Terapias Psicologicas Aplicadas en Las Comunidades Terapéuticas

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TERAPIAS PSICOLÓGICAS APLICADAS EN LAS COMUNIDADES

TERAPÉUTICAS

PSICOTERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL

La terapia cognitivo conductual es un tipo habitual de terapia de conversación


(psicoterapia). Trabajas con un asesor de salud mental (psicoterapeuta o
terapeuta) de forma estructurada y asistes a una cierta cantidad de sesiones.
Ayuda a tomar conciencia de pensamientos imprecisos o negativos para que
puedas visualizar situaciones exigentes con mayor claridad y responder a ellas de
forma más eficaz.

La terapia cognitivo conductual puede ser un instrumento muy útil, ya sea sola
o en combinación con otras terapias, para tratar los trastornos de salud mental,
como la depresión, el trastorno por estrés postraumático o un trastorno de la
alimentación. Sin embargo, no todas las personas que se benefician de la terapia
cognitivo conductual tienen una enfermedad mental. La terapia cognitivo
conductual puede ser un instrumento eficaz para ayudar a cualquier persona a
aprender cómo controlar mejor las situaciones estresantes de la vida.

¿Por qué se realiza?

La terapia cognitiva conductual se utiliza para tratar una amplia gama de


problemas. Con frecuencia es el tipo preferido de psicoterapia porque puede
ayudarte rápidamente a identificar y afrontar desafíos específicos. Generalmente
requiere menos sesiones que los otros tipos de terapia y se realiza de forma
estructurada.

La terapia cognitiva conductual es una herramienta útil para abordar desafíos


emocionales:

Controlar los síntomas de enfermedad mental


Prevenir recaídas de síntomas de enfermedad mental(ADICCCIONES)

Tratar una enfermedad mental cuando los medicamentos no son una buena
opción

Aprender técnicas para lidiar con situaciones estresantes de la vida

Identificar formas de controlar las emociones

Solucionar conflictos en las relaciones y aprender mejores formas para


comunicarse

Afrontar el dolor o las pérdidas

Superar traumas emocionales relacionados con el maltrato o la violencia

Afrontar una enfermedad médica

Controlar los síntomas físicos crónicos

La terapia cognitiva conductual comúnmente incluye estos pasos:

Identificar situaciones problemáticas o trastornos de tu vida. Estos pueden


incluir problemas tales como una afección médica, divorcio, pena, enojo o
síntomas de un trastorno de salud mental. Es posible que junto con el terapeuta
dediquen un tiempo a decidir en qué problemas y objetivos te quieres concentrar.
Prestar atención a tus pensamientos, emociones y opiniones en relación con estos
problemas. Una vez que hayas identificado en qué problemas trabajar, el
terapeuta te alentará a contarle lo que piensas. Para ello, es posible que debas
observar qué te dices a ti mismo sobre una experiencia (diálogo interno), tu
interpretación del significado de una situación y tu opinión sobre ti mismo, otras
personas y eventos. Es posible que el terapeuta sugiera que escribas un diario
con tus pensamientos.
Identificar pensamientos negativos o inexactos. Para ayudarte a reconocer
patrones de pensamiento y conducta que podrían estar contribuyendo a tus
problemas, el terapeuta puede pedirte que prestes atención a tus respuestas
físicas, emocionales y conductuales en diversas situaciones. Reformar
pensamientos negativos o inexactos. Es muy probable que el terapeuta te aliente
a que te preguntes si tu opinión sobre una situación se basa en hechos o en una
percepción inexacta de lo que sucede. Este paso puede ser complicado. Puede
ser que tengas maneras de pensar sobre tu vida y sobre ti mismo de larga data.
Con práctica, los patrones de pensamiento y conductas útiles serán un hábito y no
deberás hacer tantos esfuerzos para lograrlos.

La duración de la terapia

La TCC generalmente se considera una terapia a corto plazo, que puede


llevar de cinco a veinte sesiones. Junto con tu terapeuta, podrás acordar cuantas
sesiones necesitarás. Algunos de los factores a tener en cuenta son:

El tipo de trastorno o situación

Gravedad de los síntomas

Cuánto hace que tienes los síntomas o convives con esa situación

La rapidez con que evolucionas

Cuánto estrés estás padeciendo

Qué tanta ayuda recibes de tus familiares y de otras personas

OBJETIVO

Enseña a la persona acerca de cómo sus conductas, pensamientos y


emociones, impactan directamente sobre ella misma y el entorno que le rodea. El
método se centra en enfocarse en los problemas y dificultades que vive el
residente en la comunidad terapéutica en determinado momento.
PSICOTERAPIA INHIBICIÓN RECÍPROCA Y DESENSIBILIZACIÓN
SISTEMÁTICA

