Segovia Ferreira Cristian Arturo Política Tributaria y Diferencias

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 58

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESCUELA DE POSGRADO

Política tributaria y diferencias de género en la distribución de ingresos


en el Perú

TESIS PARA OPTAR EL GRADO ACADÉMICO DE MAGÍSTER EN ECONOMÍA

AUTOR:

Cristián Arturo Segovia Ferreira

ASESOR:

Erick Wilfredo Lahura Serrano

Agosto, 2020
RESUMEN

En el Perú, los roles de género siguen limitando la libertad individual y económica de las
mujeres. ¿Puede el sistema tributario contribuir a contrarrestar los efectos de esta construc-
ción social? El presente trabajo estima cambios en las distribuciones de ingresos laborales
de trabajadores formales del Perú, identificados por género, a partir de la aplicación de
políticas tributarias como el pago de impuestos directos y la promulgación de la Ley N°
30296 en 2014. El objetivo de este trabajo es el de analizar la relevancia de incluir a la
política tributaria en el diseño e implementación de políticas transversales que busquen
la igualdad entre mujeres y hombres. Para ello, se calculan indicadores de desigualdad
(Gini, Generalizados de Entropía y Atkinson) y de bienestar (Atkinson y Sen), además de
la construcción de Curvas de Lorenz Interdistribucionales. Los principales resultados a
nivel general indican que los impuestos directos en Perú son progresivos y que la distri-
bución de ingresos tanto de mujeres como de hombres es más desigual en 2015 que en
2014. Por otra parte, los resultados por género indican que ambas políticas tienen un efecto
progresivo en género, es decir, disminuyen la brecha salarial entre mujeres y hombres.
Finalmente, un análisis desagregado de estas distribuciones indica que dicho efecto pro-
gresivo no es constante a lo largo de la curva sino solo para una parte de ella. Se concluye
que la política tributaria puede mejorar la posición relativa de las mujeres respecto a los
hombres, sin embargo, se recomienda considerar un análisis desagregado de desigualdad
que permita evaluar el efecto de la política en mujeres pertenecientes a distintos tramos
de la distribución de ingresos.

2
Índice general

1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2. Marco Teórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
2.1. Análisis basado en género de políticas tributarias . . . . . . . . . . . 10
2.2. Evidencia empírica en la literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
3. Hechos Estilizados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3.1. Ley N° 30296 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3.2. Base de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.3. Regularidades empíricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
4. Lineamientos Metodológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
4.1. Hipótesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
4.2. Índices de desigualdad y de bienestar . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
5. Resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
5.1. Población general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
5.2. Diferencias entre subgrupos de la población . . . . . . . . . . . . . . 37
5.3. Análisis desagregado usando ILCs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
6. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
7. Recomendaciones de Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Apéndices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Apéndice A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Apéndice B . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Apéndice C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

3
Índice de figuras

1. Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2014 y 2015
(en porcentaje) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2. Proporción del ingreso de las mujeres respecto al de los hombres para
trabajadoras(es) formales, por departamentos del Perú, años 2014 y 2015
(en porcentaje) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
3. Construcción de Curvas de Lorenz Interdistribucionales . . . . . . . . . . . 35
4. Curvas de Lorenz Interdistribucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
A.1. Definiciones de ingreso utilizadas en el análisis de Jaramillo (2014) . . . . . 55

Índice de tablas

1. Tasas impositivas personales definidas en el Artículo 53° de la Ley del


Impuesto a la Renta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2. Estadísticas descriptivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3. Índice de Desigualdad de Género, años 2010–2015 . . . . . . . . . . . . . . . 22
4. Índice de Desigualdad de Género de Perú, años 2010–2015 . . . . . . . . . . 23
5. Carga total de trabajo de mujeres y hombres que participan en el mercado
de trabajo remunerado (medida en horas), año 2010 . . . . . . . . . . . . . . 24
6. Informalidad en el sistema financiero peruano según género, año 2014 . . . 26
7. Evaluación de progresividad de los impuestos directos . . . . . . . . . . . . 36

4
8. Índices de desigualdad medidos en la población general, mujeres y hombres 38
9. Descomposición de índices Generalizados de Entropía . . . . . . . . . . . . 39
10. Índices de bienestar de Atkinson y de Sen, medidos en la población general,
mujeres y hombres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
11. Ordenadas de Lorenz Interdistribucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
B.1. Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2007–2015
(en porcentaje) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
C.1. Descomposición de índices de Atkinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

5
Antes de comenzar, quisiera agradecer el apoyo constante de mis padres y de mi pareja, quienes me

han motivado a ser cada día una mejor persona. Además, agradecer la mentoría de mi asesor Erick

Lahura y los valiosos comentarios del jurado miembro de esta tesis, María Paula Vargas y Marco

Vega. De igual manera, agradecer a John Bishop y Lester Zeager por resolver mis inquietudes. Por

último, pero no menos importante, agradecer a todas las mujeres que me han impulsado a trabajar en

un tema tan valioso para ellas y para nuestra sociedad; sin ellas este trabajo no hubiese sido posible.

6
1. Introducción

A través de la historia, las mujeres han exigido la igualdad entre hombres y


mujeres o igualdad de género1 ; sin embargo, existen muchos países que aún no han
aplicado este derecho. En la última década, diversos movimientos feministas alrededor
del mundo han evidenciado su malestar producto del preocupante aumento en las tasas
de feminicidio y por la incontrolable violencia contra la mujer, que constituye tanto una
causa como una consecuencia de la desigualdad de género (Jahan, 2018).

A nivel internacional, se han realizado esfuerzos por impulsar la igualdad entre


mujeres y hombres. La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) adoptada en 1979, constituye una de
las primeras formulaciones de comprensión del concepto de igualdad de género. De
manera similar, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing llevada a cabo en la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995, establece mecanismos con los cuales los
países pueden alcanzar el objetivo de asegurar la igualdad de género.

En los últimos años, la búsqueda de la igualdad entre mujeres y hombres en


el Perú se ha enfatizado a nivel de Estado. En el año 2012, el Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables (MIMP) presentó el Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-
2017 (MIMP, 2012) con el objetivo de garantizar el cumplimiento de estos derechos hacia las
mujeres. Este plan ha sido actualizado recientemente bajo el nombre de Política Nacional
de Igualdad de Género2 . Sin embargo, la política tributaria no ha sido considerada dentro
de dicho plan. Hasta donde se tiene conocimiento, no existe registro de estudios que hayan
discutido su inclusión3 . Además, tampoco existe evidencia de que los cambios en la política
1
“Por ‘género’ se entienden las construcciones socioculturales que diferencian y configuran los roles, las
percepciones y los estatus de las mujeres y de los hombres en una sociedad. Por ‘igualdad de género’ se
entiende la existencia de una igualdad de oportunidades y de derechos entre las mujeres y los hombres
en las esferas privada y pública que les brinde y garantice la posibilidad de realizar la vida que deseen.”
(UNESCO, 2014).
2
La Política Nacional de Igualdad de Género se promulgó en abril de 2019 bajo Decreto Supremo N°
008-2019-MIMP. https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/305292/ds_008_2019_mimp.pdf.
3
Arias (2011, 2018); Pecho et al. (2011) constituyen ejemplos de propuestas de mejoras al sistema tributario

7
tributaria realizados en los últimos años hayan tomado en cuenta aspectos relacionados a la
igualdad de género. Dado esto, resulta importante contar con investigaciones que ayuden
a establecer si es relevante incluir a la política tributaria en el diseño e implementación de
políticas transversales que busquen la igualdad entre mujeres y hombres.

Existen muchas preguntas importantes que se pueden formular sobre la relación


entre política tributaria e igualdad de género. Este trabajo se centra en tres de esas pre-
guntas: ¿cómo es la distribución de ingresos de las(los) trabajadoras(es) formales en el
Perú, a nivel agregado y por género?, ¿cómo cambia la distribución de ingresos después
de impuestos, a nivel agregado y por género?, y ¿cómo cambió la distribución de ingresos
luego del cambio tributario en 2015, a nivel agregado y por género?

Para responder a estas preguntas, se explorará la base de datos de Lahura (2016),


la cual será utilizada por primera vez para el análisis de la desigualdad del ingreso
por género. Esta base de datos es única pues cuenta con la información (anónima) de
ingresos antes y después de impuestos de cada una(o) de las(los) trabajadoras(es) en el
sector formal del Perú, por tanto, se cuenta con información de más de 5 millones de
contribuyentes para los años 2014 y 2015. La importancia de analizar estos dos años se
debe a la promulgación de la Ley N° 30296 en 2014, la cual estableció un cambio en las
tasas impositivas a partir del 1 de enero de 2015, lo que permite realizar dos tipos de
análisis: por una parte, evaluar el efecto del pago de impuestos directos para cada año
y, por otra, evaluar el efecto producido por el cambio en las tasas impositivas, es decir,
comparar las distribuciones posimpositivas de los años 2014 y 2015.

Este trabajo se enmarca dentro de la literatura de análisis basado en género a


políticas tributarias, es decir, contribuye a la medición de indicadores de desigualdad que
permitan establecer diferencias entre mujeres y hombres dentro de un territorio, además
de determinar si una política contribuye a la reducción de esta desigualdad y, por ende, si
constituye una política “progresiva en género”; de manera similar a lo realizado por Apps

peruano, sin embargo, estas propuestas no incorporan elementos relacionados al enfoque de género.

8
(2017); Lahey (2010, 2015, 2018) y Stewart (2017). Sin embargo, este trabajo se diferencia
de aquellos análisis pues se utilizará una metodología de medición de indicadores de
desigualdad para evaluar la progresividad en género de políticas impositivas.

Para medir la desigualdad de ingresos se utilizarán tres indicadores de desigual-


dad: el índice de Gini, los índices Generalizados de Entropía y el índice de Atkinson;
además de dos índices de bienestar: el índice de Atkinson, basado en la función de in-
greso equivalente igualitariamente distribuido, y el índice de Sen, basado en el índice de
Gini. Asimismo se construirán las denominadas Curvas de Lorenz Interdistribucionales
para medir diferencias entre mujeres y hombres a lo largo de la distribución de ingresos.

Las principales conclusiones que se obtienen a partir de este análisis son las
siguientes: la medición de estos indicadores de desigualdad indican que, en primer lugar,
la distribución de hombres es más desigual que la distribución de mujeres, tanto antes
como después de impuestos; sin embargo, tanto en 2014 como en 2015, los hombres
presentan una mejor medida de bienestar que las mujeres, lo cual indica diferencias entre
ambos subgrupos previo al pago de impuestos, con una posición favorable del grupo de
hombres. En segundo lugar, se observa que estas diferencias se reducen con la aplicación
de impuestos directos, tanto en 2014 como en 2015, lo cual indica un efecto progresivo en
género del sistema impositivo en el Perú. En tercer lugar, se observa que el cambio en las
tasas impositivas también produce un efecto progresivo en género, al reducir diferencias
entre mujeres y hombres en las distribuciones de ingreso posimpositivas de 2014 y 2015.
Finalmente, un análisis más detallado de estos indicadores demuestra que el pago de
impuestos directos mejora la situación relativa de las mujeres solo en los deciles más altos
de ingresos, mientras que el cambio en las tasas impositivas mejora la situación relativa
de las mujeres a lo largo de toda la distribución de ingresos, con excepción del decil 8.

Este trabajo se encuentra organizado de la siguiente manera. La sección 2 pre-


senta el marco teórico respecto al análisis basado en género de políticas tributarias y las
aplicaciones existentes en la literatura; la sección 3 muestra hechos estilizados para el caso

9
peruano; en la sección 4 se definen los lineamientos metodológicos correspondientes a la
medición de los distintos indicadores de desigualdad y de bienestar; la sección 5 presenta
los resultados de estas mediciones; la sección 6 expone las conclusiones de este análisis;
y, finalmente, en la sección 7 se formulan recomendaciones de política a partir de las
conclusiones.

2. Marco Teórico

2.1. Análisis basado en género de políticas tributarias

Hodgson y Sadiq (2017) presentan tres enfoques para abordar el análisis de in-
cidencia basado en género de políticas tributarias. Estos son: 1. Enfoque de equidad, 2.
Enfoque de capacidades y 3. Enfoque basado en derechos.

El primer enfoque, propuesto por Stotsky (1997), tiene por objetivo identificar
sesgos de género en los sistemas impositivos de cada país, es decir, identificar si sus
políticas tributarias tratan de manera diferenciada a la mujer y al hombre (este último
usualmente favorecido), con respecto al pago de impuestos, al cual denomina “sesgo de
género explícito”, o bien, si la legislación tributaria incorpora normas o comportamientos
económicos que beneficien a un grupo por sobre otro, al cual denomina “sesgo de género
implícito”. En general, se tiene que estos sesgos son de carácter negativo para las mujeres
debido a construcciones sociales formuladas por, y en beneficio de, el género masculino.
Estos sesgos conllevan a que se acentúen los roles de cada género en la sociedad y,
por tanto, se mantengan o profundicen las desigualdades económicas entre ellos, ya sea
por el efecto que generan en las decisiones de trabajo, o por cambios en los hábitos de
ahorro y de consumo (Stotsky, 1997). La atención a este enfoque ha llevado a que países
de distintas partes del mundo —y nivel de desarrollo— modifiquen sus leyes con la
finalidad de eliminar sesgos de género presentes en sus sistemas impositivos (ver Stotsky,
1997, cuadro 1).

