Harvey

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¿Por qué el giro neoliberal?

La reestructuración de las formas estatales y de las relaciones internacionales después de

la Segunda Guerra Mundial, estaba concebida para prevenir un regreso a las

catastróficas condiciones que habían amenazado como nunca antes el orden capitalista

en la gran depresión de la década de 1930. Al parecer, también iba a evitar la

reemergencia de las rivalidades geopolíticas interestatales que habían desatado la guerra.

Como medida para asegurar la paz y la tranquilidad en la escena doméstica, había que

construir cierta forma de compromiso de clase entre el capital y la fuerza de trabajo. Tal

vez, el mejor retrato del pensamiento de la época se encuentre en un influyente texto

escrito por dos eminentes sociólogos, Robert Dahl y Charles Lindblom, que fue

publicado en 1953. En opinión de ambos autores, tanto el capitalismo como el

comunismo en su versión pura, habían fracasado. El único horizonte por delante era

construir la combinación precisa de Estado, mercado e instituciones democráticas para

garantizar la paz, la integración, el bienestar y la estabilidad.14 En el plano internacional,

un nuevo orden mundial era erigido a través de los acuerdos de Bretton Woods15

, y se

crearon diversas instituciones como la Organización de las Naciones Unidas, el Banco

Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Pagos Internacionales de

Basilea, que tenían como finalidad contribuir a la estabilización de las relaciones

internacionales. Asimismo, se incentivó el libre comercio de bienes mediante un sistema

de tipos de cambio fijos, sujeto a la convertibilidad del dólar estadounidense en oro a un

precio fijo. Los tipos de cambio fijos eran incompatibles con la libertad de los flujos de

capital que tenían que ser controlados, pero Estados Unidos tenía que permitir la libre

circulación del dólar más allá de sus fronteras si el dólar iba a funcionar como moneda

de reserva global. Este sistema existió bajo el paraguas protector de la potencia militar

de Estados Unidos. Únicamente la Unión Soviética y la Guerra Fría imponían un límite

a su alcance global.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en Europa emergieron una variedad de Estados

socialdemócratas, demócratacristianos y dirigistas. Estados Unidos, por su parte, se

inclinó hacia una forma estatal demócrataliberal y Japón, bajo la atenta supervisión de

Estados Unidos, cimentó un aparato estatal en teoría democrático pero en la práctica


sumamente burocrático facultado para supervisar la reconstrucción del país. Todas estas

formas estatales diversas tenían en común la aceptación de que el Estado debía

concentrar su atención en el pleno empleo, en el crecimiento económico y en el

bienestar de los ciudadanos, y que el poder estatal debía desplegarse libremente junto a

los procesos del mercado -o, si fuera necesario, interviniendo en él o incluso

sustituyéndole-, para alcanzar esos objetivos. Las políticas presupuestarias y monetarias

generalmente llamadas “keynesianas” fueron ampliamente aplicadas para amortiguar los

ciclos económicos y asegurar un práctico pleno empleo. Por regla general, se defendía

un «compromiso de clase» entre el capital y la fuerza de trabajo como garante

fundamental de la paz y de la tranquilidad en el ámbito doméstico. Los Estados

intervinieron de manera activa en la política industrial y se implicaron en la fijación de

fórmulas establecidas de salario social diseñando una variedad de sistemas de protección

(asistencia sanitaria y educación, entre otros).

Actualmente es habitual referirse a esta organización político-económica como

«liberalismo embridado» para señalar el modo en que los procesos del mercado así

como las actividades empresariales y corporativas, se encontraban cercadas por una red

de constreñimientos sociales y políticos y por un entorno regulador que en ocasiones

restringían, pero en otras instancias señalaban la estrategia económica e industrial16. Se

recurría con frecuencia (por ejemplo, en Gran Bretaña, Francia e Italia) a la

planificación estatal y en algunas instancias a la propiedad pública de sectores clave de

la economía (como el carbón, el acero o la industria automovilística). El proyecto

neoliberal consiste en desembridar al capital de estos constreñimientos.

El liberalismo embridado generó altas tasas de crecimiento económico en los países del

capitalismo avanzado durante las décadas de 1950 y 196017. En cierta medida ésto

dependió de la dadivosidad de Estados Unidos al estar dispuesto a asumir déficit con el

resto del mundo y absorber cualquier producto excedente dentro de sus fronteras. Este

sistema reportó beneficios como la expansión de los mercados de exportación (de

manera más evidente para Japón, pero también de manera desigual al conjunto de

América Latina y a algunos otros países del sureste asiático), pero las tentativas de

exportar “desarrollo” a gran parte del resto del mundo, se vieron en buena medida

encalladas. En la mayor parte del Tercer Mundo, particularmente en África, el


liberalismo embridado continúo siendo un sueño imposible. La deriva subsiguiente hacia la
neoliberalización después de 1980 no conllevó ningún cambio material significativo

en su empobrecida condición. En los países del capitalismo avanzado, el mantenimiento

de una política redistributiva (que incluía la integración política en alguna medida del

poder sindical obrero y el apoyo a la negociación colectiva), de controles sobre la libre

circulación del capital (en particular cierto grado de represión financiera a través de

controles del capital), de un abultado gasto público y la instauración estatal del sistema

de bienestar, de activas intervenciones estatales en la economía y cierto grado de

planificación del desarrollo, fueron de la mano con tasas de crecimiento relativamente

altas. El ciclo económico era controlado de manera satisfactoria mediante la aplicación

de políticas fiscales y monetarias keynesianas. Las actividades de este Estado

intervencionista sirvieron para promocionar una economía social y moral (en ocasiones

apoyada por un fuerte sentido de identidad nacional). En efecto, el Estado se convirtió

en un campo de fuerzas que internalizó las relaciones de clase. Instituciones obreras

como los sindicatos de trabajadores y los partidos políticos de izquierda tuvieron una

influencia muy real dentro del aparato estatal.

A finales de la década de 1960 el liberalismo embridado comenzó a desmoronarse, tanto

a escala internacional como dentro de las economías domésticas. En todas partes se

hacían evidentes los signos de una grave “crisis de acumulación de capital”18. El

crecimiento tanto del desempleo como de la inflación se disparó por doquier anunciando

la entrada en una fase de “estanflación” global que se prolongó durante la mayor parte

de la década de 1970. La caída de los ingresos tributarios y el aumento de los gastos

sociales provocaron crisis fiscales en varios Estados (Gran Bretaña, por ejemplo, tuvo

que ser rescatada por el FMI en la crisis de 1975- 1976). Las políticas keynesianas

habían dejado de funcionar. Ya antes de la Guerra árabe-israelí y del embargo de

petróleo impuesto por la OPEP en 1973, el sistema de tipos de cambio fijos respaldado

por las reservas de oro establecido en Bretton Woods

19 se había ido al traste. La

porosidad de las fronteras estatales respecto a los flujos de capital dificultó el

funcionamiento del sistema de tipos de cambio fijos. Los dólares estadounidenses

regaban el mundo y habían escapado al control de Estados Unidos al ser depositados en


bancos europeos. Así pues, en 1971 se produjo el abandono de los tipos de cambio fijos.

