Segovia Ferreira Cristian Arturo Política Tributaria y Diferencias
Segovia Ferreira Cristian Arturo Política Tributaria y Diferencias
Segovia Ferreira Cristian Arturo Política Tributaria y Diferencias
ESCUELA DE POSGRADO
AUTOR:
ASESOR:
Agosto, 2020
RESUMEN
En el Perú, los roles de género siguen limitando la libertad individual y económica de las
mujeres. ¿Puede el sistema tributario contribuir a contrarrestar los efectos de esta construc-
ción social? El presente trabajo estima cambios en las distribuciones de ingresos laborales
de trabajadores formales del Perú, identificados por género, a partir de la aplicación de
políticas tributarias como el pago de impuestos directos y la promulgación de la Ley N°
30296 en 2014. El objetivo de este trabajo es el de analizar la relevancia de incluir a la
política tributaria en el diseño e implementación de políticas transversales que busquen
la igualdad entre mujeres y hombres. Para ello, se calculan indicadores de desigualdad
(Gini, Generalizados de Entropía y Atkinson) y de bienestar (Atkinson y Sen), además de
la construcción de Curvas de Lorenz Interdistribucionales. Los principales resultados a
nivel general indican que los impuestos directos en Perú son progresivos y que la distri-
bución de ingresos tanto de mujeres como de hombres es más desigual en 2015 que en
2014. Por otra parte, los resultados por género indican que ambas políticas tienen un efecto
progresivo en género, es decir, disminuyen la brecha salarial entre mujeres y hombres.
Finalmente, un análisis desagregado de estas distribuciones indica que dicho efecto pro-
gresivo no es constante a lo largo de la curva sino solo para una parte de ella. Se concluye
que la política tributaria puede mejorar la posición relativa de las mujeres respecto a los
hombres, sin embargo, se recomienda considerar un análisis desagregado de desigualdad
que permita evaluar el efecto de la política en mujeres pertenecientes a distintos tramos
de la distribución de ingresos.
2
Índice general
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2. Marco Teórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
2.1. Análisis basado en género de políticas tributarias . . . . . . . . . . . 10
2.2. Evidencia empírica en la literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
3. Hechos Estilizados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3.1. Ley N° 30296 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3.2. Base de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.3. Regularidades empíricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
4. Lineamientos Metodológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
4.1. Hipótesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
4.2. Índices de desigualdad y de bienestar . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
5. Resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
5.1. Población general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
5.2. Diferencias entre subgrupos de la población . . . . . . . . . . . . . . 37
5.3. Análisis desagregado usando ILCs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
6. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
7. Recomendaciones de Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Apéndices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Apéndice A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Apéndice B . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Apéndice C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
3
Índice de figuras
1. Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2014 y 2015
(en porcentaje) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2. Proporción del ingreso de las mujeres respecto al de los hombres para
trabajadoras(es) formales, por departamentos del Perú, años 2014 y 2015
(en porcentaje) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
3. Construcción de Curvas de Lorenz Interdistribucionales . . . . . . . . . . . 35
4. Curvas de Lorenz Interdistribucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
A.1. Definiciones de ingreso utilizadas en el análisis de Jaramillo (2014) . . . . . 55
Índice de tablas
4
8. Índices de desigualdad medidos en la población general, mujeres y hombres 38
9. Descomposición de índices Generalizados de Entropía . . . . . . . . . . . . 39
10. Índices de bienestar de Atkinson y de Sen, medidos en la población general,
mujeres y hombres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
11. Ordenadas de Lorenz Interdistribucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
B.1. Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2007–2015
(en porcentaje) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
C.1. Descomposición de índices de Atkinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
5
Antes de comenzar, quisiera agradecer el apoyo constante de mis padres y de mi pareja, quienes me
han motivado a ser cada día una mejor persona. Además, agradecer la mentoría de mi asesor Erick
Lahura y los valiosos comentarios del jurado miembro de esta tesis, María Paula Vargas y Marco
Vega. De igual manera, agradecer a John Bishop y Lester Zeager por resolver mis inquietudes. Por
último, pero no menos importante, agradecer a todas las mujeres que me han impulsado a trabajar en
un tema tan valioso para ellas y para nuestra sociedad; sin ellas este trabajo no hubiese sido posible.
6
1. Introducción
7
tributaria realizados en los últimos años hayan tomado en cuenta aspectos relacionados a la
igualdad de género. Dado esto, resulta importante contar con investigaciones que ayuden
a establecer si es relevante incluir a la política tributaria en el diseño e implementación de
políticas transversales que busquen la igualdad entre mujeres y hombres.
peruano, sin embargo, estas propuestas no incorporan elementos relacionados al enfoque de género.
8
(2017); Lahey (2010, 2015, 2018) y Stewart (2017). Sin embargo, este trabajo se diferencia
de aquellos análisis pues se utilizará una metodología de medición de indicadores de
desigualdad para evaluar la progresividad en género de políticas impositivas.
Las principales conclusiones que se obtienen a partir de este análisis son las
siguientes: la medición de estos indicadores de desigualdad indican que, en primer lugar,
la distribución de hombres es más desigual que la distribución de mujeres, tanto antes
como después de impuestos; sin embargo, tanto en 2014 como en 2015, los hombres
presentan una mejor medida de bienestar que las mujeres, lo cual indica diferencias entre
ambos subgrupos previo al pago de impuestos, con una posición favorable del grupo de
hombres. En segundo lugar, se observa que estas diferencias se reducen con la aplicación
de impuestos directos, tanto en 2014 como en 2015, lo cual indica un efecto progresivo en
género del sistema impositivo en el Perú. En tercer lugar, se observa que el cambio en las
tasas impositivas también produce un efecto progresivo en género, al reducir diferencias
entre mujeres y hombres en las distribuciones de ingreso posimpositivas de 2014 y 2015.
Finalmente, un análisis más detallado de estos indicadores demuestra que el pago de
impuestos directos mejora la situación relativa de las mujeres solo en los deciles más altos
de ingresos, mientras que el cambio en las tasas impositivas mejora la situación relativa
de las mujeres a lo largo de toda la distribución de ingresos, con excepción del decil 8.
