Despues de Las Lanzas (Cabreros)
Despues de Las Lanzas (Cabreros)
Despues de Las Lanzas (Cabreros)
Cabreros
A MIS NIETOS
Carolina, Martina, Clarita, María Eugenia y Juan Cruz. Y a los nietos que
vendrán de la mano de Dios.
A ellos, que renuevan mi sangre en el tiempo y que miran al futuro, este libro
que cuenta hechos del pasado.
PALABRAS
Pequeña sí, pero llena de heroísmos y de trascendencias, a punto tal que por
eso mismo nadie les niega su grandeza.
Por eso, como hijo de esta tierra bonaerense, seguí la rastrillada por donde
anduvieron mis mayores y me dediqué a estudiar y a escribir anotando
acontecimientos y hechos; esos que fueron jalonando su progreso en la
hermosa aventura de vivir.
Juntos fueron perfilando un tiempo nuevo, nada más que con sus manos y
algún útil de labranza rudimentario y construyen, con indeclinable espíritu de
sacrificio, ese tiempo que llegó después de las lanzas.
A ellos, hombres y mujeres, mi homenaje y este libro que no es más que una
ofrenda de amor a mi pueblo natal.
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CAPITULO I
1. El escenario.
2. Ríos y fauna.
3. El hombre de América.
5. Algunas parcialidades.
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El campo es así de una belleza tal que sobrecoge el ánimo del espectador
ocasional o permanente.
Si esto nos sucede hoy, cuando el panorama tiene muy pocos puntos de
contacto con la realidad de aquellos días, ¿cuál habrá sido el pensamiento de
aquel hombre que se atrevió en gesto de audacia increíble avanzar a pocos
kilómetros del río "color de león" para penetrar en el misterio de esa pampa
virgen silenciosa y viviente?
Nuestra pampa, ese mal llamado desierto, que habría de dar a nuestra
historia momentos llenos de valor, de coraje y también de dolor.
Campo de batalla desde que el indio soberano de sus pastizales, valles y ríos,
de sus cerros y de la fauna que la habitaba cercó a los soldados de Pedro de
Mendoza obligándolos a desistir de la empresa fundacional de Buenos Aires.
Como antes lo hicieran con Solís, el descubridor del Mar Dulce, y con Gaboto.
Pero nadie se confunda al creer que esta extensión tan vasta y llana por
donde el Salado marcaba un hito de límites imprecisos era siempre igual.
Lucio Víctor Mansilla, que nos dejara el relato de sus viajes, acertó a decir
"Los que hoy han hecho la pintura de la pampa, suponiéndola en toda su
inmensidad una vasta llanura, ¡en qué errores descriptivos han incurrido!
Poetas y hombres de ciencia se han equivocado". "El paisaje ideal de la
pampa, que yo llamaría para ser más exactos, pampas, en plural y el paisaje
real son dos perspectivas completamente distintas". "Nos hemos
acostumbrado a hablar de pampa con un sentido restringido. Pero ella tiene
otra amplitud geográfica y posicional donde se encuentran diversos climas y
donde la topografía muestra caracteres diferenciales. Ese inmenso océano la
figura ha sido del agregado de relatores y poetas -fue el escenario natural de
la gran epopeya".
"Allí el azul cristal del cielo descansa sobre nivel verde del mundo".
Además fuimos paso obligado a las Salinas Grandes, transitando los arreos y
las caravanas a mil metros del mencionado fortín.
Cabeza del buey, más que Las Acollaradas, éstas a las puertas de la ciudad
que trazara Rafael Hernández en 1878, fueron asentamiento y lugar de
parada de los contingentes salineros que buscaban el precioso mineral
sustento de una gran industria. Casi la única que promovía desde la
incipiente urbe comercio exportador de cueros con ultramar.
Ríos y fauna
El agua -có para los araucanos- era fuente de vida. Sin ella nada hubiera
podido ser. En estos cuatro ríos forman la nervadura del desierto. Son ellos el
Salado del Sur en Buenos Aires, obrando como una frontera casi pactada
entre el huinca y el aborigen; el Chadi-Leovú (río Salado en la Provincia de La
Pampa; el río Colorado (Colú-Leo vú) y el Río Negro (Curú - Leovú) que
marcaba un límite a la ambición del blanco. Más allá la Patagonia, inhóspita,
tremendamente callada y sola, alimentando la imaginación de los soldados
con ciudades encantadas de oro y plata. La olvidada Ciudad de los Césares,
origen de una leyenda inagotable.
En ella los manzaneros tehuelches y al sur los onas, que la civilización del
gatillo, después de las guerras, se encargó de hacerlos desaparecer.
Y otro querido amigo que la codicia del cazador fue alejando de nuestro lado,
el ñandú. Ese padre ejemplar que asume la tarea de empollar los huevos que
su compañera deja en el nido.
Algunos indios de la zona que estudiamos, un poco al estilo del ñandú, pero
sin nada que lo justifique, en cuanto a su utilidad, guardaban cama cada vez
que la compañera india les daba un hijo.
Allí estaban dados todos los elementos esenciales para la existencia humana.
La naturaleza pródiga no negaba su apoyo al hombre.
El hombre de América
Sobre este inmenso escenario pampeano, parte del suelo americano que
Cristóbal Colón descubriera en 1492, se había extendido una cultura indígena
cuyos orígenes preocuparon a los estudiosos.
Dice Alec Hrdlicka, investigador americano, que el tipo racial de los indígenas
de este continente correspondería a cuatro derivaciones de la raza mogólica,
pero básicamente constituirían una sola. Luego aceptó una antigüedad
mayor, que elevó a 15.000 años.
Hay quien sostiene (Paul Rivet) que los americanos serían de procedencia
oceánica, significando que los patagones y los onas serían australianos
llegados al Sur del continente bordeando las costas del Mar Antártico en
canoas. Como se ve, en esto de precisar orígenes hay para todos los gustos y
cada cual afina su instrumento para tocar su música.
Ulrico Schmidel en sus relatos los llama carendíes y los tipifica como
ambulantes, cazadores muy diestros con boleadoras, resistentes y belicosos.
Juan de Garay (1581), que incursiona hasta el Cabo Corrientes en una tarea
de exploración, se encuentra con indios que ya comerciaban con sus
hermanos chilenos.
Debemos convenir que tanto los querandíes que dieron por tierra con la
primera fundación de Buenos Aires y los que Garay encuentra a su paso, son
los puelches (puel-Este, che-gente, gente del Este según los mapuches de
Chile).
Así el Padre Guevara es muy claro en asimilar a los querandíes con los
pampas, y para Azara los últimos eran los antiguos querandíes y añade que
aquellos se dan el nombre de puelches, "y aún otros porque cada división de
la nación tiene el suyo".
Sin embargo hay otros autores que indagan sobre un pasado guaraní, sin que
nadie acierte a comprender, eso sí, la misteriosa desaparición de la raza. Un
enigma de carácter histórico.
Es acertado pensar que el indio caminante antes de entrar en contacto con el
caballo y formar con él una unidad de hombre y bestia, recibió la influencia
de los indios del sur. La comunicación fue muy estrecha y constante y de un
lado y otro de Chile, las tribus guardan caracteres muy similares.
Algunas parcialidades
2°) Area que comprende el sur de Buenos Aires, la cuenca de los ríos Negro y
Neuquén. Conforman este núcleo los indios guénaken confederados con
araucanos del sur (Huilliches) y en las cabeceras del Río Negro y más al centro
de la pampa el establecimiento de los indios provenientes de Boroa (Chile).
La limpieza de los avíos del marido, como ser frenos, espuelas y otros objetos
están a su cargo. Les corresponde hasta ensillarle el caballo, ir a buscar leña y
traer agua.
El Tnte. Coronel Francisco Barbará publicó en el año 1856 un libro sobre los
usos y costumbres de los indios pampas. El cuenta lo siguiente: "la comida es
asado, apenas se chamusca, y la sala consiste en sal "chazi"; se comen cruda
la riñonada y el nonato si la res está preñada.
El alma del indio muerto iba a una morada especial, donde no faltaba nada.
Rendían culto a los muertos y era costumbre enterrarlos con todas sus
pertenencias. Obedecían a un esquema de autoridad que no discutían.
Aunque para hacer la guerra era frecuente el parlamento indio que resolvía
los pasos a dar.
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CAPITULO II
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Triste es decirlo, pero muy cierto, que la conquista del desierto es una
horrenda historia de destrucción, violación, saqueo y muerte.
Causas
El área territorial ocupado era muy pequeño y las dos terceras partes de la
Provincia de Buenos Aires era "hábitat" del salvaje, prolongándose
indefinidamente hacia el Sur en tierras todavía no muy conocidas y
abandonadas a su suerte.
Hombres, caballadas, equipos, provisiones, dinero, todo era escaso para tan
grande esfuerzo. En este continuo enfrentamiento de caudillos, guerra inútil
de desgaste y destrucción, poco se podía hacer con el indio. Era preferible
negociar la paz. Proveerlo de víveres, alcohol, bayeta, ganado y esperar a
tiempos mejores.
3) En épocas del ganado cimarrón, los yeguarizos que dejara don Pedro de
Mendoza y las vacas de Garay provenientes de Paraguay, multiplicados hasta
la saciedad, vagaran por los campos desolados, todos podían disfrutar de su
apropiamiento, para utilizar casi con exclusividad el cuero.
Pero luego, con el asentamiento de las autoridades patrias, reducidas las
existencias por la matanza indiscriminada, las haciendas se refugiaban en las
estancias y en los pueblos con la atenta vigilancia de sus dueños.
El indio se hizo ladrón. Y lo fue porque tuvo mercaderes que le pagaban por
el fruto de su delito y aprovechaban de él para hacer buenos negocios.
Algunos criollos, los más chilenos y hasta algunas figuras de preponderancia
política en el escenario gubernamental de ese entonces.
Los antagonismos políticos, desde siempre, nos han quitado la visión del
bosque. De aquello que está por encima de lo circunstancial y del momento.
Es suficiente un largo batallar de ideas queriendo cada uno imponer las
propias a veces a sangre y fuego, que por lo simplemente anecdótico
olvidamos lo principal.
Son los padres Tomás Falkner y José Cardiel los fundadores de la misión de
Nuestra Señora del Pilar del Vulcán.
Tendrían todas vida efímera porque serían arrasadas al poco tiempo por la
furia indígena.
Fuertes: 1) Nuestra Señora del Pilar de los Ranchos. 2) San Juan Bautista del
Chascomús. 3) San Miguel del Monte. 4) San José de Luján. 5) San Antonio
del Salto y 6) San Francisco de Rojas. Fortines: 1) San Pedro de Lobos. 2) San
Lorenzo de Navarro. 3) San Claudio de Areco. 4) Nuestra Señora del Rosario
de Melincué. 5) De Mercedes.
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CAPITULO III
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Esta vez, y en muy grandes carretas que se lanzan a la aventura del desierto,
van y vienen desde el puerto del Río de Solís.
Los virreyes a través del Cabildo, son los encargados de organizar estas
expediciones, confiados a la bravura y la inteligencia de gente avezada y sin
temores.
Cabeza del Buey, la laguna que duerme una siesta eterna tras las barrancas y
los médanos en el viejo camino a la población de Juan Francisco Ibarra, fue
punto de llegada y de partida, algo así como una posta, sin posadero ni rejas,
para el descanso de las tropas.
Para ello hicieron una visita a Buenos Aires, habiéndose igual oferta por siete
mil soldados que mantenían en Tapalquen, armados como los anteriores. El
gesto fue agradecido con vivas muestras de entusiasmo por parte de los
cabildantes, firmando el acta Francisco de Lezica Anselmo Sáenz Valiente y
Manuel Mansilla entre otros.
Desde que Juan de Garay hace su primera expedición hasta Cabo Corrientes,
constatando la existencia de indios mansos y yeguarizos cimarrones, son
innumerables los viajes a la campaña.
Llevan el propósito de reconocer el terreno, pero más que eso van detrás de
una quimera, de la escondida Ciudad de los Césares, fantasmal creación de
mentes afiebradas que soñaban con una riqueza incalculable.
Ya nadie pudo detener luego el andar de esa loca fantasía. La ciudad sería
buscada por todas partes y animaría la realización de viajes que, de otro
modo, no hubieran tenido aliciente.
Mejor vista parece tener Silvestre Antonio de Roxas, que deja un relato de
viaje asegurando haber visto la hermosa ciudad de los relatos. Transcurría el
año 1707.
En 1770 aparece en escena Manuel Pinazo, que llega con sus hombres hasta
el Río Colorado. De esas andanzas ha quedado un diario de viaje, recogido
por Pedro de Angelis.
Como viaje de estudios debe anotarse el realizado por Pedro Pablo Pavón en
el año 1772 al sudoeste de Buenos Aires.
En 1778 Manuel Pinazo se pone al frente de otra expedición, pero esta vez
con destino prefijado, Salinas Grandes, para hacer aprovisionamiento de sal.
Preparar un viaje llevaba tiempo y era preciso anunciarlo con los pocos
medios existentes en la época, para comprometer a una legión de personas
necesarias para tan magna empresa. Principalmente interesaba conseguir
carretas con sus animales de tiro, jinetes y caballada, amén de herreros,
carpinteros, hombres de armas.
Una odisea tremenda, que nada tiene que envidiar a esas legendarias
caravanas pobladoras del "Far - West" americano y que encontraron en el
cine una forma de proyectarse a los nuevos tiempos.
Dice Pinazo con respecto a Salinas Grandes "Es lugar de muchísima agua, y
allí vino el cacique Tipa, de los de paz con esta capital, trayendo consigo
varios indios e indias a vender cueros y otros efectos; y se reconoció en dicho
lugar vestigios de haberse ausentado por ha, los indios enemigos de él; no
hay leña, pero suple en su lugar la mucha osamenta que se encuentra.
Llegado al Río de la Plata en 1781 por veinte años reconoció este territorio y
esas observaciones las volcó en una abundante bibliografía donde dejó sabias
previsiones para el futuro que no se alcanzaron a cumplir sino un siglo
después.
El nombre estaría dado, ya que la referencia parece ser muy exacta, por su
apariencia de gran cabeza de buen tomada una vista general desde los
médanos hacia abajo y claro está que con una buena imaginación que ayude
a dar los aspectos formales faltantes.
La Junta de Gobierno Patrio nombra a don Pedro Andrés García para que se
haga cargo de una nueva expedición a Salinas Grandes y lo hace de esta
manera "Habiendo determinado esta Junta, de conformidad á propuesta del
Excmo. Cabildo, se verifique en este año la acostumbrada expedición á
Salinas, y publicándose el Bando, para su notoriedad, con designación del día
4 de octubre próximo para su salida de Palantelem, ha nombre á V.S. por
comandante de ella previéndose con esta fecha al de la frontera el apronto
de 50 milicianos armados á sueldo, que deben escoltarla. Y lo aviso á V.S. con
acuerdo de la misma Junta, para que en su inteligencia, y de haber nombrado
dicho Cabildo por diputados á los regidores D. Manuel José de Ocampo y d.
Andrés Domínguez, se presente V.S. en esta capital sin demora, á tratar con
ellos el punto de auxilios que le son peculiares, y recibir las últimas órdenes
de esta Superioridad.
Partió García con su gente desde Luján el 21 de octubre de 1810. Tenía 172
carretas, 55 carretillas y otros siete carruajes con un total de 929 bueyes y
520 caballos.
La amistad que supo conquistar García con los caciques Emepur, Quintaleubu
y Victoriano le sirvieron de mucho para poder sortear peligros y completar el
trayecto de ida y vuelta propuesto.
"En este día nos paramos en frente de unas lagunas de poca profundidad,
que se hallan al nord-oeste del camino. Son casi 5 encadenadas, y al sud
oeste, á distancia de estas, como 3.500 varas, hay otras siete lagunas, todas
de agua dulce, de bastante magnitud, y el terreno de andado en este día
tiene varias lomas de diversa elevación por entre las primeras y segundas
para el camino. A las primeras lagunas se las denominó Las Cinco Hermanas,
y á las segundas, las Siete Damas parecen todas, según la planicie, no ser de
aguas permanentes".
Continúa García con su relato para decirnos que a las 6 de la tarde del mismo
día llegan a Cabeza del Buey. Es importante su comentario de que haya
encontrado en ese pequeño tramo, entre laguna y laguna, varias tolderías de
indios al este y al oeste, y que llegaban con ánimo de establecer permutas.
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CAPITULO IV
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La paz concertada de los últimos tiempos del Virreinato continúa por una
década más desde el alumbramiento como pueblo libre, merced a tratados
de amistad, que significaban siempre una claudicación ante el permanente
pedir de las tribus.
Campañas Militares
Hay otro hombre de gran valor humano y de reconocida aptitud, nada menos
que el expedicionario don Pedro Andrés García, que propone soluciones
pacíficas y tampoco es escuchado.
Pero el indio, con medios más escasos, puso en juego su astucia, incendió
campos, atacó por sorpresa, sin librar combate abierto y molestó
constantemente, para no dar lugar al descanso.
Pero antes sea dado un nombre ilustre, el del Coronel Federico Rauch, del
ejército prusiano, que puso orden a la tropa y que consiguió triunfos de
significación en Quequén Grande, arroyo Las Salinas y después en Lago
Epecuén (3 de enero de 1827) y Sierra de la Ventana.
La campaña de Rosas
El nombre de Rosas provoca hoy las más encendidas polémicas, a punto tal
que todavía se discute si sus restos debían ser expatriados para recibir
sepultura en su tierra de nacimiento. Algo que en estos tiempos finalmente
se hizo con justicia.
Este Rosas que veremos asumir una guerra exitosa, aunque no terminada,
con el indio, no es aquel que en Caseros deja jirones de su leyenda en manos
de Urquiza y sus vencedores. Tal vez fue su reverso.
Es nombrado Gobernador
Se inicia la marcha
La dirección táctica de esta acción de guerra estaba a cargo del general Juan
Facundo Quiroga (El Tigre de los Llanos), siendo Rosas titular de la División
Izquierda como ya hemos dicho, siendo el general Angel Pacheco Jefe del
Estado Mayor.
Y por último el ejército del Restaurador con destino hacia el Sur hasta el Río y
después al Oeste hasta Neuquén. Los ejércitos habrían de converger en el
"país de las manzanas" en una tarea de limpieza y exterminio.
Más que por el rigor de la guerra, tanto Aldao como Huidobro se encontraron
de pronto sin víveres, con la realidad del hambre diezmando a la tropa y
decayendo, por eso mismo, su espíritu bélico.
Aldao regresa sin gloria. Lo hace con dolor, entristecido. Ruiz Huidobro se
anota un triunfo en Las Acollaradas, nada menos que contra Yanquetruz, el
bravo líder de los ranqueles.
Algunos historiadores, sin perdón para este general "de opereta" como llama
Alvaro Yunque, dicen que fue de casualidad.
¿No habría tomado contagio del mismo Rosas, necesitado de tener a us lado
gente para su diversión y mofa?
Alterados los planes iniciales por las fracasadas líneas de ataque, derecho y
centro quedan, entonces, estos dos sectores como puntos básicos de la
acción militar.
Hay una visión muy exacta de cómo era el campamento rosista, que no lo
favorece, pues quiso el azar que Carlos Darwin, el célebre naturalista, lo
visitara en su campo y dejara sus impresiones escritas en un Diario de Viaje.
Las sucesivas cargas sobre los indios que defienden bravamente sus aduares,
dan por resultado un elevado número de prisioneros. Tantos que finalmente
Rosas ordena fusilarlos, pues no había raciones contempladas para ellos.
El éxito fue rotundo. ¿El éxito? Pero no terminó con el problema. Muy poco
después volverían las tribus a reiniciar los malones, reforzadas por la
constante afluencia de los indios chilenos. El desierto se poblaría de gritos
salvajes y la seguridad de sus habitantes nuevamente sería comprometida.
Por eso mismo, lo que pudo ser el fin de la lucha con el indio, no fue más que
un intento varonil, una gesta heroica.
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Capítulo V
3. El diario de Parchappe.
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Por un azar del destino ninguna sirvió de apoyo a la creación de los pueblos.
La Cruz de Guerra se vio desplazada por la laguna Mulitas y Cabeza del Buey
le dejó el honor de cobijar las sangres nuevas a Las Acollaradas. Ni siquiera
Pichi-Carhué, que recibió el bautismo de fuego junto a su fortín, mereció el
halago fundacional. Aquí por una sola razón, los campos tenían dueños.
La Cruz de Guerra
Llámase así, un hombre tan particular como sugerente, una pequeña laguna
que se encuentra ubicada entre los cuarteles 10 y 11 del Partido de
Veinticinco de Mayo, a unas 10 leguas al S. de la actual ciudad cabecera y a
unas tres leguas de las localidades de Valdez y Morea. La primera en
Veinticinco de Mayo, la segunda en Partido de Nueve de Julio.
Don Pedro Andrés García también recorrió el lugar y anota en su diario -28 de
octubre de 1810- que el terreno es arenisco, mezclado con tierra negra, sin
que en éste ni en los anteriores haya descubierto hormigas, desde el Río
Saladado, como sucede comunmente en los demás hasta la capital.
Su nombre
Alguna vez se alzó allí la cruz para establecer la paz, y otras veces se la olvidó,
para entronizar la guerra.
La fundación
Rosas en acción
Las cuentas, luego habrían de demostrar que no hizo falta gastar toda la
suma.
Interesante resulta leer las instrucciones que Rosas da a Perdriel, donde paso
a paso le señala cómo comportarse en los trabajos a emprender.
El diario de Parchappe
Tuvo algunos tropiezos que por vinculación con los franceses acusados de
una confabulación contra el gobierno y aunque no se lo señala como culpable
debe irse de la Provincia de Buenos Aires. Echa anclas allá por Corrientes, y
trabajando en lo suyo se hace de un nombre. Es llamado a Buenos Aires
pasado el tiempo y a él se le debe el trazado, planes y construcción de las
fortalezas 25 de Mayo en Cruz de Guerra y Protectora Argentina en Bahía
Blanca.
El itinerario del viaje
Resulta útil e ilustrativo consignar los distintos puntos que los viajeros fueron
tocando y las distancias recorridas.
Total.............................................................................................50 leguas
Que la vida era dura ya lo dice Parchappe en la nota del 22 de nero y hay
referencias de algún vecino que se expresó quejosamente al juez de paz de la
guarnición en estos términos: "Aquí nos tienen comiendo soquete y flaco en
agua y sal y durmiendo a cada momento, esta es la vida que hacemos, pero
de terrenos nada hasta ahora asoma".
La renuncia de Rosas
Tal vez los celos, esa degradante y negativa condición del alma, hicieron que
el Gobernador negara su apoyo, lo que motivó a Rosas para pedir ser
relevado de su cargo en la línea de frontera. En su reemplazo se designa
como comisionado especial a Miguel Marín, oriundo de Buenos Aires.
La refundación
Año 1831. El jefe accidental del Fuerte sigue siendo Espinoza, quien se ve
abocado a reconstruir la fortaleza.
Los indios daban avisos frecuentes de su presencia en la zona y son varios los
choques que protagonizan con los fortineros.
Fue huésped calificado del Fuerte 25 de Mayo durante varios meses de 1832
el cacique mayor de los boroanos. Cañiquir, quien habitualmente residía en
Guaminí. No obstante dejó a su mujer la cacica Luisa y sus hijas Carmen y
Juana.
Luisa había sido robada por los indios de la tribu de Chocorí y devuelta por la
intervención de Rosas.
Todo esto no hace más que mostrar los sutiles manejos de Rosas en su trato
con los indios, como una forma de "tranquilizarnos" y evitar desmanes.
Juliánes le hace saber a Rosas -14 de abril de 1835- que se ha visto obligado a
mandar la caballada patria y a los yeguarizos a la laguna Las Mulitas, a unas
nueve leguas del Fuerte, donde hay buenos pastos y aguadas, con el objeto
de reponerlos ya que se encontraban, por falta de alimentación adecuada, en
malas condiciones.
Una cruz de paz se levanta donde ayer se combatió con dureza, y ampara por
igual el sueño eterno de blancos e indios. Al fin es una misma sangre roja, la
que derramada abonó la tierra por donde la civilización traza sus rumbos.
Fortín Mulitas
Según parece hasta el año 1851, oportunidad en que Rosas decide crear un
nuevo Partido, desprendiéndolo de Navarro cuyo cuartel 5° constituía,
llamándolo Encarnación.
Pero una resolución del Gobierno de la Provincia del Dr. Pastor Obligado da
luz al asunto. Dice así: "Ministerio de Gobierno, Buenos Aires, noviembre 29
de 1853. Al Juez de Paz de Mulitas (nada dice de Encarnación y no lo podría
decir ya que Rosas entonces era un fugitivo). El gobierno por resolución de
fecha de hoy, ha dispuesto que el Partido denominado Mulitas se
denominará en adelante 25 de Mayo. Lo que se comunica a Ud. para su
conocimiento. Dios guíe a V. masas (firmado) Ireneo Portela".
El Fuerte ya sabía de la furia bravía del indio indómito y cruel, animado tal
vez por el viejo dolor de verse perseguido en su propio terreno. En sus
inmediaciones se habían producido malones que provocaron inmensos daños
y llenaron de angustia el espíritu siempre valeroso de sus habitantes.
Allí se plantó, como pudo, y hasta la tradición oral dice que se cayó del
caballo, a punto tal que se le dio nombre a la laguna de la inmediaciones que
comenzó a llamarse laguna "del cura", recordando ese episodio, que a nadie
le debió parecer risueño en tan graves momentos.
El también tenía su Dios. Bajo ese signo protector, diciéndose enviado de ese
Señor de otras alturas es que había llegado desde la Araucaría a reivindicar a
los hombres de su raza. A buscar esas tierras donde entronizar los santos de
su devoción indígena. Y quién puede negarle el derecho que le asistía?
Puede ser que si su finalidad era el robo, se haya sentido satisfecho con lo
ofrecido. O bien, como algún autor lo refiere, la presencia de Calfucurá tenía
otra motivación especial. Que se le entregara a don Pedro Besabé, que en la
pulpería de don Antonio Islas había dado muerte a don Juan de Dios Veloz,
gran amigo del cacique.
Se dice que el reclamo fue hecho, pero que Bibiloni le respondió que no
cabía, ya que la muerte había sido en pelea franca. Eso conformó al cacique.
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CAPITULO VI
3. Se crea el Cantón.
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En este ayer heroico, reducto de indio que se enseñoraba sin trabas por las
dilatadas llanuras, los límites geográficos no estaban determinados por
ninguna ley de Partidos; ya que vendrían después, bajo la acción de
gobiernos estables y preocupados de dar forma política a ese teritorio
ganado metro a metro a la ferocidad del aborigen.
Es así, entonces, que en este centro de la Provincia de Buenos Aires, que nos
comprende en una ancha faja de tierra con Tapalqué, Olavarría, Azul, Las
Flores, Saladillo, 25 de Mayo y Gral. Alvear, todo acontecimiento allí vivido no
deja de ser nuestro. No deja de abrazarnos de alguna manera, para hacernos
sentir partícipes de sus desventuras, sus éxitos, sus fracasos y de ese espíritu
valeroso que fue patrimonio del habitante bonaerense, metido en estos
andurriales, para hacer la patria grande.
Sin duda alguna podría afirmarse que la región centro y sud de Buenos Aires
se hallaba habitada a partir del siglo XVII por los puelches, comprendidos en
una denominación de indios pampas.
Todo parece indicar que después de Vértz, que fue también adelantado en
todo esto de expedicionar sobre el desierto, habiendo llegado la comisión
que nombra al efecto hasta el arroyo "las flores", en alusión a las flores del
vinagrillo y margaritas que vestían de colores las márgenes del paso de agua,
fue Pabón quien estuvo por primera vez en lo que habrá de ser Tapalqué.
Juan Manuel de Rosas tuvo mucho que ver con el destino de ese pueblo, ya
que como Gobernador o como Comandante de Campaña siempre lo tuvo
presente. Y sus habitantes, contagiados de ese fervor que él hacía nacer en
las gentes, le respondieron cabalmente.
Ya estaban allí para ese tiempo Juan Catriel, fundador de la dinastía catrielera
que tuviera como mejor exponente a su hijo Cipriano, cuya historia veremos
más adelante, y a Cachul, su inseparable compañero.
Eran indios amigos, que salvo algún desliz de circunstancias, uno muy grave
cuando se aliaron momentáneamente a Calfucurá, se mantuvieron fieles al
blanco y colaboraron con él.
Tal lo considerandos del decreto que designaría para ese objetivo a Don Juan
Manuel de Rosas, al Coronel de Coraceros don Juan Lavalle y al Ingeniero don
Felipe Senillosa.
Acciones de guerra
Per el 1º de octubre de 1831 se rompe esa tregua informal, era la calma que
precede a las tempestades y se produce una invasión de campos en Tapalqué
a cargo de indios saqueadores.
Se crea el Cantón
Casi al mismo tiempo, pocos días después de estos suceso, robo y secuestro
del botín, Rosas dispone la creación del Cantón Tapalqué.
Pero que nadie, en defensa del indio, quiera que ahorremos palabras de
condenación al malón, al atropello, al degüello, al robo, a la violación. Fueron
estas consecuencias graves de la falta de entendimiento entre los bandos en
pugna.
Reunidos los invasores con restos de la tribu boroga, que habían escapado al
exterminio, decidieron dar un escarmiento a los tapalquenses asimilados a la
civilización.
¡Viva la Federación!
"El Jefe tiene la mayor satisfacción de dar parte a V.E. que en la madrugada
de que este día recibió aviso por los indios amios dispersos de haber
sorprenddo el Cantón Tapalqué y todas las tolderías de ellos situados en el
arroyo, y sus inmediaciones por una División de indios, enemigos chilenos y
borogas, y de estar robando caballadas y haciendas y asimismo llevándose
todas sus familias".
Acción de Calfucurá
Una invasión de indios chilenos al mando del cacique Railaf al frente de mil
lanzas llega nuevamente a las pampas y tiene como destino final Bahía
Blanca.
A su paso va dejando desolación y muerte. En las proximidades de Tapalqué
son apresados el Coronel Mañana y varios soldados, haciendo un botín de
cien mil cabezas.
Estamos en agosto de 1837. Calfucurá, que tenía un pacto firmado con Rosas,
para detener toda invasión allende Los Andes, sale al cruce del malón,
cuando ya emprendía el regreso y consigue recuperar cautivos y haciendas.
Dice la crónica que el cacique araucano se olvidó de reintegrar a sus dueños
lo robado por sus compañeros de raza. Con esto reafirma su hegemonía de
máxma autoridad india a quien nade puede desobedecer.
Preocupado Rosas por las continuas luchas que le planteaba el indio a pesar
de todas las precauciones tomadas, decide levantar un nuevo cantón en las
cercanías de la laguna Mulitas, al costado de la ciudad que habría de
levantarse luego con el nombre de 25 de Mayo.
Tensa espera. Agustias nuevas, sobre angustias viejas, y dejar que el tiempo
hiciera el milagro de un despertar distinto, sin miedos, y con las manos
tendidas para hacer la siembra sobre un surco recién abierto. No puestas
sobre el fusil, en actitud expectante, nada más que para matar o morir.
1839 marcará otro hito formidable en esa lucha entablada con el indio que
tendrá como actor primero -vaya la novedad- nada menos que al temible
Calfucurá.
Era Jefe de la División Sud, con asiento en Tapalqué, el Coronel Don Nicolás
Granada. Hombre de acero como pocos, templado en el fuego ardoroso de
cien combates, con Pachecho, y con Rosas en el Colorado, con Rauch,
Balcarce y Rondeau en otros entreveros, tenía todas las condiciones
necesarias para estar donde estaba. Los hechos lo demostrarían una vez más.
La oración se tornó por pasiva y los atacados eran ahora los que atacaban,
hasta que los perseguidos resolvieron volver grupas y ofrecer batalla.
Largo sería enumerar los detalles de una acción que tuvo caracteres de
epopeya pues reunió a los más altos jefes indios en una acción combinada -
ranqueles, araucanos, borogas- decididos a barrer con ese pequeño fuerte,
que resurgía de sus cenizas, con una vocación formidable de no ceder, cada
vez que la muerte le visitaba.
Rosas premió a los soldados con medallas al patriotismo, tanto jefes como
tropa. Y hasta los indios amigos tuvieron la distinción de una chapa dorada
destacando el valor de cada uno. Agregó el caudillo donación de tierras. Pero
el Coronel Granada nunca hizo efectiva la donación. Un hermoso ejemplo de
conducta, que lamentablemente no tuvo muchos imitadores. Una calle de
Tapalqué le recuerda y habría que saber si en las escuelas, donde se destacan
las acciones de coraje y desinterés, se sabe quién fue Nicolás Granada.
Los campos que se le adjudicaron fueron denro del sistema que imponía la
ley de enfiteusis, una creación rivadaviana que pretendió cambiar el régimen
de la tierra pública, buscando la posibilidad de alentar la instalación de
nuevos colonos a medida que la frontera parecía querer extenderse hacia los
campos abiertos.
Por lo tanto dispone que "1º Hasta la sanción de la ley sobre terrenos no se
expedirá título alguno de propiedad, ni se pondá en remate, ni se admitirá
denuncia de terreno alguno. 2º Queda prohibido a todo funcionario público
el proveer, ejecutar o auxiliar el desalojo de persona alguna establecida en
cualquier terreno, en el que no haya entrado por expreso arrendamiento, sin
especial providencia del gobierno..."
La idea base fue que la tierra pública se gravara como garantía de los
empréstitos obtenidos en el extranjero, procurando que no permaneciera
mientras tanto ociosa.
Se daba la tierra por un espacio de 20 años, prorrogable por otros diez años,
pagándose un cánon establecido.
Ya lo veremos.
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CAPITULO VII
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Claro está que muy pocos sabrán de que ya en el siglo XVIII hubo intentos de
establecer allí una guarnición militar como un adelanto de la frontera y que el
comandante de la Frontera sud Nicolás de la Quintana quiso establecer allí el
Cuerpo de Blandengues en el año 1804. Proyecto que quedó en tal, a pesar
de que los estudios hechos por el piloto Pedro Antonio Cerviño lo
aconsejaban.
Rosas pacta con los indios amigos y obtiene apoyo de éstos para la
expedición a Blanca Grande.
Fue Jefe de la expedición el coronel Mariano García, que partió de San Miguel
del Monte en febrero de 1828 con el Regimiento Nº 6, una compañía del Reg.
Nº 3 y una del Reg. Nº 1 y personal competente para levantar los planos y
hacer las construcciones.
Le tocará en suerte al Coronel Juan Ramón Estomba cumplir con tan feliz
iniciativa. Uruguayo de nacimiento y con una foja de servicios muy
interesante y sacrificada, reconoce una larga prisión en los fuertes del Callao,
nada menos que ocho años, y otra a raíz de una supuesta conspiración contra
Bolívar, a quien había acompañado en las lides por la independencia
americana.
Pareció el momento propicio para intentar un viejo anhelo que tuvo muchos
predicadores, como era extener la línea de frontera hasta Bahía Blanca, como
un paso previo a otro mayor, para llegar al Río Colorado.
Es comisionado Rosas
Se dispone por decreto comisionar a Rosas para llevar a cabo esa gestión, en
estos términos: "para ir preparando lo necesario a la extensión de las
fronteras del sur y fomento del puerto de la Bahía Blanca, cuanto a la
formación de un plan que abrace todos los detalles necesarios para la
conservación de tdos los objetos expresados..."
Pero no fue así. Contra toda especulación previa, Dorrego prefirió a Estomba
y dejó a Rosas "vestido y sin baile".
Diario de la marcha
Por él sabemos que partió el 22 de marzo de 1828 y que tras veinte días de
andar llegaron a las márgenes del Sauce Chico... "y sigue" a una legua del
puerto que desde hoy tiene el nombre Esperanza y al pie del lugar elegido
para la fortificación y la población..."
El vaticinio no resultó errado. Bahía Blanca puerto y ciudad, tiene hoy una
gran importancia en el mapa el país y está llamada a crecer merced al empuje
de sus habitantes y a su ubicación tan estratégica mirando al sur, donde la
riqueza nos está esperando.
Pero sí, vale el esfuerzo de mencionar, aunque sea de paso, el valor, la fuerza
moral de una población que debió soportar tremendos malones, alejada de
todo apoyo, valiéndose por sí sola. El primero de ellos a cargo de los famosos
hermanos Pincheira, bandidos chilenos, el 25 de agosto de 1828. La carga fue
resistida y los indios alejados.
Un progreso sorprendente
Bahía Blanca, tan sola y lejana, tan duramente castigada por el malón, tiene
mucho de heroísmo por la pasión con que sus habitantes lucharon por
hacerla fuerte y mucho del Ave Fénix de la leyenda, porque siempre supo
renacer de sus cenizas, hasta que pudo levantar su vuelo de cóndor, para
siempre.
Hasta ese momento sólo Dolores, fundado por Ramón Lara en 1818,
destruida por obra de José Luis Molina, desprendido de la estancia Miraflores
y convertido en bandido, y luego repoblada, además del Tandil (Fuerte
Independencia) no había otra avanzada poblacional en tan vasta y batida
región pampeana.
Por eso fue que la iniciativa de crear la línea del Arroyo Azul tuvo rápido
principio de ejecución y fue punto de partida para que poco tiempo después
se concretara la fundación del pueblo de Azul.
Así fue que todos aquellos que combatieron contra Lavalle tuvieron la
compensación en tierras de su Jefe. Como las tendrían después, y en forma
harto importante, sus colaboradores, amigos y familiares. Una "sombra",
como diría un historiador, para el hombre que se caracterizó por una
ordenada administración, por la justeza de sus rendiciones de cuentas y una
probidad que en muchos aspectos le es reconocida hasta por los enemigos.
El Decreto
Veamos qué nos dice el decreto en algunas de sus partes. "Entre los deberes
sagrados que se ha impuesto, el gobierno considera que el poner a cubierto
las fronteras de la provincia de la incursión de los bárbaros, es uno de los más
urgentes privilegiados". "Las medidas ordinarias son aplicables mientras no
vuelvan a organizarse regimientos de línea, y los puntos fortificados se
rehabiliten de medios de conservación y de fuerza aniquilados durante la
guerra civil". "Para suplir a la exigencia de esa importante necesidad se han
dictado las medidas que permiten las circunstancias, pero serían insuficientes
si no fuesen auxiliadas de otras más eficaces, reclamadas por la justicia y por
el interés de la campaña".
Este decreto dio mucho que hablar y después de caído Rosas los litigios
fueron numerosos, buscando una declaración de nulidad que se basaba, más
que nada, en el decreto que fue dado por Viamonte en el ejercicio de
facultades extraordinarias, cuando debió surgir de una disposición de la
Legislatura. Sin embargo, los pronunciamientos judiciales no variaron lo
acordado en aquel tiempo.
La fundación
Para algunos, y no pocos, debe tomarse como el origen del Partido. Es decir
su acta fundacional. Trámite qe complementaría después don Pedro Burgos
en 1832, fundado el pueblo de Azl (San Serapio Mártir del Azul).
Es interesante destacar que aún mucho después de esta última fecha Azul
seguía dependiendo para actos administrativos de importancia del Juzgado
de Paz de Chascomús.
Primera San José de Flores (hoy populoso barrio de la capital federal), Morón
y Matanza; Segunda San Isidro, San Fernando y Las Conchas; Tercera
Quilmes, San Vicente y Cañuelas. Cuarta Ensenada y Magdalena; Quinta
Luján y Guardia; Sexta Pilar y Capilla del Señor; Octava Chascomús y Ranchos;
Novena Lobos, Montes y Navarro; Décima Baradero, San Pedro y San Nicolás;
Undécima Arrecifes, Salto, Pergamino y Rojas; Duodécima Dolores y
Monsalvo; Décimo tercera Patagones y Décimo cuarta, la última en crearse,
Bahía Blanca.
El coronel Pedro Burgos fue el fundador del pueblo del Azul en cumplimiento
de una decisión de Juan Manuel de Rosas. Burgos, más que un guerrero, era
un hombre de campo. Su foja de servicios habla de una presencia activa en
los lugares de lucha, pero nunca destacan una acción memorable, algo que
pudiera ponerlo a la consideración de los demás como un militar de
excepción. Se le reconoce suma modestia en sus procederes, sano en su
forma de actuar y de gran bondad. Sin embargo, fue Pedro Burgos un
hombre que Rosas consideró como a muy pocos. Que lo tuvo a su lado
generándole plena confianza y a quien trató con respeto y cariño.
Hay una correspondencia activa que muestra a las claras esta especial
predisposición del caudillo hacia sus subordinados. Y hay protesta de
fidelidad y sumisión -no eran de extrañar en ese entonces- de Burgos para
Rosas.
Habíamos encontrado en este andar por los documentos que nos historia la
conquista del desierto, muchos pedidos a la autoridad, los más de los indios,
que reclamaban sus raciones, pan, alcohol, yerba, tabaco, bayetas, etc. y una
sola vez alguien pidió balas. Fue en Cruz de Guerra. Pareció una excepción,
pero no fue así. Don Pedro Burgos en julio del año 1833 se anima a solicitar
doce arados.
Total.....................................................................................28 ps.
Planos de mensura
El primer sacerdote
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CAPITULO VIII
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Después de Caseros
El caudillo, ya lo hemos dicho, mantuvo una débil paz con Calfucurá a más de
atraer para sí a tribus amigas. Y si bien es cierto que en el largo período de 17
años, que duró su segundo gobierno, hubo varios encuentros a sangre y
fuego con los indios, se debió en mayor grado al aporte de los indios chilenos
que provenían de sus tierras atraídos y estimulados por el comercio del
ganado.
Catriel y Cachul se suman por una vez a los maloneros, ausente quien los
sostenía con víveres y vicios, ante la imposibilidad de Urquiza de continuar
con los privilegios.
Sierra Chica
La otra columna, la del Este, que tenía como jefe a Bartolomé Mitre, iría
sobre las tolderías de Catriel, ubicadas en la Sierra Chica de Tapalqué
(Sudoeste de la Tapalqué y Oeste de Azul en la actualidad).
Mitre obtuvo un éxito momentáneo y llegó a los toldos de los enemigos, pero
allí su tropa, muy desorganizada, se didivió, unos para saquear y otros para
defender el pellejo en luchas parciales.
en silencio va la tropa,
en su fondo de tinieblas
el caballo de la rienda.
ni perdida la entereza;
el caballo de la rienda!
Eso explica que en este período, tan infausto para la patria culpa de las
eternas discusiones internas y los peligros externos, se volviera a las
fronteras de 1826, junto al Salado, en un retroceso que debió avergonzar a
tantos valientes jugados a cara o cruz por años y años en la frontera.
San Jacinto
La idea fue de marchar sobre Tapalqué, pero Calfucurá, viejo y astuto zorro,
buscó las tieras de San Jacinto para librar el encuentro llevando a las tropas
enemigas a guadales que prontamente hicieron su parte par precipitar la
derrota. Una vez más los soldados caían, hasta con inocencia, en la trampa
del indio. Los caballos se hundían en una zona pantanosa imposible de
acceder y donde los indios, con caballos adiestrados en este tipo de suelos,
sacaban ventajas sobre los soldados, pegados al barro y a los pajonales.
Las bajas del ejército en este corto tramo de tiempo (54-57) alcanzaron 2.500
hombres, debiéndose computar unos 400 hombres cautivos y la pérdida de
400.000 animales.
Nuevamente la paz
Los indios no podían pretender más, salvo que bullera en la loca cabeza de
Calfucurá la idea de ocupar el sillón de Urquiza, para dirgir desde allí los
destinos de la Nación.
Por eso insinuará hacer las paces, actitud que el gobierno no dejó escapar.
Catriel y Cachul vuelven a sus lares tapalquenses con la promesa firme de
recibir de las autoridades 1.200 libras de yerba, 660 de azúcar, 500 varas de
tabaco, 600 cuadernillos de papel, 2.000 libras de harina, 200 frascos de
aguardiente, 800 de vino, 72 botellas de ginebra, 72 de vino Burdeos, dos
carretadas de maíz y 200 yeguas trimestralmente. No dice el parte si los
caciques exigieron, además, algún tosco arado. Pareciera que no.
En esa oportunidad fue ungido coronel del Ejército Argentino Juan Catriel (el
viejo).
Mientras tanto Calfucurá, hábil diplomático, para no dar el sí, hace como
Penélope, por una parte teje sus argumentaciones con la Confederación y las
desteje con Buenos Aires y viceversa. No arriesga una paz definitiva y hace un
juego de entretenimiento que obliga a seguir en campaña volviendo las cosas
a su estado de siempre zozobra, inquietud, sorpresa, malón.
La orden general de retirada fue acatada por todos. Entonces los indios,
como si estuvieran haciendo un juego, como aquellos que gustábamos
practicar en la infancia, volvían sobre sus pasos par hostilizar desde cerca a
los soldados.
Este éxito de Melincué alentó al gobierno para que Emilio Mitre continuara
su lucha contra los indios ranqueles, que como se ha dicho, eran sumamente
rebeldes y crueles.
Entre ambos se mueven los caciques aportando sus hombres a la lucha. Los
ranqueles con Urquiza, Catriel y Cachul con Buenos Aires y Calfucurá con
unos y otros siguiendo el movimiento pendular del reloj. Primero con Urquiza
y después con Buenos Aires. Pero antes de esto invade Azul y las estancias de
Tandil.
Fundación de Saladillo
O cercado de miedo.
Pero no.
Nació de un sueño.
Estaba todo para que él naciera.
La llanura y el cielo.
El pájaro en su vuelo.
Puede decirse que salió a la luz por la determinación de sus habitantes y por
la gran visión del Gobernador D. Mariano Saavedra y su Ministro Mariano
Acosta.
La tierra pública ya había sido distribuida en el área que fijan los arroyos Las
Flores y Saladillo entre pocas familias, acota el Dr. Manuel Ibáñez Frocham,
historiador del terruño y mi recordado Profesor de la cátedra de
Procedimientos Civiles en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional
de La Plata.
El Juez de Paz sería su máxima autoridad, y su asiento no podía estar más allá
de donde el Juez se radicase. Es decir en su propia estancia.
Nace el pueblo
Son los vecinos Francisco y Máximo Cabral, dueños de una casa de ramos
generales cercana al arroyo Las Flores, los que proponen al gobierno la
creación del pueblo.
El mismo decreto de 1839 que dio vida al Partido de Saladillo, hizo lo propio
con el Partido de Las Flores. El Gobernador Rosas se aseguraba, luego de la
proclama de los Libres del Sur, puntos de apoyo para cubrir estratégicamente
esa vasta llanura que bañaba el Salado.
Los ánimos se habían caldeado y cada uno se afirmaba en los derechos que
creía tener.
Bolívar obtuvo una zona rural más amplia, donde estaban afincados
productores cercanos a la ciudad, pero que dependían de Gral. Alvear para
sus trámites legales.
El Juez de Paz de Saladillo, don José Atucha, y el vecino José Portuguez, éste
encargado de la construcción, fueron los encargados de cumplir con las
instrucciones superiores.
El fortín tenía forma de estrella de cuatro puntas, midiendo 200 mts. de cada
lado, con un baluarte y un cañón.
El parlamento indígena debía ser disuelto por las armas, tal la decisión del
gobierno, encomendando la arriesgada acción al coronel Bartolomé Mitre,
Ministro de la Guerra.
Sierra Chica, la tragedia de Otamendi, San Jacinto, saqueo del pueblo de Azul,
designación del Gral. Hornos para enfrentar la lucha. Tapalqué una vez más
arrasado, fueron sumando episodios que decían de una alta inseguridad para
las haciendas y la vida de los pobladores que se habían aventurado a
penetrar más allá del Salado.
Por fin al cabo de tanta sangre derramada en una porfía interminable llega la
paz. El gobierno firma tratados con los indios y se obliga con víveres y
ganado.
"En el mes de julio del siguiente año fue allí el Coronel de Ingenieros D. Juan
F. Czetz, quien ejecutó la traza y dejó colocados los mojones".
Repasemos algunos párrafos, nad amás, para dar término a esta breve
semblanza fundacional.
"Florinda ocupó a los indios del lugar en trabajos de agricultura y al igual que
Florinda los demás pobladores ocuparon a los indios en sus trabajos".
"No pasó mucho tiempo más en que a raíz del cambio de jefes, Borges fue
reemplazado por Elía, éste ordenó levantar la guarnición y demoler los
cuarteles y demás construcciones levantadas con recursos de la Nación".
Florinda, con los demás pobladores e indios mantuvieron con fe el incipiente
pueblo al que consiguieron salvar del desastre y hacer progresar
incansablemente.
"Lo ocurrido en Olavarría -dice Barros- es una muestra fiel de lo que ocurre
en la República, lo mismo en el presente que en el pasado".
"Esos mismos indios pintados siempre con los más sombríos colores,
considerados como el único obstáculo opuesto al adelanto, como una terrible
amenaza de la humanidad, han manifestado lo contrario con hechos
elocuentes. Ellos han contribuido a la defensa de la frontera contra los
invasores".
"Estos hechos -sostiene con énfasis- prueban que los indios aceptan la
civilización, que quieren regenerarse en el aprendizaje del trabajo y al
amparo de la justicia".
Primeras autoridades
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CAPITULO IX
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El problema del indio quedó sin solución, relegado a un tercer plano, lo que
trajo una nueva acción guerrera de parte de éstos, advertidos de las
dificultades que tenía el gobierno para combatrlos.
La ley nacional Nº 215 del año 1867 marca el suceso más importante de esta
gestión mitrista. Es la toma de una decisión fundamental para darle a la
cuestión indígena una solución total, definitiva, volcando en esa misión
efectivos reales y suficientes.
Se ocupará -dice la ley- por fuerza del ejército de la República la ribera del Río
Neuquén, desde su nacimiento en los Andes hasta la confluencia en el Río
Negro, en el Océano Atlántico, estableciendo la línea en la margen
septentrional del expresado río de cordillera a mar... (Art. 1º).
Y aunque deja sin especificar de dónde saldrán los fondos para tan magna
empresa y no define tampoco la entrega de tierras como gratificación a los
colonizadores, pone en claro que la ley comenzará a tener efecto
inmediatamente de terminada la Guerra del Paraguay.
Llega Sarmiento
El ilustre sanjuanino, el hombre que anduvo sin rodeos ni medias tintas, que
se equivocó tantas veces y otras tantas acertó, dueño de un estilo
controvertido y directo, llegó a la Presidencia de la República el 12 de
octubre de 1868.
Los pasos a seguir en la oposición al indio fue fruto de una larga experiencia y
se vio proyectada en obras básicas como la que correspondió al general
Wenceslao Paunero, incorporado de la memoria de Guerra y Marina del año
1864.
Aportes que también brindaron Angel Plaza Montero, publicación del año
1864, y el Dr. Nicasio Oroño en su obra que data del año 1868.
1º) Renovar las antiguas líneas con avances hacia "tierra adentro", para
constituir puntos de apoyo estratégico al servcio de las fuerzas militares
encargadas de la defensa.
2º) Avance de la frontera sobre el Río Negro.
Aquí, entre nosotros, fue el fundador del Colegio Militar de la Nación, por
encargo de Sarmiento.
El itinerario de Czetz
El 17 de noviembre de 1869 parten del fuerte General Paz los coroneles Czetz
y Boerr con destino a La Verde. El lector ya conoce el paraje y está al tanto de
los sucesos que allí acontecieron antes y después de la visita.
Quenehuin
El lugar era frecuentado por los indios, allí se asentó Calfucurá, antes de dar
el golpe sobre San carlos, pues la calidad del agua la hacía muy apetecida.
En poco más de dos días el fortín estuvo listo con todos los atributos que la
situación requería.
El capitán Santos Plaza quedó al mando del fortín con 24 soldados armados.
San Carlos
Por esta u otra circunstancia, ya que hay referncias de que estos campos ya
tenían ese nombre, el Carlos quedaría ligado totalmente a nuestra vida como
pueblo.
Reunión
El 23, en el médano de la Reunión se encontraron con el Coronel y
establecieron de común acuerdo no seguir hasta Cabeza del Buey, que en los
planes previos aparecía como sitio propicio para construir otro fortín.
El fortín, según los informes de los baqueanos, quedaba a tres cuadras de los
despuntes del Vallimanca, a cinco leguas o seis de Blanca Grande y a tres
leguas al sur de los Catorce Jagüeles. Boerr luego de esa reunión vuelve al
fuerte Gral. Paz y Czetz esta vez con Borges de compañero a tres leguas del
Reunión ubica un nuevo fortín que llamara Rodríguez.
En 1876 tendría -por fin- su fortín Cabeza del Buey, Siete de Línea. El
Deseado, sobre la laguna que le da nombre, en la localidad que hoy lleva el
nombre de Urdampilleta y el Tordillo, actual laguna con pesca en Pirovano.
Con excepción de los fortines San Carlos y San Luis, los restantes tenían
forma circular, siendo su diámetro de 20 metros, con un muro en talud de un
metro de alto por 50 centímetros de ancho. Los fosos tenían cuatro metros
de ancho por tres de profundidad, y la tierra extraída de ellos se utilizaba
para levantar terraplenes, ranchos y el mangrullo de observación. El fortín
San carlos asumía forma cuadrada y era de mayores dimensiones que los
anteriores. Lo rodeaba, además, un contrafoso rectangular en cuyo interior
se encontraba el patio del fortín y el potrero de la caballada. Tenía dos
ranchos en forma de cabaña, construidos con tacuara y techos de junco; por
todo argumento disponía de un pequeño cañón emplazado sobre un
terraplén. Esto hace exclamar a Alvaro Yunque que el San Carlos era un fortín
de lujo. Cabe preguntar, no sin pena, ¿cómo serían los otros?
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CAPITULO X
2. Combate de Vallimanca
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Combate de Vallimanca
El 28 de febrero de 1864 unos doscientos indios tapalqueneros
sorprendieron primero a diez soldados del Fortín Vallimanca, o Bayi - Manca
como también se escribe, que habían salido a buscar leña y luego entablaron
desigual lucha con el resto de la tropa que salió a jugarse valientemente.
En la mañana del 28 de febrero de 1864, el sol aún acariciaba con tibieza las
aguas mansas del arroyo, cuando a su vera diez hombres del fortín se
acercaban en forma despreocupada en busca de leña y agua refrescante.
Hubo un instante de duda. Los soldados se miraron sin decir nada. El presagio
de una emboscada se les metió adentro y fue verdad. El indio agazapado y
vigilante se hallaba escondido aprovechando los accidentes naturales del
terreno y de pronto surgió con toda su fiereza, inundando el campo con sus
gritos de pelea. Ya era tarde para la defensa. Los soldados apenas dieron el
frente para morir como hombres. El desastre fue total.
Los indios de Carupán contaban con más de 200 lanzas. La lucha se planteaba
desigual para el ejército nacional. No obstante, desde el fortín, no tardó en
escucharse el estridente clarín de Manzanares ordenando a la carga.
Así se hizo la patria, con sangre. Sangre gaucha de hombres sin miedo y
conscientes de sus responsabilidades. Quede a la generación de este tiempo
la obligación moral de recordarlos siempre y agradecerles el bien que nos
legaron.
Sobre esta misma tierra que pisamos, convertida en paseo, con luces de
mercurio que hablan de progreso, vibró alguna vez el alarido aterrador del
salvaje, defendiendo lo suyo, es cierto, pero no menos cruel por ello, y halló
respuesta en la bravura de los nuestros.
Antecedentes
¿Qué pasó para que Calfucurá diera frente a la batalla cuando su táctica de
guerra fue rehuir el encuentro y en tarea de distracción aprovechar para
llevar lejos sus arreos, su botín malonero?
Tenía seguridad plena en el triunfo. Tanto que se animó a dar aviso a Santos
Plaza para que lo esperara en San Carlos el 8 de marzo, previniéndole que no
osara tomar las armas.
Sabemos que el Talón de Aquiles del Amo de las pampas era Choele - Choel.
Cualquier amenaza que hiciera peligrar el paso provocaba la furia del cacique
y su reacción.
Advirtió el indio que tarde o temprano esa idea fija de militares y políticos de
llegar con la frontera al Río Negro estaba cada vez más cercana y que se haría
realidad.
Y como no hay mejor defensa que un buen ataque, Calfucurá volvió a la carga
asolando los campos al grito aterrador de sus huestes bravías.
Algunos malones
El gobierno se preocupa
Todos estos hechos configuran una situación muy delicada, que provoca
lógicos temores en la población y en los productores, que se consideran
desprotegidos. Los ganaderos nucleados en la Sociedad Rural Argentina
plantean al gobernador Castro y éste al presidente, la ausencia de un plan
defensivo y la necesidad de tomar medidas urgentes para que cese la
desvastadora hostilidad del indio.
Esto hace que las fuerzas indias, al mando de Calfucurá, con caciques
chilenos, ranqueles y neuquinos conforme una unidad monolítica dispuesta a
todo.
Comienza la invasión
Ese mismo día a las 2 p.m. recibe el Coronel Boerr en 9 de Julio, y a punto de
abordar la diligencia que lo llevaría a Buenos Aires, la noticia de la invasión.
Por la tarde, siempre del 5 de marzo, Boerr inicia la marcha con unos 100
hombres a su lado, con la idea de llegar a La Verde y movilizar allí a
Raninqueo, que era indio fiel.
Pero se entera poco después que ha sido tomado prisionero por Calfucurá y
sublevadas sus huestes, cambia sus planes y llega al Fuerte Gral. Paz. Al día
siguiente continuará su viaje hasta San Carlos, sumándose al grupo de los
indios de Coliqueo.
El día siete a hora temprana ya están en San Carlos Boerr y Levalle, por lo que
se dispone que Santos Plaza salga a la descubierta para tomar informes sobre
el enemigo y se insiste sobre Ignacio Rivas para que se reúna ellos en el
fortín. Rivas venía desde el Azul rumbo a las aguadas de Cabeza del Buey en
el entendimiento de que no llegaría a tiempo a San Carlos para la lucha, por
lo que consideraba propicio esperar a Calfucurá en el camino que
lógicamente tendría que tomar de regreso a su paseo infernal.
La columna derecha a cargo del cacique general Catriel con 800 indios. El
centro formado por el Sargento Asies, Jefe del Batallón 2º de Infantería de
Línea con 170 plazas y 50 hombres del Regimiento 9º de Caballería de Línea,
a las órdenes del teniente coronel Palavecino. Era su comandante el teniente
coronel Nicolás Ocampo.
El ala derecha compuesta por los aliados de Chile y Neuquén al mando del
cacique general Namuncurá. La división reserva netamente ranquelina tenía
500 hombres y estaba a su cargo el cacique general Epugner.
El combate
Antes de dar orden de ataque, habló a los suyos en el lenguaje épico que sólo
nace al borde de los campos de batalla, cuando el olor de la sangre ya se
presiente y estimula el corazón hinchándolo de coraje.
El parte de guerra referido a este primer momento dice "pie a tierra las dos
líneas, trabóse el más reñido y sangriento combate a lanza, sable, cuchillo y
bola, del que puede decirse, sin ejemplo en estas guerras".
El centro estaba estático en cuanto nadie cedía terreno a pesar del rigor del
combate. La derecha mostraba una lucha ardorosa, indio contra indio. Allí
Catriel lucía su fuerte brazo heroicamente hasta que hombres de sus filas
amagaron desertar. Cortó rápidamente la sublevación con mano firme,
poniendo a retaguardia fusileros dispuestos a matar a los remisos.
La alta estrella roja del cacique más bravío que cruzara este suelo se apagaba
con el dolor de la derrota. San Carlos lo abatió. Pero sus hijos habrían de
continuarlo por el mismo sendero de malones que le dieron tanta
nombradía.
No dejó de ser una lucha cruel, pero ya nos estábamos acercando a otros
tiempos y el país contaría con otros medios para lograr el objetivo final.
Batalla de La Verde
"El casco del establecimiento estaba formado por un alto edficio de dos
pisos, de material, edificado entre arboledas altas dispuestas en cuadro y en
calles, rodeado todo por alambrado y zanja, a veces contra zanja interna,
rellenando el espacio entre ambas con tupidas arboledas que en partes eran
hasta de ocho y diez filas, alternando álamos, las acacias y el sauce".
Es que 1874 fue un año muy conflictivo para el país al tener la necesidad de
nombrar sucesor a la Presidencia de la Nación, que el 12 de octubre de ese
año dejaba Sarmiento.
Por aquellos tiempos y muy a pesar de que la Constitución del año 1853 daba
normas claras de conducta cívica y realzaba los valores de la vida en libertad,
con respeto al hombre, y afirmaba los derechos y garantías del ciudadano, el
fraude electoral era moneda corriente.
Tenemos fijado el lugar del encuentro, muy cercano al fortín San Carlos.
Hemos enunciado las causas que motivaron a Mitre para la lucha y debemos
señalar que varios conocidos nuestros formaron en las filas revolucionarias.
La lucha
Mitre había dicho antes de estos sucesos: "La peor elección es preferible a la
mejor revolución".
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CAPITULO XI
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Una pequeña y poco firme construcción, para servir de refugio a unos pocos
hombres destacados en el lugar como puesto de vigilancia. Su misión no iba
más allá, no podía ser de otra manera, que la de dar aviso del peligro que se
cernía sobre las poblaciones en cuanto la pampa se movía, trágicamente, al
paso de los salvajes.
Su apoyo estaba dado en otros fortines que a pocas leguas unos de otros
iban formando una cadena de defensa como dique contenedor a las
continuas cargas de los indios.
Desgranados en el desierto, con su alto mangrullo avizor iban penetrando
mansamente extendiendo lo que se dio en llamar línea de frontera, porque
hasta allí la civilización se hacía presente. Más allá era terreno a ganar y, por
cierto, no sin pelea.
Su construcción
La guardia
No hubo condición más triste y penosa que la del soldado de frontera. Desde
su reclutamiento, en la mayoría de los casos por un acto de injusticia, por
designio de los hombres públicos dueños del poder, siguiendo luego por la
mala vida en sitio tan miserable. Recordemos el decreto sobre levas del
gobierno de Pueyrredón en 1815, que legalizó el atropello constituyéndose
en la más flagrante violación a los derechos humanos. La falta de un
"certificado de conchabo", cuya dación estaba en manos de los que tenían los
privilegios, colocaba al simple ciudadano en situación de vago alzado, para no
ir "de cabeza" a la frontera.
De esa bravura habla la leyenda que dejara nombres para la epopeya como
Lautaro y Caupolicán, y que siguió multiplicándose en los tiempos con otros
caciques de iguales agallas y a lo largo de luchas vibrantes, cruentas.
Fue su lanza un canto de batalla. Por cuarenta años su nombre, que causaba
miedo y espanto entre la soldadesca y los pueblos incipientes que nacían
junto a los cardos y guadales, de un territorio inconmensurable y abierto,
cubrió el vasto escenario patrio, como una sombra imborrable de signo
trágico.
Los indios chilenos habían hecho de estas tierras sus campos de correrías. Los
unos, para establecer un sólido comercio con el ganado que se encontraba
en estado cerril y sin dueños, respondiendo a los intereses de los negociantes
que proponían, detrás de la Cordillera, ese tipo de apropiación por la fuerza y
el robo.
Los Vorogas
En Salinas Grandes como epicentro, más allá Masallé, más acá Carhué y
Guaminí, en esa zona lacustre y salinera, de ricos pastos y de una fauna
abundante que aseguraba alimentación permanente y variada, vivían los
vorogas (Vorohué - voro (huesos), hué - lugar). Eran indios chilenos que
procedían de Boroa o Voroa, entre los ríos Cautín y Tolten y según
referencias de testigos de la época, los más hermosos de la raza araucana, ya
que en ellos había sangre de cautivas rubias, conformando un tipo humano
de características sorprendentes. La emigración de estos bárbaros responde
a las consecuencias que trajo la derrota de los realistas en Maipú (5 de abril
de 1818) pues contingentes de estos se suman a los indios que estaban de su
parte, y avanzan en son de guerra y de conquista, hacia nuestro territorio.
Los vorogas causan mucho daño con sus malones sobre Mendoza, Santa Fe y
Córdoba. Esto llama la atención de Juan Manuel de Rosas que, inmerso en
una lucha abierta en varios frentes, al margen de la inevitable puja a muerte
con los unitarios, estima necesario negociar.
Rosas no entrega a sus amigos y buenas razones tuvo para proceder así.
Estos últimos serían sus fieles seguidores, y desde Tapalqué le servirían para
sus fines de expansión territorial y guerrera, aún contra otros indios.
Había entonces, pensó Rosas, que escarmentar a los vorogas (las letras de los
pactos se borraban con nuevas palabras) y enfrentar a las tribus declaradas
en enemistad. Para ello, nada mejor que alentar los sueños de ese cacique
valeroso que asomaba como audaz y valiente y hacerlo dominador de las
tribus aquí asentadas, manteniendo con él una sólida relación amistosa.
El juego se dio como se había pensado. En este tablero de ajedrez que era la
pampa toda, el caudillo adelantó sus peones y estos fueron devorando pieza
tras pieza, con matemática precisión a sus enemigos. Claro que el jaque
perpetuo lo tuvo por fin el gobierno, pues al menor descuido cualquier
ventarrón le volteaba los trebejos.
De aquí muchos deducen, y tal vez estén en lo cierto, que el jefe araucano ya
incursionaba por aquí en el año 1831 y con el visto bueno de Rosas.
La masacre de Masallé
"Calfucurá había ocultado sus propósitos aviesos y de pronto se lanza con sus
hombres como una jauría sedienta de sangre sobre los caciques y se
enseñorea en el lugar, dejando degollados a sus principales protagonistas,
capitanes, ancianos y adivinos".
Zeballos culmina su historia cargando sus tintas sobre un suceso, que como
veremos, no tuvo la dimensión que se le señalara.
Se hizo reconocer como jefe absoluto por las demás tribus y hasta obtuvo de
los sucesivos gobiernos consideraciones, tal como si fuera a su vez el
gobernador de otro estado independiente.
No en vano historiadores serios hablan de un "estado tapón" chileno,
perfectamente elaborado y ejecutado por sus indios, para distraer las fuerzas
patriotas, demorar su avance al sur, con total desprotección de sus tierras,
expuestas a la ocupación de cualquier oportunista. Es una opinión no
desechable.
Todo lo que se diga es verdad, sobre este coloso de fibra única y tenaz.
Porque en su accionar debió tener dos rostros, como el mitológico Jano. Uno
para actuar frente a su tribu con carácter, fuerza moral, coraje y templeza. El
otro para usar en sus relaciones con el gobierno, haciendo de la diplomacia
un arte y del engaño una elegante estrategia.
La sucesión guerrera
La campaña de Roca favorecida por los avances que hiciera Alsina y ya en uso
en rémington y el telégrafo logra el éxito final ansiosamente buscado. Se
entrega Namuncurá, marzo de 1884 y se rinde Valentín Sayhueque, del País
de las Manzanas, el 1º de enero de 1885 ante la fuerzas del General Vintter
en Junín de los Andes. El jefe manzanero, que se consideraba argentino, fue
el último brazo levantado a la conquista. Caía el telón lento sobre un drama
argentino que llenó de angustias a varias generaciones. El país comenzaba a
integrarse con sentido de patria. Los inmigrantes llegarían en caravanas para
poblar esas pampas deshabitadas y el trigo le daría el color oro de sus espigas
hechas de sol y esperanzas. Los pueblos comenzarían a nacer y crecer
después de las lanzas.
Los bolivarenses, me incluyo dentro del grupo, por ser oriundos del lugar,
tenemos un gran orgullo en razón de que la Batalla de San Carlos, de tan
importante resultado en la lucha con el indio, se haya realizado en las
cercanías de la actual ciudad, unos dieciocho kilómetros al N.E.
Juan Catriel, Juan Manuel Catriel, Catrié y Katrié, de todas estas maneras era
nombrado el caudillo pampa, fundador de la dinastía, de linaje mapuche
chileno, pero nacido en las zonas cercanas a Tapalqué, es decir, era argentino
como él con mucha satisfacción, lo hacía notar en cuanta ocasión conviniera.
La estrella de Catriel
Cinco hijos forman su familia, al menos la conocida con carácter oficial. Son
ellos Juan José, el mayor, nacido en 1830, Marcelino, Cipriano, Pedro y
Marcelina.
Juan Catriel se lanzará a la guerra con el cacique Calfiau y el gaucho José Luis
Molina, antiguo capataz de Miraflores, y al robo desenfrenado de haciendas y
cautivas.
Llegando Rosas al poder, en diciembre de 1829, como Gobernador y Capitán
General de la provincia, recibe el apoyo incondicional de Juan Catriel y del
cacique mayor Juan Manuel Cachul, a quien veremos siempre junto a su
hermano de raza, en las buenas y en las malas.
Hay un hecho que pudo poner punto final a nuestra historia y que alcanzó
ribetes dramáticos. A poco de andar Calfucurá por el territorio patrio,
estimaba muy oportuno darles un buen susto a Catriel y Cachul, por lo que
entendía inadmisible adhesión a los blancos.
Catriel hace vida social en el Azul, asiste a comidas, viste a lo paisano y hasta
adquiere propiedad. Se le concede además, "por un acto de benevolencia del
Superior Gobierno, el título de General y Cacique Superior de las tribus del
sur y el uso de charreteras de Coronel a D. Juan Catriel, con sueldo mensual".
Los caciques subalternos quedan equiparados a Capitán de Ejército y para
Cachul, inseparable y fiel, queda en iguales condiciones que Catriel.
Cipriano Catriel
"A rey muerto, rey puesto", dice el refrán. Catriel "El Viejo", de tan firmes
convicciones cristianas a punto tal que en sus últimos días se había
convertido en el punto de apoyo del Coronel Alvaro Barros para defensa y
custodia del olvidado pueblo de Olavarría con indios que reconocen están
hambrientos y resentidos por la falta de pago de sus servicios y la no entrega
de raciones prometidas, tenía tres mujeres y solamente se le reconocen cinco
hijos. Juan José, a quien le correspondía la sucesión paterna, sintió correr por
sus venas la sangre mapuche y nunca accedió a conciliar con el blanco. El
odio a la raza era superior en él a cualquier aspiración de mando. El segundo,
Marcelino, no reunió condiciones apropiadas para el mando, por lo que
surgió finalmente el nombre de Cipriano Catriel.
Según el decir de Estanislao Zeballos era "uno de los indios más arrogantes,
hermoso y de salvaje continente que he conocido", agregando que "era un
fanático de las cosas cristianas", al extremo de "flagelar a su tribu para
inducirla a los rumbos de la civilización".
El 7 de enero de 1872 recibe los óleos la niña Tomasa, habida de su unión con
Eufemia de 18 años de edad. Son padrinos Santiago Avendaño (quien lo
acompañaría a la hora de morir trágicamente) y su esposa. El último, nacido
el 8 de octubre de 1871 es Ignacio, cuya madre es Rafaela Burgos. Sus
padrinos son el Comandante de la Frontera Sur, don Ignacio Rivas y su esposa
Martina Rebución.
Estos acontecimientos sociales son del más alto nivel en el naciente pueblo y
como se puede advertir participan de los mismos sus altas autoridades en
fiestas hechas con gran pompa y ruido.
El episodio cuenta con el apoyo del compadre Francisco De Elía que era,
como vimos, el Comandante de la Frontera y Juez de Paz. Cafulquir pierde la
vida y Grande, junto a Chipitruz, se entrega a Juan Cruz Boerr, jefe de los
Frontera Oeste y van de cabeza a la isla Martín García como presidiarios.
La revolución mitrista
Pero, ¿por qué traemos a cuento en forma sucinta este episodio de la vida
nacional, pareciendo que nos salimos del relato que veníamos haciendo
referido al cacique Cipriano Catriel?
Porque en esta acción de guerra los indios de Catriel harían el aporte de sus
lanzas a favor de Mitre. Los mismos que le infligieron la derrota de Sierra
Chica, esta vez estaban de su lado.
Es que el Gral. Rivas, al mando de las fuerzas de la Frontera Sur, Costa Sur y
Bahía Blanca, decidió intervenir en la "interna" junto a don Bartolomé Mitre y
pidió el apoyo del jefe catrielero, su compadre y amigo y su brazo derecho en
San Carlos.
Hay amores que matan, dice el refrán, y para Cipriano se cumplió el aserto.
La crónica establece la incorporación de una columna indígena de 1.500
hombres formando filas de 16 guerreros con Cipriano al frente, con su
uniforme de general y una vincha colorada con estrellas en la frente, poncho
pampa en el brazo, montado en un tordillo lujosamente enjaezado.
Mitre viene del Tuyú y se encuentra con el grueso de los insurgentes en Los
Médanos, Partido de Tordillo, el 22 de noviembre.
Desde allí marchan hacia Olavarría. Hilario Lagos, jefe leal, viene acercándose
a Mitre, por lo que éste se aleja de Olavarría y deja en el lugar a Cipriano. (El
dolido Gral. Mitre no olvidaba su "noche negra" y se deshace de su
compañía). Catriel acampa en las cercanías del pueblo, en Quentrel, cerca de
Cerro Negro, con familiares y unos pocos adictos que se adherían a la
revolución. La llegada de los jefes Lagos y Campos acelera la puesta en
escena que redivide el drama de Caín y Abel.
Juan José esgrime el argumento de haber sido engañado por Cipriano y jura
su fe alsinista aceptando incorporarse a los leales.
La muerte de un valiente
Los indios, estimulados por este nuevo Judas, entienden que deben salvar sus
pellejos y protestan su adhesión a la causa. Sólo queda ir al encuentro de
Cipriano y exigirle la rendición.
La suerte estaba echada. Si algo faltaba para colmar el vaso, esa sangre
inútilmente derramada habría de dar mayor profundidad a la escena
impregnada de fatalismo y horror.
Trasciende que la orden del Dr. Alsina, Ministro de Guerra y Marina, es poner
en libertad a los indios y a su jefe.
Los indios de pelea de Juan José los están aguardando y cuando van en busca
de sus caballos, liberados pero desprotegidos de la esperada agresión, son
rodeados y prontamente lanceados.
Cipriano no debió morir así. Fue generoso, leal y valiente como para merecer
la ingratitud de unos y el desprecio homicida de su propio hermano.
Los Catriel, los vástagos del viejo tronco pampa, se irán multiplicando por el
mundo y en las más diversas tareas, casi siempre humildes en la ciudad y el
campo. Llevarán en la sangre el signo de la gran tragedia familiar y el aire
altivo de la raza que lentamente se irá perdiendo en la mezcla natural del
amor y la vida.
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CAPITULO XII
1. Las mujeres del desierto. Las fortineras.
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Por eso el fortín, una endeble construcción que no resistía ni el empuje de los
vientos y después el Cantón, más fortificado, clavados como estaca en el
desierto que obligaba a estar despierto, con los ojos puestos en el horizonte
a la espera del ataque del malón, sorpresivo y brutal.
Muy poco cuidado, sin ropas apropiadas, con la comida escasa, que
generalmente había que procurarla del campo mismo, y con el abrigo de un
techo de juncos trenzados vivía, o caso sobrevivía, de esas penurias dispuesto
a pelear en cuanto el clarín lo ordenara.
Triste soledad la del hombre confinado a ese destino que por años, si
conseguía salvar el pellejo, iba a constituir su hogar, su templo, su esperanza.
Así fue que los ejércitos -desde antiguo- permitieron que las mujeres
siguieran a las tropas. En nuestro país y más concretamente en la campaña
del desierto, la mujer tuvo un papel protagónico lleno de abnegación,
paciencia y desinterés.
Mostró sobradas "agallas" para existir tan fiero y tuvo tiempo para consolar a
su hombre con la ternura que desbordaba de sus sentimientos femeninos,
nunca desmentidos, ni alterados, por el rigor de una convivencia sin matices,
ni riquezas.
Esta orfandad de bienes, donde el mate amarga ya era un lujo si había yerba,
califica por sí solo a una mujer, que no olvidó su condición de tal, y que dio
ejemplo de valor hasta la inmolación.
Las Fortineras
Por eso su cuchillo es más rápido y más certero y llega al corazón del indio,
que muere rápidamente.
Mamá Carmen corta la cabeza del indio, la ata a la cola de su caballo, alza a
su hijo, y al paso lerdo de su tostado va hacia el fortín. Sus ojos miran sin ver.
Su rostro está curtido por otra fresca llaga abierta y que nunca más cerrará.
Son 16. Ella, no obstante, seguirá en la porfía.
Otros nombres
Doña Carmen Funes, más conocida como la Pasto Verde, estuvo en los
fogones fortineros en su juventud, acompañando al soldado. En esa tarea
dejó lo mejor de sus fuerzas y un hermoso recuerdo, que la pluma de
Marcelo Barbel, un nautivo del Neuquén, transformó en sentidos versos, que
luego cantara Jorge Cafrune:
Ya cincuentona, tuvo rancho en Plaza Huincul, que fue como una posta para
el viajero, brindándose en la atención de las gentes con su natural bondad y
simpatía.
La Mazamorra
Doña Mercedes Casas, nacida en San Luis, pasó a la posteridad con su mote
bien ganado entre la tropa: "La Mazamorra".
