que el autor
del tuit muestra una ideología lingüística renovadora. Cabe señalar que su punto de vista
nos recuerda al que muestra Lázaro Carreter en El dardo de la palabra, donde rechaza la
existencia de la pureza de un idioma, que, si está vivo, se caracteriza por ser cambiante:

¿Cómo voy a defender la pureza del idioma si no creo en ella? […] No existe ninguna
lengua pura: todas, desde sus orígenes, son producto de mestizaje. La impureza es
lo que permite que las lenguas sean instrumentos adecuados a las cambiantes y
progresivamente complejas necesidades de sus usuarios. (Lázaro 1997: 278)

Con respecto a la forma en la que al autor del tuit construye su discurso, el usuario
expone su punto de vista de una manera breve, clara y concisa. Asimismo, utiliza una
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 130

oración impersonal (“no hay pureza en el idioma”) y otra en tercera persona (“sólo las
lenguas muertas no se mezclan”), lo cual anula la presencia del emisor. Y si a esto le
sumamos el registro culto que se desprende del uso de términos como “pureza” y “lenguas
muertas” y la correcta escritura del tuit —fruto de una previa planificación—, podemos
concluir que la imagen del emisor resulta totalmente distante para sus lectores, lo cual
contrasta con esa relación de proximidad que suele haber entre los usuarios de Twitter.
Seguidamente, otro usuario expondrá este mismo punto de vista para con la lengua
de una manera más elaborada:

(25) Usuario20: {@ortograconejito} El conejito ortográfico se puede preocupar


precisamente de la buena ortografía y no tanto de los extranjerismos que han existido,
existen y existirán en nuestra lengua. Algo totalmente normal en un idioma vivo que
es influenciado cada día. Somos más papistas que Reverte aquí.”. 14 mayo 2019

Como podemos ver, en este tuit nos encontramos de nuevo con el discurso de un
hablante que se muestra a favor de la presencia de extranjerismos en nuestra lengua. En
primer lugar, el usuario utiliza la tercera persona para apelar a @ortograconejito de una
manera descortés con la intención de dañar su imagen y criticar su punto de vista. Para
ello, mediante un tono burlesco le aconseja que se centre en cuestiones de ortografía, pues
se equivoca cuando trata el tema relacionado con los extranjerismos que, según el hablante,
“han existido, existen y existirán en nuestra lengua”. Así pues, el autor del tuit se muestra
a favor de la presencia de estos neologismos formados por préstamos de otras lenguas en
nuestro idioma y, seguidamente, argumenta su tesis mediante un argumento de causa:
“Algo totalmente normal en un idioma vivo que es influenciado cada día”. Es decir, que la
presencia de estos extranjerismos es resultado de una lengua que está viva y, por tanto, es
cambiante debido a la influencia que continuamente recibe de otros idiomas. Finalmente,
llama la atención la manera en que el usuario cierra su tuit, pues introduce una modificación
de la frase hecha “ser más papista que el papa”, una expresión que solemos utilizar para
referirnos a alguien que se preocupa más por un asunto que la persona directamente
afectada y al final resulta ser más dogmático que el entendido en una determinada materia.
Mediante este ataque indirecto a los miembros de la RAE y, en concreto, a Arturo Pérez
Reverte —miembro de la Real Academia Española desde 2003—, el usuario rechaza
tanto el punto de vista de @ortograconejito como su labor de exponer normas lingüísticas
pese a la poca autoridad que transmite al no pertenecer a ninguna institución de la lengua
como la RAE o la Fundéu BBVA. En síntesis, nos encontramos ante el discurso de un
hablante que se muestra a favor de la evolución de la lengua y, por ende, de la entrada de
neologismos como spoiler en ella, fruto del contacto lingüístico o cultural entre hablantes
de diferentes lenguas. Y si a este punto de vista le sumamos la crítica indirecta que realiza
el autor del tuit a Pérez Reverte, podemos concluir que la ideología que presenta nuestro
usuario con respecto a la lengua es, de nuevo, innovadora.
En cuanto a la forma en que el autor construye su discurso, este se encuentra
modalizado mediante el verbo modal de posibilidad “puede” que el hablante utiliza para
aconsejar a @ortograconejito que se centre en otros asuntos y el adverbio de enunciación
“precisamente”, ambos propios de la modalidad epistémica. Como afirma Anna López

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


131 Ana Arroyo Botella

Samaniego en el Diccionario de partículas discursivas del español (http://www.dpde.es/#/


entry/precisamente1), la partícula “precisamente” indica “que el emisor considera que la
aparición, de entre todos los elementos posibles, de un elemento coincidente con otro
previo es significativa, ya sea por el carácter sorprendente de tal coincidencia o porque
esta ha sido especialmente buscada”. En este caso, con la intención de dañar la imagen de
@ortograconejito, el autor del discurso quiere resaltar lo sorprendente y contradictorio
que resulta que un usuario que tenga como nombre “El conejito ortográfico” trate asuntos
como el de los extranjerismos, que poco tiene que ver con la buena ortografía. Asimismo, el
tuit también está modalizado por el adverbio “tanto”, la secuencia de tiempos verbales “han
existido, existen y existirán” con la que constata la inevitable presencia de extranjerismos
en nuestra lengua y el adverbio de enunciación “totalmente”, que intensifica al adjetivo
axiológico evaluativo “normal” con el que el hablante califica dicho fenómeno. Finalmente,
destaca el verbo en primera persona del plural “somos” con el que introduce la frase hecha
comentada anteriormente, también cargada de subjetividad. Pero su uso no es el mismo
que el del determinante posesivo “nuestra” (“nuestra lengua”), con el que se muestra como
miembro de una comunidad de hablantes; aquí, “somos” tiene un matiz generalizador que
consigue mitigar lo violento que podría resultar el uso de la segunda persona para apelar
directamente a @ortograconejito. Por último, podríamos decir que, a pesar de la correcta
escritura del tuit y de la presencia de términos concretos como “extranjerismos” e “idioma
vivo”, este no deja de ser un discurso elaborado en un registro informal, como demuestra
el uso de la frase hecha final, y con rasgos de oralidad, como por ejemplo la presencia de
la elipsis del sujeto y del verbo en “[Esto es] algo totalmente normal en un idioma vivo
que es influenciado cada día”.

