0% encontró este documento útil (0 votos)
41 vistas

STP6342 2023

Este documento describe una decisión judicial sobre una solicitud de libertad condicional. El accionante solicitó la libertad condicional pero fue negada dos veces por jueces de primera instancia debido a la gravedad de los delitos cometidos. El accionante presentó una tutela alegando que no se consideraron adecuadamente los elementos de prueba de su resocialización.

Cargado por

FABIO
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
41 vistas

STP6342 2023

Este documento describe una decisión judicial sobre una solicitud de libertad condicional. El accionante solicitó la libertad condicional pero fue negada dos veces por jueces de primera instancia debido a la gravedad de los delitos cometidos. El accionante presentó una tutela alegando que no se consideraron adecuadamente los elementos de prueba de su resocialización.

Cargado por

FABIO
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 21

MYRIAM ÁVILA ROLDÁN

Magistrada ponente

CUI: 20001220400220230021201
Radicación n.° 130893
STP6342-2023
(Aprobado acta n°111)

Bogotá D.C., quince (15) de junio de dos mil veintitrés


(2023)

I. OBJETO DE LA DECISIÓN

La Sala resuelve la impugnación formulada por el


accionante, ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA, contra la
sentencia proferida el 12 de mayo de 2023 por la Sala de
decisión penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Valledupar, que declaró la improcedencia de la acción de
tutela.

En síntesis, el accionante interpuso acción de tutela


contra el Juzgado Cuarto de Ejecución de Penas y Medidas
de Seguridad de Valledupar y el Juzgado Primero Penal del
Circuito Especializado de Antioquia porque negaron su
solicitud de libertad condicional. La discrepancia del
accionante se centra en que esas decisiones se basaron
únicamente en la gravedad de la conducta punible, dejando

Calle 12 No. 7 – 65 Palacio de Justicia - Bogotá, Colombia.


PBX: (571) 562 20 00 Exts.1126 -1142 - 1143 - 1144 - 1145 Fax: 1125 - 1428
www.cortesuprema.gov.co
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

de lado su proceso de resocialización, lo que vulneró su


derecho fundamental al debido proceso.

II. HECHOS

1.- El 23 de enero de 2018, tras aceptar cargos, ÁLVARO


ANDRÉS IBARRA HERRERA, quien ha estado privado de la
libertad desde el 23 de noviembre de 2016, y quien perteneció
a la Policía Nacional, fue condenado por el Juzgado Primero
Penal del Circuito Especializado de Antioquia a ciento treinta
y un meses de prisión por los delitos de concierto para
delinquir agravado, fabricación, tráfico y porte de armas,
municiones de uso restringido, de uso privativo de las fuerzas
armadas o explosivos, y tráfico, fabricación, porte o tenencia
de armas de fuego, partes, accesorios o municiones.
Actualmente se encuentra recluido en el Establecimiento
Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de
Valledupar.

2.- El 1 de septiembre de 2022, ÁLVARO ANDRÉS IBARRA


HERRERA presentó una solicitud de libertad condicional, la
cual fue negada el 28 de noviembre de 2022 por el Juzgado
Cuarto de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de
Valledupar, el cual estableció que (i) si bien cumplía todos los
requisitos objetivos (v.gr. había purgado -con redenciones-
un total de 94 meses y cinco días de prisión) y ha mostrado
un buen comportamiento durante el tratamiento
penitenciario; (ii) lo cierto es que dada la gravedad de la
conducta no era posible conceder el subrogado:

2
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

Sobre esta evaluación –de la conducta punible-, de la sentencia se


extrae que la conducta desplegada por el convicto reviste
gravedad. Se indicó en el acápite de los hechos que ALVARO
ANDRES IBARRA HERRERA, era integrante de una organización
delincuencial denominada Autodefensas Gaitanistas de Colombia
o Clan del Golfo, cuya finalidad era la comisión de delitos de
homicidio, desplazamiento y desaparición de personas, tráfico de
estupefacientes y extorsiones, perteneciente al frente Carlos
Vásquez, siendo la persona encargada de suministrar toda la
información sensible de carácter confidencial y reservada, y de
único conocimiento de la Fiscalía General de la Nación y de la
Policía Nacional, especialmente de la Policía Judicial de Urabá,
Antioquia, teniendo como objetivo que varios cabecillas, como
integrantes de la misma organización fueran capturados. Además,
aporto (sic) información sobre varias capturas que se iban a llevar
a cabo, las operaciones que se iban a realizar a la organización,
del mismo modo era quien venia (sic) suplantando el cargo de jefe
de la Sijin de Urabá, como también fiscales de la región y de la
dirección de fiscalía nacional contra el crimen organización con
sede en la ciudad de Medellín.

