Final
Final
de la enseñanza, que presenta fuertes relaciones con otras disciplinas del campo
pedagógico. A través del tiempo, se han delineando distintas corrientes, que se
diferencian en función de las dimensiones que incorporan para el estudio de estos
procesos.
Para ello, se tuvo en cuenta cuatro unidades en las que se trabajó: “La Didáctica”
la cual integró una justificación de la didáctica, la didáctica general y las didácticas
específicas, la didáctica como disciplina teórica-practica, perspectivas
contemporáneas en el pensamiento didáctico; “La Enseñanza y el Aprendizaje”
que comprendió la enseñanza como objeto de estudio, el concepto de enseñanza,
la enseñanza en la escuela, la enseñanza en la diversidad, los problemas de la
enseñanza, el aprendizaje y sus concepciones, teorías del aprendizaje, el
aprendizaje significativo y la relación entre enseñanza y aprendizaje; “El
Currículum” se detalló la evolución del concepto de currículum, qué es el
currículum, los niveles de concreción, la función del Currículum, los componentes
del currículum, el currículo prescripto como uno de los condicionantes de la
práctica docente, el conocimiento escolar: Los Núcleos Prioritarios de Aprendizaje
y los organizadores del currículum: Contenidos disciplinares; por último, “La
Programación Didáctica”, en la que se trabajó la construcción metodológica:
organización didáctica de la clase, la determinación y formulación de los objetivos,
los DC como insumo para la selección y secuenciación de los contenidos de la
enseñanza, las secuencias didácticas y condiciones materiales, la planificación de
una unidad didáctica, la evaluación: concepto, criterios, indicadores y los tipos de
instrumentos.
La didáctica es la disciplina pedagógica del carácter práctico y normativo que tiene
por objetivo específico la técnica de la enseñanza, esto es, la técnica de incentivar
y de orientar eficazmente a los alumnos en el aprendizaje.
El texto los profesores y el saber didáctico trata sobre la utilizada de las teorías
para la enseñanza, las cuales dependen de la naturaleza y la calidad de la teoría.
Estas no son útiles cuando están equivocadas o incompletas, inadecuadas para
un fin determinado, difíciles de aplicar en la práctica y/o hay una situación de
urgencia social momentánea.
Las teorías de los docentes han sido estudias por diferentes autores que se
han interesado por conocer los contenidos y valores de esas teorías, que
comprenden concepciones acerca de cómo se enseña y cómo se aprende.
Por otro lado, la didáctica general debe atender a una doble demanda: la
enseñanza y el aprendizaje colaborativo, que tiene un mayor valor didáctico,
hallando un enfoque socio-cognitivo.
El texto trata sobre las relaciones entre la didáctica general y las didácticas
específicas, las cuales son necesarias una de otra; no tienen una relación
jerárquica, sino que recíproca, ya que se complementan; están basadas en la
igualdad y la cooperación constructiva; los modelos de las didácticas de las
disciplinas tienen más detalles debido a su especificidad propia; por último, las
didácticas especificas no son una extensión de la didáctica general.
Ambas deben coordinarse encontrando buenos motivos para preservar una unidad
de proyecto pedagógico y de sujeto y grandes obstáculos, que surgen a partir de
la heterogeneidad teórica de las didácticas. En este sentido, la construcción de la
integración constituye un verdadero programa teórico y de acción.
Entre los grandes desafíos se encuentra el qué y cómo enseñar para que ese
conocimiento sea trasferido a la vida real. Una posible solución es la teoría de la
transferencia de los aprendizajes, como la teoría de la cognición. A esta, se le
añade la teoría de la cognición distribuida, la cual trata de comprender la
organización de los conocimientos, donde las redes de los mismos se configuren y
crezcan. Para ello, la situación de aprendizaje debe ser bien elegida, la actividad
debe ser real y corresponder a una práctica social, ya que, sino llevaría a un
conocimiento inerte.
En primer lugar, la complejidad del mensaje educativo, ya que tiene doble sentido,
un mensaje relativo al contenido y otro relativo a la definición de lo que se está
comunicando, es decir, se habla de algo específico mientras se está hablando de
otras cosas a la vez.
Esta debe tener la tarea de enseñar para la vida, no algo de manera estructurada,
donde los contenidos estén enfocados en hacer mejores personas, para poder ser
capaces de pensar. Es por ello que los docentes deben mantenerse abiertos a
nuevos saberes. El diseño curricular debe tener en cuenta tanto la demanda
laboral, como también pensar qué tipo de sociedad se quiere formar a partir del
mismo.
Los contenidos están organizados en dos grandes desafíos: las nuevas funciones
atribuidas a la escuela y al profesor y la cantidad de conocimiento acumulado,
donde el docente debe realizar una selección cuidadosa de los contenidos, que
sean relevantes, evitando la carga memorística e inútil. Entonces, se deben
plantea estratégicamente, ordenar, jerarquizar y reorganizar la información.
