Textos U2 Favaloro y Soly Bensabat Etc

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Texto: “Stress”. Evolución histórica del concepto de estrés.

Soly Bensabat, Hans Selye y otros

Si el estrés forma parte de nuestra experiencia, esta unido a una variedad de


situaciones: despertar emocional, esfuerzo, fatiga, dolor, temor, humillación e incluso un éxito
inesperado. Todos estos estados son capaces de producir estrés, pero ninguno aisladamente
puede ser definido como la única causa. Para comprender esto, hay que analizar factores
relativos a la biología humana.
Los investigadores en el campo de la medicina demostraron que a pesar de la
diversidad de problemas que se pueden plantear a los individuos, el cuerpo reacciona en ciertos
aspectos siguiendo un modelo estereotipado, es decir, por medio de cambios biológicos que le
permiten hacer frente a demandas acrecentadas de actividad vital.
Antes de abordar las explicaciones científicas contemporáneas es interesante recordar
la historia de las principales investigaciones que han permitido comprender el fenómeno del
estrés. En la antigua Grecia, Hipócrates reconoció la existencia de un poder curativo de la
naturaleza, compuesto de mecanismos inherentes al cuerpo y destinados al restablecimiento de
la salud después de una exposición del cuerpo a los agentes patógenos. Las primeras
investigaciones tropezaron con obstáculos porque no se había establecido una diferenciación
entre distrés y estrés. En el siglo XX Claude Bernard demostró que una de las principales
características de los seres vivos reside en su poder de mantener la estabilidad de su medio
ambiente interno cualesquiera que sean las condiciones externas y las modificaciones que se
produzcan en el ambiente externo. Lo que Claude Bernard legó fue un estímulo para los
investigadores que le sucedieron, para seguir los estudios de pionero respecto a la adaptación, a
los cambios particulares que aseguran un estado de estabilidad. En el siglo XX Cannon propuso
el término “homeostasis”, estas investigaciones establecieron la existencia de mecanismos
fisiológicos bien definidos que aseguran una protección contra el hambre, la sed, la hemorragia y
contra los factores que tienden a perturbar la temperatura normal del cuerpo, el pH de la sangre,
el porcentaje de azúcar, de grasa, de calcio que entran en la composición plasmática y aseguran
el equilibrio del metabolismo.

¿A que llamamos estrés? (Dr. Soly Bensabat)

“Es la respuesta no específica del organismo a toda demanda que se le haga”. Esta
definición del padre del estrés, el Prof. Hans Selye, es una definición amplia y significa que
cualquier demanda que se le haga ya sea física, psicológica o emocional, provoca una respuesta
del organismo idéntica y estereotipada.
En otros términos una emoción agradable, una alegría intensa, etc. producen los
mismos efectos que una emoción desagradable o una mala noticia, los dos casos son causa de
estrés.
Se deduce que “el estrés es la respuesta a unas demandas muy dispares llamadas
factores de estrés o estresores”. El frio, calor, traumatismo físico, enfermedad, fatiga, son
factores de estrés, con el mismo título que la alegría, la pena, el miedo, la coacción, el éxito o
fracaso. Entonces, además de la respuesta especifica de cada factor de estrés, existe una
respuesta completamente biológica y común a todos esos factores y por tanto no especifica,
independiente del tipo de factor causante y que se traduce en un conjunto de cambios y de
reacciones bilógicas y orgánicas de adaptación general. El estrés está íntimamente unido esas
reacciones no específicas de adaptación que Selye llamo síndrome general de adaptación o
SGA. Gracias a este nos adaptamos a las condiciones cambiantes del medio ambiente, y a las
diferentes circunstancias de la vida. El estrés es la respuesta del organismo, es la respuesta a la
causa, el efecto producido por la demanda.
El estrés se manifiesta por un estado, el estado de estrés que corresponde al conjunto
de modificaciones provocadas por el SGA. Se trata de estas modificaciones biológicas,
psicológicas, somáticas, funcionales y orgánicas, visibles y cuantificables, que permiten apreciar
el estado de estrés. Sólo se puede identificar el estrés por el estado de estrés que engendra, es
decir, por las modificaciones que provoca.