4.1.3. Debate en torno a “puto” como pref ijo intensif icador


El tercer y último debate que analizaremos versa sobre “puto”, una palabra que, a pesar de
llevar siglos en el diccionario como adjetivo o sustantivo malsonante, actualmente está
adquiriendo un nuevo uso en la jerga juvenil de España. Nos referimos a “puto” como
prefijo intensificador. Así lo definió la RAE en un tuit que respondía a una consulta
realizada por la famosa @lavecinarubia en marzo de 2019:

(26) RAE (@RAEinforma): “{@lavecinarubia} #RAEconsultas ..., como en «Eres


el puto amo». En ese registro, además del adverbio «putamente» ('muy': «putamente
mal»), se registra el uso de «puto» como prefijo intensificador: «Me putoencanta».
Por ser un elemento átono, la grafía recomendable es univerbal. (2/2)”. 3 marzo 2019

El tuit del que partirá nuestro debate está escrito también por La vecina rubia (@
lavecinarubia), que constata este valor intensificador de “puto”:

(27) La vecina rubia (@lavecinarubia):


“–Me gusta.
–Me flipa.
–Estoy superenamorada.
–Me putoencanta.
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 132

El valor de «puto» como prefijo intensificador es innegable.”. 2 diciembre 2019


En este discurso diferenciamos dos partes: en la primera la autora hace uso del estilo
directo para introducir una serie de enunciados que emitiría alguien para expresar que
siente algo por una persona: “Me gusta”, “Me flipa”, “Estoy superenamorada”, “Me
putoencanta”. Asimismo, para ordenar estas intervenciones esta utiliza la gradación, pues
su significación va ascendiendo de manera que cada una de ellas expresa algo más que
la anterior: “Me flipa” expresa más admiración que “Me gusta”, “Estoy superenamorada”
expresa más amor que “Me flipa”, y “Me putoencanta” es la máxima expresión de ese
sentimiento amoroso hacia alguien. Una vez el lector ha entendido el valor de “Me
putoencanta” gracias a los anteriores ejemplos, La vecina rubia expone su tesis o punto
de vista: “El valor de «puto» como prefijo intensificador es innegable”. Aquí inferimos
que se atreve a emplear el tecnicismo “prefijo intensificador” porque, como hemos visto
más arriba, la misma RAE fue la que le propuso este término. En lo que se refiere a la
ideología lingüística que se desprende de este breve discurso, el hecho de que la autora
del tuit acepte este uso de “puto” y contribuya a su extensión nos lleva a pensar que la
postura implícita de la usuaria para con la lengua es renovadora, pero en tanto que la
RAE también lo es, pues, aunque esta no recomienda el nuevo uso de “puto” en la lengua
formal, lo ha admitido.
Con respecto al léxico del tuit, a excepción del tecnicismo “prefijo intensificador”
con el que La vecina rubia clasifica el valor mencionado de “puto”, predominan las
palabras que se utilizan en el argot juvenil de España para expresar los sentimientos de
amor hacia alguien (“flipa”, “superenamorada”, “putoencanta”). El registro utilizado es,
por tanto, coloquial. Finalmente, en cuanto a la actitud del hablante ante lo enunciado,
en la última oración del tuit, la única en la que locutor y sujeto hablante coinciden,
encontramos tanto la modalidad epistémica como la apreciativa. La primera tiene que
ver con el grado de certeza con que el que la autora del tuit defiende el valor de prefijo
intensificador que tiene “puto”, mientras que la segunda se puede percibir a través del
adjetivo evaluativo “innegable”.
Entre los tuits que forman parte del debate, el que lo abre es el siguiente:

(28) Usuario21: “{@lavecinarubia} El día que la RAE lo acepte me da algo😂”. 3


diciembre 2019

Aquí el usuario nos advierte de la sorpresa que le ocasionará la aceptación por parte
de la RAE del prefijo “puto” con valor intensificador. Para ello, mediante la hipérbole
“me da algo” apela a las emociones para referirse a esa pasión súbita del ánimo que le
sobrevendrá cuando tal aceptación tenga lugar. Asimismo, con el emoticono de la risa
refuerza la expresión de su estado de ánimo. Cabe señalar que el uso de este emoticono
es esencial para establecer la ideología lingüística del autor del tuit, pues sin él ese “me
da algo” connotaría el rechazo del uso de “puto” por parte del hablante y, por tanto, la
postura ideológica de este para con la lengua sería purista. No obstante, el emoticono,
al expresar la actitud desenfadada y de risa del usuario nos lleva a pensar que este no
rechazaría su acogida en el diccionario; más bien le haría gracia. Por eso decimos que la
ideología lingüística del hablante es renovadora.