La importancia de estos es precisar los objetivos, teniendo en cuenta tres
aspectos: los contenidos sobre lo que versa el aprendizaje; los resultados del
aprendizaje que se esperan obtener y las actividades de aprendizaje.
El texto las intenciones educativas trata sobre los objetivos de la enseñanza, que
hace referencia al resultado intencional y predeterminado de un programa de
enseñanza, el cual se planifica y expresa en términos de lo que se espera que el
alumno haya aprendido. Son necesarios los objetivos, ya que la educación no es
posible sin la orientación de ellos, por lo que se convierten en el punto inicial para
la planificación, que se trata de la racionalidad medios-fines. A partir de una
correcta especificación de las metas y su traducción en formas concretas, se logra
un proceso de derivación, es decir, la delimitación del campo operativo en el que
se realizará un objetivo mediante la reducción sucesiva de finalidades a metas, y
de estas a objetivos generales.
La delimitación se realiza desde las finalidades del sistema educativo hasta las
especificaciones de las unidades elementales de los contenidos y los objetivos
didácticos, llegando a establecer una serie de jerarquías de aprendizajes, con la
intención de descubrir las secuencias de los mismos, los pasos, para establecer
los objetivos en consonancia, y, tras ellos, los medios para lograrlos. Estas se
desarrollan a través del análisis lógico, descomponiendo cada objetivo en sub-
objetivos hasta que cada paso constituye una tarea de aprendizaje claramente
distinguible.
Las estrategias didácticas son todas aquellas ayudas planteadas por el docente
que se proporcionan al estudiante para facilitar un procesamiento más profundo de
la información. A saber, todos aquellos procedimientos o recursos utilizados por
quien enseña para promover aprendizajes significativos. El énfasis se encuentra
en el diseño, programación, elaboración y realización de los contenidos a aprender
por vía verbal o escrita, por tanto, las estrategias de enseñanza deben ser
diseñadas de tal manera que estimulen a los estudiantes a observar, analizar,
opinar, formular hipótesis, buscar soluciones y descubrir el conocimiento por sí
mismos.
Son formas de llevar a cabo las metas. Son conjuntos de acciones identificables,
orientadas a fines más amplios y generales.
El texto las estrategias entre la teoría y la práctica enuncia que, para que una
clase funcione, se requiere que todos los componentes de la programación sean:
coherentes entre sí, válidos para el contenido que ha de enseñar, significativos
para el grupo de alumnos destinatario y relevantes para el docente.
Para observar con mayor claridad cómo enseñar, se analizará, en primer lugar, las
estrategias de la enseñanza, las cuales son un conjunto de decisiones que
considera el “¿qué?”, “¿por qué?” y “¿para qué?” queremos comprender algo.
Estas serán tomadas por el docente para orientar la enseñanza, con el fin de
promover el aprendizaje, que creará un ciclo de reflexión-acción- revisión,
incidiendo en los contenidos, el trabajo intelectual, los hábitos de trabajo y valores
y el modo de compresión de los contenidos. Estos tienen dos dimensiones, la
acción y la reflexiva (comprendida como un proceso que nunca termina), que
expresan, a su vez, tres momentos: la planificación, el momento interactivo y la
evaluación.
En segundo lugar, se toman en cuenta las actividades, tareas que los alumnos
realizan para apropiarse de los diferentes saberes, con el fin de que este aprenda
estilos de aprendizajes, intereses, tipos de demanda cognitiva, grado de libertad
que ellos tendrán, por lo que se debe, entonces, hacer públicos esos objetivos del
docente, para establecer un contrato didáctico en el que ambos se responsabilicen
por la enseñanza y el aprendizaje.
Estos saberes dependerán del contexto social, familiar y educativo, por lo tanto,
las actividades deberán ser motivadoras y entretenidas, desvinculando el
aburrimiento, el cual está asociado a veces con la rutina, comprendiendo un
desafío para el docente, ya que puede provocar un aprendizaje vacío, sin sentido.
En tercer lugar, los nuevos desafíos que presentan los alumnos hoy. Es
importante reflexionar sobre las características particulares de los estudiantes,
quienes pueden manejar variedad de recursos para obtener información y utilizar y
decodificar diferentes tipos de lenguajes. Estos, nacidos en la era tecnológica, se
identifican por una mente virtual, siendo así relativistas por excelencia.
- Advertir donde han estado los errores y elegir nuevas estrategias y actividades
para ayudar al alumno en el aprendizaje que aún no ha logrado construir;
Esta fabricación de jerarquías muestra la diferencia entre los mejores y los peores
estudiantes desde la perspectiva del docente, habitualmente a través de una nota
que sirve para fundamentar su decisión de la cual depende la trayectoria escolar
más que para reflejar las características del aprendizaje de los alumnos. Esta
lógica de evaluación construye e intenta justificar el éxito o el fracaso escolar.