El oro no podía seguir funcionando como la base metálica de la divisa internacional; se

permitió que los tipos de cambio fluctuaran y los esfuerzos por controlar esta fluctuación

fueron abandonados enseguida. A todas luces, el liberalismo embridado que había

rendido elevadas tasas de crecimiento, al menos a los países capitalistas avanzados, después
de 1945 se encontraba exhausto y había dejado de funcionar. Si quería salirse de

la crisis hacía falta alguna alternativa.

Una respuesta consistía en intensificar el control estatal y la regulación de la economía a

través de estrategias corporativistas (incluyendo, de ser necesario, la frustración de las

aspiraciones de los trabajadores y de los movimientos populares a través de medidas de

austeridad, políticas de ingresos, e incluso del control de precios y salarios). Esta

respuesta era alentada por diversos partidos socialistas y comunistas en Europa, que

depositaron sus esperanzas en experimentos innovadores en las formas de gobierno

visibles en algunos lugares, como la «Bolonia Roja» controlada por los comunistas en

Italia, la transformación revolucionaria en Portugal al calor de la caída del fascismo, el

giro hacia un socialismo de mercado más abierto y las ideas del «eurocomunismo», en

particular en Italia (bajo el liderazgo de Berlinguer) y en España (bajo la influencia de

Carrillo), o la expansión de la fuerte tradición socialdemócrata del Estado del bienestar

en los países escandinavos. La izquierda congregó un considerable poder popular detrás

de estos programas, rozando el poder en Italia y ganándolo de hecho en Portugal,

Francia, España y Gran Bretaña, sin dejar de conservar su poder en la península

escandinava. Incluso en Estados Unidos, a principios de la década de 1970, el Congreso

controlado por el Partido Demócrata generó un enorme aluvión de iniciativas de reforma

legislativas (elevadas a rango ley por el presidente republicano Richard Nixon, que en el

proceso llegó a observar que «ahora todos somos keynesianos») en todo tipo de

materias, desde la protección del medio ambiente hasta la seguridad y la salud en el

trabajo, los derechos civiles o la protección de los consumidores20. Pero la izquierda no

fue mucho más allá de las tradicionales soluciones socialdemócratas y corporativistas si

bien, a mediados de la década de 1970, éstas se habían revelado incompatibles con las

exigencias de la acumulación de capital. Ésto desencadenó una polarización del debate

entre quienes se alineaban a favor de la socialdemocracia y de la planificación central (y


que cuando alcanzaron el poder, como en el caso del Partido Laborista británico, a

menudo acabaron tratando de doblegar las aspiraciones de sus propios votantes

apoyándose, por regla general, en argumentos pragmáticos), por un lado, y los intereses

de todos aquellos comprometidos con la liberación del poder financiero y de las

corporaciones, y el restablecimiento de las libertades de mercado, por otro. A mediados

de la década de 1970, los intereses de éste último grupo comenzaron a cobrar mayor

influencia. ¿Pero cómo eran las condiciones para que la reanudación de la activa

acumulación de capital pudiera ser restaurada?

Cómo y por qué el neoliberalismo emergió victorioso como la única respuesta a esta

cuestión es el quid del problema que debemos resolver. Desde una mirada retrospectiva

puede parecer como si la respuesta fuese tan obvia como inevitable pero, al mismo tiempo,
pienso que es justo decir que nadie supo o comprendió con certeza qué tipo de

respuesta funcionaría y cómo lo haría. El mundo capitalista fue dando tumbos hacia la

respuesta que constituyó la neoliberalización a través de una serie de zigzagueos y de

experimentos caóticos, que en realidad únicamente convergieron en una nueva ortodoxia

gracias a la articulación de lo que llegó a ser conocido como el «Consenso de

Washington» en la década de 1990. Por entonces, tanto Clinton como Blair pudieron

haber dado la vuelta sin problemas a la observación de Nixon y decir de manera sencilla

que «ahora todos somos neoliberales». El desarrollo geográfico desigual del

neoliberalismo, su aplicación con frecuencia parcial y sesgada respecto a cada Estado y

su formación social, testifica la vacilación de las soluciones neoliberales y las formas

complejas en que las fuerzas políticas, las tradiciones históricas, y los pactos

institucionales existentes sirvieron, en su conjunto, para labrar el por qué y el cómo de

los procesos de neoliberalización que en realidad se produjeron.

Sin embargo, hay un elemento dentro de esta transición que merece una atención

específica. La crisis de acumulación de capital que se registró en la década de 1970

sacudió a todos a través de la combinación del ascenso del desempleo y la aceleración

de la inflación (figura 1.1). El descontento se extendió y la unión del movimiento obrero

y de los movimientos sociales en gran parte del mundo capitalista avanzado, parecía

apuntar hacia la emergencia de una alternativa socialista al compromiso social entre el

capital y la fuerza de trabajo que, de manera tan satisfactoria, había fundado la


acumulación capitalista en el periodo posbélico. En gran parte de Europa, los partidos

comunistas y socialistas estaban ganando terreno, cuando no tomando el poder, y hasta

en Estados Unidos las fuerzas populares se movilizaban exigiendo reformas globales así

como intervenciones del Estado. Ésto planteaba por doquier una clara amenaza política

a las elites económicas y a las clases dominantes, tanto en los países del capitalismo

avanzado (Italia, Francia, España, y Portugal) como en muchos países en vías de

desarrollo (Chile, México y Argentina). En Suecia, por ejemplo, lo que se conocía como

el plan Rehn-Meidner proponía, literalmente, comprar de manera paulatina a los dueños

de las empresas su participación en sus propios negocios y convertir el país en una

democracia de trabajadores/propietarios de participaciones. Pero, más allá de ésto, ahora

se comenzaba a palpar la amenaza económica a la posición de las clases y de las elites

dominantes.

Una condición de acuerdo posbélico en casi todos los países, fue que se restringiera el

poder económico de las clases altas y que le fuera concedida a la fuerza de trabajo una

mayor porción del pastel económico. En Estados Unidos, por ejemplo, la porción de la

renta nacional del 1 % de quienes perciben una mayor renta, cayó de un elevado 16 % en

el período prebélico, a menos de un 8 % al final de la Segunda Guerra Mundial, y

permaneció rondando este nivel durante casi tres décadas. Mientras el crecimiento fuera

fuerte, esta restricción no parecía ser importante. Tener una participación estable de una

tarta creciente es una cosa. Pero cuando en la década de 1970 el crecimiento se hundió, los
tipos de interés real fueron negativos y unos dividendos y beneficios miserables se

convirtieron en la norma, las clases altas de todo el mundo se sintieron amenazadas. En

estados Unidos, el control de la riqueza (en oposición a la renta) por parte del 1 % más

rico de la población, se había mantenido bastante estable a lo largo del siglo XX. Pero en

la década de 1970, cayó de manera precipitada (figura 1.2) cuando el valor de los activos

(acciones, propiedades, ahorros) se desplomó. Las clases altas tenían que realizar

movimientos decisivos si querían resguardarse de la aniquilación política y económica.

Figura 1.1 La crisis económica de la década de 1970: inflación y desempleo en

Estados unidos y en Europa, 1960-1987.