Según parece doña Mercedes era muy afecta a la mazamorra, que era hecha
con maíz pisado y el agregado de azúcar o miel. Los milicos, cuenta Carlos
Gueva Laval, le dieron ese sobrenombre hartos ya de tan particular postre, a
la espera que doña Mercedes pudiera ofrecerles alguna otra novedad del
arte reposteril. Si lo lograron, no lo sabemos. Pero la "mazamorra" ya no
dejaría de ser tal hasta su muerte. Había casado con Ambrosio Gutiérrez,
soldado del 7º de Caballería, y sus últimos años los pasó junto a la Pasto
Verde, cultivando la tierra y cuidando ganado en el sur argentino.
Catalina de Godoy
- Es para vender?
- No señor, contestóle.
Las cautivas
Prisioneras de guerra, las cautivas fueron objeto del más funesto trato.
La vida en la tribu sería para la mujer blanca siempre penosa, pues la mujer
india, celosa y cruel, no ahorraba mortificaciones a la recién llegada.
Sus sacrificios mejoraron la raza. Cuántos indios de ojos celestes poblaron las
Salinas y hasta Catriel, erguido y majestuoso, no dejaba de insinuar en su
porte la presencia en su cuerpo de una cuota de sangre de blancos.
Las chinas
Las chinas, las mujeres de las tolderías, también habrían de hacer su aporte a
la mezcla de razas, en la elaboración de un tipo nuevo.
- Así me gusta. Se han portado Uds. como soldados del 3º. Tendrán cuarenta
y ocho horas de permiso, y se les regalará a cada uno un caballo de los
tomados a los indios. En cuanto a las mujeres, agregó dirigiéndose a Sosa, a
ver si quieren vivir con los milicos. Ninguna rehusó.
Fortineras, cautivas, chinas, nada más que mujeres, nada menos. Amor de
esposas, de novia...
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IIa Parte
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A la memoria de
José Hoya
D. Jacinto Maineri
Alvaro M. Martínez
Pedro Vignau
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CAPITULO XIII
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Bolívar. Un nombre con historia
Para nosotros, los que estamos en este valle pampeano por donde el indio
iba y venía camino a Salinas Grandes, dejando en las rastrilladas las huellas
de sus pasos, y en Cabeza del Buey abrevaba sus caballos y las haciendas
robadas, el nombre que habría de identificarnos como pueblo fue desde el
primer momento impactante.
Un ser superior, sin duda, signado por la fama y el éxito. Hijo de una gran
vocación y de un sostenido esfuerzo que ardió en su propio fuego hasta
consumirse como una llama olímpica después de la última prueba.
Reflexión final
No podía faltar una calle con su nombre, aunque tardó en llegar. Está ubicada
en el Barrio Villa Melitona y nace sobre la Avda. Calfucurá.
Tanto que decimos, que el Libertador duerme su sueño de gloria, alguna vez
al menos, entre nosotros.
¿Bolivarenses o bolivarianos?
También Bolivareros
Había que hacerlo todo. Abrir caminos tras las picadas de los colonizadores y
fundar fuertes, que fueran como un valladar, aunque endeble, a las legítimas
pretensiones indígenas, afirmando en el espacio un derecho soberano que
proclamábamos al mundo más en espíritu que en realidades.
Todo está dicho antes de ahora y debe servir de introducción a este tema.
La intervención de Alsina
Salíamos del conflicto armado de ese mismo año en que Mitre -no sin
argumentos por cierto- pero por medios que no son los más apropiados,
pretendió anular el resultado de una elección fraudulenta.
Ahora había que entrar decididamente en la tierra del indio -su tierra- y
construir la Nación que tanta riqueza prometía.
"San Carlos, como V.E. sabe, está situado en la parte de frontera donde
arranca el camino a Salinas, que deja a la izquierda la laguna del Monte.
Carlos Casares, con espíritu visionario, dio por propias las expresiones de
Alsina, ordenó los estudios correspondientes y luego de aprobados éstos
elevó a la Legislatura de la provincia, el 27 de agosto de 1877, un proyecto de
ley acompañado, como es de costumbre, con un mensaje. Firmaban Carlos
Casares y V. Quesada. En cuanto al proyecto de Ley disponía:
Ley Fundadora
Art. 1º) Créase un nuevo Partido bajo la denominación de Bolívar, en los
límites designados en el plano por el Departamento de Ingenieros, a saber:
por el Noroeste el partido de 25 de Mayo, por el Sudeste el partido de
General Alvear, por el Sudoeste La Pampa y por el Noroeste el partido de 9
de Julio.
Art. 2º) Autorízase al P.E. para que ubique el pueblo cabeza del nuevo
partido, bajo la denominación de San Carlos, en el lugar del fuerte del mismo
nombre.
Art. 3º) El nuevo partido que se crea por la presente ley formará parte de la
cuarta sección electoral de campaña.
Art. 4º) El P.E. queda autorizado para invertir hasta la suma de 200 mil pesos
m/c para los gastos que demande la formación del nuevo pueblo.
El decreto reglamentario
En cuanto a Bolívar, ninguna duda cabía que con ello, como era habitual en la
época se rendía homenaje a un prócer de trascendencia continental y de
imborrable memoria. Finalmente el Senado dijo que sí. El despacho pasó a
Diputados y aquí el cambio de opiniones vuelve a generar una intensa y hasta
divertida polémica. Alguien propuso borrar el San Carlos y dejar el nombre de
Bolívar únicamente.
Más otro hacedor de la ley, queriendo echar más leña al fuego, pidió un
recuerdo para Miguel García, aquel negociador argentino que asociamos
inexorablemente con las gestiones que nos llevaron a una segregación
territorial, pues estaba faltando, dijo, "un reconocimiento a sus méritos".
Como para hablar por hablar en aquella época, como pasa en la nuestra, no
se cobraba impuesto, se deslizó el nombre de Manuel Dorrego, el mártir de
Navarro, que méritos tenía sin duda alguna, y también el de Carlos Mayer,
joven de heroica muerte en La Rioja.
Lo mismo habría sugerido, pero esta vez para Sucre, para una estación
cercana a Luján, donde tenía campos y fue complacido.
Allí estaría esa razón de evocar al ilustre patriota y dar a nuestro partido su
nombre.
CAPITULO XIV
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Todo en razón de una pelea que tuvo lugar en la casa de comercio de Abrego,
donde un súbdito del cacique había sido muerto.
Todos reían. Se sentían fuertes, animosos y sobre todas las cosas, hijos de la
esperanza. San Carlos no habría de defraudarlos, aunque es justo reconocer
que exigió de ellos el máximo del heroísmo y de la entrega.
Un pedido de Berraondo
Don Martín Berraondo, Presidente de la Comisión, hábil comerciante y
conocedor del terreno donde andaba y de las dificultades que se
encontrarían por falta de elementos y útiles para el trabajo y la vivienda,
comenzó sus funciones con una nota elevada al Sr. Ministro de Gobierno, Dr.
Vicente G. Quesada, concebida en los siguientes términos: "Tengo el honor
de dirigirme a V.S. a nombre de la comisión designada por el Excmo.
Gobierno en decreto del 16 de noviembre, para intervenir en la fundación y
ubicación del nuevo pueblo de San Carlos, en el Partido de Bolívar, con el
objeto de manifestarle que hallándose próximo a partir para aquel destino el
agrimensor comisionado al efecto don Rafael Hernández, que debe ir
acompañado de numeroso personal, es indispensable dotarlo de carpas y
armas de fuego que pueden ser muy necesarias, ya que la comisión carece de
recursos para adquirirlas.
"Por estas consideraciones me permito pedir a V.S. que se sirva solicitar del
Ministerio de Guerra, si no los tuviere el gobierno de la provincia, dos carpas
grandes y seis más pequeñas, así como ocho carabinas Rémington cuando
menos, con su dotación correspondiente".
El grupo humano
El 3 de febrero, luego de andar por los senderos que sólo el ave recorriera sin
peligros, los expedicionarios asientan en Pichi Carhué. El fortín, apenas
cuatro seres humanos hundidos en la soledad, fueron los absortos testigos de
la gran odisea.
Por eso llama a todos los vecinos del lugar para tomar referencias más
concretas con respecto al dominio de esas tierras y es así que establece
primero, sin dudas, que luego confirmará reconociendo que no eran
propiedad del fisco. Sí lo eran de los Sres. Joaquín y Manuel Romero, Don
Pablo Landó y Ernesto Pinto.
Se orienta entonces más hacia el sur atraído por las aguadas vecinas. Las
Acollaradas, tendrán su oportunidad histórica, la que tal vez nunca se
soñaran, de dar fundamento y vida, en sus orillas, a una nueva población.
Los trabajos
Abrió las amplias avenidas que se cruzan sobre la plaza principal, con una
orientación apropiada y con un sentido de futuro que realmente asombra.
Para la fiesta de Pascua de 1878 se inauguró la primera casa, que según las
referencias de un viejo vecino estaba ubicada donde hoy está el Hotel San
Carlos y era propiedad del Sr. Colom. En tanto otra versión dice que la fiesta
se hizo, pero en casa que estaba construida frente a la actual Plaza Mitre y
pertenecía a la familia Arce. Y agrega que como no habían llegado las
maderas para las puertas, que venían en carreta desde "La Verde", se tapó la
entrada principal con un cuero de potranca que había sido sacrificada,
precisamente, para la fiesta.
Censo pecuario
Una pequeña población animal que supone con certeza que la alimentación
se procuraba de la caza y de la pesca, ya que felizmente la campaña tenía
todavía abundancia de animalitos que apetecían al hombre. No se descarta
que de los establecimientos ubicados en la vecindad, y que como hemos
dicho estaban allí desde antes de fundarse el fortín, se proveyera de alguna
ración de carne (vaca o yegua) a los primeros pobladores.
Los pobladores
La autoridad judicial
Departamento judicial
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CAPITULO XV
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Nació en Cañuelas (Pcia. de Bs. As.) en el año 1822. Falleció en 1905. Siendo
muy joven se estableció en el Partido de 25 de Mayo, cuando éste no
respondía todavía a esta denominación, siendo poblador de "El Carmen",
estancia ubicada en las cercanías de la actual estación del F.C. Roca Martín
Berraondo.
Un hombre templado para la lucha, para la acción, ese fue don Marcelino
Davel. El pueblo, que fue testigo de su desprendimiento y fatigas, le honró el
20 de abril de 1922, centenario de su nacimiento, con un bronce recordatorio
colocado a la entrada de la avenida que lleva su nombre. Se hizo justicia.
Pobló campos, participó de la vida pública y trabajó por el progreso del país,
cuando nada era fácil y todo estaba por obtenerse. Había nacido en
Guipúzcoa (España) en 1825 y falleció el 22 de noviembre de 1887.
No abundan los datos con respecto a don Miguel Villaraza, que aparece como
Ministro de Culto. Su nombre no figura en los documentos que se relacionan
con la fundación, durante ni después de ésta. El Acta de fundación labrada en
25 de Mayo el 8 de abril de 1878 y las instrucciones que se le imparten al
Comisario Pedro A. Duval, a quien se designa representante de la Comisión
Fundadora en San Carlos, lleva la firma de los Sres. Davel y Berraondo,
solamente.
Siempre se ha dicho, como una referencia biográfica, "el hermano del autor
del Martín Fierro", como si la figura de don Rafael hubiera necesitado del
lustre de su famoso hermano José, otro personaje singular, sin duda, de la
historia nacional.
Junto a José empuñó las armas y se los vio en Cepeda y Pavón, Ñaembé y
Paysandú. En este sitio, donde 600 soldados caen frente al enemigo, es el
único que consigue escapar y sobrevive de las heridas sufridas. En la isla
Caridad, junto a José y el poeta don Carlos Guido, Spano se recupera de tan
mal trance.
La tierra estaba allí virgen y rendida como una novia recién desposada pronta
a darse en frutos. Y el milagro del trigo, tras el manso mugir de los bueyes,
seguirá convocando gente dispuesta a trabajar.
Se reconoció que las primeras seis leguas habían sido escasas y que la
extensión pedida no comprometía de ninguna manera al erario, ya que las
tierras eran fiscales.
Trámite de adquisición
Un caso interesante
"He creído conveniente expresar en esta solicitud las causales por las que
hago petición. He contribuido como vecino de este pueblo y es público y
notorio que poseo aquí cinco edificios construidos de material; en embrión
aún este pueblo, establecí la primera (figura subrayado) Mensajería con el
objeto de facilitar al vecindario y el comercio las vías de comunicación por
medio de la correspondencia de que carecen". "Tales son, Señor Presidente,
las razones de mi pedido para que tomadas en consideración por la H.
Corporación resuelva lo que sea de Justicia".
Era titular don Pedro Duval, quien impulsa el trámite en la forma de estilo. El
agrimensor municipal era don Emiliano Silva.
Solares
En 1879 arroja la misma cantidad de solicitantes (41) por un lote más (64).
Entre otros, para Pedro Farías, Juan Arrospide, Martín Arce (otra vez),
Feliciano Lecea, Tomás Avendaño, Cosme Herrera, Francisco Sosa y
Constancio Molina.
Entre ellas, Nicolás y Vicente Yanuzzi, Francisco Roca, Andrés Sagasti, Miguel
Busquet, Nicolás Rumi, Martín y Marcelino Arce, Juan Sierra, María Maidana,
Alberto Gorchs, Mariano Urrutia, Ramón Castro y Pedro Carriso.
La bandera de guerra
Irene y María Hortoneda, Alcira Dozo y María Olivera fueron las artífices del
gesto triunfal y de su hermosa concreción en el augusto paño bicolor.
Fue un día de fiesta. De inenarrable alegría con la gente volcada a las calles
para asistir al desfile militar y a otros actos programados. A la noche tuvo
lugar la Velada de Gala, abriendo paso a la música el Coronel Campos en
compañía de la señora Prudencia Méndez de Cáceres para inaugurar un baile
social de muy lucidos alcances.
Traslado de la Bandera
La entrevista de los Presidentes de Argentina y Chile en Punta Arenas, don
Gral. Julio A. Roca y don Federico Errazúriz Echaurren, en 1900, pone término
a las discusiones y trae un alivio general en la población.
La crónica de esa época -10 de noviembre de 1940- dice que se hizo un gran
acto en la Plaza Alsina, con no menos de 3.000 personas asistentes. La
Bandera fue entregada por el Secretario Municipal don Oscar Villar en
ausencia del titular don Florencio Camet y recibida en nombre de La Cultural
por su Presidente don León Larregle.
Estuvieron presentes doña María Olivera, una de las damas que bordaron la
enseña patria, y don José H. Cáceres.
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CAPITULO XVI
1. Las primeras asociaciones. Los italianos. Los españoles. Una fecha para
recordar. La Sociedad francesa "La Unión". Los vascos en San Carlos.
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San Carlos los recibió desde su primera palada y ellos sembraron, más allá del
surco y en profundidad con un amor entrañable y el sacrificio de sus vidas.
Los italianos
No fue ésta, desde luego, la única actividad. Sus hombres se integraron a las
distintas instituciones que en el medio se iban proyectando y le dieron a las
mismas un fundamento de trabajo que les permitió nacer y crecer
prósperamente.
Tampoco podía escapar al sentimiento artístico, patrimonio del italiano,
fomentar la música. Y es entonces que a ellos se debe la formación de la
primera banda de música, que alegraría las inolvidables romerías y los
paseos, donde entre furtivas miradas de ingenua picardía, el amor iba ligando
las almas gemelas.
El viejo fuego se extinguió, aunque desde las cenizas parece ser que alumbra
una pequeña llama.
Los españoles
España civilizadora y madre de pueblos, llegó un día a las márgenes del Río
de la Plata y desde allí forjó un nuevo destino para esta parte de América.
Muchos hombres y muchas mujeres comenzaron así a través de los años una
larga caravana de inmigrantes, que fueron regando nuestro suelo con sus
propios sudores, sus angustias y sus esperanzas.
Hay una fecha, el 8 de setiembre, que al decir del poeta José Pedroni "no es
un día cualquiera", que tiene real significación para los españoles.
Posteriormente los aniversarios toman como referencias esa fecha para los
festejos y recordaciones.
Fue fundada el 8 de marzo de 1885 con el aporte de 13 socios que fueron los
primeros pobladores llamados a levantar el pueblo.
Felizmente sus nombres se rescatan del olvido, ellos son Bernardo Naguila,
Pedro Chalde, Juan Acheritegui, José Saffores, Francisco Coste, Graciano
Erramuspe, Pedro Rocca, Pedro Erramuspe, Calixto Lasala, Pedro B.
Curutchet, Pedro A. Curutchet, Juan Aurnagui y Luis Huost.
Vocales titulares Sres. Eduardo Ordoqui; Agustín López Goñi; Joaquín de las
Heras; Domingo J. Erreca, Angel R. Vivanco; Pedro Oyarzábal; Vocales
suplentes: Señores Fortunato Lerga, José Unzué, Modesto Ortúzar, Emilio
Bilbao, Felipe Eguiguren, Fulgencio Olascoaga; Revisores de Cuentas Antonio
Gurruchaga, Julián Ojínaga; Jurados Marcos Tamborenea y Domingo
Barrenechea.
La Salud Pública
Así pasó en San Carlos. Y tan advertidos estaban los fundadores de dar al
menos soluciones parciales al problema, que en la caravana pobladora se
alistó el farmacéutico Ludovico Ressia. Sería entonces, él, el primer hombre
con conocimientos curativos, acompañándole muy poco tiempo después don
Joaquín Fernández, a quien en 1882 la Sociedad Española recién creada le
pide la atención de sus socios.
Es de entender, como dice el refrán, que a falta de pan buenas son tortas,
por lo que a falta de médicos diplomados y con estudios serios, aparecieron
los curanderos que actuaban a "cara limpia". Don Francisco Doll, que
provenía de Tapalqué, fue nombrado como "inteligente en medicina" y como
tal ejerció en el pueblo naciente.
El primer médico
José Santiago (Pepe) nacido en 1895 fue médico como su padre, instalándose
en nuestra ciudad. A él se lo llamó Fabrés chico para diferenciarlo de su
progenitor.
Murió joven, a los 51 años de edad, pero tuvo tiempo suficiente como para
trascender como ser humano y médico de nota.
Otro médico que tuvo significación profesional y política fue el Dr. Arturo
Vitale. Participó en la fundación de la Biblioteca B. Rivadavia y defendió con
pasión la primera obra de pavimentación del pueblo. Fue también Concejal y
a él se le atribuye la frase, que me la comentara mi abuelo paterno, "el que
no pueda vivir en el centro que viva en las orillas, pero el pavimento se hace".
Le costó, según las mismas referencias, un gran disgusto con la población.
Séame permitido hacer el cierre de este boceto -nada más- con la mención
de un discutido político y renombrado médico, el Dr. Anteo Gasparri. Por un
momento su figura carismática ejerció gran influencia en la comunidad, lo
que le permitió hacer carrera política con el peronismo. Pero su suerte
estaba en la medicina y la ejerció con idoneidad y nobleza por espacio de
treinta años.
Felisa Miguel de Monasterio, otra profesional del mismo rubro y por último la
Srta. Carola Durante, que continuó la Maternidad de la Sra. de Pérez de la
Avda. Gral. Paz por mucho tiempo y que hoy, retirada de su trabajo, vive en
La Plata.
Las Farmacias
Sea el último recuerdo, para cerrar este capítulo, para Jesús Martínez, idóneo
de farmacia de reconocida capacidad. Trabajó en la farmacia San Carlos y
después en farmacia Fal, para posteriormente instalarse con farmacia propia
en la ciudad de Olavarría. Allí murió, ya anciano, en 1989.
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CAPITULO XVII
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El dolor nació con el hombre y siguió con él. Por eso es que en el nuevo
villorio, paraíso de las aves que Las Acollaradas acunaban, prontamente se
sintió la necesidad de contar con un Hospital Público, para asistencia de los
enfermos.
Un año después, una nueva Comisión continúa a la anterior, formada por los
Sres. Galdino N. Carminatti, Dr. José Fabrés García, Florencio Camet, Antonio
Lautre y Nicolás Delisio.
Donan el terreno
Don Juan Maineri, un italiano que había llegado con la caravana fundadora,
tal vez como queriendo significar que todo el esfuerzo propio y el de su
mujer, doña Luisa Mosconi, no había sido suficiente para agradecer a tanto
como habían recibido del país, ofrecieron en donación un terreno ubicado
sobre la Av. de Circunvalación N° 34 esq. Boulevard 47, compuesto de 8.000
mts. cuadrados para levantar allí el edificio que atendiera los sufrimientos de
la población. Este gesto altruista y que la comunidad bolivarense ha
reconocido públicamente colocando un busto del donante al frente del local,
aceleró los trabajos preliminares que ya habían tomado gran impulso.
Un cierre inesperado
Un triste episodio se produjo a fine del año 1910 como consecuencia de las
desavenencias internas del grupo y provocó el cierre del Hospital, tuvo un
lamentable cariz político y se llegó a una crítica situación que fue reparada a
mediados de enero de 1911 por la intervención del Padre José María
Argüelles. Este sacerdote que era Vice Presidente de la Asociación asumió la
responsabilidad de abrirlo nuevamente con el apoyo del Comisionado D. Díaz
Pumará.
A raíz del cierre del Hospital Público intensificó su labor y hasta habilitó una
pieza para asistir a algunos vecinos atacados de viruela.
Nómina de Directores
Realiza una gran labor procurando fondos para apuntalar los servicios
hospitalarios con la provisión de diversos elementos que hacen a la actividad
específica. Fue su primera presidente la Señora Leonor Alzueta de Martínez, y
actualmente está al frente de la Asociación el Sr. Alberto Basile, que se ha
constituido en un activo y desinteresado dirigente.
Las etapas
La tercera etapa también estuvo a cargo del Ingeniero Ucar con la firma del
contrato el 24/11/81. Se hizo la sala de rayos con revelado, comando y grupo
sanitario, zonas de esperas para el público, consultorios externos, un puesto
enfermería y baños generales.
Zona sanitaria
El Dispensario Público
Fue creada por Ordenanza N° 10 del año 1928, nombrándose una Comisión
integrada por los Dres. Rogelio Solís, Miguel L. Capredoni y Daniel Salazar con
el fin de proyectar su instalación.
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CAPITULO XVIII
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Estas gestiones tuvieron éxito por lo que se nombró maestro a don Juan
Martínez Ruiz, asignándole un sueldo de $ 1.500 m/n y a fin de hacer posible
instalar la escuela, se enviaron 25 bancos dobles, 50 tinteros, 2 pizarras
murales, un mapa de la provincia, 100 libros de lectura, 200 cuadernos y
otros elementos como lápices, plumas, tizas, lapiceras y útiles de geometría.
Treinta niños son los fundadores, los adelantados que abrirán ancha huella al
saber y se llamaban Mauricio Córdoba, J. Baldovino, Ginés Córdoba, Miguel
Viola, Segundo Terán, Jacinto Cebada, Manuel Zabaleta, Pedro Hueso,
Zacarías Linares, Tiburcio Mendiguchea, Emiliano Molina, Francisco Doll,
Demetrio Caña, Primitivo Chatruc, Agustín Cetrá, Encarnación Barrios,
Domingo Hernández, Benigno Sagores, Pablo Dorrego, Alejandro Aguirre y
Marcelino Díaz, Pedro Molina Ramón Mendiguchea, Arturo Cosa, Aureliano
Molina y Eduardo Chatruc.
La publicación que hace el Dr. Alvaro Martínez en su obra del texto completo
me exime de reiterarlo aquí.
Así comenzamos a marchar sin pausas por los limpios senderos del saber en
una actividad, la docencia, que contó siempre con maestros de señalada
vocación y espíritu de sacrificio.
77 73 4
Preescolar 12 10 2
Primaria 55 53 2
Adultos 4 4 -
Especial 2 2 -
Media y Técnica 2 2 -
Superior 1 1 -
Form. Profesional 1 1 -
Adultos 90 90 -
Mis maestras
Maestros bolivarenses
De Casimira Barroso y María Alcira Cabrera, como así también de doña María
Delhez de Franchimont, nos ocupamos en una pequeña semblanza personal.
Algunos nombres se nos ocurren para dejarlos grabados en la historia, aún a
riesgo de pecar por injustos, ante la segura omisión de muchos que en
aquellos días tempranos hicieron de la enseñanza un canto de fe para el
mañana.
Hizo uso de la palabra la docente Srta. María Etelvina Cáceres y actuó el Coro
a cargo del maestro Virgilio Rossi.
Nómina de egresadas
Asprea Elizabeth; Benedetti Doris Mabel; Camps Rosa Ethel; Casajús Susana
Araceli; Deleonaris Beatriz Esther; Guichandut María Elena; Hoanni Raquel
Nélida; Martínez Gladys; Maineri María de las Mercedes; Osovi Yolanda
Elvira; Peralta Juanita; de la Serna Alita; Timo Elba; Terrera María Nélida;
Urrutia Lía y Villamor Olga.
Fue una de las primeras maestras que tuvo San Carlos de Bolívar. Mujer
valerosa, de probada conducta, le tocó sobrellevar circunstancias muy
difíciles en su modesta existencia dedicada a la enseñanza. La primera de
ellas, carecer de un título habilitante a pesar de su gran experiencia en la
materia; la segunda, ser sostén de una hermana enferma y una tía baldada,
que encontraron en ella seguro apoyo y solidaridad.
Adelantados del saber que dieron una hermosa lección de amor cuando el
país quería comenzar a borrar su triste noche negra de la lucha contra el
indio, en nombre de una civilización que para imponerse les quitó la vida.
Por eso dice el poeta muchos años después "La Srta. Barroso ha sobrellevado
la vía crucis de su existencia con ejemplar resignación y ha sabido vivir su
pobreza con dignidad".
Solicitó una vacante de maestra, sin serlo todavía, y con apenas 13 años.
Practicó en la Esc. Nº 1 en el 1900 con la dirección del Sr. Harispe, para luego
recibir nombramiento como maestra de grado en la Escuela Nº 2, con un
sueldo mensual de $ 40.00 y con el compromiso de estudiar hasta conseguir
el título.
Más tarde pasó a desempañarse como Directora de la Escuela Rural Nº 3,
Cabeza del Buey, en un paraje totalmente desértico, donde para llegar había
que ir en galera.
María Alcira Cabrera obtuvo su diploma de maestra y le hizo honor con una
dedicación total y calificada, que la posteridad, agradecida, le ha reconocido
ampliamente.
Ofreció el acto don Horacio Gómez. "En esta tierra de los homenajes fáciles -
dijo el orador- nunca mejor tendida esta mesa que una generación levanta
con singular orgullo para testimoniar su gratitud a la maestra de los primeros
años".
Digamos que Adela también fue maestra, por lo que la mesa de los
Franchimont reunía cinco maestros de sus seis integrantes.
Establecimientos educacionales
Escuela de los Hermanos Pagadoy. Funcionando allá por el año 1908 estaba
dirigida por tres hermanos provenientes de 25 de Mayo. La particularidad de
la casa de estudios es su naturaleza franco-argentina, por lo que se cantaba
el Himno Nacional Argentino y también la Marsellesa, además de introducir a
los alumnos en el idioma francés.
Reemplazado el Prof. Juan Santamaría por la Srta. Francisca Soto, fue ésta la
encargada de llevar adelante el Instituto, prácticamente hasta su
fallecimiento, en la casa de la calle Pringles a metros de la Av. San Martín.
La primera promoción lleva estos nombres que son realmente, todos, dignos
de la mejor mención por la labor cumplida luego con dignidad y patriotismo.
Regina Sarraúa de Urrutia; Zelmira Cobián de Larrosa; Julia Cobián de Alías;
Carmen Etcheverry de Márquez y María Alcira Cabrera.
Respondía a una sentida necesidad de un pueblo que quería darle a sus hijos
las herramientas válidas para un futuro laboral con mayores posibilidades.
La escuela supo cumplir con tan alta finalidad y no solamente fue dando en el
andar de los años artesanos hábiles , mecánicos, herreros, carpinteros,
electricistas, que se incorporaron a la actividad con plena conciencia de lo
que hacían, sino que también aportó cambios a esa juventud, a veces díscola,
mal entretenida, señalándole sana orientación.
Las exposiciones anuales de los trabajos de los alumnos fueron siempre una
fiesta y la más viva muestra del trabajo creador, eficiente, práctico de la
escuela, que justificó ampliamente el esfuerzo hecho por los vecinos y
autoridades al momento de solicitar la apertura.
Fueron directores después del Sr. Frezza, don Cirilo Sangiani; don Mario
Rodríguez; la Srta. Irene Graciela Medina y el Sr. Oscar Yannuzzi, que sigue en
la dirección del establecimiento.
La Ley de Presupuesto del año 1931 le quita la partida, por lo que pierde su
carácter oficial. Funcionará como Incorporado al Colegio Nacional de Azul,
con todas las dificultades propias de no contar con fondos suficientes.
Juan Pedro Curutchet. El 5 de julio de 1939 ingresa como Rector el Prof. Juan
Pedro Curutchet.
Por varios años estará al frente del Colegio la señora de Durante, hasta que
en marzo de 1968 es nombrada por concurso Rectora la Señora Prof. Matilde
T. Saravia de de la Fuente.
El nuevo edificio. El edificio del Colegio fue construido por don Diego Naranjo,
titular de una de las empresas más fuertes del Partido y dado en alquiler al
Ministerio de Educación de la Nación.
Ya en 1973 hay una solicitud de las autoridades en procura de levantar un
nuevo edificio acorde con las necesidades del establecimiento. Incluso se
disponía de un inmueble sobre la Avda. Fabrés García para ese fin, producto
de una donación de la Suc. Cantero.
Ahí surgió la figura de la Ing. Agrón. Srta. Haydée Bidigorri, que tuvo a su
cargo la tarea directriz en lo profesional y en lo humano.
Su paso por nuestra ciudad fue importante y por eso mismo a pesar de que
su fallecimiento se produjo hace algunos años, se la sigue recordando con
singular afecto.
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CAPITULO XIX
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La Capilla
Las previsiones para instalar una capilla estuvieron tomadas desde el inicio,
dejándose el lugar, donde luego se levantara la Iglesia. Pero en aquel
entonces el terreno se había ocupado por una construcción que sirvió a la
Comisaría de Policía.
Se dice que una noche en que se celebraba una fiesta de gala en homenaje a
la Gesta de Mayo, un grupo de vecinos aprovechó la distracción para derribar
la construcción, ayudados por una yunta de bueyes.
Los elementos del culto puestos a resguardo fueron llevados a la casa de
familia del Sr. Funes (hoy Panadería El Sol) en Gral. Paz y Roca. Se estima que
fue en 1903 durante el corto período que fue Comisionado Don Andrés
Macaya.
El Padre Juan Gil, que bregó por traer a las Hermanas Siervas de Jesús
Sacramentado. El padre Alejandro Chinca, que mucho tuvo que ver con la
construcción del Hospital y luego el padre José María Argüelles, quien es el
iniciador de la obra del Templo Parroquial, siguiéndole el padre Vicente
Bautista. Estos dos sacerdotes habrían de atravesar una etapa difícil, pues
grupos liberales, activistas, le ofrecieron permanente desafío a través de los
periódicos de la época y "volanteadas" callejeras, agrupados en sociedades
de neto tinte anti clerical.
El Padre Luis Castells, que en Pirovano venía desarrollando una vasta obra
apostólica, es nombrado en Bolívar, y aquí asume con su proverbial bondad y
humildad.
El templo parroquial
Los trabajos se harán en varias etapas. En la primera, bajo el curato del Padre
Juan M. Argüelles, la construcción alcanzará una altura de cinco metros,
quedando habilitado el templo para actos religiosos.
Es posible que la inauguración oficial haya sido en abril de 1909, ya que una
resolución del H. Concejo Deliberante de fecha 7 de febrero de ese mismo
año estableció "conceder al cura el pago de una subvención de $ 60.00 m/n
mensuales, destinada al alquiler de una casa ya que todavía no ha podido
hacer el traslado a la parroquia". Comprendía los meses de enero, febrero y
marzo.
Los vitrales son dignos de mención, entre los que se encuentran obras
artesanales de la bolivarense Nidea Danesa.
El Padre Juan Gil tuvo mucho que ver con esta radicación ya que
empeñosamente trabajó por ella. Y no estuvo equivocado. Se instalaron en
una casa, no muy confortable de la Av. Brown N° 401 de la familia Hortoneda
y desde allí se proyectaron a la población con inmenso amor, con profunda
fe, casi con heroísmo.
Una Comisión de Damas les sirvió de apoyo. Estaba presidida por la señora
Isabel R. de Rey, siendo Vice la señora Juan B. de Arce; Tesorera Sra. G. A. de
Llorens; María B. de Arce pro tesorera; secretaria Teresa E. de Fabrés y
vocales Benigna Ll de Arruti, Juan M. de Molina; Ana M. de Altavista, Elvira G.
de Faucheux, Casilda S. de Toledo, Josefa C. de Lautre, Catalina Recalde de
Salazar, Lucía M. de Sierra y Cecilia G. de Escudero.
Las Siervas de Jesús Sacramentado son dignas del mayor agradecimiento del
pueblo.
Al año siguiente arribaron los padres Rafael y César Pascuali y se pudo dar
comienzo a la obra educacional. Completados los cursos primarios, el Colegio
Cervantes inició los cursos del secundario comercial.
El templo fue donación del Sr. Eduardo Otero y su esposa doña Nicolasa
Salazar y Otero, bendecido el 15 de abril de 1944 por el Obispo de Azul
Monseñor César A. Cáneva.
El Padre Tomás Espina, fallecido muy joven, fue otro de los pilares de esta
obra religiosa que parece fruto de un milagro. Tal vez lo sea, aunque para
lograr lo que se haya puesto y mucho un incansable fervor humano. El R.P.
Domingo Ausucoa fue Ministro de Casa por varios años (1970-1974 y 1980-
1984).
Iglesia Evangélica
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CAPITULO XX
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Es el punto de partida. Esto dura hasta 1880 en que es nombrado Juez de Paz
don Hernán Ayerza, la primera autoridad propia luego de abandonar la
placenta materna, quien en su persona resume la conducción de todos los
asuntos locales. Don Emiliano Aráoz lo secunda como Comandante de
Guardias Nacionales, quedando constituida la corporación municipal en la
forma ya anticipada en estas páginas.
1888-1889. El último día del año 1887 asume don Bernabé Saldarriaga, hasta
que deja el cargo en manos de don Benito Linch, padre del famoso escritor, el
28 de diciembre de 1888.
Se instala el H. Concejo Deliberante que había sido creado por ley de 1886. A
Benito Linch en 1891 le corresponde constituirlo.
1903. Don Andrés Macaya, Comisionado del Gobierno, ejerce el cargo. Firma
el contrato de obra para el edificio municipal. Le toca fundar la Comisión Pro
Hospital, que habría de concretar poco después sus propósitos y asiste
"callando" al derribe de la Capilla de la Plaza Mitre. Al renunciar, el 15 de
julio, le sucede don Emeterio Lautre. Aparece aquí la figura central que daría
a los famosos paros del año 10 su especial motivación.
1907. Parodi cesa el 13 de junio de este año, para entregar a don Mariano C.
Unzué.
1922. Reaparece don Joaquín Peñoñori pero renuncia a los veintitrés días,
por lo que lo reemplaza el Presidente del H. C. Deliberante, don Félix García.
1931. Por renuncia del Sr. Salduna, el 13 de enero vuelve a la casa del pueblo
el Dr. Solís, siendo su secretario el Sr. Juan R. Núñez. El 27 de marzo renuncia
el Dr. Solís y se hace cargo el Secretario Sr. Núñez hasta el 30 de mayo de
1931, en que otra vez se designa al Dr. Solís. Y como si la función pública
fuera una suerte de capricho, vuelve a renunciar el Dr. Solís y le sucede el Sr.
Antonio Fernández Gandarias.
1948. El Sr. Rueda se postula como candidato del peronismo para las
elecciones comunales, por lo que queda a cargo de la Intendencia el Sr. Luis
Calcaterra, que oficiaba de secretario.
A los 31 días del mes de julio del año 1966 entra en funciones el Intendente
Municipal Interino Don Jorge M. de la Serna.
1987 - Dr. Julio César Ruiz. Cierra esta impresionante lista de mandatarios
comunales ocupados por un siglo y trece años más de la cosa pública, el Dr.
Julio César Ruiz. El que fuera Secretario de Gobierno y Hacienda del Ingeniero
Carretero le sucede el 11 de diciembre de 1987 como consecuencia de haber
sido elegido en limpios comicios, representando a la Unión Cívica Radical. Es
su Secretario de Gobierno el Sr. Ricardo J. Asín.
Fue Presidente del Concejo Escolar, Juez de Paz, Alcalde del Cuartel 2º,
Comandante Militar y ocupó una Senaduría Provincial por el período 1935-
36, también fue Comisionado Municipal de Bolívar del 28 de mayo de 1940 al
21 de abril de 1941.
Del Cerro Aurelio. Fue diputado provincial y según la crónica del periódico
"La Defensa" Nº 217 del 3 de mayo de 1911, fue el primero que representó a
Bolívar. No hemos encontrado ningún otro antecedente que permita
confirmar esa noticia.
Faucheux Alfredo. En los últimos años del siglo pasado, la sección cuarta
había designado diputado provincial a don Alfredo Faucheux, un martillero
de destacada actuación entre nosotros y tronco de una familia que habría de
tener gravitación en el medio social y económico. Nuestro máximo
historiador, don Alvaro Martínez, es por línea materna descendiente de este
noble varón.
Martirani Luis. Don Luis, como cariñosamente se le llamaba, llegó tal vez
impensadamente a la función legislativa, pero tras una larga y meritoria
campaña en la política lugareña.
Concejal por la Unión Cívica Radical por el período 1948 a 1959, alcanzó
luego la Diputación Nacional (1958-60) dentro de los cuadros partidarios que
encabezara el Dr. Oscar Alende (Partido Intransigente), escindido del tronco
radical. Fue también Presidente de la Lotería de la Pcia. de Bs. Aires, dirigente
lugareño del fútbol, martillero público de profesión. Murió en un accidente
automovilístico el 5 de agosto de 1974.
Concejal Municipal desde 1948 a 1954. Propició además, entre otras cosas,
la creación del Partido de H. Irigoyen. Falleció el 27 de septiembre de 1974.
Stamboni Juan Luis. Joven, de fácil oratoria, comunicativo, cordial, Juan Luis
Stamboni llegó a nuestra ciudad desde su Junín natal, convertido en un
perseguido político. Aquí encontró "asilo" y luego se convirtió en un
ciudadano más, abriendo su estudio de abogado y casándose con Ketty
Aguirre, una hermosa niña oriunda del lugar. Fue líder, digno discípulo del Dr.
Moisés Lebenshon.
Distribución de cargos
La primera votación arroja estos resultados: 8 votos para Camet, 6 votos para
Althabe, 1 voto para Gayol y 1 voto para Derman.
Por lo tanto hay que votar nuevamente. El resultado esta vez sigue siendo de
8 votos para Camet, Atlhabe suma 7 y Gayol 1. A esta altura se desprende
que todos los candidatos se votan así mismo.
Se hace una tercera votación que vuelve a dar los mismos números.
17 de mayo, 7 de junio, 9 de junio, 12 de junio hasta que por fin -vaya a saber
porqué conjunción de astros favorables- el 16 de julio puede votarse. Se
hacen cuatro votaciones seguidas y otra vez Camet 8 - Althabe 7 - Gayol 1. Es
decir, quedamos como al principio.
El Consejo Escolar
Los Consejos Escolares han sido a través de los tiempos, en nuestra provincia,
las instituciones ocupadas en ese quehacer prioritario y fundamental.
Cargo electivo, la designación de sus miembros surge del voto popular. Por
ello siempre se ha procurado integrar sus listas con hombres y mujeres con
predicamento en la sociedad y con garantías de idoneidad para ejercer la
función.
Hacer una lista configurará un trabajo mayor, pero de igual manera podemos
dar algunos nombres de aquellos vecinos que alguna vez ejercieron tareas de
consejeros escolares.
Por pedido de licencia de éste último, se hace cargo la Sra. Laura Brito de
Vignau.
En Nueve de Julio dejó inaugurada la ruta pavimentada que une a esa ciudad
con la nuestra cortando las cintas simbólicas y recibiendo el saludo de una
multitud que se había reunido en el lugar.
El Dr. Frondizi continuó luego hasta Bolívar. Aquí fue recibido por el
Intendente Interino Sr. Antonio Bardella por hallarse con licencia el titular de
la comuna Sr. Domingo Erreca. Se realizó un acto público en un palco
levantado en la esquina de la Municpalidad, pronunciando discursos el
Presidente Frondizi, el Dr. Alende, el Sr. Bardella y el Ing. Rafael Balsells,
Presidente del directorio de Vialidad de la provincia.
El Presidente hizo el viaje en avió y aquí fue recibido por el Sr. Intendente
Municipal Ing. E. Alfredo Carretero, funcionarios de su gobierno y fuerzas
vivas.
Por primera vez en su historia, nuestra ciudad tuvo el halago de tan magnífica
presencia de carácter internacional. El Dr. Caldera, en extremo sencillo y
cordial, rompió todos los esquemas protocolares y caminó junto a los
bolivarenses en una hermosa integración afectuosa.
Al partir lucía entre sus manos una estatuilla del Segundo Sombra, obsequio
del Brigadier Moraguez. Ante los insistentes aplausos y vivas del público, el
Dr. Caldera exclamó: "Me voy como quien se desangra..." repitiendo la frase
que cierra el libro gaucho de Güiraldes. Luego, dándose vuelta para subir al
avión, su mano derecha se levantó hasta los ojos, como queriendo detener
alguna lágrima furtiva. El hombre, su corazón, se rendía ante una
demostración de cariño que tal vez nunca hubiera imaginado.
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CAPITULO XXI
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Las comunicaciones
Y fue un chasque el que hizo virar el destino del Gral. Rivas en las vísperas de
la Batalla de San Carlos y con él la suerte de las armas nacionales. Sin ese
aviso a tiempo, hecho a puro galope largo de un caballito criollo, la historia
hubiera tenido otros sucesos que contar muy diferentes a los que nos dieron
origen como pueblo.
La carreta, pesada, cansina, con sus yuntas de bueyes abrieron surcos en los
pajonales conformando el único medio idóneo para el transporte de
mercaderías. La diligencia, más ágil aunque incómoda y mortificante, fue otro
nexo importante entre los pueblos surgidos unos tras otros a la vida.
Ya en 1881 (la referencia es del Dr. Alvaro Martínez) existía La Unión del
Saladillo y Bolívar, a cargo de don Domingo Lusardo, uniendo en su viaje casi
interminable a las postas que se levantaban a unas tres leguas unas de otras.
Podemos contar el Fortín San Carlos, La Protegida, Santa Isabel, El Mangrullo
y algunas más.
"La Constante del 25", de Juan A. Negri y Cía, una verdadera empresa de
transporte de pasajeros, cubría la línea de Chivilcoy, Bolívar, Guaminí y
Carhué. Estaba compuesta de 6 galeras, 33 personas ocupadas y 410
caballos.
En otro lugar de este libro hacemos un recuerdo especial para "El Correo de
los Estancieros", que unía Carlos Casares - Bolívar teniendo en Mira-Mar su
posta de recambio. Mariano Urrutia, Miguel Meregaglia, dos nombres que
hicieron historia.
Los héroes modernos
Hemos citado a los pioneros en esto de andar por los caminos y para ser
justos, habrá que dar otros nombres de hidalgos caballeros de las rutas.
Cuando no teníamos pavimento y los senderos no eran más que una
continuidad de arena, lagunas y baches. Cuando el automotor había
reemplazado a la galera por obsoleta y lerda y se atrevía a desafiar leguas en
medio de crecientes dificultades.
La empresa "El Tigre" cubría Pehuajó con Bolívar pasando por Herrera Vegas,
Girondo y Bellocq. "El Solcito" de Everardo Ervite llegaba hasta Paula, unos
40 kilómetros de tierra, tocando a su paso Vallimanca.
La empresa San José de don José del Pedro hacía el trayecto entre Bolívar y
Gral. Alvear dos veces a la semana.
El ferrocarril
Los diarios estuvieron con muy poco atraso a sus fechas de aparición y la
correspondencia tuvo mayor agilidad. Esto alteró las costumbres muy
favorablemente. La estación nos quitó el santo. Su breve nombre se impuso
por costumbre y llegó hasta los papeles públicos y documentos oficiales. Hoy
se revierte ese proceso y el San Carlos vuelve a su lugar por legítimo derecho
de nacencia, adosándose al Bolívar de siempre.
Teléfonos
Telégrafo
El primer automóvil
Sobre la pampa salvaje resonaba aún el último grito doliente del indio. La
civilización llegada con sangre y muerte comenzaba a hilvanar sus ansias de
progreso. Se abría el surco para la semilla milagrosa y se ensanchaban
senderos para abrazar a los pueblos hermanos.
No había terminado el siglo cuando don Nicanor Núñez, valiente como pocos,
comenzaba a andar los caminos con su galera tirada por caballos y animada
por un espíritu heroico, armado de paciencia y coraje.
9 de Julio primero, Carlos Casares después, tuvieron así comunicación con
Bolívar. Más tarde fue don Felipe Albornoz, oriundo de Chivilcoy, quien tomó
a su cargo la condición del importante servicio de transporte de pasajeros y
correspondencia.
El Correo de los Estancieros, que así se llamó a la diligencia, circuló hasta más
allá del año 1920, siendo su último conductor don Agustín Meregaglia.
Fueron años de lucha y sacrificio. Pero eran otros hombres y otros tiempos.
Tenía su punto de partida en el Hotel "La Amistad" de Zubieta, en Carlos
Casares, y arribaba al Hotel "La Esperanza" en Bolívar, al son de cascabeles y
clarinadas. En el trayecto, las postas y las estancias eran ansiados remansos
para hombres y bestias, que allí ganaban nuevas fuerzas.
Basta nombrar a Mira Mar, paraje que tiene aún un típico colorida
tradicional, para evocar a un grupo de hombres que hicieron patria
dedicados a las tareas rurales, cuyos apellidos se siguen ligando a nuestras
mejores familias.
La Media Luna, El Trébol, San ramón de Dorrego, San Juan de Wilson, Las
Cortaderas, La María Isabel de don Antonio Santa María; Los Dos Paraísos, de
don Dionisio Cañas; Pedro Chico, de don Florencio Camet, la estancia
Erramuspe, y otras, fueron eslabones en esa cadena de esfuerzos realizados
con verdadero amor y fe en el futuro. No sólo son héroes los que ganaron las
estatuas. Sobre la dilatada extensión del suelo, sirviendo a sus semejantes,
estos hombres, heroicos e ignorados, escribieron también una epopeya: la de
la civilización. La Cruz del Sur que les vio asomar en cada amanecer, para
iniciar la marcha, superando avatares del camino, vigila el sueño definitivo,
callados ya los gritos del mayoral y esfumado en el tiempo, cristal de
recuerdos, el trote criollo de sus caballos blancos.
A título informativo sólo podemos dar datos a partir del año 1918 en cuanto
a los nombres de sus jefes y la ubicación del inmueble destinado al servicio
de Correos.
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CAPITULO XXII
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La inquietud popular se hacía sentir en los primeros años del siglo para darle
al pueblo los beneficios de la luz eléctrica. 1908 fue un año conflictivo en
cuanto a la permanencia de las autoridades comunales al frente de los
destinos del Partido, pero no obstante señaló el primer paso en el largo y
ansiado camino hacia la luz.
La Radiante
Sobre ella gravitaron los sucesos de ese año, a punto tal que la disposición
del Gobierno de la Pcia. en marzo de 1911 se dispuso anular la concesión
efectuada a la misma, como continuación de Doroteo Iñigo. Posteriormente
un aviso publicado en La Ley informa el remate dado por el Sr. Juan J.
Lagomarsino de todos los bienes de La Radiante S.A., efectuado el 11 de junio
de 1911. Entre los bienes subastados se encontraba una propiedad en
manzana 59 de 25 mts. de frente por 50 de fondo.
Nace la usina
La usina popular
El Comisionado Municipal Dr. Rogelio Solís, año 1931, interpreta ese anhelo y
forma una Comisión Asesora formada por las siguientes personas: Pedro
Bedatou, Angel Vivanco, Angel Jaureguizar, Pablo Arné, Vicente B. Cabrera y
Juan B. Salduna, dando comienzo a un trabajo que se concretará con toda
felicidad.
Nacida en ese año de 1957 y con personería jurídica otorgada por decreto Nº
754/58, la Cooperativa Eléctrica ha asumido con responsabilidad y tino la
provisión del fluido eléctrico para Bolívar. Recibe directamente de la DEBA a
través de la interconexión con el Sistema Chocón-Cerros Colorados que tiene
su planta de rebaje en Henderson. Su parque de maquinarias se mantiene
como reserva para atender emergencias. Su sede social está en calle Arenales
Nº 138. El total de kwh facturados en el último ejercicio es de 15.737.448,
registrando al 31.3.88, 691 usuarios. En el Parque Industrial ha levando una
fábrica de columnas.
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CAPITULO XXIII
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Todo su bagaje era una numerosa familia, de la cual sobrevivían ocho de los
diez hijos que la pampa pródiga le había acunado al rumor de sus pajonales
bravíos, y unas mil ovejas que apacentaban en la chacra que había obtenido
del Gobierno por donación en 1882. Además había arrendado a la
Municipalidad otros predios por lo que su actividad era importante. En 1885
liquida la chacra -es decir sus existencias- para instalar un molino harinero.
La batalla
Las circunstancias de la lucha difieren según sea el relator, pero hay una
narración publicada en "La Nación" de Bs. As. el 12 de octubre, es decir diez
días después, haciéndose eco del suceso que tuvo extraordinaria repercusión
y donde Haupt, "desde algún lugar", daba cuenta de la forma en que se
habían dado los hechos.
La Tahona de Marcazzoli
Se designó una comisión especial cuyo secretario fue el Sr. Nicolás Rueda
(padre) y se programaron festejos para los días 10, 11, 12 y 13 de octubre.
En el parque
El vasto escenario natural, casi salvaje de Las Acollaradas, fue propicio para
despertar las ansias marinas de los nuevos émulos de Colón. Se construyó
una nave, que quiso ser de una muy atrevida réplica de la Santa María, en
escala infinitamente menor y con ella se cruzó el proceloso "mar" hasta la isla
"no hollada" por el hombre que desde entonces se llamó Colón. Fue una
teatralización de aquel hecho memorable, con tripulación vestida
apropiadamente y hasta con una bandera que fuera especialmente
confeccionada para la "gran hazaña".
Doña Secundina, una mujer que curaba empachos y entendía del "mal de
ojos", se había encargado de anunciarlo amarrando su rancho, por las dudas.
Son nada más que unas líneas -textuales- del llamado manifiesto radical que
se redactó a inspiración de Hipólito Yrigoyen y que lleva su firma y las de
Pedro C. Molina, José Crotto, Pablo Schickedantz y Vicente Gallo.
Los muertos son llevados a la capital federal y otros descansan para siempre
en el cementerio de San Carlos.
Poco después arriba, también por vía férrea, el coronel Bombello con tropas
de auxilio, pero no tiene necesidad de intervenir.
Han pasado varias décadas, pero nadie olvida que la intemperancia política,
que busca la razón de las armas para mostrarse, sólo produce muerte y dolor
entre hermanos. Una lección que está reiteradamente escrita en la historia
argentina -como este pequeño episodio que referimos- y que nos resulta
arduamente difícil aprenderla definitivamente.
La primera impresión que uno recibe, leyendo acta tras acta de las reuniones
del H. Concejo Deliberante, fue favorable.
Las causas
El 29 de agosto del mismo año "se concede a don José Antonio Lautre la
autorización suficiente para explotar por el término de 20 años un edificio
adecuado para Matadero Público en el sitio que encuentre más conveniente,
dentro de las chacras en que actualmente funcionan los mataderos del
pueblo. "Queda autorizado el concesionario para cobrar por su cuenta los
derechos de abasto por los animales que se sacrifiquen".
La nomenclatura oficial de las calles urbanas que asocia a los números dados
en su primera nominación a próceres de Mayo y héroes patrios también
corresponde a la iniciativa de estos ediles.
La cuestión impositiva
Que les había expresado, sigue diciendo, que el Concejo estaba dispuesto a
atender todas las manifestaciones de los contribuyentes y a mantener las
relaciones más cordiales. Y les solicitó hicieran una presentación por escrito,
la que había llegado en la mañana de ese día 20.
Integraron el cuerpo, entre otros vecinos, Dámaso Rego; José G. Campo; José
Sánchez; Andrés Gamundi; L. Alfredo Vacarezza; Eduardo Otero; Victorio
Campo; Juan V. Erramuspe; Basilio Méndez; Pablo Arné; Arturo Santa María;
Juan Maineri; Manuel Chorén; Carlos Gilardi; Santiago Martínez; Dalmiro
López; Enrique Larregle; Ramón González; Sebastián Hueso; Juan Lladó;
Basilio Casariego; Alejandro Funes; Saturnino Toulouse; Ignacio Basterrechea;
Liberato Espinosa; José E. Cieza; Federico Pagola; Bernardo March; Angel
Ferrando; Pablo Guglieri; Savio Espí; Pascual Machi y Ovidio S. Márquez.
Fiestas Populares
A las 9 y 30 tuvo lugar una solemne Misa en la Plaza Alsina, oficiada por el
Padre José María Argüelles. A las 10 y 30 recepción de familias en la
Intendencia Municipal y de allí, en caravana, la multitud se dirigió a las
instalaciones de Gómez y Faucheux para participar de un almuerzo a la
criolla.
El gran banquete se sirvió en el hotel La Vizcaína y el baile de Gala reunió a la
sociedad carlense en el Palacio Municipal.
Abril de 1919. La ciudad con su monotonía otoñal vivía la rutina cotidiana, sin
sorpresas, al ritmo habitual. "Los Principios", bisemanario de la época,
anunciaba el 149 remate feria de "La Ganadera" para el día 22, mientras que
el consejo Escolar daba comienzo al pago de haberes al magisterio. Habían
percibido enero y empezaban a cobrar febrero, con las congratulaciones del
periodista por este hecho, ya que, acota, los docentes estaban más "cortados
que tabla de picar carne".
Y como viajar, en tren claro está, era cosa muy notable, la página de sociales
registraba estos viajeros:
"De Buenos Aires don José Orlando; de Unzué, don José M. Arcansol; de Hale,
don Eduardo Romero. De y para Torrecita, los señores Vicente y Julio
Irigoyen; de y para Herrera Vegas, los señores Ramón Porto y José
Deagustini".
Todas las noches, gran cantidad de público se hacía presente para alentar a
sus paisanos, muchos italianos, una colonia muy poblada, y algunos turcos
que se habían adueñado de las primeras butacas.
Grupos de "niños bien", dice la crónica, también habían hecho blanco de sus
pullas al sector turco, por lo que el ambiente en esa noche de domingo era
bastante espeso y preanunciaba violencia, a poco que el sector ofendido
reaccionara.
Y eso pasó. En plena lucha entre el italiano y el turco, alguien exclamó "sucio,
sucio", refiriéndose al turco y agregó otros calificativos. Un turco grandote,
sumamente enojado, se puso de pie en la platea, revólver en mano, y tiró
hacia el techo. Sus connacionales pronto le siguieron en la acción y el tiroteo
se hizo intenso en plena sala, por lo que los asistentes buscaron salir por
cualquier parte y escapar de ese infierno de balas, insultos y gritos de
desesperación que aterraba.
Una anécdota
Como consecuencia de los daños sufridos en el teatro a raíz del episodio que
comentamos, en el año 1920 se produce una importante reparación.
Inaugura esta segunda época la compañía de Rosario Pino con la obra
"Malvaloca", de los Hermanos Quinteros.
Las inundaciones
Otras veces la excesiva precipitación pluvial que supera con creces los índices
medios anuales es el otro factor determinante del flagelo.
La inundación de 1919
Cómo fueron esas inundaciones, qué alcance tuvieron, siempre fueron mis
preguntas puesto que aún no pertenecía a este mundo y por suerte no pude
presenciarlas.
Pero hay un testigo de indudable jerarquía artística y literaria que una vez
desarrolló el tema en La Cultural. Esa noche del 9 de agosto de 1967 José
Leopoldo Chatruc (Negro) dio una conferencia que tituló "Juntando
Recuerdos". Esto fue lo que dijo de las inundaciones: "Fueron los años de la
gran inundación de 1919 y vimos llegar el agua casi al centro. Las aguas
turbias, revueltas, frías, sembrando la destrucción y la muerte".
"Eran los primeros días. El agua seguía creciendo más y más y el terraplén de
la vía a Recalde era como un inmenso dique que contenía las aguas que
amenazaban la total inundación y tal vez la destrucción del pueblo".
La nevada de 1927
La inundación de 1941
Tengo en mis retinas grabado ese paisaje lacustre que mucho me sorprendió.
Recuerdo que con mi padre, en ese entonces un hombre joven, y un grupo de
operarios de la Zapatería Roma hicimos el itinerario a pie, sobre las vías, al
encuentro de las aguas. Las encontramos, cubriendo las mismas, a la altura
de la conocida chacra de Zaccardi (mi abuelo materno) a unos seis kilómetros
del pueblo. De ahí en más continuamos, mojándonos los zapatos, en una
extraña e inolvidable aventura, que en mi imaginación de niño era
comparable a esas odiseas que protagonizaban mis héroes del Tit-bits, casi
mi "libro de cabecera".
La inundación de 1980
Pero el canal que la mano del hombre abrió al costado de la ruta, con desvío
hacia la parte posterior de Villa Diamante, permitió que el caudaloso río
tomara obedientemente el curso que en los papeles se había delineado. Se
llegó justo. Pero se llegó.
"La Mañana" en su editorial del 10 de mayo de 1980 decía estas cosas: "Se ha
librado una lucha tenaz, incansable, contra las aguas invasoras que
marchando inexorablemente hacia la ciudad, despertaron una nerviosa
expectativa y los más alocados comentarios. No fue tarea fácil. Hubo que
improvisar defensas. Proceder con rapidez y energía. Hacer frente a cada
momento a situaciones difíciles y cambiantes.
Con un Cuerpo de Bomberos, los héroes mansos, dijimos alguna vez con
verdad y sentimiento, que estuvo a la altura de su devoción humana. Con el
Radio Club vigilante y activo en función social, y el Aero Club, fogueados los
soldados del aire. Y con un grupo de obreros municipales que son
merecedores del más amplio elogio.
Fue que existieron grandes lluvias que anegaron los campos, por lo cual al
recibir las aguas del arroyo, ya no tenían poder de absorción ni cuencas
vacías para llenar. Eso favoreció la salida rápida de las aguas siguiendo las
pendientes naturales y taponadas por las obras del hombre que desviaban su
curso.
El Vallimanca mientras tanto, cada vez tenía más cerca la corriente que venía
de Juancho y Pay Lauquen.
Esa tarea se terminó a las 14.00. Una segunda apertura a la altura del
kilómetro 385,5 se inició luego, siendo ayudado por una carga explosiva que
causó lógica conmoción entre el numeroso público allí reunido.
Dos días después apareció su cadáver en las cercanías del lugar, llenando de
inmenso dolor a su familia, esposa y tres hijos, a su madre, hermanas y a
toda la población de Bolívar que reconocía en él virtudes de caballero y
hombre de bien.
Los frentistas aducían -en todo tiempo parece igual- estado de crisis. Una
economía comprimida y que no era el momento para hacer ese gasto
llamado a tener gran incidencia en los presupuestos familiares.
Tal vez la "cuestión política" también tuvo que ver con las negativas. No
había términos medios, se estaba a favor o en contra de la autoridad. Y los
periódicos de la época según el santo así era el rezo.
Fueron miembros del Concejo Deliberante que hizo factible la Ordenanza los
señores Juan M. Alsina, José María Alonso, C. Manuel Cimino, Emilio Moras
Benítez, Gregorio A. Rivas, Santino Bilbao, Lorenzo J. Lupano, con la
presidencia del Dr. Rogelio J. Solís.
Nacimientos múltiples
Tres mellizos
Por una resolución del H. Concejo Deliberante del año 1950, nos enteramos
de otro nacimiento múltiple. En este caso tres hermanos, al concederse a la
madre de los mismos, doña América Plaza de González, la suma de $ 100.00
en carácter de pensión. No hemos obtenido ninguna otra referencia que nos
permitiera ampliar detalles.
Nuevos gemelos
El Bolivarazo
El día 8 tuvo lugar una nueva asamblea popular convocada por los altavoces
callejeros en el Monumento a San Martín. La misma reunió a unos 5.000
vecinos y se desarrolló en un clima tenso, arribándose a un acuerdo por el
cual el gremio de Luz y Fuerza aceptaba el acta aprobada por Asamblea
Popular y levantaba por 72 horas el retiro de colaboración.
Eso permitió normalizar el servicio y realizar gestiones luego entre las partes
para dar fin, al menos, al diferendo que se había planteado con el pueblo.
Nuestros desaparecidos
Jorge Luis Buglioni, Claudio López Mariani, Miguel Angel Estelrich, Adolfo
Miguel Barcia y Miguel Nazario Martínez, soldados bolivarenses de la clase
1962, estuvieron en Puerto Argentino durante la guerra de las Islas Malvinas.
El Dr. Ruiz hizo suyo el desafío y urgentemente, no quedaban más que muy
pocas horas, se invitó a la población de San Carlos a la estación ferroviaria
como acto masivo de protesta y de adhesión a todo lo actuado.
El pueblo respondió con mucha firmeza. Unas dos mil personas se juntaron
en el playón de la estación y en su andén para afirmar un categórico no al
levantamiento.
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CAPITULO XXIV
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Estatutos
Con ellos quedaba claro que la política estaba al margen con sus propósitos.
Y así fue. Tanto que la tribuna del Centro se constituyó con amplia libertad de
expresión y dentro de una variedad de temas que incluyó todo el
pensamiento de la época.
La obra
La Universidad Popular
Otra inquietud concretada por el Centro fue el Museo de Historia Natural que
comenzó a formarse con donación de vecinos y que luego pasara a la
Asociación de Cultura y Fomento, año 1925, dando origen al Museo
Florentino Ameghino.
Sus integrantes
No hemos podido hallar una nómina de asociados que nos clarificara sobre
sus componentes. Nos vale la lectura de "Libre Examen" para rescatar
algunos nombres. Por de pronto leemos en el número del 12 de noviembre
de 1911 que se hace un llamado al pueblo para celebrar un "meeting" de
protesta en la plaza pública. Convocan la Logia "El Progreso" y el Centro de
Libres Pensadores. Fueron oradores José Sala (que no puede ser otro más
que el conocido sastre de la Casa La Moda Elegante de la Avda. San Martín),
Enrique Buscaglia, Escribano Francisco Cobeñas (de la logia El Progreso), Luis
Mallol, Cándido Toranza y la Señora Manuela H. de Scolari, Presidenta de la
Comisión de Damas de Beneficencia de Bolívar. El acto fue exitoso, según el
decir del periódico, tanto que hasta el cura se avino a presenciarlo.
Otros nombres son Juan Cruz Torres, Diego Torres (con Relojería), Agustín
Rodeiro, Francisco Arenarez, Santiago Martínez, Carlos Daroqui, M. Rosner,
V. Cabrera, J. Moreira y M. Carballo.
Roberto Payró hubiera encontrado aquí, para su graciosa vena literaria,
argumentos válidos para otro "Pago Chico".
Las logias
Las sociedades secretas que se manejan por lo general con una simbología
afín con la albañilería y la arquitectura.
En San Carlos, en los primeros años del siglo, existieron grupos masónicos.
Hay conocimiento pleno de uno de ellos a través de las menciones
periodísticas, conociéndose que dependía de 25 de Mayo. Pertenecía al ritual
azul y sus símbolos eran un triángulo y un compás.
Las logias encontraban así un campo fértil para desarrollar sus experiencias.
Aunque su forma de actuar era muy reservada, casi secreta.
Su creación
El libro, "ese amigo que callado espera, pero que abierto se entrega
totalmente a la avidez del lector", tuvo distinguidas cultoras en ese San
Carlos de antaño, que comenzaba a crecer a impulsos del trabajo creador.
Bibliotecarios
Don Antonio Vallespir, el popular "Toni", fue bibliotecario por muchos años.
Estos últimos treinta que han pasado la han tenido a la Srta. Marta Brindesi
en la misma misión y cumpliéndola con eficiencia hasta el presente.
Hay que hacer obra, esa fue la orden, el compromiso, que un grupo
heterogéneo de hombres y mujeres del pueblo adquirió como en un
juramento de honor para servir a sus ideales y bregar por el adelanto de
Bolívar, en un momento en que todo le hacía falta.
Presidente Dr. Pedro Vignau; Vice Sr. Vicente Cabrera; Secretarios Sres. Luis
Mallol y Horacio Gómez; Tesorero Sr. Edberto J. Gómez; Pro-Tesorero Sr. José
Aliás. Vocales titulares señoritas M. Etelvina Cáceres y Agustina Pelletieri;
Doctores Carlos Daroqui, Arturo J. Vitale, José S. Fabrés y Julio G. Velázquez;
Ingeniero Aquiles Scattini y Sres. Prudencio Soto (h), Luis Gagliardi, Antonio
Giordano, Angel C. Larrosa, Angel Jaureguizar, José Robles de Hoz, Pedro
Jaime y Pedro Demaría. Vocales suplentes Señora Elvira Z. de Sánchez
Guilarte, Doctores Joaquín Salces y Pedro Fernández López, y Sres. Guido
Grossi, Alejandro Verri, Juan Salduna y Juan Quaranta. Revisores de cuentas
Doctor José Fabrés García y Señor Miguel Marimón.
La obra de Vignau
Dos hermosas salas, la Dr. Pedro Vignau y Escribano Juan Carlos Grossi,
hechas a nuevo, honran a dos de sus más fieles sostenedores de tan
magnífica obra.
La entidad, con la Presidencia del Dr. Oscar C. Cabreros, brega hoy por
mantener altos esos viejos pergaminos, de tan exquisita raigambre y de
perfiles realmente magníficos.
Como los caminos eran malos, casi intransitables, dejó fundado el Automóvil
Club de Bolívar, entidad que estuvo al servicio de la comunicación vial,
actuando con tesón y empeño.
Ya en 1899, con el nombre de Casa del Pueblo, se había creado una biblioteca
que además se completaba con salón para conferencias y veladas teatrales.
Pertenecía a un sector de obreros que tendían a tener su propia asociación
gremial y desde allí expandir una acción cultural.
Es una característica de nuestro pueblo que ha sido, tal vez hoy no, por
razones fáciles de entender, un lugar destacado en lo que hace a adquisición
de libros.
Desde allí comienza el largo itinerario de sus sueños, fundar una biblioteca y
darle el nombre de la docente María Alcira Cabrera, muy adentrada en sus
sentimientos y a quien la comunidad le estaba debiendo un homenaje.
Don Pablo realizó una sacrificada obra de hormiga, sumando grano tras
grano, en un constante trajinar por los despachos oficiales, visitó a sus
amigos, escribió a entidades culturales, pidió con la dignidad del que pide
para el bien. Y así, un día de julio de 1972, precisamente el 8, pudo anotar
este importante nacimiento a la vida cultural de San Carlos de Bolívar.
El favor del pueblo, que la quiere, hace que siga creciendo en volúmenes y en
servicios.
Asociación Musical
Vocales: Sra. Emilia Grossi de Bedatou, Srta. Enilde Salmerón, Dr. Aurelio
Locícero, Dr. Reinaldo Longobardi, Sr. Francisco Ricciardi, Sr. Miguel Giugno y
Sra. Ana María Landó de Soldado Deheza.
Las principales figuras del mundo de la música han sido nuestros visitantes. El
espíritu inquieto del Dr. Gagliardi, su vocación de músico nato, a pesar de
haber optado por la medicina, le dio magnífica vida a la institución, que hoy
con otros nombres procura seguir en ese camino de realizaciones.
La revista "Polimnia", aparecida en mayo de 1963, fue por muchos meses una
expresión fiel de la actividad de la Asociación y reflejó su pensamiento. Por la
generosidad de mis amigos Gagliardi y Senna, compartí con ellos la dirección
de la revista. Es su actual sostenedor y Presidente el Dr. Reinaldo A.
Longobardi.
A.M.N.Y.P.
Nuestra ciudad cuenta con el halago de ser filial del Mozarteum Argentino.
Fue una de las primeras en contar con el apoyo y el auspicio de tan
consagrada entidad musical, de nivel mundial, que dirige la Sra. Jeanette
Arata de Erize.
Conciertos memorables de primeras figuras se han realizado en el Teatro
Coliseo y cada temporada se aguarda con expectativa el anuncia de su
programación. La señora Josefa Aguinaga de Bres fue quien llevó adelante la
iniciativa y concretó con notable empeño sus sueños. Después, el Dr. Felipe
Martínez Pérez y hoy el joven Walter D´Aloia mantiene el fuego sagrado de la
música, con las dificultades propias de una situación económica muy mala,
bajo tan venerable protección.
Movimiento 68
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CAPITULO XXV
FOTO DE LA ORQUESTA
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La actividad musical
La música en toda su magnífica expresión de sentimiento y espiritualidad,
tiene en nuestro pueblo un capítulo muy destacado. Aquí tuvimos música,
porque en el andar de los años se formaron músicos de calidad con pleno
conocimiento del arte que practicaban profesionalmente, pero imbuidos de
auténtica vocación.
Son los italianos los que traen al maestro Vicente Lozzi para abrir un camino
pleno de satisfacciones. Ya en 1884 el vecino don Gumersindo Hueso preside
una Comisión local para organizar una Banda de Música. Eso se logra en
1887.
Los Hijos del Arte nacieron en la Confitería del Aguila en 1910 para hacer
música y teatro. No hay de ellos mayores noticias.
Mucho antes, en 1899, un profesor don Antonio Ruis Juliá impartía lecciones
de música y don Lucas Cortijo se ofrecía como afinador de pianos.
Ello explica que frente a una necesidad del erario lo primero que se dejaba
sin efecto era la partida para el funcionamiento de la Banda.
Veamos una pequeña recorrida por los libros municipales de antaño. 1910, se
crea una Comisión Organizadora de la Banda de Música. El 28 de febrero se
nombra Director a Don Vicente Lozzi.
Siempre fue así, hasta que un buen día la Banda dejó de existir. Acotemos
que tanto Urdampilleta como Pirovano, para la misma época y con las
mismas dificultades, trataban de sostener a los músicos.
Por los años 1914, 1915, el maestro Luis Pirosanto acompañado de su hija
María Esther impartió sólidas enseñanzas. Luis Gagliardi, Sara Grossi y
Casimiro Cabreros (mi padre) se formaron allí. Los dos primeros fueron
concertistas de muy buen nivel, el tercero un gran músico que no se animó a
escaparse con su saxofón más allá del límite comarcano, aunque lució en lo
suyo -lo dicen las crónicas, no la devoción del hijo-.
Doña Felisa Murro tuvo su momento de esplendor en San Carlos. Aquí vivió y
enseñó y luego se radicó en la capital federal.
Emma González Palacios fue otra profesora de indudables méritos, como lo
fue la Sra. Soledad González Chávez.
Don Humberto Sangrígoli, virtuoso del violín, que en sus altos años terminara
su notable ciclo como violinista de la Orquesta Estable del Teatro Argentino
de La Plata, tuvo en su hija, Eda María, a su mejor alumna.
Concertista de piano casi precoz, se radicó en París desde donde llevó su arte
a los centros de mayor nivel del mundo.
Las Orquestas
Sus sobrinos Mario y "Tití", hijos de Ernesto, también músico con orquesta de
Guaminí, formaron parte de sus agrupaciones junto a nombres que ya tienen
un lugar en esta historia tan simpática de la música: Francisco y Gregorio
Remón, Casimiro Cabreros, Manuel Rodeiro, Miguel Alvarez, Víctor y
Salvador Moreno, Edmundo y Angel Baya, Manuel Muñoz, Gasparini, Bravo,
Panaro y otros de imborrable recuerdo.
Don Albino Valva, concertista de guitarra, dejó bien sentados los prestigios
locales en su largo peregrinar por las salas del país y actuaciones radiales.
La precursora
Oberdán Paterlini, este audaz bolivarense que trazó sus propias líneas, para
un arte que practica con total independencia de clásicas enseñanzas, nos
trajo sus trabajos producidos en el Sur Argentino y causaron lógica
admiración. Vive en Mar del Plata.
Riqueza de colores y el paisaje del Paraná con sus altas barrancas, sus sauces
casi dormidos de llanto sobre las orillas, destacaban su inquietud, y un estilo
propio, sincero, auténtico.
Matilde Tello es otra de las apasionadas del arte. Pintura, cerámica, toda
manifestación estética halla en ella una segura intérprete y una mujer en
actitud de entrega. Su taller - escuela es un ejemplo de ese sentir y de la
nobleza de su ser volcado al arte.
Marcela Duprat ha continuado a su señora madre y en la serena paz de su
casa de la calle Sgto. Cabral, entre libros y recuerdos, hace de la pintura un
"hobby", un recreo alegre. Su obra, modesta, tiene el encanto de su propio
encanto.
Ilustres visitantes
A veces llega hasta nosotros Marith Gilardi, que viviera en San Carlos por
muchos años brindándonos toda su riqueza en el dibujo, inaugurando
entonces una nueva forma de interpretar los hechos cotidianos. Tuvo
innumerables aciertos, ganó premios, la prensa se ocupó de ella. También
enseñó y dejó continuadores de su estilo, cuando se fue a vivir a Mar del
Plata. Bolívar, que la hizo suya, la recuerda con cariño.
Los Escultores
1989 marcó la consagración para dos jóvenes hijos de nuestra ciudad. Miguel
A. Scenna logrando con sus dibujos ingresar a la prensa capitalina de primer
nivel. Un paso promisorio que no hará más que abrirle caminos a la
consagración, merecida y temprana.
Dos nombres como para seguirles los pasos. Nos harán quedar muy bien.
Un médico pintor
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CAPITULO XXVI
FOTO DE EL MANGRULLO
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Una rica historia teatral es la nuestra. El Bolívar de ayer dio muestras muy
fehacientes de su inquietud cultural. Sus escritores y poetas, y hasta sus
pensadores, que también los tuvo, llenaron un espacio muy grande de su
vida. Junto a los músicos, notables algunos, pintores y artistas.
Estos últimos hechos al arte de la escena nada más que por una auténtica
vocación, por el llamado interior que es como un fuego ardiente que hay que
sostener y vivificar aún a costa del mayor sacrificio.
Ayer fue así y hoy sigue siéndolo. El Mangrullo, con treinta años de vida y
Artecón, con muchos menos, son pilares que aseguran una continuidad,
proyectado el amor al teatro a estos tiempos.
Descorrer el telón no es tarea fácil para descubrir los primeros intentos. Los
frágiles aleteos escénicos en una época en que las costumbres, severas,
austeras, imponían normas rígidas a los artistas aficionados.
Para la misma época, las hermanas Sagasti, docentes, organizan una velada
teatral a beneficio del pueblo africano.
Los Hijos del Arte se llamó una agrupación nacida, como muchas otras, en la
Confitería del Aguila, para hacer teatro y música.
Por referencias de su padre, sabe que existió el grupo y hasta recuerda, con
gracia, una anécdota.
En una obra teatral muy truculenta, al estilo Long Chaney, don Rafael hacía
de estatua, y estuvo tan bien que a pesar del miedo que imponía el
protagonista, no se movió.
Por dos veces lo hizo con crítica favorable del público. Poco después, y por
medio de los periódicos del momento, se hacía una invitación a las niñas
bolivarenses para que alguna de ellas se animara a integrar el conjunto. Es
que se había dado el caso, un poco insólito y bastante risueño, de que en el
elenco no había mujeres. Muy propio, si se quiere, de cómo se pensaba en
los hogares de la sociedad aquella. Algunos nombres de esos aficionados han
quedado para el recuerdo: Francisco Sanz, Gonzalo Díaz, Fernando
Fernández, Miguel Bastida, Enrique Lescano, Angel Jaureguizar y Carlos
Ponte. Obra de su cartelera "El ojito derecho", "Agencia Política", "Parada y
Fonda" y "Ayer me casé".
Martín Coronado
Don Félix Federico Marina, que al escribir estas líneas todavía paseaba sus
gallardos 88 años por las calles de la ciudad, recordaba haberse iniciado a
fines de 1925, principios de 1926 en el teatro vocacional. El grupo surgió en
la Confitería del Aguila y se llamó Martín Coronado. Fue su primer director el
escribano don Antonio Larrosa.
Dos meses después el elenco vuelve a las tablas con "El Príncipe Heredero",
de Sánchez Gardel, y "La Gaucha", de A. Novión. Fueron sus intérpretes
Asunción Pérez, Ana María Taylor, Eulalia Badalá y Carola Martínez, entre las
damas, y los señores Federico Marina, Juan Damilano, José A. Castellá y S.
Oscar Cáceres. Hizo de apuntador Miguel Benvenuto y de director su
hermano Carmen.
Fue su tercera presentación con la "Gloria del Niño Jorge", de Pedro Aquino,
incorporando otras figuras de muy buen desempeño, Elsa Cáceres, Nélida
Iribarne y la Srta. Andorno. Completado con "El inventor del paraguas", de
Goycochea y Cordone. A los artistas conocidos se le sumaron Miguel Natiello
y A. Yorio.