10
Uno de los sesgos explícitos más estudiados en la literatura es el proveniente
del pago diferenciado de impuestos personales a partir de la comparación de “modelos
de imposición conjunta” versus “modelos de imposición individual”. Estos modelos se
diferencian en la forma de considerar el ingreso laboral de cada contribuyente para el pago
respectivo de impuestos. En el primer caso (modelo de imposición conjunta), se considera
el ingreso total del hogar para determinar las tasas impositivas que deben pagar tanto
el contribuyente principal, como el contribuyente secundario del hogar, que usualmente
son caracterizados por un hombre y una mujer, respectivamente (Kleven et al., 2009). El
segundo modelo, en cambio, considera que las tasas impositivas se deben determinar
a partir del ingreso de cada individuo en el hogar, lo cual evita acentuar roles de cada
grupo en la sociedad (Gunnarsson et al., 2017). La comparación de estos modelos permite
determinar, por ejemplo, cómo cambia la decisión de la mujer de salir al mercado laboral
(Bastani, 2013); niveles de producción dentro del hogar (Apps y Rees, 2011); cambios en la
brecha salarial entre ambos subgrupos (Gayle y Shepard, 2019); entre otros. Por su parte,
Alesina et al. (2011) proponen modelos impositivos que contengan un sesgo explícito en
favor de las mujeres, a los cuales denominan “modelos de imposición basada en género”,
donde se postula que el cobro de tasas impositivas sea diferenciado por género, con la
finalidad de mejorar la situación laboral de las mujeres y, en consecuencia, su bienestar.

Respecto a los sesgos implícitos, estos son un poco más complejos de identificar,
debido a que no se encuentran redactados en las leyes tributarias —como en el caso de los
sesgos explícitos, y se deben más bien a consecuencias de relaciones y comportamientos.
Por ejemplo, “la legislación tributaria de la Argentina, Ghana y Sudáfrica contemplan
exenciones sobre los pagos por intereses y dividendos de acciones y capital, activos que
mayoritariamente están en manos de hombres” (PNUD, 2010, p. 5). Dado que esta exención
beneficia principalmente al género masculino, este tipo de política corresponde a un caso
de sesgo implícito presente en el sistema tributario de los países mencionados.

El segundo enfoque (enfoque de capacidades) corresponde a la aplicación del con-

11
cepto de capacidades propuesto por Sen (1999), y adoptado por Nussbaum (2000) para
analizar inequidades de género, en la evaluación de políticas impositivas y a las transferen-
cias de un país (Stewart, 2011). El objetivo de este enfoque es identificar los componentes
del sistema tributario que puedan generar cambios en pos de la equidad de género con
un mayor desarrollo de las capacidades individuales. Es decir, qué componentes pueden
significar un medio (recursos) para que los individuos alcancen lo “íntrinsecamente rele-
vante” como son las capacidades (Sen, 1992). Por ejemplo, Stewart (2011) propone que la
mejor política para asegurar la seguridad económica de las mujeres en Australia, a lo largo
de su tiempo de vida, sería reducir la deducción de impuestos para ahorros previsionales
privados y utilizar esos fondos para soportar las pensiones de jubilados. Esta política,
propuesta desde un enfoque de capacidades, permitiría a la sociedad alcanzar un mayor
nivel de equidad, puesto que proporciona mayores garantías de desarrollo de capacida-
des para mujeres en edad mayor de jubilación. ¿Qué capacidades se garantizan con cada
tipo de política? Existen distintas propuestas en la literatura sobre cuáles deben ser las
capacidades a considerar; por ende, usualmente se considera un listado de capacidades
pertenecientes a algún marco propuesto en la literatura (ver, por ejemplo, las propuestas
de Nussbaum, 2000 y Robeyns, 2003).

El tercer enfoque, planteado por Elson (2006), y abordado por Apps (2017), Hodg-
son y Sadiq (2017) y Lahey (2010, 2015, 2018) en sus respectivos análisis a sistemas tribu-
tarios, corresponde a la incorporación del enfoque global de los derechos humanos en la
evaluación de políticas públicas que soporten la igualdad de género (Hodgson y Sadiq,
2017). En específico, UN Women (2015) plantea que los derechos humanos enfatizan la
dignidad y libertad de los individuos, pero que su realización depende fuertemente de
la solidaridad y acción colectiva. Estos es, para generar políticas con enfoque de género
se requiere de financiamiento colectivo, idealmente, a través de impuestos progresivos.
Lahey (2010) denomina a este tipo de impuestos “impuestos progresivos en género”, los
cuales se diferencian de la progresividad en términos de pobreza en la población gene-

12
ral, en cuanto a que estos últimos no consideran las brechas existentes entre mujeres y
hombres dentro de la población4 .

Finalmente, cabe destacar que el MIMP plantea incorporar un enfoque de desa-


rrollo humano en la generación de políticas con enfoque de género para el Perú (MIMP,
2017). Este enfoque de desarrollo humano contiene elementos de cada uno de los enfoques
presentados anteriormente. Por ejemplo, incorpora el enfoque de capacidades, pues bus-
ca que cada individuo logre un desarrollo individual con la garantía de sus capacidades
mínimas, considerando la propuesta de capacidades elaborada por Nussbaum (2000); del
enfoque de equidad, pues propone que se revierta la desigualdad de género a partir del
cuestionamiento de construcciones sociales e institucionales que fomentan la desigual-
dad; y del enfoque basado en derechos, ya que se admite la posibilidad de adoptar un
trato discriminatorio, donde el grupo más favorecido puede ser perjudicado en pos de la
igualdad, tal como plantean Hodgson y Sadiq (2017).

2.2. Evidencia empírica en la literatura

Mediciones de la desigualdad de ingresos y los efectos de los impuestos en ella


han sido ampliamente estudiados en la literatura desde hace más de un siglo, por lo que
esta corresponde a una literatura muy extensa (Apps, 1981). Existen distintas proposicio-
nes de medición de la desigualdad en la literatura económica (Silber, 1999; Haughton y
Khandker, 2009); así como evaluaciones para distintos tipos de impuestos y los diferentes
impactos que tienen en la economía (Rosen, 1976; Lambert, 1993). Entre los indicadores
más utilizados se encuentra el índice propuesto por Gini (1912), aquel formulado por Theil
(1967) y la proposición de Atkinson (1970), los cuales serán utilizados en este trabajo para
evaluar el efecto de políticas tributarias en el Perú.

Estas mediciones en la literatura corresponden, en general, a una medición “agre-


gada” de la desigualdad, es decir, cuál es el impacto de los impuestos sobre la distribución
4
Por tanto, es posible tener impuestos que sean pro-pobres pero que no sean pro-género.

13
de ingresos en la población general (se considera el ingreso de todos los individuos en
la población). Sin embargo, pocos trabajos han aplicado una medición “desagregada” de
la desigualdad, es decir, realizar una medición de brechas de ingresos para subgrupos
de la población (en especial, para mujeres y hombres), a través de una metodología de
descomposición de indicadores de desigualdad (Deutsch y Silber, 1999; Heshmati, 2004,
presentan una revisión de estos trabajos). Además, y de manera importante, no se tiene
conocimiento de trabajos que utilicen una medición desagregada de la desigualdad para
evaluar el efecto tributario sobre subgrupos de la población. Esto es, no se conoce de
estudios que apliquen la medición desagregada de desigualdad para distribuciones de
ingresos antes y después de impuestos.

Lustig (2016) utiliza un panel de países5 para comparar cambios en el índice de


Gini, a partir de distintas definiciones de ingresos (ingresos ± impuestos y transferencias)6 .
En especial, la autora encuentra que a medida que se aplican tanto impuestos como
transferencias a la definición respectiva de ingresos, el índice de Gini disminuye para
cada país. Más aún, el principal efecto reductor de la desigualdad lo produce la aplicación
de impuestos directos y transferencias condicionadas y no condicionadas (de Ingreso
de Mercado a Ingreso Disponible), y los subsidios educativos y de salud (de Ingreso
Consumible a Ingreso Final) (ver Lustig, 2016, figura 5).

Respecto a una evaluación de incidencia del sistema impositivo y el gasto social en


Perú, Jaramillo (2014) y Haughton (2005) presentan las principales mediciones agregadas
de desigualdad para este país. En primer lugar, Jaramillo (2014) utiliza datos provenientes
de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del Perú para medir la incidencia de
los impuestos y del gasto social, considerando distintas definiciones de ingresos de los
hogares (ver figura A.1), siguiendo la metodología de Lustig y Higgins (2013)7 . A partir
5
En específico, el estudio evalúa efectos redistributivos en países de “ingresos medios” como Brasil,
Chile, Colombia, Indonesia, México, Perú y Sudáfrica.
6
La autora especifica cuatro definiciones de ingreso: Ingreso de Mercado, Ingreso Disponible, Ingreso
Consumible e Ingreso Final.
7
Como se puede apreciar en la figura figura A.1, las definiciones de ingreso de Lustig y Higgins (2013)
y Lustig (2016) se diferencian en cuanto a esta última no utiliza la definición de Ingreso Neto de Mercado

14
de cambios en la definición de ingresos, desde Ingreso de Mercado a Ingreso Neto de
Mercado, el autor encuentra que el cambio en la desigualdad, medida por el índice de
Gini, es de 0.6 puntos Gini (de 0.504 a 0.498), lo cual está por debajo del efecto que tienen
políticas fiscales de países con un desarrollo económico similar al de Perú (Lustig, 2016).

Por otra parte, Jaramillo (2014) presenta la incidencia tanto de los impuestos
directos, como de los impuestos indirectos, para cada decil de ingresos de la población.
En el primer caso, se tiene que estos impuestos afectan solamente a los deciles más ricos
pero con una baja incidencia (el decil 9 reduce apenas 0.5 % de sus ingresos, mientras que
el decil 10 lo hace en 3.3 %). Por su parte, los impuestos indirectos afectan negativamente
a cada decil de ingresos, sin embargo, los deciles 6 a 10 reducen sus ingresos en mayor
proporción que los deciles 1 a 5, lo cual es un indicativo de que ambos impuestos sean
progresivos. El autor encuentra que el índice de Kakwani para ambos casos es positivo,
lo cual confirma esta premisa8 . Este resultado contrasta con lo presentado por Haughton
(2005), quien encuentra que el índice de Kakwani es negativo para impuestos indirectos,
por lo cual estos impuestos serían regresivos, siendo además, Perú, el país de la región
Andina donde el 40 % más pobre paga una mayor proporción del IGV con un 19 % (ver
Barreix et al., 2011, cuadro 9). Finalmente, tanto Jaramillo (2014) como Haughton (2005)
coinciden en que los impuestos directos son progresivos en su recaudación, pero con un
impacto redistributivo muy bajo.

A continuación se presentan las principales aplicaciones de mediciones desagre-


gadas de desigualdad para evaluar brechas salariales de género (tomando la distribución
de ingresos posimpositiva de mujeres y hombres), que tienen por objetivo medir cuán-
to de la desigualdad general está explicada por una desigualdad entre subgrupos de la
población9 .

para medir efectos redistributivos.


8
No obstante, Jaramillo (2014) denomina al efecto de los impuestos indirectos en Perú como “neutral”,
dado un valor del índice de Kakwani muy cercano a 0 (igual a 0.015)
9
Considerar que, hasta donde se tiene conocimiento, no existen trabajos que presenten una medición de
indicadores de desigualdad desagregados para Perú.

15
En primer lugar, Kaya y Senesen (2010) aplican una descomposición del índice
de Gini a través del método de descomposición de Dagum y encuentran que una parte
significativa del indicador de Gini está explicada por las brechas entre mujeres y hombres.
Además, estas brechas difieren entre distintos sectores de la población. Por ejemplo, la
brecha de ingresos entre mujeres y hombres es mayor en el sector privado que en el sector
público; en el área urbana que en el área rural; y entre aquellos sin educación que entre
aquellos más educados.

Por su parte, Deutsch y Silber (2007) y Zandvakili (2000) presentan una descom-
posición del índice de Theil, en lo que se denominan componentes within y between (ver
sección 4.2 para más detalles). Ambos estudios demuestran que este segundo componente
explica solamente alrededor de un 10 % de la desigualdad total. Es decir, las brechas de
género explican solo una pequeña parte de la desigualdad general en la población. A pesar
de ello, Zandvakili (2000) muestra que esta diferencia se ha ido acortando en el tiempo,
lo cual se explica, principalmente, por mejoras en las oportunidades laborales para las
mujeres.

Finalmente, Blackorby et al. (1981) aplica una descomposición del índice de At-
kinson para medir desigualdades entre subgrupos de la población, en lo que denomina
desigualdades absolutas (equivalente al componente within en el índice de Theil) y des-
igualdades relativas (equivalente al componente between en Theil), y compara sus valores
para distintas regiones dentro de Canadá. En especial, Blackorby et al. (1981) encuentra
que la región con menores brechas salariales de género corresponde a Québec. Sin embar-
go, esta conclusión cambia si se utiliza un índice de desigualdad como el de Kolm-Pollack,
el cual corresponde a un indicador de bienestar.

Dado que los resultados presentados por Blackorby et al. (1981) difieren según el
tipo de indicador que se utilice, este trabajo incorporará el cálculo de indicadores basados
en una función de bienestar social, similar al índice de Kolm-Pollack, pero tomando en
consideración las definiciones propuestas por Atkinson (1970) y Sen (1976), con la finalidad

16
de verificar que el cambio en las brechas salariales tengan un mismo sentido para distintos
tipos de indicadores de desigualdad. La sección 4 presenta la definición y explicación de
cada uno de estos índices.

A continuación, se presentarán los principales hechos estilizados.

3. Hechos Estilizados

3.1. Ley N° 30296

En el año 2014 se promulgó en Perú la Ley N° 30296, denominada “Ley que


promueve la reactivación de la economía”10 , la cual entró en vigencia a partir del 1 de
enero de 2015. Esta ley tenía por objetivo generar incentivos de mayor ahorro e inversión,
como parte de la reactivación de la economía. Para ello, se plantearon cambios en las tasas
impositivas para los distintos tramos de ingresos (ver tabla 1), lo cual conlleva a cambios
redistributivos que no han sido evaluados al día de hoy. Por tanto, este trabajo pretende
contribuir en la evalución del impacto redistributivo que generó este cambio en las tasas
impositivas.