Fuente: D. Harvey, The Condition of Postmodernity, cit.

El golpe de estado de Chile y la toma del poder por los militares en Argentina,
promovidos internamente por las clases altas con el apoyo de Estados Unidos,

proporcionaba un amago de solución. El posterior experimento con el neoliberalismo de

Chile, demostró que bajo la privatización forzosa los beneficios de la reanimada

acumulación de capital, presentaban un perfil tremendamente sesgado. Al país y a sus

elites dominantes, junto a los inversores extranjeros, les fue extremadamente bien en las
primeras etapas. En efecto, los efectos redistributivos y la creciente desigualdad social

han sido rasgo tan persistente de la neoliberalización como para poder ser considerados

un rasgo estructural de todo el proyecto. Gérard Duménil y Dominique Lévy, tras

una cuidadosa reconstrucción de los datos existentes, han concluido que la

neoliberalización fue desde su mismo comienzo un proyecto para lograr la restauración

del poder de clase. Tras la implementación de las políticas neoliberales a finales de la

década de 1970, en Estados Unidos, el porcentaje de la renta nacional en manos del 1 %

más rico de la sociedad ascendió hasta alcanzar, a finales del siglo pasado, el 15 % (muy

cerca del porcentaje registrado en el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial). El

0,1 % de los perceptores de las rentas más altas de éste país vio crecer su participación

en la renta nacional del 2 % en 1978 a cerca del 6 % en 1999, mientras que la proporción

entre la retribución media de los trabajadores y los sueldos percibidos por los altos

directivos, pasó de mantener una proporción aproximada de 30 a 1 en 1970, a alcanzar

una proporción de 500 a 1 en 2000 (figuras 1.3 y 1.4). Con toda probabilidad, gracias a

las reformas fiscales promovidas por el gobierno de Bush actualmente en marcha, la

concentración de la renta y de la riqueza en los escalones más altos de la sociedad,

seguirá su acelerado curso porque el impuesto de sucesiones (un impuesto sobre la

riqueza) se está eliminando de manera gradual y la fiscalización sobre los ingresos

provenientes de las inversiones y de las ganancias de capital se está disminuyendo,

mientras se mantienen los impuestos sobre los sueldos y salarios21

.n

Figura 1.2. La crisis de la riqueza de la década de 1970: porcentaje de activos

poseídos por el 1 % más rico de la población estadounidense, 1922-1998.

Fuente: G. Duménil y D. Lévy, Capital Resurgent. Roots of the Neoliberal Revolution, Estados
Unidos no está solo en este proceso, ya que el 1 % superior de los perceptores

de renta en Gran Bretaña ha doblado su porcentaje de la renta nacional del 6,5 al 13 %

desde 1982. Y si lanzamos nuestra mirada más lejos, vemos extraordinarias


concentraciones de riqueza y de poder emergiendo por todas partes. En Rusia, una

pequeña y poderosa oligarquía alza su cabeza después de la «terapia» de choque que

había sido administrada al país en la década de 1990. La aplicación en China de las

prácticas orientadas al mercado libre, ha producido un extraordinario y repentino auge

de las desigualdades en la renta y en la riqueza. La ola de privatización que azotó

México después de 1992, catapultó casi de la noche a la mañana a un reducido número

de individuos (como Carlos Slim) a la lista de Fortune de las personas más ricas del

mundo. A escala global, «los países de Europa del Este y de la CEI han experimentado

uno de los mayores incrementos que jamás se hayan registrado […] en desigualdad

social. Los países de la OCDE también sufrieron enormes incrementos de la desigualdad

después de la década de 1980», mientras «la diferencia de renta entre el 20 % de la

población mundial, que vive en los países más ricos y el 20 % que vive en los más

pobres, arrojaba una proporción de 74 a 1 en 1997, por encima del 60 a 1 en 1990 y del

30 a 1 en 1960»22. Aunque hay excepciones a esta tendencia (pues varios países del este

y del sureste de Asia hasta el momento han mantenido las desigualdades en la renta

dentro de límites razonables, como también ha ocurrido en Francia, (véase la figura 1.3),

las evidencias indican contundentemente que el giro neoliberal se encuentra en cierto

modo, y en cierta medida, ligado a la restauración o a la reconstrucción del poder de las

elites económicas.

Figura 1.3: La restauración del poder de clase; participación en la renta nacional

del 0,1 % más rico en estados Unidos, Reino Unido y Francia, 1913-1998.

Fuente: Task Force on Inequality and American Democracy, American

Democracy in an Age of Rising Inequality. Por lo tanto, la neoliberalización puede ser


interpretada bien como un proyecto utópico

con la finalidad de realizar un diseño teórico para la reorganización del capitalismo

internacional, o bien como un proyecto político para restablecer las condiciones para la

acumulación del capital y restaurar el poder de las elites económicas. En las páginas que

siguen, argumentaré que en la práctica el segundo de estos objetivos ha sido dominante.

La neoliberalización no ha sido muy efectiva a la hora de revitalizar la acumulación

global de capital pero ha logrado de manera muy satisfactoria restaurar o, en algunos

casos (como en Rusia o en China), crear el poder de una elite económica. En mi opinión,
el utopismo teórico del argumento neoliberal ha funcionado ante todo como un sistema

de justificación y de legitimación de todo lo que fuera necesario hacer para alcanzar ese

objetivo. La evidencia indica, además, que cuando los principios neoliberales chocan

con la necesidad de restaurar o de sostener el poder de la elite, o bien son abandonados,

o bien se tergiversan tanto que acaban siendo irreconocibles. Ésto no supone en absoluto

negar el poder de las ideas para actuar como una fuerza de transformación histórico-

geográfica. Pero, en efecto, apunta a una tensión creativa entre el poder de las ideas

neoliberales y las prácticas reales de la neoliberalización que han transformado el modo

en que el capitalismo global ha venido funcionando durante las últimas tres décadas.

El significado del poder de clase

El significado del poder de clase

/,Pero a que nos estamos refiriendo exactamente con el termino «clase»? Se


trata
siempre de im concepto algo impreciso (algunos dirian que sospechoso
incluso). En todo
caso, la neoliberalizacion ha implicado su redefinition. Esto plantea un
problema. Si la
neoliberalizacion ha sido un vehfculo para la restauracion del poder de
clase, entonces,
deberiamos ser capaces de identificar las fuerzas de clase que yacen detras
de la misma
y las que se han beneficiado de ella. Pero esto es dificil de hacer cuando
«la clase» no es
una configuracion social estable. En algunos casos, las capas «tradicionales»
se las han
arreglado para aferrarse a una base de poder solida (a menudo organizada a
traves de la
familia y el parentesco). Pero, en otras ocasiones, la neoliberalizacion ha
venido
acompanada de una reconfiguration de lo que constituye la clase alta.
Margaret
Thatcher, por ejemplo, ataco algunas de las formas de poder de clase
arraigadas en Gran
Bretana. Ella desobedecio a la tradition aristocratica que dominaba el
ejercito, la
judicatura y la elite financiera de la City de Londres y de muchos sectores
de la industria
y se alineo con los empresarios pomposos y con los nuevos ricos. Apoyo, y por
regla
general recibio el apoyo, de esta nueva clase de empresarios (como Richard
Branson,
Lord Hanson y George Soros). El ala tradicional de su propio partido
conservador estaba
horrorizada. En Estados Unidos, a su vez, el poder y la relevancia crecientes
de los
financieros y de los altos directivos de las grandes corporaciones, asf como
el gran
estallido de actividad en sectores completamente nuevos (como la informatica)
cambio
el centro del poder economico de la clase alta de manera significativa. Auque
la
neoliberalizacion pueda haberse referido a la restauracion del poder de
clase, no
necesariamente ha significado la restauracion del poder economico a las
mismas
personas.