Conforme lo expuesto se extrae que el comportamiento observado


por el sentenciado frente a la sociedad, dan cuenta de su
potencialidad delincuencial, no solo en razón a la gravedad de los
delitos por el que fue condenado […], sino por la actividad
desplegada por éste en la ejecución de tales punibles, siendo el
encargado de suministrar toda la información sensible de carácter
confidencial y reservada, y de único conocimiento de la Fiscalía
General de la Nación y de la Policía Nacional, especialmente de la
Policía Judicial de Urabá, Antioquia, en procura de favorecer la
organización delincuencia a la que pertenecía.

Debemos advertir, que este análisis, o conclusión no corresponde


a un nuevo juicio de reproche penal, por el contrario, se limita a lo
resuelto por el Juez de condena, y que se encuentra de
conformidad con el criterio jurisprudencial, expuesto en la
sentencia C-757 de 2014, y que estas valoraciones tienen por
finalidad sustentar la necesidad de la ejecución de la pena de
prisión.

[…] En atención a tal precepto, se tiene que, el otorgamiento de la


libertad condicional, en efecto, no se agota solo en el punto de
analizar solo la gravedad de la conducta, sino que, tal y como se
mencionó en párrafo anterior, abarca otros criterios de prevención
general, prevención especial, retribución justa, reinserción social y
protección social; por lo que resulta imprescindible analizar en
conjunto como se desarrolla del tratamiento penitenciario del
condenado, su vida en prisión, el perjuicio social ocasionado con
las conductas punibles, el comportamiento del reo frente a la
sociedad, con el objeto de determinar fundadamente si es viable
conceder o no la pretensión jurídica.

Aterrizados al caso que nos ocupa, considera esta Casa Judicial,


que el proceso de readaptación y resocialización del reo aún no se

3
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

ha consolidado; si bien el Establecimiento Penitenciario allegó


resolución favorable y calificación de buena conducta para la
libertad condicional deprecada, y el interno ha realizado labores
para redención de penas, a juicio del Despacho, no existe un
pronóstico favorable para la reintegración de ALVARO ANDRES
IBARRA HERRERA a la sociedad; téngase en cuenta que existe
gravedad en la conducta punible ejecutada, los delitos por los
cuales fue condenado resultan de alta peligrosidad para el estado
(sic), lesionando los intereses más preciados para la población
civil, tales como la seguridad publica (sic) y libertad personal, por
tanto, merecen un tratamiento severo de modo que no quede en
aquella sensación alguna de impunidad o de un trato
desproporcionado, por la gracia del beneficio. […]

Contra esa decisión, ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA


interpuso recurso de reposición y apelación. El primero fue
resuelto de manera desfavorable el 23 de febrero de 2023.

3.- El recurso de apelación fue decidido el 30 de marzo


de 2023 por el Juzgado Primero Penal del Circuito
Especializado de Antioquia, que decidió confirmar la
providencia recurrida, ya que «de la lectura simple de la
formulación fáctica acusada, y aceptada por parte del
sentenciado, se evidencia claro el desvalor de la acción
delictiva que fue ejecutada por el condenado», por lo cual
compartía el criterio del Juzgado de primera instancia. «De
ahí que, no es su desempeño en el tiempo efectivo que lleva
cumplido de la pena, el que se valora, sino la situación fáctica
que generó la actuación penal, por ello es evidente que se trata
de un delito de mayor trascendencia social, pues el bien
jurídico tutelado es un bien colectivo o social, pues se trata de
la seguridad pública».

4.- El 28 de abril de 2023, ÁLVARO ANDRÉS IBARRA


HERRERA instauró acción de tutela contra las providencias
que negaron el subrogado. Comentó que si bien había

4
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

presentado una anterior solicitud de libertad condicional que


le fue negada (decisiones no revocadas en esa ocasión por la
Corte Suprema de Justicia1), radicó la que es objeto de
estudio dados los nuevos pronunciamientos de la Sala de
Casación Penal en la materia2.

5.- Así, se quejó de que los jueces accionados dieron


prevalencia a la gravedad de la conducta por la que fue
condenado, sin considerar los otros elementos de prueba que
allegó, incurriendo en defectos sustantivo y por
desconocimiento del precedente (luego hizo referencia a un
defecto sustantivo por desconocimiento del precedente) en
relación con el artículo 64 de la Ley 599 de 2000, ya que sí
satisfizo los demás requisitos objetivos y subjetivos para
acceder al subrogado.

