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La resiliencia como un principio de vida en el aula y la sociedad frente al

covid-19

Los seres humanos a lo largo de la historia se han enfrentado a diferentes situaciones que han
conllevado una serie de crisis sociales, económicas, políticas y religiosas, las cuales han
generado de una u otra forma personas llenas de fortaleza y resistencia; debido a esto surge y
se emplea en el siglo XXI el término resiliencia que se define como: la capacidad que tiene el
ser humano para recuperarse y adaptarse de manera positiva ante situaciones llenas de
estrés, adversidades, nuevos retos así como otros factores que generan dificultades para el
desarrollo de las personas dentro de una sociedad. Sin embargo, la resiliencia se ha venido
usando desde entonces como una herramienta de construcción continua a nivel personal,
organizacional, familiar y sobre todo social frente a cualquier crisis como lo fue la del covid-
19.

La formación docente es un proceso complejo y comunicativo que conduce a reflexionar sobre


la práctica pedagógica y las vías para mejorarla y fortalecerla con el fin de generar nuevos
conocimientos o construir saberes. En consecuencia, reflexionar acerca de la actividad
docente implica considerar la práctica y el saber; el primero, abarca la actividad diaria o la
realidad en la cual está inmerso el docente en su aula de clase o espacio educativo. El
segundo, remite la visión teórica generada durante la relación del saber y el hacer que implica
formación personal.

La formación docente debe atender esta dinámica con el propósito de formar al docente
dentro de este mundo complejo; un docente con capacidad resiliente que sea capaz de
generar procesos, acciones comunicativas e instruccionales que le permitan atender
situaciones adversas, conflictivas o problemáticas dentro de los escenarios particulares del
aula de clase y en su entorno sociocultural en el que se desenvuelve. En cuanto a lo anterior,
este ensayo tiene como objetivo dar a conocer como los adolescentes en su calidad de
estudiantes y docentes tuvieron y siguen teniendo la capacidad de resistir y superar cada una
de las adversidades que trajo consigo la aparición de esta pandemia, si bien es cierto la
resiliencia no implica una ausencia de dificultades sino mas bien la capacidad de enfrentarlas
positivamente y crecer a partir de ella.

El que pretende educar se tiene que hacer responsable de su influencia, lo que implica asumir
ser docente de manera consciente, para así poder transmitir conocimientos ideales en el que
intenta favorecer un tipo de modelo de ciudadanía. Una formación que haga al docente volver
a sus raíces en el sentido de desarrollar identidad, no solo de sí mismo sino también que le
permita compartir un ideal de vida y un proyecto de sociedad.
En el marco educativo se asume la formación docente como un continuo aprender con
responsabilidad, es autoformación que conduce a desarrollar el propio potencial del docente
para responder positivamente a los retos del dinamismo social. Lo cierto es que formación
resiliente conduce a desarrollar dos capacidades en el docente, la adaptabilidad, expresadas
en el alcance del equilibrio mediante los procesos de asimilación y acomodación ante el
momento crítico vivido y la organización espontánea, en la que el crea sus propios recursos
para enfrentar la situación adversa.

En Colombia durante la aparición de esta problemática sanitaria y de salud, los entes


gubernamentales como los institucionales se vieron en la necesidad de buscar e implementar
medidas de distanciamiento social, conductas de aseo personal, teletrabajo, educación
dentro de la virtualidad, además de cierre total de algunos sectores económicos como
medidas necesarias para la no propagación del virus COVID-19, resaltando que a pesar de que
los ciudadanos tenían acceso a servicios básicos, alimentación, y otros necesarios para una
aceptable calidad de vida sen enfrentaban a situaciones llenas de estrés, retos educativos en
cuanto a la forma de implementar clases en donde los estudiantes y docentes vieron de la
necesidad de aprender y comprender las clases impartidas la obligación de reaprender sobre
el uso de las tecnologías para poder impartir y recibir la formación a través de estas.

El trabajo pedagógico realizado durante la pandemia es mayoritariamente definido a nivel


individual, no obstante, el profesorado se ha favorecido desde el trabajo colaborativo con
colegas con los cuales comparten un estilo de trabajo y posiciones profesionales similares,
que se han ido construyendo a lo largo del tiempo y en un proceso existente de manera previa
a la pandemia. La construcción de vínculos de colaboración supone la presencia de relaciones
de respeto y reconocimiento profesional que contribuyen a fortalecer la capacidad resiliente
del profesorado.

En cuanto a experiencias personales un problema cotidiano critico de los inicios de la


pandemia covid-19 hasta la actualidad ha sido el servicio de energía, es una realidad la que
vivimos en el departamento de la guajira la intermitencia en el servicio público, unos
municipios más que otros sufren esta eventualidad; lo cual en sectores como el educativo en
el periodo de confinamiento en ocasiones se colapsó por el uso masivo de las herramientas
tecnológicas, el acceso de los estudiantes a las aulas virtuales e impartir sus clases matutinas
programadas se vio afectada por los continuos apagones, además en muchos casos la
disponibilidad de las familias de tener equipos y herramientas necesarias en sus hogares en
porcentaje era superior. La planificación de actividades escolares era entregada en físico y en
medios virtuales con el fin de que los estudiantes tuviesen la misma oportunidad, se
entregaban de manera diaria pero su organización se anticipaba semanalmente. Las
instituciones escolares en gestión a entidades territoriales, empresas privadas y en conjunto
con otras instituciones escolares conseguían equipos en calidad de préstamo, servicio de
internet a bajo costo y planes de celulares con disponibilidad de minutos para realizar las
llamadas; todas estas acciones fueron una manera de mitigar el impacto de la pandemia, cabe
destacar que la prioridad era resguardar la salud de los colombianos pero era importante que
los proceso educativo siguiera y que todo el tiempo donde vivimos la emergencia sanitaria
fuera de provecho para los estudiantes y docentes.

Finalmente, respecto del trabajo pedagógico desarrollado se hace necesaria una reflexión
acerca del sentido de la evaluación. En este contexto, la evaluación sumativa aparece como
una tarea no prioritaria bajo las condiciones de trabajo educativo a las que docentes y
estudiantes se ven sometidos a partir del confinamiento, se puede concluir que la capacidad
de resiliencia de los profesores ha quedado de manifiesto en su alto compromiso con la
enseñanza pese a las condiciones adversas que han debido asumir. En un contexto de
incertidumbre y de lineamientos poco claros y sin contar con las condiciones materiales
necesarias las y los docentes han expresado un alto sentido de agencia al intentar dar
continuidad al proceso educativo. Sin olvidar que el contexto institucional y social han estado
más cerca de debilitar la resiliencia docente que de fortalecer. De hecho, ha quedado en
evidencia que una parte minoritaria de las instituciones escolares han llevado a cabo acciones
facilitadoras de la labor pedagógica como el apoyo frente a las problemáticas que los
estudiantes han experimentado durante la emergencia sanitaria, siendo esto expresión de la
débil contribución de la dimensión institucional a la capacidad resiliente. (AYALA, PEREZ, &
DIAZ, 2024)

Realizado por:
LEINY YOHANA AYALA GUERRA
DEISY CAROLINA PEREZ SALTAREN
ADULFO DIAZ ANDRIOLIS

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