ACOSTA Y LARA - La Guerra de Los Charruas. Hispanico

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 200

A

LA GUERRA DE LOS
CHARRÚAS
EN LA BANDA ORIENTAL
(PERIODO HISPÁNICO)

POR

EDUARDO P. ACOSTA YLARA

Opto. EDITORIAL Y BIBLIOTECA

DünaciófliDr..J08é Calatayud Qosctt

LffiRERIA IJNARDIY RISSO


MONTEVIDEO
1989

CENTRO MILITAR
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS
en la
BANDA ORIENTAL
(PERIODO HISPÁNICO)
CARÁTULA: HORACIO AÑON
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Miembro de Número del Instituto Histórico


y Geográfico del Uruguay.
Investigador Asociado del Museo Nacional
de Historia Natural.
Miembro Fundador del Instituto de Estudios
Históricos Aeronáuticos y Espaciales.

El autor agradece a los Sres. Raúl S. Acosta y Lara y Alvaro J. Risso, la


iniciativa y respaldo que hicieron posible la reedición de este trabajo,
que en lo fundamental mantiene los textos y notas originales.
En las afueras de Salto, junto al arroyo Ceibal, no lejos de
la tumba de mi amigo Muñoa, hay una isleta de piedra y talas
que me es muy querida. Allí, en un atardecer de la primavera
de 1945, a la hora en que el perfume de la márcela se extiende
por el campo, nació la idea de escribir éstas páginas.
A la advocación de Nuestra Señora del Buen Aire,
de Sevilla, y en memoria de mi padre.
CAPITULO 1

DESCUBRIMIENTO Y PRIMERAS ENTRADAS A LA BANDA


ORIENTAL
Riñeron los dos hermanos
y de tal suerte riñeron,
que Juera Cain el vivo
de no haberlo sido el muerto.
(Romancero Español)

En modo alguno puede atribuirse a los charrúas la muerte


de Solís (1516). Las crónicas de los siglos XVI y XVII que tratan
del episodio, omiten el nombre de los indígenas que lo protago-
nizaron, y tampoco puede haber figurado dicho nombre ni en el
"Diario" del descubridor, continuado a su muerte por Francisco
Torres, ni en la "Memoria" que el mismo Torres presentara a la
Casa de Contratación de Sevilla. í1) La razón es muy simple. De
los que acompañaron a Solís en el trágico desembarco de las costas
de Colonia, el factor Marquina, el contador Alvarez, el grumete
Francisco del Puerto, cuatro marineros y un timonel, ninguno
regresó para contarlo, (2) y los que permanecieron a bordo, tal
como lo narra el cronista Pedro Mártir: "espantados de aquel
(1) El paradero actual de estos documentos es desconocido, aunque
se supone que en una época estuvieron en el Archivo de Simancas, la
histórica villa de la provincia de Valladolid. También es dable suponer
que fueron vistos y consultados por Pedro Mártir, López de Gomara,
Antonio de Herrera 7 otros cronistas contemporáneos al viaje.
(2) No se conoce declaración alguna de Francisco del Puerto, el
grumete que escapó a la matanza y quedó prisionero de los indios, incor-
porándose años después a la expedición de Gaboto en la que sirvió de
intérprete o lenguaraz. No obstante, el Sr. José Toribio Medina, supone
que fue en base a informaciones de este grumete que Gaboto anotó en
su mapa refiriéndose a Solís: "costóle bien caro el descubrimiento, porque
los indios de la dicha tierra" (Río de la Plata) "lo mataron y lo comieron."
[1 Vol. I pg. 286]. Agregaremos nosotros, que el hecho de que el men-
cionado grumete viviera entre los indios que mataron a Solís sin ser
sacriílcado, no prueba como se ha pretendido hacerlo, que estos indios no
fueran caníbales. La historia del descubrimiento y la conquista de la costa
atlántica del Brasil, registra numerosos casos de aventureros y desertores
que vivieron también entre tribus de antropófagos sin sufrir daño alguno.
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

atroz ejemplo, no se atrevieron a desembarcar, ni pensaron en


vengar á su capitán y compañeros, y abandonaron aquellas playas
crueles." [1 Vol. 2 pg. 202]. ¿Cómo pudo saberse entonces el
nombre de unos salvajes que nadie había visto antes y en la
oportunidad apenas si fueron observados desde lejos ? Lo cierto es
que dos siglos más tarde el padre Lozano S. I. culpaba lisa y lla-
namente a los charrúas de la famosa matanza, versión que repetida
luego por otros autores ha venido a convertirse en la primera
leyenda negra de la historia rioplatense. [2 Vol. I pg. 27], [3 Vol. I
pg. 144]. Investigaciones históricas y arqueológicas posteriores
demuestran que el desembarco de Solís se produjo en tierras
pobladas por indios guaraníes, que como todos los del grupo tupí
de las costas brasileñas eran muy dados a la práctica del caniba-
lismo. Estando acordes la mayoría de los cronistas en señalar que
una vez muertos Solís y sus compañeros fueron devorados por
los nativos, no cuesta mucho creer que éstos hayan sido realmente
guaraníes, tan vinculados en los años siguientes a las alternativas
del descubrimiento y la conquista [4 pg. 556], [5 pgs. 61 y 87].
Nada aporta al conocimiento de nuestros indígenas la expe-
dición de Magallanes, cuya flota permaneció anclada varios días
en la ensenada de Colonia, (8) (enero de 1520). En este lugar
fueron vistos unos indios que huyeron en cuanto los de las naves
quisieron desembarcar, limitándose a decir de ellos Pigafetta: "se
los denomina caníbales; comen carne humana", y agregando, del
que se presentó por la noche a la nave capitana: "era de esta-
tura gigantesca y con voz tan bronca que parecía un toro",
[6 pg. 10]. El cronista Herrera por su parte, nos da a entender
que estos indígenas eran canoeros, [7 vol. 3 pg. 290], (*) rasgo
(3) Siguiendo a Pigaíetta, cronista de la expedición, parecería que
ésta hubiera hecho recalada- y aprovisionamiento de agua en el Cabo de
Santa María, hoy Punta del Este, y no en la ensenada de Colonia. Creemos
haber aclarado ya el posible error, basándonos en el "Derrotero" de Fran-
cisco Albo, contramaestre de la propia nave en que viajaba el cronista.
[10 pgs. 10 y 26].
(4) Como lo decíamos en un trabajo anterior, presumimos que
estos indígenas fueran chaná-timbúes, pueblo de grandes canoeros, y que
al igual que los guaraníes frecuentaban por esa época las costas del actual
departamento de Colonia. [10 pg. 10]. En cuanto a Ja denominación de
"caníbales", y aunque los chaná-timbúes no lo fueron, Pigafetta la hace
extensiva a todos los habitantes de la zona, recordando seguramente la
suerte corrida por Solís, a cuya muerte alude párrafos después [6 pg. 11].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS

que permite descartarlos como charrúas, al menos con los cono-


cimientos que hasta ahora tenemos de dichos aborígenes.
Llegado Gaboto al río de la Plata comienza. a aclararse el
panorama étnico de nuestras costas. En marzo o abril de 1527 la
pequeña flota arribaba a la desembocadura del arroyo San Juan,
en Colonia, paraje que denominaron puerto de San Lázaro o de
San Salvador, y que lea serviría de base de operaciones en su
penetración por los ríos Paraná y Paraguay. Allí Luis Ramírez
escribió a su padre la carta del 10 de julio de 1528, conservada
actualmente en la Biblioteca del Escorial, y en la que le propor-
ciona noticias sobre las costumbres, medios de vida, etc., de las
naciones indígenas de estas tierras. [8] Pero no nombra Ramírez
a los charrúas ni da gentilicio alguno que se les parezca. Y es
extraño, porque habiendo vivido bastante tiempo en San Salvador
pudo tener referencias de ellos por los guaraníes, que veía a
diario, o por Francisco del Puerto, radicado en aquellas costas
como lo hemos visto, desde la muerte de Solís.
Hablando de la expedición de Gaboto, corresponde men-
cionar la cita del cronista Fernández de Oviedo relativa a los
"jacroas", (5) dado que para escribir sobre los asuntos del Plata,
Oviedo se informó de Johan de Junco y Alonso de Santa Cruz,
ambos partícipes de aquella expedición. Dice así el cronista al
describir nuestras costas: "Y á la boca del río (6) están los
jacroas, que es una gente que se sostiene de montería de venados
é de avestruces é de otros animales llamados apareaes, los quales
en la Nueva España y en las otras partes de España llaman
cories; y también tiene esta gente muchos y buenos pescados de
aquella ribera y costas. Hay en aquella tierra unas cebolletas
debaxo de tierra, que es buen manjar para los naturales y aun
para los españoles, y hay otras rayces que son á manera de
jungia: hay raposos-é corzas á manera de lebreles, como leones
(5) Jacroa ha Bido ya aceptado como sinónimo de "charrúa" por
la mayoría dejos autores, atribuyéndose a errores de transcripción o de
interpretación fonética las variantes entre ambos gentilicios, especial-
mente eu. lo relativo a las letras iniciales de ambos vocablos.
(6) Oviedo no es muy explícito en lo de definir cuál es este río,
ya que en párrafo anterior ha estado hablando del rio Paraguay, pero
la aclaración de que "Estos indios están de la parte de la costa al Norte",
y la inmediata mención del río Negro, nos llevan a la casi certeza de que
Oviedo se está refiriendo al río de la Plata o a los últimos tramos del
Bajo Uruguay.
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

pardos. Esta gente no tiene assiento ni pueblo conoscido: van de


una parte á otra corriendo la caca, y llevan consigo sus mugeres
é hijos, é las mugeres van cargadas de todo lo que tienen, é los
hombres van siguiendo su montería é matando los siervos y aves-
truces, arrojándoles unas bolas de piedra con trayllas ó pen-
dientes de una cuerda, como ya en otra parte la historia ha hecho
mención de tales armas. También usan algunos arcos é garrotes
en su montería. Estos indios están de la parte de la costa al
Norte, y más adelante en la mesma costa, passando el rio Ñero,
está otra gente que se dice chanastinbus, que viven en islas de
la costa ya dicha", etc., etc., [9 Vol. 2 pg. 191].
Parecería que en el orden cronológico, fuera ésta la primera
mención histórica de los charrúas, pero la prioridad en el uso
del gentilicio puede corresponder también al navegante Diego
García, (7) quién, habiendo reconocido nuestras costas al mismo
tiempo que Gaboto, alude a dichos indígenas en la "Memoria"
que redactara en 1530 - 31. Dice así al hablar del Cabo Santa
María, hoy Punta del Este: "yentoda esta costa no parece yndio
ny alderredordelcavo mas luego ay adelante ay una generación
qsellama los chaurruaes questos no comen carne umana man-
tienense de pescado e caza de otra cosa no comen", [11 fol. 3 r.
pg. 206]. Y repite la cita cuando enumera las naciones indígenas
que ha conocido en su viaje: "la primera generación ala entrada
del río A la vanda del norte sellama los charruases estos comen
pescado e cosa de caga e no tienen otro manteniym.o ningu.o",
[11 fol. 4 v. pg. 209]. No creemos sin embargo que García haya
visto personalmente a los charrúas, y lo más probable es que
supiera de ellos por los guaraníes o por los timbúes, tres de los
cuales llevó consigo al regresar a España. (8)
A fines de 1531 visitó el rio de la Plata el portugués Pero
(7) Diego García de Moguer que algunos historiadores señalan
como portugués y otros como español, ya habla venido al Plata con Solía
en 1516, lo hizo simultáneamente con Gaboto en 1527 y aún procurarla
hacerlo por tercera vez en la flota del adelantado Pedro de Mendoza. No
cumplió su anhelo ya gue murió en el curso del viaje, en Gomera, islas
Canarias, a fines de setiembre de 1535 [1 vol. I pg. 331].
(8) En el sumario hecho en Sevilla (1530), para indagar el origen
y destino de los indios llevados a España por la expedición de Gaboto,
Garda declaró de estos tres timbúes, "atambures", que hablan sido com-
prados en el "Río Solís" a "otros indios enemigos suyos, que son los
guaraníes, que los comen", [12 vol. 2 pg. 178].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS

Lope de Sousa, animoso marino que, aunque familiarizado con


la belleza espectacular de las ensenadas brasileñas, nos hace el
cumplido de hallar gratas las monotonías que aquí se le ofrecen.
Y así lo vemos, entusiasmado, anotar está frase relativa a las
costas del departamento de San José: "A térra he mais fermosa
e apraaivel que eu já mais cuidei de ver: nam havia homem que
se fartasse d'olhar os campos e a fermosura delles", [13 yol. I
pg. 277, vol. II, mapa N* 7]. Tres grupos indígenas encontró
Lope de Sousa en nuestras playas» aunque no parece que haya
recogido sus gentilicios. El primero estaba en la bahía.de Mal-
donado, es decir al oeste del Cabo Santa Maríat (Punta del Este),
lugar en que García señalara la presencia de "chaurruaea". Sólo
sabemos de estos indios que .recibieron a los portugueses: "com
grandes choros e cantigas mui tristes", [13 vol. I pg. 266], asig-
nándoseles más adelante la costumbre de amputarse los dedos,
[13 vol. I pg. 306]. Es muy probable que estos indios fueran
charrúas, como parece indicarlo dicha costumbre de amputarse
los dedos, (fl) y el hecho significativo de que dos observadores,
García y Ruy Díaz de Guzznán [14 pg. 6], ubiquen justamente
charrúas en esa zona. Pasando por alto el encuentro con los
canoeros de las costas de San José, (10) episodio gratísimo que
tan bien describe Lope de Sousa [13 vol. I pg. 280 y 304], lle-
gamos al tercer grupo, visto en las proximidades del "rio dos
Beguoais", actualmente Solís Grande, y en oportunidad que los
expedicionarios se internaron tierra adentro en busca de pro-
visiones. Teniendo en cuenta que Lope de Sousa observó en
aquellos indios caracteres comunes a charrúas y chaná-timbúes,
supusimos al hacer el estudio de estos últimos, que se estuviera
en presencia de charrúas, y que viviendo con ellos, se hallaran
varios chaná-timbúes, identificables por sus adornos nasales,
[10 pg. 15]. En la actualidad, si bien no tenemos argumentos

(9) La costumbre de amputarse los dedos formaba parte del ritual


fúnebre de las mujeres charrúas, y parece que también estaba en boga
entre los chaná-timbúes.
(10) Estos canoeros vistos en dos oportunidades, el 25 de no-
viembre y el 21 de diciembre de 1531, tenían sus viviendas en las costas
de San José, entre el arroyo San Gregorio, y el Pavón a el Pereira. Basán-
donos en la descripción de Lope de Sousa y en hallazgos arqueológicos
locales, hemos supuesto que tales indígenas fueran chana - tímbúes, como
los que viera Pigafetta, extendidos por nuestras playas desde Salto Grande
hasta la boca del Santa Lucía, [10 pg. 14].
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

para variar radicalmente aquel concepto, venimos considerando


la posibilidad de que los indígenas del "Rio dos Beguoais" fueran
guayanás (caigang), cuyo paso por nuestro país se hace cada
vez más evidente y que en cierto modo participaron de los ele-
mentos culturales de los chaná-timbúes y de los charrúas, en
especial de los últimos, con los que muchas veces se los ha con-
fundido (") [13 vol. I pg. 318].
Con Lope de Sousa termina el ciclo del descubrimiento y con
Pedro de Mendoza se inicia el de la conquista. La magnífica
expedición de este último llegó al Plata a principios de 1536,
anclando sus catorce navios en San Gabriel, Colonia, el mismo
fondeadero que utilizara Magallanes dieciséis años antes. Aquí
sitúa Schmidel a los "zechuruass", cuando ya de regreso en Ale-
mania evoca las peripecias que viviera en aquella expedición, a
la que se había enrolado ansioso de recorrer mundo. Dicen así sus
conocidos párrafos, tan repetidos por etnólogos e historiadores:
"Allí nos encontramos con un pueblo de Indios llamados Zechu-
ruass que constaba como de 2.000 hombres, y que no tenían más
de comer que pescado y carne. Estos al llegar nosotros, habían
abandonado el pueblo huyendo con mujeres é hijos, de suerte que
no pudimos dar con ellos. Esta nación de Indios se anda en
cueros vivos, mientras que sus mujeres se tapan las vergüenzas
con un paño de algodón que les cubre desde el ombligo hasta la
rodilla", [16 pg. 146]. Dos menciones más hace Schmidel de los
charrúas. La primera al hablar de la indumentaria de los que-
randíes, "carendies", de la vecina orilla; "su vestir era como el
de los Zechurg del ombligo á las rodillas", [16 pg. 147], y la
segunda cuando enumera los grupos indígenas que se coaligaron
para atacar el poblado de Buenos Aires; "Carendies, Barenis.
Zechuruas y Zechenais Diembus", [16 pg. 154]. (u>) Pero, de la
compulsa de las crónicas del viajero alemán no surge que cono-
ciera a los charrúas de la Banda Oriental más que por refe-
rencias, (13) aunque puede haber visto a los que intervinieron
(11) Así ha ocurrido con la parcialidad de los yaros, incluidos en
el grupo charrúa hasta que el profesor Salvador Cañáis Frau, basándose
entre otras observaciones en las del misionero Antonio Sepp, S. J. (1691),
estableció fundadamente su condición de caigang [15 pg. 276].
(12) Es decir, querandíes, guaraníes, charrúas y chaná-timbúes.
(13) Schmidel es bien conciso al expresar que los indígenas de
San Gabriel no pudieron ser hallados, o sea, claramente, que no fueron
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS

en el ataque a Buenos Aires, si es que realmente eran charrúas»


como él lo dice.
Fracasada la primera fundación de Buenos Aires y consti-
tuida la Asunción en centro vital de la conquista para estas partes
de América; fracasada también la expedición de los Sanabria
(1549), cuyos infortunios en las costas africanas y brasileñas
fueron documentados por el joven arcabucero Hans Staden [17]
[18 vol. I pg. 277], el establecimiento de los españoles en las
márgenes del Plata debió ser postergado por muchos años. Con
todo en 1552, buscando Domingo de Irala, gobernador de la
Asunción, que las flotas que venían de España tuvieran donde
reaprovisionarse antes de remontar el Paraná en procura del
Paraguay, planeó la fundación de una pequeña factoría en nues-
tras costas, proyecto que llevado a cabo por el capitán Juan
Romero en la desembocadura del arroyo San Juan, Colonia, no
prosperó debido a los continuos ataques de los naturales, (")
[14 pg. 85].
En nuestro concepto, los primeros europeos que realmente
establecieron trato con los charrúas de la Banda Oriental fueron
los miembros de la expedición de Juan Ortiz de Zarate, la que
arribó en precario estado a San Gabriel en noviembre de 1573.
Venía como capellán de dicha expedición el arcediano Martín del
Barco Centenera, genial observador que captó el desarrollo de
cuantos sucesos fuera testigo para vertirlos en su poema histó-
rico titulado "La Argentina". Es así que sabemos de la penosa
estadía en Santa Catalina, donde a las miserias del hambre se
agregaron los vejámenes de una oficialidad despótica, muy dada
a reprimir en forma brutal los más leves gestos del descontento.
Y en tanto se sumaban los errores a las divergencias ocurrió lo
vistos. En cuanto a que hablan buido al llegar los españoles es cosa a
discutirse, ya que el pueblo o toldería abandonada quizás lo estaba desde
días o semanas atrás. Recordemos además que el cronista, aparte de
cuando el arribo de la flota de Mendoza a San Gabriel, sólo en otra opor-
tunidad pisó tierra uruguaya [16 pg. 196], no habiendo constancia de
que en esta segunda y última vez observara a indígena de parcialidad
alguna.
(14) Se pone en duda la veracidad de este hecho que, narrado por
Rui Díaz de Guzmán, no parece tener confirmación en otros documentos
de la época. Lozano y quienes le siguieron repiten la cita de aquel cro-
nista, agregando por su cuenta y con muy discutible acierto, que los
naturales a que se refiere el episodio eran charrúas [2 vol. 3 pg. 6],
[33 vol. 2 pg. 224], [18 vol. I pg. 280].
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

inesperado. Llegadas las naves a San Gabriel fueron sorpren-


didas por un temporal del sur, tan violento que:
"Pilotos y maestres, marineros,
Grumetes, pages, frailes y soldados,
Mugeres y muchachos, pasageros,
Andaban dando voces muy turbados.
Los gritos y alaridos mensageros
Allí son dé una nave a otra enviados,
Y cada cual socorro demandaba,
Que igual era él dolor que se pasaba" [19, Canto X]

Varadas la "Capitana" y la "Almiranta", cuyos nombres res-


pectivos eran la "San Salvador" y la "Concepción", [20 pg. 384],
sale la gente a tierra y se produce el encuentro con los charrúas,
que habrá tenido lugar lejos de la costa, al internarse los espa-
ñoles en busca de alimentos. Be las palabras de Centenera dedu-
cimos ser ésta la primera vez que aquellos indios veían hombres
blancos, así se explica que, intacto aún su espíritu hospitalario,
y no por temor como él lo dice, repitieran la escena que fue
común a los ojos de los descubridores:
"Y acuden con gran copia de venados
Avestruces y sábalos, dorados". [19, Canto X]

En cuanto a los siguientes versos, ellos nos hacen vislum-


brar que caciques y principales se presentaron en formación ante
los recién llegados, brindándoles una ceremoniosa acogida:
"Lleva entre esta gente el estandarte,
Delante del Cacique, que es su tío,
Abayubá, mancebo muy lozano,
Y el Cacique se nombra Zapicano". (15) [19, Canto X]
(15) Es evidente que en el trato entre charrúas y españoles ter-
ciaron mucho los guaraníes, allí presentes como en tiempos de Gaboto.
y que deben ser los Indios que según Centenera acudieron a las caves
no bien éstas llegaron a San Gabriel. A la dialéctica de dichos guaraníes,
conocedores ya del español, y que habrán actuado de intérpretes en las
entrevistas sostenidas por Zarate con Zapicán, atribuimos el que la mayor
parte de los nombres charrúas dados por el autor de "La Argentina",
sean en realidad, guaraníes, por interpretación fonética guaraní de los
vocablos charrúas, o por guaranización parcial del charrúa, similar al
proceso ya observado en el lenguaje de loa chaná-timbúes \10 pg. 61-
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS

Finalmente, las cinco estrofas en que Centenera nos traza su


semblanza de los charrúas, seguramente la más completa del
siglo
aíffln XVI:
YVT-

"Es gente muy crecida y animosa»


Empero sin labranza y sementera:
En guerras y batallas, belicosa,
Osada y atrevida en gran manera.
En siéndoles la parte ya enfadosa
Dó viven, la desechan, que de estera
La casa solamente es fabricada,
Y así presto dÓ quieren es mudada.

Tan sueltos y ligeros son, que alcanzan


Corriendo por los campos los venados;
Tras fuertes avestruces se abalanzan,
Hasta dellos se ver apoderados;
Con unas bolas que usan, los alcanzan.
Si vén que están lejos apartados;
Y tienen en la mano tal destreza,
Que aciertan con la bola en la cabeza.

A cien pasos (que es cosa monstruosa)


Apunta el Charruaha á donde quiere,
Y no yerra ni un punto aquella cosa
Que tira; que dó apunta allí la hiere.
Entre ellos aquel es de fama honrosa,
A cuyas manos gente mucha muere»
Y tantas, cuantos mata, cuchilladas
En su cuerpo se deja señaladas.

Mas no por eso deja de quitarle


Al cuerpo del que mata algún despojo:
No solo se contenta con llevarle
Las armas ó vestidos á que echa el ojo,
Que el pellejo acostumbra desollarle
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Del rostro: ¡Qué maldito y crudo antojo!


Que en muestra de que sale con victoria
La piel lleva, y ia guarda por memoria.

Otra costumbre tienen aun mas mala


Aquestos Charruahaes, que en muriendo
Algún pariente, hacen luego cala
En sí propios, su carne dividiendo;
Que de manos y pies se corta y tala
El número de dedos, que perdiendo
De propincuos parientes vá en su vida,
El Charruaha por orden y medida". [19, Canto X]

El cese de la amistad entre charrúas y españoles se debió a


la miope política de los últimos, incapaces de respetar una insti-
tución de verdadero arraigo entre los nativos, como lo era la de
conceder asilo a cuantos quisieran vivir en sus tolderías. Ocurrida
la deserción de un marinero que fugó para refugiarse en campo
charrúa, surgieron como inmediatas las complicaciones que deter-
minaron los combates de San Gabriel y San Salvador, y como
definitiva, la guerra a sangre y fuego que no cesó hasta el final
del coloniaje. (ie) Existió en aquella oportunidad un torpe obce-
camiento al exigirse la entrega del desertor, actitud muy de Za-
rate, cuando en realidad por decoro ante extraños y para crédito
de la unidad española, se debió posponer el castigo del culpable
al interés que representaba la amistad con los indígenas. Luego
que Garay hubo derrotado a los charrúas en San Salvador (1574),
Zarate, guarecido por entonces en la isla Martín García, se tras-
ladó al lugar del combate, estableciendo allí la población de San
Salvador o Zaratina, caserío que subsistió en condiciones muy
precarias hasta 1576 ó 1577, época en que sus moradores fueron
trasladados a la Asunción [18 vol. 1 pg. 326]. Pasados estos epi-
(16) Sobre las incidencias ocurridas a la expedición de Zarate con
los charrúas, pueden ampliarse detalles en la carta de Hernando de Mon-
talvo, tesorero de aquella expedición, y fechada en el "puerto de San
Salvador" el 29 de marzo de 1576 [23 pg. 88]. Dejamos constancia de
que en algunos puntos, las versiones de Montalvo no concuerdan entera-
mente con las de Centenera.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 11

sodios, la Banda Oriental fue relegada a un prolongado olvido de


más de veinte años. La fundación definitiva de Buenos Aires por
Garay, en 1580, habría de determinar sin embargo, y como causal
indirecta, un cambio apreciable de nuestro panorama étnico. Nos
referimos a la desaparición de los pueblos canoeros de que ya
hemos hablado, guaraníes y chaná-timbúes, los cuales, teniendo
como morada estable las islas del delta del Paraná, visitaban en
las épocas propicias las costas de los actuales departamentos de
Colonia y San José, constituyendo en ellas verdaderas estaciones
pesqueras, como las que vio Lope de Sousa en noviembre y di-
ciembre de 1531. Fiscalizadas las islas del delta por los españoles,
aquellos indios, o bien corrieron la suerte de los comarcanos de
Buenos Aires, reducidos por Garay al servicio de encomiendas,
[21], o bien se retiraron al río Uruguay, especialmente a las
islas del Salto Grande y boca del río Negro, parajes que ya co-
nocían de antemano. Lo cierto es que a partir de ese entonces,
no volverán a verse tribus de canoeros en nuestras costas pla-
tenses, de donde se ha exhumado un valioso material arqueoló-
gico, especialmente cerámica, que se les atribuye. (")
En los años que siguieron a la fundación de Buenos Aires
apenas si algunos leñadores y carboneros pasaban a la Banda
Oriental, ocupándose de la explotación de los montes del San
Salvador, del San Juan y del Rosario, sin que al parecer ocurrieran
incidencias con los charrúas. Podríamos decir, inclusive, que dichos
indios tuvieron gestos amistosos para con los españoles, como el
que narra Hernandarias en una carta al Rey de España (mayo de
1607), y en la que dice, refiriéndose a dos buques negreros que
naufragaron por entonces en el río de la Plata: "dellos se saluaron
los mas de los españoles que en ellos venían hauiendomelos traydo
los yndios charrúas que están de la otra vanda deste puerto en

(17) Algunos autores vienen considerando como de la Banda Oriental


los indígenas que observara Enrique Ottsen cuando su malhadada visita
al Plata en 1599. Hemos seguido ei diario de este marino en la traduc-
ción hecha por Groussac de la versión alemana publicada en 1604. lle-
gando a la casi evidencia de que Ottsen no conoció indio alguno en la
Banda Oriental, debiendo referirse eu su descripción a los que tripulaban
las canoas de los españoles cerca del puerto de Buenos Aires, y que podrían
ser chaná-timbúes o guaraníes, de los reducidos por Garay años antes [22].
Con todo sería muy útil consultar la edición original de esta obra, publi-
cada en Amsterdam en 1603.
12 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

cuya costa se perdieron." [24, documento 3770]. (18) No obstante,


documentos y tradiciones contemporáneas, señalan que Hernán-
darías realizó una expedición contra aquellos aborígenes, exis-
tiendo dos versiones sobre la misma. La primera es de Lozano,
según el cual, habiéndose entrado con las armas a la conquista
de la provincia del Uruguay en 1603; "perecieron infructuosa-
mente más de quinientos españoles, sin avasallar la altivez orgu-
llosa de los naturales," [2 vol. III pg. 294], existiendo la,tradición
de que apenas logró escapar Hemandarias merced a la velocidad
de su caballo. La segunda versión ha sido publicada por el padre
Juan F. Salaverry S. I. en su libro titulado "Los Charrúas y Santa
Fé". Exhibe este investigador, del que tanto nos honramos en
haber sido discípulos, otra carta de Hernandarias al Rey de Es-
paña (julio 2 de 1608), dándole cuenta de haber concluido una
campaña contra los naturales de la "Banda de los Charrúas", y
que no sería otra que la mencionada en la obra de Lozano. De
acuerdo con la carta de Hernandarias, cuyo original se conserva
en el Archivo de Indias, Sevilla, y de la que hay copia en la Biblio-
teca Nacional de Buenos Aires, [24, documento 3870], (19) la
fuerza expedicionaria habría salido de Santa Fe a fines de 1607,
estando constituida apenas por setenta hombres, los cuales, luego
de cruzar el río Uruguay, llegaron costeando el Plata hasta la
boca del Santa Lucía, que remontaron en persecusión de tres-
cientos indios. Y al cabo de seis días, dice Hernandarias: "les di
alcance, y hice el castigo, que, en otra he referido, que ha sido
de grande importancia". [25 pg. 113]. Aunque ni Lozano ni Her-
nandarias mencionan el nombre de los indígenas contra los que se
efectuó la campaña, de la carta de este último puede deducirse
que eran charrúas, cuando explica que los "naturales" a quienes

(1S) Sabemos también que en diciembre de 1582 embarrancó en


nuestras playas una nave corsaria inglesa comandada por Jobn Drake,
familiar del famoso sir Francis, y perteneciente a la flota de Edward
Fenton, que incursionaba por entonces en las costas orientales de América.
Según el Sr. Julián M. Rubio, la tripulación quedó cautiva de los charrúas,
hasta que al cabo de un año, Drake y algunos de sus compañeros logra-
ron huir y llegar a Buenos Aires, cayendo esta vez en manos de los
españoles [26 pg. 395].
(19) £1 padre Salaverry hace figurar este documento con el
N? 7385. Se trata evidentemente de un error, ya que las copias del Archivo
de Indias de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires van únicamente del
N* 1 al N? 4930.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 13

iba dirigido el castigo habían muerto más de cien hombres a


Zarate: "y le tuvieron tan perdido, que, si no fuera socorrido del
general Juan de Garay, mi suegro y del capitán Rui Diaz de
Melgarejo, pereciera y no pudiera entrar en este gobierno."
[25 pg. 109], clara alusión a los combates de San Gabriel y San
Salvador.
Ante las manifestaciones del propio Hernandarias parece
definitivamente probado que el episodio ocurrió en 1607 y no en
1603, como lo dice Lozano, pero hay un punto que creemos nece-
sario aclarar. Expresa Hernandarias al Rey, cuando le da las
razones por las cuales ha debido castigar a los indígenas, que éstos,
a más de otros crímenes y daños: "son los que mataron al almi-
rante de la armada, que V.M. despachó estos años pasados, con la
armada para el socorro de Chile: y de la que don Alonso de Soto-
mayor trajo a su cargo, le mataron más de otros 20: y de la que
trajo Juan Ortiz de Zarate, más de otros ciento", etc., etc.
[25 pg. 109]. Ahora bien. Cervera que conoció la carta de Her-
nandarias, puesto que la cita, opina que "el almirante de la ar-
mada para el socorro de Chile" pudiera ser Solís, criterio que
comparte el padre Salaberry, argumentando algunos detalles que
a nada conducen ni fundamentan en lo más mínimo la tan clásica
como para nosotros antojadiza versión de Lozano. [27 vol. I
pg. 341], [25 pg. 109]. Felizmente, buscando en los mismos fondos
que investigara Salaverry, o sean, las copias del Archivo de Indias
conservadas en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, encon-
tramos una tercera carta de Hernandarias al Rey, anterior a la
que citara nuestro extinto maestro ya que está fechada el 2 de
junio de 1608, (20) y en la que se aclara, que el almirante de la
armada de Chile venía con el gobernador Antonio Mosquera, [24,
documento 3875], quedando entonces descartado que fuera Solís,
por cuanto la actuación de dicho Mosquera en el río de la Plata
se registra casi un siglo después de la muerte del ilustre navegante
y descubridor. (21)

(20) En la carta publicada por Salaverry, la del 2 de julio, Her-


nandarias parece referirse a esta del 2 de junio, cuando dice: "En lo
que a V. M. escribí habrá 20 días", etc.. etc. f25 pg. 107]. Por otra parte,
ambas tratan de la expedición a la Banda de los Charrúas, siendo evidente
que se complementan.
(21) Hemos revisado varios documentos relativos a la expedición
de Mosquera, que como lo señala él mismo en carta fechada en Buenos
14 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Luego de la campaña de 1607, Hernandarias propuso al Con-


sejo de Indias que la reducción de los indígenas uruguayos fuera
confiada a predicadores religiosos, que tanto éxito habían logrado
en otras comarcas de América. Este plan hubo de postergarse
hasta 1619, en que el famoso jesuíta Roque Gonzáles, a pedido de
Diego de Góngora, gobernador de Buenos Aires, pasó a las tierras
bañadas por el Uruguay e inició sus prédicas entre los nativos,
habiéndoles en guaraní, (-) [18 vol. I pg. 332]. Si bien en lo
tocante a charrúas, el futuro mártir del Caaró no parece haber
sido muy escuchado, al menos se abstuvieron de molestarlo, y la
misión pudo ser cumplida entre otras naciones bárbaras, posible-
mente guaraníes y guayanás. Finalmente, en tierras del cacique
Nezá, en la actual provincia de Misiones, Rep. Argentina,
Roque Gonzáles fundó el poblado de Concepción, cuya importancia
en el desenvolvimiento económico y misional de aquellas comarcas
habría de ser muy significativo, [28]. Bajo el gobierno de Céspe-
des, sucesor de Góngora, varios franciscanos encabezados por fray
Juan de Vergara prosiguieron la obra de Roque Gonzáles, logran-
do formar algunas reducciones charrúas, cuya ubicación e historial
nos son casi desconocidos. Empero, desconformes de vivir sujetos
a un régimen que no les proporcionaba mayores beneficios mate-
riales, los neófitos se alejaron del trato de los misioneros, optan-
do por volver a su gentilidad primitiva. Y así continuaban en
1745, cuando a las tentativas del padre José Cardiel S. I. por
atraer algunos de ellos a la vida civilizada, contestaron que se
juntarían en pueblo siempre que se les diera de comer, vestir,
yerba, tabaco y casa hecha [29 p. 21], excusas dilatorias de quie
Aires el 18 de marzo de 1605, había sido anteriormente capitán general
y gobernador de Puerto Rico [24, documento 3669]. Lamentablemente
no logramos identificar al "almirante de la armada de Chile", ni aclarar
las circunstancias en que fue muerto por los indios. En cuanto a Alonso
de Sotomayor, en carta que escribió al Rey desde Santa Pe, camino de
Chile (febrero 28 de 15S3), explica, que al llegar al rio de la Plata
varó una de sus naves, la "Trinidad", debiendo arribar con graves des-
perfectos a San Gabriel f23 pg. 181]. Pudo haber sido allí donde los
nativos mataron a veinte de sus hombres, tal como lo narra Hernandarias,
a menos que éste quiera referirse a los soldados de Sotomayor que pere-
cieron con Garay en el Paraná, Begún Paul Groussac, a manos de gua-
raníes ribereños [20 pg. 537].
(22) Roque Gonzáles se trasladó a las márgenes del Uruguay direc-
tamente desde Itapuá (Paraguay), donde había estado trabajando en la
reducción de los indígenas locales. [24 documento 4878 (2), testimonios
varios].
LA GUERRA *DE LOS CHARRÚAS 15

nes sólo aspiraban a vivir en la libertad de los campos, ajenos a


otra ley que la de su antojo y albedrío.
Al tiempo que los franciscanos procuraban la catequización
de los charrúas, los jesuítas obtenían la de miles de guaraníes
que vivían sobre el río Uruguay, al norte de Yapeytí, y poblaban
además el interior de Río Grande del Sur, Brasil, jurisdicción
.española en aquel entonces. Con estos indios, más el aporte de
los que emigraron del Guayrá para ponerse a salvo de los pau-
listas, se formaron las Misiones Orientales y Occidentales del
Uruguay, y las de Tape, baluarte en la guerra contra los charrúas
y muro que contuvo a loa portugueses hasta la segunda mitad
del siglo XVIII, época en que con el alejamiento de los ignacianos
se produjo su derrumbe definitivo. í 23 ), (24)

DOCUMENTOS *

A) Carta de Hernandarias al Rey (fragmento relativo a la


campaña en la Banda de los Charrúas). Buenos Aires, junio
2 de 1608.

(23) En realidad fueron únicamente las Misiones Orientales y


Occidentales las que contuvieron a los portugueses hasta la segunda mitad
del siglo XVIII. Las de Tape, situadas más al este, entre el Alto Ibicuy
y las sierras de Tape, de donde les viene el nombre, no alcanzaron a ver
dicho siglo, ya que fueron destruidas por las bandeiras paulistas de 1636,
37 y 3.8, tal como se verá en el capitulo siguiente.
(24) Pueden ampliarse detalles, sobre la ubicación geográfica e
historia de estas reducciones, en "Cartografía Jesuítica del Rio de la
Plata", por Guillermo Furlong Cardiff S. I. [31], y en "Historia do Rio
Grande do Sul", por Carlos Teschauer S. I. [30]. Asimismo, en las copias
del Archivo de Indias de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires [24],
bajo el N? 4878, hay una serie de testimonios relativos a los primeros
reconocimientos de la Banda Oriental, alusión a los charrúas de la sierra
de Maldonado, etc.
(*) En la transcripción de los documentos, reemplazamos por lineas
de puntos comprendidas dentro de paréntesis curvos, aquellos párrafos o
textos ajenos al tema tratado ( ). Asimismo irán reemplazadas por
líneas de puntos comprendidas dentro de paréntesis rectos, las letras y
palabras ilegibles [ ], figurando las dudosaa o confusas dentro de
paréntesis rectos, acompañadas de un signo de interrogación [ ?].
16 EDUARDO F. ACOSTA Y LAltA

B) Id. de Francisco de Céspedes al Rey, sobre el estado mi-


sional de las provincias del Uruguay, Tape y Mbiaza. i25)
Buenos Aires, septiembre 20 de 1628.
C) Id. de Pedro de Baygorri a los caciques yaros, mbohanes y
guenoas, exhortándolos o recibir a los padres de la Com-
pañía de Jesús, y a formar con ellos poblados y reducciones.
Buenos Aires, octubre 21 de 1655.

Documento A. [24 documento 3875].


"Señor

Ayudado de la gente que aqui tuue de las ciudades de aRIba (")


hize vna correduría y descubrimiento Por los meses de nouienbre y dí-
zienbre Pasado de la costa de la mar y vanda de los charrúas en la qual
halle muy buenos puertos y muy capazes de tener en si y Poder entrar
en ellos muchos nauios de Porte y en particular en vn puerto que llaman
sancta lucia y montevidio que sera treynta leguas desta ciudad. Es aquella
tierra muy buena y de grandes calidades de buena para poblar en ella y
aunque de pocos naturales cercanos, algo apartados ay suma dellos Por-
que Be podría llegar al Río Grande y a otros comvezinoa y Porque de lo
mas que ay que dar quenta de aquella Tanda y costa de la mar enbiare
copiosa Relación quando despache la Visita no lo hago en esta. El yntento
con que hize esta correduría escreui a Vuestra magestad el año pasado
que fue querer ver si podría ser de efecto el estar alguna Gente de aquella
randa para descubrir la mar y dar aulso a esta ciudad de los nauios que
por ella viniesen y considerando que en la parte donde se podia poner
Gente para este efecto es muy ancho este rrio y que pueden pasar sin que
los vean demás de que ay otros ynconvenientes Para no poderse tener
aqui el aviso con la breuedad que Requiere acorde no dexar alia gente.
Todauia ffue de effecto esta correduría porque hize vna muy buena suerte
en los yndios de aquella costa de donde traxe vn español que tenían
c a p [ . . . ] u o y Hize el castigo de la muerte del almirante de la armada
de chile que traxo a su cargo el gouernador antonio mosquera que le
mataron allí estos yndios con que queda aquella costa mas segura, y ellos
con vn poco de miedo con que si algún nauio acertare a Perderse no
correrán tanto rriesgo los españoles que por alli aPortaren, guarde nues-

(25) Tape y Mbiaza corresponden a comarcas que luego pasaron a


manos de los portugueses. Mbiaza o Viaca, específicamente, era un puerto
natural situado al sur de la isla de Santa Catalina, en el que se aprovisio-
naban las naves que viajaban hacía el Plata. Según el tesorero Montalvo,
quedaba a 18 leguas de dicha isla [23 pg. 91].
(26) Es evidente que Hernán darías alude a los soldados de Santa Fe,
desde donde partió la expedición de 1607.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 17

tro señor la Real persona de Vuestra magestad como la xrlsptiandad lo


a menester.
buenos ayres y junio 2 de 1608
Hernandarias de Saauedra"
'rubricado)

Documento B. [24, documento N» 4813].


"Señor.
Auiendo entendido que los yndlos de la Costa deste Rio de la randa
del norte que aultan en ella hasta su boca que sera cinquenta leguas de
esta ciudad hacían muchos daños cautibando y matando la gente de los
nauios que dauan al traues y que los vecinos de esta ciudad no podían
passar a sus tierras a valerse de los frutos dellas que les hacen falta
ynbie a llamar con un yndio ladino en lengua española algunos de los
caciques y por la noticia que tenían del agasajo que hacia a los demás
al punto binieron fuilos comunicando y obligándolos de manera que los
uine a sujetar a la obediencia de Vuestra Magestad trate de su conbersíon
yin Me a su tierra a fray Juan de Vergara guardián del Conuento de san
Francisco -deste puerto que ha sido prouinclal dos vezes predicóles el
santo euangello dijoles missa bautigo muchos grandes y pequeños después
de auerlos catequizado y amonestado fundo dos reduciones la una de
nación charrúa nombrada sant Francisco de oliuares y de otros yndlos
chañas no menos dafiossos que los charrúas otra nombrada sant Juan de
Céspedes dejo religiossos en ellas que hasta oy los dotrinan y uiendo que
se abria puerta para entrar en las grandes prouincias del Uruguay tape
y Viaga hice la mesma diligencia por yndios ynbiando alia mas caciques
que luego binieron y sujetáronse a la obediencia de Vuestra Magestad
todo con mucha suavidad uiendo que la tenían en el trato y que hacían
conmigo lo que no auian podido acabar con ellos otros gouernadores con
tuerca de armas valime de la Religión de la Compañía y entregúeles estas
probincias y an sacado tanto fruto dellas que se an fundado las reduc-
ciones que constara por testimonios sin otras que no están aprobadas
tienen yglesias sumptuosas con todo lo necesario y aunque auia ymbiado
españoles para que los gouernassen y estuvieron haciéndolo algún tiempo
por que ubo un disgusto con uno dellos entre yndios los hice boluer
por que tan buenos principios no se malograssen y no pueden bolber
alia combiniendo tanto sí no es poblando las probincias lo qual no se
puede hacer sin orden de Vuestra Magestad que si la tubíera no tiene
dificultad ninguna ni gasto considerable ni la de los charrúas que los
yndios recluirán los españoles con mucho gusto y con el me dessean uer
en sus tierras y dicen harán grandes demostraciones conmigo. Ynbie a
Vuestra Magestad vnas capitulaciones muy enderezadas a su Real seruicio
para hacer la entrada y población a mí costa mas de dos años y no e te-
nido respuesta deilas ni de ninguno de los despachos que an ydo en
quatro años que gouierno y en esta ocasión buelbo a ymblar otro tanto
18 EDUARDO F. "ACOSTA Y LARA

dellas para que Vuestra Magestad se sirua haciéndome merced de mandar


se tome resolución en negocio tan graue lo hecho consta todo por autos
y cartas de los prouinciales y religiosos de sant Francisco y de la Com-
pañía que parte se abra uisto ya en el conssejo y lo demás ba en esta?
ocassion lo que puedo decir a Vuestra Magestad es que de los yndios del
uruguay an benldo aqui mas de veynte juntos grandes músicos de punto
de órgano uiolones y otros ynstrumentos para oficiar las missas y danzar
delante del santissimo Sacramento diestros en todo como si en la corte
de Vuestra Magestad lo vbieren aprendido siendo en tan poco tiempo y
conuiene esto baya en augmento y no en disminución pues me a costado
tantos ducados y trauajo Suplico a Vuestra Magestad umildemente mande
que se bea y los demás papeles tocante a este negocio que e ydo ymbiando
desde que llegue a este gouierno y se prouea sobre ello lo que mas
conuenga al seruicio de dios y de Vuestra Magestad cuya catholica y Real
perssona guarde muchos y felices años con acrecentamiento de mayores
Reynos y señoríos de buenos ayres a 20 de septiembre de 628

Don Francisco de Céspedes"


(rubricado)

Documento C. [32].
"El M.e de Campo don Pedro Vaygorri
Caballero del Abito de Santiago Gov.or y Capitán g.l y justicia mayor
destas Provincias del Rio de la plata y Vruay por el Rey N.S. Felipe quarto.
Manda dezír a todos los Indios de las naciones Yaros, Mojanes, Gue-
noaes, y a las demás q.e estuvieren entre ellas, y en particular a Don Pedro
guaytan, y Lumíllan, y cloyan Caciques, y Capitanes de dichas Naciones
q.e les ruega y pide de parte de Dios N.S. del Rey y de la suya q.e como
gente de buen Ser, y que deue buscar su Salvación en la otra vida y no
ay otro camino para hallarla sino el del conocim.to de Dios N.S. Padre,
Hijo y Espíritu S.to criador de todos los hombres y de Iesu xpo. que es
entre estas tres personas el Hijo hecho hombre.y nos libro de poder del
demonio a todos los hombres muriendo en vna cruz traten luego q.e re-
civan esta mi palabra de reducirze y juntarse todos en forma de Pueblo
escogiendo para esto vn buen sitio adonde tengan comodidad de passar
la vida con descanzo, y reciban Padres de la Compañía de Ihs de los que
asisten en las Reducciones de los indios del Vruay a los quales yo les
señalo en nombre del Rey N.S. para q.e los dotrinen y enseñen en la ley
de Dios, y Bapticen y los amparen y defiendan como verdaderos P.s suyos,
y como lo hacen con las demás Naciones de indios en todas parte q.e
haziendolo asi les prometo y empeño la palabra del Rey y la mia de mirar
en todo por su bien, y de mantenerlos en justicia, y deíendellos de BUS
enemigos y de qualquier agrauio que quisieren hazerles los españoles.
Y por q.e áfí aqui a cinco meses yo e de estar en sus tierras de paso
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 19

para las del Vruay y me darán grande contentam.to si les hallo ya juntos
en vn lugar y levantada la santa Cruz para ver y aprouarles el pueblo.
Les ruego y ordeno se den priessa que les señalare sus Capitanes y haré
todo lo q.e en mi fuere para q.e víuan con comodidad y gusto.
Y después de auerles dho y dado a considerar todo esto se les intime
de parte de Dios del Rey, y de la mia q.e sino se aprouecharen de la
ocassion, y vinieren por paz a la obediencia los tratare como a rebeldes
y con el animo y valor que Dios me a dado, y con las armas, y gentes del
Rey N.S. ñire a buscarlos en lo mas retirado de sus tierras y les daré el
castigo que merecieren por sus delitos y los sujetare y vmillare de suerte
que no sean mas estoruo al S.to evangelio ní inquieten a las q.e sean
reducido a la obediencia de sus leyes y del Rey N.S. a quien el Vicario
de Xpo. q.e es el papa tiene cometida la predicación del S.to evangelio y
la comversion de los indios, y el embia y yo en su nombre al P. Mig.l
Gómez de la Compañía de Ihs o a qualquiera otro de sus Religiosos q.e
esta mi carta les llevaren para q.e como mensageros de Dios y del Rey les
digan y executen todo lo aqui contenido y para q.e conste q.e yo asi Jo
digo y mando lo firmo de mi nom.e y lo sello con el sello de mis Armas
q.e es fecho en la Ciudad de Buenos Ayrea en velntlvn dias del mes de
otubre de mil y seiscientos y cinq.ta y cinco años-
Don Pedro de Baygorri"
(rubricado)

BIBLIOGRAFÍA

1) JOSÉ TORIBIO MEDINA. — Juan Díaz de Solís. Santiago de Chile,


1897.
2) PEDRO LOZANO S. I. — Historia de la Conquista del Paraguay,
Río de la Plata y Tucumán. Publicada por Andrés Lamas. Buenos
Aires, 1873.
3) FÉLIX DE AZARA. — Descripción e Historia del Paraguay y del
Río de la Plata. Madrid, 1847.
4) ENRIQUE DE GANDÍA. — Descubrimiento del Río de la Plata,
del Paraguay y del Estrecho de Magallanes. En "Historia de la
Nación Argentina". Edición de la Junta de Historia y Numismática
Americana. Vol. II. Buenos Aires, 1936.
5) SAMUEL LAFONE Y QUEVEDO. — La Raza Pampeana y la Raza
Guaraní. Congreso Científico Latino Americano (1898). Vol. V.
Buenos Aires, 1900.
6) ANTONIO DE PIGAFETTA. — Primer viaje alrededor del Mundo
(1519-1522). Traducción del Dr. Carlos Amoretti. Madrid, 1899.
7) ANTONIO DE HERRERA. — Historia General de los hechos de los
Castellanos en las Islas, y Tierra Firme de el Mar Océano. (1601).
Editorial Guáranla, Asunción del Paraguay. Buenos Aires, 1944.
20 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

8) EDUARDO MADERO. — Historia del Puerto de Buenos Aires.


(Carta de Luis Ramírez, apéndice 8 ) . Buenos Aires, 1902.
9) GONZALO FERNANDEZ DE OVIEDO. — Historia General y Na-
tural de las Indias (1535). Publicada por la Real Academia de
Historia. Madrid, 1851.
10) EDUARDO F. ACOSTA LARA. — LOB Chana - Timbúes en la An-
tigua Banda Oriental. Anales del Museo de Historia Natural. N» 5.
2* serie. Vol. 6. Montevideo, 1955.
11) DIEGO GARCÍA. — "Memoria". ( 1 5 2 6 - 1 5 2 7 ) . Publicada por Gui-
llermo Furlong Cardiff S. I. Revista de la Sociedad Amigos de la
Arqueología. Vol. VII. Montevideo, 1933.
12) JOSÉ TORIBIO MEDINA. — Sebastián Caboto. Santiago de Chile,
1908.
13) PERO LOPE DE SOUSA. —- Diario da Navegacao ( 1 5 3 0 - 1 5 3 2 ) .
Con comentarios por Eugenio de Castro. Rio de Janeiro, 1927.
14) RUI DÍAZ DE GUZMAN. — Historia Argentina (1612). En "Co-
lección de Obras y Documentos" por Pedro Angelis. Vol. I. Buenos
Aires, 1836.
15) SALVADOR CANALS FRAU. — Poblaciones Indígenas de la Argen-
tina. Buenos Aires, 1953.
16) ULDERICO SCHMIDEL. — Viaje al Río de la Plata. (1534 - 1554).
Publicado por Bartolomé Mitre y Samuel Latone y Quevedo. Biblio-
teca de la Junta de Historia y Numismática Americana. Buenos
Aires, 1903.
17) JUAN STADEN. — Vera Historia ( 1 5 4 7 - 1 5 5 7 ) . Publicada por la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Traducción y comentarios de Edmundo "Wernlcke. Buenos Aires,
1944.
18) FRANCISCO BAUZA. — Historia de la Dominación Española en
el Uruguay. Segunda Edición. Montevideo, 1895.
19) MARTIN DEL BARCO CENTENERA. — La Argentina (1601). En
"Colección de Obras y Documentos" por Pedro Angelis. Vol. II.
Buenos Aires, 1836.
20) PAUL GROUSSAC. — Mendoza y Garay. Las dos fundaciones de
Buenos Aires. Buenos Aires, .1916.
21) SALVADOR CANALS FRAU. — Los indios del distrito de Buenos
Aires. Publicaciones del Museo Etnográfico de la Facultad de Filo-
sofía y Letras; Serie A, IV. Buenos Aires, 1940.
22) ENRIQUE OTTSEN. — Corto y verídico relato de la desgraciada
navegación de un buque de Amsterdam ( 1 5 9 8 - 1 6 0 1 ) . Publicado
por Paul Groussac. Anales de la Biblioteca. Vol. IV. Buenos Aires,
1905.
23) PAUL GROUSSAC. — Documentos relativos a la Conquista del Río
de la Plata. Anales de la Biblioteca. Vol. X. Buenos Aires, 1915.
24) BIBLIOTECA NACIONAL DE BUENOS AIRES. — Colección de
Copias del Archivo de Indias, Sevilla (del N« 1 al N? 4930). Reco-
piladas por Gaspar García Viñas.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 21

25) JUAN F. SALAVERRY S. I. — Los Charrúas y Santa Fe. Monte-


video, 1926.
26) JULIÁN M. RUBIO. — Exploración y Conquista del Rio de la
Plata. Siglos XVI y XVII. Publicada en el Vol. 8 de "Historia
de América y de los Pueblos Americanos", dirigida por Antonio
Ballesteros y Beretta. Editorial Salvat. Barcelona, 1942.
27) MANUEL CERVERA. — Historia de la Ciudad y Provincia de Santa
Fe. Santa Fe, 1907.
28) CARLOS TESCHAUER S. I — Vida e obras do veneravel Roque
González de Santa Cruz. Río Grande, 1909.
29) JOSÉ CARDIEL S. I. — Diario del Viaje y Misión al río del Sauce
(1748). Publicado por Guillermo Fnrlong Cardiff S. I. y Félix
Outes. Publicaciones del Instituto de Investigaciones Geográficas de
la Facultad de Filosofía y Letras. Serie A. Memorias originales y
documentos. N* 13. Buenos Aires, 1930.
30) CARLOS TESCHAUER S. I. Historia do Rio Grande do Sul. Porto
Alegre, 1918.
31) GUILLERMO FURLONG CARDIFF S. I. — Cartografía Jesuítica
del Rio de la Plata. Facultad de Filosofía y Letras. Publicación del
Instituto de Investigaciones Históricas. N» LXXI. Buenos Aires, 1936.
32) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Compañía de Jesús, N* 1, 1595 - 1675. S 9 • C 5 - A 9 - N« 3.
33) FÉLIX DE AZARA. — Viajes por la América Meridional. Edición
Espasa - Calpe. Madrid, 1923.
CAPITULO II

LAS BANDEIRAS PAULISTAS Y SU SECUENCIA

En la plenitud del siglo XVII transcurre la llamada época


de oro de las bandeiras paulistas, tan magníficamente estudiadas
en lo histórico por Alfonso de E. Taunay [1], y en lo sociológico
por Cassiano Ricardo [2]. Muy similar al corsario isabelino por
su componente humano, sus fines político-económicos e inclusive
su carácter semilegal, 0) la bandeira impugna los límites his-
pano-portugueses de América, marcha a la selva, invade las fron-
teras castellanas y de hecho logra modificarlas, incorporando
cuantiosas tierras a su patria. Pero, la luz de la Historia no nos
muestra al sertanista del Piratininga como a un romántico pa-
ladín de la causa lusitana» y sí, como a un encarnizado cazador
de indios, cuyas depredaciones contra los aborígenes, sólo son
comparables a las de quienes conquistaron los reinos de Mocte-
zuma y Atahualpa. Así, por ejemplo, cuando asalta y devasta
las misiones jesuíticas del Guayrá, Itatín y Tape, las sangrientas
oleadas de 1629, 1632 y 1636, más que objetivos territoriales per-
sigue la captura de los guaraníes allí establecidos, varios millares
de ellos, con miras a beneficiarse de su esclavitud y explotación.
Bajo este aspecto, el problema bandeirante se limita a una pugna
entre los terratenientes brasileños, necesitados del trabajo de los
indígenas, y los padres de la Compañía de Jesús, empeñados en
formar con ellos los poblados y reducciones que conocemos. (2)

1) SI fenómeno bandeirante, como lo ha señalado Cassiano Ricardo,


no sólo se realiza a espaldas de la Corona Portuguesa, sino que inclusive
contradice y desobedece sus leyes, [2 pg. 421]. Adquiere además un no-
table sentido regional e independiente en el transcurso de 1580-1668,
cuando el Reino de Portugal hubo de permanecer incorporado al terri-
torio metropolitano español.
(2) Resulta innegable que, de no ser por la oposición política y
militar del llamado Imperio Jesuítico, las bandeiras habrían extendido
los dominios de Portugal muy probablemente a todas las comarcas orien-
tales de los rios Paraná y Paraguay. Sobre este tema y con particular
24 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Los éxitos de las campañas paulistas contra las misiones


del Paraguay y Río Grande, se debieron a que los gobernadores
españoles, no sólo mantenían dichas misiones en el mayor des-
amparo, sino en que llegado el caso, y aún ante la inminencia de
un ataque, tampoco les daban armas para que se defendieran por
sus propios medios. Es bien conocida la complicidad de Luis de
Céspedes Xeria, gobernador del Paraguay, con los organizadores
y jefes de la bandeira que asoló el Guayrá en 1629. Las andanzas
de este triste personaje terminaron en un proceso cumplido por
la Real Audiencia de Charcas, la que dictó sentencia en 1636,
condenándolo a una multa de cuatro mil pesos, a seis años de
inhabilitación para ocupar cargos honoríficos, y al pago de los
costos del proceso [3 vol. 3 pg. 311], [4 vol. 1 pg. 57], Años
después, y habiéndoseles proporcionado armas, los guaraníes de
las misiones del río Uruguay lograron derrotar dos grandes ban-
deiras, una comandada por Pascoal Leite Pais en Caasapaguac.ú
(1638) (3), y otra por Jerónimo Pedroso en Mbororé (1641), faus-
tos auténticamente jesuíticos, y lápidas que nunca olvidaron los
hombres del Piratininga. Para ilustrar al lector sobre el clima
de barbarie en que se desarrollaba la guerra bandeirante, to-
mamos de un documento misionero los siguientes párrafos, rela-
tivos al fin de algunos portugueses escapados del desastre de
Mbororé, y que de retirada hacia San Pablo debieron de transitar
por territorio de guananas o gualachos, parcialidad guayaná muy
renombrada por su carácter feroz, y que según Serrano vivía entre
los ríos Paraná y Uruguay, desde el sur de Misiones hasta el
Iguazú [5 fig. 5 y pg. 40]. Dice así el documento, una carta del
referencia a las bandeiras de Manuel Preto y Antonio Raposo Tavaree,
(1629); André Fernandos, (1637); Fernando Dias Pais y Pascoal Leite
PaiB, (1638); Jerónimo Pedroso, (1641); Antonio Ferráz de Araújo y
Manuel de Frías Taveira, (1691), sugerimos la lectura del trabajo fun-
damental de Taunay "Historia Geral das Bandeiras PauliataB" [1], y de
su compendio, "Historia das Bandeiras Paulistas" [4]. Asimismo, y entre
abundantísima bibliografía, pueden consultarse los documentos de la Co-
lección Angelis, publicados por Jaime Cortesáo en "Jesuítas e Bandei-
rantes no Guaira" [6]; los que dan a conocer Pastells y Mateos en
"Historia de la Compañía de JesÜB en el Paraguay" [7], y finalmente,
los testimonios presentados por el padre Ruiz de Montoya S. I. en BU
clásica obra "LA Conquista espiritual del Paraguay" [8],
(3) No tenemos certeza de si el combate de Caasapaguaeú tuvo
lugar en 1638 o en 1639. Según Lozano, ocurrió siendo gobernador del
Paraguay don Pedro de Lugo y Navarra, cuyo mandato abarca de 1636
a 1641. [3 TOl. 3 pg. 3143.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 25

padre Cristóbal Altamirano S. I., que los fugitivos: "llegaron a


la tierra de los Gualachos, y derramados por las chacras destos
con deseo de juntar comida teniéndose por muy seguros, una noche
dieron sobre ellos i mataron los mas de los portugueses, y con
tanta crueldad, q. después de auerlos hecho pedac,os les quitaron
toda la carne de las pantorrillas, muslos y bracos para comérsela,
como de hecho lo hicieron; y después, quemaron los huesos, y las
cabecea de los muertos las pusieron por trofeo encima de los ca-
balletes de sus casas, peláronles las barbas y colgáronlas por las
alas de los tejados, en odio del mal que les auian hecho los dhos
portugueses. De los quales, otra tropa que acertó a pasar por
allí, viendo tan horrendo espectáculo en los de su nación, después
de grandes lastimas y llantos, los enterraron." [7 vol. 2 pg. 83].
Ahora bien, como de los gualachos no se ha dicho que fueran
antropófagos, y sí de los tupíes, que en número de dos mil o
tres mil acompañaban la malhadada bandeira de Pedroso, sería
del caso preguntarnos si en la matanza no habrán intervenido de
los dichos tupíes, exasperados por la derrota sufrida, y aprove-
chando el caos para vengarse de sus despóticos amos.
Es probable que algunas bandeiras seisentistas hayan pe-
netrado en campos de la Banda Oriental, estableciendo contacto
cún los charrúas y minuanes, y llegando, inclusive, a valerse de
ellos para efectuar reconocimientos del territorio. (*) Así por
ejemplo, la de Fernando Días Pais en 1638 [4 vol. I pg. 68], (5)