9
peruano; en la sección 4 se definen los lineamientos metodológicos correspondientes a la
medición de los distintos indicadores de desigualdad y de bienestar; la sección 5 presenta
los resultados de estas mediciones; la sección 6 expone las conclusiones de este análisis;
y, finalmente, en la sección 7 se formulan recomendaciones de política a partir de las
conclusiones.
2. Marco Teórico
Hodgson y Sadiq (2017) presentan tres enfoques para abordar el análisis de in-
cidencia basado en género de políticas tributarias. Estos son: 1. Enfoque de equidad, 2.
Enfoque de capacidades y 3. Enfoque basado en derechos.
El primer enfoque, propuesto por Stotsky (1997), tiene por objetivo identificar
sesgos de género en los sistemas impositivos de cada país, es decir, identificar si sus
políticas tributarias tratan de manera diferenciada a la mujer y al hombre (este último
usualmente favorecido), con respecto al pago de impuestos, al cual denomina “sesgo de
género explícito”, o bien, si la legislación tributaria incorpora normas o comportamientos
económicos que beneficien a un grupo por sobre otro, al cual denomina “sesgo de género
implícito”. En general, se tiene que estos sesgos son de carácter negativo para las mujeres
debido a construcciones sociales formuladas por, y en beneficio de, el género masculino.
Estos sesgos conllevan a que se acentúen los roles de cada género en la sociedad y,
por tanto, se mantengan o profundicen las desigualdades económicas entre ellos, ya sea
por el efecto que generan en las decisiones de trabajo, o por cambios en los hábitos de
ahorro y de consumo (Stotsky, 1997). La atención a este enfoque ha llevado a que países
de distintas partes del mundo —y nivel de desarrollo— modifiquen sus leyes con la
finalidad de eliminar sesgos de género presentes en sus sistemas impositivos (ver Stotsky,
1997, cuadro 1).
10
Uno de los sesgos explícitos más estudiados en la literatura es el proveniente
del pago diferenciado de impuestos personales a partir de la comparación de “modelos
de imposición conjunta” versus “modelos de imposición individual”. Estos modelos se
diferencian en la forma de considerar el ingreso laboral de cada contribuyente para el pago
respectivo de impuestos. En el primer caso (modelo de imposición conjunta), se considera
el ingreso total del hogar para determinar las tasas impositivas que deben pagar tanto
el contribuyente principal, como el contribuyente secundario del hogar, que usualmente
son caracterizados por un hombre y una mujer, respectivamente (Kleven et al., 2009). El
segundo modelo, en cambio, considera que las tasas impositivas se deben determinar
a partir del ingreso de cada individuo en el hogar, lo cual evita acentuar roles de cada
grupo en la sociedad (Gunnarsson et al., 2017). La comparación de estos modelos permite
determinar, por ejemplo, cómo cambia la decisión de la mujer de salir al mercado laboral
(Bastani, 2013); niveles de producción dentro del hogar (Apps y Rees, 2011); cambios en la
brecha salarial entre ambos subgrupos (Gayle y Shepard, 2019); entre otros. Por su parte,
Alesina et al. (2011) proponen modelos impositivos que contengan un sesgo explícito en
favor de las mujeres, a los cuales denominan “modelos de imposición basada en género”,
donde se postula que el cobro de tasas impositivas sea diferenciado por género, con la
finalidad de mejorar la situación laboral de las mujeres y, en consecuencia, su bienestar.
Respecto a los sesgos implícitos, estos son un poco más complejos de identificar,
debido a que no se encuentran redactados en las leyes tributarias —como en el caso de los
sesgos explícitos, y se deben más bien a consecuencias de relaciones y comportamientos.
Por ejemplo, “la legislación tributaria de la Argentina, Ghana y Sudáfrica contemplan
exenciones sobre los pagos por intereses y dividendos de acciones y capital, activos que
mayoritariamente están en manos de hombres” (PNUD, 2010, p. 5). Dado que esta exención
beneficia principalmente al género masculino, este tipo de política corresponde a un caso
de sesgo implícito presente en el sistema tributario de los países mencionados.
11
cepto de capacidades propuesto por Sen (1999), y adoptado por Nussbaum (2000) para
analizar inequidades de género, en la evaluación de políticas impositivas y a las transferen-
cias de un país (Stewart, 2011). El objetivo de este enfoque es identificar los componentes
del sistema tributario que puedan generar cambios en pos de la equidad de género con
un mayor desarrollo de las capacidades individuales. Es decir, qué componentes pueden
significar un medio (recursos) para que los individuos alcancen lo “íntrinsecamente rele-
vante” como son las capacidades (Sen, 1992). Por ejemplo, Stewart (2011) propone que la
mejor política para asegurar la seguridad económica de las mujeres en Australia, a lo largo
de su tiempo de vida, sería reducir la deducción de impuestos para ahorros previsionales
privados y utilizar esos fondos para soportar las pensiones de jubilados. Esta política,
propuesta desde un enfoque de capacidades, permitiría a la sociedad alcanzar un mayor
nivel de equidad, puesto que proporciona mayores garantías de desarrollo de capacida-
des para mujeres en edad mayor de jubilación. ¿Qué capacidades se garantizan con cada
tipo de política? Existen distintas propuestas en la literatura sobre cuáles deben ser las
capacidades a considerar; por ende, usualmente se considera un listado de capacidades
pertenecientes a algún marco propuesto en la literatura (ver, por ejemplo, las propuestas
de Nussbaum, 2000 y Robeyns, 2003).
El tercer enfoque, planteado por Elson (2006), y abordado por Apps (2017), Hodg-
son y Sadiq (2017) y Lahey (2010, 2015, 2018) en sus respectivos análisis a sistemas tribu-
tarios, corresponde a la incorporación del enfoque global de los derechos humanos en la
evaluación de políticas públicas que soporten la igualdad de género (Hodgson y Sadiq,
2017). En específico, UN Women (2015) plantea que los derechos humanos enfatizan la
dignidad y libertad de los individuos, pero que su realización depende fuertemente de
la solidaridad y acción colectiva. Estos es, para generar políticas con enfoque de género
se requiere de financiamiento colectivo, idealmente, a través de impuestos progresivos.
Lahey (2010) denomina a este tipo de impuestos “impuestos progresivos en género”, los
cuales se diferencian de la progresividad en términos de pobreza en la población gene-
12
ral, en cuanto a que estos últimos no consideran las brechas existentes entre mujeres y
hombres dentro de la población4 .
