Freud

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BiografíasArtículo revisado

Sigmund Freud: biografía y obra del célebre


psicoanalista
Los fundamentos elementales del psicoanálisis y la vida de
Freud.

Jonathan García-allen
30 mayo, 2015 - 19:46

Sigmund Freud es, quizás, el pensador más famoso,


polémico y carismático de la psicología del siglo XX.
Sus teorías y su trabajo han dejado una huella importante
en el modo en el que durante décadas se han dado
explicaciones sobre el desarrollo en la infancia,
la personalidad, la memoria, la sexualidad o la terapia.
Muchos psicólogos han sido influenciados por su obra,
mientras otros han desarrollado sus ideas en oposición a
él.

Hoy en día, la psicología científica se desarrolla al margen


de las ideas de Sigmund Freud. Sin embargo, eso no le
resta valor histórico a este investigador. A continuación
repasaremos su vida y su obra a través de una biografía de
Sigmund Freud, en la que conoceremos su trayectoria vital
e intelectual.

 Artículo relacionado: "Los 36 mejores libros de


Psicología que no puedes perderte"

Breve biografía de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis

Freud es el padre del psicoanálisis, un método que tiene


como objetivo el tratamiento de enfermedades mentales. El
psicoanálisis freudiano es una teoría que intenta explicar
el comportamiento de los seres humanos y se basa en el
análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se
originan en la niñez.

Esta teoría sostiene que los impulsos instintivos que son


reprimidos por la conciencia permanecen en el
inconsciente y afectan al sujeto. El inconsciente no es
observable por el paciente: el psicoanalista es quien debe
volver accesibles dichos conflictos inconscientes a través
de la interpretación de los sueños, los actos fallidos y la
asociación libre.

El concepto llamado “asociación libre”, trata de una


técnica que busca que el paciente exprese, durante las
sesiones de terapia, todas sus ideas, emociones,
pensamientos e imágenes tal y como se le presentan, sin
restricciones ni ordenamientos. Tras esta apertura, el
psicoanalista debe determinar qué factores, dentro de esas
manifestaciones, reflejan un conflicto inconsciente.

Primeros años y formación universitaria


Sigmund Freud nació en Freiberg, Imperio Austríaco, en el
año 1856, en el seno de una familia ucraniana de origen
judío y situación económica humilde.

Al llegar el 1860, su familia se trasladó a Viena, y se asentó


en esta ciudad durante los años siguientes. Con 17 años, el
joven Freud entró a la Universidad de Viena para estudiar
medicina, graduándose poco después. Luego, hacia
1877, se especializó en el estudio del sistema nervioso en
peces, área en la que destacó como investigador.

Luego, en el año 1882, empezó a trabajar como médico en


el Hospital General de Viena. En el 1886 se casó con
Martha Bernays y empezó a ejercer de manera privada
especializándose en los trastornos basados en
alteraciones en el sistema nervioso. Sin embargo, pronto
empezó a interesarse en lo puramente psicológico. Hacia
1889, empezó a desarrollar la teoría psicoanalítica.

La relación de Sigmund Freud con Charcot y


Breuer: Origen del Psicoanálisis
Para entender su teoría, hay que saber que todo empezó en
París, donde Sigmund Freud se encontraba gracias una
beca. Allí pasó mucho tiempo al lado de Jean-Martin
Charcot, un famoso neurólogo estudioso del fenómeno
hipnótico, y así comienza su interés en la sugestión y el
estudio de la histeria. Una vez finalizada la beca, Freud
regresó a Viena y compartió las teorías de Charcot con
otros médicos, pero todos le rechazaron salvo Josef
Breuer, un amigo suyo.

Además, Breuer tuvo un papel importantísimo en la vida de


Sigmund Freud como figura paterna, aconsejándole en los
distintos aspectos de la carrera que compartían,
apoyándole económicamente para que estableciera su
consultorio como médico particular, creando el método
catártico y redactando con él la obra inaugural de la
historia del psicoanálisis.

El famoso caso de Anna O.


El caso de Anna O. (su nombre real era Bertha
Pappenheim) marcó un antes y un después en la carrera
de un joven Freud. Anna O. era una paciente de Breuer que
sufría histeria, pero ambos se hicieron cargo de su
problema. La paciente era una joven que en otoño de 1880
enfermó. Cuando tenía cumplidos los 21 años,
inesperadamente su padre cayó enfermo y se vio obligada
a cuidar de él. Fue tanta su atención hacía su padre, que el
gran descuido que ella se dio a sí misma la condujo hacia
la anemia y debilidad. Pero estos problemas; que pronto la
postraron en cama, fueron seguidos por malestares aún
más alarmantes: parálisis, una grave perturbación del
lenguaje y otros síntomas que aparecen tras de la muerte
de su padre, y por la que es diagnosticada como histérica.