(4) Como lo señaláramos en trabajos anteriores, los charrúas pro-


piamente dicho, y los minuanes, formaban parte, étnica y cultural, del
grupo genérico charrúa, al igual que los bohánes, martidanes, guenóas,
y otras parcialidades no citadas en nuestro pafs, como ser la de los
guayantiranes, balomares, etc. Si bien, charrúas y minuanes figuran
como naciones separadas en buena parte del Coloniaje, su destino histó-
rico converge en la segunda mitad del siglo XVIII, pudiendo conside-
rárselos ya fusionados a principios del XIX. Algunos autores opinan que
guenóa, guenoán, guinoán, son primitivas denominaciones de los mi-
nuanes. A ese respecto resulta muy valiosa una observación del padre*
Juan J. Rico, S. I., que, en memoria presentada al Rey (octubre 17 de
1743), decía: "en el tramo de tierras y campañas que median entre el
río Negro, Montevideo y el Río Grande, viven los infieles Guenoas (lla-
mados en Buenos Aires Minoanes)". [7 vol. VII pg. 521 y 533]. No hay
duda de que en la época que estudiamos, la parcialidad charrúa mejor
representada en el sur del Brasil y en la Banda Oriental era la de los
minuanes.
(5) Tres columnas paullstas actuaron en Rio Grande del Sur y
aniquilaron las Misiones de Tape. La de Antonio Raposo Tavares en 1636,
la de Andró Fernandes en 1637, y la de Fernando Días Pais en 1638. De
26 EDUARDO F- ACOSTA Y LAR A

la de Manuel Dias da Silva, "o Bixira", en 1660 [9], y quizás


también, con anterioridad a la de "Bixira", la de Domingo Bar-
bosa Calheiros, que en 1651 amenazó Corrientes y mantuvo en
jaque a las autoridades de Buenos Aires [4 vol. I pg. 94 y 130]
[9], [3 vol. 3 pg. 323]. Ciertamente, la firme alianza que en los
años venideros unirá a los charrúas y minuanes con los portu-
gueses, nos hace vislumbrar una amistad anterior con los pau-
Iistas, sin duda alguna, los primeros exploradores no jesuítas que
recorrieron las tierras orientales del Alto y Medio Uruguay.
Por más que el bandeirante haya rebasado infinidad de veces
la línea de Tordesillas, (6) sus campañas no estuvieron animadas
de un verdadero espíritu de conquista, en el sentido estricto de
la palabra. Si conquistar es arraigarse y permanecer, esto no lo
hizo el sertanista, salvo hallazgo de terrenos auríferos, tales como
los de Pitanguí, Cataguaces, Bom Jesús de Cuyabá y Rio das
Mortes. La ocupación de tierras, acto de estrategia y soberanía,
es obra portuguesa, planeada por estadistas portugueses y cum-
plida en las más de sus etapas por oficiales portugueses. Claro
está que invariablemente se siguieron las viejas rutas de las
bandeiras, que no se logró plantar un sólo marco fronterizo más
allá de donde éstas habían llegado, y que en todas las expedi-
ciones figuraban cuerpos de "aventureros paulistas", (7) impres-
cindibles cuando se trataba de guerrear contra los indios o de
cumplir penosas jornadas en la selva. Capistrano de Abreu nos
ha dado a conocer un interesantísimo juicio sobre aquella gente,
tomado de una carta escrita al Rey de Portugal a fines del
la última se supone que haya penetrado en campos de la Banda Oriental,
al tiempo de incursionar contra los pueblos del Alto Ibicuy, los más
occidentales de aquellas reducciones. Olyntho Sanmartín en su docu-
mentado libro "Bandeirantes DO BUI do Brasil", Bostiene que Fernando
Dias Pais avanzó hasta los pueblos del IJui (Misiones Orientales), lo-
grando la destrucción de varios de ellos, [10 pg. 211]. Cabe destacar
que una de las columnas de Pias Pais, la comandada por su hermano,
Pascoal Leite Pais, fue la que JOB guaraníes derrotaron en Caas&paguac.ú,
[25 pg. 280], confirmándose entonces que dicho combate ocurrió en 1638.
(6) El pleito de limites hispano portugueses de América, radica
inicialmente en la interpretación del Tratado de Tordesillas (1494), el
cual, tomando como demarcatorio un meridiano hipotético que vendría
a corresponder a los 48° "W. de Greenwich, asignaba a los reinos de EB-
paña y Portugal, respectivamente, las tierras occidentales y orientales a
dicha línea, [11 vol. I pg. 15]. [4 vol. I pg. 25], [12 vol. I pg. 8].
(7) Al servicio de la Corona, los paulistas pierden el nombre de
"bandeirantes" y reciben el de "aventureros de San Pablo". Años des-
pués, inclusive, se los distinguirá con el pomposo título de "aventureros
Reales".
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 27

siglo XVII, y en la que se sugieren medidas tendientes a con-


solidar la expansión lusa en el Plata, tema de! que nos ocupa-
remos en el próximo item. Dice así el documento: "A nova colonia
do Sacramento por mercé de Deus se conserva" etc., etc. "Para
se conservar a povoac^áo do Sacramento houvera Sua Magestade
ter mandado fazer outra no Montevideu e outra no cabo Negro,
assim para a estabilidade e communicac,áo de urnas para as outras
povoacóes, como para nos innos senhoreando das térras que ficam
de nossa parte, com os gados, lenhas e madeiras. E para isto se
podía Sua Magestade valer dos homens de S. Paulo, fazendo-lhes
honras e mercés, que as honras e os interesses facilitam os ho-
mens a todo o perigo; porque sao homens capazes para penetrar
todos os sertóes, por onde andam continuamente sem mais sus-
tento que cacas do mato, bichos, cobras, lagartos, fructas bravas
e raizes de varios paus e nao lhes é molesto andarem pelos sertóes
annos e annos, pelo habito que tem feito daquella vida." [13 pg.
XXVII]. Notable la epopeya bandeirante, no en balde Auguste
de Saint-Hilaire, el viajero y naturalista francés que recorrió el
Brasil en 1816 -1822, le dedicó estos párrafos, que tomamos de
Taunay: "Quando, por experiencia própria, se sabe quanta fadiga,
provacóes e perigos aínda hoje esperam o viajor que se aventura
nestas regióes longíquas e depois se conhecem os pormenores das
jornadas intermináveis dos antigos paulistas, fica-se como estu-
pefacto e levado a crer que estes homens pertenciam a urna raca
de gigantes." [4 vol. I].
Restablecida la monarquía portuguesa en 1640, el país logró
emanciparse de España en 1668. Luego de un período de recupe-
ración nacional y bajo la regencia del príncipe don Pedro, futuro
Pedro II de Braganza, Portugal encaró la revisión de su política
colonial en América, trazándose un plan expansionista que incluía
la anexión de las tierras y costas situadas al sur de Santa Ca-
talina. (8) Como primera parte de este plan, se resolvió establecer
una avanzada en la margen septentrional del río de la Plata, ya

(8) Hasta la fecha, los establecimientos más australes de los por-


tugueses eran el de San Francisco do Sul, en la bahía de Pepitanga o
Batltonga, y el de Nuestra Señora do Desterro, en la isla de Santa Ca-
talina. El primero había sido fundado en 1658-1660 ( ? ) , por Manuel
Lorenzo de Andrade, portugués residente en San Pablo [ 1 6 ] , y el se-
gundo por Francisco Días Velho, paulista, en 1662-1679 ( ? ) , [28 pg.
2461], [4 vol. I pg. 2011.
28 EDUARDO F. ACOSTA Y 3UARA

fuera en la isla de San Gabriel como en la tierra firme, enco-


mendándose los trabajos al teniente general Jorge Soares Ma-
cedo. (e) Notificado de la orden en Río Janeiro (agosto 5 de
1678), Macedo se trasladó a San Pablo y llamó bajo banderas a
los sertanistas más calificados de la época, obteniendo entre otras
adhesiones las de Brás Rodrigues de Arzao, lugarteniente de
Esteban Ribeiro Baiáo Párente en la guerra contra los tapuias
de Bahía (1671-1674), y la de Francisco Dias Velho, fundador
de N. S. do Desterro en la isla de Santa Catalina, e hijo de Fran-
cisco Dias, el más famoso cazador de indios de todo el litoral
catarinense. Completada la expedición con doscientos flecheros y
arcabuceros de las aldeas indígenas de Mboy y Carapicuíba, Ma-
cedo reunió gente y pertrechos en Santos, embarcó en siete su-
macas, y se hizo a la vela (marzo 10 de 1679). Sorprendida la
flota por grandes temporales hubo de regresar dos veces a Santos,
hasta que en un tercer intento, las naves se dispersaron, arri-
bando Macedo con tres de ellas a Santos, mientras que las res-
tantes buscaban refugio en la isla de Santa Catalina. Ya en Santos,
supo Macedo que se había nombrado a Manuel Lobo para fundar
la Colonia, debiendo él trasladarse a la isla de Santa Catalina
y esperar a que la flota de Lobo pasara a recogerlo, lo que llegado
el caso no pudo hacerse, visto que el calado de las naves no les
permitía acercarse a la costa. Más afortunado que Macedo en la
primera etapa de su misión, Lobo, obtenido también el apoyo de
los paulistas, llegó al Plata en enero de 1680, desembarcando en
el lugar previsto y echando de inmediato las bases de la Co-
lonia. (10) En procura del enlace con Lobo, Macedo embarcó a
su vez en Santa Catalina, aprovechando el paso de una sumaca
que llevaba víveres para la Colonia (febrero 13 de 1680). Luego
de un viaje en extremo penoso, naufragó dicha nave en el cabo
de Santa María, Rocha (febrero 24), perdiéndose la totalidad de

(9) Aunque portugués de nacimiento, Macedo era buen conocedor


del elemento Bocial brasileño e inclusive del "sertao", ya que, como adjunto
a la Administración de Minas, babía participado de varias expediciones
al interior, destinadas a la búsqueda de terrenos auríferos, [17 pg. 112].
Posteriormente a BU viaje al Plata, y ya en los primeros años del
siglo XVIII, figura como gobernador de la fortaleza y villa de Santos,
[14 pg. 44], [25 pg. 224].
(10) Manuel Lobo acababa de llegar al Brasil. Oficial de distin-
guida actuación en las guerras de la independencia de BU patria, Por-
tugal, [15 vol. II pg. 17], se lo habla designado gobernador de Río Ja-
neiro, con cargo a dirigir el avance luso hacia el Plata.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 29

la carga [14 pg. 178], [15 vol. II pg. 30]. Ante la imposibilidad
de continuar viaje en una canoa grande que hacía las veces de
embarcación auxiliar, Macedo la despachó a Colonia con parte
de la gente, siguiendo él por tierra acompañado de una veintena
de hombres. El 5 de marzo, cuando caminaban por la costa frente
a la isla de Flores, los sorprendió un destacamento de guaraníes,
que cumplían misiones de patrulla a las órdenes de los jesuítas
Jerónimo Delfín y Domingo Rodiles. Conducidos primero al pueblo
de los Reyes Magos (Yapeyú), se los trajo luego en balsas a
Buenos Aire?, bajo custodia de tres mil indios armados, segu-
ramente los mismos que habrían de intervenir en la toma de la
Colonia. (") Ya en Buenos Aires las autoridades españolas los
confinaron a calabozo, no sin antes interrogarlos in extenso sobre
las razones de su presencia en la Banda Oriental. (l2) Tal a grandes
rasgos la aventura rioplatense de Jorge Soares Macedo, cuyo cau-
tiverio se prolongó hasta el V de mayo de 1682 [4], [15], [17],
[14]. Cabe agregar, que según declaraciones del padre Jerónimo
Delfín, Macedo traía órdenes relativas a una alianza de los por-
tugueses con los bohanes, martidanes y yaros (véase el docu-
mento A), versión que no hemos podido confirmar en otros do-
cumentos de la época.
Respecto a Lobo, sobres timando el valor de los argumentos
legales que creía lo respaldaban, fundó la Colonia con la misma
despreocupación que si no hubiera habido un sólo español qui-
nientas leguas a la redonda. Y así, ajeno a los elementos políticos
y militares que mantenían la hegemonía en el Plata, no advirtió
que las reducciones jesuíticas se le echaban encima, cometiendo
el error de no permitir a los paulistas atacarlas de antemano.
Sobre el particular escribía al príncipe don Pedro desde la Colonia:
"Como los moradores de S. Pablo tienen un gran odio a estos
Padres de la Comp.a y a su gente con grandes encaresimientos
me pidieron quisiese permitirles el que fuesen a haserles guerra

(11) Estos indios deben haber custodiado a los prisioneros sólo


hasta la desembocadura del rio Negro, ya que en Santo Domingo So-
riano se incorporaron a las restantes fuerzas españolas que luego mar-
charían sobre la Colonia.
(12) Azaróla Gü ha dado a conocer interesantes documentos sobre
Macedo, inclusive las declaraciones que formulara en Buenos Aires ante
el gobernador Garro (mayo 28 de 1680), [14 pg. 178]. Podrán obtenerse
otras valiosas referencias sobre el tema, en el vol. III de la obra de
Paatells y Mateos [7].
30 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

y cautibar aquel gentío. Porque la ansia ynsasiable que estos mo-


radores tienen de haserla es tanta que todos me afirmaron que
si de una parte les pusiesen montes de oro y plata y de la otra
el gentío aunque les costase las vidas dejarían lo Primero por lo
segundo y que quando tuviesen licensia de V. A. yrian asta los
viejos de setenta años y que les diesen Pólvora y balas solo que
ellos la pagarían y como las ordenes de V. A. son tan al contrario
de esta su voluntad les respondí con Palabras grabes y que en
ningún caso les pasase por ha ymaginacion tal empressa sin es-
perar primero orden de V. A.". Con todo, no se cerraba Lobo a
la posibilidad de que los paulistas atacaran las Misiones, ya que
como lo dice más adelante: "si los dhos Padres de la Comp.a que
tienen la Capitanía de esta su gente quisieren haser algún servicio
a Castilla y se nos quisieren oponer basta para divertirles y ha-
serles grande daño permitir a los de S. Pablo la Pretendida li-
cencia. Y quando ayga alguna rason para que se execute este
yntento me parece ymbiarme V. A. luego la orden para usar de
ella como el casso lo pidiesse. Porque ellos an menester un año
antesipado para Prevenir con Plantas los bastimentos del de-
sierto". (1S)
De acuerdo con las órdenes del gobernador Garro, Antonio
de Vera Mujica ocupó la Colonia luego de un breve asedio (agosto
7 de 1680), disponiendo para la operación de doscientos soldados
de Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe, más los tres mil guara-
níes venidos al efecto desde las Misiones. Sostiene Manuel Cer-
vera que la toma de la Plaza se debió exclusivamente a españoles
y charrúas amigos, y expresa de los últimos: "sirvieron de explo-
radores de la vanguardia al acercarse al fuerte, y derrotaron
una tropa portuguesa y de tupíes, siendo con los santafesinos
y gefe Vera, el elemento principal de la victoria" [18 vol. I pg.
410]. Pasando por alto el espíritu anti-jesuítico del historiador,
quien, compartiendo opiniones de Manuel Trelles, asegura que en
la oportunidad sólo se distinguieron los guaraníes "como incen-
(13) Esta carta, sin (echa, cuyo original se conserva en la Bi-
blioteca Nacional de Rio Janeiro, parece ser copia traducida al español
de la que Lobo escribiera en la Colonia el 12 de marzo de 1680, y que
entendemos no ha sido aún encontrada [14 pg. 36], [15 vol. 2 pg. 32].
La correlación del texto, algo contusa, nos impide saber si el pedido
de los paulistas para atacar las Misiones le fue hecho a Lobo en San
Pablo, mientras reclutaba gente, o más tarde, cuando ya se había eB-
tablecido en la Colonia.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 31

diarios, ladrones y cobardes asesinos", (14) diremos que la docu-


mentación básica exhumada hasta el presente, española o portu-
guesa, no menciona para nada a los charrúas en esta contienda,
y sí, en forma unánime, a los guaraníes, elementos decisivos en
el asalto a la Plaza, por más que a la postre se desmandaran de
sus jefes y cometieran toda clase de tropelías. Puede que algunos
charrúas de Santa Fe, que es a los que alude Cervera, hayan in-
tervenido realmente en el episodio, pero nada hace suponer que
en el plano e importancia señalados por aquel autor. Indican otras
fuentes que cuando el sitio, charrúas y minuanes lograban fil-
trarse en las filas españolas, proporcionando caballos y carne
fresca a los portugueses a cambio de mercaderías diversas. Se
trata de otra versión infundada. No hay razones para pensar que
Lobo llegara a establecer contacto con los charrúas, si es que
alguna vez pensó en hacerlo, y está demostrado, Azaróla Gil
exhibe varios documentos al respecto, que quienes se dedicaron
a aquel comercio fueron los guaraníes, en grado tal; que Vera
Mujica hubo de ordenar un sumario para castigar a los culpa-
bles [14 pg. 50 y 185], [15 vol. I pg. 73]. En definitiva, lo único
que sabemos de los charrúas en relación al sitio y toma de la
Colonia, es que en las instrucciones dadas por Garro a Mujica
sobre la forma de conducir la campaña, se dice que, al llegar
(Mujica) al río Negro, mientras espera los contingentes de Co-
rrientes y las Misiones: "habiendo inquirido dónde se hallan los
indios charrúas los procure atraer a sí, haciéndoles notorio lo
que le pareciere y ofrecerles algún interés, de suerte que se
consiga, o por bien o por mal, el que dichos indios, de cuyas
naciones y caciques se le remite con esta memoria aparte, no
vayan a hablar con dichos portugueses ni les den socorros mo-
vidos de la novedad o de algunos engaños" [14 pg. 174]. Hasta
aquí el documento. No sabemos si las gestiones se cumplieron,
en qué forma, y menos aún si tuvieron éxito.
(14) Estos conceptos de Trellea y Cervera se basan en una expo-
sición presentada al Cabildo de Corrientes por el procurador José An-
tonio de Mieres (1715), [19 pg. 13]. Cualesquiera fueran los desmanes
de los guaraníes en la Colonia, debe recordarse el odio profundo que
alentaban contra los portugueses, culpables a su entender de las atroci-
dades cometidas por los paulistas en las reducciones del Guayrá, Itatín
y Tape. Además, el propio Mujica autorizó a los "indios soldados" para
que saquearan la Plaza, como bien lo hace constar en la memoria y
certificación presentada al gobernador Garro [14 pg. 192].
32 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Por el Tratado Provisional de Lisboa (1681), ratificado por


el de Alfonsa (1701), los portugueses obtuvieron la devolución
de la Colonia. Logrado este objetivo, el próximo fue establecer
enlace terrestre-entre la capitanía de San Pablo y aquella dis-
tante Plaza, al tiempo que se iban ocupando las tierras meridio-
nales de Santa Catalina y las del Continente de San Pedro, futuro
estado de Río Grande del Sur. Como paso inicial y por orden
expresa del Rey, que ya lo era don Pedro II, los sertanistas
Domingo de Brito y Francisco de Brito Peixoto, padre e hijo,
fundaron en 1688 -1696 la villa de Santo Antonio dos Alijos da
Laguna, junto a una ensenada o lagunón de la costa atlántica. (15)
En pocos años, los pobladores de la villa se extendieron hasta el
lejano valle del Yucuy, en pleno Río Grande,* delineando estancias
y dedicándose con gran suceso a la cría de ganado. Corresponde
al período expansionista de Laguna la iniciación de la amistad
entre los portugueses y los minuanes, habiendo sido Francisco
de Brito Peixoto quien la preconizó por todos los medios a su
alcance. Político hábil, no bien entró en contacto con las cam-
pañas del sur, advirtió que para contrarrestar la acción pro-
hispana de los guaraníes misioneros, nada mejor que obtener una
acción pro-lusa de los minuanes, cuyas posibles hostilidades, no
imputables a los portugueses por su carácter independiente, mal
podrían comprometer el status logrado por los tratados de 1681
y 1701.
Algunos españoles llegados a Laguna en agosto de 1722,
fueron los que sirvieron de intermediarios entre Brito Peixoto y
los minuanes, llevando los presentes que éste les enviaba y tra-
yendo en cambio las seguridades de amistad y alianza dadas por
los infieles. (16) El principal de estos españoles era un tan Roque
Soria, a quien Rodrigo César de Menezes, capitán general de San
Pablo, en carta al Rey (octubre 8 de 1722), califica de "Castelha-
no de boa capacidade e inteligencia, q' ha bastantes annos tem
(15) I-<a posición geográfica de Laguna podría corresponder a la.
de la antigua Mbiaza o Viaga, de que ya hemos hablado en el capitulo
anterior. En cuanto a los Brito Peixoto, eran gente de gran fortuna y
profundo arraigo paulista, descendientes de los primeros pobladores del
histórico puerto de San Vicente [20 anexo C],
(16) Estos españoles hablan venido del Bur, con miras a contra-
bandear ganado para los portugueses. Sobre el tema puede consultarse
el trabajo de Joá'o Borges Fortes titulado "A frota de Joao de Ma-
galhaeB" [23].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 33

feito grande servido a Real Coroa de V. Mag.e na Colonia do Sa-


cramento" [21 pg. 50]. Nos dice Fonseca Galváo en su estudio
sobre Laguna, y al ocuparse de las distintas actuaciones de Brito
Peixoto: "No intuito de previnir um attentado" (de los españo-
les), "e de attrahir a amizade dos indios Minuanos, com o fim
de contrapol-os aos Tappes, dedicados amigos dos missionarios
heapanhoes, e em cumprimento de ordens do governador geral,
envía o capitáo-mor" (Brito Peixoto), "em 1723, Víctor de Brito
e o español Roque Yorio á frente de un troco de homens; e táo
bem se houveram, que obtiveram a allianca dos principaes chefes
Minuanos, aos quaes conferio o mesmo capitáo patentes de cabo-
mór de todos os toldos á D. Agostinho, e de capitáes á D. Manoel,
D. Nicolao e D. Casildo, ñas quaes declarava, que ficavam obri-
gados a defender a todos os portuguezes e a colonia" (Laguna),
"de qualquer assalto do inimigo" [22 pg. 33]. Con todo, Brito
Peixoto no daba mayor crédito a las promesas de los minuanes,
y así lo expresa a César de Menézes, en carta fechada en Laguna,
el 22 de enero de 1723: "nunca farei fundamento em palavras,
nem amizades do gentío de cabello corredio (lT) pella experiencia
que tenho delles, porque os acho indómitos na sua palavra, e
estes Castelhanos" (los llegados a Laguna), "me noticiaxn que
tanto que se lhes falta com oa mimos em toda a ocaziam se tornáo
rebeldes, que vira a custar mais os gastos que o interece que
elle poderám dar" [21 anexo K]. Sobre la naturaleza de los mimos
o presentes que se enviaba a los minuanes, transcribimos los
siguientes párrafos, tomados de otra carta de Brito Peixoto a
Menézes, y fechada también en Laguna, el 13 de enero de 1723:
"Agora quero dar parte a V. Ex.a da jornada que ha de seguir
o Castelhano Roque Zoria p.a o Rio Grande: tenho lotado a xninha
gente para os matos desta povoacam a fazer cargas de hüa erva
que chamam congonha, do que sam m.to amigos e dezejosos della
o gentío chamado menuans: assim mais mando fazer agoa ard.te
de cana p.a tambem remeter hü par de barrizes p.a o d.o gentío,
porque tive noticia dos d.os Castelhanos que este gentio obrava
m.tos excesos, e os movía a facillitar todo o impocivel por ella,
p.a os obrigar a ter pazes com os portuguezes, e defenderem as
campanhas de S. Mag.e que Déos g.de", [21 anexo K].
A la fundación de Laguna siguió el establecimiento de Joao
(17) "Cabello corredio", sic, lacio, corrido, etc.
34 EDUARDO F. ACOSTA V LARA

de Magalhaes en la barra de Eío Grande (1725) [23], y a esto


la apertura general de caminos, lográndose por fin, a partir de
1733, el tránsito terrestre de tropas y mercancías entre San Pablo,
Río Grande y la Colonia del Sacramento. (18) El primero en
arrear una tropa desde la Colonia hasta San Pablo, fue Cristóbal
Pereira de Abreu, que para ello reacondicionó el tramo de camino
Río Grande - Curitiba (Araranguá-Curitiba), trazado en 1728-
1730 por el sargento mayor Francisco Sousa de Faría. Nacido en
Ponte de Lima, Portugal, en 1680, Pereira de Abreu llegó a la
Colonia alrededor de 1720, luego de actuar varios años como con-
tratista de tabacos en Río Janeiro [25 pg. 6], [4 vol. I pg.
205]. (19) Dedicado de lleno a la faena de ganado y a la expor-
tación de cueros, hubo de identificarse con el medio ambiente
de nuestra campaña, adquiriendo fama por sus escaramuzas con
las patrullas españolas [13 pg. 104], y por la habilidad con que
sabía captarse la amistad de los minuanes. En distintas fuentes
documentales relacionadas con el tercer sitio de la Colonia (1735-
1737), se expresan elevados conceptos sobre la personalidad de
Cristóbal Pereira. Así, en las instrucciones dadas por Gomes Freiré
de Andrade (20) a José da Silva Páes, que con una poderosa flota
marchaba en auxilio de la Plaza sitiada, leemos: "as Fragatas
se deteráo em aquelle porto" (en la isla de Santa Catalina), "para
V. S. se deligenceem noticias do Coronel de Ordenanca Christováo
Pereira de Abreu, o qual, como V. S. nao ignora, foi executar o
projecto de introduzir cavalhadas na Colonia; em este homem
se ha reconhecido actividade, e zelo do servico de S. Mag.e, tem
por aquelle parte trato, e comercio com os gentíos menuanos: eu
o suponha ainda na Laguna, e suas visinhancas juntando gente,
(18) La fundación de Montevideo por Zavala (1724), con haber
sellado el destino hispánico de la Banda Oriental, no pudo evitar el
paso de troperos y contrabandistas entre Río Grande y la Colonia. En
el aspecto político y militar, tampoco cumplió Montevideo con lo que
podía esperarse de su situación estratégica, neutralizadas sus posibi-
lidades por las desavenencias entre el Cabildo y la Comandancia Militar
que administraba la Plaza.
(19) Cristóbal Pereira era titular de la Orden de los Caballeros
de Cristo, distinción obtenida por servicios prestados en la liberación
de Río Janeiro, cuando el corsario francés Duguay-Trouin ocupó dicha
ciudad y la puso bajo rescate. (1711), [25 pg. 6].
(20) En eBta época. Gomes Freiré de Andrade era gobernador de
Río Janeiro. Afioa después, lo veremos actuar en la represión de los
Pueblos Guaraníes, sublevados a raíz del Tratado de Madrid (1750)
(véase el capitulo VII).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 35

e comprando cavallos, se se avistar com V. S. sera conveniente


ou$a o seu sentimento, por ser hum homem pratico valeroso (se-
gundo as emprezas, em que se tem metido) com discurso claro, e
militar, e talvez será útil o seu conselho para o que tocar á Cava-
Ilaria, e expedicao ao continente" [24 pg. 12]. Sin lugar a dudas,
cuando los montevideanos no habían traspuesto aún el Santa
Lucía, ya Cristóbal Pereira, hermanado con los gentiles en el
clima semi - bárbaro de las vaquerías, campeaba a sus anchas por
toda la cuenca del río Negro.
Veinte años antes de que Brito Peixoto concertara su alianza
con los minuanes, ya los portugueses de la Colonia la habían
hecho con otras parcialidades charrúas de la Banda Oriental. (21)
Como resultado, recrudecieron las hostilidades de los infieles
contra los Pueblos Guaraníes, al punto de que, previéndose males
mayores, hubo que organizar una campaña para contenerlos o
exterminarlos. Esta campaña culminó en la llamada batalla del
Yi (febrero de 1702), donde fuerzas hispano-guaraníes coman-
dadas por el maestre de campo Alejandro de Aguirre, derrotaron
a los charrúas luego de combatir por espacio de cinco días [11
vol. I pg. 416], [32 vol. I pg. 329]. Manuel Trelles da otra versión
de los hechos. Basándose en documentos que dice poseer y pro-
mete publicar, í22) sostiene que todo el proceso se debió a una
maniobra de los jesuítas y de los guaraníes para acabar con los
charrúas, negando de paso toda alianza de estos últimos con los
portugueses [26 pg. 219], [27]. Lamentablemente, el investi-
gador argentino hace una narración tan personal de los aconte-
cimientos, recarga tanto las tintas en aquellos pasajes que pu-
dieran predisponer al lector contra los guaraníes, y en fin, da
tantos detalles, de escenas, diálogos, etc., evidentemente no do-

(21) Esta alianza debe haber ocurrido en 1701, interviniendo en


ella charrúas y guayanáB. De tos primeros, los charrúas propiamente
dicho, los martidanes y los bohanes, y de los segundos los yaros. En los
documentos se los llama "infieles confederados", o "infieles pampas con-
federados", figurando los martidanes como "mbatidas" y los bohanes
como "mboias".
(22) Asi lo leemos en el prólogo de su trabajo: "En otro tomo de
esta Revista publicaremos el expediente auténtico que nos sirvió de base
para narrar el sangriento episodio que reproducimos a continuación" [26
pg. 219]. Por el momento no hemos podido encontrar dicho expediente
ni sabemos que Trelles haya llegado a publicarlo.
36 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

cumentados, que su trabajo podrá tener valor literario pero


nunca histórico. Así las cosas, y mientras no aparezca ,el ma-
terial a que se refiere Trelles, debemos aceptar las versiones de
los propios jesuítas que, aunque lógicamente parciales, constitu-
yen las fuentes más directas a que podemos remitirnos por el
momento.
DOCUMENTOS

A) Testimonio del padre Gerónimo Delfín S. I., sobre las hos-


tilidades perpetradas por los infieles, y consideraciones a la
necesidad de hacerles la guerra. Loreto, agosto 10 de 1701.
B) Certificación sobre la batalla del Yi, elevada al Rey por
él maestre de campo Alejandro de Aguirre. Candelaria,
marzo 9 de 1702.
C) Expediente e información sobre la batalla del Yi, iniciado
en el pueblo de la Candelaria. Agosto 15 de 1702.
0) Cédula original de Felipe V al Provincial de la Compañía
de Jesús en las Provincias del Río de la Plata, relativa a
la batalla del Yi. Madrid, noviembre 26 de 1706.

Documento A. [29] (28)


"En diez de Ag.o de mil setecientos y uno 70 el P.e Gerónimo Delfín
religioso de la Comp.a de Jesús en cumplim.to del orden de mi Sup.or
el P.e Matheo Sánchez Sup.or de todos los religiosos de la misma Comp.a
que por orden de su Magd estamos en estos Pueblos del rio Paraná de
nación Guaraní en cumplim.to de lo que su R.a me manda de que diga
lo que se azerca de los agravios de los indios infieles mbojas mbatidas
jaros y otros pampas infieles han hecho a estas MlssioneB en orden de
informar al S.r Gov.or del P.to (**) p.a que ponga remedio competente
a tanto atrevim.to destos infieles. Digo lo prim.o que por aver dichos

(23) Este documento figura en un expediente titulado "Antece-


dentes de la Guerra contra los indios infieles". Hay en él, testimonios
de los padres Adrián González, Santiago Ruiz, Bernardo de la Vega 7
Gerónimo Delfín, expedidos respectivamente en los pueblos de Concep-
ción, Nuestra Señora de Fe, San Carlos 7 Loreto. La letra 7 rúbrica de
las firmas parece Ber la misma en todos los casos. Transcribimos única-
mente los testimonios del padre Gerónimo Delfín, dado que los restantes
son similares.
(24)* Se refiere al puerto de Buenos Aires.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 37

infieles mbojas mbatidas yaros y otros infieles BUS coligados acometido a


estas doctrinas p.a destruirlas en cualquier tiempo se debe pedir al S.or
Gov.or del P.to a quien pertenezen dichos infieles les haga la guerra basta
humillarlos y si fuere necess.o acabarlos porq.e no ay esperanza de su
conversión avlendoloB predicado por mas de quarenta años los P.es que
han estado en el Pueblo del Yapeyu adonde frequentan de continuo- como
fueron los P.es Luis Ernot Felipe de Blveros P. Gerónimo Delfín y otros
y an entrado en sus tierras a este fin loa P.es Fran.co Ricardo Fran.co
de Rojas Hipólito Datílo y Andrés Egediano y gastado con ellos en da-
dibas mas de treinta mil pesos en géneros como yerba tabaco ropa y en
orden a su conversión, el fruto de todos estos trabajos y dones ha sido
apoderarse de la Estancia de bacas del Pueblo de Tapeyu maltratando
con palabras y obras a los estancieros quitándoles su ropa y caballos,
y haciendo otras negaciones y matando bacas quantas querían y todo se
les ha sufrido con esperanza de su conversión y todo agasajo en ellos
ha sido sin fruto porq.e cada día. están peores y el rezelo que siempre
ubo de que acometiesen estos Pueblos agora lo vemos cumplido y asi
justam.te nos defenderemos haciendo la guerra pues ellos la quieren como
luego diré. Lo segundo por que agora con ocasión de averse juntado con
dichos infieles mbojas mbatidas yaros otros infieles pampas-malhechores
que acometieron a unos españoles y muerto un eclesiástico, y venían
huyendo de la justicia de S.ta fe, todos juntos como seiscientos de mano
armada se apoderaron de la dicha estancia del Pueblo del Yapeyu de
sus bacas y caballos y maltrataron de palabra, y quisieron por obra al
I'.e Andrés Egediano, y dijeron avian de destruir los pueblos de los P.es,
y avien do después el P.e Pablo Cano ido a ponerlos en razón y persua-
dirles la paz le acometieron y mataron quarenta y dos indios christlanos
alanzeando las imágenes quemando la Capilla de la estancia buscaron
al P.e p.a matarle cogieron los ornamentos sagrados y los hicieron pe-
dazos, y quebraron el Cáliz y la Patena la pusieron por adorno en la
frente de un Caballo, mofando tiesta Buerte de todas las cosas sagradas,
después de todas estas insolencias prosiguieron los P.es con su acostum-
brada clemencia en querer apaciguarlos embiaron terz.a vez al P.e Bar-
tulóme Ximenez con resguardo de gente p.a que no le matasen, a hablarlos
ce paz, y dichos Infieles mas sobervíos como en num.o de seiscientos
acometieron a dicho P.e y a su gente que llebaba de resguardo y le
mataron setenta indios christianos y hirieron sesenta y le hurtaron dos
mil caballos, y le amenazaron como solían que avian de acabar los Pueblos
de los P.es con ayuda de los Portugueses sus coligados de quienes avian
recivido armas y ropa en precio de Caballos, todo esto demuestra que
esta guerra es defensiba y no ofensiva, y mas p.a librarnos de los daños
con que dichos Ínfleles nos amenazan que p.a ofenderles. Lo terzero
siendo dichos infieles el num.o que se ha dicho y tan valientes y con
tan escojidos caballos y apoderados de la dicha estancia y Pueblo del
Yapeyu de sus bacas y ganados y consiguientem.te lo estaran de las
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

baquerias que siempre han sido de los Pueblos de los P.es y apoderados
los infieles con sus coligados los portugueses no podran nuestros hijos
traher bacas que es su único sustento con que perezeran de hambre, y
por tanto se debe pedir al S.r Gov.or del P.to se les haga la guerra que
como queda dicho sera defensiva y no ofensiva. Lo quarto porque estando
dichos infieles mbojas mbatidas yaros coligados con los portugueses p.a
dar en estos pueblos según la instrucion que tienen de su Principe dichos
Portugueses y que la trajo Jorje Suarez Mazedo sera necess.o preve-
nirlos y quitarles la alianza con dichos Portugueses y hazerles guerra.
Lo quinto por que tan gran golpe de gente feroz y victoriosa armado de
tan buenos caballos y tan diestros en jugar la lanza y flechas tendrán
en continuo riesgo las Ciudades de los españoles de S.ta Fee Corrientes
y Paraguay y a todos estos veinte y ocho Pueblos de nuestros hijos
vasallos de BU Magd. Lo sexto porq.e dichos infieles son Rochela de
Apostatas y de hechiceros y son escándalo de los christianos españoles
que se llegan a ellos y vtben como infieles. Lo séptimo porq.e dichos
infieles en tanto num.o y victoriosos tmpidiran el comercio de los dos
ríos Uruguay y Paraná con las Ciudades del P.to de B.s Ayres S.ta Fee
y demás Ciudades y es forzoso dicho comercio p.a la conservación de
los vasallos de BU Magd. asi españoles de dichas Ciudades como de los
indios destos veinte y ocho Pueblos por lo qual es forzoso pedir se haga
dicha guerra pues no sera ofensiva sino defensiva. Lo octavo y ultimo
porq.e los Señores Governantes lo han mandado y dado liz.a p.a que se
haga tal guerra por sus delitos asi lo mando el S.r Gov.or D. Joseph
Garro como consta de su liz.a a que me remito, y el S.r D Joseph de
Herrera como consta también de la suya a que también me remito, y
también el S.r D Agustín de Robles siendo Sup.or el P.e Sebastian de
Toledo el qual me consulto a mi dicha liz.a y la Reyna. Nra S.a por su
zedula a que me remito manda se castiguen dichos infieles, el que se
les haga guerra, y todo lo que tengo dicho es verdad y lo juro en Verbo
Sacerdotis y lo firmo de mi nombre en dicho dia diez de Agosto de mil
setecientos y un años en este Pueblo de Loreto.

Gerónimo Delfín"
(rubricado)

Documento B. [30]
"Certifico al Rey nuestro S.r Virey S.r Presidente y S.r Gov.or y
Cap.n G.al de todas estas Provincias M.e de campo D. Manuel Prado
Maldonado veinte y quatro perpetuo de sevilla por cuia orden y mandato
yo el Srg.to Maior Alexandro de Agulrre fui señalado por cabo y G.or
del ejercito de Indios Guáranla que mando salieese de estas Doctrinas
del Uruguay y Paraná que están a cargo de los P.es de la Comp.a de
Ihs al castigo de los Indios infieles yaros Moxanes Charrúas y sus con-
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 39

federados g.e recevi dicho ezercito que constaba de dos mil Indios bien
armados de rocas de fuego langas, flechas y piedras y otras armas en
el paraje y Rio llamado iblcui desde donde caminamos en busca del
enemigo mas de ciento y cinquenta leguas en que se atrabesaron los
rios lblrapitá, taquaremboti, caraguatá!, yaguar!, Pirai y rio yi todos
ríos mui cadalosos y que se passaron nadando con gran riesgo de las
vidas con otros muchos pantanos no menos arresgados y dicho ezercito
para el servicio trajo quatro mil caballos dos mil muías y dos mil vacas
y todos los víveres necessarios para su sustento y seis Religiosos de la
Comp.a de Ihs quatro que les servían de capillanes que exortaban y
animaban a los indios al servicio de dios y del Rey nuestro S.r y los
otros dos de Médicos y enfermeros y que aviendo caminado casi dos
meses dimos en los rastros del enemigo que estaba, rancheado en las
riberas del Rio yi y donde el dia seis de Febrero al amanecer se les dio
el primer asalto y se les ganaron sus tolderías y aviendoae retirado ellos
con toda su chusma a la espessa montaña de el rio donde se hicieron
fuertes y por espacio de cinco dias pelearon con desesperación hasta
perecer casi todos a la fuerza de nuestros vocas de fuego y demás armas
y cogídoles toda su chusma de mugeres y niños que passaban de qui-
nientas almas que se trajeron según el orden del S.r G.r a estas Doc-
trinas para que sean instruidos y enseñados de los P.es de la Comp.a
de Ihs en los misterios de nuestra S.ta Fe Catholica y que en dicha
batalla pelearon nuestros indios con grande valor y bigarria metiéndose
con grande osadía a buscar el enemigo por lo más fragoso y espesso de
la montaña y peleado con igual valor que riesgo en que murieron seis
soldados un M.e de campo del Pueblo de S. Lorenzo un Cap.n y un Sol-
dado de S. Carlos otro Cap.n y Soldado de S.to thome y otro soldado de
S. Ignacio del Yabebiri y muchos heridos de todos los Pueblos porque
de todos ellos entraron con bizarría a buscar y pelear con el enemigo
todos los dichos cinco dias hasta acabarlo como de hecho lo acabaron
y consumieron por el singular valor con que en esta batalla se han
mostrado y por la buena prevención de armas y caballos con que vi-
nieron p r e [ . . . . j d o s son dignos y merecedores de que el S.r G.r en el
Real nombre de su Mag.d qu[ ] dios guarde los agasaje y premie
con. las honras y preeminencias que su Mg.[ ] y los demás sus mi-
nistros Superiores fueren servidos hacerles en recompensada tan speciales
servicios y para que se stimulen otros a semejantes empresas y para que
a todos conste de oficio lo certifico y di la presente firmada de mi nombre
con los testigos infraescritos y es fecha en este Pueblo de la Candel.a en
nuebe dias del mes de Marco de mil setecientos y dos años.

Alejandro Deaguirre tto.Gaspar de Aguirre tto.Juan de Peralta"


(rubricado)
40 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Documento C. [30]
"El P.e Juan Bapt.a de Zea de la Comp.a de Jesús Superior de los
relijiosos de la misma Comp.a de Ihs, que por orden y mandato del Rey
Nro. S.r están en los Pueblos de Indios guaranis del rio Uruguayg, y con
vezes de P.l p.a todo lo perteneciente y anexo a cosas de Guerra — Digo
q.e por q.to me es preciso dar noticia y certificar al Rey Nro. S.r a su R.l
Consejo supremo de Indias, al S.r Virrey destos Reinos y S.r Gov.r de la
Prov.a de B.s Ayres acerca y sobre la guerra y -victoria y justificación
della que los indios de Nación Guaraní que están a cargo de la Comp.a
de Jesús dieron y alcanzaron de los indios infieles mbojas mbatidaa yaros,
y otros infieles todos pampas sobre defender dichos indios Guaranis
christianos y vasallos del Rey Nro. S.r sus haciendas vidas y pueblos de
dichos mbojas mbatidas yaros pampas infieles, p.a lo qual necesito de
una lnform.on Jurídica y usando de la facultad que los Reyes nros Seño-
res por BUS zedulas Reales, Señores Virreyes por sus Provisiones dan a
los Superiores de la Comp.a de Jesús en orden a la defensa, cuidado y
enseñanza y amparo de dichos indios de nación Guaraní intento hazer
dicha lnform.on p.a lo qual nombro por notario con toda la jurlsdlcion
que puedo y debo según dichas facultades, y según las Constituciones de
la Comp.a de Jesús que tienen y gozan del Passe p.r el Rey Nro. S.r y su
R.l Consejo BUpremo de las Indias al P.e Hylario Vazques Relijioso de la
misma Comp.a p.a que en dicha inform.on de fee examine teBtlgos haga
Autos los Autorize y cumpla con todas las obligaciones de Not.o y admi-
tida Jure en forma y lo firme en el Pueblo de la Candel.a a 16 de
Agosto de 1702.
Juan Bap.ta de Zea

El P.e Juan Bap.ta de Zea de la Comp.a de Jesús Sup.or de los


Religiosos de la Comp.a de Jesús del Rio Uruguai, y con vezes de Prov.l
en los dos del Paraná y Uruguay en las cosas tocantes, y anexas a guerra
auiendo notificado el auto de suso al P.e Hilario Vázquez de la Comp.a
de Jesús dijo que lo oya y que admitía dicho oficio de notario p.a el
caBO suso dicho de dicha inform.on y juraba y juro ln Verbo Sacerdotls
de hazer su oficio con la legalidad y verdad que de derecho se requiere,
y lo firmo delante de mi y de testigos que lo fueron el P.e Pablo Cano
y el P.e Ju.o Español en, el Pueblo de la Candel.a a 16 de Ag.o de mil
setecientos y dos años.

Juan Bap.ta de Zea Hilario Vázquez


fo Juan Español fo Pablo Cano
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 41

El P.e Hylarto Vázquez de la Comp.a de Jesús Notario P.a la. in-


form.on q.e se pretende azerca y sobre la guerra victoria y justificación
della que los Indios christianos de Nación guaraní hlzieron y alcanzaron
de los indios pampas infieles mbojas mbatidas yaroa y demás coligados
doy fee y verdadero testim.o de como el P.e Juan Bapt.a Zea Sup.or de
la Comp.a de Jesús con vezes de Prov.l p.a las cosas y anexas a cosas
de guerra me entrego un interrogatorio del tenor siguiente = Interroga-
torio por donde han de ser examinados los testigos, que declararen y
juraren en la inform.on acerca y sobre la guerra, y victoria y justificación
della que los Indios de nación Guaran! christianos y vasallos del Rey nro.
S.or hizieron y alcanzaron de los indios mbojanea yaros mbatidas y otros
coligados pampas infieles = Lo primero si tienen conozim.to de dicha
guerra, y si tienen conozim.to de las Naciones de los Guaranis christianos,
que pelearon y vencieron y si fue por su voluntad, o por orden del S.r
Gov.or y con su Cabo Español Sarg.to M.or Alexandro de Aguirre, y
si asi mismo conozen a los indios pampas infieles mbojas mbatidas yaros
y las otras naciones coligadas digan y juren = Lo segundo si vieron o
oyeron que antes de la batalla de parte del Exercito christiano por medio
de su Calió o sus soldados christianos o otras qualesquier personas hom-
bres o mujeres se les exorto a los dichos indios pampaB infieles mbojas
mbatidas yaros y aliados todos pampas infieles o a sus cabos o soldados
con la paz o se les embio a proponer por medio de otras qualesquier per-
sonas, y se les exorto de p.te del Sr Gov.or dejasen las hostilidades, que
hacían y se convirtiesen a la fee digan y juren = Lo terz.o si saben que
dichos infieles mbatidas yaros mbojas y demás infieles coligados todos
pampas gentiles aun después de sabida la amonestación y exorto no qui-
sieron obedezer pero antes se prepararon a la ofensa con palabras y obras
digan y juren ~ lo quarto si saben que dicho exercito christiano y sus
cabos solo hizieron guerra defensiva y jamas ofensiva, y para solo defen-
der los veinte y ocho Pueblos de christianos a quien tenian amenazado
dichos gentiles mbojas yaros mbatidas y demás indios coligados, y de
cuyos christianos avian muerto dichos gentiles mas de ciento y quarenta
hombrea muy recientem.te y se avian apoderado de su estancia llamada
S. Joseph propia del Pueblo del Yapeyu de sus ganados y casas quemando
la Yglesia alanzeando las imágenes de Nra Señora y de 5. Ygn.o hurtando
las vestiduras sagradas de la sacrosanta Missa vistiéndoselas por escarnio
abujereando la sacrosanta Patena y poniéndola en sus Caballos digan y
juren = lo quinto si saben que aviendose apartado del Cuerpo del exercito
christiano como novecientos soldados con sus Cabos y orden del Cabo y
Gov.or del exercito Sarg.to M.or Alex.o de Aguirre p.a ir en busca de
dichos gentiles Mbatidas Mbojas Yaros y demás coligados, dichos gen-
tiles aun sabiendo iban con orden del Sr Gov.or acometieron a los christia-
nos y les mataron como veinte y dos hombres christianos forzándoles a
los demás christianos a retirarse ai cuerpo del exercito christiano digan
y juren — Lo sexto si saben que dichos gentiles Mbojas Mbatidas Yaros
42 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

y demás coligados después de aver muerto los veinte y dos indios chris-
tianos fueron a pedir socorro a los portugueses de la Colonia del Sacram.to
de S. Gabriel contra dichos indios christianos y que auxiliados de setenta
portugueses con setenta bocas de fuego y tres piezas de Campaña blnieron
todos juntos contra dichos Indios christianos, que se retiraban hasta
llegar portugueses y gentiles hasta el lugar donde mataron los Gentiles
los veinte y dos indios christianos y que todos juntos portugueses y gen-
tiles caminaron muchas leguas siguiendo el rastro de nro exercito p.a
acometerle y acabarle, pero viendo los portugueses que el rastro de nro
exercito se encaminaba p.a bolberse a sus pueblos dichos portugueses
dejando a los infieles se bolbieron a la Colonia del Sacram.to juzgando
que nro exercito se avia buelto a su casa pero los infieleB mas obstinados
contra los Indios christianos prosiguieron en busca de nro exercito si-
guiendo el rastro por muchos dias hasta llegar al Rio Yig donde se dio la
batalla ~ Lo séptimo si saben que después deBte rompim.to juntos los
soldados christianos que se retiraban con el demás cuerpo del exercito
y con el Sarg.to M.or AIex.o de Aguírre su cabo y Gov.or dieron sobre los
indios mbojas mbatldas yaros y demás coligados, y se peleo de parte a
p.te con desesperasion durando por cinco dias los residuos de la batalla
hasta que finalm.te quedo la victoria por p.te de los Christianos con
muerte de hasta trecientos gentiles y con la toma de la chusma que
serian hasta quinientas personas mujeres y muchachos que todos se entre-
garon a los P.P. de la Comp.a de Jesús p.a BU doctrina digan y juren —
Lo octavo si saben que da p.te de los indios christianos guaranis soldados
no ubo crueldad alguna p.a con los gentiles si no es aquellas operaciones
que la guerra trahe consigo y esas ejecutadas por orden y mandato de
sus Cabos, y digan si saben si algún español murió en dicha guerra digan
el como y porque — Lo nono digan si los indios guaranis soldados chris-
tianos se portaron en dicha guerra y batalla con valor y obed.a a sus
Cabos y que por esta guerra son dignos de que su Mag.d los premie y
refiéranse á las certificaciones de sus Cabos españoles = Lo dezimo digan
si saben que si no se hubiera hecho esta guerra hubieran los gentiles
mbojas mbatidas yaros y demás coligados puesto en evidente peligro a
todos los veinte y ocho pueblos de indios christianos vasallos del Rey
Nro Sr por ser dichos gentiles como hasta setecientos en numero con
caballería valerosa y ellos valientes desesperados y sóbennos con las
victorias pasadas y deseosos de la Venganza, y procuradores della, y que
Bino se hubiera hecho dicha guerra neceBs.a m.te se auia de bazer — Lo
undezimo si saben que sino se hubiera hecho esta guerra padecieran suma
necesidad de comida dichos veinte y ocho Pueblos de indios christianos
por quanto dichos infieles mbojas mbatidas varos y demás coligados con-
tra derecho, y de hecho injusto estaban apoderados de las baquerias pro-
pias de dichos pueblos christianos cuyas baquerias son el sustento de
dichos veinte y ocho pueblos digan y juren — Lo duodezimo si saben que
si no se hubiera hecho dicha guerra las Ciudades de los españoles y los
LA G U E R R A DE LOS C H A R R Ú A S 43

veinte y ocho pueblos de indios estaban en evidente riesgo por quanto


dichos indios infieles yaroa mbojas mbatidas y demás coligados en tan
gran numero de armas caballos y soldados tenían coligación con los por-
tugueses de la Ciudadela y dichos gentiles decían a vozea que con el favor
de los portugueses auian de acabar a los españoles e indios christianos
digaa y juren = Lo dezimotercio si saben que sino se hubiera hecho dicha
guerra quedando los gentiles Taros Mbojas Mbatidas y demás coligados
quedaba en ellos una sentina de hechizeríaa un rezeptáculo de malhe-
chores españoles e indios con escándalo a los christianos y que cada dia
dichos gentiles aun sobre muy mínimas cosas avian de irse a los portu-
gueses y ser causa del quebrantam.to de las pazes entre las dos Coronas
digan y juren — Lo dezimo quarto digan y juren la justificación de dicha
guerra y la oblig.n de hazerla caso que no estubiera hecha — Finalm.te
digan de publico y notorio publica voz y fama = Juren en forma = por
el qual dicho iuterrogat.o me mando dicho Pe Juan Bap.ta de Zea Sup.or
con vezes de Prov.l examinase y jurase dichos testigos. Y lo firme en
este Pueblo de la Cande 1.a a diez y ocho de Ag.o de mil setecientos y dos.

Antemi (»)
Hylario Vázquez

En el Pueblo de la Candel.a jurisdicción del Rio Paraná a diez y


nueve dias del mes de Ag.o del año de mil setecientos y dos ante el Pe
Juan Bap.ta de Zea Sup.or con vezes de Prov.l y ante mi el presente Not.o
y los testigos de y uso parezco el Pe Matheo Sánchez de la Comp.a de Jesús
y Sup.or de los mismos religiosos de la Comp.a de Jesús del Rio Paraná en
orden y para declarar en la inform.on que se pretende dar acerca de la
guerra victoria y justificación della que los indios de nación guaraní
christianos dieron y alcanzaron de los indios infieles pampas Mbojas Yaros
y demás coligados y aviendole pedido juram.to según forma de derecho de
dezir verdad según y como sabe o ha visto acerca de lo suso dicho, dijo
que juraba in Verbo Sacerdotis de dezir verdad en todo lo que le fuere
preguntado según su legal saber y entender como en verdad juró = A la
prim.a preg.ta dijo que tiene conozím.to de dicha guerra de sus motivos
y causas porque la dispuso y. fue a ella y asi mismo tiene conocim.to de
la nación de los guaranis christianos que pelearon y vencieron lo qual
vio por vista de ojos, y asi mismo sabe que dicha batalla y guerra no
fue por voluntad de dichos indios guaranis sino es por orden del S.r
Gov.or del Puerto de B.s Ayres Maese de Campo D. Manuel de Prado

(25) Al cuestionario siguen las respuestas o testimonios de los


padres Mateo Sánchez, José de Izaurralde, Gerónimo Herrán, Bernardo
de la Vega y Domingo Rodiles. Transcribimos únicamente las respuestas
dadas por el padre Mateo Sánchez, visto que las restantes son similares.
44 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Maldonado y que ha visto BU orden con sus mismos ojos y leido al qual
se refiere y que fueron con su Cabo español Sarg.to M.or llamado Alex.o
de Aguirre a quien vi pelear como Cabo de dicho exercito y asi mismo
dize que conoció y vio a dichos pampas infieles mezclados todos mbojas
mbatidas yaros y otros muchos pampaB de diversas parcialidades y na-
ciones como hasta en numero de setecientos bien armados a su modo con
caballos fuertes y diestros que pelearon con desesperación basta ser ven-
cidos y acabados del todo = A la seg.da dijo que sabia que por p.te del Pe
Joseph Izaurralde de la Comp.a de Jesús antes de la batalla se los exorto
a dichos indios mbojas yaros mbatidas y demás coligados y a los que estaban
como sus cabos y Caziques a la paz y a que se convirtiesen a Dios y al
Rey y comunm.te a todos los indios enemigos que se toparon se les dijo
y amonesto Jo mismo y desde nro exercito a vozes se les repitió muchas
vezea dicha exortazion pero ellos no dieron oídos antes se dispusieron a
la pelea y muchos después de cojidos y apresados no querian rendir las
armas ni las personas antes hadan fuerza p.a usar dellas = A la terz.a
preg.ta dijo que Babe que dichos indios yaroB mbojaB mbatidas y demás
coligados con todos los que parecían sus cabos jamaB se les conoció de-
seos de rendirse y convertirse a Dios y ai Rey y de dejar las hostilidades
y delitos que avian cometido aun después de aver oído varias exortaciones
antes si respondían amenazando la destrución de los indios christianos =
A la quarta dijo que sabe y tiene por cierto todas las hostilidades delitos
y Bacrllejios de las cosas sagradas (") acometim.to y muertes de los chris-
tianos en el numero modo y manera que se refiere en la preg.ta hechos
y cometidos por dichos indios yaros mbatidas mbojas y demás indios
pampas coligados y por los que se tenian por sus cabos y Caziques contra
dichos indios christianos y sus pueblos, y que asi mismo sabe que el fin
y causa de hazer esta guerra el Sr Gov.or y demás Cabos solo era defen-
derse de estas hostilidades y sacrilegios que ya avian hecho dichos indios
gentiles yaros mbojas mbatidas y demás coligados y de las que ciertam.te
se esperaba y temían avian de hazer pues continuam.te asi lo voseaban
y dezian — A la quinta dijo que es todo verdad y que paso asi como en
dicha preg.ta se refiere de verbo ad verbum y como si la repitiera con laB
mismas palabras — A la sexta dijo que sabe que dichos infieles mbojas
mbatidas yaros y demás coligados después de aver muerto los veinte y
dos indios christianos se fueron a refugiar a los portugueses de la Colonia
de S. Gabriel y que auxiliados de setenta portugueses con setenta vocas
de fuego, y tres piezas de Campaña todos juntos portugueses y gentiles
caminaron muchas leguas siguiendo el rastro de nro exercito con intentos
de darles la batalla, pero dize que viendo los portugueses que el rastro
de nro exercito se encaminaba p.a sus Pueblos dejando a los infieles se
bolbieron a su Colonia, pero que los infieles con suma obstinación prosi-

(26) El padre Herrán S. I.. habla de un infiel, muerto parece que


en la batalla del Ti, el cual: "tenia vestidas la santa alba y la cabeza
ceñida con la estola". [30]
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 45

guleron por el rastro de nro exercito hasta el lugar de la batalla, que


fue a las orillas del Rio Ylg 7 que esto ea lo que sabe desta preg.ta i o el
juram.to que fecho Ileba = A la séptima dijo que sabia que los Indios
christlanos, que después de la primera batalla donde murieron los veinte
y dos se retiraron a juntarse con el cuerpo del exercito, y que juntos
todos los soldados christianos con su Cabo Español Sarg.to M.or Atex.o
de Agulrre el día sexto del mes de febr.o «leste presente año por la
mañana al romper del alba acometieron a dichos infieles mbojas yaros
mbatidas y demás coligados, y que se peleo valerosam.te de una y otra
p.te y que cayeron muertos de una y de otra p.te muchos y heridos
muchisslmos y que duró la batalla por espacio de cinco dias al cabo de
los quales quedaron los Ínfleles derrotados con muerte de casi todos ellos,
y presa la chusma que serian hasta quinientas almas y que se entregaron
a los P.P. de la Comp.a de Jesús destas Doctrinas — A la octava dijo
que vio no aver crueldad alguna de p.te de los Indios christianos p.a con
los gentiles antes de rendirse ni después de rendidos, y que los castigos
que se hicieron en dichos gentiles por los delitos que avian hecho y porq.e
era Imposible el q.e no se huyesen y nos acometiesen segunda vez con
riesgo evidente del rompim.to y muerte de nros soldados que estaban
ocupados en seguir la victoria y guardar sus caballos y bagages y en
recojer y" curar los heridos, las executaron dichos christlanos por orden y
mandato de su Cabo y Gov.or Sarg.to M.or Alex.o de Aguirre asi como
y en la manera como se haze y acostumbra en todas las batallas y victorias
de todo el mundo y a lo que dize la preg.ta si mataron algún español
respondió que estando en el furor de la batalla se vieron dos al pareier
españoles entre los indios infieles peleando con ellos contra los chrlstla-
noB el uno con un alfanje en la mano peleando con valor y desesperación,
y aviendole rendido los soldados christlanos y guardadole por mucho
espacio de tiempo se bolbio a la pelea y acometiendo juntam.te con otros
infieles a Fran.co García español y soldado de exercito chrlstiano y avien-
dole derribado al suelo y hechadole un lazo a la garganta y forzejeando
p.a quitarle el arcabuz pidió a gritos socorro y p.a librarlo los soldados
christianos mataron a los Ínfleles y luego al español (") y esto es lo que
sabe y no otra cosa — A la nona dijo que vio con sus ojos como los indios
guáranla soldados chrlstianos pelearon con valor y esfuerzo hasta acabar
a los enemigos y que se portaron con grande obed.a a sus CabOB obede-
ziendoles hasta en laa ocasiones mas arriesgadas y acometím.tos a los
enemigos a pecho descubierto y que se refiere a las certificaciones de su
Cabo y Gov.or Sarg.to M.or Alexandro de Aguirre y dize mas que son
dignos de q.e Su Mag.d los premie y sus ministros princlpalm.te aviendo
hecho dicha guerra a su costa con pólvora balas bagajes caballos arcabuzes
pistolas espadas y demás armas comprando todo a grande precio por la

(27) En las declaraciones del padre Herrán S. I., al mencionarse


el caso de este bravo español, se lo llama textualmente "fulano
Monzón". [30]
46 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

carestía de semejantes géneros en la tierra y sin un peso de costo de


la hacienda Real = A la dezima dijo y respondió que tiene por cierto y
evidente que dichos yaros m boj as mbatidas y demás coligados tenían en
evidente riesgo y peligro de acabar o por lo menos de tener en continua
guerra y trabajo a dichos veinte y ocho pueblos de cbristianos y vasallos
del Rey nro S.r por ser dichos enemigos mbojas mbatidas yaros y demás
coligados en el numero y cualidades que se refiere en la preg.ta y asi
siente que sino se hubiera hecho dicha guerra se avía de hazer mas
como guerra defensiva que ofensiva = A la un dezima dijo que sino se
hubiera hecho esta guerra padecieran suma necesidad de comida dichos
veinte y ocho pueblos por las razones que se dizen en la preg.ta — A la
duodezima dijo que es cierto que los indios infieles pampas yaros mbati-
das mbojas y demás indios estaban coligados con los portugueses de la
Ciudadela de S. Gabriel como consta de las tres piezas de Campaña setenta
soldados mosquetes con que concurrían al auxilio de los Infieles y asi
mismo consta de que los mismos infieles a vozes nos lo dijeron, consta
también de las armas ropa, paños bayetas del trato y contrato que tenían
dichos Infieles con el portugués y se refiere asi mismo a la informa.on su-
maria que el Cabo y Gov.or Alex.o de Aguirre hizo por comisión especial
acerca deste punto mandándolo así el S.r Maese de Campo D. Manuel de
Prado Maldonado Gov.or del Puerto de B.s Ayres de la qual colig.n de
infieles y portugueses tiene por cierto se seguirían los daños de la preg.ta
y por tanto siente q.e si la guerra no estubiera hecha necess.am.te se
avia de hazer — A la dezima tercia dijo que sabe que entre dichos indios
mencionados Be usan hechicerías y que muchos indios chrlstianos y aun
españoles se huyan a vivir entre ellos y que tiene por cierto que los dichos
indios infieles y por las razones dichas avian de ser causa de quebran-
tam.to de la paz entre las dos coronas España y Portugal = A la penúl-
tima preg.ta dijo que jura in Verbo Sacerdotis ha sido justa dicha guerra
y que avia obligación de hazerla caso que no estubiera hecha = A la
ultima dijo que es publico y notorio publica voz y fama y aviendole yo
dicho notario leído su dicho delante del miBmo P.e Ju.o Bap.ta Zea Sup.or
y de los testigos de y uso dijo que estaba bien escrito legal y verdade-
ra m. te y que se ratificaba en ello i o el juram.to que hecho lleba y lo
firmo ante dicho P.e Sup.or de mi dicho notario siendo teBtigos el P.e Fran-
cisco Medrano H.o Iodoco Gravelinga y lo firmaron en el Pueblo de la
Candelaria a veinte días del mes de Agosto del año de mil setecientos
y dos.