Sin embargo, tal y como ilustran los casos opuestos de Estados Unidos y de
Gran
Bretana, el termino «clase» significa cosas distintas en lugares distintos y,
en ciertas
ocasiones -por ejemplo, en Estados Unidos-, a menudo se afirma que no
significa nada
en absoluto. Por anadidura, ha habido fuertes corrientes de diferenciacion en
terminos de
formation y reformation de la identidad de clase en diversas partes del
mundo. En
Indonesia, en Malasia, y en Filipinas, por ejemplo, el poder economico llego
a estar
fuertemente concentrado en un reducido grupo perteneciente a la minona etnica
china
del pais, y el modo en que se produjo la adquisicion de ese poder economico
fue
bastante distinto a como se produjo en Australia o en Estados Unidos (estaba
sumamente
centrada en actividades comerciales y comporto un acaparamiento de los
mercados) . Y
el ascenso de los siete oligarcas en Rusia, derivaba de la configuracion
absolutamente
unica de las circunstancias concurrentes en el periodo posterior a la cafda
de la Union
Sovietica.
No obstante, es posible identificar algimas tendencias generales. La primera
se refiere a
los privilegios derivados de la propiedad y la gestion de las empresas
capitalistas -
tradicionalmente separadas- para fusionarse mediante el pago a los altos
directivos
(gestores) con stock options, esto es, con derechos de compra sobre acciones
de la
compania (tftulos de propiedad). De este modo, el valor de las acciones y no
el de la
produccion, se convierte en la luz trazadora de la actividad economica y, tal
y como se
hizo visible con la cafda de companias como Enron, las tentaciones
especuladoras que
resultan de esto pueden convertirse en demoledoras. La segunda tendencia ha
sido
reducir de manera drastica la laguna historica entre los intereses y los
dividendos
generadores de capital monetario, por un lado, y la produccion, la industria
o el capital
mercantil dependiente de la produccion de beneficios, por otro. En el pasado,
esta
separation ha producido varias veces conflictos entre los financieros, los
productores y
los comerciantes. Por ejemplo, en Gran Bretana, la polftica del gobierno en
la decada de
1960 estaba en primer lugar al servicio de las necesidades de los financieros
de la City
de Londres, a menudo en detrimento de la industria domestica, en Estados
Unidos
durante la misma decada, los conflictos entre los financieros y las
corporaciones
industriales afloraron con frecuencia a la superficie. A lo largo de la
decada de 1970
gran parte de este conflicto o bien desaparecio o bien adopto nuevas formas.
Las grandes
corporaciones cobraron una orientation cada vez mas financiera aunque, tal y
como
ocurrio en el sector automovilfstico, estuvieran insertas en la produccion.
Desde 1980
aproximadamente, ha sido habitual que las corporaciones dieran cuenta de
perdidas en la
produccion compensadas mediante las ganancias obtenidas mediante operaciones
financieras (de todo tipo, desde operaciones de credito y de seguro hasta la
especulacion
en mercados de futuros y de divisas inestables). Las fusiones realizadas a
traves de los
diversos sectores de la economfa unificaron la produccion, la
comercializacion, los
activos inmobiliarios, y los intereses financieros en formas nuevas que
originaron
conglomerados empresariales diversificados. Cuando US Steel cambio su nombre
a
USX (adquiriendo una fuerte participation en el sector de los seguros) el
presidente de
su consejo de administration, James Roderick, contesto a la pregunta "^Que
significa la
X?", con la sencilla respuesta de que "X representa dinero" 38 . Todo esto
estaba
conectado con el fuerte estallido de actividad y de poder dentro del mundo de
las
finanzas. Progresivamente liberada de los constrenimientos y de las barreras
normativas
que hasta entonces habfan restringido su campo de actuation, la actividad
financiera
pudo florecer como nunca antes y, finalmente, en todas partes. Se produjo una
ola de
innovaciones en los servicios financieros para producir no solo
interconexiones globales
mucho mas sofisticadas, sino tambien nuevas formas de mercados financieros
basados
en la titularizacion, instrumentos financieros derivados y en toda una gran
variedad de
operaciones comerciales con futuro. En definitiva, la neoliberalizacion ha
significado la
financiarizacion de todo. Esto intensified el dominio de las finanzas sobre
todas las
restantes facetas de la econorma, asf como sobre el aparato estatal y, tal y
como observa
Randy Martin, sobre la vida cotidiana . Tambien introdujo una volatilidad
acelerada en
las relaciones de intercambio global. Indudablemente, se produjo un
desplazamiento del
poder desde la production hacia el mundo de las finanzas. Los incrementos en
la
capacidad industrial ya no significan necesariamente un ascenso de la renta
per capita,
como si lo significaba la concentration de los servicios financieros. Por
esta razon, el
apoyo de las instituciones financieras y la integridad del sistema
financiero, se
convirtieron en la preocupacion primordial del conjunto de Estados
neoliberales (como
se ejemplifica en el grupo en el que se integran los pafses mas ricos del
mundo,
conocido como el G7 40 ). En caso de conflicto entre Main Street y Wall
Street, la
segunda tendria todas las de ganar 41 . Asf pues surge la posibilidad real de
que a Wall
Street le vaya bien, aunque al resto de Estados Unidos (asf como el resto del
mundo) le
vaya mal. Y durante muchos anos, en particular durante la decada de 1990,
esto es
exactamente lo que sucedio. Si el eslogan coreado con frecuencia durante la
decada de
1960 habia sido "lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados
Unidos",
en la de 1990 este se habia transformado en que "lo unico que importa es que
sea bueno
para Wall Street" .

Por lo tanto, un notable foco del ascenso del poder de clase bajo el
neoliberalismo, debe
atribuirse a los altos directivos que son los operadores decisivos en los
consejos de
administration de las empresas, y a los jefes del aparato financiero, legal y
tecnico que
rodea este santuario de acceso restringido de la actividad capitalista 42 .
Sin embargo, el
poder de los autenticos duenos del capital, los accionistas, se ha visto en
cierto modo
menguado, salvo que obtengan un porcentaje de votos suficientemente alto como
para
influir en la politica de la empresa. En mas de una ocasion, los accionistas
han perdido
inmensas sumas de dinero a causa de estafas cometidas por los altos
directivos y sus
asesores financieros. Las ganancias especulativas tambien han hecho posible
amasar
enormes fortunas en periodos muy breves de tiempo (ejemplo de ello son Warren
Buffet
y George Soros).

