Derecho A La Identidad Cultural
Derecho A La Identidad Cultural
Derecho A La Identidad Cultural
Expediente: T-8.113.378
Magistrado ponente:
JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
18. Alegaron que, como comunidad han tenido graves problemas de salud
sin adecuada atención, inclusive dos menores fallecieron por malos
diagnósticos. Agregaron que carecen de una atención y tratamientos oportunos
o que son atendidos con tratamientos que desconocen las prácticas
tradicionales y culturales. Indicaron, sin especificar a quien, que han realizado
la solicitud de traslado de EPS sin éxito.
Solicitud de tutela
Trámite Procesal
22. Mediante Auto del 14 de enero de 2020, el Juzgado Octavo Civil del
Circuito de Bogotá, declaró carencia de competencia para conocer del caso en
comento toda vez que, para este despacho, el numeral tercero del artículo
2.2.3.1.2.1. del Decreto 1983 de 2017 establece que las acciones de tutela
dirigidas contra las actuaciones del Presidente de la República, del Contralor
General de la Nación, del Procurador General de la Nación, del Fiscal General
de la Nación, del Registrador Nacional del Estado Civil, del Defensor del
Pueblo, del Auditor General de la República, del Contador General de la
Nación y del Consejo Nacional Electoral, deben ser repartidas para su
conocimiento en primera instancia a los Tribunales Superiores del Distrito
Judicial o a los Tribunales Administrativos.[12] En consecuencia, el Juzgado
Octavo Civil del Circuito se declaró incompetente para conocer del asunto y lo
remitió al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C.[13]
32. Como anexo aportó i) el informe del ICBF sobre las condiciones de la
población indígena asentada en La Primavera; ii) copia de la socialización del
Caso Waüpijiwi y “documento de observaciones definitivas” sobre el caso de
la comunidad Yajotja; iii) informe de la Defensora de Familia del municipio
de la Primavera sobre la situación de la comunidad Yajotja del Pueblo
Waüpijiwi; y, iv) presentación en Power Point titulada “Socialización del
trabajo de campo estudio etnológico pueblo Waüpijiwi del Ministerio del
Interior”. [36]
Impugnación
39. El 7 de febrero de 2020, Ángel Tadache Moreno junto a los demás
accionantes, impugnaron el fallo de primera instancia y solicitaron se revoque
la sentencia del 3 de febrero de 2020 y en su lugar se conceda el amparo de los
derechos invocados en el escrito de tutela.[44]
40. El Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Civil, por
medio de fallo del 11 de marzo de 2020, confirmó la sentencia proferida el 3
de febrero de 2020 por el Juzgado Octavo Civil del Circuito y reiteró los
argumentos dados en el fallo de primera instancia.[45]
46. Mediante escrito del 2 de julio el señor Ángel Tadache Moreno allegó
escrito en donde informó sobre el estado actual de la comunidad. Indicó que
“A causa de la falta de nuestro territorio ancestral, estamos sufriendo pérdida
de nuestros integrantes, de la cultura, de nuestros usos y costumbres, de
nuestra medicina ancestral, nuestra lengua, nuestra espiritualidad, el derecho
propio, entre otros elementos que nos identifican y distinguen.”[47]
47. Narró que tienen problemas i) para acceder a los servicios de salud,
especialmente por la distancia y falta de medios de transporte; ii) para
comunicarse con sus vecinos y funcionarios por barreras en el lenguaje, pues
la mayoría no habla español; iii) de salud pues tienen hongos, parásitos, entre
otras enfermedades por el agua a la que tienen acceso; y iv) para acceder a
agua potable pues el agua proviene de un aljibe en el sitio donde están
ubicados, sin tratamiento alguno, esto también constituye un riesgo de
accidentes para los menores. También indican que a algunas mujeres de la
comunidad les colocaron un dispositivo anticonceptivo, sin información sobre
sus efectos y propósito. Este ha tenido efectos negativos en su salud.
Adicionalmente, manifiesta que hay temor de que ellas sean violentadas
sexualmente por vecinos.