¿El estrés es un fenómenos social nuevo? (Soly Bensabat)

No es un fenómeno nuevo, ha existido siempre, ligado al proceso de vida y evolución


del hombre. Lo que es nuevo es la cualidad del estrés, que se ha hecho más psicológico y
emocional que físico, pero también más nefasto y mortífero.
Lo que caracteriza a la sociedad de hoy es el cambio permanente. El estrés ha llegado
a ser un fenómeno social importante. “El hombre moderno aprenderá a dominar el estrés o se
vera condenado al fracaso, a la enfermedad y a la muerte”, concluía Selye.
El estrés reviste en las sociedades modernas una forma mortífera y mórbida. Se ha
hecho más refinado, esencialmente psicoemocional, remplazando al estrés físico de las
sociedades primitivas o al de la supervivencia del hombre y de la enfermedad en las sociedades
en vía de desarrollo.

¿Qué es el síndrome general de adaptación o SGA? (Hans Selye)

Desde el punto de vista científico el estrés se define como el estado manifestado por el
síndrome general de adaptación, hay estrés cuando existe SGA y es causante de estrés todo
agente que provoca SGA.
El SGA afecta al organismo entero, corresponde al síndrome del estrés, es decir a la
respuesta aportada al agente y que se traduce en un conjunto de modificaciones bilógicas
responsables de las distintas manifestaciones somáticas funcionales y orgánicas.
El estrés se puede medir por la intensidad de las manifestaciones de SGA y gracias a
este nuestros diversos órganos, principalmente las glándulas endocrinas y el sistema nervioso
nos ayudan a adoptarnos a las modificaciones que se producen en el interior y exterior de
nuestro cuerpo.
El SGA en su forma típica se desenvuelve en tres fases:
 una reacción de alarma.
 una fase de resistencia.
 una fase de agotamiento.
No es necesario que intervengan las tres fases para que podamos hablar de SGA.
Solo un estrés muy grave desemboca en el agotamiento y en la muerte. La mayor parte de los
esfuerzos físicos o mentales de adaptación, las infecciones y los otros agentes posibles de
estrés provocan unas modificaciones que corresponden solamente a la primavera y a la segunda
fase.
En primer lugar los individuos nos encontramos en estado de alarma y de sufrimiento y
luego viene una adaptación del organismo. En el transcurso de una vida normal pasamos con
mucha frecuencia por las dos primeras fases.
El agotamiento en sí mismo no es siempre total irreversible puesto que solo afecta a
determinada parte del cuerpo. Cuando un microbio virulento atraviesa la piel, provoca una
inflamación local aguda, este síndrome local de defensa y de adaptación a nivel de la piel se
llama síndrome local de adaptación o SLA. Varios síndromes más se pueden producir a nivel
local y según su intensidad y amplitud pueden provocar un SGA. Solo cuando el organismo es
usado por la suma importante de adaptaciones se alcanza el ultimo estadio de agotamiento de
SGA. Es la fase de aparición de las enfermedades de adaptación y desgaste:
 La secreción de los corticoides en la sangre sube muy rápido durante la reacción de alarma,
lo que explica la hipertrofia de las capsulas suprarrenales observadas en la autopsia.
 Esa secreción desciende enseguida hasta el límite de lo normal durante la fase de
resistencia.
 Y vuelve a subir de nuevo durante la fase de agotamiento.
Esas tres fases nos hacen pensar en tres etapas de la vida:
 La infancia caracterizada por débil resistencia y demanda excesiva de respuesta a los
estímulos.
 La edad adulta, el organismo se va a adaptando a los agentes causantes de estrés y la
resistencia acrecienta.
 La tercera edad, perdida de adaptación agotamiento que de ella se deriva.

¿Existe estrés bueno y estrés malo? (Soly Bensabat)

El termino estrés abarca dos situaciones distintas; una agradable el buen


estrés o eustrés, otra desagradable, el mal estrés o distrés. El buen estrés es todo aquello
que causa placer, todo lo que se quiere o lo que se acepta hacer en armonía con uno mismo,
con su medio ambiente y con su propia capacidad de adaptación. El mal estrés es todo
aquello que disgusta, todo cuanto se hace a pesar nuestro, en contradicción con uno mismo,
su medio ambiente y su propia capacidad de adaptación.

En los dos casos existe una respuesta biológica de adaptación y secreción de


hormonas de adaptación. Pero de hecho la distinción es mal sutil porque el buen estrés
biológicamente se puede convertir en un mal estrés cuando supera el nivel de adaptación
propio de cada individuo y provoca una respuesta excesiva que acarrea las respuestas
somáticas. Todo depende también la manera en que se reciben e interpretan los
acontecimientos.

