Cultura en La Época Colonial
Cultura en La Época Colonial
Cultura en La Época Colonial
IMARIO
i A (:ULTURA ESCOLASTICA.
Fl r¡rtcm¡ educativo colonial se organiza en torno a Teología, la Filosofía es
¡s ¡ierv¡, Filosofía predominante en Quito será escolástica tardía, sustentada
¡rrr ercuclas Tomista, Escotista, Suerecian¡ y ref.orzada por Concilio de Tren-
tl y (iontrarreforma Disputas en España sobre legitimidad de la conquista,
F.r¡rfür r.cional y condición humana de indígenas, remozerá estudios en
(
Juito.
H¡fr¡t¡ciones, sutileza lógica, impermeabilidad a nuev¡¡s corrientes, tono nega-
ilvu y despreciativo de-polémicas enclaustrará y debilitará la filosofía- Am-
ht¡rrrc, dc'mode rciz.astói aponan académicos fr'anceses.
I A (]ULTURA HUMANISTA.
Por la cenificación del señor doctor Don Antonio Viteri y Orozco, Canó
Escuelas en el centro de la ciud¡d nigo Dignidad Maesrre Escuela de esta Sane Yglesia, consta qúe en la Universi
dad de san Gregorio y colegio seminario de San Luis s. leen nue.,e cátedras.
Y cumoliendo ex¿ctamente con el superior precepto de V.S. y con vista de
-k cisdad La de Prima dc Sagrada Teofoqía regenteada por el R. p. Lector Tubilado Frav
las dichx clnificaciones, digo que
-le ei ,mt o de del Alcalde de
Isidoro, Puente. tz de
Sezundo Voto, Don M¿nuel- de
"n
Lastra, y según su cenificación hay cinco . |lsperq, no. eI R. P. Láctor Jubilado Fray Ántonio Vad;
todos de el Orden Seráfico. Iz fu hima fu S¿rrados Cánones, óor el presbíteró
eduelas. Y son: a¡ el conr¡ento d¿ S¿nn Domingo a el cuidado de Fray Antonio y doctor don Jo# Cuero, relator de esta Real Áudiencia. La'di hutituta oor el
de Ubidia y, al presente, con, ochenta. niños, á quienes enseña {e v.ald9 r sin doctor don Mateo Aizpuro, también Relator de la Real Audiencia. ta d¿ p¡ton-
suministraries otra cosa. En el Hooit¿l d¿ kl.ermós' en la que, edemás de ense-
ñarse sr¿ciosamente, proveen a loi niños de cañones, papel y tinta; hállase d lr+ por el R P. Lector Jubilado Fray Francisco Xavier de la Graña, de el mismo
Orden Seráfico. La fu Graníüca, por el doctor don Luis de Mera. oresbitero v
cuidadó del padre Frácisco de Mera, con s€s€nta niños' Ez h Cdlle dzl Campo pne.ceptgr. de Mayores;- y h de Mmores, por el doctor don Mariáno Baroná,
Santo, cast de Don loseph Romo, número veinte y nueve' con veinte y cinco Colegial del mismo Colegio.
muchachos, a el cuidado-de Esufun Otuño. En h calb fu h Compañí+ y en mi
Y por la cenificación de Fray Nicolás García, Rector de el Col¿sio Real d¿
casa número veinte, con veinte niñog a el cuidado de Juan Hno. Y en la calle de
San'Femando, consta que en dicho Colegio v tlniaercidd d¿ S¿nto To"nís e leen
don Mariano tlbill*s, c¿sa de don Ramón Durango, número cinquenta, con diez Cíudras que son las siguientes: h di hin¿ dc Teología arle repena el mismo
nueve niños, a el cuidadg de Marüno Puente.