48. Indicó que el ICBF se ha llevado algunos de sus niños sin claridad sobre
cuál es el proceso para su retorno a la comunidad o el tiempo de duración de
su ausencia, en parte esto se debe a las barreras del idioma. Lo cual también es
un problema para que hagan uso de las cartillas educativas que le llevan a los
menores. Agregó sobre el proceso educativo de los menores, que en el colegio
en donde están inscritos todo es en español, lo que impide que los menores
puedan preservar su cultura o entender lo que les están enseñando, tampoco
tienen acceso a Internet para investigar o cumplir con algunas de las
asignaciones. En relación a la vivienda, informan que sus viviendas están
hechas con plásticos que no resisten las lluvias. De manera que no tienen
protección alguna contra los cambios de clima.
49. Agregaron que conocieron, no por que fueran notificados por la UARIV,
que su solicitud de registro en el Registro Único de Víctimas fue negado en la
resolución 2020-99796 del 22 de diciembre de 2020. Allegaron copia de la
mencionada resolución.[48] Requirieron que sus solicitudes a la ANT fueran
resueltas a la mayor brevedad. Agregaron que “Nosotros hemos tomado la
decisión no solo no regresar (sic) a un lugar que solo es violencia para
nosotros, sino que decidimos llevar a las (sic) trámites para que la ANT, no
solo proteja nuestro territorio sagrado, sino que nos titule colectivamente los
predios, que son nuestros sitios sagrados, para así poder estar en territorio
propio y colectivo.”[49]
54. Concluyó la entidad diciendo que está dispuesta a cumplir con su deber
de dotar tierras a las comunidades indígenas, pero en este caso particular se
requiere que “el Ministerio del Interior conceptúe sobre la situación de
conflicto interétnico, en el marco de sus competencias para que determine
como se debe abordar la estrategia de solución de la actual situación en el
Resguardo Indígena de Caño Mochuelo, pues una acción desarticulada
podría generar una acción con daño que afecte la riqueza culturar del dicho
resguardo.”[54]
“(…) los miembros del colectivo Yajotja que salieron del Resguardo
Caño Mochuelo ya se encuentran registrados en las Bases de Datos
Institucionales que maneja y custodia la Dirección de Asuntos
Indígenas, Rom y Minorías al formar parte de una comunidad
resguardada y, por tanto, ya cuentan con unos derechos adquiridos
como comunidad indígena.
59. Además estableció que el plazo que se ha tomado por la ANT para dar
respuesta a las solicitudes de la comunidad, y de la ampliación del Resguardo
de Caño Mochuelo no respetan los plazos razonables que ha señalado la
jurisprudencia internacional. Por lo que solicitan que la Corte ordene a la ANT
que de respuesta a las solicitudes que se le realizan dentro plazos razonables.
Agregó que en el análisis del caso de la comunidad Waüpijiwi se tenga en
cuenta el principio de legalidad flexible y se estudien todos los procesos
migratorios y de despojos previos a 1985 para poder hacer una reparación
integral. Además, indicó que no se puede desconocer que esta comunidad es
víctima del conflicto armado y por tanto es beneficiario de las medidas de
verdad, justicia y reparación. Finalmente solicitó a la Corte que tome medidas
sobre los pueblos que están en riesgo de extinción que no están contemplados
en el Auto 004 de 2009 y posteriores.