Talía
Simultáneamente se había creado el Cuadro Filo Dramática "Talía", que tenía
como presidente al Sr. Vicente Pérez.
Fue larga la labor de este grupo, señalemos nada más que como ejemplo,
una de las tantas actuaciones que tuviera. "El secreto de Vicente Pérez" y
"Abrázame en tus brazos", representadas en enero de 1941 en el T. Español.
Actuaron Clorinda y Rina Yorio, Gasparina Garat, Miguel V. Natiello, Eduardo
Olivieri, Omar Pérez, Enrique Polito, Antonio Rosas y Roberto Medina. Fue
apuntador Fernando Testa.
El conjunto al cual estaba adherido Marina actuó por espacio de veinte años.
"Se acabaron los criollos" volvió a escena con el mencionado Marina, Haydée
Repetto, Julia Fernández Sarraúa, Olivieri, esposos Martínez Tapia en bailes,
Nita Marina en canciones a beneficio de las obras de la Parroquia.
De la década del 50 es el conjunto "El Puente", que tuvo como director a José
Castellá.
Complejo sería enumerar las presentaciones por aficionados surgidas de
colegios, clubes y asociaciones, casi siempre enderezadas a obtener algún
beneficio. Actuaciones algunas de muy grato recuerdo, pero efímeras.
Formaron parte del elenco Luis Urriza, Hilda Curutchet, Roberto Garrote (el
paisano de Urdampilleta), Rachel Marina (la inolvidable Tato) y los jóvenes
Santos Alonso, Néstor Merlo, Arnoldo Cassino y Héctor Vignau. Fueron
dirigidos nada menos que por Castellá, Marina y Miguel Benvenutto.
Algunos representantes
El segundo encuentro
1988 dio la segunda oportunidad al teatro. Pero esta vez sin concurso. No
intervinieron los conjuntos bolivarenses y el esfuerzo, tan digno como el
primero, no alcanzó tanto brillo, aunque se valoró el inmenso esfuerzo de la
Comisión de Cultura por mantener la actividad teatral sin renunciamiento.
Los premios
Por su parte, el jurado estableció una mención para Duilio Lanzoni por ser
autor de una obra que refleja la realidad local, apartándose de una temática
ajena a lo conocido.
El Centro Tradicionalista Salinas Grandes brindó su apoyo con una hermosa
pintura artística en homenaje al desaparecido Florencio Molina Campos, en
una magnífica recreación escénica de sus personajes de "almanaque".
IV Encuentro de Teatro
El sábado 20 de octubre se llevó a cabo en el Teatro Coliseo Español la noche
final del 4to. Encuentro de Teatro, 1990.
Un documento revelador
La noticia merece ser investigada en profundidad, ya que aún habría con vida
alguna dama de aquellas que integraron los elenco chacareros. El almacén y
cancha de pelota de Tejero habría sido uno de sus escenarios.
La inquietud que había ido tomando cuerpo en unos pocos muchachos con
ganas de hacer teatro, toma visos de realidad.
Su partida de nacimiento data del día 28 de junio de 1958. Preside este grupo
de animosos cultores del arte de Talía el Dr. Oscar C. Cabreros, es secretario
el Sr. Salvador Horacio Coviellas y tesorera la profesora Enilda Salmerón.
Luego llegarán "Los chicos crecen" y tras ella "La rosa azul" de Eduardo
Borrás. Vuelve Casona, pero esta vez al escenario con "La barca sin pescador"
y "La tercera palabra". Desfilan nombres consagrados como Luis Peñafiel con
"Aprobado en Castidad" y César Tiempo con su "Lustrador de manzanas".
También Agustín Cuzzani con "Sempronio".
Carlos Gorostiza aporta "Los prójimos", "El pan de la locura" y "Los hermanos
queridos".
Aleteia
Fue un grupo juvenil que trabajó con mucho entusiasmo. Santos Vega hizo
sus primeras armas como director, estrenando con mucho éxito "Pedro y el
lobo". Al disolverse el grupo, Vega junto a Gustavo Bonamino, Walter Alvarez
y Alejandra Garayalde fundaron Artecón.
Eran nada más que cuatro. Un trébol con suerte. Pero pronto fueron muchos
más y la criatura, hija de la fantasía, tuvo nombre: ARTECON (Arte Teatral
Contemporáneo).
Ya llevan realizadas numerosas obras desde aquella "Historia del Zoo" dada a
la escena el 16 de octubre de 1982.
La pequeña historia
El Viejo Criado (Roberto Cossa) 17.12.83; Había una vez una Bruja (Duilio
Lanzoni) 5.5.84; Convivencia (Oscar Viale) 13.10.84; La isla desierta (Roberto
Arlt) 13.10.84; El Gigante Amapolas (Juan B. Alberdi) 6.4.85; Historia del Zoo,
nuevamente (Edward Albee) 27.7.85; La Forestal (Ielpi-Cánepa-Bollea)
14.12.85; No hay que llorar (Roberto Cossa) 8.2.86; Jaque a la Reyna
(Santillán-Peyrou) 4.10.86; El Viejo Criado, otra vez, el 3.4.87; Vincent y los
Cuervos (Pacho O´Donnell) 16.4.88; El huevo de Pascua (adaptación de
Valdés y Lanzoni) 7.10.88, y Tres Jueces para un largo silencio, de Andrés
Lizarraga, estenada el 3 de junio de 1989 en la Sala María Laura Gardón
(Edificio de la Soc. Italiana). Por último, "Historias de irse siempre"
(tragicomedia de un éxodo), de Duilio Lanzoni (Nov. 1989).
¿Tuvieron los españoles de ayer, sus fundadores, la exacta noción de los que
hacían? ¿De lo que estaban proyectando y del destino final que alcanzaría
esa sala que comenzó a crecer de la nada y que significó un tremendo
esfuerzo para las arcas de una institución que cubría otros fines sociales y no
estaba preparada para tan magna empresa?
Me he tomado la tarea de leer acta por acta para constatar lo dicho en esos
días -la Sociedad Española es ejemplar hasta en la forma que ha guardado sus
documentos- y eso permite reconstruir con alguna certeza lo sucedido.
Deberá constar de 14 a 16 palcos, platea baja para unas 150 personas y las
altas las que resulten. Se precisa que la sala tendrá forma de herradura.
Un largo silencio
Piedra fundamental
Así se abrió el telón. Se encendieron las luces y la música batió sus alas
invisibles para atrapar a todos en su misterioso juego de ilusiones.
El cine
Fue uno de los grandes milagros del siglo que recién nacía, iluminando una
pantalla donde se movía, grotescamente, imágenes que protagonizaban
historias de vida.
Cine Victoria
Don Manuel Chorén, a quien ubicamos con panadería en la Avda. San Martín,
donde su luego su hijo Pedro tuviera vinería, continuada por su nieto Aldo,
fue uno de los adelantados del cine.
El Cine Select
La Warner Bross First National distinguió al Sr. Otero con una medalla
recordatoria, como exhibidor de la primera hora, de la puesta en marcha del
cine sono (1946).
Cine Avenida
Sin olvidar, por supuesto, el Cine Teatro Coliseo Español, que por varias veces
estuvo en manos de empresarios particulares.
Desde aquel Pabellón de las Rosas, año 1908, donde se hacía música y se
proyectaba cine, hasta nuestro Artecon, de hoy, con su mensaje teatral.
El pionero en este sistema que utilizó la vía pública para comunicarse con el
pueblo fue don Rodolfo Pacheco, que el 15 de febrero de 1936 obtuvo
permiso municipal para instalar en la Plaza Alsina un aparato amplificador
para emisiones musicales y de propaganda comercial. La resolución agregaba
"que no permitiendo el erario sostener la banda de música en audiciones que
esta mantenía, pueden ser sustituídas por las que el proponente ofrece
realizar".
"Vox Populi"
Don Carlos Márquez fue una figura muy singular en este Bolívar de ayer. Su
muerte ocurrió trágicamente en un accidente de automóvil. Un digno
colaborador fue Edgardo Merlo.
Las radios
La televisión
El esfuerzo privado
"Los callejeros"
Nómina que completa Manuel "Lito" Sosa, gran animador, con "La Voz del
estadio" y publicidad De Leo, de las jornadas de fútbol lugareño.
Lamentablemente su voz acalló la muerte sorprendiéndonos a todos.
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CAPITULO XXVII
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El periodismo lugareño
Enorme trascendencia ha tenido, y tiene, el periodismo en la vida
bolivarense. A principios de siglo su carácter era eminentemente ideológico y
político. Un periodismo de ideas al servicio de una posición ya tomada en el
campo de la política. No eran momentos para paños tibios. Las publicaciones
se embanderaban con sus líderes carismáticos, conductores del país o
simplemente caudillos de pueblo, y marchaban detrás de ellos como niños
detrás de la banda.
Pero para que todo no sea tan fácil vayamos a un acta de reuniones de la
Sociedad Española. Allí se expresa ordenar una publicación de "La Voz del
Pueblo", de la localidad. Estamos en el año 1889. Don Luis Mallol, don José
Hoya, navegantes en las mismas aguas, no descubrieron nada más. Yo
tampoco.
Don Pedro Jaime era natural del Uruguay, y aquí se casó con doña Josefa
Beneito, de un hogar de músicos, fundando una numerosa familia llamada a
gravitar en nuestro medio social, hasta nuestros días. Don Pedro murió el 27
de abril de 1941 y "La Verdad" inicia una segunda época con Edmundo
Néstor Acevedo y Oscar López hasta desaparecer.
La Defensa (1910)
En este año se conoce "La Justicia", a cargo de Raúl Dozo, y "La Ley", bajo la
batuta de don Cornelio Moglia. También "La Luz", órgano de propaganda
liberal y "Helios", revista literaria, de artes, críticas y ciencias que bastaría
para definirla dos estrofas de un verso aparecido en el primer número de
octubre firmado por PAX y que dice: "¡Oh, Helios inmortal! tú, guía del
talento, serás también el sol del Libre Pensamiento".
Con aparición los días miércoles, colocado bajo la dirección del maestro don
José Forgioni. Se decía pedagógico, literario, científico y social. El N° 1
correspondió a marzo de 1916.
Don Federico Troncoso sale a la palestra con "El Pueblo", bisemanario. Don
Juan E. Gamundi hace lo propio con "Los Principios".
"Rumbos" (1921)
"Aleteos" (1923)
Aleteos Infantiles, revista escolar, tiene como Director al Sr. Eduardo Galussi.
Aparece "La Causa", bisemanario que "defiende los intereses del radicalismo,
de ese radicalismo que no transige ni claudica". Su accionar será directo y
fuerte, algo así como una barricada partidaria lanzando petardos contra sus
enemigos políticos y hasta con los propios radicales alineados en otros
frentes internos. Dice tener redacción anónima y la correspondencia debía
dirigirse a una casilla de correos.
Carlos Olivera, en colaboración con el Sr. Herberto Zorrilla, publica "La Idea"
en el pueblo de Urdampilleta y ya contando con medios gráficos propios.
Don Atilano Ortega Sanz, hombre que transitó por la poesía, la radio y el
teatro, también hizo periodismo. "La Voz de Bolívar" estuvo a su cargo y ya
veremos que no fue su única manifestación en esta profesión.
En septiembre de este año se da vida al Boletín Oficial de La Cultural. Será un
medio de comunicación con la comunidad, dando cuenta de sus trabajos.
Nace para reflejar todo lo relacionado con el teatro y en general con el arte.
Del mismo año es "Libre Tribuna", "diario impolítico, noticioso y literario".
También "La Peña", órgano literario y noticioso, hecho en imprenta
"Gutenberg" y que dirige Atilano Ortega Sanz, adoptando el formato de una
linda revista.
"Excelsior" (1934)
"Impresiones" (1935)
De este año es "Impresiones", una linda revista con temas variados, sociales y
deportivos que manejó don Juan Gayol, dándose a la estampa en Imprenta
Del Globo. Se publicaron pocos números.
"La Guitarrita"
Fue una travesura de "los muchachos del Club Social". Entre ellos, hermanos
Néstor y Pedro Larregle, Tomás Bres, Armando Blanco e Ismael Demarchi.
Muy en broma reflejaba la vida de la institución. Se imprimía en mimeógrafo
con una tirada muy limitada.
"Semáforo" (1936)
"Afanes" (1937)
"Angulos" (1939)
"Pregón" (1944)
"Huellas" (1944)
"Estudiantes" (1950)
Es la revista del Club de los jóvenes. Una entidad que ha seguido creciendo al
impulso de un magnífico ideario. Estuvo al servicio de Bolívar, ocupándose de
sus instituciones, de su historia, con sentido progresista y dinámico. Cumplió
algo más de cinco años de vida. Su lema "Si no crees vencer, ya estás
vencido" es todo un programa de lucha. Su primer director fue Luis Urriza,
editor responsable Edgardo Merlo y tesorero Héctor P. Vignau. Su inspirador
y guía tutelar, el Dr. Santiago B. Gandola. Y un hombre pilar, sostén y base de
esos entusiasmos juveniles: L. Oscar Ochoa.
"Tribuna" (1951)
El 15 de junio de este año -Día del Libro- sale a la calle "La Mañana". La
sociedad se gesta en la Organización "La Mañana" que dirigía el Sr. Luis Oscar
Delavault, entre un grupo de amigos, Reinaldo Longobardi, Gabriel Pedruelo,
J. C. Chatruc Miguez y otros, por entender que "Pregón", diario de la tarde,
no reflejaba los sucesos del ámbito local con la cuota de imparcialidad que
era dado exigirle. Había pues, en su iniciación, una intención política, que de
ningún modo alcanzó a concretarse.
Casi diez años dura el rubro hasta que en agosto de 1973 el Dr. Oscar C.
Cabreros queda como único dueño de "La Mañana" y el Sr. Dufau pasa a ser
único dueño y director del diario "Pregón" de 9 de Julio, que la firma había
instalado allí unos años atrás.
"Panorama" (1963)
"Polimnia"
Cinco vecinos fueron sus responsables, R. Beighau, Pedro Moya, Raúl Otero,
Manuel Busquet Serra y Abel Sarragoicochea. La empresa vendió, finalmente,
sus existencias a la firma Cabreros y Dufau y éstos, con esos elementos,
fundaron "Pregón" en la ciudad de 9 de Julio.
Periódicos comerciales
La firma martillera D. Jacinto Maineri editó su revista mensual que hacía
llegar a sus clientes y amigos por espacio de varios años.
Otras publicaciones
Como son loables también los trabajos estudiantiles que con muchas ganas y
sin medios, en todas las épocas, quisieron levantar sus banderas de juventud.
En ese terreno está "Síntesis", de Carmelo Billota, y "Voces", de Julio Fal.
Su nombre Enrique Sacco. Tiene ganas y capacidad. Por eso no extraña que
en el año 1983 nos sorprenda con la publicación de la Revista "Realidad".
Curiosamente presentada, con el certero enfoque juvenil a los viejos
problemas de la ciudad y del país.
Los altos costos del material, al pequeño mercado que se le ofrecía, dieron
por tierra con tan levantadas y legítimas pretensiones.
Los imprenteros
"Palabras"
"Atucha Brián fue uno de los primeros fotógrafos. Muchas de las fotografías
de fin de siglo y comienzo de éste fueron efectuadas por él. Bolívar bien
podría perdurarlo en el recuerdo con el nombre de una calle, aunque fuera
en barrio suburbano, acorde con su llaneza y modestia, siempre vivió en la
pobreza, lo que obtenía de sus magros ingresos lo derramaba a manos llenas.
Vivió dentro de una pobreza franciscana".
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CAPITULO XXVIII
Escritores y poetas bolivarenses. Escritores con obras publicadas. Otros nombres que no llegaron
al libro. La dinastía de os Pérez a través de las letras.
Benito Linch, de Bolívar al mundo. Julio F. Cortazar habitante de San Carlos. Presencia de Jorge Luis
Borges en Bolívar.
Don Luis Mallol, obrero del pensamiento. Los escritores por dos veces volvieron al terruño. El
certamen literario del Centenario. Los premios.
Escritores y poetas bolivarenses
Es muy rica la producción literaria de los hombres y mujeres nacidos en el Partido de Bolívar o
afincados en él por largo tiempo por lo que los consideramos también nuestros. Muchos han
podido dar a conocer en libros sus obras, otros solamente han trascendido por las publicaciones
periodísticas, negada la posibilidad de la imprenta, lamentable e injustamente, por razones
económicas.
Ortíz Miguel A.: Hizo sus estudios primarios entre nosotros. Luego se radicó en la capital federal.
Alí escribió “EL VERSO PROHIBIDO”. Escribe poesías y ha presentado trabajos en concursos
habiendo merecido algunas distinciones. Fue su maestro don José Castellá.
Rodeiro Irma Elvira: Maestra Normal Nacional vivió sus últimos años en Bernal (Bs.as.) Toda su
producción está referida a la docencia y es muy completa (Enciclopedia Práctica Primaria -4
tomos-) Editorial Granda – MANUAL DEL MAESTRO -4 Tomos- FUNDAMENTACIÓN DE LAS
CIENCIAS NATURALES, MATEMÁTICA Y LENGUA Y HABLA. Diccionario Granda. ESPRESIONES
DINAMICAS INFANTILES.
Cajita de sorpresas son algunos de los títulos. Adoptó el seudónimo de Elvi Rodt.
Scenna Miguel Angel: Bolivarense por adopción, aquió comenzó a desarrollar una vasta tarea en
el campo de la investigación histórica que contemplaba con su trabajo de médico oculista. La
revista “Todo es historia” le abrió sus páginas y Miguel Scenna volcó allí cientos de artículos
analizando hechos del pasado nacional. Lo hizo con probidad y entusiasmo. FORJA, UNA
AVENTURA ARGENTINA (De Yrigoyen a Perón) año 1972. COMO FUERON LAS RELACIONES
ARGENTINO – NORTEAMERICANAS (1969). LOS MILITARES de Editorial Belgrano (1980).
ARGENTINA – CHILE una frontera caliente 1981 cuando sorpresivamente un aneurisma dio por
tierra con Miguelito Scenna. A pocas cuadras de su casa, se celebraba el centenario de la
fundación de la primera escuela bolivarense.
Soto Prudencio (h). Educador, periodista, escritor. Tomó parte activa en la vida del pueblo y sus
instituciones mientras permaneció aquí. Escribió “Apuntes para el problema de la escuela rural”
año 1942 y CANDILEJA EN LA NOCHE: (Biografía de un personaje imaginario llamado Renato
Burton).
Torres Ulises: Nació en Bolívar el 24 de mayo de 1913. Desde 1936 residió en Campana (Bs.as)
donde falleció. Publicó “LA MAÑANA EN LA SANGRE” año 1946. Fue su primer libro. Le siguió
PALABRAS EN LOS MUROS (poemas) y DEL MUNDO DEL POETA (Poemas y Buceos) Grupo Editor
Mensaje de Lanús, año 1966.
Varela Amancio Alfredo: Nacido en Urdampilleta en 1922 vive en la Capital Federal donde ha
desarrollado intensa actividad radial periodística relacionada siempre con el folklore nacional.
Colabora en diarios de la Capital y tiene una columna fija desde hace años en “La Mañana” titulada
“Junto al camino”. Ha obtenido premios de importancia en los más importantes certámenes
literarios.
Su producción es la siguiente: HUELLAS PAMPEANAS (Poemas) 1950. RAÍZ DEL VIENTO: Poemas:
año 1965. DESPUÉS DE LOS PAJAROS: Poemas – 1974. HISTORIA DEL FOLKLORE, una interesante
recopilación denoticias que ha tenido gran suceso. Año 1979. MEMORIAS DE UN PAGO: Dedicado
a historias su pago natal. Prosa año 1982. Impreso en la Librería e Imprenta Del Globo de Bolívar
con material de linotipo de “La Mañana”. SOMBRA DE LLUVIA, Poemas. Mereció Premio del
Ministerio de Educación de la Pcia. de Buenos Aires. Editado en 1963. Finalmente “PATRIA DEL
CHINGOLO” del año 1988, también poemas con acento terruñero, cierra, por ahora, su trabajo
literario.
Varela Felipe: Un patriarca de las letras lugareñas nacido en Lobos pero asentado en Urdampilleta
más de 60 años hasta su lamentado fallecimiento, ya anciano, en el año 1987. Escribió, luchó,
trabajó. Fundó periódicos, bibliotecas, clubes deportivos. Fue socio de la SADE. Sus versos tenían
cabida en los diarios de la época. Así se conocieron. “MODULACIONES SINCERAS” y “ACUARELAS
PAMPEANAS”, ambos libros de versos le pertenecen.
Vigneau Pedro: Médico, investigador, poeta, nació en Azul. Llegó a nuestra ciudad en 1919 y
desde entonces hasta su muerte, ocurrida el 20/5/1972 vivió en una entrega permanente,
desinteresada, humana, a su pueblo, a sus gentes. ROMANCES DEL TIEMPO VIEJO, fue su primer
libro impreso en Librería Del Globo con material de linotipo de “La Mañana”. Poesía épica que
mereció un prólogo del Dr. Alvaro M. Martínez. TRANSITANDO MI ATARDECER – Poemas – año
1969 y REFUGIOS EN EL CAMINO – Poemas. Editorial Nueva Vida. Año 1971, completan su labor
literaria.
Villar Oscar F.: No es mucho lo que sabemos de este bolivarense que tuvo una destacada vida
pública como secretario de la Municipalidad y en otras actividades. En el año 1940 – mes de
noviembre – es el encargado de hacer entrega de la bandera de los Guardias Nacionales a la
Asociación de Cultura y Fomento, en ausencia del Sr. Intendente.
Los diarios de ese entonces tienen algunas colaboraciones poéticas y se sabe que fue autor de un
trabajo sobre nuestro pueblo llamado “Historias del Pago”. Fue una monografía presentada a
competir ante el Ministerio de Educación de la Provincia y autorizada su publicación. Sin embargo
todo parece que el trabajo fue retirado y no se publicó. Por de pronto en el archivo de la Provincia
no figura la obra y tampoco conocemos si algún vecino pudo haberla tenido en sus manos. Villar se
alejó de Bolívar y eso hizo más patente su desarraigo y falta de noticias.
Villareal Benicio Carlos: Una provechosa vida dedicada a la enseñanza es la del profesor Benicio
Carlos Villareal que tiene sus raíces nativas en Pirovano.
Tiene una especial inclinación al estudio del arte payadoril rioplatense. Su vinculación con músicos
y cantores es permanente y de allí ya extrayendo sabias conclusiones que alguna vez verán la
estampa. “RETOÑOS DE TIEMPO” publicado en 1980 muestra de poemas dichos con
“sentimiento”, tal como es su propósito. Es colaborador del diario “La Mañana” de San Carlos de
Bolívar con un título muy sugestivo para sus notas: “Rastros Nativos”.
El Parnaso literario bolivarense se nutre de muchas figuras más, algunas de real significación por
estilo y calidad, que no alcanzaron a plasmar el fruto de real significación por estilo y calidad, que
no alcanzaron a plasmar el fruto de sus sueños en las páginas de un libro. Como un acto de justicia
para con estos obreros silenciosos de la palabra, haremos mención de sus nombres.
Arriazu Buenaventura: Español de origen, llegó a Bolívar en los primeros tiempos cuando ya
contaba 44 años de edad. Fue secretario de la Asociación Española de S.M. y el primer poeta
conocido. De genio alegre, humorístico, todo lo transformaba en verso, que dedicaba a sus
amigos. Era apoderado “El viejo vizcachón” ya que con ese seudónimo firmaba sus trabajos. Fue
activo colaborador del “Bolívar Ilustrado”. Partió por España con la intención de volver, pero allí lo
retuvo la muerte. Fue en el año 1914. Su nombre queda en esta pequeña historia como el primer
poeta bolivarense.
Hay una generación muy buena de escritores que animaron con su talento los Viernes de la
Cultural y que volcaron sus pensamientos en los periódicos y revistas de la época.
Oscar Gentile puede ser sumado a esta valiosa “colección” bolivarense. Cultiva la poesía y es autor
teatral. “Responsable” su última obra fue llevada a escena por el Teatro Independiente El
Mangrullo en 1987. Marta Pérez Oguiza, desaparecida en plena juventud. Insinuaba ser fiel
continuadora de esa dinastía de los Pérez de tanto brillo entre nosotros. Luis Alberto Lozano
incursiona en el cuento y la novela. Ya ha obtenido premios junto a otro joven, Alejandro Scenna,
en ellos hay mucho futuro. Y en quien este autor cifra todas las esperanzas, se llama Duilio Olmes
Lanzoni. Tiene, si lo quiere, si lo busca, un gran futuro. Recientemente acaba de obtener premio
mención en un concurso internacional con la participación de consagrados escritores. María Inés
Noseda, “Bibi” Chatruc, Miguel Gargiullo y muchos más están en la buena senda de la creación. A
ellos corresponde tomar el testimonio en esta posta que el andar de los años renueva
inexorablemente.
Así expresaba el poeta el sentir, abierto generosamente al mundo lírico que lo llevaba a cantar en
dulces versos, al amor y a la vida.
Producción literaria
Su obra literaria fue vastísima, aunque no toda llegó al libro. En 1917 da a conocer “El libro de Mis
Horas”, en 1922 “El Triunfo del Dolor” y en 1923 “Retoños”. Obtiene numerosos premios de
importancia en concursos nacionales. En 1911 Medalla de Oro en los Juegos Florales de Mercedes
(Bs.As.), tema “Estudio del Anarquismo”. En 1923 triunfa en Pigüe y en 1928 interviene en los
Juegos Florales del Cincuentenario de Bolívar y gana medalla de oro con el título “Leyendas de la
pampa”.
En las instituciones
Uno de los primeros clubes deporticos fundados en la localidad – United Friends- lo tuvo a Mallol
como inspirador y bibliotecario. Porque valga esta curiosidad que atribuimos a su genio creador,
el club nació con una biblioteca.
Situación que no se ha dado después ni por casualidad.
Allí actuó como secretario y conferencista por muchos años. Fue artificie de los Juegos Florales del
año 1928 y de los actos recordatorios cuya idea lanzó en “La Verdad” de ese entonces haciéndola
suya “La Cultural”.
Miembro de la Colectividad Española fue secretario honorario por varios años de la Sociedad
Socorros Mutuos.
También ocupó la Secretaría de la Cámara Comercial e Industrial. Estaba casado con Amparo
Méndez Jarén de cuya unión nacieron dos hijos: Alicia y César Luis. Su medio de vida era una
agencia de encomiendas representando a una conocida firma de la Capital Federal.
Su vida ejemplar , modesta, llena de inquietudes se apagó el 1º de diciembre de 1941 en nuestra
ciudad. Tenía 54 años de edad.
Don Luis Mallos Preso
Hay un episodio en la vida de este encendido y fogoso luchador laico que adquirió en su
momentos caracteres de cierto dramatismo y que produjo reclamos airados, protestas y
“meetings” en el febril año de 1915 y es cuando Luis Mallol detenido por la policía, al parecer con
malos modos, es trasladado a Bahía Blanca y sometido a juicio penal.
Todo estaba rodeado de cierto pintorequismo lo que en el prisma de los años, el hecho del
resultado anecdótico y hasta divertido. No en ese instante de ebullición en las ideas y de enconada
porfía entre los bandos sostenedores de sus firmes convicciones.
Resulta que se había anunciado con bombos y platillos la llegada a San Carlos de una comitiva
religiosa presidida por el Sr Obispo .- Esta noticia que fue motivo de justificada alegría en sector
ligado a la iglesia, fue tomada muy malamente por el sector anticlerical que tenía a Mallol como
destacado líder .-
Precisamente Juan Alfonso, tipógrafo de “Libre Examen “, fue sorprendido tirando “ papelitos”
adversos a tan particular visita y hasta golpeado por un oficial de la policía, que llevó detenido.
Mallol lo explica “Ubicada mi persona en un baúl que por circunstancias accidental se encontraba
al paso de la comitiva, contemplé el proceder abusivo.
“indignado y en un arranque de justificada virilidad, en un momento en que la emoción me
cortaba la voz, pero en que la razón me imponía también su protesta, hice un esfuerzo sobre
humano, y mis labios cumpliendo lo que se debía, y en un arranque estentóreo pronuncié las
célebres palabras que todos escucharon y que eran “ Viva la dignidad y la conciencia” .
Tres horas después de este hecho, Mallol es invitado a la Comisaría. Logra salir poco después de
ella por dos veces más la situación se repite hasta que queda detenido y puesta a disposición del
Juez en lo Penal de Bahía Blanca.
Traslado a esta ciudad se lo encarcela y permanece en calidad de detenido ocho días, hasta que
el Juez lo exime de todo delito ya que la causa es de índole contravencional y no penal.
Los “papelitos”:
En el Centro de Libres Pensadores se da en horas de la tarde un manifiesto que se distribuye por
las calles del Pueblo. Es la gota de agua que supera la medida, ya que los “papelitos” como los
llama Mallol, habían tocado a fondo la sensibilidad de los católicos.
Dejemos consignado algunos de ellos por respeto a la verdad histórica: “No te cases en tu vida /
con mujer que va a la iglesia/ pues tiene dos cualidades / o es muy pícara o es muy necia”.
Otro: “De la nata se hace el queso/y del queso los quesitos/ y de misas y sermones/ se hacen los
curas gorditos”.
Las frases y los versitos son muchos y todos conllevan una burla a la religión y atacan a sus
ministros.
Eso pasó en Nuestro San Carlos aldea de 1915. Es historia de nuestra historia…
Los escritores por dos veces volvieron al terruño
El 17 de agosto de 1967, organizado por la Asociación de Cultura y Fomento se realizó en San
Carlos de Bolívar el 1er. Encuentro de Escritores y Poetas Bolivarenses.
El acto central tuvo lugar en la entidad madre con palabras de apertura a cargo de su Presidente
Dr. Oscar. C. Cabreros.
Luego se desarrolló el tema “Influencias del terruño en la producción literaria” que había sido
sugerido por el Sr. Moisés Brandernburg. Al día siguiente en el Salón de la Municipalidad los
escritores leyeron trabajos y finalmente en una gran cena servida en la Sociedad Rural se puso
término a tan magnífico acontecimiento de las letras locales. Asistieron Alvaro M. Martínez, Ulises
Torres, los Natiello Nicolás, Alberto, Miguel y Luis Oscar; Perla Mallo Huergo; Benicio Villareal;
Miguel Benvenuto; Amancio Varela; D. Jacinto Maineri; Felipe Varela; José Hoya, Jorge Raúl Llanos;
Leonor G. de Butti; Camilo Pérez Risso; Pedro Vignau; Irma Lanzoni; Oscar Cabreros; Martha Pérez
Oguiza; Teresa Bajma; María Etelvina Cáceres Hildebrando Juárez; Adolfo Pérez Zelaschi; Juan
Carlos Grossi; Efraín Chavez; Nélida de Gasparini; Pedro Godoy, Horacio Klappebanch. Tilde Pérez
Pieroni; Juan A. Gandola y Francisco Dolhare. Este último radicado en Lincoln encendió la llama
votiva por ser el de más edad con la Srta. Alicia Mallol, hija del poeta, y en ese tiempo con
domicilio en la Capital Federal.
El segundo encuentro
El 19 de junio de 1986, La Cultural, otra vez con la presidencia del Dr. Oscar C. Cabreros, realiza el
2º Encuentro de Escritores y Poetas. Se inicia con una muestra pictórica de Leopoldo Chatruc en el
Palacio Municipal que tuvo el auspicio de H. Concejo Deliberante. Al día siguiente se inauguró la
Sala Dr. Pedro Vignau, hijo del recordado médico y se habilitó una Muestra de Estampillas de la
Srta. María Carminatti. Por último el sábado 21 en el salón de la Cámara Comercial los autores
dieron lectura a sus trabajos y se entregó el Premio Pluma de Plata José Hoya a tres caracterizados
hombres de la cultura lugareña. Fueron ellos: Juan Carlos Grossi, José Leopoldo Chatruc y el Dr.
Luis P. Gagliardi.
El encuentro lamentó algunas ausencias definitivas y celebró el arribo de figuras nuevas. Fueron
ellas, María Elena Miguel, José González Hueso, Duilio Lanzoni, Nélida Briguez, Isabel Pérez de
Eulate, Felipe Martínez Pérez, Abel Zabala.
Los premios
El jurado tuvo que actuar leyendo más de 1.300 Trabajos y finalmente acordó los siguientes
premios: Alicia Dinorah Cabral, dos distinciones, por su Homenaje a Simón bolívar y Canto a
América”; Ernesto Castany segundo premio en Poema por su trabajo “El general está lejos”; José
María González Hueso, primer premio por su “Muerte y permanencia del Rubio Olivera” y otro
premio por “La sangre y el cuntrún”. En la categoría ensayo recibieron una distinción Elizabeth
Compañy y Nelly Beatríz López y en monografía el primer premio fue para la señorita Leticia
Torresan por su trabajo “Rastrillada, Fortín, Ciudad”.
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CAPITULO XXIX
(Foto, página 375)
1. Las celebraciones bolivarenses. El Cincuentenario. Los juegos florales. Las Bodas de
Diamante. El Centenario de la batalla de San Carlos. El Centenario de la fundación. Primera
Fiesta Nacional de la Electrificación Rural. Segunda Fiesta Nacional de la Electrificación
Rural. La Semana de Bolívar.
El Cincuentenario
Desde el diario “La Verdad”, don Luis Mallol, un hombre múltiple, poeta y animado de una fuerza
interior insospechada para impulsar cuanta obra requiriera su ciudad de adopción, lanzó la idea,
en el año 1925, de preparar grandes festejos para recordar la gesta fundadora el 2 de marzo, a
cincuenta años de su acontecer, plazo que se cumpliría en 1928.
La Asociación de Cultura y Fomento, madre de instituciones, gestora de ideas, realizadora de
proyectos, acogió la idea de propia y se dirigió al Comisionado Municipal de ese entonces Don
Francisco Cobeñas pidiéndoles accediera a organizar y apoyar la iniciativa.
Poco tardó el Comisionado en responder afirmativamente y el 29 de junio de 1926, en una
asamblea popular por él convocada es nombrada la Comisión Honoraria y la Comisión Ejecutiva
´para la organización de tan importante celebración.
Comisión Honoraria
S.E. Sr. Presidente de la Nación Dr. Marcelo T. de Alvear S.E. Sr. Gobernador de la Pcia. de Bs. Aires
Dr. Valentín Vergara. S.I. Sr.Obispo Diocesano de La Plata Monseñor Francisco Alberti; S.E. Sr.
Ministri Plenipotenciario de los EE.UU. de Venezuela Dr. Pedro César Dominici. Los señores
diputados nacionales Dr. Rogelio Solis y Don Arturo Santa María. El Delegado del P.E. en aquela
emergencia Don Fracisco J. Cobeñas, incorporándose luego el Sr. Intendente Municipal Don
Domingo J.Althabe.
Comisión Ejecutiva
La Comisión Ejecutiva quedó constituida de la siguiente manera: Presidente: Dr. Pedro Vignau –
Vicente 1° Dr. José Fabrés García; Vice 2°: Domingo J. Althabe (luego pasó a integrar la C.
Honorario al hacerse cargo de la Intendencia Municipal); Vice 3° Sr. Eduardo Otero; Vice 4° Sr.
Antonio Lautre; Tesorero Sr. Pedro Bedatou; Pro Sr. J. Eduardo Pons. Secretario General Sr. Luis
Mallol; Secretario de Actas Sres. Jaime Suñol (h) Prudencio Soto (h) Lorenzo Acosta y Héctor
Delupi. Después se agregó el Sr. Marcelino W. Arce.
Quedaron como vocales todos los asambleístas elegidos en la Asamblea popular el 29 de junio.
Programa
Lo extenso y variado del programa da cuenta que en la oportunidad “se tiró el pueblo por la
ventana”, ante el beneplácito popular que acompañó entusiastamente todos y cada uno de los
actos.
Jueves 1° de marzo
A las 6 y 30 reparto de víveres de la Intendencia Municipal. A las 21.30. Procesión de antorchas
desde las plazas España e Italia a la Plaza Alsina. A las 23 concierto de banda.
Viernes 2 de marzo
A la salida del sol. Solemne Diana por la Banda de Música y Disparo de 21 bombas.
A las 9. Recepción de la Comitiva Oficial en la Estación del Ferrocarril – Procesión Cívica – Desfile
de Jinetes a caballo - Concentración Escolar en la Plaza Alsina.
A las 10 – Conmemoración del Cincuentenario – Himnos Patrios de las Repúblicas Argentinas,
Venezuela, España, Italia y Francia – Discursos rememorativos.
A las 11.15 – Solemne Té Déum en la Iglesia Parroquial con alocución patriótica por el Pbro. Doctor
Andrés Clacagno.
A las 12. Recepción oficial en el Salón Municipal.
A las 13. Comida íntima a los huéspedes oficiales.
A las 15.30. Vistas al Asilo de Ancianos, Museo “Florentino Ameghino”, y Parque, colocación de la
Piedra Fundamental del Edificio para Colegio Sección 3ra. Visita Hospital Público. Biblioteca
Bernardino Rivadavia y Club Social. Colocación de la Piedra Fundamental el Edificio para Colegio en
la Sección 2ª.
A las 18. Homenaje a la Comisión Fundadora de Bolívar. Descubrimiento de la placa rememorativa.
A las 18.45. Cinematógrafo al aire libre.
A las 20. Gran banquete oficial.
A las 21.15 – Fuegos artificiales (acuáticos) en Las Acollaradas.
A las 21.15 – Gran Baile Oficial de Gala en el Palacio Municipal.
Sábado 3
A las 8. Disparo de 21 bombas. Alegres Diana por la Banda de Música.
A las 14.30. Carrera de obstáculos del Automóvil Club de Bolívar en la chacra del señor Roque
Macchia.
A las 16 y 45. Gran Fiesta Criolla. Doma de Potros.
A las 18 y 45. Cinematógrafo al aire libre.
A las 21 y 15. Grandes romerías populares gratuitas en el Prado Español.
Domingo 4
A las 8. Disparo de 21 bombas y alegres dianas por la Banda de Música.
A las 9 y 30 – Gran Partido de tenis organizado por el “Lawn Tennis Club”, local.
A las 10 y 30 – Colocación de la Piedra Fundamental del Pórtico y desfile de automóviles alrededor
del futuro parque.
A las 15. Gran match de fútbol, organizado por la Federación.
A las 17 y 15. Concierto de Banda en la Plaza Alsina.
A las 18 y 45. Cinematógrafo al aire libre.
A las 21 y 15. Gran Corso de Flores, organizado por la Comisión de Damas de Beneficencia.
A las 24. Gran Baile en el Salón Municipal, ofrecido por el Club Social Deportivo.
Lunes 5
A las 8. Disparo de bombas y alegres Dianas por la Banda de Música.
A las 15 y 15 – Recepción del Señor Ministro Plenipotenciario de E.U. de Venezuela en Buenos
Aires.
A las 16- Colocación de la Piedra Fundamental de la Farola, ofrenda de la Sociedad Italiana “Il fior
di Maggio”
A las 17 y 30 – Inauguración del busto del Libertador Simón Bolívar.
A las 18 y 15 – Apertura de la exposición del Concurso Fotográfico.
A las 18 y 45 – Cinematógrafo al aire libre.
A las 21 y 15. fuegos artificiales (terrestres) en Las Acollaradas.
Martes 6
A las 8. Disparo de 21 bombas y alegres Dianas por la Banda de Música.
A las 10. Excursión campestre y comida criolla, organizada por el Automóvil Club de Bolívar en el
establecimiento del Sr. Pedro Arrospide e inauguración de un puente sobre el arroyo Salado.
A las 16. Corrida de sortija en auto para señoritas.
A las 17. Homenaje a Venezuela. Descubrimiento de la placa en la avenida de su nombre. Palabras
del Sr. Ministro Dr. Pedro César Dominici.
A las 17 y 30. Concierto de Banda en la Plaza Alsina.
A las 19 y 30. Banquete íntimo a S.E. el Sr. Ministro de Venezuela.
A las 21 y 30. Cinematógrafo al aire libre y Retrera Musical en la Plaza Alsina hasta las 23 y 45.
A las 24. Gran Baile de Gala en el Club Social.
A las 24. Gran salva de bombas como anuncio de la terminación de los festejos.
La crónica de esos días
Los periodistas de aquel entonces se encargaron de dejar sus impresiones en sus distintos medios
y todas fueron coincidentes en señalar que Bolívar no había vivido fiesta igual en ningún momento
de su breve historia. La población adhirió sin distinción de banderías y el programa se cumplió con
éxito total, incluso sin que ninguna incidencia desagradable empeñara tan magno festejo. Quedó
en la memoria de sus participantes la alegría de una convocatoria sin igual, hermanados pueblo y
gobierno, para rendir justo homenaje a los adelantados de la civilización.
Las obras
Nuestra ciudad cosechó algunas obras que su progreso venía reclamando. El monumento a Bolívar
en la Avda. San Martín entre las plazas España e Italia, inaugurado en un acto solemne hizo justicia
al héroe epónimo pues era impropio que no se tuviera su figura en bronce, para rendirle el
homenaje de los bolivarenses en cada acontecimiento que así lo requiera.
Se prometieron dos escuelas las que poco después se construyeron.
La Farola (mástil central) donde ondea majestuosamente nuestra bandera fue donada por la
Sociedad Italiana Il Fior di Maggio. El pórtico, vencido ahora por el paso de los años, que sirve de
entrada al Parque Las Acollaradas, se construyó una adhesión a las fiestas y fue donado por la
Sociedad Española de S.M.
La Sociedad Francesa donó bancos para el Parque y se dispuso habilitar al público un puente
construido sobre el arroyo Salado. Conquistas materiales, que no alcanzan a eclipsar a las otras, a
las del espíritu. Estas tuvieron una expresión muy feliz en el encuentro con representantes de
países hermanos, con las autoridades del país representadas aquí, con la galanura de los bailes, un
hermoso Corso de Flores y los Juegos Florales, abierto éste a la inteligencia y a la creatividad de
poetas y escritores de América.
El jurado
El jurado de los Juegos Florales estuvo integrado por los señora Pedro César Dominici, ministro
Plenipotenciario de Venezuela, Héctor Díaz Leguizamón, Mayorino Ferrería, Enrique de Gandía y
Bernardo Marcel Porto. El acta del fallo se suscribió el 20 de febrero de 1928 en la sede la
representación diplomática de Venezuela.
Otros actos
El Sr. Virgilio Martínez de Sucre, miembro de la Sociedad Bolivariana y Presidente del Instituto
Belgraniano hizo el discurso ante el Monumento al Gral. José de San Martín.
Por nuestra ciudad y en el mismo lugar se escuchó la palabra del bolivarense Dr. Santiago B.
Gandola.
Por su parte la Dra. Beatriz Arredondo, de la Comisión de Festejos, leyó su discurso en el
monumento a Simón Bolívar y luego lo hizo el Embajador de Venezuela Dr. Joaquín Díaz González,
al colocarse la piedra fundamental de una nueva construcción recordatoria.
La Unión Ferroviaria, entidad gremial que agrupa a obreros y empleados del riel, levantó frente a
la playa de acceso a la Estación un mástil que llamó Eva Perón.
En la oportunidad pronunció un discurso el Sr. Dante Vidili.
Para ofrecer un cuadro del Libertador Simón Bolívar y placa conmemorativa en el frente de la
Municipalidad habló el Presidente de la Sociedad Bolivariana de la R. Argentina don Ricardo
Carrasco y agradeció en nombre del pueblo don Miguel Osovi, Presidente del H. Concejo
Deliberante.
En todos estos actos lució su gallardía y estampa el Cuerpo de Granaderos a Caballo Gral. San
Martín, que destacó una delegación de sus hombres.
Actividades literarias y deportivas dieron complemento al festejo que tuvo amplio apoyo popular y
una realización impecable con la colaboración de todos los sectores sociales y políticos unidos en
un mismo objetivo de exaltar el nacimiento del pueblo a la vida del país.
Con gran brillo se celebraron los actos recordatorios
del Centenario de la batalla de San Carlos
Un extenso programa de actos elaborado por la Comisión Municipal de Festejos hizo que la
celebración del Centenario de la Batalla de San Carlos tuviera enorme trascendencia y se viera
seguido prácticamente por toda la población.
En las vísperas, martes 7 de marzo de 1972, se inauguró un busto del agrimensor Rafael
Hernández en la Plaza que leva su nombre frente a la Sociedad Rural.
La obra es del escultor Antonio Daniel Palau, que se hizo presente en el acto.
Usó la palabra el Dr. Luis P. Gagliardi.
Por la tarde la Banda de la Policía de la Pcia. de Buenos Aires brindó un concierto en el Club
Empleados de Comercio.
El día 8 se realizó una gran concentración frente al monolito que recuerda el hecho de armas
sobre Ruta 65, estando presentes los nietos del Gral. Rivas, Carlos Ignacio y César I. Rivas. Luego se
cumplió con otro acto en Villa Fortín San Carlos, Inaugurándose un refugio colocándose placas
alusivas. Por último al mediodía se sirvió un almuerzo en la Sociedad Rural de nuestra ciudad.
El Gral. e Brigada don Federico Mourglier puso en manos del Intendente de la Serna el sable que
perteneciera al Gral. Rivas.
El mismo quedó en exhibición con la custorida de dos granaderos de San Martín.
Por el mal tiempo reinante, amenazante de lluvia, no se realizó el desfile de tropas programado.
No obstante eso no impidió una marcha de jinetes criollos.
Comisión de festejos
La Comisión de Festejos estuvo integrada de la siguiente manera: Dr. Luis P. Gagliardi, Presidente;
Dr. Oscar C. Cabreros, Vice-presidente; Secretario Sr. Camilo Pérez Risso; Tesorero Sr. César
Municoy; pro-tesorero: Ingeniero Luis Mazzucco; Vocales, arquitecto Jorge Fernández, R. Padre
Cayetano Palazzolo; Profesor Adolfo Cancio; Ingeniero Luis Leonetti; Profesor José Castellá,
Inspectora Jefe de Zona, Sra. Desi R. de Terrile, delegado del Sr. Intendente Dr. Miguel A. Scenna.
también disertó el conocido escritor Dr. Samuel Tarnopolsky, sobre el tema “Antes y después de
San Carlos”.
Otros actos
Homenaje al Gral. San Martín: el 25 de febrero frente al Monumento que lo recuerda. Hablaron el
Escribano Juan Carlos Grossi por la Asociación Cultural San Martiniana y el Dr. Abel Oscar Pato por
el Departamento Ejecutivo.
Busto de Mitre
A las 11.30 del mismo días en lucido acto se descubrió un busto de Bartolomé Mitre donado por la
Asociación Amigos del Museo de Mitre. Pronunció un discurso al efectuar la entrega el escribano
Alfredo Rueda presidente de la entidad donante. Agradeció en nombre de la Municipalidad el Dr.
Roberto Eberhard.
También se dirigió a la concurrencia la Srta. Susana Pereyra Iraola Mitre del diario “La Nación”.
Bendijo el Padre Cayetano Palazzolo y se descubrió una placa recordatoria.
En la Sala del Teatro Independiente El Mangrullo se exhibió la película tomada en el
Cincuentenario y se pasó un audiovisual obra del Dr. Carlos Poffo.
También quedó habilitado nuevamente el Museo Florentino Ameghino con palabras pronunciadas
por el Sr. José Castellá.
Por la noche y frente al tablado levantado frente al Palacio Municipal actuó el Ballet Brandsen por
gentileza de la firma Marcolla S.A.
La fiesta de ese sábado tan singular y lleno de hechos felices terminó con una cena que tuvo lugar
en la Sociedad Rural y que fue ofrecida en honor del Centro de Ex – Residentes “Fortín San Carlos,
de la Capital Federal”.
Domingo 26 de Febrero
Brillante fue la inauguración del Monumento Recordatorio donado por los Ex - Residentes en
Buenos Aires. Ofreció la donación del Sr. Rodolfo Arce y recibió el Sr. Intendente Municipal que
leyó un significativo discurso.
Bendijo el P. Palazzolo y se descubrieron varias placas.
Seguidamente tuvo lugar una solemne misa surera con la presencia de soldados del Hospital
Militar Central cantando motivos religiosos. Hubo donación de banderas y el entonces Tnte.
Coronel Hilario Sagasti pronunció vibrantes palabras.
Por la tarde hubo juegos de scouts y suelta de globos.
Lunes 27 de Febrero
A las 13 horas y en el vestíbulo del Palacio Municipal se procedió al descubrimiento del Mensaje a
las autoridades del Centenario ofrecido por la Comisión del 75° Aniversario.
Martes 28 de Febrero
A las 11 se recibió a los vecinos más antiguos nacidos en Bolívar. Fueron ellos Florentina Venini de
Gandola, Estefanía Luna, Juan Francisco Bois, Gregoria Aguirrezabala, Manuel Eduardo
Bacigaluppo, Manuel Errain Chatruc, María Agustina Salazar de Vivanco, Delia Leguizamón de
Etcheverry, Victorina Valdez de Bardella, Marta Regina Mendez de Latreita y Víctor Félix Arbizu.
A las 20 en el amplio hall de la Escuela N° 1 se habilitó la Exposición de Cartografía Antigua que
contó con los auspicios de la Dirección de Geodesia de la Pcia. de Buenos Aires.
Disertó sobre el tema el Sr. José María Prado y fue presentado por la Srta. Amalia Safar.
Jueves 2 de Marzo:
El pueblo despertó a la usanza tradicional con una salva de 21 bombas. A las 8 se izó la enseña
patria en el Mástil Central y luego se recibió a la Caravana fundadora que en forma simbólica llegó
el 25 de Mayo encabezada por su Intendente Municipal.
A las 9:30 tuvo lugar el acto central en el monolito que recuerda a los fundadores. Habló el Sr.
Héctor Rubén Barrio y contestó el Sr. Rogelio Alberto Criado, Intendente del pueblo hermano.
Más tarde se habilitó un refugio peatonal obsequio de los residentes veinticinqueños en esta
ciudad ubicado en la Av. 25 de Mayo. Fue ofrecido por el Sr. José María Iriondo, agradeció por la
Municipalidad el Dr. Abel Pato y fue bendecido por el Padre César Pasquali.
Después de un almuerzo los actos siguieron a la tarde. En la plaza Barroso fue descubierto un
busto de la educacionista Casimira Barroso donado por el Sr. D. Jacinto Maineri, quién usó de la
palabra. Luego de rendir en la plaza Rafael Hernández homenaje al agrimensor que delineó el
pueblo tuvo lugar la inauguración de la biblioteca María Alcira Cabrera en el Barrio La Rural.
Por el Comité Ejecutivo se refirió al acontecimiento la Srta.Ofelia Bubaroff y agradeció el Sr.
Paulino Volpe gestor de la iniciativa y propulsor del progreso de esa barriada.
Más tarde tuvo lugar la inauguración de la Muestra Pictórica de don Tomás Di Taranto dedicada al
Centenario. La presentación estuvo a cargo del Sr. Juan Carlos Leonetti.
Por la noche quedaron habilitadas las vidrieras alegóricas en la Av. San Martín. Por último se bailó
en plena calle frente al Palacio Municipal.
La Camerata
En el Teatro Coliseo Español actuó la Camerata Bariloche en la noche del sábado. Fue un concierto
inolvidable que llenó la Sala totalmente.
Sábado 4 de marzo
Fue el más importante día en el largo calendario de actos. Luego de izado el pabellón nacional en
el mástil central se recibe a los integrantes del VI Congreso Internacional Bolivariano que llegan
para efectuar una sesión especial en esta ciudad.
En el aeródromo local hace su arribo el Gobernador de la Pcia. Gral. Ibérico Manuel Saint Jean y su
comitiva.
De inmediato es recibido en el hall del Palacio Municipal donde se descubre una placa
recordatoria.
El primer homenaje es para Simón Bolívar. Se colocan ofrendas florales y la Fanfarria Alto Perú
interpreta el himno Venezolano.
El público se desplaza instantes después hacia el monumento al Gral. San Martín donde se rinde
homenaje al Padre de la Patria. El Sr. Gobernador revista las tropas y se escucha el Himno al
Libertador.
Ubicadas las autoridades frente al Colegio Jesús Sacramentado comienzan los discursos. Habla en
primer término el Dr. Bereciartúa. Le continúa el Dr. José Luis Salcedo y Bastardo en
representación del Presidente de Venezuela y finaliza el Dr. Raúl Salaberren Ministro de Economía
de la Provincia en nombre del Gobernador. Antes se habían entonado las estrofas del Himno
Nacional Argentino.
Tropas de Regimiento de Azul, y secciones del Colegio Militar de la Nación, Granaderos a Caballo y
Patricios y Aviación Militar ponen un intenso colorido en la luminosa mañana embargando de
emoción una multitud que siguió en orden el desfile de las fuerzas.
Complejo República de Venezuela
Las autoridades se trasladaron al término de los actos principales al Parque Municipal para asistir a
la colocación de la piedra fundamental del Complejo Educativo – Cultural y Deportivo donado por
la República de Venezuela.
Por la tarde celebró sesión el Congreso Bolivariano presidido por el General Ubaldo Comini.
Los miembros del Congreso descubrieron una placa en el Monumento Recordatorio del
Centenario, hablando el representante de Chile, para cerrar el acto lo hizo, el Dr. Santiago B.
Gandola.
A las 20 horas se procedió a la ceremonia del arrío de la bandera. La Fanfarria del Alto Perú realizó
un concierto y ejecutó, brillantemente, la Retreta del Desierto.
La jornada terminó con un baile en el Club Empleados de Comercio.
El domingo 5 los actos continuaron en Pirovano, en la plazoleta que fue diseñada por el arquitecto
de renombre mundial Amancio Williams. La bendición estuvo a cargo de Monseñor Manuel
Marengo.
El miércoles 8 en el Paraje “Los Cuatro Vientos” se recordó el 105 aniversario de la Batalla de San
Carlos. Por el Comité Ejecutivo dijo el discurso alusivo el Sr. Juan Carlos Cisneros.
Debemos consignar otros acontecimientos más de los producidos referidos siempre al magno
acontecimiento del Centenario, como el Certamen Literario, el Baile de Gala de donde surgió la
Srta. María Susana Mapis como Reina del Centenario, la actuación memorable de “Tango a Bordo”
en Empleados y el baile en el Club El Fortín.
Además se habilitó la explanada del Ferrocarril Roca, se descubrió un busto de don Juan Maineri
en el frente del Hospital y hubo numerosas pruebas deportivas. También se contó con la fiesta del
radioaficionado, donde estuvo presente el animador Sr. Antonio Carrizo y Movimiento 68 realizó
el Tercer Encuentro Nacional de Muralistas.
Otros actos más se fueron sumando como la Muestra de Artesanía de Madres Industrias
Promueven y la exposición pictórica de Graciela Gigena de abuelos bolivarenses y el
descubrimiento de un busto al Alte. Guillermo Brown en la Avenida que lleva su nombre.
Finalmente digamos que el 2 de marzo nación Carlos Simón Centenario Ruíz. Homenaje al Santo
Patrono y al Libertador en su nombre. El se ganó el premio instituido por el Comité Ejecutivo, al
nacer, justamente el primero, al inicio de la segunda centuria.
El programa cumplido
En horas de la mañana del día 3 de septiembre se realizó un acto en el Colegio Nacional alusivo a
la fiesta y se entregaron los premios instituidos a la “mejor tira publicitaria”.
Sin embargo, el hecho transcendente y verdadero inicio de la celebración tuvo lugar en la
Intendencia Municipal a partir de las 14 horas. Allí se realizó la Primera Convención Nacional de
Técnicos en Electrificación Rural, seguida por una extraordinaria concurrencia que colmó los
amplios salones.
Las primeras palabras de salutación y bienvenida estuvieron a cargo del Dr. Oscar Cabreros, quien
señaló el esfuerzo cumplido por las entidades protagonistas del Plan. Luego hizo uso de la palabra
el Ing. Horacio Fernández que explicó los alcances técnicos de la obra. Seguidamente disertó el
Ing. L. Zappalorto y después se hizo un panel de discusión con técnicos llegados de otras
localidades y representantes de empresas de la capital federal.
Programa de actos
Para esta oportunidad el Comité Ejecutivo de 2ª Fiesta contó con el amplio apoyo de los Consejos
Asesores Rurales los que conformaron una Comisión de la siguiente manera: Médanos de Robles,
Sres. Bernardino Rivas y Héctor Navarro; La Vizcaína, Sres. Donato Porcaro y Carlos Spala; por San
Andrés Don Eduardo Chiberry e Iñigo Chillón; Por Mira – Mar Sr. Rosendo Urrutia, por “Los Tres
Unidos” Sres. Rafael Moriones y Antonio Amandi, por Hale Sres. Arturo Oavía y Hércules
Castellani, por Santa Rosa Sres. Oviedo Domínguez y Alfredo Hueso, por Ibarra Sres. Jesús
Moriones y Roberto Bellone. También se incorporaron representantes de Urdampilleta y Pirovano.
Esta Comisión que presidiera don Eduardo Chiberry tuvo a su cargo la organización del almuerzo
principal, el servicio de cantina en la Sociedad Rural y se hizo cargo del comedor en la misma
institución.
El acto central
El acto central se cumplió el sábado 12 de noviembre de 1966, declarado feriado en el Partido de
Bolívar, en la localidad de Hale y en horas de la mañana.
Para asistir a la ceremonia llegaron a nuestra ciudad el Gobernador de la Pcia. De Buenos Aires
Gral. Francisco Imaz, en representación del Presidente de la República Gral. Juan Carlos Onganía.
El Secretario de Agricultura y Ganaderia de la Nación Dr. Lorenzo Raggio, el Ministro de Gobierno
de la Provincia Dr. Mario Canestri, el Ministro de Educación Dr. Abel Clavo, el Presidente del Banco
de la Pcia. Gral. Horacio Rivara, el Presidente del INTA Ing. Borleois y altas personalidades.
En Hale
En la estación Hale tuvo lugar el acto inaugural de la nueva línea, bendecida como en la primera
vez, por el padre Palazzolo.
Hablaron el Presidente de la Fiesta Dr. Pedro Fernández López, el Dr. Lorenzo Raggio y el
Gobernador General Imaz.
En las instalaciones de la Sociedad Rural se realizó un gran almuerzo popular atendido por Srtas.
de los Clubes de Hogar Rural. La extraordinaria concurrencia dio al Gobernador una claurosa
bienvenida.
A los postres se dirigió a los comensales el Jefe Comunal Sr. Jorge Manuel de la Serna y el gral.
Imaz ofreció un brindis.
Asamblea de técnicos
En el marco de la Fiesta fue singularmente importante la II Convención de Técnicos en
Electrificación que reunió a personas de los más distintos lugares del país dispuestos a intervenir,
exponer sus experiencias y elaborar en común programas de trabajo. Una tribuna de jerarquía, a
tono con la dimensión del esfuerzo que alcanzaba así auténtica expresión nacional tal como había
sido concebido desde San Carlos.
La reina
Elena Rosa Yorade, representante de Perico, Jujuy fue elegida Reina Nacional de la Electrificación
Rural y princesas María Inés Hussi de Villa María, Córdoba y Nidia Zulma Porcaro de nuestra
ciudad.
Lamentablemente después de dos actos tan significativos y de tantos esfuerzos desplegados, si
bien se continuó con el programa de electrificación rural, nunca se volvió a vivir algo similar.
La semana de Bolívar
Para dar verdadero realce a la conmemoración de la fundación del pueblo y de la batalla de San
Carlos, que generalmente, pasan sin pena ni gloria, apenas esbozados en la nota periodística y un
pequeño acto escolar, el Dr. Julio Ruíz, estableció en el año 1988 la llamada Primera Semana de
Bolívar. Del 2 al 8 de marzo, entonces, se realizan actos de nivel cultural, artísticos, bailes, desfiles,
habilitación de muestras, que cuentan con la entusiasta adhesión popular.
Al respecto debemos decir que la numeración va mal., ya que en 1928 con mucha anticipación
habían establecido la Primera Semana de Bolívar. Mérito de don Luis Mallol que la propuso, de la
Cultural que la “armó” con la inestimable colaboración del Dr. Vignau, y de las autoridades,
Intendente Althabe y demás, que la ejecutaron.
No sería bueno decir en 1991 que estamos celebrando la Quinta Semana de Bolívar.
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CAPITULO XXX
1. San Carlos de Bolívar y venezuela: Sus relaciones. Una amistad inolvidables: Dr. Pedro
César Dominici. Visita de la Sociedad Bolivariana y Homenaje al Libertador S. Bolívar. La
Semana Cultural de Bolívar. El Complejo Cultural y Deportivo República de Venezuela. Dr.
Jorge Dager: Otro entrañable amigo nuestro.
2. Monumento a la Hermandad Latinoamericana.
Congreso Internacional Bolivariano (1989)
La Orden del Libertador Simón Bolívar para tres bolivarenses.
Acto de la Municipalidad
Ese mismo día del arribo, a las 19 tuvo lugar en el Salón de Actos de la Municipalidad el acto
académico que contó con la palabra del General Chiriboga. El Dr. Reinaldo Longobardi, concejal
peronista, dio la bienvenida a la delegación visitante. Al término de la conferencia se realizó una
cena íntima en el Plaza Hotel. Allí pronunció algunas palabras el doctor Longobradi, agradeciendo
el Agregado Militar del Ecuador Teniente Coronel Francisco Zambrano. También hicieron uso de la
palabra el Intendente Sr. Chatruc Miguez y el Secretario Municipal Sr. Juan A. Gandola.
Homenajes a San Martín y Bolívar
Se realizaron homenajes a los dos Libertadores, colocándose ofrendas florales al pie de sus
monumentos. En el segundo se descubrió una placa con la siguiente inscripción:
Ecuador al Libertador Simón Bolívar – Octubre 1954.
El Presidente de la Sociedad Bolivariana señor Carrasco inició la serie de discursos. Trazó una
semblanza de la trayectoria gloriosa que cumplió en vida el Libertador Bolívar, constituyendo
pueblos libres, a través de las rutas que transitó.
Luego habló el Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano (Filial Bolívar) Profesor Adolfo José
Cancio. Finalmente improvisó palabras de agradecimiento el General Chiribogas.
Cerró el acto del Intendente Municipal.
Filial Bolivariana
En oportunidad de las visitas que comentamos queda constituida la primera filia de la Sociedad
Bolivariana de la República Argentina labrándose el acta respectiva en el despacho del Sr.
Intendente Municipal.
Quedaron acreditados como miembros de la misma las siguientes personas: Don Miguel Osovi,
presidente del H. Concejo Deliberante, Profesor Adolfo J. Cancio, del Instituto San Martiniano, y
Secretario Municipal don Juan A. Gandola, Miembros de la Comisión Municipal de Cultura:
Concejal Dr. Reinaldo A. Longobardi, Escribano Juan Carlos Grossi, Ing. Agr, Haydée Bidigorri y
doctor Ignacio Pirovano.
Noguera Mora
El Dr. Luciano Noguera Mora llega a Bolívar el 1º de septiembre de 1973 y el Intendente Municipal
lo declara Huésped de Honor y le entrega simbólicamente las llaves de la ciudad. Se trata del
Embajador de la República de Venezuela que reemplazó al anterior destinado a Portugal.
Una placa
El embajador fue acompañado de su secretario Sr. Mario González y del Agregado Aeronáutico
Coronel D. Rafael Briceño Rodríguez, Fueron recibidos en la puerta de calle por el Director del
matutino Dr. Oscar C. Cabreros y le aguardaban el Sr. Intendente Dr. Felix Bereciartúa,
representantes de las fuerzas vivas y un selecto y numeroso público.
Al frente de la publicación sobre la Av. Venezuela, que feliz coincidencia, El Dr. Dáger descubrió
una placa que dice: “La embajada de Venezuela al diario LA MAÑANA con motivo de la visita de
S.E. el Sr. Embajador de la República de Venezuela Dr. Jorge Dáger a la ciudad de Bolívar; en
reconocimiento a su vocación americanista. 24 de Julio de 1980”.
Habló el dueño de casa y respondió el Dr. Dáger sirviéndose luego un vino de honor.
Muchas veces más estuvo el Dr. Dáger en Bolívar. Cualquier acontecimiento era excusa válida para
visitarnos. Su nombre está incorporado a ese registro tan privado, íntimo diríamos, donde se
graban los más hermosos recuerdos que hacen a la memoria de los pueblos.
La Piedra basal
El 30 de julio fue colocada la piedra fundamental de la obra con la presencia del Sr. Gobernador de
la Pcia. de Buenos Aires D. Jorge Aguado, el embajador de Venezuela Dr. Jorge Dàger, el Ministros
de Asuntos Agrarios de la Pcia. Dr. Féliz A. Bereciartúa, el Ministro de Educación y Cultura Dr.
Carlos Andrés Falco, otros funcionarios del gobierno provincial, el Presidente de la Comisión de
Homenaje al Bicentenario de Simón Bolívar Dr. José Antonio Allende y el Intendente Municipal Dr.
Roberto H. Eberhard.
El Honorable Concejo Deliberante de Bolívar, en el mes de mayo de 1989 ha reactualizado el
proyecto, con intención de dar cumplimiento a esa hermosa aspiración de hermandad
latinoamericana.
Acto de apertura
El acontecimiento mayor –la apertura- se vivió esa noche en la Sala del Teatro Coliseo. En la
oportunidad hablaron los Dres. Julio César Ruíz, Oscar C. Cabreros, Eugenio Limongi y Enrique de
Gandía.
Las jornadas de labor iniciadas al día siguiente en la ENET Nº 1 fueron muy importantes y
alcanzaron destacado nivel. Setenta trabajos de historiadores del país, de Chile, Venezuela y
Uruguay, dieron fundamente sólido a una actividad que se desarrolló en sano ambiente de
confraternidad y entusiasmo.
Siete comisiones se ocuparon de escuchar a los expositores, dándose lectura a las conclusiones el
domingo 15 en una reunión filial de análisis y clausura, realizada en el Teatro Coliseo.
370 adherentes y los auspicios de importantes personalidades del gobierno, la diplomacia, la
Universidad, la historia hicieron de este Congreso Internacional un excepcional hecho cultural y
humano.
Quedó en pie – sagrado compromiso a cumplir inexorablemente- la propuesta formulada por el
Dr. de Gandía, tomada minutos después por la Academia Bolivariana de la Historia, que en su
sesión especial realizada en El Mangrullo, estableció, mediante acta declarativa, el honor de ser
nuestra ciudad nombrada Capital de Altos Estudios Bolivarianos en Argentina.
Entre las personas que participaron de la reunión en San Carlos cabe mencionar al Dr. Jorge Gullo
Presidente de la Academia Bolivariana de la Historia, Sr. Luis Gonzalo Coloma Vicepresidente del
Instituto Sanmartiniano de Chile, Srta. María Eugenia Zamora, agregada Cultural de la Embajada de
Bolivia, Almirante Pablo Harguindeguy, Capitan de Navío Hugo Horacio Colombatto y Mayor de
Granaderos a Caballo Gral. San Martín Don José Díaz Diez y el Sub – Secretario de Cultura de la
Pcia. de Bs. As. Profesor Anotnio H. Caruso.
Un año después
El 13 de octubre de 1990 en un sencillo acto se recordó el gran acontecimiento vivido un año
atrás. El mayor homenaje fue para el Dr. Pedro César Dominici, al imponerse su nombre a una
rambla sobre la cale Mitre, contigua a la que se denomina Dr. Enrique de Gandía.
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CAPITULO XXXI
1. Entidades de Bien Común. Hogar de Anciano – Club de Madres – Liga Argentina de Lucha
contra el Cáncer – Hogar “ITO” – Hogar de Niños – Club de PUMAS –Fundación Bolívar –
Radio Club – Rotary Club - Cuerpo de Bomberos Voluntarios – Comedor Escolar –
Alcohólicos Anónimos – Madres Industrias Promueven – Grupo “Scout” Nº 328 San Carlos.
2. Los Centros de Ex – Residentes: Fortín San Carlos – La Plata – Mar del Plata.
Liga de Madres:
Otra benemérita institución de indudable servicio fue fundada el 10 de octubre de 1945 a raíz de
un inquietud del Cuerpo Médico del Servicio de Higiene Materno Infantil, hoy desaparecido. Fue
su presidenta la Sra. María Grossi, Micaela Artola y Marilé Larregle.
Es de recordar la obra desarrollada por la Sra. Elba S. de Gagliardi y luego por la señora Nélida
Belén de Portela, ambas desde la presidencia.
Actualmente dirige sus destinos la señora C. Darino de Manganiello. Anteriormente y por espacio
de de varios años la institución estuvo en las buenas manos de la señora Nelia Deleonardis de
Álvarez.
Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec)
La función específica de esta muy noble institución es la lucha contra el cáncer, ayudar a los
enfermos, colaborar con los médicos y prestar toda clase de asistencia, procurando atención y
provisión de medicamentos.
La filial Bolívar ha alcanzado gran desarrollo y es dueña de una gran aparatología, que definen una
preocupación que no conoce pausas. Su sede propia está ubicada en la calle Pellegrini esquina Las
Heras. La preside el Sr. Raúl Otero y son estrechos colaboradores el Dr. Alberto Bianchi, las señoras
Etelvina D. de Toscano, Sonia P. de Viola, Srta. Mabel Pereira y Viver Viola, don Raúl Bcigaluppo y
señora y don Jorge Terrile y Sra. Marta F. de Villanueve entre una legión de gente de pueblo que
se acerca para trabajar y que ayuda positivamente.
Hogar “ITO”
Es un hogar instalado en la avda. Alsina y Balcarce, para niñas a cargo de las Hermanas de la Orden
de Jesús Sacramentado.
Surgió de una donación efectuado por el Dr. Seizo Ito al momento de su muerte para ser afectada
a ese destino.
Hogar de Niños
Nació el fervor humanitario de un grupo de vecinos para atender el problema de la minoridad sin
hogar. Lo dirige una Comisión que tiene a su cargo proveer los fondos para su mantenimiento.
Para eso organizan fiestas y colaboran trabajando para otras instituciones (caso comedor de la
Soc. Rural) Hoy preside la Sra. Norma Danesa de Pérez.
Fundación Bolívar
Su cata de nacimiento es casi coincidente con la de Pumar y fue motivada por igual decisión frente
a la Guerra desatada en las Islas Malvinas y del Atlántico Sur. Anteriormente fue Rotary Club
Bolívar y su fundación había acaecido en el año 1949. Su sede social propia está instalada en la Av.
Arenales frente a la Comisaría de Policía. Don Jorge Cabrerizo es su presidente.
Radio Club Bolívar LU 3 Dar
Son los mensajeros del aire. Los vigías silenciosos que están prontos para hacer un servicio, para
establecer un puente de comunicación con cualquier lejanía y ante cualquier necesidad. El Radio
Club Bolívar de bien ganado prestigio y labor encomiable fue fundado el 11 de julio de 1959.
Después de haber funcionado en diversos lugares –edificio Alianza Francesas, Sede de Bomberos
Voluntarios- obtuvo su casa propia en la calle Las Heras 193.
El Comedor escolar
Una institución bolivarense de bien común que todavía cumple con su magnífica labor de
solidaridad, atendiendo a los niños en las escuelas.
Fue creada en mayo de 1938 a iniciativa del Presidente de la Comisión de Distrito Escolar Sr.
Prudencio Soto (h) siendo presidente del Concejo Escolar el Sr. Luis Gagliardi. En el acto inaugural
hubo una concurrencia de 100 niños.
La silenciosa labor de las autoridades del Comedor, vecinos de todos imbuidos del más alto
espíritu de nobleza, no se ha detenido en el tiempo. Ocupa un amplio y cómodo edificio en la
Avda. Gral. Paz.
Alcohólicos Anónimos
Otra entidad que cumple silenciosa labor y muy provechosa es Alcohólicos Anónimos. Tiene su
secretaría en Rafael Hernández 146. Sus reuniones se realizan en el Salón Parroquial de la Avda.
Alsina.
La Comisión provisoria
Se nombró una Comisión Provisoria que ubicó a la Sra. De Salduondo como Presidente, siendo
Vice la Sra. Emilia R. de Scenna y como secretaria la Sra. Araceli Dvoskin de Brandenburg.
Vocales fueron designadas las señora Celia P. de González, Lidia Cavallero de Pachecho, Raquel
Alías de Iglesias, Olga Morena de Cabreros, María Alonso de Español , Ramona Lerga de Tello,
Raquel Garmendia de Noseda, señoras de Bugos, Levato, Siervo, Navarro, Del Arco, Infantas,
López, Caivano, Sánchez, Valdovinos, Lemus, Guerrero y Pérez y las señoritas Graciela Toscano y R.
Olcoz.
La entidad respondería a la sigla P.I.M que luego se transformaría en M.I.P.
Una nueva asamblea realizada el 2 de octubre confirmó los cargos de la Comisión Provisoria y
señaló los rumbos a tomar. Asistió el Dr. Oscar C. Cabreros, que actuara como asesor del grupo. La
labor de la entidad fue entusiasta, perseverante y tenaz. Pero no pudo vencer las vallas que de
siempre se han opuesto en Bolívar a una transformación en serio y con miras al futuro.
Un buen día sus integrantes dijeron adiós…Tal vez por aquello que es tan familiar en las mujeres,
dejar de creer en las promesas de los hombres…
Lo centros de ex – residentes
Somos pueblo de emigración. Es una característica de las poblaciones del interior de la provincia
que pierden a sus jóvenes en busca de nuevos horizontes de trabajo. Tras ellos muchos son los
que no tan jóvenes también asientan sus aspiraciones en centros urbanos de mayor captación
humana y que ofrecen otras posibilidades de vida. La nostalgia impone el recuerdo y el encuentro,
Así nacen los centros que convocan a los bolivarenses ausentes de su terruño.
CAPITULO XXXII
1. Calles, Plazas, Bustos, Monumentos, Nomenclatura de la calles de San Carlos.
Nuevas designaciones:
El 21 de noviembre de 1915 el H. Concejo Deliberante presidido por don Ramón Arriaga produce
una ordenanza confusa e incompleta reemplazando los nombres de las provincias argentinas por
los pro-hombres del desarrollo económico nacional, varios de ellos presidentes del país. Propone
el reemplazo de doce nombres. Omite ex profeso o no a Santa Fe y Catamarca, y da once titulares
en su reemplazo. Es decir olvida uno. El artículo 1ª dice: Las calles de este pueblo que llevan los
nombres Entre Rios, Córdoba, Salta, San Juan, Corrientes, Tucumán, Mendoza, San Luis, Santiago
del Estero, La Rioja y Jujuy y la Avenida Buenos Aires, se designarán en lo sucesivo con los nombres
de Sarmiento, Avellaneda, Gral. Urquiza, Bernardo de Irigoyen, Gral. Roca, Sáenz Peña, Uriburu,
Quintana, Quirno Costa, Ameghino y Av. Alsina respectivamente.
No encuentro en la lectura de las actas posteriores ninguna mención a las calles Pellegrini, a la
Sargento Cabral y Falucho, que debo entender fueron omitidas involuntariamente zanjándose el
error en forma directa, sin la ampliación o la corrección de la ordenanza que comentamos. La
Ordenanza Impositiva del año 1919 registra los nombres corregidos. Aparecen Pellegrini, Sgto.
Cabral y Falucho. También el cambio de Rodríguez por Rivadavia.
Lavalle y Alvear
Los cambios políticos suelen traer aparejados cambios de nombres en las nomenclaturas de las
calles. En 1952 el gobierno comunal a cargo de D. Manuel Chatruc Miguez reemplazó la
denominación de Av. Gral Lavalle por Avda. General Perón a la calle Alvear le dio nombre de Eva
Perón. Producida la llamada Revolución Libertadora la primera medida del Comisionado Municipal
Don León Larregle viejo vecino de la Avda. Lavalle, precisamente, fue reintegrar a esas arterias
ciudadanas sus nombres anteriores. Igualmente el Estadio Municipal bautizado Eva Perón dejó de
serlo con ese nombre.
Almafuerte
El poeta Pedro B. Palacios tuvo el recuerdo de los bolivarenses, fue en el año 1954 por ordenanza
que lleva el n° 254. El inmortal negro Falucho, el de la hazaña heroica envuelto en su bandera, le
cedió la mitad de su calle desde la Av. Brown hasta la Av. Centenario (¿o Leandro Alem?)
Cacique Catriel
Detrás de las vías del ferrocarril asentó sus reales en años de bonanza el Molino Harinero Río de la
Plata.
Por eso la larga calle suburbana que le servía de acceso se dio en llamar “Calle del Molino”. Pero
en un decreto del 22 de Mayo de 1957 hace justicia con el Cacique Catriel el verdadero héroe de
San Carlos, y se le da su nombre a esa arteria otrora de vital importancia comercial.
Plazas bolivarenses
El trazado original del pueblo San Carlos previó la construcción de 14 plazas.
ALSINA y MITRE, en el centro del pueblo y ESPAÑA e ITALIA, frente adonde luego se levantara la
estación del Ferrocarril del Sud (hoy Gral. Roca) fueron las que por muchos años se
individualizaron como tales. Cuatro pasaron a constituirse en campos de deportes para los clubes
de fútbol, una se convirtió en vivero y las restantes fueron abandonadas como campos de
pastoreo hasta avanzado el siglo.