¿Cuándo se dice que una persona está sometida a estrés?

Cuando la dosis de estrés acumulada supera un umbral óptimo de adaptación y


su organismo empieza a manifestar señales de agotamiento, la fecha de aparición de esta
fatiga de adaptación es variable y depende tanto del perfil psicológico de la persona como de
la suma de la frecuencia de las adaptaciones vividas.

La fatiga es una señal frecuente y precoz; puede ser física, mas importante por
la mañana que por la tarde, traducida por un cansancio, una falta de energía y una ausencia
de gusto para hacer lo que se debe hacer, la fatiga intelectual y falta de concentración, los
vacíos de memoria. Las relaciones sociales se hacen difíciles y tensas.

¿A que llamamos agentes productores de estrés?

Llamamos agentes productores de estrés a los que provocan el síndrome


general de adaptación, el SGA. Conviene tener en cuenta que estos agentes no son
exclusivamente de la naturaleza física. Los hay en la naturaleza psicoemocional; por
ejemplo, el amor, odio, la alegría, etc.

El despertar psicológico favorece el estrés, pero no indispensablemente. Unas


reacciones típicas de estrés se pueden observar en sujetos inconscientes, en casos como un
traumatismo agudo, quemaduras de primer grado, choque hemorrágico, o también en las
personas operadas cuando se encuentran bajo los efectos de anestesia profunda, etc.

¿Qué diferencia hay entre el estrés agudo y el estrés crónico? (Dr. Soly
Bensabat)

 El estrés agudo corresponde a una agresión frecuentemente violenta, física, o


psicoemocional, pero limitada en el tiempo. Es una respuesta de supervivencia.
 El estrés crónico corresponde a agresiones violentas o con más frecuencia
moderadas, pero repetidas y próximas en el tiempo, exigiendo una adaptación
frecuente. Es la suma de pequeños estrés.

En los dos casos la respuesta del organismo se hace en el plano físico, psicológico
y evidentemente en el biológico. El estrés agudo también puede ocasionar, en
determinados casos, unos trastornos psicosomáticos.

¿Cuáles son las causas del estrés?

El estrés es un proceso fisiológico normal de estimulación y de respuesta


indispensable para la vida y el funcionamiento de nuestro cerebro y de los distintos
órganos. A continuación, vamos a tratar aquí solamente vamos a tratar los factores de
mal estrés, los cuales son los que exigen un exceso de adaptación física, psicológica o
biológica, entre ellos citamos:

 Factores Psicoemocionales: la frustración, la insatisfacción, tedio, el miedo, el


agotamiento por cansancio, la decepción, los celos, envidia, timidez, la
impresión de no haber logrado el éxito, preocupaciones materiales y
profesionales, problemas afectivos y conyugales, cambios frecuentes de
cambio de ambiente, el trasplante, mudanzas, etc.

 Factores físicos: el hambre y la enfermedad, agotamiento por cansancio físico


o fatiga, el frio, grandes calores, la polución, el ruido, el trabajo de noche.

 Factores Biológicos: Estos son los factores alimentarios: -subalimentación y


superalimentación, malnutrición y desequilibrio alimentario.

¿Existen factores inconscientes de estrés?

No siempre son conocidos, pueden que sean desconocidos, subestimados,


inconscientes o descubiertos después de un diálogo, un análisis.
La frustración, el darle vueltas a un asunto, el temor, el recelo, el sentimiento
de insatisfacción, la ausencia de motivación y de finalidad de la vida son otros tantos
estrés inconscientes y responsables de una tensión psicológica latente y constante.

¿Cuál es el nivel óptimo de estrés?

El nivel óptimo es la dosis de estrés biológicamente necesaria para cada


individuo con el fin de que funcione de manera armónica en unas condiciones óptimas
compatibles con su personalidad y sus posibilidades de adaptación. Evidentemente,
ese nivel es variable de un individuo a otro, y depende de los factores que caractericen
a un individuo.

- Si nos apartamos de la dosis optima de estrés, bien por exceso o por defecto
el estrés se convierte en distrés y exige una adaptación particular de nuestro
organismo por encima de las normas fisiológicas en los planos biológicos, físicos,
psicológicos.

