Kary Cristina Aquino Dilone SM 5

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KARY CRISTINA AQUINO DILONE

MATR:2022-00003

ASIGNATURA : DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

DOCENTE: NATHALY RAMIREZ DIAZ

El Derecho Internacional Privado Y Los Procesos De Globalización.

1. Posición y Naturaleza Jurídica del Der

2. echo Internacional Privado.

3. El Derecho Internacional Privados y los Procesos de Globalización.

4. Globalización Jurídica.

5. Seguridad Jurídica.

6. Buena Fé.

7. Legalidad Internacional.

8. Principio Estoppel.
1.-Posición y Naturaleza Jurídica del Derecho Internacional Privado.

Tradicionalmente, el Derecho Internacional General se ha dividido en dos grandes


esferas: a. El derecho Internacional Público y b. El Derecho Internacional Privado
(en adelante DIP).

El Derecho Internacional general, observa Pizzolo (2010, pp. 4-5), conforma la matriz
normativa originaria instituyente de todo el orden jurídico internacional y cuyo objeto
fundamental consiste en regular las relaciones entre los estados.

Sin embargo, en el orden de la notable expansión experimentada por el Derecho


Internacional en materia de derechos humanos, su objeto se vio ampliado, lo mismo que
el régimen de obligaciones y deberes a las que el Estado se encuentra sujeto,
desplazando la inter-estatalidad con base en la cual se estructura el DIP hacia la
intraestatalidad, es decir, hacia las relaciones Estado sujeto conglomerado-social.

Podestá Costa (1988), agrega allí que bajo la esfera del Derecho Internacional deben
incluirse no solo las relaciones jurídicas de base interestatal sino aquellas que se
establecen entre los sujetos de derecho internacional.

En este sentido, siguiendo una doctrina autorizada (Pizzolo, 2010, p. 5 & Sorensen,
1994, p. 95); el Derecho Internacional General puede definirse a partir de cuatro
características fundamentales, A saber:

a) En Tanto Derecho Convencional, en el sentido de que sus fuentes proceden de


convenciones, tratados, acuerdos, etc. En esta sección debe incluirse al derecho
internacional en materia de derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario.

b) En Tanto Derecho De Cooperación, en el sentido de las solidaridades interestatales


que se crean a instancias del

cumplimiento de los tratados.

c) Como Derecho De Coordinación, por cuanto el orden jurídico internacional


conforma la matriz que pone en conexión las relaciones interestatales con los
dispositivos, mecanismos, operadores, agentes, órganos jurisdiccionales, etc., necesarios
y funcionales al cumplimiento de las obligaciones internacionales contraídas. Dichas
relaciones se dan, A saber:
Entre los Estados,
Entre estos y las organizaciones internacionales y
Las que se establecen recíprocamente.

d) Como derecho de integración; asociación; y armonización.

 Derecho de integración. Cuando el Derecho Internacional general se aplica


regional o subregionalmente, como es el caso del Derecho Comunitario Europeo
o el Mercosur y cuyos fines se destinan a la instauración de un derecho de
carácter supranacional con miras a desencadenar un proceso de integración.
 Derecho de asociación. Será derecho de asociación, observa Moya Domínguez,
por cuanto su objetivo consiste en «conformar una nueva unidad económica,
producto de la suma o fusión de los distintos ámbitos espaciales económicos»
(Citada por Basal-dúa, 1999, p. 7).
 Derecho de armonización. Será, asimismo, un derecho de armonización por
cuanto su aplicabilidad regional dependerá del grado de compatibilización
alcanzado por los derechos nacionales en la reducción minimización de las
asimetrías que conspiran contra el proceso de integración.

2.-El Derecho Internacional Privados y los Procesos de Globalización.

En esta lectura, es decir que, se propone dar cuenta de las mutaciones por las que ha
atravesado el Derecho Internacional Privado como consecuencia de los procesos
globalizadores que tuvieron lugar hacia los inicios de la década de los 90.