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


133 Ana Arroyo Botella

Con respecto a la forma del discurso, este se encuentra modalizado por el uso del
modo subjuntivo en “acepte”, con el que el hablante expresa la posibilidad de la aceptación
del prefijo (“el día que la RAE lo acepte […]”), el valor de futuro de la forma verbal en
presente “da”, que, junto con el pronombre en primera persona del singular “me”, nos
advierte de sus futuras emociones; y el emoticono de la risa que imita la expresión facial
del hablante a la vez que muestra el dominio de este con el lenguaje típico de la red.
Todo ello, a su vez, empleado en un registro coloquial, como lo demuestran el uso de la
expresión “me da algo” y el emoticono.
Seguidamente, Usuario22 interviene para responder a Usuario21 e informarle sobre
el estado en el que se encuentra actualmente el prefijo “puto” en nuestra lengua:

(29) Usuario22: “{Usuario21} Aún no lo han registrado en el diccionario


como intensificador pero sí que dan consejos de uso https://verne.elpais.com/
verne/2019/05/22/articulo/1558511061_159120.html”. 3 diciembre 2019

Como podemos ver, el hablante nos informa de que la RAE todavía no recoge este
valor de “puto” en el diccionario, pero sí nos da indicaciones sobre cómo utilizarlo. A
su vez, para enriquecer esta información aprovecha los recursos de Twitter y adjunta un
enlace que nos dirige a una noticia de El País. A pesar de que el hablante no se muestra
ni a favor ni en contra de este uso de “puto”, el hecho de que nos remita a lo que dice la
autoridad significa que este admite sin críticas las propuestas de la Academia y que, por
tanto, la postura ideológica que defiende con respecto a la lengua es purista.
El registro utilizado por este usuario contrasta con la coloquialidad de (28), pues el
uso de términos concretos como “han registrado”, “diccionario”, “intensificador” y “uso”
es propio de un registro, si no culto, formal. Asimismo, el emisor se muestra distante
con sus lectores, ya que habla desde la tercera persona para ofrecernos una información
objetiva acerca del actual estado de “puto” como intensificador.
A continuación, otro usuario rechaza de un modo directo este nuevo uso de “puto”:

(30) Usuario23: “{@lavecinarubia} Innegable y horroroso, suena muy burdo”. 2


diciembre 2019

En este tuit, el emisor reformula de manera parcial lo dicho en (26) para seguidamente
criticar este uso de “puto” mediante la expresión valorativa “horroroso”, que muestra
un imaginario sobre la lengua subjetivo y emocional (el uso de “puto” como prefijo
intensificador causa horror en el hablante). Concluimos, por tanto, que la ideología
lingüística de Usuario23 es purista.
Como podemos ver, en el tuit predomina la modalidad apreciativa, ya que el autor nos
muestra su opinión acerca del uso de “puto". Entre los elementos modalizadores, cabe
mencionar la carga irónica del adjetivo “innegable”, que en realidad connota lo contrario,
los adjetivos evaluativos axiológicos peyorativos “horroroso” y “burdo” con los que rechaza el
uso de “puto” debido a su malsonancia, y el adverbio intensificador “muy”, que acentúa esta
cualidad. Con respecto al registro utilizado, el usuario construye su discurso en un registro
culto. Prueba de ello es el léxico utilizado (“horroroso”, “burdo”). Pero esto no le resta
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 134

oralidad al tuit, pues la elipsis utilizada en “[El valor de “puto” como prefijo intensificador
es] innegable y horroroso, [“puto”] suena muy burdo” es un rasgo de la lengua hablada.
Más tarde, otro usuario muestra de nuevo su discrepancia con La vecina rubia:

(31) Usuario24: {@lavecinarubia} Como calco de estructura del inglés me parece


horrible. Queda postizo y antinatural.”. 11 diciembre 2019

Aquí el autor del tuit rechaza el uso de “puto” como prefijo intensificador porque al
ser un calco del inglés no queda natural. Y es que algunos autores sostienen que “puto” es
un anglicismo que actúa del mismo modo que las voces fucking o bloody en el inglés: me
putoencanta = I bloody love it (Arráez, Moreno y Nieto 2015, 2016, cit. en García 2019:
65). Y esto al hablante le parece “horrible”. Como podemos ver, la expresión valorativa
de (30) se repite aquí para indicar, de nuevo, las emociones negativas que le produce al
hablante este nuevo uso de “puto”. Concluimos, por tanto, que su postura ideológica para
con la lengua es purista.
En cuanto a la forma del discurso, en este predomina la modalidad apreciativa, pues
el usuario realiza un juicio de valor negativo con respecto a “puto”. La subjetividad del
tuit se constata a partir del adjetivo evaluativo axiológico peyorativo “horrible” y el verbo
atributivo “parece” seguido del pronombre personal de primera persona del singular “me”
con el que el emisor marca explícitamente su presencia. Asimismo, destacan los adjetivos
valorativos “postizo” y “antinatural” que, al igual que “horrible”, evalúan negativamente a
“puto”. También cabe mencionar la estructura de tópico inicial de “como calco de estructura
del inglés”, construcción absoluta predicativa con sintagma preposicional si atendemos a
la clasificación de Rafael Marín (2000: 221-248). Así, el hablante focaliza el motivo por el
que queda “antinatural” ese uso de “puto”. Finalmente, la escasa planificación del discurso
se constata en la ausencia del determinante “la” en el sintagma nominal “estructura del
inglés”, debido probablemente a una falta de pulsación del emisor y a la inmediatez
comunicativa del canal.
Pero no todo son opiniones negativas con respecto al prefijo intensificador “puto”. Un
claro ejemplo es el siguiente tuit:

(32) Usuario25: “{@lavecinarubia} Me PUTOENCANTA!”. 3 diciembre 2019

Como podemos ver, Usuario25 reformula lo dicho en (26) para expresar su opinión
con respecto al uso de “puto” como prefijo intensificador: la expresión “me putoencanta”
le “putoencanta”. El hablante, por tanto, además de contribuir a la extensión del uso de
esta palabra, se muestra explícitamente a favor de La vecina rubia. Por tanto, concluimos
que la ideología lingüística del autor del tuit es renovadora.
Con respecto a la forma del discurso, la modalidad predominante es la apreciativa,
ya que el usuario realiza un juicio de valor. Prueba de ello es el pronombre personal
en primera persona del singular “me” y el verbo valorativo intensificado “putoencanta”,
que muestran las emociones positivas del hablante con respecto al uso de esta misma
expresión. Pero esta expresividad se acentúa aún más con el uso de las mayúsculas y de
la exclamación, rasgos, a su vez, de oralidad, pues imitan el tono elevado de la lengua

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


135 Ana Arroyo Botella

hablada. Finalmente, el registro empleado es coloquial, como lo demuestra el empleo de


“puto”, propio de la jerga juvenil, y la brevedad del discurso.

Seguidamente, otro usuario rechaza este uso de “puto” de un modo más original:
(33) Usuario26: “{@lavecinarubia}

”. 3 diciembre 2019

Aquí el autor del tuit aprovecha los recursos de Twitter e inserta una animación GIF
(Graphic Interchange Format), es decir, un tipo de archivo de intercambio de imágenes
muy utilizado en las redes sociales para complementar las publicaciones y representar
las ideas o emociones de los usuarios. En este GIF aparece el actor Steve Carell en
la película Sigo como dios pronunciando, con cara de enfado, las siguientes palabras en
inglés: “NO, GOD, PLEASE, NO! NO! NO! NOOOOO”. Así, el hablante se sirve
de esta negación rotunda para expresar con humor su rechazo ante el uso del prefijo
intensificador “puto”. La ideología lingüística que defiende el usuario es, por tanto,
purista. Esta postura también se desprenderá del siguiente discurso:

(34) Usuario27: {@lavecinarubia} Yo os daba un sartenazo en la cara a todos los que


lo usáis. No offense.”. 2 diciembre 2019

En este tuit el usuario muestra su rechazo ante el uso de “puto” como prefijo
intensificador mediante una expresión coloquial en la que hace referencia a la violencia
física: “os daba un sartenazo en la cara”. A partir de esta agresión verbal el hablante
exhibe sin pudor las emociones negativas como la rabia o la ira que siente al escuchar
esta nueva palabra utilizada en la jerga juvenil, lo cual nos lleva a la conclusión de que la
ideología lingüística que el usuario defiende es purista. Finalmente, este cierra su discurso
con una frase en inglés cargada de ironía (“No offense”), pues connota todo lo contrario
a lo que esta significa (‘sin ofender’), ya que lo que precisamente busca el autor del tuit es
ofender a todos aquellos que utilizan el intensificador “puto”.
El discurso, por tanto, resulta totalmente descortés. El ejemplo más claro es la agresión
verbal contenida en “os daba un sartenazo en la cara”. Con esta frase el hablante se muestra
hostil con aquellos que sí utilizan “puto” y vulnera el respeto entre interlocutores. Además,
los apela de una manera directa a través del pronombre en segunda persona del plural “os”
y el sintagma nominal “todos los que lo usáis”, a la vez que marca su presencia a través
del pronombre personal en primera persona del singular “yo”. Asimismo, otro ejemplo de
descortesía es la carga irónica de “No offense” ya comentada anteriormente. Finalmente, el
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 136

registro utilizado es claramente coloquial. Prueba de ello es el uso del término “sartenazo”
en la hipérbole “os daba un sartenazo” y la alternancia de lenguas en el mismo enunciado.

Seguidamente, encontramos dos tuits que ejemplifican este nuevo uso de “puto”:

(35) Usuario28: “{@lavecinarubia} Me putodeja en visto”. 2 diciembre 2019

En este tuit hallamos una frase muy utilizada hoy en día en la jerga juvenil: “Me
putodeja en visto”, una expresión coloquial que los jóvenes suelen emplear a modo de
queja cuando envían un mensaje (ya sea por vía WhatsApp o Instagram) a su pareja
sentimental y esta, tras haberlo leído, no contesta. Aquí el valor intensificador de “puto”
es, por tanto, negativo. Así pues, el hecho de que el hablante contribuya a extender
este uso de “puto” nos lleva a decir que la postura ideológica implícita del usuario con
respecto a la lengua es renovadora. Lo mismo observamos en el siguiente tuit:

(36) Usuario29: “{@lavecinarubia} Me puto meo jajajajajajajajajaaj @UsuarioX”. 3


diciembre 2019

Aquí encontramos de nuevo otro ejemplo del uso de “puto” como prefijo intensificador
(“putomeo”). El usuario abrevia la locución verbal coloquial “mearse de risa” (según el
DLE [2019], ‘reírse mucho y con muchas ganas’) y, tras una carcajada excesiva imitada
por la onomatopeya “jajajajajajajajajaaj”, apela a otro usuario haciendo uso del recurso de
la mención para que este pueda ver el tuit de La vecina rubia y compartir con UsuarioX
la risa que le produce. Al igual que ocurría en (35), el hecho de añadir el prefijo “puto”
a otro verbo distinto y contribuir así a la extensión de su uso muestra de una manera
implícita la postura renovadora del hablante para con la lengua.
En cuanto a la forma del discurso, la presencia del hablante se constata a partir del
pronombre y el verbo en primera persona del singular “me” y “meo” mediante los cuales
expresa su risa. Asimismo, destaca el error ortográfico de “puto meo”, cuyas grafías
deberían estar unidas, y el de la onomatopeya “jajajajajajajajajaaj”, cuyos elementos
repetidos deberían separarse por comas. Pero esto puede deberse a la fase de fluctuación
en la que se encuentra el prefijo intensificador “puto”, aún no asentado en nuestro
sistema, y a la espontaneidad con la que el usuario ha construido su discurso.
Más tarde, otro usuario interviene para expresar su opinión en un breve tuit:

(37) Usuario30: “{@lavecinarubia} Me horroriza”. 3 diciembre 2019

Aquí el hablante, mediante el enunciado “Me horroriza” expresa las emociones


negativas que le produce el uso de “puto” como prefijo intensificador. La ideología
lingüística que se deriva de su discurso es, por tanto, purista. Como podemos ver, el tuit
destaca por su brevedad, por tanto, se ajusta totalmente al discurso característico de la
red microblogging. Asimismo, la modalidad que predomina es la apreciativa, ya que lo
que el usuario realiza un juicio de valor. Prueba de ello es el deíctico personal “Me” y
el verbo deajetival “horroriza”, que tiene un valor peyorativo.

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


137 Ana Arroyo Botella

A continuación, otro usuario aprovecha los recursos de que dispone Twitter y


construye su discurso a partir de una captura de pantalla en la que aparece el tuit de la
respuesta por parte de la RAE a la pregunta que La vecina rubia le planteó acerca del
valor intensificador de “puto”:

(38) Usuario31: “{@lavecinarubia}

”. 3 diciembre 2019

Al igual que en (29), nos encontramos ante un usuario que admite sin críticas
lo que dice la autoridad —la RAE, en este caso— y contribuye a la extensión de las
indicaciones realizadas por esta en lo que al uso de “puto” se refiere. Por eso, concluimos
que la postura ideológica del usuario con respecto a la lengua es purista.
Por último, nos encontramos con el tuit de otro usuario que discrepa, de nuevo, de
lo dicho en (26):

(39) Usuario32: “{@lavecinarubia} El valor de "puto" es una puta mierda. Sin


duda…”. 12 diciembre 2019

En este tuit el usuario rechaza explícitamente el valor de “puto” como prefijo


intensificador” mediante una expresión coloquial malsonante en la que utiliza la
palabra “puto” con el valor ponderativo que sí que recoge el DLE: “es una puta mierda”.
Finalmente, de acuerdo con la clasificación de Calsamiglia y Tusón (1999: 179-180), el
usuario cierra su tuit con un evidencial que refuerza la aserción del juicio valorativo que
acaba de realizar: “Sin duda…”. Todo ello nos lleva a decir que la postura ideológica del
hablante para con la lengua es purista.
Como podemos ver, el autor del tuit expresa su opinión de manera breve y concisa,
lo cual es muy característico de Twitter. Asimismo, la modalidad que predomina es
la apreciativa. Prueba de ello es la expresión coloquial subjetiva “puta mierda”, donde
“puta” pondera negativamente a “mierda”, sustantivo malsonante que hace referencia a
una ‘cosa mal hecha o de mala calidad’ (DLE 2019), en este caso, el prefijo intensificador
“puto”. Pero, por otra parte, el uso del verbo atributivo “es” junto con el evidencial “Sin
duda” son muestras de la modalidad epistémica también presente en el discurso, puesto
que el hablante expone su punto de vista con un alto grado de certeza. Finalmente,
la oralidad de tuit se constata a través de los puntos suspensivos, que representan la
entonación suspendida de la frase y el registro coloquial del mismo.
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 138