6.- Luego, manifestó que no busca que no se valore la


gravedad de la conducta, sino que los juzgados accionados
realicen «un nuevo juicio explícito y ponderado de cara a la
plena satisfacción de las reglas jurisprudenciales para la
determinación del sustituto de libertad condicional», es decir,
considerando tanto lo desfavorable como lo favorable, frente
a la necesidad de continuar con la ejecución de la pena:

1 En Sentencia STP5583-2022 (10 may. 2022, rad. n.° 123715), la Sala de Decisión
de Tutelas n.° 1 de la Sala de Casación Penal determinó que «la negación de la libertad
condicional tuvo fundamento en la necesidad de continuar con la ejecución de la pena
intramural de cara a la valoración de la gravedad de la conducta cometida por el
accionante, argumentación que lejos de resultar arbitraria, caprichosa o constitutiva de
algún hecho vulnerador de las garantías, obedece a los presupuestos normativos y
jurisprudenciales vigentes sobre la materia» y que «la decisión de negar la libertad
condicional no implica per se que el actor deba cumplir la totalidad de la pena en
reclusión intramuros, sino que por ahora es necesario continuar con ese tratamiento
penitenciario».
2 Citó las providencias STP15008-2021, STP3588-2022, AP2977-2022 y AP3348-

2022.

5
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

6.1.- Resaltó que en la sentencia condenatoria se dio


cuenta de la carencia de antecedentes penales, la no
existencia de circunstancias de mayor punibilidad y que
aceptó cargos. En concreto, cuestionó que los jueces no
tuvieron en cuenta «(a) [sus] condiciones personales, (b) la
ausencia de circunstancias de mayor punibilidad, (c) la
imposición de la pena mínima para los delitos inculpados, (d)
el contexto factico mismo, (e) la ausencia de antecedentes
penales, aspectos sumados al comportamiento intramural del
suscrito actor, y (f) mi proceso de resocialización en este
tratamiento penitenciario».

6.2.- Respecto del proceso de resocialización, consta de


los anexos que su conducta ha sido calificada como ejemplar,
no tiene en contra investigaciones internas ni sanciones
disciplinarias y se encuentra en la última fase del
tratamiento penitenciario (fase de confianza). Además,
destacó que se encuentra adelantando estudios de Derecho
en modalidad virtual, y aportó «una oportunidad laboral que
aún [tiene] en una empresa del municipio de Carepa –
Antioquia». Sobre lo anterior, agregó

En mi carpeta figura un total de cuatro felicitaciones por resolución,


con fechas del 14-11-2018, del 03-122020, 23-11-2021, en suma,
a una mención de honor, una certificación especial, en añadidura
a una cuarta resolución favorable para la libertad condicional que
emite picota con fecha del 21-10-2021, y una quinta resolución
también favorable con fecha del 11/02/2022 en relación a lo
preceptuado en el Art. 471 del C.P.P., pero esto no ha sido tenido
en cuenta, tan solo indica[n] que el interno tuvo buen
comportamiento intramural […]3» (subrayas no originales).

3Para dar cuenta de todo lo anterior, con la demanda de tutela se adjuntaron varios
documentos, tales como: « PRUEBA 21. CERTIFICADO TRATAMIENTO EXITOSO
ENTREGADO POR PICOTA. 2 fls. // PRUEBA 22. CERTIFICACIÓN FASES DE
TRATAMIENTO CULMINADAS. 1 fl. // PRUEBA 23. ACTA CLASIFICACION ALTA
SEGURIDAD. 2 fls. // PRUEBA 24. ACTA CLASIFICACION MINIMA SEGURIDAD. 2 fls.

6
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

7.- A partir de lo reseñado, solicitó dejar sin efectos los


autos controvertidos, y que se ordene a las autoridades
judiciales accionadas que resuelvan la postulación de
libertad condicional con la satisfacción plena de las reglas
jurisprudenciales.

III. ANTECEDENTES PROCESALES RELEVANTES

8.- El 12 de mayo de 2023, la Sala de Decisión Penal del


Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar declaró
la improcedencia de la acción de tutela, por cuanto «no fueron
aportados a la actuación elementos de juicio a partir de los
cuales se estableciera que la decisión de no acceder a la
libertad condicional deprecada por el accionante, estuviera
enmarcada de ilegalidad y que desconociera el precedente
jurisprudencial». Esto último, porque los casos citados no
guardaban similitud con su situación, y por cuanto «los
delitos por los cuales fue condenado, comportan un gran
impacto negativo y de gran trascendencia social por tratarse
de la seguridad pública, mismos que fueron cometidos bajo la
pertenencia en el grupo “clan del golfo” frente “Carlos
Vásquez” en los municipios de Urabá».