Dos se perdieron para siempre por lo que el número se reduce a 12. Una para ser sede del edificio
de Obras Sanitarias en Lavalle y 3 de Febrero. La otra para dar lugar a la construcción del Estadio
Municipal. La de enfrente fue rescatada para juegos infantiles luego de haber servido como cancha
de tenis en los tiempos de Lawn Tennis Club. Veamos la historia de algunas de ellas que no
resistieron la tentación de ser llamadas según el color político del gobernante de turno.
Casimira Barroso:
Las autoridades surgidas de golpe revolucionario del año 30, le pondrán 6 de septiembre. Pero en
1948, el Intendente Sr. Rueda, Secretaría del Sr. Luis Calcaterra, dos dirigentes políticos que
tocaban música con otra partitura, rápidamente dejaron sin efecto esa recordación del fasto
conservador.
Casimira Barroso, sacrificada educadora, privada de tantas comodidades en vida, acariciaba la
eternidad en el reconocimiento de los hijos de este pueblo. Su nombre daba luz a esa plaza para
reencontrarse, en un juego inocente del destino, con su ex – alumno de Cabeza del Buey, el poeta
Luis Mallo, que da nombre a una calle lateral.
Jorge Newbery
El malogrado y brillante aviador argentino, ese caballero llamado Jorge Newbery también tiene su
lugar en nuestro pueblo. La plaza donde nuestras niñas jugaron al tenis, cuando todavía era un
deporte para unos pocos, tiene su nombre. La ordenanza que lo establece es del 14 de junio de
1954.
Ricardo Rojas
El autor del Santo de la Espada e ilustre hombre que honra a las letras argentinas oriundo de
Tucumán da nombre a la plaza ubicada frente a la Escuela Nº 7. Una placa colocada sobre una
alegoría hecha en material dice: “La Municipalidad de Bolívar a Ricardo Rojas en el 10º Aniversario
de su muerte”. 5 de Noviembre de 1967. Tal vez evocando un pasado de duelos y cuchillos se la
conoció como “plaza del ahorcado”.
Hipólito Irigoyen
El líder radical tiene, con justicia, un lugar en nuestra geografía urbana. Es nada menos que aquel
cuadrilátero que sirvió para las instalaciones deportivas del Club A. Independiente y campo de
educación física para el alumnado del Colegio Nacional. La anécdota cuenta que urgidas las
autoridades comunales a la inauguración y no habiéndoles llegado el busto lo prestó don D.
Jacinto Maineri. Salvado el momento el busto fue devuelto a su dueño. Tiempo después se cubrió
la gran ausencia colocando, calladamente, la recia figura en bronce de don Hipólito.
Rafael Hernández
El agrimensor que trazar el pueblo ya que había obtenido su presencia en la calle (sede del Club
Empleados de Comercio) obtuvo para sí una plaza vecina a la Barroso, entre Avda. Brown y
Belgrano. La decisión fue tomada con motivo de la celebración del Centenario de la Batalla San
Carlos (1972). Antes se había llamado Ameghino. En el acto inaugural habló el director de Cultura
de ese entonces Dr. Luis Gagliardi.
A Simón Bolívar
En el cincuentenario de la Fundación de Bolívar se inauguró un busto al Libertador que nos dio su
nombre.
Fue emplazado en la Avda. San Martín entre las plazas España e Italia dando la espalda a la
Estación FFCC SUD.
Reemplazado luego por el monumento que muestra el Héroe de Caracas de Pie, inaugurado con la
visita del Presidente de Venezuela Dr. Rafael Caldera, el busto está hoy en la Plaza Simón Bolívar
en el Barrio Casariego. En el capitulo dedicado a las relaciones de Venezuela y nuestro Partido
damos detalles más completos sobre los dos actos.
La obra
La estatua ecuestre del Gral. San Martín tomó su modelo de la que el Gral. Agustín P. Justo
regalara en 1924 al acorazado Moreno, con una altura de cuatro metros por cuatro metros
noventa centímetros de largo.
Se construyó sobre un pedestal de granito martellinado en los Talleres del Ministerio de Obras
Públicas de la Provincia en el presidio de Sierra Chica.
La estatua fue encargada a la Dirección General de Arsenales de Guerra con un costo de $ 11.260
m / n.
La Municipalidad hizo el aporte mayor para su pago emitiéndose además estampillas especiales y
organizándose fiestas para recaudar fondos.
Fue inaugurada el 12 de octubre de 1935 con la presencia del Cuerpo del Regimiento de
Granaderos a Caballo y aviones de la Fuerza Aérea, habiéndose realizado una gran concentración
cívica y escolar frente a la estatua.
VISITANTES
Con motivo de tan importante acto patriótico fueron huéspedes de nuestra ciudad el Sr.
Gobernador de la Provincia Dr. Raúl Díaz, sus ministros Dr. Pedro Groppo e ingeniero Numa Tapia,
el Coronel Carlos Kelso en representación del Sr. Presidente de la República Gral. Agustín P. Justo,
el Sr. Presidente del Instituto Sanmartiniano Dr. José Pacífico Otero; el Director de Escuelas
Profesor Eladio Carranza, el Director de Aeronáutica Comandante Zuloaga, el Presidente del
Ateneo Ibero Americano Don José E. Campiani y el miembro de la Junta de Historia y Numismática
Don Enrique de Gandía.
El Cristo Redentor
Símbolo de la fe. Presencia de Dios en el ámbito lacustre de “Las Acollaradas”, el Cristo Redentor
fue inaugurado en la tarde del 14 de noviembre de 1937, conforme a un programa de actos que
contempló, además, dejar inaugurado el Palacio Municipal. Allí estuvieron todos los ilustres
visitantes con las autoridades locales y el pueblo. Fueron madrinas las Señoras Nélida Sangiani de
Capredoni, Raquel Monasterio de Fresco, Emilia Grossi de Bedatou y Roca Lezica Alvear de
Pirovano.
Eva Perón
Despertó polémicas y encendió el amor en vastos sectores del pueblo. El gobierno peronista de
don Manuel Chatruc Miguez por Ordenanza Nº 208 del año 1953 autorizó se instalara un busto de
la señora Eva Perón frente al edificio de la Municipalidad y así se hizo. La revolución de septiembre
de 1955 desató odios, avivó pasiones y el busto fue arrancado de su lugar.
Fue ocultado hasta que el gobierno democrático del Dr. Francisco Ravassi resolvió se instalara
nuevamente, aunque esta vez frente al edificio del Consejo Escolar e Iglesia Parroquial ya que
Manuel Belgrano, había ocupado con su mansa figura el espacio vacio. Hoy, felizmente, ya nadie
se atrevería a desalojarlo. La democracia si sabemos esperarla da sus frutos.
Monumento al indio
Fue intención de la Comisión de Bellas Artes que presidia el Dr. Santiago Gandola durante la getión
del Sr. León Perlotti levantar un monumento en homenaje al indio de América. Se emplazó en el
Parque Municipal y es obra de don Luis Perlotti (27/6/1957).
A la madre
La Comisión de Bellas Artes de la Municipalidad donó la obra escultórica (la madre y el niño) que
pertenece a Luis Perlotti y la Municipalida hizo el emplazamiento. Fue a principios del año 1958.
Ocupa el centro de la Plaza Alsina, donde otrora el lugar se utilizaba como palco para la Banda de
Música. Sobre el frente del Monumento una frase que escribió la destacada docente Lita Forte
dice “Con tu fuerte debilidad sostienes el mundo”.
Mariano Moreno
Era Intendente del Partido don domingo Erreca y don Héctor Gibert su secretario, cuando se
autorizó la construcción de un busto de Mariano Moreno en la iniciación de la calle que lleva su
nombre en la Av. San Martín al 1.100.
Ordenanza del año 60 con la firma de don Gilberto Irisarri Presidente del Consejo Deliberante y
Camilo Pérez Risso, secretario.
Manuel Belgrano
Por resolución del 18 de mayo de 1965 del Intendente don Carlos A. Barrio se autorizó a la
Agrupación Tradicionalista Fortín San Carlos a emplazar en la rambla de la Av. Belgrano frente al
edificio del Palacio Municipal un busto del Gral. Manuel Belgrano que será erigido como homenaje
de justa recordación al héroe.
A Rafael Hernández
La Comisión de Conmemoración del Centenario de la Batalla de San Carlos hizo levantar un busto
del agrimensor Rafael Hernández en la plaza que también tomó su nombre en el Barrio de La
Rural. Fue en marzo de 1972. Se colocó una placa con la siguiente leyenda: “el Pueblo de Bolívar a
Rafael Hernández artífice del trazado de nuestra ciudad. 1872 8 de marzo de 1972. Y aquí los
organizadores, entre los que me incluyo, cometieron un grueso erros. 1878 es el año del trazado.
Debió figurar esta última, aunque se explica el hecho por que lo que se estaba conmemorando era
precisamente, el Centenario de la Batalla y a eso apuntó la inscripción.
Al canillita
Un expresivo homenaje organizado por el Club de Pumas con el auspicio del Diario La Mañana,
Librería e Imprenta del Globo y Casa Mazzuca se realizó al canillita.
Una hermosa figura del vendedor de diarios realizada por el Sr. Román se asentó sobre un
pedestal de material en la rambla de Av. Belgrano, a pocos metros donde en un accidente de
tránsito perdiera la vida Alejandro Martín veterano vendedor de diarios de “La Mañana”.
Precisamente fue director de este medio Dr. Oscar C. Cabreros el encargado del discurso de
circunstancias.
Se realizó el 7 de noviembre de 1988 en horas de la tarde.
Nuestra ciudad se caracteriza por sus amplias avenidas (boulevares en ese tiempo), las ramblas
que las enmarcan y por las palmeras.
La Ordenanza sobre construcción de ramblas es del 8 de octubre de 1927.
Su artículo primero dice así: “Se construirá en la parte central de la calzada de las avenidas una
rambla de seis metros cuarenta centímetros de ancho, dejándose a ambos lados de la misma dos
franjas de seis metros cada una destinada a pavimentarse. Serán de 40 mts. de largo cada una en
dos secciones, separadas por un espacio central de 15 metros de largo, espacio que deberá
pavimentarse oportunamente”.
En lo que hace a las palmeras es enorme la curiosidad por saber cuando fueron plantadas y
precisar el nombre del benefactor que hizo tan hermoso regalo al pueblo.
A pesar de que el gobierno comunal del Dr. Miguel Capredoni, ha llevado un detalle muy ajustado
de sus realizaciones en una documentación prolijamente guardada donde el rubro plantaciones es
objeto de cuidado, nada dice del momento en que se ordenó la plantación de las palmeras, su
procedencia y otros datos.
Pero el método deductivo se impone, a falta de una prueba concluyente, y es fácil determinar que
las primeras palmeras datan del año 1932, 1931.
Se había puesto término a una importante etapa de pavimentación y estaban construídas las
ramblas. Una fotografía de la actual Municipalidad tomada en 1937, año de su inauguración,
destaca al frente, sobre la Avda. Belgrano al comienzo de la cuadra una palmera ya desarrollada
que permite suponer tenía unos cinco años.
Hemos cotejado amplia documentación fotográfica y sostenemos, entonces, con fundamento,
esta posición.
Las casuarinas
La Avenida de los Pinos, se la llama a la ancha calle arbolada que conduce desde prolongación
Lavalle y avenida Calfucurá al Cementerio. Pero en realidad son casuarinas las que alineadas de
uno en fondo han dado al lugar ese aspecto tan hermoso. Una de sus filas ha sido talada por
exigencias de los vecinos y con autorización del actual Intendente, La otra tal vez aguarde similar
destino. Sería muy lamentable por el hondo significado que tienen al ser parte del patrimonio
cultural de este pueblo. Pero no nos corresponde a nosotros resolver el dilema que a muchos
preocupa.
Digamos que 158 de ellas fueron trasladadas al lugar desde el vivero municipal en octubre de
1932. 232 más fueron plantadas en el año 1933. ¿Cuántas quedan? ¿Cuántas quedarán?.
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CAPITULO XXXIII
El pavimento urbano
La máxima aspiración de los pueblos ha sido la de obtener paso a paso las obras de
infraestructura que definan su futuro: el adelanto o el retraso. Una de ellas, de tanta importancia
como la luz, el agua, las cloacas, es el pavimento.
Por eso no es de extrañar que esa preocupación ya hubiera prendido en los ediles en el año 1909 a
punto tal de resolver un llamado a licitación que lleva fecha del 24 de mayo de ese año, aunque no
especifica cantidad de calles a pavimentar, ni condiciones.
Cierto que fue para los bolivarenses un año de muchas iniciativas ya que otra de ellas proponía la
habilitación de una línea de tranvías. (Aunque parezca cosa de no creer).
El concejal Domingo Althabe (luego intendente) porponía en 1919 un estudio técnico para
“macadamizar” algunas calles de la ciudad. Y don Miguel Arce, concejal también, presentó un
proyecto para adoquinar la Av. San Martín desde la Estación hasta la Municipalidad.
Todo comenzó en firme con un Proyecto de Ordenanza elaborado el 11 de mayo de 1927 para
pavimentar 63 cuadras por parte de una Comisión Especial Integrada por los Sres. Carlos M.
Cepeda, Arturo Vitale, Rogelio J. Solis, Máximo Lorda y Marcelino Achuelo. Se establecía que sería
de hormigón armado con un 15% del costo a cargo de la Municipalidad y el resto a apgar por los
frentistas en cuarenta cuotas trimestrales con un interés del $ 7 anual. La ordenanza habría de
darse el 4 de septiembre de 1927, pero recién el 28 de enero de 1929 se llama a licitación para
pavimentar 26 cuadras conforme a la ordenanza del año 1927.
Adjudicación
Se concede a los Sres. Muller y Ryssi la realización de la obra debiéndose firmar la correspondiente
escritura por ante el escribano don Antonio Larrosa.
Lo hacen el Intendente Althabe y el secretario don José Anglés el 16 de marzo de 1929.
Las primeras cuadras en dejal la tierra fueron: la avda. San Martín de Alvarado (Plaza Hotel) hasta
General Paz (Librería del Globo) y Alsina de Rivadavia hasta Belgrano ( Escuela Nº 1), las cuadras
transversales entre ambas,a demás de la Avda. ALte Brown (desde Alsina a Avellaneda) y Gral.
Lavalle (de Mitre a Pellegrini).
Por Ordenanza del 8 de marzo promulgada el 16 del mismo mes se amplia el radio de
pavimentación por contratación directa que comprende dos cuadras calle Roca entre Avda. Gral.
Paz y Lavalle y calle Mitre entre Gral. Paz y Las Heras.
Transferencia contractual
Los Sres. Müller y Russo transfieren a Wenceslao Álvarez la realización de los trabajos de
pavimentación, circunstancia que encuentra la debida aprobación municipal.
El 14 de Julio de 1929 se nombra al Ing. Francisco Balado con una asignación dd $ 400 mensuales
para atender las obras. Y el 3 de enero de 1930 se designa al Sr. Juan Maineri como inspector de la
misma.
Ampliación
Una Ordenanza del 19 de enero de 1930 promulgada el día 23, amplia la pavimentación por el
sistema de Bonos de la Provincia frente a las plazas Alsina y Mitre, Italia y España. Es decir las
centrales y las que dan a la estación del ferrocarril.
Sería receptor del pavimento en esta primera etapa el Sr. Antonio Fernández Gandarias.
Comisionado Municipal, el 16 de enero de 1931.
Algunos datos
Los trabajos de pavimentación habrían de sufrir un largo lapso de paralización hasta que en la
administración comunal de don Carlos A. Barrio, año 1964, se vuelve sobre el tema.
Hubo intentos anteriores, el Intendente Chatruc Miguez, incursió en la materia y hasta constituyó
una Comisión; en octubre de 1955 se lanza un plan para construir 95 cuadras a financiar con
crédito bancario y el 27 de junio de 1957 encontramos la designación que se hiciera al Ingeniero
Alberto Reyna Almados para realizar los estudios destinados a emprender las esperadas obras de
pavimentación. Pero todo quedó nada más que en buenas intenciones.
La Ordenanza Nº 18/64 dada por el H. Concejo Deliberante en agosto de ese año declaró de
utilidad pública todas las obras de pavimentación a llevar a cabo en el Partido de Bolívar (Régimen
de licitación pública y Administración).
Esta decisión legal encontró apoyo en la Comisión Vecinal de Pavimentación creada con ese
fin.
La presidió el recordado Padre Trinitario Francisco Echevarría. Vice – Presidente fue el Dr. Alberto
Bianchi. Sus secretarios los Sres. Francisco A. Alabart y Enrique Siysa. Vocales en representación de
las fuerzas vivas: Dr. Oscar C. Cabreros, Sr. Isaac Mosca, Sr. Rogelio Parada, Sr. Antonio Gómez y
Sr. César Municoy. Vocales suplentes Sres. Juan G. Rodríguez y Alfredo F. Blanco. Además la
integraban los siguientes concejales que ejercían en ese período Sres. Antonio Bardella, Rubén
Curuchet, Dr. Dante O. Cimino y Andrés F. Morel.
Se proyectaron así 97 cuadras a través de dos llamados: uno de 50 cuadras licitadas por el Plan
Provincia y otro de 47 cuadras por administración municipal. Los dos tuvieron apertura y
adjudicación de propuestas conforma a las normas legales pre-establecidas.
Pero a raíz de que el Ministerio de Obras Públicas de la Provincia descubrió vicios en la
presentación de los contratistas que pudiera encubrir una maniobra, la Comisión Vecinal aconseja
rechazar esa licitación y propiciar un nuevo llamado anulándolo todo.
Una ordenanza del 15 de septiembre de 1965 así lo establece. Finalmente el 14 de abril de 1966 se
adjudica a la empresa Eduardo Sánchez Granel la licitación provincial de 50 cuadras en la planta
urbana, instalando su obrador en Mayo del mismo año.
El Plan Municipal es otorgado a la firma Enrique Alfieri de Olavarría. En total la cifra al finalizar la
misma alcanzaría a 245 cuadras. Mientras tanto se trabajaba en Urdampilleta y en Pirovano. En
esta última localidad la Comisión Vecinal era presidida por ese incansable luchador y hacedor del
progreso llamado lugareño Alfredo Martín.
Vuelve a producirse otro vacio importante en la actividad pavimentadora. Pero no inercia de las
autoridades ya que en el período de más de diez años que marca ese compás de espera, se
registran movimientos importantes tendientes a continuar con los trabajos. Citamos algunos. El 16
de enero de 1973 se declara de utilidad pública y pago obligatorio para los propietarios las obras
de pavimentación a ejecutar. En febrero del mismo año se pre adjudica a la firma Geopé S.A. y Cía
la ejecución de las obras de pavimentación y desagües pluviales complementarios – 21 cuadras –
por la suma de $ 1.203.413. En agosto de 1973 se crea la Comisión Asesora Municipal de
Pavimentación (Gestión Ravassi).
Es durante la gestión municipal del Dr. Félix Agustín Bereciartúa, nombrado a raíz de la última
revolución militar triunfante, que se va a dar un nuevo y decidido apoyo a estas obras, como a
otras, que el Partido venía reclamando.
Con la adquisición de un equipo de hormigón armado, la Municipalidad se constituye en
empresaria con el lógico abaratamiento de los costos y con una notable simplificación en las
tareas.
Con el auxilio crediticio del Banco de la Pcia. de Bs. As. se puede dar cumplimiento a un positivo
plan que arroja para 1978 la construcción de 48 cuadras, 23 cuadras en 1979 y 22 en 1980 para la
ciudad de San Carlos.
Ante la imposibilidad de seguir contando con ayuda financiera el Intendente sugiere un sistema
propio, original, para afrontar la construcción, creando algo muy parecido a los “círculos cerrados”
donde todos pagan y las cuadras se van haciendo paulatinamente en acuerdo de partes. El plan de
125 cuadras fue expuesto en reunión pública a los interesados, contando con la “masiva adhesión
de los propietarios” según reza en el Diario “La Mañana” del 30 de Mayo de 1981.
Se agregaron 17 cuadras más por lo que quedó implementado un plan de 142 cuadras previsto a
realizarse en 5 años, a contar del mes de julio de 1981. Al término de la gestión Bereciartúa –
Eberhard por entrega al Intendente Carretero, elegido por el pueblo, se habían construido 58
cuadras del plan propio, completando para la ciudad, 153 cuadras en total, sin incluir desde luego,
a Urdampilleta y Pirovano que seguían haciendo lo suyo. El plan estaba en su última etapa la
realización con cuadras faltantes hasta mayo de 1990. La administración Carretero – Ruíz cerraba
un ambicioso progreso de pavimentación.
La naturaleza creó las lagunas y las unió “acollarándolas”, según la clásica expresión campera, para
que sirvieran de apoyo a las caravanas que iban a Salinas Grandes. El azar, luego, casi
caprichosamente, hizo que a su versa naciera un pueblo.
Los hondos cañadones, los tupidos yuyales, le dieron al lugar un aspecto salvaje, primitivo, Paraíso
del ave y de toda clase de animales. Sólo dos islas fueron quedando en el inmenso océano verde
que se extendía sobre el costado del villorio que crecía con pretenciones de futuro.
El Parque, que en 1910 había sido llamado del Centenario, había albergado a un club náutico que
poco a poco desapareció.
Las autoridades venían mostrando su preocupación por hacer de “Las Acollaradas” un lugar de
esparcimiento, de diversión y recreo, aprovechando tan magnífica disposición del Creador.
Desde 1926 se avanza con ese propósito y el Comisionado de ese entonces don Francisco Cobeñas
comisionada al Jefe de la Oficina de Obras Públicas de la Municipalidad para que proceda al
estudio y confección de un plano de realizaciones.
En 1927 se destinan fondos en el presupuesto municipal para que proceda al estudio y confección
de un plano de realizaciones.
En 1927 se destinan fondos en el presupuesto municipal para trabajos en el Parque y los mismos
se repiten en el próximo ejercicio.
Don Claudio Court, ingeniero agrónomo, se ofrece gratuitamente a dirigir las plantaciones y es
nombrado en 1931 Director de Parques y Jardines Públicos.
En ese mismo tiempo se forma una Comisión Vecinal que habría de tener gran papel en ese
cometido.
Llega el Dr. Miguel Capredoni en febrero de 1932 a ocupar la Intendencia Municipal y no
solamente confirma a la Comisión existente, sino que levanta en la isla central la famosa glorieta,
que marcó toda un época, y se lanza decididamente a la gigantesca tarea de hacer plantaciones.
Fue terminada en octubre de 1932.
La pasión política, empero, puede más que su entusiasmo y el Parque toma el nombre de José
Félix Uriburu, Jefe de la Revolución del 6 de septiembre y se construye un busto a su memoria.
Cabe señalar los nombres de don Hilario Sagasti, Antonio Rosas, Lorenzo Lupano, Santino Bilbao,
Pedro Herzovich, Antonio Devito, P. Enrique Larregle, Francisco Cipriano, Horacio de la Serna,
Ramón Terruela, Antonio Fernández Rey, S. Oscar Cáceres, Antonio Fernández Gandarias y Luis
Mallol, integrantes de las primeras comisiones a cuyo impulso el Parque fue adquiriendo belleza y
la trascendencia que por muchos años fue nuestro orgullo. Con el correr de los años se
incorporaron al espacio verde obras de importancia. La primera de ellas fue construir un murallón
de la laguna y el puente de madera, reemplazado mucho después por un artístico puente colgante.
La pileta de natación fue obra del gobierno comunal del Dr. Capredoni. Paulatinamente cada
intendente mostró su preocupación y dejó señales de su paso por la conducción política del
pueblo. Unos más acertados que otros, ya que el mantenimiento de los espejos de agua, era una
prioridad reclamada desde la historia misma del lugar, y algunos se olvidaron de ella en tareas de
rellenamiento que consideramos inapropiados.
Actualmente, ya en el año 1990, desde la Casa Municipal se prometen obras que nos llevarán a
reencontrarnos con el soñado balneario, con botes y veleros, en un aprovechamiento integral del
paseo y su tan particular paisaje.
El 21 de mayo de 1948 la Ordenanza Nº 1, promulgada por el Departamento Ejecutivo restituía al
Parque su vieja denominación “Las Acollaradas”. Se hacía justicia.
A principios de siglo existían cuatro lagunas las que respondían a los apellidos de los titulares de
predios vecinos a las mismas y que invadían sus tierras. Son ellos “de Macchia”, “de Lucero”, “de
Pueyerredón” y de “Pita”. Esto siempre dentro del ámbito geográfico de “Las Acollaradas” ya que
todo el pueblo era una inmensa laguna.
El Matadero Municipal
El primer matadero municipal surgió durante la administración comunal del Sr. Juan Erramuspe
(1901), actuando como consejeros municipales los Señores Rios, Don Manuel Fernández y Paulino
Rey, quienes reunidos en comisión establecieron los corrales de abasto en el lugar del Cuartel 1º
que siempre hemos conocido, rumbo Este. Esta resolución se tomó a raíz de que en una tarde se
disparó de “Las Acollaradas” donde se faenaba a campo raso, una vaca furiosa que penetró por las
calles céntricas del pueblo causando muchas dificultades y un buen susto a varias personas.
Primera Concesión
Obras nuevas
El 12 de noviembre de 1929 se llama a licitación para realizar un nuevo matadero. La obra se
adjudica a don Francisco M. Valentino el 26 de diciembre de ese mismo año. En la administración
del Dr. Capredoni se habrían de realizar obras complementarias a cargo de la firma constructora
Devito Hnos. en la actualidad El Matadero es una planta obsoleta por lo que la matanza para el
abasto local se hace el Frigorífico de Bolívar Industrias S.A. en la zona industrial planificada.
El Cementerio
En las normas impartidas el 23 de noviembre de 1877 al agrimensor Rafael Hernández para ser
tenidas en cuenta en el planteamiento del nuevo pueblo, estaba la de ubicar el cementerio de
acuerdo con el Juez de Paz y la Comisión, a una distancia no menor de 3 Kms., de la población con
una superficie de ocupación de 4 hectáreas. El agrimensor hizo el reconocimiento del terreno
donde hoy se encuentra por considerarlo apto. Pasaron cinco años hasta que se dio comienzo a las
inhumaciones en ese predio correspondiendo la primera a don Juan Munhoa que tuvo actuación
como Municipal de Instrucción pública en el año 1880 y que formó filas en la Sociedad Española
como dirigente, Su esposa doña Casilda Arriaga de Munhoa le acompañaría en ese mausoleo
levantado por D. Antonio Lautre, al fallecer ésta en mayo de 1896. Acotemos que las
inhumaciones de ese primer lustros se efectuaban en 25 de Mayo, adonde eran trasladados los
cadáveres.
La falta de los primeros registros de anotaciones en el cementerio local no nos permite hacer una
historia ajustada a una documentación fehaciente. Un panteón a nombre de Agustín Aguerrido,
que fuera oficial de policía integrado al cuerpo mandado por Pedro Duval tiene fecha del año
1883. Es sin duda el primero. Está construido hacia abajo y alberga féretros entre los que existen,
según referencias del encargado, personalidades de los comienzos del pueblo.
El primer panteón sobre la calle de entrada, a la izquierda es también muy antiguo. Tiene fecha
1902 y está a nombre de Juan Fabregá Rouvra. Su nombre aparece en las primeras adjudicaciones
de lotes e integra el acta fundacional de la Sociedad Española. En el interior están los restos
mortales de don Andrés Gamundi que fuera intendente en 1899 y de sus familiares.
En la primera fila de nichos altos, bajo el corredor que encontramos a la izquierda en cuanto se
entra hay muchos nombres que hicieron a la historia de esos días. Carmen Chávez de Viera
(27/9/94) a quien suponemos esposa de don Rufino Viera intendente en el año º893, ocupó otros
cargos además, y que hallamos un poco más abajo con la anotación de haber fallecido el 10 de
mayo de 1908 a los 55 años.
Otro intendente, don Federico Dozo que actuara como tal en el año 1887 aparece en la vecindad.
La placa dice: 6.4.1094 a los 52 años de edad.
Hay una señora Teodora N. de Delupi fallecida el 18 de septiembre de 1885, El apellido Delupi
(familia de relojeros) tuvo vigencia en San Carlos por más de siete décadas, pero hoy es uno de los
tantos nombres que se han ido borrando por ausencia.
Don Francisco Corvalán. Vice – Presidente 2º del H. Concejo Deliberante del año 1898, tiene su
lugar de descanso definitivo en las alturas de ese corredor.
Registramos el nombre de Celina Viera Chávez de Miró, fallecida el 1 de junio de 1910. La
asociamos como hija del matrimonio ya mencionado y esposa de don Martín Miró que actuara
como concejal en el gobierno comunal de don Mansueto Cepeda.
Después de las grandes bóvedas, muchas de ellas de fina arquitectura y de estilos renacentistas
guardan celosamente los restos de quienes fueron los hacedores del pueblo. Familias de ayer,
continuadas en hijos y nietos, y otras acalladas para siempre tras un silencio de olvido o de pena,
porque nadie quedó para recordarlos.
Domingo Iñarra, la primera, Narciso Ruíz, familia de Javier Salazar (1906), don José Cieza, familia
San Román, Diego Pueyrredón, Francisco Urrutia, Daniel Salazar, José Chorén, José Iriarte, Mariano
Pueyrredón, Alejandro Funes, José Iriarte, Arriazu, Etcheverry, Erramuspe, Ané-Galló, Erreca,
Familia Giménez que guarda los restos del Capitán Edelmiro Giménez, jefe de los Guardia
Nacionales y muchos nombres más que sería interminable pronunciarlos.
Se impone, alguna vez se hará, reubicar prolijamente esas sepulturas para saber cómo están y
para que restos tan queridos no sean abandonados a su suerte y pierdan. Tal vez habría que
reunirlos, al menos aquellos que no tengan propiedades perpetuas, en un panteón común,
convenientemente identificados, para que reciban el permanente homenaje del pueblo. Volver al
pasado sirva para asegurar el futuro.
El cementerio viejo dio lugar a una extensión que por contraposición se ha dado en llamar
“cementerio nuevo”. Los restos mortales de don Carlos Alberto Rico, sepultados el 4 de enero de
1978 fueron los primeros en llegar.
La actual fachada del cementerio con un estilo románico muy apropiado para sus funciones, con
cierta majestuosidad y belleza clásica, fue realizado en el año 1938.
El Mercado Municipal
La gestión creadora del Intendente Dr. Miguel Capredoni también abordó la construcción del
Mercado Municipal, años 1937-38, para dar ubicación en el mismo lugar a una gran cantidad de
puestos de ventas de carnes, pescados, verduras, frutas y otros elementos que componen la
canasta familiar.
Reconoce como antecedentes el Mercado Municipal instalado en la esquina de Balcarce y Avda.
Alsina por una sociedad anónima constituida en 1910 por prominentes ciudadanos de es tiempo.
Por muchos años el Mercado de Mitre y Alvear fue el centro de la actividad mercantil relacionada
por muchos, se vendió en subasta pública el edificio saliendo del patrimonio municipal.
Fue el gobierno del Sr. Manuel Chatruc Miguez el encargado de construir la primera estación de
micros de nuestra ciudad.
Se levanto en la Avda. Gral. Paz y Edison. Fue un lindo proyecto de una nueva Estación Terminal de
Micros. Prontamente quedó chica desbordada por el crecimiento del transporte automotor.
Le correspondió al Dr. Bereciartúa ser el iniciador del proyecto de una nueva Estación Terminal de
Micros que había prometido para el final de su gestión. La tarea le llevó felizmente a término su
sucesor Dr. Roberto Eberhard, al ocupar el Dr. Bereciartúa la cartera de Ministro de Asuntos
Agrarios de la Pcia. de Buenos Aires. Se realizó una primera parte de un proyecto más ambicioso
que abarca seis dársenas y locales para las distintas empresas de micros, amplia sala de estar y
bar.
Ocupa el predio donde antiguamente estaba instalado el Hospital de Bolívar –su edificio central –
con frente a la Av. Fabrés García. Se inauguró el 10 de diciembre de 1983. Se apagaba la tarde y el
nuevo gobierno comunal estaba pronto para asumir.
El Palacio Municipal
Don Andrés Macaya, Senador Provincial, nombrado Comisionado Municipal en el año 1903 en el
Partido de bolívar, fue el encargado de suscribir el contrato de obra para la construcción del
Palacio Municipal (así se lo nombraba oficialmente) en el amplio predio de la Avda. San Martín y
Belgrano.
El contrato lleva el número de escritura 96 del registro del escribano Rodolfo Jordán y está
fechado el 10 de agosto de 1903 en San Carlos de Bolívar.
Se llamó previamente a licitación conforme a un pliego de condiciones abriéndose las propuestas,
cuatro en total, el 28 de junio. Se adjudicó la obra al constructor Carlos Pedemonte por la cantidad
de $ 42.900 m/n.
En oportunidad de mandar el Gobierno de la Pcia. un ingeniero constructor para inspeccionar las
obras del Hospital, también en construcción, se le pidió su presencia en el terreno municipal. Allí
delineó algunas reformas que fueron aceptadas y llevadas a la práctica.
El nuevo edificio
A raíz de haberse obtenido un subsidio del Presupuesto Nacional, se resuelve con fecha 5 de mayo
de 1937 dar iniciación a los trabajos para construir una pileta municipal en terrenos del Parque,
llamado en esos años Tnte. Gral. José F. Uriburu.
Se establece que la administración es la mejor forma de llevarla a cabo, encomendándose al Ing.
Guillermo L. Martín del estudio F. Marsellán y Cia. De Bahía Blanca, la confección de los pliegos y
los planos correspondientes.
Y se llama a licitación privada para la provisión de los materiales dentro del comercio local para el
día 14 de mayo.
A su vez se hace otro llamado, para el día 21 a los efectos de proveer madera para el encofrado y
mano de obra de hormigón.
Tres firmas bolivarenses intervinieron en la entrega de esos materiales; Angel Vivanco & Cía.,
Sánchez, Bedatou y Cía. Y Juan Bautista Aime.
La mano de obra se adjudicó al Sr. Maulio Fioravanti de Bahía Blanca.
El 8 de septiembre se llamaría a licitación de las obras complementarias de la Pileta de Natación.
Dos propuestas se presentaron: Antonio Devito y Diego Naranjo, las dos expresiones más fuertes
de la construcción dominaban la plaza. El primero ganó esa licitación.
Temporada tras temporada la Pileta cumplió con su cometido. Subcomisiones integradas por
vecinos le dieron impulso, el que no se mantuvo firme, teniendo, pronunciadas caídas en su
manejo. Actualmente las instalaciones están a cargo, con un contrato concesión, del Club
Empleados de Comercio y su funcionamiento ha cobrado la importancia que merece.
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CAPITULO XXXIV
1.- La Vida Institucional. Sociedad Rural de Bolívar. Desde la ciudad mirando al campo. Cámara
Comercial e Industrial de Bolívar. Centro de Acopiadores de Cereales. La Actividad bancaria.
Cooperativa Agropecuaria.
2.- Seguros. La Nueva Providencia. La Providencia S.A. Concejo Ejecutivo del Plan Para el Progreso
(CEPP) Comisión Multisectorial Para el Progreso y el Desarrollo del Partido de Bolívar.
Con más de seis décadas sobre su vigorosas espaldas la Sociedad Rural de Bolívar, es una de las
entidades más representativas del medio, la que ha tenido una plena realización en el desarrollo
de los principios que le dieron origen y la que ha conformado una estructura interna de alcances
insospechados.
En un predio de más de cuarenta hectáreas, en la intersección de las avenidas Dr. Pedro Vignau y
Mariano Unzué, allí ha levantado sus instalaciones que son el fruto de una acción sostenida a favor
del agro y de todo acontecer que tuviera como objetivo el progreso lugareño.
Sus exposiciones rurales, año tras año, se han constituido en un foco de atracción multitudinario,
merced a una organización eficiente y a la complementación lograda con la Cámara Comercial e
Industrial presente también en esos días con expositores comerciales e Industriales.
“Palermo chico”, fue la acertada expresión de un periodista porteño asombrado ante ese
despliegue multicolor en una feria que convocaba a todo un pueblo y que encontraba en ella, su
fiesta.
Los bolivarenses,, cuando de comparar se tratar, sólo se rinden ante la imponencia de la Rural
palermitana. Es que Bolívar, por una conjunción de voluntades, que sería tema de un estudio
psicológico, se multiplica en un esfuerzo que supera su realidad y sus expectativas, y se brinda sin
medida para hacer de su exposición rural algo realmente notable y excepcional.
Es su presidente actual Don Héctor Rubén Barrio que cumpliera en 1987 lo 25 años como titular de
la entidad. Gracias a su dinamismo, a su fuerte personalidad de ejecutivo y a una entrega
permanente al servicio de la institución, la rural creció en bienes y servicios y ostenta hoy,
legítimamente, un lugar de privilegio en la ciudad y en el ámbito gremial de CARBAP y entidades
afines, donde su palabras es siempre bien recibida.
Hombres de sus filas, el Sr. Juan Carlos Cisneros, es en este período Vicepresidente 1º de CARBAP.
Sus orígenes
Los presidentes
La galería de Presidentes se integra con Miguel Álvarez, activísimo hombre de negocios, período
1952 a 1957; don Román Tello (1958 – 1967), don Issac Mosca (1968 – 1987) y en la actualidad
está a su frente el Sr. Augusto Santos.
Don Román fue un infatigable luchador. Hombre de ideas claras, dinámico, entendió que la
Cámara debía ir más allá de sus problemas específicos, atendiendo también a las necesidades de
una población en crecimiento.
Junto a otras instituciones levantó la bandera del “Querer Ser” bolivarense.
Don Issac hizo realidad el gran edificio con una perseverancia de orfebre. Tuvo a su lado
dignísimos colaboradores, a los cuales les dio el soplo vital de lo que es posible lograr si se quiere y
se tiene fe.
La institución fue siempre gestora del progreso y sus hombres estuvieron – y están – en la primera
línea de trabajo en cada oportunidad es que es requerida la colaboración.
Ha emprendido, además, y nos parece formidable que así sea, una loable tarea cultural,
organizándose muestras pictóricas, promoviendo concursos literarios y editando un boletín
mensual que reparte gratis a sus asociados.
Produjo, con un sentimiento localista admirable, un meduloso trabajo socio – económico sobre la
situación del Partido a raíz de los repetidos ciclos de inundaciones sufridas.
Un documento estremecedor que pinta crudamente, con números y gráficos, las pérdidas sufridas
por el agro y su incidencia directa sobre el comercio lugareño. Un cuadro que se extiende a la zona
de influencia, abarcando pueblos vecinos, que pasaron también por tan tristes momentos.
La actividad bancaria
Tres bancos tradicionales fueron los motores impulsores del crédito e el Bolívar que afirmaba su
destino en el comercio y el trabajo rural. Fueron el Banco de la Nación Argentina que inauguró su
sucursal el 1° de marzo de 1904 en la casa que cediera el Sr. Antonio Lautre, el Banco de la Pcia.
de Buenos Aires y el Banco Español del Río de la Plata en el edificio de “La Ganadera” y luego
enfrente, en una moderna construcción que ocupara hasta 1968 la Casa Blanco y Negro.
Los dos primeros continúan y el Banco Español ha dado lugar al Banco de Galicia recientemente
incorporado a la vida pueblerina. Como también es reciente el Banco de Olavarría en el inmueble
construido para el Banco de Pringles, frente a la Plaza Mitre. Entre los “desaparecidos” junto al
Pringles alineamos al Banco Comercial del Norte y Banco del Oeste.
El Banco de Los Arroyos Cooperativo Ltda. asomo a la vida comercial el 15 de enero de 1990,
instalándose en la Av. San Martín.
Algo más que un rubro comercial, un rótulo, mucho más que eso es decir entre nosotros
Cooperativa Agropecuaria.
Es que la entidad de los productores agropecuarios por excelencia, tuvo los matices de la lucha
gremial, de las justas aspiraciones de los hombres del agro argentino por lograr un lugar en la
sociedad acorde con los trabajos realizados.
Inspirados en esos ideales federativos que hicieron del Grito de Alcorta una voz permanente y
significativa, levantaron, bien dicho está, la bandera del cooperativismo.
Los ideales, semillas al fin que buscan multiplicarse, debieron ser sembrados en estos campos,
buscando el común denominador que los uniera. En esa tarea hubo hombres, curtidos chacareros,
que se echaron a andar por las huellas, para convocar a sus hermanos. Don Alejandro Criado,
Miguel Lorenzo, Ernesto Dastugue, Félix Marsiglio y tantos, hasta que en 1947 surge el Primer
Consejo de Administración de la flamante Cooperativa Agropecuaria. Lo preside Alejandro Criado,
es su Vice – Presidente don José Lorenzo. Hace de secretario D. José Alberca y don Ceferino Pérez
García en su pro-secretario. Tesorero es nombrado don Antonio Martín Guerra y don Ernesto
Dastegue como Pro – Tesorero; don Miguel Lorenzo, don Juan M. Aguirrezabala y don Ramón
Alonso son vocales titulares; don Adán Venier, don Julián Reguero y don Francisco Criado como
suplentes y síndicos don Félix Marsiglio como titular y don Patrocinio Gómez como suplente.
La Cooperativa creció al impulso del afán sin descanso de sus asociados y de directivos que
tuvieron perseverancia valga mencionar sin ánimo de lesionar por omisión a nadie, los nombres de
Juan Manuel Criado, Juan José Santos, Delfor Erreca, Nicolás Héctor Piccirillo, Pedro Gelabert, Raúl
H. Zabatoni, Néstor Sarnari, Ernesto Estellrich, Vicente Inda y Juan Moriones.
Pasado un lapso de dificultades la Cooperativa ha retomado su rumbo y está en buenas manos
como para no desmayar por ningún motivo. Sus dirigentes, actúan en la vida comunitaria y son
ejemplo de conducta al servicio de los intereses generales de la población.
Seguros
La Nueva Providencia
Por iniciativa de un prestigioso grupo de vecinos y arraigados comerciantes del Partido de Bolívar,
el 7 de Julio de 1915 quedó resuelta la constitución de una Sociedad Anónima de Seguros contra el
granizo. Reconocida con carácter de persona jurídica por el P.E. de la Provincia con fecha 2 de
agosto del mismo año, su primer directorio estuvo compuesto por los señores: presidente:
Eduardo Otero; Vice – presidente, Dr. José Fabrés García; tesorero Alejandro Martínez; vocales:
Juan V. Erramuspe, Juan Maineri, Alejandro Funes, Bernardo March; suplentes: Antonio H. Sanz,
José Fernández López, Francisco Sanmartín; síndico titular Manuel J. Llorens y suplente Julián
Boughen.
Formada con capitales exclusivamente locales, por espacio de muchos años, desarrolló en la zona
una vasta operatoria con buenos resultados económicos y con un exacto cumplimiento de sus
obligaciones.
La Providencia S.A
En materia de seguros, una actividad que el comercio y la banca de bolívar pudieron haber
concretado hasta nuestros días, como se ha conseguido en Trenque Lauquen, Tandil y Olavarría,
por citar a nuestros vecinos comarcanos, tiene nada más que dos antecedentes. El que damos a
conocer más arriba el de La Providencia S.A. que reconoce fecha de fundación el 22 de setiembre
de 1904. Su edificio estaba ubicado en la calle Arenales frente a la Comisaría de Policía. El capital
social era de $ 150.000 m/n.
El nombre, La Nueva Providencia, está marcando el nacimiento de una empresa sobre los
cimientos de la otra. Dos intentos que fructificaron en su momento y luego decayeron hasta
desaparecer.
1964 fue un año de inquietudes. Desde varios sectores de la producción y el trabajo surgían
deseos de mancomunar esfuerzos para darle al Partido de Bolívar nuevas posibilidades de
crecimiento. Había mucho por hacer, caminos, electricidad, pavimentos, aguas corrientes,
viviendas y sobre todo tratar una reactivación de la economía en procura de abrir fuentes de
trabajo.
En principio se contaba con la presencia activa y campechana del diputado nacional Don Oscar H.
Santa María que hizo de nexo para llegar a los poderes públicos. La fatalidad quiso que el querido
“Lito”, el amigo de todos, más allá de las banderías políticas muriera en un día de octubre de ese
mismo año.
“La Mañana” había inaugurado un slogan del “Querer Ser” y dijo que había caído un soldado de
ese credo bolivarense.
Pero otros quedaron. Don Román Tello desde la Cámara Comercial e Industrial levantaba su voz y
llamaba a la unidad. Quien esto escribe desde el diario le apoyaba. Pero había muchas entidades
más comprometidas con el futuro que acompañaban.
Así pudo nacer el Concejo Ejecutivo del Plan Para el Progreso, todo un programa para salir del
estancamiento en una labor conjunta y de vasto alcance.
El 30 de noviembre de 1964 se celebra la Asamblea General Constitutiva y el CEPP ve la luz. Las
instituciones del quehacer bolivarense designaron representantes a esa unión y de allí surgió el
Comité Ejecutivo que tuvo como Presidente a D. Román Tello y como miembros a los señores Ing.
Hipólito Arias (INTA), Héctor Rubén Barrios (Soc. Rural), Arq. Jorge Fernández, y Dr. Oscar C.
Cabreros (Asoc. de Cultura y Fomento).
Vecinos honorables y dispuestos a trabajar se incorporaron a la entidad que pretendió hacer un
análisis de la situación general como punto de partida y un estudio de las necesidades más
inmediatas en todos los terrenos.
Este plan ambicioso en sus enunciados y con un sentido neto localista, estaba enderezada a
cumplirse junto a las autoridades comunales, capitalizando esa potencialidad dormida de los
bolivarenses por falta de motivación. No fue entendido así. Los pequeños de la política pequeña.
Los que llegan y entienden que el sitio es eterno. Los que ofician de perro del hortelano
bombardearon el proyecto. Se había creado un “súper - poder” dijeron y agitaron las antinomias
de siempre. Las que nos marcan a fuego y nos van llevando, pruebas al canto, al desastre nacional.
El CEPP se fue quedando solo: Increíblemente solo. Allí mismo comenzó la decadencia de Bolívar.
No tuvimos la grandeza de asumir una tarea constructiva. Las estadísticas de la Cámara Comercial
están señalando el precio de la derrota, más allá de los fenómenos climáticos, que también en su
momento gravitaron.
Casi con el mismo espíritu creador del CEPP, con muchos de sus hombres, se actualizó el
proyecto. Fue en el año 1984 y se contó con el apoyo de las fuerzas vivas para la designación de
representantes. Se encontraron las mismas dificultades de siempre y una vez más, concejales del
radicalismo, se mostraron reticentes al cambio.
La vieja tesis de considerar la institución como un super poder que opacaría la labor de los Señores
Concejales, fue un caballito de batalla. Forzadamente se logró integrar una Comisión Ejecutiva que
presidió el vecino don Roberto Paulet, pero duro lo que un lirio en la tormenta.
Quien esto escribe fue el autor del Estatuto que fuera aprobado en asamblea.
Uno de los tantos esfuerzos malogrados después por falta de visión y de ganas, en quienes
debieran haberlo apoyado. Lamentablemente, diríamos con mucha angustia, una forma de ser que
no ha ubicado en el sitial que tenemos. Lo dejamos ahí?
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CAPÍTULO XXXV
Estancias bolivarenses
El gran historial del campo argentino sigue guardándose celosamente en sus estancias. Ellas
conservan todavía en sus construcciones, en las añosas arboledas, en las salas de muebles
antiguos los recuerdos de una tradición que mucho las honra, Fueron nacidas del dolor y de la
sangre derramada.
De luchas inagotables. Mostraron el coraje de una raza y la valentía de sus mujeres. Se hicieron de
la nada y lograron todo.
Nuestra zona, una rica pradera, que alguna vez se compuso de 383 leguas cuadradas, agrupó
familias labriegas y se extendió junto a las vías, dando origen a otros pueblos fundamentando una
producción agraria – trigo, maíz, avena – muy importante y alcanzando, además, una alta
mestización en las haciendas. Una estadística del año 1907, cuando Bolívar y Daireaux estaban
integradas, arroja estas cifras en lo que hace a la existencia de animales. Vacunos: 567.000;
Lanares 1.100.000; Yeguarizos 47.000 y Porcinos 22.000. El dato población también interesante
para cotejar con los actuales daban estos resultados: Habitantes 29.200. En la zona rural 18.800 y
urbana 10.400.
Los más valiosos establecimientos “pastoriles” dice la información pertenecían a los Señores
Mariano C. Unzué, Dr. Rafael Herrera Vegas e hijos, Concepción Unzué de Casares, Magdalena E.
de Galli e hijos, Doctor Guillermo Walker (Nuevo Bichadero, Pablo Guglieri (“La Elena”) estos tres
últimos en el Daireaux de hoy y Alfredo Peña (La Florida).
Se mencionan además otros establecimientos, como “Pedro Chico” a una legua de distancias de la
estación Unzué propiedad de don Florencio Camet.
Estancia “San Luis” de Luis J. Devincenzi, radicado su titular en este paraje en 1879.
Establecimiento ganadero de don Mariano Urrutia, 1.396 hs. ubicado a unos veinticinco kilómetros
de San Carlos. La Carolina del Sr. Manuel González ubicada entre Hale y Del Valle. “La Esperanza”
del Sr. Juan Suparo instalado en estas desde 1894 en el Cuartel 4to. del Partido “La Marcela” de
don Manuel Miguenz, compuesto de 2.700 hs. de buen campo en el Cuartel 6° a 11 Kms. de “La
Torrecita” el ferrocarril Sud.
El campo era de pertenencia del Sr. Emilio Daireaux Molina, explotando en arrendamiento una
extensión de 3.300 hectáreas el Sr. Mariano Jáuregui, quien se afincó en el año 1900. Estancia “La
Primavera” de don Diego Castro Pueyrredón, fracción de 2.000 hs. situada en el Cuartel 10° del
Partido de Bolívar. Estancia “San Vicente” de don Bonifacio Zamora, establecido en el año 1880
entre Hale y Del Valle. Establecimiento Agrícola e Invernadero “María Eloísa” de don Alberto E.
Videla. A cuatro leguas del pueblo, en un campo de excepcional calidad, se estableció la “María
Eloisa” con un gran plantel de porcinos, de la raza LArge White Yorshire, procedente sus padres de
Inglaterra.
Establecimiento “San Juan” de los señores Urdampilleta hermanos. Eran 18.000 hectáreas
dedicadas a la siembra de trigo maíz, dividiéndose más de cien familias agricultoras en el mismo.
En aquellos años el resultado de las cosechas era de un término medio de 25 a 30 fanegas por
cuadra.
A continuación damos una pequeña síntesis de otros establecimientos bolivarenses, ligados al
quehacer comercial y cultural de nuestro Partido. Una nómina que ofrece muchos espacios vacíos,
porque la intención no ha sido ir muy lejos en la investigación, más propio ello para un trabajo
especifico, que se me antoja apasionante. Por eso nuestras disculpas por omisiones que
seguramente existen.
En una tradicional cabaña de nuestra zona propiedad de la firma Angel Vivanco & Cía. S.A. y que
administrara hasta la hora de su muerte en 1988 don Angel Rubén Vivanco.
Está ubicada sobre la Ruta 226 que une San Carlos con Pehuajó. Ya en el año 1914 se comienza
con la formación de los planteles Shorthorn puros por cruza, con dos toros importados del Reino
Unido.
Desde el año 1960 se incorpora con fuerza avasallante la cría de Charolais, que es el producto que
daría muchas satisfacciones a la cabaña, incluso con la conquista de importantes premios y
campeonatos en la exposición de Palermo.
El nombre del establecimiento se debe al Sr. Henry Reynolds anterior propietario quien vendió al
Sr. Angel Vivanco (padre) en el 1910.
La historia refiere en que el año 1651, Jhon Giffard, perseguido por sus creencias católicas, fue a
refugiarse a un bosque de añosos robles.
Al terminar la construcción un amigo le preguntó, qué nombre le daría al lugar, para solicitarle
después que le pusiera Boscobel derivación del italiano “Bosco Bello”. La sugestión fue aceptada y
así se llamó. El hecho sucedió en Inglaterra.
Henry Reynolds emparentado con los personajes el cuento, recordó el episodio y lo actualizó en la
Argentina.
Don Miguel Busquet a fines del siglo pasado compró campos a don Samuel B. Hale para dedicarse
a la cría de vacunos de la raza Shorthorn. En 1910 contrajo matrimonio con la Srta. Irena Iñarra,
oriunda de este pueblo, y de esa unión nacieron tres hijos: Alberto, Jorge y Oscar. A estos
renuevos del viejo árbol les correspondió iniciar la aventura de la cabaña y de llevarla, paso a paso,
a los máximos niveles de producción y competición. Los planteles de Aberdeen Angus, magníficos,
se iniciaron en 1959. Y las primeras vaquillonas muy seleccionadas llegador de “La Danesa” de
Firpo, “Charles” de Guerreo y “La Celina” de Zuberbühler. También se adquieren padres
importados como el ya famoso y recordado Ankonian Best Ballot hijo de “Ballot Of Bella Drum”,
proveniente de Chicago.
Un aporte de vientres muy importante se obtiene al realizar un convenio de explotación con el Sr.
Pablo Escoda trasladando el plantel principal de la cabaña “San Justo” de más de 200 vacas a “La
Nicolasa”.
Ha obtenido el Gran Campeón A. Angus en Palermo y en todas las exposiciones calificadas del país.
Jorge Busquet falleció trágicamente a raíz de un ataque que sufrió la estancia por la acción de
malvivientes que dispararon sobre él sin justificación alguna.
El Dr. Alberto Busquet quien con su dinamismo, capacidad y hombría de bien había hecho realidad
el sueño de la cabaña llevada a su mejor organización y emplazamiento murió como consecuencia
de una cruel enfermedad.
Doña Irene Irraña de Busquet, también falleció últimamente alcanzado 101 años de vida.
“La Nicolasa” está en manos hoy de los hijos de Alberto. Son ellos Alberto, Guillermo y Mónica. La
sangre nueva se afirma en un ayer que sirva de guía y de experiencia. Don Oscar Busquet, es
Titular de “Don Florencio”, trabajando con su hijo separadamente.
Hay en la señora María Luisa Busquet Serrra de González Monteagudo toda una tradición ruralista
y un profundo amor a las cosas del campo que hereda de su señor padre y que va más allá en el
tiempo al encontrarse con su bisabuelo Don Pablo Landó uno de los primeros pobladores de la
zona, cuando había que ganar la tierra peleando con el indio.
La cabaña está ubicada entre Unzué y Hale y sus productos noble origen han comprometido con
éxito en Palermo y en exposiciones del interior y también en Bolívar. La estancia “La India” con su
hermoso parque y un freso monte, dando marco umbroso y bello al caso, alberga a pocos metros
destacados pensionistas destinados a sostener la calidad y el prestigio de nuestras carnes.
A 25 kilómetros de Urdampilleta hacia el sur este se encuentra ubicada “La Susana”, estancia
tradicional que aún conserva viejos recuerdos en sus dilatadas pampas. Las añosas arboledas con
su tupido follaje y edificios de antigua arquitectura son quizá los últimos vestigios de nuestras
primeras estancias.
Todo cambia, todo se transforma, no puede quedar entonces marginada de esta mutación la
actividad campesina.
Se producen en la estancia y principalmente para destinarlos a los rodeos propios toros Aberdeen
Angus puros por cruza y se exhiben y se venden en la Exposición de Bolívar. Pertenece a la familia
Zuberbüller transmitiéndose de padres a hijos, manteniéndose el cuelto a lo nuestro y a esas
costumbres criollas de tan agradable recuerdo.
Llevados por el inquieto espíritu de Ignacio Pirovano estuvimos en Cume – Có muchas veces,
siempre son amigos y en recordadas reuniones culturales. La cabaña fundada por don Rodolfo
Pirovano se orientaba a la cría de Holando Argentino y a la industria lechera en gran escala. Sus
mejores exponentes obtuvieron en Palermo muy significativa consideración de los jurados. Cuenta
hoy con 3.100 hectáreas en explotación y pertenece a la sociedad San Aquiles.
Sobre la ruta 226 casi a la vista del Vallimanca que la corre por dentro se encuentra “La Florida”
estancia centenaria que perteneciera a la familia Unzué.
Su vieja construcción tiene el encanto de aquella época y el parque trazado por Tays a quien se le
encomendara nada menos que la planificación arbórea de Palermo, conserva todavía sus bellas
especies locales y exóticas, de magnífica belleza.
Don Alfredo Peña Unzué vendió a don Kurt Etcholz, quién impuso a la explotación una dinámica
nueva y le dio características definidas. La muerte sorprendió a este emprendedor hombre de
campo, mu joven. Tres hijas le sucedieron y “La Florida” se dividió en tres partes. Cada una hace lo
suyo con el cariño que la vieja heredad impone por tradición y costumbre.
Estancia “San Pablo”
Otro antiguo poblador de fecundo obrar y de valerosa acción fundacional fue don Mariano C.
Unzué. Llegó para poblar y pelear de igual con el indio, para disputarse la tierra que volcaría al
trabajo. Uno de sus campos, “San Carlos”, fue vendido en 1937 al Sr. Miguel Busquet Serra en una
extensión de 1.000 hectáreas que incluía el caso y sus instalaciones. Años después don Rómulo
Busquet Serra, hombre vinculado permanentemente al quehacer bolivarense queda a cargo de la
estancia que hace suya.
Es hoy un campo dedicado a la cría del ganado y a la agricultura con excelentes resultados. De una
vieja guía comercial extraemos estos datos correspondientes al año 1907. Extensión seis leguas
cuadradas, 23 potreros, 14 puestos. 8.000 vacunos de la raza Durham, 15.000 ovejas, 11 molinos,
cinco norias.
La estancia “El Cabildo” fue en sus orígenes un solo campo de unas cuatro mil hectáreas propiedad
don Marino Andrade, que debe su nombre precisamente al Cabildo de Buenos Aires, institución
colonial, que dio ocupación a la familia.
Le continúan sus hijos Mariano y Netfer. El primero vende su parte, que incluye el casco, a
Mariano Pueyrredón y éste a doña Teresa Garavaglia de Atorrasagasti, para llegar como decimos
en su lugar a manos de la Sra. Raquel Schinelli de Jardón.
Por su parte Netfer Andrade se casa con su primo Clemente Gómez Andrade y construyen en la
propiedad que también responde al nombre de “El Cabildo”.
Un incendio casual destruye la casa en 1954, lo que obliga a rehacerla.
“La Elvira”, entre el Vallimanca y “La Morocha” es otra estancia que puede considerarse de las
primeras en la zona, ya que el titulo original no ha salido de las manos familiares desde 1867 en
que fue adquirida mediante la ley de enfiteusis. Fue su adquiriente don Martiniano Gómez. Las
que fueron alquiladas en el año 1916 a don Enrique Calac. Suscribieron el contrato doña María
Andrade de Gómez, cónyuge supérstite y sus hijos María Hilaria, Ofelia, Fulgencia, Martiniano
Ireneo, Ana María y Clemente Evaristo Gómez Andrade.
El precio acordado fue de siete pesos moneda nacional la hectárea y por un plazo de cuatro años.
“San Jorge” donde desarrolla la actividad agropecuaria el Dr. Jorge Gómez Andrade, hijo de don
Jorge Gómez Andrade ya fallecido y de doña Isabel Alonso y “Los Ranqueles” de Patiño, en
fracciones menores, desde luego, siguen unidos al viejo tronco civilizador y poblacional de sus
mayores, con más de un siglo de honrosa tradición ganadera.
A 15 kms. De San Carlos de Bolívar, junto a la estación del ferrocarril Roca Juan F. Ibarra, se
encuentra el viejo casco de la estancia “La Vizcaína” fundada en 1881.
Fue el fundador el Dr. Juan Francisco Ibarra un distinguido hombre de letras, de vasta cultura y
conocedor de varios idiomas.
Además poeta y compositor de música, amigo de las celebridades de la época, nada menos que de
los hombres de la generación del 80.
Sobre esos campos se realizó la más importante subdivisión habida en el Partido. Numerosos
colonos se afincaron primero como arrendatarios y luego fueron adquiriendo la propiedad del
suelo que labraban con esfuerzo personal y de sus familias. La estación Ibarra floreció con varios
negocios siendo la sucursal de ramos generales de la firma Angel Vivanco y Cía. La más importante
y la que tenia la administración de la colonia. Una visión progresista de la familia Ibarra fue que se
refundara el pueblo con la construcción de numerosas casas de familia, locales para negocios,
hotel, club social, sala de primeros auxilios, destacamento policial y la escuela en un hermoso
estilo colonial.
Lo más importante de la antigua casona, que aún parece conservar los recuerdos de un ayer
amasado con sacrificio, por donde mismo pasaba la “rastrillada”, se encuentra en un predio de
622 hectáreas de propiedad del Sr. Raúl Horacio Zubillaga y su esposa María Catalina Juaristi.
Perteneció a don Mariano Unzué y es una de las primeras fundadas cuando el indio era una
presencia cierta y peligrosa en estos campos. La anécdota que nos refiere Alvaro Martínez, en
cuanto a que hombres de la estancia y caballos son ofrecidos a Juan Carlos Boer con anterioridad a
la batallas de San Carlos, nos confirma su antigüedad.
Cedió el Sr. Unzué las tierras para el emplazamiento de la estación ferroviaria que se inaugurara,
con su nombre, en 1904, siendo su jefe el Sr. Juan Palmieri.
En el año 1908 en “La Paz” se abre la primera escuela primaria de “Unzué” siendo el director el Sr.
Boys Estrada.
La Estancia “Fortín San Carlos”, ubicada en el Cuartel XII del Partido de Bolívar, tiene el enorme
privilegio de guardad uno de los mayores tesoros de la historia lugareña: nada menos que el lugar
donde se levantar el fortín San Carlos y los campos donde se librar el formidable combate contra
Calfucurá.
Sus primitivos duelos fueron los Sres. Barnetche y Goyeneche, que eran primos y la adquisición de
la tierra es anterior a la fundación del pueblo. Data de 1874 aproximadamente.
Don Pedro Barnetche, un hombre culto y amante de la tradición, continúa a sus mayores en la
actividad rural. Explota una superficie de 4.800 hs. Los campos conocidos como “San Juan” y “El
Rincón” no son más que desprendimientos de la vieja heredad.
Hay una ferviente aspiración de los bolivarenses, y es la de reconstruir el fortín en su histórico
emplazamiento. Una idea también compartida por el Sr. Barnetche pero que todavía no ha podido
cristalizarse. ¿No estará llegada la hora de ponernos en esa magnífica tarea evocativa?
Don Patricio Linch, hombre público que alcanzó a presidir la Municipalidad y que fue dueño del
Molino harinero instalado don hoy está el corralón municipal, fue el primer propietario de “La
Morocha”. Un establecimiento rural ubicado en el Cuartel V del Partido de Bolívar y que en sus
orígenes totalizó 8.000 hs. Dividida en ese entonces en 30 potreros con 19 puestos y un almacén
instalado en el lugar llamado “El Solito”.
En 1914 compró don Enrique Calac 2.000 hectáreas incluido el casco. Luego heredó su hijo Marcos
Calac, también fallecido. Sus sucesores son los actuales dueños del campo que suma 1035 hs.
“La Morocha2 fue una de las estancias más familiares para los bolivarenses, por la disposición de
su dueño de ofrecerla a sus amigos y entidades para reuniones y fiestas.
Estancia “El Cabildo”
La estancia “El Cabildo” está ubicada en el Cuartel V del partido de Bolívar y actualmente se ha
reducido a 520 hs. de superficie.
Fue su primer dueño don Mariano Pueyrredón, sucesor del ilustre patricio don Juan Martín de
Pueyrredón.
En 1936 la adquiere la Sra. Teresa Garavaglia de Atorrasagasti, le continúa en 1946 su hija María
Teresa Atorrasagasti de Schinelli, quien en 1948 cede a su hija Raquel Schinelli de Jardón.
Una muy llamativa y antiquísima construcción de clásico estilo español – la casa principal - tiene
en su frente una inscripción: El Cabildo – 1880 -.
La antigua campana que servía para alertar a los habitantes de la amenaza de los indios, se guarda
celosamente como un preciado tesoro. Todo allí respira un cálido homenaje al pasado.
Don Marcelino Guichandut y don Domingo Althabe fundaron la estancia 30 de diciembre en una
zona límite con el partido de 25 de mayo.
Don Domingo fue intendente de muy buen recuerdo en el período 1927 – 1930 interrumpido por
la Revolución de ese año.
También presidió la Sociedad Rural – 1942-44.
La actual dueña es la señora Julia Elena Seery de Acuña y administra su hijo don Juan Manuel
Acuña.
Un hermoso chalet construido por don Diego Naranjo en 1920 ocupa el centro del casco y una
variada le presta sugestivo marco.
El árbol de los “cuarenta escudos”, perteneciente a la familia de las Ginkgoaceas, único
representante de su familia es considerada un fósil viviente.
Está ubicada en el Cuartel IV del Partido de Bolívar y limita al norte con el partido de 25 de Mayo.
Su superficie es de 980 hs. Perteneció a Doña Ana Caramiva de Oviedo y luego compró el Sr. Carlos
Ibarra. Su hijo, del mismo nombre, es quién administra en la actualidad. La primera construcción
date del año 1876.
La Ema
En el Cuartel 8ª de Tapalque se encuentra la estancia “La Ema”, vinculada desde siempre a nuestra
zona por acción de sus propietarios que han residido tierras donde se fundaría más tarde el
establecimiento ganadero “La Unión”. Por disolución de la sociedad queda en manos de la familia
del Cerro quienes cambiarían el nombre ya citado por el de “La Ema”.
La señora Mría B. de Parma, abuela del actual dueño de ese campo, Don Gustavo Martínez Parma,
compra para sí en el año 1947.
Son mudos testigos de la antigüedad de ésta estancia los anchos muros de las casas y galpones
que se remontan a los tiempos en que los salvajes eran los amos de estos territorios y un
eucalipto, mucho más que centenario, cuyo porte y tamaño es único en varias leguas a la redonda.
Es de suponer que la semilla que le dio origen, es de aquellas que trajo Sarmiento al país.
Es otra de nuestas estancias centenarias. Está ubicada en Hale, sobre la ruta 205 a Saladillo.
Es una extensión de dos mil hectáreas se da prioridad a la ganadería y al trabajo rural en todas sus
manifestaciones.
Pertenece a don Manuel Busquet Serra y a doña Isabel Busquet de Busquet Serra que han
instalado allí la sede de la embajada de Bolívar. Una especie de Cancillería local para recibir, al
mejor estilo del campo, a personalidades de la política nacional y extranjera.
En esa casa tan abierta a la amistad, en sus patios poblados de hermosos árboles vibra el espíritu
de la tierra en su más alta significación humana, y cada visitante es un rey que dispone de lo que
hay –y nunca es poco- como propio.
Ya cumplió con creces sus cien años de existencia esta estancia que se orienta hacia el SO de
nuestra ciudad en la vecindad de Urdampilleta y que pertenece a los hermanos Carlos Alberto y
Alfredo Busquet Llorens. Hijos de don Alfredo Busquet, político de renombre y de vasta labor
parlamentaria y de doña Celina Llorens, dueña también de un apellido que surgió en San Carlos
desde la primera hora.
Caracteriza la labor de los hermanos Busquet la explotación de la ganadería mayor y de los cerdos,
sin descuidar otros rubros, como la miel, la madera, los ovinos. Otros campos en la zona, “San
Miguel” entre ellos, aumentan la capacidad de trabajo llevándola a niveles muy importantes. Los
hijos de ambos acompañan en la noble tarea rural que viene transmitiéndose de generación en
generación. Al cierre de esta edición se procedía a la división de los bienes sociales y hereditarios.
Otros establecimientos
Pirovano es centro de grandes extensiones de campo de muy buena explotación. Don Luis Catugno
nos ayuda a recordarlas: “El Tordillo” de Ignacio Pereyra Iraola (2.300hs.) “Natividad” de la Sra.
Sara Pereyra Iraola de Ayerza (3.600 hs). “El Callejón” del Sr. Emilio Pereyra Iraola (1.200 hs). “La
Concepción” del Sr. Javier Pereyra Iraola (1.200 hs.). “San Carlos” de Rodríguez Larreta y Cía., San
Joaquín S.C.P.A. y Don Roque.
La nómina debe abarcar a otros establecimientos aunque sea nombrándolos solamente en esa
misma región: Epu – Lauquén, del Dr. Aquiles Pirovano, “Hinca – Hué” que perteneciera a don Luis
Gallardo; “El Cariño” de Marlo Mom; “El Casal” del Dr. Luis María Arias Usandivaras y la actual
“Santa María” de la sucesión de don Marcelo Vezzosi, en campos que fueran de don Rufino
Bugallo.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Inta, fue creado en diciembre de 1956 y comenzó
su acción en marzo de 1958. Nació “para impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la
investigación y extensión agropecuaria y acelerar con los beneficios de estas funciones
fundamentales la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y de la vida rural”.
La Agencia de Extensión Rural Bolívar, Data de marzo de 1958 en la casa de la Av. Alsina Nº 416.
Estuvo a cargo de la oficina el Ing. Agr. Luis Ciliberto. Técnico el Ing. Agr. Obdulio Lugones; Asesor
de Juventudes Agr. Carlos Campo; Asesor Hogar Rural: Ana María García; administrativo Sr.
Marcelo Britos, auxiliar Sr. Ernesto Córdoba.
Grato recuerdo dejaron en Bolívar los ingenieros Hipólito L. Arias y Enrique Vinardel. Ellos con un
trabajo paciente, con mucha pasión por el agro y por sus hombre y mujeres dieron real impulso a
la actividad programada y consiguieron los objetivos de acercar la tecnificación y el buen consejo
al productor y hacer, además, que estos reconocieron la utilidad de ese esfuerzo. El Ing. Agr. Luis
Mazzucco, completa la lista de Jefes del pasado. Oriundo de Bolívar, él también puso lo suyo con
cabal sentido de la obligación y siguió la amplia avenida de proyectos que Arias y Vinardel dejaron
tras sus muy lamentadas ausencias.
Personal actual
Es hoy jefe de la Agencia el Ing. Agr. Roberto Juan Siolotto, como Técnico revista el Ing. Luis
Mazzucco, reintegrado tras una larga ausencia. Asesora Rural es la Srta. Norma G. Ojeda, actuando
como empleada administrativa la Srta. Catalina Mariel Aguilera. Como auxiliar revista, todavía el
señor Ernesto Córdoba.
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CAPÍTULO XXXVI
1. EL VIEJO COMERCIO BOLIVARENSE: Angel Vivanco & Cía.- Sánchez y Calac – Almacén Inglés
– Las Grandes Tiendas – Las Pequeñas Tiendas – Talabarterías y Herrerías – Panaderías –
Otros negocios – Carpinterías – El Montepío.
2. Bares y confiterías – La Pulpería que miraba al mar – La hotelería en San Carlos – Hotel La
Vizcaína – Hotel La Balear – Hotel Plaza – La Zamorana.
3. Una anécdota memorable de Gardel – Otros nombres en el recuerdo – Hotel París – El
Gran Hotel San Carlos – Los avisos de la hotelería.
4. Librería Del globo- La Construcción – Empresas Devito y Naranjo – Los Chatruc – Los Lalli –
Los primeros.
Sánchez y Calac
Esta firma social es el origen de lo que luego sería Sánchez, Bedatou y Cía. Un comercio de ramos
generales que los bolivarenses vieron nacer en 1903, por donde otros almaceneros, los hermanos
Arce, frente a la Plaza Mitres, habían señalado el camino, mucho antes. Después comprarían el
edificio de La Perla -otra antigüedad comercial- y se instalarían calle por medio con el Hotel La
Vizcaína.
Así como Vivanco nos dejó los nombres de Diego Giraldez, Luis Bonardi, Antonio Menéndez,
Francisco Di Carlo, Vicente Recalde, Víctor C. Chiclana, Jesús Palma, Inocencio Cardín y otros que
trabajaron con ahinco por la empresa, que extendió su influencia a la zona de Ibarra; Sánchez,
Bedatou y Cía., que se rindió al paso del tiempo también dejo los suyos. Los hermanos Carlos
Alberto y Horacio Bedatou, don Félix Gómez, Manuel Caballero, Sergio Alvarez, José Larracoechea,
José F. Núñez, Julián y José Berridi, José Guglielmino, Antonio Gurruchaga, Agpito Rueda, Jesús
González, Eleuterio Campos, Licinio Lanzoni, Luis Codini y Francisco Macchia, entre muchos más,
de los que bregaron con honestidad por mantener bien alto los prestigios de la Casa.
La familia Gómez, oriunda de España y ubicada en los primeros años de Argentina en 9 de Julio, es
la que dio origen a esta muy importante casa comercial, lamentablemente desaparecida no hace
mucho tiempo.
Don Calixto, a quién muchos recordarán por su especial indumentaria, su cabeza rapada y blanca,
y el permanente movimiento que desplegaba frente al mostrador, tratando de estar en todas
partes a la vez. Su origen comercial fue una tienda a la que llamó “Los Paraísos”, a la cual
incorporó a sus primos Celedonio y Juan los que fueron transformando y ampliando el negocio.
Fue precisamente Juan Gómez el que se decidió a crear otra empresa fuera de 9 de Julio, eligió san
Carlos por la sencilla razón de que tenía apariencia de pueblo rico “ya que no se veían perros
flacos”. Tal vez este español ya conocía el Martín Fierro y ese concejo del Viejo Vizcacha: “nunca
llegues a parar donde veas perros flacos”.
En 1914 se abre el negocio entre nosotros en momentos en que Vivanco y Sánchez, Bedatou
estaban en plena evolución ascendente. Pero aquí Don Juan Gómez, dejó otra frase, que don
Román Tello nuestro informante, nos hace conocer: “Para luchar hay que establecerse frente a los
tigres”.
Don Juan Gómez, por lo que parece el artificie de la obra, también le puso el nombre, “Almacén
Inglés”, todo porque había trabajado en una casa inglesa de mucho éxito.
Don Román que había llegado de España en 1925, recién asomaba a Bolívar en el año 1928. Venía
por un mes en reemplazo de Celedonio que había enfermado.
Y aquí está, incorporado al inventario de los que no se quedaron quietos y lucharon por Bolívar.
La firma creció, almacén, corralón de materiales de construcción, maderas, aberturas, etc.
Incorporó la barraca que fuera de don José Domeño poniéndose al frente de la misma los señores
Alfredo Tello, Francisco Dellatorre y Nicanor Domeño. Era su comprador en el campo don francisco
Ponsernau. El Bazar Oriente fue otra incorporación inteligente. Allí lució la simpatía y el don de
gentes de don José María Iriondo con la colaboración de don Marcelino Mansilla y muchos jóvenes
que eran promesas de comerciantes, como Walter Salvo. La Agencia de automóviles Ford con un
taller magnífico, incorporando además una línea de tractores de primer orden. Todo estaba
dispuesto para triunfar. Pero no fue así. Llegó a tener 120 empleados y 15 socios.
La familia se hizo muy grande, acota don Román, y por eso mismo cada uno buscó su destino. La
casa cerró y los bolivarenses seguimos lamentando todavía.
En 1898 El Gran Baratillo Galli de Julio López y F. García Olano asomaba a la vida aldeana
constituyéndose en la primera tienda de importancia. Habría de ser una sucursal en esa cadena de
tiendas que don Casimiro j. Galli, fue estableciendo en la provincia. “Los Vascos” de Galli sería el
nombre que adoptaría entonces. Una hermosa esquina, la de la Av. Alsina y Arenales le sirvió de
local. En mi memoria rescato algunos nombres del olvido acordándome de los gerentes Terruel,
Bernardo Viscay, Javier Pérez de Eulate, y de algunos empleados eficientes como Horacio
Marriescurrena –noble vasco de mi amistad personal- Roberto Graciano, Eleuterio Cardoso
(sastre), Luis G. Mazzucco, Antonio Lozardo, Pascual Fúrega, Miguel Giugno, que luego, algunos de
ellos, intentó suerte por cuenta propia.
Casa Blanco y Negro, de Fernández, Grova y Cía. sentó sus reales en la Av. San Martín esquina
Alvear, registrando su cierre en el año 1968. Don Pedro Castagnola fue un activo Gerente y don
Teodoro Diez, por años, su segundo encargado.
El Barato Argentino, tradicional tienda para la familia y el hombre de campo, mantiene su
presencia en la esquina de Mitre y Gral. Paz. Ahora responde al nombre de Casa Arteta con un
personal mucho más reducido, sintiendo el impacto de épocas diferentes a las que marcaron su
progreso. Don Hilario Sagasti fue gerente en esos tiempos. A su nombre se asocian los de don
Antonio Tarantino, A. Caviglia, Lorenzo Quijada, David Piña que se integraron además a la vida
ciudadana con sus inquietudes personales.
Don Ubaldo Orive es el capitán al timón de una barca que intenta seguir el viejo rumbo marcado
por los mayores.
“La Capital” fue otra tienda grande. La ubicamos en San Martín y Pringles, donde hoy está la
farmacia Gagliardi.