Juan Bapt.a de Zea Matheo Sánchez


f.o H.o Iodoco Gravelinga f.o Fran.co Medrano
Antemi
Hilario Vázquez
Noto"
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 47

Documento D. [31]
"El Rey
Benerable y Devoto Padre Provinzial de la Compañía de Ihs de las
Provinzias del Rio de la Plata, y Perfecto de las Misiones Doctrinas y
Reducioaes que están a cargo de dha Religión en el Paraná 7 Uruguay.
El Padre Fran.co Burges de esa Compañía Procurador General de las
Provinzias de Paraguay, dio memorial en mi Consejo de las Indias, pre-
sentando un Resumen Impreso de los Progresos que han tenido los Indios
de las Reduciones del Paraná y Uruguay desde el origen de ellas, y los
muchos y varios servizios que han echo en las ocasiones que se han ofre-
zldo para el socorro del Puerto y Presidio de B.s Ayres, y otras partes,
para contener laB ostilidades de Portugueses, y de las GuerraB continua-
das de los Infieles, y últimamente la salida q.e hizieron hasta dos mil
Indios el año de setezlentos y uno mandados por el sargento mayor Ale-
jandro de Aguirre, según ordenes del Gov.or de B.s Ayres para impedir
los insultos y rovos que ejecutavan los Infieles protegidos de los Por-
tugueses que residían en la Colonia del Sacramento y que vajaron mas de
dozientas Leguas, costeando el Río prinzipal con grandes travajos por lo
áspero de los caminos, y dificultad de conducir los vaBtiment'os y Pertre-
chos de la Guerra, y el día 6 de febrero de setezientos y dos encontraron
los Infieles Rancheados sobre el Rio, y acometiéndoles con arreglo, y
peleando por espazlo de cinco dias los develaron y consumieron la mayor
parte, cogiendo la chusma de Mugerea.y Niños que pasavan de quinientas
Almas con la cavallada y Muías de su transporta que serian mas de dos
mil y con que se pudo asegurar la quietud de esa Provinzia y de que no
ejecutasen mas daños los Infieles y Portugueses que los fomentavan y de
que también avisaron los Governadores de B.s Ayres y dio Zertificazion
el Cavo de estos Indios Alejandro de Aguirre teniéndolos por dignos del
premio que yo arvitrase. Y haviendose visto en mi Consejo de las Indias
con lo que dijo y pidió mi fiscal en el. Ha parezido manifestaros la grati-
tud con que se han oydo estas notizias, y rogaros y encargaros (como lo
hago) que en mi R.l nombre deis a esos Indios las grazíaB que correspon-
den a su amor y celo, y lealtad alentándoles a que los continúen con
mayores exfuerzos en adelante con el seguro de que los tendré presentes
para todo lo que pueda ser de su Consuelo, alivio y conservazion como
tan buenos vasallos. T devlendose atribuir las operaziones de estos Indios
a la dirección y buena conducta de los Padres de esa Religión, he querido
también daros las grazías a Vosotros por la aplicazion celo y asistenzia
con que los mantenéis y dirigís industriándolos en toda policía, y en el
manejo de las Armas como lo Informo el Sargento Gen.l de Vatalla D.n
Agustín de Robles, siendo Gov.or de dha Provinzia de B.s Ayres en Carta
de Cuatro de Junio de mil seiscientos y nov.ta y ocho. T assí se lo dareiB
á entender á los Religiosos que se emplean en esas Missiones para que
48 EDUARDO P. ACOSTA Y LARA

prosigan con el favor que pide tan santo ministerio. De Md (") a v.te
y seis Nov.re de mil setezientos y seis años.

Yo el Rey
De man.do del Rey nro Señor
Ber.do Dias de la Escalera
(rubricado)

Al Provinz.l de la Compañía y perfecto de las Doctrinas del Paraná


y Uruguay dándoles grazias por lo que ellos y los Indios de las Doctrinas
y Reduciones que están a su Cargo han executado en lo que es del R.l
Servic.o".

BIBLIOGRAFÍA

1) AFFONSO DE E. TAUNAY: Historia Geral. das Bandelras Paulíatas.


Vol. I y siguientes. Sao Paulo 1924.
2) CASSIANO RICARDO: La marcha hada el Oeste. (Influencia de
"la Bandeira" en la formación social y política del Brasil). México
1956.
3) PEDRO LOZANO S. I.: Historia de la Conquista del Paraguay, Río
de la Plata y Tucuman. Publicada por Andrés Lamas. Buenos Aires,
1873.
4) AFFONSO DE E. TAUNAY: Historia das Bandelras Paullstas (Edi-
c&es Melhoramentos) Sao Paulo, 1953.
5) ANTONIO SERRANO: Etnografía de la Antigua Provincia del Uru-
guay. Paraná, 1936.
6) JAIME CORTESÁO: Jesuítas é Bandeirantes no Guaira. (Documen-
tos de la Colección Angelis). Biblioteca Nacional. Río Janeiro, 1951.
7) PABLO PASTELLS S. X. y F. MATEOS S. I.: Historia de la Com-
pañía de Jesús en la Provincia del Paraguay. Vol. I y siguientes.
Madrid 1912.
8) ANTONIO RUIZ DE MONTO YA S. L: Conquista espiritual del
Paraguay (1639). Bilbao, 1892.
9) AFFONSO DE E. TAUNAY: EnBaio de Carta Geral. das Bandeiras
PaullstaB. (Edlcdes Melhoramentos), Sao Paulo, 1926.
10) OLYNTHO SANMARTÍN: Bandeirantes no Sul do Brasil. Porto
Alegre, 1949.
11) FRANCISCO BAUZA: Historia de la Dominación Española en el
Uruguay. Segunda Edición. Montevideo, 1895.
12) FRANCISCO A. VARNHAGEN: Historia Geral. do Brasil. Madrid,
1854.

(28) Madrid.
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 49

13) SIMÁO PEREIRA DE SÁ: Historia Topographica e Belltca da Nova


Colonia do Sacramento (escrita entre 1737 y 1750). Rio Janeiro,
1900.
14) ENRIQUE AZARÓLA GIL: La Epopeya de Manuel Lobo. Madrid.
1931.
15) JONATHAS DA COSTA REGÓ MONTEIRO: A Colonia do Sacra-
mento. (1680-1771). Porto Alegre 1937.
16) CARLOS DA COSTA PEREIRA: Um capítulo da expansáo Bandei-
rante. (A fundacio de S. Francisco do Sul). Apartado del Vol. IV
de Anales del Museo Paulista. Sao Paulo 1931.
17) AURELIO PORTO: A Ezpedicao de Jorge Soares Macedo. Instituto
Histórico é Geográfico do Rio Grande do Sul. Annais do Primeiro
Congresso de Historia e Geografía Sul Rio Grandense. Vol. I. Porto
Alegre, 1936.
18) MANUEL CERVERA: Historia de la Ciudad y Provincia de Santa
Pe. Santa Fe, 1907.
19) MANUEL R. TRELLES: Vandalismo Misionero. Revista Nacional,
Año I, Vol. II, N» 7. Buenos Aires, 1886.
20) ARCHIVO DO ESTADO DE SAO PAULO: Publicado Official de
Documentos interessantes para a Historia e coa turnes de Sao Paulo.
Vol. XIII, (bandos e portarlas de Rodrigo César de Menezes; anne-
xo C, documentos relativos a Domingo y Francisco Brito Pelxoto).
Sao Paulo, 1895.
21) ARCHIVO DO ESTADO DE SAO PAULO: PubHcacao Official de
Documentos interesantes para a Historia e costumes de Sao paulo.
Vol. XXXII, (correspondencia e papéis avulsos de Rodrigo César
de M«sne2es, 1721-1728). Sao Paulo, 1901.
22) MANOEL DO N. DA FONSECA GALVÁO: Notas geographicas e
históricas sobre a Laguna. Desterro, 1831.
23) JOÁO BORGES FORTES: A trota de Joáo de Magalhaes. Revista
do Instituto Histórico e Geográfico do Río Grande do Sul. Año XIV,
ler. trimestre. Porto Alegre, 1934.
24) REVISTA DO INSTITUTO HISTÓRICO E GEOGRÁFICO DO RIO
GRANDE DO SUL: Cole$áo de documentos sobre o Brigadéiro José
da Silva Paes. (Documentos sobre a Colonia do Sacramento e a
expedicáo que a foi socorrer em 1736). Año XXVIII, ler. y 4? tri-
mestres. Porto Alegre, 1948.
25) FRANCISCO DE ASSIS CARVALHO FRANCO: Dlcionario de Ban-
deirantes e Sertanistas do Brasil. Publicado por la Comisión del
IV Centenario. Sao Paulo, 1954.
26) MANUEL R. TRELLES: Degollación de Charrúas. Revista de la
Biblioteca Pública de Buenos Aires. Tomo II, Buenos Airea. 1880.
27) MANUEL R. TRELLES: Una degollación de Charrúas. Diario "La
Libertad". Buenos Aires, enero 4 de 1876.
50 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

28) OMAR SIMÓES MAGRO: Os últimos fronteiros paulistas ñas terraB


do Sul. Anais do III Congresso Sal - Riograndense de Historia e
Geografía. Vol. 4. Porto Alegre, 1940.
29) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES: Legajo
Compañía de Jesús, N» 2. 1676 -1702, S 9 - C 6-A 9 - N? 4.
30) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO: {Archivo
Francisco Bauza).
31) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES: Biblioteca
Nacional. Colección Seguróla. Reales Ordenes y Cédulas. 1546-1717.
Sala 6 (Übro 181, folio 0938).
32) GREGORIO FUNES: Ensayo de la Historia Clril de Buenos Aires,
Tueumán y Paraguay. Buenos Aires, 1856.
CAPITULO III

EL LEVANTAMIENTO MINUAN DE 1730

Durante buena parte del Coloniaje, el habitat típico de los.


charrúas, o charrúas propiamente dicho, está en el territorio ar-
gentino y no en el uruguayo. Así, los que operan contra las es-
tancias de Colonia y Soriano, si bien acampan momentáneamente
en las inmediaciones del Queguay, pertenecen a tolderías de Co-
rrientes y Entre Ríos, a las que se reintegran una vez terminadas
sus incursiones. Son los minuanes los que realmente ostigarán
la penetración española en la Banda Oriental, acosando y man-
teniendo en perpetuo jaque la cabeza de puente establecida por
Zavala en la península de Montevideo. Echadas las bases de
nuestra futura capital en enero de 1724, en setiembre de 1730
se sublevaron aquellos indígenas, que como lo narra Funes: "En
número de trescientos se derramaron por los campos en que
también trabajaban los vecinos de Buenos Aires, mataron veinte
personas, quemaron, destruyeron y saquearon cuanto les vino
á las manos hasta hartarse de despojos" [1 Vol. 2 pg. 53]. Y
como ejemplo de estas hostilidades, vemos que el procurador
general José González de Meló comunica al Cabildo de la Ciudad,
con fecha 4 de noviembre del mismo año, 1730, que el día 2;
"an Imbadido los Indios Minuanes las Estancias Que son; la del
Alcalde Provincial; la del Alférez Joseph de Metrio, y la del
Alcalde de la Santa Hermandad, Cap.n Ju.n Antonio Artigas de
las quales Estancias se llevaron dhos Indios todas las Caualladas
y ganados Vacuno Y auiendose mandado Saliese prontamente la
Vecindad al amparo de dhas Estancias, por Vando que se pu-
blicó dho dos del Corriente por el S.or Com.te de este Presidio, no
pudieron Salir algunos vecinos, a seguir al Alférez D.n Joseph
de Piñaña quien Iba de Cauo de la Partida por falta de Armas..."
52 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

[2 Vol. I pg. 279]. (*) Sumida Montevideo en un mar de lágrimas,


"llenas de lamentos las familias y sin remedio a tanta fatali-
dad", según palabras de un magistrado de la época [3 Vol. 2 pg.
18], Zavala reforzó su guarnición con cincuenta dragones de
Buenos Aires, disponiendo que de inmediato se saliera a campaña
para contener a los infieles. Inútil la primera tentativa a cargo
de José Romero y Juan Rocha [1 Vol. 2 pg. 54], en la segunda,
Francisco Escudero y José de Piñana lograron una victoria par-
cial sobre los sublevados, infligiéndoles las bajas de que da cuenta
Zavala al Rey por carta del 30 de abril de 1731 (véase docu-
mento A).
Pero la guerra no había terminado. En cualquier momento
un avance general de los minuanes podía cortar los suministros
á la Plaza, reduciéndola entonces a lo que se le pudiera enviar por
mar desde Buenos Aires. Muy equilibradas las fuerzas y no que-
riendo exponer las suyas a los azares de una acción pareja, Za-
vala pidió al provincial de las Misiones, padre Jerónimo Herrán
S. I-, tuviera listos quinientos guaraníes que, sumados a los efec-
tivos disponibles, en caso necesario eliminarían los riesgos de
cualquier eventualidad. Al tiempo que alertaba a los guaraníes,
Herrán logró contacto con varios caciques minuanes, ajenos a la
lucha, y que habían acampado en las cercanías de los Pueblos,
[4 Vol. 7 pg. 103], [3 Vol. 2 pg. 19]. A instancias del misionero,
dichos minuanes deben haberse entrevistado con los insurrectos,
convenciéndolos de las ventajas de deponer las armas. El hecho
es que a raíz de estas gestiones, diez y nueve indios, inclusive

(1) El levantamiento había sido provocado por un portugués vecino


de Montevideo, Domingo Martínez, el cual, luego de reñir con tres mi-
nuanes y dar muerte a uno de ellos se refugio en la Colonia, buscando
asilo entre sus connacionales. Así comentaba Zavala el episodio, en carta
al Cabildo (octubre 3 de 1730): "El accidente del alboroto de los Indios,
cuyo autor fue Domingo Martínez portugués, me tiene muy mortificado,
y era el agresor digno del mayor castigo para escarmentar á otros que
imprudentemente exponen á la mayor inquietud á todos en" [el?] "Pue-
blo, sin considerar que los indios faltos de razón atribuyen el delito de
uno á todos, y que siendo una gente tan irregular y vengativa exponen
á los vecinos á que en SUB haciendas no vivan con seguridad. Ahora cono-
cerá V. S. el cuidado que debe poner en que no se establezcan portugueses
en esa ciudad ni comercien en BUS campos" [3 Vol. 2 pg. 673]. En otra,
también dirigida al Cabildo (febrero 14 de 1731), Zavala condena nueva-
mente la acción de Martínez: "En breve espero que Be eviten la audacia
de los Indios, la que ha acarreado la imprudencia de un Indigno Vecino
que sin tener que perder espuso a todos", etc., etc. [3 Vol. 2 pg- 677].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 53

un cacique llamado Tacú, bajaron a Montevideo a parlamentar


con Matías Solana, Sebastián Delgado y Francisco de Lemos,
comisionados por Zavala para tratar los términos del armisticio. (2)
Cumplida una primera entrevista el 13 de febrero de 1732, los
nativos regresaron a campaña para conferenciar con sus restantes
jefes, "ofresiendo estar de Buelta dentro de ocho o dies dias para
mas fasilidad y quitarles qualquier Reaelo q.e pudieran tener se
nombraron quatro hombres españoles para q.e fuesen y bolbiesen
con dichos Casiques" [2 Vol. 1 pg. 312]. Pero el día 15, puede
decirse que inesperadamente, los indios obligaron a los españoles
a volver solos, advirtiendo que nadie debía acercarse a sus toldos.
En punto muerto las negociaciones, se encomendó al alférez real,
Antonio Artigas, la peligrosa misión de reanudarlas, lo que cum-
plió éste a satisfacción de todos, yendo a las tolderías y regresando
con más de treinta minuanes, los que ajustaron el convenio de
paz el 22 de marco del mismo año. (3)

DOCUMENTOS

A) Carta de Zavala al Rey narrándole el levantamiento de los


minuanes. Buenos Aires, abril 30 de 1731.
B) Instrucciones dadas por Zavala a los comisionados que pa-
saron a Montevideo para ajustar la paz con los minuanes.
Buenos Aires, febrero 5 de 1732.
C) Relato de la ceremonia y circunstancias; en que se ajustó
la paz con los minuanes. Montevideo, marzo 22 de 1732.

(2) Señalaremos que con anterioridad, Herrán había escrito a Za-


vala, comunicándole que los minuanes estaban apalabrados para hacer la
paz, y que sólo esperaban pasaportes que tes franquearan la venida a
Montevideo [4 Vol. 7 pg. 103]. Parece, sin embargo, que se decidieron
a venir sin los dichos pasaportes, como que llegaron a nuestra ciudad
antes de desembarcar los comisionados de Zavala, que eran quienes los
portaban [6 pg. 69].
(3) No queremos cerrar este capitulo sin mencionar, por lo menos
el nombre, de Pascual Chenay o Pascual de Chena, "Pascualillo", indio
peruano radicado en las inmediaciones del "Río del Rosario", ya que pro-
bablemente tuvo influencia decisiva en la misión desempeñada por An-
tonio Artigas ante los minuanes [3 Vol. 2 pg, 679], [5 pg. 159], [6 pg. 70].
Lamentablemente no hemos podido obtener más datos al respecto.
54 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Documento A. [7] (4)


"Señor — Por el mes de Septiembre del año próximo pasado, vn vecino
de la nueva Población de San Phelipe de Montevideo, mató a vn Yndio
Ynfiel, de nación Minuan, Que es la que avita en aquel paraje, por auerle
vrtado entre tres de ellos vn Cavallo, Y aunque con la noticia que tuvo el
Commandante del fuerte procuró con agasajos que excedieron a los que en
semejantes casos suelen mitigar sus sentimientos, los mas Zercanos Parien-
tes, no lo pudo conseguir, y los compañeros del muerto dieron la noticia a
sus Caziques, que son los principales a quienes están sujetos, y estos embia-
ron doze Yndios, por el Cadáver que llegados se les festejo, ygualmente y
tuuieron la satisfacción de sauer que el agresor se aula huyado a la Colonia,
sin poderle Castigar, de que dieron muestras de continuar. con la buena co-
rrespondencia que hasta entonzes, pero a los cinco días se reconoció que
todos los de dicha Nación se exparcieron por los Campos a matar y rovar
a quantos hallasen, en la dicha faena de hacer Cueros, para el presente
Rejistro, y según el descuido con que se mantienen en la Campaña se
huuiera experimentado vn gran estrago, si la prouidencia que permite la
Irracional furia no les quitara el vso de ejecutarla, pues en toda la exten-
sión de las bastas Campañas de la parte Septentrional de efete Rio, mataron
20 Peones en los parages mas remotos de ella, lo que lleuo referido fue
la primera noticia que tuue, y con ella aumente la Guarnición de Monteuideo
con 50 Dragones de este Presidio, y di procidencia para que de los que con
esta nouedad se retiraron de los Campos, abandonando sus haciendas se
juntasen, y con la disposición de Armas, y Municiones que se les subministro
se hallaron 230 hombres con orden de juntarse en Monteuideo, con la
Guarnición, Y aunque en la primer marcha desertaron a la Colonia de los
Portugueses mas de 80 de elloB, con los que quedaron incorporados con todos
los Dragones de la referida Guarnición (6) siguieron a los Yndios, quienes
cediendo de sus amenazas se retiraron a lo impenetrable de BUS Montañas,
dando lugar a que se pudiese recojer lo que quedó en la Campaña, y en
medio de conocer la Imposibilidad de castigarlos en esta ocasión, assl por
el paraje en que se hallavan, como por tener dluertida toda la Guarnición
en diferentes puestos, me vi obligado a mantener algunos días la Gente en
Campaña, y a su retirada los Yndios Tajaron a la llanura amenazando de
nuevo continuarían la Guerra, motivo que me preciso boluer a Juntar la
Gente que pude, y con 100 Dragones, y oficiales correspondientes oponerme
a sus hostilidades con la esperanza de que este numero con mas de 200 de
los Paisanos que se aulan agregado era suficiente para castigarlos; El día
primero de este año los atacaron, a mas de 50 leguas de distancia de Monte-
video, y por auerse perdido las Guias llegaron á avistarlos a las ocho de la

(4) El original de este documento se encuentra en el Archivo de


Indias, Sevilla. Transcribimos la copia conservada en el Archivo General
de la Nación. Montevideo.
(5) De Montevideo.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 56

mañana, siendo lo dispuesto el que fuese antes de amanezer: Los TndioB los
reciuieron con mas constancia que la que acostumbran; 7 el theniente de
Dragones Don Francisco Escudero, y el Alférez Don Joseph Pinana cum-
plieron enteramente con su obligación, haciendo estrago de los enemigos,
solo con los Dragones porgue la demás gente que se componía de los Peones
que se pudieron recoger con breuedad, los abandonaron, motivo que causo
la perdida de mas de 500 Cauallos que se lleuaron de los que tenia en
Monteuideo, por auerlos desamparado los fugitivos, del Destacamento mataron
rn Sargento y dos soldados y otros quedaron eridos, que de ellos ninguno
ti fallecido. De los Yndios murieron los dos Caziques, principales, y muchos
de su tropa, desde este subzeso no han hecho mouimiento alguno pero a
qualquíera que executen quedan desiertas, y desamparadas las haciendas de
los Vecinos de Monteuideo, y los de esta Ciudad imposibilitados de desfrutar
la Campaña, siguiéndose a esto la mala consequencia de que los Portugueses
establecidos en la Colonia tengan la libertad que pretenden, y consigan con
el fauor de los Yndios, franquear el paso hasta el Brasil, por tierra, como
lo han intentado, motivos que siendo! tan contra el Servicio de Vuestra Mages-
tad por evitar tan evidentes contingencias estoy determinado el perseguir
a estos Yndios si pudiere lograr hasta esterminarios ballendome para esto
de las Milicias que pudiere, culo numero sera bien corto, de lo que me
quedaren del Presidio, y de los Yndios de los Pueblos de los Padres de la
Compañía de Jesús, lo que huniera ya emprendido, si el rigor de el imbierno
con las crecientes de los Rios no me lo huuiera embarazado, por considerar
que sino se consigue vn castigo exemplar en estos Barbaros Monteuideo, ae
reducirá a vn Presidio Bloqueado, donde su vecindad será preciso mantenerla
con radon diaria, como se ha ejecntado mientras no han tenido haciendas
en que travajar, y que esta Ciudad padecerá la mayor miseria, por la falta
de su manutención, y que en media de la necesidad de atender a todas
partes es de las mas esencial esta. De lo que me a parecido dar quenta á
Vuestra Magestad para su Real Inteligencia Guarde Dioa la Catholica Real
Persona de Vuestra Magestad como la christiandad ha menester.

Buenos AyreB 30 de Abril de 1731


Don Bruno de Zauala"

Documento B. [8]
"Año de 1732 —
Instrucción original dada por el S.or Gob.or de Bu.os Aires D.n Bruno
de Zauala a los Regidores del lite Cav.do D. Matías Solana y D.n Sebastian
Delgado, comisionados p.a pasar á la Ciudad de San Felipe de Montevideo
á tratar y establecer la paz y buena correspondencia entre los Españoles
y los Caciques de los Indios Minaanos —
Instrucción de lo que han de observar los Diputados desta Ziadad que
56 EDUARDO F. ACOSTA Y LAR A

van á la de S.n Fhellpe de Montevideo á tratar y establecer la Paz y buena


correspondencia entre los Españoles y los Cazíques de los Indios Minuanes.
Luego que desembarcaren en el Puerto de Monteuideo el Comandante
qui vá en esta ocassión, y es uno de los tres que han de intervenir en el
referido ajuste, despachara una partida con Passaporte mió que lleva a éste
fin y con ella alguno de los vezínos de Monteuideo que tengan maB familia-
ridad con dhos Cazlques, y de la parte donde se hallaren los conducirá a la
Población, poniendo el maior cuidado en conseguir sean los menos que puedan
los Indios que hubieren de venir, y si estos por su natural inconstancia pro-
pusieren que los Diputados, y demás Españoles passen a donde ellos están,
íes persuadirán a que les es imposible, y procuraran que a lo menos Tengan
a vna de las Estancias de aquella Jurisdizion, o lo mas zerca que pudieren,
y asegurándoles el buen reziuimiento que tendrán, y proponiéndoles los
agasajos que recluirán de los Diputados =
En viéndose los dhos Diputados con los Cazíques les ponderaran el de-
licto que han cometido siendo vassallos del Rey de hauer hecho gira a los
Españoles, y las mnertes que ejecutaron, sin hauer dado queja primero al
Comand.te de Monteuideo, quien hubiera hecho Justicia con el Portugués Que
mató al Indio, y esta refugiado en la Colonia, y que el hauer peleado con
ellos d.n Fran.co Escudero junto con d.n Joseph Romero, fue porque con-
tinuaban los Indios en sus hostilidades, y después que cesaron en ellas, no
se les há Incomodado, y en la conferencia que tubieren asentarán lo primero =
1 — Que asf Españoles como Indios se mantendrán en adelante con
olvido total de lo sucedido hasta aora como Vassallos del Rey nro Señor en
paz, y quietud aiudandose unos á otros en guardar las campañas, y en efltar
el que otra ninguna Nazion las desfrute, haziendo grra a los que lo intentaren
para lo que se les aiudará con lo q. necesitaren •=,
2 — Establezeran con dhos CaziqueB que a ningún Español que fuere
con lizencia de este Govierno sellada con mis Armas se le haga daño nin-
guno pero a los que no la Ueuaren no se les permita hacer faena alguna,
y mucho menos a los Changadores por ser estos los que les vrtan los Cava-
líos, y cometen las maldades =
3 — Asi mismo quedará establecido el que ningún Indio haga daño en
las Estancias, Chacras, Ganados, y demás Haziendas de los vecinos de esta
Ziudad, y de la de Monteuideo, y BÍ los hallaren vrtando ó haciendo otras
maldades, puedan castigarlos, y prenderlos, sin que por esto supongan ni
crean los Cazíques que se les declara la grra, pues no sera mas que castigar
a los malechores para que todos vivan en paz =
4 — Reciprocam.te si ellos cosieren á algún Español en sus toldos ha-
ziendo algún desorden ó vrtando ganado, le conducirán preso á Montevideo
donde sera castigado, y se les dará toda Batisfazion, sin que por ningún
modo puedan ellos tomársela —
5 — Y se les franqueara el que puedan entrar, y salir en Monteuideo,
á vender BUS Cavallos, y GrasBa que trugeren, con tal que no bagan noche en
aquella Poblazlon, ni puedan quedarse en las Inmediatas á ella, y ei los
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 57

Caziques viniezen se les recluirá con agrado, y se les oyra en quanto tubíeren
que repressentar =
6 — Con el mejor modo que hallaren los Diputados los persuadirán que
restituían al Rey los Cavallos que le quitaron el día primero del año passado
en la función que tubieron con Escudero, y Romero, lo que les persuadirán
a los Caziques por medio de los interpretes a vista de la recompensa que
deven tener por los regalos con q. se les agassaja =
7 — Todo lo que va referido, y lo demás que la experiencia puede dictar
a los Diputados le pondrán por escripto, 7 en la forma en que los Indios
acostumbran se lo hará Jurar, y les aseguraran que quanto antes pueda
passare, á Monteuideo á verlos =
Nota — Todo lo referido se expone para la intelix.a de los Diputados
con el conocimiento de que estas expresiones son impracticables con los
Indios, pero de ellas se podra explicar lo que fuere dable a su conocim.to de
los Indios —
Y acauada la conferencia se restituirán á esta Ziud.d en la misma embar-
ca zion en que van, teniendo particular cuidado en el modo en que han de
repartir lo que Ueuan para agassajar los Indios = Buenos Ay.s 5 de Feb.o
de 1732.
Zanala"
(rubricado)

Documento C. [8]
"Pas de los Indios Minuanos
En San Ph.e de Monte Video en Veinte y dos días del mes de Marso de
mili sett.os treinta, y dos años Concurrieron dos Casíques mlnuanes con
treinta yndlos y entre los dhos vn Cap.n y Se llaman D.n Augustin Guitabuiabo
y el Capp.n fran.co usa condusidos por el Alferes Real desta Ciud.d Juan
Antonio Artigas con quienes se trato, y ajusto la Pas por deslr estos traían
para ello facultad de los demás Casiques como asi lo afirmo el dho Alférez
Real; y hauiendolos dado á entender los Siete Capítulos Contenidos en la
Instrusion de Su Ex.a consintieron en todos menos en el Capitulo Sesto que
respondieron estar los CaballoB repartidos en diferentes partes y haberse
disipado muchos de ellos en el remedio de sus necesidades ademas de ser
cosidos en buena Guerra y en todos los demás los aseptaron y que los guar-
darían según y conforme lo manda Su Ex.a sin Interrumpirlos aora ni nunca
y que de aquí adelante vibiran con los Españoles como hermanos y que
estiman y agradesen mucho el fabor y cariño con que su Ex.a los á fabo-
resido y perdonadoles sus Yerros por que muí vien conocen que han errado
en todo lo que procuraran de ol en adelante enmendar y mas aora que Su
Ex.a les enpeña su palabra en castigar los Españoles que los agrablasen los
quales st ellos los cosieren los entregaran al Capp.n Comandante sin ofen-
derlos en nada y que si alguno 6 algunos de sus Indios ofendieren á los
58 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Españoles Que Su Ex.a los Castigue hasta consumir los dañinos y que ellos
ofresen de su parte sienpre que alguno ó algunos de sus Indios ofendiere á
los españoles que no puedan Be ñauídos por ellos (') los castigaran O coa
todo rigor lo qual ofreBen dhos Casíques y Capp.n por si y en nombre de
todos los demás Casiques como que train de ellos la facultad y que estos
no pudieron bazar por quedar en guarda de sus toldos con la notisia que
han tenido de baxar vn troso de Indios tapes sin aaber el motlbo que dhos
tapes tienen para baxar armados á sus tierras (9) y dhos Capítulos eseptuan-
do el Sesto buelben de nuebo a desir que los guardaran y cumplirán sin
faltar en cosa alguna y esto lo Juran lebantandose los dhos Casiques y co-
xieron por la mano primero al Capp.n Comandante y le pusieron su mano
derecha en el pecho isquierdo el dho Capp.n y luego hisieron la misma seré-
monia con los diputados y los demás Españoles que se hallaron prezentes y
acabada esta Seremonia se les regaló a todos ellos con Terba tabaco quentas
cuchillos y frenos y á los Casíques y Capp.n con sombreros y bastones y
baeta de forma que quedaron todos muí contentos y satlsfhos y nosotros los
diputados y Comendante les Juramos en nombre de Su Ex.a de cumplirles
y guardarles todo lo contenido en dhos Capítulos ínter que por parte de
ellos no se de motibo nuebo que obligue a Su Ex.a el castigarlos y en esta
forma quedo ajustada la dha Pas ofresiendo los demás Indios que con dhos
Casíques vinieron lo mismo por que á todo se hallaron presentes =

Fran.co Ant. de Lemos Sevastian Delgado


(rubricado) (rubricado)

Matías Sotena"
(rubricado)

BIBLIOGRAFÍA
1) GREGORIO PUNES: Ensayo de la Historia Civil de Buenos Aires.
Tucumán y Paraguay. Buenos Aires. 1856.
2) ACUERDOS DEL CABILDO: En "Revista del Archivo General Ad-
ministrativo". Vol. I y siguientes. Montevideo, 1885.
3) FRANCISCO BAUZA: Historia de la Dominación Española en el
Uruguay. Segunda edición. Montevideo, 1895.
4 PABLO PASTELLS. S. I. 7 F. MATEOS, S. I.: Historia de la Com-
pafila de Jesús en la Provincia del Paraguay. Vol. I y siguientes.
Madrid, 1912.

(6) Por los españoles.


(7) Los propios Indios.
(8) Este movimiento de los tapes (guaraníes) puede haber sido
ordenado por el padre Herrán, con miras a que los mtnnanes se decidieran
más prontamente a concertar la pac con los españoles.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 59

5) ENRIQUE AZARÓLA GIL: Los orígenes de Montevideo (1607-1749).


Buenos Aires, 1933.
6) ARCHIVO ARTIGAS, MONTEVIDEO: Vol. I. Montevideo, 1950.
7) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO: Fondo ex
Archivo y Museo Histórico Nacional. Caja 1.
8) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES: Cabildo
de Buenos Aires (Archivo) 1729-1734. S 9, C 19, A 1. N' 8 (folio
272 a 277).
CAPITULO IV

CAMPAÑA DEL TENIENTE DN. FRANCISCO BRUNO


DE ZAVALA

De cuantos gobiernos presidieron los destinos españoles en


el Río de la Plata, posiblemente ninguno tuvo tanto que lidiar
contra los indios como el de José de Andonaegui. Desde el Chaco,
desde la Pampa, desde los esteros correntinos y las cerrilladas
orientales, de todos los ámbitos del desierto avanzaba el fragor
tremendo de los malones, aplastando la resistencia de los fortines
y llevando las ciudades a los más estrechos reductos de la deses-
peración. Bien gráficas las palabras del padre Francisco Javier
Miranda S. L: "Yo llegué a la ciudad de Buenos Ayres el año
de 1749, tiempo en que ha vían tomado los infieles tanto ascendiente
sobre los españoles y éstos se hallaban tan consternados y ami-
lanados por los frequentes estragos que hacían en las vecindades
y cassi a la vista de las ciudades, que apenas se atrevían a alejar-
se notablemente de ellas; y en algunas (como Salta y Córdoba)
ni aun una legua. Los "pampas", los "minuanes", los "charrúas",
los "guaycurús", los "abipones", los "mocobíes", los "tobas", los
"chiriguanos", los "mataguayos", y otras naciones bárbaras co-
rrían libremente por las comarcas de las ciudades españolas y
aun se presentaban a la vista en ayre de provocación y desafío.
Talaban sus campos y sementeras, pegaban fuego a las mieses,
mataban o cautivaban a toda la gente de campaña, reducían a
cenizas todas las habitaciones campestres, robaban los ganados
y los arreaban a sus bosques, se apoderaban de quanto traginaban
ios comerciantes, cortando las cabezas a toda la gente del comboy
y llevándolas por trofeo sobre las puntas de las lanzas o de los
dardos; en una palabra, tenían acorralados a los españoles en
sus ciudades, fuera de las quales no se veía sino un perpetuo
desierto y soledad." [1 pg. 115]. Andonaegui respondió a las
hostilidades de los indígenas impartiendo a sus oficiales y cabil-
62 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

dos aquella orden que habría de resonar hasta en los confines


de la Gobernación: "Requiéranlos de paz y pasen a cuchillo a
todos los que se resistan". Con esta consigna, y en cuanto tiene
que ver con los charrúas y minuanes, trazó Andonaegui un vasto
plan de reducción o exterminio, a cumplirse en la Mesopotaxnia
Argentina y en la Banda Oriental. Corresponden a dicho plan,
la campaña de Francisco Bruno de Zavala, hijo del fundador de
Montevideo, como asimismo la de Francisco de Vera Mujica, la
de José Martínez Fontes y la de Manuel Domínguez, que serán
estudiadas en los capítulos siguientes. Respecto a la cumplida
por Zavala, distinguido oficial que habría de llegar a gobernador
de las Misiones, si bien cuidadosamente planeada, esmerándose
su jefe en pisar sobre seguro, no obtuvo los resultados previstos,
lo que atribuímos al comportamiento adverso de las tropas cha-
náes de Santo Domingo Soriano, que no sólo pusieron toda clase
de obstáculos al desarrollo de una acción enérgica, sino que a la
postre escamotearon buena parte de las caballadas, convirtiéndose
así en los verdaderos beneficiarios de la entrada.

DOCUMENTOS
A) Carta de José de Andonaegui al Marqués de la Ensenada,
notificándolo de la campaña cumplida por Francisco B. de
Zavala. Buenos Aires, setiembre 2 de 1749.
B) "Diario" de Francisco B. de Zavala, tomado de la copia rea-
lizada sobre el original por Francisco Pérez de Saravia.
Buenos Aires, setiembre 5 de 1749.

Documento A. [2]
"Ex.mo S.or
Incluio a V. E. copia del diario que me ha presentado el Theníente
de Dragones d.n Fran.co Bruno de Zavala de la corrida que le mandé
hazér en persecución de los Indios Infieles Charrúas que hostilizan las
campañas de la otra vanda de este Rio, y en la función que tubo con
ellos mató hasta treinta Indios de Armas, y cojio treinta y seis piezas
de CbUBma, entre Indios, Indias, y criaturas, las que se han repartido en
esta Ciudad para BU educación, y Instruirlos en la relixion: murieron de
nra parte dos Dragones y un PaiBano, y salieron heridos hasta catorze,
entre ellos el referido d.n Fran.co Bruno de Zavala de un flechazo que
le atravesó por el pecho el brazo derecho, y haviendo mejorado entera-
mente le he embiado con la cnmiBsion de que doy cuenta a V. E. en carta
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 63

separada por ser an oficial de buena Inteligencia, capacidad conducta, y


mucho honor.
Dios Gue. a V. E. ms as B.s Aires 2 de sep.re de 1749
Ex.mo Señor
BIm. de V. E. Su ms ren.do Serv.or
JFosseph de Andonaegni
(rubricado)
Ex-mo S.or Marq.s de la Ensenada."

Documento B. [3]
"Relación Diaria de lo acaecido en la corrida que se hizo contra los
Indios Imíteles Charrúas, comandando el Theniente de Dragones Dn.
Franz.co Bruno de Zavala, en vrd. de las oras, que tenia del S.or Maris-
cal de Campo de los Exercitos de S. M. Governador, y Cap.n Gral. de
estas Provincias, Dn. Joseph de Andonaegui, y de la orn. que le dio el
comandante del Campo de Bloqueo (*) el Cap.n de Dragones D.n Juan
Antonio de la Roasa expresándose los motivos que hubo para ella.

La noche del dia 29 de Abril de este presente año de 1749. tube


carta del Correxidor del Pueblo Reducion de santo Domingo Soríano, en
que me avisaba havian hurtado de las estancias de su Pueblo las Cava-
Hadas, y que la tarde de la misma noche en que havian hecho este
hurto havia faltado Miguel Garay de nación vizcaíno, que asistía en la
Estancia del difunto Pedro de Cordova, y al cavo de los tres días Be havia
hallado muerto traspasado de flechas, las que havian dicho eran de cha-
rrúas, y que asi mismo decian que estos Indios avian muerto a unos que
venían con una tropa de muías, que esta noticia dava al S.or Gov.or y
Capitán Gral., y que yo la diera también, porque la Lancha que havia
en el Pueblo estaba varada, viendo que esta maldad se agregaba a otras
muchas que los Charrúas hacen, a la misma hora hize propio al Coman-
dante del Campo del Bloqueo de la colonia escriviéndole, que por lo que
le participaba el correjídor de santo Domingo con el chasqui que le hizo
en derechura verla lo insolentes que estaban los Indios Charrúas, y lo
urgente que era castigarles, que havia mandado apercibir la gente del
Partido de las Vivoras (') hasta segunda orn, que con ella, y algunos
Indios Chañas de santo Domingo imbiandome veinte y cinco Dragones
del Real con municiones suficientes hiria mu i gustoso, a darles castigo,
y que lo mismo escrivía al S.or Gov.or y Cap.n Gral. lo que executé escrí-

1) Se refiere al Campo de Bloqueo de la. Colonia, acantonamiento


desde donde los españolea fiscalizaban a los portugueses, no permitiéndoles
extenderse más allá de los límites de dicha Plaza.
(2 > Víboras, antigua población del Dpto. de Colonia, próxima a
Carmelo, inexistente en la actualidad.
64 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

viendo a su Señoría en la Lancha que avia en el Puerto de las Vivoras,


y incluí la misma carta del Correxidor.
Día 90 a la tarde me respondió el S.or Comandante del Campo del
Bloqueo, y me mandaba que con veinte y quatro Dragones que embiaba
á cargo del Sargento Tbomas de Escudero (quien trahia para entregarme
340 valas, y pólvora corresp.te) con gente del Partido de las vivoras, y
Indios de la Reducion de S.to Domo, soriano a cuio corregidor escrivia
marchara en busca de los Charrúas, y que en caso de encontrarlos les
diera en la Caveza, y no fuese como en otra ocassion que los Indios de
la Reducion les dieron Pazes sin aguardar a que llegase el Oficial que
hiba mandando el Destacam.to del R.l que hiba con orn. de castigar et
insulto que havian hecho los Charrúas.
El sargento con los 24 Dragones llegó a las diez de la noche, y me
dio parte trahia quarenta Cavallos reyunos, de los que se havian cansado
quatro haBta llegar a la Guardia, y otros venían por hacer lo mismo, que
trahian Razion de Vizcocho sal, azi y Yerba para ocho días, y me entregó
las 340 valas y la pólvora:
Teniendo aperzevida la gente del Partido para segunda orn., luego
que tube la carta del Comandante avisé al Capitán de la Compañía que
tenia orn. de marchar, y me dificultó que en el siguiente día me pudiese
poner en marcha por que no se podría juntar toda su gente por la dis-
tancia en que están las Poblaciones:
Dia primero de Mayo ha viendo acordado este día el no marchar, se
gastó en distribuir las municiones a los Dragones dándoles a doze tiros
a cada uno (que era al respective de las 340 valas) hize limpiar y alistar
las Armas, y prevenir todo lo nezesario para Jiacer cargueros y cueros
para pasar los Ríos que se encontrasen crecidos.
Dia 2 mandé se dejaran entre los Cavallos de la Guardia los reyunos
q.e se querían cansar; y me puse en marcha, llevando mas quatro Drago-
nes de los que eBtaban conmigo destacados en la. Guardia de las Vivoras
a los que amunicioné, y asi mismo saqué diez y seiB cavallos de la Calera
de D.n Juan de Narbona, y siete de lo de Pedro Chaparro para que los
montasen los que estubiesen mas necesitados, y no se dexase de hacer
toda dilíxencia por falta de pies pues los reyunos no eran suficientes, y
no todos los Dragones trahian Cavallos suyos orejanos. A media tarde
llegué al Rio de San Salvador en el paso que llaman El Arenal, donde
havla mandado se juntase la Compañía del partido de las Vivoras, y
luego despaché un Dragón al correxidor de Santo Domingo Soriano avi-
sándole me hallara allí, y que al siguiente dia seguiría la marcha a la
Estancia del difunto Pedro de Cordova donde me tubiese la gente promta
en vrd. de la orn. que tenia.
Dia S acavó de llegar la gente que estaba apercevida, y pasé rebista,
y hallé sesenta hombres, con el Capitán Theniente, y Alfrz. y Cavallos su-
ficientes; mande traer diez, y seis reses de la estancia de D.n Domingo
Guzman, y. marché a llegar a la Estancia de D.n Domingo Guzman, y
JOSÉ DE ANDONAEUU!
(tomado de la obra de César H'. Pérez Colman, "Historia <¡e Kntre liius",
Paraná, 1!)3H).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 65

marché a llegar a la Estancia de Cordova distante cinco leguas en donde


hize noche no estando allí, aun juntos los chañas.
Día 4. Domingo oymos Misaa que la Zelebró el cura de S.to Dom.
soriano y havíendose juntado, 7a los chañas pasé revista, y aparté 40
hombres con el Capitán, y Theniente, y viniendo mal aviados de Cavalloa,
hize que los que se quedaban dieran algunos Cavallos, determiné ponerme
en marcha, la que suspendí con el motivo que francisco de Aquino, vecino
de la reducion trajo a un Indio llamado Francisco Arazé, el qual avia
finxido venir derrotado de una Tropa de Muías que decia havian derrotado
los Charrúas, y haviendole cojido en algunas variaciones en lo que le
preguntaba hubo quien le conociera, y quien dijo haverle visto en los
toldos de los Charrúas, con lo que le amenazé para que dixera la verdad,
y que era lo que andaba haciendo, después de haver dicho variedad de
enrredos, el ultimo fue que havia venido con los Indios Charrúas quando
mataron a Miguel de Garay, pero últimamente confesó que havia venido
de los Toldos con un Nicolás de Ábrego santiagueño con el fin de hurtar
Cavallos, y llevar a los toldos de los charrúas, mandé al sargento Thom.s
de Escudero con tres Dragones, y un Baqueano, para que me trajera preso
al expressado Ábrego, y mandé que en el ínterin ninguno se apartase del
Campamento por que no le avisaran y se escapara: al Cavo da Esquadra de
Dragones Jacinto Espinosa le entregué preso al Indio fran.co Arace con
orden de tenerlo vien asegurado y con Zentinela de Vista.
Por haverme requerido algunos Vecinos de S.to Dom. soriano que
estaban en los Zorrillos seis toldos de Indios Charrúas, en los que avia
cinco Indios, y algunas Chinas y familia, y que estos si quedaban eran
perjudiciales, y que podían dar aviso, y asimismo que estaban en animo
de hirse aun que tube presente no era conveniente comenzar por lo me-
nos, mas por que no resultase algo de dejar dichos toldos atrás, imbie
siendo ya de noche dos hombres con Pedro de Torres por cavo y un
Lenguaraz, y un Baqueano con orn. de que les dixese me viniesen a ver
asegurándoles no les haría daño alguno, pero que tubtese precaución que
no hicieran armas, y que en caso que se resistieran no los dejara escapar
y se defendiera; aunque al principio asintieron los Indios en hacer lo que
se les mandava después procuraron escaparse, y hicieron armas, con lo
que mataron a un Indio, y dos se escaparon, y trajeron a los otros dos,
y la familia, a los que hize decir por medio de lenguaraz lo mal que
havian hecho en resistir, y huir, que si los quisiera matar tenia gente
p.ra que ninguno librara, y que havian de hir al Pueblo de santo Dom'
por que si los encontra en el campo no los havia de perdonar, en lo que
combínieron y me dixeron querían ser xptnos: (*)
El sargento de Dragones traxo preso a Nicolás de Ábrego, el qual
declaró, que havia estado en los toldos de los Charrúas, y que avia venido
con fran.co Araze a hurtar Cavallos, y llevar a los toldos que los avia
imbiado a esta düixencia un Indio llamado Campuzano, y que havian

(3) Cristianos.
66 EDUARDO F. ACOSTA Y LAR A

salido de los toldos el 26 de Abril que correspondía al savado de la


semana antecedente en que se hecho de menoB al difunto Garay, de cuia
muerte dixo que no savia ni avia oydo decir nada en el toldo donde
estava.
Dia 5. no haviendo podido sacar otra cosa de las declaraciones que
tomé a los dos presos a cada uno de por si, Bino que havian venido a
hurtar Cavallos imbiados de los Charrúas, y que estos se havian retirado
apresuradamente de la otra vanda del paso de Yapeyu en el Rio Negro,
y que se encaminaban al Palmar en donde les havian dicho que los aguar-
darían tres dias, y que de allí havian de hir al Queguay, di orn. que.se
havia de marchar, y por que no me faltara con que mantener la armada
saqué del Ganado del difunto Pedro de Cordova Cincuenta y una reses.
Haviendo entregado al Correzidor de santo Domingo soriano (que allí
estaba a la entrega de la gente de su Pueblo, y le previno lo que devian
esmerarse en obedecer) los dos presos para que los remitiera a la Guardia
de las Vlvoras con una orn. para el que avia quedado entregado de ella,
y asi mismo los dos Indios, y Indias Charrúas para que los llevara al
Pueblo, y haviendome avisado que los dos IndioB que se escaparon esta-
ban en las estancias inmediatas quedo de acuerdo con el Correxídor que
los haria va jar al Pueblo; me puse en marcha a eso de las diez de la
mañana, caminando basta el BequelÓ arroyo que dista seis leguas de
donde salí alli campé, y se pasó la noche haviendo puesto Guardias en
las Cavalladas, y Zentínela y Ronda en el R.l y distribuí Santo y contra
seña.
Dia e proseguí la marcha mandando al Baqueano Guiara al paso de
Yapeyú en el Rio negro llevando en la Reta Guardia las Cavalladas divi-
didas cada una con su Guardia, y quien la Arreara, y haviendo lleg.do a
un Arroyo que se nombra Colólo, por ser aun temprano proseguí mar-
chando, y mandé adelante a los Baqueanos que reconocieran el paso si
eBtaba desocupado y estando ya zerca de el con la armada, volvieron a
darme parte que en el paso de esta vanda avia gente, y que no havian
reconocido que gente hera, con cuia noticia mandé al Baquiano guiara
por parage que no pudieran descubrirnos desde el Passo, y lo que estube
ya inmediato destaqué una partida con doze hombres por la Dra. para
que cortara la fuga que por alli podían bacer, y al sargento de Dragones
con ocho Dragones que entrara por el zentro ganando una baxada que tenia
el paso dándole orn. que en caso de ser Españoles, o Gente xptna. no
hicieran fuego pues no podían ser muchos ni escaparse, y se averiguarla
que andaban haciendo, y por la Izquierda que estaba otra vaxada al paso
mas llana baxé con el resta de la Armada, los que estaban en el paso lo
que nos divisaron Be hecharon al Rio a nado, y por haver discurrido
tuesen Indios Zimarrones ó Charrúas, (por un arco y flechas que Uebaba
nno) se empezó a hacer fuego, y por haverse reconocido por lo que avian
dexado en la Playa, y unas muías que estaban en el Monte, que era
¿ente que hlba al Rio Grande Población de Portugueses mandé Zesár el
LA G U E R R A DE LOS C H A R R Ú A S 67

fuego y fue nezesario que el sargento a tíntarazos los hiciera Zesár pues
con el estruendo no se oya lo que mandava.
Viendo que aquella gente se havia pasado a la otra Tanda y que era
dificultoso ya el prenderlos, y asi mismo que con su huida alborotarían el
campo híze pasar a uno a nado que les dizera que haviendo mandado
suspender el que se les hiciera fuego por que no peligrasen siendo chris-
tianos continuaba en tenerles lastima de las calamidades a que biban
expuestos si huian, y que así les mandaba perdón pero que avian de pasar
todos adonde estará, y que havian de hir a la corrida, y por este motivo
les bolvería a cada uno sus Cavallos, y que la Hacienda de muías que-
daría comisada por ser prohivido dicho Comercio, lo que admitieron, y
pasaron a donde estaba, la armada y aberigue no haver perecido ni
herid ose a ninguno, lo que suspendió el discurso a que se atribuirla, y
haviendo mandado se les debolviera su ropa de vestir, y lo que havían
dexado en la Playa (menos las Armas) sali a la barranca en donde
campé, y pasé a hacer contar las muías, y se hallaron doscientas cin-
cuenta y siete en las que puse Guardia para su cuidado, y los cavallos
que heran setenta los que trahlan mandé incorporar en la Cavallada de
los Dragones, allí se pasó la noche con las Guardias de cavalladas, y
ganado, Ronda para el Real y una Zentinela, y además puee-una Guardia
en el mismo paso.
Dia 7. destaqué quatro Dragones nombrando a Xavier de Zepeda por
Cavo, y asi mismo a dos de la Compañía de las vivoras, y dos chañas para
que marcharan con las doscientas y cincuenta y siete muías a entregarlas
en el Campo del Bloqueo al Comandante, y tomé recivo del expresado
cabo, inmediatamente mandé se aprontara para pasar el Rio, despachando
prim.ro a dos hombres que pasaran a la otra vanda, reconocieran si aun
estaba a nado y descubrieran la Campaña de aque banda del Rio, y
haviendome avisado estar la campaña sosegada, y desocupada, y que el
Rio estaba a nado, di disposición de hacer pelotas de los cueros que hiban
para pasar lomillos armas, y la gente que no supiese nadar lo que todo
se executó antes de medio dia haviendo puesto en una Loma alta una
Zentinela de los primeros que pasaron para que descubriera la Campaña
inter. se pasaba el Rio.
Acavando de pasar el Rio reconocí el parage donde havian tenido
los Toldos los Charrúas, y en tos fogones havia señas que havian estado
haciendo flechas, y no siendo el parage cómodo para campar por no
haver suficiente pasto para las cavalladas sali afuera siguiendo la costa,
y distancia de una legua Campé de donde despaché a correr el Campo, y
buscar el rastro de los Indios, si se encaminaba a los Palmares, y havien-
do buelto los que imbie me avisaron no havia novedad en el Campo,
y que el rastro hiba rumbeando a los Palmares se pasó alli la noche con
las Guardias acostumbradas, y di ora. que en caso de qualquier Alboroto
se juntaran las tres Cavalladas con lo que se podían defender mexor, y
que de dia quando se pasara se vería el lugar mas cómodo para su defen-
68 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

sa, y que la gente que estaba en el Real momtasen a cavallo sin alboroto
ó confusión para acudir a donde fuese menester, y que por la mañana
al tiempo de marchar se apagaran los fogones para que no se prendiera
fuego al campo, y fuéramos sentidos.
Dia 8. se marchó temprano, imbíando corredores por el frente y por
la Derecha, y Izquierda para que me avisaran de qualquier novedad se
marchó como diez leguas hasta llegar al arroyo que llaman de D.n Estevan
de la otra vanda del qual Campé, y allí avian estado parados los Indios,
y se contaron quarenta fogones, allí hice llamar al Capitán de la Com-
pañía de las vivoras D.n Nicolás Pérez, al then.e D.n Gerónimo Monzón, y
al Alfrz. D.n Lázaro Balderrama al Capltau de los Indios Chañas Diego
Muriñigo, y a su Tneniente Joseph de IOB Reyes a los quales dize la ora.
y animo que Hebava de castigar a los Indios Imfieles Charrúas pues eran
ya tantas las insolencias que hacían dimanadas de haverse quedado siem-
pre sin castigo, que ya eran inaguantables de sufrírselas, que quien duda-
ba que ellos huviesen muerto á Miguel de Garay quando sus flechas se
conocieron, y heran de las que usan los Charrúas con las que estaba
flechado dicho difunto, que no hera menos dudable que ellos tuviesen
hurtado las dos Cavalladas que faltaron en la misma noche que se des-
apareció Garay, que como no harían hurtos de noche quando de dia poco
tiempo havia harían llevado los Cavallos en la Estancia del difunto Pedro
de Cordova donde asistía Miguel Garay, que vien savian que pocos dias
antes havian llevado de la Estancia del Indio Domingo el Tartamudo los
Cavallos, y yeguas que tenían, y havian desnudado a las Indias, y que aun
que havian buelto algunos Cavallos, y Yeguas, y alguna ropa, por haverles
requerido el correx.or, y se havian disculpado con que los muchachos
lo havian hecho, esto mas havia sido confesar su delito que dar satisfac-
ción, pues solo requeridos bolvieron algo, que nadie ignorara lo que
havian hecho el año antecedente con la tropa de Ganado Bacuno que para
el Rey trahia D.n Bartholome Galvan, haviendosele seguido el perjuicio
de perder muchas cavezas, de Ganado, y que pocos días havia quasi avian
executado otro tanto con la tropa q.e conduela D.n Alonso García' Zuñlga
pues fueron a ella quarenta Indios Armados, y dixeron venían a destruir
la Tropa, y fue menester darles Yerba, y Tavaco para que se retiraran,
y que la felicidad que tubo en pasar al siguiente dia el Rio Negro le
havia librado de alguna otra eztors.ou; Que la Estancia de Francisco
Aqulno vecino de la Reducion estaba publicando lo que havian executado
en ella los Charrúas que estando en son de Paz le havian hurtado, y
muerto después de quasi todo el Ganado hasta las lecheras y Bueyes, y
en otras Estancias también havian practicado iguales daños, que vieo
havian visto abrigaban en los toldos a christianos, y los imbiaban a hurtar
Cavallos, que vien publicas heran otras maldades que hacían así en la
rajada de Santa Fé como en el Ganado del Pueblo de Yapeyú de las
Misiones de la Compañía de IhB. como también en los caminos en donde
el que salla mas vien librado, despojado escapaba con la vida, que estos
heran los suficientes motibos que obligaban, a castigarlos, y que lo que
les pedia hera procurasen el mejor modo de que se consiguiera.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 69

Unánimes me respondieron venían a ezecutar lo que mandara, solo


Diego Muriñigo Capitán de los Chañas dizo, que los Charrúas havían de
estar ya mui lexos, que no havian de parar sino donde huviera q.e comer
que era en la otra vanda del Queguay, y que allí haviendo muchos Zerros
aos divisarían los Indios desde lexos, y huirían, y que los pedregales que
havia destruhirian las cavalladas que venían escasas y flacas en especial
la de su gente que quasi venia a pie, por que acababan de llegar de
escoltar la Tropa de D.n Alonso García Zuñiga, y que también me decía
que entre los Charrúas havia parientes de los Chañas, que lo que podría
suceder hera encontrar algunos toldos que aquellos los destruirla pero
que los demás Charrúas procurarían venganza, y que el Pueblo de la
ReducioQ quedaba mas expuesto por estar mas fronterizo; Cuías razones
procuré desbanecer diciendo que una vez puesta en campaña tanta gente
no hera crédito el volverse sin mas motibo q. discursos de que ya estarían
lexos los Indios ni siempre se podían hacer corridas, y gastos infructuosos
sino se havia de hazer toda diligencia, q.e las marchas se hacían con
bastante pausa que ninguno se havia de quedar a pie quando llegara la
ocasión, que no estaban ya tan lexos los palmares ni el Queguay donde
podían estar los Indios, que no hera preciso desde los Zerros nos vieran
quando los mismos Zerros podían ocultar nra. marcha que el Parentesco
con los Indios charrúas devia posponerse al ser vasallos del Rey, y a la
ovedienda que no eran tan pocos los Indios según el rastro, y las noticias
que avía que por pocos que Be castigaran esaos menos enemigos quedaban
los demás se amedrentarían, y temerían igual suzeso y que si insistían
en sus maldades, poderoso era el Rey para librar a sus vasallos, y el Zelo
de nro. Governador no dexaria de solicitar se extinguieran del todo; que
asi tubieran entendido no me havia de volver sino de donde no se pudiera
mas, con esto los despedí y hize llamar dos mozos baqueanos los quales
me havian prometido adelantándose bombear los Indios, y les di orn. que
fueran por el Rastro a los Palmares, y de no estar allí los Indios, llegaran
hasta el Queguay previniéndoles que al secundo día les aguardaría en
los Palmares, les di seña para si volviesen de noche, cavallos de satis-
facción, y vastlme&to, y se pasó la noche sin novedad.

Dia nneve se marchó temprano con las precauciones necesarias y


despaché Corredores por el frente y costados, y al Vaquiano le mandé se
marchara lo mas que se pudiera de suerte que al Sg.te día se pudiera
llegar a los Palmares, sobre la marcha se advirtió que se havia levantado
fuego da hacia el parage donde oy marchamos lo que atribuí » descaído
en no haver apagado vien los fogones, ó a cuidado de alguno que quisiese
fuésemos sentidos, mas como acia el Queguay estaba todo aumado por «1
reciente fuego que havian pegado no me persuadí se viese el que quedara
atrás de nosotros:
Se fue a pasar siguiendo la costa del arroyo de D.n Esteran a una
Esquina de Monte que haze distante diez leguas de adonde salimos, y
se pasó la noche sin novedad alguna.
70 EDUARDO F. AGOSTA Y LARA

Día 10 se marchó temprano y fuimos a acampar a los Palmares


bolvieron los dos Baqueanos que havia imbiado a bonbear los Indios y
me dixeron que del Queguay de esta vanda havia dos días que se havían
nido los Indios, lo que daba indicios no estaban lezos q.e al retirarse
havian pegado fuego al campo, no hubo novedad en la noche.
Dia 11 marché ya entrado el dia, y luego del medio día llegue al
paso del Queguay el que se passó a Vado y haviendo campado hize reco-
nocer un Potrero (que me havian dicho los vaquéanos havia) sí aera capaz
para meter las Ca valla das, y defenderlas, y luego mandé llamar a los dos
mozos baqueanos a los que di Cavallos de satisfacción a dos cada uno, y
les mandé fueran de nuevo a bonbear los Indios, y les di seña por si
bolvian aquella noche como asi subcedió pues a las nueve de la noche
bolvieron, y me avisaron que a distancia de tres leguas avian visto los
Toldos y que los havian vombeado de tan Zerca que havian oydo hablar
en los toldos los que no havian podido contar asi por la obscuridad de la
noche como por estar desparramados pero que eran vastantes, con esta
notízia mande llamar al Capitán D.n Nicolás Pérez y le comuniqué la
razón que daban los bomberos, y le diie estavamos yá en el forzoso
lanze y que no se podían escapar los Indios pues no imaginaban que hasta
tan lexos se les siguiera que estaban sin cavallos atados según su cos-
tumbre lo mismo dixe al Capitán de los Indios y mandé que arrimaran las
cavalladas, y sin comfusion mudaran el mejor cavallo que cada cual tu-
bíera, que a los que no tubiesen ee les prestase lo que se executó puntual-
mente y no siendo combeniente llevar el bullicio de hir arreando las Cava-
lladas, y cargueros determiné dexarlas allí haciendo que las metieran en
el Potrero nombré quatro Dragones y a uno que hacia de cavo, quatro de
los Chañas, y seis de la Compañía de Vecinos de las Vivoras para que
cuidaran la cavallada, y que quedara uno por Compañía para que cuidara
de los trastes, los que mandé juntar y amontonar al cavo le encargue el
cuidado maior pues en no perder los Cavallos consistía nuestra felicidad,
y que estos se podían defender muí vien en el Potrero por tener la
entrada estrecha.

Practicada esta dilixencia mandé formar al resto de la Gente y a cada


cuerpo animé con las mas al proposito mejores razones que pude a los
Dragones dixe hiba en ellos puesta toda mi confianza q.e mantubieran el
crédito de las armas, y del Cuerpo de Dragones a los de las Vivoras que
aquella aera ocasión de que luciera el valor que el solo hera el que havia
de hacer salir libres del peligro, y victoriosos: A tos Chañas en especial a
su capitán por baverme buelto a decir que allí havia parientes de ellos
les dixe pudiese mas la xptiandad y el ser vasallos del Rey que la sangre
que no era la primera vez que hermanos con hermanos havian peleado,
quanto mas ellos que tenían un parentesco tan distante del que no se
devian preciar les encargué que en la marcha se guardara el maior silen-
cio, y los oficiales en particular que lo hicieran observar, y animaran su
gente, que no tenían que rezelar nos subcediera desgracia alguna.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 71

Me puse en marcha lo que proseguí con la m.or lentitud llevando


adelante los vaquéanos, y haciendo alto mientras reconocían si ya estaban
cerca los toldos, y finalm.te llegamos a ponernos a vista de loa toldos que
se divisaban los fuegos que avia en ellos, y allí hize alto y mandé de
nuebo reconocer el parage, y si se podían contar los toldos y que vieran
por que parte se podia entrar mejor, y la Razón que me trajeron, fue
que los toldos heran muchos que estarán esparcidos y zerca. de un Arroyo,
y no havia embarazo para entrar a ellos que los Indios estaban dispiertos,
pues se oya estar hablando, y el fuego estaba encendido en los mas toldos,
y que estábamos como media legua distantes de ellos, con esta Razón
haviendo ya salido la Luna me azerqué mas un poco y aguardé viniera el
dia bolvlendo a hacer alto.
Lo que hiba Rayando la Luz del día mandé preven.r las Armas, y
llevando el Esquadron en marcha a dos de frente les prev.e no tenían sino
atender a mi voz para hacer ala derecha o izquierda (coniforme fuese
combeniente) para quedar formados en dos filas (que hera el mas fácil
methodo para la gente no disciplinada como son vecinos y Indios) también
di orn. que las armas de fuego no se disparasen todas a un tiempo sino
una si y otra no para que siempre tublese armas cargadas, y que para
executar esto se guardase silencio.
Día 12 marché a zercar los toldos teniendo cuidado de poner el Es-
quadron, a la parte de donde venia el viento, para que asi las flechas co-
rrieran contra el viento con menos acierto, y fixeza; Los Indios lo que
nos vieron comenzaron a dar alaridos, y juntarse, y tirar flechas, lo que
' visto les mandé hacer fuego, y embestir con todo el Esquadron con lo
que se retiraron a un Zanjón que hacia el Arroyo del qual sallo un Indio
hablando a altas vozes en su lengua, y me dlxo el Capitán de los Chañas,
que decia que se querían rendir con lo que hize suspender el fuego, y
vino el Indio entre nosotros y estubo hablando con el Capitán de los
Chañas, y preguntándole lo que decía me respondió, que el se quería
rendir, y los demás no; viendo que aquella hera entretenida de nuebo
mandé hacer fuego, y destaqué partida que cojiera la cavallada, y puse
en el lado opuesto del sanjon quien hiciera fuego para hacerlos salir de
alli, y siendo mucha la resolución con que alg.s Indios nos embestían
tirando flechas que hacían, que para evitarlas se retirara nra. gente
saqué al sargento de Dragones, y algunos de los Dragones que estaban más
inmediatos, y de los Vecinos de las vivoras, y de los de la Reducion, y a
la violencia de la carrera del Cavallo les embestí, los Indios huyeron, y
algunos se mataron quedando herido de una flecha, (*} y al sargento de
Dragones le flecharon el Cavallo, de alli fue nezesario hazer hechar pie
a tierra por ver que desde a cavallo no hacían mucho efecto las valas
por no ser fizo el tiro, y lo executaron el sargento de Dragones con los
Dragones a quienes se les mandó algunos de la compañía de vecinos en

(4) Es decir, el propio Zavala.