R. P..Rector Fray-IlicoJ,ás García Lector Jtbilado en sil ñ.elig:úíü, úminican¿- La
En el centro de la ciudad, a el cargo de el Alcalde de Primer Voto, Don Pe-
dc VísperaS por el R. P. Lector Fray Joachin de Miranda. I) de Moral, por el R.
dro Guerrero y, según su certificado, hay las siguientesz en ks caatro esquina.s, t P. Lector Fray Bernabé Conés. L¿ fu Filosofr¿, por el R. P. Lector Frav'Antonio
Santa Catalina, ."tá d. Dott Angel Izquierdo, número treinta y seis, con veinte Celi; todos de el Orden Dominicano. L¿ tl¿ hi.m¿ en Sasr¿ús AínoÁ oor el
niños a el cuiáado de Don Apo'Íinario de Hoyos. En el cont¡ento de San Fran-
doctor Melchor Rodríguez de Rivadeneira, Abogado de eia Real Audienciia-Z¿
ciscq con ciento y cuarenra múchachos, a quienes carirativemente se les facilita la dc Víspaa de Qínones, por el doctor don Joachin Gutiérrez. La d¿ Vísoeras fu
po, Ér.y Manuel de Betancoürt, religioso lego. En h calle & San
"nr.i.rrr". Leya, por el doctor don Juan de Dios Alvear, Abogado de esta Real Audiencia.
Francisco. oara la lherced, casa número 2, de el doctor Don Pedro Gómez,
La de Instituta" don Phelipe San Manín; Abogado di esta Real Audiencia. La &
Tesorero, bignidad de esta Santa lglesia, con 4oce mu"hachos, a el cuidado de
Granític4 por el P. Lectór Fray Ienacio Goñzflez.
Fernandó de iara Villamarín. En laisqúna de h Merced. ptala Cárcel de Corte,
Y, en todas estas clases y ei És dos Colegios corrcurren do*i¿nns y oeiTte
casa número Z, y de Don Domingo Feinández Bahamonde y a el cargo del mismo,
y siete atadianUs, como por menor consta de las certificaclones a que me remrto.
diez niños.
que con vista de ellas se ha formado este Extrecto. De que doy fé.
cuando Eugenió Espejo reinvindicó el derecho ala"razón" que tenían ciados, maestros y doctores. Los usufructuarios de esta Universidad
los dominados. fueron los nobles y blancos, esto es los criollos y chapetones.
En este contexto, es necesario deslindar de qué cultura se habla Antes, el 1603, había sido erigida, por vía papal y con la patente
cuando se aborda el tema de la cultura colonial; porque según los del general de su orden, la lJniversidad de San Fulgencio, regentada
patrones de la época, estaban suficientemente diferenciadas la cultura por los agustinos, la cual alcanzaría reconocimiento oficial sólo en
de los dominadores de la o las culturas de los dominados. Esta clasifi- 1621. Esta Universidad impartía enseñanza en Artes y Teología, a
cación es demasiado globalizante pero útil para caracterizar, por un pesar de que la Bula de erección, de Sixto V, autorizaba mmbién "otras
lado, a la cultura intelectual, académica, escolástica yt por otro lado, a lícitas facultades y ciencias públicas". Lapóca exigencia ptalaconce-
la o las culturas manuales, prácticas, humanísticas. Las dos culturas sión de títulos sumió a esta universidad en el desprestigio hasta que
tenían sus propias instituciones, sus maestros y apologetas. Entre las fue suprimida en 1786 por Carlos Iü.
instituciones escolásticas, podríamos mencionar los Colegios de San La aspiración de los dominicos de contar con Colegio y Universi-
Luis y de San Fernando, y las Universidades de San Fulgencio, de San dad tuvo que prisar por una serie de vicisitudes, entre ellas una dura
Gregorió y de Santo Tomás. Entre las instituciones humanísticas, ca- polémica con los jesuitas, quienes se oponían a dichas aspiraciones.
