Textos U2 Favaloro y Soly Bensabat Etc
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“Es la respuesta no específica del organismo a toda demanda que se le haga”. Esta
definición del padre del estrés, el Prof. Hans Selye, es una definición amplia y significa que
cualquier demanda que se le haga ya sea física, psicológica o emocional, provoca una respuesta
del organismo idéntica y estereotipada.
En otros términos una emoción agradable, una alegría intensa, etc. producen los
mismos efectos que una emoción desagradable o una mala noticia, los dos casos son causa de
estrés.
Se deduce que “el estrés es la respuesta a unas demandas muy dispares llamadas
factores de estrés o estresores”. El frio, calor, traumatismo físico, enfermedad, fatiga, son
factores de estrés, con el mismo título que la alegría, la pena, el miedo, la coacción, el éxito o
fracaso. Entonces, además de la respuesta especifica de cada factor de estrés, existe una
respuesta completamente biológica y común a todos esos factores y por tanto no especifica,
independiente del tipo de factor causante y que se traduce en un conjunto de cambios y de
reacciones bilógicas y orgánicas de adaptación general. El estrés está íntimamente unido esas
reacciones no específicas de adaptación que Selye llamo síndrome general de adaptación o
SGA. Gracias a este nos adaptamos a las condiciones cambiantes del medio ambiente, y a las
diferentes circunstancias de la vida. El estrés es la respuesta del organismo, es la respuesta a la
causa, el efecto producido por la demanda.
El estrés se manifiesta por un estado, el estado de estrés que corresponde al conjunto
de modificaciones provocadas por el SGA. Se trata de estas modificaciones biológicas,
psicológicas, somáticas, funcionales y orgánicas, visibles y cuantificables, que permiten apreciar
el estado de estrés. Sólo se puede identificar el estrés por el estado de estrés que engendra, es
decir, por las modificaciones que provoca.
Desde el punto de vista científico el estrés se define como el estado manifestado por el
síndrome general de adaptación, hay estrés cuando existe SGA y es causante de estrés todo
agente que provoca SGA.
El SGA afecta al organismo entero, corresponde al síndrome del estrés, es decir a la
respuesta aportada al agente y que se traduce en un conjunto de modificaciones bilógicas
responsables de las distintas manifestaciones somáticas funcionales y orgánicas.
El estrés se puede medir por la intensidad de las manifestaciones de SGA y gracias a
este nuestros diversos órganos, principalmente las glándulas endocrinas y el sistema nervioso
nos ayudan a adoptarnos a las modificaciones que se producen en el interior y exterior de
nuestro cuerpo.
El SGA en su forma típica se desenvuelve en tres fases:
una reacción de alarma.
una fase de resistencia.
una fase de agotamiento.
No es necesario que intervengan las tres fases para que podamos hablar de SGA.
Solo un estrés muy grave desemboca en el agotamiento y en la muerte. La mayor parte de los
esfuerzos físicos o mentales de adaptación, las infecciones y los otros agentes posibles de
estrés provocan unas modificaciones que corresponden solamente a la primavera y a la segunda
fase.
En primer lugar los individuos nos encontramos en estado de alarma y de sufrimiento y
luego viene una adaptación del organismo. En el transcurso de una vida normal pasamos con
mucha frecuencia por las dos primeras fases.
El agotamiento en sí mismo no es siempre total irreversible puesto que solo afecta a
determinada parte del cuerpo. Cuando un microbio virulento atraviesa la piel, provoca una
inflamación local aguda, este síndrome local de defensa y de adaptación a nivel de la piel se
llama síndrome local de adaptación o SLA. Varios síndromes más se pueden producir a nivel
local y según su intensidad y amplitud pueden provocar un SGA. Solo cuando el organismo es
usado por la suma importante de adaptaciones se alcanza el ultimo estadio de agotamiento de
SGA. Es la fase de aparición de las enfermedades de adaptación y desgaste:
La secreción de los corticoides en la sangre sube muy rápido durante la reacción de alarma,
lo que explica la hipertrofia de las capsulas suprarrenales observadas en la autopsia.
Esa secreción desciende enseguida hasta el límite de lo normal durante la fase de
resistencia.
Y vuelve a subir de nuevo durante la fase de agotamiento.
Esas tres fases nos hacen pensar en tres etapas de la vida:
La infancia caracterizada por débil resistencia y demanda excesiva de respuesta a los
estímulos.
La edad adulta, el organismo se va a adaptando a los agentes causantes de estrés y la
resistencia acrecienta.
La tercera edad, perdida de adaptación agotamiento que de ella se deriva.
La fatiga es una señal frecuente y precoz; puede ser física, mas importante por
la mañana que por la tarde, traducida por un cansancio, una falta de energía y una ausencia
de gusto para hacer lo que se debe hacer, la fatiga intelectual y falta de concentración, los
vacíos de memoria. Las relaciones sociales se hacen difíciles y tensas.
¿Qué diferencia hay entre el estrés agudo y el estrés crónico? (Dr. Soly
Bensabat)
En los dos casos la respuesta del organismo se hace en el plano físico, psicológico
y evidentemente en el biológico. El estrés agudo también puede ocasionar, en
determinados casos, unos trastornos psicosomáticos.
- Si nos apartamos de la dosis optima de estrés, bien por exceso o por defecto
el estrés se convierte en distrés y exige una adaptación particular de nuestro
organismo por encima de las normas fisiológicas en los planos biológicos, físicos,
psicológicos.
Son aquellos que modifican nuestra receptividad a los agentes causantes del
estrés. Estos factores condicionan y determinan la respuesta física, psicológica y
biológica del organismo. El mismo agente provoca una respuesta distinta en diferentes
sujetos.
El eslabón más débil de la cadena es que se romperá bajo el efecto del estrés.
Ese eslabón es distinto según los individuos.
Las experiencias del Dr. Lennart Levi han demostrado que las películas de
violencia, de guerra, de horror o las eróticas producen en el espectador una secreción
masiva de adrenalina, mientras que las películas sin violencia ni excesos de cualquier
orden no modifican esa secreción de catecolaminas.
Los cambios deseados y preparados causan menos estrés que los cambios
imprevistos, bruscos y sobre todo sucesivos.