Naturaleza y Cultura

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Naturaleza y cultura[editar]

Una primera distinción en el conocimiento científico es la que se establece entre


naturaleza y cultura. Esa distinción significa que el mundo de la naturaleza es el que
no ha sido creado por el hombre, al menos en sus orígenes; mientras que la cultura
es el mundo creado por los seres humanos, tal como se explica extensamente en el
libro The Man-Made World (4).
Cuando el término cultura surgió en Europa, entre los siglos XVIII y XIX, se refería
a un proceso de tecnología o mejora, como en la agricultura u horticultura. En el
siglo XIX, pasó primero a referirse al mejoramiento o refinamiento de lo individual,
especialmente a través de la educación, y luego al logro de las aspiraciones o
ideales nacionales. A mediados del siglo XIX, algunos científicos utilizaron el término
«cultura» para referirse a la capacidad humana universal. Para el antipositivista y
sociólogo alemán Georg Simmel, la cultura se refería a «la cultivación de los
individuos a través de la injerencia de formas externas que se han materializado en
el transcurso de la historia».5
En el siglo XX, la «cultura» surgió como un concepto central de la antropología,
abarcando todos los fenómenos humanos que no son el total resultado de la
genética. Específicamente, el término «cultura» en la antropología americana tiene
dos significados: (1) la evolucionada capacidad humana de clasificar y representar
las experiencias con símbolos y actuar de forma imaginativa y creativa; y (2) las
distintas maneras en que la gente vive en diferentes partes del mundo, clasificando
y representando sus experiencias y actuando creativamente. Después de la
Segunda Guerra Mundial, el término se volvió importante, aunque con diferentes
significados, en otras disciplinas como estudios culturales, psicología
organizacional, sociología de la cultura y estudios gerenciales.
Algunos etólogos han hablado de «cultura» para referirse a costumbres, actividades
o comportamientos transmitidos de una generación a otra en grupos de animales
por imitación consciente de dichos comportamientos.[cita requerida] Las creencias y
prácticas de una cultura determinada pueden ser ejercidas como mecanismos de
control que limitan la conducta social. La cultura se asocia con la libertad, ya que es
el vehículo entre el conocimiento y nuevas formas de conciencia que permiten una
desestabilización en la hegemonía. Además puede reconocerse como conjuntos o
modos de vida y costumbres de una época o grupo social. El término cultura puede
alcanzar extensión y usos diversos, como diversidad cultural, objeto del
conocimiento empírico, y la diferencia cultural.6
Otros conceptos de cultura
● La palabra cultura se asocia con la acción de cultivar o practicar algo,
también según la RAE puede ser el resultado o efecto de prevalecer
conocimientos humanos y conjuntos de modos de vida.
● La cultura ha sido vista dentro de los proyectos de modernidad.
● Una dimensión y expresión de la vida humana, se realiza mediante la
utilización de símbolos y artefactos, en los que hay un campo de
producción, circulación y consumo de signos y como una praxis que se
articula en una teoría.
● En el diccionario se nombran diferentes tipos de culturas y entre ellas las
dos más emblemáticas son la cultura popular y la cultura de masas.6
Formación del concepto de cultura[editar]

Etimología[editar]

La etimología del concepto moderno “cultura” tiene un origen antiguo. En varias


lenguas europeas, la palabra “cultura” está basada en el término latino utilizado por
Cicerón, en su Tusculanae Disputationes, quien escribió acerca de un cultivo del
alma o “cultura animi”, utilizando así una metáfora agrícola para describir el
desarrollo de un alma filosófica, que fue comprendida teleológicamente como uno
de los ideales más altos posibles para el desarrollo humano. Samuel Pufendorf llevó
esta metáfora a un concepto moderno, con un significado similar, pero ya sin asumir
que la filosofía es la perfección natural del hombre. Para este autor, los significados
de cultura, que muchos escritores posteriores retoman, “se refieren a todas las
formas en la que los humanos comienzan a superar su barbarismo original y, a
través de artificios, se vuelven completamente humanos”.7
Como lo describe Velkley:7
El término “cultura”, que originalmente significaba la cultivación del alma
o la mente, adquiere la mayoría de sus posteriores significados en los
escritos de los pensadores alemanes del siglo XVIII, quienes en varios
niveles desarrollaron la crítica de Rousseau al liberalismo moderno y la
Ilustración. Además, un contraste entre “cultura” y “civilización” está
usualmente implícito por estos autores, aun cuando no lo expresen así.
Dos significados primarios de cultura surgen de este período: cultura
como un espíritu folclórico con una identidad única, y cultura como la
cultivación de la espiritualidad o la individualidad libre. El primer
significado es predominante dentro de nuestro uso actual del término
“cultura”, pero el segundo juega todavía un importante rol en lo que
creemos debería lograr la cultura, como la “expresión” plena del ser
único y “auténtico”.

Concepción clásica de la cultura[editar]

En sus primeras acepciones, cultura designaba el cultivo de los campos.


El término cultura proviene del latín cultus que a su vez deriva de la voz colere que
significa cuidado del campo o del ganado. Hacia el siglo XIII, el término se empleaba
para designar una parcela cultivada, y tres siglos más tarde había cambiado su
sentido de estado de una cosa a la propia acción que lleva a dicho estado: el cultivo
de la tierra o el cuidado del ganado (Cuche, 1999: 10), aproximadamente en el
sentido en que se emplea en el español de nuestros días en vocablos como
agricultura, apicultura, piscicultura y otros. Por la mitad del siglo XVI, el término
adquiere una connotación metafórica, como el cultivo de cualquier facultad. De
cualquier manera, la acepción figurativa de cultura no se extenderá hasta el siglo
XVII, cuando también aparece en ciertos textos académicos.