El tratamiento de Breuer se centraba en inducir a la


paciente a un estado hipnótico y persuadirla para que
rememorara las circunstancias previas a la primera
aparición de cada uno de los síntomas padecidos. Al salir
del trance hipnótico, dichos síntomas histéricos iban
desapareciendo uno a uno. El médico realizaba este
tratamiento dos veces al día, y Anna O. lo solía llamar
“cura por la palabra”. Breuer lo bautizó como método
catártico. En el caso de Anna O. se concluyó que había
padecido abusos sexuales en su infancia por parte de un
familiar, y pese a que parecía que la terapia funcionaba,
apareció una trasferencia sexual entre la paciente y el
médico. Luego hubo problemas con un falso embarazo de la
paciente, enamorada de su terapeuta, y Breuer se apartó
hostigado por los celos de su mujer.
Breuer y la histeria
Breuer llegó a la conclusión de que las pacientes que
mostraban los síntomas de la histeria no tenían dolencias
físicas sino que, en realidad, sus síntomas eran el
resultado de la acción permanente de ciertas experiencias
traumáticas del pasado y que se habían reprimido, aunque
no olvidado, y además, que al liberar dichos pensamientos
reprimidos, exteriorizándolos y aceptándolos de manera
consciente, los síntomas desaparecían.

En un principio, Breuer no hizo públicos sus


descubrimientos, pero los compartió con Freud. Este último
utilizó dicho método, pero dejó de lado la hipnosis y en su
lugar estableció el procedimiento de “asociación libre”.

Más tarde, la relación entre Breuer y Freud comenzó a


decaer debido a varias discusiones en el campo de lo
científico. Breuer se apegaba a una concepción
cientificista clásica que no aceptaba la separación total
entre fisiología y psicología, mientras que Freud apostaba
por la creación de todo un sistema teórico nuevo para la
psicología y una independencia absoluta de cualquier otra
rama médica.

Por otro lado, Breuer concebía al método catártico con la


hipnosis, pero sin la adopción de la “asociación libre” ni
otras modificaciones y ampliaciones sugeridas por
Sigmund Freud. La amistad acabó por romperse
definitivamente al año de una publicación conjunta.
La mente inconsciente
Sigmund Freud desarrolló un mapa topográfico de la mente
en el que describió las características de la estructura y el
funcionamiento de la mente. En este modelo, la mente
consciente es solo la punta del iceberg. En la mente
inconsciente descansan muchos de nuestros impulsos y
deseos primitivos que están mediados por
la preconciencia.

Freud desarrolló la teoría de que algunos eventos y deseos


causaban tanto miedo y dolor a sus pacientes,
que permanecían guardados en el oscuro subconsciente,
afectando a la conducta de manera negativa. Esto sucedía
debido al proceso que llamó “represión”.

En su teoría da mucha importancia a la mente


inconsciente, ya que el objetivo del psicoanálisis es hacer
consciente lo que está molestando en el inconsciente.

Sin embargo, aún le faltaba conocer los mecanismos por


los que los procesos psicológicos inconscientes tienen
lugar. Como veremos, no tardó en desarrollar una serie de
conceptos creados para comprender el modo en el que,
hipotéticamente, lo inconsciente domina lo consciente.

Las instancias psíquicas


Más tarde, Freud desarrolló un modelo de la mente que
estaba compuesto por el ELLO, el YO y el SUPER-YO, y lo
llamó el “aparato psíquico”. Tanto el ELLO,
el YO y SUPER-YO no son áreas físicas, sino
conceptualizaciones hipotéticas de funciones mentales
importantes.

 El ELLO opera en el nivel inconsciente. responde al


principio del placer y está compuesto de dos tipos
de instintos biológicos o impulsos a los que
llamó Eros y Thanatos. El Eros, o instinto de vida,
ayuda a los individuos a sobrevivir; dirige las
actividades que sustentan la vida como la
respiración, la comida o el sexo. La energía creada
por los impulsos de vida se conoce como libido. En
contraste, el Thanatos o instinto de muerte, son una
serie de fuerzas destructivas que están presentes en
todos los seres vivos. Cuando la energía se dirige
hacia otros, se expresa en agresiones y violencia.
Freud pensaba que el Eros tiene es más poderos que
el Thanatos, ya facilita que la gente sobreviva en vez
de autodestruirse.
 El YO (o ego) se desarrolla durante la infancia. Su
objetivo es satisfacer las demandas del ELLO dentro
de la aceptación social. En contraste con el ELLO, el
YO sigue el principio de realidad y opera en el
consciente y el subconsciente.
 El SUPER-YO (o superego) es el responsable de
asegurar que se siguen unos estándares morales,
por lo que actúa con el principio de moralidad y nos
motiva a actuar con un comportamiento socialmente
aceptable y responsable. El SUPER-YO puede hacer
a una persona sentirse culpable por no seguir las
normas. Cuando hay un conflicto entre objetivos del
ELLO y el SUPER-YO, el YO actúa como mediador. El
YO posee mecanismos de defensa para prevenir la
ansiedad de estos conflictos. Estos niveles o las
instancias se superponen, es decir se integran y de
este modo funciona el psiquismo humano. Este es un
proceso que se va desde el momento en que una
persona nace.