Don Adolfo Brisa, que se quedó a vivir entre nosotros, estuvo por años a su frente.
Las pequeñas tiendas:
Junto a aquellos negocios del vestir que tenían de todo, la ciudad contaba con otro grupo de
tiendas de menor importancia, donde el trato personal de sus dueños establecía una relación
diferente y más durable.
Destaco algunas, nada más, porque están más frescas en mis recuerdos.
“La Favorita” de Benjamín Zigaler en la esquina de Av. San Martín y Balcarce.
Los hijos del matrimonio Zigaler, David, Rosalia y Ñoño, participaron de la vida estudiantil,
deportiva y social del pueblo.
“El Gaucho”. La ubicamos sesenta años atrás en la esquina que ocupa hoy el Banco de Galicia. El
Sr. Sardas, su dueño, se trasladó luego a un local adonde está establecido con Agencia el Banco de
Olavarría. Un hijo del matrimonio Sardas, aficionado de la aviación, encontró la muerte en un
accidente ocurrido en nuestra ciudad.
“La Quemazón” de don Jacobo Galante, continuada después por su hijo Santiago y en la actualidad
deriva en el ramo perfumería por los nietos del fundador, siempre en el local de la Avda. San
Martín al trescientos sesenta y seis.
“LOS RATZER”: Bernardo Ratzer se estableció con tienda en la esquina de Av. San Martín y Zapiola.
Un negocio que vendía barato y que se hizo popular con el nombre de “La Chinche”. La tradición
dice que el apodo le vino de otro colega, Don Benjamín, un turco, tendero instalado frente a la
Confitería que fuera de don Carlos Alberto Gómez. Este era muy amigo de don Bernardo, pero a
poco que empezó a sentir la competencia, estaban a pocos metros de distancia uno del otro, lo
quiso desmerecer con el nombre de “La Chinche”. Así se llamaba en Buenos Aires a un negocio
que compraba y vendía de todo y no de la mejor calidad precisamente.
Con el nombre de Casa Bernardo, Jorge Diaz y Alberto Milonas, continúan con el comercio, aunque
reducidos en espacio, en el mismo lugar.
don Salomón Ratzer, que fuera tablero N° 1 de ajedrez en la zona, tenía su tienda en av. san
Martín y Olavarría. Sea la última mención para Luis Safar y su hijo Safar, tenderos de largo oficio
que ya no están.
Talabarterías y herrerías
No es de extrañar que al final del siglo y en los primeros años de este siglo XX, existieran varias
talabarterías, herrerías, tapicerías y carpinterías dedicadas a la fabricación de carruajes.
Se trabaja con bueyes y caballos, con precarios arados de rejas y se viajaba en carros, sulkys y
elegantes americanas.
El precioso material que obra en mi poder y que perteneciera al Sr. Juan V. Erramuspe hay notas
de venta de una Carpintería y Herrería a vapor “La Calle Real” de Benito Boada y Cia.. Es del año
1895. Además hace notar que tiene cajones y coche fúnebre.
Otra de Talabartería Franco – Argentina de Juan M. Curtois (1904). “El sol de mayo” era la
talabartería y tapicería de don Enrique Genoval que con anterioridad había pertenecido a
Labaronne Hnos. Un Apellido francés que se asocio a otro francés Larregle, para fundar familia. Y,
también hay un herrador francés para ese entonces que en la factura que entrega hace mención
de los premios recibidos en distintas exposiciones importantes. Es don Beltrán Soulé.
Y como para certificar que la colonia francesa también se hizo su sombra en el suelo, no podemos
dejar afuera de lista a don Saturnino Toulouse Herrero y tapicero de sana ejecutoria.
La Azuleña se llamo la fábrica de carruajes de don Severo LLamedo. Y al nombre de “El Progreso”
respondía la carpintería y herrería de don José Terrile (1912). Valens, más avanzado el siglo, tuvo
herrería importante.
Al mismo rubro asociamos a don Francisco Venini, fabricante de carros y propietario de una
empresa de servicios fúnebres. Su casa se llamó “El Vulcano” un nombre muy a tono con el oficio.
“La Pechera Grande”, fue otra casa dedicada a talabartería y tapicería de carruajes, perteneciente
a Pedro González y Cía. La factura de trabajos realizados al Sr. Erramuspe data del año 1905.
Talabartero de oficio y por muchos años lo fue don Miguel Huarte, que heredara el negocio de don
Joaquín Huarte instalado éste en el año 1898. Un primer oficial de apellido Bravo – también
músico de banda- oriundo de 25 de Mayo le acompañó con mucha jerarquía artesanal. De niño
ingresó como aprendiz Héctor Miguel Lopardo, quién en 1956 se instaló por su cuenta.
Los Oliverio gozaron de justificado buen nombre en el trabajo y don Juan Marano fue otro de los
pilares de la actividad, continuándose de alguna manera hasta nuestros días a través de su hijo
Antonio.
Panaderías
Una de las primeras panaderías instaladas fue la de don Atanasio Arocena llamada “La
Esperanza”, luego continuada por Pedro García e hijo y finalmente por, don Félix García que fuera
intendente radical por lo años veinte.
Don Manuel Chorén fue el iniciador de toda una dinastía que de alguna manera todavía hoy tiene
relación con el gremio. Le continuó José San Román y Cía. Es decir asociado a don José Faraldo que
siguió en el rubro, hasta entregar el testimonio –como en la posta- a Don Pedro real Rodríguez que
sigue en la brecha. Ramón, que murió muy joven, José, Pastor y Ramiro Chorén fueron panaderos
de alma desde el momento mismo que dejaron los “airiños” de Galicia, para radicarse por donde
sopla el pampero.
Lupano y Cía. es nombre asociado a la fabricación de galleta y confitería. Su instalación en San
Carlos data de 1906.
Y en esto de dar nombres tradicionales digamos que la Panadería “La Angelita” a cuyo alrededor
creció un barrio, perteneciente a los hermanos Méndez Jarén, tiene su inicio en 1896.
Hoy sigue abierta siendo su propietario el Sr. Adolfo Bonifacino.
Tan popular como ella y tan conocidas no podemos terminar esta reseña del ayer sin nombrarlas,
las panaderías El Sol y La Favorita, Teodoro, Angel y Jesús Rodríguez primero, luego los sucesores;
y más tarde, ya en estos tiempos, los hermanos Real y los hermanos Antoniano, y los hermanos
Iglesias continuando con un negocio, el panaderil, que se dice, es de mucha miga.
Otros negocios
El Montepio
Se llamaba así el almacén de ramos generales instalado en el año 1910 en la esquina de Sarmiento
y Arenales. Fue su propietario don Miguel Alborch, de Burgos, España. El negocio tuvo una
característica muy especial al tener una sección de empeños. Quien necesitaba una suma de
dinero no podía operar allí como en un Banco, dando en garantía una prensa personal, objetos
santuarios, joyas, muebles, etc., los que eran restituidos al cumplirse con la obligación pactada.
Don Miguel contrajo matrimonio con Benita Ulibarri, de su misma procedencia y cinco hijos le
continuaron. Miguel, María Esther, Dolores, Josefa y Pedro.
Alborch, inquieto por naturaleza, fue empresario de cine y en el capítulo correspondiente lo
mencionamos como asociado al Sr. Manuel Otero en la explotación del Cine Select.
“El Montepío”, en lo que hace a su función pignoraticia, fue perdiendo eficacia, siguiendo con el
ramo original de almacén, más allá del año 1945 en que se produjo la muerte del titular, por el
trabajo de sus hijos.
Otros rubros:
La fabricación de ladrillos fue un trabajo que se impuso en cuanto a la caravana llegó al lugar de la
fundación.
Hemos nombrado a Lasa y en los apuntes que consulto encuentro una factura extendida por don
José Pérez, fabricante de ladrillos, del año 1904.
Seguramente que este rubro ha tenido muchos y cambiantes fabricantes, conforme a la necesidad
de la población.
Se ha dicho donde vestía la mujer, digamos que el hombre también tenía oportunidad para estar a
la moda. Para ellos Murro y Rodeiro dueños de la sastrería “La Elegancia” exponían telas y cortes
para todos los gustos. Por su parte al lado del Hotel París, otro sastre, Luis Molina, competía en
calidad y precios.
Fue un gremio pujante que agregó maestros cortadores en forma progresiva, Juan Terrera,
Conrado de la Orden, Inocencia Muccillo, Antonio y Rafael Giffoni, Antonio Cardama en una lista
que podría ser interminable a poco que pretendamos llegar con ella hasta nuestros días, con Ángel
Neira y Carlos Papaleo, entre otros.
Carpinteros
En la carpintería de obra hay un nombre símbolo que lo expresa todo: José Quellos. Llegó a San
Carlos en 1899 y comenzó a trabajar de empleado con el Sr. Banfi para luego asociarse con él.
Continuó con Félix Segarra, otro de los pioneros del cepillo y la viruta, hasta que finalmente se
decidió a trabajar por su cuenta. En sus últimos años hizo sociedad con los señores Sálice y
Antognazza. A su vez Segarra asoció con los hermanos Pedro y Angel Cattáneo, que se hicieron
cargo de la carpintería a la muerte de éste. A su vez los Hnos. Cattáneo dejaron la antigua
carpintería de la calle Alvarado a manos de los hermanos Angel y Manuel Falcón, Allá por el año
1925 don José Papaleo, frente a la “plaza de la Escuela Nº 2”, fundó “El Genio”. Sus hijos Víctor y
Nicolás, entre vidrios y maderas, se mantienen fieles a la vocación familiar.
En aquellos tiempos una buena fruta se compraba en el mercado de don Juan Farace o en lo de
José Ordas frente “Al Aguila”, una planta forestal o de adorno se adquiría en el Jardín Recreo, de
don Luis Sarrat y el bolivarense aficionado a la lotería obtenía su billete en la casa “La Barcelonesa”
de don Magin Marsol, donde también se podía suscribir a un diario o revista de actualidad.
Benjamín Mazzuca aparecía en el mismo ramo en 1927, continuado por su hijo Enrique y ahora sus
nietos.
El Bolívar industrial muestra a don Bonifacio Ruíz al frente de siete operarios, en el año 1917, en la
fabricación de cocinas económicas, celosía, puertas y ventanas.
Para el recuerdo también queda aquella otra Herrería artística y de obra, que alcanzó un gran
desarrollo cuando este pueblo crecía: la de don “Héctor Pezzali.
Una fabricación de mosaicos “La Verdadera” de Bautista Dalmaso, agregaba a su tarea principal,
mármoles y esculturas.
El arte funerario para ese tiempo, usaba de figuras en mármol que requerían un trabajo artístico.
Recuerdo de mi infancia otra marmolería, la del Sr. Lorito y la impresión que me causaba, ver esos
trabajos destinados a ornamentar mausoleos y tumbas. Toda una institución fue don Bautista
Aime, siguiendo con la fábrica de mosaicos Don Juan Gregorio Rodriguez.
Muebles
La fabricación de muebles ocupó mano de obra especializada y de aquí salieron muy buenos
carpinteros y ebanistas.
“La Moderna” de Bocchieri Hnos. y El Progreso de m. Germán se destacaban en ese rubro. Los
hermanos Bocchieri, Salvador y Francisco habrían de tener después sus propios negocios, el
primero asociado a los señores Francisco Culotta y Conrado Scapellato y el segundo solo, ubicados
ambos sobre la Av. San Martín.
Vale mencionar, aunque más cercano a nosotros, a don Sergio Suslov, un artista de madera.
No son muchas las casas de comercio que hayan superado las siete u ocho décadas de vida,
manteniendo el mismo rubro aunque con las variantes en la conducción de las mismas.
El Hotel La Vizcaína es el más antiguo, y de él nos ocupamos aparte más especialmente. “Zapatería
Roma”, es otro de los negocios que ha superado las contingencias de una larga existencia y sigue
en manos de los hijos del fundador don Salvador NOseda, que llegara procedente de Cañüelas en
el año 1906.
Joyería “Grossi”, con otros dueños, es la afirmación de una larga permanencia en el rubro. Librería
e Imprenta Del Globo está en esa misma línes, con más de 75 años sobre sus estantes.
El “Nuevo Siglo” instalada aquí en 1918 por Murillo y Cía., ha cambiado de lugar y de integrantes,
pero reconoce continuidad histórica con sus fundadores.
Campo, Manganiello y Cía., ya desaparecida totalmente, abrevó en las raíces de aquella casa que
se llamó “La Aurora” y que reunía bajo su techo, tienda, almacén, corralón de maderas y fierro de
Campo y Porto. Don Emilio Manganiello, oriundo de Lobos, y don Aníbal Campo, hijo de don
Victorio y su sucesor comercial, dieron término en 1989 a una larga y provechosa labor
empresarial que reconoció varias etapas y diferentes rubros sociales. Don Emilio, en una grotesca
jugada del destino, a poco de dejar la empresa enfermó de un mal que le fue quitando toda
movilidad y que le ocasionó la muerte en octubre de ese mismo año.
El axioma parece ser el mismo para los hombres que para los negocios aunque parezca cruel: “Los
viejos se terminan”…
Reflexión final
¡Cuánto más se podría decir y cuántos comercios aguardan a que se los recuerde! Pero es una
tarea de gigantes que no puede caber en este compendio de cosas del pasado, por razones de
método y de espacio. Puede ser tema de otra obra. No es mala la idea.
Ya llegará ese día porque el reconocimiento del pueblo encontrará donde expresarse. Mientras
tanto séame permitido aquí, eco de una íntima emoción, decir de algunos de ellos, muy pocos,
que se grabaron en mi niñéz y me siguen acompañando con la calidez de los buenos amigos.
El mercado de don Mateo Rivas y su incansable esposa doña Emilia a quien hacíamos blanco de
nuestras travesuras. La Confitería “San Martín” de don Carlos Alberto Gómez. Un imán que nos
atraía cada vez que se descargaba leña en la vereda y esperábamos ser llamados para entrarla.
Esas masitas finas que se nos daba en pago del trabajo realizado, nos parecía un manjar exquisito y
gratificante.
El almacén “La Castellana” de don Eleodoro Falcón en la esquina de mi barrio, Rondeau y Mitre; la
sastrería de don Alberto Giffoni en la Avda. San Martín Nº 410, con su maestro cortador don Luis
Sebastiano, donde de jóvenes nos reuníamos, bajo la paternal tolerancia de ambos. El café de
Moronta y Ballesteros otro lugar de reunión y la zapatería de mi abuelo paterno, donde entre
suelas, banquetes y calzados fui creciendo ante la atenta y celestial mirada de Epifanía, mi abuela
española, que desde un sillón, impedía de andar por una temprana enfermedad, me bendecía con
infinita ternura.
Recuerdo imborrable tengo, además, por la Sodería del Sr. Juan Pena, instalado donde antes
estuviera don Paulino Rey un hombre de la primera hora y gran luchador por las cosas del terruño,
y también productor rural.
Montado a mi gloriosa bicicleta “Invicta”, que a mi padre vendieran don Juan Reina y Luis
Troncoso, iba todas las mañanas con mi bolsita a buscar hielo cristalino.
No hace tanto, pero ¡cuán lejano parece!
Bares y confiterías
Cualquier referencia al pasado bolivarense tratando de dar razón de sus confiterías más
importantes, o al menos más famosas (el ágora ciudadano de nuestros mayores), tendría que
centrarse en dos de ellas, como punto de partida.
La primera, por orden de aparición, como en el teatro, es la Confitería Del Pueblo, fundada en
1901 por don Jaime Suñol, con ventas de masas, confiterías y otras menudencias dulces, conocida
“mundialmente” como Bar Suñol a poco que fue adquiriendo otra funcionalidad.
Instalada en la esquina de Belgrano y Alsina, señala una gran particularidad porque a la proyección
de vistas, como se decía entonces, agregó un pequeño escenario al fondo del salón, para dar
cabida al varieté. Un género menor que ofreció sin embargo motivos de distracción y
entretenimiento a un vasto sector del público.
La gente de campo en su visita a la ciudad tenia como una obligación de entrar al Bar Suñol y
quedarse a tomar algunas copas al ritmo de la música que noche a noche, desde el tablado se
interpretaba. Se pedía una pieza o se agradecía una ejecución otorgándose alguna propina en
efectivo. Entonces la dama encargada de recibirla pedía un aplauso para el Señor “de la boina roja
o el pañuelo batarás” que había dado una “colita de chancho” o bien un “cuerito de liebre”, es
decir un peso o cinco pesos de la extinguida moneda, respectivamente.
El 4 de enero de 1949 el negocio que estaba en manos del hijo del fundador, también de nombre
Jaime, vendió a Don Juan Trucelle, un vecino de Pirovano, que dio otro estilo a la confitería. Por allí
pasaron los hermanos Ron con él y después le continuaron sus hijos políticos Ronney Ferrari y
Delfor Néstor Zoco, hasta su cierre definitivo no hace de esto muchos años. Ahora, como para no
añorar sus buenos tiempos, una moderna confitería nocturna, trata de apresar los bellos duendes
de la canción, que alguna vez seguramente, aparecen sin ser llamados.
Valga como anécdota que al caer el gobierno peronista (1955) muchos de los hombres de esa
filiación se encontraban en el bar para conversar y recordar días mejores.
Alguien, entonces, con mucha picardía, la llamó “La Cañoñera”. Alusión al viaje del derrocado Gral.
Perón en una cañonera paraguaya.
Y hasta el Dr. Luis Stmaboni en unas colaboraciones políticas para el periodismo las tituló “Desde
la cañonera”.
“El Aguila”
Fue una confitería realmente hermosa, hasta de lujo y señorial, dicen los que la recuerdan. Amplia,
cómoda, reducido de la vida ociosa del lugar. Billares, juegos, naipes, copas.
Ocupaba la esquina de Venezuela (antes Alsina) y Brown que luego fuera la sede del Club. A.
Independiente y hoy es Galería Prada.
En su frente un enorme águila de material que se ha perdido lamentablemente, le daba el
nombre.
Pertenecía don Miguel Derman que también ocupó la banca de concejal y su apertura data del año
1907.
Dos mozos, entre otros, cumplieron por años la delicada tarea de atender y armonizar con tan
heterogénea clientela, dos nombres que merecen este recuerdo: Faustino Lucio López (el “negro”)
y Agapito Martín Pacheco (Pachequito), los dos fallecidos. Ambos dueños de mi entrañable afecto.
Pero la alta especialidad de la casa era las confituras a cargo de dos profesionales de la masitería.
U señor Larroque, que impuso fuera de nuestra ciudad unos famosos alfajores de su creación y
don Tomás Bres. Este último también tuvo después su propia confitería ubicada en la Av. San
Martín que luego fuera la “botica” de Larregle. Se llamó “La Espina”. ¿Por qué? No lo sabemos, nos
quedamos con la espina.
Tal vez la primera, en 1882, ya existía, fuera “La Central” de don Manuel Blanco. El bar y el
cinematográfico San Martín de Manuel Lagos que en los periódicos anunciaba “profusión de vistas
nuevas todas las noches”. Su “hábitat” era la esquina donde se encuentra la “Librería Del Globo”.
“La Aurora” de Pacheco Hnos., tuvo su momento de esplendor, ocupando la esquina San Martín y
Brown (Clínica Central) y que fuera ocupada antes por Llorens, Antiz y Cía. y también por Robles y
Net, ambos con ramos generales.
Posteriormente en ese mismo lugar llegó la confitería y salón de billares “La Familia” de A.
Saganías. El edificio sufrió un importante incendio que lo destruyó cuando estaba a cargo de esa
firma. Aproximadamente en 1940.
“La Universal” de Carlos Yorio, popularizó un slogan publicitario adelantándose a los tiempos
actuales. -¿Adónde vas? preguntaba un vecino a otro y éste le respondía: -Derechito a lo de Yorio
a tomar un buen café.
“La ejemplar” de Rosiano Caivano, pizzería y bar, alcanzó en los años cuarenta enorme aceptación.
La costumbre de tomar el “vermouth” había prendido fuertemente y ya sea dentro del salón, en la
vereda o en un gran patio interior, la gente se convocaba con mucha animación.
De mis recuerdos de muchacho, “allá lejos y hace tiempo extraigo algunos nombres más”.
“Arballo Bar” en la planta ata de Cine Avenida atendida por don Carlos y sus hijos, donde era
posible escuchar música y bailar en un ambiente alegre y sano.
“La Armonia” de Gabriel Rosa Cuello, que tuvo varias ubicaciones, pero que localizo en la Avda.
Gral. Paz a metros de la imprenta Del Globo. Para nosotros tenía otro nombre: El Asilo.
“Monti Bar” en plena Av. San Martín y en el apogeo de “la vuelta al perro”, tuvo su momentos.
Luego aparecía el “Bar Rex” que comanda don Alfredo Prietoni, hombre del oficio y un
extraordinario deportista en su juventud. “El Grillo”, también tuvo su momento en la Av. San
Martín.
Confitería “Express” de Moronta y Ballesteros dos hombres buenos, con un especial sentido de la
amistad, también en la Av. San Martín entre Balcarce y Güemes.
Vaya una mención para Miguel Osovi, que intentó con “Once de Julio” y “Don Enrique” incursionar
en el ambiente pero dando espectáculo. A él se debió la presencia de grandes cultores del tanto
como Roberto Goyeneche, el negro Ledesma, Marino y otros en memorables reuniones artísticas.
No quiero cerrar este incompleto capítulo dedicado a los bares y confiterías, sin olvidarme de
Carlos Alberto Gómez.
Su confitería San Martín, con fabricación propia de masas, facturas, etc., prevaleció por años en el
gusto de los bolivarenses. Impuso calidad la bonhomía de su trato acompañado en el mostrador
por su esposa, Un heredero de su arte es lo es Juan. M. Angel , quien lo continúa ahora en Av.
Brown.
Méritos tiene, y se los reconocemos, en la materia. “La Escala” de la familia Pereira, con raíces
panaderiles. Angel Iglesias desde su “Centenario” afirma una tradición familiar. “La Confitería del
Hotel”, es hoy la nueva moda. Están los abonados de siempre, bajo inventario, como cumpliendo u
ritual. Van los jóvenes a contarse sus cosas y las damas también se hacen un lugar en la tarde o en
la noche para hilvanar sueños, comentar los hechos cotidianos y alentar esperanzas para un
mañana con amor.
Avanzando el año, 28 de agosto de 1990, los señores E. Oscar Basílico y Dr. Oscar Basílico, padre e
hijo, inauguraron un nuevo salón de confitería que lleva el nombre de Horizonte, ubicada en la
esquina de Av. Brown y Rivas. es parte del formidable edificio levantado para hotel y que incluye
además 16 locales para negocio, ya en funcionamiento, y departamentos para familias. Un notable
esfuerzo al servicio del progreso bolivarense.
La Pulpería que miraba hacia el mar
Había llegado de las provincias vascongadas aun teniendo en la boca el gusto salobre de su Mar
Cantábrico, y en la mirada, perdida en ignotas lejanías, la imagen de un barco pesquero con sus
redes tendidas.
Se llamaba Mariano Urrutia, era joven, fuerte, empecinado.
Aquí era todo verdor. Otro inmenso mar, pero de pastos salvaje, de llanura sin fin. En esa soledad,
con el alto cielo por testigo, edificó una casa. Sería la Pulpería de “Mira Mar”. Un almacén de
ramos generales convertida en posta, farmacia, correo; la vida misma en el silencio de la pampa.
Fue en 1890. Miraba hacia una gran laguna que para don Mariano era su mar.
Mucho después comenzó su tarea en una mensajería que se llamó “El Correo de los Estancieros”
que unía dos puntos muy distantes, las poblaciones de Carlos Casares y San Carlos de Bolívar
haciéndose el relevo de los animales en la pulpería.
Don Miguel de Meregaglia, otro vasco curtido y noble como el que más, era el encargado de
conducir la galera a destino con su preciosa carga de pasajeros y víveres.
Prontamente el lugar fue aclimatando vascos atraídos por don Mariano y sus amigos. No es de
extrañar que hoy sigamos asociándolos a ese paraje. Sarraúa , Zlabaldía, Errasquin, Santa María,
Ordoqui, Zubiría Urchuaga y otros, son nombres que continúan la senda abierta por sus
antecvesores, fundadores en el desierto.
La historia nos cuenta de una costumbre que se mantuvo por mucho tiempo y que pone al
descubierto el alma generosa de estos pobladores. En un galpón muy grande se establecían los
caminantes, los que se podían quedar por tiempo indeterminado. Siempre había fuego prendido y
una enorme olla para la cocción de los alimentos. A nadie se le preguntaba por su nombre. Pasado
y presente se esfumaban en sombras o tras el humo de un cigarrillo. Existía el hoy. La La necesidad
de ese día. Y allí estaba la mano tendida para amparar a quien lo necesitara.
Los parroquianos jugaban a las cartas y bebían.
También construían un mañana. De esa reuniones nació el club Deportivo que exaltó a los jóvenes
de la comarca a los mejores lugares del atletismo continental, como el recordado Celestino
Sarraua, que vistió la camiseta de River Plate, aunque su corazón es de Boca, para ser campeón
sudamericano en salto triple.
Luego a su sombra bienhechora creció la escuela. La civilización siguió ganando espacios y a nadie
debió extrañar que las torres del Complejo Chocón – Cerros Colorados pasen muy cerca y que la
luz eléctrica y el teléfono hayan llegado desde Bolívar, treinta kilómetro tierra adentro.
Pero la pulpería se mantiene fiel a su origen. Salvo algunos arreglos circunstanciales que sigue
estando igual.
Con sus altas rejas sobre el mostrador para ponerse a cubierto de la bravura de algún paisano
alcoholizado. Con su estantería antigua y las cajoneras que guardaban los “vicios” a granel.
Hasta las telarañas, por decisión de Mariano Urrutia (nieto), más conocido como “canuto”, que es
quién está al frente del negocio que se mantiene nada más que por una tradición muy rica en
recuerdo, siguen, como estalactitas pendiendo del techo, y forman un rarísimo cielo raso tejido.
De noche vuelven los fantasmas del ayer a poblar de leyendas el viejo caserón. Algún partido de
truco se anima con una flor que se dice cantando con intención y picardía. La guitarra es visita
frecuente, surge entonces un rasguido dulzón de enamorado y la voz del cantor, tan honda como
una pena, se mete en los campos arados, en busca de la dueña de esos sentimientos.
Parece que todo ha cambiado. Pero al fin, el hombre siempre es el mismo. La vieja pulpería,
mientras tanto, sigue amontonando recuerdos detrás de su mostrador callado…
1) La presente nota fue publicada con la firma de su autor el día 5 de octubre de 1984 en el
diario Tiempo Argentino que aparecía en Capital Federal
Desde que el hombre se estableció en estas tierras y dio comienzo a la tarea de construir el futuro,
sinmás medios que sus brazos u recoger aquellos que la tierra generosa, podría darle tras el
esfuerzo cotidiano, necesitó un lugar para su reposo.
Así como la pulpería, transformándose en un clásico boliche de campo, servía para las reuniones
sociales de la época, taba, riña de gallos o cuadreras y el tradicional juego de cartas; la fonda dio
comida y albergue al viajero y se esmeró en su atención prodigándole algún pasatiempo. Cancha
de pelota, las “vistas” cuando el cine asomó como un portento de la técnica y algún baile como
para anudar relaciones entre los sexos o celebrar los fastos de la patria.
Las mensajerías tenían allí sus estaciones o postas. Es decir puntos de arranque y de llegada. Y era
tan importante atender a los clientes como a los caballos que tiraban los coches de sus dueños.
Por eso la comodidad para las nobles bestias se ofrecía como un servicio más de la casa y hasta se
destacaba en los avisos que la prensa publicaba.
La hotelería en San Carlos de Bolívar tuvo matices destacados por la nobleza de sus gentes. Por el
espíritu progresista de quienes la ejercieron, con mucho dinamismo, y se constituyeron en el
apoyo, de valor inestimado, para los parroquianos que la frecuentaban.
No es posible hacer un análisis exhaustivo de tantos negocios como existieron y nos quedamos
con la pena por omitir nombres de personas que en la actividad cumplieron tareas de significación.
Hombres y mujeres que a través de la hotelería se brindaron con calor de amigos, en una tares de
vasta dimensión humana.
Haremos mención de aquellos que alcanzaron mayor notoriedad y que por muchos años
estuvieron consecuentemente al servicio de la actividad. Algunos todavía abiertos, viviendo una
gloriosa vejez, y añorando aquellos días de esplendor, que para ellos ya nunca más vendrá.
Hotel La Vizcaína
Todavía destacada sobre la Avenida Brown su estrucutra colonial, el edificio del Hotel “La
Vizcaína”, que parece surgir de una vieja postal, tras densos nubarrones, que aprisionaron el
tiempo. Fue construido por los hermanos José y Pedro Sarraúa con material traído en carretas
desde Saladillo, comenzando la obra en el año 1880. Don José Sarraúa estaba casado con Melitona
Laza y provenían de Vizcaya, por lo que el nombre dado al hotel, hacía clara referencia al origen
vascuence de doña Melitona, “La Vizcaína”, que en el argot popular al quitársele el acento se
transformó en La Vizaina. Al respecto hay otra versión que dice que el primer nombre fue “El
Vizcay”.
Un barrio recuerda a esta pionera del progreso. Allí donde plantó sus reales y a fuerza de vigor y
coraje crió a su familia, sin su marido y abnegadamente.
No hay documentación alguna que avale esa fecha que adjudicamos a la obra. Pero hay
circunstancias que son coincidentes, por lo que la elaboración resulta aceptable. Además doña
Isabel Casariego de Ugarte, con sus jóvenes 82 años, no dudó al confirmarnos el dato y lo hizo con
una seria documentación de la época en sus manos y el recuerdo de lo manifestado por su señor
padre don Basilio Casariego a su hija, a quien confió el “archivo familia”, algo digno de verse y que
ya he comprometido para el Museo de nuestra ciudad.
Un detalle significativo lo dan un membrete del hotel que ilustra una nota de venta del año 1897.
Reproduce el frente del edificio tal como lo vemos hoy. Con una sola variante: sobre la avenida
Brown lo que es una construcción de planta baja y primer piso con balcones a la calle, en su origen
fue la cancha de pelota abierta. Los periódicos de aquel tiempo dan cuenta de los desafíos que se
producían en el frontón de “La Vizcaína”.
Sus dueños
Revelada la incógnita de quienes fueron sus fundadores (no desconozco la versión que liga a
Mariano Urrutia con el hecho), podemos establecer algunos continuadores inmediatos.
Miguel Galcerán y Cía., es la firma sucesora. En mi poder tengo una boleta del hotel del año 1892
donde consta ese rubro.
Don Basilio casariego era el socio. Ambos eran jóvenes y habían vendido de España, uno de
Barcelona, el otro de Asturias, y eran amigos.
Todo indica que la familia Galcerán, dueña de una apreciable fortuna, volvió a Barcelona. Por eso
el nombre no nos es familiar y resulta casi desconocido. Aunque fgura formando parte de la C.
Directiva de la S. Española des de Agosto de 1895. El Dr. Alfredo Busquet habría quedado como
apoderado es lo que deducimos al rescatar un recibo de pago extendido a favor de Don Domingo
Barnetche por el arrendamiento de una fracción de campo propiedad de Galcerán de fecha de
1915.
Don Basilio Casariego seguiría solo al frente del hotel. En enero de 1896 se constituye la sociedad
con el Sr. José Horta, un vecino ocupado en trámites de gestoría y seguros y se disuelve justo tres
años después. El 19 de abril de 1899 asocia a su cuñado de apellido Fernández y el rubro es por
poco tiempo Casariego y Fernández. En 1901 aparece don Alejandro Martínez como titular del
hotel. (Padre de Ignacio y Catalina Martínez de Irigoin). Le continúa el Sr. Enrique C. MAglio (1907).
En el año 1909 es don José Cieza (padre de Anacleto) el nuevo dueño y sucesivamente se
producirán cambios de firmas.
Martínez y Bullosa; Carlucci; De Francesco y Cía., Don Mihuel Roca, de recordada gestión hotelera.
Otros nombres se agregarían a esta lista como Peón Y Musella, Antonio Ferragut, hasta que los
hermanos Galaz compran el 1º de diciembre de 1946 asumiendo una conducción que no han
abandonado hasta el presente.
El Hotel “La Vizcaína” ya no es el de antes. Ha perdido su hegemonía hotelera, aunque mantiene
vivo el mejor espíritu de amistad y confianza, que le caracterizaron. Entendemos que no puede
desaparecer. Es más, los bolivarenses tenemos la ineludible obligación de preservar ese
patrimonio edilicio y cultural transformándolo en Museo Histórico y de Ciencias. Es un girón del
pasado, que simboliza el esfuerzo de un pueblo por crecer de la nada. Es el canto al trabajo. Un
himno de fe. En sus gruesas paredes está aprisionada la historia de San Carlos. Mantenerlas en
pies es un signo de fortaleza anímica, un agradecido homenaje a quienes nos fundaron y a los que
vinieron después pala en mano y un montón de sueños.
Miremos hacia el futuro afirmados en las sólidas raíces de un ayer lleno de abnegación y heroísmo.
El 9 de marzo de 1879, en la Isla Mallorca, Provincia de Las Baleares, España, nace Bernardo
March. Aquí comienza nuestra historia. El 10 de septiembre de 1896 llega al puerto de Buenos
Aires una familia española, la de don Miguel Morey, y con ellos arriba el joven March.
Van hacía 9 de Julio donde permanecerán por espacio de dos años. Luego Morey y March se
asocian en los negocios y en la vida pues Bernardo se casa con la hija del primero llamada
Margarita, y se deciden por instalar un hotel en Bolívar (1899).
Le llamarían “La Balear” en homenaje al solar natal ocupando la esquina de Av. San Martín y
Rivadavia (en ese tiempo Rodríguez), a una cuadra de la estación ferroviaria.
El movimiento de pasajeros era intenso y el hotel tenía mucha vida. Sus dueños trascendían de la
ocupación habitual y entendían de todo. El hombre de campo y de las estaciones vecinas confiaba
en ellos diligencias y trámites en las oficinas públicas y hasta pedía consejos.
Eran felices días en que por un peso con ochenta centavos el menú establecía: fiambre, sopa.
Puchero, dos entradas y postre de queso y dulce y nueces o frutas.
En el año 1911 cesó la sociedad entre yerno y suegro, don Miguel Morey se dedicó al campo en la
zona de Tres Lomas y don Bernardo al Hotel. No obstante se hacía tiempo para integrar
comisiones, entre ellas la de la Asociación Española, y alentar con su presencia o aporte cualquier
inquietud vecinal.
En 1925 “La Balear” fue adquirido por don Braulio Salaberría y señora, y luego en 1942 fue
vendido a don Angel Rodríguez y hermana que provenían de General Pinto.
Do Braulio Salabaería había hecho construir a nuevo un edificio para Hotel sobre la calle Alvear
entre San Martín y Mitre al que llamó “Bolívar”. Este continuó por muchos años hasta que se
convirtió en sanatorio.
Como administrador gerente estaba don Oscar Fragiácomo, cuyos hijos Oscar y Georgette, fueron
nuestros compañeros en las aulas del Colegio Nacional.
Recordemos que don Gabriel Fornes, hombre de campo, levantó en la Avda. Belgrano y
Avellaneda otro edificio para hotel y lo llamó “Bolívar”, pues el anterior del mismo nombre había
desaparecido. Aquí lució en la década del cincuenta don Alberto Martínez, hombre del oficio, buen
cocinero, con una importante trayectoria en el arte del buen comer. Un día se cerró el hotel y se
convirtió en una clínica privada. Un mismo destino para dos hoteles que llevaron el mismo
nombre.
Hotel Plaza
Don Angel Rodríguez, no se quedó quieto y por su cuenta, con el auxilio profesional de don José F.
Maugeri, fundó el Hotel Plaza en la esquina de Av. San Martín y Alvarado, donde Lorenzo y
Montaner tuvieron almacén de ramos generales y bazar.
El viejo edificio de “La Balear” fue entonces la sede social del Club A. Talleres.
Y como para esta trama hotelera, realmente singular, tenga otro anillo complementario, digamos
don Miguel Roca, gerente y asociado al negocio de March al quedar sin trabajo se decidió por
comprar “La Vizcaína”
Su gestión fue en ese lugar muy buena y el hotel vivió un momento de gran esplendor.
Hotel Goitías
Más de setenta años marcan la trayectoria hotelera del “Hotel Goitías”, que no siempre se llamó
así, pero que de una manera u otra, siempre estuvo en el patrimonio familiar.
Don Bernardo Lamarque compra el 1º de marzo de 1918 la fonda de Inchaurrondo instalada en la
Av. Alsina Nª 102. El negocio se llamará “El Vasco Francés”, atendiendo al origen del dueño,
aunque el nombre de Incharruondo seguirá algún tiempo y así se consigna en el acta que da origen
al Club Empleados de Comercio en ese lugar y en junio de 1918.
El 16 de junio de 1923 muere Lamarque y su mujer, doña Francisca García se traslada a Alsina Nº
55 “La Vasca Navarra” será el nuevo nombre que se adopta para el comercio.
En el año 1927 la viuda de Lamarque contrae nupcias con Alberto Goitías y pasan a ocupar la
esquina de Alsina y 25 de Mayo con el nombre del “El Vizcaíno”.
Habría otro paso más para dar y esta vez de forma definitiva. Es ubicarse en la Avda. San Martín al
lado del edificio que hoy ocupa el Plaza Hotel. El 3 de marzo de 1936 muere Goitías y la firma
comercial será Vda. De Goitías e hijos. (Bernardo y Francisco Lamarque acompañando a la madre
de ambos.)
El apellido Goitías termina por imponerse y entonces el hotel adquiere este último nombre
familiar. En la actualidad desaparecidos doña Francisca y Bernardo, éste último un gran deportista
que lució la camiseta de Empleados de Comercio en fútbol y atletismo, además de haber sido buen
ajedrecista, rige los destinos de la casa don Francisco (Poroto) Lamarque. También deportista,
pero apasionado de la natación.
Hotel La Zamorana
Don Tomás Diego es otro de los hombres importantes que le dieron a la hotelería bolivarense lo
mejor de sus aptitudes y desvelos. Un inmigrante laborioso, luchador, honesto a carta cabal, que
fundó una familia numerosa y que abrió rumbos en esos tiempos difíciles en la vida pueblerina.
La tierra
Por una amable atención de María del Carmen Diego podemos conocer la historia de ese enorme
solar de la calle Mitre y Pringles que es concedido por la Municipalidad el 20 de Octubre de 1888 a
don Manuel Lucero. Era intendente D. Cataldo Altavista y la única condición establecida era la de
poblar y cerrar los solares en el término de un año. En 1094 aparece como titular del fundo por
compra efectuada a Modesta Fial el Sr. Carlés, constando que el inmueble tenía 10 piezas de
material, cochera, galpón, gallinero y wáter – clot.
Ninguno duda, entonces, que la fonda ya existía por lo menos desde principio de siglo.
Don Tomás Diego aparece en el escenario dona va a transcurrir toda su existencia en el año 1912
por compra que efectúa al Sr. Luis Digiovanni Galassi en la suma de $ 3.000.
Por razones de salud no se hace cargo del negocio en forma inmediata y resuelve alquilarlo. Deja
la administración a cargo de la firma Sánchez, Bedatou y Cía. Y regresa a España, su solar natal.
A los dos años de nuevo en la Argentina dispuesto a asumir el manejo del hotel.
No lo hace enseguida pues antes debe desalojar a los ocupantes. Se dedica a la venta de billetes
de lotería actividad que habría de continuar por mucho tiempo.
Se cuenta que era muy común trenzarse en partidas de naipes por billetes de lotería.
Por tres veces, nos dice su nieta, le tocó perder billetes que luego resultaron ganadores de los
primeros premios.
Como las partidas eran a “cara de perro”, es decir a todo o nada, el perdedor sólo le quedaba un
rosario de lamentaciones.
Hotel familiar
El Hotel era una gran casa de familia. La clientela llegaba del campo y se instalaba por días y hasta
las mujeres en vísperas de ser madres encontraban allí comodidades y una atención preferencial.
Don Tomás fue padre de siete hijos, acompañado en el hogar y en las tareas por una mujer
admirable.
En 1950 se hace cargo del establecimiento su hijo Celestino. El le da un nuevo impulso y se amolda
a los cambios que la modernidad va exigiendo. Se hace obras, se incorpora el baño privado que
pasa a ser una exigencia permanente y se proyecta al futuro con otra dimensión.
Don Tomás resuelve irse con su familia a pasar sus últimos días en el Gran Buenos Aires. Pero el
día de la mudanza, 27 de febrero de 1955, tal vez agobiado el anciano corazón por la pena de la
despedida, deja de latir,
Don Tomás queda, para siempre, en la tierra que hizo suya con el noble esfuerzo del trabajo.
La nueva firma
La referencia es exacta. Carlos Gardel estuvo en Bolívar y cantó a sala llena y con pleno éxito en el
Teatro Coliseo.
Muy pocos conocen la anécdota que me refiriera mi padre presente en el recital de esa noche
memorable.
A la hora fijada para la iniciación del programa, las 22.00, el administrador del Teatro Sr. Sánchez
Guilarte se dirigió a los camarines para invitar a Gardel a iniciar la función.
El artista al ver que muy poca la gente que había arribado se negó.
Sánchez Guilarte, que al parecer era de muy pocas pulgas le dijo con voz de mando y amenazante:
Ud. Sale a cantar y ahora. De lo contrario no cantará nunca más, llevando sus manos luego a la
cintura, donde se suponía tenía un revólver.
Gardel accedió, comenzó a cantar, y a los pocos minutos no había un solo lugar disponible en la
sala ni para estar parado.
La emoción fue incontenible y la versión del “Pañuelito Blanco” conmovió al auditorio hasta las
lágrimas.
Muy pocos se enteraron, claro está, del hecho bastante insólito ocurrido momentos antes de dar
comienzo a tal relevante actuación.
El miércoles 5 de julio de 1972 quedó habilitado el “Gran Hotel San Carlos” en la esquina de Avda.
Alsina y Almirante Brown. Un moderno edificio que consta de cuatro pisos, teléfono, música
funcional y detalles de buen gusto.
Una empresa foránea, de Trenque Lauquen, asumió el compromiso que los bolivarenses, pese a
sus intenciones, no realizaron. Son los Sres. Alvarez, Calvo y Luna.
La vieja propiedad de la familia Busquet Llorens asentamiento de la primera edificación
pueblerina, sólo fue vendida condicionándola, precisamente, para la construcción de un hotel.
Me tocó intervenir como profesional en las conversaciones compra-venta acompañando al Sr.
Carlos Busquet Llorens en su gestión y al término de las mismas preguntas le pregunté al Sr.
Alvarez: - ¿Qué nombre le darán al Hotel? Me respondió sin hestiar: Bolìvar, que mejor que
llamarlo Bolívar. Le hice saber que en la ciudad había un hotel de ese nombre y entonces le sugerí
San Carlos. ¿Acaso ese no es el nombre de nuestro pueblo?
Y también es el nombre de uno de los vendedores. El Sr. Alvarez asintió con presteza. Se llamará
San Carlos. Y así fue.
Cruzando la Avda. Brown, sobre la otra esquina el Mercado de don José Ordas, con más de setenta
años sobre sus ladrillos, habrá sonreído de felicidad.
Al fin un hotel que tanta falta hacía y justo llamarse San Carlos, como el Santo Patrono, y como
yo….habrán sido sus palabras.
Dos avisos colocados en los periódicos de ese tiempo dan una idea muy acertada de las
costumbres y los usos de nuestros antepasados, no tan lejanos.
El primero de ellos dice: Fonda y Posada de Carmelo Giancristiano. Se reciben pensionistas.
Comodidad para caballos. Precios módicos.
El segundo rezaba así y es del año 10. Gran Hotel La Vizcaína de José Cieza.
Comodidades para carruajes y caballos. Servicio esmerado. Exhibiciones cinematográficas todas las
noches.
En este establecimiento se reciben todos los días 1.500 metros de cintas nuevas debido a un
contrato celebrado con importante casa de la Capital Federal. Teléfono Nª 50 – Bolívar.
Aparte de la solícita atención prometida se tenía en cuenta un buen servicio para el cuidado de los
caballos. Lógico era, pues la movilidad se hacía puramente a sangre. Y las “vistas” eran otro
gancho para el buen entretenimiento de los clientes.
Cuando algo traspone los umbrales del tiempo, se adueña de él, y se proyecta allí donde nació,
vive y crece con sentido de permanencia y futuro, rodeado del afecto de la comunidad, se dice que
es una “institución”.
Con lleva eso un juicio elogioso que es también un reconocimiento a una larga y provechosa
existencia. Eso pasa con la Librería e Imprenta Del Globo ubicada en Av. San Martín y Avda.
General Paz, justamente en el meridiano de Greenwich del pueblo.
La librería en una tradición, es el símbolo vivo de la amistad más pura. Es la tertulia al paso. Por
mucho tiempo fue dado ver en el mostrador a don M. Angel Mosa, todo un patriarca de su época,
junto a su esposa doña Nerea Siñeriz, acompañándolo con la dulzura de una joven ancianidad llena
de recuerdos.
“Negra” Mosca tiene también un lugar en un ángulo del largo salón donde alguna vez funcionara
“Atelier” y aproximara a los bolivarenses a los mejores pintores de su época. Como lo tienen
“Petit” y Jorge Mosca, ambos merecidamente.
Hoy está al mando de la vieja barca., bravo capitán experto en tormentas y borrascas don Isaac
Mosca y, como repitiendo la usanza de sus mayores, a su lado, otra mujer, de exquisita
sensibilidad le acompaña. Es su esposa, doña Ema Mosca, los nietos del viejo tronco que ya van
madurando sueños en esa esquina que es caso de leyenda, y que si no estuviera allí donde está y
como está, recibiendo a pleno la caricia del sol y mirando, con amor de padre, hacia las plazas. San
Carlos de Bolívar la habría mandado a construir, sin quitarle nada de lo que el andar del siglo,
apenas ochenta años vividos, le ha dado en contenido de onda espiritual y belleza.
La construcción
Hacer de la nada todo, es construir. Para eso hace falta a la orden que emite la inteligencia el
trabajo de las manos, el infatigable canto del albañil que ladrillo sobre ladrillo, le pone sombra y
abrigo a la vida.
La epopeya civilizadora, la que se plasmó con la reja del arado y el cavar de la pala, acallado el
Remington de la desigual pelea, tiene en el albañil uno de sus héroes ignorados.
En San Carlos dos nombres monopolizan por más de cincuenta años la actividad de la
construcción. Figuras descollantes en lo suyo, pues a la idoneidad en el tema agregaban seriedad y
responsabilidad. Tenían ambas firmas un sólido prestigio y ayudaron hasta con desinterés a
levantar obras que de otra manera no se hubieran hecho.
Nos referimos a Francisco Devito y sucesores y a Don Diego Naranjo y su sucesor.
Empresa Devito
Don Francisco Devito, el fundador de la dinastía llegó a Bolívar en 1893 y por más de treinta años
ejerció su noble oficio con mucha autoridad. Sus hijos Antonio y Francisco se formaron junto al
padre y le continuaron.
Les tocó trabajar en una etapa de crecimiento por lo que fueron ejecutores de la gran obra pública
que hiciera el Dr. Miguel L. Capredoni al frente de la Municipalidad, Matadero, Club Social,
Mercado Municipal, Pileta de Natación, Monumento a San Martín, delegaciones de Urdampilleta y
Pirovano, la Biblioteca Popular, el Estadio e infinidad de casas en la ciudad y en la campaña que
modificaron favorablemente el paisaje urbano.
Por un tiempo más a la muerte de los mayores continuaron los hijos de Francisco, y Alberto
quienes realizaron el edificio San Martín. Luego se volcaron a explotar un corralón de materiales
para la construcción y abandonaron la construcción.
Empresa Naranjo
Don Diego Naranjo, natural de Canarias, se encontró en San Carlos en el año 1900. Fue un hombre
múltiple, de gran visión y profundamente trabajador y organizado. Muchos edificios importantes
tiene en su frente el nombre de este constructor. Club Buenos Aires, Colegio Nacional, Club
Empleados de Comercio (sede y cancha de pelota), la Igelsia de Huanguelén y también la de
Bonifacio, Escuelas en Guaminí y otros lugares. En 1942 Armando R. Naranjo sucede a su señor
padre, aún en vida de éste, y realiza como él importantes trabajos. Ambos son fallecidos por lo
que este nombre ya es una página de historia. De una bella historia de amor al trabajo.
“Los Chatruc”
Otro apellido tradicional en el arte de la construcción fue, por muchos años Chatruc.
Don Manuel Erraín Chatruc, nacido en bolívar en 1186 (7 de abril) y que falleciera luego de vivir
sus muy lúcidos 92 años, comenzó con su padre que ya era albañil. Por lo que nadie puede
discutirme que este apellido se asocia a las primeras obras que se van haciendo en el lugar.
Le tocó levantar el edificio de dos plantas destinado al Hotel Bolívar, el inmueble donde está la
Clínica Modelo, una importante construcción particular en la calle Mitre con nueve
departamentos, obras para familias en la ciudad y en pueblos de la vecindad. El quiosco que
sirviera para la actuación de la Banda de Música en la Plaza Alsina y que hoy hace de sustento al
monumento a la Madre, es de su dirección.
José Leopoldo Chatruc, sobrino de Manuel, hizo mucha obra local. Pero su mérito mayor le alcanza
por haber sido el constructor de la Iglesia de la Santísima Trinidad.
Tras esa huella familiar se encolumnó Manuel A. Chatruc Miguez, un inteligente maestro de la
cuchara, con realizaciones de muy buen gusto en casas de familia y negocios.
“Los Lalli”
Albañiles de toda la vida “Los Lalli”, Pedro, Enrique y Florentino, fueron trabajadores incansables.
Junto a ellos podemos alinear a “los Pisano”, padre e hijo, o a los Amado que desde Sebastián
(padre) tuvieron un momento muy feliz y de gran trabajo. Son ellos Roel y Raúl, que hoy
descansan gozando de una bien ganada jubilación.
Otros nombres llegan a la mente de albañiles que hicieron posible el progreso lugareño. La
mayoría de ellos surgidos de la cantera de los fundadores, como Benito Cabreros, Timoteo García,
Copello, Vidarte, don Pascual Borzillo.
Los primeros:
Bruno Esquivel, Luis Lanzoni y Ramón Villarino, figuran en la nómina de los albañiles de la primera
hora. José M. Hortoneda en 1883 tuvo a su cargo la obra de la Sociedad Española (Salón de Actos y
Secretaría). Don Juan Maini se estableció en 1904 y se ofreció como maestro constructor. Parte de
la Iglesia es obra suya.
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CAPÍTULO XXXVII
(FOTO, página 507)
1. COSTUMBRES OLVIDADAS.
Las fogatas de San Juan y San Pedro. La festividad de San Roque.
Noches de plaza. Las romerías. Las cédulas de San Juan. El luto. La
rezadora. Los bailes en familia. Dos recuerdos imborrables.
2. Los carnavales de antaño. Los bailes populares.
Costumbres olvidadas
El ambiente pueblerino , familiar y sano, donde todos se conocían desde pequeños y hasta
estaban unidos por lazos de sangre, tenía características muy especiales . El apuro, la urgencia, la
ansiedad que muestra el hombre de hoy, llamado a vivir con otras necesidades, algunas
ficticiamente creadas con sentido comercial, no eran corrientes en ese San carlos de las
Acollaradas, sin caminos y abiertos al exterior, solamente, por las paralelas de acero ferrocarril.
Las costumbres eran sencillas, austeras y convencionales.
Un pueblo de campo, crecido al borde mismo de los trigales, con una estructura artesanal para
servirlo (Carpinterías, herrerías, talabarterías, talleres,etc.). Y como tal, caja de resonancia de sus
formas de vidas, de sus creencias, de sus expectativas.
Una sociedad cerrada, si se quiere, donde las diferencias de rango se acentuaban, aunque la
comunicación era fluida y permanente.
La niñez tuvo todo un tiempo que fue suyo. Que fue de niñez sin deformaciones y dentro de un
régimen que le imponía reglas precisas de comportamiento. Fue dueña de los juegos y de las
travesuras. Las fogatas para San Juan y San Pedro constituían una fiesta y se encendían por
doquier. En todas las esquinas se juntaban material para quemar, ramas secas, cartones,
neumáticos, trapos viejos, pastos, y al caerla tarde la quema congregaba al barrio en un festín
pagano de gritos y de llamas que, subiendo en largas lenguas rojas, pretendían alumbrar la noche.
El barrio de “La Angelita” formado en torno a la panadería del mismo nombre de los Méndez
Jarén, había congregado una numerosa “barra” de muchachos que se entretenían de mil maneras,
haciendo de la esquina una especie de club callejero.
San Juan y San Pedro tenía para ellos, como también lo tenía para los chiquillines de todos los
barrios, una obligada celebración y la hacían procurando darle al acto el mayor brillo posible, para
que esa fogata, fuera la más grande, la más importante.
Carlos Méndez Jarén recordaba con nostalgia en las páginas de las Revista “Estudiantes” esos
momentos felices junto a los amigos de la infancia, queriendo rescatar del olvido una costumbre
tan de aquellos días. Y desgranaba estos versos que tenían la música grabada en su corazón:
“Viva San Pedro y San Pablo
y viva también San Juan.
En San Juan habrá fogatas.
San Pedro el Judas tendrá.
Quemaremos el muñeco
con sus cohetes voladores
de alegre chisporrotear…
y al reunirnos gozosos,
siguiendo la tradición
que aprendimos siendo niños,
volveremos a cantar,
sin rencores ni egoísmos
y así dirá el corazón:
San Juan, San Pedro y San Pablo:
Noches de recordar.
“Esa noche, cuenta Carlos , colgado en la ochava, haciendo cruz con la esquina, estaba el muñeco.
Cómico, burdo, pero a nosotros nos pareció perfecto.”
“Era toda una obra de arte. Y a modo de epitafio, nos sigue diciendo, rezaba un cartelito:
Ya no hay nadie de aquellos juveniles y animosos vecinos de “La Angelita”. Los muchachos de la
barra, el Pato, checho, el rengo Manuel y su carretilla… Aunque la panadería sigue abierta como si
los estuviera esperando. ¿ Y si volviéramos a encender una fogata para San Juan y San Pedro, no
regresarían por el sendero que dibuja el humo, hasta el borde mismo de las lágrimas?
Sea un recuerdo cariñoso para Luis Morena, mi suegro, que inició a mis hijos en esta celebración
llenándoles de inolvidable alegría.
La colectividad italiana proveniente del sur de la península, dedicada en su mayor parte al trabajo
de la tierra y a la producción hortícola, tenía devoción por San Roque. Por eso cada 16 de agosto
una comisión especial le organizaba la fiesta requiriendo la colaboración del vecindario que lo
hacía con gusto.
Se celebraban misas en la Parroquia y el venerado santo acompañado de su perro, recorría las
calles alrededor de las plazas entre vivas, estruendo de bombas y fuegos de artificios de
multicolores. La Banda de Música les acompañaba con su habitual sentido del humor, de la gracia
de la alegría.
En pan de San Roque era otro de los atractivos que interesaba a la multitud que acompañaban con
religiosidad a los italianos. Con la desaparcicion de los viejos inmigrantes, la fiesta no es nada más
que recordación del Santoral, ha perdido su brillo todo su boato ue alguna vez lució
magníficamente. Los decendientes, que no siguieron a los mayores en su ocupación de quinteros ,
en un desarraigo que como pueblo nos pesa, tampoco mantuvieron el culto a San Roque en la
forma acostumbrada.
Otra costumbre de aquellos años fue la retreta de la Plaza Alsina. Allí, sobre el escenario levantado
en su centro, que hoy sirve de base al Monumento a la Madre, la orquesta animaba a la tarde con
música alegre y variada. Las niñas de la sociedad paseaban por lo general en familia y , los mozos,
no tan atrevidos como ahora, pero enamorados como siempre, aguardaban ese paso con la mejor
sonrisa, con la más tierna mirada. Fue el antecedente de lo que luego llamaríamos con un nombre
más vulgar y hasta grotesco, “la vuelta del perro”.
La plaza cedió con los años su lugar a la avenida San Martin en un trayecto de dos cuadras, nada
más. La juventud se adueño de centro de la calle y paseaba de ida y vuelta, en giros incontables,
mientras Vox-Pópuli por sus altoparlantes le ponía música y comentarios al atardecer bolivarense.
Hasta en un momento dado una ordenanza municipal la hizo calle peatonal en las horas de paseo
y días feriados.
Después por esos caprichos inexplicables de la moda se comenzó a transitar por la vereda entre la
“Librería del Globo y Tienda Blanco y Negro”, que aún lucía sus vidrieras iluminadas. La esquina de
Salvador Bocchieri y Cía., luego Record, era un punto de reunión para los jóvenes, una posta
urbana, para gozar del hermoso atractivo de ver pasar lo mejor de la belleza lugareña.
Un día todo esto cesó, tal vez porque el contacto se hizo cada vez más frecuente y menos formal
entre los jóvenes, sin esa carga de consideraciones y respeto que la época del almidón y las
camisas blancas imponían, encontrando otros lugares donde el trato se hacía más abierto y franco.
Un seminario de la época pasada- 7 de febrero de 1920- hace la nota social en sus páginas de la
siguiente manera: “el jueves por la noche con motivo de la retreta de la Plaza Alsina, se vio este
paseo concurrido por numerosas familias. El carnet de nuestro cronista anota como asistentes las
que siguen: Goiriena, Martínez, Tuya, Gagliardi, Courlet, Queipo, Cieza, Gómez, Faucheux, Woll
Valdéz, Montes Dhers, Klappenbach, Carminatti, Cein, Labandeira, Aranguren, Alcain, Gianinni,
Colombo, Sagasti, Iñarra, Urrutia, Gamundi, Blasco, Cáceres, Pisano, Artola, Yorio, Valeinoto,
Castex, Gallegos, Etcharán, Soulé, Ponce, Gutierrez, Kidd, Yanuzzi, Cetrá, Gonzalez, Terrile, Bianchi,
García, Benguria, Del Hoyo, Sanchez, Jaureguizar, Apestegui, Lofrano, Pirotta, Guitart, Tasistro
Perini, Fernandez, Uría, Cascante, Rago, Vidal, Funes, Alzueta, Suñol, Olivera, Pagés, Chorén, Rossi,
Eldridge.
El paseo en la actualidad se hace en automóvil. La calle toma animaciones en las tardes estivales,
pero aquel sabor añejo del pasar repetidas veces por un mismo lugar, para engarzar al vuelo una
mirada, un gesto de complacencia, a caso una velada insinuación, está, irremediablemente,
perdido.
Las Romerías
El inmigrante trajo su pasión por la vida, su amor al trabajo y la música en su corazón. Al llegar a
nuestras tierras trató de adaptarse a lo que el medio le ofrecía, pero sin dejar de mostrar lo suyo,
sus costumbres, sus creencias, y las canciones aprendidas desde la cuna. Por eso no es de extrañar
que tanto españoles, italianos y franceses, por citar a los más numerosos que afincaron en Bolivar,
buscaran agruparse como forma de ayudarse y complementarse en sus múltiples necesidades, tan
lejos como estaban de La Madre Patria. Lograda esa asociación de propósitos y de ideas se
volcaron a celebrar sus fiestas típicas con el fervor de la sangre latina que danzaba en las venas.
Así nacen las romerías, que en San Carlos, tuvo a la colectividad española como principal
organizadora. Ya no son los romeros que van por los caminos rumbo al santuario de la Virgen
venerada. Pero igualmente mantienen esa religiosidad íntima, aunque el destino que los lleva
ahora es la diversión, el goce de cantar y bailar como en la aldea natal entre peñascos ríspidos y
encinas centenarias, trastocados en una verde llanura de pastos altos.
Las primeras romerías españolas tuvieron lugar antes del fin del siglo en la conocida Quinta de
Sánchez ubicada en la terminación de la calle Dorrego sobre la avda. 9 de julio, donde una puerta
doble de hierro, como otrora, indica la entrada. Del patio de la casa quinta se habían quitado
varios árboles para dar lugar a una pista de baile espaciosa al aire libre.
Después los españoles habilitarían el famoso Prado, que constituía toda la manzana junto con el
Teatro Coliseo y el edificio de la Secretaria de la entidad. Los bailes eran populares, se alquilaban
carpas para juegos y entretenimiento, con amplio apoyo de la población.
Se contrataban juegos de gaiteros, rondallas y dulzainas que le daban a la fiesta ese acento
tradicional de la hispanidad. Incorporándose a las danzas jóvenes vestidos a la usanza de las
regiones de España. Los músicos ofrecían los pasa calles, que consistía en recorrer las calles
principales del pueblo al son de sus instrumentos, ejecutando marchas, que desertaban el interés
general.
En marzo de 1941 los martilleros Félix Marina y D. Jacinto Mainieri vendieron por cuenta de la
Sociedad Española 5.830 metros cuadrados de superficie dentro del mencionado predio. Se
adjudicaron 26 lotes en la suma total de $34.490 fue el acta de defunción para otra costumbre
nuestra.
Para la festividad de San Juan las familias se reunían en el hogar con sus amigos, donde los
solteros y solteras eran convocados al juego. Las cédulas se sorteaban de modo tal de formar
parejas. Entre risas y bromas, alguna vez el azar inició un romance y otras veces, el diablo,
complicó las cosas como para hacer ciertas las esperanzas de una niña novia. Los diarios le daban
ubicación a estas cédulas sus resultados eran muy comentados y también festejados sin ningún
atisbo de malicia.
El periódico El Popular de Mallol y Acevedo publicó en el año 1941 una cédula enviada por una
lectora que muy románticamente firmaba Margarita Gauthier. He aquí su reproducción: Lidia A.
Méndez Jarén - Luis Mazzuco; N. Mosca – José Berride; Elsa Chorén – Matías Val; Juantira Abad –
Lorenzo Carregal; Ñata Zaccardi- José Maria González; Ñefer Perez Marzo- Adhemar Jaime;
Yolanda Marchione- Miguel A. Sarrasín; D. Viscay- Juan José Bozzano; Emilia Terrile-
SaturninoTorío; María Sugobono- Juan C. Belén; C. Apesteguía- Angel Falcón; Juana Nuñez- Angel
Quellos; Monserrat Gómez- Alcides Acuña; Ana Wocihenko- Enrique Villanueva; Dora Manrique-
Enrique Rolla; Mabel Colombo- Agapito Rueda; Rolanda Fiorentino- Carlos Campo.
El luto
Frente a la dolorosa y siempre desgarrante presencia de la muerte, se imponía el uso del luto. El
hogar tocado por la desgracia debía afrontar un largo período de duelo. Las mujeres vestían
entonces de negro y guardaban un recogimiento casi monacal, encerradas en sus aposentos y
alejadas, como el fraile de la Vida Retirada, del mundanal ruido. Los hombres usaban corbata
negra y un brazalete negro sobre la manga del saco, como signos distintivos del estado espiritual
que los embargaba por la pérdida de un ser querido. Había como un código de usos que era
observado solemnemente. Por los padres se guardaba dos años de riguroso luto. Por los abuelos y
hermanos, un año. Por tíos y primos seis meses. La prohibición contemplaba no asistir a bailes ni
usar alhajas. El hombre se deshacía tempranamente de esos compromisos por la necesidad de
estar fuera de la casa cumpliendo con sus obligaciones laborales y de relación. La mujer lo sufría
con mayor rigidez. El luto es otra de las cosas que la modernidad ha dejado solemnemente para el
recuerdo.
La rezadora
Yo conocí siendo niño a la última rezadora de mi pueblo. Una mujer de aspecto fantasmal,
rigurosamente vestida de negro de pies a cabeza, y sobre ésta una cofia también negra.
Muy delgada, con un rostro pequeño y anguloso surcado por numerosas arrugas, que pintaba en
forma desmedida, hasta grotesca. Caminaba a pasos muy lentos, erguida, con nadie se detenía en
su andar. Su oficio era rezar en los velorios y hasta si se ofrecía, llorar (Algo que las viejas
costumbres aceptaban con normalidad). Tal vez su nombre fuera Carlota, puedo olvidarme de ello,
pero recuerdo sí, con fidelidad y asombro, todavía, la viva impresión, que esta buena mujer de
pueblo, me causaba por su habitual profesionalidad: rezadora.
Otra nota muy singular del espíritu festivo de San Carlos la daba el baile. Eran tan numerosos y
concurridos que nos ganamos el justiciero título de “Villa Milonga”.
El campo a través de las instituciones deportivas o bien sus comisiones cooperadoras escolares,
hicieron del baile un medio de obtener fondos, ocupando el calendario anual en su totalidad.
Algunos lugares se hicieron más famosos que otros, aunque las barriadas rurales brindaron
entusiasta aporte a cada llamado, cualquiera fuera su promotor.
En la ciudad, Empleados de Comercio e Independiente rivalizaban en la danza, tanto o más, como
lo hacían en el campo de juego. El Club de la Av. Lavalle usaba la cancha de pelota para sus
reuniones y muy ingeniosamente se había fabricado un piso de madera, desarmable, que era
colocado en cada oportunidad que se requería. El club Alem usó las instalaciones de la Sociedad
Italiana, hasta que pudo reencontrarse con su sede social a nuevo. Argentino, inquilino de la
Sociedad Española, hacía sus bailes en el local contiguo al actual cine avenida. Mientras que
Talleres, después de que dejo el galpón de los Tocci, se refugió en San Martin y Rivadavia, donde la
juventud ferroviaria, tuvo momentos muy lindos al compas de los ritmos que la moda imponía.
Pero la nota distintiva, que marcaba una costumbre, una modalidad ya desaparecida, era que las
madres acompañaban a sus hijas y “planchaban” pacientemente durante las horas de diversión,
para retirarse con las hijas, bien a cubierto de cualquiera osada pretensión donjuanesca.
Las jóvenes de estos tiempos salen solas a edades muy tempranas y vuelven también por sus
medios, sin aquella vigilancia maternal que las protegía de cualquier locura impensada.
Eran bailes de familias. Algo que también pasó.
De aquellos bailes de Empleados de Comercio, bulliciosos, alegres y con la gente más calificada de
la localidad, guardo dos recuerdos imborrables.
El primero de ellos una noche en que la orquesta del maestro Sangrígoli, a la que estaba unido por
sólidos afectos, como lo estaba con el maestro Virgilio Rossi por las actuaciones de mi padre, puso
en ejecución una pieza musical muy de moda referida a los Bomberos.
En un momento dado al cantar aquello “de que hay que apagar el fuego”, se hizo un corte de luz y
el fuego apareció de pronto sobre el escenario.
La música seguía y la cancha de pelota, cubierta la pista de bailarines, entre sorprendidos estos, y
con algo de miedo era un canto a la vida.
Algunos jóvenes, entre los que me encontraba, aparecimos con aparatos mata fuegos y corriendo
por el sare mojábamos el incendio y a los bailarines. Fue algo impactante. Magnífico. (Lógicamente
preparado en secreto y de antemano).
“Garbanzo” López
Fue una noche de carnaval. El baile era un éxito pleno. Eliseo López, el popular “garbanzo” era el
bastonero.
A su impulso, a la magia de su simpatía, se movía el grupo. De pronto, se escuchan los compases
de la conga de Jarusco. Nadie quedó sin pareja. Todos salen a bailar. Es la locura. La fiesta vivida
con sana alegría, pero intensamente.
Garbanzo va adelante con su pareja y detrás se van encolumnando los demás. De pronto deja el
escenario y marcha hacia la calle. La orquesta también baja y lo sigue. La caravana, siempre
bailando toma la Avda. Lavalle hasta San Martín luego llega hasta el monumento a San Martín, lo
rodea y regresa. No hubo interrupción orquesta y bailarines, cada uno en lo suyo, completaron un
circuito callejero llevados por la música, como si tuvieran alas. Nunca más vi, ni participé de cosa
igual. Mi emocionado recuerdo para Garbanzo, un tipo humano excepcional. Un amigo cabal que
hizo de su vida una fiesta y que por donde anduvo dejó las huellas profundas de su sincera
amistad.
Junto a él, y para esos tiempos, lució como un gran animador de los bailes, un viajante de apellido
Stagione. Capaz de cantar, bailar, disfrazarse. Era dueño de un carácter formidable y de una gracia
inimitable. Nombrarlos, con mi mayor cariño, es un acto de justicia.
El Carnaval, festival pagano que rinde culto al Dios Momo, tuvo en el vida de los pueblos de
campaña como el nuestro una motivación muy especial y su celebración era esperada con alegría y
mucha expectativa.
Las tareas rurales ocupaban a la población la mayor parte del año, pues el trabajo era
rudimentario y sacrificado.
Los caminos de tierra con sus profundos baches eran intransitables, por lo que la actividad social
del hombre de campo se reservaba para fechas clásicas en su calendario. Entonces sí, la
convocatoria era por todos aceptada.
Las romerías estivales, con bandas de música, gaiteros y rondallas, con sus tradicionales pasa-
calles y los carnavales gozaban del franco apoyo popular.
Entonces San Carlos era una fiesta. Carruajes adornados, profusión de máscaras, comparsas
multicolores, las bullangueras murgas aparecían como al llamado de un clarín prodigioso para
alegría de grandes y chicos.
Se jugaba con serpentinas, con papel picado, con flores.
Es que en esos tiempos la galantería del hombre y la gracia de la mujer iban unidos en un hermoso
juego picaresco, travieso, casi antesala del amor.
Y la escena final, trágica y sublime, la que abría de dar cierre al encanto y la fantasía de tantas
noches de ensoñación y misterios, entre divertidas máscaras que escondían rostros inimaginados,
era la quema del “muñeco”. El Dios se rendía ante el fuego tal vez para purificar su alma entregada
al diablo en el festejo que siempre dejaba abierta la puerta al pecado, como una posibilidad cierta
ante tanto desvarío, ante tanta locura.
Entonces aparecía el Gran Maestro, el sacerdote del Rito Banal, dispuesto a cumplir con la
ceremonia que un código no escrito establecía. Por muchos años fue don Enrique Méndez Jarén el
organizador de ese trascendente acto. Locuaz, de contagiosa alegría, se expresaba con ampulosos
gestos y pronto ganaba la simpatía de los presentes. No había reunión donde no fuera invitado.
Don Enrique fue figura de ese Bolívar de antaño, con su ancha sonrisa de hombre bueno, tal vez de
ensayar mímica al compás de sus ocurrencias, muy festejadas y divertidas.
Don Enrique habría de tener en don Pablo V. Volpe un digno sucesor.
El inquieto vecino del barrio de La Rural, también supo de organizar carnavales y de quemar
muñecos, en jornadas de imborrable recuerdo.
El Testamento
La costumbre señalaba que el “Judas” hacia entrega de sus bienes terrenales a personas del
pueblo y eso servía para que se le leyera entonces el testamento; una pieza grotesca, de jocosa
intención y de general complacencia dentro de las reglas del juego que el carnaval imponía.
El 1º de marzo de 1925 don Enrique Méndez Jarén megáfono en mano leía ante una multitud la
última voluntad de quien fuera condenado a morir, como Juan de Arco en la hoguera.
Las referencias son siempre hechas nombrando a los personajes màs notorios del pueblo. El
Comisionado que lo era el escribano Cobeñas, Agapito (don Agapito Fernández el funebrero)
Victorio, (Don Victorio Campo) Ignatti (electricista) Juárez (Director de la orquesta), don Arturo
(Santa María) don Rogelio (Solís) Hunter (Gerente del Banco de la Pcia) Milani (del Banco Nación),
etc.
El carnaval daba lugar a bailes sociales que por lo general eran organizados por la Comisión de
Festejos de ese año. Los había de dos categorías: los oficiales, con invitación, que se realizaban en
la planta alta de la Municipalidad o en algún club tradicional y los populares. Estos tenían su sede
en el Cine Select casi permanentemente y en el lenguaje de la calle se los llamó “baile de las
pulgas”.
También ocuparon la pista al aire libre del Prado Español y el Luna Park un recinto amplio y
cubierto sobre la Av. Belgrano y Urquiza.
Allí, una noche de carnaval, vestida con la inocencia candorosa de una colegiala, fue herida de
muerte una mujer de la mala vida. Su apodo había trascendido casi como una leyenda. Le
llamaban “la leona”.
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CAPITULO XXXVIII
1. VECINOS EN LA HISTORIA
Don Loreto Moyano – su entrevista con el Gral. Mitre – Doña Justa
Raninqueo – Don Rufino Viere – Don Federico Dozo – Don Pedro A. Duval –
Don Antonio Lautre – Dr. Carlos Salvador Daroqui – Dr. Pedro Vignau.
2. Marcelino B. Soulé de Bolívar a Washington al manso andar de dos caballos criollos. Los
cinco grandes olvidados.
3. PERSONAJES SIN HISTORIA
Serapio Gómez – La Pasuca – Serafin – El loco Cañas – La Picirila –
Otros.
Tarufi el perro del pueblo. Carlos Alomar.
Vecinos en la historia
Detrás de la “Quinta de Pueyrredón” vivía muy modestamente don Loreto Moyano, cargado de
años y de gloria. Por más que muy pocos conocían en verdad todo el andar de este guerrero que
sirvió a la patria por cuarenta años y una yapa.
El padrón electoral del Distrito Militar 21 que integraba Bolívar le había adjudicado el Nº 1. Había
nacido en el pueblo de Loreto, Provincia de Santiago del Estero, el 15 de agosto de 1820. Murió en
San Carlos en 1923, es decir a los 103 años.
Cuentan las crónicas que don Loreto salía de su rancho para las fiestas patrias y bien temprano
estaba en la plaza del pueblo para saludar a la bandera y entonar las estrofas del Himno Nacional.
A los 20 años se enroló en el Ejército, por lo que podemos decir con propiedad que no hubo
entrevero que no lo contara como protagonista.
En la guerra del Paraguay formó parte del batallón San Luis que se batió en Estero, Bellaco y
Boquerón. Aquí recibió las primeras heridas en su curtido cuero que registraría más de 24
cicatrices.
También estuvo en Cepeda y Pavón y participó en la Expedición al Río Negro en el Batallón “Nueva
Creación”.
Su vivir fue servir a la patria. Fue dado de baja cuando estaba bajo las órdenes del Gral. Reynolds.
Recién en 1916 consiguió una pensión para aliviar su estrechez económica.
Tantas veces refirió don Loreto que había sido asistente del Gral. Mitre en la Guerra del Paraguay,
que un caracterizado vecino lo llevó a presencia de éste en su casona de Florida y San Martín,
desde donde dirigía “La Nación”.
Don Loreto al ver a su viejo Jefe se cuadró militarmente y lo saludó –Buenos días mi general-.
Mitre que lo reconoció le contestó –Loreto, tú por aquí y abrazó a su recordado soldado-.
Luego lo invitó a sentarse y Moyano, fiel a su ejercito militar le dijo: “Un soldado no debe sentarse
cuando su General está de pié…
Nuestra ciudad albergó desde pequeña y hasta su muerte a Justa Raninqueo, nieta del célebre
cacique. Había nacido en General Acha el 19 de julio de 1884, hija de Juan Raninqueo que a su vez
era hijo de Andrés.
Aquí hasta avanzada edad se ocupó en tareas de servicio doméstico, cumpliendo funciones en
casa de familia y haciendo lavados de ropa “para afuera”.
Alguna vez proclamó ser nieta de cacique y sucesora con derechos a campos en La Verde. Alguien
habría sonreído con malicia, pensando en una mentira de la anciana o en un estado virtual se
senilidad.
Fue madre de tres hijos y vivió una limpia y humilde ancianidad, llena de afectos y de recuerdos.
Llegó a San Carlos con el contingente fundador como oficial de la policía. Fue un vecino que gozó
de gran predicamento moral siendo llamado para cubrir los más diversos cargos. Fue Intendente
Municipal en el año 1893, también Presidente del honorable Concejo Deliberante, Juez de Paz,
Jefe de la Oficina de Correos y durante 25 años, con algunas interrupciones. Comisario de Policía.
En sus últimos años fue Valuador de Rentas, brillando por su espíritu de justicia. Falleció el 10 de
mayo de 1908. Casi por treinta años asistió a todo el acontecer pueblerino y trabajó por su
progreso. Es como para no olvidarlo.
Lo ubicamos como Intendente en el año 1887 y también como martillero publicó antes del siglo
con instalaciones para el ejercicio profesional. Incursionó brevemente por el periodismo y fue un
apasionado de su pueblo, el apellido Dozo habría de continuarse en sus hijos, recordando a uno de
ellos. Ismael, autor de numerosos poemas que registraron los periódicos de entonces.
Su fallecimiento data del año 1904. Tenía nada más que 52 años de edad y una magnífica labor
cumplida.
Una figura con méritos propios: Don Antonio Lautre llegó a San Carlos en 1880. La pampa
inconmensurable le esperaba con su canto triste y todas sus esperanzas escondidas en los pastos,
donde la tierra, madre pródiga, reclamaba la herida de la reja para abrirse en frutos abundantes y
generosos.
Intuyó las necesidades y luego las vivió de cerca, por lo que su espíritu de progreso le llevó a
instalar la primera tahona.
Allí molía el trigo que era preciso traer de otros lugares. Pero eso no lo detuvo.