4.2. Resultados
Una vez realizado el análisis de los tres ejemplos, hemos observado que el debate público
de la lengua en Twitter sigue una serie de parámetros en lo que se refiere a rasgos de
oralidad y coloquialidad, recursos expresivos, elementos modalizadores, toma de postura
ideológica y elementos propios de la ironía o el humor.
En primer lugar, abundan los rasgos que muestran la oralidad del discurso, fruto de la
inmediatez comunicativa de la red microblogging. Entre ellos, destaca la presencia de la
elipsis, como vimos en (12), (6), (13), (18) y (20); las faltas de ortografía y de pulsación
(“mo”, [2]), que muestran la irreversabilidad de la lengua oral y la espontaneidad con la
que los hablantes elaboran su discurso, la brevedad de los tuits (“Me horroriza”, [37]), el
uso de las mayúsculas, que marcan el tono elevado o burlón de la lengua hablada (“Me
PUTOENCANTA!”, [32]); el empleo de interjecciones (“Ostras”, [2] y “Ufff…”, [12])
y de los puntos suspensivos (“puesto que esta evoluciona…”, [14]), que representan la
entonación suspendida; el uso de marcadores discursivos interpersonales (“vamos…”,
[21]), interactivos con función de intervención reactiva (“así es”, [15]), o de interacción
interpersonal (“¿sabe?”, [15]); las apelaciones, las formas truncadas (“Pera, pera pera”,
[7]), las reformulaciones en forma de construcciones interrogativas atribuidas eco o
repetitivas (“cómo que “incluido” y “guion” no llevan???”, [7]), la repetición de los
signos de interrogación para marcar aún más la entonación de la pregunta (“pero Libido
no lleva tilde??”, [2]), las apelaciones directas al interlocutor (“Yo os daba un sartenazo
en la cara”, [34]), las unidades fraseológicas (“somos más papistas que el Reverte aquí”,
[25], “quita y pone” y “a su antojo”, [13]), las hipérboles (“me da algo”, [28]) y otras
expresiones coloquiales o incluso vulgares propias de la jerga juvenil de España (“me
flipa”, “me puto meo”, “es una puta mierda”, “que la chupen”, [11]). Todos estos rasgos
de oralidad muestran, a su vez, la coloquialidad predominante en el debate público de
la lengua en Twitter. No obstante, hemos visto que en determinadas ocasiones ciertos
usuarios realizaban un cambio de registro y utilizaban un tono más formal o culto
que se evidenciaba a través del uso de términos concretos y propios del léxico culto
(“opongo”, “privar”, [9], “RAE”, “uso cotidiano”, [13]), una correcta escritura y la
distancia social con respecto al resto de usuarios (“Revise su leísmo”, [4]).
Por otra parte, hemos encontrado recursos expresivos propios de la red microblogging
que muestran la pertenencia de los usuarios a la comunidad de Twitter y su competencia
a la hora de utilizar tales dispositivos. Entre ellos, podemos mencionar el uso de
emoticonos, sobre todo de aquellos que expresan asombro (😱) o risa (😂), como hemos
visto en (3), (7) y (28), y que nos han ayudado a interpretar el sentido del discurso de
los usuarios. Asimismo, cabe señalar el empleo de hashtags como “#pocoapoco” en
(18), de GIF en (33), o de dibujos realizados a partir de caracteres tipográficos, como
vimos en el conejito de (16). También hemos hallado otros recursos expresivos que a
su vez evidencian la coloquialidad del discurso de los usuarios. Nos referimos a las
onomatopeyas que imitan la risa (“jajajajajajajajajaaj”, [36]), las repeticiones expresivas
de determinadas formas (“Pera, pera, pera”, [7]) o de los signos de interrogación para
expresar el asombro ante algo que se desconocía, como hemos señalado más arriba;
las apelaciones a los sentimientos (“me da algo”, [28], “me hacen llorar”, [16]), las
hipérboles mencionadas (“toda mi vida”, [19]), el uso de mayúsculas y exclamaciones

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


139 Ana Arroyo Botella

(“Me PUTOENCANTA!”, [32]), las gradaciones (“Me gusta”/“Me flipa”/“Estoy


superenamorada”/“Me putoencanta”, [27]) y las metonimias y personificaciones (“pero
nuestro cerebro […] se empeña en ponerla”, [1]).
Asimismo, también hemos hallado elementos modalizadores que constatan la
presencia del hablante en su discurso. En primer lugar, en cuanto a los propios de
la modalidad epistémica, cabe mencionar el uso de preguntas retóricas, que llevan
implícita una afirmación o creencia, el presente de las formas verbales, las negaciones
(“La RAE no quita y pone reglas a su antojo”, [13], “No hay pureza en el idioma”, [24]),
el uso del modo subjuntivo y del tiempo condicional en las oraciones condicionales de
segundo tipo (“si la RAE “incompetente” no modificara su diccionario […] seguiríamos
hablando como en 1800”, [13]), los verbos modales de posibilidad (“podría” en “el
lenguaje inclusivo si que podría tener un espacio dentro de la RAE”, [14] y “podemos”
en “Siempre podemos volver a destripar películas y series en vez de spoilearlas”, [18]), el
empleo del verbo copulativo “ser” (“Al final es la evolución del lenguaje”, [13]), o el uso
de evidenciales (“Sin duda…”, [39]). También hemos encontrado elementos propios de
la modalidad deóntica, como los verbos o perífrasis modales de obligación (“debería” en
“No debería llevarla?”, [2], y en “jamás se debería haber tildado”, [10]), y de la modalidad
apreciativa. Estos últimos nos han aportado una información relevante en lo que se refiere
a la ideología lingüística de los usuarios seleccionados. Entre ellos, cabe mencionar
la presencia de adjetivos evaluativos axiológicos meliorativos (“precioso”, [16]) y
peyorativos (“incompetente”, [9], “horroroso” y “burdo”, [30], “horrible”, “postizo” y
“antinatural”, [31]) y de sustantivos (“pedantería”, [23], “Mamadas”, [6], “estupideces”,
[11]) y adverbios valorativos (“peor”, [12], “mal”, [13]). Asimismo, también hemos
encontrado topicalizaciones a la izquierda para focalizar determinados elementos
(“Guion por qué no lleva tilde?”, [5]), pronombres (“Toda mi vida diciéndolo”,[19]),
verbos (“yo prefiero usar destripar”, [18]) y perífrasis verbales en primera persona del
singular (“voy a apoyar”, [17]) y cuantificadores (“muchísimo”, [23]).
Por otro lado, en cuanto a los elementos que nos han ayudado a establecer la postura
ideológica de los hablantes para con la lengua, aparte de los ya mencionados, cabe
señalar aquellos que coinciden con la toma de una ideología lingüística en particular y
que se repiten a lo largo de los tres debates. Por una parte, en los discursos de aquellos
usuarios que admiten sin críticas lo que dice la Academia y que muestran, por tanto,
una de las caras del purismo lingüístico, podemos mencionar los enlaces ([8],[29]) o
capturas de pantalla ([38]) que los usuarios adjuntan en sus tuits a modo de argumento
de autoridad para mostrar a sus lectores una determinada norma expuesta por la RAE.
A su vez, los ataques tanto a la Academia como a sus miembros son frecuentes en
los tuits que manifiestan esa otra cara del purismo lingüístico que rechazaba ciertos
cambios establecidos por la RAE porque transgredían una norma consuetudinaria como
la de la tilde en “guion” (“Mamadas de la RAE”, [6], “una RAE incompetente” [9],
“que la chupen” [11]). Asimismo, otro recurso muy utilizado por los hablantes que
presentan una ideología lingüística purista son las metáforas de la guerra. Así pues, estos
usuarios emplean términos beligerantes como “destruir” (“destruya la riqueza de una
lengua”, “destruir el lenguaje con la corriente del inclusivismo”, [12]) y “conquistar”
(“no dejemos que nos conquisten también la lengua”, [16]). Además, de los adjetivos
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 140

