Naturaleza y Cultura
Naturaleza y Cultura
Naturaleza y Cultura
Etimología[editar]
El Siglo de las Luces (siglo XVIII) es la época en que el sentido figurado del término
como “cultivo del espíritu” se impone en amplios campos académicos. Por ejemplo,
el Dictionnaire de l'Académie Française de 1718. Y aunque la Enciclopedia lo
incluye solo en su sentido restringido de cultivo de tierras, no desconoce el sentido
figurado, que aparece en los artículos dedicados a la literatura, la pintura, la filosofía
y las ciencias. Con el paso del tiempo, como cultura se entenderá la formación de la
mente. Es decir, se convierte nuevamente en una palabra que designa un estado,
aunque en esta ocasión es el estado de la mente humana, y no el estado de las
parcelas.
Voltaire, uno de los pocos pensadores franceses del siglo XVIII que se mostraban partidarios
de una concepción relativista de la historia humana.
La clásica oposición entre cultura y naturaleza también tiene sus raíces en esta
época. En 1798, el Dictionnaire incluye una acepción de cultura en que se
estigmatiza el “espíritu natural”. Para muchos de los pensadores de la época, como
Jean Jacques Rousseau, la cultura es un fenómeno distintivo de los seres humanos,
que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales. La cultura es el
conjunto de los conocimientos y saberes acumulados por la humanidad a lo largo de
sus milenios de historia. En tanto una característica universal (el vocablo), se
emplea en número singular, puesto que se encuentra en todas las sociedades sin
distinción de etnias, ubicación geográfica o momento histórico.
Cultura y civilización[editar]
También es en el contexto de la Ilustración cuando surge otra de las clásicas
oposiciones en que se involucra a la cultura, esta vez, como sinónimo de la
civilización. Esta palabra aparece por primera vez en la lengua francesa del siglo
XVIII, y con ella se significaba la refinación de las costumbres. Civilización es un
término relacionado con la idea de progreso. Según esto, la civilización es un estado
de la Humanidad en el cual la ignorancia ha sido abatida y las costumbres y
relaciones sociales se hallan en su más elevada expresión. La civilización no es un
proceso terminado, es constante, e implica el perfeccionamiento progresivo de las
leyes, las formas de gobierno, el conocimiento. Como la cultura, también es un
proceso universal que incluye a todos los pueblos, incluso a los más atrasados en la
línea de la evolución social. Desde luego, los parámetros con los que se medía si
una sociedad era más civilizada o más salvaje eran los de su propia sociedad. En
los albores del siglo XIX, ambos términos, cultura y civilización eran empleados casi
del mismo modo, sobre todo en francés e inglés (Thompson, 2002: 186).
Johann Gottfried Herder. Según él, la cultura podía entenderse como la realización del genio
nacional (Volksgeist).