// PRUEBA 25. ACTA FASE DE CONFIANZA. ULTIMO CICLO. PPL. IBARRA HERRERA
ALVARO ANDRES. 2 fls. //PRUEBA 26. PRIMER FELICITACIÓN RESOLUCION N. 1943
DEL 14-11-2018. 3 fls. // PRUEBA 27. SEGUNDA FELICITACIÓN RESOLUCION N.
3683 DEL 03 12 2020. 4 fls. // PRUEBA 28. TERCER FELICITACIÓN RESOLUCION
RECTORAL N. 06 22-11-2021. 1 FL. // PRUEBA 29. CUARTA FELICITACIÓN
RESOLUCIÓN N. 0049 DEL 13-01-2022. 3 FLS. // PRUEBA 30. SEGUNDA
RESOLUCIÓN LIBERTAD CONDICIONAL N. 1897 LIBERTAD CONDICIONAL. 1 fl. //
PRUEBA 31. CERTIFICADO OTORGADO POR SECRETARIA EDUCACION EPC
COMBITA. 1 fl. // PRUEBA 32. MENCION HONOR OTORGADO SECRETARIA
EDUCACION EPC COMBITA. 1 fl.»

7
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

9.- El 15 de mayo de 2023, ÁLVARO ANDRÉS IBARRA


HERRERA impugnó la decisión de primera instancia. En
síntesis, reiteró que la jurisprudencia de las Altas Cortes es
clara al determinar que, frente a una solicitud de libertad
condicional, no se puede tener como razón suficiente o
definitoria la gravedad de la conducta4.

IV. CONSIDERACIONES

a. Competencia

10.- La Sala es competente para conocer de la


impugnación propuesta, de conformidad con lo previsto en el
artículo 86 de la Constitución Política, el artículo 32 del
Decreto 2591 de 1991 y el Decreto 333 de 2021, toda vez que
la decisión de primera instancia fue emitida por la Sala de
Decisión Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Valledupar, respecto de la cual ostenta la calidad de superior
funcional.

b. Problema jurídico

4 Agregó: «Señores Magistrados de la Corte Suprema es la segunda vez que presento


postulación de libertad condicional, inicialmente lo hice en septiembre del año 2021
cuando había completado las 3/5 partes de mi pena, que equivale al 60% de mi
sanción, y ahora a la fecha he superado el 70% de mi condena, honestamente me siento
pisoteado, no solo el derecho al debido proceso se me está vulnerando, también el
derecho a la igualdad y dignidad humana. Desde aquí desde prisión y de manera
virtual estoy adelantando estudios superiores en derecho, con la Universidad de la
Costa, y veo en las clases de manera diarias que hablan sobre el principio de la
dignidad humana, y perdone que les diga, pero en mi sentir eso esta (sic) solo en el
papel, para figuras publica como María del Pilar Hurtado Afanador, y Rodrigo Aldana
Larrazábal si les aplican, pero para una persona olvidada como yo, hay si no aplica, o
acaso ¿no tengo la oportunidad de reintegrarme a la sociedad como una persona nueva
que he demostrado con mi tratamiento carcelario?. ¿o para que fue creado los artículos
que consagran la libertad condicional?» [negrillas originales].

8
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

11.- ¿El Juzgado Cuarto de Ejecución de Penas y


Medidas de Seguridad de Valledupar y el Juzgado Primero
Penal del Circuito Especializado de Antioquia desconocieron
el derecho fundamental al debido proceso de ÁLVARO ANDRÉS
IBARRA HERRERA al negar su solicitud de libertad condicional?

12.- Para resolver el problema jurídico, la Sala (i)


reiterará las reglas jurisprudenciales sobre la metodología de
análisis de la procedibilidad de la acción de tutela contra
providencias judiciales; (ii) estudiará el cumplimiento de los
requisitos generales en el caso concreto; y, si se cumplen los
anteriores presupuestos, (iii) examinará el fondo del asunto.

c. Sobre los requisitos de procedibilidad de la acción


de tutela contra providencias judiciales.

13.- La Corte Constitucional ha precisado que la acción


de tutela contra providencias judiciales es un mecanismo
excepcional, de tal forma que, su aplicación no puede generar
afectaciones a la seguridad jurídica ni a la autonomía
funcional de los jueces. Al respecto, la Corte Constitucional
en la Sentencia CC C–590 de 2005 expresó que la tutela
contra providencias judiciales es excepcionalísima y solo
procede cuando se cumplen ciertos y rigurosos requisitos de
procedencia: unos de carácter general, que habilitan la
interposición de la acción y otros de carácter específico,
relacionados con la procedencia del amparo.