La emergencia de nuevos patrones de interrelación que han comenzado a darse entre las
naciones, tales como la regionalidad, a la supranacionalidad, la transnacionalita, etc.,
han redefinido las relaciones tradicionales entre los estados generando nuevos procesos
de interacción jurídico políticos entre ellos, en la crisis del modelo de soberanía
nacional estructurado en torno a una concepción territorialita de la jurisdicción, entre
otras cosas, han relativizado el rol del Estado como el “sujeto único” de las relaciones
internacionales. En efecto, la aparición de nuevos actores, de nuevas prácticas, de
nuevos discursos, etc., ha reconfigurado las relaciones de fuerzas y los intereses que las
estructuran. La redefinición del binomio «soberanía nacional y jurisdicción
internacional»

a la luz de los procesos globalizadores y de la regionalidad emergente, ha creado un


nuevo espacio de interacción que requiere ser formalizado y visibilizado. Para ello, el
presente artículo propone, en primer lugar, delimitar la posición y naturaleza jurídica del
Derecho Internacional Privado en el contexto de un Derecho global diversificado y a la
luz de las nuevas prácticas emergentes y su en mancamientos jurídicos; y, en segundo
lugar, identificar algunos de los problemas que se plantean en este sector del
ordenamiento jurídico, con relación al Derecho de la Integración,

a la regionalizad y a la supranacionalidad bajo las que se inscriben las relaciones


bilaterales entre las naciones por un lado y, por el otro, entre las naciones y el sector
privado, además el presente artículo actualiza algunas cuestiones que ya fueron
abordadas en una investigación más vasta emprendida durante los años 2010-2011, a
propósito de las continuidades, rupturas y tensiones que se dan entre el Derecho
Internacional Privado y el Derecho de base estatal.

3.-Globalización Jurídica.

Los términos, «mundialización» y «globalización», tanto en sede académica como


periodística, observa Baigún (2000, p. 6-7) son utilizados indistintamente como
sinónimos.

Mas, Sin embargo, existe entre ellos una diferencia técnica que a continuación
consignamos. Según Chesnais (1994, pp. 14 y ss.), la expresión «globalización» fue
acuñada en las llamadas business management School de Harvard, Columbia y Stanford
para designar al proceso de expansión del capital más allá de las economías
centralmente localizadas.

Mientras que el término «mundialización», en cambio, es de uso más frecuente en los


estudios europeos, particularmente, franceses y que, a diferencia del concepto de
globalización de aplicación más restringida, postula que la desregulación debe
instrumentarse de un modo irrestricto, hasta supeditar la vida social y económica a los
primados del capital y de sus racionalidades.
Para Chesnais (1994, p. 22) la mundialización, en modo alguno, puede ser considerada
un sinónimo de la globalización, pues se trata de un proceso diferente al de la
globalización. En efecto, mientras la globalización quedaría restringida al ámbito
estrictamente económico, financiero y tecnológico, la mundialización, en cambio,
expresa una fase específica del proceso de internacionalización del capital y de su
emplazamiento totalizado a escala mundial que, en este caso, no solo implica la
expansión del comercio mundial, sino que incluye allí a los rediseños jurídicos,
institucionales, normativos, legislativos y políticos que dicha expansión re-quiere.

La mundialización, en el sentido descrito, y según la definición de Chesnais (1994),


puede muy bien ser utilizada como la clave explicativa e interpretativa del proceso de
Re funcionalización al que está sujeto el DIP, siendo la llamada Lex Mercatoria,

la expresión más acabada de aquella mundialización. Por lo cual, en obsequio a la


precisión y el rigor, convendría mucho más valerse de aquel término por cuanto, de lo
que se trata en la cuestión bajo examen, es pues, el análisis de los impactos
transformadores que la internacionalización del capital ha ejercido en el derecho de base
estatal.

Ahora bien, el concepto «globalización jurídica», acreditado por el uso académico,


también llamado «globalismo jurídico», posee, según Zolo (2002), una raíz claramente
moderna y liberal. Su origen debe rastrearse en aquello que Kant llamará «derecho
cosmopolita»,

concepto este reelaborado luego por Kelsen (1982) en su Teoría Pura del Derecho y en
el que se postula, con base en la mediación kantiana, una internacionalización del
derecho conformada por la unidad entre el derecho estatal y el derecho internacional y a
lo que el propio Kelsen designara bajo la expresión postulado epistemológico (1982, p.
330-331) y que, por fuerza, conduciría a un único sistema jurídico borrando las
fronteras entre uno y otro y haciendo del Derecho Internacional un derecho primitivo
(Hart, 1970).

4.-Seguridad Jurídica.

Seguridad jurídica en el derecho interno y en el derecho internacional


El concepto de seguridad jurídica puede ser considerado como uno de los conceptos
axiales del Derecho, tanto en el ámbito interno como internacional, puesto que lo
atraviesa todo a lo largo de sus disciplinas y constituye, asimismo, uno de los pilares
sobre el que descansa el ordenamiento interno y del que depende, inter alía, la
gobernabilidad del sistema democrático.