60. Escrito del 22 de julio de 2021 del señor Ángel Tadache Moreno en
donde informó nuevos hechos en contra de la comunidad indígena. Especificó
en su escrito que en el predio de 4 hectáreas donde están ubicados hay 75
personas pertenecientes a la comunidad lograron sembrar yuca y plátano, pero
este cultivo fue destruido. Lamentan su situación pues no tienen certeza sobre
su territorio o sobre su seguridad alimentaria.[58]
61. Escrito del 21 de julio de 2021 del Centro del Servicio Nacional de
Aprendizaje en donde informa que la comunidad Yajotja recibe atención de
los programas de emprendimiento rural y empleabilidad en ocupaciones
rurales.[59]
62. Escrito del 19 de julio de 2021 del señor Ángel Tadache Moreno en
donde reitera algunos de los puntos señalados en anteriores comunicaciones.[60]
65. Por medio del escrito del 17 de agosto de 2021, el Ministerio del Interior
dio respuesta al requerimiento de la Corte. En este aclaró que el estudio
etnológico que se realizó estaba encaminado a dilucidar los motivos del
desplazamiento de la comunidad como insumo para determinar las estrategias
de acompañamiento. Este no tenía como objetivo determinar la procedencia o
no del registro como comunidad del colectivo Yajotja. Al respecto indicó que
en el mes de noviembre de 2020 se realizaron espacios de diálogo entre el
colectivo Yajotja y los miembros del pueblo Waüipijiwi que habitan el
Resguardo de Caño Mochuelo, al respecto concluyeron que “los miembros del
colectivo “Yajotja” expresaron su voluntad de no retornar al territorio de El
Merey, ubicado al interior del Resguardo Caño Mochuelo, por cuanto ellos
consideran que sus ancestros habitaron el departamento del Vichada y en este
lugar se sienten seguros.”[61]
II. CONSIDERACIONES
A. Competencia
68. Esta Sala es competente para revisar y decidir sobre la acción de tutela
de la referencia con arreglo a lo establecido en los artículos 86 y 241.9 de la
Constitución Política, en concordancia con los artículos 33, 34 y 35 del
Decreto 2591 de 1991, y en cumplimiento de lo resuelto por la Sala de
Selección de Tutelas Número Cuatro, mediante Auto del 16 de abril de 2020,
notificado el 3 de mayo siguiente.
79. La otra excepción para que proceda la acción de tutela cuando existe otro
mecanismo de defensa judicial es cuando se compruebe que ese otro no es
idóneo o efectivo para resolver o atender el caso en concreto. La idoneidad se
ha definido por la Corte Constitucional como la existencia de un recurso
judicial apto para proteger los derechos fundamentales y la efectividad, se ha
definido como que el recurso brinde una protección oportuna a los derechos
amenazados o vulnerados. Así, “la acción de tutela, en términos generales,
no puede ser utilizada como un medio judicial alternativo, adicional o
complementario de los establecidos por la ley para la defensa de los
derechos, pues con ella no se busca reemplazar los procesos ordinarios o
especiales y, menos aún, desconocer los mecanismos dispuestos dentro de
estos procesos para controvertir las decisiones que se adopten”[82].
80. En ese orden de ideas, los conflictos jurídicos en los que se alegue la
vulneración de derechos fundamentales, en principio, deben resolverse a
través de los distintos medios ordinarios de defensa previstos en la ley para tal
efecto. Sólo ante la ausencia de dichos mecanismos o cuando estos no
resulten idóneos o eficaces para evitar la ocurrencia de un perjuicio
irremediable, es procedente acudir, de manera directa, a la acción de tutela.