13.1.- En relación con los «requisitos generales» de


procedencia deben acreditarse, y en su orden, los siguientes:

9
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

(i) la relevancia constitucional del asunto; (ii) el agotamiento


de todos los recursos ordinarios y extraordinarios de defensa
judicial; (iii) la inmediatez, (iv) que se trate de una
irregularidad procesal que tenga una incidencia directa y
determinante sobre el sentido de la decisión cuestionada; (v)
que se identifiquen razonablemente los hechos generadores
de la vulneración y los derechos afectados y que se hubiere
alegado tal circunstancia al interior del proceso en donde se
dictó la providencia atacada; y (vi) que no se trate de una
tutela contra tutela. Si falta al menos uno de estos requisitos
la solicitud de amparo debe declararse improcedente.

13.2.- Por su parte, los «requisitos o causales


específicas» hacen referencia a determinados escenarios
especiales que afectan la integridad de la decisión judicial y
que justifican la intervención del juez constitucional para
salvaguardar los derechos fundamentales. En este sentido,
para que prospere una tutela contra una providencia judicial
se requiere que se presente, al menos, uno de los siguientes
vicios o defectos: defecto orgánico; procedimental absoluto;
defecto fáctico; defecto sustantivo; error inducido; falta de
motivación; desconocimiento del precedente; o violación
directa de la Constitución. En caso de que, luego de realizar
el análisis de fondo, se advierta la configuración de uno o
más de estos defectos o vicios, lo que sigue por parte del juez
constitucional es conceder el amparo y, en caso contrario,
negarlo.

14.- A pesar de que hoy estos parámetros son aceptados


en las diferentes jurisdicciones, es necesario insistir en que

10
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

ellos definen una metodología estricta de análisis frente a las


tutelas contra providencias judiciales. Así, en primer lugar,
deben analizarse siempre y en orden los «requisitos
generales» de procedibilidad. La ausencia de uno solo de ellos
supone necesariamente la declaratoria de improcedencia de
la acción. Si, por el contrario, concurren los requisitos
generales, en segundo lugar, lo que sigue es el análisis de
la(s) «causal(es) específica(s)» de procedencia que
eventualmente se configure(n) de acuerdo con los hechos y
particularidades de cada caso. Si el juez constitucional
encuentra acreditada al menos una de esas causales, lo que
procede entonces es conceder el amparo solicitado. A
continuación, se realizará este análisis en el caso concreto.

d. Análisis de la configuración de los «requisitos


generales» de procedibilidad

15.- En el caso concreto las partes están legitimadas por


activa y por pasiva. Lo primero, porque ÁLVARO ANDRÉS
IBARRA HERRERA actúa directamente. Lo segundo, porque la
demanda se dirige contra las autoridades judiciales que
supuestamente habrían desconocido sus derechos.

16.- Además, (i) el asunto es de relevancia


constitucional por cuanto involucra el derecho fundamental
al debido proceso; (ii) contra las decisiones judiciales
atacadas no procede ningún mecanismo judicial ordinario o
extraordinario; y (iii) la acción de tutela fue instaurada en un
término razonable y oportuno, dado que fue presentada el 28
de abril de 2023, transcurriendo menos de un mes desde la

11
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

última decisión cuestionada (el Auto de 30 de marzo de


2023).

17.- Aunado a ello (iv) no se cuestiona una irregularidad


procesal sino el contenido de dos providencias judiciales (i.e.
aspectos sustanciales); (v) en la acción de tutela se
identificaron tanto los hechos que generaron la vulneración
como los derechos afectados; y (vi) la demanda no se dirige
contra una sentencia de tutela. Superados los requisitos
generales de procedencia, la Sala pasará a referirse a los
presupuestos legales y jurisprudenciales para la concesión
de la libertad condicional, para finalmente pronunciarse
sobre el problema jurídico.

e. Los presupuestos legales y jurisprudenciales para


la concesión de la libertad condicional

18.- El artículo 64 del Código Penal, modificado por el


artículo 30 de la Ley 1709 de 2014, estipula la procedencia
de dicho mecanismo sustitutivo de la pena, así:

[…] El juez, previa valoración de la conducta punible, concederá la


libertad condicional a la persona condenada a pena privativa de
la libertad cuando haya cumplido con los siguientes requisitos (…):

1. Que la persona haya cumplido las tres quintas (3/5) partes de la pena.

2. Que su adecuado desempeño y comportamiento durante el


tratamiento penitenciario en el centro de reclusión permita suponer
fundadamente que no existe necesidad de continuar la ejecución de la
pena.

3. Que demuestre arraigo familiar y social.

Corresponde al juez competente para conceder la libertad condicional


establecer, con todos los elementos de prueba allegados a la actuación,
la existencia o inexistencia del arraigo.

12
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

En todo caso su concesión estará supeditada a la reparación a la víctima


o al aseguramiento del pago de la indemnización mediante garantía
personal, real, bancaria o acuerdo de pago, salvo que se demuestre
insolvencia del condenado.