13
de ingresos en la población general (se considera el ingreso de todos los individuos en
la población). Sin embargo, pocos trabajos han aplicado una medición “desagregada” de
la desigualdad, es decir, realizar una medición de brechas de ingresos para subgrupos
de la población (en especial, para mujeres y hombres), a través de una metodología de
descomposición de indicadores de desigualdad (Deutsch y Silber, 1999; Heshmati, 2004,
presentan una revisión de estos trabajos). Además, y de manera importante, no se tiene
conocimiento de trabajos que utilicen una medición desagregada de la desigualdad para
evaluar el efecto tributario sobre subgrupos de la población. Esto es, no se conoce de
estudios que apliquen la medición desagregada de desigualdad para distribuciones de
ingresos antes y después de impuestos.
14
de cambios en la definición de ingresos, desde Ingreso de Mercado a Ingreso Neto de
Mercado, el autor encuentra que el cambio en la desigualdad, medida por el índice de
Gini, es de 0.6 puntos Gini (de 0.504 a 0.498), lo cual está por debajo del efecto que tienen
políticas fiscales de países con un desarrollo económico similar al de Perú (Lustig, 2016).
Por otra parte, Jaramillo (2014) presenta la incidencia tanto de los impuestos
directos, como de los impuestos indirectos, para cada decil de ingresos de la población.
En el primer caso, se tiene que estos impuestos afectan solamente a los deciles más ricos
pero con una baja incidencia (el decil 9 reduce apenas 0.5 % de sus ingresos, mientras que
el decil 10 lo hace en 3.3 %). Por su parte, los impuestos indirectos afectan negativamente
a cada decil de ingresos, sin embargo, los deciles 6 a 10 reducen sus ingresos en mayor
proporción que los deciles 1 a 5, lo cual es un indicativo de que ambos impuestos sean
progresivos. El autor encuentra que el índice de Kakwani para ambos casos es positivo,
lo cual confirma esta premisa8 . Este resultado contrasta con lo presentado por Haughton
(2005), quien encuentra que el índice de Kakwani es negativo para impuestos indirectos,
por lo cual estos impuestos serían regresivos, siendo además, Perú, el país de la región
Andina donde el 40 % más pobre paga una mayor proporción del IGV con un 19 % (ver
Barreix et al., 2011, cuadro 9). Finalmente, tanto Jaramillo (2014) como Haughton (2005)
coinciden en que los impuestos directos son progresivos en su recaudación, pero con un
impacto redistributivo muy bajo.
15
En primer lugar, Kaya y Senesen (2010) aplican una descomposición del índice
de Gini a través del método de descomposición de Dagum y encuentran que una parte
significativa del indicador de Gini está explicada por las brechas entre mujeres y hombres.
Además, estas brechas difieren entre distintos sectores de la población. Por ejemplo, la
brecha de ingresos entre mujeres y hombres es mayor en el sector privado que en el sector
público; en el área urbana que en el área rural; y entre aquellos sin educación que entre
aquellos más educados.
Por su parte, Deutsch y Silber (2007) y Zandvakili (2000) presentan una descom-
posición del índice de Theil, en lo que se denominan componentes within y between (ver
sección 4.2 para más detalles). Ambos estudios demuestran que este segundo componente
explica solamente alrededor de un 10 % de la desigualdad total. Es decir, las brechas de
género explican solo una pequeña parte de la desigualdad general en la población. A pesar
de ello, Zandvakili (2000) muestra que esta diferencia se ha ido acortando en el tiempo,
lo cual se explica, principalmente, por mejoras en las oportunidades laborales para las
mujeres.
Finalmente, Blackorby et al. (1981) aplica una descomposición del índice de At-
kinson para medir desigualdades entre subgrupos de la población, en lo que denomina
desigualdades absolutas (equivalente al componente within en el índice de Theil) y des-
igualdades relativas (equivalente al componente between en Theil), y compara sus valores
para distintas regiones dentro de Canadá. En especial, Blackorby et al. (1981) encuentra
que la región con menores brechas salariales de género corresponde a Québec. Sin embar-
go, esta conclusión cambia si se utiliza un índice de desigualdad como el de Kolm-Pollack,
el cual corresponde a un indicador de bienestar.
Dado que los resultados presentados por Blackorby et al. (1981) difieren según el
tipo de indicador que se utilice, este trabajo incorporará el cálculo de indicadores basados
en una función de bienestar social, similar al índice de Kolm-Pollack, pero tomando en
consideración las definiciones propuestas por Atkinson (1970) y Sen (1976), con la finalidad
16
de verificar que el cambio en las brechas salariales tengan un mismo sentido para distintos
tipos de indicadores de desigualdad. La sección 4 presenta la definición y explicación de
cada uno de estos índices.
3. Hechos Estilizados
Tabla 1
Tasas impositivas personales definidas en el Artículo 53° de la Ley del Impuesto a la Renta
(a) Tasas vigentes al 31 de diciembre de 2014 (b) Tasas vigentes desde el 1 de enero de 2015
Suma de la Renta Neta de Trabajo Tasa Suma de la Renta Neta de Trabajo Tasa
y de la Renta de Fuente Extranjera y de la Renta de Fuente Extranjera
Hasta 27 UIT 15 % Hasta 5 UIT 8%
Más de 5 UIT hasta 20 UIT 14 %
Más 27 UIT hasta 54 UIT 21 % Más de 20 UIT hasta 35 UIT 17 %
Más de 35 UIT hasta 45 UIT 20 %
Por el exceso de 54 UIT 30 %
Más de 45 UIT 30 %
Fuente: Capítulo VII de la Ley del Impuesto a la Renta: “De las tasas del impuesto”.
http://www.sunat.gob.pe/legislacion/renta/ley/capvii.pdf.
10
https://www.proinversion.gob.pe/RepositorioAPS/0/0/arc/NL_CEJ_LEY_30296/Ley%2030296.pdf.