- Por debajo del umbral óptimo, la respuesta se traduce en enojo y fatiga. La


inactividad exagerada y el reposo completo no son de recomendar. Y, al contrario, por
encima del nivel óptimo el organismo se ve súper estimulado, agotado por cansancio,
demasiado solicitado, lo que exige una secreción importante de hormonas de
adaptación responsable a su vez de efectos secundarios y de alteraciones metabólicas
y orgánicas. En ambos casos, el organismo no funciona a su ritmo biológico normal.

¿Somos todos iguales ante el estrés?

Frente a diferentes situaciones agresivas que sufrimos, solicitaciones físicas,


psicológicas, afectivas, etc. No reaccionamos todos de la misma forma. El organismo
se ha de defender y adaptar, pero esta adaptación no será la misma para todos.

¿A qué se llaman factores condicionantes?

Son aquellos que modifican nuestra receptividad a los agentes causantes de


estrés. Estos factores condicionan y determinan la respuesta física, psicológica
biológica del organismo.

¿Cuáles son los factores condicionantes?

Son aquellos que modifican nuestra receptividad a los agentes causantes del
estrés. Estos factores condicionan y determinan la respuesta física, psicológica y
biológica del organismo. El mismo agente provoca una respuesta distinta en diferentes
sujetos.

La teoría del punto débil

El eslabón más débil de la cadena es que se romperá bajo el efecto del estrés.
Ese eslabón es distinto según los individuos.

Los factores condicionantes modifican la eficacia de las respuestas neuro-


hormonales de defensa del organismo, y entre ellas la cualidad y la cantidad de
secreción de adrenalina y de corticoides. La secreción de estas hormonas que
determinan las respuestas metabólicas y las reacciones de nuestro comportamiento
depende del psiquismo que juega un papel primordial en el dominio del estrés.

Como conclusión, podemos decir que el mecanismo biológico del estrés es


siempre idéntico, pero los resultados varían en función del agente causante del estrés
y de los factores que condicionan el grado de vulnerabilidad al estrés. Una buena
prevención del estrés de tener en cuenta a la vez el factor causante, la personalidad
del individuo y el órgano vulnerable que hay que proteger.

¿La intensidad y la duración condicionan la cualidad del estrés?

Cuanto más intenso es el factor causante de estrés más importante es la


reacción de adaptación, tanto en el aspecto biológico, como psicológico y físico. De la
misma forma, un estrés psicoemocional, una emoción agradable o desagradable
provocan una respuesta del organismo, tanto más importante cuanto más violenta es
la emoción.

Las experiencias del Dr. Lennart Levi han demostrado que las películas de
violencia, de guerra, de horror o las eróticas producen en el espectador una secreción
masiva de adrenalina, mientras que las películas sin violencia ni excesos de cualquier
orden no modifican esa secreción de catecolaminas.

Las consecuencias patológicas de la intensidad de estrés están vinculadas a la


cantidad de hormonas segregadas. Asimismo, la duración del estrés y el tiempo de
exposición al mismo condicionan el agotamiento del organismo.

¿El cambio es un factor de estrés?

Todo cambio es factor de estrés. Y también podemos incluso decir que el


estrés es la enfermedad del cambio, del cambio rápido o excesivo que obliga a
adaptarse constantemente.

En el siglo XX el ser humano ya no dispone de posibilidad de elección, se ha


de adaptar o desaparecer. Para sobrevivir el hombre debe acelerar su proceso de
adaptación psicológica y también biológica.

Los cambios deseados y preparados causan menos estrés que los cambios
imprevistos, bruscos y sobre todo sucesivos.

Todo cambio provoca una solicitación psicológica de atención y una reacción


de adaptación psicológica, física y biológica. Cuando el hombre modifica sus
costumbres, eso se traduce por un cambio de los estímulos familiares que el cerebro
reconocía sin esfuerzo de adaptación. Desde el punto de vista biológico, hay que
saber que toda situación nueva conlleva en si una reacción de atención y de vigilancia
que va acompañada de una secreción aumentada de adrenalina, y de ahí el peligro de
los cambios sucesivos y sobre todo importantes. En efecto, ello da como resultado una
secreción y una acumulación de adrenalina, cuyos efectos secundarios sobre el
sistema cardiovascular son bien conocidos. Mientras que, al contrario, una situación
familiar va acompañada de una disminución de la secreción de adrenalina.
La acción directa de un agente de estrés sobre una parte limitada del cuerpo se
llama “estrés local”, y la reacción defensiva de adaptación “síndrome local de
adaptación”, o SLA. Nuestro cuerpo puede sufrir simultáneamente varios estrés
locales sin que exista un estrés y una reacción general de defensa. Solo cuando el
estrés local se hace intenso y la agresión “desborda” se da una respuesta más
extensa por medio del síndrome general de adaptación que aporta su ayuda a la lucha
local.