bría mencionar al Colegio de San Andrés. Desde fines del siglo XVI, los primeros lucharon por tener estudios
El Colegio.Seminario de San Luis fue establecido formalmente, oficiales y consiguieron al fin la fundación del Colegio de San Fernan-
tras varias peticiones anteriores, el 25 de agosto de t594 por el obispo do en 1683, el cual empezería a funcionar en 1688 con el recibimiento
Luis López de Solís, y encargada su dirección a los jesuitas. Se inició de "2t niños de la primera nobleza" de la ciudad de Quito. En base a
con clases en los tres niveles: Gramática Latina, Artes (Filosofía) y la existencia del Colegio, los dominicos soliciiaron también la creación
Teología, que constituía todo el sistema de estudios de aquella época, de la Universidad de Santo Tomás. Fue entonces que los jesuitas se
en lugares donde aún no existía Universidad. Los alumnos eran "hijos opusieron tenezmente al considerar que los dominicos pretendían fun-
de conquistadores y de la gente más principal de esta tierra".8 El dar una Universidad de Estudios Generales, al estilo de las de México
Seminario dio un notable impulso a los estudios quiteños por su o Lima, con lo cual la suya de San Gregorio quedaría ípso facn stryri-
organización, regularidad, método de enseñanza y excelentes meestros' mida. La polémica dejó a la posteridad dos extensos Memoriales, de
de acuerdo con las prescripciones del Ratio Sudiorurn: código suPremo fundamental importancia para el estudio de la cultura colonial.e El
en materia de estudios que sirvió de base a la pedagogía jesuítica. resultado final fue la creación de la Universidad de Santo Tomás, no
La necesidad de una Universidad para Quito se sintió Pronto' Pues como lJniversidad Mayor y Oficial sino como institución menor y par-
los alumnos que terminaban los estudios en el Seminario de San Luis ticular, con iguales privilegios a los de la Universidad de San Gregorio.
se veían imposibilitados de continuarlos en las lejanas Universidades de
Estas últimas fundaciones completaron el cuadro de instituciones
académicas destinadas a la enseñanze de la nobleza quiteña. Ellas fue-
México o Lima. Los jesuitas apelaron, entonces, a los "privilegios" que
la Compañía tenla en Europa de conceder títulos y buscaron la forma ron la cuna de la razón, de la ciencia, del pensamiento, pero también
de hacerlos extensivos a América y a Quito. Se elevaron Peticiones de la ideología gue el Imperio Español necesitaba para cohesionar el
sistema de dominación que había impuesto en América y en Quito.
formales al Rey y, a través de éste al Papa, de creación de una Univer-
sidad para Quito. Al fin, en 1621, el Papa Gregorio XV concedió lo Entre las instituciones humanísticas, merece reseñarse el Colegio
de San Andrés, fundado en 1555 sobre la base del Colegio de SanJuan
solicitado, mediante Bula del 8 de ágosto de dicho año, la cual obtuvo
Evangelista, institución dedicada a las primeras letras. Se trataba, por
el pase regio el 23 de marzn de 1622. Así se creaba la Universidad de
San Gregorio con la facultad de conceder Grados de bachilleres, licen'
9. Véase Jose María Vargas (ed.), Pol&nica Unhmsiuria en Qaito Colonial, Qtito,
Edic. de la Universidad Católica. 1983.
8. Col. Vrcas Galindo,3¡ serie, vol. IL
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neófitos, reclamaba la figura "padre-hijo" antes que la de "amo-escla- xvIII, una nueva formulación del pensamienro humanista. El criollo
vo". Esto llevó a sucesivos enfrentamientos entre los misioneros y los había empezado a controlar el proceso social, pero el mestizo había
administradores de la Corona en América, lo cual produjo la muerte entrado también en una etapa de ascenso. El discurso de esta época es
de los proyectos típicos del Humanismo Renacentista. El crecimiento igualmente citadino aunque dejará de rnoverse denrro de términos de
de las ciudades apoftó también para la extinción de los ideales de esta ambigüedad para pasar a formas expresivas directas. En algunos aspec-
corriente. Hay que rescatar, sin embargo, algunas características impor- tos, constituyó la continuación de actitudes del Barroco; en orios,
tantes de este Humanismo, como la valorización del "verbum", de la constituyó un regreso a posiciones y fuentes del Humanismo Renacen-
palabra, del idioma quichua; la concepción del ser humano como tista. El grupo social emergente necesitaba un lenguaje direcro, un
artífice; y la búsqueda de la trascendencia a través de la mística. "letrado", un intelectual no académico que heredó la conciencia de
En la segunda mitad del siglo xvII toma cuerpo un nuevo huma- temporalidad del Barroco y dio surgimiento a formas de conciencia
nismo, en el que el sujeto.expresivo reconocido y el sujeto que lo histórica y a la Historiogrefia. El Humanismo Ilustrado no estableció
reconoce son uno mismo. Este hecho tiene relación con el surgimiento ningun tipo de rupture con los humanismos anteriores, sino que refor-
de la clase terrateniente criolla que aperece.como un nuevo sujeto muló los tem¿¡s que venían desde el Humanismo Renacentista.