Sobre los supuestos de la seguridad jurídica en el derecho interno, Alterini (1993, pp.
28-29), citado por Moya Domínguez (2006, pp. 28-29), identificó tres supuestos de
seguridad jurídica para el derecho interno, A saber:

1. Por medio del Derecho


2. Como certidumbre del Derecho
3. Como estabilidad del Derecho

1.-Por Medio Del Derecho: cuando él ordenamiento jurídico garantiza, a través del
Estado y sus instituciones políticas, la vigencia de la justicia social.

También justicia redistributiva y el respeto incondicional de los derechos fundamentales


derivados de la ciudanía (Campillo, 2005 & Marshall, 1998), declarando antijurídica
toda acción u omisión que impida o lesione el goce de tales derechos.

2.-Como Certidumbre Del Derecho: se refiere aquí al conjunto de certezas,


regularidades, viabilidades, garantías, etc., de las que deben gozar inequívocamente los
titulares de los derechos protegidos, tanto por la Constitución en el ordenamiento
interno como por las convenciones y tratados en la jurisdicción internacional.

3.-Como Estabilidad Del Derecho: entendiendo por ello a la previsibilidad del


sistema judicial, su permanencia, regularidad temporal de las normas y códigos que
garantizan el ejercicio de los derechos en ellos consagrados, impidiendo que los
fenómenos de inflación legislativa o que ciertos componentes erráticos política o
situacionalmente configurados, vengan a afectar o trasponer las regularidades
normativas en las que se sustentan y legitiman el ejercicio de derechos.

Desafortunadamente, nuestro país, durante los últimos años, se ha transformado en un


prolífico generador de ejemplos in contrario sensu de lo que debe ser la seguridad
jurídica, donde la certidumbre del derecho y la previsibilidad de la que debe gozar el
sistema judicial en su conjunto, ha sido sustituida, en cambio, por un sistema de
intereses y beneficios que responde a las necesidades de la clase política y no del
conjunto social.

5.-Buena Fé.

De esta manera, han sido recogidos por la Convención de Viena sobre el derecho de los
tratados del año 1969. El primero, en su artículo 26 establece que: «todo tratado en
vigor obliga a las partes y debe ser cumplido de Buena Fe».

Para dar una respuesta a esa interrogante se procederá a realizar un ejercicio de


interpretación del artículo 55.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
basado en los siguientes aspectos, A saber:

Interpretación conforme al principio de buena fe y teniendo presente el objeto y


fin del tratado Artículo 31 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados
Interpretación histórica con fines confirmatorios –Artículo 32 de la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados y
Finalmente, una aproximación desde la perspectiva del derecho comparado.

La interpretación que plantea el artículo 31 de la Convención de Viena sobre el Derecho


de los Tratados se fundamenta, según su párrafo 1, en la concurrencia de tres factores, A
saber:

 El primero de ellos es el límite en la buena fe,


 En segundo lugar, el sentido corriente con el que deben entenderse los términos
de un tratado, y
 Finalmente, que tal sentido corriente se debe encontrar en el marco del contexto
del tratado y de su objeto y fin.

La Buena Fe es un principio esencial en el dominio del derecho internacional, y su


relevancia con la interpretación no hay interpretación válida si se aleja de la buena fe–
radica en que la aplicación de las disposiciones de un tratado debe igualmente hacerse
sobre la base de la buena fe, 1 toda vez que la interpretación y la aplicación, en el
mundo jurídico, son momentos interconectados.
Y precisamente el principio de buena fe está asociado directamente con la noción de
efectividad, en el sentido que la buena fe en la interpretación como en la aplicación no
debe permitir que la norma tenga un sentido irrealizable en la práctica. Son contrarias a
la buena fe las interpretaciones que conducen a resultados que carecen de concordancia
con la realidad. Pero el principio de la buena fe también posee lo que podría
denominarse– un sentido positivo, es decir que la interpretación debe orientarse
precisamente a la producción de efectos posibles de ser implementados en la realidad,
finalmente debo señalar que, es decir, una interpretación de buena fe, por tanto,
consiste en dotar de significado a las palabras que integran la norma, de manera tal que
su regulación jurídica pueda producir un efecto en la realidad, y además de esta manera
se excluye cualquier producción extralimitada de efectos y se ciñe la interpretación a un
sentido de utilidad.

6.-Legalidad Internacional.

Es lo que puede ampararse bajo la legalidad internacional lo que venimos en denominar


legalidad internacional viene configurada por los principios y las normas jurídicas del
Derecho Internacional, tal y como han sido aceptados y reconocidos por los Estados.