La acción de un agente sobre un mismo órgano puede terminar con el


agotamiento y la “muerte” de ese órgano. De ahí el interés en diversificar la acción de
los agentes de estrés y de repartirlos por el cuerpo. Un exceso de estrés físico es
agotador, y de ello es también valido para el exceso de estrés psicoemocionales, que
sirven del psiquismo y del equilibrio mental.

Texto: Estrés y Salud. Fundación Favaloro: “Estrés y Salud” en Enciclopedia de


la salud, programa de Medicina preventiva

¿Qué es el estrés? El estrés es la respuesta del organismo a una demanda real o


imaginaria, o simplificando aún más todo aquello que nos obliga a un cambio.
Las situaciones estresantes llamadas estresores que pueden causar el cambio o
adaptación son de un espectro enorme. Desde el enojo transitorio a sentirse amenazado de
muerte.
El estrés tiene dos caras: una negativa, el llamado distrés, y otra provocada por
hechos positivos, el eustrés. Tanto el estrés positivo como el negativo comparten las
mismas reacciones pero en el caso del negativo estas respuestas quedan detenidas en la
posición de funcionar permanentemente.
Una cierta cantidad de estrés es necesario para romper con la rutina de la vida y
hacerla más interesante. ¿Pero cuánto? Quizá la fase que compara la cantidad de estrés
con las cuerdas de un violín sea la más adecuada: demasiado flojas y la música sonará mal,
demasiado ajustada y podrán romperse.
El cuerpo reacciona ante el estrés por ajustes y adaptaciones de cambios en la
fisiología del mismo. Se han descripto dos tipos de respuesta al estrés, una aguda y otra
crónica.
La respuesta aguda descrita en 1935 por Canon y llamada “reacción de lucha o huida”
se manifiesta cuando el individuo enfrente un peligro grave inminente.
La respuesta aguda es una reacción natural y necesaria del organismo que ha
permitido la supervivencia de nuestros antepasados en un medio que les era físicamente
hostil.
Selye, un investigador húngaro de la década de 1940 que trabajaba en Canadá,
descubrió que existe otro tipo de respuesta emocional al estrés llamada crónica o estado de
vigilancia.
Los investigadores trataron de determinar qué situaciones de la vida producen estrés.
Existen al respecto experimentos muy interesantes realizados principalmente por científicos
rusos utilizando monos. Los investigadores demostraron así que, los sujetos indefensos
padecían mayor estrés que los que podían defenderse, aunque sea parcialmente.
Diferentes estudios afirman que, en los seres humanos, distintas situaciones tienen
desigual peso como productoras de estrés. Asimismo, los médicos notaron que personas
puestas en condiciones aparentemente similares, no reaccionaban de la misma forma.
Robert Elliot explica la importancia de las reacciones internas. De este modo, describió
dos tipos de reacciones corporales: el reactor frío y el reactor caliente. El reactor caliente es el
que modifica el funcionamiento del cuerpo; fácilmente evidenciable constatando el aumento de la
presión sanguínea y de la frecuencia del pulso ante situaciones que no pueden manejar
adecuadamente. En cambio, el reactor frío, podrá o no gritar y enfurecerse, pero su presión y su
pulso se mantienen imperturbados. Como podemos constatar, la forma de actuar no es sinónimo
de la forma de reaccionar. De este modo, concluye que “tienen que tratar de transformarse en un
reactor frío”.
Cierta tensión en la vida es necesaria y deseable, sin ella el hombre no tendrá empuje
ni iniciativas. Las modificaciones de los procesos nerviosos y hormonales producidas por estrés,
junto con sus consecuencias pueden ser controladas o moderadas por tres mecanismos básicos:
1- modificación de la conducta emocional (psicoterapia).
2- Modificación del estilo de vida (eventualmente con apoyo psicoterapéutico)
3- Terapia farmacológica y/o médica especializada.

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