El Siglo de las Luces (siglo XVIII) es la época en que el sentido figurado del término
como “cultivo del espíritu” se impone en amplios campos académicos. Por ejemplo,
el Dictionnaire de l'Académie Française de 1718. Y aunque la Enciclopedia lo
incluye solo en su sentido restringido de cultivo de tierras, no desconoce el sentido
figurado, que aparece en los artículos dedicados a la literatura, la pintura, la filosofía
y las ciencias. Con el paso del tiempo, como cultura se entenderá la formación de la
mente. Es decir, se convierte nuevamente en una palabra que designa un estado,
aunque en esta ocasión es el estado de la mente humana, y no el estado de las
parcelas.

Voltaire, uno de los pocos pensadores franceses del siglo XVIII que se mostraban partidarios
de una concepción relativista de la historia humana.

La clásica oposición entre cultura y naturaleza también tiene sus raíces en esta
época. En 1798, el Dictionnaire incluye una acepción de cultura en que se
estigmatiza el “espíritu natural”. Para muchos de los pensadores de la época, como
Jean Jacques Rousseau, la cultura es un fenómeno distintivo de los seres humanos,
que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales. La cultura es el
conjunto de los conocimientos y saberes acumulados por la humanidad a lo largo de
sus milenios de historia. En tanto una característica universal (el vocablo), se
emplea en número singular, puesto que se encuentra en todas las sociedades sin
distinción de etnias, ubicación geográfica o momento histórico.
Cultura y civilización[editar]
También es en el contexto de la Ilustración cuando surge otra de las clásicas
oposiciones en que se involucra a la cultura, esta vez, como sinónimo de la
civilización. Esta palabra aparece por primera vez en la lengua francesa del siglo
XVIII, y con ella se significaba la refinación de las costumbres. Civilización es un
término relacionado con la idea de progreso. Según esto, la civilización es un estado
de la Humanidad en el cual la ignorancia ha sido abatida y las costumbres y
relaciones sociales se hallan en su más elevada expresión. La civilización no es un
proceso terminado, es constante, e implica el perfeccionamiento progresivo de las
leyes, las formas de gobierno, el conocimiento. Como la cultura, también es un
proceso universal que incluye a todos los pueblos, incluso a los más atrasados en la
línea de la evolución social. Desde luego, los parámetros con los que se medía si
una sociedad era más civilizada o más salvaje eran los de su propia sociedad. En
los albores del siglo XIX, ambos términos, cultura y civilización eran empleados casi
del mismo modo, sobre todo en francés e inglés (Thompson, 2002: 186).

Johann Gottfried Herder. Según él, la cultura podía entenderse como la realización del genio
nacional (Volksgeist).

Es necesario señalar que no todos los intelectuales franceses emplearon el término.


Rousseau y Voltaire se mostraron reticentes a esta concepción progresista de la
historia. Intentaron proponer una versión más relativista de la historia, aunque sin
éxito, pues la corriente dominante era la de los progresistas. No fue en Francia, sino
en Alemania donde las posturas relativistas ganaron mayor prestigio. El término
Kultur en sentido figurado aparece en Alemania hacia el siglo XVII -aproximadamente
con la misma connotación que en francés. Para el siglo XVIII goza de gran prestigio
entre los pensadores burgueses alemanes. Esto se debió a que fue empleado para
denostar a los aristócratas, a los que acusaban de tratar de imitar las maneras
“civilizadas” de la corte francesa. Por ejemplo, Immanuel Kant apuntaba que “nos
cultivamos por medio del arte y de la ciencia, nos civilizamos [al adquirir] buenos
modales y refinamientos sociales” (Thompson, 2002: 187). Por lo tanto, en Alemania
el término civilización fue equiparado con los valores cortesanos, calificados de
superficiales y pretenciosos. En sentido contrario, la cultura se identificó con los
valores profundos y originales de la burguesía (Cuche, 1999:13).
En el proceso de crítica social, el acento en la dicotomía cultura/civilización se
traslada de las diferencias entre estratos sociales a las diferencias nacionales.
Mientras Francia era el escenario de una de las revoluciones burguesas más
importantes de la historia, Alemania estaba fragmentada en múltiples Estados. Por
ello, una de las tareas que se habían propuesto los pensadores alemanes era la
unificación política. La unidad nacional pasaba también por la reivindicación de las
especificidades nacionales, que el universalismo de los pensadores franceses
pretendía borrar en nombre de la civilización. Ya en 1774, Johann Gottfried Herder
proclamaba que el genio de cada pueblo (Volksgeist) se inclinaba siempre por la
diversidad cultural, la riqueza humana y en contra del universalismo. Por ello, el
orgullo nacional radicaba en la cultura, a través de la que cada pueblo debía cumplir
un destino específico. La cultura, como la entendía Herder, era la expresión de la
humanidad diversa, y no excluía la posibilidad de comunicación entre los pueblos.
Durante el siglo XIX, en Alemania el término cultura evoluciona bajo la influencia del
nacionalismo.8 Mientras tanto, en Francia, el concepto se amplió para incluir no solo
el desarrollo intelectual del individuo, sino el de la humanidad en su conjunto. De
aquí, el sentido francés de la palabra presenta una continuidad con el de civilización:
no obstante la influencia alemana, persiste la idea de que más allá de las diferencias
entre “cultura alemana” y “cultura francesa” (por poner un ejemplo), hay algo que las
unifica a todas: la cultura humana.9

También podría gustarte