histórico, el mismo que atraviesa por dos momentos: el del autorreco- Finalmente, conviene señalar las conexiones entre los humanismos
nocimiento tímido y ambiguo, y el de la afirmación Íranca, que acaba- y la Escolástica. Roig considera que el Humanismo Renacentisra se
rá por asumir el liderazgo de la sociedad de la época. El Barroco será desar¡ollé paralelamente a la escolástica; el Barroco coincidió con el
la expresión primera de este nuevo sujeto, que jugó ambiguamente con desarrollo de la Escolástica tridentina y terminó históricamente junto
las formas del ocultamiento y la manifestación. Fue una ideología a ella; la Escolástica coeránea con el Humanismo Ilustrado fue ecléctica
citadina y se caracterizí por violentas contradicciones en todos los y modernizante. De este modo, en el último cuarro del siglo XvIu
órdenes. Su forma de e4presión no fue literaria como en la corriente confluyen en el ámbito cultural quiteño la tendencia escolásiica y la
anterior sino plástica y desembocó en un lujo exacerbado de lo simbó- humanista en un sujero histórico (los criollos) que necesitaba formular
lico, creando un hiato entre el lenguaje ciudadano, las hablas de la a nivel teórico su ideología. Para ello eran necesaÍias una crítica al
plebe urbana y el lenguaje de la población indígena del campo. El sistema eduiativo y una síntesis de las dos posiciones. Eugenio Espejo
espíritu de la nueva mentalidad fue culterano y decorativo. La concep- se encargará de hacerlo.
ción del Barroco, como parte de la ideología de la Contrarreforma,
tuvo sus matices en América que favorecieron el ascenso de la clase
criolla. Los jesuitas y su doctrina del probabilismo jugaron un papel
importante, puesto gue de esa manera aseguraban sus propios intereses, 5. LA CNÍUCN A LAS FORMAS DE LA CULTURA
pero crearon también una crisis en torno a la noción de Estado, al COLONIAL
formar en tierras americanas un "estado dentro del estado". En suma,
el humanismo barroco fue el modo como el hombre americano se
abrió por primera vez a su propia realidad, a través de múltiples _Ftp.i" fue un indio o un mesrizo, un cholo o un zambaigo de
expresiones ambiguas de ocultemiento y manifestación. "vilísimo nacimiento", que por circunstancias concretas *oy il"r",
El paso de la monarquía austracista a la borbónica, en 1700, abrió vivió siempre en el nivel de los criollos. Su procedencia social, que en
un momento dado se convirtió en un estigma, favoreció para que
-según Roig- un proceso en las colonias americanas, {ue fue profun-
dizando la dependencia y ahondando la depresión económica, con lo lspejo adquiriera paulatinamenre una conciencia crítica de Ju época.
cual el monumentalismo y el proceso decoratiyo del Barroco quedó Esa conciencia empez| con un análisis descarnado del sistema educati-
frenado. Las contradicciones socioeconómico-político-culturales del vo jesuítico, que entonces era reputado como la fuente de toda sabidu-
Barroco se profundizaron y apareció, en la segunda mitad del óiglo ría. Al criticar a los Jesuitas, lo hacía también a las demás órdenes
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religiosas: "Quito experimenta en asunto de letras -dice Espejo- la Bogotá, para defenderse personalmente ante el virrey de varias acusa-
suerte más deplorable, con más que los que deben atenderlas, cultivar- ciones en su contra. No se le encontró culpabilidad alguna. Su estancia
las y promoverlas, que son los eclesiásticos' están metidos en el seno en la capital del Virreinato le dio una visión más profunda y global de
de la ignorancia".l3 Proponer un mejorado sistema de conocimientos su realidad, una conciencia valorativa de lo propio y una férrea con-
era un tímido adelanto de una nueva experiencia de la"rez6n", o vne vicción de la capacidad de los quiteños y de su predisposición para la
nueva racionalidad, la cual debía caracterizarse por el buen gusto y el cultura y la sociedad, la política y la economía, la libenad y le raz6n.