Tabla 1
Tasas impositivas personales definidas en el Artículo 53° de la Ley del Impuesto a la Renta

(a) Tasas vigentes al 31 de diciembre de 2014 (b) Tasas vigentes desde el 1 de enero de 2015

Suma de la Renta Neta de Trabajo Tasa Suma de la Renta Neta de Trabajo Tasa
y de la Renta de Fuente Extranjera y de la Renta de Fuente Extranjera
Hasta 27 UIT 15 % Hasta 5 UIT 8%
Más de 5 UIT hasta 20 UIT 14 %
Más 27 UIT hasta 54 UIT 21 % Más de 20 UIT hasta 35 UIT 17 %
Más de 35 UIT hasta 45 UIT 20 %
Por el exceso de 54 UIT 30 %
Más de 45 UIT 30 %
Fuente: Capítulo VII de la Ley del Impuesto a la Renta: “De las tasas del impuesto”.
http://www.sunat.gob.pe/legislacion/renta/ley/capvii.pdf.

10
https://www.proinversion.gob.pe/RepositorioAPS/0/0/arc/NL_CEJ_LEY_30296/Ley%2030296.pdf.

17
3.2. Base de datos

Este trabajo se basa en información utilizada por Lahura (2016), la cual contiene los
ingresos y pagos de impuestos de individuos, distinguidos por sexo11 , para los años 2014
y 2015, lo cual permite evaluar efectos del cambio en la estructura tributaria de impuestos
a la renta, según lo establecido por la Ley N° 30296 (ver tabla 1). La base contiene 5,493,801
observaciones, que corresponden a todos los contribuyentes que declararon un ingreso
positivo tanto en 2014 como en 2015. Esta gran cantidad de observaciones será considerada
“poblacional”, por lo cual no se requerirá utilizar el método de bootstrap para estimar
parámetros12 . Además, esta gran cantidad de datos genera que la varianza para cada
estimación sea muy pequeña (cercano a 1e-08), por lo cual cada estimación presentada en
la sección 5 será significativa al 1 %.
En la tabla 2 se presenta un resumen descriptivo de estos datos. Se observa que
una mayor proporción de la muestra corresponde al grupo de hombres (63 % hombres
y 37 % mujeres), quienes, además, tienen un ingreso promedio mayor que el promedio
de las mujeres, tanto en 2014 como en 2015. Se observa, además, que los ingresos de
ambos grupos son menores después de impuestos; esto se da porque la única diferencia
entre ambas definiciones de ingresos corresponde al pago de impuestos directos realizado
por el contribuyente. En términos de Jaramillo (2014), tenemos por un lado Ingreso de
Mercado y, por otro, Ingreso Neto de Mercado (ver figura A.1); a los cuales denomina-
remos, por simplicidad, ingresos antes de impuestos e ingresos después de impuestos,
respectivamente.
Además, se observa en esta tabla que la proporción de ingresos varía levemente
antes y después de impuestos: la proporción de ingresos de las mujeres aumenta de 31.5 %
a 31.9 % en 2014, y de 31.8 % a 32.2 % en 2015. Lahey (2010) afirma que una política que
11
Es importante señalar que, si bien dicha información es por persona, distinguida por sexo, la base de
datos disponible para este trabajo no contiene ningún tipo de identificación como DNI, lugar de residencia
u otro que permita inferir si la información de ingresos corresponde a algún individuo en específico.
12
En caso de contar solo con muestras representativas de la población, se recomienda utilizar el método
de bootstrap planteado por Mills y Zandvakili (1997).

18
Tabla 2
Estadísticas descriptivas

2014 2015

Antes de impuestos Después de impuestos Antes de impuestos Después de impuestos

Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres


% Población 37.155 62.845 37.155 62.845 37.155 62.845 37.155 62.845
Ing. Promedio 21,155 27,176 20,038 25,272 22,118 28,057 21,094 26,275
Ing. Relativo 0.848 1.090 0.859 1.083 0.856 1.085 0.866 1.079
Ing. Propor. 0.315 0.685 0.319 0.681 0.318 0.682 0.322 0.678
Pobl. que paga impto. 455,573 1,011,407 455,573 1,011,407 493,509 1,080,436 493,509 1,080,436

Distribución de ingresos
Mínimo 0.01 0.01 0.01 0 0.01 0.01 0 0
Percentil 1 214.66 300 214.5 300 69.36 149.31 69.32 148.92
Percentil 10 2,186.8 2,972.23 2,184.4 2,965.5 2,520.42 3,068.68 2,519.37 3,063.71
Percentil 25 7,363.82 8,985.27 7,350 8,972.13 7,776.06 9,000 7,772.5 9,000
Percentil 50 (mediana) 12,375.58 15,552.55 12,352.59 15,522.19 12,735 15,982.37 12,732 15,955.19
Percentil 75 22,678.75 27,870.86 22,530 27,548 24,029.5 29,184 23,978.31 29,005.28
Percentil 90 45,507.04 53,453.83 43,007.68 49797.58 47,367.88 55,816 45703.52 53,067.21
Percentil 99 146,964.31 207,106.44 128,940.25 177062.72 152,689.39 211,420.59 135,465.84 181,807.47
Máximo 14,995,100 55,475,020 10,565,139 38,863,964 9,011,761 29,568,630 9,011,761 20,731,352
Nota: Elaboración propia utilizando información de pago de impuestos de la SUNAT.

muestra estas características se denomina “(ligeramente) progresiva en género”13 .


Finalmente, dicha tabla presenta la cantidad de personas que pagan impuestos
en cada año. Se observa que tanto la cantidad de mujeres como la de hombres que pagan
impuestos aumenta en 201514 , lo cual puede generar cambios en la distribución de ingresos
de ambos subgrupos de la población. Para verificar aquello, se presentan en la misma tabla
los valores correspondientes a distintos percentiles de cada distribución, lo cual permite
visualizar el comportamiento de las mismas. Como se mencionó anteriormente, para cada
subgrupo se esperan valores más bajos en la distribución después de impuestos que antes
de impuestos producto del pago de los mismos, lo cual se verifica en cada percentil.
Además, al comparar las distribuciones de 2015 con las de 2014 se verifican di-
ferencias en estas distribuciones: tanto para mujeres como para hombres, el percentil 1
13
Lahey (2010) encuentra que en Canadá el cambio en la proporción de ingresos antes y después de
impuestos es de 62 % a 60 % en hombres y de 38 % a 40 % para las mujeres. Sin embargo, este cambio incluye
tanto impuestos directos personales y corporativos, como impuestos indirectos (IGV).
14
Notar que la cantidad de hombres que paga impuestos sigue siendo casi el doble de la cantidad de
mujeres que paga impuestos. Sin embargo, la diferencia entre ambos subgrupos en cuanto a las personas
que pagan impuestos es menor en 2014 que en 2015.

19
presenta valores más bajos en 2015 que en 2014, lo cual se revierte en percentiles posterio-
res. Notar que para algunos percentiles la reducción del valor en la distribución es mayor
para hombres y en otros percentiles es mayor para mujeres, por lo que no es posible deter-
minar la progresividad en género de las políticas tributarias a partir de las distribuciones
presentadas en esta tabla.

Por ende, en este trabajo se propone determinar si una política tributaria es pro-
gresiva en género a partir de un análisis más completo de la distribución de ingresos;
esto es, se medirán diferencias entre mujeres y hombres utilizando distintos índices de
desigualdad y de bienestar (definidos en la sección 4.2), descompuestos por ambos sub-
grupos de la población. Además, se evaluará si esta diferencia es persistente a lo largo
de la distribución de ingresos, a partir de la construcción de las denominadas Curvas de
Lorenz Interdistribucionales (ver sección 4.2.5).

3.3. Regularidades empíricas

A continuación, se expondrán algunas de las regularidades presentes en la litera-


tura, pero aplicadas al caso peruano.

Regularidad 1: la tasa de actividad15 es mayor en hombres que en mujeres.

Considere los modelos impositivos mencionados en la sección 2.1 para explicar


resultados en el mercado laboral. Por ejemplo, Alesina et al. (2011) proponen un modelo
en el cual la elasticidad de trabajo emerge endógenamente de una negociación dentro del
hogar; la cual suele favorecer al hombre pues es este quien, usualmente, tiene un mayor
poder de negociación y, por tanto, quien se presenta al mercado del trabajo remunerado
con mayor probabilidad.

La figura 1 presenta esta regularidad a través de diferencias en la tasa de actividad


15
El Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) define la tasa de actividad como el cociente
entre la Población Económicamente Activa (es decir, la población en condición de ocupados o buscando
trabajo) y el total de Población en Edad de Trabajar (es decir, la población de 14 y más años de edad) (INEI,
2018).

20
Figura 1
Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2014 y 2015 (en porcentaje)

Fuente: Elaboración propia utilizando datos del INEI.


https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1375/cap07/ind07.htm.

para mujeres y hombres, para los años 2014 y 2015. Se observa una clara diferencia entre
ambos subgrupos, con una mayor tasa de actividad para el subgrupo de hombres en cada
uno de los departamentos del Perú. El resultado de esta brecha es que la elasticidad de
participación sea mayor para las mujeres que para los hombres (Alesina et al., 2011), por
lo cual, el primer grupo es quien termina destinando mayor carga de trabajo hacia trabajos
domésticos no remunerados y menor carga hacia trabajos remunerados en comparación
con el otro grupo (una consecuencia de esto es que las mujeres participen en el mercado
de trabajo remunerado de manera parcial; ver por ejemplo Stewart, 2017, figura 1.5), lo
cual resulta en la regularidad 2 presentada más adelante.

21
La medición de la tasa de actividad en mujeres y hombres es relevante ya que
este indicador forma parte del Índice de Desigualdad de Género (IDG) introducido en
2010 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como parte de
los Indicadores de Desarrollo Humano (IDH). Por tanto, en la medida que se reducen
las brechas en la tasa de participación en la fuerza de trabajo, se genera una mejora en
términos del IDG (considerar que el IDG adopta valores entre 0 y 1, donde 0 indica
igualdad absoluta entre mujeres y hombres, mientras que 1 indica absoluta desigualdad
entre ambos subgrupos).

La tabla 3 presenta el resultado del IDG para países de América Latina entre
los años 2010 y 2015. Se observa que, en cada año, Perú tiene un valor muy similar al
promedio de la región, el cual es menor que el promedio de países en el mundo, pero
muy por encima del promedio de países pertenecientes a la OCDE. Esto indica que el país
aún tiene mucho por mejorar en términos de igualdad de género. Si bien, Perú presenta
una disminución del IDG entre los años 2010 y 2015, notar que esta es una tendencia que
se da también en los demás países, por lo que no se observan cambios significativos que
permitan inferir un gran avance en este aspecto por parte del Perú.

Tabla 3
Índice de Desigualdad de Género, años 2010–2015

País 2010 2011 2012 2013 2014 2015


Argentina 0.371 0.368 0.365 0.365 0.365 .
Bolivia 0.503 0.498 0.496 0.490 0.455 0.456
Brasil 0.456 0.450 0.448 0.430 0.421 0.413
Chile 0.362 0.357 0.352 0.337 0.335 0.333
Colombia 0.456 0.441 0.435 0.436 0.417 0.413
Ecuador 0.421 0.425 0.420 0.407 0.400 0.393
México 0.401 0.393 0.370 0.366 0.361 0.352
Paraguay 0.511 0.508 0.498 0.479 0.484 0.482
Perú 0.421 0.427 0.415 0.410 0.405 0.402
Uruguay 0.327 0.326 0.321 0.323 0.320 0.288
Venezuela 0.475 0.474 0.473 0.472 0.471 0.470

ALC 0.429 0.424 0.417 0.408 0.402 0.397


OCDE 0.234 0.226 0.220 0.213 0.207 0.201
Global 0.473 0.467 0.463 0.457 0.454 0.449
Fuente: Elaboración propia utilizando datos del PNUD. http://hdr.undp.org/en/data.
Nota: La observación de Argentina 2015 corresponde a información faltante.

22
Tabla 4
Índice de Desigualdad de Género de Perú, años 2010–2015

Indicador 2010 2011 2012 2013 2014 2015


Índice de Desigualdad de Género 0.421 0.427 0.415 0.410 0.405 0.402
Tasa de mortalidad materna (muertes por 100,000 nacidos vivos) 92 85 75 72 70 68
Tasa de fecundidad adolescente (nacimientos por 1,000 mujeres 71.6 69.7 67.9 66.0 64.2 62.3
de 15-19 años de edad)
Porcentaje de escaños en el parlamento ( % ocupado por mujeres) 27.5 21.5 21.5 21.5 22.3 22.3
Población con al menos educación secundaria ( % de mujeres de 53.2 54.1 56.3 57.3 56.2 56.2
25 años edad o más)
Población con al menos educación secundaria ( % de hombres de 65.2 65.0 66.1 66.7 67.0 67.0
25 años edad o más)
Tasa de participación en la fuerza de trabajo ( % mujeres de 15 72.0 71.3 71.1 70.6 69.6 68.1
años de edad o más)
Tasa de participación en la fuerza de trabajo ( % hombres de 15 86.3 86.1 86.0 85.4 84.9 84.2
años de edad o más)
Fuente: Elaboración propia utilizando datos del PNUD. http://hdr.undp.org/en/data.

Además, en la tabla 4 se presentan los distintos indicadores que componen el IDG,


para el caso de Perú. Se observa que entre 2010 y 2015, el país ha presentado una mejora en
los índices de tasa de mortalidad materna, tasa de fecundidad adolescente y en la brecha
entre mujeres y hombres con al menos educación secundaria; sin embargo, el porcentaje
de mujeres con escaños en el parlamento se ha reducido en este periodo, mientras que la
tasa de participación en la fuerza laboral de ambos subgrupos ha disminuido, con una
reducción mayor para el subgrupo de mujeres que para el de hombres.

Regularidad 2: las mujeres dedican una mayor carga a actividades domésticas no remu-
neradas que los hombres.