72 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

especial su capitán y pocos de los chañas, así se mataron algunos, y se


retiraron de los toldoB acogiéndose a una masiega pantanosa que estaba
allí cerca con una Isleta pequeña de monte de adonde acosadOB de las
Talas salían y daban alguna embestida tirando flechas, estando en esta
funz.on se levantó una voz que venia una polvareda que ñera causada
de Indios de otras tolderías que venían a Bocorrer lo que desprecie, y hize
ver que no hera sino que el viento levantaba la Zeniza del Campo que
estaba todo quemado, pero desde esta voz ya estubo la gente desazosegada
de suerte que viendo alguna tibieza hize requerir a los Indios que se
rendiesen, y dieron por respuesta que estaban aguardando a sus Compa-
ñeros que havian nido a traer vacas al Ganado de Yapeyú, y que aquel
dia avian de venir, y que así que no se rendían se les continuo haciendo
fuego tirando desde a pie al Indio que Be atrevía asomarse fuera de
la Masiega viendo que la función hiba a lo largo, y que exponía a que
algunos muriesen si hacía entrar por la masiega a la Isleta pedí me
traxeran fuego y quemaran la masiega que asi saldrían a lo limpio en
donde se rendirían ó morirían; El Capitán de los chañas dixo que era
llamada el humo entre los Imfieles, y que a ella vendrían de otras tolde-
rías lo que motíbó a que muchos dlxeran que perdía a todos si pegaba
el fuego, lo que me obligó a no insistir al mismo tiempo que advertí que
muchos estaban ocupados en despojar los toldos lo que mandé a los
oficiales embarazaran, pero yá se havia buelto confussion no observándose
lo que se mandaba, viendo lo qual hize al Capitán de los chañas de nuevo
hablara a los Indios que rendidos se entregaran me respondió que decían
no querían pero se entendió q.e en la lengua de ellos les dio satisfac-
ciones, que el i su gente venían forzados, pues heran amigos y Parientes
y así se experimentó que él no tiró una flecha ni los más de los Chañas dan-
do por disculpa que havia sido por que con las mismas no nos volvieran a
tirar, y si se dexa entender que el requirimiento no lo baria como mandé
Biendo causa que los Indios que ya DO se atrevían a dexarBe ver entre la Ma-
siega, y monte abrazados con la tierra de miedo de las valas y faltos ya de
flechas se quedaran por que considerando, que sí acaso sucediera lo que
decían que vinieran Indios de afuera podía temer que creerían que venia
alguna multitud (aunque no fuesen mas que seis) de que se siguiera el
desorden que suele acaecer en semejantes ocasiones, y que ya me decían
que havia pocas municiones para retirada (estando tan tierra adentro)
y que no havia de adonde remplazarías que de los Dragón.s estaban reti-
rados seis heridos, y de la Compañía de las vivoras siete heridos y uno
que murió al principio de la refriega herido de una chuza esto me
obligó a mandar retirar llevando dos Indios que salieron de la Masiega
a rendirse, y dos Indias con familia de Indios, La Cavallada que se
quitó mandé marchar delante:

Mas de las diez del dia heran quaado me retiré de los toldos y en la
marcha me hize reconocer la herida, y apretarla con una vanda havien-
dome atravesado la flecha del medio del pecho al brazo Dro. el que tenia
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 73

ya (con el viento y frió que hacia) sin movimiento siendo preciso me


ayudaran a desmontar, y bolber a montar a cava lio proseguí la marcha
á donde havia dexado la cavailada, y mandé con un Dragón aviso al cavo
que me retiraba para que no se alborotara al divisarnos.
Los que se distinguieron fueron el sargento de Dragon.s y el Cavo,
y los demás Dragones que se portaron valerosamente, también el Capi-
tán de la Compañía de las vivoras, su Theniente y Alfrz. y muchos de
los de esta Compañía, y también los peones de la tropa de Muías, el
Theniente de los chañas, uno llamado Juan de Escovedo vecino de la Re-
ducion a quien mandé asegurar la cavailada de los Indios, y otros avecin-
dados en la mencionada Reducion, y tres ó quatro de los chañas y los
dos Baqueanos que fueron fieles:
Los muertos de los Indios llegarían a Treinta y algunos que quedaron
heridos en la Isleta haviendose savido que todos los Indios de aquellos
toldos (que heran treinta, y ocho) estaban allí y llegarían a setenta Indios,
también uno de los Indios que se rindieron dixo al Capitán D.n Nicolás
Pérez que los charrúas havian muerto a Miguel Garay, y uno de aquella
toldería llamado Cuenca se havia hallado en dicha muerte, y lo que habló
con los chañas negó quien supiese quién havia muerto a Garay y dicho
Indio se llama el Alazán, Los cavallos q.e se le quitaron llegarían a Dos-
cientos; luego que llegué al Queguay donde havia dexado la Cavailada
hize curar como se pudo a los heridos, y por que continuaba el rezelo
que havian de venir Indios, y nos seguirían aunque nunca me persuadí
a ello; por que no se me atribuyera a poca precaución si sucedía algo
me puse en marcha haciendo caminar adelante las cavalladas, luego los
heridos con algunos que los cuidaran,- con los pocos Dragones que que-
daban llevó la retaguardia por que otros hiban de Guardia en la Cavailada.
Se pasó el parage a donde en los palmares hize noche el día diez
y hize alto a las nueve de la noche a la salida de los Palmares por q.e
empezó a llover y llovió toda la noche.
Día 13. luego que vinieron dos mozos que havia dexado atrás para
que avisaran de qualquier novedad, los quales con la obscuridad de la
noche,se perdieron, me puse en marcha; con la lluvia se havian hecho
pantanos con lo que se empezaron a canzar algunos cavallos, asi de los
Ahanzados como de los que se llevaron y siendo irremediable su perdida,
y quedar en parage donde andan los Indios, porque ellos no los tomaran
mande que el que se canzase lo Chuzearan fui a parar en la Esquina de
Monte del Arroyo de D.n Estevan, no teniendo novedad ninguna en la
noche.
Dia 14 marché desde este parage desando siempre gente atrás que
viniera divisando el campo, a eso de medio dia murió un Dragón de los
heridos llamado Juan Joseph Cufre al qual le havia entrado una flecha
por la tetilla derecha, se marchó hasta el parage en que estubo la Estan-
cia de Rocha, y allí se paso la noche sin novedad y di orn. que ninguno
se apartase para hirse a su Estancia hasta q.e los despidiese juntos.
74 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Pia 15. mandé aprontar un Dragón, y dos Paisanos para que llevaran
á enterrar al Dragón difunto al Pueblo de la Reducion a cuio cura le
imbie a suplicar lo enterrara con la fúnebre pompa posible, y luego me
puse en marcha mandando al Baqueano guiara al paso de Vera en el
Rio Negro el qual paso estaba a vado, y asi no se demoró el pasage, fui
a campar en el arroyo de vera en, donde se pasó la noche sin mas novedad
que haver llovido al quarto de Alva.
Dia 16. se marchó lloviendo y fuimos a parar al Colólo, en donde
no hubo novedad alguna bavíendo zesado la lluvia luego que campamos.
Dia 17. desde el Colólo se marchó temprano pasando el Bequelo, al
anochezer llegamos al Arroyo del Vizcocho en donde está la Estancia
de Pedro de Cordova, y inmediatamente mandé un Chasqui al Padre cura
de santo Domingo Soriano llamándole para que comfesare a un Dragón
herido llamado Pedro Jph. Rodríguez el qual se bailaba muí afliiido.
Dia 18. temprano vino el Padre cura, y comfesó al Dragón berido y
este dia no se marchó por que a este Dragón le empezaron a dar paro-
sismos, y a estar agonizando.
Entregué en esta Estancia veinte y una caveza de Ganado de las
cincuenta, y una que de ella bavia sacado, mandé reconocer las cavalla-
das y que de ellas entre saquen los cavallos que se bavian quitado a los
Indios, y de ellos apenas se hallaron unos "80" cavallos los mas ruines
de ellos mande rey uñar doze al sargento de Dragones di quatro al cavo
dos a cada Dragón, uno, y el resto le di a los vecinos y a los chañas havién-
do hávido esta, merma en los cavallos asi en los que Be cansaron, como en
los que se discurre escondieron, y despacharon a sus inmediatas Estancias
los Indios Chañas pues en su cavallada solo Be hallaron doze cavallos
de los abanzados havíendo cogido los más despedí a los chañas p.ra que se
fueran a su Pueblo y estancias.
A las quatro de la tarde murió el Dragón berido al que le havia
entrado la flecha arriva de la voca del estomago, con dos Dragones lo
despaché a la Reducion distante de allí seis leguas, y el cura fue encar-
gado de hacerle las exequias, y un novenario de misas, por haver hecho
su mem.a (") y dexado su alma por heredera:
Despaché también al Alfrz. de los Vez.os con seis hombres para q.e
reciviera de los Indios, y Indias charrúas que estaban en el Pueblo, y que
los llevara a la Guardia de las vivoras, y al Corregidor previne le diera
la gente necesaria.
Dia 19 me puse en marcha temprano y haviendo llegado al paso del
Arenal en sal salvador despedi a los vecinos de las vivoras dándole las
Gracias al Capitán, y Theniente por lo vien que se havien portado; entre-
gue a D.n Domingo Guzman ocho reses de las 16. que le havia sacado,
y de allí, proseguí la .marcha con los Dragones a la Guardia de las Vivoras

(6) Menroria.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 75

distante diez leguas donde llegué de noche, y mantube Guardia a los


ludios que trahia.
Dia 30. hize chasqui al S.or Comandante del campo del Bloqueo
dándole parte de haver buelto a la Guardia, y cuenta en breve de lo que
havia acaecido dlciendole no lo hacía mas por extenso p.r hallarme mo-
lestado de mi herida, que el sargento le informarla de todo como que se
havia hallado eu quanto havia ocurrido: Este dia llegó el Alfrz. de veci-
nos, y conduzo los Indios, y familia Charrúa que havia imblado a bus-
car, y teniendo alli un barco detenido para hacerlos embarcar, y remitir
a Buenos Aires, mandé al Patrón que luego que tuviera tiempo me avisara
para despacharle, nombré tres Dragones para que vinieran con ellos por
parecerme suficiente guardia con la Gente del Barco, a los Dragones que
mas se portaron di una pieza de la familia que se trajo atendiendo a que
heran casados, y encargándoles los doctrinaran como si fueran hijos y
haciendo q.e voluntariam.te pidieran que se las dieran sus madres.
Día 21 este día a la tarde despaché el sargento con los Dragones
por haver sido preciso dar descanso a la cavallada que venia rendida de
una marcha que con hida y buelta se consideraba de ciento y sesenta
leguas, le mande fueze poco a poco hasta el R.l en donde entregó diez y
nueve cavallos Reyunos ha viéndose cansado y muerto los demás por ser
tan del todo inútiles para la fatiga de una marcha dilatada:
Luego que hubo tiempo hize embarcar a los IndioB mandándolos
rexistrar de nuebo, y quitarles sí tenían algún cuchillo, y escrevt al S.or
Gov.or y Cap.n Gral. dándole parte, pero haviendo pasado a esta Ciudad
á curarme he formado este Diario para que quede mas vien informada
su S.ria atreviéndome juntamente a poner en su superior consideración;
que respecto hallarse el Rey sin suficientes cavallos para lo q.e se otreze
en el Destacamento del Campo del Bloqueo de la Colonia; se puede mui
vien con el importe de las dosz.tas cincuenta y siete muías remplazar y
subvenir al gasto que hubo en esta corrida. B.s alr.s 30 de Jun.o de 1749:
BLM. de V. S. su mas rendido Subdito:
Francisco Bruno de Zavala
Es copia de la original que queda en esta Secretaría de mi cargo y
para que conste lo firmó en Buenos Aires a 5 de Sept.re de 1749.
Franco. Pérez de Saravia"
(rubricado)

BIBLIOGRAFÍA
1) FRANCISCO JAVIER MIRANDA S. I.: Vida del venerable sacerdote
don Domingo Muriel. Biblioteca del Tercer Centenario de la Univer-
sidad Nacional de Córdoba. Córdoba, 1916.
2) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO: Adquisición
Falcao Espalter. Caja 2, Carpeta 31.
3) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO: Adquisición
Falcao Espalter. Caja 1, Carpeta 6.
CAPITULO V

CAMPAÑA DEL MAESTRE DE CAMPO Dn. FRANCISCO DE


VERA MUJICA Y DEL TENIENTE DE DRAGONES Dn. JOSÉ
MARTÍNEZ FONTES

Las hostilidades de los charrúas obedecían a dos razones fun-


damentales. Una, al afán de apoderarse de las haciendas de los
españoles; otra, a la instigación de los portugueses, que saca-
ban partido de cuantos problemas crearan los infieles a sus tradi-
cionales enemigos de la frontera. Y hubo una tercera razón; el
escandaloso proceder de ciertos vecinos de Santa Fé, gente de
rango y cargo que, manteniendo trato con algunas tribus charrúas,
les compraban el producto de sus incursiones y rapiñas por cam-
pos de Corrientes, Misiones, Entre Ríos y la Banda Oriental (*).
Tal estado de cosas, ya vigente en 1640, dio lugar a una serie
de procesos administrativos, judiciales y hasta eclesiásticos que
a nada llegaron, al igual que las entradas, amenazas y excomu-
niones con que se pretendió intimidar a los cuatreros y a sus
desaprensivos encubridores. Finalmente, las ordenanzas de Ando-
naegui dieron cabo de la Barataría santafecina, ya que, habién-
dose arrasado una serie de tolderías charrúas de Entre Ríos y
la Banda Oriental, cayeron entre otras las tribus que sostenían
aquel negocio, liquidado prácticamente a partir de la fecha. En
su face argentina, la entrada estuvo a cargo del maestre de
campo Francisco de Vera Mujica, quien, secundado por el sargen-
to mayor Juan Esteban de Frutos, en tres encuentros con cha-
rrúas de Entre Ríos, (23 de noviembre y 8 de diciembre de 1749,
y 29 de enero de 1750), logró apresar los caciques Naigualvé,

(1) En el "Diario" de Zavala, vimos que Nicolás de Ábrego: "avia


venido con fran.co Araze a hurtar Cavallos, y llevar a los toldos que los
avia imblado a esta dillxencia un Indio llamado Campuzano." Este Cam-
puzano debe ser el mismo cacique charrúa de Entre Ríos a quien Salaverry
vincula con el proceso de Santa Fé, [1 pg. 247]. Se advierten asi las posi-
bles ramificaciones de aquel turbio como intrincado "affalre".
78 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Gleubilbé y Doimalnaejé con ochenta y una familias, totalizando


alrededor de trescientos cuarenta individuos de ambos sexos. Con-
centrados estos prisioneros a ocho leguas de Santa Fé, fueron
mantenidos bajo severa custodia hasta el 17 de setiembre de
1750, fecha en que se formó con ellos la reducción de Concepción
de Cayastá, sobre el arroyo Cayastá, y tal como lo ha estudiado
detenidamente el padre Salaverry, [1 pg. 266]. De esta forma
quedó liquidado el viejo pleito charrúa de Entre Ríos y por ende
el de Santa Fé, no obstante a que hubo que sofocar una postrer
revuelta, provocada por indígenas escapados a la entrada de Vera
Mujica. (2).
En cuanto a la actuación de Martínez Fontes, del documento
que adjuntamos, un tanto confuso, deducimos que mientras se
alistaba la tropa en las proximidades de las Víboras, fue sorpren-
dida y envuelta por un malón, en el que a más de charrúas es
probable hayan participado guaraníes y chanáes cimarrones, que
así se llamaba a los revelados contra la tutela de sus misioneros
y corregidores. En la emergencia hubo que esperar la llegada de
refuerzos para salir en persecución de los indios, que finalmente
fueron alcanzados y batidos creemos que en las inmediaciones del
Queguay. Las noticias que damos sobre las campañas de Vera
Mujica y Martínez Fontes, figuran en una carta de Andonaegui
al marqués de la Ensenada. Original en el Archivo de Indias,
Sevilla.

(2) Andonaegui al dar cuenta de esta nueva incidencia al marqués


de la Ensenada, (carta del 12 de mayo de 1751), dice que los charrúas:
"acometieron, y executtaron muerte de nueve Personas, llevándose cautivos
como diez, entre niños y mugeres, robando la Cavallada y ganado que
encontraron, en cuia vista di orden á algunos Pueblos de las Missiones
que prontamente saliese Gente de ellos Commandado de algunos oficiales
Milicianos de S.ta Fee, y mandé a mi Theniente de ella despachasse la
gente que pudiesse al castigo, q.e la executtaron con toda conducta, ha-
viendo pasado a Cuchillo a veinte y un yndios, con mas cinco mugeree,
y apreendieron siete pequeños, recuperando los cautivos que llevavan, fal-
tando de estos tan solo Tres", [2 pg. 88].
A propósito de otras campañas anteriores contra los charrúas, y
relacionadas con el proceso de Santa Fé, puede consultarse el trabajo
del padre Salaverry, quien analiza las entradas de Francisco de Piedra-
buena en 1715, [1 pg. 180 a 204], Francisco Carballo y Martín de Barüa
en 1716, [1 pg. 223 a 229], y Javier de Ecbagüe y Andfa en 1738,
[1 pg. 233 a 241]. Sobre la campaña de Piedrabuena, el padre Policarpo
Dufo S. I., capellán de la expedición, ha dejado un valioso "Diario",
publicado en la Revista del Archivo de Buenos Aires, tomo II, pg. 245 a
261, Buenos Aires 1870.
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 79

Documento A. [2 pg. 46].


"Ex.mo S.or
Las mertes, robos, y ezsesos que los Yadioa Charrúas cometían en las
familias, y ganados de los Pueblos de Santo Domingo Soriano, San Salua-
dor, y Vivoras situados en la otra vanda de este Rio, me obligaron a
mandar que del Campo del Bloqueo saliesen quarenta Dragones con su
Tneníente d.n Jossepb Martínez Fontes, y que á estos se agregasen ciento
y cincuenta hombres de los Pueblos para hazer su entrada, por el sur
en busca de dhos. Yndios, que loa de Santa feé la hiziesen por el Norueste,
los de las Corrientes por el Norte, y por el Leste los Yndios Guáranla,
del Yapeyú, que están a la dirección de los de la Compañía; en esta dls-
poaizion determiné que el vltimo de Octubre prozimo pasado, hiziesen
sus respectivas entradas, dirigidas al sentro para estrecharlos a benir
a las manos; y haviendose puesto todos en marcha, logró mi Theniente
de Santa feé d.n Francisco de Vera y Música, dar con una porzion de
Tolderías en que hizo prícioneros trescientos y quarenta y nueve Charrúas
de ambos sezsos, los que conduxo a dicha Ciudad, y hé dispuesto, se
funde con ellos una reducción poniéndola al cargo de los R R P. de San
Francisco, por no tener los de la Compañía suzetos bastantes p.a ello;
y en dicha funzion no hubo mas perdida de los nuestros qué catorze he-
ridos, y de los suioa murieron en el Campo cincuenta y seis, sin otros
muchos que buscando sagrado en el Ryo perecieron en él.
El Theniente de Dragonea d.n Josseph Martínez con la Xente de S.to
Domingo, San Saluador, y Vivoras, que se le agregaron se hallaron al
mismo tiempo ímbadidos por un gruesso de Yndios de barias naziones
que por lugar inopinado, y secretto Be internaron a distanzia de tres
Leguas de las Vivoras, logrando rovar, y quemar dos estanzias con los
ranchos de su immedíazion en que mataron a cinco Personas,, y se lleva-
ron una Cautiva de nueve años, y a su retirada encontraron con cincuenta
hombres de los nuestros, que por ser tan pocos los sitiaron en una estan-
zia que se hicieron fuertes, aun que fue bastante para contenerlos, sin
asercarse a tiro de fuzíl y se contentaron con llevar algunas bacas, y
Yeguas que pudieron cojer, pero corriendo la notizia al Campo del Blo-
queo de la Colonia, destacó su Commandante d.n Francisco López un
Alférez con veinte y cinco Dragones para que fuesen a su socorro, y juntas
las partidas siguieron el rastro de los Yndios que fueron descubiertos (á
quatro días de Camino) por una Partida abanzada de settenta hombres,
de los que no hicieron casso, hasta que llegó el resto, que por todo
componían doscientos y quinze hombres, y luego comenzaron la funzion
q.e duró desde la mañana hasta la noche, en que perdieron Ciento y cin-
cuenta Personas, entre muertos y Prissioneros, no haviendo mas perdida
en loa nuestros que un Miliciano muerto, y dos dragones heridos, y duran-
te la noche, lograron los Yndios, pasar a nado un gran Rio, y refugiarse
de un monte tan espesso que hera inpracticable entrarles, ni bloquearlos
p.r su mucha estenzion, p.r lo que fue preziso retirarse los nuestros, y en
80 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

la retirada, se recuperó la cautiva que havian llevado, y se les quemó


doscientas y una tolderias, quitándoles dos mil cavallos y Yeguas; No
dudo que estas acciones les seruirá de freno para contenerse, y en BU
defecto intentaré nuevas salidas para la seguridad de estos Payses, fami-
lias y Ganados. Lo que participo a V. E. p.a su noticia suplicando si
fuese seruido la ponga en memoria de S. M.
Dios g.e a V. E. m.s a.s Bu.s Ay.s 17 de Marzo de 1750.
Ex.mo Señor
B.L.M. de V.E. su m.s ren.do ser.or
Josseph de Andonaegui
(rubricado)
Ex.mo S.or Marques de la Ensenada."

BIBLIOGRAFÍA

1) JUAN F. SALAVERRY. — Los Charrúas y Santa Fe. Montevideo, 1926.


2) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO. — Colección
Falcáo Espalter. Copias del Archivo de Indias, Sevilla. (Gobierno de
D. José J. de Viana. Tomo I ) .
CAPITULO VI

CAMPAÑA DEL MAESTRE DE CAMPO DN. MANUEL


DOMÍNGUEZ

A pesar de que la guerra charrúa continuó desarrollándose


en otras comarcas, los minuanes respetaron su convenio de paz
con los montevideanos í1) hasta 1742. A partir de ese año, y por
las actas del Cabildo, nos enteramos de la reanudación de las
hostilidades, que sin revestir la extrema gravedad de las de 1730,
no por eso dejaron de perjudicar la economía de los españoles y el
normal aumento de sus haciendas ( 2 ). Así las cosas, y dado que
algunos de aquellos indios se habían catequizado, viviendo ahora
"bajo torre y campana" en el pueblo guaraní de San Francisco
de Borja, o San Borja, como se lo llamó después, el procurador
general de la Compañía de Jesús en el Paraguay, padre Juan
José Rico, elevó un memorial al Rey, (octubre 17 ele 1743), sugi-
riéndole la residencia de tres o cuatro jesuítas en Montevideo,
con miras a que recorriendo sus campos evangelizaran el resto,
lo que entendía: "se conseguirá si se les asegura bajo Real pala-
bra que no servirán ni serán encomendados al español, sino sólo
agregados a la Real Corona para protegerlos en debido y suave
vasallaje." [2 Vol. 7 pg. 521]. Pero, otros vientos soplaron, y los
jesuítas no pudieron venir a Montevideo hasta 1746, año en que
fijaron residencia los padres Ignacio de Leyva, Cosme Agulló,
y el hermano Rafael MartorelL No obstante, y a pesar de los
antecedentes que señaláramos, estos religiosos no traían la misión
específica de catequizar a loa minuanes, tal como lo había plan-
teado el padre Rico, sino la de: "sembrar con la prédica, confeso-

(1) Nos referimos a la paz de 1732, ya mencionada en el capí-


tulo III.
(2) Sobre este tema sugerimos la lectura de las actas del Cabildo
de fecha 13 de agosto de 1742, 12 de julio de 1745, 20 de junio de 1746,
10 de febrero, 13 de marzo y 5 de mayo de 1749, [1 Vol. 2 pg. 72, 73.
176, 203, 254, 257 y 264].
82 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

nario y demás Ministerios el pasto espiritual para bien de las


almas", [3 pg. 26], trabajo que, agregado al del establecimiento
y dirección de una escuela, debe haberles insumido la totalidad
del tiempo. Se mantenía sin., embargo el plan de reducir a los
minuanes, y de ello hay constancia en varios documentos, como
por ejemplo en la memoria dirigida a Andonaegui por el provin-
cial de la Compañía, padre Manuel Querini, (agosto V de 1750).
Dice esta memoria titulada "Misiones de Indios que tiene actual-
mente la Provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús", y
bajo el sub-título "En otras partes del Obispado de Buenos
Aires", etc., etc.: "79 En el distrito de la villa de San Felipe, de
Montevideo, se emprende al presente la conversión de los Gue-
noas o Minuanes, que han pedido misioneros, que los va, el que
suscribe, a despachar ahora, quitándolos de los Colegios, por no
malograr la buena disposición en que se hallan", etc., etc. [2 Vol.
7 pg. 777 a 791]. Y en otra carta del padre Querini, dirigida ésta
al Rey, (diciembre 1* de 1750), leemos, incluido en un párrafo
relativo a la reducción de distintas parcialidades de nación cha-
rrúa, lo siguiente: "En Montevideo hay destinados dos misioneros
para reducir a pueblo a los infieles Minuanes", etc., etc. [2 Vol.
7 pg. 806]. Pero todo habría de quedar en la nada. Avenidos los
parciales del cacique Canamazán a reducirse, otros que respon-
dían creemos que a los caciques Baruala y Manuá, atacaron ines-
peradamente los establecimientos de la Calera del Rey, próximos
al Santa Lucía, matando diez personas, cautivando dos más, y
robándose los ganados y herramientas allí existentes, (enero 14
de 1751). Se resuelve entonces, y de acuerdo a anteriores suge-
rencias de Andonaegui, (carta del 17 de marzo de 1750), orga-
nizar y llevar a cabo una batida contra los agresores que, en
abril de 1751 son localizados y derrotados en las costas del Tacua-
rí. Sin embargo, los montevideanos no habrían de disfrutar de
muy prolongada paz. El 17 de abril fue el combate del Tacuarí,
y ya el 9 de octubre remitía el gobernador Joaquín de Viana plie-
go al Cabildo, notificándole que con fecha: "de ayer, que se
contaron ocho del presente me participa el Maestre de Campo
D.n Manuel Domínguez desde Santa Lucía, que él aviso dado
anterior de haver visto armados cinco Yndios de Chuzas, y fle-
chas, y que benían detras Charrúas Vojanes, y minoanes, que
como puede salir incierta esta noticia, puede salir asimismo cierta,
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 83

y que para poder hacer el reconocimiento necesita para mañana


se hallen allí todos los Vecinos, y forasteros para hacer el reco-
nocim.to y dejar la frontera guardada por lo que se pueda ofre-
cer." [4],
DOCUMENTOS
A) Carta de Andonaegui al Cabildo de Montevideo, sugiriéndole
realizar una campaña contra los minuanes. Buenos Aires,
marzo 17 de 1750.
B) Carta de loa cabildantes a Andonaegui, notificándolo del ata-
que de los minuanes. Montevideo, enero 19 de 1751.
C) Dos cartas de Francisco de Gorriti a Andonaegui, relatán-
dole el ataque de los minuanes y los episodios que se suce-
dieron. Montevideo, 20 y 26 de enero de 1751.
D) Dos notas de Gorriti a los alcaldes Melilla y Gordillo, pidien-
do pertrechos y víveres para la campaña que va a realizarse
contra los indios. Montevideo, enero 24 y febrero 28 de 1751.
E) Carta de Gorriti a Andonaegui, sobre la inminente salida de
Manuel Domínguez. Montevideo, marzo 21 de 1751.
F) Carta de Joaquín de Viana al Rey, dándole cuenta de las
paces hechas con los minuanes desde 1731 hasta 1750. Monte-
video, abril 20 de 1751.
G) Carta de Andonaegui al marqués de la Ensenada, relativa
a la incursión de los minuanes contra la Calera del Rey,
notificándolo además de la campaña de Manuel Domínguez.
Incluye copia de dos cartas que le enviara Viana, una sobre
el desarrollo de dicha campaña y otra sobre el destino dado
a los prisioneros habidos en la misma. Buenos Aires, mayo
11 de 1751.

Documento A. [5]
"Iltre. Cavildo:
Tengo presente todas las cartas q.e V. S. me ha escrito, y también
las de ese comand.te y su antezesor, y de ellas beo que vnas bezes instan
al castigo de esos Indios Minuanes, y en la vltima de Gorriti me dize
que los dbos Minuanes están muí quietos y retirados, y solo andan por
esos Campos algunos pequeños robos de ganado que hazen los Indios
Tapes zimarrones fujitíbos de las reduzlones, con que no tomando firme
resoluzion en los negozíos no se pueden dar providenzias con perfecto
84 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

conozim.to; Y sin embargo de esta variedad de opiniones tenia prebenido


a Vriarte los pase a cuchillo sino se contenían después de aberlos reque-
rido con Paz y buena correspondenzia, por si por este medio podiamos
ganar sus almas que es la mente de S. M. y esta misma orden tiene ese
comand.te y a ora se la repito para que la ponga en practica, y para
maior azierto hé llamado al Cabildo de S.to Domingo Soriano, y á Monzón
para que estén prontos a fin de comunicándoles de esa Ziudad, que den de
acuerdo con la tropa de esa Guarnizion, y todos los moradores de ella
y los de su termino a fin que a un tpo. y en vn mismo paraje se junten
todos para escarmentar a esos Barbaros Indios; en esta Intelijenzia debe-
rá V. S. como es de su obligaz.on contribuir con todo lo que fuere dable
y juntar todos los Moradores espresados, y lo mismo deberá ejecutar ese
comand.te para el efecto referido, y reflexionado bien V. S. y el dho
coman.te discurrir maduram.te sobre la sujeta materia vnos y otros, y
avisar a santo Dom.o soriano para que en vn mismo dia, y paraje se
junten, los de ay con los de dho S.to Dom.o para exterminar esa canalla
como lo han echo con los charrúas de la Jurisdiz.on de S.ta Fé pero para
esto es preciso vna vnion grande de ese Cabildo y del Comand.te por
que donde no ay intez.on buena y enderezada al servizio de ambas
Magestades no se conseguirá acierto; y bien se conoze en ese Cabildo
solo se intenta caprichadas y no el bien común y aumento de esa repú-
blica y cuidado en vibir en quietud, y dando exemplo a ese Pueblo como
Padre de él. ( j

Dios gue a V. S. m.s a.s B.s Ayr.s


17 de Marzo de 1750
Josseph de Andonaeguí"
(rubricado)

Documento 8. [6]
"Sr Gov.r y Cap.n Gen.I
Señor. — Pone este cav.do en noticia de V. S. como el dia catorce
del corr.te se ha experimentado en las Estancias de esta Ciudad un
extrago de Robos, y muertes q.e los Indios Minuanes han hecho, aunq.e
al principio de la no be dad corrió voz que eran Indios Charrúas, y Boxanes
intripulados, no haviendo hecho cuerpo con ellos ninguna otra nación;
pero bien savido que han sido solo dichos Minuanes; I haviendo venido
la Noticia del expresado extrago a esta Crudad, mando de inproviso el
S.or Com.te de esta Plaza se dispusiesse como Be dispuso marchas de
toda la gente en seguimiento de dhos Indios; para cuya diligencia esta
Ciudad ha dado todas las providencias necessartas; y hasta oy no se sabe
novedad de la Gente que los siguen. Los muertos han sido diez y los
heridos cinco, o seis.
Con lo que en adelante acaesiere se lo participaremos a V. S.
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 85

Dios Nro. S.or Gue a V. S. felices a.s


Bis Ms. de V. S. sus serv.rea
Montev.o y En.o 19 de 1751
Juan Delgado Melilla Andrés Gordillo
(rubricado) (rubricado)
Antonio García Fran.co de Pagóla José Felipe Medina
(rubricado) (rubricado) (rubricado)
S.or Ju.n Jpb. de Andonaegui."

Documento C. [6]
"Señor Gob.or y Cap.n Gen.l
Muy Señor mió, Pongo en manos de V. S.- la relación adjunta de
lo que han echo los Indios, Y lo mas sensible del caso después de los
muert.s es la estación en que han venido que impiden la cojida de los
trigos pues aunque se han dado las mayores providenz.s que se ha podido
p.ra que algunos fuesen a su siega se experimentara gran perdida en ellos
asi por la falta de gente como por haver llovido estos dias, To me hallo
sin tener Vizcocho que dar el mes que viene porque el repuesto se ha
consumido por no hacerse Vizcocho aqui hace tres meses por falta de
trigo y aunque tengo entregado el dinero adelantado para el les es
imposible dar cumplimiento hasta q.e cojan sus mieses por lo que V. S.
se servirá emvíar siquiera 50, ó, 60 quintales de Vizcocho. para de pronto
q.e es qnanto debo dezir a V. S.
Quedo a las Ordenes de V. S. con mi ma.or sumission y Ruego a
D.s G.e a V. S. mu.a años como desseo y hemenester.
Mont.o 20 de hen.o de 1751.
Blm de V. S.
su roas atento y M.or S.or
Fran.co d© Gorriti
(rubricado)
Relación de lo acaezido en el Levantam.to de los Indios en Montev.o
a 14 de hen.o de 1751.
Los Indios minuanes que con Capa de amistad andaban con fami-
liaridad entre nuestra gente han muerto 10. hombres y herido á 3. han
llevado una muger china casada con un mulato en dias de parir y una
hija de dos a 3 años suia— alguna cavallada que no se save el num.o
Y tamvien bacas, estas poco a poco se han retirado las mas a su que-
rencia, como tamvien algunos bueyes del Rey que llevavan— han llevado
porción de erra mientas de la Calera del Rey y 45 Chuzas de donde son
6 muertos, 2 de la Calera de los P.P. de la Comp.a de Ihs. y 2 de
varias estan.s de la frontera y entre todos solo un Vezino— y 7 peones
del Rey que estavan haciendo carbón y se defendieron mataron a un
Indio— estas son las ostilldades y el modo es el que se sigue— El día
86 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

miércoles 13 del corriente a la Oración llegó un Indio minuan a la


Calera del Rey y dio la noticia que venían porción grande de Indios cha-
rrúas, Bujanes y Yarox, a matar y robar en las estancias de Montev.o
que el iba a reconocer mejor y botveria el 14 siguiente a medio dia
con la noticia de los que eran, pero esta relación abultada era para dar
a entender el miedo que quería les tubiesen a el y a sus parciales minuan.s
por que este mismo que dio la noticia es el 1? que se halló a las 6 de
la mañana del zitado d.a 14 con otros minuanes á efectuar quanto ba
dicho y engañó en dos modos, que es en dezir venian varias naciones y
no ser mas que la minuana, y en que vendría a las doce de medio dia como
amigo y venir a las 6 de la mañana del mismo dia como Enem.o a cuya
ora egecutaron las ostilidades referidas haviendo sorprendido nuestra
gente ezepto la de la Calera que se dejo engañar por haver crehido al
Indio falaz de que a las 12 del dia fatal bolveria, descuydandose con esto
en no tomar las Armas que tenían que eran las dhas 45 Chuzas q.e se
dejaron llevar de los enemigos y sin ellas se pusieron a su travajo en
el que hirieron y mataron de ellos como ba dicho— Y haviendo estado
en aquellos encontornos de la frontera todo aquel dia desparecieron la
misma noche dhos Indios que en numero Solo se dejaron ver de 60 a 70—
El Mre. de Campo salió con la gente en seguim.to de ellos el Do-
mingo 17 del corriente desde la frontera y hasta aora no se Bave de
el y llevara bastante gente porque se havia juntado mucha y dejó parte
de ella en la frontera—
El Cacique Canamazan que es el que aguardábamos que Be redugese
ha marchado con toda su toldería despees de las ostilidades haviendo
estado quieto en tiempo de ellas y no se save si contra nosotros ó, ee
retira por miedo que den contra el, viendo que se juntaba mucha gente
nuestra, Y el then.te D.n Ju.n Atbarez q.e estaua en la frontera me havisan
q.e ha marchado en su seguimiento (*)—
Haviendo tenido haviso el Mre. de Campo d.n Man.l Domínguez que
el cazique Canamazan y la gente de sus toldos havian marchado dejando
los toldos parados fue en su seguimiento y vio que havian tomado el
Camino que lleva van los reveldes, y havlendole alcanzado 30: Leguas de
la frontera del otro lado de un Rio y amparados de una montaña, que-
riendo la Vanguardia passar a hablar con ellos para saver qual era el
motibo de su retirada se opusieron dhos Indios al passo queriéndole
impedir con flechas que dispararon, por lo que fue precisso echarse sobre
ellos y romperlos a fuerza, y mataron 22 Indios siendo los que mas se
opusieron el mismo Canamazan y otros dos que hacian caveza que tamvien
murieron; Y escaparon algunos por lo fragoso del monte; recojleron la
Chusma que son 82 almas entre grandes y pequeñas; 160 cavallerias con
cav.llos yeguas, y potros todos de IOB de la gente de la tierra, Y entre

(3) Las que siguen según nota al margen del original, son noti-
cias obtenidas al regreso del Maestre de Campo, que lo era Manuel Do-
mínguez.
LA G U E R R A DE LOS C H A R R Ú A S 87

los muertos se hallaron Indios que estuvieron en el Levantam.to y tam-


vien se redimió la China que Cautibaron los de la revelion quien dize
que son Bojanes y minuanes los Enem.os y parece haverse presentado en
las Ostilidades los menos pues en dos cuerpos se ha retirado el grueso q.e
tenían de reserva, uno ha tirado para las Costas del Rio negro y el otro
que corre para el zentro de estas serranías de dhas dos Naciones: se
retiro dho mre de Campo d.a 20 a las 6 de la tarde a la frontera donde
se incorporo con la tropa que dejo guando p a r t i o = "

"Señor Gob.or y Cap.n Gen.l


Muy Señor mió, Ya tengo participado á V. S. por una relación quanto
subcedio sobre el Levantam.to de los Ind.s hasta el dfa 20 del corriente;
Y estando sobre la marcha para retirarse a esta Plaza la gente q.e estava
en la frontera (dejando en ella guardias suficientes) el día 24 se cojio
un Indio mlnuan en el campo dentro de las estancias que sin duda vino
de espia ó bombero que pegó fuego al campo poco antes en el mismo
parage que fue preso haciendo señal como acostumbran ó vien a algún
compañero que trujo consigo ó alguna emboscada de los suyos, lo que
dio motibo hacer retroceder a dhas tropas para reforzar la frontera siendo
estos movimientos Inescusables y contra la cojlda de frutos por no poder-
se remediar este daño por lo amenazados que estamos de estos enemigos:
Como no se excusa hacer la diligencia para castigar estos Ind.os ó ver
si se pueden desviar de estas fronteras se ha determinado salir con 200.
hombres de esta Ciu.d Los 50. arreglados y 150. de Vei.os y forasteros
para el dia 20 6 últimos del mes de febrero prox.mo siendo del Venepla-
zito de V. S. Y teniéndose noticia q.e deve salir alguna gente de S.to
Dom.o Sorlano comvendra mucho que esto sea a un tiempo con los de
esta Ciu.d porque los bojanes que concurrieron con los minuanes al
Levantam.to de aquí, se hallan en las orillas del Rio negro mas zerca
de dho Pueblo que de esta Clud.d y podran llevarlos por delante, y los
de esta Ciu.d a los minuanes que están en las serranías tierra adentro
de esta frontera y juntarse una y otra partida estrechando los enemigos
en un paraje que los Maestres de C.po de ambas partes como prácticos
determinaren.
Y combendra mucho que en las Misiones de los P.P. de la Comp.a
de Ins. tengan este haviso por si dhos Indios se quisieran refujiar halli
para que no tan solo no les den acój Ida sino que los rezlban armados y
castiguen la osadía de la» muertes y robos q.e han echo aquí:
Y al mismo tiempo escriviré al Gobern.or del Rio grande lo q.e han
echo aquí y si dhos Indios acosados de nuestras tropas se quisieren valer
de su Vandera no los admitan sino que los castiguen:
Estando en este estado para dar parte á V. S. rezlvi carta de la
frontera del mre de Campo D.n Man.l Doming.z anoche a la una y media
y me dice que el Indio Bombero que harriba se hace mención ha decía-
88 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

rado aunque a azotes que 5. Caudillos de Indios con su gente se hallan


(Begun señala el parage) 40, ó, 50 Leguas de aquí, y le he mandado
que luego que se aya juntado gente suficiente passe a buscarlos y los
castigue cuyas providencias Be están tomando, y no sé si la fatiga que
acarreare esta diligencia atrasara los Cavailos para que con la brevedad
que se propone arriba se pueda hazer dha salida de los 200 hombres;
de todo havisaré a V. S. sin demora:
Y como la precisa asistenzia a estas cosas no me da. lugar a ajustar
cuentas no remito las de Víveres, y hacen notable falta 60 qulnt.s de
Vizcocho para dar el mes q.e Viene a la gente, y en adelante el que
se hiciere creeré q.e ha de Valer a 8 p.os quintal por la falta total del
trigo: Y tamvien se servirá V. S. de emviar dinero para un todo que en
estos casos hace falta para Yerba tabaco, carne, y otras cosas mucho mas
de lo ordinario q.e se gasta.
Quedo a las Ordenes de V. S. con toda sumission y Ruego a D.s G.e
a V. S. mu.os a.os como desseo y he menester, Montev.o 26 de henero
de 1751.
Blm de V. S.
Su mas atento y m.or S.or
Fran.co de Gorriti"
(rubricado)

Documento D. [4]
"Relación de lo q.e se necesita para la salida q.e se deve hacer para,
castigar a los Yndios: en 20 de febrero de 1751.
Prouission , para dos meses
Hombres 200
Carne 4 reses al dia en 60 días 240 reaeB 240 (•)
Yerba 4 Libras al mes para cada vno p.ra todos 64 arrovas
Tabaco a onza y media a cada vno al dia son 45 arrovas
Sal vna anega
Aji dos arrovas
DOB quint.s de Vizc.cho blanco p.ra los ofiz.s
Cauallos a 8 p.r hom.re Son 1600 — y nezesariam.te a 6 . . 1200
Municiones— Polbora 100 Lib.s
valas y piedras correspond.s
2 picos y 2 Achas

(4) En acuerdo del Cabildo de fecha 2 de marzo de 1751, se dispuso


que 200 de estas reses se tomaran del ganado de Don Francisco de
Alzaybar, mientras que las 40 restantes, ya se contaba con ellas, por
haber sido ofrecidas para la campaña contra los minuanes por el R. P.
Cosme Agulló, procurador de la Residencia de los Jesuítas, [1 Vol.
2 pg. 312].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 89

Tomar quanto antes noticia Exacta de los CaualloB que tienen los Vez.nos
para esta funzion.
Publicar vn Vando
Qae los VezinoB retiren sus Caualladas a la estancia de D.n Ph.e
Pérez los de la costa de S.ta Lucia y Canelones Al Rincón del Cap.n
Ju.n Ant.o de Artigas los de las estancias de Pando.
Montevideo 24 de Henero de 1751
Fran.co de Gorriti"
(rubricado)

"S.or d.n Ju.n Delgado Melilla y D.n Andrés Gordillo alcal.s ordi-
narios de Esta Ciudad.
Muy Señ.s Mios pongo en notisia de Vmds. auerse determinado hacer
la salida de la tropa arreglada y Comp.as de Milisias de Vesinos de esta
Ciudad y forasteros de su Jurisdlcion para castigar a los Yndios Ene-
migos que han Ostillsado el pais, para el dia quince del prosimo mes de
marzo, en cuia yntelijensia se Sirbiran Vmds. disponer el que Estén
prontos loa Víveres que son Necesarios para este dia y que bayan dos
sujetos de la Ciudad para el dispendio de Ellos de que ya tengo dada
relación ílrmada de los que son menester con aduertensia que la Carne
que necesitaren los arreglados se han de serbir Vmds. tanbien .aprontar,
la qual pagara el Rey, y de quedar en esta yntelijencia se Sirbiran abl-
sarme.
Quedo para Serbir a Vmds. deseando les G.e D.s m.s a.s
Montebideo 28 de febrero de 1751
Su mayor seruidor
Franco de Gorriti"
(rubricado)

Documento E. [6]
"Señor Gob.or y Cap.n Gen.l
Muy Señor mío, Tengo participado á V. S. que los Indios minuades
nos dieron en la Calera del Rey nuevo atalto el dia. 4 del presente mes, (*)
mataron dos hombres, y Irieron 4, y que de estos havia ya muerto uno,
y estando para hacer la salida el día 20 del corriente (que del 15 se
alargo a el); El martes 16 nos tocaron una Arma falsa diciendo q.e
IOB Indios havian degollado toda la gente de la Estancia de d.n Fran.co
Alzaibar (q.e 4e la misma hacienda son 11 sin muehoe agregados «s«
suele haver) y que se harían llevado toda la cavallada, en cuyo Rincón
abría de dha estanz.a y de particulares mas de 300— con este motibo
se publicó Vando que luego Luego saliesen todos los Vecinos y mora-

(5) No hemos podido hallar «ste comunicado.


90 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

dores a la frontera. Be toco la Generala y dispararon las piezas de Leba


(que es aquí la señal de Arma) y Luego Vino la noticia de ser incierta
la Voz, pero oro Gobern.or ya determinado á acudir a la frontera Viendo
toda la gente resuelta no quiso dejar la obra de la mano y marchó el
mismo día 16 del presente y llegó el de 17 de donde me bavisa q.e oy, ó,
mañana sin falta despachará la gente y Be retirara reconociendo al mismo
tiempo algunos puestos importantes, Se cree que saldrán los 200 hom.s
de muy buena calidad porque ay donde escoger y Vastantes Cavallos que
es en lo que havfa mayor dificultad. { )
Quedo a las Ordenes de V. S. con toda resignación y ruego a D.s G.e a
V. S. mu.s años como dess.o y he menester—
Monte.o 21 de Marzo de 1761
Bl. m. de V. S.
Su mas atento y m.or s.or
Fran.co de Gorrfti*'
(rubricado)

Documento F. [7 pg. 117]


"Montevideo 20 de abril de 1751.
El Gov.or Viana.
Remite relación de las pases hechas, y requerimientos, con los Yndios
Mlnoanes, en varias ocasiones desde el año de 1731 hasta el de 1760.
Señor
Pongo en manos de V. M. la adjunta relación de las pazes que en
varias ocasiones Be han hecho con los Yndios Ynfieles, que avitan las
dilatadas Campañas, y SierraB de ésta JuriBdicion; por la qual conocerá
V. M. lo poco que aprovecha querer atraerlos con suavidad al verdadero
conocimiento, y vasallage, mediante la buena correspondencia, y trato
que se les ha hecho, no obstante el qual han proseguido en hacer con-
tinuadas hostilidades, y para darles algún Castigo se estava dlspon.do
vna salida contra ellos la que acaloré luego que me R.ui de este Go-
vierno compuesta de ducientos veinte los 47. de tropa, y los restantes
de Vecinos, y forasteros, de cuias resultas daré Cuenta á V. M. luego
que tenga noticia del Maestre de Campo de lo operado en ella.
Dios Gue. la C. R. P. de V. M. los m.s a-s que puede y la Christiandad
lo necesita. Montevideo 20 de abril de 1751.
Joseph Joaq.n de Viana" (*)
(rubricado)

(6) En la Colección Falcao falta la "adjunta relación de las paces"


a que Be refiere Viana, y que probablemente fue omitida por el copista.
Habiendo fracasado en nuestros intentos de obtener la versión original
conservada en el Archivo de Indias, Sevilla, debemoB conformarnos con
su BinopBiB, publicada por Pastells y Mateos.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 91

"Relación de las paces hechas y requerimientos con los indios Mi-


nuanes en varias ocasiones, con motivo de sus hostilidades en la ciudad
y jurisdicción de Montevideo. — 1* En 1731, con motivo de .haber hecho
dichos indios al pie de 100 muertes, con ocasión de la que hizo un por-
tugués a un indio en esta ciudad por haberle provocado; fueron convo-
cados cinco caciques para las paces, a que asistieron el Capitán de
Infantería don Francisco de Lemus, don Matías Solano y don Sebastián
Delgado, Regidores de Buenos Aires, las que se hicieron con toda solem-
nidad, jurando dichos caciques DO ofenderían al español en adelante si
éste no les diese motivo. 2? En 1746, en el rio Santa Lucia Chiquito,
se requirió a todas las tolderías de Minuanes por el Capitán de Dragones
don Juan Manuel de Retolasa, acompañado del de milicias don Juan An-
tonio de Artigas y del Teniente don Luis Lezcano con 60 hombres, sobre
hurtos que hicieron; y ofrecieron no hacer más en adelante. 3? Por marzo
de 1749 se les requirió por hurtos, por el Teniente de Dragones don
Manuel Fernández y el Capitán de Milicias don Juan Antonio de Artigas,
los cuales fueron a cuatro tolderías; y ofrecieron no hacer en adelante
ningún daño. 4? Por mayo de 1750, hecho por el Maestre de Campo don
Manuel Domínguez, asistido del Capitán don Luís Lezcano y don Juan
de Achucarro, sobre haberse puesto en la estancia de José de Sierra, a
donde iban a hurtar dichos Minuanes o a ofender a Fernando Torres,
vecino de esta ciudad, que juzgaron haberle muerto o herido gravemente,
por haberse puesto a defender dicha hacienda, y ofrecieron lo mismo.
Después han estado hurtando ganado todos los dias de las estancias
de esta ciudad, y últimamente hurtaron caballos y ganado vacuno; y en
14 de enero de 1751 mataron en el paraje de la Calera del Rey, a 10
leguas de esta ciudad, 10 hombres, hirieron tres y llevaron de 80 a 100
caballos, arreando hasta S00 vacas o bueyes, aunque los más se reti-
raron; y en 25 del mismo mes se cogió un Minuán espía, que andaba ha-
ciendo humaredas entre las estancias, dando con éstas a entender que
sus gentes estaban muy cerca de las fronteras, como lo confesó otro
espía, pues eran seis. Lo que ocasionó al Maestre de Campo hacer una
salida en su busca, y observó que se retiraron en precipitada fuga, de-
jando 100 toldos parados y 70 vacas hurtadas el dia 14, por lo cual se
prueba la intención dañada de estos enemigos. El dia 4 de marzo, entre
diez y once de la mañana, en la guardia de la Calera del Rey, mataron
al Capitán y un peón, hiriendo al Oficial de guardia y dos soldados, de
los cuales murió uno, por lo que viendo el Maestre de Campo esta inso-
lencia, con la gente que pudo juntar, fue en busca de dichos indios, y
habiéndolos encontrado el dia 5 de febrero, mató hasta el numero de 20
y condujo a esta ciudad 82 entre mujeres y niños, los que se han repar-
tido entre los vecinos de ella. Estando dispuesta la gente para la salida
por continuar en sus hostilidades, recibió carta orden el Gobernador de
esta Plaza del Capitán General, para que pasase a cuchillo todo indio
mayor de doce años, reservando el todo de las .mujeres y niños que se
cogiesen: cuya copia dio al Maestre de Campo." [2 Vol. VII pg. 830].
92 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Documento G. [7 pg. 182]

"Ex.mo S.or
En Carta, por Duplicado de veinte de Diziembre, prezedente año,
expuse a V. E. que por attenzion al R.l agrado, mi Zelo desde la rezepcion
a este Govierno, concurrió a fazllittar, se construiesen cinco Pueblos de
Yndíos de diversas naziones, en los Términos del Paraguay, Corrientes,
Santa fee, y esta Ciudad, hallándose prozimo á eregir otro de la nazion
de Yndios Minuanes en la Jurisdición de Montevideo. Para cuio efecto
de mi propio Dinero, concurrí con quatrozientos p.s respecto de hallarse
sin Caudal las R.s Caxas para esta enpressa. Y estando pronto a pasar a
la fundazion por Doctrineros, dos religiosos de la Compañía de Jesús, a
cuia Bagrada Religión asimismo encomendé la assitenzia y cuidado de
ellos. Reciví notizia del Commandante de aquella Plaza, que el resto de
Yndios dispersos de esta nazion, que bavitavan en aquellas Campañas
agregados con los que estaban destinados para la reducción, con su
Cazique Canamazan, sin haverBeles motivado á menor resentimiento, pasea-
ron a la Calera del Rey, en él mismo Termino, é imbadieron con muerte
de Diez Personas de las nuestras. Cautivando doB mas, robando Cavallada,
Ganados, y Herramientas que se hallava en la Calera, y continuaron a
segunda instanzla, después que los nuestros passaron a su seguimiento,
y no los encontraron, ejecutando esta ímbasion en summa tranquilidad
de aquellos vezinos permanezlan, sin el menor rezelo de este acaeztmiento,
causas por que dí orden por entonzes al Commandante de Montevideo, y
a Don Josseph Jachin de Viana, su Governador, que pasó a reclvirse y
con la maíor celeridad, y desempeño de sus acreditados, zelo, y actividad,
aprontase Gente competente, y provicionada, mandase salir al castigo de
ÍOB Yndios, y con efecto por la Expedizion executtada, y encomendada al
zelo, y conducta del Mre. de Campo de Milizias d.n Manuel Domínguez,
se logró el castigo que expressa la relazion, y Carta, de que Bon Copias
las que incluio, para que en su inteligencia y atendiendo a este seruicio
de d.n Manuel Domínguez, y el que executó en el Catteo de Minas, y a
los hechos por d.n Francisco Piera, Alférez de Dragones de este Prezidio,
que tiene acreditado su valor, y conducta, y al del Capitán de Milizias
Don Juan Antonio de Artigas, quien á mostrado su balor siempre, como
los dos antezedentes. V. E. con la acostumbrada Piedad Be Birua inter-
zeder, para que la R.l Clemenzia en remunerazlon se digne conferirles
algún grado, o Bueldo que fuere de la R.l Gratitud, para con esta grazia
alentar estos moradores, que con ezfuerzo se expongan a castigar a los
inconstantes y barraros Yndios, que después de gratificarlos, y tratarlos
con bastante Humanidad y dadivas, executan BUB baruarismos, sobre Be-
guro de laB confianzas que ofrezen y quebrantan con muertes, y robos.
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 93

Dios Gue. a V. E. mu.os a.os Buenos Aires, y Mayo 11 de 1751.


Ex.mo Señor
Blm de V. E. su m.s ren.do ser.or
Josseph de Andonaegui
(rubricado)

Ex.mo S.or Marques de la Ensenada."

"Copia
Notizia que á havido del mre. de Campo d.n Manuel Domínguez,
que dá desde el arroyo de Cevollaty (de retirada a esta Ciu.d) de lo
acaesido en un mes y cinco días, que á que se halla corriendo el dilatado
Campo, y Zlerras de esta Jurisdiz.oo de S.n Ph.e de Monteuideo, hauiendo
llevado hasta 220. Hombres bajo Cominando, los 47, de tropa arreglada
Dragones, y Ynfantes, bajo de las del Themente de Dragones d.n Fran.co
Piera, y los restantes se componían de Vezinos forasteros, y Compañía
de Pardos.

El dia 21. de marzo, reuistó la Gente en la Calera del Rey el Govver.or


de esta Ciudad, y hecha esta diliz.a la dejó en marcha, y se restituió
a ella.
El. 22. dio notizia el mre. de Campo, se hallava con su acampamento
en el Arroyo del Tala, para desde allí seguir su derrota según informe
de los bomberos nros. a dar con los Yndios infieles, aun que no asegu-
raran el paraje cierto donde se podrían encontrar.
Desde dho, dia 22. no se hauia tenido notizia alguna de este Cuerpo,
ni paraje donde se Hallavan, no p.r falta del dho. mre. de Campo, y mas
Ofiz.s; sino que respecto ser poco el numero de Gente, y Cavallada,
previno el Gov.or al mre. de Campo y demás ofíz.a no hiciesen Chasques,
por que hazerlos, nazia minorar el Cuerpo de la Gente, y Cavallada, y
que podía suzeder encontrar estos pocos algún trozo de Yndios, y qui-
tarles las vidas, y que en caso de hazerle fuese después de hecha la
función si los encontravan, y de buelta a esta Ciudad adelantassen la
notizia.

El 30. de Ab.l bispera del Nro. Padre S.n Ph.e después de haver
acavado Vísperas, llegó a esta Plaza un Chasque de dho. mre. de Campo,
acompañado con 5 Hombres mas del Cuerpo del Destacamento, y hauiendo
visto las Cartas contienen las notizias siguientes.

Que el dia 16. del mes de Ab.l se encontró en el arroio del Taquaril
un Cazique bonbero, quien exortado p.r nro. lenguaraz dijo se hallava
todo su cuerpo a distanzia de dos leguas, y hauiendoles dado notizia de
94 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

los Toldos se mató dho Yndío. (') Y dando la ora. de alijerar la marcha
dieron con ellos, y Hauiendo avanzado Nra. Gente se acojieron al monte
los Yndios, y familias, en el que se mataron algunos de armas, y tamuien
Chinas, y criaturas al tiempo q.e se les dio el avanze, y se cojieron víuos
noventa y un Piezas, hauiendo en pesado a hazerles fuego a cosa de las
onze del día, y se finalizó serrando la noche.
El diez y siete p.r la mañana leB amanezió con una neblina Grande
y aguardando abriese el dia se cogieron 4. Yndios; A cosa de las 10. del
dia cargó la fuerza de la Yndiada presentando Vataüa, espaldados de un
Rio, y falda de un Zerro, a la poca Gente que tenia el Theniente de Dra-
gones Don Francisco Piera, quien viendo hera mui poca, respecto el nu-
mero de los Enemigos la reforzó hasta el numero de 100. Hombres, los
30. de Tropa arreglada, y los 70. de vezinos, y forasteros, con los que se
puso a la vista del Enemigo, quien Ganó inmediatamente el monte, por
lo que le fue preciso conpartir su Gente en dos trozos, uno a Pie, y otro
a Cavallo, y Hauiendo enpezado a Hazerles fuego a cosa de las ocho del
Dia, duró hasta las cinco de la tarde, hora en que se fenezió la función,
pasando a Cuchillo toda la Gente de Armas, y alguna que se escapó, tanto
la Herida como la Sana que en precipitada fuga hivan cabían al Rio, y a
vista acavavan, no dudando han peleado con el maior Tesson Hasta morir.
Vn trozo de Chusma se a retirado a lo fragoso del monte pero los
prácticos dizen es imposible dejen de perezer al rigor de la Hambre y
Tigres, por quedar a Pie, y ser Imposible salir de allí, p.r lo pantanoso
del Terreno, y falta de la Caualláda la que se les quitó hasta en numero
de 325. y por declaración de una China Ladina se save que solo a eBca'
pado un Yndio de Armas y otro que se Hallava Herido, desde la funzion

(7) De otro relato de la campaña de Domínguez tomamos estos


detalles sobre el encuentro con el cacique del Tacuarf: "el dia 16. de
Abril se encontró en el Arroyo del* Tamaril vn Cacique Espia de los
Yndios quien mató a un Dragón llamado Julián Martínez de la Compañía
del Coronel d.n thomas Hilson y vn cavallo del Alférez de los vecinos:
no obstante que herido de muerte como estaua dho Dragón se arrojó
al expresado Cacique le quebró vna mano donde Ueuaba las flechas y lo
aseguró hasta que llegase el Alférez, y entre los dichos lo sugetaron para
amarrarlo, providencia de Dios, pues luego murió el Dragón quando ya
el Yndío estaba sin poder pelear, y este dijo estaua todo su Cuerpo de
Yndios y ToldoB a distancia de dos Leguas, con cuia noticia se mató dho
Yndio y dando la orden de aligerar la marcha," etc., etc. [8 pg. 233].
Funes, basándose probablemente en los mismos documentos que transcri-
bimos, entiende que el cacique del TacuarI se suicidó, y así lo expresa:
"Aunque no tuvo fortaleza este bárbaro para dexar de descubrir la situa-
ción de los suyos, si la tuvo para darse el mismo la muerte en señal de
arrepentimiento." [9 Vol. 2 pg. 100]. El concepto de Funes debió basarse
en la oración dubitativa "se mató dho Yndio", pero, estando éste ama-
rrado y bajo custodia no vemos cómo pudo atentar contra su vida, pare-
ciéndonoB más probable que sucumbiera a manos de los soldados de
Domínguez, impacientes por vengar la muerte de Julián Martínez.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 95

de la Calera del Rey, y que este no escaparía, respecto no hauerle zerrado


las Heridas.
El Cazique Baruala, uno de los que Infestaran esta Jurlsdiz.on falta
y da notizia el Cazique Manuá se retiró a los de las Misiones a los Pueblos
con sus Parziales, y este segundo viene pricionero, lo demaa quedan
muertos.
Quando salió esta Gente de Monieuideo fue bien amunicionada, y ase-
guran les a faltado tiempo, y municiones, donde se deja ber la numerosa
Yndiada, y fuerza que hlzieron p.a derrotar n.ro Campo, lo que no pudieron
conseguir en medio de Hauerse mantenido peleando Hasta Morir.
En esta refriega Hemos tenido la Perdida de un Dragón llamado
Julián Martínez de la Compañía del Theniente Coron.l D.n Tbomas Hilson,
y la de un vezino Antonio de León con quinze Heridos, ios que no están
de Peligro.
Esta funzion se empezó imbocando a la S.ma Virgen del rosario en
cuio nombre se les empezó a Hazer fuego, y a quien deuemos el logro de
una Victoria tan conpleta, pues se han quitado las Cauesas que tan Ame-
drantada tenían esta ciu.d con sus muertes y robos traiendo, 124. Cautiuos.
325. Cauallos, mas de 120. Tndios muertos en el canpo sin poder numerar
los q.e murieron en el Rio abogados, y los q.e en 1» espesura del monte
caerían, ques quanto al presente se save, y que para poder llegar a esta
Ciudad piden alguna Cauallada, p.r benir la aula totalmente flaca y can-
eada, para lo que se a dado p.r el Governador la Prouidenzlas comvenien-
tes para llevarla, sin perder el menor instante de tiempo."
(rúbrica de Andonaegui)

"Copia
Ayer 7. del corriente dt a V.S. notizia p.r el Real lo q.e ocurría
sobre el Destacamento, cuio tbenor es el siguiente. El dia 29. del mes
pasado reciui Carta del mre de Campo D.n Manuel Domínguez, y del Al-
férez d.n Francisco de Piera, dándome notizia de la feliz Victoria que se
a conseguido contra los Yndios baruaros, como V.S. verá p.r la relación
que adjunto incluyo, y tengo asimismo hecho en la Lancha de losR.R.P.P.
de Santo Domingo, la que boluío de Arribada p.r. el temporal tan grande
que le cogió, y ahora la repito por el real, por si llegase antes mediante
el tiempo tan contrario que se experimenta en esta Ciud.d teniendo que
añadir llegó el todo de la Partida con la Chuzma, q.e cojieron aier 6. del
corriente, la que hize poner en uno de los Almazenes de S. M. hauiendo
dado ora para que se les diese un poco de viscocho y Carne, y oy se Juntó
la Gente, y después de Hauer cojido los Oflz.s algunas Piezas mandé
hechar Cédulas para contentar la Gente, Soldados, y Vezinos de los que
llevaron los suxetos, a quien le tocó la suerte, y para los demás se les
contentará con algunos Cauallos de los que se cojieron, aunque flacos
é inútiles. Guío subseso participo a V.S. para q.e intelíxenziado de todo
96 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

pueda escriuir a la Corte como deseava. Esta funzion no admite duda se


deve a las disposiciones y buena conducta del mre. de Campo, qnien des-
pués de finalizada, reciuio un Vítor General de todos, y es acreedor a q.e
V.S. le tenga presente (si gusta) exponga a S.M. lo benemérito que es
a los asenzog que BU R.l Piedad fuere seruido conzederle; sin que por esto
se oluide V . S . del Alférez D.n Francisco de Piera, quien le alio digno de
que asimismo se le dé notizia á S.M. de su mucho valor, buena Conducta
y Experienzia militar que a mostrado, no en esta ocazion sola, sino en
otras de que me hallo savedor, y la del Capitán de Vezinos D.n Juan
Antonio Artigas, quien asimismo tiene mostrado, el ezoruitante amor, y
zelo a S.M. y esta Ciudad en su defensa. Aquí mantengo al Cazique Mauná
con su familia q.e es el que se entregó, y si V.S. gusta lo remitiré a essa
Ciu.d para apartarlo de los suios, que me pareze comviene p.r muchos
motibos, y espero auisso de V . S . para ponerlo en exeeucion. Dios Gue.
a V . S . muchos años como desseo. Monteuideo 8. de Malo de 1751- Blm.o
de V . S . su maior seruidor: Don JosBeph Juachin de Viaua: S.or Gov.or
y Capitán General Don Josseph de Andonaegui."