Sembró asociado a don Basilio Méndez y juntos tuvieron la primera trilladora.
Tampoco se quedaría aquí, en este paso fundamental que ya había dado con todo entusiasmo,
porque en 1888 instalará el Molino que llevaría su nombre en la Av. Brown, constituyéndose en
timbre de orgullo para Bolívar y la zona.
Don Antonio tenía tiempo para todo. Por eso lo encontramos en el grupo animoso que fundó la
Sociedad Española, presidiéndola en varios ejercicios y mostrando a cada momento la solidaridad
de sus sentimientos cristianos.
Fue concejal, Juez de menores. Tuvo a su cargo la formación de la Plaza Alsina y pala en mano hizo
hoyos para plantar y cavó la tierra transportando en carretilla los arbustos que quedarían como
expresión de belleza.
Durante el ciclón de 1902 participó en C. Municipal de Socorros en forma encomiable. Actuó en la
fundación del Hospital. Cedió su casa para la instalación del Banco de la Nación Argentina y la
sucursal del Bco. de la Pcia. de Buenos Aires. Fue Vice-cónsul de España. En las vibrantes jornadas
de 1910 se jugó junto al pueblo, muy a pesar de los lazos de parentesco que le unían al “caudillo”
objeto de la ira popular. Murió en San Carlos el 17 de septiembre de 1929, estaba pobre.
Tenía 86 años. La placa colocada en el lugar donde descansan sus restos ofrecida por sus amigos,
dice: “Antonio Lautre: vidas como la tuya de labor, progreso y de altruismo, bien merecen el
homenaje de los pueblos”.
Una vida consagrada al bien y cuidado de los demás y notable aporte a los requerimientos de su
pueblo en los más diversos aspectos de su obrar, fue la del doctor Carlos Salvador Daroqui, médico
de aldea, bonachón, sacrificado, paciente, humanitario.
Su biografía dice que su padre fue don Vicente Daroqui y su madre doña Natalia López, habiendo
nacido en la capital federal el 14 de marzo de 1882.
Como estudiante alcanzaba la Presidencia del Centro
Cómo médico cumplió su juramento hipocrático, como muy poco lo han hecho. Perteneció al
Servicio del Hospital local, ejerció su dirección y también lo hizo en la Asistencia Pública Municipal.
Participó activamente en todo aquello que era una exigencia del deber, sin importarle tiempo ni
honorarios, con un sentido social que era parte de su ser.
Como periodista perteneció al equipo fundador de “Libre Examen” y después del diario “El
Radical” y más tarde fue director del periódico “Alem” que era vocero del anti personalismo
radical.
Su pluma estuvo en alto para defender sus ideales políticos y por eso mismo tuvo duros
enfrentamientos con colegas y adversarios que no le retacearon cargos y agravios.
Fue concejal por la UCR y desde la función bregó por la niñez.
A ese impulso obedece la creación de la Escuela Vespertina “Emilio Grau” en el edificio de la
Escuela Nº 1 (año 1921).
Tuvo mucho que ver con la Fundación de la Biblioteca Popular, luego Rivadavia y con el nacimiento
de la Asociación de Cultura y Fomento.
Quien esto escribe tuvo la suerte de conocerlo y tratarlo en su intimidad hogareña como un amigo
más de la casa, con la audacia y hasta diría con la confianza que los niños se toman sin que los
mayores se la otorguen.
Puedo dar fe de su sencillez, su ternura y su profundo amor a los niños. Mi hermana mayor Nelly,
era un poco el juguete travieso que descansaba en sus brazos, convirtiéndose Don Carlos en su
abuelo cariñoso y dulce.
Después me tocaría hablar en el cementerio de la ciudad al inaugurarse el mausoleo que guarda
sus restos y donde una figura en bronce lo recuerda. El alumno rendía su emocionado homenaje al
maestro, al hombre de bien que llenó un espacio muy grande del pueblo con su bondad y
altruismo. Junto a él una multitud de amigos y vecinos agradecidos cumplían con el sagrado deber
de reverenciar su memoria. Murió el 2 de enero de 1967.
Había ganado su paz con las más nobles armas que ser humano alguno pudiera esgrimir.
Había nacido en San Carlos de Bolívar el 26 de abril de 1906, su padre don Beltrán Soulé, herrador
de caballos, su madre Francisca Remau, de origen ambos francés.
Marcelino Beltrán su nombre y en la historia de su vida mucho de leyenda y de aventura, con el
broche de una gran hazaña: marchar de a caballo desde de Monumento a San Martín en su solar
nativo hasta Washington, capital de los EE.UU, de Norte América.
Marcelino hizo la escuela primaria en el Colegio de Hermanas, más tarde completaría sus estudiso
en el colegio del maestro José Aliás. Pero no estaba su fuerte en los libros. Tenía espíritu de
aventurero y ya a los once años deja su casa por primera vez.
Aparece en Arboledas, más allá de Daireaux, sirviendo de “apoyador” en un tambo.
Participa de un arreo de ganado hasta General Lamadrida y con el sabor de una alegre y divertida
travesura, regresa al hogar.
A los quince años escapa de nuevo. Esta vez a la Estancia “Los dos Rifles” de don Alfredo Peña
Unzué. Allí trabaja de domador. Entre pampa y cielo, dice en sus memorias, me fui haciendo un
hombre de provecho. Estos pocos trazos lo pintan como era. Un soñador. Un incansable oteador
de horizontes. Amante de la libertad y del paisaje campesino.
Por eso no extraña que protagonizara una gran odisea. Nada menos que unir de a caballo San
Carlos y Washington, por la ruta de Gato y Mancha.
El Intendente Municipal Dr. Miguel L. Capredoni lo estimula y le consigue dos caballos criollos. Uno
donación de Poggio y el otro de Zuberbüller. “Bolívar” y “Argentino” los llama. El 27 de julio de
1938 parte en medio de una ruidosa caravana de autoridades, amigos y vecinos. Transita todos los
caminos de América al tranco gaucho de sus fieles compañeros.
En Cali, Colombia, lo arrebata una fiebre que lo mantiene en cama. Sus caballos, al cuidado de
persona extrañas, son abandonados.
“Bolívar” muere de hambre. Argentino apenas se salva. Sus amigos poco después le regalan otro
animal al que llama “Paisa”.
En México muchos sobresaltos, sorpresas y falto de medios, llega a destino en enero de 1941.
Fue recibido por el Presidente D. Franklin D. Roosevelt en la Casa Blanca.
Muchos años después, Marcelino Soulé, compitiendo en Turismo de Carretera muere en un
accidente. Queda para siempre en el camino. Pero son caballos de hierro los que lo derriban. Tan
justo él, criollo y bolivarense. Su hazaña está en la historia.
Don José Castella, cuyo nombre lleva una calle que corre al costado norte del edificio de la ENET
Nº 1, continuación de Ignacio Rivas, escribió el 6 de octubre de 1979 al diario “La Mañana”. Titulò
la nota “Reminiscencias del Centenario” y se refirió, concretamente, a cinco personalidades de
nuestra ciudad, que en su manera de ver eran merecedores del homenaje del pueblo en
momentos de tan especial recordación.
Lamentó, entonces, que hubieran sido olvidados.
La Comisión del Centenario –que tuve el honor de presidir- se formó en octubre de 1977 y sus
primeros actos tuvieron principio de ejecución a fines de febrero de 1978. Algunos homenajes se
realizaron: Casimira Barroso, Juan Maineri, Bartolomé Mitre, Almirante Brown y José de San
Martín – nacidos de la inquietud de los vecinos que incluso donaron los bustos.
Difícil os hubiera sido en aquel instante determinar los “grandes”, como el Profesor los llamaba. Es
una tarea ímproba y siempre comprometida, porque es inevitable caer en la omisión. O lo que es
peor, en el olvido.
Al escribir estas páginas apuradas, incompletas, estuve tentado de dedicar un capítulo a esas
figuras que transitaron por San Carlos de Bolívar y los pueblos vecinos sembrando ideales,
apoyando iniciativas, trabajando por el bien común.
Preferí mencionarlas al pasar de las páginas y detenerme en ellas brevemente para destacar sus
valores más notables.
Las pocas notas biográficas agregadas, en nada alteran ese concepto.
Castellá nombraba a Juan B. Traversaro, un trabajador de gran inteligencia que derrotó al trust de
la electricidad y que permitió fundar la Cooperativa Popular. A “Miguelito Urrutia” un fino
caballero de Mira Mar, que frustrada su carrera de médico muy cerca de la meta, ejerció benévolo
y altruista “curanderismo” en la villa rural de sus mayores. A Monseñor Luis Castellá, cura párroco
de invalorable acción social. Prudencio Soto (h) maestro y propulsor de la actividad cultural del
medio donde brilló por su capacidad y hombría de bien.
Y finalmente a don José Hoya, un inquieto y vivaz Santanderino, que se constituyó en el cronista
de San Carlos, participando activamente en la creación de instituciones –como Bomberos- o
sumándose al quehacer de cuantas le pidieran su colaboración. (Rotary, La Cultural, Cámara
Comercial, Sociedad de Almaceneros, Bibliotecas, Club Bolívar Juniors, Comisiones municipales,
etc.
Justo era el homenaje pedido. Pero cuántos más se alinean junto a ellos, con parecidos valores?
Hombres del ayer y de hoy que han ganado un espacio en la consideración del pueblo?
Basilio Casariego, Melitona Laza de Sarraúa, Melchor Arruty, Alfredo Faucheux, Mariano Urrutia
(abuelo), Avelino Atucha Brian, Anastasio Arocena, Domingo Iñarra, Juan B. Salduna, Dres. José
Fabrés García, Pedro Vignau y Miguel L. Capredoni, Sr. Pedro Irigoin, Santiago Galaz, Profesores
Rodolfo Crespi y Adolfo Cancio, maestro D. Virigilio Rossi, Ingenieros Hipólito Arias y Horacio
Fernández, Micaela Marzo de Pérez, junto a ese pléyade de maestros de escuela de tan calificada
labor, fueron señalando rumbos en el hacer ciudadano.
Y hay muchos más, que hicieron su generosa entrega en la actividad profesional, religiosos,
médicos, abogados, ingenieros, escribanos, periodistas, músicos, pintores, artistas. Los hombres
del campo y aquellos otros, humildes trabajadores, siempre postergados pero presentes a la hora
del sacrificio. En un hospital, en el taller y hasta barriendo las calles. También desde la función
pública y en ejercicio de los mandatos del pueblo: en la política.
Un pueblo es la suma de esas voluntades. De muchas vidas, unas exaltadas a la consideración de la
ciudadanía, Otras, las más, pálidas y hasta oscuras, pero no por ello menos significativas a la hora
de dar o de recibir merecimientos.
No tendríamos que detenernos en una figura como la del Dr. Féliz Zaccardi, con cincuenta años en
la medicina, cumplidos en marzo de 1989?
O en una Román Tello que desde la Cámara Comercial e Industrial bregó por el progreso lugareño.
No merece un párrafo don Héctor Rubén Barrio con sus 27 años consagrados en cuerpo y alma en
la Sociedad Rural?
Acaso Urdampilleta con Salvador Carretero y Pirovano con Alfredo Martín, no son dignos de
aparecer en una nómina de “notables”?
Qué dudas tiene el lector, si de pronto y espontáneamente, es el Padre César Pascuali el que le
señala su presencia, revestida de angelical humildad. O si es mi hermano, mi querido Rvdo. Padre
Cayetano Palazzolo, el nombrado en el cálido afecto de la feligresía. ¿Por qué no las hermanas
Laura Valdéz y Elena Wagner?
Qué no decir de Miguel Angel Scenna que se afincó en San Carlos y que fechó sus innumerables
escritos y libros de historia desde Bolívar, con el orgullo de saberse integrado a una comunidad
que hizo suya por adopción?
Todavía me parece ver andar por las calles de la ciudad a Juan Carlos Grossi, cuya ausencia se
siente allí mismo donde duelen los afectos.
Hay una mujer que escribió una bella página de amor. Era enfermera, se llamaba Delia Bianchi. A
todos auxilió con sus buenos oficios de samaritana.
Delia es un nombre que traduce lo mejor del ser humano. Su vocación de servicio, la solidaridad.
¿Podría quedar fuera del bien ganado acto de recordación?
Hechos al olor de la tinta, a la fijación de los sucesos en tipos de imprenta, Don Ramón Contreras
es para nosotros el viejo maestro. La linotipo ingresó con él y desde su modesto taller hizo posible
que el pensamiento y la palabra de aquellos conductores de ayer, llegaran a un pueblo ávido de
entenderlos y con ansias de avanzar en la idea y en la acción.
Una flor es un mensaje delicado. Es el milagro de la creación hecho forma y perfume. Muchas
flores integran un jardín y multiplican la belleza. Don Benigno Faraldo, un guarda-trenes, un
español amigo de las plantas, las puso en la calle.
Las cuidó con esmero y se sintió feliz de dar a sus vecinos, que fueron sus amigos, el paisaje
renovado, como en un vivero, de los más variados colores.
“No podría quien esto escribe –humano al fin- dejarse llevar por la emoción y traer aunque sea al
pasar la imagen viva, simpática y hasta alegre, de quienes fueron sus colegas en la vida
profesional. Hombres de clara inteligencia, Dres. Juan Luis Stamboni, Horacio Gómez Iza, Rafael
Oscar Payeras y Godi Marcelo Carballo, que rindieron tributo a la tierra muy tempranamente? Y
asociarlos a esa figura patriarcal de la abogacía, el hombre capaz de calmar todas las tempestades,
el inolvidable Dr. Héctor Vaccarezza?
Finalmente séame permitido agregar dos nombres que tiene para mí el alto simbolismo del
trabajo, la honestidad, la perseverancia. Dos vidas que alguna vez dijimos desde “La Mañana” que
estaban modeladas a yunque y martillo. Son ellos Juan y Carlos Pirotta.
La vieja herrería de la calle Mitre, que les venía de herencia paterna, fue una escuela de artesanía.
Horas y horas, los hermanos Pirotta –alguna vez estuvo asociado también Ernesto – y por años,
estuvieron el aprecio y la consideración del vecindario.
Soplando el fuelle, picando rejas, construyendo carros también se hacía patria. Los Hnos. Pirotta,
la hicieron. Bolívar no puede olvidarlos.
El tema es inagotable. Las omisiones surgen entonces a raudales. Por eso este comentario a modo
de disculpa. Tal vez una segunda edición del libro pueda admitir ampliaciones y correcciones. Con
un enfoque un poco más alejado de lo que significa escribir sobre un inmenso fárrago de papeles,
libros, cartas, las que permiten vivir, para luego “historiar”, podamos cubrir ausencias y ser más
justos en la memoración de nuestros antepasados. Igualmente no será labor sin compromisos.
Serapio Gómez: Llevaba la tristeza en sus ojos, inmensamente mansos, y un cansancio viejo sobre
las espaldas dobladas. Era la diversión de los niños que le azuzaban con gritos y alguna piedra para
provocar su enojo.
Jamás peleó con nadie. No tenía maldad, sólo una infantil inocencia, acaso por una estrechez
mental, congénita que no le permitió desarrollarse intelectualmente. Dos poetas nuestros le
cantaron, Luis Mallol primero y después Camilo Pérez Risso. Su nombre tiene, por eso mismo,
destino de eternidad.
La Pasuca: Cuando joven se rendía amorosamente a su admiradores que por unas pocas monedas
conseguían sus favores de mujer liviana.
Después, gastada, sucia, descreía de todo, mendigaba pan. La calle, el habitual escenario de su
perdida, la recibía como a una vieja amiga. La pasuca le llamaban, por su paso tal vez, sin apuro y
sin rumbo. ¿Total dónde ir cuando no se tiene adónde ir? Fue la imagen del dolor y del olvido.
Serafín: “Por cuatro días locos que vamos a vivir…te tenés que divertir”, así cantaba Serafín
Garrido, el fletero, que con un destartalado carruaje de grandes ruedas, se desplazaba al mañoso
andar de sus dos jamelgos, por las calles pueblerinas.
Un persona singular y simpático. Barba espesa, una gorra cubriéndole hasta las orejas, desaliñado,
hasta sucio, pero con una permanente salida graciosa, nunca obscena.
Un piropo, a veces, y aquella pregunta que repetía cuando alguna joven cruzaba cerca de él. ¿Te
hiciste la croquiñola? Se fue gastando sin apuro, repartiendo paquetes que recibía en el ferrocarril.
Lentamente, en días opacos, grises, envuelto en esa picara alegría, que tal vez hidalgamente,
quería contagiar a sus amigos, transeúntes de un Bolívar que se fue.
Serafín otro personaje sin historia. Esta mención lo rescata del ayer.
El loco Cañas: Alto, flaco, desgarbado, caminaba adelantando sus largas piernas como en un
exagerado paso de ganso. Paseaba constantemente tratando de comunicarse con la gente.
NO era belicoso, ni agresivo. Aunque de niños nos impresionada esa forma de ser, su ampuloso
andar y su presencia que revelaba, sin duda, un mecanismo mental no del todo acorde con lo
normal. Por ello, tal vez, se le llamara “loco!.
“La Picirila”, la “Gata Negra” y hasta Dionisio que nos llegaba de Daireaux, su pueblo natal, fueron
personajes que habitaron las horas pueblerinas con sus rarezas y extravíos.
Hombres y mujeres, aparentemente sin realizaciones, que sin embardo formaron parte de nuestra
vida ciudadana. Muchos más podría recoger la crónica de estos individuos signados por la
desgracia, como aquel escribano Fernández (caldo frío), que venía de una familia bien, y que cayó
en la locura por un episodio policial de bastante notoriedad en su época. Andaba con unos pliegos
bajo el brazo levantando firmas para solicitar su rehabilitación notarial.
Algunos buenos amigos le ayudaban a pasar sus días con algo de abrigo y con comida. Cada vida,
en fin, una novela, una equivocación, un calvario, un castigo, y hasta nada. Y Pachamé?
A veces con algunas copas de más, “pechador” y protestón, pero buen hombre. En una reunión
píblica realizada en la plaza gente de Pehuajó llegó con grandes carteles que decían: Pehuajó:
Agua para que la autoridad los viera.
Entonces PAchamé, ofendido salió enojado proclamando Bolívar: VINO.
Don Luis Mallol con su fina sensibilidad de poeta se detuvo a pensar en estos personajes. Veamos
que dijo en algunas de sus estrofas sobre Serapio:
“Nadie supo jamás de dónde vino
ni quién lo trajo, ni por qué llegara.
Serapio fue su nombre. Triste nombre,
perdido entre las sombras de la nada.
Careció de apellido. Se diría
que sólo siete letras le bastaban
para sumarse al reino de los vivos,
aunque fuese en el mundo una piltrafa.
Símbolo del idiota y del inútil;
de lo que es sin espíritu y sin alma;
cruzó por la existencia como un eco:
sin hoy, y sin ayer y sin mañana”.
Carlos Alomar: Todos lo conocimos como “Carlitos”. Por más de cuarenta años – hasta fines de
1988 – Carlos Alomar cumplía con su trabajo de lustrador de zapatos en la esquina de la Librería
Del Globo.
Su presencia en el lugar no pasaba desapercibida para nadie. Siempre estaba allí cumpliendo con
su trabajo o recostado en la vidriera sobre la Avda. San Martín esperando a su clientela. Nunca
molestó al transeúnte. Era más bien callado y hasta tímido. Un muchacho grandote, de figura
desgravada pero de buenos sentimientos. El “negro” Alomar se llamó a silencio.
La esquina, cada vez más sola, está allí como esperándolo, por si acaso…
Y entre aquellos personajes sin historia porqué no nombrar a Tarufi, aunque el dueño del nombre
sea un perro?
Tarufi caminó por nuestras calles como uno de los nuestros. Con sus costumbres, sus rarezas y sus
fidelidades. Fue el perro del pueblo. El amigo de todos. Perro callejero al fina, pero dueños de una
personalidad que no parecía de perro.
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CAPITULO XXXIX
1. Anecdotario Bolivarense
Anecdotario bolivarense
El gracejo popular no descansa, como tampoco descansa su inventiva frente a personajes que
reúnen algunas características especiales, que les hacen simpáticos interesantes y protagonistas
de muchas historias. Algunas producto nada más que de la fantasía, otras, exageradas
interpretaciones de hechos intrascendentes, pero que tienen picardía o alguna gracia.
La galería de frases y anécdotas se hace interminable si uno quiere registrar tantas como son de
dominio público.
Debe bastarnos un brochazo, apenas, como para justificar que también entre nosotros hay un
historial humorístico, sentencioso, nacido al calor del diario vivir y de sus circunstancias.
Y acá estamo…camenando…
Pepe Benvenuto un trabajador que no había perdido para nada su acento itálico era uno de los
animadores, con su cálida presencia, de las reuniones habituales de Bar Suñol.
Allí llegaba Pepo, un hombre querido por todos con su figura un poco contrahecha, algo giboso, y
un sombrero de ala ancha requintado en una expresión típica de “taita” orillero.
Al verlo no faltaba quien le preguntaba con una exclamación admirativa: -Che, Pepo, que tenés
que gustas tanto a las mujeres, escondiendo, claro está en tono de burla.
Y Pepo, que de zonzo no tenía nada, le contestaba siguiéndole la broma: -No sé, será la pinta, o la
forma de caminar (que por cierto no era nada elegante). Y todos reían.
Pero la frase que pasó a la posteridad se produjo, según la versión de los amigos, de esta manera.
Nuestro vecino había ido a visitar a una mujer casada, cuando imprevistamente llegó el marido.
Pepo no tuvo tiempo de escapar y optó por esconderse en el ropero del dormitorio. El marido
engañado, en un momento, lo abrió para dejar allí su saco, encontrando a Pepo todo encogido
haciéndose el chiquito para no ser descubierto.
El hombre, con bastante enojo, dio un grito y preguntó - ¿Ud. Qué hace ahí?
- Y Pepo, muy confundido y hasta con miedo, sólo atinó a decir: “Y acá estamo…
Anecdotario bolivarense:
“EL TIGRE QUE SE FUE”: Don Andrés Ulibarri, un viejo poblador de la zona y activo comerciante,
que perteneció a la Sociedad Española entre otras instituciones, era dueño del almacén “El Tigre”
en la esquina de Balcarce y Sarmiento. Un acreditado negocio que tuvo también habilitado un
mostrador para el “coperío”.
Allí recalaba de paso don Rafael D´Alessandro, un pintor bohemio, de amables gestos y muy
trabajador.
Don Andrés le encargó en razón de esa amistad y confianza la pintara sobre la ochava bien arriba
un tigre para destacar el nombre del almacén.
Don Rafael puso su mejor ciencia, que no era poca, en el trabajo encomendado y cuanto tuvo el
tigre casi terminado, preguntó al patrón si lo quería con cadenas o sin cadenas.
Don Andrés no entendió el porqué de la pregunta pero respondió: sin cadenas, no parecerle lo
más lógico.
Al tiempo que estuvo terminada la pintura sobrevino una gran tormenta y el hermoso tigre
desapareció del frente como por arte de magia, borrado en su totalidad.
No tardó en pasar don Rafael por el negocio y Don Andrés que lo esperaba como agua en Mayo,
en el decir del gallego, le puso sus quejas con bastante fuerza.
El pintor no se inmutó. Escuchó serenamente y después contestó: “Yo le dije Don Andrés si lo
quería con cadenas o sin cadenas. Y bueno Ud. lo quiso suelto y con semejante tormenta el tigre
se asustó y se fue…
Hubo acuerdo para pintarlo de nuevo, pero atado…
El farol de Milano
Eran tiempos del Centenario de la Revolución de Mayo. Los carruajes tirados por caballos eran los
medios de transportes para una población que carecía de la mayoría de los adelantos que la
civilización da hoy a sus habitantes.
Milano era uno de esos cocheros que se ocupaban de llevar y traer pasajeros de la estación del
ferrocarril entre otros viajes.
En una oportunidad un inspector municipal observó al Sr. Milano que no llevaba faroles en su
carruaje, tal como se estilaba y tal como la ordenanza lo exigía.
Don Milano aceptó el reto, se disculpó y prometió que al día siguiente llevaría los faroles
cuestionados.
Y así fue. A la otra noche el Inspector ya más severamente increpa a Milano con estas palabras: -
No le dije Sr. Que había que llevar los faroles… -Sí, sí contesta Milano y estos que son, afirma
señalando los dos faroles que había colocado uno a cada costado de su coche.
El Inspector ya encolerizado entendiendo que era objeto de una broma, grita:
- Sr. Milano, pero prendidos, prendidos…
¡Ah, lo hubiera dicho…contestó Milano!
Mapmut, lo recuerdo con sus enormes bigotazos negros, a quien llamábamos “el turco”, tenía una
verdulería que atendía con su familia.
Era un personaje singular, pintoresco, con las características de un pueblo distinto al nuestro en
costumbres y credos.
Roberto era su hijo mayor. Un día el muchacho le hace saber al padre que había soñado un
número y que con ese número se sacarían la lotería.
Mapmut buscó el número y una vez obtenido tuvo la suerte de confirmar el sueño del hijo,
sacando un premio importante.
Por eso, pasado algún tiempo, disipadas las alegrías de esa gran sorpresa, y gastado el dinero
también, don Mapmut, cuando llegaba la noche daba de cenar a su hijo y muy cariñosamente le
decía: -Vaya Roberto, vaya dormir y soña un numerito…
El Dr. Félix Zaccardi lleva cincuenta años de vida profesional –los cumplió el 2 de marzo de 1989 –
entre nosotros. Su figura es querida, respetada y sumamente valorada por que ha sido siempre la
imagen del médico de pueblo, desinteresado, capaz y bonachón. Sin aficiones monetarias,
viviendo nada más que con lo justo.
Vencedor de vanidades, dijimos alguna vez, y profundamente humilde, a punto tal de restarle
valor a los suyo, por más que haya tenido alguna vez, caso del mal de los rastrojos, una amplia
difusión a nivel nacional.
Vamos al cuento. Un paciente había finalizado una serie de visitas y un tratamiento con resultado
favorable y se disponía a pagar, por lo tanto le dice al Dr. Zaccardi: -Espero que me diga sus
honorarios para pagarle…El médico lo mira, se toma su tiempo para pensar y con aire cansino,
como si le costara trabajo hablar, mientras sus cuentas andan por el aire, le dice: -“Y que te voy a
cobrar”.
Allí se quedaba seguro de haber hallado la cifra exacta, que va achicando paulatinamente como
queriendo ahorrarle gastos al cliente. Pero éste muy vivo y además suelto de cuerpo, vuelve a la
carga y lo detiene en sus pensamientos.
“Gracias, doctor, muchas gracias, ya me habían dicho de Ud. que era muy gaucho”, y se va sin
pagar.
Desde entonces la frase tiene ciudadanía bolivarense.
El hombre tenía una gomería bastante surtida, que no andaba mal del todo pues el trabajo no
faltaba, y una noche comenzó a arder y muy bonito.
El humo pronto invadió la zona y los vecinos llegaron presurosos para ayudar al gomero en tan
tristes circunstancias. Uno más amigo y confianzudo que otros sin saber que decir, sólo atino a
presentarse con estas palabras: -“Lindo fuego, ¿no?”
Y el comerciante le puso la rúbrica: “Lindo fuego si no se paga”… Es que el fuego había sido
provocado para cobrar un seguro y claro está que si se apagaba, la cosa no iba a salir como se
pensaba.
¡Adiós, linda!
“Nado Herrera” fue una simpática presencia en la avenida durante los paseos “sociales” de la
década del 50.
Culto, aficionado a la música clásica y amante de las rosas, buen amigo, su figura no le ayudaba,
precisamente, para andar en tren de conquistas.
Un anochecer estaba parado en la puerta de entrada del Monti Bar, mirando pasar las chicas,
Nando vio venir una muy bella que despertó su muy humana admiración y se gastó con las
mejores palabras de su repertorio. Le dijo: - Adiós, linda…
La joven se dio vuelta para agradecer el piropo y al reconocer al autor de la frase, le replicó: -
Gracias, lástima que yo no pueda decir lo mismo.
Y Nando, que no tenía nada de zonzo, muy rápidamente le contestó como para darle una lección.
–No importa, haga como, mienta…
A lo de Uri, a lo de Uri
Todavía hoy, en los carnavales, alguien lanza el grito que es como invitación: A lo de Uri, a lo de
Uri.
Tiene relación con los tiempos viejos. Al fondo de la calle Dorrego existía una gran ranchada, muy
modesta por cierto, que albergaba a la familia Uri.
Parece que para esas grandes fiestas obtenía algún permiso especial para hacer bailes populares
en ese mismo lugar.
El rancho se ponía alegre y al rojo vivo. No faltaban algunas tranzadas amorosas, ni tampoco
chicas de andar ligero, como para animar al más temeroso.
La frase refleja un hecho del pasado que formó parte de nuestras costumbres. Por eso la
recordamos.
Don Ledesma era cazador de patos. Ese, su oficio, su medio de vida. Cuentan que era de mediana
estatura, de rostro aindiado, de una sorprendente facilidad de palabra y paso vivo.
Era frecuente verlo por las calles pueblerinas, aún de tierra, con una vara larga de madera dura
sobre su hombro izquierdo y en un extremo atada su cosecha del día anterior: patos, martinetas,
perdices y hasta alguna liebre si la ocasión se daba.
Iba casa por casa y ofrecía a la venta su mercancía muy especial.
Personaje tan singular no podía pasar inadvertido para los escritores de aquel entonces y Atilano
Ortega Sanz, el creador de exitosas radio novelas, propaladas por la década del 40, donde luciera
otro bolivarense, Humberto Lopardo “Pichirica”, difundió sus cuentos. También los tomó Luis
Bernabé Natiello, otro escritor local para un anecdotario de figuras bolivarenses.
Ledesma era esperado frecuentemente en la confitería “El Aguila”, centro de la vida social del
pueblo, de amplios salones y buena concurrencia, ubicada frente a la Plaza Alsina, sobre la Av.
Alte. Brown.
En rueda de amigos, que gustosamente le pagaban la caña, don Ledesma refería sus andanzas por
las lagunas de la zona y muy especialmente por la Cabeza del Buey, donde tenía fijado su hábitat
por la gran existencia de patos silvestres.
Una vez, dijo Ledesma, me quedé sin municiones y no tuve más que valerme del ingenio, acoto.
- ¿Cómo hizo?, preguntaron los muchachos del café al unísono.
- Muy fácil, contestó. Embebí unos granos de maíz que siempre llevo en la maleta en un poco de
ginebra, que uso para los momentos fuertes y los desparramé al costado de la laguna. Al rato no
tuve más que juntar a los patos.
Se habían emborrachado y no sabían lo que hacían.
-Cuente don Ledesma la pelea con el bagre, le decían otra vez sus amigos.
Y don Ledesma, no sin antes beber de la copa que le alcanzaban y cerrando los ojos para hacer
memoria, empezaba su relato: “La caza era buena, pero los patos parece que hacen pericones…me
conocen desde lejos”.
-Como es eso don Ledesma, acaso son patos amantes del folklore preguntaba alguno con sorna.
-No, que va. Y entonces comenzaba un relato interminable de su lucha por agua y por tierra contra
un bagre que se encargaba de avisar a los patos del peligro cada vez que él tomaba puntería.
Hasta que se firmó el armisticio en estos términos:
-jurá,c aramba; que ésta es la última vez que me haces la chanchada.
-Sí, juro don Ledesma –dijo el bagre- por esta luz que me alumbra…
-bueno. Ahora te mandas a mudar del partido si no querés que te entregue a Barraza.
-¿Y quién es Barraza?, preguntó otro de los parroquianos.
El vendedor de corvinas, respondió el viejo. Y muy seriamente terminó el cuento de esta manera:
-Agarró por el bajo camino a Unzué y nunca más tuve noticias de él.
Los relatos del Viejo Ledesma, su figura desaliñada y esa bohemia entre burlona y triste que tenía
para enfrentar la vida, me recuerdan esos otros personajes grotescos, desposeídos en bienes e
intelecto, que tanta curiosidad me causaron en mi niñez.
Seres de mentes extraviadas, abandonados a su suerte, viviendo de la caridad y recogiendo
lástimas e indiferencias. Cada pueblo ha tenido el suyo.
CAPITULO XL
CASAS DE REMATES FERIAS
Servicios profesionales y algo más. Los primeros ferieros – Los de hoy.
En la vida de los pueblos, donde todo transcurre apaciblemente y dentro de límites de convivencia
de general aceptación, rindiendo tributo a la amistad y a la palabra empeñada, la casa de remates-
ferias, “el feriero” en particular, adquirió siempre especial consideración y respeto.
El hombre de campo por naturaleza corto con su expresión encontraba en el feriero un amigo
confiable, no solamente para darle en venta su producción, sino también para interiorizarle de sus
problemas personales en busca de consejo y orientación. Muchas veces era el Banco obligado. Allí
quedaban los saldos favorables y se operaba con la casa dando órdenes de pago. Y otras veces la
Casa atendía las obligaciones de sus clientes anticipadamente a cuenta de futuras remisiones. No
ha desparecido esta vieja costumbre, pero los nuevos usos han traído cambios que también han
ejercido influencia sobre esta modalidad de viejo cuño.
Hemos querido hurgar en el pasado para traer algunos nombres de los tantos que pasaron por
nuestro pueblo desde sus primeros días dedicados a tan importante función.
La documentación existente tiene sus grandes vacios y es seguro, entonces, que muy a pesar
nuestro, algunas firmas puedan escapar a la recordación que intentamos.
Digamos antes que hasta tano las casas de remates ferias no se constituyeron como tales, la
compra-venta de haciendas se hacía por la intermediación de personas que recorrían los campos
haciendo las transacciones en forma directa.
Otras veces se recorrían leguas en grandes arreos trasladando los animales a lugares de ventas
ubicados fuera de la zona.
A fines del siglo pasado, 1898, principio del actual, ya existía en San Carlos un feriero. Se llamaba
Francisco Dozo y sus instalaciones estaban frente a la estación ferroviaria en las cercanías de la
coqueta Plaza Italia, convertida en ese entonces, en un amplio “potrero”.
Tal vez tenía razón Alvaro Martínez cuando nos da la noticia de esta aparición como primera. Pero
un telegrama del Juez de Mercedes recibido en la Municipalidad de Bolívar en el año 1893 le hace
saber el Intendente que deberá proveer a ls guías solicitadas por un comprador de hacienda por
intermedio del Sr. Ramón Arriaga. Una publicación del año 1907 le da el carácter de ser el primero.
Arriaga, hombre público y de mucha figuración en ese San Carlos naciente, también aparece poco
después de Dozo en los periódicos de la época con avisos de remates. ¿Qué pasó?
Tal vez Arriaga en ese tiempo no era nada más que un intermediario sin instalaciones para
efectuar remates. Puede ser.
Avila y Faucheux es un rubro comercial que data del año 1899. En 1900 editan una Revista
Ganadera – sin duda la primera que se lanza al mercado bolivarense – imprimiéndose en la
imprenta de los Sres. Rueda y Botana que a su vez eran los responsables del Periódico “Bolívar
Ilustrado”.
Galdino Carminatti tiene su casa de remates ferias en el año 1900, a partir del tercer domingo de
noviembre.
Después será la firma Carminatti y Arriaga.
1909 marca el nacimiento de “La Ganadera”. Fue fundada el 5 de septiembre de ese año por
iniciativa del Sr. Juan B. Saduna, Pedro Salduna, Pedro Vázquez, Juan V. Erramuspe, Alejandro
Gandarias, Enrique Calac, Antonio Egaña, Mariano Jáuregui, Juan y Enrique Larregle, Fermín C.
Dufourquet y Santiago Martínez , suscribiéndose 820 acciones. Luego ingresaron como socios los
Sres. Carlos y Atilio Cánepa, Pablo Arné, Máximo Guastini, Enrique BArdini, Zoio Creado y Carlos
M. Catalá. En directorios posteriores figurarían los nombres de los señores Pedro Bedatou,
Salvador Escarrá, Juan Boughen y L. Alfredo Vaccarezza.
Sus corrales estaban al Sur, frente a las vías del ferrocarril y hoy todavía hay un barrio que lleva su
nombre, precisamente derivado de ese asentamiento comercial.
El edifico de la firma se hace construir especialmente en la Av. San Martín y Güemes, edificio que
por muchos años ocupara la sucursal del Banco Español del Río de la Plata.
Fue su martillero don Juan B. Salduna.
El mismo año 1909 se instala en San Carlos don Pablo Landó por su cuenta. Ya que con
anterioridad formó parte de la firma Wildner y Landó con muy hermosa instalaciones a quince
cuadras de la plaza principal.
Un sueco de dos metros de alto, rubi y simpático, la referencia es de don D. Jacinto Maineri, dio
remates a dos kilómetros al Sur, chacra que luego ocuparía don Abraham Medina, a la cual
llamaría Villa Laura, para dar remates (3.2.1918) su nombre Otto Wildner, Tomás Barnasthpol
sienta sus reales en Pirovano los segundos jueves de cada mes del año 1920.
Serán sucesores de “La Ganadera” Irigoin, Etecheverry y Cía., martillando para ellos don Juan B.
Salduna.
Casajús y Cía., apellido que hoy asociamos a cereales, tuvo que ver con la venta de hacienda en
Urdampilleta y Henderson. Don Juan Casajús era el encargado de las operaciones.
Y en este y venir de firmas que aparecen y desaparecen y que a poco se transforman, surge don
Pedro Bordenave.
U pintoresco personaje de la época. Pero volvamos antes del carril hacía atrás para mencionar a la
razón social Díaz y Olivares, que actuaron en 1910, conjuntamente con Paez y Faucheux, luego
Gómez Faucheux para constituirse en Adolfo F: Gómez y Cía.
Este último –lo decimos donde corresponde- caudillo del movimiento popular que dio por tierra
con el poder de las autoridades municipales tras los paros de 1910.
La Sociedad Rural
Bordenave tenía sus instalaciones sobre la Av. 9 de Julio (hoy Dr. Pedro Vignau) las que fueron
compradas después por la Sociedad Rural. Dicen que martillaba a caballo, mezclando en su
conversación dichos criollos que hacían las delicias de la gente.
Para la misma fecha se inicia don F.A. Arenarez en chacra al NE de la ciudad y que luego
continuaría Alchourrón hermanos.
Nuestros apuntes registran con anterioridad al hecho fundacional de la Sociedad Rural los
nombres Diógenes Ruiz y Fiorito Hnos. y Sambrizzi.
La entidad ruralista da su primer remate entre el 20 y 22 de octubre de 1929 y su primera
exposición, con la intervención de las siguientes casas: Eduardo Sambrizzi y Cía., para quien
martillaba don Horacio de la Serna, toda una autoridad como persona y en el ejercicio de su
profesión, experto conductor y gran cultor de nuestra tradición. D. Jacinto Maineri otra figura con
características muy especiales que interviene en las ventas. Francisco A. Arenarez, Pedro
Bordenave y don Alejandro Balsells. Este último era de Hale y martillaba para él don Orestes
Repetto. Su martillo era un rebenque maltratado a golpes sobre el carruaje que lo llevaba.
Se manejaba, además, con chistes de seguro efecto.
Otros nombres
Los de hoy
La plaza local tiene acreditadas firmas que trabajan a pleno cumpliendo cabalmente la importante
misión que les toca desempeñar.
La más antigua, si de una tradición familiar se trata, es hoy Jorge y Martín de la Serna S.R.L aunque
su constitución societaria sea de muy pocos años atrás. (13-10-1982)
Es que el fundador de la casa don Horacio de la Serna llegó a San Carlos e 1926 luego de trabajar
con la firma Lanusse y Peralta Ramos, asumiendo una sociedad con el Sr. Rudecindo Belén (h) para
representar a Fiorito Hnos. y Sambrizi y después a Eduardo Sambrizi y Cía. Procedía de Merlo y le
acompañaban su esposa Georgina Van Galderen y sus tres hijos mayores, Horacio, Jorge Manuel y
Eduardo.
Le sirvió de sede el edificio que hoy ocupa Casa Maineri y luego pasó a la vereda de enfrente en la
que fuera casa de la familia Calac y más tarde pensión Lobosco, para trasladarse a Venezuela
Olascoaga, finalmente.
El 1° de julio de 1956, ya fallecido el titular sus hijos dan origen a De la Serna Hnos. S.R.L.,
continuando en la actividad hasta el año 1986.
Don Jorge Manuel de la Serna, hábil conductor del martillo abre paso a sus hijos y ellos llevan
entonces sobre sus espaldas jóvenes un hermoso pasado familiar.
Fue la obra de un hombre dinámico, con mucha confianza en sí mismo y una voluntad de acero.
Sus comienzos los relata con mucha emoción en esas páginas evocativas que intituló “Ayer en
Bolívar”.
Empleado en a Valuación local aspira a cosas mayores.
Animado por sus amigos y hasta por martilleros de ese entonces, recuerda con mucho cariño a
don Alvaro Martínez (padre), se lanza al ruedo.
Obtuvo su matrícula de martillero público en abril de 1928 y el 11 de mayo del mismo año da su
remate de mercaderías generales en Urdampilleta.
El 7 de abril de 1930 inaugura sus ventas de haciendas en la ciudad. Había contraído matrimonio
co la Srta. Angela Cortés y le continúa un hijo: Juan Rubens y dos nietos; Juan Joaquín y Juan
Guillermo.
La muerte le sobreviene inesperadamente el 12 de marzo de 1978 en la reunión danzante de los
festejos del Centenario, y de la mejor manera posible, bailando. D. Jacinto Maineri se transformó
en Casa Maineri S.A. Es su martillo don Jorge A. Villanueva, otros de los discípulos del viejo
luchador. Un hombre joven que ha mostrado idoneidad y carácter.
Aurelio Gallo Corriente impuso un estilo en la labor comercial. Una manera de ser muy particular
que le fue dando clientela y prestigio. Viene de noble tronco. Hijo de don Rafael Gallo Corriente un
correcto hombre de trabajo y profundo conocedor de la vida del campo, sus costumbres y sus
formas de actuar.
La firma se inicia en Abril de 1953 y está compuesta la sociedad por la familia Diez, cuya cabeza
visible ha sido siempre Vicente Diez y por la familia Gallo Corriente. Con el tiempo su integració
sufrirá algunas transformaciones.
El titular de la firma y martillero, Don Aurelio Gallo, goza, de gran popularidad y es llamado
“Gallito”, un diminutivo que explica el cariño que se ha granjeado entre el campesinado.
Sobre la Av. Mariano Unzué ha levantado sus instalaciones para remates ferias, y allí congrega a su
numerosa clientela.
Su esposa, lamentablemente fallecida, era la educacionista Ana Ramos. Una hija es el furto de esa
unión y tres nietos.
Compuesta por los Sres. José A. Biscardi, Juan Carlos Biondini, Raúl Zabatoni y César A. Diez
comenzó su cometido en el rubro remates-ferias y consignaciones FERIAS DEL CENTRO. Su
apertura data del 14 de febrero de 1983. Cuatro hombre jóvenes, que hicieron escuela con Aurelio
Gallo Corriente, llevan la empresa adelante con mucho entusiasmo. Ya tienen un lugar ganado
meritoriamente en esta plaza.
Pellicioni e Irisarri
Dos hombres con mucho oficio, hechos a la labor martillera desde abajo, se unieron para fundar
un nuevo nombre comercial. Son ellos Jorge Pellicioni y Gilberto V. Irisarri.
Están instalados desde el 22 de febrero de 1988.
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CAPITULO XLI
Bolívar en el deporte:
Sus instituciones: Hay un sello distintivo del bolivarense que es la suma de entidades que
conforman su panorama deportivo social, fruto de un gran empeño individual, pero que ha
quitado empuje y significación a las instituciones como para desarrollarse con otra potencialidad y
riqueza.
Una población pequeña, en esencia, que divide esfuerzos, que parcializa voluntades y que no
aporta, como debiera, a la gran obra, donde todos los habitantes y en especial la familia y los
jóvenes, tengan cabida.
Algunas entidades, Empleado de Comercio e Independiente, tal vez por la propia rivalidad
mantenida año tras año, crecieron más a tono con lo que la ciudad esperaba de ellas.
Las otras caminan lentamente, con hermosos pergaminos, con honrosas tradiciones deportistas,
con gloriosos nombres, casi en la estrechez económica.
No dejan de cumplir por ello un papel digno dentro de a sociedad, pero lo hacen a base de grandes
esfuerzos personales y ante una generalizada despreocupación de los pobladores. Hay que
convenir que los cambios sociales, las costumbres pueblerinas dejadas de lado, los nuevos
requerimientos de la hora, han modificado ese esquema otrora. Y la diferencia se hace notoria,
hondamente perceptible.
United Friends
En 1908 nace United Friends (amigos unidos) una entidad deportiva y social que contara hasta con
la biblioteca pública. Se origina en la presencia de los empleados del FFCCSud, muchos de origen
inglés, que fieles a su historial practicaban fútbol.
Dos hombres claves de nuestro pasado histórico –que también fueron muchachos y se pusieron
los “cortos”-, don Luis Mallos y don José Hoya integraron sus primeros equipos. La entidad
desapareció sin dejar huellas de su efímera existencia,
Fundado el 1° de julio de 1912. La antigua confitería “El Aguila” le cedió sus instalaciones y allí
desarrolló el club de la camiseta azul toda una gran actividad deportiva y social. Hace unos años en
una decisión que costó muchos devaneos se resolvió vender esa esquina para levantar un
Complejo Deportivo en la Avda. Mariano Unzué. En ese amplio predio inmejorablemente ubicado,
tiene su sede social, cancha de fútbol y vestuarios, pileta de natación hermosas canchas de tenis.
Paulatinamente va concretando así un viejo sueño: la entidad al servicio de muchos y no de unos
pocos. El tiempo les dará la razón.
Fue su primer presidente el Sr. Juan Gamundi. Entre sus dirigentes sería injusto no mencionar a
don Conrado Scapellato, Luis Larregle, Joaquín Freire, Rogelio Canepare, Carlos A. Peralta, Rogelio
Otero, Pedro Peralta, Luis Terrera, Alberto Gómez, Luis Troncoso, Carlos Rodríguez, Lorenzo Frau,
Santiago Leonetti, Abel Font, José Papaleo. Y entre sus futbolistas don Luis Laureano Lanzinetti, los
hermanos Escobar, Archuby, Guichandut, Héctor Sarrat, Pedro Palomino, Lorenzo Carregal, Nelson
Tonelli, Osvaldo Cardoso, los Castro, Odilio García, José Esteban “Pepe”, Pedrito Cestona. Marcos
Solari y “Muralla” Escobar prestaron su aporte integrando el equipo Campeón del año 1931.
Club A. Argentino
Nació el 25 de mayo de 1913 y se vistió con los colores de la bandera. Su sede social estuvo en la
Avda. San Martín, edificio de la Sociedad Español, en pleno centro de la ciudad y que fuera, con
anterioridad, emplazamiento del llamado Club Social.
Su escenario deportivo lo constituyó una manzana deshabitada sobre la calle Edison, frente a la
Escuela N° 2, hoy Plaza Gral. San Martín. La característica de ese pequeño estadio es que tuvo una
tribuna techada, algo que significó un adelanto para su tiempo. Tribuna que fue destruida por el
fuego y nunca más se reconstituyó. Fue su primer presidente don Daniel Araya.
Tuvo Argentino una clase dirigente integrada por personas muy representativas en el medio, que
no canalizaron todas esas posibilidades como se les ofrecían. José Castellá, Pascual Marcovecchio,
Los hermanos Mazzuco, Carmen, Miguel y Juan Benvenuto. Don Amadeo Alegret, Isaac Mosca,
Aldo Gagliardi, F. Federico Marina, Hermengildo Caballero, Modesto Cancio, Rogelio Pascual, Juan
C. Saldarini. Su primer equipo de fútbol tuvo momentos brillantes, de gran jerarquía, con hombres
que trascendieron como José Lampón, Antonio San Martín y Alfredo González al integrar el
seleccionado liguista del año 1931.
Don Luis Deleonardis es la figura símbolo de todo ese conjunto de hombres de gran prestigio que
le acompañaron en el amor a una divisa.
Entre ellos, Agapito Pacheco, Ismael Demarchi, los ya mencionados Mazzuco y Castellá. Alfredo
Quín, Francisco Matas, Esteban Villanueva, Manuel García Goggi, “el chueco” Bozzano, Saletta,
Casas, etc.
El Club Argentino se fusionó con Bolívar Juniors y de ahí en más se llamó Argentino Juniors. Ello le
permitió concretar el sueño de la “casa propia”, anhelo al fin cumplido con una coqueta sede en la
Avda. San Martín en el barrio de “Las Acollaradas”.
“Los leandros” conforman otra de las antiguas instituciones de nuestro pueblo, con una partida de
nacimiento que dice de un alumbramiento ocurrido el 15 de abril de 1919. En la casa de don Juan
Conforte en Belgrano y Avellaneda.
Son sus colores los albiverdes y en su origen se conjugan varios apellidos para darle el impulso que
necesitó para consolidar tantos afanes. Son ellos “los Natiello”, “los Fucci”, “los Volpe”.
Tiempos heróicos y de sacrificados les tocó afrontar y nunca se perdió la línea. Competir, era la
premisa, y aún con suerte varia, Alem, formaba en los equipos de la Liga y trataba de crecer. Hoy
tiene una hermosa sede social en la Avda. Gral. Paz y si bien el fútbol gravita todavía en la masa
societaria, el billar, y el casin más precisamente, tiene muy buenos cultores, a partir de Miguel
Angel Borelli, que un día se trajo a su pueblo y a su club nada menos que un campeonato del
mundo.
Fue su primer presidente Francisco Natiello.
Muchos hombres jalonan ese andar por el fútbol, entre ellos Rogelio Tocci, Fermín Farace y
Alberto Alberici, son como el fundamento de esa tradición deportiva.
Don Luis Mazzuco, Ergasto Gómez, Miguel Volpe, Oscar Molpen, Carlos Roca, Pedro Vidal, Agripino
Anganuzzi, Angel Mosca, juan Teruel, Pablo V. Volpe, Carlos Arras, Pedro Pérez Toral, Ricardo A.
Landoni, Manuel Panaro 8h), Salvador Alabart, Ismael Chávez (capitán del 1er. Equipo), Juan
Gianico, Juan Arrechea, “Chola” Volpe, entre tantos fueron dirigentes.
Si bien esta institución ha desaparecido por su fusión con el Club Argentino, no podemos menos
que citarla ya que tuvo una vida muy intensa y ocupó un lugar preponderante en el deporte
bolivarense, no solamente con el fútbol sino también en la práctica del atletismo.
Fue fundada el 11 de julio de 1926. Fue su primer presidente el escribano Juan Carlos Grossi. Había
alcanzado a obtener su local social al comprar la cancha de pelota que fuera de D. Luis Curto en la
esquina de Alsina y Zapiola.
Sus dirigentes más fervientes de la primera hora fueron los hermanos Virgilio y Horacio Rossi.
Junto a ellos Manuel y Pedro Hernández, Pedro Peralta, escribano Miguel Sosa, Antonio Del Gesso,
Angel Rodríguez, fueron pilares de un crecimiento lamentablemente interrumpido al perder su
nombre y los colores auri-azules del Boca porteño.
Celestino Bussa, Ismael Lucero, los hermanos Medina, los hermanos Oguiza, Camilo Pérez Risso,
Juan Bautista y Luján Méndez, Enrique Polito, también los hermanos Hernández son nombres
asociados a los mejores momentos de esta querida entidad, presente ahora nada más que en el
recuerdo.
Simpática entidad nacida en una barriada que le dio vigor y permanencia, el 18 de noviembre de
1947.
Ocupó la presidencia por primera vez don Pedro Angel Urrutia y estuvo junto a él José Lucio
Marmouget. Hombres importantes y propulsores de su progreso fueron Alfredo Crespo, Rafael
Giffoni, Oscar Prada, Gabriel Checchia, Fermín Leal, Juan Antonio Villa y Rubén Antonio Bilbao.
Su equipo de primera división brilló por varios años.
Campeón en 1950,54,55 y 56 alcanzó un gran nivel que luego fue perdiendo paulatinamente por
cansancio, tal vez de sus mejores dirigentes.
En la esquina de Güemes y Urquiza El Fortín tiene sus instalaciones levantadas con mucho
sacrificio y con la colaboración casi anónima de sus vecinos y asociados,
Ella aguarda el renacer de los viejos laureles. Sus antecedentes avalan esas esperanzas.
El primer equipo
El Fortín debió militar en segunda división para aspirar al ascenso e la primera. Eso sucedió en
1948.
Fue una campaña inolvidable, llena de halagos y que consiguió su objetivo; llegar a primera.
Fueron sus héroes: Vallejos (Polo); Orlando (Pancho) y Lance (chueco); Bilbao (vasco); Isidoro
Martínez (piojo), Dionisio Leal (cabezón), Pereyra (Cartolano), Sarchione (el gato), Lopardo (Tete),
Juan Leal (finito), Delfo García Sabté (Chuli), Juan Villa (El Chueco), Santa María “Cacho” Mosca y
José María Azcoiti (vasco).
Club Social
Fue fundado el 24 de mayo de 1913. Tuvo un momento de gran brillo desarrollando la vida social,
de una época. Ocupó el edificio de dos plantas de la Av. San Martín, donde anteriormente
estuviera el muy aristocrático Hotel París, para pasar en 1937 a su inmueble, que hoy habita,
mandado a construir ex profeso.
Fueron clásicos sus bailes y sus reuniones en un sano ambiente de alegría. El Club Social reunió a
una juventud bulliciosa, no exenta de picardía, y marcó un estilo, una forma de vivir y hasta un
pensamiento político, pero abierto generosamente hacía todos los rumbos. Hoy se recupera de
cierta eclipse que detuvo su accionar y en manos de otros jóvenes, aspira a crecer sin olvidar esos
blasones atesorados en “los años locos”. Fue su primer presidente don F. Fernández Coria.
Club Buenos Aires
El Dr. José F. Fabrés presidió la primera Comisión Directiva del llamado Club Buenos Aires, fundado
el 6 de abril de 1933. Los hombres de esa hora respondían al pensamiento radical.
Un club de familias, sus tertulias bailables se caracterizaron por la distinción que le imprimieron
sus directivos y por la simpatía de sus concurrentes. Los juegos de salón y billares dieron vida a la
actividad social. Desde hace unos años juegos de salón y billares dieron vida a la actividad social.
Desde hace unos años sobre la ruta 226 el Club construyó un complejo deportivo que cuenta con
pileta de natación, cancha de tenis, de pelota a paleta, básquet y fútbol. Juan Carlos Grossi, Pedro
Viganu, Félix Zaccardi, Adolfo Bernardez cabezas, Eduardo Cieza, Amadeo Parrondo, César
Municoy, Renato Menéndez, Carlos Felice, Esteban Quibus, Héctor Carballo, Jorge Villanueva, han
pasado por las instituciones procurando el progreso de la misma. El fogón de los viernes, es una
costumbre que ostenta más de treinta años de vida y que mantiene la institución, el fuego sagrado
de la amistad, como principio.
Club Estudiantes
Enquistado en el corazón de una populosa barriada, alguna vez conocida como “de la cruza”, el
Club Social y Deportivo La Rural se hizo a la luz el 7 de febrero de 1951. Fue su primer presidente
don Vicente Caligiuri. Alquiló un amplio local a la familia Carbajo, hasta que pudo cristalizar sus
sueños de ir a la casa propia en Avda. A. Brown y Falucho. La Biblioteca María Alcira Cabrera, que
tuvo como gestor a don Pablo Volpe, recibió del club su constante apoyo y la cesión de parte de
sus instalaciones. Un gesto que no es frecuente y que la población ha agradecido como
corresponde.
CLUB 9 de Julio: En la prolongación de la calle Güemes a pocos metros de la Av. 9 de Julio, nació el
club que adoptó su nombre. Tiene salón para reuniones sociales y juego de billar. Cumple una
digna labor de apoyo barrial.
En las comunidades rurales hay ocho clubes sociales deportivos, todos son instalaciones y cancha
de fútbol. Están ubicados en Hale, Unzué, Ibarra, Villa Sanz, Paula, Mira Mar. El Veterano y Villa
Linch. Además hay 19 clubes de cooperadoras escolares en: Vallimanca, El Positivo, El Cabildo,
Campo de Cañas, Escuela Nº 20, Médanos de Robles, Paraje Avellaneda, San Andrés, Nueva
España, La Marcela, Paraje Capece, Escuela Nº 140, Paraje la 14, La Vizcaína, San Luis, Mrsiglio,
Paraje Domínguez, La Protectora y Escuela Nº 18.
Los torneos de fútbol en el campo tienen mayor interés y trascendencia que los campeonatos
organizados por la Liga local.
Otras entidades:
La historia del deporte en sus distintas manifestaciones da lugar a que se escriba un libro
completo. Aquí, a manera de homenaje, citaremos algunas instituciones que en su momento
mucho trabajaron por las disciplinas de su preferencia.
Es del año 1932. La presidía don José María Casajús y fue su vice-prsdindete D. Adhemar Jaime.
Secretario Alberto Jaime y Pro-secretario Alfredo Novara. Tesorero Sr. Rafael Barriga y Pro-
Tesoreros Sr. Elio Quellos. Vocales: Sres. Luis Andrietti, Andrés Cesteros, Jesús Rodríguez, Augusto
Rodríguez, José Dandrea y Pedro Medina.
Fundada el 22 de marzo de 1956. La Comisión directiva la integraron los Sres. Luis Galaz
(Presidente), Antolín Antoniano (Vice – presidente), Oscar Belén (secretario), Antonio Bardella
(pro-secretario) y Aldo González (tesorero).
Fue una institución de corta vida que irrumpió el escenario bolivarense en el año 1938 para la
práctica del box, ajedrez y atletismo. Tuvo en los hermanos Bissio a sus más fervorosos dirigentes.
(Juan y Atilio).
Box:
Esta actividad nucleó a los aficionados en sus mejores barriadas en instantes en que aparecía
algún crédito local o “importado” y promovía espectáculos que eran seguidos con interés. El
Boxing Club Villa del Parque fue uno de ellos.
Apareciò en el año 1942 y fue su presidente el Sr. Pedro Larregle, Pro Sixto Suárez. Vocales E.
Astudillo, Francisco Pascuet y Pedro de la Iglesia.
Tenis:
Allá por 1928 existía el Lawn Tenis en nuestra ciudad que presidia el Sr. Juan Calegari aunque
desconozco su punto de partida. Posteriormente los diarios del momento hablan del Bolívar Tenis
Club y dan como presidente al Dr. Ernesto O. Grossi. Lo cierto que la actividad tan en boga hoy, ya
tenía adeptos en el Bolívar de ayer y de ambos sexos. Precisamente en la que es hoy plaza J.
Newbery, a la entrada del Parque, la Municipalidad había construido dos canchas que había cedido
a las instituciones deportivas para su uso.
Círculo de Ajedrez
En abril de 1944 un grupo de aficionados al juego ciencia dejan constituido el Circulo de Ajedrez de
Bolívar. Hasta ese entonces los torneos tenían siempre el apoyo de la Liga Deportiva. Preside la
entidad don José Huertas y a poco andar los Sres. Salomón Ratzer, Dr. Adolfo Bernàrdez Cabezas
(capitán) y Vicente Frezza, Suplentes Luis Herrou y Rómulo Vercellone.
La entidad no resistió a los tiempos. El ajedrés vivió varias etapas, algunas de mucho silencio, otros
como intentando un resurgimiento. En la planta alta de Empleados de Comercio tenían su reducto
y se organizaron varios torneos.
Otros nombres surgieron entonces a la consideración general, entre ellos Alfredo Pietrobono
como el más capaz. Por ahora no hay actividad.
La Liga deportiva de Bolívar en su reunión del 4 de abril de 1951, a solicitud del delgado del Club
Estudiantes, resolvió crear la Federación de básquet- ball.
El escribano Héctor H. Cipriano presidente de la Liga, fue designado Presidente de la nueva
entidad, llevando como secretarios a los señores Raúl Ameglio y Edgardo N. Merlo. Todos los otros
delegados de los clubes eran vocales.
Esta creación no fue todo lo exitosa que se esperaba. Los clubes siguieron haciendo lo suyo
independientemente y el olvido mató las buenas intenciones.
Otro intento
A comienzos del año 1956 surgió la Asociación de BAsquet-ball. Fue su presidente el Dr. Oscar C.
Cabreros, secretario Héctor Fagiani y vocales Eitel García Garay y Abel Font.
Fue un momento muy lindo del básquet local con dos formaciones fuertes y muy parejas
Empleados e Independiente. La rivalidad de siempre hizo necesario traer árbitros de afuera. Lució
su capacidad en ese entonces el joven De Luca en el difícil de arbitrar. Hasta se ganó una copa
interviniendo el seleccionado en un Torneo con entidades hermanas de otras ciudades.
Lamentablemente al no existir otras instituciones comprometidas en hacer equipos el interés
decayó.
El Club Náutico
“Las Acollaradas” ese espejo de agua que dormita silenciosamente al costado de la ciudad que
crece a sus espaldas, tuvo una época de esplendor, los bolivarenses de ayer, más inteligentes y
más prácticos que los de hoy, no desaprovecharon ese regalo de la naturaleza y procuraron
encontrar fórmulas para gozar de esa maravilla de seducción y encanto. Así fue que el 6 de
septiembre de 1914 se crea el Club Náutico, destinado a facilitar la práctica deportiva en ese lugar.
El acta N° 1 establece: Reunidas las personas anotadas al margen (Francisco Venini, Tomás Bres,
Jorge Sode, Alfonso Learreta, Antonio Devito, Pascual Gizzi, Juan B. Odisio, Emilio Ausili, Nino
Gentile, Francisco Mazzei, Antonio Giffoni, Pedro Odisio) a iniciativa de los señores Bres, Odisio,
José Damiano, Venini y Manuel P. Pérez, a fin de constituir una asociación náutica establecer un
recreo en la Isla colón de la laguna Las Acollaradas, se declaró abierta la sesión a las 9,30 p.m. y se
trató lo siguiente:
1°) Se resolvió formar una asociación para fomentar el remo, etc, con asiento en Bolívar y llevará
el nombre de “Club Náutico Colón”, debiendo estar denominación confirmarse en la próxima
asamblea. (Después se llamó “Club Náutico” solamente).
La primera comisión estuvo integrada de a siguiente manera:
Presidente: Francisco Venini, Vice José Damiano; Secretario: Jorge A. Sode; Pro: Juan P. Odisio;
Tesorero: Tomás Brés; Pro- Antonio Devito; vocales Pascual, Gizzi, Manuel P. Pérez, Nino M.
Gentile, Emilio Ausili, Benito Ponte y Bartolomé Sua.
Es de precisar que el lugar era en ese entonces bastante salvaje, pues la mano del hombre aún no
se había hecho notar como hubiera correspondido. Existían dos lagunas, una llamada Colón,
donde ahora está el Colegio Nacional y Cristo Redentor y la otra Sarmiento, prácticamente
constituye la única reserva lacustre que nos queda, frente al natatorio municipal.
La Comisión comenzó con mucho entusiasmo a trabajar y logró reforestar las islas, las que
previamente fueron rellenadas y arregladas con trabajos de terraplenes, muelles y casillas, además
de construirse glorietas.
El intendente Enrique Cala hizo importantes aportes para darle a Las Acollaradas otra fisonomía y
hacer propicia la actividad de los entusiastas remeros.
El club adquirió 10 botes y los particulares arrimaron 30 botes más, lo que da una idea de la
importancia que había adquirido la institución en muy poco tiempo.
Es ilustrativo dar a conocer algunos propietarios de “naves”. Los empleados de la casa Sánchez,
Bedatou tenían una embarcación llamada “Edén” que corría regatas con sus similares.
La Sociedad Española era dueña de un bergantín a vela con el hombre de “América” y llevaba más
de 20 personas a bordo.
Los señores Devito y Gentile poseían una góndola, la “Leonardo Da Vinci”, don Ramiro Villarino era
dueño de la “Venus de Milo” refiriéndonos siempre a botes. A su vez don Francisco Venini, herrero
y funebrero del pueblo, tenía su góndola con un hermoso nombre de mujer pintado “Isolina”. Juan
Maineri como para no desmentir su esencia política, su raíz radical, puso a su embarcación el
nombre de “Alem”.
También tenían botes los ferroviarios y don Emilio Ausili se asociaba con el suyo llamado “Rina”. El
Jorge Newberry pertenecía a don Victorio Venini, y otro vecino Jaime Aime tenía un remolcador a
motor con un lanchón con capacidad para 40 personas.
Lamentablemente a tanto afán no correspondieron después ni las autoridades, que no
continuaron con su ayuda, ni el tiempo. Una larga sequia años 1917 y 1918 redujo enormemente
el caudal de las aguas, a punto de que se podía caminar por las lagunas. Eso facilitó el acceso de
gente extraña que dañó las instalaciones y las embarcaciones allí ancladas. Las que también
sufrían las acciones de los vientos y lluvias por falta de cobertizos adecuados.
1919, año de la inundación encontró al Club abandonado. Sus pocos botes existentes, acaso para
no resistirse a morir, cumplieron una heroica función con sus remeros, salvando gente y
colaborando en el desastre solidariamente.
Alguna vez se intentó reavivar las cenizas de este extinguido fuego sin éxito.
Porque a decir verdad ya ni agua nos queda.
La vieja cacha de pelota a paleta
En la esquina de Av. Alsina y Zapiola, por la puerta grande instalada en su frente se entraba al
salón bar de don Luis Curto (Don Paulino). Allí los parroquianos jugaban a las cartas y se hacían
bromas a la tradicional usanza de los vasconavarros, que en su mayoría eran los concurrentes.
A los fondos, luego de atravesar parte del salón y un patio se ingresaba a la cancha de pelota
cerrada. Fue por varios lustros un lugar de reunión de la juventud bolivarense, distrayéndose en
un juego varonil, fuerte y apasionado.
Los Curto, los últimos inquilinos de la cacha, hicieron honor al deporte y todos, Luis, Roberto,
Romeo, Héctor y Raúl, adquirieron una destreza sin igual en manejo de la paleta. Tanto que
Roberto luego de lucir los colores de Empleados de Comercio y adjudicarse algunos torneos
provinciales con la buena compañía de José Escurra y Osvaldo Cardoso, ingresó en el
profesionalismo porteño y por muchos años realizó una gran labor competitiva, hasta alcanzar un
campeonato mundial. Esta vez en compañía de su cuñado Arnoldo Olite, que también dio sus
primeros pasos en Bolívar, al igual que su hermano mayor Domingo (Vasco). La cancha tuvo varios
dueños. Don Manuel Errián Chatruc fue uno de ellos y quien construyó el techo y le dio
iluminación para jugar de noche. Después estuvo en manos de una familia García, para ser
ocupada después por los Curuchet. Este apellido tuvo resonancia en el deporte de la pelota con
dos des su integrantes muy destacados.
Fueron Alfredo (Pito) y Rogelio Curuchet. Apareció más tarde el club Bolívar Juniors comprando el
local para instalar su sede social y la cancha fue perdiendo vigencia. Luego pasó a ser depósito de
una firma comercial y finalmente la Asociación Mutual de Jubilados la hizo suya para aumentar la
capacidad de su salón de fiestas. Toda una tradición que marcha al olvido. No hace muchos se fue
don Paulino Curto, el fundador de la dinastía con esa admirable y sufrida mujer que se llamó doña
María. Se apagaron las risas de los vascos farristas y divertidos.
No arrimará por horas su sulky don Julián Ventura, tando su resignado caballo a un árbol, para
vivir dentro de la casona esos grandes desafíos que siempre provocaba con sus amigos pelotaris.
Un vasco noble, fuerte, empecinado, que llenó una época inolvidable, con un anecdotario
magnífico y chispeante.
En la reunión del 13 de abril del año 27 se le concede la afiliación al Club Bolívar Juniors y a la
reunión siguiente se inscribe al Club Comercio e Industria de Urdampilleta.
En el mes de mayo se afilia el Club Huracán en división intermedia. Y también se registrar el Club
A. Ciclista Bolívar que tenía como dirigente a Domingo Reinoso.
Se incorporan a la Federación seguidamente el Club Hale en división intermedia y el Club Villa
Sanz.
Así comienza a marchar la Federación que irá sumando instituciones deportivas en una ancha
franja del centro de la provincia.
Según las actas de la entidad el primer árbitro de fútbol en registrarse es el Sr. Orestes Rossi y le
sigue el Sr. José Martínez.
Muchos jugadores integran el grupo primero de los árbitros.
Gómez –uno de los más brillantes en ese cometido – Andrés Sarrat; José Castellá; José Mazzucco;
José Villemur, Victoriano Alvarez, Luis Sommariva y Salvador Alabart.
Tiro Federal
En agosto de 1942, la Comisión del Tiro Federal, trabajaba con ahinco en pos de la construcción
del Polígono de tiro que ya era un anhelo popular. El mayor don Oscar F. Benavídez era su
presidente y tenía a su lado al profesor Juan Pedro Curuchet Rector del Colegio Nacional que se
relevó como una entusiasta de tan importante deporte. Estaba al frente de la Municipalidad el Dr.
Miguel L. Capredoni, que hizo suyo el proyecto con el dinamismo que le caracterizaba.
Las amplias instalaciones se levantaron entonces en un costado (oeste) de Parque Municipal por
muchos años la actividad fue permanente. Las distintas comisiones organizaron importantes
encuentros y surgieron deportistas de alto nivel que nos representaron con gran valía, como el
caso del Sr. Osvaldo Stefani. Brillante tirador y activo dirigente de todos los tiempos. La noble
práctica del tiro, ha perdido, entre nosotros, entusiasmo y la institución languidece, a las espero
de tiempos mejores.
Alas Bolivarenses
Son dos las instituciones que en el orden local se manifestaron entusiastas de deporte aéreo. El
club de Planeadores y el Aero Club Bolívar con dos actividades similares, pero una sin motor y la
otra si con el auxilio motris.
La primera en nacer es el Club de Planeadores el 9 de septiembre de 1936 con el nombre de Aero
Club, denominación que deberá cambiar el 11 de octubre de 1948 en razón de disponerlo así la
entidad madre que rige este deporte, la Dirección de Aeronáutica de la Nación.
Su propulsor entusiasta fue el maestro don Luis Deleonardis que con mucha paciencia y escasos
medios materiales pudo construir el primer aparato de vuelo tipo “Alumno 35” matrícula 1
bautizado con el nombre de Pitín, en homenaje y recuerdo cariñoso a don Martín Arce que fue el
primer piloto bolivarense con brevet como tal.
La incorporación del instructor de vuelo don José Ramón Segura el 20 de Octubre de 1945, hace
que un grupo entusiasta de volovelistas comiencen sus prácticas y logren graduarse como pilotos
“B”; la Brigada del Cadimán como se les llamó la integran Abel Gandola, Gualberto Noseda, José U.
Padola, Néstor Larregle, Felipe H. Fangio, Guillermo V. Arné y Osvaldo Franchi.
Grandes deportistas ha dado la institución y en breve reseña cabe mencionar a Leonel Oscar Caro,
piloto en 1963, es quinto en un certamen nacional en 1963 y en Pehuajó, año 1968 es segundo
detrás de ese grande que fue Rodolfo Hossinger, más tarde sería tercero en otro campeonato esta
vez en Santa Rosa.
En 1966 marca un record nacional entre Bolìvar-Junín-Bolívar. Concurre como primer ayudante, a
los concursos mundiales de Texas (EE.UU), y Yugoslavia 1972.
Murió en un accidente de aviación de octubre de 1972.
Roberto Fittipaldi con Velero Categoría B resulta Campeón Nacional en Santa Rosa (La Pampa) año
1979.
Dario Lestani fue otro entusiasta volovelista de la primera hora.
El Dr. Jorge Carlos Serna aficionado al vuelo sin motor es el primer egresado del Club. Inició la
instrucción el 28 de mayo de 1948, obtuvo la categoría C el 11 de enero de 1949. Su patente
nacional de piloto de aviones sin motor le es otorgada el 16 de octubre de 1949.
Nuevas promesas surcan los cielos bolivarenses con sus silenciosas alas desplegadas. De ellas
esperamos mucho más.
La necesidad de obtener una orientación propia para el desarrollo de la actividad de vuelo con
motos, hace que el mismo grupo que trabajaba en el Campo de aviación, surja la primera Comisión
Directiva del Aero Club bolívar, puesta en funciones el 6 de agosto de 1947 y presidida por Angel
R. Vivanco, teniendo como secretario a Nicolás Papalep y como vocales al Doctor Miguel L.
Capredoni, Alberto Bonati, Antonio Fernández Gandarias y Néstor Larregle.
Esta comisión con carácter de provisoria daría luego paso a Don Rómulo Busquet Serra (Belcha)
como Presidente.
La importante presencia del instructor Sr. Alfredo Gómez Olivera, pondrá alas al empeño de los
jóvenes, y entonces sí serán muchos los que elegirán los caminos del aire, para refugiarse en las
nubes y estar más cerca del cielo.
Los primeros pilotos son de abril de 1949 y lo integran al grupo los hermanos Jaime y Roberto
Campion; Néstor Larregle, Manuel Busquet Serra, Zelmar Baisells, J. School y Mario Ferraro.
En junio de ese mismo año dos “atrevidas” damas “Pocha” Rodríguez y ElsaTóffolo recibirán sus
certificados aprobados y con ellas Nicolás Papaleo y Antonio Fernández Gandarias.
La entidad tiene ahora sus hermosas instalaciones en el campo donde se levanta la tan anhelada
pista de aviación sobre ruta de acceso norte a Bolívar y desde allí continúa, casi en silencio, una
labor intensa y siempre dispuesta a brindarse a la comunidad cuando las circunstancias la
requieren.
El 1º de marzo de 1958 se fundó el club de ciclismo y motociclismo llamado “Santa Ana”. Como
ocurre siempre fue el fruto del entusiasmo de unos pocos y hasta se pensó, que no iría más allá de
la ilusión que le daba vida, como ha pasado con tantas instituciones de este tipo. Pero San Ana,
quebró ese pesimismo, y se yergue victoriosa en su hermoso predio de 5 hectáreas, ubicado sobre
la ruta 226 a pocos metros de la ciudad. Allí levantó su complejo deportivo y realiza sus festivales.
Es un club organizado, que tiene predicamento nacional por la seriedad de sus actuaciones y en
pleno crecimiento.
En su primera hora varios nombres se asociaron al esfuerzo, el escribano Juan Carlos Turán fue
uno de ellos, Juan Carlos Bellomo, otro. Y la lista se enriquece sucesivamente con figuras como el
Dr. Hugo de la Fuente, Miguel Fuentes, Néstor Mendiburu, Emilio Stampone, Raúl Bellomo,
Fernando Cisneros, Diego Antoniano y otros.
Los aficionados a la pesca deportiva, que son muchos, tienen en la laguna San Luis un hermoso
espejo de agua que les permite dar rienda suelta a sus entusiasmos. El club de pesca “Las
Acollaradas” ha sentado allí sus reales y ha hecho realidad el sueño de la casa propia. Con mucho
sacrificio ha ido realizando comodidades y también ha obtenido para el patrimonio del Club
fracciones de tierra, cedidas por los ribereños. El Club, paciente obra de sus asociados, muestra
con orgullo sus instalaciones, allí donde el Vallimanca, detiene sus aguas, y se proyecta al futuro,
con esperanza creciente.
Su fundación arranca de una reunión realizada en el Club Empleados de Comercio el día 22 de julio
de 1959. En esa oportunidad el Sr. Raúl Mayo Montiel presidió la asamblea. Surgió una comisión
provisoria integrada por los Sres. Enrique Rolla (Presidente), Néstor Larregle (Vice), Mario Bravi
/secretario), Pedro Cestona (tesorero), vocales: Pedro Real, Pedro Aragón y Pablo T. Perfumo. La
primera comisión directiva quedó en ejercicio el 10 de agosto del mismo año, presidida siempre
por el Sr. Enrique Rolla. Otros nombres se agregaron a los ya citados, como Ergasto Gómez, César
Municoy, Horacio Hueso, Luis Butti, Francisco Sabalza y Carlos Campo.
Los colombófilos
La paloma mensajer unió en el mes de julio de 1947 a varios caracterizados vecinos del lugar, para
dar origen a la Sociedad Colombófila “Alas Bolivarenses”.
Por espacio de más de veinte años tuvo una importante actividad, plena de entusiasmo y con
varios campeonatos tanto para pichones como para adultos.
De esa camada inicial, cabe recordar a Don Benito Cabreros con su palomar “Pluma Blanca” todo
un consecuente animador de las líneas y varias veces campeón, Junto a él se destacaron Bartolo
Castelli, “Bartolito”, Héctor Funtanillas, Antonio Moreno, Miguel Spagnuolo y don Idalgelio
Giarola. La primera comisión directiva fue presidida por el Sr. Horacio Mapis, era vice-presidente
don Andrés Casquero y Secretario Efraín Chávez.