Esta regularidad es verificada por la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2010
(INEI, 2011)16 . En la tabla 5 se presentan los principales resultados para personas que
participan de actividades remuneradas, acerca de la carga de trabajo que destina cada
subgrupo (mujeres y hombres) tanto para actividades remuneradas, como actividades
domésticas no remuneradas, y la brecha generada entre ambos subgrupos. Esta tabla
verifica que en Perú se cumplen las regularidades mencionadas en la literatura: a nivel
16
Para verificar que la regularidad anterior se cumple para distintos años, en la tabla B.1 se presenta la
tasa de actividad de mujeres y hombres para cada departamento del Perú entre los años 2007 y 2015. En
cada caso, se verifica que la tasa de actividad es mayor en hombres que en mujeres.

23
Tabla 5
Carga total de trabajo de mujeres y hombres que participan en el mercado de trabajo remunerado (medida en horas),
año 2010

Mujeres Hombres Brecha (M-H)

Característica Carga Actividad Actividad Carga Actividad Actividad Carga Actividad Actividad
total remunerada doméstica total remunerada doméstica total remunerada doméstica
no remun. no remun. no remun.
Nacional 73.12 36.27 36.45 66.3 50.46 15.45 6.41 -15.41 21
Urbana 72.48 39.03 33.45 67.07 53.01 14.07 5.41 -14.03 19.38
Rural 74.17 29.06 45.11 64.48 44.37 20.11 9.28 -16.29 24.6
Región
Lima Met. 74.37 43.4 30.57 69.37 56.17 13.21 4.59 -13.23 17.36
Resto Costa 71.32 35.02 36.31 65.04 50.34 14.3 6.28 -16.28 22
Sierra 73.38 32.46 40.52 65.57 47.12 18.46 7.41 -15.34 22.07
Selva 71.21 32.05 39.17 63.1 46.6 16.1 8.12 -15.05 23.07
Fuente: https://www.inei.gob.pe/estadisticas/indice-tematico/brechas-de-genero-7913/.

nacional, las mujeres tienen una carga de 15.41 horas menor en actividades remuneradas
y de 21 horas mayor en actividades domésticas no remuneradas, en comparación con la
carga de los hombres (por tanto, en el neto, las mujeres tienen una carga laboral mayor
que la de los hombres). Resultados similares se encuentran al diferenciar por característica
geográfica (urbano-rural, costa-sierra-selva). Dado esto, se espera que los hombres per-
ciban ingresos laborales mayor en comparación con el que perciben las mujeres, lo cual
constituye la regularidad 3.

Regularidad 3: las mujeres reciben ingresos laborales menor al de los hombres.

Esta regularidad es presentada en la figura 2, la cual muestra la proporción del


ingreso de las mujeres respecto al de los hombres para empleados formales en los años
2014 y 2015, en cada uno de los departamentos del Perú. Salvo el caso de Madre de Dios en
2015, las mujeres no generan un ingreso mayor al de los hombres en ningún departamento
del país (la proporción de ingresos es siempre, excepto en un caso, menor al 100 %). Esto
concuerda con lo encontrado por diversos estudios para el Perú, los cuales muestran que
la brecha de ingresos por género se ha reducido en el tiempo, pero aún se mantiene a
niveles mayores al 10 % (Garavito, 2011).

24
Figura 2
Proporción del ingreso de las mujeres respecto al de los hombres para trabajadoras(es) formales, por departamentos del
Perú, años 2014 y 2015 (en porcentaje)

Fuente: Elaboración propia utilizando datos del INEI.


https://www.inei.gob.pe/estadisticas/indice-tematico/brechas-de-genero-7913/.

Regularidad 4: hay una mayor presencia de hombres en el sector formal.

Finalmente, la tabla 6 (cuadro 10 en Lahura, 2016) indica que del total de clien-
tes mujeres que solicitaron un crédito en el sistema financiero, el 26.0 % corresponde a
trabajadoras del sector informal, mientras que esta proporción es del 13.7 % en el caso
de hombres. Además, del total de trabajadoras(es) en el sector informal, la mayor parte
corresponde a mujeres; al contrario de lo que sucede en el sector formal, donde existe
mayor presencia de hombres.

25
Tabla 6
Informalidad en el sistema financiero peruano según género, año 2014

Informales Formales Total Informalidad ( %)


Hombre 701,979 4,404,223 5,106,202 13.7
Mujer 1,091,958 3,100,458 4,192,416 26.0
Sin información 46,617 235,667 282,284 -
Total 1,840,554 7,740,348 9,580,902 19.2
Fuente: Cuadro 10 en Lahura (2016). Cuadro construido a partir de información en Reporte Crediticio Consolidado y RENIEC.

La presentación de estas regularidades empíricas es importante, pues permiten


dar cuenta de que las estadísticas descriptivas presentadas en la tabla 2 concuerdan con la
situación socioeconómica que diversos estudios y estadísticas demuestran para el Perú;
esto es, la tasa de actividad es mayor en hombres que en mujeres; existe una mayor
presencia de hombres que de mujeres en el sector formal; y el ingreso promedio de las
mujeres en el sector formal es menor que el ingreso promedio de los hombres en el sector
formal del Perú.

4. Lineamientos Metodológicos

4.1. Hipótesis

La descripción de los datos presentados en la sección 3.2 y las regularidades em-


píricas para el Perú presentadas en la sección anterior permiten inferir que existen brechas
laborales y salariales entre mujeres y hombres en el Perú, siendo el género masculino el
grupo más favorecido. Además, como se mencionó anteriormente, la política tributaria
en Perú no incorpora el enfoque de género en su formulación, por lo que el resultado en
cuanto a progresividad en género de esta política es incierto.

Tomando en consideración lo anterior, se formula la siguiente hipótesis: “existe


una brecha salarial de género entre trabajadores formales del Perú que no se ve reducida
a lo largo de toda la distribución de ingresos como consecuencia del pago de impuestos
directos, ni como consecuencia del cambio en las tasas impositivas”.

26
Para corroborar esta hipótesis se propone calcular los índices de desigualdad y de
bienestar definidos en la sección 4.2, utilizando la base de datos presentada en la sección
3.2, que permita cuantificar cambios en la posición relativa de las mujeres respecto a los
hombres; ambos pertenecientes al sector formal en el Perú.

4.2. Índices de desigualdad y de bienestar

A continuación, se presentará la formulación de los índices de desigualdad y de


bienestar que serán estimados con la finalidad de medir desigualdades en la población,
tanto a nivel general como entre subgrupos (mujeres y hombres) de la población. En esta
sección se presentará la formulación realizada por Jenkins (1999)17 , ya que esta será la
forma en que se estimarán los índices en la sección 5. Además, se complementará su
formulación con los comentarios realizados por Sen (2001) acerca de estos índices, para
un mejor entendimiento de ellos.

4.2.1. Índice de Gini

Sea Yi el ingreso de cada individuo i = 1, ..., N, y µ = Ȳ el ingreso medio aritmético.


El índice de Gini —atribuido a Gini (1912)— será definido de la siguiente manera:

 N
1 2 X

G=1+ − (N − i + 1)Y i .
N µN2 i=1

Esta ecuación es poco intuitiva, por lo que generalmente se recurre a la curva


de Lorenz para entender de mejor manera la construcción e interpretación del índice de
Gini. Esto es, se define el coeficiente de Gini como “la razón de la diferencia entre la
línea de igualdad absoluta (la diagonal) y la curva de Lorenz a la región triangular que se
encuentra debajo de la diagonal” (Sen, 2001, p. 47). Si esta razón es igual a cero se tiene
igualdad absoluta (curva de Lorenz es igual a la diagonal); mientras que una razón igual a
17
Solo se introducirá una pequeña especificación en este trabajo: dado que la base de datos no fue obtenida
a partir de un diseño muestral, cada peso wi en las ecuaciones de Jenkins (1999) será igual a 1.

27
1 indica que la curva de Lorenz es igual a la región triangular, lo cual sucede únicamente si
todos los ingresos están concentrados en un solo individuo. Cualquier otro caso indicará
un valor de Gini entre 0 y 1.

Esta intuición más sencilla del índice de Gini hace que sea uno de los indicadores
más utilizados en la literatura; sin embargo, estas aplicaciones corresponden, en su ma-
yoría, a estimaciones de desigualdad a nivel general. Esto ocurre dado que no es posible
descomponer aditivamente el índice de Gini en componentes within y between, pues ade-
más requiere de un término de interacción (overlapping), lo cual dificulta su construcción e
interpretación (para una revisión de propuestas de descomposición del índice de Gini, ver
Deutsch y Silber, 1999; Giorgi, 2011). Por tanto, este trabajo no presentará una evaluación
de brechas de género utilizando descomposiciones del índice de Gini.

4.2.2. Índices Generalizados de Entropía

Los índices Generalizados de Entropía (GE) en el contexto de desigualdad econó-


mica se definen de la siguiente manera:

Yi α
N 
1 1
 X  
GE(α) = − 1 , α , 0, 1,
α(α − 1) N i=1 µ
N
1 X µ
GE(0) = log ,
N i=1 Yi
N
1 X Yi Yi
GE(1) = log ,
N i=1 µ µ
N
1 X
GE(2) = (Yi − µ)2 .
2Nm2 i=1

El parámetro α regula las diferencias entre ingresos en distintas partes de la


distribución, por tanto, corresponde a un parámetro de sensibilidad del índice GE ante
cambios en los ingresos. Atkinson (1970) realiza un análisis detallado de sensibilidad de
estos parámetros. En el caso de α = 0, el índice GE es equivalente a la desviación media

28
logarítmica (aritmética); para α = 1, el índice GE es equivalente al índice propuesto por
Theil (1967); mientras que con α = 2, se obtiene la mitad del coeficiente de variación al
cuadrado.

Desviación media logarítmica. La principal ventaja de incorporar logaritmos a


la estimación es que esta transformación permite comprimir los niveles de ingresos, lo
cual suaviza el efecto de la desigualdad, al disminuir la desviación. Esto permite asignar
mayor importancia a las transferencias de ingresos en el extremo inferior, y por tanto,
un indicador de estas características es sensible a la existencia de ingresos menores (Sen,
2001). De acuerdo con Atkinson (1970), esta es una propiedad deseable, y que por tanto
debiese ser exigida.

Índice de Theil. A pesar de que, conceptualmente, el índice planteado por Theil


(1967) puede ser poco intuitivo e incluso un tanto confuso18 , su utilización tiene una
importante ventaja, pues este índice cumple con 3 propiedades deseables de los índices de
desigualdad: constancia de la duplicación19 , independencia de la media20 y la condición
de Pigou-Dalton21 . Por esta razón, el índice de Theil ha sido ampliamente estudiado y
utilizado en la literatura.

Coeficiente de variación. El coeficiente de variación es un índice que neutraliza el


efecto de la varianza, la cual acentúa las diferencias más alejadas de la media al considerar
el cuadrado de las distancias de los ingresos individuales a la media. Sin embargo, este
efecto neutralizador del coeficiente de variación no es del todo deseable, ya que la exis-
tencia de ingresos altos y de transferencias entre estos individuos, generará problemas de
sensibilidad de esta medida (Sen, 2001).

18
En palabras de Sen: “Dada la asociación de la entropía en el contexto de la termodinámica con el
cataclismo final, es posible que necesitemos algo de tiempo para habituarnos a la entropía como algo bueno
(‘¡Qué bueno, la entropía está aumentando!’)” (Sen, 2001, p. 53). Esto se da porque una reducción del índice
de Theil, la cual implica mayor equidad, se genera producto de un aumento de la entropía.
19
La medida de desigualdad no varía ante duplicaciones o replicaciones de la población.
20
También conocida como escala invariante o ingresos homogéneos. Un índice de desigualdad cumple
esta propiedad si es homogéneo de grado cero en todos los ingresos (Shorrocks, 1984).
21
Cualquier transferencia de una persona más pobre a una persona más rica debe aumentar la desigualdad
(Dalton, 1920).

29
Esta sensibilidad tendrá importantes implicancias axiomáticas que se deben con-
siderar: “Si las transferencias tienen un efecto mayor a ingresos menores, el efecto reductor
de la desigualdad progresiva entre personas relativamente más pobres deberá superar al
efecto incrementador de la desigualdad de la transferencia regresiva entre personas relati-
vamente más ricas” (Sen, 2001, pp. 172-173). Si se considera esta propiedad como deseable,
la medida basada en el coeficiente de variación no debiera ser una medida a utilizar, pues
no cumplirá en todos los casos con aquello (Dasgupta et al., 1973). Por tanto, teniendo
en cuenta esta observación, se excluirá la medida GE(2) de la presentación de resultados
realizada en la sección 5.

Los índices Generalizados de Entropía poseen una importante propiedad que


otros índices no contemplan; estos pueden ser descomponibles aditivamente en dos tér-
minos explicativos: un componente within (o desigualdad dentro del subgrupo) y un
componente between (desigualdad entre dos o más subgrupos). Esto es, podemos definir
GE(α) como:
GE(α) = GEW (α) + GEB (α) ,

sαk GEk (α), con vk = Nk


PK
donde GEW (α) = k=1 v1−α
k N
y sk como fracciones de población y de
ingresos, respectivamente, para cada subgrupo k = 1, ..., K respecto del total poblacional,
y con GEk (α) calculada como si cada subgrupo fuera una población separada; y donde
GEB (α) es derivado asumiendo que cada persona dentro de un subgrupo k recibió el
ingreso promedio del subgrupo, µk (Jenkins, 1999).

De acuerdo con Sen (2001), esta descomponibilidad se enmarca dentro del análisis
de varianza (o ANOVA); esto es, cuánto de la varianza de una variable (tal como el ingreso)
puede ser “explicado” por características relevantes, en este caso, el sexo. Una vez se
calculan los términos GEW (α) y GEB (α), se calcula la razón del término entre grupos a la
varianza total, GEB (α)/GE(α), en el cual se centrará nuestro interés.