91. En el mismo auto se indicó que esta comunidad, junto con otras 23, han
sido reportadas en el Sistema de Alertas Tempranas por parte de la Defensoría
del Pueblo, en donde se han advertido las limitaciones al goce efectivo a sus
derechos territoriales, por restricciones y/o controles a su movilidad por
grupos armados ilegales.[90]
104. Así las cosas, le corresponde a la Sala resolver los siguientes problemas
jurídicos:
107. No sólo son los individuos los sujetos de estos derechos, sino que
también lo es cada comunidad indígena.[103] Al respecto la Sentencia T-380 de
1993 lo estableció así:
(iii) Debe conferirse primacía a la realidad sobre las formas y, por ello, no
puede considerarse que los registros censales y las certificaciones expedidas
por las entidades estatales sobre la existencia o la presencia de comunidades
indígenas o afro colombianas en una zona determinada, tengan valor
constitutivo respecto de la existencia de dicha comunidad como
culturalmente diversa. Han de tenerse, en cambio, como documentos aptos
para acreditar los hechos que le sirven de soporte a efectos de facilitar
gestiones administrativas, más no para desvirtuar el auto reconocimiento
identitario que haga una comunidad respecto de sí misma o de sus
integrantes.”[143]
154. Respecto de las comunidades indígenas que han sido víctimas del
desplazamiento forzado, la Corte Constitucional en las sentencias T-282 y T-
528 de 2011, T-558 de 2015, T-737 de 2017, entre otras, ha establecido que
una de las facetas del derecho fundamental al territorio colectivo de los
pueblos indígenas, es la garantía de que el Estado adelante las gestiones
necesarias para que la comunidad desplazada sea reubicada en un territorio
que le permita continuar con el desarrollo de sus tradiciones. Concretamente
en la Sentencia T-373 de 2017 la Corte concluyó que “el derecho al territorio
colectivo de los pueblos indígenas conlleva en casos de desplazamiento
forzado a la obligación del Estado de: (i) propender por la recuperación de
los predios despojados; (ii) velar porque se haga efectivo el derecho al
retorno; y (iii) en el evento de no ser posible, adoptar las medidas necesarias
para entregar tierras aptas que permitan a la comunidad afectada continuar
con su proyecto productivo, practicar sus costumbres y tradiciones y, en
efecto, preservar su identidad étnica y cultural.”
157. Así, las comunidades indígenas son titulares del derecho fundamental
al territorio ancestral y a la propiedad colectiva por mandato constitucional
reforzado por el Convenio 196 de la OIT. Este derecho no es solamente una
garantía de protección a la propiedad, sino también tiene como propósito ser
una protección a la integridad étnica y subsistencia de las comunidades
indígenas, en virtud de la especial relación que existe entre el territorio y la
cosmovisión de las comunidades indígenas. El ordenamiento nacional tiene
contemplados diferentes mecanismos para solicitar su protección, como la
constitución, reestructuración, ampliación o saneamiento de un resguardo
indígena, la cual es una labor en cabeza de la Agencia Nacional de Tierras. La
jurisprudencia constitucional ha esclarecido el contenido del derecho, en casos
en los que las autoridades administrativas negaron la constitución de
resguardos de manera injustificada, la demora o falta de respuesta en las
solicitudes de constitución de resguardos, las intromisiones de terceros en los
territorios ancestrales, y la falta participación de las comunidades en las
decisiones que afecten su territorio ancestral como en casos de explotación
minera o fumigaciones aéreas. En estos escenarios, la Corte ha encontrado una
vulneración al derecho a la propiedad colectiva y al territorio ancestral. La
jurisprudencia también ha indicado que el derecho al territorio ancestral no se
limita únicamente a los espacios geográficos delimitados en los resguardos,
sino que comprende todo aquello que sea vital para la preservación y
desarrollo de su cultura al ser este un elemento integrante de su cosmovisión.
Debido proceso administrativo y el derecho al territorio ancestral.
Reiteración de jurisprudencia.
178. En sus artículos 62 a 65, la Ley 1448 de 2011, establece que la atención
humanitaria está contemplada en tres fases: i) atención inmediata (artículo
63), es la ayuda brindada por el ente territorial entre el momento de la toma de
declaración hasta la inscripción en el RUV; ii) la atención humanitaria de
emergencia (artículo 64), es la ayuda a la que tienen derecho las personas
desplazadas que están inscritas en RUV; y, iii) la atención humanitaria de
transición (artículo 65), es la ayuda que se entrega a la población desplazada,
inscrita en el RUV, que aún no cuenta con los elementos necesarios para la
subsistencia mínima, pero cuya situación no requiere ayuda de emergencia.
Según la jurisprudencia constitucional “ la ayuda humanitaria se caracteriza
primordialmente por ser un derecho fundamental de quien se encuentre en
condición de desplazamiento forzado por la violencia y, por lo tanto, debe ser
suministrada de manera oportuna hasta que se garantice la superación de la
situación de vulnerabilidad de las personas en situación de
desplazamiento.”[216]
179. Según el artículo 2.2.6.5.5.3 del Decreto 1084 de 2015, la UARIV debe
caracterizar de manera integral a las víctimas y determinar la situación de
debilidad que enfrenta el núcleo familiar y la existencia de circunstancias
específicas para la priorización de la entrega o de su prórroga.
