Pascua 2020
Pascua 2020
Pascua 2020
o CANON ROMANO
Acuérdate, Señor, de tus hijos que han llevado a tus elegidos a la gracia del
bautismo,
Después, con las manos extendidas, prosigue:
y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los
suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y
ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y
verdadero.
Por aquellos que, renacidos en el Bautismo, te has dignado confirmar por el don del
Espíritu Santo; recíbela en tu bondad y consérvalos en tu gracia;
Y por aquellos que por primera vez invitas en esta Noche a participar del pan de vida
y del cáliz de salvación, en la mesa de tu familia; concédeles crecer siempre en tu
amistad y en la comunión con tu Iglesia.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente
y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
El cual, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo, en la
víspera de su Pasión voluntariamente aceptada por nuestra salvación y del mundo
entero, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el
extremo y, mientras cenaba con sus discípulos
Luego dice:
Éste es el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este
memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, de su santa
resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te
ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el
sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del
justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu
sumo sacerdote Melquisedec.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente
y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
El cual, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo, en la
víspera de su Pasión voluntariamente aceptada por nuestra salvación y del mundo
entero, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el
extremo y, mientras cenaba con sus discípulos
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz lleno del fruto de la vid, y elevando los ojos a ti, Padre santo, dándote
gracias pronunció la bendición, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR
VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo
genuflexión.
Luego dice:
Éste es el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Acuérdate también de tus hijos que hoy, por el bautismo y la confirmación han
entrado a formar parte de tu familia; haciéndolos renacer del agua y del Espíritu
Santo y librándolos del pecado; tú que los has incorporado como miembros vivos al
cuerpo de Cristo tu Hijo, ayúdales a seguirlo con ánimo generoso y ferviente,
consérvalos en tu gracia e inscribe también sus nombres en el libro de la vida.
Acuérdate de tus hijos que por vez primera invitas en este Noche a participar del
Pan de vida y del Cáliz de salvación, en la mesa de tu familia; concédeles crecer
siempre en tu amistad y en la comunión con tu Iglesia.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente
y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Porque él mismo, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo,
en la noche que iba a ser entregado a su Pasión voluntariamente aceptada por
nuestra salvación y del mundo entero, habiendo amado a los suyos que estaban en
el mundo los amó hasta el extremo y, mientras cenaba con sus discípulos
Se inclina un poco.
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz lleno del fruto de la vid, y elevando los ojos a ti, Padre santo, dando
gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR
VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo
genuflexión.
Luego dice:
Éste es el Misterio de la fe.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya
inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y
Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y
un solo espíritu.
Confirma en la fidelidad cristiana a tus hijos que hoy, por el bautismo has hecho
renacer del agua y del Espíritu Santo librándolos del pecado; tú que los has
incorporado, como miembros vivos, al Cuerpo de Cristo y que los has llamado a
formar parte de tu pueblo santo, concédeles andar siempre en una vida nueva e
inscribe sus nombres en el libro de la vida.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia en
la Noche Gloriosa de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo según la carne,
Noche Santa en que Él ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.
El pueblo aclama:
Amén.