Finalmente, Shorrocks (1980) demuestra que la familia de índices Generalizados


de Entropía corresponde a la única medida aditivamente descomponible que cumple

30
con las propiedades de independencia de media y homogeneidad poblacional. Además,
GE(0) y GE(1) son las únicas medidas donde los coeficientes de descomposición son
independientes de la contribución del término between. De estos, solo GE(0) presenta
independencia de los coeficientes de descomposición de las medias en subgrupos de la
población. Por lo tanto, se debe prestar especial atención a los resultados obtenidos por
este indicador —correspondiente, como se mencionó anteriormente, a la desviación media
logarítmica.

4.2.3. Índice de Atkinson

El índice presentado por Atkinson (1970) corresponde a una medida basada en


el ingreso equivalente igualitariamente distribuido (Ye ) —ingreso que si fuera igualita-
riamente distribuido produciría el mismo nivel de bienestar social que la distribución
original— el cual se define formalmente como:

N 1
1 X
  1−ε
Ye (ε) = (Yi )1−ε , ε ≥ 0, ε , 1.
N i=1
N
1 X
 
Ye (1) = exp log Yi .
N i=1

A partir de Ye se construye el índice de Atkinson definido como

Ye (ε)
A(ε) = 1 − ,
µ

donde ε corresponde al grado de aversión a la desigualdad.

El índice de Atkinson indica que existe total igualdad cuando su medida es igual
a 0. Esto es, Ye = µ. Dada la concavidad de Ye , este valor nunca será mayor a µ, por tanto,
el límite inferior del índice de Atkinson está dado por 0; mientras que el límite superior
está dado por 1. Por tanto, para toda distribución, el valor de A(ε) debe estar entre 0 y 1.

A diferencia de los índices Generalizados de Entropía, el índice de Atkinson no

31
es descomponible aditivamente. Si bien es posible calcular los términos within y between
de manera similar que en el caso anterior, existirá un término residual negativo que
completará la descomposición (Blackorby et al., 1981), lo cual tendrá consecuencias en
la interpretación del índice descompuesto al comparar coeficientes de descomposición
proveniente de distintas distribuciones de ingresos. Sin embargo, este índice sí cumple
con una propiedad deseable en los índices de desigualdad —y que el índice GE también
cumple— denominada consistencia subgrupal. Esta propiedad “requiere que si aumenta
la desigualdad entre los hombres, mientras que no cambia la desigualdad entre las muje-
res, entonces la desigualdad total deberá registrar también un aumento” (Sen, 2001, pp.
184-185). Dado esto, solo se considerará la utilización de este índice en mediciones de
desigualdad absoluta (y no, relativa) para subgrupos de la población22 .

4.2.4. Índices de bienestar

Si bien, los índices de Atkinson presentados anteriormente no son aditivamente


descomponibles, los índices de bienestar basados en la misma función de ingreso equi-
valente igualitariamente distribuido, Ye , para valores de ε ≤ 1, sí lo son (Blackorby et al.,
1981).

Sea ε el grado de aversión a la desigualdad, se definen los índices de bienestar


basados en Ye como

Ye (ε)1−ε
W(ε) = , ε > 0, ε , 1.
1−ε
W(1) = logYe (1).

Estos índices de bienestar son una función creciente de un promedio generalizado

22
Esto es, se calculará el índice de Atkinson para subgrupos de mujeres y hombres, y a nivel de población
general. Sin embargo, no se considerará este índice para medir la posición relativa de las mujeres respecto
a los hombres, dado que no es posible descomponer aditivamente esta medida.

32
de orden (1 − ε) (Jenkins, 1999). Además, estos son aditivamente descomponibles en
K
X
W(ε) = vk Wk (ε).
k=1

Por otra parte, el índice de bienestar propuesto por Sen (1976) presenta una
posibilidad diferente de estimar, en términos de bienestar, la desigualdad en la población
y en subgrupos de ella. La principal diferencia entre estos índices es que el índice de
bienestar de Sen está basado en el cálculo del índice de Gini, mientras que el de Atkinson
hace lo propio con la función de ingreso equivalente igualitariamente distribuido, Ye .

El índice de bienestar de Sen se define como

S = µ(1 − G),

donde µ indica los ingresos medios de la población o subgrupo de la población, y G


corresponde al coeficiente de Gini.

4.2.5. Curvas de Lorenz Interdistribucionales

Para evaluar cambios en la distribución de ingresos en subgrupos de la población,


Bishop et al. (2003, 2004) proponen utilizar la metodología de descomposición de la curva
de Lorenz planteada por Butler y McDonald (1987). Esta descomposición permite construir
las denominadas Curvas de Lorenz Interdistribucionales (ILC por sus siglas en inglés),
las cuales Bishop et al. (2003, 2004) definen de la siguiente manera:

Sea τ un nivel de ingresos fijo. Se puede definir el h-ésimo momento parcial para
x < τ de la función de densidad f (x) como

Z τ Z ∞
M(τ, h, x) = x f (x)dx =
h
(xIτx )h dF(x) = E[(xIτx )h ].
0 0

Para h = 0 el momento parcial se reduce a F(τ), lo cual involucra acumular


fracciones de la población. Siguiendo a Butler y McDonald (1987), se define el momento

33
incompleto normalizado de x para x ≤ τ como

M(τ, h, x)
φ(τ, h, x) = ,
E(xh )

donde E(xh ) = lı́m M(τ, h, x). Para h = 1 el momento incompleto normalizado es una
τ→∞

Ordenada de Lorenz.

Para ver esto, Bishop et al. (2003, 2004) consideran la siguiente definición de la
curva de Lorenz propuesta por Bishop et al. (1994)
τ ∞
E[xIτx ]
Z Z
φ(τ, 1, x) = µ−1
x x f (x)dx = µ−1
x xIτx dF(x) = ,
0 0 E(x)

donde E(x) es el promedio de x. Así, se puede interpretar φ(τ, 1, x) como la proporción de


ingresos en x recibidos por individuos con ingresos x, menores o iguales al ingreso fijo τ.
Además, esta función podrá ser descompuesta por φ(τ, 1, x(k) ) para k = 1, 2, ..., K tal que
K
X
φ(τ, 1, x) = P(k) φ(τ, 1, x(k) ), donde P(k) = E[xGxk ]/E(x).
k=1

Dado que los índices de desigualdad y de bienestar definidos en esta sección


corresponden a mediciones a partir de cambios en los ingresos, en este trabajo se utilizarán
únicamente las ILC definidas para el momento parcial h = 1, de manera que sus resultados
puedan ser comparados de manera más directa con los indicadores mencionados.

En la figura 3 se presenta la construcción de una ILC. Cada punto de la curva


representa una Ordenada de Lorenz, la cual es calculada para cada decil de ingresos
siguiendo la metodología detallada anteriormente. En la medida que esta Ordenada se
encuentre alejada de la línea de 45°, entonces se generará una diferencia entre ambos
subgrupos. Por simplicidad (para emular la visualización de una curva de Lorenz), se
presenta esta diferencia en la parte baja de la diagonal, sin embargo, es posible que una
Ordenada esté por encima de la diagonal y, por tanto, también lo esté la ILC; es decir, es
posible que, para una parte de la distribución, la ILC esté por debajo de la diagonal, y
para otra, lo esté por encima (ver, por ejemplo, Bishop et al., 2010, figura 4).

34
Figura 3
Construcción de Curvas de Lorenz Interdistribucionales

Fuente: Bishop et al. (2010, p. 7).

5. Resultados

A continuación, se presentan los principales resultados de la medición de des-


igualdad en Perú a partir del cálculo de los índices definidos en la sección 4.2 (tanto a
nivel agregado como desagregado), utilizando las distribuciones de ingresos de contribu-
yentes del sector formal en el Perú23 .

5.1. Población general

En primer lugar, es importante conocer si los impuestos directos son progresivos


(regresivos) a nivel poblacional, es decir, evaluar si la carga tributaria es mayor (menor)
para grupos de mayores ingresos que para los de menores ingresos. Para ello, se ha
calculado el índice de Kakwani para los años 2014 y 2015. Los resultados de la tabla 7
indican que los impuestos directos en Perú son progresivos (I. Kakwani > 0), lo cual es
consistente con lo encontrado por Jaramillo (2014).
23
Como se mencionó anteriormente, todos los resultados presentados en esta sección son significativos al
1 % dado que la varianza es cercana a 1e-08 para cada estimación.

35
Tabla 7
Evaluación de progresividad de los impuestos directos

2014 2015
Índice de Kakwani 0.35531837 0.36856731

Luego, se debe evaluar si esta progresividad se refleja en una disminución de


la desigualdad en la población general. Para evaluar aquello, se presentan en la tabla
8 los resultados de medición de desigualdad en la población general con el cálculo de
los índices de Gini (tabla 8a), índices Generalizados de Entropía (tabla 8b)24 e índice de
Atkinson (tabla 8c).

Esta tabla indica que la desigualdad de ingresos en la población, medida por los
distintos índices (y distintos parámetros de sensibilidad, en el caso de los índices GE y de
aversión a la desigualdad, en el caso de los índices de Atkinson), disminuye después de
impuestos, es decir, los impuestos directos tienen un efecto reductor de la desigualdad
a nivel general. Sin embargo, la distribución de ingresos posimpositiva en 2015 es más
desigual que su par en 2014; lo cual indica que el cambio en las tasas impositivas no fue
beneficioso para la población general. Notar que en ambas mediciones, el efecto tiene el
mismo signo para ambos subgrupos. Estos es, el pago de impuestos directos disminuye
la desigualdad dentro del subgrupo de mujeres y dentro del subgrupo de hombres; así
como el cambio en las tasas impositivas aumenta la desigualdad en ambos subgrupos.

En definitiva, se tiene que los impuestos directos en el Perú son progesivos a


nivel general (medido por el índice de Kakwani), y que la desigualdad de ingresos en
la población general disminuye producto del pago de estos impuestos (medidos por los
índices de Gini, Generalizados de Entropía y de Atkinson), lo cual refleja un efecto positivo
de esta política tributaria. Sin embargo, los cambios en las tasas impositivas afectaron de
manera negativa a la distribución de ingresos de la población general.

24
Se ha excluido el índice GE(2), equivalente al coeficiente de variación, por las razones expuestas en la
sección 4.2.2

36
5.2. Diferencias entre subgrupos de la población

Los resultados presentados en la tabla 8 indican cambios en la desigualdad de


ingresos para la población general y para subgrupos de la población, pero no reflejan
las diferencias (desigualdades) entre estos subgrupos como parte del total. Es decir, los
coeficientes asociados a mujeres y hombres en dicha tabla corresponden al cálculo de estos
índices considerando únicamente los ingresos de cada subgrupo como un subtotal, por
lo que, una comparación entre los coeficientes asociados a cada uno refleja simplemente
una variación en términos absolutos de estos coeficientes, y no una interrelación de ellos.
Por ejemplo, que la desigualdad de ingresos, medida por el índice de Gini, au-
mente en 0.07 puntos Gini para el subgrupo de mujeres; y en 0.35 para el subgrupo de
hombres (tabla 8a, filas 8 y 9, respectivamente), implica que el cambio en las tasas im-
positivas afectó en mayor medida a la distribución de ingresos de los hombres que a la
distribución de ingresos de las mujeres, pero no significa que los hombres ahora estén
en peor situación que las mujeres respecto al total de ingresos. Para evaluar aquello, se
requiere hacer una descomposición de los índices presentados anteriormente; o bien, en
caso que algún indicador no sea descomponible aditivamente, presentar indicadores de
bienestar que sí se puedan descomponer aditivamente25 .
La tabla 9 presenta la descomposición de los índices Generalizados de Entropía.
Los coeficientes reflejan dos resultados importantes: tanto en 2014 como en 2015, los
impuestos directos generan una disminución del peso del componente between en la
explicación de la desigualdad a nivel general (filas 5 y 10). Esto significa que la diferencia
después de impuestos entre mujeres y hombres es menor que la que había antes de
impuestos (dado que se reduce la desigualdad entre ellos). Similarmente, la fila 11 indica
que el cambio en las tasas impositivas también generó una mejora en la situación de las
mujeres respecto a los hombres. Es decir, los índices Generalizados de Entropía indican
25
En la tabla C.1 se muestran los resultados para la descomposición del índice de Atkinson, los cuales
demuestran que su descomposición no es aditiva, por lo que no es posible generar conclusiones de cambios
en la posición relativa de un subgrupo respecto a otro, a partir de cambios en la distribución de ingresos.

37
Tabla 8
Índices de desigualdad medidos en la población general, mujeres y hombres

(a) Índice de Gini


Año Población Gini_ai Gini_di
(1) General 0.5606 0.5361
2014 (2) Mujeres 0.5465 0.5262
(3) Hombres 0.5638 0.5374

(4) General 0.5611 0.5385


2015 (5) Mujeres 0.5455 0.5270
(6) Hombres 0.5655 0.5410

(7) General – 0.0024


15-14 (8) Mujeres – 0.0007
(9) Hombres – 0.0035

(b) Índices Generalizados de Entropía


Año Población GE(-1)_ai GE(-1)_di GE(0)_ai GE(0)_di GE(1)_ai GE(1)_di
(1) General 31.8577 29.7739 0.6607 0.6107 0.6594 0.5788
2014 (2) Mujeres 32.8182 31.0640 0.6376 0.5975 0.5930 0.5330
(3) Hombres 30.3022 28.1525 0.6629 0.6087 0.6798 0.5914

(4) General 51.7090 48.4523 0.6831 0.6366 0.6590 0.5796


2015 (5) Mujeres 56.1812 53.0091 0.6584 0.6219 0.5930 0.5340
(6) Hombres 47.1580 44.1459 0.6874 0.6365 0.6805 0.5932

(7) General – 18.6785 – 0.0259 – 0.0008


15-14 (8) Mujeres – 21.9451 – 0.0244 – 0.0010
(9) Hombres – 15.9934 – 0.0279 – 0.0018

(c) Índices de Atkinson


Año Población A(0.5)_ai A(0.5)_di A(1)_ai A(1)_di A(2)_ai A(2)_di
(1) General 0.2719 0.2486 0.4835 0.4570 0.9845 0.9835
2014 (2) Hombres 0.2758 0.2505 0.4847 0.4559 0.9838 0.9825
(3) Mujeres 0.2568 0.2383 0.4714 0.4498 0.9850 0.9842

(4) General 0.2732 0.2509 0.4949 0.4709 0.990 0.989


2015 (5) Hombres 0.2780 0.2537 0.4971 0.4709 0.9895 0.9888
(6) Mujeres 0.2570 0.2395 0.4823 0.4631 0.9912 0.9907

(7) General – 0.0023 – 0.0139 – 0.0063


15-14 (8) Mujeres – 0.0012 – 0.0133 – 0.0065
(9) Hombres – 0.0033 – 0.0149 – 0.0063
Nota: ai = antes de impuestos, di = después de impuestos. (7) General = (4) - (1); (8) Mujeres = (5) - (2); (9) Hombres = (6) - (3).

que tanto el pago de impuestos directos, como el cambio en las tasas impositivas, tienen
un efecto progresivo en género.