180. Además de la atención, la ley contempla medidas de reparación. El
artículo 69 y subsiguientes de la Ley 1448 de 2011, determinan estas medidas.
La reparación propende “por la restitución, indemnización, rehabilitación,
satisfacción y garantías de no repetición en sus dimensiones individual,
colectiva, material, moral y simbólica.”[217] La Corte Constitucional, en la
Sentencia T-718 de 2017 indicó que la reparación colectiva “tiene como fines
el reconocimiento y dignificación de los sujetos colectivos, la reconstrucción
del proyecto de vida, la recuperación psicofísica de los grupos afectados, a la
inclusión ciudadana y a la reconstrucción del tejido social. En adición a estos
propósitos, la reparación colectiva debe estar orientada siempre con un
enfoque transformador y diferencial que excluya cualquier forma de
discriminación (…)”
182. Los eventos que son objeto de reparación colectiva son (i) el daño
ocasionado por la violación de derechos colectivos; (ii) la violación grave y
manifiesta de derechos individuales de los miembros de los colectivos y (iii)
el impacto colectivo de la violación de derechos individuales. En el marco de
esta, se pueden adoptar medidas de restitución, indemnización, rehabilitación,
satisfacción y garantías de no repetición, en los componentes político, material
y simbólico.[219]
187. Además, la negativa del registro de una persona que cumple con los
requisitos para su inclusión, implica la vulneración de todas las garantías del
restablecimiento de sus derechos humanos. Dada la importancia de este
registro, la jurisprudencia constitucional ha establecido que la inscripción en
el RUV constituye una herramienta para garantizar los derechos
fundamentales de las víctimas del conflicto armado interno.[227]
203. Esta opera cuando se está frente alguna de las siguientes situaciones:
Caso concreto
225. Tercero, se está ante un grupo de individuos que le han reiterado a las
instituciones gubernamentales en más de una oportunidad que se reconocen
como una comunidad autónoma, la comunidad Yajotja, que no desea retornar
al Resguardo de Caño Mochuelo. Como prueba, suscribieron un documento
(acta de constitución). Cuarto, es una comunidad que conoce las implicaciones
de no retornar, que desea desarrollar y fortalecer su identidad cultural como
una comunidad diferente a la del Merey, y asentarse en el Vichada. Quinto,
hace más de 5 años no habitan el resguardo de Caño Mochuelo y no desean
retornar.
227. Observa la Sala que las respuestas allegadas al proceso, dan cuenta de
que las entidades involucradas no respetaron la identidad cultural, partieron de
la idea de que este derecho es estático y por tanto, una vez se reconocen unos
derechos territoriales las comunidades están obligadas a permanecer en el
mismo resguardo, sin importar el contexto, la autodeterminación de los
pueblos, las condiciones o cambios que puedan devenir con el tiempo, y los
riesgos que estos puedan representar para la supervivencia física y cultural de
la comunidad. Dicha posición dista de la realidad y del contenido del derecho
a la autodeterminación, sobre todo cuando no hay condiciones mínimas de
subsistencia por cuenta de la desatención estatal, violencia y falta de recursos
naturales. No reconocer el cambio que se produce sobre la identidad cultural,
que responde a los cambios de los individuos que la integran y a las
interacciones entre diferentes factores, es condenarlas a ser elementos
congelados en el tiempo, casi que pertenecientes a un museo.