Cuando uno nace es todo ELLO, sus necesidades de


alimentación, higiene, sueño y contacto deben satisfacerse
inmediatamente, porque no posee la capacidad de espera,
es decir se rige por un principio de placer, es impaciente.
Poco a poco va aprendiendo a esperar, percibe que alguien
lo alienta, distingue situaciones, es ese el momento en que
surge el YO y a medida que va creciendo continúa con sus
aprendizajes.
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Entre estos aprendizajes distingue que hay cosas que no
puede hacer y otras que sí, entonces es cuando comienza a
formarse el SUPER-YO. Un niño va orientando su conducta
según lo indicado por los adultos quienes le van otorgando
premios o castigos según responda o no a las normas o
indicaciones que estos dan.

Los mecanismos de defensa


Freud nos habla los mecanismos de defensa, como las
técnicas del inconsciente, encargadas de minimizar las
consecuencias de eventos demasiado intensos. De esta
manera, a través de estos mecanismos, el individuo es
capaz de funcionar con normalidad. Es una respuesta del
YO, que se defiende tanto de la excesiva presión del ELLO,
cuando éste reclama la satisfacción de los impulsos, como
del desmesurado control del SUPER-YO; merced a ellos, el
YO también se protege de la presencia de experiencias
pasadas de tipo traumático.

Los mecanismos de defensa son modos incorrectos de


resolver el conflicto psicológico y pueden dar lugar a
trastornos en la mente, la conducta, y en los casos más
extremos a la somatización del conflicto psicológico y las
disfunciones físicas que lo expresan. Estos son algunos de
los mecanismos de defensa:

Desplazamiento

Se refiere a la redirección de un impulso (habitualmente


una agresión) hacia una persona o un objeto. Por ejemplo,
alguien que se sienta frustrado con su jefe y le suelte una
patada a su perro.

Sublimación

Es similar al desplazamiento, pero el impulso se canaliza


hacia una forma más aceptable. Una pulsión sexual se
sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos
valorados socialmente, como la actividad artística, la
actividad física o la investigación intelectual.

Represión

Es el mecanismo que Freud descubrió primero. Hace


referencia a que el YO borra eventos y pensamientos que
serían dolorosos si se mantuvieran en el nivel consiente.

Proyección

Hace referencia a los individuos que atribuyen sus propios


pensamientos, motivos o sentimientos, hacia otra persona.
Las proyecciones más comunes pueden ser
comportamientos agresivos que provocan un sentimiento
de culpa, y fantasías o pensamientos sexuales.

Negación

Es el mecanismo por el cual el sujeto bloquea eventos


externos para que no formen parte de la conciencia y trata
aspectos evidentes de la realidad como si no existieran.
Por ejemplo, un fumador que se niega a afrontar que fumar
puede provocar serios problemas para su salud.
 Si quieres saber más sobre este tema, podéis visitar el
artículo "Mecanismos de defensa"

Estadios de la teoría de Freud


La época en la que el autor de la teoría psicosexual vivió, y
en la que era habitual la fuerte represión de los deseos
sexuales, sobretodo en el sexo femenino, Sigmund Freud
entendió que existía una relación entre la neurosis y la
represión sexual. Por lo tanto, era posible entender la
naturaleza y la variedad de la enfermedad al conocer la
historia sexual del paciente.

Freud consideraba que los niños nacen con un deseo


sexual que deben satisfacer, y que existen una serie de
estadios, durante los cuales el niño busca placer de
diferentes objetos. Esto es lo que llevo a la parte más
polémica de su teoría: la teoría del desarrollo psicosexual.

Etapa oral

Comienza con el nacimiento y continúa durante los


primeros 18 meses de vida. Esta etapa se centran en el
placer en la boca, esa es la zona erógena. El niño chupa
todo lo que encuentra porque eso le resulta placentero y
así conoce su entorno. Por lo tanto, en esta fase el niño ya
experimenta con su sexualidad. Si el adulto, por ejemplo, le
prohíbe que se chupe el dedo, la mano, etc. le está
obstruyendo la posibilidad de explorarse y explorar su
alrededor. Lo cual puede traer problemas futuros para el
niño.
Etapa anal

La fase anal del desarrollo se produce entre los 18 meses y


los tres años de edad. En esta etapa la preocupación del
niño y sus padres gira alrededor del ano, es la etapa del
control de esfínteres. El goce sexual para el niño está en la
defecación. Él siente que entrega así, una producción de su
cuerpo, una parte de sí mismo y por ello es tan importante
para él.