17
3.2. Base de datos
Este trabajo se basa en información utilizada por Lahura (2016), la cual contiene los
ingresos y pagos de impuestos de individuos, distinguidos por sexo11 , para los años 2014
y 2015, lo cual permite evaluar efectos del cambio en la estructura tributaria de impuestos
a la renta, según lo establecido por la Ley N° 30296 (ver tabla 1). La base contiene 5,493,801
observaciones, que corresponden a todos los contribuyentes que declararon un ingreso
positivo tanto en 2014 como en 2015. Esta gran cantidad de observaciones será considerada
“poblacional”, por lo cual no se requerirá utilizar el método de bootstrap para estimar
parámetros12 . Además, esta gran cantidad de datos genera que la varianza para cada
estimación sea muy pequeña (cercano a 1e-08), por lo cual cada estimación presentada en
la sección 5 será significativa al 1 %.
En la tabla 2 se presenta un resumen descriptivo de estos datos. Se observa que
una mayor proporción de la muestra corresponde al grupo de hombres (63 % hombres
y 37 % mujeres), quienes, además, tienen un ingreso promedio mayor que el promedio
de las mujeres, tanto en 2014 como en 2015. Se observa, además, que los ingresos de
ambos grupos son menores después de impuestos; esto se da porque la única diferencia
entre ambas definiciones de ingresos corresponde al pago de impuestos directos realizado
por el contribuyente. En términos de Jaramillo (2014), tenemos por un lado Ingreso de
Mercado y, por otro, Ingreso Neto de Mercado (ver figura A.1); a los cuales denomina-
remos, por simplicidad, ingresos antes de impuestos e ingresos después de impuestos,
respectivamente.
Además, se observa en esta tabla que la proporción de ingresos varía levemente
antes y después de impuestos: la proporción de ingresos de las mujeres aumenta de 31.5 %
a 31.9 % en 2014, y de 31.8 % a 32.2 % en 2015. Lahey (2010) afirma que una política que
11
Es importante señalar que, si bien dicha información es por persona, distinguida por sexo, la base de
datos disponible para este trabajo no contiene ningún tipo de identificación como DNI, lugar de residencia
u otro que permita inferir si la información de ingresos corresponde a algún individuo en específico.
12
En caso de contar solo con muestras representativas de la población, se recomienda utilizar el método
de bootstrap planteado por Mills y Zandvakili (1997).
18
Tabla 2
Estadísticas descriptivas
2014 2015
Distribución de ingresos
Mínimo 0.01 0.01 0.01 0 0.01 0.01 0 0
Percentil 1 214.66 300 214.5 300 69.36 149.31 69.32 148.92
Percentil 10 2,186.8 2,972.23 2,184.4 2,965.5 2,520.42 3,068.68 2,519.37 3,063.71
Percentil 25 7,363.82 8,985.27 7,350 8,972.13 7,776.06 9,000 7,772.5 9,000
Percentil 50 (mediana) 12,375.58 15,552.55 12,352.59 15,522.19 12,735 15,982.37 12,732 15,955.19
Percentil 75 22,678.75 27,870.86 22,530 27,548 24,029.5 29,184 23,978.31 29,005.28
Percentil 90 45,507.04 53,453.83 43,007.68 49797.58 47,367.88 55,816 45703.52 53,067.21
Percentil 99 146,964.31 207,106.44 128,940.25 177062.72 152,689.39 211,420.59 135,465.84 181,807.47
Máximo 14,995,100 55,475,020 10,565,139 38,863,964 9,011,761 29,568,630 9,011,761 20,731,352
Nota: Elaboración propia utilizando información de pago de impuestos de la SUNAT.
19
presenta valores más bajos en 2015 que en 2014, lo cual se revierte en percentiles posterio-
res. Notar que para algunos percentiles la reducción del valor en la distribución es mayor
para hombres y en otros percentiles es mayor para mujeres, por lo que no es posible deter-
minar la progresividad en género de las políticas tributarias a partir de las distribuciones
presentadas en esta tabla.
Por ende, en este trabajo se propone determinar si una política tributaria es pro-
gresiva en género a partir de un análisis más completo de la distribución de ingresos;
esto es, se medirán diferencias entre mujeres y hombres utilizando distintos índices de
desigualdad y de bienestar (definidos en la sección 4.2), descompuestos por ambos sub-
grupos de la población. Además, se evaluará si esta diferencia es persistente a lo largo
de la distribución de ingresos, a partir de la construcción de las denominadas Curvas de
Lorenz Interdistribucionales (ver sección 4.2.5).
20
Figura 1
Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2014 y 2015 (en porcentaje)
para mujeres y hombres, para los años 2014 y 2015. Se observa una clara diferencia entre
ambos subgrupos, con una mayor tasa de actividad para el subgrupo de hombres en cada
uno de los departamentos del Perú. El resultado de esta brecha es que la elasticidad de
participación sea mayor para las mujeres que para los hombres (Alesina et al., 2011), por
lo cual, el primer grupo es quien termina destinando mayor carga de trabajo hacia trabajos
domésticos no remunerados y menor carga hacia trabajos remunerados en comparación
con el otro grupo (una consecuencia de esto es que las mujeres participen en el mercado
de trabajo remunerado de manera parcial; ver por ejemplo Stewart, 2017, figura 1.5), lo
cual resulta en la regularidad 2 presentada más adelante.
21
La medición de la tasa de actividad en mujeres y hombres es relevante ya que
este indicador forma parte del Índice de Desigualdad de Género (IDG) introducido en
2010 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como parte de
los Indicadores de Desarrollo Humano (IDH). Por tanto, en la medida que se reducen
las brechas en la tasa de participación en la fuerza de trabajo, se genera una mejora en
términos del IDG (considerar que el IDG adopta valores entre 0 y 1, donde 0 indica
igualdad absoluta entre mujeres y hombres, mientras que 1 indica absoluta desigualdad
entre ambos subgrupos).
La tabla 3 presenta el resultado del IDG para países de América Latina entre
los años 2010 y 2015. Se observa que, en cada año, Perú tiene un valor muy similar al
promedio de la región, el cual es menor que el promedio de países en el mundo, pero
muy por encima del promedio de países pertenecientes a la OCDE. Esto indica que el país
aún tiene mucho por mejorar en términos de igualdad de género. Si bien, Perú presenta
una disminución del IDG entre los años 2010 y 2015, notar que esta es una tendencia que
se da también en los demás países, por lo que no se observan cambios significativos que
permitan inferir un gran avance en este aspecto por parte del Perú.
Tabla 3
Índice de Desigualdad de Género, años 2010–2015
22
Tabla 4
Índice de Desigualdad de Género de Perú, años 2010–2015
Regularidad 2: las mujeres dedican una mayor carga a actividades domésticas no remu-
neradas que los hombres.