BIBLIOGRAFÍA

1) ACUERDOS DEL CABILDO. — En "Revista del Archivo General


Administrativo". Vol. I y siguientes. Montevideo, 1885.
2) PABLO PASTELLS S. I. y F. MATEOS S. I. — Historia de la Com-
pañía de Jesús en la Provincia del Paraguay. Vol. I y siguientes.
Madrid, 1912.
3) CARLOS FERRES. — La Compañía de Jesús en Montevideo. Bar-
celona, 1919.
4) ARCHIVO" GENERAL DE LA NACIÓN'. MONTEVIDEO. — Caja Co-
lonial 2, Carpeta 10 A.
5) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. MONTEVIDEO. — Caja Co-
lonial 2, Carpeta 24.
6) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. BUENOS AIRES. — Legajo
Montevideo N* 1. 1731 - 1751. 8 9 • C 2 - A 1 - N' 4.
7) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. MONTEVIDEO. — Colección
Falfiáo Espalter- Coplas del Archivo de Indias, Sevilla. (Gobierno de
D. José J. de Viana. Tomo I ) .
fc) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. MONTEVIDEO. — Colección
Falsao Espalter. Copias del Archivo de Indias, Sevilla. (Gobierno
de D. José J. de Viana. Tomo IV).
9) GREGORIO FUNES. — Ensayo de ia Historia Civil de Buenos Aires,
Tucumán y Paraguay. Buenos Aires, 1856.
CAPITULO VII

LOS CHARRÚAS Y LA GUERRA GUARANITICA

Cuando a consecuencias del Tratado de Madrid o de Per-


muta (1750), í1) los guaraníes tuvieron que enfrentarse con las
tropas combinadas de España y Portugal, fueron auxiliados, pese
a los crudos antagonismos del pasado, por algunas parcialidades
charrúas, incluyendo: charrúas propiamente dicho, minuanes,
bohanes y guenoas. Y es que, siendo la guerra de los tapes una
revuelta en la que aparte de lo político palpitaba un fervoroso na-
cionalismo indígena, no podía ser ajena a los charrúas, para
quienes dicho nacionalismo constituía un verdadero culto. La
primera noticia formal sobre el acercamiento de los guaraníes con
los charrúas, parece corresponder a setiembre (?) de 1753, y
figura en una relación del padre Nusdorffer, S. L, titulada "La
Guerra de los Siete Pueblos". Leemos en ella: "Vinieron a S.
Luis (2) 9 Casiques de los Infieles Guanoas y Minuanes y Cha-
rrúas, entraron en el Pueblo y fueron recibidos de los Indios"
(guaraníes), "como si fuessen sus antiguos amigos, siendo assí
que aora pocos años estubieron en viva guerra, y nunca se hu-
bieran atrevido de meterse en aquellos Pueblos sin tener su venia
bien assegurada. Sospecharon pues los PP. que habían sido lla-
mados de nuestros Indios para tratar con ellos los negocios
corrientes. Irritáronse largamente entre sí sin saber los PP. lo
que avían concluido. Después de averse tratado, vinieron los Ca-
(1) Por este tratado, España entregaba a Portugal, a cambio de
la Colonia, las Misiones Orientales y el territorio de Río Grande.
(2) San Luis Gonzaga, uno de los siete pueblos de las Misiones
Orientales, ubicado en las proximidades del Piratinl. Con anterioridad,
al querer establecerse los tapes de este pueblo en campos del Miriñay
y del Mocoretá, margen occidental del Uruguay, visto que los suyos pasa-
rían a manos de loa portugueses, debieron volver sobre sus pasos, al hallar
una firme oposición por parte de los charrúas comarcanos, fl vol. XX pg.
293 y 457]. Igual suerte cupo a los tapes de San Borja, cuando por la
misma razón pretendieron trasladar su pueblo a las inmediaciones del
Queguay, ¡1 vol. XXI pg. 299].
98 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

siques" (guaraníes), "a los PP.; pidiéronles regalassen a Jos


Infieles con yerba, tabaco y ropa en sus almacenes, y lo hubieron
de hazer sin poderlo impedir, porque, escribiendo desto un P. de
allá dice: Nosotros ya no gobernamos. Ellos" (los guaraníes),
"gobiernan y nosotros obedecemos." [1 vol. XXII pg. 223]. Pero,
es indudable que los guaraníes ya estaban aliados con los charrúas
de tiempo atrás, y debía ser a espaldas de los jesuítas, que por
su política de acatamiento al Tratado de 1750, habían perdido la
confianza de los indígenas.
Espigando en distintas fuentes, nos encontramos con refe-
rencias muy interesantes sobre los resultados de aquella alianza.
Así ésta, incluida en las manifestaciones de Joaquín de Viana,
gobernador de Montevideo, hechas ante la Junta de Guerra cele-
brada por el Comando Español en el río Negro, (Enero de 1755),
y en la que se estudió el plan de campaña a realizarse en terri-
torio misionero. Expresó Viana: "Como consta de las Declara-
ciones de los Yndios prisioneros del Pueblo de Yapeyú, en todo
este Campo especialmente en las Costas de S.ta Tecla, S.n An-
tonio, y Caydas del Rio Grande, mantienen" (los guaraníes), "sus
Piquetes fuertes y vnidos con los Charrúas, Bojanes, y Minuanes,
todos los quales son Ynfieles que continuamente han hostilizado
matando, y robando en los partidos de Monteuideo, Víboras, Bacas,
y Santo Domingo Soriano; Y finalmente se sabe, están coligados
estos, y amparados de los Pueblos rebeldes, fomentándolos con
lo que necesitan dhos infieles. Constandome asi mismo, que en
la vltima salida que hice en Monteuideo el año de 53 (3) en segui-
miento de los que hauian hurtado en Castillos los Cauallos del
Señor Marques de Valde Lirios, y hauiendolos seguido dha par-
tida (4) hasta el primer puesto de Yapeyú, en el qual dhos Ynfieles
se incorporaron con los Tapes, y todos juntos se retiraron a la
parte interior de dhos Pueblos." [2 pg. 43]. Esta incidencia ocu-
rrida al marqués de Valdelirios, comisionado español para la de-
marcación de la nueva frontera, se menciona también, aunque
con variantes un tanto caprichosas, en el "Diario" de campaña
del general Gomes Freiré, comisionado portugués a los mismos
(3) Esta salida la hizo Manuel Domínguez por orden de Viana, y
no en el ano 53 sino en el 52, como se verá en el documento C del presente
capitulo.
(4) La de Domínguez.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 99

efectos. Dice el "Diario", que en marzo de 1753 llegó a la Colonia


un propio venido de la zona en que se estaban haciendo las demar-
caciones, y que: "O mesmo encontrou uns Indios chamados Mi-
nuanos que tinham ido em Castilhos furtar a cavalhada do mar-
quez atrás dos quaes tinham ido dragóes hespanhoes, e dos- nossos,
que elle pediu socorro, ao Sr. general, e encontrado-os uns foram
prisioneiros, e outros fugiram para táo longe, que, faltando-lhes
o sustento, comeram os cavallos, e acabados estes, seus filhos, dito
por elles ao tal propio que os achou a pé". [3 pg. 152], Sabemos
asimismo por declaraciones de Bartolomé de Villanueva, hechas
en el "Campamento de Jesús", en julio de 1754, que, hallándose
con una partida española en las proximidades del arroyo "Gara-
pey" (5) se: "encontró como num.o de docientos Yndios, entre
Tapes y Charrúas", etc., etc., "quienes le recibieron con bastante
desafecto", [2 pg. 92], y "avanzaron a la Cavallada retirándola
violentam.te haziendo vnos frente y otros disparando flechas,
Piedras y manejando la Lanza, de lo q.e resulto her.r a vn
Soldado, y muertole el Cavallo al q.e degollaron p.r tomar la
flecha, y no se pudo consegj p.r haverle penetrado bastantem.te".
[2 pg. 94]. Tenemos además estos informes que el tape Cristóbal
Yaguirre o Yacaguiré, fugitivo del pueblo de La Cruz, proporcionó
al maestre de campo Manuel Domínguez, también en el paraje de
"Jesús", y en agosto de 1754: "que los Indios de los Pueblos de
vna y otra vanda del Vruguay, se hallaban cologados al opocito,
y defensa de sus tierras socorriéndose con Jente, y Cavalladas
teniendo repartidas sus Armadas a las Puntas del Yvicui, y
Cahidas del Rio Pareg, (8) dondes [sic] mantienen con indios
infieles, Charrúas y vojanes para opocito de no dexar entrar Por-
tugueses alguno, y que los siete Pueblos de esta Vanda del Vruguay
se mantienen con todas sus familias sin esperanza de mudarse a
ninguna parte ni entregarlos". [2 pg. 126]. Y en otra declaración
ratificó lo dicho, agregando que: "el R.P. Cura nom.do Antonio
que lo es del Pueblo de la Cruz, este por si mismo tenia congregado
y Gratificado a Yndios Ynfieles parcialidades Charrúas, Bojanes,
y minuanes dándoles Yerba, tavaco, y otros efectos, Cuias parcia-

(5) Arapey. ( ? )
(6) Plray. (?)
100 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

lidades las Commandava vn Indio de la misma nación llamado


d.n Jph solo con el fin de que reconozca las Campañas sus entra-
das, y salidas, y q.e de todo dize pronto auiso de qualquier resulta,
y se incorporase con los Cuerpos de Yndios Guaranies para ayuda
de ellos en defensa de sua Pueblos." [2 pg. 127].
En. el "Diario" del Rvdo. Pdre. Tadeo Xavier Henis S.I., inte-
resantísimo por cuanto fue escrito en el pueblo de San Lorenzo,
es decir en la retaguardia misionera, nos encontramos con otras
referencias que no queremos pasar por alto. Así por ejemplo,
dice que a fines de julio de 1754, en campos de Yapeyú, como
aprehendiera un escuadrón español al indio principal del pago de
Jesús María para llevarlo con los suyos a donde estaba el resto
del ejercito, difundida la noticia entre los vecinos: "los excitó á
tomar las armas, y habiendo llamado y convocado las tropas de
Charrúas, Minuanes y Guanoas gentiles, que andaban vagando
por estos campos en lo mas intempestivo de la noche, acometieron
á todas las tropas de los españoles: á algunos despojaron (se dijo
que fueron 50), á otros obligaron á huir, quitaron toda una caba
liada, y pusieron en libertad á los prisioneros". [4 pg. 22]. En
octubre del mismo año dice que: "También vinieron por este
tiempo algunas numerosas tropas de gentiles Guanas (7) y Mi-
nuanes al socorro: á todos los cuales armaron los indios, señores
de las tierras, con lanzas, saetas y caballos, y así juntaron un
ejército de 2.000 poco mas ó menos, y se mostraban con arrojo
desde lejos al enemigo". [4 pg. 28]. En referencia a los suminis-
tros que se daba a los charrúas, leemos los siguientes párrafos:
"un cierto capitán llamado Felipe, se fue otra vez á llamar á los
gentiles Minuanes y Guanas, para que se confederasen con ellos,
y con él vinieron 12 á explorar el real del enemigo. Y después,
habiendo considerado el aspecto de las cosas, prometieron que
habían de ir á traer 260 de su gente armada, con su capitán José,
con tal que del pueblo les diesen 100, y de las estancias otros
tantos careases de saetas (8) para su uso" [4 pg. 31].
(7) No sabemos qué indios eran estos "guanas" a los que alude
líenla, pero evidentemente no se trata de guenóas, a loe cuales el escritor
jesuíta llama siempre de "guanoas". Pudieran ser guananas o gualachos,
parcialidad guayaná muy vinculada a la historia de las Misiones, y de
la que ya hablamoB en un capítulo anterior.
(8) Probablemente se trata de puntas de flecha hechas en hierro.
Siendo así, la referencia noB parece invalorable, puesto que señala el origen
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 101

Los charrúas en la Guerra Guara ni tica constituyeron, pri-


mordialmente, un cuerpo de observación y guerrilla. Diseminados
en grupos de diez o quince individuos por los lugares más estra-
tégicos de la campaña, su cometido se alternaba entre "bombear"
los movimientos de las fuerzas enemigas, arrear los ganados y
quemar los campos por donde aquéllas habían de pasar, trabando
así su aprovisionamiento y avance. Las tropas hispano - portugue-
sas sólo encontraban poblados y mieses arrasadas; los pocos ani-
males dejados por sus dueños aparecían muertos a lanzazos den-
tro de los corrales [3 pg. 223]; alejarse de los campamentos cons-
tituía serio riesgo, y no fueron pocos los rezagados y distraídos
que desaparecieron para siempre, tan rápidos eran los indios en
sus golpes de sorpresa. Dice el "Diario" de Gomes Freiré: "é
costume n'esta vil canalha de Indios nao darem quartel a pessoa
alguma" [3 pg. 226].
Con referencia al papel que cupo a los charrúas en los dos
combates más importantes de la guerra, el del Daymán (3 oct.
1754) y el de Caaibaté (10 febr. 1756), nada hemos podido inda-
gar del primero, no así del segundo, inicua matanza de indios en
la que con los guaraníes sucumbieron muchos de sus aliados gue-
noas. Sobre lo ocurrido luego de este episodio escribe Henis:
"los primeros que volaron al lugar de la mortandad que acababa
de hacerse, fueron 130 Guanoas, gentiles confederados; quienes,
viendo el destrozo ó estrago de los suyos, y el campo sembrado
de cadáveres, gimieron, y también derramaron lágrimas". [4 pg.
53]. Además, en el "Manifiesto" de operaciones llevado por Ando-
naegui, se dice, que después del combate, los prisioneros guara-
níes declararon: "que aquel dia esperaban el socorro de los infie-
les Minuanes y Charrúas". [5 tomo VIII pg. 156].
Por el "Diario" de Gomes Freiré, tenemos noticias de un
minuán que actuó como guía de las fuerzas españolas. Efectiva-
mente, leemos en el mencionado documento, que el 2 de febrero
de 1756, acampando los dos ejércitos en "o campo do Gallo de
Jaguary", corrió la noticia de que una patrulla española enviada
el día antes a explorar la campaña, no había regresado, temién-
dose que hubiera sido atacada por los indios. [3 pg. 224]. Dos de
misionero de tales implementos, uaados por charrúas y minuanes durante el
Coloniaje y las guerras de la Independencia. Demás está aclarar que
dichos infieles no realizaban trabajos de fragua y forja.
102 EDUARDO F. ACOSTA Y UARA

éstos fueron apresados el día 5 por los portugueses, encontrándose-


les un cuchillo y unas espuelas, lo que se reconoció como perte-
neciente a los soldados de la patrulla perdida. [3 pg. 225]. El día
6, por declaraciones de los dos indios se supo que la patrulla había
sido realmente atacada, matándose primeramente al alférez, luego
a seis soldados, y que los restantes serían muertos ese mismo
día. (e) [3 pg. 226]. El 10 se produjo el combate de Caaibaté, y
el 20, leemos en el "Diario" de Gomes Freiré, que en el campo "das
Vaccas", "Depois de estarmos aquí acampados acharam os Cas-
telhanos n'este campo o corpo de um seu pratico de na$áo minua-
ne, que foi apanhado junto com a partida dos treze Castelhanos,
e o alférez no primeiro d'este mez pelos Indios, cujo pratico esta-
va morto de poucos días", [3 pg. 240]. Analizando varias refe-
rencias de Nusdorffer, llegamos a la conclusión de que el jefe
que atacó a la patrulla española, no fue otro que el famoso caci-
que Sepe Tiararú o Tiarajú, pilar de la resistencia guaraní,
muerto por Viana en una escaramuza previa al combate de Caai-
baté, [1 vol. XXIVpg. 61].
Nos resta mencionar el caso de otro minuán, probablemente
el cacique Moreira o Moreyras, que a fines de 1754 o principios
del 55, se habría ofrecido a Gomes Freiré para combatir contra
los guaraníes. Este episodio que conocemos a través de informes
contradictorios, ocurrió durante la tregua de casi un año, en que
suspendidas las operaciones, se retiraron las tropas españolas y
portuguesas a sus respectivos acantonamientos. Con fecha 20 de
abril de 1755, escribía Andonaegui a Gomes Freiré, desde Buenos
Aires, contestándole a carta del 9 de febrero del mismo año:
"Quedo en la inteligencia", etc., etc., "como también de lo que
ofreció el Cacique de Minuanes retirado de S.ta Tecla, a quien
podrá V.E. si bolbiere como lo prometió y a todos los que llegaren
permitirles hagan a los Tapes las hostilidades que pudiesen, y
darles el ausilio y fomento que necesitaren para que desta forma
puedan hazer la entrada que intentan en solicitud de bueies, Caua-
llos y muías." [2 pg. 163].

(9) En un "Diario" de Andonaegui, contemporáneo al "Manifiesto",


se comenta este hecho aclarándose que fueron un oficial y diez y seis
soldados los que resultaron muertos por los indios, habiéndose encontrado
días después: "tres cuerpos de los que se dijo faltaban, que uno estaba
sin cabeza y los dos Bin manos." [5 vol. VIII pg. 255].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 103

Remitiéndonos al "Diario" de Henis y abarcando un lapso


que parece comprender mayo, junio y julio de 1755, leemos que
los portugueses procuraron atraerse a los "Guanoas gentiles",
etc., etc., "lo que es fácil de conseguir de una gente pobre, y
deseosa de donecillos, regalos y vestidos de ante ó coletos". [4 pg.
40]. Agregando luego de otros detalles: "Así lo contaron después
á nuestros Miguelistas (10) otros caciques de los Minuanes, que
habían participado de los dones ó regalos. Que algunos de los
suyos habían sido pagados para la guerra, y principalmente uno
llamado Moreira, para que en la siguiente expedición custodiase
los bagages de los Portugueses con su gente. Que tenían mucha
ropa, armas, y se veian armados, y estar instruidos con alfanges
para este fin". [4 pg. 40]. Pero parece que ciertos caciques no
accedieron a cooperar con los portugueses, y el propio Moreira,
que ya había estado en tratos con ellos en noviembre de 1754
[4 pg. 33], reconvenido por los guaraníes declaró que: "verdadera-
mente él había sido llamado de los Portugueses y solicitado con
dones por las cosas sobredichas, pero que de ninguna suerte habia
consentido: por lo cual se habia retirado, habiendo los Lusitanos
con furor, héchole muchas amenazas". [4 pg. 41], Como vemos,
el problema es bastante complejo, y también lo fue la Guerra
Guaranítica, sucesión de intrigas inimaginables, cuyos resultados
habrían de ser calamitosos para la estrategia española en el Plata.

DOCUMENTOS

A) Carta de Viana a Andonaegui, sobre hostilidades minuanes


a principios de la Guerra Guaranítica. Montevideo, octubre
6 de 1752.
B) Carta de Viana a Andonaegui, sobre robo de caballos en
Castillos por parte de los minuanes. Adjunta copia de la Que
recibiera del marqués de Valdelirios, e informe presentado
a este último por "Perico el Canario", baqueano del grupo
que salió en persecución de los indios. Montevideo, octubre
26 de 1752; Castillos, 20 y 2U de octubre del mismo.
C) Carta de Viana a Andonaegui, incluida copia de la recibida
de Manuel Domínguez, que salió de Montevideo en perse-
.10) Indios tapee de San Miguel.
104 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

cución de los mismos indios. Montevideo, diciembre 9 de


1752; Yi, diciembre 7 del mismo.

Documento A. [6]
"El Maestre de Campo de Milicias D.n Man.l Domínguez, me escrive
desde Castillos como a llegado al acampamento de los Portugueses uno
llamado Juan Gómez que hiva de Santa fee con la Tropa de D.n Fran.co
Pintos Villalobos, y que entre él Cerro de Monson, y el Arroio llamado el
Yi distante de esta Ciudad 47 leg.s abistaron a treinta Toldos de Indios
Minuanes, los que no se atrebieron á salirles por la mucha Gente qué
hiva; Aunque después a otra tropa que del Rio Grande, caminaba para
santa íee, le salieron, y le quitaron todos los Cargeros, y Cavallos que
llevaban, librando sus bidas en el que hivan montados, y no se sabe haian
llegado todos los Peones á salvamento, por haverlos corrido los Indios en
Cavallos buenos y se ere mataron algunos de dhos Peones; Con esta noticia
he tomado todas las precauciones que me han parecido combeníentes a fin
de que en la frontera estén con cuidado, y me havisen de qualquiera nobe-
dad q.e tengan; haviendo también despachado 14 ombres de vezinos y
forasteros, para que corran el Campo, y si divisan dhos toldos den parte
con tiempo para que salga alguna Gente, aunque al presente no puedo
determinar el embiar Partida suficiente por la íalta de Dragones con que
me alio, y si en adelante se ofreze que salgan acompañados de Vecinos
y Forasteros, espero dever a V.S. m& abise en primera ocasión sí á estos
los puedo obligar á que se costeen de un todo, aunque á los forasteros
me dizen no se les puede obligar. Estimare a V.S. embie orden al Co-
mandante del R.l para que en lugar de la partida que yo tengo en Cufre
(para lo que se le ofrezca al Marques de Valde Lirios) embie una de
Dragones respecto de no hazer en aquel Campo tanta falta como aqui la
Gente; pues solo para este fin tengo apostadas quatro Partidas en esta
Jurisdiz.n. (.
)
Dios Gue á vs. mu.s an.s Montevideo 6 de octubre de 17E2.
Bl.m de V.S. Su m.or Serv.or
Josepli Joq.n de Vianft
(rubricado)
S.r Gov.or y Cap.n Gral D.n Josseph de Andonaegui".

Documento B. [6]
"Incluía á V.S. la relazion que de Castillos me embia el Marques da
Valde Lirios, de lo acaecido con los Yndíos, ta?] la Partida que salió
LA- GUERRA DE L.O3 CHARRÚAS 106

de aquel Campo, y según ella, determino él que á últimos de este, ó


principios del que biene, salga de áqui otra en su Beguim.to para bór
ai se consigue el acabarlos por algún tpo, lo que pongo en noticia de V.S.
para su inteligencia.
Dios Gue. á V.S. m.s a.a
Montevideo 26 de octubre de 1752
B.l m. de V.S. su mor Serv.or
Josepb. Joaq.n de Viana
(rubricado)
S.or Gov.or y Cap.n Grl. Dn. Josseph de Andonaegui."

"Copia
MUÍ señor mío. Esta mañana ha trahido la noticia el Capataz de
la Cavallada que tenemos más cerca de este Campo, que faltavan mas
de doscientos Cavallos. Inmediatamente emblé a. Campear, y encontraron
quatro Yeguas que tienen todas las señas de ser de los Minuanes, y el
rastro que va acia san Miguel. En vista de esto escrivi una carta &
D.n Gómez Freyre de que fue portador D.n Bruno de Zavala, pidiéndole
auxilio para hazer una salida, y me ha respondido que embiaria esta
tarde sesenta, Ó setenta Dragonea. En efecto acavan de llegar á este
Campo ochenta ombres de tropa, y veinte Peones, mandados por el
Capitán Pedro Pereira, y luego se han juntado con ellos treinta Dragones
y veinte y tres Peones, que van á la orden de Zavala, y Piedra, con los
Cavallos nezesarios; y sin detención alguna han marchado en busca de
IOB Indios, que según noticias que ha tenido este General esta mañana
por una china de los Indios tapes que salieron al esquilmo del Ganado
menor, y fueron degollados por los Charrúas excepto las mugeres, de
cuia función se escapo la ferida China que vino hasta San Miguel, están
distribuidos en dos cuerpos, el uno esta en el paso del negro Josseph, y
el otro en las puntas de Cebollati: lo qual aviso sin dilación a V.S. como
se lo prebine al Maestre de Campo, para que V.S. tome las probidencias
que aliase por combenieutes para resguardo de esa Provincia, ó por si
á caso quisiese mandar hazer alguna salida, respecto de que el fin es
exterminarlos, y quedar de una vez asegurados.
. Renuebo mi verdadero afecto á la disposición de V.S. y ruego á nro
S.or le gue. felizes años. Campo de Castillos Grandes 20 de oct.re de 1752.
Blm de V.S. Sum.s af.o seg.o aeg.o Serv.or y Am.o
El Marqués de Valde Lirios
V.E. Dn. Josseph Joacbin de Viana"
(rubricado)

"Relación que haze el Practico Perico el Canario que acava de llegar


á este Campo, á traer la. noticia del suzeso de la Tropa que Bailo en
busca de los Indios.
106 EDUARDO F. AGOSTA Y LARA

El dia 20, de este mes sallo la partida de este Campo, y pasó


aquella noche en la India muerta.
El dia 21 al Amanezer Be puso en marcha, y fue al paso del negro
Josseph donde encontró 67, toldos viejos pero no havia ningún Indio.
Quedo allí aquella noche.
El dia 22 se puso en marcha, y encontró una china en la punta del
Arroyo de Gutiérrez, la qual dio noticia de que los Indios estavan de
la otra banda del Albardon grande, y que tenían intención de marchar
al dia siguiente por la madrugada. La India se quedo con la partida; y
aquella misma tarde á cosa de las tres abanzó la partida a los toldos,
en las caidas del olimar grande, y luego que la bteron los Indios empe-
zaron á huir acia olimar grande como que apuntavan acia el Cerro de
monzón, mataron catorze o mas Indios y cogieron unas quinze mugeres,
y toda la Cavallada que ellos tenían, excepto los cavallos en que única-
mente montavan q.e fue con los que ellos huyeron. De este mismo parage
se retiro la partida que podra llegar mañana a este Campo.
Dize Perico que si sale de esa Plaza la partida que V.S. tenia pre-
venida que se dirija a los Cerros de Monzón: de este parage, que se
encamine á los Cerros del difunto Escolla, y de este sitio puede embiar
sus vaquéanos delante á cortar el rastro para seguirlos por él, porque
no tienen mas Cavallos que los que montan, y muchos de ellos van a
pie ó dos en un Cavallo. También dice que el numero de Indios que ha
visto, contando las familias, entre mugeres, y muchachos le parece que
se acercará á quatrocientas personas, pero también dize que no le ha
parecido son muchos los Indios puramente de Armas.
Campo de Castillos grandes 24 de oct.re de 1752."
(rúbrica de Viana)

Documento C. [6]
"Con la adjunta copia de Carta escrita por él Mre. de Campo Dn.
Manuel Domínguez en buelta de su partida, Verá V.S. no haver logrado
el fin de extinguir los Yndios que ynfestan éstas Campañas, cuia noticia
Sirva á V.S. de aviso para su yntelixencia.
Dios Guarde a V.S. m.s a.e
Montevideo ít de Diz.re de 1752
B. 1. m. de V.S. su m.or B.or
Joseph Joaq.n de Viana
(rubricado)
S.or Gov.or y Cap.n Gral Dn. Joseph de Andonaegul."

"Copla
Señor Governador.— Después de ponerme a la ob.a de V.S. paso a
participarle como me hallo en el Arroyo del Ti de buelta de haver seguido
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 107

la Nación minoana; culo.rrastro se encontró en lae puntas del Yl, y albar-


don de Ulimar donde se encontró el día 20 del pasado las tolderías que
de arcos, o rramas tenían dispuesto, culo rrastro tomó el.rrumbo para
él rio Negro, y siguiéndoles por sus mismas pisadas pasaron dho Rio
tomando por rrumbo acia las Aldeas de los Padres de la Comp.a donde
apresuré la marcha por ber si podía darles alcanze antes que se favo-
reciera de ellas, donde llegué a un arroyo, donde se halló alojamiento de
algunos Indios que havian quedado en su espera de los que hivamos
siguiendo donde yncorporados prosiguieron su marcha en cuio alojamiento
dejaron un cavallo muerto de la marca del S.r Marques, culos Indios
entraron por la Estancia de Yapeyú que tienen alli por abocación Santo
Ángel, pasando por otra que llaman S.n Borja, y en la de S.to Ángel
tuvieron su alojamiento primero pues de alli subieron tomando él rumbo
de Castillos; y por sus mismas pisadas bolbieron a entrar en dho Sitio
donde se dejaron su rrastro tomando para los Pueblos con estancieros
y todos, donde no halló de quien tomar lengua, pues no dejaron despojo
de haver tenido encuentro unos con otros. Solo se conoció otro Cavallo
muerto del S.r Marques en los mismos Ranchos cuios rranchos eran quinze
con su Capilla, y Junto dellos havian armado su acampamento los dhos
ludios Infieles de donde me bolbi desconsolado de no haverlos Castigado
y restaurar la Cavallada del S.r Marques pues siempre que tengan este
abrigo padeceremos continuam.te este travajo pues si huviera taavido per-
miso de poder entrar en Dominios ágenos huviese pasado mas adelante
hasta los Pueblos solo con el deseo de quitar ese Subsidio de por medio
y que los partidarios de V.S. salieran con luzimiento: toda la partida
hiene buena, solo algo quebrantadas las Caballadas pues vamos conser-
vándolas por no perderlas tengo él animo de largar la gente en Santa
Lucia Saibó el parecer de V.S. y con ellos mismos retirar los Cavallos
reclutados a sus dueños ynterin aguardo la resp.ta de V.S. para executar
sus ordenes, y lo demás lo dexo hasta la vista —

Dios G.e a V.S. ra.s a.s Yi 7 de Diz.re de 1752 =


Blm.o de V.S. su mas seg.ro serv.or — Man.l Dominguez."
(rúbrica de Viana,)

BIBLIOGRAFÍA

1) BERNARDO NUSDORFFER S. I. — La Guerra de loa Siete Pueblos


(1750-1756). Publicada por Carlos Leonhartít. Revista "Estudios".
Academia Literaria del Plata. Vol. XIX y siguientes. Buenos Aires.
1920.
2) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO. — Colección
Falgao Espalter. Copias del Archivos de Indias, Sevilla. (Gobierno de
D. José J. de Viana. Tomo III).
3» JACINTO RODRIGUES DA CUNHA. — Diario da Expedigáo de Gomes
108 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Freiré de Andrada aa MisBÓes do Uruguay. Revista do Instituto


HÍBtorico e Geographico do Brazll. Vol. XVI. Rio Janeiro 1853.
4) TADEO XAVIER HENIS S. I. — Diario Histórico de la Rebelión y
Guerra de los Pueblos Guaraníes (1754). En "Colección de Obras y
Documentos" por Pedro Angelis. Vol. V, Buenos Aires, M36.
5) PABLO PASTELLS S. I. y F. MATEOS S. I. — Historia de la Com-
pafifa de JCBÚS en la Provincia del Paraguay. Vol. I y siguientes.
Madrid, 1912.
6f ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Montevideo N* 2. 1752. S9-C2-A1-N* 5.
CAPITULO VIH

LA PAZ DE 1762 - 64

Resulta evidente en cuanto toca a los minuanes, que a poco


de finalizar la campaña de Domínguez ya merodeaban por las
afueras de Montevideo, debiendo movilizarse una y otra vez las
partidas armadas destinadas a perseguirlos. Pero, la documenta-
ción que hemos encontrado relativa a estas operaciones es muy
pobre, no pasando de notas aisladas y truncas que a nada con-
ducen. Así por ejemplo, leemos en las actas del Cabildo de fe-
cha diciembre 24 de 1753: "teniendo Prezente la Livertad con
que los Yndios í1) han Venido a Matar, y rovar a un mismo
tpo el día tres del mez Corriente que en la Costa de Santa Lucia,
y que dhos Yndios se Restituyeron a sus avitaciones Sin haver-
zéles Podido dar el Castigo Merecido, ni Conozido, el Cuerpo de
Yndios de donde pudieron haver sido destacados los que Vinieron
a dha Fechuría; y atendiendo, a que al Prezente están los Vecinos
trauajando en sus Cosechas, Repartidos en distintos Pagos y que
no es fácil se puedan Juntar prontamente a qualquier Novedad,
de alguna avenida de Yndios", se resuelve: "al mayor Veneficio
de dhos Vecinos, y que puedan Recojer Con su Siega sus Cosechas
teniendo en la frontera alguna Jente; para que estos Con su Vigi-
lancia Corran la Campaña para Ymbadir qualesquiera Yntento
que dhos Yndios Pretendan;" se haga presente al comandante
de la Plaza: "Ponga la Jente que se alie precisa para dha Fontera,
Ynterin se Recoja dha Cosecha." [1 Vol. 2 pg. 394]. En otra del
23 de febrero de 1758 se dice que: "respecto de auer represen-

(1) Aunque los documentos no lo aclaran, parece evidente que se


trata de Indios minuanes. Recordaremos, no obstante, que los asaltos a
las estancias de Montevideo también eran realizados por guaraníes cima-
rrones, generalmente agavillados con bandidos de toda laya y origen, tal
como consta en actas del Cabildo, [1 vol. 3 pg. 230 y 278; vol. 4 pg. 193,
vol. 7 pg. 248].
110 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

tado el S.or Gouernador ser Conueniente que seaga una salida a


el campo a fin de Ver si se puede conseguir el ayuentar los hindios
ladrones que regularmente suelen hinuadir las histancias hinme-
diatas a el rio de S.ta Lusia y hurtar en ellas conuenimos en que
seaga dha salida por redundar en benefisio de los uesinos y no
teniendo esta Ciudad propios para suministrar a los cuarenta on-
bres que deueran hir a dha salida hemos acordado se rebaxen en
tres ó cuatro de ellos de dho Numero, y den Grasiosamente los
Viueres que sean menester como hes de hierba sal y axí y tabaco
para dha partida por el termino de cuinse días." [1 Vol. 3 pg. 16].
A veces, sin embargo, los jefes y oficiales a cargo de las parti-
das, remitían noticia de su encuentro con los nativos, como ésta
del teniente Gabriel de Rodas al gobernador de Montevideo, que
aún lo era José Joaquín de Viana: "Señor Govern.or. Participo á
VS. como el dia trese deste alcanze vnos Yndios de la otra Vanda
del Yy, de los. quales matamos vno, y quitamos quatro Chinas
dos tapes, y dos minuanes, y de los que se escaparon fueron á
vnos toldos q.e discurro estaban serca, pues el dia catorze a la
tarde los tube ensima queriéndome embestir haziendome moris-
quetas, y no me atrebi á embestirles por ser poca la Jente, y ser
ellos muchos pues los que se bieron pasaban de quarenta; y VS.
puede determinar lo mejor que le pareziere, que yo me mantengo
en la Calera hasta esperar la Orn de VS. porq.e estos Yndios han
de venir sobre las estancias por ser fuerza de Yndios y dizen las
chinas que con Muinanes, y Bojanes — Dios Gue á VS. m.s añ.s
Calera y Nov.re 15 de mil setecientos cinquenta y Ocho— Grabriel
de Rodas." [1 Vol. 3 pg. 28]. Muy pobre pues, la documentación
relativa a la guerra de los minuanes en este período histórico,
disponemos en cambio de algún material sobre el convenio de
paz que celebrara el Gobierno de Montevideo con un grupo de
caciques de aquella Nación, episodio de características singulares,
y uno de los más interesantes dentro del presente tema. Al gober-
nador José Joaquín de Viana, persona de criterio amplio y liberal,
distinguido por su habilidad en el trato con los nativos, se debe
la concertación de esta paz, que aunque breve, permitió a los
españoles extender su control y sus estancias hasta treinta leguas
dentro de nuestro territorio. [1 Vol. 8 pg. 57]. El 29 de marzo
de 1762, reunido el Cabildo en la Sala Capitular, comunicó Viana,
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 111

que como ya: "estaría noticioso este Ayuntamiento, havian ve-


nido á esta Ciu.d de las Campañas de afuera quatro Yndios de
Nación Minuana, con vn Casique llamado Cumandat, los quales
siendo recomheñidos del fin de su venida, aseguraban no ser otro
que el buscar en nosotros la paz, y buena armonía para con ellos,
y que les dejasen establecerse en esta Jurisdis.on". [1 Vol. 3 pg.
289]. Visto lo cual y de conformidad tanto a las Leyes de Indias
como a las ventajas de atraerse la amistad de los citados minua-
nes, se les hizo llamar a Sala, disponiéndose estuvieran también
presentes el maestre de campo don Manuel Domínguez y el capi-
tán de vecinos don Juan Antonio Artigas. Y, ya en sala los cuatro
indios, el maestre de campo: "como avil en la lengua Guaraní
por entender también mui bien esta el referido Casique", (Cu-
mandat), los invitó a tomar asiento, haciéndoles luego, y de
acuerdo con los deseos del gobernador, una serie de preguntas,
de las que resultó que todos conocían por cacique de ellos al men-
cionado Cumandat, el cual venía de Misiones (2), y que con riesgo
de su vida: "se havia conducido aquí á rendir la Ovediencia por
el, y Sus hijos". Enterado el Ayuntamiento, se les hizo saber que
tanto el Cabildo como el gobernador, por sí, y en nombre de la
Ciudad, les quedaban muy agradecidos por su actitud; que la Ciu-
dad se hallaba pronta a guardar con ellos buena armonía y que
no experimentarían violencia ni extorsión de clase alguna. Agre-
gó el cacique, que por no haber auxiliado en la guerra de las
Misiones, veíase ahora con sus hijos en total desamparo ( 3 ), y
que quedaban afuera otros varios indios que sólo esperaban su
aviso y la acogida que aquí tuvieran para venirse igualmente con
ellos. Y así sucesivamente, encarados diversos puntos y hechos los
acuerdos del caso, se les dijo: "que todo lo q.e havian Tratado

(2) Los minuanes frecuentaban mucho el territorio misionero. Ya


vimos al tratar de la campaña de Manuel Domínguez, (1751), que el
cacique Baruala se habla retirado con sus parciales "a los pueblos de
las Misione?". Parecería que estos Indios hubieran sido más dados a
pacificarse que los charrúas, y por lo general, sin perder su condición de
nómades e infieles, mantuvieron buenas relaciones coa los jesuítas.
(3) Evidentemente, al dar a entender que durante la Guerra Gua-
ranftica no había .tomado el partido de los misioneros, Cumandat no
buscaba otra cosa que congraciarse con los españoles. Recordemos, que
a la entrevista con los indios asistieron oficiales de destacada actuación
en aquella contienda, inclusive Viana, factor preponderante en el com-
bate del cerro Caaibaté.
112 EDUARDO F. ACOSTA Y i-ARA

quedava aqui escrito y sentado para que fuese inviolable en todo


tiempo Su cumplim.to por ambas partes asi por parte de este
Govierno y Ciudad, como por parte de ellos, y que también se
les daría el Correspondiente Pasaporte para que asegurasen su
ida y Salida desta Jurisdiz.on en demanda del Paradero de su
gente. Y el S.or Gov.or los Obsequio á todos los quatro Yndios
dándoles algunas varas de Vayeta, cuchillos, y gorros colorados
en reconocimiento del buen tratamiento que devian a su Zelo,
y buena correspondencia". Terminada la entrevista regresaron
los indios a campaña, con excepción de uno de ellos llamado don
José (*), hermano del cacique Cumandat, que: "quería quedarse
en esta Ciu.d por tener aqui Su muger." [1 Vol. 3 pg. 293]. Ocho
meses tardó en regresar Cumandat, haciéndolo el 1" de diciembre
de 1762. Recibido por el Cabildo el día 2, expresó que volvía con
otros caciques a cumplir lo prometido, y preguntado por que:
"havia tardado tanto en llegar a sus Toldos, respondió que por
haver caído enfermo en el Camino, y haver hallado a los mas
De sus Yndios con biruelas." [1 Vol. 3 pg. 357]. Preguntado en
qué lugar tenía sus tolderías, respondió que en las tolderías del
Yi, y en cuanto a lo de mantenerse aquí, en el paraje que se le
señalara, contestó que efectivamente, sus intenciones eran las de
establecerse en un arroyito inmediato al Sta. Lucía. Convinieron
luego el cacique Cumandat y sus acompañantes, los caciques Cris-
tóbal Quiritó.y José Luis Lescano, en que por no tener suficientes
cabalgaduras, sus familias vendrían poco a poco a esta Jurisdic-
ción, saliendo en: "vn Rodeo grande en la primera Estancia que
está en S.ta Lucia, y que darían aviso luego al S.or Gov.or, y que
Tardarían Tres dias en Venir con otros dos Casiques mas que
quedaron en sus Toldos llamados Luis Lezcano, y Man.l Gómez",
a quienes harían venir para que se enterasen de la paz y buen
recibimiento que aquí tenían. Aseguraron además que procura-
(4) El cacique "don José", y otro llamado "Moreyras", mencionado
más adelante, deben ser loa mismos de que habláramos en el capítulo
anterior, al ocuparnos de la Guerra Guaranltica. No es extraño que varios
de estos indios tuvieran nombres cristianos, ya que muchos habrían sido
bautizados durante BUS estadías en los pueblos misioneros. En cuanto a
los apellidos españoles y portugueses, los propios indioB debían de adop-
tarlos voluntariamente. EB de notar, que los caciques charrúas que conoció
el sargento mayor. Benito Silva en la primera mitad del Biglo XIX, lucían
los nombreB de algunos guerreros famosos, tales como Rondeau, Leoor,
Barbacana, etc., [2 pg. 347].
MIKUAN, eegún Pernetty.
(foto-copia de un original + x ¡ , Museo de la Biblioteca
Nacional, Montevideo).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 113

rían hacer despacho a otros dos caciques, llamados Molina y Mo-


reyras, los cuales andaban dispersos por la campaña: "exhortándo-
les a que Viniesen á cituarse con ellos en esta Jurisdis.on". Y a esta
altura de las cosas, acordó el Cabildo, en entendimiento con el
gobernador, que: "Teniendo pres.te las K.s Leyes de Yndias que
encargan en sumo grado la pasificas.n y modo De ir suabisando
estos Naturales hasta á nra paz, y buena armonía", se diera
buen recibimiento a dichos indios y sus familias, disponiéndose
que los tres caciques acompañados del alguacil mayor y del alcal-
de provincial: "recojiesen algunos bastimentos en las tiendas y
Pulperías desta Ciud.d", llendo así aviados en busca del paradero
de sus familias, quedando reservado para su regreso: "el destino
q.e se les deva asignar y las asistencias que se les aya De pro-
mediar y acudir p.a su manutens.on" [1 Vol. 3 pg. 359].
Pasado algo más de tres meses, el 10 de marzo de 1763 se
presentaron nuevamente los indios ante el Cabildo, comparecien-
do esta vez aparte de los ya conocidos, Cumandat, don José, don
Cristóbal y Moreyras, cuatro caciques más, a saber, "el Salteño",
don Lorenzo, don Antonio y don Manuel, los cuales excusaron a
su principal, Comiray, que por no tener caballo y: "aliarse totalm.te
a pie", había quedado en campaña, reunida su toldería con la de
don Cristóbal. [1 Vol. 3 pg. 391]. Y hechas por ambas partes las
acostumbradas protestas de amistad, oficiando de lenguaraz una
minuán llamada Petrona, radicada en Montevideo, se hizo saber
a los indios, entre otras cosas, que el gobernador haría publicar
un bando; "para q.e no fuesen obstilizados ni molestados por na-
die De aqui de la Ciu.d ni aun De los nuestros de la Campaña,
para lo qual llevarían pap.l De Seguro á maior abundam.to De
mano de Su S.ria como también Viesen vna Persona a quien pudie-
sen nombrar por su Padrino, ó Protector De su satisfas.on y
Voluntad para q.e ablase en su defenza, bien fuese Vno de los
S.res Capitulares, v Otro cualesquiera particular todo, a fin De
q.e viniesen con la maior Vrevedad á estableserse aqui en nuestra
paz como lo estaban Ofresiendo". También se les hizo saber que
si encontraran y trajeran de la campaña algunos caballos, y que
éstos resultaran de propiedad del vecindario de la Ciudad, sus
dueños quedarían obligados a pagarles un peso por cada cabeza:
"por la Coxida en el campo", como asimismo si se tratara de
EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

animales ajenos a esta Jurisdicción, ellos, los indios, vendrían a


ser considerados como sus únicos y legítimos dueños. Igualmente
se estableció que los muchachos que así lo desearan, y con el
consentimiento de sus caciques, podrían conchavarse en las es-
tancias y chacras, en la seguridad de que el gobernador les haría
pagar por su trabajo en caso de cualquier omisión que hubiera
sobre el particular [1 Vol. 3 pg. 392], Y así, parecería que
sin más trámites, quedó sellada la paz, viniendo los minuanes
a establecerse en un lugar próximo a Montevideo, donde irrum-
pían casi a diario, prestando a las calles una nota por demás
pintoresca y novedosa. El benedictino Antonio José Pernetty,
distinguido naturalista adjunto a la expedición de Bougainville,
y que de paso para las Malvinas, permaneció en nuestra Ciudad
desde el 28 de diciembre de 1763 hasta el 16 de enero del 64,
tuvo oportunidad de ver varios de estos indios, sobre los que
escribió un capítulo mal titulado: "De quelques particularités
sur les Indiens du Paraguay", [4 Vol. I pg. 295]. Deducimos
por él que los minuanes, no sólo gozaban de las más amplias liber-
tades en las calles de Montevideo, sino que, inclusive, se permi-
tían chanzas con los paseantes, como aquella de que fue objeto
el escribano de la fragata, compañero de Pernetty. Quedan tam-
bién de manifiesto, las influencias culturales que estos indios
habían recibido durante su permanencia en las Misiones, como
ser en lo idiomático, ya que aparecen hablando la lengua "du Para",
o del Paraguay, el guaraní por generalización, "mezclado con la de
los indios de las tierras circunvecinas". Otro tanto diríamos a pro-
pósito del cultivo de la mandioca y aprovechamiento de su deri-
vado, el cazabe, tan difundido entre los guaraníes como ajeno a
los charrúa - minuanes, cuyo régimen alimenticio era esencial-
mente a base de carne. (Véase el apéndice N<" 2).
El convenio de paz con los minuanes puede decirse que fene-
ció con el mandato de Viana. En efecto, el 8 de abril de 1764,
recibía el Cabildo en sesión plenaria los despachos del nuevo go-
bernador, don Agustín de la Rosa [1 Vol. 3 pg. 486], y éste, no
sabemos obedeciendo a qué razones o influencias, ya el 10 escribía
a Buenos Aires, al gobernador Ceballos, tres cartas que no hemos
podido localizar, pero que, por el tono de la que recibió en con-
LA. GUERRA DE LOS CHARRÚAS US

testación, deducimos no eran muy favorables a que los indígenas


continuaran viviendo en las cercanías de Montevideo.
Dice así la carta de Ceballos:
"Señor mió— Satisfaciendo a las tres cartas de VS de 10 del
corriente que hé recivido juntas, devo decirle, que yó no hé dado
permiso alguno para que los Infieles se pongan, ni menos perma-
nezcan en los parajes que VS me expresa, antes su antecesor se
há portado en esto con tanta independenzia, que ni aun noticia
me há dado de ello, en cuio supuesto podrá VS hablando antes
reservadamente con el Maestre de Campo D.n Man.l Domínguez,
tomar las providenzias que Juzgare mas acertadas, ya sea para
intimarles q.e se alegen de esas Fronteras, ó para señalarles algún
paraje distante de ellas, donde sin hacer daño a las Estancias
puedan subsistir- (
)
Quedo a la ovediencia de VS con todo afecto, y con el mismo ruego
á nro Señor gue su vida m.s a.s Buenosayres 14 de abril de 1764.
Blm.o de VS
su mas afecto ser.or
D.n Pedro de Ceballos
(rubricado)
S. D. Agustín de la Roza" [3].
Siguiendo las indicaciones de Ceballos, de la Rosa debe haber
hecho sus consultas con Domínguez, y éste a su vez con los caci-
ques minuanes, llegando a un acuerdo por el que la indiada se
retiraría a campaña luego de recibir algunos presentes. Asi las
cosas hasta la reunión del Cabildo de fecha 4 de mayo, en la que
se planteó el alejamiento de los indígenas como asunto de interés
general. Leemos en el acta de la fecha: "propuso su Señoría" (de
la Rosa), "lo primero, que hallándose la Iglesia Matriz de esta
ciudad en el arruinado estado que se ve, en un infeliz estado de
indecencia y lo que es más estar deteriorado y próximo a arrui-
narse su edificio o parte de pared de aquel mismo Templo, si con
tiempo no se hecha mano a remediar este inconveniente", etc., etc.,
"y porque debe ser de la primera atención de esta Ciudad y Vecin-
dario el esforzarse con su católico y pió Zelo, a poner, los condu-
centes medios que conduzcan a reparar, y remediar en lo posible
así la ruina en que de un día a otro se teme sobrevenga al sobre-
116 EDUARDO F. AGOSTA Y LARA

dicho Templo, como también subvenir en lo posible a su compos-


tura y aderezo, a este intento se tuvo por conveniente, el que en
el Cabildo abierto, con asistencia del dicho Gobernador y sus indi-
viduos Capitulares y de los curas párrocos de esta misma ciudad
con los principales ciudadanos de ella y todo el demás restante
número de Personas así vecinos como forasteros que residen en
ella, para que enterándoles del estado lastimoso en que exhiste
como va referido el expresado Templo o Iglesia Matriz se conmue-
van voluntariamente a dar de limosna lo que cada uno quiera a pro-
pia discresion para bien de concurrir a fomentar el reparo y posible
compostura y arreglo de dicho Santo Templo", etc., etc. Y aquí vie-
ne lo de los indios: "al mismo tiempo por acuerdo de este mismo
Cabildo con insitativa del dicho Señor Gobernador se hizo presente
a todo el vecindario y forasteros como se tiene dispuesto, captando
la maior quietud, paz y sosiego de esta Ciudad y su Jurisdicción
que los Indios de la Nación Minuana que vajo de paz permanecen
en ella, se les haga retirar á abitar y situarse en el Rio nombrado
de San Francisco (s) en esta misma Jurisdicción y deseando que
se perpetué quanto es a nuestra parte la tolerancia posible, a
fin de que en quanto permita los medios prudentes y Justificados,
se sohstenga, y Heve en conservación la paz y buena armonía
en que permanecen dichos Indios, para esto se hallaba por con-
veniente el poner a la consideración de todos los expresados con-
currentes, el que por el mismo Orden y método voluntario ofre-
cieren graciosamente lo que tuviesen por conveniente; de cuya
manera se hizo el ofrecimiento siguiente. Don Pedro de Barrene-
chea, ofreció dos pesos de limosna para la Iglesia y un peso
para el arbitrio de los Indios. Don Marcos Velazquez, ofreció
quatro pesos para la Iglesia y dos pesos para los Indios", etc.,
etc. [1 Vol. 4 pág. 20], Se suceden los donativos hasta totalizar
sumas apreciables para ambas partes, quedando finalmente nom-
brados para recaudar y distribuir estas limosnas don Francisco
de Gorriti, don Juan de Achucarro y don Jaime Soler. [1 Vol.

(5) Puede ser el arroyo San Francisco, afínente del IUescas, en


el Dpto. de Florida, o su homónimo, afluente del Campanero, en el Dpto.
de Lavalleja. Nos inclinamos a pensar que se trate del último, bien cono-
cido de los montevideanos a partir de 1747, afio en que Manuel Domín-
guez descubrió en sus inmediaciones: "evidentes Indicios de metales de
oro", [6 pg. 113].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 117

4 pág. 31]. Pero los minuanes no percibieron ni un céntimo de


estos donativos. Algo ocurrió, porque en paz y amistad como esta-
ban, se retiraron inesperadamente a campaña, actitud que pudo
responder a una intimación de desalojo, o en vía de los hechos
a un verdadero desalojo a culatazos. ¿Es que al hacerse el re-
cuento de los donativos se advirtió que era mucho lo que les
correspondía, y a espaldas del Cabildo y de la población se decidió
alejarlos por medio de la violencia? Como quiera que aea, al
reunirse el Cabildo el 19 de mayo: "se tubo pres.te y resolvió
por este Ayuntam.to y con allanam.to y veneplacito del dho S.or
Gov.or que respecto a que parece que se han retirado á las Campa-
ñas desiertas distantes de las estanz.s de esta Jurisdiz.on los Indios
de la naz.on Minuana con presumpcion de q.e se ban á vivir reti-
rados de aqui, por esto se tubo por conviente, y desde luego
se resolvió como ba referido que él ofresimiento hecho por los
Individuos deste Vesindario, y Forasteros, á favor de dhos Indios
se aplique desde luego á favor de la particular obra de la dha
Iglecia Matris de esta Ciu-d." [1 Vol. 7 pg. 12]. Transcurrieron
junio y julio sin que se volviera a hablar de los indios, hasta que
a fines de agosto cundió la noticia de que regresaban en son de
guerra. La conmoción debe de haber sido grande, tanto como
para que de la Rosa publicara el siguiente bando:
"D.n Agustín de la Roza Queipo de Llanos y cien fuegos,
Coronel de los R.s Ex.tos de S.M.R. Gov.or Político y Militar y
Juez de Arrivadas de esta Ciu.d de S.n Ph.e de Montevideo y
su Jurisdis.on. Por quanto por representas.on que me acaba de
haser él nt.re Cav.do de esta Ciu.d, demás de otros particulares
avisos con q.e me alio; estoy enterado del temor y reselo que se
tiene no desnudo de convincentes fundamentos sobre q.e los Indios
de la Nación Minuan que se alian en esta Jurisdis.on y Desiertas
Campañas, Asalten de vna hora á otra á nuestros avitantes de
los pagos de afuera, causando en ellos y sus hasiendas lamenta-
bles obstilidades lo q.e en qualq.er modo subcedido me seria senci-
bilissimo así por la obligación de mi empleo, como por la veras
con q.e amo y me conduelo de qualesq.ra subceso opuesto á qua-
Iesquiera de los individuos deste Vesindario, y foráneos: Por
tanto proveyendo del mas prompto Remedio a q.e se repare en
lo posible aquel temido amago: Hago saver a todos los vesinos,
118 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

estantes, y avitantes de esta Ciu.d, y su Jurisdis.on que luego


que oygan disparar dos Cañonazos en la R.l Ciudadela de esta
Plaza en su baluarte que mira a la parte de la campaña, ocurran
todos luego, pertrechados con sus Armas, y Cavallos (lo que
desde aora tendrán dispuesto, y preparado) a la Guardia nombra-
da de Pintado en la Frontera de esta Jurisdis.on Pena de q.e á
qualesquiera Vesino, ó Forastero de dentro, y fuera de esta Ciu.d
que contraviniere á este mandato, se le extraerá la multa de vein-
ticinco pesos, que aplico p.a fomento de Ramo de guerra a Vene-
ficio de qualesq.ra salida, v otro refuerzo de gente que se ofrezca
haser sobre el prevenido asumpto. I para q.e llegue á Noticia de
todos, mando publicar este Vando en la forma acostumbrada.
Fho. en esta refer.da ciu.d de Montevideo á veintinueve de Agosto
de milsetes.tos sesenta y quatro; y lo firmé, y actué con los tgos
subscriptos de mi asistencia a falta de SS.no y en este papel
común q.e se vza por R.l mrz.d.
D.n Agnstin de la Roza
(rubricado)

ttgo. Nicolás de Zamora ttgo. Pedro Pasq.I Hidalgo" [6]


(rubricado) (rubricado)

Y en concordancia, durante la reunión del Cabildo de fecha 3


de setiembre fue tratado lo siguiente: "teniéndose pres.te la nece-
ssidad q.e tiene la Guardia de la Frontera desta Jurisdiz.on nom-
brada de S.n Juan Baptista, de vna Fortaleza por la q.e se sobs-
tenga en alguna guarda, y Defensa la gente q.e se alia en ella,
maiorm.te en el tiempo actual en q.e se releban enemigos los indios
Infieles de la Nación Minuana q.e se han retirado a la Campaña,
y que sobre esto es necessario proveer del Correspondiente reme-
dio á fortificar aquella guardia con la vrevedad posible á q.e esté
la gente de ella á cubierto de cualesq.ra imbasion ó asalto q.e
contra ella intenten los dhos enemigos, por ello con todos votos,
acordó este Cav.do aviendo oydo sobre la materia al Mre de campo
D. Man.l Domínguez, y a los Capitanes D. Manuel Duran, y D.
Marcos Velazquez (que están pres.tes) el q.e luego se ponga en
efecto vn Fuerte en la dha guardia hecho de palo a pique, y con
alguna forma de parapeto con que á cubierto en el puedan los
nros haser fuego en cualesq.ra imbacion." [1 Vol. 7 pg. 20].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 119

Finalmente el 13 de setiembre se resuelve, y de acuerdo con las


opiniones de Manuel Domínguez y de los capitanes Manuel Du-
ran y Marcos Velazquez, levantar el fortín: "á distancia de vna
legua de la Guardia de Pintado adelante, en la Cuchilla empinada
q.e ay en aquel sitio de donde se descubren, y pueden observarse
con facilidad qualesq.ra Avenida de enemigos, tanto por la Costa
del mismo Arroyo de Pintado, como por la de Santa Lucia; a que
se agrega el encontrarse en este paraje agua permanente por
medio del Arroyo q.e corre a su pie." [1 Vol. 7 pg. 23]. Y aquí
perdemos el rastro del asunto, no habiendo podido aclarar si llegó
a consumarse el asalto minuán contra los "avitantes de los pagos
de afuera". Lo más probable es que alguna comisión encabezada
por Domínguez haya salido a parlamentar con loa caciques, lo-
grando atraerlos nuevamente a la paz y sosiego anteriores.
BIBLIOGRAFÍA

1) ACUERDOS DEL CABILDO. — En "Revista del Archivo General


Administrativo". Vol. I y siguientes. Montevideo, 1885.
2) JUAN CARLOS GÓMEZ HAEDO. — Un vocabulario charrúa desco-
nocido. Boletín de Filología del Instituto de Estudios Superiores.
Vol. I, N» 4 y 5. Montevideo, 1937.
3) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO. — Caja Co-
lonial 12, Carpeta 7.
4) ANTONIO J. PERNETTT. — Histoire d'un Voyage aui isles M&loui-
nes, fait en 1763 - 1764. Vol. I y II. París 1770.
5) FLORENCIA FAJARDO TERAN. — Historia de la ciudad de Minas.
Boletín Histórico del Estado Mayor del Ejército, (N* 75-76), Mon-
tevideo, 1958.
6) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO. — Caja Co-
lonial 12, Carpeta 3.
CAPITULO IX

LOS EPISODIOS DE OCTUBRE DE 1766 Y MARZO DE 1773

La ordenación y estudio de los hechos bélicos ocurridos entre


minuanes y montevideanos, y en general entre charrúas y espa-
ñoles es tarea por demás engorrosa. Y ocurre esto, en parte por
la falta de documentos, y en parte por que, exceptuando aquellas
oportunidades en que los portugueses incitaban a la indiada con-
tra los establecimientos españoles, las hostilidades carecían de
antecedentes políticos, plan, y consecuencias que puedan estu-
diarse ordenadamente. Conocemos sin embargo el origen de dOB
episodios, ocurrido uno en octubre de 1766 y otro en marzo de
1773. Del primero, consta en el acta del Cabildo de fecha 23 de
octubre de aquel año, que el gobernador don Agustín de la Rosa
pidió se le elevara el informe de los sres. alcalde de segundo voto
y provincial, don Joaquín de Vedia y don Antonio Camejo, a quie-
nes se había comisionado en la estancia de los jesuítas, en la
Calera, para: "averiguar y esclarecer el hecho de Insulto, ó oba-
tilidad acaesida en el Puesto de afuera de dha Estancia, el día onse
del corr.te mes, por los Indios Infieles que Vagan por esta Cam-
paña según noticia y aviso que desde dha Calera embió á dar por
medio de carta el M.R.P. Ignacio Perera Sup.or de la Residencia
de dha comp.a de Jhs." [1 Vol. 7 pg. 119]. El informe debida-
mente ratificado por los testigos fue dado a conocer por don
Juan de Achucarro, alcalde de primer voto, recién el 20 de diciem-
bre, expresando el mencionado alcalde: "Que dicho alboroto, fue
ocacionado de la vevida del aguardiente según consta de dha Inf or-
maz.on que en dicha estancia y puesto ha ávido siempre de venta,
el qual los insitó a los Indios á haser la corta demostraz.on aunq.e
bien ponderada, y ruidosa; que es publico, y notorio que hizo
mover y poner sobre las armas á toda la Guarniz.on de esta
Plaza, vesindario y forasteros como a subcedido en otras ocacio-
122 EDUARDO P. ACOSTA Y LARA

nes con motivos ligeros, é insultos supuestos por los dhos R.R.P.P.
atribuyéndolo esto a la suma adversión y deseos que siempre han
manifestando dhos R.R de la total extinsion de los Indios de la
Nación Minuana (cuya conservación me parece es conveniente),
sin que yo aya podido alcanzar el fin a que se dirige este empeño
que solo dhos Padres han tomado a su cargo, pues aunq.e ay otras
hasiendas de Vecinos particulares en parages mas avanzados a
la Campaña, y que los puestos avanzados de dhos Padres, están
muí estendidos de los Verdaderos linderos vajo de los quales
fueles hecha la gracia y a la que precisamente devían reducirse, o
reducirlos por mandato superior no se ha quejado otro algún Ve-
zino de ninguna estorcion (que yo lo sepa) que dichos Indios le
aiga hecho antes bien han ayudado en algunas faenas por la
corta gratificaz.on de vn pedazo de carne, una poca de Yerba." [1
Vol. 7 pg. 129]. Atento a las conclusiones de los cabildantes, el
gobernador de la Rosa les envió una carta el día 22 de diciembre,
en la que expresaba: "viéndome precisado á tomar Varias provi-
dencias consernientes al bien publico, es necesario que V.S. me
informe cathegoricam.te en el dia, y con la maior vrevedad, sobre
lo siguiente= Si se devera privar que en los campos de esta
Jurisdiz.on no haya [sic] Pulperías publicas, ni se vendan
aguard.te ni otras vevidas, principalm.te a los Indios." A lo que se
expidió el Cabildo, contestando: "Que no conviene aya Pulperías
publicas ni se venda aguard.te ni otra vevida en los campos de esta
Jurisdiz.on". [1 Vol. 7 pg. 135].
El segundo episodio que también recogemos del Libro de
Actas del Cabildo, debe haber ocurrido en los primeros días de
marzo de 1773. En el acuerdo celebrado el día 11 de dicho mes
y presidiendo el gobernador don Joaquín del Pino, se leyó una
carta dirigida al maestre de campo don Manuel Domínguez, allí
presente, y en la que el capitán de milicias y juez comisionado
de la campaña, don Ángel de los Llanos, le notificaba desde el
Santa Lucía: "q.e por Valentín Roa, y otros delinquentes se
abia estos dias pas.dos executado el culpable exceso De atropellar
a los Indios Minoanes, De donde resultó matar á vna china y erir
algunos Indios, según le informan; por cuyo motivo se fueron
los Indios dejando los toldos parados, los q.e dice vio el dho Comi-
cionado, como á la china muerta. Que de la huida De los dhos In-
LA GUERRA DE LOS C H A K K Ú A S 123

dios, se quedó vno en el Monte con la muger, cuyo indio remitía al


dho Mre De Campo, menos la china hasta que por este Cav.do se
determinase lo mas conveniente". Informaba también el comisio-
nado, que por nota que le enviara Manuel Cevallos, dependiente
de las estancias de don Melchor de Viana, estaba al tanto de que
la peonada que don Cristóbal de Castro Callorda tiene en la otra
banda del Yi, había dado: "vn choque a dhos Indios matando algu-
nos, y entre ellos al Cazique Castellano". [1 Vol. 8 pg. 381]. Con
estos antecedentes acordó el Cabildo se aprontara y despachara
un piquete de cincuenta hombres bajo el comando del capitán de
milicias don Fernando Rodríguez, para que trasladándose a cam-
paña, averiguara sumariamente la realidad y fundamento de los
hechos. En ese ínterin, y como consta en actas del 15 de marzo,
compareció ante el Cabildo Juan Carlos Salinas, peón que estaba
trabajando con las tropas de Castro Callorda en la costa del río
Negro, y que manifestó lo siguiente: "q.e haviendo pas.do por las
inmediación.s del dho paraxe los sitados Indios, Minuan.s estos
avanzaron a la Cavallada de dhos travajador.s arreándoselos, por
lo q.e acudieron á pedir Socorro a la Otra tropa Del mismo Callor-
da de donde salieron de dha prim.a tropa ocho hombres alcanzando
estos a los dhos Indios, haciéndose estos fuertes en defender los
Cavallos q.e havian quitado, por esto, y reconociéndose los nues-
tros pocos en numero, acudieron a la dha seg.da tropa de Callorda
en donde reforzandose De mas gente hasta num.o De veinte y tres
salieron nuevam.te en seguim.to de dhos Indios a los quales alcan-
zándolos en el dho Rio Negro, consiguieron los nuestros el quitar
a los dhos Indios los cavallos q.e les llevaban, y aun algunos de
los prop.s Indios y sin q.e p.a esto tubiesen encuentro alg.o ni
fuese necess.o vsar, ni valerse De las armas De vna, ni otra parte,
y por consig.te no haver havido herido ni muerto alguno De q.e
es visto fue según esta noticia vaga, é insierta la comunicada por
d.n Juan Ang.l De Llanos, De q.e la gente Del dho Callorda avia
tenido choque con dhos Indios matando a algun.s y entre ellos
al Casiq.e Castellano". [1 Vol. 8 pg. 384]. Visto lo que antecede,
y escuchada la opinión del maestre de campo, el Cabildo deliberó
y acordó que el capitán. Rodríguez con diez o doce hombres saliera
en busca de don Bernardo, cacique de los referidos indios, a quien
entregaría una carta del gobernador, procurando además parla-
124 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

mentar con ellos, asegurándoles paz y buena armonía y darles la


certeza de que: "el exceso ocacionado en la pres.te ocas.n en per-
juicio De los suyos» a sido solo efecto del desordenado proceder
De dos, o tres De los nuestros, hombres delinquentes a quien.s se
hace toda dilig.a de aprehenderlos p.a su condigno castigo, a fin
De q.e por medio De estas, v otras semejantes exprecion.s inducir
a los dhos Indios a q.e vajen a esta Ciu.d p.a q.e conseguido esto,
se les asegure en lo mismo por parte Del S.or Gov.or y este
Cav.do". De todo lo cual: "inteligenciado el referido D.n Fernando
Jph. Rodrig.z ofreció practicar De su p.te con la m.or eficacia
esta düig.a y comisión con la m.r posible vrev.d". También se
acordó que de las dos partidas que habrían de salir a campaña a
cumplir patrulla] es de rutina, una se encaminara a la estancia de
Melchor de Viana y de allí fuera hasta el Yi, a fin de indagar
entre la gente de Callorda la veracidad de las declaraciones de
Salinas. [1 Vol. 8 pg. 386].
Hasta aquí lo que hemos encontrado en las actas del Cabildo
sobre estos dos episodios. Agregaremos, que han fracasado nues-
tros intentos en el sentido de localizar las cartas que se mencio-
nan en ellas, como ser la del R.F. Ignacio Perera, cuya lectura
podría habernos proporcionado detalles de verdadero interés
documental.
Incluímos en la presente sección, carta de Félix de la Roza
al marqués de Loreto, relativa a un incidente entre minuanes y
tapes del pueblo de San Nicolás, en 1786.