38
Tabla 9
Descomposición de índices Generalizados de Entropía

Año Componente GE(-1)_ai GE(-1)_di GE(0)_ai GE(0)_di GE(1)_ai GE(1)_di


(1) General 31.8577 29.7739 0.6607 0.6107 0.6594 0.5788
(2) Within 31.8504 29.7675 0.6535 0.6045 0.6525 0.5728
2014 (3) Between 0.0074 0.0063 0.0072 0.0062 0.0070 0.0060
(4) Porc_with∗ 99.977 99.979 98.917 98.992 98.943 98.962
(5) Porc_betw∗ 0.023 0.021 1.083 1.008 1.057 1.038

(6) General 51.7090 48.4523 0.6831 0.6366 0.6590 0.5796


(7) Within 51.7023 48.4467 0.6766 0.6311 0.6527 0.5742
2015 (8) Between 0.0066 0.0057 0.0065 0.0055 0.0063 0.0054
(9) Porc_with∗ 99.987 99.988 99.055 99.133 99.044 99.069
(10) Porc_betw∗ 0.013 0.012 0.945 0.867 0.956 0.931

15-14 (11) Porc_betw∗ – -0.009 – -0.141 – -0.107


Nota: ai = antes de impuestos, di = después de impuestos. (11) Porc_betw = (10) - (5). ∗ Valores en porcentaje ( %).

Tabla 10
Índices de bienestar de Atkinson y de Sen, medidos en la población general, mujeres y hombres

Atkinson Sen

Año Población W(0.5)_ai W(0.5)_di W(1)_ai W(1)_di S_ai S_di


(1) General 269.5017 264.7930 9.4635 9.4467 10,958.616 10,821.218
(2) Mujeres 250.7695 247.0831 9.3221 9.3079 9,593.504 9,493.512
2014
(3) Hombres 280.5767 275.2636 9.5472 9.5288 11,852.919 11,689.948
(4) M-H -29.8073 -28.1805 -0.2251 -0.2209 -2,259.414 -2,196.4358

(5) General 274.1475 270.1184 9.4770 9.4637 11,344.509 11,237.727


(6) Mujeres 256.3901 253.3067 9.3456 9.3348 10,053.302 9,978.1504
2015
(7) Hombres 284.6461 280.0579 9.5546 9.5398 12,189.836 12,061.257
(8) M-H -28.25601 -26.7512 -0.2088 -0.2050 -2,136.534 -2,083.1065

15-14 (9) Diferencia – 1.4293 – 0.0159 – 113.329


Nota: ai = antes de impuestos, di = después de impuestos. (9) Diferencia = (8) - (4).

La tabla 10 presenta los resultados de los índices de bienestar de Atkinson y de


Sen. Ambos indicadores muestran que tanto en 2014 como en 2015, las mujeres tienen
una menor medida de bienestar que los hombres, ya sea usando definiciones de ingresos
antes de impuestos; como después de impuestos. Sin embargo, se observa que el pago de
impuestos directos reduce esta diferencia (filas 4 y 8). Además, la fila 9 indica un aumento
de bienestar en términos de distancia entre ambos subgrupos, es decir, se reduce la brecha
de bienestar posimpositiva, por lo que el cambio en las tasas impositivas también tuvo

39
en efecto positivo en la posición relativa de las mujeres respecto a los hombres, por tanto,
ambos indicadores de bienestar indican que estas políticas son progresivas en género.

Estos indicadores de bienestar, además, son de gran utilidad para entender el


mecanismo que hace que la brecha salarial entre mujeres y hombres disminuya producto
del pago de impuestos; esto ya que se puede observar en la tabla 10 que el pago de
impuestos genera, en cada caso, una pérdida de bienestar en ambos subgrupos de la
población; sin embargo, este efecto es más perjudicial para el subgrupo de hombres que
para el subgrupo de mujeres, por lo cual se acortan las brechas entre ambos. Esto se explica
tanto por el mayor ingreso que reciben los hombres (y, por tanto, mayor carga impositiva),
como por la mayor cantidad de hombres que pagan impuestos (ver tabla 2).

Por lo tanto, el análisis desagregado de índices de desigualdad, ya sea por des-


composición de los índices Generaliados de Entropía o por los indicadores de bienestar de
Atkinson y de Sen, indica que tanto el efecto de los impuestos directos, como del cambio
en las tasas impositivas producto de la promulgación de la Ley N° 30296, generaron una
mejora relativa de las mujeres respecto a los hombres, con lo cual se determina que ambas
políticas son progresivas en género.

De esta manera se tiene que, para este estudio, la progresividad en género de-
terminada a partir de los resultados de los distintos indicadores de desigualdad y de
bienestar, verifican la conclusión que Lahey (2010) determina a partir del cambio en la
proporción de ingresos de mujeres y hombres presentada en la tabla 2.

5.3. Análisis desagregado usando ILCs

A pesar de que los últimos resultados indican que ambas políticas son progresivas
en género, estos resultados no son concluyentes, pues es posible que para alguna parte
de la distribución se tenga un efecto negativo de estas políticas y, por tanto, sea necesario
analizar aquellas mediciones de desigualdad de manera más detallada, a lo largo de la

40
distribución de ingresos26 , por ejemplo con valores para cada decil de ingresos.

Una de las metodologías que permite obtener este nivel de detalle corresponde a
la construcción de las denominadas Curvas de Lorenz Interdistribucionales, planteadas
por Bishop et al. (2003, 2004). La tabla 11 presenta los valores de las Ordenadas de Lorenz
para cada decil de ingresos, con los cuales se construyen las ILCs, para distribuciones de
ingresos de mujeres y hombres, antes y después de impuestos, en 2014 y 201527 .

En primer lugar, los resultados de la tabla 11a indican que la progresividad en


género del pago de impuestos directos no se da a lo largo de toda la distribución de
ingresos, si no, solo en la parte alta, tanto en 2014 como en 2015. Notar que en la parte baja
de la distribución la diferencia es positiva, lo cual indica que aumenta la distancia entre
ambos subgrupos, es decir, para las mujeres con menos ingresos, el pago de impuestos
directos empeora su posición relativa respecto a los hombres.

En segundo lugar, los resultados de la tabla 11b indican que el cambio en las
tasas impositivas genera un efecto reductor de brecha a lo largo de toda la distribución
de ingresos, a excepción del decil 8, por tanto, en general, se observa una mejora en la
posición relativa de las mujeres respecto a los hombres.

La figura 4 presenta la construcción de las ILCs a partir de los valores obtenidos


en la tabla 11. Si bien, no se observan grandes diferencias entre ambas curvas, sí es posible
inferir algunos resultados: en las figuras 4a y 4b se observa que la curva después de
impuestos está más cerca a la recta de igualdad solo en la parte alta de la distribución,
lo cual indica que esta parte de la población de mujeres se ve beneficiada con el pago
de impuestos directos. Además, estas figuras indican que cada decil tiene un valor más
alto después de impuestos que antes de impuestos, es decir, se verifica la progresividad a

26
La idea de analizar más en detalle estos indicadores surge a partir de la investigación de Higgins y
Lustig (2016): “Can a poverty-reducing and progressive tax and transfer system hurt the poor? [¿Puede un
sistema de impuestos y transferencias reductor de la desigualdad herir a los pobres?]”, donde las autoras
encuentran que a pesar de que una política sea progresiva, esta puede disminuir los ingresos de personas
en la parte baja de la distribución.
27
La construcción de las ILCs será a partir del momento h = 1, por las razones expuestas en la sección
4.2.5.

41
Tabla 11
Ordenadas de Lorenz Interdistribucionales

(a) Antes y después de impuestos, 2014 y 2015


Antes de impuestos Después de impuestos

Año Decil Mujeres Hombres Diferencia Mujeres Hombres Diferencia Dif-dif


(1) (2) (3)=(1)-(2) (4) (5) (6)=(4)-(5) (7)=(6)-(3)
1 0.0065 0.0041 0.0024 0.0069 0.0044 0.0024 0.0000
2 0.0291 0.0194 0.0098 0.0307 0.0208 0.0099 0.0001
3 0.0740 0.0462 0.0279 0.0781 0.0496 0.0284 0.0005
4 0.1302 0.0810 0.0491 0.1373 0.0870 0.0503 0.0012
2014 5 0.1988 0.1236 0.0752 0.2097 0.1326 0.0771 0.0019
6 0.2721 0.1828 0.0894 0.2874 0.1959 0.0914 0.0020
7 0.3533 0.2645 0.0888 0.3729 0.2834 0.0894 0.0006
8 0.4459 0.3769 0.0690 0.4689 0.4036 0.0653 -0.0037
9 0.6070 0.5300 0.0770 0.6317 0.5615 0.0702 -0.0068

1 0.0061 0.0043 0.0018 0.0063 0.0046 0.0018 0.0000


2 0.0298 0.0205 0.0093 0.0312 0.0218 0.0094 0.0001
3 0.0739 0.0471 0.0268 0.0773 0.0503 0.0270 0.0002
4 0.1295 0.0812 0.0483 0.1356 0.0866 0.0490 0.0007
2015 5 0.1965 0.1238 0.0727 0.2061 0.1320 0.0742 0.0015
6 0.2705 0.1825 0.0880 0.2834 0.1946 0.0888 0.0008
7 0.3517 0.2645 0.0872 0.3681 0.2820 0.0861 -0.0011
8 0.4502 0.3747 0.0754 0.4706 0.3990 0.0716 -0.0038
9 0.6059 0.5308 0.0751 0.6295 0.5612 0.0683 -0.0068

(b) Después de impuestos, 2014 y 2015


Después de impuestos 2014 Después de impuestos 2015

Decil Mujeres Hombres Diferencia Mujeres Hombres Diferencia Dif-dif


(1) (2) (3)=(1)-(2) (4) (5) (6)=(4)-(5) (7)=(6)-(3)
1 0.0069 0.0044 0.0024 0.0063 0.0046 0.0018 -0.0006
2 0.0307 0.0208 0.0099 0.0312 0.0218 0.0094 -0.0005
3 0.0781 0.0496 0.0284 0.0773 0.0503 0.0270 -0.0014
4 0.1373 0.0870 0.0503 0.1356 0.0866 0.0490 -0.0013
5 0.2097 0.1326 0.0771 0.2061 0.1320 0.0742 -0.0029
6 0.2874 0.1959 0.0914 0.2834 0.1946 0.0888 -0.0026
7 0.3729 0.2834 0.0894 0.3681 0.2820 0.0861 -0.0033
8 0.4689 0.4036 0.0653 0.4706 0.3990 0.0716 0.0063
9 0.6317 0.5615 0.0702 0.6295 0.5612 0.0683 -0.0019

nivel general mencionada anteriormente. Respecto al cambio en las tasas impositivas, se


observa que solo una parte de la distribución tiene un valor más bajo en 2015 que en 2014,
el cual corresponde al decil 8 (figura 4c). Por ende, solo en este decil de ingresos, dicha
política genera un efecto negativo, al aumentar la brecha entre mujeres y hombres.

En definitiva, se tiene que las curvas no verifican la progresividad en género de

42
ambas políticas, es decir, la brecha salarial entre mujeres y hombres no se ve reducida
a lo largo de toda la distribución de ingresos producto del pago de impuestos directos
ni tampoco como consecuencia del cambio en las tasas impositivas, lo cual verifica la
hipótesis planteada en la sección 4.1.

Figura 4
Curvas de Lorenz Interdistribucionales

(a) ILCs Antes y después de impuestos, 2014

(b) ILCs Antes y después de impuestos, 2015

43
(c) ILCs Después de impuestos, 2014 y 2015

Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados en la tabla 11.

6. Conclusiones

A partir de los resultados presentados en la sección 5, se obtienen las siguientes


conclusiones. En primer lugar, se encuentra que los impuestos directos en el Perú son
progresivos a nivel general. Es decir, la carga tributaria de los más ricos es mayor que la
de los más pobres, lo cual se deduce a partir de un valor positivo del índice de Kakwani.
Además, la desigualdad de ingresos en la población general disminuye producto del pago
de estos impuestos, lo cual se evidencia a partir de la medición de los índices de Gini,
índices Generalizados de Entropía y el índice de Atkinson. Si se comparan estos resultados
con los obtenidos por Jaramillo (2014) para el Perú, a partir de los cambios en el índice de
Gini, se tiene que el cambio encontrado en este estudio para 2014 y 2015 (reducción de 2.45
y 2.26 puntos Gini, respectivamente) es mayor que la encontrada por el autor con datos de
2009 (reducción de 0.6); mientras que la medición en otros países indica que la reducción
ha sido de 3.9 puntos Gini en Argentina (Rossignolo, 2018), 0.7 en Chile (Martínez-Aguilar
et al., 2018) y 0.5 en República Dominicana (Aristy-Escuder et al., 2018)28 .
28
Considerar, sin embargo, que los resultados en este trabajo fueron obtenidos utilizando únicamente
la información de trabajadores formales y teniendo como fuente la información oficial administrada por

44
Respecto al cambio en las tasas impositivas, se obtiene que la distribución posim-
positiva de 2015 es más desigual que la distribución posimpositiva de 2014, lo cual indica
un efecto negativo en la población general de esta política (tanto mujeres como hombres
se ven perjudicados, pues aumenta la desigualdad dentro de cada subgrupo).