Pero seria equivocado reducir el concepto de clase alta a este grupo


unicamente. La
apertura de nuevas oportunidades empresariales, asf como tambien las nuevas
estructuras existentes en las relaciones comerciales, han permitido la
emergencia de
procesos sustancialmente nuevos de formation de clase. Se amasaron fortunas
de la

Randy Martin, The Financialization of daily Life, Filadelfia, Temple


University Press, 2002.

40 Se denomina G7, o Grupo de los siete, a un grupo de pafses


industrializados del mundo cuyo peso politico, economico y
militar es muy relevante a escala global. Esta conformado por Alemania,
Canada, Estados Unidos, Francia, Italia, Japon y
Reino Unido. La pertenencia al grupo no se basa en un criterio unico, ya que
no son ni los siete pafses mas industrializados,
ni los de mayor renta per capita ni aquellos con un mayor Producto Interno
Bruto. (Fuente Wikipedia )

41 En terminos generales, el termino «Main Street», se utiliza en el mundo


anglosajon para designar cualquier lugar que permanece
fiel a sus valores tradicionales. Cuando se utiliza en relation con «Wall
Street», es una forma de contraponer los intereses de los
grandes negocios y los de la clase obrera, los de los pequenos comerciantes y
los de las clases medias. [N. de la T]

42 Esta es la definition exclusiva preferida en los trabajos de G. Dumenil y


D. Levy, por ejemplo.
noche a la manana en sectores nuevos de la econorma, como la biotecnologfa y
las
tecnologias de la information (por ejemplo, Bill Gates y Paul Allen). Las
nuevas
relaciones de mercado abrieron un sinfm de posibilidades de comprar barato y
vender
caro, cuando no de acaparar realmente mercados de forma que pudieron
levantarse
fortunas que o bien pueden extenderse de manera horizontal (como en el caso
del
crecimiento desbordante del imperio mediatico global de Rupert Murdoch) o
encontrarse
diversificadas en todo tipo de negocios, extendiendose hacia atras en la
extraction de
recursos y en la production, y hacia delante desde una base comercial hacia
los servicios
financieros, el desarrollo de bienes rafces y el comercio minorista. En este
sentido, con
frecuencia ocurria que una relation privilegiada con el poder estatal tambien
jugaba un
papel crucial. Por ejemplo, en Indonesia los dos hombres de negocios mas
cercanos a
Suharto nutrieron los intereses financieros de la familia Suharto, pero
tambien
engordaron sus conexiones con el aparato estatal para hacerse enormemente
ricos. En
1997, la compania de uno de ellos denominada Grupo Salim, era «al parecer el
mayor
grupo de empresas propiedad de la diaspora china del mundo, con 20.000
millones de
dolares en activos y cerca de 500 compamas». A partir de una compania de
inversiones
relativamente pequena, Carlos Slim acabo asumiendo el control del sistema de
telecomunicaciones que acababa de ser privatizado en Mexico y rapidamente lo
transformo en un imperio empresarial que no solo controla una buena parte de
la
econorma mexicana, sino que tambien cuenta con crecientes intereses en el
mercado
minorista estadounidense (Circuit City y Barnes and Noble) asf como en toda
America
Latina 43 . En Estados Unidos, la familia Walton se ha hecho inmensamente
rica al hilo de
la conquista por Wal-Mart de la position dominante en el mercado minorista
estadounidense, gracias a su integration en las lmeas de production chinas y
a su red de
distribution al por menor de alcance mundial. Aunque existen conexiones
evidentes
entre este tipo de actividades y el mundo financiero, su increfble capacidad
no solo para
amasar grandes fortunas personales sino tambien para ejercer un control
efectivo sobre
amplios segmentos de la econorma, confiere a este punado de individuos un
inmenso
poder economico para influir en el proceso politico. Hay algo prodigioso en
el hecho de
que el valor neto de las fortunas de las 358 personas mas ricas del mundo en
1996, fuera
«igual al conjunto de la renta del 45 % mas pobre de la poblacion mundial; es
decir, de
2.300 millones de personas». Y lo que es mas grave, «las 200 personas mas
ricas del
mundo duplicaron sobradamente su patrimonio neto entre 1994 y 1998, superando
el
billon de dolares. Los activos de los tres multimillonarios mas ricos
(superaban por
entonces) la suma del PIB de los paises menos desarrollados y de sus 600
millones de
habitantes» 44

Sin embargo, existe todavfa otro enigma al que debemos prestar atencion en el
proceso
de reconfiguration radical de las relaciones de clase. Surge el interrogante,
y ha sido

" A. Chua, World of Fire. How Exporting Free Market democracy Breeds Ethnic
Hatred and Global Instability, cit.
44 United Nations Development Program, Human Development Report, 1996, Nueva
York, Oxford University Press, 1996,
y United Nations Development Program, Human Development Report, 1999, ibid,
1999.
objeto de im amplio debate, de si esta nueva configuration de clase debe ser
considerada
transnacional o bien si todavfa puede ser concebida como algo basado
exclusivamente
dentro de los parametros del Estado-nacion 45 . Expondre mi propia position
al respecto.
La tesis de que la clase dominante de cualquier pais ha confinado sus
operaciones y
definido sus lealtades con relation a un unico Estado-nacion, ha sido en gran
medida
historicamente exagerada. Nunca tuvo mucho sentido hablar de una clase
capitalista
especfficamente estadounidense frente a una clase capitalista britanica,
francesa, alemana o
coreana. Los lazos internacionales siempre fueron importantes,
particularmente a traves
de las actividades coloniales y neocoloniales, pero tambien a traves de
vmculos
transnacionales que se remontan al siglo XIX, si no antes. Pero
indudablemente ha
habido una intensification asf como tambien una extension de estas conexiones
transnacionales durante la fase de globalization neoliberal, y resulta vital
reconocer esta
multiple conectividad. No obstante, esto no significa que los individuos mas
destacados
de esta clase no se adscriban a aparatos estatales especfficos tanto por las
ventajas como
por la protection que esto les otorga. Donde se adscriben especfficamente es
importante,
pero ello no es mas estable que la actividad capitalista que desarrollan.
Rupert Murdoch
pudo empezar en Australia para despues concentrarse en Gran Bretana antes de
asumir
finalmente la ciudadanfa estadounidense (sin duda, mediante un procedimiento
abreviado). El no esta fuera, ni por encima, de poderes estatales concretos,
pero por la
misma razon, gracias a sus intereses mediaticos, ejerce una considerable
influencia en la
vida polftica tanto de Gran Bretana como de Estados Unidos y de Australia.
Los 247
editores supuestamente independientes de los periodicos que posee por todo el
mundo
apoyaron, sin exception, la invasion de Iraq. No obstante, por cuestiones
practicas,
todavfa tiene sentido hablar de los intereses de la clase capitalista
estadounidense,
britanica o coreana, ya que los intereses corporativos como los de Murdoch,
los de
Carlos Slim o el grupo Salim, simultaneamente se alimentan de, y nutren, a
aparatos
estatales concretos. Sin embargo, cada uno puede, y asf ocurre de manera
caracterfstica,
ejercer poder de clase en mas de un Estado de manera simultanea.