Esta regularidad es verificada por la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2010
(INEI, 2011)16 . En la tabla 5 se presentan los principales resultados para personas que
participan de actividades remuneradas, acerca de la carga de trabajo que destina cada
subgrupo (mujeres y hombres) tanto para actividades remuneradas, como actividades
domésticas no remuneradas, y la brecha generada entre ambos subgrupos. Esta tabla
verifica que en Perú se cumplen las regularidades mencionadas en la literatura: a nivel
16
Para verificar que la regularidad anterior se cumple para distintos años, en la tabla B.1 se presenta la
tasa de actividad de mujeres y hombres para cada departamento del Perú entre los años 2007 y 2015. En
cada caso, se verifica que la tasa de actividad es mayor en hombres que en mujeres.
23
Tabla 5
Carga total de trabajo de mujeres y hombres que participan en el mercado de trabajo remunerado (medida en horas),
año 2010
Característica Carga Actividad Actividad Carga Actividad Actividad Carga Actividad Actividad
total remunerada doméstica total remunerada doméstica total remunerada doméstica
no remun. no remun. no remun.
Nacional 73.12 36.27 36.45 66.3 50.46 15.45 6.41 -15.41 21
Urbana 72.48 39.03 33.45 67.07 53.01 14.07 5.41 -14.03 19.38
Rural 74.17 29.06 45.11 64.48 44.37 20.11 9.28 -16.29 24.6
Región
Lima Met. 74.37 43.4 30.57 69.37 56.17 13.21 4.59 -13.23 17.36
Resto Costa 71.32 35.02 36.31 65.04 50.34 14.3 6.28 -16.28 22
Sierra 73.38 32.46 40.52 65.57 47.12 18.46 7.41 -15.34 22.07
Selva 71.21 32.05 39.17 63.1 46.6 16.1 8.12 -15.05 23.07
Fuente: https://www.inei.gob.pe/estadisticas/indice-tematico/brechas-de-genero-7913/.
nacional, las mujeres tienen una carga de 15.41 horas menor en actividades remuneradas
y de 21 horas mayor en actividades domésticas no remuneradas, en comparación con la
carga de los hombres (por tanto, en el neto, las mujeres tienen una carga laboral mayor
que la de los hombres). Resultados similares se encuentran al diferenciar por característica
geográfica (urbano-rural, costa-sierra-selva). Dado esto, se espera que los hombres per-
ciban ingresos laborales mayor en comparación con el que perciben las mujeres, lo cual
constituye la regularidad 3.
24
Figura 2
Proporción del ingreso de las mujeres respecto al de los hombres para trabajadoras(es) formales, por departamentos del
Perú, años 2014 y 2015 (en porcentaje)
Finalmente, la tabla 6 (cuadro 10 en Lahura, 2016) indica que del total de clien-
tes mujeres que solicitaron un crédito en el sistema financiero, el 26.0 % corresponde a
trabajadoras del sector informal, mientras que esta proporción es del 13.7 % en el caso
de hombres. Además, del total de trabajadoras(es) en el sector informal, la mayor parte
corresponde a mujeres; al contrario de lo que sucede en el sector formal, donde existe
mayor presencia de hombres.
25
Tabla 6
Informalidad en el sistema financiero peruano según género, año 2014
4. Lineamientos Metodológicos
4.1. Hipótesis
26
Para corroborar esta hipótesis se propone calcular los índices de desigualdad y de
bienestar definidos en la sección 4.2, utilizando la base de datos presentada en la sección
3.2, que permita cuantificar cambios en la posición relativa de las mujeres respecto a los
hombres; ambos pertenecientes al sector formal en el Perú.
N
1 2 X
G=1+ − (N − i + 1)Y i .
N µN2 i=1
27
1 indica que la curva de Lorenz es igual a la región triangular, lo cual sucede únicamente si
todos los ingresos están concentrados en un solo individuo. Cualquier otro caso indicará
un valor de Gini entre 0 y 1.
Esta intuición más sencilla del índice de Gini hace que sea uno de los indicadores
más utilizados en la literatura; sin embargo, estas aplicaciones corresponden, en su ma-
yoría, a estimaciones de desigualdad a nivel general. Esto ocurre dado que no es posible
descomponer aditivamente el índice de Gini en componentes within y between, pues ade-
más requiere de un término de interacción (overlapping), lo cual dificulta su construcción e
interpretación (para una revisión de propuestas de descomposición del índice de Gini, ver
Deutsch y Silber, 1999; Giorgi, 2011). Por tanto, este trabajo no presentará una evaluación
de brechas de género utilizando descomposiciones del índice de Gini.
Yi α
N
1 1
X
GE(α) = − 1 , α , 0, 1,
α(α − 1) N i=1 µ
N
1 X µ
GE(0) = log ,
N i=1 Yi
N
1 X Yi Yi
GE(1) = log ,
N i=1 µ µ
N
1 X
GE(2) = (Yi − µ)2 .
2Nm2 i=1
28
logarítmica (aritmética); para α = 1, el índice GE es equivalente al índice propuesto por
Theil (1967); mientras que con α = 2, se obtiene la mitad del coeficiente de variación al
cuadrado.
18
En palabras de Sen: “Dada la asociación de la entropía en el contexto de la termodinámica con el
cataclismo final, es posible que necesitemos algo de tiempo para habituarnos a la entropía como algo bueno
(‘¡Qué bueno, la entropía está aumentando!’)” (Sen, 2001, p. 53). Esto se da porque una reducción del índice
de Theil, la cual implica mayor equidad, se genera producto de un aumento de la entropía.
19
La medida de desigualdad no varía ante duplicaciones o replicaciones de la población.
20
También conocida como escala invariante o ingresos homogéneos. Un índice de desigualdad cumple
esta propiedad si es homogéneo de grado cero en todos los ingresos (Shorrocks, 1984).
21
Cualquier transferencia de una persona más pobre a una persona más rica debe aumentar la desigualdad
(Dalton, 1920).