bello espíritu: dos aspectos que provenían de la cultura francesa y de La lucha por una nueva racionalidad había llegado al momento de la
la ilustración y gue, opuestas a la cultura escolástica y española, signi- autoconciencia y de la autovaloraciín. El Discurso a h Sociadad Patrió-
ficaban ya un intento de romper los esquemas culturales vigentes' Sus tica Escuela dc Ia Concordi.a refleja este momento.
tres primeras obras: E/ Nueoo Laciano dc Quito, Marco Porcio Catón y Frente a su trágica realidad ("vivimos en la más grosera ignorancia
La Ciencia Bkncardina constituyen una crítica mordaz a toda la cien- y en la miseria más deplorable" -decía Espejo-) nuestro mestizo
cia quiteña de fines del siglo xvIII; ciencia que no era otra cosa que la empezí a pensar las estrategias para redimirla. Las Sociedades Patrióti-
demostracón palmaria de nuestra ignorancia. Espeio ofreció a sus cas apareclan como las alternativas adecuadas y propició la formación
coterráneos un "manual" para que conocieran el verdadero bello espí- de una de ellas, con el objeto de que se ocupara de la agricultura, de
ritu y la verdadera raz6n: el Tratado de lo Sublime de Dionisio Casio las ciencias y las artes, de la industria, el comercio y la política. El
Longino, traducido por nuestro mestizo de la versión francesa de periódico Primicias dc h Cahara dc Quito, del cual aparecieron siete
Boileau Despreaux. nrimeros, sería el vocero de dicha socieded. Pero no consiguió el
Con sus críticas, Espeio se volvió sospechoso para los chapetones, respaldo que necesitaba. Diseñó entonces una estrategia económica a
quienes intentaron en varias oportunidades aleiarlo de Quito. Y mu- través de obras como Menoria. sobre el Corte de Quinas y Voto dc an
cho más cuando percibió que la propuesta de una nueva racionalidad Minhtro Togad.o, mas sus planteamientos postulaban el libre comercio
no era un asunto meramente académico o cultural sino' ante todo, un en contra del centralismo mercantilista que interesaba a la Corona.
asunto social, político, económico, en el cual se jugaba la suene de la Finalmente, pulsó los mecanismos ideológicos a través de Sermones
nueva clase criolla y de la nación toda. De este modo, la "raz6n predicados por su hermano Pablo,'pero su pensamiento no fue com-
filosófica" de Espejo detectó que la raíz de los males quiteños era prendido y desembocó, más bien, en una crisis de ius ya frágiles
económica. Emprendió entonces la crítica contra los detentadores de convicciones monárquicas. Fracasaronr pües, las estrategias y mecanis-
lo económico, la cual derivó pronto en críticas sociales y políticas, mos de la restauración de la Patria y Espejo evolucionó en sus conceP-
además de las inevitables críticas culturales. Sus obras Reflexiones sobte ciones políticas hasta el punto de pensar que el sistema monárquico era
las Virueks, Drf** &
los Curas de Riobamba y Carus Riobatnbenses un lastre para la salvación deseada. El único camino que quedaba era
nos , muestran a un Espejo penetrativo que busca, con sus medios el cambio o la transformación de las estructuras políticas vigentes.