El tiempo que falte para el cumplimiento de la pena se tendrá como


periodo de prueba. Cuando este sea inferior a tres años, el juez podrá
aumentarlo hasta en otro tanto igual, de considerarlo necesario.

19.- En Sentencia C-757 de 2014 la Corte


Constitucional determinó, en primer lugar, cuál es la función
del juez de ejecución de penas frente a la valoración de la
conducta punible, así:

[E]l juicio que adelanta el Juez de Ejecución de Penas tiene una finalidad
específica, cual es la de establecer la necesidad de continuar con el
tratamiento penitenciario a partir del comportamiento carcelario del
condenado. En este contexto, el estudio del Juez de Ejecución no se hace
desde la perspectiva de la responsabilidad penal del condenado –
resuelta ya en la instancia correspondiente, ante el juez de conocimiento-
sino desde la necesidad de cumplir una pena ya impuesta. En el mismo
sentido, el estudio versa sobre hechos distintos a los que fueron objeto
de reproche en la sentencia condenatoria, cuales son los ocurridos con
posterioridad a la misma, vinculados con el comportamiento del
sentenciado en reclusión.

20.- Adicionalmente, en el citado fallo, reconoció que la


redacción del artículo 64 del Código Penal no establece qué
elementos de la conducta punible debían tener en cuenta los
jueces de ejecución de penas, ni los parámetros a seguir para
asumir las valoraciones que de ella hicieron previamente los
jueces penales en la sentencia, por lo que aquellos debían
“tener en cuenta todas las circunstancias, elementos y
consideraciones hechas por el juez penal en la sentencia
condenatoria, sean éstas favorables o desfavorables al
otorgamiento de la libertad condicional”.

21.- Posteriormente, en sentencias CC C-233 de 2016,


CC T-640 de 2017 y CC T-265 de 2017, la Corte
Constitucional determinó que, para facilitar la labor de los

13
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

jueces de ejecución de penas ante el ambiguo panorama,


debían tener en cuenta que la pena no ha sido pensada
únicamente para lograr que la sociedad y la víctima
castigaran al condenado y que con ello vean sus derechos
restituidos, sino que responde a la finalidad constitucional
de la resocialización como garantía de la dignidad humana.
Por lo anterior, estimó que los jueces de ejecución de penas
deben velar por la reeducación y la reinserción social de los
penados, como una consecuencia natural de la definición de
Colombia como un Estado Social de Derecho fundado en la
dignidad humana, que permite humanizar la pena de
acuerdo con el artículo 1º de la Constitución Política.

22.- Acorde con lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia estableció que, si bien el juez de ejecución de penas,
en su valoración, debe tener en cuenta la conducta punible,
también debe analizar la participación del condenado en las
actividades programadas al interior del centro carcelario,
como una estrategia de readaptación social en el proceso de
resocialización (CSJ SP 10 oct. 2018, rad. 50836), pues el
objeto del Derecho Penal en un Estado como el colombiano
no es excluir al delincuente del pacto social, sino buscar su
reinserción en el mismo (CC C-328-2016).

23.- Conforme con lo anterior, la Sala de Decisión de


Tutelas n.° 1 de esta Corporación, en sentencia CSJ
STP15806 (reiterada en CSJ STP5097-2020, STP10997-
2020, STP4643-2021, STP12696-2021 y STP3548-2023)
determinó que:

[…] i) No puede tenerse como razón suficiente para negar la libertad


condicional la alusión a la lesividad de la conducta punible frente a los

14
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

bienes jurídicos protegidos por el Derecho Penal, pues ello solo es


compatible con prohibiciones expresas frente a ciertos delitos, como
sucede con el artículo 68 A del Código Penal.

En este sentido, la valoración no puede hacerse, tampoco, con base en


criterios morales para determinar la gravedad del delito, pues la
explicación de las distintas pautas que informan las decisiones de los
jueces no puede hallarse en las diferentes visiones de los valores
morales, sino en los principios constitucionales;

ii) La alusión al bien jurídico afectado es solo una de las facetas de la


conducta punible, como también lo son las circunstancias de mayor y de
menor punibilidad, los agravantes y los atenuantes, entre otras. Por lo
que el juez de ejecución de penas debe valorar, por igual, todas y cada
una de éstas;

iii) Contemplada la conducta punible en su integridad, según lo


declarado por el juez que profiere la sentencia condenatoria, éste es solo
uno de los distintos factores que debe tener en cuenta el juez de ejecución
de penas para decidir sobre la libertad condicional, pues este dato debe
armonizarse con el comportamiento del procesado en prisión y los demás
elementos útiles que permitan analizar la necesidad de continuar con la
ejecución de la pena privativa de la libertad, como bien lo es, por ejemplo,
la participación del condenado en las actividades programadas en la
estrategia de readaptación social en el proceso de resocialización.