Documento A. [2]
"Eimo. Señor
El Subteniente Don Josepb, Bolaños, se a retirado ayer del Campo
abiendo permanecido de Partida, quarenta y dos dias, sin aberle ocurrido
mas nobedad que el allasgo, de multitud de Reses muertas, en el Arroyo
Piral (*), lo que le obligo, á continuar sus Marchas por el rastro, asta
que consiguió alcanzar, una Baqueria, que iba causando aquel estrago, y
pertenecía al Pueblo de San Nicolás, compuesta de cien Indios, con cin-
Quenta Chinas, y mas de otros tantos Parbulos: tenían ya grande cantidad
de Ganado sujeto, y más de nobenta Bacas muertas en la immedicion
de el Rodeo, sin sacar de ellas mas utilidad que la Grasa, ó Sebo y esto no

(1) Piray, afluente del río Negro, al norte de Aceguá, en territorio


brasileño.
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 125

de todas: este desorden obligo al Comandante de la Partida llamase al


Jefe de la Saquería Intimándole contubiese, & su Jente, y mirase las
funestas resultas, que, causarla en los Campos, y Ganados á cuya Insinua-
ción nada contexto, pero se conoció abia ecbo algún efecto pues al siguien-
te dia no fue tanta la mortandad, de Reses, aunque permanecerían bien
poco en este arreglo pues separada la Partida conceptuó continuarían
como acostumbran. El Jefe ó Correjldor que mandaba la Baqueria dio
parte, al oficial, q.e los Mlnuanes, les ablan robado, la Yerba Mate, Lienzo,
y tabaco, y que también, les ablan quitado la Caballada, pero que conti-
nuas suppllcas, la bolbieron desconfiando, el Correjidor y demás tapes,
que deretirada á su Pueblo, repitan el propio echo y les lleben también
el Ganado, que conduzen.
Nuestro S.or guarde á V. E. muchos años.
Paso del Rey 13 de Marzo de 1786
Señor
B.L.M. de V.E.
BU mas at-o sub.to
Félix de la Boza
(rubricado)
Exmo. Señor Marques de Loreto."

BIBLIOGRAFÍA

1) ACUERDOS DEL CABILDO. — En "Revista del Archivo General


Administrativo". Vol. I y siguientes. Montevideo, 188S.
2) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
varios N? 2. 1736- 1809. S 9 - C 8 - A B - N ' 8.
CAPITULO X

LAS VAQUERÍAS DE DN. MANUEL DEL CERRO SAENZ

Con el alejamiento de los jesuítas, (1767), se inició el de-


rrumbe de los Pueblos Misioneros. Sin la disciplina impuesta por
aquellos religiosos y dilapidadas las reservas económicas reunidas
durante su administración, pronto se esfumó la fuerza militar
y política de que tanto se había valido la Corona Española. En-
vueltos en la bancarrota general y procurando sobrevivir a sus
males, los habitantes del pueblo correntino de Yapeyú, cuyas de-
pendencias incluían vastos campos en los hoy departamentos de
Artigas, Salto, Paysandú y Tacuarembó [1, mapa, pg. 2-3], obtu-
vieron del virrey Meló de Portugal, y merced a gestiones del admi-
nistrador de los Pueblos, Manuel del Cerro Sáenz, concesión para
faenar ganados en los campos lindantes con sus estancias, ya que
los robos, el derroche y la imprevisión, habían acabado por extin-
guir toda la hacienda propia. En carta de setiembre 28 de 1795,
del Cerro planteaba al virrey la situación precaria por que atra-
vesaban los pueblos a su cargo, recalcando que la miseria se
acentuaba en el pueblo de Yapeyú, cuyos ganados habían sido
repetidamente robados: "con biolencia tiránica" por los "Ladro-
nes de ganados mas conocidos con el nre. de Changadores". Y
agregaba luego de otras consideraciones: "Este Pueblo de Yapeyu
q.e en otro tpo. floreció con sus aciendas de ganados oy se be
en el abatimiento esplicado lleno de Deudas y sin Créditos p.a
con ninguno otro de estas Misiones". [2]. Consultado el fiscal
protector de naturales, atento a la exposición de del Cerro y a
su pedido de arbitrios, se expidió indicando la conveniencia de que
con tropas adecuadas se persiguieran y exterminaran los chan-
gadores de aquellas comarcas, como que asimismo, y vista la
indigencia del pueblo de Yapeyú, se establecieran algunas faenas
de cueros en su favor [2]. Oportunamente y entendemos que a
128 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

pedido del virrey, del Cerro especificó los parajes en que habrían
de realizarse las faenas, y que serían: "los Arroyos Pirai Solis
y Caraguatá q.e corren a él leste y fondos de las estancias del
Pueblo de Yapeyu". [2]. El desarrollo de estos trabajos determinó
que fueran aprehendidos un cierto número de charrúas y minua-
nes, produciéndose más adelante un levantamiento general de
dichos indios, los que finalmente fueron reducidos por el coman-
mante de Yapeyú, teniente coronel Francisco Rodrigo. Terminare-
mos diciendo que, analizada a fondo, la concesión de Meló de
Portugal se nos hace muy sospechosa de turbio negociado, ten-
diente más bien a llenar las arcas de Cerro Sáenz que a palear
la miseria de los indígenas yapeyuanos. "Arbore dejecta quivis
ligna colligü".

DOCUMENTOS

A) Copia de una carta del virrey Meto de Portugal a Cerro


Sáenz, indicándole las normas por las que habrá de regirse
en el establecimiento de las vaquerías. Buenos Aires, febrero
15 de 1796.
B) Recibo dado por Félix Bacuare, comandante de la partida
destinada a auxiliar la expedición de Cerro Sáenz, y en el
que certifica habérsele entregado quinientos sesenta cartu-
chos y doscientas diez piedras de chispa. Yapeyú, marzo
15 de Í796.
C) Copia de una carta de Meló de Portugal a Cerro Sáenz,
ordenándole remitir a Buenos Aires los indígenas aprehendió
dos. Buenos Aires, octubre 11 de 1796.
D) Copia de una carta de Cerro Sáenz a Meló de Portugal anun-
ciando el envío de dichos indígenas. (San José del Uru-
guay ?), octubre 25 de 1796.
E) Notas sobre otras remesas de indios.
F) Carta de Benito de la Matta Linares al virrey Olaguer y
Feliú (*), sobre la reclamación de María del Carmen Már-
mol, quien se hallaba a cargo de una charrúa o minuán,

(1) Helo de Portugal Habla fallecido en Pando, Canelones, el 15


de abril de 1797, cuando realizaba un viaje a Maldonado. El cargo de
virrey fue ocupado por Antonio Olaguer y Feliú, hasta entonces gober-
nador de Montevideo. [4 Vol. 2 pg. 315].
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 129

posiblemente de las remitidas por Cerro Saenz. Buenos, Aires,


setiembre 12 de 1797.
G) Nota de Jorge Pacheco a Olaguer y Feliú, sobre la remisión
de varias charrúas y minuanes que apresara en las vaque'
rías de Cerro Saenz. San José del Uruguay, setiembre 26
de 1797.
H) Nota de Pascual Ibañez (?) a Olaguer y Feliú sobre la>s
mismas prisioneras. Buenos Aires, octubre 5 de 1797.
I ) Carta de Bernardo Suarez a Olaguer y Feliú (?), dándole
cuenta de las depredaciones cometidas por la gente de Cerro
Saenz contra los charrúas, minuanes y misioneros. Arroyo
de la Virgen, diciembre 27 de 1797.
J ) Carta de Félix de Azara a Olaguer y Feliú sobre hostilida-
des de los minuanes. Cerro Largo, diciembre 23 de 1797.
K) . Carta de Azara a Feliú sobre el mismo tema. Cerro Largo,
febrero 11 de 1798.

Documento A. [2]
"En bista del Espediente seguido a consecuencia de solicitud de V.m Dlrl-
Jtda a q.e se i-restablezcan las faenas de Cueros para el fomento del
Pueblo de Yapeyu, he rresuelto q.e se ejecuten bajo la Dlrecion de V.m.
e ymediata Dependencia de este Superior Gobierno y con conocim.to e
ynterbencion del S.r fiscal Protector, en las Costas é ymediaciones de los
Arroyos. Píray Solls y Caraguatá y otros parajes q.e sean precisam.te
nonprendidos en el Destrlto del mismo Pueblo situándolas y asiendo las
correrlas de modo q.e aga recostar el Ganado p.a dentro de la frontera
y al centro de las Estancias a fin de q.e se sujete a rodeo el q.e sea
dable y no matando mas de los toros q.e se separen del Enbraje Culos
Cueros beneficiados q.e sean ande hirse conduciendo al puerto mas ymediato
del Rio Uruguay y de el desta Capital p.a q.e se bendan al precio q.e
sea Dable sobre culo Liquido producto reportara con un ocho por ciento
p.r el Cuidado y trabajo de esta Comisión q.e es distinta y separada de
la Adm.n gral. q.e obtiene.
Estas faenas no deben enbarazar las Baquerias q.e en tpo. oportuno
necesitan ácer p.a su subsistencia los naturales del mismo Pueblo, antes
bien deberá V.m. ausillarles p.a ellas con precedente ablso q.e al efecto
se le de, para q.e poniéndose de acuerdo gire desde el punto q.e considere
mas conducente á acercar el ganado a sus propias Estancias.
Este acuerdo p.a las Baquerias debe ser tanbien Estensibo a qua-
lesquiera otros Pueblos a fin q.e se consiga la utilidad de ellas sin per-
130 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

juicio de las faenas Espresadas. Para q.e estas puedan Berificarse con
facilidad y sin Riesgo de las Inbaciones q.e pudieran yntentar los Chan-
gadores Contrabandistas y Gauderios é comisionado al Cap.n de milicias
de Caballería D.n[D]om.o de Igarzabal con una Partida honbres de tropa
p.a q.e persiga tales lentes y deje así Libres los Canpos en q.e deban
practicarse ygualmente q.e el transito de los Puertos a q.e ayan de con-
ducirse los Cueros q.e se beneficien en ellos: Y admas prebengo en las
adjuntas ordenes abirtortas al teniente Gobernador de Yapeyu y Comand.
Multares de los Pueblos de s.to Dom.o Soriano y Concep.on del Uruguay
q.e tranqueen á V.m. los auslllos necesarios y Cele sobre qualesqulera
Personas Sospechosas q.e se refujien a aquellos Distritos ynpidiendo asi
q.e se reúnan en crecido numero y puedan realizar alguna ydea opuesta
al progreso de dhas faenas.
V.m. LJebara de esta Cap.l honbres de tropa y los mantendrá a su
Disposic.D asta q.e queden entabladas con cuio auBilio reconocerá los
Puertos del Urugual y demás Parajes sospechozoB en q.e se faenan é
Enbarcan Clandestlnam.te Cueros y lograda la aprensión de ellos Los
remitirá a mi Disposic.n para ordenar su benta y la aplicac.n de su Producto
Conforme a lo jeneralm.te resuelto y obserbado. Igualm.te aprenderá
y remitirá V.m. qualesquiera efectos o especies de Contrabando si se
le presentase ocacion, en cuio Producto tanbien tendrá V.m. y los demás
aprensores la parte corresp.dte q.e señalan las R.s ord.ns e ynstruciones
Espedidas sobre la aplicac.n de los Comisos.
Asimismo cuidara V.m. de ynponerse de los Indibiduos q.e Be ayan
situado por aquellos Campos sin permiso de esta Superioridad y talbez
con objeto de fomentar el Clandestino Comercio de CuerOB y efectos
dándome Ynstruidam.te Cuenta de ello p.a deliberar lo Correspond.te
sobre Su separac.n de los mismos Parajes.
Los Indios Charrúas q.e abitan por aquellos Parajes nos son muí
perjudiciales asi por las ostilldades q.e nos ácen quando se consideran
con superio.r fuerza no obstante la buena fe ofrecida como por lo q.e
yocitan a la Deserción a los Guaranis y tapeB reducidos: por lo qual
procurara V.m. moberlos a q.e se reduzcan ygualmente dándome Cu.ta
de las resultas p.a las probidencias q.e conbengan:
Dios g.e a V.m. m.s años B.os Ay.s 15 de f.ro de 1796—
Pedro Meló de Portugal= A D.n Man.l del Cerro Saenz".

Documento B. [3]
"Digo yo Felis Bacuare, Comandante de la partida de Betenta hom-
bres, que se destinaron para auxiliar a Don Manuel del Cerro, contra los
Infieles en BU Expedición, y examen de los Campos donde cómodamente
podía establecer las faenas de Cueros, que actualmente están a su Cuidado,
que é recibido del Correxidor, Carildo y Administrador del Pueblo de
LA. GUERRA DE LOS CHARRÚAS 131

Yapeyu Qalnientoa sesenta Cartuchos; y doscientas diez piedras de Chispas


7 para su legitima comprobación, 7 constancia lo firmó en el nominado
Pueblo da Yapeyn, a 15 de Mano de 1796.
Pella Bacoare
(rubricado)
Son 560 Cartuchos
7 210 Piedras".

Documento C. [2]
"Evacuado p.r el S.r fiscal Protector Oral, de Naturales la bista dada
a los dos oficios de V.m. de 1S de Ag.to 7 13 de St.re últimos en q.e
Consulta el destino q.e darla a los Indios MlnuaneB y Charrúas q.e abla
haprendido, he resuelto en su Conformidad q.a se trasladen á esta Capital
desde ese Puerto de S.n Joset (2) 7 en su Consecuencia Despacho a D.n
Miguel BezareB con Qulnze honbres de tropa a recibirlos 7 conducirlos en
los Barcos de esos Pueblos ó en los términos q.e la presencia de las cir-
cunstancias le Dicten mas conbeniente lo q.e prebengo a V.m. p.a q.e Cum-
pla, 7 ausllie p.r Su parte esta dlsposic.n Encargándole Iglmen.te q.e q.do
Buenamente pueda procure hir aprendiendo tales ínfleles p.a alejarlos asi-
mismo de esa Banda donde son tan Perjudiciales:
Dios g.e a V.m. m.s años B.os A7-ra — 11 de O.re de 1796.
Pedro Meló Portugal= A D.n Man.l del Cerro Saenz".

Documento D. [2]
"En birtnd del Espediente q.e V.E. mando formar Con blata del S.r
fiscal de los dos oficios q.e pase a esa Superioridad dando Cuenta del
numero de Infieles que tenia aprendidos Sea dignado determinar pasen a
esa Capital 7 q.e p.a el efecto Despacha V.E. a D.n Miguel Bezares con
15 Indlbiduos de tropa p.a q.e se reciba de ellos a q.n tengo entregados
solos 14 Barones de los grandes 35 mujeres con 23 hijos 7 31 yjas 27
mujeres mas solteras de todas edades como tanbien 23 muchachos de
6 a 14 años q.e por ultimo e podido conservar mediante a q.e el dia 14
a las 12 de la noche se Sublebar.n todos abiendo logrado escaparse 35
BaroneB grandes ocho mujeres 7 6 hijos q.e [. . .] dable su aprensión p.r
q.tOB medios pude aliar 7a del Rigor 7a de la vijllancia, los Paisanos q.e
7a no podían sufrir tanta fatiga procuraban ebltar el trabajo con la
ausencia de algunos de los IndioB guáranla q.e [echaban la Carga de las

(2) San José del Uruguay, población que se levantaba en la margen


oriental del rio Uruguay, al norte de Paysandú, próxima al arroyo Malo.
1S2 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

espaldas?] teniendo en poco el mérito q.e contrahian He ausiliado dtao


enbarque asta ponerlos abordo de las Lanchas de D.n Manuel Barquín
y de Sebastian Marx para q.e caminen a esa Capital quedando con el
cuidado de hir recociendo q.tos sea posible p.a ebltar tantos perjuicios
como causan en estos Canpos cuia operac.n medito a fin de etretener
muchos ociosos q.e Be alian en estas ymediaciones lo q.e participo a V.E.
p.a su gobierno. Asi mismo tenso entregado a dbo Bezares el cautibo
Llamado Reymundo Robles natural de Monteb.o —
N.ro S.r g.e V.E. Muchos afioB O.re 25 de 1796".

Documento E. [2]
"Eimo. Señor
A bordo de la Lancha de Sebastian Marz remito a disposición de
V.E. quatro chinas grandes con seys hijos' he y jas no abiendo podido
concluir la remesa de las Cinquenta q.e tengo dado Cu.ta á esa Superio-
ridad por aberseme escusado D.n Manuel Barquín, no obstante lo podía
acer Sobre la Cub.ta. .
N.ro Señor Gue a V.E. m.B a.s Henero 19 de 1797.
Ex. nao Señor
Manuel del Cerro Saenz
(rubricado)
Ex.mo S.or Virrey D.n Pedro Meló de Portugal."

"Llegaron las 4 Chinas yníieles con sus hijos e hijas de q.e trata
el oficio de V.m. de 19 del Corr.te y por lo q.e ase a las restantes q.e por
falta de oportunidad no a podido V.m. remitir, prebengo a V.m. no omita
aprobechar las ocasiones de Barcos prefiriendo los de los Pueblos-
Dios g.e a V.m. m.B años B.OB Ays 28 de H.ro de 1797.
P. M. de P.l a D. M. del C. S."

"E. S.
H.ro 19/97 Abordo de la lancha de Juan Bautista Remito a disposlc.n
de V.E. tres chinas grandes con 8 hijos e y jas pertenecientes a las 50 q.e
tengo dado cuenta anterirm.te a esa Superioridad
N.ro S.r g.e a V.E. m.B a.s"

"Quedan en esta Cap.l las tres Chinas InfleLeB con Quatro hijos
e hijas q.e remitió V.m. en Lancha del Cargo de Juan Bautista y se
recojleron con otras mas en esos Canpoa.
D.s g.e a V.m. m.B a.s B.os Ay.s 20 de f.ro de 1797.
P. M. de P. a D.n M. del C. S. S.n Josef".
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 133

Documento F. [5]
"Exmo. Sefior
Habiéndose entregado á D.a María del Carmen Marmol una china
charrúa ó Mlnuána de laB depositadas en la Residencia, con calidad de
reclvlr Igualmente los hijOB parbulos que esta tubiese, y la de que prece-
diese conocimiento del cura y Alcalde de su varrio para que pudiesen celar
sobre la instrucción y educación cristiana, trato y asistencia que la daba.
según asi se me informó por la Secretarla haverse dispuesto todo en
Iguales casos por ese Superior Govierno ocurrió la referida Marmol mani-
festándome la Inquietud en que se hallaba dha China por la separación
que se le havia hecho de una hija suya parbula y pidiendo en conseq.a
la reunión de ella bien fuese en» su casa ó en la que esta se hallaba. A esta
instancia decrete la exhiviaion de la orn con que huviese sido entregada
la hija, y verificado asi, resulta haverla reclvido D.n Manuel Rodríguez
Rojo, oficial de estas Rs cajas en virtud de Decreto del mismo S.or Virrey,
el que por el concepto en que está extendido, contrario á las expresadas
calidades que estarían prevenidas á la Secretaria me dá motivo á consultar
el asunto á V.E. a fin que en consideración á lo mucho que interesa «1
tener contentas tales Gentes para que abrazen nra Religión, y á lo propio,
y devido que és mantenerlas en la unión con sus hijos pralme.te Parbulos,
siempre que sea dable, y mayormente quando los reclaman se sirva Su
Superioridad resolber lo que estime correap.te á culo fin Incluyo el
expediente de la materia, haciendo presente á V.E. que según há expuesto
verbalmente la citada Marmol no se conviene dha China en pasar á la
casa donde está su hija por la pobreza que há deducido del modo en q.e
la traen vestida.
Dios gue á V.E. m.s a.s
Buenos Ayres 12 de Setiembre de 1797
Exmo. S.or
Benito de la Matta Linares
(rubricado)
Exmo. S.or D.n Ant.o O l a g u e r F e l i u " . (3)

Documento G. [6]
"Exmo. Señor
Por el Patrón de champan Carlos Puyol, remito al Governador de
Armas de la Capital de Buenos Aires ocho chinas, y cinco criaturas de
las naciones charrúa, y minuan apresadas en las tropas taheñas de D.n

(3) Hemos visto el borrador de la respuesta de Fellü, sin firma,


fechada en Montevideo el 20 de setiembre del mismo año. Por la misma
deja la resolución del expediente en manos de de la Matta Linares. [5]
134 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Manuel del Cerro Saenz, para que las deposite en lugar seguro hasta la
Superior disposición de V.E.
Nuestro S.or gue la importantísima vida de V.E. m.s a.s
Puerto de S. Joset 26 de Septiembre de 1797. (*)
Exmo. Señor
Jorge Pacheco
(rubricado)
Exmo. S.or Antonio Olaguer Feliú."

Documento H. [5]
"Exmo. S.or
El Then.te de Blandengues D.n Jorge Pacheco me remitió desde el
Puerto de S.n JoBef ocho chinas Minuanas con cinco Párvulos p.a q.e
las pusiera en seguro deposito a disposición de V.E. En BU conBeq.a las
he hecho trasladar a la Reclusión de la Residencia, y lo aviso a V.E.
esperando se sirva prevenirme si gusta de que se den á Personas de
buenas costumbres y suficientes posibles que las solicitan, asi para facili-
tar su civilidad, instrucc.n y educación cristiana, como p.a libertarlas de
las peste de virhuelas q.e se ha propagado entre las de su clase en aq.lla
casa, con muerte de muchas de. ellas.
Dios gue á V.E. m.s a.s Buenos Ayres S de oct.bre de 1797.
Ex.mo S.or
Paaqaal Ibañez (5)
(rubricado)
Exmo S.or D.n Antonio Olaguer Feliu".

Documento I. [6]
"Eim.o S.or (•)
Mi Señor: La continua Guerra q.e el numero de hombres eiercitadoe
en el oficio de Changadores de esta Campaña tiene declarada á ios IndioB

(4) Evidentemente no se trata aquí de los "ocho yndios entre chicos


y Grandes, ynfieles", a que hace referencia Artigas en su carta a Feliú
del mismo mes y año, [7 pg. 29], (véase el capítulo relativo a las cam-
pañas del Cuerpo de Blandengues de Montevideo). De éstos, por lo menos
Biete fueron llevados a Montevideo por el blandengue Antonio Sosa, [7 pg..
31 y 32], y no al puerto de San José o a Buenos Aires, como los que
menciona la nota de Pacheco.
(5) La firma y rúbrica aparecen tachados en el original.
(6) Aunque en la carta no figura el nombre del destinatario, pre-
Bumlmos que está dirigida a Feliú.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 135

Naturales assi Minuanes y charrúas como Misionlstas, pareces.oa q.e


más q.e nunca se ha empeñado en el pres.te año en exercer sus horrores^
Inauditos desastres dignos de ocultar á los Ordos píos de V.E. se han
cometido por los faeneros q.e tubo á su cargo D.n Manuel Sanas del Zerro
en aquella infeliz parte de Pueblos q.e aunq.e Salvaje goza de las prerro-
gativas y dros. de la Naturaleza y de Gentes: Sus Pueblos ó tolderías no
una sino muchas vezes fueron dados al fuego y saco, asesinados sus
ocupantes como las Reses en él Matadero: La maior parte de la ancia-
nidad de ambos Sexos, entregó la cerviz ál cuchillo y fiereza de una
turba de hombres desprendidos de los Bentlm.tos de la humanidad; y
la juventud fue dispersa y condenada al cautiberio de la arbitrariedad
caprichosa. Estos échos S.or Eim.o; dieron motibo a q.e Minuanes y
Charrúas formasen un cuerpo, y plantasen sus Tolderías, en la situación
ventajosa q.e les ofrece el seno ó rinconada q.e forma el Arroyo q.e se
denomina Matahojo con el Arapé sobre las costas del Rio Uruguay dis-
tante de las Estancias fronterizas del Rio Negro como de doze leguas,
en donde abroquelados y quejosos de la ynlquldad parece q.e en el día
usaron en despique de la misma, sorprendiendo y asesinando quantos
pudieron haver de algunas VaqueriaB q.e havian salido arrecojer algún
Ganado. Las noticias q.e de llegada á este mi actual destino pude adquirir
con más verisimilitud p.a noticiar a V.E. son a la letra: "A primeros de
Nov.re dispersaron los Indios una Vaquería matando tres Individuos de
los q.e la componían. El día 27 del mismo cercaron Otra en donde mata-
ron hta el numero de diez— A primeros del corr.te salió otra de las
Est.as del Arroyo Malo y tres Zerros, y se persuade sea muerta la malor
parte de la Gente q.e la componían, por quanto solo se han regresado hta
aqui nomás q.e la mitad; y en este ultimo echo se cree halan tenido
gran parte los Indios del Pueblo de la Cruz q.e se aliaban en Vaquería
y asociados con los Salvajes". (:) Esto es eimo. S.or lo q.e hasta aquf
he podido adquirir de estos parajes, culo parte de oficio por el orden q.e
devla omito, assi por ser echos cometidos con los faeneros u operarios
clandestinos, como por no tener aún en mí poder el despacho q.e acredite
los encargos y confianzas q.e V.E. se ha dignado poner á mi cuidado en
esta Campaña.

Si el hecho S.or Exmo. de veinte á treinta hombres muertos por el


capricho de los Salvajes Minuanes y Charrúas es digno de atenz.n y
castigo, no lo será menos la prevención de ulteriores desafueros q.e ácahe-
cerán todos los días, a causa de hallarse justam.te en el lug.r de la
situación de los Indios el recuesto de los pocos Ganados VagoB q.e en el
dia existen en los campos de la parte meridional {') de Rio Negro; aten-
(7) Estas hostilidades y las que figuran en el documento siguiente,
narradas por Félix de Azara, constituyen el preludio al gran levantamiento
charrúa-minuán de principios de X798, que como veremos, hubo de ser
reprimido por el teniente coronel Francisco Rodrigo.
(S) Sic; Debe ser septentrional, o sea al norte del rio Negro, de
acuerdo con lo que da a entender el documento.
136 EDUARDO P. ACOSTA Y LAR A

don q.e llamará precisamente muchas Gentes al precipicio, a más de q.e


las lmedlatas Estancias se alian expuestas á la Inbasion y ruina. Los
Indios S.or, á no reducirse por el medio de la boluntad, carecen el de la
fuerza; assl por q.e los Campos no les permiten bivir como hasta aquí, como
por q.e las tolderías son el asilo de muchos Delinquentes q.e amparados
en ellas toman la boz y él nombre—
V.E. muchos años hace q.e llegó a penetrar q.e el logrp de los Gana-
dos vagos seria únicamente el de aquellos q.e llegasen á recojer, rodear,
y mansar para el fomento de Estancias, y sobre los quales vincularla la
Patria y el Estado infinitas ventajas. Esta tan penetractiba como acertada
ydea de una sana Política, me animará S.or á representar a la Superio-
ridad de V.E. (q.to el tiempo me lo permita) lo q.e convendría el total
exterminio de las cortas reliquias q.e existen de Ganados vagos en los
campos, por ser en el dia la fuente de la emanaz.n y de donde se deriban
infinitos males.
Yo S.or Exmo á más de lo q.e pertenezca a mi encargo, no omitiré
la más leve circunstancia de quantas puedan propender a la salud de un
cuerpo enfermo q.e V.E. con tanta hansia deseha restablecer y poner
en estado vigorozo, q.e no la ponga por el conduto de reserva en noticia
de V.E.
Nro. S.or Gue á V.E. m.s a.s
Partido del Arroyo de la Virgen y Diere 27 de 1797.
Exmo. S.or
B. L. M. de V. E. Su mas umllde Subdito
Bern.do Suarez"
(rubricado)

Documento J. [5]
"Exmo Señor
El 19 del corriente a las diez de la noche llegó un Paysano afligi-
dísimo y me dijo que el dia 14 habian atacado los Yndios Minuanes una
tropa de Paysanos que corrían Ganado al parecer sin licencia, compuesta
de quarenta y ocho hombres sin armas, de los que matar.n Veinte y cinco
dhos Yndios hacia a las caveceras del Arroyo llamado Las tres Cruzes
que distará de aquf como cinquenta leguas. No supo explicar otras cir-
cunstancias ni el nombre de los muertos y solo añadió que estaban cons-
ternadoB los Estancieros de por allá. Con este motibo el dia siguiente a)
medio dia despaché ciento diez hombres de esta Guardia y de otras las
mas Inmediatas al mando del Capitán de Dragones D.n Enrique La Haye
de S.t Hilaire y otros subalternos para que pusieren a cuvierto a los
Españoles y sus haciendas encargando que procediese con madurez y
juicio, y espero las resultas de que daré a V.E. los avisos correspondientes.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 137

Nuestro Señor guarde a V.E. m.a a.s


Cerrolargo 23 de Dlzlembre de 1797.
Ezmo. Señor
Félix de Azara
(rubricado)
Exmo S.r D.n Antonio Olaguer Pellu".

Documento K. [8]
"Exmo Sefior
D.n Enrique S.t Htlalr ha regresado de so Expedición dándome noti-
cia de que fue al Mataojo donde averiguo que los muertos por los Yndloa
Minuanes havian sido diez y seis Yndlos de Misiones y siete Gauchos.
De allí siguió el rastro hasta el Y arado coico donde se le perdió y no
obstante reconoció el Yarado grande sin poderlos encontrar por que atro-
pelladamente se habian retirado. Perdido el rastro y faltándole Baqueano
y Caballos para continuar tubo que retirarse y me avisó por si quería
que volviese pidiéndome auxilio de Baqueano y Caballos que no le pude
enviar porq.e ni uno ni otro hay aquí y los Caballos en que fue eran de
los Particulares pues el Rey no los tiene. Lo que se ha conseguido es
hauventar a los Yndlos, y en el día me es imposible tomar otra provi-
dencia sobre el particular.
En BU viaje hallo gentes que corrían Ganado orejano sin mas Ucencia
que la que incluyo y les quitó el q.e tenían recojido que seria como de
setecientas cavezaa de las quales se escaparon muchas, y el resto en
numero de tres cientos sesenta y dos trajo consigo y se hallan en esta
Estancia a disposición de V.E. cuia vida ruego a Dios guarde m.a a.s
Cerrolargo 11 de Febrero de 1798.
Exmo. Sefior
Félix de Azara
(rubricado)

. Ezmo S.r D.n Antonio Olaguer Pellu".

BIBLIOGRAFÍA

1) CARLOS FERRES. — La Compañía de Jesús en Montevideo. Bar-


celona, 1919.
2) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, MONTEVIDEO. — Donación
Francisco Oliveres. Caja 1, Carpeta 1.
3) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Misiones N' 12. 1797 - 98. S 9 - C 18 - A 6 - N» 5.
138 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

4) FRANCISCO BAUZA. — Historia de la Dominación Española en el


Uruguay. Segunda edición. Montevideo, 1895.
5) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Montevideo N* 55, 1797. S 9 - C 2 - A 9 - N ' 2.
6) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Comisionados, 1 7 9 7 - 1 8 0 9 . S 9 - C 1 0 - A 6 - N * 1.
7) ARCHIVO ARTIGAS, MONTEVIDEO. — Vol. II. Montevideo, 1961.
8) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Banda
Oriental, Comandancia de Fronteras de Cerro Largo. 1793-1807.
S 9 - C 1 - A 3 - N« E.
CAPITULO XI

CAMPAÑA DEL TENIENTE CORONEL DN. FRANCISCO


RODRIGO

No obstante haber sido una de las expediciones más impor-


tantes llevada a cabo contra los charrúas, la de Francisco Rodri-
go, comandante de Yapeyú, ha pasado casi desapercibida para los
historiadores. Apenas si Funes le dedicó estos párrafos, repetidos
luego por Bauza: "El gobierno pasagero de Olagüer Feliú no
tuvo otro suceso señalado que la invasión de los Charrúas y Mi-
nuanes, en número de mas de mil á las Baquerias, y otros puestos
de san Borja, la Cruz y Yapeyú. Cuarenta guaraníes muertos
alevosamente, algunos heridos y 3.000 caballos arrebatados, fue
el resultado de este golpe terrible. El teniente coronel D. Fran-
cisco Rodrigo comandante de Yapeyú salió al alcance de estos
enemigos, y los derrotó completamente", [1 Vol. 2 pg. 314], [2
Vol. 2 pg. 324]. Nuestras búsquedas en el Archivo General de la
Nación, Buenos Aires, nos han proporcionado algunos documen-
tos relacionados con esta expedición, pero es evidente que faltan
otros muy importantes, entre ellos, el "Diario" de operaciones
remitido por Rodrigo a Feliú, y que presumimos pueda hallarse
en España. Desconocemos así, los lugares en que se desarrollaron
los combates y el número de tolderías destruidas, que deben haber
sido muchas, visto que la campaña duró alrededor de cinco me-
ses. Sólo sabemos que los prisioneros, mujeres y niños, pasaron
en carretas por Mandisubí rumbo a Salto Grande, de donde fueron
embarcados para Buenos Aires. (*)

(1) Mandisubí, antigua estancia y capilla de los jesuítas, al norte


de Salto Grande y en campo de Entre Ríos. Las carretas venían de Yapeyú,
probable base operativa de la expedición.
140 EDUARDO F. AGOSTA Y LARA

DOCUMENTOS

A) Carpeta de una carta de Francisco Rodrigo a Olaguer y


Feliú, sobre las hostilidades llevadas a cabo por los infieles.
Salto Chico, febrero 28 de 1798.
B) Carta del comandante de la guardia de Cerro Largo a Feliú,
transcribiéndole las noticias que ha recibido desde Santa
Tecla y las Misiones, sobre el desarrollo de dichas hostili-
dades. Cerro Largo, mayo 13 de 1798. (*)
C) Borrador de una carta de Feliú a Rodrigo, ordenándole lle-
var a cabo la expedición contra los infieles. Montevideo,
marzo 20 de 1798.
D) Carpeta de una carta de Rodrigo a Feliú, en la que dice
llevará a cabo la expedición, de acuerdó a las órdenes reci-
bidas. Yapeyú, abril i de 1798.
E) Carpeta de una carta de Rodrigo a Feliú, avisando estar
ya en Salto Chico del Uruguay los armamentos que le han
sido remitidos. Yapeyú, abril 17 de 1798.
F) Carta de Francisco Bruno de Zavála, gobernador de las
Misiones, a Feliú, tratando de los mismos temas. Pueblo de
Corpus, mayo 23 de 1798.
G) Carta de Rodrigo a Feliú, adjuntando una solicitud de los
yapeyuanos relativa a Juan Ventura Ifrán, de "mérito so-
bresaliente" en la expedición que acaba de verificarse contra
los infieles. Yapeyú, 16 y 17 de agosto de 1798.
H) Borrador de una carta de Feliú a Rodrigo, felicitándolo por
el éxito de la expedición. (Buenos Aires ?) setiembre 10
de 1798.
I ) Nota de Francisco Albín al marqués de Sobremonte, comU'-
nicándole que ha regresado de la expedición contra los indios
infieles. Víboras, setiembre 12 de 1798.
J ) Notas sobre las charrúas y minuanes enviadas a Buenos Aires
y destino dado a algunas de ellas.
K) Memorial de Rodrigo al Rey, enumerándole los servicios
prestados hasta la fecha. Pueblo de San Miguel, diciem-
bre 18 de 1798.
(2) Hemos debido intercalar este documento fuera del orden cro-
nológico, ya que de lo contrario y por "demorado", perderla BU ubicación
y oportunidad dentro del tema. Lo mismo haremos con los documentos
H e I, obedeciendo a las mismas razones.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 141

L) Solicitudes de reconocimiento de servicios en la expedición


de Rodrigo, pedidas a Francisco Albín por Pedro Arroyo
y Manuel Gori, de las Milicias de Caballería de Colonia. En
los mismos documentos las certificaciones extendidas por
Albín. Víboras, febrero 18 de 1800; San Salvador, marzo
11 del mismo.

Documento A. [3]
"Salto chico del Uruguay y Febrero 28/98
El Ten.te Govern.or de Yapeyú.
Para Instrucción de V.E. acompaña los Partes q.e á su Ueg.da á aq.l
establecim.to le ha dado el Ayudante del Departam.to de su cargo acom-
pañados de los oficios de los Corregidores, Cavüdos y Administradores
de los Pueblos de Yapeyú, la Cruz y S.n Borja, noticiando las muertes y
robos q.e han sufrido de los Indios ínfleles Charrúas y Mtnuanes, p.a
donde iva á ponerse en marcha en dilig.a á fin de animar a aq.Uos
Natura p.a q.e no abandonen sus domicilios, y no decaygan las faenas
h.ta q.e hala proporción de poder procederse al castigo de dichoB Infieles."

Documento B. [4]
"Eimo S.or
El Com.te de la Guardia de S.ta Tecla me acaba de dar aviso de los
notables dafios y perjuicios q.e han hecho los Indios Infieles Minuanes, y
charrúas según le noticia el Governador de los pueblos de Misiones cuyo
acaesldo especifica el Oficio del dho Com.te que incluyo a V.E. para q.e
enterado de el providencie según sea de su mejor agrado puea los pocos
auxilios q.e hay en esta Campaña, y el espacio de tiempo que. a mediado
dudo quales serán loa recursos que se puedan tomar.
Dios g.ue a V.S. m.s a.s
Cerro Largo 13 de mayo de 1798
Ei.mo S.or
Joaquín de Soria
(ni brieado)
Eimo. S.or Virrey D.n Antonio Olaguer Feliu".

"En papel 16 de Marzo pasado, el Governador de los Pueblos de


Miclones Guáranla, remitiéndome los naturales de relebo a los existentes
en este Puesto, me dice lo que copio a V.S. á ia L e t r a = Los Indios
Infieles, Minuanes, y charrúas, han derrotado dos tropas de Baquerfa
del Pueblo de San Franco, de Borja con muerte de varios Indios Borgia-
142 EDUARDO F. AGOSTA Y LARA

tas quitándoles porción de cavallada aBi de las comunidades como de los


Indios particulares, y también han derrotado otra tropa de Baqueros del
Pueblo de la Cruz, y pasando á esta Vanda del Uruguay, quemaron y
robaron la estancia de San Gregorio, perteneciente al Pueblo de Yapeyú, y
asi mismo Saquearon unas carretas de D.n Luis Cecilio de Collantes, que
venían cargadas del arroyo de la China, y como dhos Infieles tienen toda
esta porción de cavallada, q.e han robado podia ser q.e Intenten llebarla
á vender á los Portugueses, lo que participo á V.M. para que en esta
intelíg.a vea si se les pueden quitar los cavallos, que intenten Uebar a
vender á los Portugueses= Lo que traslado a V.S. para que obren los
efectos, que convengan.
Dios nro. Señor gue. a V.S. muchos años.
Fuerte de Santa Tecla y maio 7 de 1798
Fran.co Jph. de Vera
(rubricado)
S.or D.n Joachin de Soria".

Documento C. [3]
"En Vista del oficio de Vm. de 28 de Feb.o ult. en q.e con refe-
rencia á IOB Partes q.e acomp. me instruye de las muertes de Indios
Ouaxanis y robos de Cavallos perpetrados p.or los ínfleles Charrúas, y
Minuanes en la Jurisdición de su cargo hé resuelto proceda con los Natu-
rales q.e designe al efecto Vm. a una excursión y correrla contra loa
citados Infieles p.or los puntos que mediante sus conocim.os halle con-
vinables á BU encuentro castigo y persequclon, auxiliado con Milicias de s.to'
Domingo Sorlano y de la Juris.on de Corrientes sobre que se pondrá Vm.
de acuerdo con los Comand.tes D.n Fran.o Albín, y D.n Miguel Gerónimo
Ciramajo á quienes enterando de esta resolución prevengo el mismo acuerdo
y que seguidam.te tengan, y despachen á las ora. de Vm. al Salto q.e debe
Ber el punto de reunión la gente que respectivam.te se nombrare p.ra
que opere seg.n y en la forma que Vm. debiendo ir con la respectiva a
S.o Dom.o Soriano el mis.o Albín como asi le advierto, y que la elija
de los parajes q.e por mas confinantes al Salto crea más aproposlto,
prometiéndome del acreditado celo, y experiencia de Vm. el prudente
arreglo de este Plan y los estrechos encargos consig.tes para el salva-
mento de las Bidas de los Infieles viejos de ambos sexos, y nifios, su
recojo, y embio á B.os Ay.s en intelig.a de q.e paso orns con esta fha
al Comand.te de Artill.a en aquella Cap.l y al Admlnístr.or gral de
Miclones p.a el apronte sin demora y remesa a disp.n de Vm. con el
refer.do objeto de 200 fusiles de buen servicio 4 caJoneB con Valas, y 600
piedras de Chispa de aquellos R.B Almacenes.
Mont. Marzo 20/98
Al Ten.e Gov.or del Departam.o de Yapeyu"
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 143

Documento D. [3]
•'Yepeyú 4 de Abril de 1798
El Ten.te Govern.or
Queda en verificar la expedición contra los ínfleles Charrúas y Mt-
nuaneB auxiliado con las Milicias de S.to Dom.o Soriano, y la Jur.on de
Corr.tes en la forma q.e se le ordena en olido de 20 de Marzo ult.o"

Documento E. [3]
"Yepeyn 17 de Abril de 1798
El Ten.te Gov.or
Da cuenta de hallarse ya en el Salto Chico del Uruguay, el Armaro.to
y Municiones, que a consequencia de Superior orn de 2 o de Marzo
ultime* se le remite de los R.s Repuestos de Buen.s Ay.s para la expedi-
ción contra los Infieles Charrúas y Mlnuanes q.e se ha confiado á su
Dirección, y que solo aguarda el auxilio de laB Milicias de S.to Dom.o
Soriano y Corrientes para salir a verificarla."

Documento F. [3]
"Exmo Señor Virrey.
Con el Superior oficio de V.E. de 2 de Abril antéete se digna V.E.
prevenirme) que por mi oficio de 23 de Febrero ultimo N? 75 queda V.E.
enterado de las muertes, Robos, y demás extragos que los Infieles Ml-
nuanes y Charrúas han hecho en la Estancia de S.n Gregorio del Pueblo
de Tapeyú, y Tropa de Carretas de D.n Luis Cecilio Collantes después
de los q.e executaron en las Vaquerías de los Pueblos de S.n Borja, y La
Cruz y que en atención al parte que sobre ello havta dado a V.E. el
Then.te de Gov.or de Yapeyú le pasa V.E. la orden de que es copla la
- que acompafia V.E. p.a mi inteligencia y Gov.no de lo qual quedo enterado.
El Then.te de Gov.or del Departamento de Yapeyú con Carta par-
ticular SQ fha en Yapeyú á 17 de Abril me avisó que por el Chasque q.e
rezlvlo de V.E. con fha 22 de Marzo último ponía V.E. a su dirección
la Expedición contra los Infieles Charrúas y Minuanes según verla por
la Copia de la Superior Orden que me remitió con su anteced.te carta
BU fha en Yapeyú á 31 de Marzo ultimo y me expresa q.e solo aguar-
dara las Milicias de S.to Domingo Soriano y Corrientes p.a formalizar
su Plan y Salir al campo sintiendo la demora por q.e vendrán las Aguas
y se pondrán todos los Rios y Arroyos ha nado y no haviendo tenido
después otra carta suya me persuado que ya havrá marchado al Salto
del Uruguay que es el punto de Reunión que ea lo que por ahora puedo
pasar á la Superior noticia de V.E.
144 EDUARDO P. ACOSTA Y LARA

Dios Guarde a V.E. m.s a.s


Pueblo del Corpus á 23 de Mayo de 1798
Exc.mo Señor Virrey
Francisco Bruno de Zavala
(rubricado)
Eimo. Señor D.n Antonio Olaguer Feliú."
(dice al margen)
"Exmo Señor. — AYÍSO a V.E. el Recívo del Superior Oficio de 2
de Abril anteced.te con el qtial V.E. me remite Copia authorizada de la
Superior de V.E. Su fha en Montevideo á 20 de Marzo ultimo dirigida al
Then.te de Gov.or del Departam.to de Yapeyú para la ezcurcion y correrla
contra los Infieles Charrúas y Minuanes y q.e el expresado Then.te de
Gov.or me havia avisado remitiéndome copia de la citada Superior Orden."

Documento G. [5]
"Exmo. Sefior.
Paso á manos de V.E. la adjunta Ynstancia que me han hecho él
Corregidor, Cavildo, y Administrador de eBte Pueblo, solicitando que P.n
Juan Ventura Ynsfran se quede aquí para perseguir los Ynfleles en él
modo que Indican; no omitiendo manifestar á V.E. que este Yndividuo
les servirá de mucho, pues me consta él Temor que le tienen los refe-
ridos Ynfleles, y su conocimiento y practica de estos Campos, haviendo
hecho un mérito sobresaliente en ia expedición que acava de verificarse
contra ellos; y si V.E. le distinguiese con un Despacho de Alférez de
Cavalleria de Milicias urbanas, y los quatro Pueblos de este Departa-
mento le auxiliasen con cincuenta pesos cada uno (mui corto o ningún
gravamen para ellos) pagados en efectos de su producción, tendrían en
este Sujeto un apoyo grande para evadirse de las continuas imbasiones
de dichos enemigos, y un auxiliador para acompañar BUS vaquerías, libres
de los riesgos con que executan estas salidas, fiadas á solo Naturales:
Sobre todo lo qual, resolverá la Justificación de V.E. lo que fuese de
su Superior agrado.
Dios gue. á V.E. m.s a.s Yapeyu 17 de Agosto de 1798.
Exmo. Señor
Pran.co Rodrigo
(rubricado)
Ex.mo Sefior D.n Antonio Olaguer Fellu."

"S.or Then.te Gov.or D.n Pran.co Rodrigo.


El Correx.or Cavildo, y Administ.or de este Pueblo, con él devido
respecto, exponemos a Vm.: Que as notorio q.e en los quatro Pueblos
del Departam.to de su mando no hay practico, alguno de estos campos.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 145

Bino D.n Juan Ventura Ysfran, q.e ademas del grande conocimiento Q.«
tiene de ellos, es también el asóte de los Tndios Yníieles, como á la
vista de V.M. lo ha acreditado en la expediz.n q.e se ha verificado
ultimam.te bajo su mando; Ntros hijos lo aman, y ha enseñado á varios
de ellos a manejar la arma de fuego, y á guardar la formación, que ae
requiere contra dhos Ynfleles; de modo que en varias ocasiones que ha
salido, los ha castigado bien, sin que a su gente le hayan herido uno, aun
levem.te como todo es bien constante á V.
Quicíeramos q.e se estableciese en este Pueblo, y en q.e no pone
él reparo, y con el mayor gusto le daríamos su ración diaria; pero como
con este solo no puede subcistir, dejamos a la Prudencia de V. el asig-
narle un corto Sueldo q.e deveran pagar los dhos quatro Pueblos, y de
este modo no solo nos defenderá de las imbacíones de los Ynfieles sino
que saldrá á auxiliar, y aun á hacer las Baquerias que ios Yndicados
Pueblos dlapucieren; en esta atención, y en la de que V. conoce mejor
que nosotros el mérito de dho Ysfran, A V. rendidamente Suplicamos
se sirva acceder á esta tan justa Solicitud, de lo que quedaremos per-
pectuamente reconocidos.
Yapeyu 16 de Agosto de 17S8.
Santiago Samandu Josef de Larlz Vicente Boqa
(rubricado) (rubricado) (rubricado)
Fran.co Gnaynyu Hilario Ai»
(rubricado) (rubricado)
S.S. de Cav.do"

Documento H. [5]
"Resibi el Oficio de Vm. de 15 de agosto ultimo y el Diarlo y Parte
con que instruye circunstaciadam.te de las ocurrencias de la expedición
que le confie contra los Infieles Minuanes y charrúas, siéndome de par-
ticular satisfacción el celo y acierto con que se ha conducido Vm. en esta
empresa igualmente que los oficiales y demás Individuos de Milicias des-
tinados á ella, Expecialm.te los del mando del Com.te del Partido de
las vivo ras D.on Fran.co Albín, logrando asi matar mas de trescientos
Infieles aprisionarles ciento treinta y tres Personas de chusma quitarles
treze cautibos cristianos mil y quin.toa Caballos y porción de Bacas y
Terneraje que se havian llevada en sus irrupciones dejándolos asi media-
nam.te escarmentados. Por todo doy á Vm. las corresp.tes gracias como
igualm.te lo ejecuto resp.to al expresado Albin y sus subordinados que-
dando en atender con oportunidad al Alférez de Caballería d.n Jph. Lariz
y demás oficiales que se emplearon en la misma expedición, aunque por la
clase de Milicias de que son no haya arvitrio p.a proporcionarles R.s
Patentes por Resistirlo las R.s Disposiciones q.e Rigen.
Sep.re 10/98
Al Ten.te Coronel D.n Fran.co Rodrigo."
146 EDUARDO P. ACOSTA Y LARA

Documento I. [6]
"El dia 9 del preste, llegue á este destino de retirada de la Espedl-
clon q.e el Ex.mo S.or dispuso p.a el castigo del Indio Infiel bajo de la
direcion del Tben.te coronel D.n Fran.co Rodrigo lo q.e participo á V.S.
por ai Be dignase comunicarme sus superiores ordenes.
Nro. S.or g.e a V.S. m.s y dilatad.oa años
Víboras Sep.re 12 de 1798
Fran.co Albín
(rubricado)
S.or Sub Dispert.or Gral Marq.s de Sobremonte."

Documento J. [5]
"Yapeyú 17 de Agosto de 1798
El Teniente Govern.or
D.n Fran.co Rodrigo
Avisa baver remitido al Salto Chico del Uruguay 4 Carretas cus-
todiadas, conduciendo la Chusma de Chinas, y niños de ambos sexos,
cojldos a los Infieles en la expedición de BU mando, p.a su embarco á
esta Capital."

"Se van y¿ recibiendo en esta Capital las Personas de Chusma de


ambos sexos cogidas á los Infieles charrúas y mlnuanes en la expedición
del mando de Vm. y cuya remesa al Salto Chico del Uruguay me participó
eu Oficio de 17 de Agosto alt.o.
Sep.re 16/98
Al Ten.te Oov.or de Yapeyü"

"En la Balandra nombrada Nra. S.a de Monserrate, propio de D.n


Ant.o de Miralles, y a cargo de su hijo D.n Simón de Miralles, remito
a disposicn de V.E. doze Infieles charrúas entre chicos, y grandes, pro-
sedentes de la comic.n q.e tuvo el Sor. Then.te Gov.or deste Departam.to
D.n Prau.co Rodrigo, en la expedic.n contra los ínfleles, quedando en
hacer igual embio a su devido tpo. de los demás, q.e quedan a mi cargo,
lo q.e comunico p.a la lntellg.a de V.E.
Dios Gue. a V.E. m.s a.B
Salto chico del Uruguay 29 de Agosto de 1798.
Josef Fran.co Zentorlon
(rubricado)
Ezmo. Ser. D.n Antonio Olaguer Feltu."
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 147

"Se han recibido y depositado en esta Capital los doze Infieles


charrúas de todas edades que remitió V.M. á cargo del Patrón Simón
M ir alies, procedentes de las apreensiones hechas por la expedición del
Mando del Ten.te Gov.or de ese Departamento. Y espero vaya V.M. des-
pachando igualm.te los demás que quedan á su cargo en todas las oca-
siones que se le presenten.
Sep.re 6/98
Al Comisionado del Salto chico del Uruguay."

"Eimo. Sor: en la Lancha S.n Juan Bau.ta de la propiedad del Pueblo


de Yapeyu, y a cargo de su Patrón Juan Sequeira, Remito a disposic.n
de V.E. veinte, 7 sinco Infieles, entre chicas, y grandes, de los q.e se
hallan a mi cargo: lo q.e participo p.a la intellg.a de V.E.
Dios Gue. la vida de V.E. m.s a.s
Salto chico 26 de Sep.re de 1798
Josef Fran.co Zenturion.
(rubricado)
Eimo. Sr. D.n Ant.o O laguer Fellu."
(dice al margen)
"Buen.a Ay.s 5 de Octubre de 1798. Condúzcanse a la Reclusión de
de la Residencia las Chinas de que trata este oficio, y debuelvase á la
Secretaria de este Superior Gov.no con Parte q.e deberá dar á continua-
ción el Sarg.to Encargado de la misma Casa de haverse asi ejecutado.
Gallego"
(rubricado)

"Eimo. Señor: Bernabé Ruiz, Sarg.to de Dragones encargado de la


Casa de Reclucion de la Recidencla; Da parte á V.E. como receví en
esta Casa veinte y cinco infieles. Catorce chinas grandes, y onze chicos
de pechos; los que quedan a las ordenes de V.E. Buenos Ay.s 6 de
Octubre de 1798
UernaDe Kulz"
(rubricado)

"En la Lancha los Dolores propio de la Comunidad de Yapeyu, y a


cargo de su Patrón Benito Ocampos, Remito a disposic.n cte V.E. veinte
y tres Mugeres Infieles entre chicas y grandes, q.e con las tres partidas
anteriores componen el num.o de ochenta: los sinco q-e aparesen menos
p.a el lleno de la Remesa del Ser. Then.te Gov.or del Departam.to de
Yapeyu D.n Fran.co Rodrigo, se murieron dos en el transporte de aq.l
148 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Pueblo ¿ este, como acredita el parte, q.e me da el Procurador de la


Capilla nombrada Mandisoby g.e campano tradusida en castellano. ( a ).
Los tres restantes fallecieron en el tpo. de sus permanen.s en este
eBtableclm.to haviendo alcansado el agua del Baup.mo, med.te a q.e los
tres fueron de pecbo, y se le dieron sepultura en el semen.o deste eBta-
blecim.to lo q.e participo p.a intelig.a de V.E.
Dios Gue. la vida de V.E. m.s a.s
Salto chico del Uruguay 13 de oct.re de 179S.
Josef Fran.co Zentarion
(rubricado)
Exmo. Sor. D.n Antonio Olaguer Feliu"

"Han llegado á esta Capital las veinte y tres Chinas Infieles de


todas edades, que despachó Vm. á mi disposición en Lancha N.S. de los
Dolores y á cargo de su Patrón Benito Ocampo: y quedo enterado del
fallecim.to de cinco de ellas que sobre estas y las de las anteriores
Remesas faltan al completo de las 85 q.e envió á ese Puesto el Ten.te
Gov.or que era de ese Departam.to Fran.co Rodrigo.
Al Comisionado del Salto del Uruguay. Nov.re 5/98"

Documento K. [8]
"Señor.
El Theniente Coronel de Infantería Dn Fran.co Rodrigo, Sargento
maior de la Asamblea de Buenos Ayres, y Theniente Governador por
Comisión del Departamento de San Miguel, en las Misiones de Indios
Guaranis; á los R.s Pies de V.M. Expone: que tiene él honor de servir
de mas de 34, años a esta parte, desde Cadete del Reximlento de Ma-
llorca; haulendose hallado con una Compañía de Granaderos en una
pálida de Montevideo, contra los Indios Minuanes (*); en laB Islas de
Malvinas, ál principio de su establecimiento; de Guarnizion en la Fragata
de Guerra Santa Rosa, destinada ál reconoztmiento del Estrecho de Ma-
gallanes; en el ezercito que mandó él Capitán General de estas Provincias
Dn Juan José de Vertiz, y salida de Santa Teresa, á la reconquista del

(3) En el expedientlllo figura una nota en guaraní firmada y rubri-


cada por Ignacio Aratlré y José Paulino Guirapotl, con fecha agosto 25
de 1798, en la capilla de Mandisubf. Al dorBo de la misma su traducción,
con la firma de José Francisco Zenturión. La nota certifica la muerte de
dos criaturas, acaecida los dias 23 y 24 del mismo mes.
(4) Descontando 34 años a la fecha de la carta nos remontamos
a 1764. De ese año o de los inmediatos no sabemos que se hayan reall-
tado campanas importantes contra los minuanes, por lo menos en la
escala de la de Manuel Domínguez, (1751). Suponemos entonces que
Rodrigo se refiera a alguna operación de menor trascendencia.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 149

Rio grande de S.n Pedro; y en el Destacamento de observación de dicha


Fortaleza, durante él sitio y rendición de la Colonia del Sacramento; y
desde él de 1778, en virtud de Real Orden, comisionado en la Secretarla
del Virreynato, hasta que en él de 1794, se lo nombró Theniente Gover-
nador del Departamento de Yapeyú, y cuio desempeño, con él de las
demás comisiones que há obtenido, justifica con los Documentos, que
acompaña de 1 á 9 («); y últimamente en él año próximo pasado, fue
nombrado por el Virrey del Distrito, para mandar una expedición contra
los Infieles Charrúas, y Minuanes (8), que executaron las maiorea hosti-
lidades, y muertes de Españoles, llebando á sus ordenes, algunas Milicias;
y siendo sus resultas, él escarmiento de estos, por hauer muerto más
de trescientos, que ee presentavan á ofender con el maior denuedo; reco-
brado 13, Infelizes Cautivos, mil y quinientos cavallos, y porción de Ga-
nado bacuno, todo robado, de las Estancias imbadldas por ellos, con
ciento y treinta y tres individuos, que les hizo prisioneros, sin mas per-
dida por su parte, que la de catorze hombres muertos; por lo que él
Gefe de estas Provincias, le manifestó su satisfacción, en carta del 10
de Setiembre: En este concepto, asegurado de que la Real Justificación
de V.M. ningún servicio deja sin premio, recurre, lleno de confianza,
manifestando éste ultimo, y los anteriores y por todo. Suplica rendida-
mente a V.M. se digne conferirle él grado de Coronel de Infantería, para
con esta nueva satisfacción, continuar hasta sacrificar su vida, en servicio
de V.M.; lo que espera obtener de su Real Clemencia.
San Miguel 18 de Diciembre de 1798
Señor
A. L. R. P. de V. M.
Fran.co Rodrigo"
(rubricado)

Documento L. [9] (T)


"S.or Comand.te
D.n Pedro Ant.o de Arroyo, Cap.an de Milicias del mando de V.m.