Aunque este grupo dispar de individuos insertos en el mundo de las


corporaciones y en
el mundo financiero, comercial e inmobiliario, no necesariamente conspira en
tanto que
clase, y aunque pueda haber frecuentes tensiones entre los mismos, poseen, no
obstante,
una cierta acomodacion de intereses que por regla general reconoce las
ventajas (y
actualmente algunos de los peligros) que pueden derivarse de la
neoliberalizacion.
Igualmente poseen a traves de organization como el Foro Economico de Davos,
medios
para el intercambio de ideas y para tratar y asesorar a los lfderes
polfticos. Ellos ejercen
una inmensa influencia en los asuntos globales y poseen una libertad de
action que
ningun ciudadano ordinario tiene.
Perspectivas de la libertad

Esta historia de la neoliberalizacion y de la formation de la clase, asf como


la creciente
aceptacion de las ideas de la Mont Pelerin Society como las ideas dominantes
de la
epoca, resultan especialmente interesantes cuando se colocan al trasluz de
los
contraargumentos expuestos por Karl Polanyi en 1944 (poco antes de la
fundacion de la
Mont Pelerin Society). En una sociedad compleja, observo, el significado de
la libertad
se convierte en algo tan contradictorio y tan tenso como irresistible son sus
incitaciones
a la action. En su opinion, hay dos tipos de libertad, una buena y otra mala.
En este
segundo grupo se inclman «la libertad para explotar a los iguales, la
libertad para
obtener ganancias desmesuradas sin prestar un servicio conmensurable a la
comunidad,
la libertad de impedir que las innovaciones tecnologicas sean utilizadas con
una
finalidad publica, o la libertad para beneficiarse de calamidades publicas
tramadas
secretamente para obtener una ventaja privada». Sin embargo, prosegma
Polanyi, «la
econorma de mercado, bajo la que crecen estas libertades, tambien produce
libertades de
las que nos enorgullecemos ampliamente. La libertad de conciencia, la
libertad de
expresion, la libertad de reunion, la libertad de asociacion, la libertad
para elegir el
propio trabajo». Aunque puede que «apreciemos el valor de estas libertades
por si
mismas» -y, sin duda, muchos de nosotros todavfa lo hacemos-, eran en buena
medida
«subproductos del mismo sistema economico que tambien era responsable de las
libertades perversas» 46 . La respuesta de Polanyi a esta dualidad resulta
extrana de leer
dada la actual hegemoma del pensamiento neoliberal:

La quiebra de la economfa de mercado puede suponer el comienzo de una era de


libertades sin precedentes. La libertad juridica y la libertad efectiva
pueden ser
mayores y mas amplias de lo que nunca han sido. Reglamentar y dirigir puede
convertirse en una forma de lograr la libertad, no solo para algunos sino
para todos.
No la libertad como algo asociado al privilegio y viciada de rafz, sino la
libertad en
tanto que derecho prescriptivo que se extiende mas alia de los estrechos
limites de la
esfera polftica, a la organization mtima de la sociedad misma. De este modo,
a las
antiguas libertades y los antiguos derechos tivicos se anadiran nuevas
libertades
para todos y engendradas por el ocio y la seguridad social. La sociedad
industrial
puede permitirse ser a la vez libre y justa.

Desgraciadamente, indicaba Polanyi, la transition a tal futuro se encuentra


bloqueado
por el «obstaculo moral» del utopismo liberal (y en mas de una ocasion cita a
Hayek
como ejemplo de esta tradition):

La planificacion y el dirigismo son acusados de constituir la negation de la


libertad.
La libre empresa y la propiedad privada son declaradas partes esenciales de
la
libertad, y se dice que una sociedad no constituida sobre estos pilares no
merece el

nombre de libre. La libertad creada por la reglamentacion es denunciada como


una
no libertad. La justicia, la libertad y el bienestar que esta reglamentacion
ofrece, son
criticadas como un disfraz de la esclavitud.

La idea de libertad «degenera, pues, en una mera defensa de la libertad de


empresa» que
significa «la plena libertad para aquellos cuya renta, ocio y seguridad no
necesitan
aumentarse y apenas una miseria de libertad para el pueblo, que en vano puede
intentar
hacer uso de sus derechos democraticos para resguardarse del poder de los
duenos de la
propiedad». Pero si, tal y como siempre es el caso, «no es posible sociedad
alguna en la
que el poder y la compulsion esten ausentes, ni un mundo en el que la fuerza
no
desempene ninguna funcion», entonces, la unica forma de que esta vision
liberal utopica
pueda sostenerse es mediante la fuerza, la violencia y el autoritarismo. El
utopismo
liberal o neoliberal esta avocado, en opinion de Polanyi, a verse frustrado
por el
autoritarismo, o incluso por el fascismo absoluto 47 . Las buenas libertades
desaparecen,
las malas toman el poder.

El diagnostico de Polanyi parece peculiarmente apropiado para nuestra


condition
contemporanea. Nos ayuda a avanzar un buen trecho en la comprension de lo que
el
presidente Bush quiere decir cuando afirma que «en tanto que somos la mayor
potencia
AO

sobre la tierra, nosotros tenemos la obligation de contribuir a expandir la


libertad».
Sirve para explicar por que el neoliberalismo se ha tornado tan autoritario,
energico y
antidemocratico, en el preciso momento en que «la humanidad sostiene en sus
manos la
oportunidad de ofrecer el triunfo de la libertad sobre todos sus enemigos
seculares» 49 .
Nos hace concentrarnos en el hecho de que tantas corporaciones se hayan
beneficiado de
retener los beneficios que brindan sus tecnologfas a la esfera publica (como
en el caso de
los medicamentos del SID A), asf como tambien de las calamidades de la guerra
(como
en el caso de Halliburton), del hambre y del desastre medioambiental. Hace
aflorar la
preocupacion acerca de si muchas de estas calamidades o casi calamidades (la
carrera
armamentistica y la necesidad de enfrentarse a enemigos tanto reales como
imaginarios)
no han sido secretamente urdidas con la finalidad de obtener ventajas
empresariales. Y
se torna extremadamente claro por que los ricos y los poderosos apoyan tan
avidamente
ciertas concepciones de los derechos y de las libertades mientras tratan de
persuadirnos
de su universalidad y de su bondad. Despues de todo, treinta anos de
libertades
neoliberales no solo han servido para restaurar el poder a una clase
capitalista definida
en terminos reducidos. Tambien han generado inmensas concentraciones de poder
corporativo en el campo de la energfa, los medios de comunicacion, la
industria
farmaceutica, el transporte e incluso la venta al pormenor (por ejemplo, Wal-
Mart). La
libertad de mercado que Bush proclama como el climax de la aspiration humana,
resulta
que no es mas que un medio conveniente para extender el poder monopolista
corporativo y la Coca Cola por todo el mundo sin restricciones. Esta clase
(con Rupert
Murdoch y Fox News a la cabeza), que cuenta con una desorbitada influencia
sobre los
medios de comunicacion y sobre el proceso politico, tiene poder e incentivos
suficientes
para convencernos de que todos estamos mejor bajo el regimen de libertades
neoliberal.
Efectivamente, a la elite que vive confortablemente en sus guetos dorados, el
mundo le
debe parecer un lugar mejor. Tal y como Polanyi podria haber observado, el
neoliberalismo confiere derechos y libertades a aquellos «cuya renta, ocio y
seguridad
no necesitan aumentarse», dejando una miseria para el resto de nosotros.
«<,C6mo es,
entonces, que «el resto de nosotros» hemos aceptado con tanta facilidad este
estado de
cosas?
relation entre comprador y vendedor». Los principales medios utilizados
fueron los
recortes presupuestarios y la desregulacion, asf como «el nombramiento de
personas en
las entidades publicas con tendencias opuestas a la regulacion y favorables a
la
industria» para ocupar posiciones clave 72 .

