Noticia 24 Oct
Noticia 24 Oct
El ADN de 13 individuos encontrados en dos cuevas de Siberia confirma que hace unos 54.000 años los
neandertales vivían en grupos muy pequeños y lastrados por la endogamia
Un equipo de científicos europeos acaba de obtener el retrato de una familia humana más antiguo que
se conoce. No se trata de una foto como la que puede encontrarse en cualquier casa, sino un perfil
genético extraído de los huesos de 13 individuos hallados en dos cuevas de Siberia. El ADN recuperado
de estos fósiles no deja lugar a dudas: dos de ellos eran un padre y su hija adolescente. Al menos otros
dos eran sus parientes, un niño pequeño y una mujer adulta que pudieron ser el primo y la abuela.
Todos eran neandertales, la especie humana más emparentada con la nuestra que se extinguió
misteriosamente hace unos 40.000 años. Es la primera vez que se localiza una familia neandertal y sus
perfiles genéticos confirman datos claves para entender por qué desaparecieron para siempre.
Los restos humanos proceden de Chagyrskaya y Okladnikov, dos cuevas del sur de Siberia, en Rusia,
donde vivieron los neandertales hace unos 54.000 años. Las herramientas de piedra y los restos de
huesos de animales muestran que eran nómadas que vivían persiguiendo a sus presas habituales:
bisontes, caballos y cabras montesas. En aquella época, este territorio era una frontera. Al oeste vivían
los neandertales europeos y a menos de 100 kilómetros estaban los denisovanos, los neandertales
asiáticos. El estudio de ADN extraído de fósiles en estudios anteriores ha desvelado que estas dos
especies y los Homo sapiens se encontraron y tuvieron hijos híbridos. Es un misterio por qué solo
quedamos nosotros.
Un equipo de científicos liderado por Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva
(Alemania) y premio Nobel de Medicina de este año, ha podido recuperar buena parte del genoma de
los 13 neandertales de las dos cuevas siberianas y compararlo con el de otros 18 neandertales
descubiertos previamente.
Los resultados, publicados hoy en Nature, referente de la ciencia mundial, muestran que varios de los 11
individuos hallados en Chagyrskaya vivieron al mismo tiempo y en el mismo lugar, un hallazgo insólito en
yacimientos de esta antigüedad. Los dos vecinos de Okladnikov, a unos 100 kilómetros al este, no eran
parientes directos, pero al menos uno de ellos pudo ser también coetáneo del otro clan. La variabilidad
genética de estos restos apunta a que los grupos neandertales eran pequeños, de entre 10 y 20
personas.
El estudio muestra que el genoma mitocondrial que pasa de madres a hijos era mucho más variado que
el del cromosoma Y que legan los padres. Esto confirma que en las sociedades neandertales las mujeres
dejaban sus familias para ir a vivir a otros sitios y engendrar hijos mientras los hombres se quedaban en
su mismo clan. Se trata de una práctica habitual en muchas sociedades de cazadores y recolectores
actuales que evita las enfermedades y esterilidad asociada a la endogamia.
Antonio Rosas, paleoantropólogo del CSIC, resalta que esas conclusiones son muy parecidas a las
que adelantó su equipo en 2011. En este caso analizaron solo el genoma mitocondrial de seis adultos,
tres adolescentes, dos niños y un bebé neandertales que murieron devorados por otros homínidos de su
especie y cuyos restos se hallaron en la cueva asturiana de El Sidrón. El ADN mostraba que estaban
emparentados por vía materna, pero el grado de resolución impedía decir cuánto. Sí que mostraba que
se trataba de grupos pequeños y muy aislados en los que las hembras eran las que abandonaban su clan
de origen. “Esta es una práctica muy común entre muchos grupos de Homo sapiens y también en otros
primates para mantener la variabilidad genética”, detalla Rosas.
Los resultados también indican que estos neandertales eran del linaje que dominaba en Europa
occidental y que no tenían rastro de haberse cruzado con sus vecinos asiáticos denisovanos, a pesar de
vivir a apenas a 100 kilómetros de distancia. Estos datos apoyan que el aislamiento y la consanguinidad
contribuyeron a la extinción de estos homínidos.
La gran pregunta es si los Homo sapiens de aquella época eran distintos que sus primos neandertales,
tanto genética como socialmente. Es difícil saberlo, pues no hay apenas fósiles sapiens de esta época y
no se ha podido recuperar ADN para obtener un retrato genético familiar. “Es evidente que algo distinto
debían tener, tal vez una estrategia diferente para tender lazos entre grupos o que fueran clanes con
más miembros”, aventura Carles Lalueza-Fox, genetista del CSIC.
NUÑO DOMÍNGUEZ
19 OCT 2022 - 10:00 COT