En definitiva, y desde la perspectiva de la legalidad internacional, entiendo que la


respuesta a los importantes cambios políticos, económicos y sociales que estamos
presenciado a escala internacional, así como la respuesta a las expectativas políticas
respecto del derecho a decidir que se han generado en Catalunya, tan legítimas como
cualesquiera otras opciones políticas, deben basarse en el estado de derecho y en el
imperio de la ley, la base sobre la que se construyen sociedades justas y equitativas. De
conformidad, por tanto, con el marco legal y modificando y desarrollando, si es
necesario, este marco legal.

Se trata de encontrar entre las fuerzas políticas, sobre la base de las negociaciones y de
los consensos, tan amplios como sean necesarios para reunir las mayorías legalmente
requeridas, las fórmulas para articular política y jurídicamente este proceso, facilitar
siempre la expresión de la voluntad popular y, sea cual sea esta voluntad, negociar y
arbitrar en su momento las fórmulas políticas y jurídicas para hacerla efectiva. Quizás
sea pedir demasiado, pero entiendo que, en un momento especialmente complejo, tanto
en el plano global como en el plano local, los líderes políticos deberían estar a la altura
de las circunstancias en un escenario y en un mundo que sabemos que es imperfecto.
7.-Principio Estoppel.

Según la definición dada por The United Nations Terminology Database (UNTERM)
mediante la regla del estoppel “se quiere dar a entender que el que ha inducido a otro a
actuar de determinada manera (aseverando algo, con su conducta, con su silencio, por
medio de una escritura pública, etc.)

Nacido como instituto del Common Law, el estoppel fue introducido en el Derecho
Internacional a través de laudos de árbitros británicos y norteamericanos en los siglos
XIX y XX. Recogido luego implícita o explícitamente por la CPJI y la CIJ (Empréstitos
Serbios, Estatus Legal de Groenlandia Oriental, Pesquerías, Plataforma Continental del
Mar del Norte, entre otros), se ha convertido en una defensa perentoria de frecuente
invocación. Sin embargo, la Corte Internacional no parece haber sabido precisar sus
elementos constituyentes, derivando en una interpretación inconsistente del silencio y
de la denominada detrimental reliance. Esto ha generado una incertidumbre que ha
puesto incluso en duda la misma existencia del estoppel como regla del Derecho
Internacional.

En La Jurisprudencia Española, una de las resoluciones más explícitas y didácticas


sobre este principio fue la sentencia 309/2009, de 19 de enero, de la Audiencia
Nacional: respecto al principio de confianza legítima la sentencia del TS, entre otras, de
19 julio de 1996, da cuenta de dicho principio de "protección de la confianza legítima"
(vertrauenschutz) de origen germánico y características conocidas en el ordenamiento
anglosajón (estoppel) acuñado por el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea (en
los Arrets [casos] Lemmerz/Werke [de 13 de julio de 1965] y Hoogovens [de 12 de
julio de 1962]) y aceptado por el Tribunal Supremo en Sentencias de 1 de febrero de
1990, 8 de junio de 1990, y 22 de marzo 1991. Tal principio protege la confianza del
interesado en la legalidad y estabilidad de la situación que la Administración ha
generado.

Por Último, En Cuanto A La Doctrina científica, el profesor británico Michael


Akehurst considera que el principio del estoppel es una regla técnica del Derecho Inglés
en materia de prueba, en virtud de la cual si una parte formula una declaración de
hechos y la otra parte toma alguna medida basándose en ella, los tribunales no
permitirán después a la primera que niegue la verdad de su declaración si la parte que
actuó sobre la base de tal declaración resulta perjudicada si se prueba que la misma es
falsa. Si trasponemos este principio a los litigios internacionales en materia territorial, la
regla significaría que un Estado que ha reconocido la titularidad de otro Estado sobre un
territorio determinado no podría posteriormente negar la titularidad de este Estado si
este último hubiese tomado medidas sobre la base del reconocimiento, como la
construcción de carreteras.

Tal es el caso de Noruega con sus reclamaciones sobre la parte oriental groenlandesa
ante la Corte Permanente de Justicia Internacional; el 5 de abril de 1933, el órgano
judicial de la Sociedad de Naciones falló el Asunto del estatuto jurídico de Groenlandia
oriental en favor de Dinamarca porque el Gobierno de Oslo había realizado actos que
implicaban reconocer la soberanía danesa sobre toda Groenlandia. Otro ejemplo
significativo fue el Caso relativo al Templo de Preah Vihear, entre Tailandia y
Camboya.

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