237. Recuerda la Sala que la UARIV, al revisar las solicitudes debe tener en
cuenta el principio de favorabilidad, el principio de buena fe, y el principio de
prevalencia del derecho sustancial. Estos elementos, en el caso concreto,
implican que así se trate de una solicitud de una comunidad que se constituyó
de manera posterior a los hechos que le dan estatus de víctima a sus
miembros, estos pertenecían a una comunidad indígena que ya se encontraba
registrada. Su constitución como un nuevo pueblo, no implica que los hechos
que implicaron su registro en el RUV en primer lugar desaparezcan. Lo cierto
es que se trata de una comunidad que decidió separarse de su comunidad
inicial en ejercicio de su derecho a la autodeterminación. Pretender que esto
implique el cese de su condición de víctima sería desconocer sus derechos.
Por lo anterior, encuentra la Sala que la aplicación del parágrafo 2. artículo
2.2.7.8.2. del Decreto 1084 de 2015, en el caso concreto conllevaría a un
desconocimiento de los derechos de la comunidad Yajotja.
243. En esa oportunidad la ANT también indicó que “(…), el día 06 de julio
de 2021, (…) la comunidad Yatotja “Kjeübünakja” presenta solicitud de
constitución de resguardo indígena ante la ANT asegurando hacer parte de la
etnia Waüpijiwi, sin embargo, la misma no puede ser admitida a pesar de
cumplir con requisitos establecidos en el artículo 7 del Decreto 2164 de
1995, compilado en el Decreto 1071 de 2015, basándonos en dos aspectos, el
primero es el concepto jurídico emitido por la Oficina Jurídica de la ANT
(…), referido anteriormente, donde se establece la no viabilidad de
constitución y segundo, la solicitud de constitución que se presenta recae
sobre uno de los diez (10) pueblos que conforman el Resguardo Indígena
Caño Mochuelo, el pueblo “Wipiwi” o “Waüpijiwi”. // En virtud de lo
expuesto anteriormente mediante radicado No. 20215000788521 se dio
respuesta a la comunidad Yatotja “Kjeübünakja” exponiendo los motivos,
por los cuales, no fue admitida la solicitud de constitución. ”[278] (negrilla
fuera de texto)
248. Han pasado más de tres años desde que se hizo la primera solicitud a la
administración y se diera la apertura del expediente No.
201851008299800037E para la Protección y Seguridad Jurídica de los
Territorios Ocupados o Poseídos Ancestral y/o Tradicionalmente y han pasado
más de dos años desde que se hizo la solicitud voluntaria de compra de
predios y a la fecha la comunidad no ha recibido respuesta de ninguno de los
dos documentos. La falta de respuesta adecuada a las solicitudes realizadas en
mayo de 2018 y noviembre de 2019 constituye una vulneración de los
derechos de la comunidad. El tiempo que ha tardado la ANT en responder no
es razonable, especialmente en el primer caso, pues se trata de una medida que
debe ser resuelta de manera expedita para proteger los territorios de terceros.
A la fecha se sabe que esta no fue procedente, pero no porque la decisión haya
sido comunicada o notificada a la comunidad, sino que le fue informada a la
Procuraduría. En relación con la segunda solicitud no se ha dado respuesta
alguna. Así, recuerda la Sala a la ANT que esta debe dar respuesta a las
solicitudes, y estas deben hacerse en un término razonable. Es por esto que
encuentra la Sala la vulneración al derecho de petición y al debido proceso
administrativo en los términos señalados anteriormente. Por lo anterior, se
ordenará a la ANT que dé respuesta a las peticiones de medida de protección
de territorio ancestral del 16 de mayo de 2018 sobre un territorio en La
Primavera, Vichada y de la oferta voluntaria de compra de predios a la ANT el
18 noviembre de 2019, instauradas por la comunidad. Esta respuesta deberá
darse a la mayor brevedad, teniendo en cuenta que son solicitudes que han
debido ser resueltas hace más de dos años.
Síntesis de la decisión
273. Por su parte, las entidades refieren que el registro de la comunidad ante
el Ministerio del Interior, la constitución de un resguardo para la comunidad y
el registro de esta comunidad en el RUV no procede, pues estos ya tienen
derechos reconocidos en el Resguardo de Caño Mochuelo, o en otras palabras,
se encuentran registrados como miembros de la comunidad de El Merey en
Caño Mochuelo y porque la comunidad Yajotja se constituyó después de que
los miembros de la comunidad se desplazaran.