(5) Adjunto al documento se hallan los nueve certificados de que


habla Rodrigo. Ninguno de ellos alude en particular o da detalles sobre
la campaña de 1798.
(6) El año "próximo pasado" sería 1797, y ya hemos visto que el
levantamiento charrúa ocurrió a principios de 179 8. Se trata pues de un
posible error de Rodrigo, a menos que efectivamente hubiera recibido
órdenes de atacar a los infieles antes de que éstos realizaran las hostili-
dades. Por nuestra parte no conocemos otra orden, en el sentido ele dispo-
ner la expedición, que la de Feltú, fechada el 20 de marzo de 1798, e
incluida ya en el presente capítulo, (véase el documento C).
(7) EstOB documentos Be hallan en un legajo titulado "D.n Juan
Fran.co Fernandez a nombre de los Capitanes D.n Pedro Arroyo y Man.l
Gori de las Milicias de Cavalleria del Partido de la Colonia, sobre Cobro
150 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Parece y dice g.e p.a los fines q.e le combengan se sirba certificar el
tiempo Q.e ocupo en la Espedicion hecha contra las Naciones Ynfieles
Minuanes y Charrúas, por Orden del Exmo. S.or Virrey Antecesor del
prnte. como también los Oficiales Sarg.tos — Cabos — y soldados q.e
tubo á su mando, q.e de hacerlo así recibirán Merced y Justicia.

Pedro Ant.o de Arroyo"


(rubricado)

"Certifico q.e el año pasado de noventa y ocho, p.r orden de el


flx.mo S.or Virrey D.n Antonio de Olaguer Feliu de veinte y quatro de
Marzo de dho año, sali de este destino el veinte y seis de Abril al castigo
de las naciones ynfieles Charrúas y Minuanes con doscientos Hombres,
bajo de el mando de el Then.te Coronel D.n Fran.co Rodrigo con quien
me yncorporé en el Pueblo de Yapeyú, disponiendo este q.e con mi gente,
saliese dividido, y q.e en el castigo y regreso tardé quatro meses y nueve
días los mismos q.e tardaron los Yndividuos de esta Compañía, que son
los abajo acotados, haviendo hecho la Campaña a su costa y menslon.

Capit.n D.n Pedro Ant.o de Arroyo


Then.te D.n Benito Chain (')
Alférez D.n Man.l Gutiérrez
Sarg.tos Ambrosio Thadeo Belázco
Juan Ramos
Cabos Domingo Barros
Nazario Gallegos
Alexandro Rodríguez
Domingo Moreyra

de sueldos que aquellos y sus Compañías vencieron en la Expedición que


de orden de eBte Sup.or Gov.no hicieron a la excursión y Castigo de las
Naciones Charrúas y Minuanes." En el mismo la resolución, dada en Bue-
nos Aires el 7 dé-mayo de 1800, disponiéndose el pago, etc., etc. Firma
y rubrica Velasco, (hay varias rúbricas). [9]
(8) En una relación de los servicios prestados por Benito Chain,
(Madrid, marzo 31 de 1819), hallamos un párrafo que viene a orientarnos
sobre el lugar o lugares en que actuó la expedición de Rodrigo. Dice aaí:
"En el año de 1798 hizo" (Chain), "una campaña de cerca de seis meses
en la Sierra, y en lo más riguroso del invierno, contra los Indios infieles
Minuanes y Charrúas." [7 pg. 52]. Siendo Yapeyú la base operativa de
Rodrigo, ésta "Sierra" debe ser la del Yaráo, situada a unos cien kiló-
metros al S.E. de aquel pueblo. Con todo, una expedición al Yaráo no
puede haber insumido seis meses, ya que se trata de un área de cerros
relativamente pequeña, aislada, y sin mayores defensas naturales. Pensa-
mos entonces que la campaña se haya extendido a las sierras de Caaverá,
ubicadas más al este, y que como las del Yaráo, eran muy frecuentadas
por los infieles.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 151

Soldados Lorenzo Acosta


Victoriano Florentln
Pedro Saíazar
Juan Bentura Mino
Pedro Josse Baes
Juan Josse Taborda — ae en-
fermó en S.n Pedro (») y el
dia diez de junio ae quedó
allí.
Juan Polo
Josse Sosa
Fran.co Zabala
Silbeatre Gómez
Miguel Eustaquio MUem
Fran.co Sosa
Fran.co Espinosa
Antonio Lemus
Dom.o Aguiar de la Rosa
Bentura Arias
Pedro Benabldes
Y guació Tabares
Mariano Medina
Ylario Gómez
Casimiro Bareto
Bernardo Ribero
Dtonicio Viera
Juan Felipe Cabrera
Bartholomé González
Facundo Castillo
Fran.co Bautista
Agustín Lascano
Juan Salvatierra
Fran.co Baile jos
Casimiro Ortiz
Florentin Rodríguez
Fran.co Gómez Benitez
Fran.co Lima
Jorje Fuentes
Estanislao Muga
Tilomas Cabanas

Vivoras y Feb.o 18 de 1800


Fran.co de Albin"
(rubricado)

(9) San Pedro de Rio Grande ( ? ) .


152 EDUARDO F. ACOSTA Y LAR A

"S.or Comand.te del Rexim.to de Milicias


Manuel Gori Capit.n de la Comp.a de Pardos, ante V.M. con el de-
vido respeto, parezco, y digo: Que p.a los efectos que me comvengan, se
ha de servir V.M. certificar, si concurrí a la espedleion del año proxsimo
de noventa y ocho, p.a el castigo de el Yndio ynfiel, a mi costa, y men-
eion: el tiempo q.e se demoró en yda, y buelta, y el Cabo y Soldados
que llevé. Fabor q.e espero conseguir de V.M. por ser de justicia.
Manuel Gori"
(rubricado)

"Certifico que de orn. del Ex.mo S.or D.n Antonio Olaguer Feliu
de veinte y seis de Marzo de mili setecientos Nobenta, y ocho, salí el
veinte, y seis de Abril de dho. año al Castigo de las Naciones ynfielee
Minuanes y Charrúas bajo la dirección del Ten.te Coronel D.n Fran.co
Rodrigo Ten.te Gobernador del departam.to de Yapeyu demorándome en
yda, y buelta quatro meses nuebe dias abiendo hecho la Espedicion toda
la jente que llebe a su Costa, y mension, y los yndibiduos de esta
Compañía que fueron y finalizaron la Campaña son los siguientes.

Capitán Man.l Gori


Cabo Pedro José Regala
Soldados Pedro Pablo
Andrés Porborola
Mig.l Diaz
Elias Sena
Agustín de la Rosa, y Flores
San Salbador, y Marzo 11 de 1800
Fran.co de Albin"
(rubricado)

BIBLIOGRAFÍA

1) GREGORIO FUNES. — Ensayo de la Historia Civil de Buenos Aires,


Tucumán y Paraguay. Buenos Aires, 1856.
2) FRANCISCO BAUZA. — Historia de la Dominación Española en el
Uruguay. Segunda edición. Montevideo, 1895.
3) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Misiones N* 12. 1797 - 98. S 9 - C 18 - A 6 - N» 5.
4) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Banda
Oriental. Comandancia de Fronteras de Cerro Largo. 1 7 9 3 - 1 8 0 7 .
S 9 - C 1 - A 3 - N » 5.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 153

5) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo


Misiones N» 13. 1798-99. S 9 - C 18 - A 2 - N» 4.
6) ARCHIVO GENERAL DE LA XACION, MONTEVIDEO. — Caja Co-
lonial 229, Carpeta 7.
7: FLAVIO A. GARCÍA. — Aporte documental a la biografía de Benito
Chain. Boletín Histórico del Estado Mayor del Ejército, (N? 75-76),
Montevideo, 1958.
X) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Montevideo N» 60 1801. S 9 - C 2 - A 9 - N H .
9j ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, BUENOS AIRES. — Legajo
Guerra y Marina 1800. N» 30. S 9 • C 24 - A J - N» 6. (expediente 8)

En el Archivo General de Indias, Sevilla, y a nuestro pedido, se rea-


lizó un breve sondeo en procura del Diario y Parte remitidos por Ro-
drigo a Feliú, o de alguna referencia que permitiera ubicarlos. Habién-
dose revisado varios legajos de la Sección Audiencia de Buenos Aires,
correspondientes a la época, los resultados fueron negativos ,Asi nos lo
tizo saber el Director de aquél Instituto, don José de la Peña y Cámara,
que por carta nos remitió detalle de lo investigado.
CAPITULO xn

CAMPAÑAS DEL CUERPO DE BLANDENGUES


DE LA FRONTERA DE MONTEVIDEO

El avance de los establecimientos de Montevideo, fue lento


pero continuo. Primero, la frontera estuvo en el Santa Lucía,
luego vino el Pintado, el Yi, y finalmente el río Negro. Al con-
cretarse la cadena de guardias y fortines, corral de palo a pique,
rancherío, y mangrullo, las partidas armadas se internaron cada
vez más en el desierto, empujando a los charrúas hacia una vasta
zona de montes y cerrilladas, cuyo centro vendría a quedar en
los límites de los actuales departamentos de Salto y Tacuarembó.
Cuando a partir de 1792, la guardia de Meló extendió la jurisdic-
ción de Montevideo hasta las serranías del este, morada de los
minuanes en tiempos de Manuel Domínguez, es probable que ya
no hubiera una sola toldería de infieles al sur del río Negro.
Corresponde a esta época la creación del Cuerpo de Blandengues
de la Frontera de Montevideo, fundado por el virrey Meló de
Portugal en diciembre de 1796, y cuyas normas de reclutamiento
fueron publicadas en nuestra Capital por bando de Olaguer y
Feliú, con fecha 7 de febrero de 1797. [1 pg. XXIX]. Destinado
a perseguir a los charrúas, a los contrabandistas portugueses y
a las bandas de cuatreros que infestaban la campaña, el nuevo
Cuerpo se formó con individuos conocedores del ambiente, aptos
para desenvolverse y guerrear en terrenos agrestes y hostiles, y
por sobre todo, "gente muy de a caballo", condición ineludible
para cumplir las misiones que se les confiaban. Buscando "cuñas
del mismo palo", en el bando de Feliú del 7 de febrero se concedía
indulto, procurando su enrolamiento como blandengues, a los con-
trabandistas, a los desertores del ejército, a los escapados de las
cárceles, y en general a los que hubieran cometido cualquier otro
delito, no siendo el de homicidio o el de haber hecho armas con-
tra la Justicia y las partidas armadas. Los interesados debían
presentarse en los lugares señalados por el bando con seis caba-
1S6 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

Uos para el servicio, percibirían diez pesos por mes, o sea: "el
mismo sueldo que gozan los Blandengues de la Frontera de Bue-
nos Ayres", y la contrata tendría una duración de ocho años.
[1 pg. 12]. Hemos visto algunos documentos relativos a ingresos
en el Cuerpo de Blandengues de Montevideo. Así por ejemplo,
un comunicado del gobernador José de Bustamante y Guerra a
Feliú, (setiembre 19 de 1797), anunciándole el envió del reo
Juan Palacios al comandante militar de Maldonado, con desti-
no a servir ocho años en el Cuerpo de Blandengues. [2] En otro
expedientillo de enero de 1798, José Ignacio Romero, desde la
Ciudadela, expone: "q.e se halla preso hace veinte meses en un
calavozo y con grillos, sin mas causa qe. haverle encontrado con
una china tape en una de las Estancias de la Guardia de Meló,
solicita su livertad agregándole al servicio del nuevo Cuerpo de
Blandengues q.e se forma en Maldonado, donde promete servir
con esmero". Advierte sin embargo Bustamante y Guerra en el
mismo expediente, elevado a Feliú: "que la prisión de este Indi-
viduo procede de haverle hallado con otros malhechores en los
Campos de la Guardia de Batovi con dos chinas, los quales hicie-
ron fuego a la Partida que iba a prenderlos". [3] Y otro ex-
pedientillo, también de Bustamante y Guerra a Feliú, fechado en
Montevideo en febrero de 1798, anuncia la remisión de José Do-
mingo Farias a Maldonado, con destino a servir un año en el
Cuerpo de Blandengues por: "haver acometido con armas al Ca-
pitán de Milicias D. Juan Esteban de Ludueña". [3] Se explica
entonces, el juicio que sobre los blandengues emitió Azara en
1801: "No hay con quien compararlos siéndoles igualmente des-
conocidos el honor, pudor, berguenza, subordinación, respeto y en
fin nada de bueno tienen y cada uno junta todo lo malo de que es
capaz un hombre". [4 pg. 75]. Pero, no sólo de tales gentes se
compondría el Cuerpo de Blandengues. También podía haber allí
quien se enrolara por hacer la carrera de las armas, quién por la
paga y quién por gustar de la vida azarosa de las patrullas de
tierra adentro.
Orientándonos en el magnífico volumen 2 del Archivo Arti-
gas, nos encontramos con que el primer choque entre blandengues
y charrúas debe haber ocurrido en las costas del Cuaró, y por
el mes de setiembre de 1797- En dicho lugar, cumpliendo una
misión relacionada con las vaquerías de Cerro Saenz, las partidas
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 157

a cargo de Jorge Pacheco y José Artigas fueron atacadas por


los indios, como lo expresa el último de los nombrados en carta a
Olaguer y Feliú desde la cuchilla de Tacuarembó; "Tengo ocho
yndios entre chicos y Grandes ynfieles q.e Binieron estando en
la tropa de d.n Manuel del zerro sayes Me atropellaron la caba-
llada de las Gentes q.e tenia Apie ya Restadas me la llebaban
estando tendidos los caballos comiendo. Sali Con. mi Gente y los
Corrimos y Ganaron vn. Monte muy espeso y de los que abianze
desgaitados de los yndios Bino Vno con vna Lanza Contra vn
Blandengue a morir o matar lo q.e Eido esto el Blandengue le
tiro y lo mato por que Estos yndios están echos Atropellar las
partidas", etc., etc. [1 pg. 29]. Y así se van sucediendo los epi-
sodios. Desde Buenos Aires, el 30 de junio de 1798, el virrey
da instrucciones al gobernador de Montevideo: "para q.e pase la
correspondiente al Comand.te Militar de Maldonado, a fin de que,
con obgeto á perseguir los Ladrones de caballadas, contravandis-
tas, facinerosos, y gente olgazana y evitar los excesos que se
cometen en la campaña, nombre tres partidas del cuerpo de Blan-
dengues de Montevideo con la fuerza y destinos siguientes: O)
La 1* se compondrá de un capitán, un sarg.to quatro cabos y
36 hombres, que correrán los campos que median entre S-ta Ana
hasta Tacuarimbó, Cuaró, Cuarey, y los dos Arapeies grande y
chico, cuyos parages son los que en el dia tienen mayor numero
de ganado orejano, y en donde habitan los Indios Charrúas y
Minuanes.", etc. etc. [3]. El gobernador de Montevideo pasó
la orden a Manuel Gutiérrez comandante de Maldonado, [1
pg. 76], quién a su vez la hizo llegar al capitán de blanden-
gues Francisco Esquivel y Aldao. Este último contestó en
carta del 11 de julio de 1798, desde Maldonado: "Sor Co-
mandante. He Rrecebido la orn de Vmd de 10 del Co-
rriente, en que se sirbe trasladarme la del Exmo Sor Virrey de
30 del último Junio." etc. etc., y dice luego analizando el plan
de campaña: "Los Indios Charuas y Minuanes, que según expresa
la misma orn, se hallan situados en uno de los parajes que se me
señalan, han llamado sienpre, como las demás Naciones Barbaras,
la atención del Gobierno que Spre. ha estado cuidadoso y dete-

(i) Intercalamos únicamente lo relativo a la primera partida, por


cuanto era la que debía operar en territorio indio.
15 8 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

nido en sus probidencias contra esta clase de enemigos, á menos


que sus hostilidades haian exigido especial probidencia: por este
principio pues, parece que deberá no molestárseles, si se berifica
tocar en alguna Tolderia, establecim.to ó concurrencia de ellos,
solo que p.r algún echo notorio deban comprehenderse, y rrepu-
tarse en la Clase de malhechores indistintam.te aplicándoseles el
propio castigo y rigor que u aquella, circunstancia q.e es conbe-
niente saber, para conserbar las precauciones debidas con un ene-
migo, cuio agrabio y resentimiento puede ocasionar perjui-
cios al Estado con sus rrobos y mortandades, á que son propensos
por naturaleza" [3]. De acuerdo a las órdenes recibidas, ya en
el mes de octubre las fuerzas de Esquivel se hallaban en cam-
paña y por campos del Arapey, donde se les incorporó Artigas,
con "solo seis hombres", por haber dejado el resto en la "Orqueta
de Salsipuedes custodiando un contravando de cinquenta y quatro
cargas de Tavaco del Brasil, y alguna cavallada q.e se havia apre-
hendido en dho parage". Esquivel muere de resultas de una ro-
dada y queda Artigas a cargo de las partidas, pasando a hostili-
zar a los charrúas, quienes habían robado las caballadas de la
estancia de José Cardozo y muerto varios "Christianos", cuyos
cadáveres fueron encontrados por aquellas inmediaciones. [1 pg.
77 - 80] ( 2 ). El propio Artigas señala estos hechos al enumerar
sus servicios y pedir el retiro en octubre de 1803.: "Repitiendo
sus incursiones los Yndios Ynfieles en la Campaña se mandó
salir una Partida de 120,, hombres a las ordenes del Capitán del
Cuerpo dicho D.n Fran.co Aidao, y para la dirección de las Par-
tidas descubridoras se me nombró: y haviendo fallecido dicho Co-
mandante dispuso la superioridad quedase aquel comando a mis
hordenes, y seguidamente castigué a los Yndios apresando barios,
Matando otros, y quitándoles muchos Cavallos, estando en esta

(2) Con anterioridad, a fines de diciembre de 1797, Artigas, y a


instancias de Matías Benites, había reconocido en las proximidades del
Santa María (?) los cuerpos de otras personas muertas por los indios. Es-
cribía así al virrey desde el arroyo del Sauce: "camine al parague donde
abian sido las muertes y en Contramos vno atado. Con los Brazos pa. tras
Con 5 y 5 chuzasos en las espaldas y asta el pelo leabian cortado y en otro
parague dizen q.e abian. diez cuerpos Juntos en vn parague q.e los na-
bian muerto Juntos No lo preBenciee por no saber donde fueron Las
aberias", etc., etc., [1 pg. 6 4 ] .
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 159

Comisión desde 3, de Octubre de 98, hasta 3, de Mayo de 99,


que me retiré a Maldonado." [1 pg. 260]. Por su parte el histo-
riador Barbagelata al estudiar las actuaciones de Artigas antes
de 1810, dice que al morir Esquive! y quedar Artigas a cargo
de las fuerzas, atacó y derrotó a los indios haciéndoles setenta
prisioneros, encaminándose luego a Cerro Largo donde quedó de
guarnición. [5 pg. 70].
En 1800 y 1801, se procedió a ocupar las tierras que aún
quedaban en poder de los charrúas, empresa en la que tuvieron
destacada actuación los cuerpos de blandengues de Montevideo y
Buenos Aires. Corresponde la iniciativa al marqués de Aviles,
sucesor de Feliú en el Virreynato del Río de la Plata, un gober-
nante inteligente, emprendedor, y con muy claras visiones de
futuro^ En Buenos Aires, y en extenso documento del 2 de enero
de 1800, expresaba: "Mi ardiente amor al Rey y mis vivos deseos
de llenar cumplidamente las obligaciones del grave cargo q.e hé
devido á su piedad, promoviendo, conforme á sus Soveranas in-
tenciones la felicidad de sus amados Vasallos y la prosperidad de
los Pueblos q.e há puesto á mi cuidado," etc., etc., "y persuadido
á q.e ningún objeto és de mayor ínteres para el acrecentam.to de
esta Provincia de Buenos Ayres, prodigiosam.te abundante de
dilatadas Campañas deciertas é incultas en la mayor parte, que
él establecim.to de Poblaciones para reunir en sociedad y Policía
Cristiana á las Gentes q.e se hallan dispersas; para reducir á
las Naciones de Indios infieles q.e vagean por ellas al conocimien-
to de Nuestra Sagrada Religión y á la obediencia de Nro Católico
Monarca; para remediar y extinguir los frecuentes robos, omici-
dios, contrabandos, destrozos de Ganados y otros graves delitos
y desordenes q.e impunem.te cometen los Vagos, delincuentes y
foragidos de todas clases y condiciones, q.e sin respeto á las Leyes
ni á la Religión infestan aquellos dilatados Campos," etc., etc.,
"me dediqué desde luego á tomar las medidas mas adaptables á
conseguir tan basto objeto, q-e dignamente há ocupado la aten-
ción de mis celosos Predecesores y la meditación de los mas serios
Tribunales y refleccivos Ministros sin q.e hasta el dia, a pesar del
constante esmero de todos, haya podido aun darse una completa
resolución sobre tan importante materia; y sin embargo de que
conociendo su arduidad juzgo acertado dexar correr el expediente
por su curso ordinario y regular, no obstante, impulsado ahora
160 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

de la urgente necesidad, q.e por el Cavildo y Diputados del Pue-


blo de Yapeyú se me há hecho presente, de contener las irrup-
ciones de los Indios infieles Charrúas y Minuanes q.e han robado
y muerto á varios Españoles é Indios Guaranis establecidos en
ias immediaciones del Rio Uruguay; y de mi estrecha obligación
de proteger las vidas y haciendas de los Vasallos del Rey: hé
resuelto por pronto remedio y sin perjuicio de las providencias
y disposiciones que se acuerden en el Expediente gral. del arreglo
de Campos, se establescan por ahora y por via de ensayo algunos
Pueblos en las cavezeras de los Arroyos Yarapey y Quarey, en el
Puesto de S.n Joseph á la Costa de Uruguay, y hacia los tres
Arboles, q.e son los parages, q.e después de un maduro examen
y bien fundados informes hé estimado mas aproposito para con-
tener las imbas iones y correrías de los Indios infieles y po-
ner pronto remedio á los daños q.e ocasionan; y como para afian-
zar el logro de estos justos fines que tanto interesan á la dila-
tación de los Dominios de S.M.," etc., etc., "sea necesario nom-
brar personas de experimentada actividad, zelo é inteligencia q.*»
sitoen, arreglen y establescan las Poblaciones con las ventajas y
arreglo que exijen el buen orden y policía, y q.e disponen nues-
tras savias Leyes; concurriendo estas y las demás q.e se requie-
ren para tan importante empresa en el Capitán de Blandengues
D*c Jorge Pacheco, vengo en conferirle comisión en forma con
toda la autoridad necesaria á su desempeño para el qüaí tengo
por combeniente hacerle algunas prevenciones, que observará en
lo adaptable, dejando lo demás á su prudencia y discernimiento."
De las prevenciones que son trece en total, dice la segunda, que
la primera población deberá situarse en las cabeceras del Arapey,
y: "que será la primera como la mas importante por su situación,
para contener las entradas de los Indios Charrúas, poniéndola
bajo el particular patrocinio de la Santísima Virgen Maria Nra.
Sra. con el titulo de Belén, p.r cuyo nombre será distinguido e)
Pueblo en lo Succesivo." En la décima prevención dice que, con-
cluido el pueblo de Belén,: "siga acia las Cavezeras del Quarey.
á establecer en los mismos términos otra Población, en el parage
mas propio con la advocación y bajo el amparo de Señora S.ta
Ana: y si por hallarse con bastante numero de Pobladores con-
siderare conveniente aprovechar la estación propia para estable-
KJM.IX I>K AZAItA
('«ico 'Ji; (taya, foto-cu¡iia existente en el Mu-teu Xacioimt df.
Üistui'ui Saturul. Montevideo).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 161

cerlcs, podrá encargar al Subalterno de su Partida que considere


mas dispuesto que pase á delinear y establecer el Pueblo acia
los tres arboles con prevención de que lo distinga con la denomi-
nación de S.n Gabriel invocando la protección del Glorioso Arcán-
gel á favor del Pueblo y de sus moradores." Y aún creía posible
Aviles la formación de una cuarta población, que habría de si-
tuarse junto al "Puesto nombrado de S.n Jph. á las margenes del
Rio Uruguay poniéndolo bajo el patrocinio de este glorioso Pa-
triarca", etc., etc. Y termina el documento en que: "sacándose
tres copias de esta resolución se remitirán con las consiguientes
ordenes, una al Capitán D.n Jorge Pacheco comisionado para su
execución; otra al Teniente Governador de Yapeyú para que sub-
ministre á este Comisionado algunas semillas p.a fomento de los
nuebos Colonos y le preste los demás auxilios que pendan de su
arbitrio, y la Tercera al Comandante de la Colonia á fin de que la
haga publicar en aquel Partido y en los demás dependientes é in-
mediatos para que llegando á noticia de todos aquellos Vecinos
pobres puedan ocurrir á establecerse con Ventajas y utilidad á las
nuevas Poblaciones". ( 3 ). [6]. En realidad, el inspirador de los
planes de Aviles fue don Félix de Azara, quién, profundo conoce-
dor de nuestros problemas limítrofes, sabia que el estable-
cimiento de poblados a lo largo de la frontera, y la reor-
ganización política de las Misiones, (sin que - ello signifi-
cara volver a la administración religiosa), eran los medios
más eficaces para detener el avance de los portugueses y las hos-
tilidades de los charrúas. El 18 de marzo de 1800, y en plan si-
milar al confiado a Pacheco, Aviles encomendaba también a Azara
la fundación de varios pueblos, comenzando por el de Batoví,
"para contener las irrupciones y correrías de los Yndios infieles
Minuanes y Charrúas, Y la osadía Y arrojo de los vagos facine-
rosos y contrabandistas que infestan las dilatadas desiertas cam-
pañas de la vanda del Norte de este Rio de la Plata con notable
perjuicio de la seguridad y tranquilidad publicas; para contener
las continuas usurpaciones de terrenos por parte de los fronteri-
zos;" etc., [1 pg. 160]. En relación a Azara, que tan de cerca
conoció a los charrúas, transcribimos una de las páginas que de-
dicara a aquellos indios. Se trata de cuando los vio, quizás por

(3) El documento luce la firma y rúbrica de Aviles.


162 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

primera vez, en la festividad anual del pueblo misionero de San


Miguel, el 29 de setiembre de 1784. Dice así: "Se hallaron en, esta
fiesta algunos bárbaros Charrúas y Minuanes que persiguieron
mucho á los pobladores de Montevideo, hasta que el gobernador
Viana los escarmentó y destrozó.'De ellos hablan las historias muy
antiguas y hoy están en paz con todos viviendo errantes en los
dilatados campos de aquí al rio Negro y Santa Tecla. Habitan ba-
jo de toldos de esteras, y de sus costumbres y modo de vivir me
cuentan que difieren poco ó nada de otros que describiré á su
tiempo. Hablan alguna cosa el guaraní, pero tienen idioma par-
ticular muy gutural. Corrieron con destreza parejas y sortijas
juntamente con los del pueblo y recibieron tupambai como si to-
dos fueran unos mismos. Iban montados en pelo: un palito servia
de bocado al freno y dos pedazos de cuerno hacían de alacranes.
Su vestido se reducia á un escaso tapa-rabo ó trapo sucio ceñido á.
los ríñones. Los adornos consistían en una cuerda sobre la frente
atada al cogote; el pelo suelto y largo y las quijadas pintadas de
blanco, Algunos estaban armados de una lanza de doce pies con
la punta de fierro muy delgada y larga media vara: otros lleva-
ban una aljaba muy aplastada que ocupaba su espalda y lomos, en
la que estaban las flechas en abanico formando un arco de varios
colores que por delante hacia una bella vista. El arco era corto
como el de todos los que lo manejan a caballo. Su talla y figura es
elegante y exede á la de los españoles, aunque no llega según pa-
rece á la de los Mbayas, siendo incomparablemente superior á la
de los guaranís. Estos bárbaros y los indios del pueblo no solo
imitan en sus torneos á los españoles sino también representaron
las escaramuzas y batallas de los bárbaros con los españoles. Los
que imitaban á aquellos iban completamente desnudos, muy pin-
tados en todo el cuerpo, y con muchas y varias plumas en la ca-
beza y en los pretales de sus caballos. Montaban en pelo y llevaban
" una lanza muy larga con cuyo apoyo saltaban del suelo sobre el
•'••-caballo,* y de este al suelo con suma ligereza en lo mas precipitado
de la carrera. En la misma, se echaban á un lado manteniéndose
ocaltos en el cuello del caballo que parecía que corría solo y sin
jinete. Finalmente volaban, paraban, revolvían y hacían lo que
parece imposible. El pueblo tiene una estancia de caballos escogi-
dos que solo sirve en estos dias." [7 pg. 177].
Volviendo al virrey Aviles, su espíritu conciliatorio le hizo
LA G U E R R A DE LOS C H A R R Ú A S 163

tentar una vez más la pacificación de los charrúas, mediante los


oficios de la que llamaremos misión Ifrán, visto que su jefe no fue
otro que Juan Ventura Ifrán, el mentado baqueano de la expedi-
ción de Rodrigo. El "Diario" de esta misión, interesantísimo como
antecedente para la campaña de Pacheco, se conservaba en el ar-
chivo particular de Francisco Bauza, que así lo indica en su His-
toria de la Dominación Española en el Uruguay", [8 vol. 2 pg.
341]. Lamentablemente, al pasar dicho archivo a la custodia del
Estado en 1959, no pudo hallarse el "Diario" de Ifrán, ni referen-
cia alguna que permita conocer su actual paradero. En ausencia
pues del documento, y sin otra fuente de información, debemos re-
mitirnos a los hechos tal como los narra Bauza. Así el texto: "Co-
mo en el ánimo de Aviles prevalecía la iüea de no ahorrar medio
para reducir pacíficamente á los naturales, pues hacia depender
de ello, el éxito inmediato de las operaciones de Pacheco, resolvió,
ante todo, enviar á loa indígenas una embajada compuesta de dos
charrúas cristianos, residentes en Buenos Aires y antiguos prisio-
neros, quienes, por vía de Yapeyú, debían trasladarse con escolta
y salvoconducto hasta las tolderías de sus compatriotas para propo-
nerles en nombre del Virrey, paz y amistad duraderas, y buenos
territorios donde pastorear como dueños sus ganados. Llamábanse
los embajadores elegidos, Vicente Adeltú y Antonio Ocalián. El
primero de ellos era jefe ó cacique, según los españoles acostum-
braban á llamarles, y ambos aceptaron de buena voluntad el co-
metido que se les confiaba. A mediados de .Enero de 1800 se pu-
sieron en marcha para Yapeyú, y llegados que fueron á dicho pun-
to, después de haber conferenciado durante tres días con Bermú-
dez, (4) marcharon en dirección al Salto chico, donde les esperaba
D. Juan Ventura Ifrán con una partida de 50 hombres y el jefe
indígena Capataz para escoltarles hasta las tolderías. Atento al
régimen puesto en práctica por Aviles para toda empresa impor-
tante, Ifrán debía llevar un diario de las operaciones de la emba-
jada, con el pormenor de todos sus detalles. A 2 de Abril se in-
corporaron á Ifrán, en Laureles, los enviados charrúas. El 6 del
mismo mes, él y ellos, escoltados por 14 hombres, pusiéronse en
marcha con miras de encontrar á los indígenes, cuyo rastro se
dejaba sentir en el camino. Sobrellevando las contrariedades de

(4) FranciBco Bermúdez, gobernador de Yapeyú.


164 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

una empresa llena de peripecias, llegaron el 4 de Mayo á la costa


del Cuareim, donde encontraron cuatro tolderías de indios minua-
nes, quienes, apenas divisaron á los españoles, pusiéronse en fuga,
ganando el monte. Deseoso de aquietarles, pidió Ifrán á los em-
bajadores, que acompañados de Capataz se adelantasen á tratar
con los fugitivos, siguiéndoles él á corta distancia. Franqueó la
embajada el monte, y en un potrero cercano tuvo lugar la primera
conferencia, cuyo resultado fue frustráneo. Solamente un indíge-
na con 12 personas de su familia, se avino á reducirse y acom-
pañar á los cristianos; Todos los demás se negaron a imitarle.
Vista la inutilidad de mayores esfuerzos con aquella gente re-
hacia, prosiguió Ifrán su marcha en dirección al Cuareim chi-
co, desde donde despachó un baqueano á correr el campo. Deso-
rientado por la falta de noticias con que retornó el explorador,
iba siempre adelante, cuando dio con una mujer minuana, apri-
sionada por él en otra de sus salidas, y arrojada ahora del campo
de sus compatriotas, quienes la negaron refugio, diciéndola que
lo solicitase de su antiguo apresador. Informó esta mujer sobre
el paradero más inmediato de los indígenas, que era en la costa
del Cuareim chico, con cuya certidumbre apresuró sus marchas
la expedición cristiana. Al amanecer del día 11 se divisaron dos
indígenas que Ifrán mandó capturar, consiguiendo hacerlo con uno
de ellos. Traído á su presencia, sueltas las ligaduras y obsequiado
con yerba y tabaco, declaró el prisionero que su toldería, compues-
ta de ochenta individuos, tenía por jefe á Masalana, y estaba allí
cerca. A lo que correspondió Ifrán instruyéndole de sus propósi-
tos, é invitándole á servir de intermediario en el tratado de paz.
Aceptó el indígena, y agregándose á los dos enviados charrúas y
á Capataz, partieron en dirección á la toldería, escoltados por Ifrán
y 20 hombres. A media legua de camino, sobre una cuchilla, divi-
saron formados á caballo, 80 minuanes en aire de combate. Hizo
alto Ifrán, y para quitar á su actitud cualquier asomo de hostili-
dad, mandó á los comisionados que se adelantasen á entenderse
con ellos; pero apenas se pusieron al habla unos y otros, fue enor-
me la algarabía que se levantó entre los minuanes. Cortáronse va-
rios de las filas, y atropellando á los parlamentarios, les daban
fuertes encontrones, blandiendo las lanzas y amenazándoles con
toda suerte de injurias. La impasibilidad en los amenazados con-
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 165

siguió dominar el tumulto, facilitando una aproximación entre


Ifrán y Masalana, quienes cambiaron las primeras palabras. Mien-
tras ambos jefes hablaban, los enviados trataron de leer y expli-
car á la turba las proposiciones de Aviles; pero sea que no las en-
tendiesen bien, sea que todos opinasen á un tiempo, la apaciguada
algarabía volvió á encenderse con tal estrépito, que fue necesario
señalar el día siguiente para una conferencia más tranquila, y el
campo español como lugar de cita. Cumpliendo lo prometido, al
dia siguiente, 12 de Mayo, á mediodía, compareció Masalana con
38 hombres armados en el campamento de Ifrán, que distaba po-
cas leguas del suyo. Venían entre los minuanes dos cristianos re-
negados, quienes parecían tener sobre ellos gran influencia. Ifrán
recibió a todos con mucho agasajo, ofreciéndoles asiento, que Ma-
salana aceptó á su lado, junto con los negociadores charrúas. En
seguida regaló al jefe indígena, en nombre del Virrey, un som-
brero, un poncho y un pañuelo provisto de yerba. Llenados estos
preliminares de cortesía, empezó á explicarle las ventajas de la
propuesta del Virrey, que no solamente aseguraba á él y loa su-
yos la paz de esta vida, instalándoles como dueños en tierras fruc-
tíferas, donde se verían libres de peligros y acechanzas, sino tam-
bién, proporcionándoles por medio del bautismo la felicidad eterna
fin para el que Dios les había criado. Traducían estos conceptos,
los enviados é intérpretes, sin que Masalana interrumpiese; pero
uno de los renegados, inquieto por aquella deferencia, empezó á
murmurar con voz inteligible, y dirigiéndose á los indígenes en
idioma propio, que no era verdad lo expresado por Ifrán, «pues
ellos no tenían conexión alguna con los cristianos, ni menos eran
criados para la gloria, pues el alma de ellos era como la de un ani-
mal, que muerto quedaba en la nada». Vertido al castellano aquel
despropósito, Ifrán lo contestó en el acto, «con un razonamiento
—dice— que fue suficiente para imponer silencio;» pero es de
sentirse que no mencione el razonamiento argüido, á fin de aqui-
latar la clase de recursos polémicos que por aqirél tiempo cerra-
ban los labios á los renegados de este hemisferio. Masalana, hasta
entonces silencioso, creyó oportuno manifestarse, diciendo que él
no vacilaba en seguir el dictamen del Virrey; pero no creía fuera
esa la opinión de los suyos, como podía observarse por el descon-
tento con que acogían las palabras de Ifrán, especialmente los
166 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

cristianos allí reunidos. Esta réplica emocionó al charrúa Adeltú,


que siendo cristiano y jefe, sintió ofendidas sus creencias y lasti-
mada su jerarquía con la imputación de mediar en un engaño. Así
es que irguiéndose repentinamente, y sin que Ifrán tuviera tiem-
po de contenerle dijo: «que él venía de orden del Virrey á escuchar
razonamientos para trasmitirlos, y no á llevarse gente;» y como
si deseara acentuar que no la necesitaba para nada, «soy cacique»,
añadió con altanería. «También soy yo cacique y señor de estos
campos —gritó Masalana— y antes prefiero morir con toda mi
gente, que someterme». Semejantes frases levantaron el alterca-
do á un diapasón extremo. Quiso mediar Ifrán para traer las cosas
á partido; pero todo resultó inútil. Sin consideración ninguna ya,
Masalana dijo que eran mentidas las promesas del Virrey, y sal-
tando á caballo, fueron sus últimas palabras un desafío: «me reti-
ro á la sierra del Ibi rápita >. La negociación había concluido desde
ese momento y era inútil intentar reanudarla. Así lo comprendie-
ron todos; de manera que Ifrán esperó el dia siguiente para rom-
per su marcha en dirección á los Yerbales, por donde tenía miras
de probar fortuna con otras tolderías. Llegó á dicho punto el dia
13, sin encontrar rastro alguno; el dia 14 avanzó hasta la Sierra,
el 15 llegó hasta las puntas del Yarao, pernoctando allí, y el 16 se
puso nuevamente en marcha, caminando diez leguas hasta situar-
se sobre una de las orillas del Cuareim, en el paso principal que
por aquella altura tiene el río. Al caer la tarde, subido á un árbol,
divisó una toldería compuesta de 70 personas, más ó menos, y á
fin de acercarse sin ser sentido, fraccionó su gente, encerrando
parte de la caballada en un potrero, y con el resto á pie y los ca-
ballos á soga, franqueó el paso del río á las nueve y media de la
noche. Aproximóse en el mayor silencio á la toldería, y esperó el
alba en esa actitud. Apenas rompió el día y le distinguieron los
indígenas, hendió el aire una lluvia de flechas y el vocerío consi-
guiente de alarma. Los enviados charrúas y Capataz, de orden de
Ifrán, levantaron la voz para expresar cuáles eran los motivos
que llevaban á los cristianos á aquél paraje; pero.el tumulto y los
flechazos seguían, resultando herido un hombre. A las proposi-
ciones sucesivas de paz y avenimiento, respondieron que estaban
por la guerra, y que se preparasen los cristianos á resistir, pues
iban á exterminarlos á todos. Entonces el charrúa Ocalián opinó
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 167

que debía hacérseles fuego, único recurso de salvación disponible.


Se rompió el fuego, que duró dos horas, después de perder cinco
hombres muertos y varios heridos, ganaron los indios el monte.
Fracasada esta nueva tentativa de pacificación, determinó Ifran
ir en busca de los charrúas, creyendo hallarlos más dóciles. Con-
fiaba reducir á dos de sus jefes, llamados D. Ignacio el gordo, y
el Pintado, á cuyas tolderías se propuso llegar, rumbeando para
donde presumía encontrarlas. Con tal designio, el dia 18 se diri-
gió al Cerro Pintado, desertándose allí el indígena reducido en el
Cuareim con su familia. El 19 llegaba á la Palma Sola, y desde el
20 al 31 de Mayo, dificultado por las lluvias y la extenuación de
las caballadas, fue caminando hasta el Cuaró, sin encontrar rastro
de indígenas. Determinó entonces volverse á Yapeyú, por el ca-
mino de las Tres Cruces; pero cuando lo emprendía, una de sus
partidas se avistó con otra de infieles, que después de un cambio
de palabras, desapareció con rumbo opuesto. Aprovechando la
oportunidad de orientarse sobre aquel rastro, se puso Ifrán a se-
guirlo, y el día 2 de Junio, desde la cima de un cerro, entre Yucu-
tujá y Cuaró, pudo ver una numerosa toldería, hacia la cual de-
sistió de aproximarse, por la imposibilidad de franquear el río y
el mísero estado de sus cabalgaduras. Con esto, optó por la re-
tirada definitiva, retomando el camino de Yapeyú, en busca de
Bermúdez, para darle cuenta del fracaso acontecido." [8 vol. 2 pg.
338 a 344]. Inútiles pues todas estas gestiones, y enterado por el
Cabildo de Montevideo de que los charrúas habían realizado nue-
vas hostilidades, Aviles optó por someterlos a al fuerza. El 4 de
octubre de 1800 se dirigía a Pacheco, (5) ordenándole que, aumen-
tados sus efectivos con trecientos blandengues, cien soldados de
milicias y ciento cincuenta indios de Yapeyú, obrara según su pe-
ricia, a fin de lograr la entera sujeción de aquellos infieles y el
exterminio de los facinerosos que se les habían reunido. El mis-
mo dia escribió a Bustamante y Guerra, gobernador de Montevi-
deo, poniéndolo en antecedentes de su resolución, habiendo libra-
do dicho gobernador la presente copia al Cabildo: "Con fha. de

(5) En el Archivo General de ta Nación, Buenos Aires, [10], he-


mos visto una copia sin firma de la carta de Aviles a Pacheco, con Ins-
trucciones sobre la campaña a realizar contra los infieles. Bauza publica
el texto completo de éstas instrucciones entre sus documentos de prueba.
[8 vol. 2 pg. 703].
168 EDUARDO F. ACOSTA Y L.ARA

4. del Corr.te me dice el Ex.mo S.or Virrey de estas Provincias


lo que sigue.
«Estando para determinar el expediente formado para con-
tener las irrupciones de los Indios Infieles Charrúas y Minuanes
y atraerlos á vivir en paz y redución, recivi vn Oficio de V del
corr.te del Cavildo Justicia y Regimiento de esa Ciudad con vná
representación de su Sindico Procurador Gral. que me han con-
firmado en el concepto ya formado de ser inútiles todos los medios
pacíficos que se empleen al efecto, y la consiguiente vrgente ne-
cesidad de vsar de la fuerza para reprimirlos y castigarlos, y po-
ner á cubierto las personas, vidas y Haziendas de los Vecinos y
havitantes de la Campaña. Y en su consecuencia, paso las corres-
pondientes ordenes para que salga vna expedición compuesta de
vnos quatrocientos Blandengues de esa Vanda, Milicias del Regi-
miento del Partido de las Vivoras, Indios de Armas del Departa-
mento de Yapeyú, y de los Vecinos y particulares que quieran
agregarse, al mando toda del Capitán del mismo Cuerpo D. Jorxe
Pacheco, y con prevención de no retirarse hasta conseguir á viva
fuerza la total pacificación y reducción de aquellos Infieles, y ex-
terminio de todos los Vandidos que los fomenten y demás de la
Campaña. Lo que prevengo á V.S. para su inteligencia, y la del
mismo Cavildo, de cuyo celo y el de V.S. fio que concurrirán en
sus casos por quantos medios les sean facultativos al auxilio y
logro de esta empresa en que se interesa principalmente el vecin-
dario de su Distrito».
I lo traslado á V. S. para su conocimiento.
Dios gue a V. S. m.s a.s Montevideo 7 de Octubre de 1800
Joseph de Bustamante y Guerra
(rubricado)
Al M.I.C.J. y Regim.to de esta Ciudad". [9].
En Montevideo, el sub-inspector marqués de Sobremonte,
dispuso que los refuerzos destinados a Pacheco fueran suplidos
con doscientos hombres del Cuerpo de Blandengues de Montevi-
deo y cien del Cuerpo de Blandengues de Buenos Aires, corres-
pondientes a las guarniciones de Maldonado y Cerro Largo. So-
bre el itinerario a seguir por estas partidas en procura del enlace
con Pacheco, Sobremonte comunicaba a Aviles: *'A la Partida que
sale de Maldonado, he prevenido la dirección á la cuchilla grande,
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 169

y Arroyo del Yy á pasar el Rio negro en el paso de Ramirez, y


que siga por la costa de dho. Rio, persiguiendo los Infieles, y
vandidos hasta encontrar con la del Cap.n D.n Jorge Pacheco, y
á las dos del Cerro Largo, que se dirijan á pasar dho. Rio negro
por la picada de Juan Gómez del otro lado de los Cerros de Azeguá,
á correr las costas de los Arroyos Caraguatá, y Tacuarembó con
los mismos fines, y según los informes que he tomado; pero pre-
bengo á unas, y otras que á la mitad de su camino, despachen avi-
so al Cap.n Pacheco del parage en que se hallan, y que estén á
sus disposiciones," etc., etc. [8 vol. 2 pg. 345 y 707]. ( 6 ).
Pacheco al igual que Ifrán, debió llevar un "Diario" de cam-
paña, cumpliendo así órdenes expresas de Aviles. Por dicho "Dia-
rio" [12] nos enteramos que la expedición, la más grande que
jamás se había visto al norte del rio Negro, salió de Paysandú el
12 de febrero de 1801. Iban en. el convoy, aparte de los efectivos
militares, cuarenta y ocho carretas en que viajaban las familias
pobladoras, material agrícola destinado a la labranza de los nue-
vos campos, y varios millares de ovejas, yeguarizos y vacunos- El
15 llegaron al Queguay, empleando hasta el 22 o el 23 en atrave-
sarlo, tantos fueron los trabajos, especialmente en lo de lograr
que la hacienda arisca se echara al agua. El 24 del mismo mes,
cuando la expedición hacia noche en puntas del arroyo Bellaco,
cerca del Guaviyú, Pacheco dispuso que una partida de doce blan-
dengues a cargo del alférez Marcos Balcarce, y el baqueano Cris-
tóbal, se adelantaran hasta el paso de las Carretas, en el Daymán,
llevando Balcarce el siguiente cometido, que leemos en la orden
del dia correspondiente a la fecha: "se dirigirá á la Costa del
Daymán y pasando en el Paso de las Carretas, girará por la Costa
reconociendo hasta los Algarrobos, pero con toda precaución im-
bestigando los movimientos del Campo; si hallase Yndios atolda-
dos como me presumo se ocultará en el Bosque y manteniéndose

(6) La naturaleza de nuestro trabajo nos impide ocuparnos en de-


talle de todos loa aspectos de la expedición de Pacheco, cuyo comentario
y documentación daría tema para un extenso volumen. El lector podrá
recabar numerosos datos sobre dicha expedición, y especialmente en lo
relativo a la fundación de Belén, entre otras obras, en la de Setembrino
Pereda, "El Belén uruguayo histórico", [11]; Bauza, "Historia de la do-
minación española en el Uruguay", [8 vol. 2]; Ptvel Devoto, "Archivo
Artigas1', Vol. 2 (introducción), [1], y José M. Mariluz Urquijo, "La ex-
pedición contra los charrúas en 1801 y la fundación de Belén", [4].
170 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

en observación de sus operaciones, luego que anochesca me dará


aviso con el Baqueano. Assimismo si encontrase rastro de Gentes
que haya pasado en el Paso, me dejará un Papel colgado en el sau-
se que se halla á la dra. en medio del Río". El 25 marchó Balcarce
a cumplir su misión. El 26 se enviaba al alférez José Martínez
con veinticinco hombres en busca de la seña que aquél habría de
dejar en el Daymán. El 27 regresó Martínez sin haber encontrado
ni rastros de Balcarce, hasta que el 28, dice el "Diario": "A las
doce y quarto de la noche llegó el Baqueano con dos Blandengues
de la Partida de Balcarce traen oficio de este oficial q.e avisa ha-
ber sido atacado de sesenta y tres Yndios que se hallaban atolda-
dos en el Paso de los Algarrobos los quales quitaron á la Partida
los Caballos". Se nombraron de inmediato ciento cincuenta hom-
bres que salieron en persecución de los indios, pero nada se logró,
ya que a las tres de la tarde regresó la columna, "incorporado yá
Balcarce en ella", sin haber podido dar alcance a los enemigos. Y
éste fue el único contratiempo de entidad sufrido por los expedi-
cionarios. El 11 de marzo llegaban al Arapey que atravesaron por
el paso de Evaristo, y el 14 se hacía alto en la barra del Yacuy,
"punto determinado para el Quartel Gral. y Villa de Belén".
Acampado en el Yacuy, la primera medida de Pacheco fue
despachar al alférez de blandengues José Rondeau hacia Yapeyú,
con oficio para el teniente gobernador dé dicho pueblo, que lo con-
tinuaba siendo Francisco Bermúdez, solicitando los "Baqueanos,
Naturales, y demás, auxilios" que se tenía orden de franquearle.
Esto demuestra que la operación contra los infieles se consideraba
impostergable, y el concepto debe haberse afirmado aún más, lue-
go del desastre ocurrido a una partida que marchó rumbo a Ba-
toví para ponerse a las órdenes de Azara. (7) No obstante, la
operación hubo de ser diferida, dado que de los refuerzos pedidos
a Yapeyú, apenas llegaron ciento seis naturales el dia 20, desmon-
tados o con los caballos en mal estado, y sin más armamento que
unos pocos fusiles, otras tantas lanzas y un "Carcax de Flechas".
En cuanto a Bondeau, que ya estaba de regreso el 21, traía infor-

(7) Dicha partida compuesta por cincuenta blandengues al mando


del teniente Ignacio Martínez, salíA del Tacny el 16 de marzo, alendo casi
de Inmediato atacada por loa indtOB, quienes mataron dos hombres, hi-
rieron a nueve más Incluso al propio Martínez, y se llevaron la totalidad
de las caballadas.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 171

mes, de que si bien se tenían muchos caballos reservados en el


Ibicuy, la totalidad de los efectivos yapeyuanos estarían listos
recién para setiembre. Frente a las perspectivas de una larga es-
pera, Pacheco dispuso que todas las actividades se orientaran ha-
cia el trazado y ordenación de Belén, reparto de tierras etc., (8)
manteniendo sin embargo algunas providencias relacionadas a la
campaña contra los indios. Eran ellas, las de establecer dos for-
tines, uno en la costa del Yacuy y otro en la del Arapey, para que
llegado el caso sirvieran como baluarte y respaldo de dicha cam-
paña. Estos fortines constarían de un rancho como para cuarenta
hombres y un corral en el que pudieran encerrarse dos mil caba-
llos. Los ranchos, dice el "Diario", "deven ser cercados de esta-
cada y tener en cada Moginete un sobrado o Balcón para poder
hacer fuego desde allí quatro Hombres. Tendrá un Parapeto de
cuero y se mandaran por dentro á virtud de una Escala que habrá
en las dos ventanas de los Moginetes. La Puerta del Corral que-
dará linea recta a uno de los Balcones, que de esta suerte queda
defendido". (Orden del día 19 de marzo, confirmada en la del
22 del mismo).
Pero Pacheco no era hombre de permanecer inactivo hasta
setiembre. Es así que el 27 de marzo da órdenes que relacionamos
a una inmediata salida contra los indios: "El Capitán D.n Teodoro
Abad alistará los ciento treinta y cinco Hombres de su Piquete
p.a marchar conmigo á Campaña, apartando á quatro caballos por
Hombre; lo mismo executará el Ten.te de Milicias D.n Ambrosio
Velasco con veinte y cinco, dejando al Alferes con los demás al
cargo de las Caball.das que no se empleen". Abad hizo presente
"que no tenia Caballos p.a montar la Tropa pues se hallaba toda
su Caballada absolutam.te destruida", versión confirmada por
los capitanes Maciel, Cardoso y el teniente Velasco, que, comisio-
nados para inspeccionar las caballadas del piquete de Buenos Ai-
res, las encontraron en "fatal estado", pues de setecientas noventa
unidades sólo encontraron ochenta de mediano servicio. Buscando
subsanar éste inconveniente, el único que demoraba su salida, Pa-

(8) El 3 de abril se ordenó al carpintero Blas Dias cortar doa tro-


zos de ñandubay, y hacer con ellos una Cruz para colocar en el sitio des-
tinado a Camposanto. Al dia siguiente, "A las tres y media de la tarde
concluida la Cruz se Juntó el Vecindario franco y se llebó en Procesión
hasta el lugar de su destino donde quedó enarbolada."
172 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

checo escribió el 31 de marzo a Yapeyú, pidiendo a Bermúdez


"quatro caballos por Hombre para ciento treinta y cinco que deven
salir á Campaña". El 12 de abril llegó la contestación de Bermú-
dez, quién anunciaba el envío de doscientos ochenta y tres caballos
a cargo del alcalde provincial don Laureano Guiraporá, como asi-
mismo la próxima salida de Pedro Pablo Portillo, conduciendo
ciento veinte más. Entre el 13 y 14 se recibieron las caballadas
de Yapeyú, y por la orden del dia 16 deducimos que la campaña
contra los charrúas es cosa decidida, trabajándose ya en ultimar
detalles. Dispone dicha orden, que el sargento Gregorio Villagra
pase: "á la otra parte del Rio Uruguay á buscar al Baq.no Eug.o
Acuña á quien le ofrecerá dies p.s al mes de Sueldos siempre q.e
quiera guiar la Tropa en la immediata salida". ( 9 ). Y así, suce-
sivamente, la orden del dia 20 dice: "Toda la Caballada que ha
despachado el Ten.te Gov.or" (de Yapeyú), "se entregará al Cap.n
Dn. Teod.o Abad p.a que la conserbe en el mejor estado sin per-
mitir q.e por pretexto alguno se ensille caballo de estos". La del
21: "El Capitán Dn. Felipe Cardoso, los Alféreces Dn. José Ron-
deau, Dn. Alexandro Medrano, y Dn. Josef Pilar Martines, los ofi-
ciales de Milicias Dn. Ambrosio Velasco y Dn. Man.l Pastor se
aprontarán para marchar conmigo y los ciento y quar.ta y un
Hombres que se hallan con Caballos, deviendo llebar á quatro por
Hombre; serán revistadas las Monturas de suerte que en ninguna
falte Lasos, Bolas, Manea, Fiador, Maneador ó Cabrestillo; Los
Oficiales reconocerán prolijam.te que los Lomillos tengan buenos
bastos para que no se extropee del Lomo la Caballada". Y la del
22: "Como no se aguarda mas q.e la venida del Sarg.to Villagra
con el Baq.no Eugenio para la salida; las Tropas destinadas á ella
estarán prontas sin separarse á parte alguna". Finalmente, el dia
23, a las tres de la tarde llegó Villagra con el baqueano, dispo-
niéndose la marcha para esa misma noche. "Anoch.o cielo y ori-

(9) En todo éste tiempo, loe charrúas hablan permanecido atentos


a la fundación de Belén, señalándose su presencia por una Berle de mo-
vimientos sospechosos, observados preferentemente en los cercanos mon-
tes del Arapey. Inclusive, puede que fueran ellos los que el 11 de abril
incendiaron el campo, considerando que el viento reinante, E.N.E., exten-
dería el fuego sobre la nueva villa, como aBÍ ocurrió. Hubo que lamentar
la pérdida de varios ranchoB 7 muebles, escribe Pacheco,: "con b&Btante
peligro de incendiarse la Polbora la qual a cincha de Caballos se sacó a
cargo del Ten.te D.n Ignacio Martines j el Alférez de Milicias D.n Man.l
Pastor y cincuenta Hombres."
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 173

sontes calimosos", dice Pacheco, "Vto. SO. fresq.to. Empesó á llo-


ber pero con todo á las seis emprendimos la marcha con ciento
quarenta y un Hombres y los Oficiales nombrados, la que segui-
mos al SE. hasta el paso de la barra en el Arapey q.e vadeado con-
tinuamos cambiando rumbo al E. marchando hasta las diez y tres
quartos q.e campamos en las margenes del dho Arroyo", etc.,
etc. (10).
En el "Diario" de Pacheco figuran tres encuentros con los
charrúas. El primero ocurrió en el paso de las Tropas, en el Ara-
pey. Desde el 26 de abril estaban acampadas las fuerzas en el
"Potrero" de la barra del Arerunguá, efectuándose reconocimien-
tos por parte de los baqueanos y de las partidas exploradoras.
Transcribimos literalmente el manuscrito de Pacheco: ( u ) .
"Dia 29. Aman.o cielo claro orisontes ofuscados v.to NE. flo-
xo; En la noche no hubo acontecido. A las nuebe de la mañana
dio parte la Centinela de la vigía de haberse alborotado la Ye-
guada por lo cual se puso mayor cuidado en la observación del
Campo. A las once y quarto se descubrieron tres Ginetes y estos
se ocultaron inmediatam.te, se mandó reunir la Caballada; se
emboscaron dos Partidas en la boca del Potrero de dies y seis
Hombres cada una á cargo de los Alféreces Medrano y Pastor para
en caso de ser Enemigos é intentar reconocernos queden muertos
o presos. Anocheció cielo y orisontes calimosos viento E. floxo.
Orn. del 29 al SO. Las Caballadas deven retirarse hacia el
fondo del Potrero y en el Punto que en las noches anteced.tes se
colocaban las Gentes de la Custodia, se podrán dos Emboscadas
compuestas de dies y seis Hombres y un Sargento de los mejores
tiradores, á quienes se les encargará que en caso de entrar Gen-
te como no sea de la Partida Exploradora que se halla á cargo
de Dn. José Rondeau (I2) se les haga fuego sin dar el Quien vibe:
Si fuesen Enemigos se conocerán por las precauciones de dejar
(10) El "Quartel y Vecindario" de Belén, hablan quedado a cargo
del capitán Carlos Maciel, quién debía actuar de acuerdo a órdenes deja-
das por Pacheco. Entre otras la siguiente: "Obserbará la mas escrupulosa
vigilancia á fin de evitar quales.ra Sorpresa de los Yndios Ynfielea."
(11) La transcripción incluye las anotaciones de los dias 29 y 30
de abril y 1' de mayo, correspondientes a los dos primeros combates. In-
cluímos también, y como complemento, las de loa dias 8, 9 y 10 del mis-
mo mes.
(12) Rondeau habla salido el dia 24 a efectuar reconocimientos
por campos del Arapey y del Arerunguá.
174 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

los Caballos y entrar Pié á tierra para no hacer ruido en el agua.


