Filosofía
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Filosofía
Grado 10º
FILOSOFIA
Guía Nº 2
Tema: ¿Para qué enseñar filosofía?
Introducción:
Cada vez que se inicia un curso de filosofía los estudiantes se preguntan ¿y para qué
sirve esta materia? Como profesores podemos dar desde las respuestas más complejas
hasta las más sencillas. Algunos pueden responder con alguna proposición abstracta y
elevada. Otros pueden indicarles a sus discípulos que la materia es muy fácil y que no
deben temer, porque realmente lo importante es desarrollar algunas competencias con
las cuales puedan desenvolverse en el ámbito académico y en la vida cotidiana.
A la base de la pregunta del para qué la enseñanza de la filosofía, subyace otra: ¿qué
es la filosofía? Podemos contestar con la respuesta de Heidegger en su trabajo del
mismo título "Filosofía es traducir al lenguaje la llamada del ser del ente." Pero si
contestamos de esta manera, lo más probable es que nuestros alumnos se sientan
confundidos y crean que la labor será inútil y aburrida. No basta con indicarle al
alumno que la filosofía es la disciplina máxima del saber y que en ella están contenidos
un sin número de teorías y autores dedicados a pensar lo más complejo de la realidad.
De acuerdo a lo anterior, en las siguientes líneas se exponen cuatro razones básicas
por las cuales es imprescindible la enseñanza de la filosofía.
Debemos enseñar el sentido que tiene para el ser humano guiarse de acuerdo a unos
valores. Es decir, de acuerdo a unas realidades que aparecen intangibles, pero que se
materializan en el comportamiento. Y cuando digo enseñar, no estoy afirmando que
debemos llenar a los alumnos con un cúmulo de conceptos en donde ellos recitan
literalmente las definiciones dadas por los autores. Una de las formas más indicadas
para enseñar los valores es la práctica. Resulta inoficiosa la prédica si en realidad no
logramos transmitir el sentido de los valores. Y el sentido se logra sólo a través del
ejemplo. Es decir, no pretendamos que nuestros hijos y estudiantes asuman valores si
nosotros les demostramos con nuestra actuación que todo da lo mismo. Con actitudes
tales como ser fiel o infiel es cuestión de gustos y preferencias; ser honrado o
deshonesto depende de la situación; decir la verdad o engañar es asunto del
momento, sólo logramos perpetuar un relativismo moral a través del cual falseamos
los comportamientos correctos. Nosotros damos sentido a los valores cada vez que
asumimos posiciones firmes y decididas; no dogmáticas y totalitarias. Actuemos con
convencimiento y no flaqueemos. Seamos tolerantes con los asuntos triviales, pero no
mostremos tolerancia ante las situaciones que degradan la dignidad humana. Andemos
con la verdad, es decir, con transparencia, porque sólo así estaremos en condiciones
de exigirles a las nuevas generaciones la construcción de un mundo más humano.
Enseñar filosofía porque, hoy como ayer, es necesario andar por el camino del
amor
El amor es una dimensión que reta nuestra condición humana. Gran parte de la crisis
que viven los individuos se cifra en no saber cómo y a quién realmente amar. El amor
se asemeja a un manantial de agua, el cual si no se sabe utilizar y cuidar puede
llevarnos a la muerte, quizás no física, pero sí emocional. La cátedra amatoria no se
puede enseñar a través de las fórmulas y los teoremas. Teorizar sobre esta dimensión
del ser humano puede resultar escurridizo, especialmente cuando queremos que los
otros sigan los parámetros a través de los cuales nosotros hemos alcanzado la
satisfacción o el fracaso. Si bien es cierto que la fórmula secreta para el amor no se
saca de los laboratorios o de las aulas, si es posible dar orientaciones con las cuales
nuestros jóvenes se enfrenten al arte de amar.
La sentencia kantiana del "atreverse a pensar por sí mismo" es factible si desde la más
temprana edad se ayuda al sujeto a deliberar conscientemente sobre las opciones más
pertinentes en la existencia. La libertad como el pensamiento no surge por generación
espontánea. Ella se logra si como educadores y padres de familia le ofrecemos a los
educandos el modelo racionalmente adecuado para actuar. Si dejamos la libertad al
azar, el estudiante lo único que logrará es identificarse con los modelos que le ofrece la
televisión, la malicia popular o la frivolidad de la calle. Y creo que como sujetos
responsables lo último que deseamos es dejar a la juventud beberse la existencia
desaforadamente.
Tomado de www.eleducador.com/col/contenido/contenido.aspx?catID=1&conID=861
Trabajo
1. Leer la fase informativa
2. Realizar un comentario critico a la información suministrada
3. Elaborar un ensayo filosófico sobre cualquiera de las cuatro razones que se
argumentan para revalidar la enseñanza de la filosofía en el colegio.