275. Las respuestas allegadas al proceso, dan cuenta de que las entidades
involucradas no respetaron la identidad cultural, partieron de la idea de que
este derecho es estático y por tanto, una vez se reconocen unos derechos
territoriales las comunidades están obligadas a permanecer en el mismo
resguardo, sin importar el contexto, la autodeterminación de los pueblos, las
condiciones o cambios que puedan devenir con el tiempo. Dicha posición
dista de la realidad y del contenido del derecho a la autodeterminación, sobre
todo cuando no hay condiciones mínimas de subsistencia por cuenta de la
desatención estatal, violencia y falta de recursos naturales. No reconocer el
cambio que se produce sobre la identidad cultural, que responde a los cambios
de los individuos que la integran y a las interacciones entre diferentes factores,
es condenarlas a ser elementos congelados en el tiempo, casi que
pertenecientes a un museo. Sin perjuicio de lo anterior, la Sala estima que el
riesgo advertido por el Ministerio del Interior para negarse al reconocimiento
de la comunidad Yajotja parece partir de la presunción de que las
comunidades indígenas podrían permanecer o separarse de sus resguardos por
razones puramente estratégicas o instrumentales, y pierde de vista que el
arraigo territorial es precisamente un elemento central para la identidad
cultural y que implica cambios sustanciales para el modo de vida de una
comunidad étnica. De forma que, cuando una comunidad ha tomado una
decisión de esta trascendencia y ha asumido las consecuencias que de ello se
derivan, corresponde a la institucionalidad tomarse en serio tal decisión y
evaluar la situación partiendo del principio de buena fe.
32. Además, encuentra la Sala una vulneración al debido proceso por parte
de la ANT al exigir el registro de la comunidad ante el Ministerio del Interior
para la procedencia del estudio de las solicitudes referentes a la protección del
territorio ancestral cuando la ley no lo requiere y por la demora injustificada
en la respuesta a sus solicitudes. Finalmente, hay una vulneración al derecho a
la subsistencia de la comunidad tanto física como cultural habida cuenta de las
difíciles condiciones en términos de vivienda, alimentación, salud y educación
que enfrenta, y ha enfrentado en los últimos 3 años. Por lo anterior se tomarán
medidas para garantizar los derechos de la comunidad.
III. DECISIÓN
RESUELVE
Cada uno de los pueblos que integran el resguardo tienen sus propios derechos
que deben poder ejercer según sus especificidades y no de manera forzada
bajo el control del más fuerte o con mayor poder, por razón del territorio
asignado. De acuerdo con la lectura de los antecedentes del expediente se
advierte que los problemas de la comunidad Yajotja tienen origen en un hecho
de la administración, como lo es el incluir a nueve pueblos indígenas distintos,
con costumbres y autoridades diferentes, a convivir en un mismo territorio,
bajo una única gobernanza, en el marco de la figura del resguardo. Con ello,
se tiende a diluir -para el Estado-, la distinción entre pueblos, etnias y
comunidades, y se entorpece el genuino ejercicio de la autonomía y del
derecho a la diversidad, en el marco de un proyecto colectivo acorde con su
cultura. No hay más que observar, como lo señala la propia sentencia, que en
el resguardo coexisten comunidades sedentarias, nómadas y seminómadas.
3. MAGISTRADO
PONENTE:____________________________________________—.
7.
VOTACIÓN:________________________________________________________
____.
8. ACTOR O ACCIONANTE:_________________________________________—
——.
11.
INTERVINIENTES:__________________________________________________
___
__________________________________________________________________
_____.
15. TEMAS:
__________________________________________________________________
______
__________________________________________________________________
______
__________________________________________________________________
______.
E() IE ( ) EC ( ) IP ( ).
C() NC ( ) CP ( ) TC ( ).
B. DOCTRINA GENERAL:
__________________________________________________________________
___
__________________________________________________________________
___
__________________________________________________________________
___
__________________________________________________________________
___.