El National Labour Relations Board, establecido para reglamentar las


relaciones entre el
capital y la fuerza de trabajo en los centros de trabajo en la decada de
1930, fue
convertido por los cargos designados por Reagan en un vehiculo para atacar y
regular
los derechos de los trabajadores en el preciso momento en el que la actividad

73

empresarial estaba siendo desregulada . En 1983, se tardo menos de 6 meses en


revertir
casi el 40 % de las decisiones que habfan sido tomadas en la decada de 1970 y
que a la
luz de los intereses comerciales eran demasiado favorables a la fuerza de
trabajo.
Reagan interpretaba que toda regulacion (excepto la relativa a la fuerza de
trabajo) era
negativa. La Office of Management and Budget, recibio la orden de realizar
exhaustivos
analisis basados en el coste-beneficio de todas las propuestas reguladoras
(pasadas y
presentes). Si no podia demostrarse que los beneficios de la regulacion
excedfan
claramente a los costes, entonces la propuesta debfa desecharse. Por si no
era suficiente,
se llevaron a cabo cuidadosas revisiones del codigo tributario -
principalmente en lo que
respecta a la amortization de las inversiones- que permitieron que muchas
corporaciones
no tuvieran que pagar ningun tipo de impuesto en absoluto a la vez que se
reducfa el tipo
impositivo del 78 al 28 % para los individuos situadas en el tramo de rentas
mas
elevadas, lo cual demostro que se trataba de un intento de restaurar el poder
de clase
(vease figura 1.7). Y peor aun, se transmitieron gratuitamente activos
publicos al
dominio privado. Por ejemplo, gran parte de los adelantos mas decisivos en la
investigation farmaceutica habfan sido financiados por el Nacional Institute
of Health en
colaboracion con las compamas farmaceuticas. Sin embargo, en 1978 se permitio
a las
companias recibir todos los beneficios de la explotacion de los derechos
sobre las
patentes sin devolver ninguna cantidad al Estado asegurando, a partir de
entonces, una
industria de altos, y sumamente subsidiados, beneficios 74 .

Pero para poder llevar a cabo todo esto, era necesario meter en cintura a la
fuerza de
trabajo y a las organizaciones obreras, y hacer que se conformaran con el
nuevo orden
social. Si la ciudad de Nueva York habfa sido pionera al conseguir
disciplinar al fuerte

T. Edsall, The New Politics of Inequality, cit., p. 217.


73 Nuevamente, el analisis descansa aqm notablemente en M. Blyth, Great
Transformations. Economic Ideas and
Institutional Change in the Twentieth Century, cit.; T. Edsall, The New
Politic of Inequality, cit.

74 M. Angell, The Truth About the Drug Companies. How They Deceive Us and
What To Do About It, Nueva York,
Random House, 2004.

58

movimiento sindical municipal entre 1975 y 1977, Reagan adopto la misma


receta a
escala nacional domenando a los controladores aereos en 1981 y dejando claro
a los
sindicatos que no eran bienvenidos como integrantes de los consejos internos
del
gobierno. El inestable acuerdo que habfa regido las relaciones entre el poder
corporativo
y sindical durante la decada de 1960 habfa concluido. Con unas tasas de
desempleo en
plena efervescencia que alcanzaban el 10 % a mediados de la decada de 1980,
el
momento era propicio para atacar todas las formas de organization obrera y
recortar sus
derechos conquistados asf como su poder. El traslado de la actividad
industrial desde el
sindicado nordeste a los Estados del sur del pais, en los que practicamente
no se
registraba sindicacion y donde existfa una mano de obra «dispuesta a
trabajar», cuando
no mas alia de las fronteras estatales, a Mexico y el sudeste de Asia, se
convirtio en una
practica comun (subvencionada por una fiscalidad favorable para las nuevas
inversiones,
y ayudada por el nuevo predominio de las finanzas sobre la produccion como
eje del
poder de clase capitalista). La desindustrializacion de las antiguas
principales regiones
industriales fuertemente sindicalizadas (el llamado "rust belt" [el cinturon
de la industria
pesada y la produccion en masa situado en los Estados nororientales del pais
en torno a
los Grandes Lagos]) desposeyo de su poder a la fuerza de trabajo. Las
companfas podfan
amenazar a los trabajadores cuando se produjeran paros en las plantas de
produccion o
desafiar -y generalmente ganar- a los huelguistas en caso necesario (por
ejemplo, en la
industria del carbon).

Igualmente, en este caso, lo importante no era solo el uso de la porra, ya


que habfa un
gran numero de zanahorias que ofrecer a los trabajadores individuales para
romper la
accion colectiva. Las rigidas reglas de los sindicatos y sus estructuras
burocraticas les
hacfan vulnerables al ataque. A menudo, la falta de flexibilidad era una
desventaja tan
importante para los trabajadores individuales como para el capital. La pura
demanda de
una especializacion flexible en los procesos de trabajo y de la contratacion
de una
jornada laboral flexible podia convertirse en una parte de la retorica
neoliberal que podia
ser convincente para algunos trabajadores individuales, en particular para
los que habfan
sido privados de los beneficios exclusivos que en ocasiones conferia esa
fuerte
sindicacion. Una mayor autonomfa y libertad de accion en el mercado laboral
podfan
revenderse como una virtud tanto para el capitalismo como para la mano de
obra y
tampoco en este caso fue diffcil integrar los valores liberales en el
«sentido comun» de
gran parte de la fuerza de trabajo. Comprender de que modo esta activa
potencialidad
fue convertida en un sistema de acumulacion flexible generador de una gran
explotacion
(pues todos los beneficios procedentes de la progresiva flexibilidad en la
distribution del
trabajo, tanto en el espacio como en el tiempo, revirtieron en el capital)
resulta
fundamental para explicar por que lo salarios reales, excepto durante un
breve periodo
de la decada de 1990, se mantuvieron estancados o disminuyeron (figura 1.6)
al mismo
tiempo que se redujeron los beneficios sociales. La teorfa neoliberal
sostiene, porque asf
le conviene, que el desempleo es siempre voluntario. El trabajo, de acuerdo
con sus
postulados, tiene un «precio mfnimo» por debajo del cual se prefiere no
trabajar. El

59

desempleo aparece porque el precio mmimo del trabajo es demasiado alto. En la


medida
en que el precio mmimo es parcialmente sufragado por los ingresos
provenientes del
Estado del bienestar (y, en este sentido, abundan las historias de «reinas
del Estado del
bienestar» que conducen Cadillacs), cobra sentido el argumento de que la
reforma
neoliberal llevada a cabo por Clinton del «Estado del bienestar tal y como lo
conocemos» debe ser un paso crucial para la reduction del desempleo.