Se produce un receso, siempre hay instancias en que se hace una pausa como para tomar nuevas
fuerzas y allá por 1975 se volvió a reorganizar. Podemos decir que en nuestra ciudad se vive en
segunda etapa. Marcelo Erreca es uno de sus conductores. También están Carlos Cardoso, Alberto
Morey, Roberto Sasía, Jorge Vivas, Miguel Islas, Ubaldo Uribe, Luis Leonetti, Rudi Lalli, Oscar
Castro, con la mirada atenta de los “viejos” que quedan, como Funtanillas, asomándose al vuelo
de las valientes palomas.
La primavera de 1972 trae la savia nueva de una institución deportiva, nacida al calor de una
barriada de pueblo, en torno a la Escuela Nº 7.
Se la denomina “Las Tres Llantas” porque señala dos objetivos básicos, aunque otros más se han
incorporado a sus filas, son ellos la práctica del ciclismo y las carreras pedestres.
Sus instalaciones, levantadas con el inmenso sacrificio de sus asociados, están ubicadas en el
Barrio Villa del Carmen. Sede social amplia, canchas de bochas techadas, las más modernas de la
localidad, cancha de fútbol.
Se proyecta ahora una cancha de básquet y comodidades para la familia. Ha patrocinado
importantes premios ciclistas y también torneos de bochas, compitiendo con destacados valores
de la zona y el país.
Su Comisión Directiva está integrada por las siguientes personas: Presidente Alfredo Gargiulo, vie-
presidente Luis C. Orsetti, Secretario Néstor Alfredo Gargiullo, Pro-Secretario José A. Ischia,
tesorero Julia Herreo de Alonso, Pro-tesorero Edith O. de Gargiullo. Vocales titulares: Rogelio A.
Valdés, Omar E. Suárez, Aníbal A, Santillán, Ariel Gargiullo, Raúl Alonso y Carlos Marrese, vocales
suplentes: Roberto Peret, Rubén Zoco, Rodolfo Renna y Susana M. de Marrese.
Nuestra ciudad no podía estar ausente de esa pasión nacional que es el automovilismo y es por
eso que el 16 de noviembre de 1960 nace el Bolívar Automóvil Club, entidad civil, con el fin de
promociones el deporte de “los fierros”. Se cristaliza una vieja aspiración popular.
La reunión se hace en el Comedor Escolar, en cumplimiento a una precia citación realizada en los
diarios.
La Asamblea nombre Presidente de la misma al Sr. Enrique Delfor Busquet y secretario al Sr.
Cayetano Rubens Gallo.
De allí surge la primera Comisiòn Directiva con carácter provisoria constituyéndose de la siguiente
manera:
Presidente: Sr. Edgardo Néstor Merlo, Vicepresidente Sr. Juan Carlos Cisneros, Secretario Sr. Roold
Alberto Gandola; Pro-secretario Sr. Edgardo Rodríguez Ateca: Tesorero Sr. Rodolfo J. Martínez;
Pro-Tesoreo Sr. Juan Rubens Maineri. Vocales Sres. Juan José Garmendia, Santiago Leonetti, José
Alcorta, Eduardo H. Pato, Eliseo Pérez Risso, Atilio Laprovida, Danto José Caivano, Hugo A.
Casquero, Pascual A. Palladino, Eduaro Moretti, Alfredo Fernández, Amilcar O. Merlo, Carlos J.
Martínez, Abel Chiavari, Néstor Sánchez, Angel Bissio y Juan J. Carballo.
La entidad estableció su pista de carreras en campo arrendado a la firma Rico Hnos. realizando el
primer festival el 18 de junio de 1961.
En la actualidad su campo de deportes propio se levanta con interesantes comodidades en el
Cuartel 1º, detrás del campo que fuera ocupado por el Aero Club, a unos 2.000 metros de la ruta
226.
Por una iniciativa de los Sres. Juan g. Maineri y Jorge Deleonardis, el día 23 de marzo de 1987 se
reunieron en la sede social del Club Empleados de Comercio, un importante número de
aficionados al deporte motor, estando entre ellos Eduardo Pato, juan C. Lozano, Aroldo Bolpe,
Néstor Botet, quienes lo hicieron con el propósito de fomentar la práctica activa del Karting en
nuestra ciudad.
En una segunda reunión, con la concurrencia de más de treinta personas se procedió a
confeccionar el primer Reglamento Técnico para la futura Categoria (125 cc con caja).
La fundación
El 11 de abril de 1987 se funda la Agrupación Bolivarense de Karting que se identifica con la sigla
ABOKA.
La Comisión Directiva quedó integrada de la siguiente manera: Presidente: Sr. Juan Guillermo
Maineri. Vice-Presidente: Sr. Eduardo Pato, Secretario General Sr. Jorge Humberto Deleonardis.
Vocales Sres. Néstor Boté, Juan Carlos Lozano, Aroldo Bolpe, Ing. Raúl Carbajo y Carlos Pereyra
Guell. Revisor de cuentas Sr. Miguel Angel Villacorta.
Primera competencia:
El 20 de junio de 1987 se realizó el Primer Festival en conjunto con el Club Santa Ana
presentándose 4 máquinas de Menores y 17 en mayores. Fueron sus ganadores Diego Gayol y
Néstor Navarro, respectivamente.
Actualmente ABOKA cuenta con personería jurídica, matrícula de Asociaciones Civiles de Deportes
reconocida como entidad de Bien Público. Sus instalaciones y campo de deportes en las afueras de
la ciudad le permiten desarrollar ampliamente los fines de su creación.
Un animoso grupo de hombres amantes de la tradición y de las costumbres del campo argentino,
se han reunido para dar lugar a un Centro Tradicionalista. Sus jinetes ya han participado en
desfiles hechos fuera de la ciudad y últimamente hicieron su presentación oficial, y con buen
suceso, en la Exposición Rural de Bolívar 1990. En Los Zorzales, barrio gaucho, se ha encendido
otra llama de argentinidad.
La mayor gloria del deporte lugareño, su timbre de honor, su permanente orgullo a pesar del paso
de los años es haber obtenido el XII Campeonato de Fútbol organizado por la Asociación del Fútbol
Argentino.
Fue una patriada que comenzó, como siempre, con serias dificultades y con muchas dudas sobre
las posibilidades de ascender en la marcha de tan importante torneo.
La pregunta era ¿hasta dónde llegamos? Y la respuesta, casi tímida al principio, y por qué no hasta
el mismo momento de la final con San Juan era “hasta donde se pueda” pero sin imaginar un
triunfo tan notable, afirmado en valores reales de un fútbol que lució figuras de consideración y
que coordinó su juego de una manera insospechada.
El cuadro titular que representó a la Federación Deportiva Regional de Bolívar, ese era su nombre,
se formó con once titulares que actuaron juntos a lo largo del campeonato, sin hacer lugar a
ningún cambio, ni por lesiones, ni por rezones técnicas. Fueron ellos Antonio Gurruchuaga
(Pichón) de E. de Comercio como arquero. Marcos Solari (Independiente) y Ricardo García (Pito)
de Alem en la línea de backs; José Lampón (Argentino), Raúl Escobar (Muralla) Independiente y
Antonio San Martín (Argentino) en la llamada línea media y como delanteros Miguel Muiños
(Daireaux), José Antonio Junquera (Cotono) de E. de Comercio y capitán Alfredo González
(Gonzalito) de Argentino, Ramón Paraja de E. de Comercio y Gabino Arregui de Empleados
Suplentes fueron nombrados: José Álvarez (Paisano) como arquero, Pedro Cabreros, josé F.
Orlando, Alfredo Serrat, Ismael Toulouse, Juan Rodríguez Miranda, Oscar Escobar, Bernardo
Lamarque, Pedro Hernández, Angel Flacón, Rafael di Mayo y Rogelio Ortíz.
Los partidos
Con la Liga Azuleña de Fútbol – 1 a 0- gol de Alfredo González. Con las Asociación de Fútbol de Las
Flores 4 a 2 – goles de Junquera, R. Paraja, Arregui y M. Muiños. Con la Asoc. Balcarceña de Fútbol
– 6 a 1 – goles de Arregui (2) González Paraja (29 y Muiños.
Con la Asoc. Pampeana (Gral. Pico) – 5 a 2- goles de Ramón Paraja (4) y Gabino Arregui.
Con la Asoc. de Fútbol Liga del Sur (Bahía Blanca). Ya en la semifinal del torneo triunfo de Bolívar
por 3 a 1 con goles de Paraja, Muiños y Arregui.
Con la Liga Sanjuanina de Fútbol, partido final jugando el 6 de diciembre de 1931 en la capital
federal, 1 a 0, con gol de Ramón Paraja.
Total de goles a favor 20 y seis en contra (6).
Fueron los artilleros: Ramón Paraja (9); Gabino Arregui (5); miguel Muiños (3), Alfredo González (2)
y José A. Junquera (1).
Clubes afiliados:
Consejo Directivo:
Sea como homenaje a tan valiosa conquista la mención de los dirigentes que tuvieron a su cargo
la conducción de tan magna empresa deportiva; Presidente Sr. Marcelino Arce; Vice-Presidente Sr.
Rafael Hernaández, Secretario Miguel V. Natiello, Pro- Escribano Juan Carlos Grossi, tesorero Sr.
Demetrio Tabolaro Gil; Gamberoni (reemplazó Carmen Benvenuto) Olmes Lanzoni; Pascual
Sarchiones, Horacio A. Orofino.
Revisores de Cuentas: Sr. José Foco (titular), Sr. Román Vigil (suplente). Delegado ante la
Confederación de Fútbol Dr. Simón B. Ichazo, Secretario Gerente Sr. Casimiro Cabreros.
El equipo seleccionado de la Liga Deportiva de Bolívar cumplió en el año 1962 una lucida campaña.
Por muchas razones esa formación reunió características tan especiales que una vez más el pueblo
se movilizó tras de él y le prestó su incondicional apoyo.
Hoy se recuerda con mucho cariño a sus hombres que consiguieron una amalgama tal en calidad
futbolística y humana que no se ha vuelto a dar.
En un partido de muy cambiantes situaciones Bolívar quedó eliminado del Campeonato Argentino
frente a Bahía Blanca como visitante. Se perdió 2 a 1 en un final de epopeya donde el empate
estuvo muy cerca de concretarse. (9/)(1962).
Estos fueron los hombres de la desigual batalla y de honrosa derrota: Burgos, Sabbatini, Palacio,
Ojeda, Moreyra, Carriquiri, Plaquin, Iriarte, Latorre, Chavez y Ferreira. Ferrarese (arq. Suplente),
“Memut” López, también suplente y motivo de una honda discusión sobre si tenía que actuar o no
en ese partido. Atilio Sarrat (masajista) Juan Calloni y Oscar Mon. Directores Técnicos, Osverlando
Natiello (masajista) Ponce (ayudante).
Pelota a paleta nos dio la satisfacción de ser campeones nacionales y también mundiales. Roberto
Curto, de una familia agraria de Ibarra, que luego tomara a su cargo la cancha de pelota cerrada de
la Avda. Alsina y Zapiola, y los hermanos Domingo y Arnaldo Olite fueron los artífices de esos
éxitos. Estos últimos llegaron a San Carlos muy pequeños y de la mano de don Domingo Olite,
encargado de la cancha del Club Empleados de Comercio, hicieron notables aprendizaje.
Fue una época de oro para el deporte vasco.
Norberto Santos
Se llama Norberto Miguel Santos, le dicen “el paisano”. Un día se fu “a dedo” hasta San Juan para
entreverse entre los grandes. Había dicho al salir: “Si no gano en el palo”. Y ganó sólo contra todos
y obtuvo el Campeonato Argentino.
Otra figurar de gran brillo y de notable perseverancia en el ciclismo es la de Oscar “Cacho” Belén.
Ganador de más de 600 competencias este veterano radicado ahora en las sierras de Córdoba,
sueña con éste Bolívar de Las Acollaradas, que lo recuerda como a un ídolo del deporte. Completa
la trilogía otro valor formado aquí y que luego se alejó hacia otros rumbos: Gabriel Niell (h).
Celestino Sarraúa
Roberto Lozano
En una de las glorias del automovilismo bolivarense. Roberto Lozano pertenecía a una familia de
Pirovano, y al momento de intervenir en pruebas de la especialidad era Concejal integrando el H.
Concejo Deliberante de Bolívar.
El 20 de septiembre de 1931 bajo los auspicios del Automóvil Club Argentino se corre por el Trofeo
Samuel j. Dorrego en el trayecto Pehuajó-Luján y “Giliberto” Lozano al comando de un Ford A.
resulta ganador. Su promedio 97 kms. la hora es una gran proeza.
Esto no hace más que preparar la gran hazaña.
En el año 1933 Roberto Lozano se consagra Campeón Argentino al vencer en el Gran Premio
Nacional corrido en dos etapas entre Florencio Varela y Bahía Blanca. La etapa final, bajo la lluvía,
provocó el abandono general de los participantes. Sólo nuestro “chacarero” hábil en el barro
consiguío llegar. El mecánico Abalos, de Urdampilleta, era su acompañante.
El fenómeno Lozano se repetiría muchos años después por Jorge Martínez Boero. Nadie como él
para representarnos con tanta jerarquía y audacia en el T.C. Campeón Argentino de 1982 y un
animador constante de cuanta carrera se organizara.
Su nombre estuvo en boca del mundo deportivo y decir soy de Bolívar, era recibir una sola
respuesta: de los pagos de Martínez Boero. Tal la identificación en la gente, un ídolo con su pueblo
de origen.
Para no pecar de injustos en cuanto a los pioneros del Turismo Carretera, quede un recuerdo para
Alfredo Fernández, el “Negro”, que también se entreveró con “El Ciudad de Bolívar” con los
grandes y no hizo mal papel. “Cachilo” Pato, Fernando Cisneros y Roberto Carbajo, todos
bolivarenses, hicieron el aporte de sus trabajos en las máquinas, acompañando y colaborando con
extraordinario entusiasmo. La Peña “El Pato” fue la sede tuerca. Y para “el colorado” Carlos Cortés
que con su Torino nos regaló algunas satisfacciones, esta mención de su nombre.
Basquet femenino
Si bien el básquet femenino tuvo muy poca exteriorización entre nosotros, existió un grupo dentro
del Club Empleados de Comercio, que en un momento dado lo práctico con mucho entusiasmo.
Prueba de ello es haber logrado el Sub-Campeonato Femenino de Basquet de la Pcia. de Buenos
Aires en el año 1950. Fueron integrantes del formidable equipo las siguientes señoritas: Rosa
García Garay, Coca Eloísa Alfonso (capitana), Teresa Alfonso, Titina López, Olga Rossi, Nelsa
Martínez, Marta García Bruno y Cleila Chorén.
“Berto” Paraja, hermano menor de Ramón, el que nos dio el triunfo en 1931 en la final del
Campeonato Argentino, se formó en las inferiores del Club. A. Empleados de Comercio. En el año
1950 integró la 1ra División del Club Quilmes y debutó con gran éxito convirtiendo el gol de
empate con Independiente de Avellaneda. A la fecha siguiente, el 10 de abril. Quilmes le gana al
River Plate de Carrizo, Yacono, Walter Gómez Labruna y Lostau entre otros, nada menos que por 4
a 1. Los tres últimos tantos fueron logrados por Paraja. El célebre Amadeo en su propia cancha,
escenario mayor de sus glorias, se rindió al juvenil impulso del bolivarense. Fue una verdadera
hazaña.
Permanencia en bicicleta
El 12 de Febrero de 1949 con el auspicio del Club Empelados de Comercio el destacado ciclista de
ese entonces Antonio Fragomeni intenta batir el record de permanencia en bicicleta.
Su andas bajo la lluvia fracasó pasó las 100 horas. Toda una hazaña.
A su vez Oscar Belén, otro de los grandes valores que dio el pedalismo lugareño, acompañado de
Juan Carlos Cisneros, procuraron el éxito. Cisneros abandonó tras 40 horas 35 minutos de marcha
ininterrumpida. Belén se rindió después de 75 horas 05 minutos. Fue el 16 de abril de 1949.
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CAPITULO XLII
Ayer Torrecita
Hoy Urdampilleta
Nuestro pueblo – San Carlos – en el Partido de Bolívar quiso ser fundado por decreto en campos
que al ser reconocidos ya tenían dueños. Es que desde los albores mismos de la patria en el tema
de la tierra pública fue preocupación de los gobernantes para entregarla en venta, donación,
enfiteusis, cuando no en arrendamiento a los efectos de ir poblando la campaña y afirmando,
tramo a tramo, el avance de la línea de frontera.
Nicolás Avellaneda, siendo Ministro de Gobierno de Adolfo Alsina trazó planes de colonización
agraria y se preocupó en obtener leyes que hicieran cierto ese propósito.
La legislatura provincial con el gobierno de Emilio Castro aprobó el 3 de noviembre de 1870 la
llamada Ley de Ejidos, que tenía por objeto poblar, ofreciendo la tierra a los colonos a bajo precio
a sola condición de levantar allí vivienda y trabajar la tierra.
El 12 de agosto de 1871 se da una ley complementaria de la anterior que dispone la venta de la
tierra pública fuera de la línea de frontera. No faltaron entonces, los compradores a dos puntas:
unos para lucrar con el mayor precio a obtenerse en breve tiempo; otros realmente para instalarse
con todos los riesgos propios de la gran patriada.
En 1872 tenemos la Batalla de San Carlos con la derrota de Calfucurá, que no termina con el
problema del indio, pero lo alivia.
En 1876 la expedición de don Marcelino Freyre, ordenada por Alsina, parte de fortín San Carlos
donde había acampado y funda Guaminí, pero antes deja levantado el Fortín El Deseado en los
campos que hoy ocupa la familia Campion junto al ojo de agua del médano existente en el lugar
(21 de marco).
No es un intento poblacional como algunos sugieren, con toda la intención de fundar. Fue sí, un
eslabón más en la cadena defensiva que se viene instalando en el desierto a partir del Coronel
Czets que de un solo intento en 1869 construyó 13 fortines en nuestra zona uno de ellos San
Carlos, como ya se ha referido.
Muchas cosas estaban pasando, casi juntas , por estos andurriales como para despertar el interés
del poblador y jugarse a todo o nada en la nueva conquista.
Los inmigrantes comerciantes y los labriegos comenzaron a nutrir las caravanas del progreso y los
villorrios, apenas caseríos diseminados entre los pastos, fueron configurando centros de población
cada día más compactos.
El ferrocarril haría el milagro de acercar el campo a la ciudad y el producto de la tierra, al molino y
al puerto exportador.
Ya a fines del siglo el riel sería una realidad de múltiples beneficios.
Como una prueba de los anteriormente expresado digamos que el Gobierno de la Pcia. a cargo de
Carlos Tejedor vendió en pública subasta en nuestros dominios tierras que compró don José María
Villaraza a razón de $ 6.700 m/n cada 200 hectáreas, el 23 de marzo de 1879. Su viuda doña
Magdalena Venzano de Villaraza vendió a los señores Miguel Braña y Pio Trelles el 13 de mayo de
1880 y a su vez estos señores vendieron a don Juan B. Urdampilleta el 1° de septiembre de 1881.
El ferrocarril
La primera locomotora entró a Bolívar el 31 de julio de 1898 prolongando la línea que unía Buenos
Aires con 25 de Mayo.
La estación La Torrecita fue habilitada al uso público el 1° de septiembre de 1904. Con
anterioridad se le había impuesto el nombre “El Deseado”, pero por resolución interna de 31 de
agosto de 1904 se le cambió el nombre por el de “La Torrecita”
Posteriormente y a raíz de una presentación hecha al Ministerio de Obras Públicas por vecinos se
le cambió el nombre por Urdampilleta, fue el 16 de abril de 1926. Se seguía así la tradición de dar
los nombres a cada estación de los donantes de la tierra.
La línea férrea a Guaminí contemplaba la estación “La Vizcaína” en relación a la colonia del lugar,
luego llamada Juan Francisco Ibarra, y siguiéndole la estación Pirovano. Fue precisamente una
petición de los vecinos y don Amancio Varela lo destaca en su libro “Memorias de un Pago”, lo que
determinó la nueva construcción entre ambas.
Los nombres se imponen a través del uso y son del pueblo como las copias que se cantan sin
reconocer autores. La versión más cercana a lo verdadero, aunque sin precisar que lo sea, dice
que la estación ferroviaria se edificó sobre terrenos medanosos que mostraban algunas
elevaciones de importancia en el marco severo de la llanura. Alguien creyó ver o imaginó torres en
mañanas de intensas heladas al reflejo del sol que castigaba con sus primeros rayos.
Y alguna, entre otras, dominaba el raro paisaje matinal, por lo que se la llamó “La Torrecita”.
La Fundación
Los habitantes de Urdampilleta celosos de la tradición han querido dar fecha cierta a la fundación
que no surge de ningún acto especial de gobierno, entendiendo que hay elementos probatorios
de una identidad que les viene en el tiempo desde muchos antes de haberse aprobado los planos
del trazado del pueblo, en campos donados por Nicanor Urdampilleta. Esto tuvo lugar el 17 de
julio de 1923. En esa tarea se está.
A poco de instalarse la estación ferroviaria tenemos la estafeta en funcionamiento, 23 de mayo de
1905.
Poco después, 1906, se instala un gran negocio propiedad de los hermanos Bernardo, Lorenzo y
José Zabaleta con ramos generales, hotel, acopio de cereales, frutos del país y corralón.
Fue gente generosa que se constituyó en garantía de operaciones y entidad bancaria al estilo
criollo. Le sucedió la firma Irigoyen, que fue delegado municipal, nacido en Lobos en 1893 fue
durante 5 años empleados de Zabaleta Hnos. Jacinto David Pérez español de Santander también
integrante de la firma.
Era cajero don Domingo Irigoyen, contador de don Vicente Luis Irigoyen y empleado don Pedro
Aspiroz.
Dos expresiones elocuentes estas de que la villa había nacido con decidido afán de progreso y
mirando hacia el futuro.
Muchas más encontramos a lo largo de este pequeño segmento de tiempo que nos lleva a esa
fecha clave del 17 de julio.
La escuela
La primera escuela fue crada el 12 de octubre de 1909 respondiendo a una necesidad de sus
habitantes y se inauguró el 1º de marzo de 1910 en terrenos del Sr. Urdampilleta y alquilados por
los señores Zavaleta Hnos. Fue su primer maestro don Ricardo Queipo a quien auxiliaba su señora
esposa doña Isabel Texera de Queipo atendiendo tres turnos.
En 1908 registramos la apertura de la panadería La Armonía de José María Varela. El apellido
habría de tener profundas raíces en la población hasta nuestros días. Procedía de Lobos, como la
mayoría de los pobladores que llegaron a esa región.
Casado con la señora Isable Román fueron sus hijos: José Amancio, Arturo Laureano, Felipe, Justo
Pastor y Eleodoro Enrique.
Los hermanos Pedro, Liceiro y Laureano Díaz instalan el primer comercio de ramos generales,
llamado “El Centenario” en la zona rural para ese mismo tiempo. Y don Rafael Huertas, empleado
de Zavaleta Hnos. abre un hotel.
Ya en 1910 tenemos destacamento policial con un agente a su cargo.
Se van dando de esta manera otras actividades conforme el pueblo crece, sin partida de
nacimiento ni padrino bautismal.
Herrerías, carnicerías, talleres de maquinarias, farmacia y trabajos artesanales. Don Flores
Gandará un constructor que desarrolló amplia labor en Urdampilleta llegó en 1913.
Los campos de “El Deseado” ya han sido mencionados en esta historia por lo que su antigüedad en
la explotación agraria data del siglo anterior.
Allí encontramos instalado a Don Benito Linch en la propiedad que fuera de su padre, cuando es
nombrado Presidente de la Municipalidad de Bolívar en 1888. Ese sería el escenario campestre
que luego su hijo, Benito, llevaría a la literatura con gran maestría.
Los Campión, familia de irlandeses con intereses en varios lugares del país arribaron a la estancia
“El Deseado” en 1921 y era todo un pueblo el que en ese establecimiento se dedicaba a la cría de
animales (vacunos y cerdos en gran número).
Don Manuel Miguenz, natural de Galicia, nació en Padrón La Coruña (España) y llegó al país en
1873. Se inició como dependiente de comercio hasta 1893 en que se estableció con casa de
comercio en Balcarce, de allí pasó a campo La Marcela). Casó con doña Juana Gorostarzú y de ese
matrimonio nacieron los siguientes hijos: Manuel, Bernardino; José; Marcelo; Claudio; Rómulo;
Nicanor; María y María Elena.
Campo de 6.000 hectáreas tenía como linderos a Claudio Urdampilleta, Gregorio Gorostarzú,
Lorenzo Izaso, María O. de Ferrari, Servanda C. de Garay y Nicanor Urdampilleta.
Otros nombres, Ichazo, Palau, Del Carril, Pueyrredón Elizondo, Llorens, Busquet, van configurando
ese potencial rural de Urdampilleta, un verdadero granero, que obligó a multiplicar silos, antes
que las aguas traidoramente avanzaran sobre las tierras de laboreo.
Con ellos van asociados en el esfuerzo, Allende, Aguinaga, Spala, Oroná, Zapata, Alonso, Cisneros,
Sánchez, Fuentes, Casali, Serra, Carreteto, Carballo, Sallal, Rodrñiguez, González, Sánchez, García,
Picazzo, Martín, Aureano, Lahitte, Ballesteros, Garmendia, Lorda, Lozano, Burgos, Catrón,
Moronta, un ramillete apenas de colonos, de los tantos que en el surco dejaron la semilla, para
hacer crecer el pueblo.
Farmacias y médicos
La nómina de médicos la inaugura el Dr. Juan Juaristi Rosas y le siguen Luis Noccetti, Ricardo
González Bonorino, Américo Sisto, Constantino Arturo Flores Diez, Numa Cusimano y los más
recientes Víctor S. Medo, Alfredo Arruñada.
Una farmacia tradicional, la de Arias Núñez, un idóneo en farmacia acompañado por su hermanos
Manuel, luego por el técnico en farmacia don Neptali Blanco, quien se hizo tiempo para andar por
los carriles de la historia, investigando y escribiendo.
Otra farmacia para la estadística la de Juan Barrachina. Luego Baltasar Gutiérrez y el sucesor de
éste don Valentí Pérez Irigoyen.
El quehacer cultural
El pequeño pueblo, con todas las características de medio rural, donde el campo era el sustento de
su economía y donde el paisaje de llanura dilatada afirmaba ideales de libertad, fue gestando una
obra cultural de vastos alcances.
Por eso a nadie sorprendió que el 21 de julio de 1933 se fundara la Biblioteca Popular “Sarmiento”
bajo el influjo benefactor de estas personalidades: Dr. C.A. Flores Diez, Edgardo A. Lannes, Oscar
Urquiza Quiroga, Pablo Neptail Blanco, Felipe Varela y José Arias Núñez.
El edificio propio se inauguró el 16 de agosto de 1980.
El amplio salón de lectura recibe a los jóvenes que siguen la huella fecunda trazada por los
mayores.
Una sentida necesidad educacional: la de establecer un Instituto loca para completar los estudios
secundarios recién se pudo concretar el 19 de julio de 1953. Nace el ciclo básico y es rector del
establecimiento el Dr. Américo Sisto hasta su muerte, don Pabo Neptalí Blanco y finalmente el Sr.
Roque Spaltro que aún ostenta el cargo.
El Hospital Municipal
Nuestro querido amigo Amancio Varela ha fijado sus recuerdos y la historia de sus pagos en una
interesante obra, por lo que me exime de entrar en detalles mayores en este repaso que hacemos,
muy sucintamente, sobre la localidad de Urdampilleta.
Sin embargo a más de lo ya vertido en estas páginas, merece un párrafo el Hospital Municipal. Una
institución que nació con el calor del pueblo y que se ha constituido a través de los años en un
centro médico-hospitalario de gran valor.
Tuvo como antecedente la Sala de Primeros Auxilios creada en el año 1928, funcionando frente a
las vías del ferrocarril.
Fue su primer director el Dr. Ricardo González Bonorino.
Posteriormente se constituyó la Asistencia Pública con la dirección del Dr. C.A. Flores Diez. Ya en
1932 se habla de la construcción de un hospital, planos que se entregaron al Ing. Guillermo I.
Martín, siendo aprobados en reunión de la Comisión Pro-Hospital del 25 de noviembre de 1932. La
adjudicación de la obra fue dada a los señores Flores y Juan Gandará.
El nombre de “Juana G. de Miguens” recuerda a una distinguida dama de la localidad, esposa de
un acaudalado hacendado, pioneros ambos de la colonización agraria en el lugar.
La Cooperativa Agropecuaria
La vida comercia de Urdampilleta es intensa y cuando los granos llaman a la cosecha se torna
fébril. Su movimiento entonces alcanza su mayor crecimiento. en ese ámbito de trabajo que tiene
varios lugares de manifestación – acopiadores de cereales, casas de remate-ferias, estaciones de
servicio, almacenes y tiendas, banco y hotelería –se destaca la presencia de la Cooperativa
Agropecuaria, nucleando a los agricultores en una entidad que ha ido progresando sin detenerse
en una labor digna de encomio.
Durante muchos años don Salvador Carretero le dio su esfuerzo personal y luchó por su
engrandecimiento. Tuvo que soportar, no obstante, pequeña condición de los humanos, ataques y
calumnias. Fue el tributo que pagan los hombres de provechoso frente a la liviandad de los que
nada hacen, pero critican.
Otro antecedente
La actividad deportiva
Hemos citado la fundación del Club Atlético “Torrecita” que luego adoptara el de Urdampilleta, y a
corto plazo nació el Club Atlético Comercio e Industria, que reunió a la gente de la actividad
comercial con hombre que luego alcanzarían gran significación en la vida de relación como los
señores Emiliano De Vega, Manuel Caballero, Sergio M. Alvarez, Licinio Lanzoni, Herberto Zorrilla y
otros, Data del 4 de julio de 1925.
Ambas instituciones deportivas dieron nombres ilustres al atletismo y al fútbol lugareño. Sin duda
que Juan J. Zorrilla (Tinina) fue el más brillante ya que alcanzó a jugar en la primera división de
Independiente de Avellaneda y luego en Independiente local, desplegando un gran juego, lleno de
sutilezas y una gran caballerosidad.
Los hermanos Manuel y Gerardo Diez, el largo Custeix, Balbino de Vega, Jesús Gandará, Héctor
Laborde, forman parte del hermoso historial bolivarense, donde hay muchos más que también
merecerían, al menos, el recuerdo de unas líneas.
El 3 de noviembre de 1968 tuvo lugar el descubrimiento de un monolito recordatorio del paso del
escritor Benito Linch por la estancia “El Deseado”. Familiares del escritor, sus amigos platenses y el
pueblo de Urdampilleta, sumados a las autoridades de San Carlos, testimoniaron de esta manera y
sinceridad escribió páginas imborrables.
La Fundación de Museos Argentinos y la Sociedad de Escritores de la Pcia. de Buenos Aires han
solicitado –abril de 1990- autorización al Sr. Intendente Municipal para construir un monumento a
Benito Lynch sin gasto para el erario municipal.
Consultado por el Dr. Julio Ruíz manifesté mi total conformidad y el más entusiasta apoyo,
sugiriéndole que la obra se realice en Urdampilleta.
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CAPITULO XLIII
Al prolijo cronista de su pueblo, biógrafo de sus gentes
y dueño de un rico anecdotario, don Lis Catuogno
Pirovano: entre diagonales y la sencillez de sus gentes
Ya habían pasado por estas tierras las huestes derrotadas de Calfucurá camino a las Salina Grades
y tras ellas tropas de guardias nacionales comandadas por Marcelino Freyre para establecer
fortines en esa cadena de lagunas que espejaban la aridez la pampa.
San Carlos de Bolívar tenía un destino de pueblo marcado por la ley que lo creaba por el espíritu
aventurero de sus primeros habitantes. Fue cuando estas tierras podían ser dispuestas para la
roturación y el trabajo. Es don Eduardo Madero quien recibe en donación las mismas para
venderlas luego el 9 de octubre de 1883 al Dr. Ignacio Pirovano quien adquiere una fracción de
20.800 hectáreas. Luego las ampliaría a cuarenta mil en sucesivas compras.
A la muerte del Dr. Pirovano la heredad es dividida entre sus cuatro hijos a razón de 10.000
hectáreas cada uno.
Son ellos Catalina Pirovano de Pirovano, Celina Pirovano de Zuberhühler, Mercedes Pirovano de
Rodríguez Pividal y Rodolfo Pirovano. Este último ubicado en la estancia Cumecó.
Labor de inmigrantes
Se fecunda la tierra con el sudor del hombre y el andar de las bestias unidas al yugo que las
domina. Son los inmigrantes aquí, como en todas partes de la Argentina Ubérrima, los forjadores
del progreso.
De 9 de Julio llegan los hermanos Oramaechea quienes fundan la primera casa de ramos generales
con el insólito nombre de “El Calzoncillo”, tal vez como expresión de una pobreza límite,
queriendo decir que esa prenda interior era lo único propio.
La extensión del ferrocarril de Bolívar a Guaminí, obligará a construir una estación frente a la
Estancia Cume-Có que se habilita el 1° de Mayo de 1899. Se establece así e punto de partida de un
constante hacer que irá delineando el villorio, primero, y el pueblo después.
La fonda de don Manuel urcullu, recuerda Luis Catuogno en sus innumerables colaboraciones a “La
Mañana” es el lugar de reunión, el club “social” de la pequeña población.
Don Antonio Lozano se establece con panadería la que lleva con toda lógica el nombre de “La
Primera”.
El primitivo comercio aporta nombres consagrados que ya son historias: José Oramaechea, Juan
Angel Roteta, Marcos Valentín Tamborenea, José Benito Diez, Tomás Alfredo Fernández, Demetrio
García y Domingo Tamborenea.
El incendio redujo a cenizas la tradicional casa de comercio, y ya disuelta en el año 1913, nacen a
la vida dos nuevos rubros comerciales: Roteta y Tamborenea y Diez y Fernández.
No serían los únicos. cabe mencionar a don Juan Serna, Branca y Castrillo, Alvarez Hnos, Loureiro
Hnos, el Hotel Milani, la herrería de don Pedro Zaffaroni y la carnicería de don Fermín Carranza.
Más adelante se incorporan a la actividad creadora, don Mauro Pino (sastre), Pedro Rahoa
(zapatero), Naúm Chamudis (tienda), Francisco Delgado (herrería).
Es don Rogelio Pirovano quien decide la fundación del pueblo para honrar la memoria de su padre.
Dirigió personalmente la tarea de planearlo, comenzando por hacer donación de las tierras
necesarias para su trazado, compuesto de 49 manzanas atravesadas por atrevidas diagonales.
La fundación oficial data del 20 de octubre de 1913 momento en que es dado a conocer el decreto
firmado por el entonces Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires Coronel José Arias.
El poder político
Pirovano es parte del partido de Bolívar y depende políticamente del Intendente Municipal el que
ejerce mandato sobre el pueblo a través de sus delegados. Esta delegación Municipal fue creada el
27 de marzo de 1921 que tuvo como auxiliar al Sr. Juan Chatruc (h) y como primer Delegado al
caracterizado vecino Don Benito González. Pero antes de ello se habían asignado cargos de
inspectores para ejercer sobre todo las áreas de la cobranza impositiva.
La enseñanza
El teléfono
La hermosa Capilla dedicada a “Nuestro Señor Crucificado” data del año 1920. Fue obra del cura
párroco de San Carlos don Vicente Bautista, que encontró en la señora María Rosa Lezica de
Pirovano un espíritu cristiano y caritativo dispuesta a acompañarlo. Fue la donante del terreno y
puso todo su empeño para obtener fondos de la comunidad destinados a tan elevado destino.
La luz eléctrica
Los señores Arbuco y Cía concesionarios del servicio eléctrico en Pirovano lo inauguran el 11 de
noviembre de 1928.
En la oportunidad se realizó una gran fiesta que duró todo el día.
Teatro español
El gran cirujano argentino fue honrado en su pueblo donde en la plaza central se levantó un
monumento a su memoria. Fue a instancias de su hijo, don Rodolfo Pirovano y la obra pertenece
al escultor francés León Drivier.
Sucedió el 1° de febrero de 1929.
Estuvo presente en el acto el Interventor Nacional de la Pcia. de Buenos Aires Dr. Carlos Meyer
Pelegrini, el Comisionado Municipal de Bolívar Dr. Rogelio J. Solis y en representación de la
Asociación de Cultura y Fomento el Dr. Pedro Fernández López.
La otra institución deportiva de Pirovano, que cuenta con su sede social propia, data del 28 de
abril de 1932.
Fue su primer presidente el Sr. Alfredo Carón.
El telégrafo
El 3 de agosto de 1935 quedó habilitado al público e Telégrafo de la Pcia. de Buenos Aires. Como
jefe se nombró a Sr. Eloy López.
La asistencia pública
Fue obra de muchas almas nobles. Del Sr. Augusto Arce que concibió la idea desde su función
como Delegado Municipal, hasta los Sres. Carlos y Guillermo White que donaron los ladrillos, y la
Sra. María Rosa Lezica Alvear de Pirovano que costeó el moblaje.
Después una comisión de vecinos hizo el gasto. Allí estaban Guillermo S. Tamborenea e Ignacio
Gallego con un permanente esfuerzo personal. La Asistencia Pública que comenzó con una
capacidad de 8 camas fue inaugurada en el año 1937, siendo sus padrinos don Carlos White y la
Sra. María Rosa L.A. de Pirovano.
Escuela vespertina
Funciona en la Escuela N° 13 Mariano Moreno, y fue su primera Directora doña Angelina Eugenia
Santos. Fecha de apertura 28 de agosto de 1962.
Enseñanza media
Jardín de Infantes
Fue obra de Padre Luis Castells – primer Capellán Vicario de la Capilla de Jesús Crucificado,
construida en el año 1942 bajo la advocación del fundador de la obra Salesiana de tan vasta labor
misionera y educacional en La Patagonia.
La inauguración se realizó el 26 de octubre del mismo año con la presencia del Sr. Obispo de Azul
Monseñor César Cánepa, el presbítero Virgilio Filippo, promocionando sacerdote en la época del
gobierno peronista y el Padre Jaime Plana.
El Registro Civil se habilitó en el año 1937, teniendo en el escribano don Miguel Angel Sosa a un
funcionario preocupado en prestar una atención seria y eficiente.
Pirovano tiene la fuerza del trabajo, la devoción de sus hombres y mujeres por la tierra que acuna
todos sus sueños y una sencillez en su gente que asoma sin esfuerzo y establece firmes lazos de
amistad.
Su pueblo mira al porvenir. Y sabe que lo hará suyo porque le da lo mejor de cada uno con un
noble empeño de progresar.
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CAPÍTULO XLIV
El partido de Bolívar
Situación Geográfica:
El Partido de Bolívar se encuentra localizado entre los 35°50´y 36°40´Lat. Sur y 60° 30´y 61° 40
´Long. Oeste; la mayor parte de su territorio se inscribe dentro de la denominada Región del
Noroeste de la Pcia. de Buenos Aires, aunque también están presentes parte de la Región de las
Encadenadas del Oeste y parte de la Región Salado- Vallimanca,
Clima
El clima dominante es de tipo templado. Esta región ha sido afectada históricamente por cambios
climáticos que llevan a considerarla como semiárida o semihúmeda de acuerdo a la alternancia de
períodos con excesos y déficit hídircos.
Durante la década del 60 las precipitaciones anuales estaban en el orden de los 743 mm, pero a
partir de entonces fueron aumentando notablemente desarrollándose un periodo lluvioso
excepcional por su intensidad y persistencia. Anotemos a título de ejemplos algunos de los últimos
años: 1980 – 1.092; 81-836; 82-848; 83 – 1.020; 84 – 1059; 85 – 1221; 86 – 1205; 87 – 1.246,72;
88-848; 89-866,5 mms.
Frente a tantos períodos de lluvias abundantes que ocasionaron graves inundaciones, cabe
mencionar algunos registros mínimos que trajeron tiempo de sequía, recordándose aquellas
sufridas en la década del 30 y que terminó en 1941 con una grave inundación.
Régimen térmico
El régimen térmico de Bolívar es bastante templado siendo su temperatura media anual de 15°C,
la norma del más caluroso es de 24°C (enero) y la de más frío (julio) es de 7°, 7C. lo que indica una
amplitud anual de 15.7°C.
Las temperaturas extremas registradas son de 42,5°C en verano (26.12.1953) y (29.12.1971) y 8°C
bajo cero en el invierno (12.6.1967).
Altura
Su altura sobre el nivel del mar varía entre las cotas de 75 y 115 metros en los extremos NE y S del
Partido, respectivamente, tomadas en las proximidades de las vías del ferrocarril Roca es decir 40
metros de diferencia en un recorrido de algo más de 10 kms.
Su escasa pendiente de orden del 0.04 por ciento hace que cobre importancia el micro relieve,
formándose depresiones donde suele acumularse el agua formando bañados o lagunas.
Napa freática
La napa freática se encuentra habitualmente muy cerca de la superficie. Más en estos tiempos en
que las napas han aflorado casi espontáneamente ante la saturación de los suelos.
Suelos
Diríamos que tenemos un verdadero mosaico de suelos; la Depresión Centro Oriental o del Salado
región baja e inundable donde se localizan los grandes canales de desagüe de la provincia.
La llamada Depresión Diagonal en el extremo Sud que es la cuenca receptora de las aguas que
vienen de las sierras y da origen al Salado-Vallimanca. El sector NO que integra la región
caracterizada como Pampa arenosa Lincoln-Bolívar, lo que determina como es lógico la radicación
de los cultivos tradicionales y los mejores tipos de haciendas.
Vientos
El viento juega un rol básico en la evaporación de los suelos. Los vientos que prevalecen en
nuestra zona son del cuadrante NE, cálidos y húmedos, mientras que los del sector SO resultan
frescos. Alguna vez han soplado con fuerza y hay muchos recuerdos de ellos, no sólo el comentado
ciclón de 1902, con destrozos muy importantes en sembrados, arboledas, viviendas, antenas, etc.
El abanico de arroyos que bajan de las laderas de la sierra Las Tunas, grupo orográfico de
Ventania, unido al del área interserrana del Partido de Laprida forman, en las cercanías de la
ciudad de General Lamadrid el arroyo Salado.
Recorre 94 kms. en los partidos de General Lamadrid y Daireaux y cuando penetra en territorio del
Partido de Bolívar, a unos pocos kilómetros recibe por el oeste el arroyo emisario de la laguna de
Juancho. Cabe destacar que esta laguna está alimentada por el caudal del arroyo Huáscar, que
baja de las sierras de la Ventania, cruzando los partidos de Cnel. Suárez, Gral. Lamadrid y Daireaux.
Una vez que al arroyo Salado ya recibido los aportes de la laguna Juancho cambia rumbo hacia el
este y a 2 kms de la laguna Pay Lauquén recibe los aportes del arroyo Quilco que nace en las
laderas de las sierras de Tandilia, recorriendo el oeste del partido de Olavarría. A partir de esta
confluencia el arroyo Salado a pocos kilómetros vertiera sus aguas en laguna Pay Lauquén,
conocida vulgarmente con el nombre Conde Guazzone o Raquel, siguiendo un curso hacia el Norte
cruzando bañados y lagunas hacia la laguna Noreiko, para después volcar sus aguas en la laguna
San Luis, a partir del cual el arroyo toma el nombre de Vallimanca. (En su traducción yegua baya y
manca). El Chadileo de los indios, y alguna vez bautizado San Bruno.
Ya con rumbo SO-NE recorre 70 kilómetros sirviendo de límite entre los partido de Bolívar-
Tapalqué; Bolívar-Gral. Alvear, el arroyo sigue en dirección hacia el Este y se convierte en afluente
del río Salado.
A esta descripción del desarrollo natural de la cuenca se hace necesario apuntar las obras
realizadas por el hombre que han modificado considerablemente la sub-cuenca descripta. En
primer lugar se debe considerar el canal Ameghino, el cual fue construido para derivar las
crecientes del arroyo Salado, a la altura de la ciudad de Gral. Lamadrid, a las lagunas Encadenadas
del Oeste, que en la década del 50 al 60 sufrieron una extrema sequía. A partir del año 1980 dicho
canal es interceptado inmediatamente después de su confluencia con el arroyo Huáscar, lo que
significa devolver a la cuenca del arroyo Salado su caudal de origen, pero encausado en un canal
con derivadores, lo que impide el funcionamiento natural del sistema que es su escurrimiento, en
manto y con menor velocidad.
Por último se debe mencionar el canal Aviador que se construyó (Gobierno del Dr. Armendáriz)
entre las lagunas Alsina y del Tordillo a fin de bajar los niveles de la primera que amenazan las
poblaciones de Guaminí Carhué.
La puesta en funcionamiento de este canal aliviador de 20 kms. de longitud hará que los
excedentes de la cuenca endorreica (cerrada) de las Encadenadas sean recibidas por el arroyo
Vallimanca.
Esto actualiza la necesidad de ocuparse del curso de las aguas desde nuestro arroyo en todo su
tramo descendente hasta encontrarse con su salida natural hacia el mar.
Aguas:
El agua para consumo es buena, aunque en algunas zonas, en forma excepcional, su grado de
salinidad no la hace apta para el ser humano. La población urbana cuenta con servicio de aguas
corrientes.
Límites:
El Partido de Bolívar está dividido en 12 cuarteles, y limita con los siguientes partidos: Hipólito
Irigoyen, Carlos Casares, 9 de Julio, 25 de Mayo, General Alvear, Tapalqué, Olavarría y Daireaux.
Estamos escribiendo en un atardecer de primavera después de abundantes lluvias que han dado a
los campos una hermosa coloración verde, que nunca como ahora, es sinónimo de esperanza.
Vuelve la espiga a sentir la caricia de los vientos y en ella, el grano –anticipo del pan- quiere
resarcir al hombre de campo de reiterados fracasos.
Es que sucesivas inundaciones a los largo de un lustro por lo menos han tornado la situación del
agro en algo desesperante.
Justificadamente las autoridades provinciales y de La Nación, respondiendo al clamor de los
afectados, consideraron a toda esta zona, junto a otros partidos limítrofes (Henderson, Daireaux,
Pehuajó, entre otros) en estado de emergencia y de desastre agropecuario.
La falta de roturación de las tierras mermó los cultivos, redujo los trabajos y la ganadería también
sintió el impacto de las aguas sufriendo un grave deterioro.
Ante tan preocupante situación el comercio, que se ha caracterizado por su dinamismo, marchó al
unísono con el campo bajando su nivel de ventas y obligando a firmas importantes y de vasta
trayectoria a reducirse algunas y otras a cerrar sus puertas.
La emigración un mal endémico de la pampa húmeda por carecer de industrias fue su
consecuencia y son los jóvenes los que con mayor audacia buscaron otros horizontes para iniciar
sus vidas.
Ha sido un factor extraño a la voluntad del hombre el que ha provocado estos males y, al repetirse
en forma obstinada, ha derivado en serios perjuicios a la economía regional.
Tierra de esperanzas
Fue Bolívar, siempre, tierra de esperanzas. Se dieron aquí varios factores para que así sucediera. La
calidad de su gente, fruto de una inmigración de trabajadores que continuaron las tradiciones y el
esfuerzo a que estaban acostumbrados allende de mares. Una tierra generosa pronta a multiplicar
la semilla echada en el surco en rindes prodigiosos. Un régimen de aguas de lluvia aceptable
dentro de un clima perfectamente tolerable.
El campo constituyó entonces su principal fuente de ingresos y si bien algún molino harinero echó
sus reales desde temprano en el pueblo, junto a alguna fábrica de fideos, o de jabón, que ya no
están, y la metalúrgica quiso esbozar un intento mayor, la industria nunca fue un factor
ponderable.
Digamos que tampoco estábamos preparados para tamaña y lógica pretensión, ya que la energía
eléctrica era escasa, la vivienda deficiente y los caminos de acceso a San Carlos, hasta treinta y
cinco años atrás, no eran nada más que aptos para golondrinas.
Hoy la Zona Industrial Planificada sobre la ruta provincial Nº 65 y en el extremo de la Avda. Pedro
Vignau ofrece la posibilidad de una radicación industrial, con facilidades de toda índole y eximición
de impuestos, contando con áreas dotadas de energía, aguas y caminos interiores.
Concretadas las rutas pavimentadas a Olavarría y Pehuajó (226), a Saladillo (205) y a 9 de Julio (65)
y a Bahía Blanca, Bolívar rompió su asilamiento y es centro ahora de una vasta red caminera
dentro de la Provincia de Buenos Aires.
La interconexión con el sistema eléctrico Chocón-Cerros Colorados, a través de una planta de
rebaje existente en Henderson (Partido de H. Irigoyen) nos asegura una provisión de abundante
energía eléctrica.
Un nuevo tiempo
Es necesario creer y pensar que estamos en un nuevo tiempo. El renacimiento del campo traerá un
mejor nivel de vida y en virtud de que hemos arribado a la infraestructura elemental que todo
pueblo necesita para su despegue, habrá gente dispuesta a fundar fuentes de trabajo. Entonces sí,
este proceso decadente de nuestra economía, que muestra cifras muy alarmantes, habrá de
estacionarse, primero, para luego cobrar un paulatino ascenso. Es un desafio histórico el que nos
está golpeando con sus nudillos a la puerta. Autoridades y pueblo lo saben. Hay que poner en
marcha las energías creadoras, tarea nada fácil, ante el panorama que el negocio del dinero ofrece
a quien quiere trabajar.
Pero hay que intentarlo.
Interesante, casi obligatorio, resulta remitirse para tener en detalle toda la estadística que hace a
esta grave problemática bolivarense, al estudio realizado por la Cámara Comercial e Industrial de
Bolívar.
En la exitosa Exposición rural del año 1988, la Cámara vistió su stand de números y de datos. Lo
hizo con el afán de contribuir a un análisis claro de la situación regional y local, manejándose con
los testimonios que surgen de las cifras.
La ciudad
La ciudad de San Carlos de Bolívar tiene en su planta urbana una extensión de diez y seis cuadras
por diez y seis lo que hace un total de 256 manzanas. Un pueblo que mucho la distinguen,
favorablemente, de otras.
El Gobierno de la Pcia. de Buenos Aires le confirmó la jerarquía de ciudad mediante decreto del 20
de septiembre de 1916.
Los barrios
El pueblo creció con desorden y caprichosamente, casi al azar, sin plan regulador que le pusiera a
cubierto de sorpresas. Así fueron surgiendo barrios en toda la periferia exigiendo de la autoridad
municipal obras de infraestructura.
Sobre la Av. Mariano Unzué en su recorrido a la Portada se alinean sobre mano izquierda Villa
Fortín San Carlos (Barrio Obrero), Villa Pompeya y El Recuerdo. Sobre la mano derecha en lo que
fuera la Granja del Dr. Antonio Díaz, un paseo obligado de los escolares en la década del 40, se
ubica hoy Los Zorzales.
Villa Diamante en los bajos que fueran de don Artuto Bertón muestra un progreso evidente, con
capilla, escuelas y sala sanitaria. Está ubicada en el ángulo. Esto detrás de las vías férreas.
Al fondo de los viejos galpones de cereales se ha desarrollado otra humilde barriada: El Trío. Más
acá encontramos Barrio San Juan y Colombo, Después Barrio Casartelli ya avanzado sobre la ruta
226 hacia el sur, Barrio Amado y por último el club Alem con sus instalaciones deportivas y un
selecto grupo de viviendas de fin de semana. A su frente el Club Buenos Aires con comodidad para
sus asociados, salón bar, cancha de fútbol, pelota a paleta abierta y pileta de natación y un grupo
de viviendas permanentes y de fin de semana.
A lo largo de la Av. Calfucurá (prolongación de la Lavalle) sobre mano derecha en dirección al
cementerio se encuentran los siguientes barrios: Los Tilos, Los Troncos y Barrio Jardín. Sobre mano
izquierda el elegante barrio Calfucurá que podemos considerar residencial. Insinuándose otro
barrio: Las Lomitas.
Sobre la Avenida 3 de Febrero en primer término Villa Melitona, en el predio rural que fuera de
doña Melitona Laza de Sarraúa, luego Villa Casariego, en las propiedades que fueran de don Basilio
casariego.
En el frente de la Avda, Dr. José Fabrés García nace el barrio San José y más y más allá en las
cercanías de las vías, La Ganadera, que conserva el nombre de la feria y de la firma martillera que
en otros años sentara allí sus reales.
Barrio Palermo, reconocido como tal y solucionado sus problemas de escrituras se levanta
teniendo a su frente la Avenida Centenario.
A los fondos, propiamente, el Barrio Latinoamericano, Construcciones municipales modestas,
nuevas y totalmente ocupadas.
Habilitado hace poco otro grupo de viviendas vecinas a ENET Nº 1, también sobre la Av.
Centenario pero en dirección NE.
Esta barrio al momento de escribir estas líneas aún no tenía nombre impuesto.
Y el coqueto Barrio del Banco de la Pcia. de Buenos Aires entre la Avenida Calfucurá y ruta 226
detrás de la rotonda, nacido, precisamente, de un Plan de Viviendas dispuesto con el apoyo
crediticio del Banco de la Pcia., completan la nómina.
Más de cinco mil personas viven en estos barrios. Ello sólo da cuenta de cómo se ha extendido la
ciudad. Con ella se han multiplicado los servicios eléctricos y sanitarios, fundamentalmente.
Todavía nos queda para el final la mención del Barrio María del Carmen. Es un conjunto de casas
establecidas detrás del Parque Las Acollaradas.
Población
Nuestro grupo poblacional se apoyó en la fuerte inmigración europea de esos años, teniendo en
los españoles e italianos, sus mayores ingredientes. No faltaron franceses, ni alemanes, ni
tampoco los sirios libaneses, los clásicos vendedores de ropas, sumando un interesante potencial
humano a la étnica bolivarense.
Venimos sufriendo una permanente pérdida de población. Es uno de los fenómenos más
preocupantes del momento. Una publicación del año 1957 consignaba un total de pobladores de
49.400. El Censo Nacional de Población y Vivienda de 1980 nos contabilizó 32.965. Veamos como
se distribuyen.
Zona urbana
de Bolívar 5.905 7.623 8.732 16.355
Zona urbana de
Urdampilleta 970 1.203 1.301 2.504
Zona urbana de
Pirovano 574 818 861 1679
- ---------------------------------------------------------------------------------
TOTALES ZONAS
urbanas del Partido 7.449 9.644 10.894 20.538
- ---------------------------------------------------------------------------------
TOTALES generales
del Partido 12.321 16.329 16.636 32.965
Producción agropecuaria
Es el fundamento de la vida económica del Partido que en una superficie total de 457.229
hectáreas cuenta con 1.840 productores según una estimación de la Sociedad Rural y con un
notable parcelamiento de la tierra donde prácticamente las grandes extensiones son muy escasas.
Trigo. Maíz, girasol, sorgo, cebada, y avena son las semillas más apropiadas a nuestros suelos y las
que aseguran un rendimiento normal.
El ganado
Sensible baja ha registrado el stock ganadero en el Partido, por las mismas causas.
La actividad comercial
El comercio bolivarense tuvo gran auge en años anteriores. Grandes firmas de ramos generales
eran proveedores de todo lo que se pidiera, un botón, un automóvil, una tranquera, un elefante
de la India. Y también compraban los frutos del país, como se decía entonces. Cereales, animales,
cueros, lanas.
En la actualidad las grandes casas han desaparecido. Un comercio en menor escala las ha
reemplazado y la diversificación, en pequeños negocios, es la nota dominante.
Los comercios de toda índole instalados en el Partido según la fuente antes nombrada ascenderían
a 2.200. Una cifra que nos ocurre es importante.
Los profesionales
La industria
Más de un siglo de vida propia y en tantos años transcurridos en ningún momento el Partido de
Bolívar pudo concretar su aspiración de contar con un perfil industrial que le diera otras
características complementando el trabajo rural.
Fueron esfuerzos individuales sin mayor arraigo y sin alcanzar tampoco gran significación
económica –social-
Desde aquellos molinos harineros que marcaron el inicio de la industria, los de Antonio Lautre “El
Primero” 1988 y Patricio Linch de “Los Pobres”, hasta nuestro días, rescatamos el Frigorífico
Regional de la Pcia. de Buenos Aires (1945), funcionando sobre la base de una sociedad de
capitales locales en sus primeros tiempos y que de él ha quedado una gran estructura de ladrillos
donde se asienta el Corralón Municipal. Al igual que el Frig. Fortín de los Hnos. Leonetti, hoy tuvo
hasta cien obreros trabajando.
La metalurgia nunca adquirió un a importancia mayor.
Pequeños talleres de obra artística, herrerías para el campo, fabricantes de cocinas económicas,
puertas y ventanas para la construcción, todo en pequeña escala, para responder a las
necesidades locales sin mayor propósito de crecimiento.
En 1949 don Joaquín Freire instaló en la Avda. 25 de Mayo lo que dio en llamar “La Primera
Matalúrgica”. La hizo con mucho entusiasmo, pero no obtuvo resultados positivos. “La industrial”
de don Pedro Gregorio tuvo su momento de expansión, al igual que la firma Reguero y Genovese
con fabricación de casillas y elementos para el agro. Panaro, Ruíz, y Cía con carpintería rural con su
marca registrada “Ruano” es una muestra de gran perseverancia superando momentos difíciles. La
misma mención cabe para José Venice e hijo, en Metalurgia.
Tal vez sean hoy los hermanos Oscar y Carlos Gentile por su juventud y experiencia los llamados a
crecer como fabricantes de silos, comedores para hacienda, chimangos y otros implementos para
el campo si se superan los tiempos especiales que se viven al hacer esta referencia.
La firma Fargopol distribuye bolsas de polietileno en un operativo que abarca otro pueblos.
Son como decimos, loables esfuerzos personales, pero que no nos definen con personalidad
industrial.
Otros rubros
El campo debiera darnos los elementos básicos para desarrollar una gran industria, pero no lo ha
hecho.
Nos referimos a la industrialización de la leche con usinas pasteurizadoras, fábricas de manteca y
quesos y otros derivados. Se da el fenómeno de que grandes tamberos siguen dependiendo de
compradores foráneos para su producción, con precios castigados, en lugar de haber asumido la
tarea por sí, a través de un ente cooperativo local. La excepción en don Héctor Pando.
La miel
Los apicultores han dado origen a una actividad nada despreciable. La extracción de la miel los
congrega y si bien son pocos los que le han dado a este trabajo toda una dimensión industrial, son
muchos los que a través de la miel regulan sus finanzas acertadamente.
El cuero
Solamente “El Peladero de López” ubicado sobre la Av. Pedro Vignau industrializa el cuero. Que
curte, para la fabricación de zapatos. Todo otro intento de aprovechar en el orden local los cueros
que provee la matanza para consumo no ha prosperado.
Granja Modelo S.A., Algas Bolívar S.A. y BOLIVAR INDUSTRIAS S.A (BISA) son en la actualidad la
manifestación Industrial de Bolívar que ha sido posible merced al aporte societario de los vecinos
progresistas. Las tres nacieron al mismo impulso creador de interrumpir un proceso decadente en
lo económico y ante la necesidad de abrir fuentes de trabajo.
Desde el 28 de mayo de 1979 funciona en nuestra ciudad la Justicia de Paz Letrada dispuesta por
la Ley 9229 de la Pcia. de Buenos Aires.
Fue designado Juez de Paz el Dr. Víctor del Carmen Chiclana, abogado del foro local e hijo de una
familia de hondo arraigo lugareño.
Su designación fue hecha por decreto Nº 648 del 5 de abril de 1979, jurando ante la Suprema
Corte de Justicia de la Prov. De Buenos Aires con fecha 11 de mayo del mismo año.
Le acompañó como secretario el Sr. L. Oscar Ochoa un correcto funcionario con una larga
trayectoria en la Justicia de Paz.
Recién a mediados del año 1989 se designó un secretario letrado. La designación recayó en otro
joven abogado bolivarense, el Dr. Roberto Di Maggio.
En el acta constitutiva del nuevo Juzgado se hace constar, entre otras presencias, la del titular que
dejabda su cargo Don Ernesto Dastugue que había asumido el 1º de septiembre de 1958. También
la del Sr. Camilo Pérez Risso, Agente Fiscal desde el 10 de septiembre de 1971, junto al Sr. Luis
Larregle, Defensor de Incapaces desde el 20 de febrero de 1976.
Tribunales departamentales
En la actualidad la labor judicial está centralizada en los Tribunales del Departamento Sud-Oeste
con asiento en la ciudad de Azyl.
Correos y Telecomunicaciones
Distrito Militar
Sección Electoral
Aeródromo
Se irradian las señales de televisión emitidas por L.U. 86 de Mar del Plata –TV. Canal 8. Para lograr
ese objetivo se instaló una Estación Emisora en terrenos del Matadero Municipal y un sistema de
señal desde la ciudad de Olavarría.
Desagües pluviales
Las inundaciones urbanas, producto de un mal sistema de desagües, han tenido solución a través
de un convenio con la Dirección Provincial de Hidráulica, realizándose la obra en tres etapas.
El agua proveniente de las lluvias es conducida mediante ramales y conductos de sección circular y
rectangular respectivamente, hasta su desembocadura en el canal a cielo abierto ejecutado a tal
fin, a partir de ese punto cumple un recorrido por parte del sector rural del Partido para desaguar
en forma definitiva sobre el curso del arroyo Vallimanca.
Red Cloacal
La ciudad tiene una importante red local instalada y cuenta con una Planta Depuradora de líquidos
cloacales. Canales colectores los derivan luego por un canal a cielo abierto hacia la zona rural.
En el año 1938 se realizan los primeros sondeos tratando de captar agua potable, con la finalidad
de lograr la instalación de una red domiciliaria de agua corriente. Se los ubica en el Parque Las
Acollaradas, Matadero Municipal y Cementerio.
En 1942 se ejecutan 4 pozos de explotación de 50 m3/h, el N° 1, de 71 m3/h el N°2; de 50 m3/h el
N° 3 e igualmente de la misma capacidad el N°4. Recién en el año 1953-mes de enero- se montan
los equipos de bombeo de los cuatro pozos. El Decreto N° 03589/953 autoriza el libramiento al
público de la red de cloacas, lo que se hace el 22 de abril. Se habilita la zona I, total 60 cuadras.
El primer jefe de la seccional fue el Dr. Armando Sangrigoli. La primera solicitud de conexión
correspondió a la finca de la Avda. San Martín N° 420 propiedad del Dr. Renato Menéndez que
ejercía la profesión de odontólogo.
En la actualidad existen 13 pozos en explotación y las cuadras que tienen el servicio alcanzan el
número de 788.
Una plaza sobre la terminación de la avenida Lavalle, cedió su espacio verde, para instalar allí el
edificio de la Dirección y el tanque de reserva.
Un “Slogan” político que se hizo público para las elecciones de 1987 decía el “Gas es una realidad”.
Se ahogaba por conseguirlo y se apostaba al éxito. La construcción del gasoducto Bahía Blanca –
Lomas de Las Latas nos aproximó a esa aspiración del pueblo. En 1990 desde Chivilcoy se licitaron
las redes troncales y en abril del mismo año en nuestra ciudad tuvo lugar la apertura de la
licitación para la construcción de la red domiciliaria. Una Comisión Administradora Municipal con
la presidencia del Dr. Félix Bereciartúa ha realizado una ímproba labor para hacer posible todo el
trabajo previo y llegar, no sin esfuerzos y preocupaciones, al logro ambicionado. El gas natural con
sus ventajas para el hogar y con lo que promete para la radicación de industrias está, al término de
este libro, casi encendiéndose.
Por disposición de la Ordenanza N° 34 del año 1964 dictada por el Honorable Concejo Deliberante
se llamó a concurso para la adopción de un escudo del Partido de Bolívar que “deberá simbolizar
el origen de nuestro partido, su tradición, su pujanza económica y cultural presente y futuro de la
comunidad”.
Integraron el Jurado en aquel momento el Intendente Municipal Don Carlos A. Barrio, la Srta.
María Etelvina Cáceres, destacada educacionista, el Dr. Pedro Fernández López y los concejales
Antonio Bardella, Horacio N. Mapis, Dr. Dante Oscar Cimino y Andrés Morel por cada uno de los
bloques que integraban el cuerpo.
Fue ganador el Sr. Oscar Gentile, vecino dedicado a la herrería artística y hombre de Teatro como
director, autor e intérprete. El creador simbolizó en el contorno del partido, el fortín y el
mangrullo, nuestros orígenes. En la cabeza de toro y a espiga de trigo su pujanza agrícola-
ganadera y en el engranaje la futura industria que desde siempre se espera.
Por un error de concepción, al llevar el nombre escrito en su interior de San Carlos de Bolívar, se
ha constituido en el escudo de la ciudad. Por aquello de que San Carlos es la ciudad y Bolívar el
partido.
Preside el Honorable Concejo Deliberante de Partido de Bolívar, integrado por 16 concejales el Dr.
Juan Emilio Colombo del Partido Justicialista. Es secretario el Sr. Alfredo Acuse.
Preside la bancada de la Unión Cívica Radical el Sr. Francisco Alabart. A su vez es titular de a
bancada justicialista el Dr. Juan Carlos Reina y de la Unión Vecinal el Ing. Agr. Luis A. Leonetti.
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CAPITULO XLV
Registrar cada hecho, cada acontecimiento sucedido a lo largo de muchos año de vida, día por día,
año por año, es una tarea imposible. Esta cronología que agrego al final del libro no es más que un
complemento, tratando de no ser reiteración de lo ya dicho, muy breve y hasta caprichoso en la
elección de su contenido. Los libros municipales, alguna documentación salvada de la destrucción,
muy poca queda lamentablemente, y los periódicos de la época, sirven de apoyo a la inquietud del
investigador. Su mérito, si es que lo tiene, uno solo, contar con la paciencia necesaria para poder
cumplir con una tarea apasionante. Acaso, después, de todo, también sirva.
1880: - Don Constancio Molina, hombre fuerte de la época, denuncia el robo de una yegua mansa
en su tropilla. El Acalde –ese personaje que era Aráuz –multa al ladrón de nombre Felipe Ferrero
con la suma de $ 500. De lo contrario deberá cumplir trabajos en la plaza pública. El detenido se
niega, antes de trabajar, dice, prefiere que lo fusilen. En octubre se lo manda a 25 de Mayo, este
individuo tiene vergüenza de trabajar, y no tiene ninguna para robar, es la acertada reflexión de
Aráuz.
-Los muertos eran llevados a 25 de Mayo donde se les daba sepultura. El 26 de marzo don E. Silva
le escribe a Lubo: “El portador de la presente es un pobre de solemnidad que habiéndosele
muerto una hija, y como aquí no hay un local arreglado para ese objeto suplico a Ud. y a la H.
Corporación Municipal se le ceda sepultura gratis…
1881: - Este año marca el comienzo de la educación primaria en el pueblo, tal como se narra en el
capítulo correspondiente.
El Consejo Escolar queda integrado el 26 de septiembre de la siguiente manera: Emiliano Silva
(Presidente), Adolfo Luna, secretario y como vocales Domingo Palleyro y Rafael Rossi.
-Se nombra valuador del Partido a don Emilio Conrado (10 de febrero) en razón de las ventas
públicas realizadas. El 26 de Octubre se lo reemplaza por don Alejandro Villa.
-Se funda la Asociación Italiana de Socorros M. “Il FIor Di MAggio”. Los habitantes según el censo
de ese año alcanzaban a 2.055 personas.
1882: - El 14 de abril da comienzo a la mensura de los campos destinados a la ampliación del ejido
el agrimensor desginado D. Alfredo Thamm. En los diarios La Nación y La Pampa se publicaron
avisos para todos aquellos que pudiera tener interés en esos trabajos.
-Una ordenanza establece la obligatoriedad de blanquear las casas construidas en el pueblo.
-Se constituye una Comisión de Señoras para atender al Sr. Cura –que venía de Gral. Alvear – en
sus visitas a San Carlos.
-Se funda la Asociación Española de S. Mutuos.
1883: -La Municipalidad ordena acuñar una moneda para el Gobernador Dr. Dardo Rocha, como
reconocimiento a apoyo brindado para la ampliación del ejido.
-En febrero se encargan 60.000 ladrillos para edificar la capilla. Se levantó en la Plaza Mitre. Sobre
su muerte el lector ya está enterado.
-El 31 de mayo el Presidente Duval estima perjudicial la plantación de montes de sauces y álamos
en los solares urbanos. La Municipalidad a su pedido ordena cortar las existentes y prohibir
montes nuevos. Se permitiría la plantación de árboles frutales.
1884: -Ya tenemos la Parroquía y se celebra el primer bautismo en ella y además la primera unión
matrimonial.
-Por decreto del 16 de octubre se deja cesante al municipal titular 1° D. Emiliano Toledo por haber
intervenido en algunos desórdenes. Por incompatibilidad a D. Amaro Valenzuela y por no ser
vecino del Partido ni residir en él al Dr. Juan Alcorta.
-El cálculo de recursos alcanzaba a la suma de $ 175.000.
1885: - El Gobierno de la Pcia. de Buenos Aires dio un decreto con fecha 5 de enero – tal vez como
regalo de Reyes –acordando la suma de $ 1.000 oro para la compra de los ornamentos de la
Capilla y autorizó a la Municipalidad a votar una partida para tal fin.
1886: - La jefatura de Policía hace un envío como era habitual, mes a mes de los sueldos
destinados al personal policial con asiento en Bolívar. La mensajería “Unión Argentina” era la
encargada del traslado de las sumas correspondientes.
-Agosto 10: El Consejo Escolar que preside José Rodríguez, siendo secretario Buenaventura
-Arriazu, solicita al Presidente de la Municipalidad un terreno de sus propios señalados como
sobrante N° 22 lindante a la chacra N° 236. Para establecer –dice la nota- lo antes posible la
escuela N° 6, comprendida en el presupuesto vigente y con el fin de obtener los más beneficiosos
resultados para el mayor número de alumnos posibles.
-Noviembre 9. El Consejo de Higiene de la Pcia. recomienda al Presidente de la Municipa-lidad
adopten medidas higiénicas a raíz de los casos sospechosos de cólera ocurridos en la Capital
Federal. Lleva la firma de don Manuel B. Gonnet.
1887: - Marzo 3: El Juez de Paz pone a disposición del Presidente de la Municipalidad al individuo
Natividad Barrera condenado a trabajos públicos por el Juzgado, por el término de quince días
contados de la fecha. Los multados que no hacían efectiva su multa sufría condena a trabajos en la
Municipalidad.
-En octubre 15 don Federico Dozo hace entrega de los bienes de la Municipalidad bajo
inventario del Presidente entrante, don Patricio Linch Pueyrredón. La carpeta se guarda en el
archivo municipal y tiene detalles dignos de mención, ej: cantidad de libros de contaduría y
correspondencia, además de solicitudes de solares efectuadas a la Comisión Fundadora.
Y es destacable el mobiliario existente: seis sillas, dos sillones, un escritorio de nogal, dos mesas
escritorios con carpeta de paño, un reloj de pared, una biblioteca, un cuadro de San Martín, una
lámpara de pie. Un tintero de cristal de roca y catorce lapiceras repartidas en la Municipalidad y
las dos Alcaidías.
Tres banderas con sus astas y un escudo de la Municipalidad. El rubro herramientas era mucho
más pobre: dos carretillas, seis palas y una guadaña, una escalera grande y una chica, un martillo,
un mortero para bombas, dos embudos, un galón para kerosene y algo que no podía faltar: dos
aros para correr sortijas. Algún canasto y un plumeo nuevo completan el lujo de aquel entonces.
Pensar que con tan poco, se hizo tanto.
-El agrimensor Manuel Almeira escribe desde Morón expresándole al Sr. Presidente de la
Municipalidad su imposibilidad de acceder a la realización de trabajos de mensura. Propone a un
ayudante que ya había cumplido funciones en San Carlos, que no es otro que el muy conocido D.
Emiliano Silva.
1890: - Esta vez es don Patricio Linch Pueyrredón el encargado de firmar escrituras a favor de
donatarios, actuando como secretario don Buenaventura Arriazu, el primer poeta de San Carlos.
Se le extiende a favor de doña María Eusebia Acosta, vecina mayor y soltera.
Adquiere en esa fecha don Juan M. Courtoir y don Dionisio Cañas, junto a una lista por cierto
extensa de beneficiarios.
1891: -Agosto. Obtiene su personería jurídica la “Asociación Italiana de S.M Il Fior di Maggio”.
-Octubre 4. Presenta una cuenta el Sr. Rafael Rossi a la Sociedad Española por la suma de $ 36,50
m/n en concepto de aplicación de ventosas a sus asociados.
-Noviembre 22. En reunión de Comisión Directiva de la Soc. Española se da cuenta de haber
construido el cerco de la pared de línea de la calle con el ladrillo que existía en el corralón y de
haber puesto en los solares últimamente comprados, plantas de sauces en número de 300.
1892: -Marzo 13. Nota del Presidente de la Sociedad Italiana “Il Fior di Maggio” firmada por su
Presidente don Cataldo Altavista, dirigida al presidente de la Municipalidad, invitándolo para la
fiesta a celebrarse el viernes 18 a las 5 p.m., acompañándose con bandera, para presenciar la
inauguración del nuevo salón de la Sociedad. De paso pide algunos muebles para adorna la sala.
-Se da a conocer la lista de los mayores contribuyentes, son ellos: Antonio Lautre. Melchor Arruty
y Juan V. Erramuspe por patentes. Los señores José Llorens, josé L. Ichaso y Patricio Linch
Pueyrredon por contribución directa.
-Agosto 3. El telégrafo de la Provincia solicita la cesión gratuita de lotes de terrenos propiedad de
la Municipalidad para levantar las oficinas telegráficas.
-El Consejo Superior de Higiene de la Pcia. contesta un pedido de vacunas por haberse producido
casos de viruela. Asegura que dicho Consejo remitirá con mayor frecuencia la vacuna
indispensable para llenas las necesidades de la población.
1893: -Marzo 11. De don Alfredo Faucheux al Intendente Juan Urdampilleta: “Debiendo empezar e
día 15 del corriente con el enrolamiento de la Guardia Nacional, estando así decretado por el
S.G.N. es que me dirijo a Ud. se sirva acordarme la subvención que es de práctica en estos casos
para sufragar los gastos que con tal motivo se hacen necesarios en la Comandancia.
-Setiembre. Los vecinos Pedro Etcheverry, Graciano Ordoqui, Mariano Urrutia, Domingo Iglesias,
Juan Mugica y Marcelino Larralde, entre otros, piden al Concejo Deliberante la apertura del
Camino Real que une a Bolívar con 9 de Julio, cerrado y desviado por el Sr. Dionisio Cañas en el
Cuartel 2º del Partido, y que se pongan las tranqueras correspondientes.
-Octubre 15. Renuncia al cargo de Alcalde del Cuartel 1º, el vecino don Pedro Botana.
.Noviembre 18. Juan Sacca dice ser dueño de la casa de tolerancia que administra doña María
Pecce, instalada en el año 1890, y pide rebajas al H.C. Deliberante en la patente anual y la licencia
para bailes.
1894: -Es nombrado Agente Consular de Italia en San Carlos, el Sr. Juan Perini, comerciante del
ramo hotelería.
-7 de Febrero: La Sociedad Española resuelve cercar el fondo del terreno que ocupa para lo cual
decide comprar de 35 a 40.000 ladrillos entre los horneros españoles y a quien cotice mejor
precio.
-5 de Mayo: El Alcalde de Santander comunica haber recibido las 590 pesetas enviadas desde
Bolívar para socorro de las víctimas de la catástrofe del puerto y expresa su agradecimiento.
-20 de Junio. Se produce la muerte del médico Juan Altavista, de muy breve actuación en Bolívar.
El Dr. Juan Pascualini acepta ser médico de la Sociedad Española, actuando en forma conjunta con
el Dr. José Fabrés García,
-Noviembre. En sesión ordinaria de la Comisión de la Sociedad Española, el Sr. Víctor Mallol (padre
del poeta), manifestó que deseaba saber si el dinero que pone la Sociedad en tesorería gana algún
interés. El Sr. Presidente D. José María Raíz le hace saber que no gana interés alguno en razón de
no existir entidad bancaria en la localidad. Poco tiempo después la Sociedad habilitó un sistema de
préstamos a sus asociados, exigiendo una firma en garantía y devengando intereses.
-Diciembre. Se incorpora como farmacéutico a la Sociedad Española, el Sr. Joaquín Sánchez para
efectuar las tradicionales romerías españolas en su chacra durante el mes de marzo.
1895: -16 de Enero. La Sociedad Española acepta el ofrecimiento del Sr. Joaquín Sánchez para
efectuar las tradcioanales romerías españolas en su chacra durante el mes de marzo.
-1 de Marzo. Se contrata al Sr. José Meregaglia para el transporte de los 23 músicos que llegarán
desde 9 de Julio para las romerías en la suma de $ 150.000. incluido el retorno.
-Junio. Se establece en el pueblo el médico D. Francisco Arana.
-2 de Septiembre. El asociado don Juan Fábrega, cuyo mausoleo es el primero que encontramos al
entrar al cementerio sobre mano izquierda, inaugura el sistema de préstamos de la Sociedad
Española. Se le concede la suma de $ 300.000 m/n por el plazo de 180 días y aun interés del 1 y
medio por ciento mensual.