intelectuales, quebrar la fuerza de los opresores y la estructura socio-e- Para dar a conocer a los quiteños la necesidad de esta transforma-
conómico-polític¿ de la "rtz6n" dominadora. ción, Espejo concibió una táctica de mecanismos rápidos y efectivos:
El resultado de esta labor fue una serie de amenazas, calumnias, las "banderitas", "pasquines" y "papeles" colocados en lugares públi-
atentados contra su vida, juicios, persecuciones. Hacia 1787, Espejo se cos durante la noche y destinados, según los informes oficiales, a
vio obligado, una vez más, a salir de Quito, en-esta ocasión rumbo a "alucinar a la plebe procurando su sublevación". Esta necesidad de
cambio o transformación requería de planes concretos para su ejecu-
ción. Espejo empe:26 la planificación y todo estaba en el nivel de
13. El Nueoo Lrci¿no de Quito,Escritos de Espejo I, Quito, Impr. Municipal, 1912, "conversaciones", cuando una indiscreción de su hermano Pablo per-
p. 345. Véase, para toda esta pí¡rte' Samuel Guerra Bravo: "Ei Itiner¿rio Filosofico
á" E"g.nio Ér!"io", en l" obra colectiva: Espeio: Conci¿nci¿ Crítica dc su Época, mitió al presidente de la Audiencia enterarse de las intenciones trans-
Quito, Edic. de la Universidad Católica, 1978, pp. 265-365. formadoras de los hermanos Espejo. Éstos fueron apresados en febrero
NUEVA HISTORIA DEL ECUADOR
Numero r
PRIMICIAS DE LA
cuLTuRA DE qUrTO
Dehoy lueves ¡. de Enero de t7 9t,
LI'TERAT"A R ¿,
,iEtatis cuiusgue notendi funt tibi mores
Mobi[büfgue decor naturis dádus , & annis.
Hordt. de Ar¡. poeC. v. I 6,
r*1
T-
l
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LA CULTURA COLONIAL
s
q) Luego de la muerte de Espejo, el ambiente cultural quiteño entró
q) en una etapa ecléctica, propia de aquellos momenros históricos de
er asimilación de nuevos aporres. con la reforma universitaria de fines
(¡
oO
F\
del siglo xvltr'y con la creación de la actual Universidad Central se
entró, en los niveles académicos, en un período de acercamiento a las
nuevas corrientes científico-filosóficas (el racionalismo francés, el em-
EH pirismo inglés, la ciencia natural, etc.), aunque a veces dentro de mar-
cos todavía escolásticos. La tradición académica era demasiado fuene
I¡
gI
como píua que se aceptaran ya plenamente dichas corrientes. Pero la
inquietud estaba en el ambiente, la modernización se filtraba por todos
s,! los costados de la realidad de aquella época. Dos amigos y &scípulos
¡.s
s.¡ de Espejo,
-Miguel
Antonio Rodríguez y José Mejía Lequeiica, jugaron
s'( un papel decisivo en este esfuerzo modernizador. A esto se sumó la
ñt
.So
venida de Humboldt y de Caldas, que, como había sucedido antes con
aB la misión de los Académicos Franceses, abrieron el horizonte cultural
quiteño y crearon un ambiente de ciencia y raz6n que permitiría
€{ comprender a los quiteños ilustrados las verdaderas dimensiones de su
-S¡
:!¡
B
situación histórica.
En la primere década del siglo xx se dio, como resultado de los
sa procesos vividos, un despertar por lo político propiciado por los crio-
q)
llos. Las mentalidades más lúcidas de aquel momento y lós más cons-
\ picuos represenrantes de la clase social emergente confluyeron para
\l
.s
(J pensar y planificar la independencia con respecto a España. Con Espe-
E jo y con la generación ¡rosterior se logró consolidar un marco teórico
h
que permitiría tal objetivo. El libre comercio y el régimen consriru-
I cional apareclan como dternativas claras al mercantilismo y al siste-
rÉ
ü ma monárquico. La ilustración se imponía ¿ la escolástica, la raz6n a
la fe.ra
14. Véase par. esta ptne, Penvmienn ll*strado Ectatoriano, Introducción de Carlos
Paladines, Quito, Bibliorcca Básice de Pensamiento Ecuatoriano, B¡nco Centrel del
Ecu¡dor - Corporrción Editor¡ N¿ciond, 1930.