29
Esta sensibilidad tendrá importantes implicancias axiomáticas que se deben con-
siderar: “Si las transferencias tienen un efecto mayor a ingresos menores, el efecto reductor
de la desigualdad progresiva entre personas relativamente más pobres deberá superar al
efecto incrementador de la desigualdad de la transferencia regresiva entre personas relati-
vamente más ricas” (Sen, 2001, pp. 172-173). Si se considera esta propiedad como deseable,
la medida basada en el coeficiente de variación no debiera ser una medida a utilizar, pues
no cumplirá en todos los casos con aquello (Dasgupta et al., 1973). Por tanto, teniendo
en cuenta esta observación, se excluirá la medida GE(2) de la presentación de resultados
realizada en la sección 5.
De acuerdo con Sen (2001), esta descomponibilidad se enmarca dentro del análisis
de varianza (o ANOVA); esto es, cuánto de la varianza de una variable (tal como el ingreso)
puede ser “explicado” por características relevantes, en este caso, el sexo. Una vez se
calculan los términos GEW (α) y GEB (α), se calcula la razón del término entre grupos a la
varianza total, GEB (α)/GE(α), en el cual se centrará nuestro interés.
30
con las propiedades de independencia de media y homogeneidad poblacional. Además,
GE(0) y GE(1) son las únicas medidas donde los coeficientes de descomposición son
independientes de la contribución del término between. De estos, solo GE(0) presenta
independencia de los coeficientes de descomposición de las medias en subgrupos de la
población. Por lo tanto, se debe prestar especial atención a los resultados obtenidos por
este indicador —correspondiente, como se mencionó anteriormente, a la desviación media
logarítmica.
N 1
1 X
1−ε
Ye (ε) = (Yi )1−ε , ε ≥ 0, ε , 1.
N i=1
N
1 X
Ye (1) = exp log Yi .
N i=1
Ye (ε)
A(ε) = 1 − ,
µ
El índice de Atkinson indica que existe total igualdad cuando su medida es igual
a 0. Esto es, Ye = µ. Dada la concavidad de Ye , este valor nunca será mayor a µ, por tanto,
el límite inferior del índice de Atkinson está dado por 0; mientras que el límite superior
está dado por 1. Por tanto, para toda distribución, el valor de A(ε) debe estar entre 0 y 1.
31
es descomponible aditivamente. Si bien es posible calcular los términos within y between
de manera similar que en el caso anterior, existirá un término residual negativo que
completará la descomposición (Blackorby et al., 1981), lo cual tendrá consecuencias en
la interpretación del índice descompuesto al comparar coeficientes de descomposición
proveniente de distintas distribuciones de ingresos. Sin embargo, este índice sí cumple
con una propiedad deseable en los índices de desigualdad —y que el índice GE también
cumple— denominada consistencia subgrupal. Esta propiedad “requiere que si aumenta
la desigualdad entre los hombres, mientras que no cambia la desigualdad entre las muje-
res, entonces la desigualdad total deberá registrar también un aumento” (Sen, 2001, pp.
184-185). Dado esto, solo se considerará la utilización de este índice en mediciones de
desigualdad absoluta (y no, relativa) para subgrupos de la población22 .
Ye (ε)1−ε
W(ε) = , ε > 0, ε , 1.
1−ε
W(1) = logYe (1).
22
Esto es, se calculará el índice de Atkinson para subgrupos de mujeres y hombres, y a nivel de población
general. Sin embargo, no se considerará este índice para medir la posición relativa de las mujeres respecto
a los hombres, dado que no es posible descomponer aditivamente esta medida.
32
de orden (1 − ε) (Jenkins, 1999). Además, estos son aditivamente descomponibles en
K
X
W(ε) = vk Wk (ε).
k=1
Por otra parte, el índice de bienestar propuesto por Sen (1976) presenta una
posibilidad diferente de estimar, en términos de bienestar, la desigualdad en la población
y en subgrupos de ella. La principal diferencia entre estos índices es que el índice de
bienestar de Sen está basado en el cálculo del índice de Gini, mientras que el de Atkinson
hace lo propio con la función de ingreso equivalente igualitariamente distribuido, Ye .
S = µ(1 − G),
Sea τ un nivel de ingresos fijo. Se puede definir el h-ésimo momento parcial para
x < τ de la función de densidad f (x) como
Z τ Z ∞
M(τ, h, x) = x f (x)dx =
h
(xIτx )h dF(x) = E[(xIτx )h ].
0 0
33
incompleto normalizado de x para x ≤ τ como
M(τ, h, x)
φ(τ, h, x) = ,
E(xh )
donde E(xh ) = lı́m M(τ, h, x). Para h = 1 el momento incompleto normalizado es una
τ→∞
Ordenada de Lorenz.
Para ver esto, Bishop et al. (2003, 2004) consideran la siguiente definición de la
curva de Lorenz propuesta por Bishop et al. (1994)
τ ∞
E[xIτx ]
Z Z
φ(τ, 1, x) = µ−1
x x f (x)dx = µ−1
x xIτx dF(x) = ,
0 0 E(x)
34
Figura 3
Construcción de Curvas de Lorenz Interdistribucionales
5. Resultados
35
Tabla 7
Evaluación de progresividad de los impuestos directos
2014 2015
Índice de Kakwani 0.35531837 0.36856731
Esta tabla indica que la desigualdad de ingresos en la población, medida por los
distintos índices (y distintos parámetros de sensibilidad, en el caso de los índices GE y de
aversión a la desigualdad, en el caso de los índices de Atkinson), disminuye después de
impuestos, es decir, los impuestos directos tienen un efecto reductor de la desigualdad
a nivel general. Sin embargo, la distribución de ingresos posimpositiva en 2015 es más
desigual que su par en 2014; lo cual indica que el cambio en las tasas impositivas no fue
beneficioso para la población general. Notar que en ambas mediciones, el efecto tiene el
mismo signo para ambos subgrupos. Estos es, el pago de impuestos directos disminuye
la desigualdad dentro del subgrupo de mujeres y dentro del subgrupo de hombres; así
como el cambio en las tasas impositivas aumenta la desigualdad en ambos subgrupos.
24
Se ha excluido el índice GE(2), equivalente al coeficiente de variación, por las razones expuestas en la
sección 4.2.2
36
5.2. Diferencias entre subgrupos de la población
37
Tabla 8
Índices de desigualdad medidos en la población general, mujeres y hombres
que tanto el pago de impuestos directos, como el cambio en las tasas impositivas, tienen
un efecto progresivo en género.