1897: -Para alojar a los músicos llegados para las romerías, la Sociedad pide presupuesto a los
hoteleros Basilio Casariego y Cía. (Hotel La Vizcaína), Tasistro y Cogo (Avda. Gral. Paz y Pelegrini y
Félix Aranguren (La Navarra).
-Se instala en San Carlos Armería: el taller de armería y ventas de las mismas a cargo de don
Ottorino Grossi.
-30 de abril. El boticario Carlos Gilardi reemplaza a don Alfonso Calvagni en su relación profesional
con la Sociedad Española. Ya vamos viendo cómo la familia del arte de curar va incorporando
nuevas figuras.
-27 de Junio. El Sr. Antonio Lautre se hace cargo de la Presidencia de la Asoc. Española de S.M. en
reemplazo del Sr. José María Raíz.
La Sociedad encarga a don Antonio botana, -el mismo que habría de fundar con Nicolás Rueda,
ambos españoles, el Bolívar Ilustrado- la confección de varios cuadros. Son ellos de Cristóbal
Colón. Fernando e Isabel La Católica, reyes de España, Méndez Núñez, Cánovas del Castillo, Prim,
José Zorrilla, Alfonso XII y la Reina Regente.
En la Secretaría de la Institución, tras el telón del Coliseo es dado ver algunas de estas obras,
pintadas con suma maestría en aquel momento.
Ya al finalizar el año, la misma entidad resuelve comprar un piano.
1898: -Es Intendente don Valentín Fernández Coria-, Presidente H.C. Deliberante don Andrés
Gamundi; Vice-1º D. Irinero Poce y Vicepresidente 2º D. Francisco Corvalán.
-Llega la primavera locomotora a San Carlos, don José Hoya. Refiere que fue el 11 de abril. La
oficina local de la estación ferroviaria da como llegada del primer tren el 31 de julio. Y ambas cosas
parecen conciliarse si es que primero llegó una locomotora, algo así como una prueba, y luego
arribó el primer tren.
-Aparece el “Bolívar Ilustrado” primera expresión periodística de autores locales y con imprenta
propia. “El Progreso” es del mismo año y nos queda la duda muy fuertemente asentada: ¿No
habrá sido el primero?
1899- “Teniendo en cuenta las deficiencias de que adolecen los archivos de marcas y señales del
Partido que existen la Intendencia, se decreta la formación de nuevos registros y se convoca a los
propietarios por el término de tres meses a concurrir para registrarse. “La resolución dada el 17 de
enero lleva la firma de don Andrés S. Gamundi, intendente”.
-Un aviso comercial da cuenta que ha quedado disuelta la sociedad que giraba en plaza con el
rubro B. Casariego y Cía, en el ramo hotel, de la cual formaban parte de los señores Basilio
Casariego y José Horta, quedando a cargo del activo y pasivo el Sr. B. Casariego.
-Se nombra maestra de primer grado en la escuela Nº 2 a la Srta. Juana F. Ricabarra.
1900: -Renuncia al cargo de Secretario del H.C. Deliberante el Sr. José María Covián y en su
reemplazo se nombra al Sr. Juan Salduna.
-Varios vecinos se dirigen al H.C. Deliberante pidiendo la remoción de la casa de la tolerancia sita
en el barrio de la estación; se resuelve nombrar a los concejales Altavista, Fernández y Martínez
para que estudien detenidamente el asunto y hagan el informe.
-Se instala en el local de la Sociedad Española el colegio para varones que dirigía el Sr. Harispe
(Escuela Nº1). (Luego da lugar al Colegio de Alías).
-Llega procedente de Pehuajó don Alejandro Martínez con su esposa Catalina Odriozola. Pronto se
integrarían a la vida social y comercial del pueblo constituyendo una honorable familia.
1901: -La Plaza Mitre y un conflicto que debió decidir la justicia. La capilla primitiva se instaló, lo
hemos dicho, en lo que hoy es la plaza Mitre. La Municipalidad tenía el propósito de levantar en
ese predio la Iglesia Parroquial y su propio edificio.
Para ese fin había reservado dos lotes de 20 m de frente por ciencuenta de fondo. Los vecinos que
ocupaban el frente de la calle se opusieron a esa medida y a la venta de los lottes restantes en
subasta pública. Entendían que allí debía ir una plaza y que la calle debía ser ensanchada como
una avenida, pero la venta se hizo y resultaron compradores don José Natiello, Melchor Arruty,
Luisa B. de Maineri, Francisco Morelli, Vicente Yanuzzi y Norberto Sueldo.
Algunos empezaron las construcciones mientras los disidentes iniciaban juicio. En 1901 la Suprema
Corte de Justicia de la Provincia –tan alto se había llegado- cerró el caso con un fallo final a favor
de los vecinos. Ganamos así una hermosa plaza y una cuadra, nada más que una cuadra de
avenida, por lo que nuestra debe ser la más corta del mundo.
-Compra de bueyes: aunque nos parezca una novedad, el periódico de aquella época, en su
sección comercial, daba cabida al aviso de los martilleros Wildner y Oro que decía: “compramos de
una a veinte yuntas de bueyes.”
- Petición mercantil: (Bolívar Ilustrado, 13 de enero de 1901). “Varios empleados de comercio se
han dirigido a esta redacción solicitando hablemos algo en nuestras columnas en pro del gremio al
cual pertenecen e interpongamos nuestros buenos oficios para conseguir el cierre de las casas el
domingo por la tarde”.
“Y que quieren Uds. Que hagamos, apreciables jóvenes. La petición de Uds. Es muy justa, pero
donde manda patrón no manda marinero, y si los patrones no cierran es porque no quieren.”
1902: - 7 de Septiembre. Un violento ciclón se abate sobre la ciudad y causa víctimas y destrozos
de importancia. Se solicita la cooperación del Gobierno y hasta el Gobernador D. Marcelino Ugarte
se hace presente para conocer personalmente la situación.
-Continúa siendo intendente don Juan V. Erramuspe que había asumido el 1º de enero de 1901.
1903: Se designa Comisionado al Sr. Andrés Macaya y actúa como secretario el Sr. Domingo Crisci.
-La Comisión de Auxilio creada para mitigar los efectos del ciclón se constituye en Comisión Pro-
Hospital.
-Se derriban las construcciones levantadas en lo que es hoy la Plaza Mitre y también “desaparece”
la capilla instalada en el mismo lugar.
-Al renunciar el Comisionado Macaya el 15 de julio, aparece en escena don Emeterio Lautre, un
caudillo que se “hará ver”.
-Se solicita al H.C. Delibertante la creación de tres puestos para inspectores que tendrán asiento
en Hale, Pirovano y Daireaux.
1904: -El vecino don Nicolás Ubici ofrece a la Municipalidad en venta el tejido de alambre que
cerca la plaza FF.CC. que le sería de mucha utilidad ya que está cercando el predio municipal.
Compró a $ 500 y deja librado al criterio de los ediles el precio a establecer.
-Abria sus puertas la zapatería “Marconi” de don Nicolás Colella, La especialidad de la casa era la
venta de calzado sobre medida.
El matrimonio tuvo siete hijos constituyéndose en una familia de amplia vinculación y progreso.
1905: -Continúa como Comisionado don Emeterio Lautre y es Comandante Militar D. Manuel
Fernández.
-Ocurre un cruento episodio de Pirovano que narramos en este libro.
-El 7 de Julio se coloca la piedra fundamental del nuevo edificio del Templo Parroquial. Asiste
Monseñor Francisco Alberti.
1906: -Se instala la Panadería y Pastelería “La Internacional” de la firma Lupano y Cía. El apellido
habría de prolongarse a través de los años en esta actividad panaderil y en otras, siempre en el
marco de un trabajo permanente y confiable.
-Se funda una Sociedad de Beneficencia integrada por miembros del magisterio con el nombre de
“Sociedad de Beneficencia integrada por miembros del magisterio con el nombre de “Sociedad
Belgrano”, presidida por la Sra. Corina R. Santa María y secretaria Zelmira Covián. En 1913 se hizo
cargo de la entidad una Comisión de Damas. En 1916 fundaron “La Gota de Leche”. Su
preocupación fue asistir a los niños pobres y a las familias necesitadas de alimentos y ropas.
1907: -Preside el Concejo Deliberante el Dr. Francisco Destéfano, Vice 1º es el Sr. Enrique C. Welss;
Vice 2º don Mansueto Cepeda y Secretario Vicente B. Cabrera.
-Octubre 6: El H.C. Deliberante convoca a reuniñon para sortear los municipales que terminan su
mandato el 31 de diciembre y que son: D. D. Benjamín Etcherrán (suplente).
-Siendo un problema de urgencia normalizar la justicia de paz del partido se forma una terna con
los vecinos D. Prudencio Soto, DD. Norberto Lima y D. José Tamagno.
El 23 de noviembre presta juramento como Juez de Paz, designado por el Ministro de Gobierno, el
Sr. Prudencio Soto.
-Noviembre 25. Son proclamados concejales titulares los señores Alfredo Vaccarezza, Vicente
Colombo y Zoilo Creado (titulares) y Don R. Fabrizio (suplente).
-En los comicios en que se presentan las fracciones Partidos Unidos y Comité Independiente votan
335 ciudadanos. Corresponden 193 a Partidos Unidos y 142 a Comité Independiente.
Nos referimos a elecciones municipales.
1908: Preside el H.C.D. don Benjamín Etcherrán; Vice 1º es D. Cipriano Lima; Vice 2º D. Fernando
Etchegoyen y Secretario D. Oscar F. Villar.
-Tras la renuncia del Intendente Manuel Fernández, están al frente de la comuna el senador
Fernando Cordero, el diputado Carlos Fernández Cutiellos y don Gaspar López Costas que entrega
finalmente el 30 de octubre al Dr. Rogelio J.Solis.
-Don Pablo Guglieri, vecino de Daireaux, hace gestiones para obtener el nuevo Partido de Caseros
con tierras de Güaminí, bolívar, Pehuajó, La Madrid y Cnel. Suárez.
El Comisionado don Carlos Cutiellos hace gestiones para darle a Daireaux sucursal bancaria y de
telégrafo.
-Dice “El Progreso”; existen en Bolívar algunos individuos que después de una vida no del todo
correcta, han llegado a poseer algún capital, dedicándose a su explotación en forma de préstamos
a base de interés fabuloso, o como vulgarmente se dice usuario. ¿Ya en 1908?
-Vaya esta queja que bien puede tener cabida en la actualidad. “La gran afluencia de piezas
postales que diariamente llegan a este pueblo, hacen casi imposible el reparto de la
correspondencia en las condiciones que los reglamentos de la repartición indican.”
-Para completar la trilogía periodística agreguemos esta otra perla que después de 80 años sigue
teniendo vigencia: “Uno de los primeros actos realizados por el nuevo Director de Escuelas ha sido
el de ordenar el pago de haberes de los maestros de varios distritos, entre los que figura Bolívar.”
Y agrega: es un buen estreno y una garantía para el personal docente, pues parece que el Dr. garay
sabe que los maestros son de carne y hueso como los demás y necesitan del sueldo mensual para
hacer frente a sus compromisos,
-El Dr. José Fabrés García, de cuya invalorable acción médica nos hemos ocupado, había adquirido
una chacra por donación de la Municipalidad. Allí instaló su Granja “Santa Teresita” y como lo
cortés no quita lo valiente, hacía saber en un aviso publicado en “El Progreso”, que vendía y
repartía a domicilio leche de primera calidad. Tenía un lechero de nombre Fidel Vilanoba,
encargado de esa sección tambo.
-Se lanza la idea de fundar un Banco Municipal de Préstamos.
1910:-Enero 8. Designase al Señor Oscar F. Villar para que se traslade a la localidad de Daireaux y
procede a practicar una investigación administrativa tendiente a aclarar los cargos que pesan
sobre el delegado municipal y que han dado motivo a comentario de los diarios “La Prensa” y “La
Nación”.
-Febrero 5. Se suspenden los festejos oficiales del carnaval. La agitación política del momento y la
situación de tirantez que se vivía entre pueblo y autoridades hizo aconsejable la medida.
-Se producen los memorables paros, en abierta actitud de protesta contra las autoridades. El
primero de ellos se inició el 1º de febrero y duró 16 días. El segundo empezó el 1º de Junio y
terminó con la dimisión del Intendente.
-Junio 13. Asume el Comisionado Dr. Pedro Díaz Pumará.
-Carreros Unidos de Bolívar; en noviembre de este año queda constituida la sociedad gremial
“Carreros Unidos de Bolívar”. La Comisión Directiva estaba integrada por lo señores Carlos Amaral,
Juan Alvarez, Dolores Morales, Domingo Cometa, Miguel Crespo, Pascual Machi, Manuel Lucero,
Domingo Loprete y Benigno Chávez. La tarifa dada a conocer establecía por la primera legua de
distancia y por cada bolsa de cereal que no pasara de 70 kilos, 15 centavos; por la legua y media,
18 centavos y por dos leguas 0,20 centavos.
-Arriba a San Carlos de Bolívar para radicarse aquí, el Dr. Seizo Ito, nacido en la Japón, hombre
talentoso y caballaresco se dedicó a las tareas del agro. El Hogar de Niñas del Colegio Jesús
Sacramentado lleva su nombre y ocupa la casona que fuera de su propiedad, legada luego a la
institución religiosa.
-Por ley del 5 de Julio, Casares deja de pertenecer a Bolívar y se convierte en Partido autónomo.
-Se establece el descanso dominical. Por acuerdo entre patrones u empleados, desde el 7 de Julio
se establece el descanso dominical total.
1911: Preside el H.C. Deliberante don Juan V. Erramuspe, es Vicepresidente don Diego Castro
Pueyrredón y Secretario D. Felipe Arellano. Secretario de la Intendencia Salvador Escarrá, tesorero
D. Adolfo Luna, Auxiliar contador Miguel Guichandui; Inspector General Arsenio Méndez, Sub-
Inspector general D. Blas M. Cúparo. Encargado de guías D.G. Alexander; Médico Veterinario Dr.
Angel Demarco Mortati; Médico de Policía Dr. Rogelio Solís.
-Abril 1°. Se crea Lazareto para internar a enfermos infecciones, a raíz de haberse declarado una
epidemia de difteria.
-Queda librado al servicio público el molino a vapor del Sr. Antonio Lautre, ubicándose como
Gerente el Sr. José H. Caceres.
-El Comisionado Municipal Dr. Pedro Díaz Pumará donó la suma de $ 5.600 para ser destinados a la
creación de un vivero municipal.
Este vivero se estableció frente al Hospital, en lo que hoy es la Plaza Roca.
-La Junta Directiva designada por la Asamblea de socios del Hospital Público ha comenzado a
ocuparse de restablecer la normalidad del servicio, bastamente abandonado en los últimos
tiempos.
Se resolvió solicitar a las Hnas. de Caridad de la Orden Siervas de Jesús Sacramentado su
cooperación para la Administración Interna.
1913: -La moda femenina tendrá con Ana.T. de Antoniotti una conducción acertada. Abre
Academia de Corte y Confección, Corsetería y todo aquello que la mujer de ese momento exige,
será objeto de su preocupación.
-Preside el H.C. Deliberante don Ramón Arriaga. Vice 1° es don Enrique Calac, Vice 2° don Salvador
Escarrá y Secretario D. Felipe Arellano.
-Se radica en Urdampilleta procedente de La Pampa, don Flores Gándara de origen español. Su
misión: construir un pueblo. Y lo hizo.
-Las alpargatas y los zapatos marchan por separado. Para vender las primeras y toda clase de
artículos de lona aparece don Constantino Asencio, de una larga trayectoria en el ramo. Para
sumarse a un rubro que ya tenía sus expositores llega don Celestino Zabalo. Su zapatería “La
Navarra” parece indicar un origen ¿o no?.
- Los niños de las escuelas reunidos en la Plaza Alsina conmemoraron el nacimiento del Himno
Nacional Argentino. La banda fue la encargada de ejecutar sus vibrantes acordes.
-El barítono Negrini cantó en el Teatro, obras de Verdi, Tosti, Donizzetti, Rossini y Baldelli.
-Es nombrado Médico Veterinario Municipal el Dr. Ignacio Juaristi Rossas.
1914: -Enero. Don Pablo Ignatti se lanza a la aventura comercial con casas de electricidad e
instalación de usinas eléctrica. Un día cerrará sus puertas pero el apellido seguirá vigente por un
tiempo más por una llamada Pensión Ignatti.
-Febrero 11. Se declara una epidemia de tifus en la población, y se adoptan severas medidas para
evitar su propagación.
-Junio 28. En sesión celebrada por el H.C. Deliberante, se resuelve introducir algunas economías en
el presupuesto.
-Taller de Vicentinas: En el mes de noviembre comenzó a funcionar en el C. Jesús Sacramentado el
Taller de Señoritas aspirantes a la Conferencia de San Vicente De Paul. El fin del taller era
proporcionar ropa a los pobres. Preside la Srta. Celia Cepeda y le acompañan Delfina Franchimont,
María Esther Etcharrán, América Funes, Rosario López y muchas señoritas más.
1915: -Se hace cargo de la comuna por segunda vez el Dr. Rogelio Solis. Es secretario D. Adán
Carrizo Atechegaray; Defensor de Menores Zoilo Creado; Médico de Policía Dr. Santiago Ferro.
-Los bolivarenses tenían sus expansiones en los bares que al parecer no eran pocos y estos tenían
el atractivo de pasar películas. La crónica social de “El Bolivarense” del 15 de septiembre registra
funciones en el Bar San Martín, Bar Oriental y Bar Bolívar. Debemos agregar que los hoteles
importantes como La Vizcaína, Del Comercio, roma y otros, también pasaban “vistas”.
- La Municipalidad resuelve abrir un “Registro de Pobres” en el que se anotará el nombre de todos
los vecinos que por su estado de pobreza sean merecedores de socorro municipal ya sea en
asistencia médica, recetas, alimentos, pasajes, cajones fúnebres, etc.
-Se nombra una Comisión de Vecinos compuesta por los señores Bernardo March, José Chorén,
Mateo Garay y Juan Compta, para que se encarguen del cuidado de las plazas Italia y España y sus
alrededores, “en la imposibilidad absoluta de atenderlas por falta de personal”.
- Se auspicia la instalación de ferias francas que se realizarán todos los domingos, y se solicita al C.
Deliberante la eximición de impuestos a los que concurran a vender sus productos. Estas son las
primeras ferias francas que se instalan en San Carlos.
- Se prohíbe la conducción de cadáveres al Templo Parroquial para celebrar misa de cuerpo
presente, responsos, etc. Posteriormente la ordenanza quedaría derogada.
1916: -Enero 20. El H.C. Deliberante autoriza al Intendente a expedir certificados de la deuda
pública, por deudas anteriores al 16 de junio de 1910, hasta 30.000 pesos.
-Renuncia a la secretaría el Sr. Carrizo Etchegaray y asume el Sr. Alvaro Martínez (padre).
-Se radica en el pueblo el Dr. Martín P. Puyade, ex interno por concurso del hospital Rivadavia y
exjefe de servicio del instituto Modelo de Clínica Médica de la Universidad de Buenos Aires.
-Julio 12. Se suspende el servicio de música municipal por carecer de fondos.
-Octubre 6. Se aprueba un proyecto de Ordenanza por el que las panaderías existentes en la
localidad, deberán usar para la elaboración del pana amasadoras mecánicas.
1917: -Se construye una torre sobre el edificio de la Municipalidad vieja para colocar un reloj
donado por el Sr. Mariano Unzué. Es el primer reloj público que funciona en el pueblo.
-Se realizan grandes fiestas con motivo del Centenario de la Declaración de la Independencia y se
coloca la piedra fundamental del Monumento al Gral. José de San Martín.
-Renuncia al cargo el relojero municipal el Sr. Roberto Paganini y es nombrado el Sr. Héctor Delupi.
-Agosto 14. Se prohíbe el juego de barriletes en los barrios donde existen redes del alumbrado
eléctrico o del teléfono.
1919: -Junio. Se autorizan las construcciones de un canal de desagües paralelo a las vías, un
calabozo y una oficina en la comisaría, refección de nichos y en los corrales arreglos varios. El
“kiosco” de la Plaza Alsina y colocación de alumbrado externo en el Palacio Municipal.
-Se acuerda una partida de $ 10.000 para sufragar gastos originados en el auxilio y socorro de los
damnificados por la inundación.
-La inundación también preocupa a doña Luisa Krauss, titular de un negocio “extra-muros” por lo
que pide se le exima de la paga del mes de agosto y hasta tanto se retiren las aguas y que en los
meses siguientes se le cobre el 50% de lo que corresponda. Se resolvió hacerle una rebaja del 50%
hasta fin de año.
-Octubre 19. La Comisión Pro-inundados estima necesario la creación de un Hospital Auxiliar en
razón de las inundaciones que sufre el Partido. Los Dres, Solía y Salces rechazan la idea.
1922:- Enero 18.Estación Torrecita. Se hace saber a los contribuyentes que desde el día 23 al 29 de
enero del corriente año se procederá para facilidad de los contribuyentes a despachar las patentes
municipales en el local del Sr. José Martínez.
-Aviso oficial: Las personas que quieran usar disfraz durante los días de Carnaval en los centros
poblados de Pirovano, Urdampilleta, Estación Hale y Villa Sanz deberán munirse de los permisos
correspondientes los que serán despachados por las delegaciones o empleados destacados en los
puntos citados, debiendo ser visados por los encargados de los destacamentos, sin cuyo requisito
no tendrán valor alguno (Febrero 20).
-Junio 25. Al tener que reasumir en sus funciones el Sr. Joaquín Peñóñori luego de una licencia,
renuncia a su cargo de Intendente. Queda al frente del D. Ejecutivo el Sr. Félix García.
-Se aprueba la tarifa para el servicio de alumbrado público librado en Pirovano.
-Se crea la Escuela de Música para Adolescentes a raíz de un proyecto del concejal Daroqui.
1923: -El Corso oficial este año tuvo lugar alrededor de la Plaza Alsina, cambiando su recorrido
habitual sobre la Av. San Martín.
-Atento a la renuncia presentada por el Sr. Benito González al cargo de delegado en el pueblo de
Pirovano, se designa al Sr. Juan Etcheto.
-Disolución de sociedad: Por escritura pasada ante el escribano don Alfredo Fabrés, quedó disuelta
la razón social Irigoyen, Pérez y Cía. un importante comercio de ramos generales instalado en
Urdampilleta.
-Intervenida la comuna por decreto del P.E. Provincial cesa en su cargo don Sebastián Hueso el 10
de octubre y asume el Dr. José A. eiva como Comisionado.
-Noviembre 23. Nómbrese a don Claudio Urdampilleta, Delegado Municipal “ad honorem” de
Torrecita.
1925: - Marzo. Es designado para ocupar el cargo de auxiliar de la oficina de Marcas y Señales el
Sr. Miguel V. Natiello.
-Abril 5 – Se comunica a los tenedores de bonos de Empréstito Municipal que en Tesorería se paga
desde el 20 del corriente una amortización del 20% más el 5% de interés de acuerdo a la
Ordenanza transcripta al dorso de cada bono.
-Se establece el horario de atención municipal de 12 a 17 horas (15 de abril).
-Mayo 16. Prestan juramento de ley los señores Julián P. Iragüen y Braulio Vallejos, designados
para el cargo de Juez de Paz titular y suplente, respectivamente.
1926: -Febrero 9, Declárese corso oficial el que tendrá por recorrido de general Belgrano por
Avenida Alsina hasta Alte. Brown, por ésta hasta Av. San Martín y de ésta hasta Alvear.
-Marzo 2. Llámese a licitación pública por el término de 15 días a contar desde la fecha para la
provisión de 100.000 kilos de alfalfa o mezcla seco en fardos de 35 a 40 kilos.
-Abril 15. Se amplía el alumbrado público a varias calles de la localidad.
-Se dispone ampliar con 9 focos de 1000 bujías el servicio de luz de las Plazas Alsina y Mitre.
- Octubre 28. Se designa Alcalde del Cuartel 1° del Partido a Don Camilo Pérez.
1929: - Es reelecto el Sr. Althabe y continúa como secretario el Señor José Anglés.
Se solicita al Gerente de la Unión Telefónica S.A. una línea que permita comunicarse en forma
directa con la Capital Federal. El memorial da cuenta de las dificultades que se tienen al tener que
operar con 25 de Mayo que recibe además comunicaciones en Güaminí y de todas las estaciones
intermedias. Era encargado de la oficina local don Emilio Montesano.
-Se dieron comienzo en las obras de pavimentación urbana.
-El incendio ocurrido en el Cine Select el 21 de diciembre del ao anterior avivó en la población los
comentarios para organizar una Sociedad de Bomberos Voluntarios.
-La Sociedad Italiana “Il Fior Di Maggio” eligió nuevas autoridades. La Comisión Directiva quedó
integrda con los Sres. Antonio Giffoni (Presidente) Conrado Scapellato -Vice), Miguel Zampatti
(Secretario), Virgilio Rossi (Pro secretario), Francisco Culotta (Tesorero), y como vocales, Juan
Farace, Marcelino Achuelo, Pascual Sarchione y Alfonso Felice.
-Se realizó en la Esc. N° 1 la inauguración de la Copa de Leche, cuyo sostenimiento está a cargo de
la Asociación Cooperadora presidida por la Sra. Zelmira Covián de Larrosa.
-Don Salvador Merialdo ofrecía un hermoso automóvil de 52 HP marca Graham Paige al precio de
$ 3.395 puesto sobre vagón en Buenos Aires. Por su parte, Don Rafael Mateu, con agencia en
Mitre N° 201, proponía “la nueva creación de Chrysler De Soto Seis con motor poderoso, ligero y
suave que, silencioso, imprime al coche un impulso alado”.
-Se instala la Sala de Primeros Auxilios en Urdampilleta, por Ordenanza del 4.11.28, nombrándose
médico de la misma al Dr. Ricardo González Bonorino y miembros de la C. Administradora a los
Sres. Roberto Campión, Máximo U. Lorda y Manuel Caballero.
1931: - Se acuerda una asignación mensual por parte del H. Concejo Deliberante de $60.00
-Es nombrado Delegado Municipal en Urdampilleta el Sr. Alvaro Martinez en reemplazo del Sr.
Miguel Volpe Lagreca.
Junio 13. Muere Casimira Barroso, la ejemplar maestra. La municipalidad adhiere al duelo
designando funcionarios para concurrir el acto del sepelio y votando una partida de $250 para
contribuir a los gastos que demande el mismo.
Se hacen trabajos de urbanización y parque en Las Acollaradas.
La municipalidad otorga medallas de oro a los Campeones Argentinos de 1931 y medallas de plata
a los suplentes.
1934: - Movimiento demográfico de Enero y Febrero. Registro Civíl 1ra. Sección a cargo del
escribano Vicente B. Cabrera. Nacimientos 90. 50 varones (32 legítimos, 18 ilegítimos) 40 mujeres
(31 legítimos, 9 ilegítimos). Matrimonios 20, defunciones 18. 2da. Sección: Escribano Francisco J.
Orlando. Nacimientos 58. Varones 24, mujeres 34. Matrimonios 12, defunciones 24.
-En virtud del atraso en que incurran los contribuyentes por servicio de alumbrado en las
localidades de Urdampilleta y Pirovano, la Municipalidad dispuso que la cobranza estuviera a cargo
de los concesionarios señores. Arbuco y Cía.
-Se nombra al señor José Lampón para el cargo de inspector y despachante de guías, al señor
Alberto Guichandut.
-Asume como titular del Registro Civil Sección 2da. al Escribano don Aldo Gagliardi y Gortari con
sede central en Pehuajó y que se ocupa en transacciones sobre haciendas ha instalado en la Av.
San Martín N° 646 de nuestra ciudad una sucursal.
1936:- Mayo 31. Se inauguró la estación de servicio “Bolívar” ubicada en la esquina de Av. Gral.
Paz y Roca, colocada bajo la advocación de NS de Pompeya. Su titular don Antonio Fernández
Gandarias sirvió a los presentes un Vino de Honor.
-La Comisión Cooperadora de la Escuela N° 2 renovó su Comisión Directiva quedó constituida de la
siguiente manera: Presidente Sr. Antonio Quibus; Secretario Sr. Enrique Pla; vocales Sres. Juan
Otano, César Bacigaluppo, Bartolomé Salom y Angel Carrillo.
-Partió para Rosario David Sabattini, director de la Escuela de Arte y Oficios, trasladado a la escuela
de esa ciudad. Actualmente el Dr. Sabattini Méndez, hijo de esta ciudad es destacado médico con
importantes investigaciones. Vive en Nueva York.
1937:-La provisión de los muebles, cortinados, alfombras y efectos varios para vestir el nuevo
edificio municipal fueron adquiridos a la firma Luis F. Bottini de la Capital Federal.
-Agosto 12. Al abrirse las propuestas para la construcción de la Asistencia Pública de Urdampilleta
en el despacho del Sr. Intendente se registró un empate, entre los proponentes Antonio Devito
Hnos. y Juan Gándara. Muy salomónicamente se resolvió el problema practicando un sorteo. La
suerte favoreció al Sr. Gandará. La suma aceptada $ 29.495.30.
-Homenaje a Agustina Pelletieri: Mayo 2. En el Cine teatro Novelty se realizó la demostración
organizada en honor de la distinguida educacionista señorita Agustina Pelletieri. Calificada
concurrencia dio realce al acto que se desarrolló en un ambiente de cálida cordialidad. Ofreció un
homenaje el Dr. Luis Gagliardi entregándole un hermoso anillo como exteriorización de la gratitud
del pueblo de Bolívar y una preciosa pulsera en nombre de las autoridades municipales. Habló la
inspector la señorita Catoggio destacando la empeñosa obra realizada entre la juventud argentino-
venezolana que le mereciera la distinción del gobierno de Venezuela.
-Es nombrado Asesor Letrado de la Municipalidad el Dr. Emilio Reviriego.
1938:-Decía “La Verdad” en el mes de enero: “En la reciente promoción de ascensos en el ejercito,
nuestro convecino, el joven militar José García Althabe, fue ascendido al grado inmediato superior
al grado de teniente”. Desde su ingreso al Colegio Militar, e joven García Althabe se viene
destacando notoriamente en una breve y brillante carrera. Muchos años después Garcia Althabe
sería Edecán del General Juan Perón en su primera Presidencia.
Los coroneles Juan Diego Castro Pueyrredón, Carlos Alberto Salazar, Héctor Caruso, todos en
situación retiro oriundo de nuestra ciudad tienen ganado sólido prestigio a su paso por las filas del
ejército, igualmente se recuerdan con mucho cariño al Tnte. Coronel Rubén Fernández Sarraúa.
Convive en nuestro medio el Capitan (RE) Carlos María de la Serna, dedicado a la diligencia de un
canal de televisión.
En Gendarmeria Nacional Juan Aberto Pascuet (Tito) y Hermenegildo Barrera alcanzaron muy altos
grados merced a a consagración que pusieron al servicio del arma. Muchos militares más, oficiales
y sub- oficiales nacidos en Bolívar integran los distintos cuerpos de las fuerzas armadas,
recordamos entre ellos a Emilio Montesano, en fuerza aérea y a Luis Fal, en marina.
-Se designa como Presidente de la Comisión Carnaval al Sr. M. Angel Mosca. Vice- Presidente al Sr.
Aníbal Fernández Sarraúa, Tesorero al Sr. Santino Bilbao y Secretario al Sr. Cirilo Sangiani.
-Julio. La orquesta típica del Prof. Virgilio Rossi cumple un ciclo de audiciones diarias en L.R.2 Radio
Argentina de la Capital Federal. Se destaca como cancionista con señalado éxito en el conjunto la
Srta. Evelia “Chichi” Rossi.
-Se declara obligatoria la construcción de veredas dentro del radio pavimentado y la construcción
de cercos de material.
-“Habiéndose efectuado el llamado a licitación para las obras de construcción en el Templo
Parroquial de esta ciudad, de cuya Comisión forma parte el suscripto: Resuelve: Poner a
disposición de la Comisión Pro- Templo su despacho en el Palacio Municipal para el acto de
apertura de propuestas y para todas las reuniones que daba efectuar la mencionada Comisión y
prestar a ésta todo el apoyo que dentro de sus facultades pueda efectuarle.” Miguel Capredoni –
Intendente; Pedro Irigón - Secretario.
1939:- Febrero 15. El Ateneo de La Cultural dio inicio a la actividad del año con la presentación de
académico Juan Pablo Echague (Jean Paul), relevante figura de las letras argentinas. Fue
presentado por el Presidente de la entidad el Escribano Juan C. Grossi.
-Realiza en nuestra ciudad tres sesiones de simultáneas el conocido ajedrecista Jacobo Bolbochán.
La primera en La Cultural .
Jugó 28 tableros. Ganó 26, entabló con Juan Carlos Grossi y fue vencido por Luis Rossi. La segunda
en el Club Argentino; empató el Dr. Adolfo Bernández Cabezas y Victor Castro; perdió con Salomón
Ratzer, el tablero más fuerte de ese momento en nuestra ciudad. La tercera ronda realizada en el
Palacio Municipal sobre 28 tableros ganó 26. Empató con el Dr. Carlos Alberto Méndez y el Sr. Luis
Deleonardis.
-Ante la proximidad de la inauguración del Mercado Municipal (12 de noviembre) el D.E. dictó un
reglamento Interno a los efectos de proveer una mejor administración. Es nombrado encargado el
Sr. Santino Bilbao.
1940:- Nómbrase Director del Hospital Municipal de Urdampilleta al Dr. C.A. Flores Diez y médicos
a los Dres. Américo Sisto y Juan Juaristi Rosas.
-Es desginado Asesor Técnico de la Municipalidad el Ing. Civ. Guillermo Martín. Dicho profesional
habría de desarrollar una intensa tarea en nuestro medio siendo autor de numerosos proyectos de
obras importantes en instituciones y particulares.
-Junio 19. Se nombra en Pirovano una Comisión para dirigir los servicios públicos y administración
formada por los Sres. René Massaux, Joaquín Repeto, y Miguel Tamborenea.
-julio 5. Asume como médico de policía y Director de la A. Pública el Dr. Alberto Malatesta en la
localidad de Pirovano.
-“El Demócrata” formula una seria denuncia contra el gremio panaderil por lo que consideraba
indebida alza de precio del pan y de la galleta.
-En Campo, Manganiello, hnos, en el mes de Diciembre, Ud. podía comprar usted podía comprar la
yerba La Hoja paquete de 1 kilo a 0,90 centavos. Arroz Glacé a 0,35 el kilo, y aceite de girasol a
0,60 centavos el litro, y en ferretería un calentador Primus, muy en uso en aquellos días, nada
menos que a $ 7,20 cada uno.
-Octubre 28. Ya que hablamos de precios demos algunos números del remate realizado por la
firma D. Jacinto Maineri. Novillos 2 años a $ 85,50 a $ 96,50 c/u. de 1 año y medio de $ 62,50 a $
75 c/u. Vaquillonas de 1 año de $ 44 a $ 52,50; de 1 año y medio de $ 55 a $ 64. Se vendieron
1.750 cabezas a $ 124.537,50.
1941: -20 de Mayo. Se crea la Comisión Municipal de Bellas Artes que tendrá por finalidad
intensificar la difusión artística, organizando exposiciones de artes plásticas, conciertos,
conferencias y cuantos más actos considere conducentes al mejor cumplimiento de su misión así
como prestar la más amplia colaboración y apoyo a la obra que realice la Comisión Provincial de
Bellas Artes.
Es su presidente el Dr. T. Raúl Cabrera. Secretaria, Sra. Luciana Ch. de Duprat, Tesorera Sra. Emma
Calac de Comas, Vocales Dr. Pedro Vignau, Prof. Juan Pedro Curuchet, Dr. Luis O. Gagliardi e Ing.
Joaquín Repetto.
-El Cine Avenida, ubicado en la esquina de Avda. San Martín y Balcarce presentaba para el
domingo 27 de mayo estas películas. En matinée “La Carga de los Valientes”, con Santiago Arrieta,
Anita Jordàn y Domingo Sapelli. Por tarde Culpas Ajenas con el recordado Henry Fonda y Margaret
Sullivan.
-Noviembre 20. Se confirma como Maestro titular de la Escuela Nocturna Municipal al Sr. Héctor
Dante Andrade.
-La queja periodística se centralizaba sobre el estado de los caminos: decía “El Demócrata.
”: “Es realmente un desastre las pésimas condiciones de tránsito en que se encuentran todos los
caminos de salida y de acceso a nuestra ciudad”.
Vale recordar que todavía no teníamos ninguna vía de comunicación hacia afuera pavimentada-
1942:-Enero 24. Se le otorgaba a la Comisión Cooperadora de la Biblioteca José María Estrada del
Colegio Nacional la misión de organizar los próximos festejos del carnaval.
-Se nombra a don Juan José Oriozabala Delegado Municipal en la zona del Cuartel 5º y Estación
Unzué con el carácter de ad-honorem.
-Se concede beca municipal al alumno Vicente Mucillo, mejor alumno egresado del Colegio
Nacional, para continuar sus estudios.
-junio 1º. Se da el nombre de Juana Gorastazu de Miguens al Hospital de Urdampilleta.
-Junio 8. El Dispensario Público Municipal, comienza a llamarse Asistencia Pública.
-“Resultó todo un brillante y magnífico acontecimiento social la gran fiesta que, celebrando la
histórica fecha patria del 9 de Julio, se verificó la noche del martes último en las dependencias del
Club Social”. Así iniciaba su nota un diario de la época. Como el cronista se encargó de dar los
nombres de los asistentes, nosotros reproducimos aquí la nómina de las damas jóvenes que
dieron encanto a esa velada tradicional. Señoritas: Irma Belén, Chola Lerga, Anita Belén, Porota
Taylor, Carmen Rodrigo, Irma Andrade, Nilda Larregle, María Elena Tremuilles, María Maceras,
Elena Winter, Emma H. Sangiani, Hebe Esther Cánepa, Nerina Gagliardi, Dorita Badalá, Eva Alonso,
Sarita Daroqui, Coca Maina, Tota Loboreiro, Inés y Etelvina Cáceres, Nelly Luchini, Coca Belén,
Hilda Sarraúa, Haydee Valdéz, Menega Cáceres, Elba Terrile, Teresita Diego, Lola y Carmen Casajús
y Marina Sarraúa.
1943: -Es nombrado Delegado Municipal en Pirovano el Sr. Mario Oscar Mon.
-Agosto 20. El Dr. Héctor Alvarado Lucero y los Sres. Alberto Tamborenea, Guillermo Best y Alfredo
Fernández son designados para integrar la Comisión Administradora de la Asistencia Pública de
Pirovano.
-Septiembre 9. El Dr. Victorio Campo se hace cargo de la Inspección Veterinaria de la
Municipalidad de Urdampilleta y Pirovano y el Dr. Prudencia Villalonga es nombrado en Bolívar.
1944: -Por resolución municipal se designa como barrio Trinitario toda la sección 1 del ejido de
esta ciudad delimitado por la Av. San Martín, la Av. Almirante Brown, la Avda. Circunvalación 9 de
Julio (hoy Dr. Pedro Vignau) y cerrando el cuadrado la Av. De Circunvalación Centenario (Para
nosotros Leandro N. Alem).
-Se nombra Delegado Municipal en Pirovano al Sr. Eduardo Fabián Carrizo y en Hale al Sr. Hércules
Castellani. Se crea la delegación Mira Mar y se designa con el carácter de honorario al Sr. Miguel
Meregaglia.
-Inauguración de la Capilla de la Santísima Trinidad. Para organizar los festejos tendientes a la
inauguración se crearon comisiones integradas por festejos tendientes a la inauguración se
crearon comisiones integradas por caracterizados vecinos. Una de ellos la presidía el Dr. julio L.
Segura.
1945: -Febrero 26. Renuncia el Comisionado Municipal Escribano Francisco J. Orlando. Queda a
cargo el contador Sr. Martín Terrile y es Secretario Interino el Sr. Manuel Hernández. Le sucederá
el Sr. Nicolás Rueda con la Secretaría del Sr. Juan Carlos Grossi.
-Marzo 6. Se nombra Director de la Asistencia Pública al Dr. Félix Zaccardi y odontólogo al Dr. José
María Tonelli.
-Marzo 7. El Sr. Alberto Sobré es Delegado Municipal en Urdampilleta.
-Marzo 14. A su vez el Sr. Rudecindo Dolores Picazo es Delegado Municipal en Pirovano.
-Julio 11. Renuncia el escribano Juan Carlos Grossi para hacerse cargo del Registro Civil,
reemplazándolo el Sr. Miguel V. Natiello.
-Agosto 1º. El Escribano Francisco Lamanna es nombrado Jefe del registro Civil Sección 2ª.
1946:-Enero 9. Renuncia a la secretaría municipal el Sr. Miguel V. Natiello y es nombrado el sr. José
Anglés.
-Concédese permiso para la instalación de un local para bailes y espectáculos públicos a la
Empresa Márquez, rolla y Pietroni, que funcionará en Avda. Belgrano y Urquiza. Se llamó “Luna
Park” y alcanzó gran notoriedad por sus reuniones boxísticas.
-Carnavales: “Mises”. Del Club Buenos Aires, la Srta. Cata Martínez Noseda. La pieza musical en su
honor fue bailada con el joven César Municoy.
La Srta. Cori Fernández Gandarias fue elegida en la reunión danzante del Club Social. Su
compañero de baile fue el Sr. Horacio Gómez Iza. Por su parte la Srta.Edith Mafalda Lopardo fue
“Miss” por el Club Independiente bailó con el Sr. Angel Gil. La Lavandería, representante del Club
Independiente bailó con el Sr. Angel Gil. La Comisión de Carnaval designó su representante a la
Srta. Nora Correa Woll.
Fue elegida Reina del Carnaval de Bolívar 1946 la Srta. Cata Martínez Noseda. La pieza musical
interpretada en su honor fue bailada con el Sr. Félix Del Carreto.
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APENDICE DOCUMENTAL
Diré a Ud. que el Fortín esta cituado en el cuadro refaccionado por la guarnición y ocupa todo de
él y amas un galpón que se está construyendo, dos corrales que tiene a la derecha e izquierda del
cuadro, una quinta que se halla a espaldas del cuadro la cual sirve para atar los caballos á soga que
deven salir á la descubiertas del siguiente día y en cuya ba á sembrarse alfalfa para la conservación
de los caballos de invierno, los dos corrales que se expresan, que han sido refaccionados por la
guarnición, son en los que se encierran las caballadas de invernada de servicio y hacienda de
consumo, una laguna que se halla contra la fortaleza, en la que beben las haciendas, también de
una necesidad en todas, si es, en tiempo de seca, por no haber aguada cerca y si es en cualquiera
otra estación que oiga novedad de indios, para tener las caballadas proccimas al Fortín y con
seguridad. Esto es todo lo que ocupa la Fortaleza y su guarnición y que es de suma necesidad todo
ello, de lo demás puede el Sor Juez de Paz hacer la entrega al Sor Giraldo, cuando estime
conveniente para lo cual se darán las órdenes correspondientes al Comte del Fortín.
Juan A. Noguera.
He recibido la nota de Ud. fcha 9 del corriente en la que se me comunica que en el día anterior a la
fcha se ha recibido Dn Juan Fran° Ibarra del cargo de Administrador de Correos de este punto,
cuyo nombramiento fue comunicado a Ud. con fcha 24 de enero ppdo por el Sor Administrador de
Correos.
Debiendo dirigir la correspondencia Oficial al espresado Administrador de este punto.
Dios guarde a Ud. ms. Años.
Juan A. Noguera
Acaba de recibir el que firma una nota del Juez de Paz del Bragado transcribiendo la nota del
coronel Diaz en la que dice que a la altura del paso de Piñero frente a Junín se hallan los Ranqueles
capitaneados por Crito Pichi Uinca y otros esperando a los caudillo Felipe Sáa y olevencia para dar
golpe al Bragado según noticias y como el suscrito debe moverse pronto a ese punto ó á
cualquiera otro que demande mi presencia es preciso tener inmediatamente todas las medidas
para traer a este punto todas las caballadas del Partido como de mas elementos para estar listos a
cualquier hora que se requiera.
Dios guarde a Ud. ms. Años.
Saturnino Albariño
Gefe de la Frontera del Oeste
Anoche á las ocho de ella, se ha recibido una comunicación despachada á las once y media de la
mañana por ese Juzgado, y como este retardo ocasiona grandes perjuicios al servicio y puede
ocasionar mayores, me permito llamar su atención sobre este asunto, para que sí le fuera posible
llame la atención á los maestros de posta sobre el retardo de las comunicaciones urgentes que
corren por ellas.
Julio de Vedia.
Son las siete y cuarto de la noche y recibo la nota del Comandante del fortín Arebalo cuyo tenor
es como sigue:
“En este momento que son las ocho de la mañana recibo una nota del Comandante del fortín
Esperanza del tenor siguiente.
“En este momento acabo de recibir una nota del Comandante General de la frontera del Sud en
donde me dice que los indios de Calfucurá vienen a unirse a los indios de Catrielpara dar un golpe
á esa frontera.
“En vista de esta nota, mando una partida de ocho hombres bien montados á Ballimanca para que
de allí hagan la descubierta asta Jaguelitos, pues la descubierta de la Esperanza me dice el Mayor
Elías saldrá á los Pueblitos.
“Mi descubierta lleva la orden de permanecer en Ballimanca hasta recibir orden de retirarse
debiendo mandar el parte todos los días haya o nó novedad en el campo.
“Lo que comunico a Us. Para conocimiento”
Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento previniéndole que en la fecha marcho el
campamento 9 de Julio de donde haré marchar una fuerza respetable á establecerse en
Bayimanca para que de allí observe y pueda comunicarse lo que ocurra.
Con la nota de V. fcha de hoy se ha recibido el individuo Juan de la Cruz Herrera á que ella hace
referencia, destinado a este Cuerpo.
Obsequios de esta naturaleza serán recibidos con el mayor placer pues á mas de su utilidad, es una
muestra de dependencia hacia nosotros, que es como asegurar a V. agradecemos.
Felipe Baptista
A continuación transcribo a U. la nota fecha 8 que he recibido del Gefe del Detall. De la Frontera y
Accidental de la división del Oeste: dice así.
“Acuso recibo á su nota fecha de ayer á participarme que el encargado de proveer las reses para el
consumo de ese punto, le ha dicho que no puede dar mas reses por los motivos que U. expone.
“En contestación debo decir á U. que en nota dirigida al Sr. Coronel Gefe de la Frontera fecha 27
de Enero ppdo, del Excmo Señor Ministro de Guerra y Marina de la Nación se le dice lo siguiente.
“En precaución de cualquier entorpecimiento que puede ocurrir en la provisión de reses para las
fuerzas a su mando, por falta de proveedor, se previene a V.S. debe tomarla del vecindario con la
anticipación conveniente dando al infrascripto, previo el ajuste del precio de ellas.
“Lo que se transcribe a U. para que de conformidad á lo dispuesto por la superioridad, contrate las
reses que precise para el consumo de ese punto dando cuenta inmediatamente á esta
Comandancia”.
En consecuencia de esta nota espero de U. que en vista de la urgente necesidad que hay de
ganado para el consumo, se sirva proveer á este punto con un número de treinta á cuentas del
Excmo Gobierno Nacional”.
Al Comandante el Gefe de la
División del Oeste
Habiéndose reiterado el aviso á esta comandancia por el Gefe de la frontera Norte., que el Cacique
Mariano Rosas, Baigorrita y Calfucurá preparar una invasión á esta frontera, según el parte que
con fecha 14 del presente dá el Coronel….Gefe de la Frontera de San Luis, es que.
Hallándose esta división en malísimo estado de caballadas y siendo este artículo el primer
elemento de la guerra y mucho mas para repeler al enemigo de la pampa, el infrascripto se vé en
la imprescindible necesidad de recurrir al reconocido patriotismo de U. así como al de todos los
hacendados de ese partido á efecto de que si le fuera posible pueda facilitar a esta División el
elemento de movilidad que tanto carece, llegado caso que la invasión anunciada se llegue á
efectuar por esta frontera.
Dios guarde a U.
Nicolás Granada
El Comandante en Gefe
de la frontera del Oeste
En la fecha ha recibido el infrascripto, la del Sr. Juez de Las Flores, del 23 del corriente cuyo texto
es como sigue:
“El Gefe de la Frontera Sur comunicada haber llegado yá el cacique Renqué Curá, con doscientos
hombres armados y espera de un momento a otro, la llegada del cacique Chocoví con trescientos
chilenos. También debe llegar el cacique Cayupan con los tehuelches y otro cacique con indios
ranqueles; que todos ellos vienen según lo manifiesta el primer cacique llegado, con el solo objeto
de Tratados de Paz; y no obstante de las protestas de paz y tratados que para contener
cualesquiera avances que no sería extraño intentasen”.
Lo que comunico a U. para su conocimiento y á efecto que tome las medidas que crea
necesarias y demás fines.
Dios guarde a U.
Nicolás Granada
Tratado con el Cacique Limonao
El Gobierno Nacional Argentino por una parte por otra Comisión del Cacique Limonao, compuesta
de sus dos hijos Henychal y Mariano Ruíz, enviados espresamente por el mencionado Cacique á
celebrar el presente tratado han convenido en los artículos siguientes.
1°) El Cacique Limonao con toda su tribu se declara súbdito Argentino y reconoce en el
Gobierno General el Dominio y Soberanía que tiene en todo el territorio de la República, que se
comprende por la parte Oriental de los Andes hasta terminar en el Estrecho de Magallanes.
2°) No reconoce otro cacique y su tribu ningún dominio, ni autoridad en los Caciques Clafucurá
y Renqué, ni en ningún otro cacique natural del País o de Chile, titulándose dueños de os
territorios pertenecientes a esta República, de una y otra banda del Río Negro, la Isla de
Choelechoel, el Río Neuquén y el Limay,.
3°) Como tales súbditos Argentinos, el Cacique y toda su tribu, formarán una Colonia agrícola
– militar, sea en Choelechoel ó más aproximado a Patagoned donde el Gobierno Nacional le
designe; y formarán el pueblo con los elementos que el gobierno les facilite, bajo la dirección del
Ingeniero que se de al efecto.
4°) El mencionado Cacique y su tribu admitirán y obedecerán á un Comisionario Intendente
que el gobierno mandase para regentar la Colonia, y también admitirán uno o más sacerdotes que
les enseñen a los niños de ambos sexos y a una o más personas peritas que les enseñen la
agricultura.
5°) El mencionado Cacique y su tribu declarados que sean Subditos argentinos harán el servicio
militar de frontera como Guardias Nacionales, contra toda invasión de indios ladrones, ó de otro
poder extraño poniéndose a las órdenes del Comandante del punto, ó del que el gobierno
mandase, y harán este servicio con sus gentes de Auras en sus propios caballos.
6°) Caso de una invasión de indios ladrones ó de chilenos que se introduzcan á robar á este
lado de las cordilleras, territorio argentino, el Cacique Limonao y su tribu se comprometen á
espedicionar en persecución de los invasores y atacarlos donde les diesen alcance, se entiende a
las órdenes del Jefe que dirija la expedición.
7°) Poblado que estibiesen, antes ó después de formado el pueblo, el Cacique y su tribu se
ocuparán de labrar la tierra con los elementos que el Gobierno les proporcione.
8°) El Gobierno General por su parte reconoce y declara Súbditos al Cacique Limonao y toda su
tribu, en los mismos términos y condiciones que espresan los artículos anteriores, y les concede
todos los privilegios que las leyes del país acuerdan á los Guardias Nacionales.
9°) Les dará un área de campo de su propiedad, suficiente para toda la tribu dónde el terreno
sea mas a propósito para el cultivo y para la cría de ganados, como también ovejas (mil),
trescientas vacas, dos tercios yerba y dos barricas azúcar.
10°) Cada año les mandará el Gobierno un vestuario completo de Cacique y diez vestuarios de
Capitanejos, completo, para que sean distribuidos uno para cada uno de los hijos del Cacique y el
resto á los Capitanejos.
11°) Si el Cacique y su tribu cumplen fielmente con todo lo que se ha expresado en los artículos
anteriores y que ellos lo prometen el Gobierno le asignará un sueldo mensual al Cacique y a cada
uno de sus hijos mayores, así como á sus capitanejos principales y esto tendrá lugar cuando ya
establecida la Colonia, sea informado el Gobierno, en Buenos Ayres, á trece de Octubre de mil
ochocientos sesenta y nueve, se firma el presente tratado por el Excmo. Señor Ministros de Guerra
y Marina, ante los testigos que firman, y á ruego de la Comisión Limonao el Jefe encargado de las
tribus, habiéndose dos de un tenor.
D.F. SARMIENTO.
M. de Gainza
El teniente Sosa pasa á ese período con el objeto de recolectar caballos patrios para el servicio de
esta frontera; y el que firma espera se sirvará U. prestarle los auxilios necesarios para el mejor
desempeño de esa comisión.
Dios guarde a Ud.
Juan C. Boerr
El que firma ha recibido su nota fecha 4 del corriente por lo que a nombre del Superior Gobierno y
del buen servicio de ese Juzgado, me pide le remita bajo segura custodia, a todos los Gs. Ns. De
ese departamento, que fugitivos á consecuencia de las situaciones para mandar contingentes a la
Ciudad, se hayan venido á guarecerse en estos destinos.
En su contestación digo a U. que con el mejor gusto y sin interés de gratificaciones hubiera
prestado esa cierta cooperación que U. se ha servido pedirme, sin en ese caso hubieran venido
algunos G. Nasionales á estos toldos, pero esta vez no ha venido ninguno de esos rebeldes, sin
embargo me he puesto en observación y debo asegurarle que si algunos vienen en estos días, se
los remitiré como pide.
El portador que es Erasmo Teves, está enrolado en esta tribu, y como es un rebelde hasta para
los servicios que se ofrecen acá, es que les mando para U. lo tome al entregarle este oficio y sin
darle ninguna espera lo destine a contar número en el contingente que reviste a disposición del
Sup. Gobierno.
Con este motivo cuente U. ó ese Juzgado con las cooperaciones que estén al alcance del que
firma.
ANDRES RANINQUEO
(la firma es con la impresión de un sello)
El Capitán Comandante de la
tribu de Indios Amigos
Dios guarde a U.
MARTIN RONDEAU
SUB – INSPECCION
DEL CENTRO
Inmediatamente de recibir esta, procederá Ud. á remitir a esta Sub – inspección una relación de
todos los postillones que hayan en las postas de ese partido, cuidando que esta operación sea
hecha de acuerdo con el Juez de Paz y Administrador de Correos de ese punto, a fin de evitar que
aparezcan como tales postillones quedan exceptuados de todo servicio militar, durante dicho
empleo.
Lo comunico a Ud. para su conocimiento y demás efecto.
Dios guarde a Ud.
CARLOS M. CAMPOS
I.Rivas
Dios guarde a U.
Juan C. Boer
Pongo en conocimiento de U. a fin de que lo haga saber al vecindario de ese partido que en este
momento recibo aviso del Gobierno Nacional que mil quinientos indios chilenos bien montados se
han reunido con Namuncurá con el objeto de imbadir las fronteras de Buenos Ayres.
En su consecuencia prevendré á U. También a la Gef. Esté pronta para el primer aviso que se le
comunica de esta Comandancia en Gefe.
Dios guarde a U.
Marcelino E. Freyre
Despacho recibido
Oficial El Gobierno Nacional tiene conocimiento de que las tribus de Catriel y Namuncurá preparan
una nueva invasión cuya dirección aún no se conoce, se tiene igualmente conocimiento que en ese
partido existe una gran cantidad de hacienda yeguariza y como es este el objeto principal de las
invasiones y lo único que los indios pueden arrebatar por la facilidad para arrearlas me dirijo a U.
para que vea personalmente a todos los hacendados que tengan yeguadas y los haga comprender
que su propio interés exige que cuiden esa clase de ganados. Haga U. todos los esfuerzos que
estén a su alcanze para obtener resultado en obsequio también de los gobiernos de la Nación y de
esta Provincia que no escusa sacrificio para garantir a los hacendados de las depredaciones de los
indios.
A. Del Valle
Ministro de Gobierno
REMATE JUDICIAL
Por orden del Sr. Juez de Paz D. Lucas Lubo, se rematará á la mas alta postura y dinero de contado
el Domingo once del corriente una chacra pertenecientes a D. Francisco Garneri tasada en
cuatromil quinientos ochenta y cinco pesos moneda corriente.
El terreno se compone de veinte y cuatro cuadras.
Un rancho pared francesa doble, techo de paja doblado, puerta de pino y dos ventanas; pozo de
balde; ochocientas varias de zanja, ciento treinta plantas de cinacina y trescientas de acacio.
LUCAS LUBO
Adjunto a Ud. Las cuentas de los peones, por quienes están embargados los vienes de Dn. Lorenza
Laza (prófugo) para que Ud. las examine y se sirva dar la orden del remate, si Ud. lo halla así por
conveniente.
Emiliano Arauz
Junio 13 1879
Se citó al prófugo por treinta días en los diarios Reforma y Oeste. (Aclara el autor que pertenecían
a Mercedes)
Julio 15 de 1879
Se publicaron los avisos para rematar las existencias el domingo 20 de julio a las diez de la
mañana.
D. Lucas Lubo
La presente pone en conocimiento de U. que habiendo mandado publicar los avisos para que el
vecindario tubiese conocimiento de los nombramientos que se habían hecho de las autoridades
legales deste pueblo, D. Nicolás Deza no permitió se fijara en su casa que es pública, diciendo que
{el no reconoce autoridad ninguna, y como en la instrucción que se me ha mandado se me
recomienda un tratamiento prudente, no he querido hacerle comprender que en este pueblo
existe autoridad.
También pongo en su conocimiento que este individuo ejerce la profesión de médico sin tener su
correspondiente diploma y para el efecto que tiene una planilla al público, y enterado bien se que
ya se la ha prohibido por ese Juzgado siendo Juez el Sr. Agrego y mientras tanto aquí continua
espero que esto lo consulte y adopte algunas medidas á este respeto y al mismo tiempo me la
comunique.
Nada mas por ahora aquí todo el pueblo tranquilo y satisfecho de tener una autoridad legal
solamente este individuo es que quiere perturbar el orden.
Dios guarde a Ud.
Emiliano Silva
En vista de la escandalosa conducta observada por Dn. Francisco Bibolini en este Templo
(expuesto el Santísimo Sacramento) el día viernes santo veinte y seis del corriente ante una
concurrencia inmensa de ambos sexos, dando gritos descompensados, profanando el Templo sin
respeto a la Magesta divina cuya causa es mas agravante, siguiéndose de aquí, alteraciones y
griterías en el publico que preveía alguna catástrofe por aquel atrevimiento, y teniendo en cuenta
también sus posturas inmorales, sin respeto al lugar sagrado donde se habla con el bozo siempre
puesto, garrote en mano, cantando en el intermedio de la misa al elevar la ostia sagrada, a fin de
interrumpir al sacerdote, pierna sobre pierna, mostrando el calzoncillo á vista y paciencia de las
señoras, bolviendo la cabeza al publico sin decoro, sin miramiento al lugar, ni a las señoras,
probocando así, unas veces la risa y murmuración, y otras la indignación de todos en general.
(Sigue la nota que firma el cura a cargo de la Parroquia Saturnino Medrano, pidiendo la
intervención de la justicia y una sanción ejemplificadora).
Se le da traslado al padre Bibiloni, que estaba fuera del ejercicio pastoral por disposición
eclesiástica, y su contestación es muy breve. Lleva fecha marzo 30 y firman junto a él y el Juez de
Paz D. Lucas Lubo los testigos T. Perón y J. Cercetti.
Sería el primer testigo el Dr. Tomás Liberato Perón, abuelo del Gral Juan Domingo Perón?
No sería de extrañar ya que la familia Perón estuvo radicada en Lobos, donde nació el caudillo, y
con intereses en Saladillo y 25 de Mayo.
La sentencia condenatoria del Juez de Paz fue establecida en la multa de trescientos veintcinco
pesos con autorización de embargo en caso de incumplimiento.
“En el pueblo de San Carlos, cabeza del Partido de Bolívar, a los veintiocho días del mes de
noviembre del año mil ochocientos ochenta, yo, Juez de Paz del Partido de 25 de Mayo, en
representación del Superior gobierno de la Provincia, y en cumplimiento de una orden emanda del
mismo, me constituí en el edificio formado por la Comisión fundadora, creada por decreto de diez
y siete de noviembre de mil ochocientos setenta y siete, acompañado de los tres testigos que
firman; y ante ellos di cumplimiento al artículo sexto del acuerdo decretado por el Poder Ejecutivo,
poniendo en posesión al Juez nombrado para constituir el Partido de Bolívar, don Hernán Ayerza,
después de haber prestado el juramento de ley. Seguidamente se procedió a levantar el
inventario general de las existencias en documentos y útiles que estaban a cargo del Juzgado de
Paz del “Veinte y cinco de Mayo” el cual se adjunta a esta acta: y hallándose conformes tanto el
señor Juez aceptando como el que entrega, firmaron la presente por duplicado así como el
inventario a presencia de los mencionados testigos. (firmado) Juan Duval (Juez de Paz de 25 de
Mayo; Hernán Ayerza; (testigos) Guillermo Valdés, Pedro A. Duval, Carlos Canavery. “Inventario
General de las Existencias de la Alcadía de San Carlos de Bolívar, que entrega el Juez de Paz don
Juan Duval comisionado por el Superior Gobierno de La Provincia al Juez nombrado señor Hernán
Ayerza: 1 legajo con 70 solicitudes de chacras desde 1878 a 1880; 1 legajo con 70 solicitudes de
solares de los mismos años; 1 legajo con instrucciones de la Comisión sobre el ejido del pueblo-, 1
cuenta de don Manuel García importe 676 $ m/n de los cuales ha recibido 326 pesos; 1 cuenta de
don Pedro Vidal y Cía ascendiente a $ 750 y cancelada 1 libro de entradas y salidas de presos, que
empieza en folio 22 en el 181 aparecen citaciones de varios vecinos; 1 caja con el sello de la
Alcadía de cuartel 1°; 2 cuchillos decomisados; 1 legajo de certificados de ventas de haciendas; 2
certificados de defunción; 1 cuaderno con la lista de los individuos que poseen solares; 1 archivo
de marcas; 1 archivo de señales de ovejas; 1 testamento de Da. Francisca Sosa; 1 legajo de varias
actas de demandas; 1 inventario de existentes firmado por don Emiliano Silva y don Carlos
Canaveri; 1 paquete conteniendo disposiciones de la Alcadía sobre sospechas de fraude en una
remesa de cueros; 3 pagarés sin sellos; 1 legajo de notas de varias autoridades; 3 pagarés sin
sellos; 1 expediente del Juzgado de Comercio de la capital; 1 legajo con 21 oficios y los certificados
introducidos de ambos partidos; 1 caja conteniendo 1 plano del ejido del pueblo; un plano del
ejido de solares; 1 plano de ubicación del pueblo y ejido; 1 plano de repartición de la manzana en
solares; 1 cuenta de farmacéutico Ludovico Cejsía importe $ 400 por medicinas suministradas a la
partida de policía; 4 fojas sueltas y sin foliar de un sumario levantado sin coordinación entre sí.
Documentos procedentes de los Juzgados de Paz del 25 de Mayo; 1 legajo con nueve guías
importadas y correspondiente al año 1879; 1 legajo con 18 guías procedentes de otro partido
durante el año 1880; 1 libro talonario con 200 boletas de señal en blanco; 1 planilla de marcas
registradas en el 25 de Mayo como pertenecientes al partido de Bolívar; 1 libro registro general de
señales de ovejas y cerdos; 1 plano de marcas del Partido de “25 de Mayo”. Utiles: 1 mesa usada;
1 mortero para bombas; un cepo sin candado; 1 arco para sortijas (del pueblo); 1 olla; 1 fuente; 1
escoba; 1 rastrillo; 1 roldana de fierro; 4 sables útiles; 2 inútiles; 1 rémington útil; 7 carabinas
fulminantes útiles; 1 cuadrante de mármol; 1 bandera. Policí: 1 oficial y 3 soldados. Caballadas: 4
caballos y 3 yeguas. “25 de Mayo”, noviembre 28/880 (firmado) Juan Duval, Hernán Ayerza”.
“Escritura número CIENTO VEINTISES: En el pueblo de San Carlos de Bolívar, Provincia de Buenos
Aires, el seis de octubre de mil novecientos tres, ante mi el escribano autorizante y los testigos que
suscriben, compareció don Juan Maineri, mayor de edad, casado, vecino de este pueblo, hábil para
este acto y de mi conocimiento doy fe, y dijo: Que hace donación gratuita e irrevocable a favor de
la Asociación Pro – Hospital de Bolívar, de una fracción de terreno de este pueblo y cuyo terreno
forma parte de la suerte de chacra, que en el plano topográfico respectivo se designa en el
número ochenta y uno de la serie primera, con la expresa condición de no poderse disponer de
dicho terreno sino con destino a la construcción del Hospital de Caridad de este pueblo y una vez
concluida la obra, a inscribir en una placa el nombre del donante y su señora, como homenaje de
gratitud y a fin de perpetuar ese recuerdo, la que deberá colocarse en lugar visible. Siendo la
extensión del terreno donado compuesto de ochenta y nueve metros y cuarenta y medio
centímetros de frente al boulevard treinta y cuatro, por ochenta y nueve metros y cuarenta y
cuatro centímetros de fondo, o sea una superficie de ocho mil metros cuadrados.
Lindando por el Nordeste, calle por medio con la traza del pueblo, por el Nordeste, calle por medio
con la parte de la chacra número ochenta y uno y por el Sudeste y Sudoeste con terrenos de la
misma chacra que se reserva el donante.” Agrega poco después “en tal virtud y no siendo esta
donación inoficiosa, puesto que no alcanza a su parte disponible, por causa de muerte, luego de
todos los derechos de domino que a la fracción de terreno expresada a que ha sido destinado”.
“Presente a este acto doña Luisa Mosconi, legítima esposa de don Juan Maineri dijo: Que
consiente en que su esposo haga esta donación a raíz de que este bien ha sido adquirido durante
la sociedad conyugal, aceptada por la Comisión Directiva Pro – Hospital, según se justifica por el
acta que en el libro respectivo tengo a la vista para este acto de lo que doy fe”.
M. de Maineri. Los señores Galdino Carminatti y Paulino Rey por la Asociación del Hospital, los
testigos Tomás Rodríguez y Juan López ante escribano público don Rodolfo Jordán.
CONSIDERANDO
Que el valor histórico de la referida finca queda demostrado ante la manifestación que la misma
fue habitada por el General Güemes y sirvió de campamento al Ejército que durante varios años
guardó la frontera norte del país contra las fuerzas realistas del Alto Perú.
Que en cuanto a la acción de San Carlos tuvo como motivo la invasión de las líneas de
fortificaciones de la frontera Sud y Oeste por las tribus coaligadas al frente del Cacique Calfucurá y
su rechazo por las tropas nacionales al mando del Gral. Ignacio Rivas.
Por ello y de conformidad con lo dispuesto por los Arts. 1° (apartado 2°), 3° y 4° de la Ley 12.665.
El Presidente de la Nación Argentina
DECRETA
Art. 1°. A mérito de lo dispuesto por la Ley 12.665 primer apartado, segundo párrafo, declárese
Monumento Histórico la finca conocida por el nombre “El Carmen de Güemes” situada al Sud –
oeste de la ciudad de Salta y Lugar Histórico donde se desarrolló el Combate de SAN CARLOS.
Art. 2°. Autorizase a la referida Comisión Nacional para que acuerde con los propietarios del citado
inmueble el modo de asegurar su conservación y el cumplimiento de los fines establecidos por el
Art. 10° del decreto reglamentario de la ley de conformidad con lo dispuesto por Art. 8° de la
misma.
Art. 3°. Comuníquese, publíquese, anótese, dése al Registro Nacional y archívese.
RAMIREZ
ELBIO CARLOS ANAYA
Decreto N° 2478.
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES DOCUMENTALES
Archivo General de la Nación.
Archivo del Departamento de Ingenieros (Dirección de Geodesía, Catastro y Mapas de la Pcia. de
Buenos Aires, La Plata).
Archivo Histórico de la Provincia de Bs.As. La Plata.
Archivo de los Juzgados de Paz de Bolívar y 25 de Mayo.
Archivo perteneciente al Dr. Alvaro M. Martínez (a cargo de su hijo Gustavo. Estancia La Ema).
Archivo personal de don José Hoya facilitado por su familia en Dolavon, Pcía. De Chubut. Archivo
Diario “La Mañana”.
Correspondencia de los Comandantes de Frontera Nicolás Granada, Juan C. Boer, Manuel Roseti,
Ignacio Rivas, Julio de Vedia, Hilario Lagos, Juan A. Noguera, etc., facilitada por la familia Martínez
Parma para su consulta.
Correspondencia de los vecinos Emiliano Aráuz, Emiliano Toledo, Rufino Viera, Emiliano Silva,
Nicolás Deza, Antonio Pintos, pertenecientes al archivo que fuera de don Alvaro M. Martínez.
Correspondencia y anotaciones que pertenecieran a don D. Jacinto Maineri facilitadas por en
consulta por su hijo Juan Rubens y Susana Sánchez de Maineri.
Diario de la época. Estudio socio-económico de la Cámara Comercial de Bolívar, 1988.
Libro de Actas de la Municipalidad de Bolívar – Decretos y Resoluciones.
Libro de Actas del Honorable Concejo Deliberante.
Libro de Actas de las Sociedades Española de Socorros Mutuos, Liga Deportiva, Bolívar.
Automóvil Club, Asociación de Cultura y Fomento e instituciones deportivas.
Revista de Ciencias y Letras Azul, Azul 1930.
Revista del Centenario de la fundación de Bolívar, 1978.
Revista del Cincuentenario de Bolívar. Año 1928.
Revista del Centenario de Saladillo. Anales año 1965.
Revistas sobre Bolívar, años 1945 y 1953.
Museo Florentino Ameghino de Bolívar. Diarios, revistas, anotaciones.
Testimonios del pasado extraídos de documentos que pertenecieran a don Juan V. Erramuspe en
poder de la familia Nicolás Danesa.
Testimonios de vecinos en forma oral.
Trabajos publicados en la revista “Todo es historia” dirigida por Félix Luna, de los siguientes
autores:
Brailovsky Antonio Elio. “Biografía de la pampa”. N° 184.
Castany Ernesto, “Valentín Sahihueque. Cacique argentino. N° 136.
Conlazo Daniel. “Los Querandíes, un enigma histórico”. N° 140.
Cuadrado Hernández. “La dinastía de los Catriel”. N° 91.
Cuadrado Hernández. “El mito de la masacre de Masalle”. N° 172.
Cuadrado Hernández. “San Cipriano Catriel, cacique y mártir”. N° 106.
Guido Horacio. “Calfucurá y el cura”. N° 5.
Guido Horacio. “150 años de Bahía Blanca”. N° 131.
Iriarte Ignacio Manuel. Los libres del Sur. N° 47.
Mayol Laferrere Carlos. “Crónica ranquelina de M. Rosas”. N. 130.
Monner Sanz María Inés C. de. “El desierto, una obsesión familiar”. N° 140.
Nario Hugo I. “El derrumbe del imperio pampa”. N° 9.
Punzi Orlando Mario. “La Campaña del desierto”. N° 144.
Sáenz Jimena. “Las Cautivas”.
Ortega Ezequiel. “Las elecciones de 1874”. N° 29.
Scenna Miguel A. “San Carlos, la última batalla de Calfucurá”. N° 59.
Scenna Miguel A. “Adolfo Alsina. El mito olvidado”. N° 127.
Scenna Miguel A. “Mitre contra Avellaneda”. N° 167.
Tarzaga Alfredo. “La Revolución del 74, una estrella que sube”.
Vedoya Juan Carlos. “La mujer en las pampas”. N° 95.
Zucalanies y Musmano Roberto. “Las dimensiones del desierto”. N° 144.
MI AGRADECIMIENTO
A los esposos Isaac Mosca y Ema Giles de Mosca a cuya amistosa insistencia y confianza en mis
fuerzas se debe este libro.
Al Señor Intendente Municipal de Bolívar, Dr. Julio César Ruíz, que apoyó entusiastamente mis
trabajos de investigación y puso en mis manos la documentación de archivo.
Al personal municipal de su directa dependencia.
Al Honorable Concejo Deliberante de Bolívar.
Al Consejo Escolar de Bolívar.
Al Museo Florentino Ameghino, a mis compañeros miembros de la Comisión Directiva de “La
Cultural”, que pusieron a mi disposición la colección de periódicos y diarios bolivarenses.
A la Biblioteca María Alcira Cabrera.
A la Asociación Española de Socorros Mutuos.
A la Liga Deportiva de Bolívar.
Al Bolívar Automóvil Club.
A la familia del Dr. Alvaro M. Martínez y en especial, a mi querido amigo Gustavo Martínez Parma,
que con total generosidad hizo mío, en consulta, el archivo del destacado historiador bolivarense.
A la familia de don José Hoya, Juanita Victoria en Dolavon (Chubut) y a José (Canuto) en La Plata,
que con mucho cariño me recibieron y me permitieron estudiar escritos de su señor padre.
A Juan Rubens Maineri y a su inolvidable esposa Susan Sánchez, que me acompañaron en este
esfuerzo facilitándome documentación d don Jacinto Maineri.
A Rubén Danessa y familia, por permitirme usar de un precioso libro de notas particulares y
comerciales que perteneciera a don Juan Erramuspe.
A doña Isabel Casariego de Ugarte con quién conversé largamente sobre la actuación de su padre,
don Basilio, y me dio referencias concretas sobre el San Carlos de antaño.
A don Amadeo Parrondo, por permitirme acceder a la colección del diario Pregón que fuera de su
propiedad.
A la Cooperativa Eléctrica de Bolívar Ltda.
A la Cooperativa de Obras y Servicios de Pirovano.
A la Cámara Comercial e Industrial de Bolívar.
A la Sociedad Rural de Bolívar.
Al Rvdo. Padre Cayetano Palazzolo.
A los señores Pablo V. Volpe, Valentín Martínez, Agapito M. Pacheco (fallecido), Román Tello, Juan
Agustín Vaquero, Ismael Demarchi, L. Oscar Ochoa, Jorge Delonardis, Oscar M. López, Jorge
Santillán, Prof. Raúl De BEnedet, Oscar Yannuzzi, Mariano (Canuto) Urrutia, Eduardo Marquez
Llano, Manuel Busquet Serra y señora, Isabel Busquet de Busquet Serra, Domingo Barnetche (h),
Héctor Rubén Barrio, Héctor Dante Andrade, Efraín Chávez, Alfredo Martín (Pirovano), Raúl Oteri,
Galaz Hermanos, F. Federico Marina, Avelino Sardón, David Geneux, Oscar Florencio Bissio,
Antonio Iglesias, José Mansilla, Raúl Ponce de León, Dario Recio, Domingo Zaccardi, Gustavo
González Livio, Francisco Lamarque, Juan Busquet, César Barros, Juan Angel Porta y Raúl Alvarez.
A las señoras Rosa Salduondo, María L. de Martini, R. Caligiuri de Sáenz, Betty P. de Carbajo.
A las señoritas María del Carmen Diego, Celia Otano, Alicia Mellado.
A las familias de don Bernardo March, del Dr. Armando Ananue (25 de Mayo), de Manuel A.
Chatruc Miguez.
A los Dres. Felipe G. Ricci (Azul), Santiago B. Gandola, Jorge Gómez Andrade, Félix Zaccardi, Víctor
del Carmen Chiclana.
A todos aquellos vecinos que me acercaron alguna referencia histórica y que están en mi
recuerdo. A mis amigos.
A mi familia, esposa, hijos y nietos, que me regalaron un hermoso tiempo que les pertenecía.
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CONTRATAPA
La historia de los pueblos, jalones heroicos en la pampa que fueron señalando el camino a la
civilización, suele perderse en el tiempo tras el paso por la vida de los viejos pobladores. Ni
siquiera la documentación tan valiosa de los Juzgados y Municipalidades, se guarda en forma
conveniente y ordenada, por lo que indagar sobre el origen de las fundaciones y sus hechos
fundamentales puede resultar una tarea tan ímproba como poco exitosa.
San Carlos de Bolívar, con un trazado magnífico que tuvo a Don Rafael Hernández como
inspirador; con sus altas y cautivantes palmeras que le dan un paisaje de ensueño, se abre el
presente con sus mayores esperanzas.
Pero hace del pasado un culto. Una permanente evocación agradecida. Alguien debía tomar la
antorcha que dejara el Dr. Alvaro M. Martínez iluminando un espacio de ese imborrable
acontecer.
Y aquí está el continuador – sin más título que su probado amor terruñero – con su obra,
contándonos la historia que nunca termina.
Pero hubiera sido impropio no abarcar más lejos y en profundidad, entendiendo que somos parte
de un todo. Por eso este panorama del ayer que arranca con el indio –el sufrido y combatido
dueño de la tierra virgen –para llegar hasta nuestros días.
Apretada síntesis de acontecimientos vitales, irrepetibles, que son parte de nuestro ser. Que han
conformado espiritual y materialmente un país nuevo, afirmado en hondas raíces, y también un
hombre nuevo.
Es decir la patria misma.