Por tanto, la sola alusión a una de las facetas de la conducta punible,


esto es, en el caso concreto, solo al bien jurídico, no puede tenerse, bajo
ninguna circunstancia, como motivación suficiente para negar la
concesión del subrogado penal.

Esto, por supuesto, no significa que el juez de ejecución de penas no


pueda referirse a la lesividad de la conducta punible para valorarla, sino
que no puede quedarse allí. Debe, por el contrario, realizar el análisis
completo.

iv) El cumplimiento de esta carga motivacional también es importante


para garantizar la igualdad y la seguridad jurídica, pues supone la
evaluación de cada situación en detalle y justifica, en cada caso, el
tratamiento diferenciado al que pueda llegar el juez de ejecución de
penas para cada condenado”. (CSJ STP15260-2022 y STP3548-2023)

f. Análisis de los requisitos específicos

24.- La Sala revocará la sentencia de tutela de primera


instancia. Si bien el Juzgado Cuarto de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad de Valledupar y el Juzgado Primero
Penal del Circuito Especializado de Antioquia formalmente
consideraron el desempeño de ÁLVARO ANDRÉS IBARRA
HERRERA durante la reclusión, lo cierto es que el análisis de

15
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

la gravedad de la conducta, en efecto, fue el motivo principal


en torno al cual giró el estudio para negar su solicitud de
libertad condicional (especialmente para el juez accionado de
segunda instancia; ver supra, párr. n.° 3).

25.- Así, consta que negaron la postulación de ÁLVARO


ANDRÉS IBARRA HERRERA al establecer que (i) si bien había
cumplido el factor objetivo (i.e. había descontado más de las
tres quintas partes de la pena de prisión: para el 28 de
noviembre de 2022 había purgado 94 meses y 5 días de los
131 meses a los que fue sancionado), y (ii) había tenido un
adecuado desempeño durante su privación de la libertad; lo
cierto era que (iii) no se satisfacía el presupuesto subjetivo,
en tanto la gravedad de la conducta hacía necesario
continuar con el tratamiento penitenciario. Sin embargo, en
relación con el punto ii, no tuvieron en cuenta, de cara a la
necesidad de continuar con la ejecución de la pena, los
aspectos favorables y las cuestiones específicas de su proceso
de resocialización, mencionados en la acción de tutela y sus
anexos (ver supra, párr. n.° 6.1. y 6.2.).

26.- Al respecto, como lo ha afirmado la Corte


Constitucional y también la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia, la finalidad específica del estudio
de la solicitud de libertad condicional es establecer la
necesidad de continuar con el tratamiento penitenciario a
partir del comportamiento carcelario de la persona
condenada.

16
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

27.- Por lo tanto, el análisis de la gravedad de la


conducta no debe conllevar a que por vía jurisprudencial se
imposibilite la concesión de la libertad condicional respecto
de ciertos delitos que no fueron excluidos respecto de ese
subrogado por el Legislador, ni debe llevar a ignorar,
reemplazar o analizar formalmente el proceso de
resocialización y la necesidad de continuar con el
tratamiento penitenciario. De lo contrario, se desconocería
garantía del non bis in idem.

28.- De acuerdo con la reciente jurisprudencia de la


Sala de Casación Penal (CSJ AP2977-20225 y AP3348–
20226), si bien el juez vigía debe analizar la gravedad de la
conducta, ese aspecto no puede ser el elemento fundamental
y determinante a la hora de resolver las solicitudes de
libertad condicional, sino que esa labor requiere del análisis

5 «[…] se ha de entender que tal examen debe afrontarse de cara a la necesidad de


cumplir una sanción ya impuesta, por lo que no se trata de un mero y aislado examen
de la gravedad de la conducta, sino de un estudio de la personalidad actual y los
antecedentes de todo orden del sentenciado, para de esta forma evaluar su proceso de
readaptación social; por lo que en la apreciación de estos factores debe conjugarse el
“impacto social que genera la comisión del delito bajo la égida de los fines de la pena,
los cuales, para estos efectos, son complementarios, no excluyentes”» [subrayas no
originales].
6 «Una lectura diferente de lo pretendido por el legislador y de lo definido por la

jurisprudencia de la Corte Constitucional al declarar la exequibilidad condicionada de