38
Tabla 9
Descomposición de índices Generalizados de Entropía
Tabla 10
Índices de bienestar de Atkinson y de Sen, medidos en la población general, mujeres y hombres
Atkinson Sen
39
en efecto positivo en la posición relativa de las mujeres respecto a los hombres, por tanto,
ambos indicadores de bienestar indican que estas políticas son progresivas en género.
De esta manera se tiene que, para este estudio, la progresividad en género de-
terminada a partir de los resultados de los distintos indicadores de desigualdad y de
bienestar, verifican la conclusión que Lahey (2010) determina a partir del cambio en la
proporción de ingresos de mujeres y hombres presentada en la tabla 2.
A pesar de que los últimos resultados indican que ambas políticas son progresivas
en género, estos resultados no son concluyentes, pues es posible que para alguna parte
de la distribución se tenga un efecto negativo de estas políticas y, por tanto, sea necesario
analizar aquellas mediciones de desigualdad de manera más detallada, a lo largo de la
40
distribución de ingresos26 , por ejemplo con valores para cada decil de ingresos.
Una de las metodologías que permite obtener este nivel de detalle corresponde a
la construcción de las denominadas Curvas de Lorenz Interdistribucionales, planteadas
por Bishop et al. (2003, 2004). La tabla 11 presenta los valores de las Ordenadas de Lorenz
para cada decil de ingresos, con los cuales se construyen las ILCs, para distribuciones de
ingresos de mujeres y hombres, antes y después de impuestos, en 2014 y 201527 .
En segundo lugar, los resultados de la tabla 11b indican que el cambio en las
tasas impositivas genera un efecto reductor de brecha a lo largo de toda la distribución
de ingresos, a excepción del decil 8, por tanto, en general, se observa una mejora en la
posición relativa de las mujeres respecto a los hombres.
26
La idea de analizar más en detalle estos indicadores surge a partir de la investigación de Higgins y
Lustig (2016): “Can a poverty-reducing and progressive tax and transfer system hurt the poor? [¿Puede un
sistema de impuestos y transferencias reductor de la desigualdad herir a los pobres?]”, donde las autoras
encuentran que a pesar de que una política sea progresiva, esta puede disminuir los ingresos de personas
en la parte baja de la distribución.
27
La construcción de las ILCs será a partir del momento h = 1, por las razones expuestas en la sección
4.2.5.
41
Tabla 11
Ordenadas de Lorenz Interdistribucionales
42
ambas políticas, es decir, la brecha salarial entre mujeres y hombres no se ve reducida
a lo largo de toda la distribución de ingresos producto del pago de impuestos directos
ni tampoco como consecuencia del cambio en las tasas impositivas, lo cual verifica la
hipótesis planteada en la sección 4.1.
Figura 4
Curvas de Lorenz Interdistribucionales
43
(c) ILCs Después de impuestos, 2014 y 2015
6. Conclusiones
44
Respecto al cambio en las tasas impositivas, se obtiene que la distribución posim-
positiva de 2015 es más desigual que la distribución posimpositiva de 2014, lo cual indica
un efecto negativo en la población general de esta política (tanto mujeres como hombres
se ven perjudicados, pues aumenta la desigualdad dentro de cada subgrupo).
En segundo lugar, los resultados por género indican que, tanto el pago de im-
puestos directos, como el cambio en las tasas impositivas, genera una reducción en la
ponderación del componente between en los índices Generalizados de Entropía, es decir,
la desigualdad de ingresos a nivel general está explicada en menor medida por la des-
igualdad entre ambos subgrupos, lo cual indica un efecto progresivo en género de estas
políticas. El cálculo de los índices de bienestar de Atkinson y de Sen reafirman estos re-
sultados, ya que en ambos casos se tiene que la diferencia de bienestar entre mujeres y
hombres se reduce con la aplicación de ambas políticas tributarias.
Los indicadores de bienestar, además, son de gran utilidad para entender el me-
canismo que hace que la brecha salarial entre mujeres y hombres disminuya producto del
pago de impuestos; esto ya que el pago de impuestos genera, en cada caso, una pérdida de
bienestar en ambos subgrupos de la población; sin embargo, este efecto es más perjudicial
para el subgrupo de hombres que para el subgrupo de mujeres, por lo cual se acortan las
brechas entre ambos. Esto se explica tanto por el mayor ingreso que reciben los hombres
(y, por tanto, mayor carga impositiva), como por la mayor cantidad de hombres que pagan
impuestos.
la oficina a cargo de los tributos en Perú; mientras que los estudios mencionados utilizan una muestra
que incluye tanto trabajadores formales como informales, con información obtenida a partir de encuestas
realizadas en cada país.
45
mediciones mencionadas anteriormente), si no que solo se ven beneficiadas las mujeres
de mayores ingresos. Por otra parte, el cambio en las tasas impositivas sí genera un efecto
positivo a lo largo de la distribución de ingresos, con excepción del decil 8, lo cual indica
una progresividad de género para un grupo de mujeres mayor que en el caso anterior.
7. Recomendaciones de Política
46
en el Perú, toma en consideración el enfoque de desarrollo humano que plantea el MIMP,
el cual valora el desarrollo individual de cada ser humano (ver sección 2.1). Por tanto, es
necesario analizar de la manera más detallada posible los efectos de una política pública
en la distribución de ingresos de la población.
Por lo tanto, dada esta necesidad de incorporar el análisis basado en género a las
políticas tributarias en el Perú, este trabajo contribuye con herramientas cuantitativas de
47
medición de brechas entre mujeres y hombres, que permiten evaluar si una propuesta de
política impositiva es progresiva en género o no.
De esta manera, se destacan las contribuciones de este trabajo a dicha necesidad, al
incorporar el uso de indicadores de desigualdad y de bienestar en la medición de brechas
entre mujeres y hombres; y al generar un análisis de medición de brechas con información
poblacional y los efectos de una política tributaria en la desigualdad de género.