evaluativos axiológicos mencionados anteriormente, cabe destacar aquellos que


muestran un imaginario de la lengua subjetivo y emocional y que coinciden con una
determinada ideología lingüística; se trata de los adjetivos “precioso” y “horroroso” u
“horrible”, muy utilizados en los discursos puristas, como hemos visto en (16), (18),
(30) y (31). Por otra parte, en cuanto a los tuits que reflejan una postura renovadora de la
lengua por parte del hablante, predominan los argumentos relacionados con la evolución
del lenguaje (“Algo totalmente normal en un idioma vivo que es influenciado cada día”,
[25], “Al final es la evolución del lenguaje”, [13]) y las publicaciones que contribuyen
a la extensión de una forma nueva como la del prefijo intensificador “puto” a través del
propio uso de la palabra (“me puto deja en visto”, [35] y “me puto meo”, [36]).
Finalmente, cabe señalar que tanto la ironía como el humor están presentes en los
tuits de los usuarios que debaten sobre cuestiones lingüísticas. En cuanto a la primera,
hemos observado que esta se utiliza normalmente para criticar la norma expuesta por el
tuit principal. Entre los elementos irónicos podemos mencionar las reformulaciones de
otros tuits para criticarlos (“Innegable y horroroso”, [30]), “A mí lo que me hace llorar
es […]”, [23]), los puntos suspensivos (“vamos…”, [21]), el empleo del discurso directo
libre para realizar imitaciones burlescas (“porque quede guay hablar en spanglish”,
[17]), las preguntas retóricas (“a internet la llamamos entrerred?”, [21]), el adverbio
de afirmación “sí”, que connota la discrepancia del autor del tuit para con lo dicho
([23]), y el empleo del inglés (“No offense”, [34] y “Retweeten’t”, [22]). Por otra parte,
también hemos encontrado elementos humorísticos, sobre todo en los tuits con los que
los usuarios intentan mitigar la fuerza del debate y poner un poco de paz. Entre ellos,
cabe mencionar el juego con el sentido y con la forma de las palabras en (3) (“Lo de
que libido no lleva tilde me ha dejado lívido”) y en (18) (“siempre podemos volver a
destripar películas y series en vez de spoilearlas”).
Tras esta sistematización que acabamos de realizar acerca de los rasgos más
sobresalientes y repetidos a lo largo de los tuits de los tres debates seleccionados,
podemos concluir que el debate público de la lengua española en Twitter es una realidad
y que este presenta una serie de rasgos comunes que lo caracterizan: la brevedad, la
oralidad, la coloquialidad, la expresividad y la modalización de los discursos de los
usuarios, que dominan perfectamente el entorno en el que se mueven. Finalmente,
en cuanto a la toma de postura ideológica para con la lengua, no podemos decir que
predomina una en particular, pues no disponemos de una cantidad representativa de
tuits. No obstante, lo que sí que es cierto es que existen determinadas expresiones o
argumentos que coinciden con una determinada ideología lingüística.

5. Conclusiones
En este trabajo hemos podido corroborar que la preocupación actual por la lengua es
una cuestión que atañe a todo aquel que la usa, ya sea un especialista o no de esta; y que
los hablantes, en su discurso metalingüístico, manifiestan explícita o implícitamente una
determinada ideología lingüística que se enfrenta con la de otros y que se refleja muy
bien en las redes sociales, sobre todo en Twitter, la red microblogging que permite enviar

Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


141 Ana Arroyo Botella

mensajes breves de manera inmediata. Así pues, partiendo de los estudios ya realizados
sobre el debate en torno a la lengua y las ideologías lingüísticas en la prensa escrita,
hemos podido cumplir nuestro principal objetivo, que era analizar el debate público
presente en las redes sociales por parte de cuentas no institucionales para verificar su
existencia, establecer la postura ideológica desde la que los hablantes se posicionan a
la hora de debatir sobre cuestiones lingüísticas y, finalmente, estudiar la forma en la
que estos manifiestan dicha ideología o, simplemente, hablan de la lengua. Gracias a la
metodología utilizada, que nos ha permitido realizar un análisis exhaustivo de los tuits
seleccionados en lo que a la forma y al contenido se refiere, hemos podido contestar
con éxito a las preguntas de investigación planteadas en un principio: ¿existe un debate
sobre la lengua protagonizado por cuentas no institucionales en las redes sociales?, ¿qué
postura ideológica toman los hablantes con respecto a su discurso metalingüístico?, ¿de
qué manera exponen su norma e ideología lingüística?
En primer lugar, el análisis de los tres ejemplos seleccionados nos lleva a la conclusión
de que, en Twitter, el debate metalingüístico está a la orden del día y no precisamente por
parte de cuentas institucionales como las de la RAE, la Fundéu BBVA, o los miembros
de estos dos organismos, cuyas publicaciones, por límites de espacio, no hemos podido
analizar; sino por usuarios individuales cuya identidad no hemos querido revelar para
proteger su privacidad. En segundo lugar, hemos visto que, exceptuando algunos
casos del primer debate en los que necesitábamos más información para concretar
las ideologías lingüísticas de los hablantes, los tuits seleccionados nos han permitido
establecer las posturas ideológicas defendidas por sus autores. Así pues, mientras unos
se mostraban partidarios del purismo conservador o manifestaban esa otra cara del
purismo que admitía sin criticas lo que dictaminaba la Academia, otros se decantaban
por una postura renovadora que, en la mayoría de los casos, se manifestaba mediante el
argumento a favor de la evolución de la lengua. No obstante, no podemos concluir que
en el debate metalingüístico predomina una determinada ideología lingüística por parte
de los hablantes, ya que, aparte de que ese no era nuestro objetivo, nuestro corpus de
trabajo no ha sido sino una mera muestra del debate existente y no constituye, por tanto,
una cantidad representativa del mismo. En tercer lugar, el análisis de los tres ejemplos
nos ha permitido describir cómo es el debate público en Twitter, es decir, la manera en
que sus usuarios hablan sobre la lengua. En definitiva, gracias a la metodología empleada,
podemos concluir que dicha disputa se desarrolla a partir de mensajes o publicaciones
breves, próximos a la lengua oral, coloquiales en su mayoría, pues en ocasiones los
hablantes cambian a un registro culto, cargados de expresividad y modalizados.
Es posible que el lector, al leer el título del trabajo, echara en falta un análisis de
muestras pertenecientes a otras redes sociales aparte de Twitter. Pero recordemos que
esta red, seleccionada por la brevedad e inmediatez con la que los usuarios comparten
sus puntos de vista, por límites de espacio no era más que un ejemplo para demostrar la
hipótesis planteada al principio: que los usuarios de las redes sociales, en los debates en
torno a la lengua que surgen a partir de sus publicaciones, muestran implícitamente una
postura ideológica con respecto a la norma que se expone. En futuras investigaciones, se
podrá defender la premisa mencionada a través de un corpus que incluya publicaciones
de otras redes como Instagram o Facebook. Asimismo, también será posible contrastar
EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA LENGUA EN LAS REDES SOCIALES 142

el discurso metalingüístico protagonizado por usuarios que manejan cuentas no


institucionales y que hemos analizado en este trabajo, con aquel encarnado por cuentas
que sí lo son, como las de la RAE, la Fundéu BBVA, o los miembros de la Academia,
que también se dedican a resolver dudas ortográficas y a anunciar las novedades que
incorpora el diccionario a través de las redes sociales. Y es que, como señalamos en un
principio, el estudio del debate sobre la lengua y las ideologías lingüísticas es un tema
reciente que cada vez está despertando más interés por parte de los especialistas del
lenguaje. Es por eso por lo que este trabajo no ha sido más que una modesta aportación
a todo un campo de investigaciones futuras.

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(4) https://twitter.com/marcodigovinci/status/1213670568928657408?s=20
(5) https://twitter.com/Kenshi_i1/status/1213957734300897281?s=20
(6) https://twitter.com/HombreBeatle/status/1213969345765871617?s=20
(7) https://twitter.com/MPGArual/status/1213424546067431424?s=20
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(9) h t t p s : / / t w i t t e r. c o m / H u g a n a y / s t a t u s / 1 2 1 3 7 5 0 5 6 2 3 2 9 6 9 4 2 0 8 ? s = 2 0
(10) https://twitter.com/HaytorMMg/status/1213933851166117894?s=20
(11) https://twitter.com/JuanraSantos/status/1214010711954903043?s=20
(12) h t t p s : / / t w i t t e r. c o m / H u g a n a y / s t a t u s / 1 2 1 4 1 0 0 2 2 7 3 5 7 1 3 4 8 4 9 ? s = 2 0
(13) https://twitter.com/Kevinoonline/status/1213986335293227008?s=20
(14) h t t p s : / / t w i t t e r. c om / s h a l e v a l e / s t a t u s / 1 2 1 4 1 2 8 0 4 3 7 8 8 0 9 9 5 8 5 ? s = 2 0
(15) h t t p s : / / t w i t t e r. c om / c a r l o s s i s i / s t a t u s / 1 2 1 4 2 0 8 0 3 1 9 9 6 6 8 2 2 4 2 ? s = 2 0
(16) https://twitter.com/ortograconejito/status/1127830970701361152?s=20
(17) https://twitter.com/Maitekidrauhl/status/1127847689620721664?s=20
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Vírgula. Revista del Grado en Español: Lengua y Literaturas, 2-3 (2021)


145 Ana Arroyo Botella

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(22) https://twitter.com/lucifergonz14/status/1127871817023139841?s=20
(23) https://twitter.com/signoresalieri/status/1127974124134064136?s=20
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(30) https://twitter.com/M12889507/status/1201620213646667776?s=20
(31) https://twitter.com/EBennet91328485/status/1204844050060337153?s=20
(32) https://twitter.com/InmaMalagon/status/1201843757974478849?s=20
(33) https://twitter.com/KakiHouse/status/1201785081997746176?s=20
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(35) https://twitter.com/V icthor tr u/status/1201614023260856321?s=20
(36) https://twitter.com/carlita_tarifa/status/1201779310165725184?s=20
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(38) h t t p s : / / t w i t t e r. c o m / e l _ a n d e e / s t a t u s / 1 2 0 1 7 6 6 7 5 9 3 6 1 0 6 9 0 5 6 ? s = 2 0

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