Es una etapa de gran importancia y es fundamental que el


control de esfínteres se haga progresivamente, sin
presiones. Manejar mal esta etapa va a repercutir
negativamente en comportamientos futuros.

Etapa fálica

La fase fálica de la teoría de Sigmund Freud comienza a los


tres años y se extiende hasta los seis años. En esta etapa
los genitales son el objeto de placer y aparece el interés
por las diferencias sexuales y los genitales, por lo que es
muy importante no reprimir y manejar debidamente este
estadio, ya que se podría obstruir la capacidad de
investigación, conocimiento y aprendizaje general. Freud
asegura que los varones comienzan a experimentar
sentimientos sexuales hacia sus madres y ven a sus
padres como competidores, por lo que temen ser
castrados, proceso que resulta en el Complejo de Edipo.
Más tarde los niños se identifican con sus padres y
reprimen los sentimientos hacia sus madres para dejar
atrás esta fase.
Etapa de latencia

La fase de latencia de Freud se desarrolla entre los seis


años y el inicio de la pubertad .Coincide con la etapa
escolar y durante mucho tiempo se creyó,
equivocadamente, que la sexualidad quedaba
adormecida, latente. Lo que sucede es que durante este
período el interés del niño se centra en conocer, aprender
e investigar. Un buen manejo de las etapas anteriores,
contribuye muy favorablemente al éxito escolar.

Etapa genital

Esta fase se da en la pubertad, y una vez más, el centro de


atención recae en los genitales. Los individuos muestran
curiosidad por la sexualidad genital y es básico que
encuentren en sus padres y en el mundo adulto la apertura
y disponibilidad para hablar de sexo y para aclarar y
responder a sus dudas.

Análisis de los sueños


Freud consideraba que los sueños eran importantes para
poder explicar lo que sucedía en el inconsciente, ya que
mientras soñamos las defensas del YO no están presentes.
Debido a esto, mucho material reprimido se hace
consciente, aunque de una manera distorsionada. Recordar
fragmentos de los sueños puede ayudar a destapar las
emociones y los recuerdos enterrados. Por lo tanto, los
sueños juegan un papel importante en la mente
inconsciente y sirven para dar pistas de como éste opera.

Sigmund Freud distinguió entre contenido manifiesto (lo


que se recuerda del sueño) y contenido latente, el
significado simbólico del sueño (lo que intenta decir). El
primero es superficial y el segundo se manifiesta a través
del lenguaje de los sueños. El autor de la “Teoría de la
interpretación de los sueños” menciona que todos los
sueños representan la realización de un deseo por parte
del soñador, incluso las pesadillas. Según su teoría, la
"censura" de los sueños produce una distorsión de su
contenido. Así que lo que puede parecer un conjunto de
imágenes soñadas sin sentido, a través del análisis y de su
método "descifrador", realmente puede ser un conjunto de
ideas coherentes.

Su legado en el pensamiento occidental

Las ideas freudianas causaron un gran impacto, y su


trabajo reunió a un amplio grupo de seguidores. Entre ellos
se pueden citar: Karl Abraham, Sandor Ferenczi, Alfred
Adler, Carl Gustav Jung, Otto Rank y Ernest Jones.
Algunos, como Adler y Jung se fueron alejando de los
principios de Freud y crearon su propia concepción
psicológica.

No hay duda de que el psicoanálisis ha sido revolucionario


para la psicología y ha servido como base para el
desarrollo de una gran cantidad de teorías y escuelas
psicológicas. En sus comienzos, e incluso en la actualidad,
ha sido una doctrina que ha despertado grandes pasiones,
a favor y en contra. Posiblemente una de las principales
críticas, hace referencia a la falta de objetividad en la
observación y la dificultad de derivar hipótesis específicas
verificables a partir de esta teoría, pero por mucho que lo
critiquen, en el desarrollo de la psicología, hay un antes y
un después de este personaje célebre.

Referencias bibliográficas:

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Structural Theory. Nueva York: International
Universities Press.
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Dispute. New York: The New York Review of Books.
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 Grünbaum, A. (1984). The Foundations of
Psychoanalysis: A Philosophical Critique. University
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 Jones, E. (1953). Sigmund Freud: Life and Work, vol. 1.
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 Neu, J. (2003). Guía de Freud. Traducción Mario
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 Webster, R. (2005). Why Freud Was Wrong: Sin, Science
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