Es importante también mencionar las limitaciones de este estudio y la agenda
futura de investigación. Las principales limitaciones corresponden a que solo se estudia
una parte de la población (trabajadoras(es) formales) y, por ende, los resultados son
condicionales a esta muestra; además, se debe considerar que los ingresos reportados
no necesariamente son los reales, pues en el Perú existen elevados niveles de evasión
tributaria (ver, por ejemplo, el trabajo de Lahura (2016) donde se indican porcentajes
de evasión tributaria en el país). Finalmente, existe una limitación en cuanto a que la
base solo contiene información del pago de impuestos directos y por tanto no incorpora
otros tipos de impuestos (indirectos) ni de transferencias del Estado que permitirían
hacer un análisis más profundo del sistema fiscal en el país. Por el lado de la agenda
futura, sería importante incorporar no solo este tipo de información sino además extender
el estudio considerando variables socioeconómicas de los contribuyentes, por ejemplo,
nivel de educación, ubicación geográfica, edad u otra, que permitan precisar efectos en
estos subgrupos de la población.
48
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54
Apéndices
Apéndice A
Figura A.1
Definiciones de ingreso utilizadas en el análisis de Jaramillo (2014)
55
Apéndice B
Tabla B.1
Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2007–2015 (en porcentaje)
Departamento Sexo 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Amazonas Mujer 67.15 65.04 67.07 70.89 70.83 65.23 68.14 65.81 67.71
Hombre 87.82 88.29 88.66 87.93 89.24 88.73 87.91 87.00 85.54
Áncash Mujer 66.66 68.27 65.82 66.00 65.65 65.71 65.73 69.03 66.97
Hombre 82.50 84.56 84.04 83.00 82.13 84.26 81.38 82.52 82.51
Apurímac Mujer 73.43 75.09 70.48 73.38 72.49 73.74 77.45 77.19 81.57
Hombre 82.70 84.00 81.03 82.75 86.86 85.51 85.55 86.44 86.64
Arequipa Mujer 64.39 60.34 60.03 62.82 63.31 61.32 64.58 63.08 61.54
Hombre 81.10 78.02 80.19 78.03 79.95 77.90 80.37 80.12 78.19
Ayacucho Mujer 72.47 73.59 70.17 71.74 70.85 66.49 72.55 70.44 68.12
Hombre 85.16 85.47 83.54 83.00 84.04 82.10 81.74 86.34 84.06
Cajamarca Mujer 74.14 76.53 75.78 72.47 70.42 62.81 67.40 66.51 67.00
Hombre 88.74 90.67 87.74 85.80 87.11 85.08 85.55 85.01 84.47
Callao Mujer 58.22 56.97 59.82 62.10 61.01 59.90 59.59 58.40 55.79
Hombre 81.53 81.37 80.32 78.37 79.91 79.90 78.84 80.22 81.06
Cusco Mujer 70.88 74.71 77.87 74.98 77.76 76.65 76.85 75.60 76.56
Hombre 83.53 85.86 85.31 82.09 82.82 84.80 85.09 83.79 82.81
Huancavelica Mujer 78.91 80.93 80.11 76.78 80.66 80.44 80.48 81.74 78.26
Hombre 85.79 82.54 83.95 83.04 85.62 87.33 85.11 86.49 84.26
Huánuco Mujer 68.24 68.52 71.62 70.53 69.82 68.81 69.09 68.90 70.37
Hombre 84.07 85.45 84.29 85.32 85.25 85.56 85.93 86.48 86.09
Ica Mujer 58.67 61.37 63.01 62.68 62.19 63.91 63.82 61.27 55.30
Hombre 82.00 81.87 81.98 82.07 83.99 83.33 81.96 82.02 80.13
Junín Mujer 66.38 69.78 67.71 68.72 70.37 69.17 67.76 66.41 67.97
Hombre 81.77 84.17 83.40 84.86 83.63 81.78 81.38 83.38 82.57
La Libertad Mujer 59.62 58.89 62.86 62.76 61.02 63.38 61.48 60.85 59.32
Hombre 80.39 79.71 83.83 84.65 81.18 82.25 81.14 80.77 79.57
56
Departamento Sexo 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Lambayeque Mujer 61.55 61.29 63.88 63.59 62.25 59.99 61.60 57.95 56.18
Hombre 83.58 83.08 82.98 82.45 80.97 81.82 80.54 78.59 79.72
Lima Mujer 61.34 61.57 61.08 61.88 62.69 62.98 60.51 59.43 58.93
Hombre 79.81 80.45 80.16 80.49 79.66 88.45 78.94 76.92 78.10
Loreto Mujer 66.05 60.63 59.44 60.39 59.41 63.83 64.15 59.82 59.15
Hombre 88.69 84.65 85.59 84.22 84.93 84.31 85.77 84.07 82.46
Madre de Dios Mujer 69.37 71.71 69.46 73.79 65.52 71.94 70.73 68.56 66.12
Hombre 89.23 89.01 90.74 88.36 90.04 87.79 88.99 87.47 89.88
Moquegua Mujer 69.20 62.93 65.33 65.36 64.40 68.11 67.19 64.22 63.35
Hombre 85.23 81.00 81.87 83.35 83.53 83.51 84.87 83.73 81.25
Pasco Mujer 58.14 57.56 68.75 68.75 66.93 66.62 67.16 62.06 63.90
Hombre 86.34 81.01 87.57 85.66 85.67 86.92 86.12 85.14 84.13
Piura Mujer 62.04 59.79 61.10 63.02 56.11 56.73 58.34 56.37 55.14
Hombre 86.36 83.76 85.93 83.02 83.68 84.79 84.24 84.76 82.98
Puno Mujer 79.46 79.18 78.07 80.76 79.80 80.40 80.53 80.11 77.08
Hombre 85.23 85.13 86.26 86.16 86.80 83.68 85.04 85.65 83.01
San Martín Mujer 62.84 58.84 60.79 63.89 63.58 58.67 59.76 58.03 54.58
Hombre 89.11 89.10 86.42 88.20 89.78 86.83 87.07 86.66 82.90
Tacna Mujer 63.34 65.55 63.43 66.21 64.43 66.64 65.74 65.29 61.40
Hombre 80.22 83.04 79.28 80.55 81.24 77.60 76.86 76.87 76.28
Tumbes Mujer 66.97 62.46 61.47 66.02 62.29 63.71 62.79 58.45 57.80
Hombre 89.39 86.31 85.63 85.83 87.11 84.86 84.69 85.48 82.79
Ucayali Mujer 63.55 66.03 68.59 70.15 68.04 68.26 68.22 68.18 65.19
Hombre 87.79 88.47 88.15 88.79 89.90 89.07 87.24 89.57 86.79
57
Apéndice C
Tabla C.1
Descomposición de índices de Atkinson
58