Todo esto demandaba algun fundamento, y la guerra de las ideas desempeno un


papel
importante para cubrir esta necesidad. En opinion de Blyth, las ideas
economicas
orquestadas en apoyo al giro neoliberal consistfan en una compleja fusion de
monetarismo (Friedman), expectativas racionales (Robert Lucas), election
publica
(James Buchanan, y Gordon Tullock), y las ideas elaboradas por Arthur Laffer
en torno
a las polfticas por el lado de la oferta, menos respetables pero en absoluto
carentes de
poder de influencia, quien llego a sugerir que los efectos incentivadores de
los recortes
fiscales incrementarfan hasta tal punto la actividad economica que harian
crecer
automaticamente los ingresos tributarios (Reagan estaba enamorado de esta
idea). La
hebra comun mas admisible de estos argumentos descansaba en que la
intervention del
gobierno era el problema en lugar de la solucion y que «una polftica
monetaria de
estabilidad, sumada a recortes radicales en los impuestos para los tramos de
renta mas
elevados, produciria una economfa mas prospera» al no distorsionar los
incentivos de la

rye

actividad empresarial . La prensa financiera, con The Wall Street Journal muy
a la
cabeza, asumio estas ideas convirtiendose en una abierta defensora de la
neoliberalizacion como solucion necesaria a todos los males economicos. La
difusion
popular de estas ideas vino de la mano de prolfficos escritores como George
Gilder
(financiado con fondos destinados a los think-tanks), mientras las escuelas
de estudios
empresariales que emergieron en prestigiosas universidades como Standford y
Harvard
gracias a la generosa financiacion brindada por corporaciones y fundaciones,
se
convirtieron en centros de la ortodoxia neoliberal desde el preciso momento
en que
abrieron sus puertas. Establecer la cartograffa de la expansion de las ideas
es siempre
una tarea ardua, pero en 1990 practicamente la mayorfa de los departamentos
de
economfa de las universidades mas importantes dedicadas a la investigacion,
asf como
tambien las escuelas de estudios empresariales, estaban dominadas por formas
de
pensamiento neoliberal. La importancia de este hecho no deberia subestimarse.
Las
universidades estadounidenses dedicadas a la investigacion eran y son campos
de
entrenamiento para muchos estudiantes extranjeros que se llevan a sus pafses
de origen
lo aprendido -las figuras clave de la adaptation de Chile y de Mexico al
neoliberalismo
fueron, por ejemplo, economistas formados en Estados Unidos- asf como tambien
a las
instituciones internacionales en las que se integran como el FMI, el Banco
Mundial y la
ONU. En mi opinion, la clara conclusion es que «durante la decada de 1970, el
ala

M. Blyth, Great Transformations. Economic Ideas and Institutional Change in


the Twentieth Century, cit., vease
tambien, T. Frank, One Market Under God. Extreme Capitalism, Market
Population and the End of Economic Democracy,
cit., particularmente acerca del papel de Gilder.

60
ambos extremos del espectro. Ademas, gracias al mantenimiento de la City de
Londres
como un actor central en las finanzas globales, fue gradualmente convirtiendo
el corazon
de la econorma britanica, Londres y el sureste del pais, en un dinamico
centro de riqueza

67

y de poder en continuo crecimiento. En realidad, no se trataba tanto de que


el poder de
clase hubiera sido restaurado en algun sector tradicional, como de que mas
bien se habfa
reunido de manera expansiva alrededor de uno de los centros globales de
operaciones
financieras mas importantes. Los cachorros de Oxbridge afluyeron a Londres
para
trabajar negociando con bonos y con divisas, amasar rapidamente riqueza y
poder, y
convertir Londres en una de las ciudades mas caras del mundo.

Aunque la revolution de Thatcher estuvo preparada por la organization del


consentimiento en el seno de las clases medias tradicionales, que la auparon
a tres
victorias electorales, en el piano ideologico, todo su programa, en
particular en su primer
mandato, estuvo mucho mas impulsado por la teoria neoliberal de lo que nunca
antes
habfa sido el caso en Estados Unidos. A pesar de poseer ella misma un solido
origen de
la clase media, estaba claramente entusiasmada con los tradicionales
estrechos contactos
existentes entre el despacho del primer ministro y los "capitanes" de la
industria y las
finanzas. Se volvio con frecuencia hacia ellos en busca de consejo y en
algunas
ocasiones les brindo palmarios favores infravalorando los activos del Estado
para
impulsar su privatization. El proyecto de restaurar el poder de clase -frente
al
desmantelamiento del poder de la clase obrera- jugo quiza un papel mas
subconsciente
en su evolution polftica.

El exito de Reagan y de Thatcher puede medirse en funcion de diversos


criterios 85 . Pero,
en mi opinion, lo mas util es hacer hincapie en la forma en que tomaron lo
que hasta
entonces habfan sido posiciones polfticas, ideologicas e intelectuales
minoritarias y las
hicieron dominantes. La alianza de fuerzas que ayudaron a consolidar y las
mayorfas que
dirigieron, se convirtieron en un legado que la generation posterior de
lfderes polfticos
encontro diffcil de desalojar. Tal vez, el mayor testimonio de su exito
descanse en el
hecho de que tanto Clinton como Blair se encontraran a sf mismos en una
situation con
un margen de maniobra tan limitado que no tuvieron mas remedio que dejar que
continuara el proceso de restauracion del poder de clase, incluso, en contra
de lo que les
sugeria su instinto. Y una vez que el neoliberalismo se convirtio en algo tan
hondamente
integrado en el mundo anglosajon, fue dificil negar su notable relevancia
respecto de
como estaba funcionando el capitalismo en general a escala international. Tal
y como
veremos, esto no significa que el neoliberalismo simplemente se impusiera en
todo el
mundo mediante la influencia y el poder angloestadounidense. El analisis de
ambos
casos demuestra que las circunstancias internas y la naturaleza posterior del
giro
neoliberal fueron muy diferentes en Gran Bretana y en Estados Unidos y, por
ende,
debemos presumir que las fuerzas internas asf como tambien las influencias y
las
imposiciones externas han desempenado un papel especffico tambien en otras
partes.

La incapacidad de Thatcher para alcanzar varios de sus objetivos polfticos


macroeconomicos, se encuentra adecuadamente
documentada en P. Hall, Governing the Economy. The Politcs of State
Intervention in Britain and France, cit.

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Reagan y Thatcher sacaron ventaja de las pistas que posefan (brindadas por
Chile y por
la ciudad de Nueva York) y se pusieron a la cabeza de un movimiento de clase
que
estaba determinado a restaurar su poder. Su genialidad consistio en crear un
legado y
una tradition que atrapo a los polfticos posteriores en una red de
constrenimientos de los
que no pudieron escapar facilmente. Aquellos que los siguieron, como Clinton
y Blair,
poco podfan hacer mas que continuar con la buena marcha de la
neoliberalizacion, les
gustase o no.

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