El Alfarero y El Barro
El Alfarero y El Barro
El Alfarero y El Barro
INTRODUCCIÓN
“Levántate y vete a casa del alfarero. Y allí te haré oír mis palabras”
Pero deja que Él trabaje en ti, porque muchas veces Dios quiere obrar
con poder en nuestra vida y somos nosotros mismos los que no se lo
permitimos, los que ponemos un alto, los que detenemos su mano. Así
que permítele a Dios que trabaje en ti.
Eres una vasija para el señor, y el quiere que seas una vasija de honra
y no de deshonra.
Hay muchas personas que tienen quizás seis meses o años diciendo
que son cristianos, y todavía están en fornicación en adulterio o en
vicios, esperando poco a poco dejarlo. Eso no puede ser así.
CONCLUSIÓN
Tal vez en tu casa, en tu familia, te has descuidado con los tuyos y has
permitido cosas que no le agradan a Dios. Sin darte cuenta has abierto
las puertas a Satanás, permitiéndole que destruya la obra de Dios en
tu familia y en ti.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare,
eso también segará.