En segundo lugar, los resultados por género indican que, tanto el pago de im-
puestos directos, como el cambio en las tasas impositivas, genera una reducción en la
ponderación del componente between en los índices Generalizados de Entropía, es decir,
la desigualdad de ingresos a nivel general está explicada en menor medida por la des-
igualdad entre ambos subgrupos, lo cual indica un efecto progresivo en género de estas
políticas. El cálculo de los índices de bienestar de Atkinson y de Sen reafirman estos re-
sultados, ya que en ambos casos se tiene que la diferencia de bienestar entre mujeres y
hombres se reduce con la aplicación de ambas políticas tributarias.

Los indicadores de bienestar, además, son de gran utilidad para entender el me-
canismo que hace que la brecha salarial entre mujeres y hombres disminuya producto del
pago de impuestos; esto ya que el pago de impuestos genera, en cada caso, una pérdida de
bienestar en ambos subgrupos de la población; sin embargo, este efecto es más perjudicial
para el subgrupo de hombres que para el subgrupo de mujeres, por lo cual se acortan las
brechas entre ambos. Esto se explica tanto por el mayor ingreso que reciben los hombres
(y, por tanto, mayor carga impositiva), como por la mayor cantidad de hombres que pagan
impuestos.

Finalmente, la construcción de las Curvas de Lorenz Interdistribucionales permite


identificar que la progresividad de género del sistema impositivo no es consistente a lo
largo de la distribución de ingresos, ya que las mujeres con ingresos más bajos, en realidad,
se ven afectadas negativamente por el pago de impuestos directos, y por tanto, no es toda
la población de mujeres la que se ve beneficiada con esta política (como parecen indicar las

la oficina a cargo de los tributos en Perú; mientras que los estudios mencionados utilizan una muestra
que incluye tanto trabajadores formales como informales, con información obtenida a partir de encuestas
realizadas en cada país.

45
mediciones mencionadas anteriormente), si no que solo se ven beneficiadas las mujeres
de mayores ingresos. Por otra parte, el cambio en las tasas impositivas sí genera un efecto
positivo a lo largo de la distribución de ingresos, con excepción del decil 8, lo cual indica
una progresividad de género para un grupo de mujeres mayor que en el caso anterior.

Estos resultados tienen la siguiente implicancia en términos de validación de


hipótesis. Primero, la medición de indicadores a nivel agregado no permite validar la
hipótesis, ya que dicha hipótesis plantea diferencias entre subgrupos de la población; por
tanto, aquel primer análisis corresponde simplemente a una primera medición general
de la desigualdad en la población y no a una medición de brechas entre subgrupos de la
población. Segundo, la medición desagregada de indicadores sí permite validar la hipó-
tesis; sin embargo, esto ocurre solo en el caso de que los indicadores muestren diferencias
negativas entre mujeres y hombres, pues no es posible obtener un valor negativo en estos
indicadores al mismo tiempo que toda la población se ve beneficiada de estas políticas.
Por tanto, en aquellos casos donde los índices muestren resultados negativos se validará
la hipótesis, ya que al menos para alguna parte de la distribución la política empeoró la
situación relativa de las mujeres respecto a los hombres. Por último, un análisis detallado
de estos indicadores como aquel presentado a partir de la construcción de las ILCs permite
tanto validar como rechazar la hipótesis. En este trabajo, la construcción de las ILCs de-
muestra que el efecto de ambas políticas no fue consistente a lo largo de la distribución ya
que solo una parte de la población de mujeres se vio beneficiada, por tanto, se ha validado
la hipótesis. Finalmente, solo en el caso en que todas las diferencias proporcionadas por la
construcción de las ILCs indiquen un efecto positivo en la posición relativa de las mujeres
respecto a los hombres, se estaría rechazando la hipótesis planteada.

7. Recomendaciones de Política

Es importante destacar el último punto planteado en las conclusiones ya que el


análisis basado en género propuesto en este trabajo para la evaluación de políticas públicas

46
en el Perú, toma en consideración el enfoque de desarrollo humano que plantea el MIMP,
el cual valora el desarrollo individual de cada ser humano (ver sección 2.1). Por tanto, es
necesario analizar de la manera más detallada posible los efectos de una política pública
en la distribución de ingresos de la población.

Además, dado que lo que busca el Estado es garantizar el desarrollo individual


de las mujeres en el Perú, es necesario incorporar todo mecanismo que ayude a la conse-
cución de dicho objetivo. Uno de los mecanismos que no se ha incorporado en la Política
Nacional de Igualdad de Género corresponde a la política tributaria; a pesar de que, por
ejemplo, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing sí considere a este como un meca-
nismo importante en el aseguramiento de la igualdad de género, por lo que es de suma
importancia añadir este mecanismo en la transversalización del enfoque de género en las
políticas públicas del Perú.

Dicho esto, es importante señalar que en este trabajo no se plantean modificaciones


a los principios básicos de una política tributaria (por ejemplo, si se planteara el pago de
tasas impositivas mayores o menores de acuerdo al género, se violaría el principio de
neutralidad de la política tributaria al tratar directamente de manera diferenciada a los
contribuyentes); si no la de incorporar un análisis basado en género a la evaluación de la
política tributaria con el objetivo de eliminar los incentivos que generan perpetuidad en los
roles desiguales de género (Elson, 2006), y determinando la progresividad en género de la
política en cuestión, de la manera señalada por Lahey (2010); esto es, una política tributaria
regresiva en género puede generar desincentivos en el hombre por realizar actividades
domésticas no remuneradas, mientras que una política de impuestos directos progresiva
en género permite promover una distribución más igualitaria de trabajo remunerado y no
remunerado entre mujeres y hombres, y por tanto contribuye en la reducción de la brecha
de ingresos entre ambos géneros (Grown, 2010).

Por lo tanto, dada esta necesidad de incorporar el análisis basado en género a las
políticas tributarias en el Perú, este trabajo contribuye con herramientas cuantitativas de

47
medición de brechas entre mujeres y hombres, que permiten evaluar si una propuesta de
política impositiva es progresiva en género o no.
De esta manera, se destacan las contribuciones de este trabajo a dicha necesidad, al
incorporar el uso de indicadores de desigualdad y de bienestar en la medición de brechas
entre mujeres y hombres; y al generar un análisis de medición de brechas con información
poblacional y los efectos de una política tributaria en la desigualdad de género.
Es importante también mencionar las limitaciones de este estudio y la agenda
futura de investigación. Las principales limitaciones corresponden a que solo se estudia
una parte de la población (trabajadoras(es) formales) y, por ende, los resultados son
condicionales a esta muestra; además, se debe considerar que los ingresos reportados
no necesariamente son los reales, pues en el Perú existen elevados niveles de evasión
tributaria (ver, por ejemplo, el trabajo de Lahura (2016) donde se indican porcentajes
de evasión tributaria en el país). Finalmente, existe una limitación en cuanto a que la
base solo contiene información del pago de impuestos directos y por tanto no incorpora
otros tipos de impuestos (indirectos) ni de transferencias del Estado que permitirían
hacer un análisis más profundo del sistema fiscal en el país. Por el lado de la agenda
futura, sería importante incorporar no solo este tipo de información sino además extender
el estudio considerando variables socioeconómicas de los contribuyentes, por ejemplo,
nivel de educación, ubicación geográfica, edad u otra, que permitan precisar efectos en
estos subgrupos de la población.

48
Bibliografía

Alesina, A., Ichino, A., y Karabarbounis, L. (2011). Gender-based taxation and the division
of family chores. American Economic Journal: Economic Policy, 3(2), 1-40.
Apps, P. (1981). A theory of inequality and taxation. Cambdridge University Press.
Apps, P. (2017). Gender Equity in the Tax-Transfer System for Fiscal Sustainability. En M.
Stewart (Ed.). Tax, Social Policy and Gender: Rethinking Equality and Efficiency (pp.
69-98). ANU Press.
Apps, P., y Rees, R. (2011). Optimal Taxation and Tax Reform for Two-Earner Households.
CESifo Economic Studies, 57(2), 283-304.
Arias, L. (2011). Política Tributaria para el 2011-2016. Consorcio de Investigación Económica
y Social.
Arias, L. (2018). El Perú hacia la OCDE: La agenda pendiente para la política tributaria 2018–
2021. Grupo de Justicia Fiscal.
Aristy-Escuder, J., Cabrera, M., Moreno-Dodson, B., y Sanchez-Martin, M. (2018). Fiscal
Policy, Income Redistribution, and Poverty Reduction. En N. Lustig (Ed.). Commit-
ment to Equity Handbook: Estimating the Impact of Fiscal Policy on Inequality and Poverty
(pp. 603-666). Brookings Institution Press and CEQ Institute, Tulane University.
Atkinson, A. (1970). On measurement of Inequality. Journal of Economic Theory, 2(3), 244-
263.
Blackorby, C., Donaldson, D., y Auersperg, M. (1981). A New Procedure for the Measure-
ment of Inequality within and among Population Subgroups. The Canadian Journal
of Economics, 14(4), 665-685.
Barreix, A., Jerónimo, R., y Villela, L. (2011). Política fiscal y equidad: Estimación de la progre-
sividad y capacidad redistributiva de los impuestos y el gasto público social en los países de
la Comunidad Andina. DFLD-BID-CAN.
Bastani, S. (2013). Gender-based and couple-based taxation. International Tax and Public

49
Finance, 20(4), 653-686.
Bishop, J., Chow, V., y Formby, J. (1994). Testing for marginal changes in income distri-
butions with lorenz and concentration curves. International Economic Review, 35(2),
479-488.
Bishop, J., Chow, V., y Zeager, L. (2003). Decomposing lorenz and concentration curves.
International Economic Review, 44(3), 965-978.
Bishop, J., Chow, V., y Zeager, L. (2004). Lorenz Decomposition and Interdistributional
lorenz comparisons. En J. Bishop y Y. Amiel (Eds.) Studies on Economic Well-Being:
Essays in the Honor of John P. Formby (Research on Economic Inequality, Vol. 12, pp.
159-177). Emerald Group Publishing Limited.
Bishop, J., Chow, V., y Zeager, L. (2010). Visualizing and Testing Convergence Between
Two Income Distributions. Journal of Income Distribution, 19(1), 2-19.
Butler, R., y McDonald, J. (1987). Interdistributional income inequality. Journal of Business
and Economic Statistics, 5(1), 13-18.
Dalton, H. (1920). The Measurement of the Inequality of Income. Economic Journal, 30(119),
348-361.
Dasgupta, P., Sen, A., y Starrett, D. (1973). Notes on the Measurement of Inequality. Journal
of Economic Theory, 6(2), 180-187.
Deutsch, J., y Silber, J. (1999). Inequality decomposition by population subgroup and
the analysis of interdistributional inequality. En J. Silber (Ed.). Handbook of Income
Inequality Measurement (pp. 363-397). Kluwer Academic.
Deutsch, J., y Silber, J. (2007). Decomposing Income Inequality by Population Subgroups:
A Generalization. En J. Bishop, y Y. Amiel (Eds.). Inequality and Poverty (Research on
Economic Inequality, Vol. 14, pp. 237-253). Emerald Group Publishing Limited.
Elson, D. (2006). Budgeting for Women’s Rights: Monitoring Government Budgets for Complian-
ce with CEDAW. United Nations Development Fund for Women.
Garavito, C. (2011). Desigualdad en los ingresos: género y lengua materna. En J. León y

50
J. Iguíñiz (Eds.). Desigualdad distributiva en el Perú: dimensiones (pp. 235-266). Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Gayle, G., y Shepard, A. (2019). Optimal Taxation, Marriage, Home Production, and Family
Labor Supply. Econometrica, 87(1), 291-326.
Gini, C. (1912). Variabilità e mutabilità. Tipografia di Paolo Cuppini.
Giorgi, G. (2011). The Gini Inequality Index Decomposition: An Evolutionary Study. En J.
Deutsch y J. Silber (Eds.). The measurement of individual well-being and group inequa-
lities: Essays in memory of Z.M. Berrebi (pp. 185-218). Routledge.
Grown, C. (2010). Taxation and gender equality: A conceptual framework. En C. Grown
e I. Valodia (Eds.). Taxation and Gender Equity: A comparative analysis of direct and
indirect taxes in developing and developed countries. (pp. 1-22). Routledge.
Gunnarsson, A., Schratzenstaller, M., y Spangenberg, U. (2017). Gender equality and taxation
in the European Union. Study for the European Parliament’s Committee on Women’s
Rights and Gender Equality.
Haughton, J. (2005). An assessment of tax and expenditure incidence in Peru. DFID-SG CAN-
BID.
Haughton, J., y Khandker, S.R. (2009). Handbook on poverty and inequality. World Bank
Publications.
Heshmati, A. (2004). A review of decomposition of income inequality. IZA Discussion Paper
No. 1221.
Higgins, S., y Lustig, N. (2016). Can a poverty-reducing and progressive tax and transfer
system hurt the poor? Journal of Development Economics, 122, 63-75.
Hodgson, H., y Sadiq, K. (2017). Gender equality and a rights-based approach to tax
reform. En M. Stewart (Ed.). Tax, Social Policy and Gender: Rethinking Equality and
Efficiency (pp. 99-129). ANU Press.
Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). (2011). Encuesta Nacional de Uso del
Tiempo 2010.