la norma en cuestión: (i) la aleja del talante resocializador de la pena, (ii) desvirtúa el
componente progresivo del tratamiento penitenciario, (iii) muta el norte rehabilitador que
inspira el mecanismo sustitutivo, hacia un discurso de venganza estatal, y (iv)
obstaculiza la reconstrucción del tejido social trocado por el delito.
La previa valoración de la conducta no puede equipararse a exclusiva valoración, sobre
todo en aspectos desfavorables como la gravedad que con asiduidad se resaltan por
los jueces ejecutores, dejando de lado todos los favorables tenidos en cuenta por el
funcionario judicial de conocimiento. Si así fuera, el eje gravitatorio de la libertad
condicional estaría en la falta cometida y no en el proceso de resocialización. Una
postura que no ofrezca la posibilidad de materializar la reinserción del condenado a la
comunidad y que contemple la gravedad de la conducta a partir un concepto estático,
sin atarse a las funciones de la pena, simplemente es inconstitucional y atribuye a la
sanción un específico fin retributivo cercano a la venganza.
La Corte ha de reiterar que cuando el legislador penal de 2014 modificó la exigencia de
valoración de la gravedad de la conducta punible por la valoración de la conducta,
acentuó el fin resocializador de la pena, que en esencia apunta a que el reo tenga la
posibilidad cierta de recuperar su libertad y reintegrarse al tejido social antes del
cumplimiento total de la sanción» [subrayas no originales].

17
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

integral de los aspectos positivos y negativos consignados en


la sentencia, así como el proceso de resocialización, pues solo
a partir del estudio ponderado de aquellos aspectos es dable
negar o acceder al beneficio citado.

29.- Recuérdese que, si bien el juez de ejecución de


penas está llamado a valorar la conducta por la cual fue
emitida la condena al determinar la necesidad o no de
cumplir con la sanción privativa de la libertad impuesta, ese
estudio debe incluir el análisis de la personalidad, los
antecedentes y todas las circunstancias abordadas por el
juez de conocimiento en la condena, así como el proceso de
resocialización y los riesgos de reincidencia. Solo a partir de
un análisis material de estos elementos, explícito y
ponderado, es dable definir si hay lugar a conceder o no la
libertad condicional.

30.- Esto no significa que la gravedad de la conducta no


deba ser valorada o que el fallador acceda sin ningún
miramiento a la libertad condicional. Lo que se exige es que
el funcionario judicial realice una evaluación comprehensiva
y ponderada en conjunto de los aspectos favorables y
desfavorables del solicitante, análisis que en todo caso debe
ser real y no meramente enunciativo, lo cual conlleva una
exigente carga argumentativa. Por las razones mencionadas,
la Sala encuentra que esta carga no se satisfizo en las
decisiones judiciales controvertidas por medio de esta tutela.

g. Conclusión

18
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

31.- Con base en el análisis de procedencia y de fondo,


la Sala revocará la sentencia de primera instancia, que
declaró la improcedencia de la acción de tutela. En su lugar,
concederá el amparo del derecho fundamental al debido
proceso, dejará sin efectos las providencias cuestionadas, y
ordenará al juzgado penal de primera instancia que resuelva
nuevamente la solicitud de libertad condicional presentada
por ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA, de conformidad con las
consideraciones expuestas en la parte motiva de esta
decisión.

32.- Esto, tras constatar que el Juzgado Cuarto de


Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Valledupar y
el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de
Antioquia, al emitir los autos de 28 de noviembre de 2022 y
30 de marzo de 2023, se apartaron de los precedentes
jurisprudenciales desarrollados en torno a los criterios de
valoración al momento de resolver una petición de libertad
condicional, pues la negativa se edificó esencialmente en la
gravedad de la conducta, sin hacer una labor de ponderación
real o material con los aspectos positivos y el proceso de
resocialización.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Decisión de Tutelas


n.o 3 de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la ley,

RESUELVE

19
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

Primero. Revocar la sentencia impugnada y, en su


lugar, conceder el amparo del derecho fundamental al debido
proceso de ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA.

Segundo. Dejar sin efectos los autos de 28 de


noviembre de 2022 y 30 de marzo de 2023 proferidos por el
Juzgado Cuarto de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Valledupar y por el Juzgado Primero Penal del
Circuito Especializado de Antioquia, respectivamente.

Tercero. Ordenar al Juzgado Cuarto de Ejecución de


Penas y Medidas de Seguridad de Valledupar que, en el
término de cinco (5) días hábiles contados a partir de la
notificación de esta sentencia, resuelva nuevamente la
solicitud de libertad condicional presentada por ÁLVARO
ANDRÉS IBARRA HERRERA, atendiendo las consideraciones de
la parte motiva de esta decisión.

Cuarto. Disponer el envío de las diligencias a la Corte


Constitucional, para la eventual revisión de los fallos
proferidos.

Quinto. Notifíquese de acuerdo con lo previsto por el


artículo 30 del Decreto 2591 de 1991.

Cúmplase

20
Tutela de segunda instancia
Radicación n.° 130893
CUI: 20001220400220230021201
ÁLVARO ANDRÉS IBARRA HERRERA

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

21

También podría gustarte