Bacterias, Virus, Células

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Los microorganismos, también conocidos como gérmenes o microbios, son organismos minúsculos, demasiado
pequeños para poderlos observar a simple vista. Se encuentran en casi cualquier lugar de la Tierra. Algunos microbios
son beneficiosos, mientras que otros pueden ser perjudiciales para los seres humanos (aspecto que se estudiará en
secciones posteriores). A pesar de sus dimensiones, sumamente reducidas, los microbios presentan muchos tamaños y
formas. Existen tres grupos principales de microbios:

Virus: son los microbios de menores dimensiones y, por regla general, son nocivos para los seres humanos. Se trata de
microbios que no pueden sobrevivir por sí solos. Para sobrevivir y reproducirse, necesitan una célula “hospedante”.
Una vez en su interior, se multiplican con rapidez, destruyendo a la célula en el proceso.

Hongos: son organismos multicelulares que pueden resultar beneficiosos o perjudiciales para los seres humanos. Los
hongos se alimentan, bien de materia orgánica en descomposición, o bien viviendo como parásitos sobre un
hospedante. Los hongos son nocivos si causan infecciones o si al comerlos resultan tóxicos; pero los hay inofensivos o
beneficiosos, como el Penicillium, que produce el antibiótico penicilina, o el Agaricus, habitualmente conocido como
champiñón, que es comestible.

Bacterias: son organismos unicelulares que pueden multiplicarse exponencialmente una vez cada 20 minutos. Durante
su crecimiento normal, algunas producen sustancias (toxinas) sumamente nocivas para los seres humanos y nos causan
enfermedades (p. ej., los estafilococos); otras bacterias son completamente inofensivas para los humanos, mientras
que las hay sumamente útiles para nosotros (como el Lactobacillus en la industria alimentaria) e incluso son necesarias
para la vida humana, como, por ejemplo, las implicadas en el crecimiento de los vegetales (Rhizobacterium).

Las bacterias dañinas o perjudiciales se llaman patógenas. Más de un 70% de las bacterias son microorganismos
inofensivos no patógenos. Las bacterias pueden clasificarse con sencillez, por su forma, en tres grupos: cocos (esferas),
bacilos (bastones) y espirilos (espirales). Los cocos también pueden clasificarse a su vez en tres grupos, según su
manera de agruparse: en racimo (estafilococos), en cadena (estreptococos) y en pareja (diplococos). Los científicos se
valen de su forma para establecer la infección que padece el paciente.

Colonias de levaduras, y mohos.

Hongos patogenos
Las células son los bloques estructurales básicos de los seres vivos. Todas las células se pueden clasificar en
dos grupos: eucariotas y procariotas. Las eucariotas tienen núcleo y orgánulos envueltos por una membrana,
mientras que las procariotas no. Las plantas y los animales están constituidas por un gran número de células
eucariotas, mientras que muchos de los microbios, como las bacterias, son células individuales. Se estima que
el cuerpo adulto de un humano contiene entre 10 y 100 billones de células.

Enfermedades prevenibles por vacunación


El uso de vacunas ha llevado a muchos avances en la salud de los niños en un periodo de tiempo relativamente
corto. Muchas de estas enfermedades infecciosas que usted y sus padres sufrieron cuando eran niños, desde
varicela a polio, hasta sarampión, ya no afecta a la mayoría de los niños de hoy. Si usted sigue las pautas
recomendadas por la American Academy of Pediatrics (AAP), ayudará a que su niño sea mucho más sano de
lo que era posible en las viejas generaciones.

Si no nos vacunamos, corremos el riesgo de contraer enfermedades graves como el sarampión, la


meningitis, la neumonía, el tétanos y la poliomielitis, muchas de las cuales pueden ser discapacitantes y
mortales. Según los cálculos de la OMS, las vacunas infantiles salvan la vida de 4 millones de niños cada
año.

Aunque algunas enfermedades son actualmente poco frecuentes, los patógenos que las causan continúan
circulando en todo el mundo o en partes de él. Hoy en día, las enfermedades infecciosas atraviesan fronteras
con facilidad se infectan a las personas que no están protegidas.

OMS - Sitio web oficial de la OMS

Las dos principales razones para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a las personas
que nos rodean. Puesto que no se puede vacunar a todas las personas —por ejemplo, no es recomendable
para los recién nacidos, las personas gravemente enfermas y las que pueden presentar determinadas
alergias—, al protegernos nosotros evitamos contagiarles enfermedades que se pueden prevenir mediante
vacunación.

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