Lo demás de la Tropa tendrán los Caballos ensillados y las Ar-
mas colocadas, dentro del monte; no se hará fuego y se obser-
bará profundo silencio. S.to S.n Diego y Alcalá.
Dia 30. Amaneció cielo claro orisontes calimosos v.to SE.
floxo; A las once de la noche avisaron las Emboscadas que en el
Paso de las Carretas de sentir ruido de Animales; se ohian las
voces en el Ydioma de los Yndios Ynfieles de los que arreaban;
Montó la Tropa á Caballo con los oficiales quedando el Sargento
Antonio Casas con veinte y cinco Hombres en conserba de la
Caballada y Campamento, dimos la marcha á los tres quartos
p.a las doce; dirigiéndonos al mismo paso de donde se tomó la
huella que se dirigía al nombrado de las Tropas en el Arapey
grande, aqui llegamos á la una y quarenta y dos min.tos y como
se advirtiese que las Gentes no havian vadeado este Rio se bus-
caron por la Costa arriba al E., luego advirtieron los Baqueanos
estar parada la Gente y Animales q.e se perseguían, y mientras
se despachó Gente á bombearlos se dispuso el ataque para el
aclarar, encargando al Ten.te de Milicias D.n Ambrosio Velasco
que con quarenta Hombres á Caballo cargase por el frente de la
Campaña, y á este tiempo yá se encontrarían los setenta y cinco
restantes por la Costa del Monte á pié; p.a este fin se desensilla-.
ron los Caballos y soltaron acollarados y maneados; La Partida de
Velasco anticipó su operación esto és no dio lugar á que el dia acla-
rase bien, por cuya causa hubo alguna confusión; se mató al
Cacique Charrúa llamado Zurdo hijo del finado d.n Ygn.o el
Gordo (1S), se hirieron á dos mas que tomaron el Monte, siendo
el núm.o de todos, quatro que llevaban cautibo un Hijo de Juan
Benavides como de quince años que agarraron entre los arroyos
la Capilla y Bacacuá hacia tres dias, el qual se represó con toda
la Animalada, que consistía en dos Manadas de Yeguas, treinta
y cinco Caballos, algunos Redomones y Potros, con mas siete
Muías, todo correspond.te a Fernando de Castro, Manuel Acosta
y otros Vecinos, resultaron de esta acción quatro Eridos de los
nuestros, los dos en las piernas de una vala p.r habérsele nido el

13) Ignacio el Gordo habla resultado muerto en un encuentro an-


terior con fuerzas de Pacheco, ocurrido en abril o mayo de 1800. (véase
documento D del presente capitulo, carta de Pacherc a Aviles, fechada en
"Ytacabó en el Rio Queguai 28 de Malo de 1800".
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 176

tiro á otro soldado que cayó persiguiendo á los Yndios quando


intentaban tomar el Monte y el Ten.te Velasco con otro Blanden-
gue quedó flechado en los brazos, p.r el Yndio muerto: Al salir
el Sol nos retiramos llegando á las siete y m.a al Potrero en q.e
quedó la Caballada; Encontramos ai Baqueano Eugenio despa-
chado por D.n Josef Rondeau desde las immediaciones del Paso
de Vera, de donde avisa hallarse unas Tolderías en el Corral de
Sopas; Se dieron las ordenes para el apresto de las Gentes que
deven salir al Anochecer quedando á cargo de la Caballada el
Ten.te Velasco no obst.te estar erido; La marcha se rompió á las
cinco y quarenta y nueve minutos de la tarde con ciento y nueve
Hombres incluso el cautibo B en a vi des, continuándola por la Cos-
ta del Arroyo Ararunguá hasta incorporarnos con Rondeau.
Anoch.o cielo claro y oris.tes despejados v.to E. recio.
Orn. del SO de Abril al I9 de Mayo. Los ciento nueve Hom-
bres que han de marchar al Anochecer estarán montados con sus
Oficiales, Sarg.tos y Cabos en los mejores Caballos tendidos en
ala á la boca del Potrero [imbertidos?] los Oficiales y demás en
los mismos términos que se practicó la noche pasada. El Capitán
D.n Felipe Cardoso elegirá cinq.ta Hombres de los mas diestros
en las Armas y mejores tiradores, los quales son destinados á
dar el ataque pie á tierra si la posición de los Enemigos lo per-
mite; llebará á D.n Man.l Pastor p.a cubrir la Izquierda de su
Piquete en el ataque; El Ayud.te D.n Josef Pilar Martinez antes
de sacar á formar el Esquadrón pasará una escrupulosa revista
á las Armas haciendo componer las Piedras, picarlas, poner
Cebas nuebas y todo lo demás q.e corresponde á que tengan en
función el mejor exercicio; Assimismo se intripulará la Milicia
con la Tropa, les hará entender q.e al tiempo de atacar no debe
haber voces ni alaridos que originan confusión, impiden atender
las del mando;, las demás prebenciones se harán al mismo tiempo
del ataque según lo dictase la "situación 4eí "terreno. S.to S.n Fe-
lipe y Mo»tev.o. '..._. '.,
Día 1* de Mayo. Aman.o en calma, cielo y orisontes nubla-
dos. A las nuebe de la noche nos incorporamos con el Alf.s D.n
Josef Rondeau que se hallaba en la Costa del mismo Ararunguá
para abajo de las Yslas del Difunto Ygnacio Vera, desde donde
hicimos la trabesia hasta el Arroyo de Sopas dando alto en la
176 EDUARDO F. ACOSTA Y L.ARA

Cuchilla á las once y tres quartos del otro lado del citado arroyo
p.r dos ocasiones se intentó el reconocer las Tolderías pie á tie-
rra que distaban como legua y quarto, y no habiéndolo podido
conseguir p.r estar los Yndios en vela siempre se dispuso el ata-
carlos p.r el frente partida la Gente en dos Colubnas, la de la de-
recha regia el Comandan .te (") y la de la izquierda el Cap.n
D.n Felipe Cardoso; A las cinco y media montó la Tropa á Ca-
ballo se reconocieron las Armas, se formaron en ala las Colub-
nas de dra. é izquierda ocupó la Partida exploradora con los Ba-
queanos el Centro; se variaron las disposiciones dando orn. de
acometer á todo correr p.a impedir á los Indios el que tomasen
el Monte y se practicó lo mandado á las seis de la mañana an-
dando precipitadamente mas de tres quartos de legua á vista de
los Enemigos por q.e el terreno no deparaba otra cosa, y encon-
trando á estos formados al frente de sus Toldos nos recivieron
con algunos tiros, mucha flecha y Piedras, desmontó la División
de la dra. y con un actibo fuego les hizo tomar el Monte; después
de ver muertos dos; se mandaron juntar las Caballadas y cortar
el Bosque arriba y abajo con dos Partidas de doce Hombres ca-
da una manteniéndonos en inacción con la Tropa formada hasta
las ocho y media; se descubrió una Emboscada que havian pues-
to los Enemigos en el Paso de arriba y estos nos probocaban p.a
que cayésemos en ella; se nombró al Alferes D.n Josef Rondeau
para q.e con cincuenta Hombres escogidos pie á tierra atrabe-
sase el Monte y les cargase repentinam.te assí se verificó y reti-
rándose los Yndios á la Cuchilla cargó el Comand.te con quar.ta
Hombres á Caballo que se hallaban formados á esta parte del
Rio y metidos los Enemigos entre dos fuegos perecieron sin que-
rerse rendir; se contaron en el Campo muertos treinta y siete
Hombres y dos Mugeres entre ellos el Cacique Juan Blanco de
los Charrúas y el de los Minuanes Zara. Finada la acción á las
nuebe y media entró toda la Tropa a pié a registrar la Montaña
de donde se sacó la Cautiba Maria Ysabel Franco y otros dos
Muchachos también Cautibos, se cogieron siete Yndios jobenes
prisioneros, trece chinas y once Criaturas. También se advirtió
que las Yndias mataron porción de Niños de pechos p.r no ser
descubiertas en el Monte por los q.e lo registraban caso de llorar;

(14) El propio Pacheco.


LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 177

Los Caballos apresados fueron trescientos dos todos inútiles y


veinte y siete Yeguas; Los rastros de sangre que se notaron den-
tro del Bosque, manifestaban q.e los escapados hiban grabem.te
eridos. A la una y media se concluió el registro del Bosque y a
las* dos y tres quartos nos pusimos en marcha en retroceso con
dirección al Potrero de la Barra del Ararunguá donde quedó la
Caball.a y andubimos hasta las cinco y media que dimos alto en
una Rinconada al lado del Paso del Arroyo de Sopas distante
quatro leguas del lugar donde se abansó, no ha havido otra no-
bedad la jornada de la pasada noche fue de nuebe leguas; Con-
cluió el día con el cielo y oris.tes opacos v.to SE. galeno.
Orn. del 1? al 2.1a. mitad de la Gente del Esquadrón estará
vigilante de prima hta. media noche á cargo del Alferes D.n
AI ex andró Medrano; de media noche al dia el Capitán D.n Feli-
pe Cardoso con la otra mitad vigilará, deviendo hallarse con las
Armas en la mano á la Madrugada; Los Prision.s grandes y pe-
queñoa todos se asegurarán en cepo de laso y tendrán doce Hom-
bres de custodia con un Sarg.to y Cabo los quales mantendrán
Centinelas; La Caball.a apresada se conserbará en ronda ex-
trecha immediato á la Costa. S.to S.n Antonio y Padua". Al dia
siguiente, o sea el 2, se llegó al campamento del potrero del Are-
runguá, quedando dispuesto que el teniente de milicias Ambrosio
Velasco asistido de cincuenta hombres conduciría los prisioneros
hasta el cuartel general de Belén, misión que recién pudo cum-
plirse el dia 7, por estar los arroyos crecidos.
"Dia 8 (16) Aman.o cielo y oris.tes claros v.to ONO. floxo;
En la noche hubo disparada de Caball.a porq.e un Tigre la atro-
pello; salieron los Baq.nos a reconocer hasta la Costa del Arroyo
del Corral de Sopas; volbieron á las dos de la tarde sin encontrar
novedad; Armamos cimbra p.a pillar el Tigre que nos incomoda-
ba. Anoch.o cielo y orisontes despejados v.to NO. floxo.
Orn. del 8 al 9. Al aclarar saldrá el Alferes d.n Josef Ron-
deau con los Baq.nos y quarenta Hombres deviendose extender
(15) Pasamos por alto los días 2, 3, 4, 5, 6 y 7, ya que en ellos
no ocurrieron mayores novedades, salvo actividad de patrulla y la salida
de Velasco para Belén conduciendo los prisioneros. En la orden del día
3, leemos sin embargo una curiosa disposición de Pacheco, motivada qui-
zás por el deseo de guardar algunos trofeos charrúas: "Hágase entender
á la Milicia q.e loa q.e desenastaron los Dardos tomados á los ínfleles,
los pongan como estaban y me los presenten."
178 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

hta. el Corral de Sopas donde Be dio el abance á los Yndios, re-


conocerá si enterraron los Cadaberes, y de no advertir alboroto
en el Campo dispondrá que maten carne con la qual se retirará.
S.to Santiago y Compostela.
Dia 9. Aman.o cielo claro, orisontes calimosos v.to SE. flo-
xo. A las doce de la noche falleció el Blandengue Pasqual Ala-
yausú que fue erido el día del abance por el tiro que se le fue al
q.e cayó corriendo los Yndios. (16) No obstante haber andado el
Tigre por el Campam.to toda la noche, nunca cayó en la Tram-
pa; se notó una fuerte elada. A las siete de la mañana salió el
Alferes D.n Josef Rondeau con los quarenta Hombres á su Co-
misión. A las quatro de la tarde se dio sepultura al Cadaber po-
niendo sobre ella una Cruz. Anoch.o cielo y oris.tes claros v.to
SE. floxo; No ha buelto Rondeau.
Orn. del 9 al 10. Mediante a no haberse retirado el Alferes
D.n Josef Rondeau la Prebenz.n estará con la mayor vigilancia
y la Gua. de la Caball.a rondarán a noche partida; Los demás
del Campam.to tendrán los Caballos ensillados y las Armas pron-
tas por si ocurriese novedad, concurriendo sin confusión forma-
dos á la boca del Potrero donde se ohirá el primer tiro. S.to S.n
Dionisio y Paris.
Dia 10. Aman.o cielo y oris.tes claros v.to SE. bonancible;
En la noche no hubo más novedad q.e continuar el Tigre sus aco-
metim.tos unas veces á las Gentes y otras á las Caball.as. A las
once y tres quartos de la mañana regresó Rondeau con la noticia
de haber encontrado enterrados los Cadaberes de los Ynfieles
que murieron fuera del Monte exeptuando dos que dejaron sin
sepultura y que de los que se mataron dentro de el no se pudo
reconocer a causa de las aguas de los dias pasados que lo ane-
garon poniéndolo muy pantanoso, más como advirtió el Campo
tranquilo trajo Carne p.ra toda la Tropa anocheciendo cielo y
orisontes calimosos y en calma". Hasta aquí lo relativo a los
dos primeros encuentros con los charrúas. El tercero se produjo
el 21 de mayo, pero antes ocurrió un episodio no carente de inte-
rés. Desde el Arerunguá se habían despachado el 13 dos partidas
(16) Se pensó en llevar éste herido a Belén junto con IOB prisio-
neros, e incluBO se le hizo una especie de silla de "lomillo" para trans-
portarlo, pero llegado el momento hubo que desistir, "p.r q.e Be hallaba
en eBtado de no poderlo mobér". {dias 6 y 7 de mayo).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 179

exploradoras, una con Rondeau a reconocer los arroyos Daymán,


Laureles, Molles y Queguay Chico, y otra con el sargento Mira-
bal, la que después de costear el Arapey Grande hasta sus pun-
tas regresaría por el Arapey Chico, dirigiéndose luego a obser-
var los movimientos en el arroyo de las Ysletas. El 14 se seña-
la en el "Diario" la llegada del baqueano Eusebio, (1T) "despa-
chado p.r el Sarg.to Josef Mirabal dando parte de que en el Pa-
so de laa Carretas del Arapey Chico se havian descubierto cator-
ce Ginetes q.e arreaban mas de cien Animales no Bacunos y en-
traban con dirección á la barra de las Ysletas". Con ésta noticia
Pacheco se puso de inmediato en marcha, llevando consigo cien
hombres y dejando veinticinco con el sargento Antonio Casas
a cargo de la caballada. "En la noche", escribe Pacheco, "andu-
bimos hasta las once que dimos alto en un Bosque distante como
tres qu.tos de legua del dho. paso de las Carretas abajo, donde
se pasó sin novedad". Al amanecer del dia 15 salieron dos par-
tidas a "bombear los Ginetes", regresando la primera a las seis
de la tarde sin más noticia que haber encontrado un caballo can-
sado "q.e dejaron en el Paso de la barra de las Ysletas". La se-
gunda partida volvió el 16 pasado el medio dia. Costeando el
arroyo de las Ysletas hasta sus puntas, "no descubrió los Gine-
tes pero si por las Paradas que havian hecho adujo ser Yndios
Potreadores como lo demostraron los bosales dé Cuero fresco y
Piedras de Bolas q.e redondearon". Sin otras novedades se em-
prendió el regreso al campamento del Arerunguá, anotando Pa-
checo un párrafo que deja entrever las penurias que se estaban
viviendo: "No se encontró nobedad ni se advirtió en el Camino,
pero tampoco hubo q.e comer".
Del tercer encuentro con los charrúas, hace Pacheco un re-
lato tan vivo y rico en detalles, que por momentos nos sentimos
llevados al teatro de los acontecimientos. Cumplida la infruc-
tuosa misión en el paso de las Carretas, se decidió trasladar to-
dos los efectivos desde el potrero de la barra del Arerunguá al
llamado potrero Grande, situado más al sur, sobre las costas
del mismo arroyo. Y continuamos con la transcripción del "Dia-
rio" ;

(17) El mismo dia llegó el teniente Velasco, luego de conducir los


prisioneros al cuartel de Belén.
180 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

"Día 17. Aman.o cielo y orisontes claros v.to O. se repartió


la Yerba q.e trajo el Ten.te Velasco; Este marchó con su Partida
á desempeñar la ora. que se le comunicó (1S) y nos pusimos en
movim.to lo demás de la Expedición á las ocho y tres quartos
de la mañana rumbo al SE.; dimos alto á la una y quarto por ve-
nir la Caballada muy fatigada, se quedaron cansados catorce,
campamos como dos leguas mas abajo del Faso de Vera en el mis-
mo Ararunguá, cuya costa seguíamos: Salió el Capitán d.n Felipe
Cardoso con cinq.ta Hombres á buscar carne y no haviendola en-
contrado se retiró á las siete y m.a de la noche; En esta Partida
se cansaron mas quatro Caballos, y también se pasó sin hallar que
comer. Anoch.o cielo y orisontes claros v.to OSO. fresquito. La
jornada de este dia fue de cinco leguas.
Orn. del 17 al 18. La marcha se debe empreender temprano
y será muy pausada atendiendo al estado de aniquilación en q.e
se halla la Caballada; El Capitán D.n Felipe Cardoso luego q.e
se dé alto saldrá con quarenta Hombres a buscar carne del otro
lado del Rio; Los Caballos no se rondarán dejándolos que se tien-
dan y q.e pasten sin opresión. La Prebencion será colocada al
frente en el centro del Campam.to como dos quadras abansada.
S.n Antolin y Palencia.
Dia 18. Aman.o cielo claro oris.tes calimosos y aturbonados
por el 49 Quad.te v.to OSO. floxo. A las ocho y m.a con el rumbo
al SE. nos pusimos en marcha q.e continuamos siempre por la
Costa del dho. Ararunguá; frente al Paso de Vera se advirtió un
Gin.te q.e exploraba el Campo el q.e huyo sin dejarse reconocer,
y haviendo registrado el citado Paso no solo se vio el rastro del
Ginete indicado, sino de otros quatro que dos dias antes habían
pasado; se dio alto á las dos de la tarde por no poder hacer la jor-
nada hasta las Yslas del Carumbé a causa de que se empesaron
los Caballos á cansar se nos quedaron ocho y campamos sobre la
Costa según costumbre; no se mandó buscar Carne porque no se
descubrió Ganado en la marcha y los Caballos se advertían muy
malos, la jornada fue de tres leguas y media. Anoch.o cielo claro
orisontes ofuscados v.to S. floxo.
(18) Se habla ordenado a Velasco que con el baqueano Eueebio,
recorriera el Arapey Grande y todos BUS gajos hasta las puntas del Lu-
narejo, buscando luego la incorporación con Pacheco en el nuevo cam-
pamento, (orden del 16 al 17).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 181

Or.n del 18 al 19. La Prebencionpondrádos Escuchas aban-


sados á los Costados derecho é isquierdo del Monte; se reíorsará
con diez Hombrea, y la mitad de la Gente se mantendrá en vela
toda la Noche; todos tendrán Caballo ensillado y a los sueltos se
les dará ronda extrecha entre las escuchas del costado dro. y el
Campam.to. Si no acaeciere novedad que lo impida se debe mar-
char al aclarar . S.to S.n Juan y Malta.
Dia 19. Aman.o en calma cielo y oris.tes ofuscados. En la no-
che no hubo acontecido. A las siete se toldó con cerrasón se llamó
el viento al S.E. fresco y hubo algún chispeo á las ocho salimos
con el rumbo al SE., se marchó con bastante precaución á causa
del Ginete descubierto ayer, y once rastros de Hombres, Mugeres
y Niños que pié a tierra se advirtieron al Anochecer en la misma
costa del Arroyo; A la una y media llegamos al Potrero Grande
en donde se encontró a la prim.a Partida exploradora del mando
del Alféres d.n José Rondeau quien dio noticia de que á la otra
parte del arroyo havía encontrado varios atoldamientos dejados
de los Ynfieles, en ellos sepulturas que encerraban los Cadaberes
de los q.e escaparon eridos en el ataque del dia 1* y q.e la ultima
Toldería la havian abandonado los Enemigos dos días antes; Que
el rastro manifestaba hir la mayor parte de la Yndiada á pie; Con
semejante noticia pasó el Comandante personalm.te con los Ba-
queanos á reconocer la huella y advertido de q.e seguían la Costa
del Arroyuelo de la Orqueta volvió á disponer la marcha quedando
la Caball.a en el mismo Potrero a cargo del Sarg.to Antonio Casas
con un Cabo y treinta y dos soldados saliendo á perseguir los Yn-
dios nobenta y dos Hombres en los mejores Caballos, Uebando solo
cincuenta de respeto, nos pusimos á las tres y veinte sobre el ras-
tro-q.e seguimos rumbo al ESE. á poco andar se encontró una
Baca carneada, y como legua y media mas adelante sobre la mis-
ma Costa otro lugar donde havian parado; allí se halló Carne
fresca; Continuamos hasta obscurecer que se dio alto por no per-
der el rastro; salieron dies Hombres con el Sarg.to Lorenso Por-
tillo á matar cinco Reses p.a q.e comiese la Gente; éste volbió
luego y fue todo lo ocurrido. La jornada del dia fue de nuebe le-
guas.
Ora. del 19 al 20. El Sargento Antonio Casas q.e quedará en
este Punto á cargo de la Caball.a la defenderá á toda costa, en
182 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

caso de ser atacado; mantendrá un Centinela a pié sobre el Ce-


rro alto de la Costa p.a registrar los movim.tos del Campo y evi-
tar qualesquiera sorpresa; En los Caballos spre. habrá quatro
Hombres repuntandolos, y á qualesq.ra rumor q.e se advierta se
deven encerrar en el Potrero, donde también pasarán la noche; la
gente de su custodia camparán en la misma boca: No permitirá
salga gente á carnear hasta mi buelta y sí se alimentarán matan-
do Perdices por la Costa ó Cerdos caso de encontrarse. Si la Par-
tida del Ten.te d.n Ambrosio Velasco se incorporase le enterará
de estas providencias. El Baqueano Eugenio hirá con el Blanden-
gue Tomas Paz media legua abansado delante de la Colubna'* cor-
tando rastro siempre y registrando los Pasos de los Arroyuelos y
Cañadas; luego seguirá la Partida Exploradora de D.n José Ron-
deau un quarto de legua más atrás, y á esta toda la Colubna en
su formación con el orn. y silencio q.e se acostumbra; si en la
marcha se advierte Ganado inimediato, saldrá el Sarg.to Lorenso
Portillo con diez Hombres á matar cinco Reses, y esta carne será
repartirá [sic] p.r el Ayud.te de suerte q.e á cada Veinte Hombres
se dé una. Los Caballos que van de repuesto con los ocho Hombres
q.e se nombren p.a arrearlos vendrán s.pre sobre el Costado dro.
de la formación. Al aclarar deben salir los Baqueanos á obserbár
el Campo y examinar si él rastro gira siempre por la Costa. Toda
la Tropa aguardará con los caballos ensillados y las Armas pues-
tas, la venida de aquellos p.ra marchar sin perdida de instantes.
Luego que la gente haya cenado se apagarán todos los fogones
y los Caballos ensillados se manearán; El Oficial de la Prevenz.n
vigilará que en la noche no se puedan hir caballos con recado y p.a
impedirlo visitará de quando en quando el Campam.to recor-
dando al soldado q.e dormido se le enrredase el Caballo: S.to S.n
Pedro y Roma.
Dia 20. Aman.o cielo claro y oris.tes calimosos v.to SE. re-
cio y frió. En la noche no hubo acontecido; La Caball.a no tuvo
pasto por estar el lugar de la Pascana muy pelado á causa de la
porción grande de Haci.da alzada que se advirtió; Salieron los
Baq.nos á reconocer el Campo y examinar el rumbo del rastro,
volbieron al apuntar el Sol con la noticia q.e el rumbo era el
mismo ESE. y q.e siempre giraba á la Costa; se emprendió la
marcha y á las tres leguas poco menos se encontró otro alto de
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 183

los Enemigos en donde se advirtieron los Haces de Leña amarra-


dos; los fogones que fueron encendidos é immediatam.te apaga-
dos y que los Ranchos los empesaron á parar y luego los abando-
naron; También se hallaron dos sepulturas y una olla; Estas de-
mostraciones y la de perderse totalm.te el rastro, indicaba q.e
los Yndios nos habían descubierto; se hiso alto salieron los Ba-"
queanos encima de los Cerros á examinar el Campo y solo se ad-
virtió un pequeño movim.to en las Yeguas Vagualas p.r lo qual
se dispuso variar el rumbo al SO. y atrabesár dando un rodeo
la Cuchilla grande con dirección á la sierra del Ynfiernillo hasta
embreñarnos en una quebrada donde paró la Partida saliendo d.n
José Rondeau con doce Hombres y los Baqueanos á bombear el
primer gajo del Tacuarembó; á puestas de sol llegó abiso de este
oficial.de haber encontrado otra Parada de los Enemigos, y tam-
bién descubierto los humos de sus fogones, quedando en espera
de la noche p.a hacer mejor obgerbación; A las ocho llegó Ron-
deau dando cuenta de estar en el propio gajo la Yndiada pues
havian visto los fogones; hiso el Baqueano descripción del pa-
rage, y por estar el Ganado cerca se despachó al Sarg.to Grego-
rio Villagra con doce Hombres á traer Carne, vino immedia-
tam.te cenó la gente y se descansó hasta la una y media; No hubo
mas suceso; la jornada fue de nuebe leguas.
Orn. del 20 al 21. Saldrá el Sarg.to Villagra con dose Hom-
bres y matará otras tantas Reses p.a la Gente, esto será luego
q.e la Luna haya salido. Quando la Tropa haya cenado los oficia-
les encargados de los Piquetes harán un prolijo reconocim.to en
las Armas, haciendo componer las Piedras, picarlas y ponerlas
corr.tes y como no se deve marchar hasta las dos de la mañana
descansarán todos ése rato. D.n Josef Rondeau con su Partida y
el Baqueano Eugenio al tiempo de atacar Hebarán la Vanguar-
dia, se presentarán al frente de los Toldos en ala, y echando pie
á tierra romperá el fuego con toda vibesa; El Sarg.to Lorenso
Portillo escogerá dies Hombres de los mejores montados y pa-
sando con el Baq.no Cristóbal en el Paso de abajo q.e és lugar
q.e he destinado p.a el acometimiento, se manifestarán por la otra
parte del Arroyo á espalda de los Toldos, en lo alto de la Cuchi-
lla p.a volear los Caballos á los q.e pretendan escapar; El Capi-
tán D.n Felipe Cardoso con el Alferes D.n Alexandro Medrano
184 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

y treinta Hombres de la mejor Tropa cortarán el Monte en el


mismo lugar donde pase Portillo, impidiendo á toda costa el q.e
la Yndiada tome el Bosque de abajo; á la retaguardia de la Gente
q.e me sigue hirá el Alferes de Milicias D.n Manuel Pastor, y el
Ayud.te d.n Josef Pilar Martínez se mantendrá siempre á mi
lado; durante la marcha tendrá este cuidado sobre q.e la Tropa no
confunda la formación y q.e lleben siempre estas Divisiones el
Ora. q.e se deja prebenído; El Cabo encargado de los cincuenta
Caballos de respeto se acercará con ellos al Monte donde se ataca
luego q.e sienta los primeros tiros, pero sin meterla en parage
donde puedan originar confusión ó tomar los Yndios alguno.
Qualesq.ra prebención q.e hiciese p.r el Ayud.te ó alg.a de mis
ordenansas será exactam.te cumplida; si al principio del ataque
necesitasen las Divisiones determinadas ser reforzadas ó noticiar
alguna cosa considerable me encontrarán al frente de los Toldos
donde se ha mandado acudir al Alferes Rondeau S.to S.n Blas
y Huete,
Día 21. Se marchó á las dos de la mañana, dadas ante las
disposiciones p.a el ataque, andubimos dos leguas y m.a se sin-
tieron ladrar los Perros de la Toldería; se hiso alto y se aguardó
el dia que Aman.o cielo nublado orisontes ofuscados y densa
niebla v.to ONO. fresq.to Nos aproximamos por el lado del
(Monte) arroyo abajo todo lo posible á los Toldos, se hiso pausa
por aguardar que la niebla se ralease, mas siendo yá las siete y
media y esto no se consiguiese ni los Perros q.e nos volbieron á
sentir dejasen de ladrar se hiso el ataque; se hallaron los Toldos
á la otra parte del Rio y no se encontró paso abajo como se ha-
via pensado, por lo qual se variaron las disposiciones q.e ante-
riorm.te estaban dadas, mandando al Alferes de Milicias D.n
Man.l Pastor ocupasen la abra del Monte con quince Hombres
por la parte inferior en acción de querer vadear el Rio y q.e a
toda Costa impidiese el que la Yndiada tomase el otro Monte; Al
Capitán D.n Felipe Cardoso se le ordenó que con los treinta
Hombres desplegase en ala al frente de los Toldos y la demás
gente siguió á todo correr monte arriba hasta encontrar un lugar
por donde se atrabesó el Riacho; Con este movim.to la Yndiada
que yá hiba de huida á pie para arriba hizo retroceso, y no pu-
diendo tomar el Bosque q.e defendía Pastor se presentó á pelear;
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 186

se mandó desmontar la Tropa y se lea cargo con vibeza; se fue-


ron retirando hasta tomar un Cerrezuelo áspero q.e havia á la
falda del Monte y guarecidos de los Peñascos disparaban flecha
y Piedra; En este primer encuentro [hirieron] "(véase docu-
mento F ) " dos Blandengues y á otro dieron una pedrada en una
mano; fue preciso perder terreno porque la mucha niebla y el
humo de las Armas que por tener el viento de cara nos era mas
perjudicial, impedia el obserbár los movim.tos de los contrarios
y precaberse de los golpes, luego q.e raleó volbimos á cargar por
segunda y tercera vez y fue menester otras tantas tratar de re-
tirarse; al quarto ataque se mandaron ocho Hombres que por la
ceja del Monte al lado de arriba trepasen el Cerro y graneasen
fuego; assi lo executaron matando tres de los Flecheros, que vis-
to de los demás tomaron el Monte, intentando atacar por dos veces
á Pastor y Cardoso quienes los contubieron con un vibo fuego; se
hiso pausa hasta q.e se quitó la Niebla que se mandó entrar el
Monte, donde peleaban los Yndios disparando Flecha y Piedra, mu-
rieron todos sin quererse rendir alguno, pues quatro que se apre-
saron se sacaron de entre las rescuas donde estaban escondidos;
aquí hirieron grabemente un Cabo; se sacaron las Chinas y Cria-
turas, concluiendose todo á las once y media de la mañana; se que-
maron los treinta y seis Toldos se contaron los Prisoneros se en-
contraron cincuenta y dos entre Hombres, Mugeres, Muchachos
y Niños, y se les puso una custodia de treinta Hombres á cargo
del Sargento Josef Mirabal; se recogieron treinta y tres Anima-
les q.e tenían entre Yeguas, Caballos, y Potrillos, y nos pusimos
en marcha llebandolos á pié y haviendo andado como dos leguas
dimos alto al pie de la Cuchilla grande en una Ysla á las dos y
tres quartos porq.e el tiempo amenazaba. A las quatro se llamó
el v.to al SO. y haviendose toldado la Atmósfera empesó á tro-
nar y Ilober: Luego se cambió al N. y al poco rato cesó la agua;
La jornada de este dia en hida y buelta fue de cinco leguas.
Orn. del 21 al 22. La Prebención mantendrá cinco Centine-
las una á cada Estaca de las en que se aseguran los Prisioneros
y la otra en el Centro; hasta media noche vigilará el Cabo y de
media noche al dia el Sarg.to, procurarán evitar que haya torpe-
sa con las Chinas. Toda la Caball.a se soltará dejándola comer
á satisfacción, atando solo de los tomados á los Charrúas p.a
186 EDUARDO F. AGOSTA Y LARA

recoger. No se nombrará oficial p.a la Prevención pues el Campo


se halla sin Enemigos. Como se debe marchar apenas amanesca
se arrimarán los Caballos y se tomarán Veinte y quatro p.a Jos
Varones y Mugeres llevando cada Soldado un Muchacho á las an-
cas ; La Gua. de Prev.on hirá delante de la Colubna y la Partida
Explorad.a con los Baqueanos p.a recorrer al frente y los Cos-
tados, los parages donde haya ganado. S.to Santiago y Compos-
tela.
Dia 22. Aman.o cielo y orisontes carg.os v.to SSO. fresqui-
to; En la noche hubo el mismo vi.to y loa orisontes se advirtieron
en igual conformidad, no acaeció cosa alguna. Al aclarar se to-
mó Caballo p.a los Varones y Mugeres Prision.s y los Muchachos
los tomó la Tropa á las ancas; se empreendió la marcha hta. las
tres de la tarde q.e se hiso alto á la Costa del Arroyo de la or-
queta; Se mandaron cinq.ta Hombres á matar Carne del Gana-
do q.e estaba á la vista, y venidos estos continuamos hta. el Cam-
pamento donde llegamos yá puesto el Sol; se halló al Teniente
D.n Ambrosio Velasco Com.te de la 2* Partida exploradora q.e
también havia llegado este dia á la una, quien en sus recono-
cim.tos no advirtió cosa. El Sargento Antonio Casas encargado
de la Cabalha dió parte haber desertado tres Milicianos ayer lle-
bandose las Armas y Municiones, robándose algunos Caballos y
ropa de los Compañeros; se campó la Tropa y se aseguraron los
Prisión.os sin mas acontecido. La jornada fue de dies leguas.
Anoch.o cielo y oris.tes toldados v.to S. floxo". [12]. Y con és-
tas tres operaciones que dejamos narradas, Pacheco dió fin a la
primera etapa de su cometido. Quedaban libradas de malones las
tierras comprendidas entre el rio Uruguay, el Yacuy, el Arerun-
guá, el Salsipuedes y el rio Negro. Pero los planes de Aviles no
seguirían adelante. Entre marzo y junio de 1801 se desarrolló
una nueva guerra con Portugal, cuyos resultados fueron el avan-
ce de Borges do Canto sobre las Misiones, la consecuente pérdida
de la población de Batoví, fundada por Azara, y la interrupción
de los trabajos de Pacheco, a quién se ordenó marchar con todas
sus tropas a defender la frontera española en Santa Tecla (1B).
Llevando las de perder en los campos europeos, Portugal gestio-
(19) En marcha para Santa Tecla, Pacheco logró batir una vez mas
a los charrúas, de lo que da cuenta al virrey del Pino en carta del 20 de
agosto de 1801. (véase el documento H).
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 187

nó y obtuvo una paz decorosa, firmándose el tratado respectivo


en Badajoz, el 6 de Junio del año en curso. Lamentablemente el
virrey Joaquín del Pino, sucesor de Avilé» (20), fue omiso en exi-
gir la inmediata devolución de los territorios usurpados, optando
por iniciar una tardía gestión diplomática de la que nada se logró.
Y perdimos con ésto los campos de Yaguarón y Misiones, como
anteriormente habíamos perdido los de Rio Grande. [8 Vol. 2
pg. 358], [Ipg. XLIV].
Sólo nos resta agregar que, de no producirse la guerra con
Portugal, se hubiera realizado otra batida contra los charrúas
en las inmediaciones de "Tres Cruces", (21) simultánea a la de
Pacheco, y a cargo de un centenar de blandengues, bajo las ór-
denes de José Artigas. Así lo habían dispuesto Aviles y Sobre-
monte, atendiendo al pedido de un grupo de hacendados de tierra
adentro. [1 pg. 238 a 242].

DOCUMENTOS

A) Carta de Agustín Arenas al virrey Arredondo, dándole su-


gerencias para la formación de un cuerpo de caballería, que
podrá llamarse de "Blandengues". Paso del Rey, agosto 2U
de 1791.
B) Carta de Francisco Bermudez al marqués de Aviles, rela-
tiva al nombramiento de Juan Ventura Ifrán como prác-
tico de los campos, y experto en la guerra contra los infie-
les. Yapeyú, julio 18 de 1799.
C) Carta de Bermudez a Avüés, anunciándole el envió de mues-
tras de flechas tomadas a los infieles. Yapeyú, setiembre
18 de 1799.
D) Seis cartas de Pacheco al virrey Aviles, relativas a hosti-
lidades de los charrúas, incluidas notas de Manuel Garda,
Francisco Zenturión y Joaquín Nuñez de Prates. Concep-
ción del Uruguay, noviembre 5, 8 y 12 de 1799; Paysandú,
abril 11 y 23 de 1800; Quegicay, mayo 28 del mismo.
(20) En mayo, el marqués de Aviles había abandonado el Virrey-
nato del Rio de Plata para hacerse cargo del de Perú, con asiento en
Lima.
(21) Tres Cruces, cuchilla y arroyo en el departamento de Tacua-
rembó.
188 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

E) Carta de José Lucas de Castromau, o Castromanf al virrey


Aviles, sobre un malón charrúa en el partido de las Flores
y arroyo Malo. Arroyo de las Flores, octubre 27 de 1800.
F) Parte de Pacheco a Aviles, relativo a los tres combates sos-
tenidos con los charrúas en oportunidad de la fundación de
Belén. Yacuy, junio 2J+ de 1801.
G) Carta de Pacheco a Aviles, anunciándole el envió del cha-
rrúa Juan Manuel y del mulato Lucas Barrera. Concepción
del Uruguay, marzo 2A de 1800. Declaraciones de Juan Ma-
nuel Guerrero, Mariano Godoy, Francisca Elena Correa y
María Isabel Franco, en la causa seguida a los anteriores
por orden de AvÜés.
H) Parte de Pacheco al virrey del Pino, haciéndole saber que en
marcha para Santa Tecla ha realizado nueva batida contra
los charrúas. Batoví Chico, agosto 20 de 1801.
I) Memorial de José Artigas al Rey, enumerándole los servi-
cios prestados hasta la fecha. Montevideo, octubre 24 de
1803.

Documento A. [13]
"Eimo. Señor.
Deseoso de llenar 1&B juBtas ideas de V. E. en el desempeño de la Co-
misión, que se há dignado conferirme del celo, y mando de estas Campa-
ñas, tengo, representado, que al efecto de exterminar los muchos, y dife-
rentes excesos, que en ella Be cometen, no es a proposito la Tropa de
Infantería: Este conocimiento lo veo cada día confirmado p.r la experien-
cia, con harto dolor mió, porque el crecido numero de hombres, que en
varias, y grandes quadrillas vagan por los Campos en sus clandestinas, y
perniciosas ocupaciones, como que es gente endurecida, acostumbrada á
las inclemencias, connaturalizada ya con ellas, diestra, é Infatigable á ca-
vallo, y llena de conocimiento de IOB campos, solo puede ser castigada, y
contenida p.r Partidas compuestas de hombres en quienes concurran Igua-
les circunstancias, pero como ninguna de estas se encuentra en la Tropa
de Infantería, consiguen burlarse de ella, continuando en sus desordenes,
fiados en su dureza, y en que ninguna tienen aquellos q.e BOU destinados
para contener BUS excesos; de suerte que solo una repentina, y dificultosa
sorpresa puede dar esperanza de que alguna rara vez lleguen á ser arres-
tados algunos de estos hombreB. Para evitar estos incombenientes, y atajar
de raiz todo desorden no hallo otro medio Señor Exmo, mas q.e el de asa-
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 189

lariar cinquenta hombres de Campo de aquellos mismos, que endurecidos


en los travajos, que ofrecen las inclemencias de él, se hagan respetar de
los faeneros clandestinos, de los extractores de ganados para el extrange-
ro, de los Ladrones, ContravandUtas etc. podran llamarse Blandengues,
Berrlrán en BUS cavallos, y deveran tener un Armero también asalariado,
que componga las armas augetaa continuamente a muchas roturaB en laB
diferentes rodadas, 7 disparadas. El modo de costear los Sueldos de la
rartida sin el menor perjuicio del Real Erario, ningún desorden de la
Campaña, 7 sin gravamen del Vecindario, Comunidades, ó Personas, a
quieneB correspondan aquellos ganados que deven guardar 7 custodiar los
dhos Blandengues lo comprehende mejor que nadie la alta penetración
de V. E. p.r lo qual, 7 porque á mi solo toca pedir los auxilios necesarios
para el desempeño de mi comisión, ¿ esto solo ciño mi representación pa-
ra que con vista de ella disponga V. E. la q.e fuere de su superior agrado.
Nro. S.or gue. la Importante vida de V. E. m.s años Paso del Rey
24 de Agosto de 1791. ( « ) .
Ex.mo Sefior
Agustín de Arenas
(rubricado)
Ex.mo S.or D.n Nicolás de Arredondo".

Documento B. [14]
"Exmo. Señor
En Obedecimiento del Superior oficio de V. E. de 7 de Junio ultimo
en el que me previene le Ynforme para determinar con el correspondiente
conocimiento sobre la propuesta que dirigió á esa Superioridad este Co-
rregidor, Cavildo, 7 Administrador, apoyada por mi antecesor, para que
D.n Juan Bentura Ysfrán permanesca en este Departamento, (23) como
practico de BUS Campos, y perito en dirigir con acierto las acciones de ofen-
sa, y defensa contra los Ynfieles, de que se necesita especialmente en las
Baquerias, contribuyéndole por este servicio Cinquenta pesos Annuales por
cada uno de los quatro Pueblos del mismo Departamento, expondrá: que
ezcigiendo la situación de estos Pueblos Fronterisos mantener un Cuerpo
de Gente armada al mando de un Español de conocido balor, que pueda
oponerse a las frequentes tentatibas y barbaras irrupciones q.e los Yn-
fleles Charrúas y Minuanes hazen en estas Estancias, proteger las Ba-
querias y aprender los malechores que se Introduzcan en estas Campa-
ñas: hallo el mas a propocito para este encargo al dho Ysfrán, por su va-
lor, ser practico de estos Campos, y diestro en guerrear con dhos Yn-

(22) Otros documentos, contemporáneos al que publicamos, nos


permiten identificar éste "Paso del Rey" como el existente sobre el rio
TI, no lejos de la desembocadura del arroyo Illescas.
(23) Vése capítulo anterior, documento G.
190 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

fieles: bajo este concepto, y para el mejor servicio, se le destinarán Diez


Naturales Boluntarios de cada Pueblo de este Departamento surtidos de
Armas de Fuego y Lanzas, y quatro Caballos por persona. Deverá recidir
precisamente este Cuerpo Armado en la Estancia da S.n Miguel de eBte
Pueblo; Tanto por ser una de las mas expuestas a la inbacion (como lo
acredita haver sido atacada dos vezes en el mes anterior, por los cha-
rrúas) quanto por la mejor proporción que facilita de las mas prontas
salidas a los obgetós Indicados.
La contribución de cinquenta pesos annuales por cada Pueblo para
el sueldo de dho Ysfrán es suficiente reconpensa á su Trabajo: Es quan-
to debo exponer a V. E. en honor de la verdad y cumplimiento de mi obli-
gación.
Dios gue. á V. E. m.s a.s Yapeyú 18 de Julio de 1799.
Pran.co Bermud.z
(rubricado)
Eimo. Señor Márquez de Ahiles".

Documento C [14]
"Eimo. Señor
Posteriormente al parte que doy á V. E. de la Expedición que se di-
rigió al desalojo de los Yníieles, que estaban acampados en estas inme-
diaciones, me entregó el comand.te de la Partida, que destiné á esta en-
presa las flechas, que les quitó: de las que me há parecido oportuno remi-
tir á V. E. como lo ago una de cada claBe, para que esté Impuesto de las
Armas de que se sirven en sus Crueles y barbaras irrupciones estos ferozes
Enemigos, que tienen consterLados e intimidados eBtos Naturales. ( 24 ).
Dios gue & V. E. m.s a.s Yapeyú 18 de septiembre de 1799.
Exmo. Señor
Pran.co Bermudez
(rubricado)
Exmo. Señor Virrey Márquez de Ahiles".
(dice al margen)
"Remitiendo dos Flechas de las que Be quitaron a los Charrúas por
una Partida de estos Naturales".

Documento D. [10]
"Exmo. Señor
Desde mi llegada á este Pueblo he oydo referir siete Imbaciones echas
por los Indios Charrúas, y Minuanes en las Estancias del Herbidero, Co-

(24) No tenemos noticia de la "Expedición" de que habla Bermu-


dez, y presumimos que Be trate de alguna operación de poca monta. En
cuanto a la denominación de "Naturales", es la que usualmente se daba
a los tapes de los Pueblos.
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 191

rrallto, y Bacaquá con robos de Caballos, muertes, y Cautiberio de varias


personas de ambos sezsos; coa esta fecha me avisa d.n Pedro Manuel
García lo que V. E. advertirá por la adjunta carta original que reverente
á V. E. incluyo, á fin de que se sirba determinar lo que fuere de su Su-
perior agrado; Yo podría hacerles algún ataque con el auxilio que ofrece
voluntariamente el Vecindario, pero para executarlo necesito el que V. E.
ni» lo ordene.
Nuestro S.or gue la importantísima vida de V. E. muc.s años.
Villa de la Concepción del Uruguay 5 de Noviembre de 1799
Exmo. Señor
Jorge pacheco
(rubricado)
Exmo. S.or Márquez de Ahiles".

"MUÍ señor mió: el 22 del próximo pasado a la ora de la siesta, han


rodeado los Indios Charrúas mi Estancia del Rincón de Ytacabó, y se de-
fendieron de ellos sinco peones q.e en ella tenia, con dos armas de fuego,
pero no pudiéndolos resistir a cauBa de ser mucho el numero de IndloB
armados, no les fue posible el que pudiesen defender el que se Uebasen la
Caballada en numero de sinq.ta con dos manadas manzas, p.r lo que lue-
go q.e me dieron parte de lo acahecido, mandé, ymediatam.te quarenta y
ocho con algunos redomones. Por parte que ayer recibí de un sarg.to de
Milicias llamado Joseí Gregorio de Villagrán q.e está vezino, me ha re-
mitido la desagradable noticia de q.e él 31 del mismo, bolbleron los indios
en gran numero, y q.e estos mataron a mi Capataz y a dos Peones, esca-
pando de esta refriega uno de ellos mui mal herido; quemaron los ran-
chos, y se Uebaron todo q.to alli havia; Asimismo se me avisa de que a
otro vezino de más afuera de mi población, no pareze con su peón, siendo
regular el que también a este le hubiesen quitado la Vida. El Chasquero
quando saltó de casa del Sargento, habisto q.e hiba llegando toda la In-
diada a dha Población, siendo regular el que también a estos los maten
y roben; todo lo qual participo a V. M. p.a su inteligencia y gobierno, y
p.a que con su Partida haga lo más laborable, y ponga remedio, a un de-
sorden tan grande, q.e yo con esta misma fecha, doy parte al Exmo. Señor
Virrey de todo lo acahócido, y q.e a V. M. también se lo hago pres.te.
Nuestro Señor gue a V. M. m.s años, Vera del Rio Negro 3 de Nob.re
de 1799.
Pedro Maní Garda
(rubricado)
S.or Caplt.n D.n Jorge Pacheco".

"Exmo. Señor
Con esta techa recibo nuevas noticias sobre las Irrupciones de los
Indios Infieles las quales adjunto originales a V. E. Estas me obligan
trasladarme á la otra parte del Rio Uruguay para cubrir la Caballada de
192 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

mi partida q.e se halla mui expuesta ó ser despojo de loe enemigos, en


aquel punto aguardo los Superiores dispuestos de V. E. que desempeñare
coa arreglo. Nuestro señor gue la importantísima vida de V. E. muc.s
años.
Villa de la Concepc.on del Uruguay y Nov.re 8 de 1799.
Bxmo. Señor
Jorge Pacheco
(rubricado)
Exmo. S.or Márquez de Abiles".

"Acara de llegar a éste Establecim.to el Sarg.to de Milicias Gregorio


Villagra de la Compañía del Cap.n de Milicias D.n Pedro Manuel García,
q.e se halla poblado én él rincón nombrado Ytacabó con la noticia, que él
día primero del Corr.te como á las ocho de la mañana, dieron en su casa
los Infieles Charrúas unidos con los Mlnuanes, en numero crecido como
de cuatro cientos Indios, y deBpués de una, larga defensa q.e hizo con seis
compañeros guardando su casa, y la cavallada q.e la tenían en él Corral
oerretiraron los Infieles, á cerca de puestas de sol, dejando heridos á IOB
defensores, y llevándole toda la cavallada por un portillo q.e abrieron al
corral; Igualm.te da relación de cosa cierta, Q.e él día anterior ábansaron
los Infieles, la estancia del referido Cap.n Garda, en donde le mataron ¿1
Capataz y dos peones, y haviendo cargado con todo él botin y cavallada
incendiaron las casas. Que no save lo q.e haya sucedido én las demás Es-
tancias, pero q.e presume haya sido en gral él estrago, por q.e los Indios
andubieron tres días, corriendo las Estancias de aquellas sercanias, y ad-
virtió q.e llevaran tres trosos de crecido n.o de cavallada; cuya noticia
me ha parecido comv.te comunicársela & V. m. á fin de q.e tome las pro-
videncias de guardar la cavallada de su servicio q.e Be halla én éste Es-
tablecim.to y otras probidencias q.e combengan, para él resguardo de éste
Vecindario.
Dios gue. á Vmd. m.e a.s.
Paisandú 4 de Kobre de 1799.
Josef Pran.co Zenturion
(rubricado)
S.or Cap.n D.n Jorge Pacheco".

"Exmo. Señor
Las novedades de Indios de que he dado parte á V. E. llamaron mi
atención al Rincón de San Francisco donde tengo la Caballada, alli me
han informado que cinquenta ombres entre vecinos y peones han dispuesto
BU Expedición contra los Infieles, emprendida ya vajo la dirección de un
Portugués llamado Manuel Antonio Rodríguez, y como este corto numero
de gente, sin dlslplina ni orden y mal armados me hacen creer algún ca-
LA G U E R R A D E LOS C H A R R Ú A S 193

lastróle, lo pongo en noticia de V. E. a fin se Birva determinar lo que


fuere de BU Superior Agrado, pues de conocer en mi autoridad para con-
tenerlo, en modo alguno les habría permitido una salida en que loa con-
sidero victimas de aquéllos Varbaros.
Nuestro S.or gue la importantísima vida de V. E. muc.s a.s.
Villa de la Concepc.on del Uruguay y Nov.re 12 de 1799.
Eimo. Señor
Jorge Pacheco
(rubricado)
Exmo. S.or Márquez de Abilez".

"Eimo. Señor
Por el adjunto oficio que en fha tres del que luce me pasó d.n Jua-
quin Nuñez Prates, se Ympondrá V. E. en la continuasion de Yrrupcíonea
efectuadas por los Ynfieles Charrúas y Minuanes: He tomado la Providen-
cia de reunir algún becindario para contenerles con la fuerza, por si re-
piten como ofrecieron su ostilidad en las próximas Pasquas, pues mi des-
membrada Partida se halla empleada en otras ocupaciones dlrijidas al
plantel de Poblaciones, las qualea abrebiadaq será el único remedio de tan
crecidos desordenes.
Nro. señor gue. la importantísima vida de V. E. m.s a.s
Puerto de Paysandú y abril 11 de 1800.
Exmo. Señor
Jorge Pacheco
(rubricado)
Exmo. S.or Márquez de Abiles".

"Acabo de recibir en una misma ora como las cuatro de la tarde, oy


ciia de la fecha dos avízos, que acaban de retirarse como cosa de Duzientos
Indios en Fieles del Arroyo del Guayabo que ay de diatanzia a ese Eata-
blezim.to Sobre dos Leguas: Cuentan los que me dan la Noticia que aca-
ban de enterrar a un Gallego por nonbre Andrés Bezino de S.to Domingo
Soriano: Gerno de un Portugués que lo nonbran p.or Gerónimo Ñato: y
la Cavallada de Los Bustillos: y dos Cavallos que se an encontrado yme-
diato a mi rodeo muy maltratados y devocados: y me dízen que ynoran de
lo que pueden aver echo dhos Enfieles mas adelante: en Virtud de esta
Noticia, me és indispensable dezar de dar parte a vmd. para q.e disponga
lo que aliare por mas Conbeniente:
Nro. S.or Guarde a vmd. m.s a.s.
Vacaquan Costa del Queguay Gran.da Abril 3 de 1800.
Juaq.n Ñoñez de Prates
(rubricado)
S.or Comand.te D.n Gorge Pacheco".
194 EDUARDO F. ACOSTA Y L.AR.A

"Eimo. Señor
L>as Muertes, cautiberio, y robos q.e continuamente experimenta este
Vecindario de los Indios Infieles, promobieron la disposición de acopiar
una partida para reprimirlos como abisé á V. E. por Oficio de 11 en el que
corre, cuio mando encargué al Teniente de Blandengues D.n Pedro Maciel,
quien no manejo su comicion con la debida pericia por que los enemigos
entraron, saquearon las estancias, llebaron treB cautibos, é hicieron sinco
aaecinatos todo en el dia 14 segundo de Pascua como abian ofrecido; tales
prosederes me obligaron oy (aprobechan.do el tiempo que tardan las re-
soluciones de V. £. sobre la creación de nuebos Pueblos) á hacerme á la
campaña por recoger laB haciendas robadas, rescatar del cautiberlo aque-
llos ynfelicea, y escarmentar la ynsolencia con que repiten sus obstilida-
des, llebando siempre presente la superior disposición de V. E. sobre pre-
caber en lo posible el derramamiento de Sangre.
Nro. S.or gue la ymportante vida de V. E. m.s a.s.
Paisandú y Abril 23 de 1800.
Exmo. Señor
Jorge Pacheco
(rubricado)
Exmo. Sor. Márquez de Avüéz".

"Exmo. Señor
Hoy regreso de la salida contra los Indios Infieles que abisé á V. E.
por Oficio de 23 en el p.o p.o Abril, a los quales di alcanze en los ríos Yacui
y Palma— sola sorprehendiendo dos Tolderías sin poder conseguir por mu i
bibas diligencias que practiqué se quisiese rendir alguno. Omití el Jugar
las Armas llebando presente las piadosas maxsimas de V. E. que miran
con horror la efusión de humana sangre, pues á no mediar tan justo re-
paro habría sido fácil el total exterminio de l.os citados atoldamtentos, en
un rehencuentro con mis batidoras Partidas murió el Supremo caudillo de
los enemigos D.n Ignacio el Gordo con dos mas de sus parciales, no tu be
mas desgracia que un paisano herido de estocada en el honbro izquierdo
quien se halla ya mejorado, recogí quatro Indias con dos criaturas, un
cautibo cristiano, y trescientos ochenta y seis caballos del vecindario, re-
tirándome con la celeridad que V. E. advertirá porq.e me prometo cahigan
en las celadas que he puesto a las margenes de este rio pues no pudiendo
ellos pasar sin caballada es regular bengan a egecutar nuebos robos en
los poblados de BUS ynmediaciones como tienen de costunbre. y cargados
de mi caballería en campo razo, distante de los bosquez, mirándose a pie
como an quedado es Yndispensable se rindan.
No ban mas de tres Chinas de las apresadas por que conbino a la
idea de mi proyecto el usar con la otra de un malicioso descuido p.a que
escapada impusiese a los sulos el rumbo de la partida, que luego bariado
me ha colocado en las enboscadas de que trato arriba; Las citadas prisio-
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 195

neraa pondrá á la Superior disposición de V. E. el cabo Joaef Lámela, La


yrresolucion de mis operaciones que dirigiré al escarmiento de estos Bar-
baros consiste en que los emisarios despachados por V. E. con propocisio-
nes pacificas, (-3) baun no han concluido su comisión, si aquellos deses-
timan las beneficiosas Clemencias de V. E. protezto que ynmediatamente
les habré echo sentir el brazo poderoso de la justicia, todo en la confor-
midad que V. E. me tiene ordenado.
Nro. Sor. gue la Importantissima vida de V. E. m.3 a.s.
Enboscada del Ytacabó en el Rio Queguai 28 de Maio de 1800.
Exmo. Señor
Jorge Pacheco
í1 rubricado;
Exmo. Sor. Marqués de Abiles".

Documento E. [15]
"Exmo. Señor
El dia Viernes 24 de Oct.bre a la ora del mediodía han avanzado los
Indios Charrúa y Minuanes á la mayor parte de las Estancias situadas én
bl Partido de las Flores, y Arroyo Malo, en las quales han quemado la
.Mayor parte de las poblaciones, y han muerto a varios que impensada-
mente los han sorprendidos, igualmente han robado toda la Caballada, y
otros animales, llebandose al mismo tpo. alg.nos prisioneros, y entre ellos
las mugeres de los infelizes que han muerto, de modo que los muí pocos
que han tenido la fortuna de refugiarse en los Montes y los que en iguales
términos se patrocinaron de mí casa p.r saber el que yo tengo algunas ar-
mas de fuego p.a el cumpllm.to de mi obligación, son los únicos q.e han
quedado, y estos mismos me han suplicado p.a que a nombre de todos, hi-
ciese presente á V. Ex,a las referidas desgracias, y ver si por éste Medio,
les proporciona la Vegnina Proctecion de V. Ex.a alguna tranquilidad,
pues de lo contrario dicen, les sera forzozo de Verse en el compromiso de
avandonar sus pobres haciendas.
Yo por mi parte los tengo énteram.te animados, y firmem.te persua-
didos á que la notoria Caridad de V. Ex.a les franqueará los mas opor-
tunos auxilios de una solida tranquilidad a todos los avitantes de estas
Campañas.
Dios Gue. a V. Ex.a felizm.te m.s a.s
Partido del Arroyo de las Flores 27 de Oct.bre de 1800.
José Lucas de Castromau
(rubricado)
Exmo. Señor Marqués de Abilés".
(leemos en la carpeta)
"He recibido el oficio de V. M. de 27 de Oct.re ult.o en que me

(25) Evidentemente, Pacheco se refiere a la misión Ifrán.


196 EDUARDO F. ACOSTA Y LARA

participa la imbasion q.e acababan de cometer los Infieles Charrúas y Mi-


nuanes en ese Partido de las Flores y en el arroyo Malo, y solicita pro-
vid, as p.a asegurar la tranquilidad de loe avitantes de ellos, como único
medio de que no los despueblen y abandonen sus baz.das. Y teniendo ya
dispuesta al efecto una expedición al mando del Cap.n de Blandengues de
Montev.o d.n Jorge Pacheco, á la que pueden agregarse los Individuos que
además de los nombrados como Milicianos quieran servir en ella por el
común interés y el particular de sus Personas y Pamillas lo prevengo á V.
M. en Resp.ta Nov.re 10/800
Ad.n Jph Lucas de Castro Mau".

Documento F. [16]
"Exmo. Señor
Immedlatamente que reciví doscientos ochenta y tres caballos que me
remitió el Teniente Gov.or del Departam.to de Yapeyú auxilio de q.e ca-
recía, me hice á la Campaña el 23 del ultimo Abril con animo de batir
los ínfleles Charrúas, y hacer una recogida de Ganado p.a el abasto de
mi Expedición; El veinte y nuebe á las once de la noche hallándome en
el Potrero de la barra del Ararunguá me dieron parte las Abajadas de
que en el Paso de las Carretas se sentían voces y arrear Animales; en
aquella misma bora segui con Ciento diez Hombres poniéndome antes en
el rastro, y en la Costa del Arapey grande, lugar q.e llaman de las Tropas
adbertf la Animalada parada; A las tres de la mañana desmonté setenta,
con los quales marché pie á tierra Introduciéndolos por la Costa del Mon-
te, y los quarenta restantes degé á Caballo á ias ordenes del Teniente de
Milicias D.n Ambrosio Velasco, a quién encargué dirigiese el ataque por el
fronte con aquella Gente montada luego q.e aclarase, como se verificó en-
contrando al Cacique Zurdo, hijo del Finado D.n Ygnacio el Gordo que
con tres mas se havian apartada de otros veinte y quatro, viniendo de im-
badir las Estancias desde el Queguay, hasta la Costa de S.n Fran.co; aun-
que se vieron cercados no trataron de rendirse por repetidas instancias
que á esta fin les hice, me hirieron al dho Ten.te Velasco y otro Soldó
cojvsus Flechas, pero murieron, les represé quarenta y siete Caballos, Re-
domones, y Potros, treinta Yeguas, y Biete Muías con un cautibo Muchacho
' de catorce & quince años Hijo de Juan Benavides Poblado entre los arro-
yos Capilla y Bacacuá; hubo á más la desgracia de caer en tierra un Blan-
dengue y haviéndosele bido el tiro rompió á otro de su clase una pierna
por cerca del Tovillo, cuya fractura a los pocos dias le originó la Muerte.
Retirado el 30 al parage de mi Campam.to encontré la noticia que daba el
Alférez D.n Josef Rondeau Comand.te de la Partida Exploradora de haber
descubierto Infieles en el Corral de Sopas, aguardé la noche p.a unirme al
expresado Rondeau, llevando ciento veinte Hombres, luego q.e lo conseguí
me aproximé á los Enemigos, y aunque intenté varias veces examinar BU
LA GUERRA DE LOS CHARRÚAS 197

situación, siempre los hallé vigilantes, no obstante variando las disposi-


ciones que yá tenia dadas para Introducir Gente por el Bosque, resolví
atacarlos de frente a las seis de la mañana 1* de Mayo, partiendo mi Co-
Iubna en dos trozos, y encargando el de la Izquierda al Capitán D.n Fe-
lipe Cardoso, dirigí el de la derecha; El terreno que ocupaban los Ene-
migos no nos preparó modo de sorprenderlos, tublmos que correr tres
quartos de legua largos para llegar al ataque siempre á su vista; asa! hu-
bieron tiempo de meter no sólo las Familias sino aun sus trastes en lo
espeso del Monte, aguardándonos al frente de los Toldos, y llegando á
ellos nos cargaron con toda intrepidez, tirando algunos tiros de Fósil, y
despachando densa nube de Flechas y Piedras, desmontando la Gente los
contube por medio de un actibo fuego, quanto cayeron dos, desampararon
el Puesto y se ocultaron en el Bosque, hice juntar las Caballadas, formé
la Tropa, y me mantúbe en inacción dando tiempo á que si havia otras
Tolderías por las immediaciones, y cargasen en socorro de estos, me en-
contrasen en disposición de batirlos sin confusión; desengañado yá por
haber pasado mas de dos horas introduge ai Alférez D.n Josef Rondeau
en el Monte con cincuenta Hombres de los mejores tiradores y la orden
de que saliendo repentinam.te sobre los Enemigos que estaban á la otra
parte del Rio les cargase con Ímpetu; Este oficial correspondió a las con-
fianzas que me merece pues lo hizo con tal vigor que les obligó á desam-
parar la Costa y Salir á la Cuchilla; To q.e solo aguardaba este momento
caigo sobre ellos á Caballo, y tomados en medio los acabamos sin quererse
rendir mas de siete Jobenes; Finalizada esta acción Be encontraron muer-
tos en el Campo treinta y siete Hombres y dos Mugeres, entre ellos el
Cazlque Juan Blanco da los Charrúas y el de los Minuanes Zara, luego me
metf con la Tropa á registrar la Montaña, de donde saqué la Cautiba Ma-
ría Isabel Franco y otros dos Muchachos q.e gemían la misma suerte,
también recogí trece chinas, y once criaturas, se apresaron trescientos Ca-
ballos y veinte y siete Yeguas todos inútiles, lo qual hice conducir á este
Quartel con cincuenta Hombres, quedándome en la Campaña siempre en
observación de los enemigos; Restituida aquella custodia, emprendí mi
marcha al Potrero Grande del Ararunguá, lugar que havía destinado á
mis Espías p.a que me advirtiesen qualesquiera novedad q.e notasen; El
18 en la tarde tomé rastro de Indiada á. pié y á Caballo en el Paso q.e lla-
man de Vera, el qual seguí el dia 19 y á la una y media que di alto en
dho. Potrero Grande, yá encontré la primera Partida Exploradora con la
misma novedad de la huella que yó trahla; Inmediatam.te monté nobenta
y dos Hombres en los mejores caballos continuando siempre sobre los Pa-
sos de los Infieles, á la hora di en la Pascana que havian echo dos noches
antes, andando siempre hasta anochecer que hice alto por no perder la
senda que me guiaba; El 20 proseguí y a las diez y media totalmente
perdí los rastros pero a pesar de esto mandé á la Colubna dar un rodeo y
atrabesár la Cuchilla Grande hasta caer en la Sierra del Ynfiernillo; A
las doce me embreñó en una quebrada de esta, y despaché al Alférez Rou-

También podría gustarte