51
Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). (2018). Perú: Indicadores de Empleo
e Ingreso por departamento, 2007-2017.
Jahan, S. (2018). La violencia contra las mujeres: causa y consecuencia de des-
igualdad. Blog PNUD. https://www.undp.org/content/undp/es/home/blog/2018/
violence-against-women-cause-consequence-inequality.html.
Jaramillo, M. (2014). The incidence of social spending and taxes in Peru. Public Finance
Review, 42(3), 391-412.
Jaramillo, M., y Sparrow, B. (2013). La incidencia del gasto social y los impuestos en el Perú.
Grupo de Análisis para el Desarrollo.
Jenkins, S. (1999). INEQDECO: Stata module to calculate inequality indices with de-
composition by subgroup. Statistical Software Components, S366002. Boston College
Department of Economics. Revised 22 January 2015.
Kaya, E., y Senesen, U. (2010). Gini Decomposition by Gender: Turkish Case. Brussels
Economic Review, 53(1), 59-83.
Kleven, H., Kreiner, C., y Saez, E. (2009). The Optimal Income Taxation of Couples. Econo-
metrica, 77(2), 537-560.
Lahey, K. (2010). Women, substantive equality, and fiscal policy: Gender-based analysis of
taxes, benefits, and budgets. Canadian Journal of Women and the Law, 22(1), 27-106.
Lahey, K. (2015). Uncovering Women in Taxation: The Gender Impact of Detaxation, Tax
Expenditures, and Joint Tax/Benefit Units. Osgode Hall Law Journal, 52(2), 427-459.
Lahey, K. (2018). Gender, Taxation, and Equality in Developing Countries: Issues and Policy
Recommendations. UNWomen Discussion Paper.
Lahura, E. (2016). Sistema Financiero, Informalidad y Evasión Tributaria en Perú. Revista
Estudios Económicos, 32, 55-70.
Lambert, P.J. (1993). Evaluating impact effects of tax reforms. Journal of Economic Surveys,
7(3), 205-242.
Lustig, N. (2016). Inequality and Fiscal Redistribution in Middle Income Countries: Brazil,

52
Chile, Colombia, Indonesia, Mexico, Peru and South Africa. Journal of Globalization
and Development, 7(1), 17-60.
Lustig, N., y Higgins, S. (2013). Commitment to Equity Assessment (CEQ): Estimating the
Incidence of Social Spending, Subsidies, and Taxes - Handbook. Tulane University.
Martínez-Aguilar, S., Fuchs, A., Ortiz-Juarez, E., y Del Carmen, G. (2018). The Impact of
Fiscal Policy on Inequality and Poverty. En N. Lustig (Ed.). Commitment to Equity
Handbook: Estimating the Impact of Fiscal Policy on Inequality and Poverty (pp. 568-602).
Brookings Institution Press and CEQ Institute, Tulane University.
Mills, J., y Zandvakili, S. (2013). Statistical Inference Via Bootstrapping for Measures of
Inequality. Journal of Applied Econometrics, 12(2), 133-150.
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). (2012). Plan Nacional de Igualdad
de Género 2012-2017.
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). (2017). Conceptos fundamentales
sobre el enfoque de género para abordar políticas públicas.
Nussbaum, M. (2000). Women’s Capabilities and Social Justice. Journal of Human Develop-
ment, 1(2), 219-247.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNES-
CO). (2014). Manual Metodológico: Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo.
Pecho, M., Velayos, F., y Arias, L. (2011). Política Tributaria. Consorcio de Investigación
Económica y Social.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2010). Impuestos. Igualdad de Género
y Reducción de la Pobreza. Nota Temática N°1.
Robeyns, I. (2003) Sen’s Capability Approach and Gender Inequality: Selecting Relevant
Capabilities. Feminist Economics, 9(2-3), 61-92.
Rosen H. S. (1976). A methodology for evaluating tax reform proposals. Journal of Public
Economics, 6(1-2), 105-121.
Rossignolo, D. (2018). Argentina: Taxes, Expenditures, Poverty, and Income Distribution.

53
En N. Lustig (Ed.). Commitment to Equity Handbook: Estimating the Impact of Fiscal
Policy on Inequality and Poverty (pp. 516-553). Brookings Institution Press and CEQ
Institute, Tulane University.
Sen, A. (1976). Real national income. Review of Economic Studies, 43(1), 19-39.
Sen, A. (1992). Inequality Reexamined. Oxford University Press.
Sen, A. (1999). Development as Freedom. Oxford University Press.
Sen, A. (2001). La desigualdad económica. Edición ampliada con un anexo fundamental de James
E. Foster y Amartya Sen (Eduardo Suárez, trad.). Fondo de Cultura Económica. Obra
original publicada en 1997.
Shorrocks, A. (1980). The Class of Additively Decomposable Inequality Measures. Econo-
metrica, 48(3), 613-625.
Shorrocks, A. (1984). Inequality Decomposition by Population Subgroups. Econometrica,
52(6), 1369-1385.
Silber, J. (Ed.). (1999). Handbook of income inequality measurement. Springer Science & Busi-
ness Media.
Stewart, M. (2011). Gender Equity in Australia’s Tax System: A Capabilities Approach.
En K. Brooks, A. Gunnarsson, L. Philipps y M. Wersig (Eds.). Challenging Gender
Inequality in Tax Policy Making (pp. 53-74). Hart Publishing.
Stewart, M. (2017). Gender Inequality in Australia’s Tax-Transfer System. En M. Stewart
(Ed.). Tax, Social Policy and Gender: Rethinking Equality and Efficiency (pp. 1-32). ANU
Press.
Stotsky, J. (1997). How Tax Systems treat Men and Women Differently. Finance and Deve-
lopment March, 34(1), 30-33.
Theil, H. (1967). Economics and Information Theory. North-Holland.
United Nations Women (UN Women). (2015). Progress of the World’s Women 2015-16.
Zandvakili, S. (2000). Dynamics of earnings inequality among female-headed households
in the United States. Journal of Behavioral and Experimental Economics, 29(1), 73-89.

54
Apéndices

Apéndice A

Figura A.1
Definiciones de ingreso utilizadas en el análisis de Jaramillo (2014)

Fuente: Diagrama 1 en Jaramillo y Sparrow (2013), adaptado de Lustig y Higgins (2013).

55
Apéndice B

Tabla B.1
Tasa de actividad por sexo, por departamentos del Perú, años 2007–2015 (en porcentaje)

Departamento Sexo 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Amazonas Mujer 67.15 65.04 67.07 70.89 70.83 65.23 68.14 65.81 67.71

Hombre 87.82 88.29 88.66 87.93 89.24 88.73 87.91 87.00 85.54

Áncash Mujer 66.66 68.27 65.82 66.00 65.65 65.71 65.73 69.03 66.97

Hombre 82.50 84.56 84.04 83.00 82.13 84.26 81.38 82.52 82.51

Apurímac Mujer 73.43 75.09 70.48 73.38 72.49 73.74 77.45 77.19 81.57

Hombre 82.70 84.00 81.03 82.75 86.86 85.51 85.55 86.44 86.64

Arequipa Mujer 64.39 60.34 60.03 62.82 63.31 61.32 64.58 63.08 61.54

Hombre 81.10 78.02 80.19 78.03 79.95 77.90 80.37 80.12 78.19

Ayacucho Mujer 72.47 73.59 70.17 71.74 70.85 66.49 72.55 70.44 68.12

Hombre 85.16 85.47 83.54 83.00 84.04 82.10 81.74 86.34 84.06

Cajamarca Mujer 74.14 76.53 75.78 72.47 70.42 62.81 67.40 66.51 67.00

Hombre 88.74 90.67 87.74 85.80 87.11 85.08 85.55 85.01 84.47

Callao Mujer 58.22 56.97 59.82 62.10 61.01 59.90 59.59 58.40 55.79

Hombre 81.53 81.37 80.32 78.37 79.91 79.90 78.84 80.22 81.06

Cusco Mujer 70.88 74.71 77.87 74.98 77.76 76.65 76.85 75.60 76.56

Hombre 83.53 85.86 85.31 82.09 82.82 84.80 85.09 83.79 82.81

Huancavelica Mujer 78.91 80.93 80.11 76.78 80.66 80.44 80.48 81.74 78.26

Hombre 85.79 82.54 83.95 83.04 85.62 87.33 85.11 86.49 84.26

Huánuco Mujer 68.24 68.52 71.62 70.53 69.82 68.81 69.09 68.90 70.37

Hombre 84.07 85.45 84.29 85.32 85.25 85.56 85.93 86.48 86.09

Ica Mujer 58.67 61.37 63.01 62.68 62.19 63.91 63.82 61.27 55.30

Hombre 82.00 81.87 81.98 82.07 83.99 83.33 81.96 82.02 80.13

Junín Mujer 66.38 69.78 67.71 68.72 70.37 69.17 67.76 66.41 67.97

Hombre 81.77 84.17 83.40 84.86 83.63 81.78 81.38 83.38 82.57

La Libertad Mujer 59.62 58.89 62.86 62.76 61.02 63.38 61.48 60.85 59.32

Hombre 80.39 79.71 83.83 84.65 81.18 82.25 81.14 80.77 79.57

(Continúa en la siguiente página)

56
Departamento Sexo 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Lambayeque Mujer 61.55 61.29 63.88 63.59 62.25 59.99 61.60 57.95 56.18

Hombre 83.58 83.08 82.98 82.45 80.97 81.82 80.54 78.59 79.72

Lima Mujer 61.34 61.57 61.08 61.88 62.69 62.98 60.51 59.43 58.93

Hombre 79.81 80.45 80.16 80.49 79.66 88.45 78.94 76.92 78.10

Loreto Mujer 66.05 60.63 59.44 60.39 59.41 63.83 64.15 59.82 59.15

Hombre 88.69 84.65 85.59 84.22 84.93 84.31 85.77 84.07 82.46

Madre de Dios Mujer 69.37 71.71 69.46 73.79 65.52 71.94 70.73 68.56 66.12

Hombre 89.23 89.01 90.74 88.36 90.04 87.79 88.99 87.47 89.88

Moquegua Mujer 69.20 62.93 65.33 65.36 64.40 68.11 67.19 64.22 63.35

Hombre 85.23 81.00 81.87 83.35 83.53 83.51 84.87 83.73 81.25

Pasco Mujer 58.14 57.56 68.75 68.75 66.93 66.62 67.16 62.06 63.90

Hombre 86.34 81.01 87.57 85.66 85.67 86.92 86.12 85.14 84.13

Piura Mujer 62.04 59.79 61.10 63.02 56.11 56.73 58.34 56.37 55.14

Hombre 86.36 83.76 85.93 83.02 83.68 84.79 84.24 84.76 82.98

Puno Mujer 79.46 79.18 78.07 80.76 79.80 80.40 80.53 80.11 77.08

Hombre 85.23 85.13 86.26 86.16 86.80 83.68 85.04 85.65 83.01

San Martín Mujer 62.84 58.84 60.79 63.89 63.58 58.67 59.76 58.03 54.58

Hombre 89.11 89.10 86.42 88.20 89.78 86.83 87.07 86.66 82.90

Tacna Mujer 63.34 65.55 63.43 66.21 64.43 66.64 65.74 65.29 61.40

Hombre 80.22 83.04 79.28 80.55 81.24 77.60 76.86 76.87 76.28

Tumbes Mujer 66.97 62.46 61.47 66.02 62.29 63.71 62.79 58.45 57.80

Hombre 89.39 86.31 85.63 85.83 87.11 84.86 84.69 85.48 82.79

Ucayali Mujer 63.55 66.03 68.59 70.15 68.04 68.26 68.22 68.18 65.19

Hombre 87.79 88.47 88.15 88.79 89.90 89.07 87.24 89.57 86.79

Fuente: Elaboración propia utilizando datos del INEI.


Nota: El registro de la tasa de actividad de hombres en 2012 para el departamento del Callao se encuentra sin información, por lo que
se ha decidido imputar su valor con el siguiente procedimiento. Primero, tomando en consideración que tanto en 2007 como en 2017,
el Censo muestra que la población en este departamento tiene una proporción de 51 % mujeres y 49 % hombres, se considerarán estos
valores como ponderadores poblacionales. Segundo, con la información existente para este departamento se estima la siguiente
ecuación: 0.51 · 59.9 + 0.49 · X = 69.7, con lo cual se obtiene que X = 79.90, donde X corresponde al valor imputado de la información
faltante. https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1375/cap07/ind07.htm.

57
Apéndice C

Tabla C.1
Descomposición de índices de Atkinson

Año Componente A(0.5)_ai A(0.5)_di A(1)_ai A(1)_di A(2)_ai A(2)_di


(1) General 0.2719 0.2486 0.4835 0.4570 0.9845 0.9835
(2) Within 0.2698 0.2466 0.4805 0.4540 0.9842 0.9831
2014 (3) Between 0.0028 0.0026 0.0058 0.0056 0.0249 0.0248
(4) Porc_with∗ 99.235 99.200 99.379 99.335 99.960 99.957
(5) Porc_betw∗ 1.048 1.061 1.195 1.218 2.526 2.527

(6) General 0.2732 0.2509 0.4949 0.4709 0.9904 0.9898


(7) Within 0.2714 0.2492 0.4924 0.4684 0.9900 0.9894
2015 (8) Between 0.0025 0.0023 0.0050 0.0048 0.0385 0.0366
(9) Porc_with∗ 99.340 99.316 99.489 99.458 99.961 99.961
(10) Porc_betw∗ 0.906 0.911 1.006 1.020 3.888 3.699
Nota: ai = antes de impuestos, di = después de impuestos. (11) Porc_betw = (10) - (5). ∗ Valores en porcentaje ( %).

La descomposición del índice de Atkinson presenta un importante problema


de interpretación pues, como se muestra en la tabla C.1, la suma de los componentes
Porc_with y Porc_betw (filas 4-5; 9-10) es mayor a 1, lo cual demuestra que este índice no
es descomponible aditivamente, tal como expone (Blackorby et al., 1981).
Por tanto, no se presenta esta medida para explicar desigualdades entre grupos
de mujeres y hombres. En cambio, se propone utilizar el índice de bienestar de Atkinson,
también basado en la función de ingreso equivalente igualitariamente distribuido, el
cual otorga una lectura más directa de la situación relativa entre ambos subgrupos de la
población (ver tabla 10).

58

También podría gustarte