Wolpe al igual que Pavlov y Watson , consideraba que no se podían sentir dos
sensaciones contrarias a la vez , como puede ser el típico ejemplo de ansiedad o
relajación , o agresividad y calma , por lo que a partir de esto comenzó a
desarrollar una psicoterapia por inhibición recíproca , en esta comenzó tratando a
veteranos de guerra que contaban con estrés postraumático o también conocido
como neurosis de guerra , a los cuales en terapia les hacía relajarse y luego les
hacía pensar en el suceso traumático que les ocurrió , en el momento en que
estos se ponían ansiosos , les pedía que volvieran a relajarse para así poder ir
reduciendo los niveles de ansiedad , e ir graduando el temor. Esta técnica se
consideraba bastante efectiva y rápida, ya que reacondicionaba el cerebro,
atendiendo exclusivamente a las conductas y síntomas actuales. Gracias a esta se
han desarrollado numerosas técnicas de terapia de la conducta. Y también gracias
a esta desarrolló en el año 1950 la desensibilización sistemática.

La desensibilización sistemática por otro lado, se trata de una técnica muy


utilizada en el tratamiento de los desórdenes de ansiedad, especialmente en las
fobias. Consiste en la aplicación de una jerarquía de estímulos estresantes a
través de imágenes visuales.

La terapia sigue un orden de 4 pasos:

Técnicas de Relajación: El terapeuta le enseñaba al paciente una serie de


técnicas de relajación para que este, en momentos de ansiedad producidos por
alguna fobia o trauma, fuera capaz de auto relajarse. Una vez aprendidas, pasaba
al siguiente paso.
Jerarquía: Una vez aprendidas las técnicas de relajación, el paciente junto con
el terapeuta ordenaba jerárquicamente de menor a mayor, las fobias y miedos del
paciente.

Fase de Imaginación: Una vez ya se han realizado las dos primeras fases,
llega la fase de la imaginación donde el psicólogo, le presenta al paciente los
estímulos de forma paulatinamente y siguiendo un orden dentro de las fobias,
mostrando desde la que menos grado de estrés y ansiedad le producía al paciente
hasta la mayor de todas.

Una vez que ya el paciente se encontraba en el momento crítico, llega la


última fase.

Desensibilización: ya en un estado de ansiedad, o próximo a él, el paciente


debe de auto aplicarse las técnicas de relajación aprendidas al principio de la
terapia, por eso estas son tan importantes, las debe de aprender bien para poder
aplicárselas así mismo.

El objetivo consiste en que la relajación inhiba progresivamente a la ansiedad


que disparan las situaciones imaginadas, de manera tal que se rompa el vínculo
entre la imagen que le produce el estrés y la respuesta de ansiedad. De este
modo, el paciente aprende una nueva asociación: lo que antes le provocaba
miedo, ahora queda conectado a un estado de calma y tranquilidad inducido
mediante la relajación muscular profunda.

LA TERAPIA EXPOSICIÓN CON PREVENCIÓN DE RESPUESTA

Exposición consiste en enfrentar al paciente a situaciones de miedo o


preocupación relacionadas con sus obsesiones, para ello, se comienza con
situaciones que causan mínimos de ansiedad y posteriormente se va aumentando
poco a poco. La Prevención de Respuesta consiste en evitar el comportamiento
compulsivo con el apoyo del terapeuta evitando los comportamientos
compensatorios para disminuir la ansiedad. Por ello, la combinación de la
Exposición y la Prevención de respuesta consiste en el enfrentamiento, deliberado
y voluntariamente, al objeto o idea temida ya sea directamente o a través de la
imaginación.

¿Para qué se utiliza?

La EPR se utiliza con diversos trastornos como, el Trastorno Obsesivo-


Compulsivo (TOC), Trastornos de Control de Impulsos, Adicciones o Trastornos
de la Conducta Alimentaria (TCA).

¿Qué beneficios tiene?

realizan los siguientes pasos:

El establecimiento de metas y objetivos terapéuticos de manera conjunta


(paciente y psicólogo).

Explicación de qué consiste el trastorno, es decir, psicoeducación tanto con el


sujeto como con los miembros de la familia más cercanos a él.

Entrenamiento en respiración y relajación para que el sujeto pueda exponerse


a los estímulos con mayor sensación de autocontrol.

Explicación del concepto de la EPR e información para realizar la jerarquía.

Valoración de las dificultades que van apareciendo durante la EPR y


reforzamiento de los logros alcanzados.

Utilización de las técnicas cognitivas

LA TERAPIA DIALÉCTICO-CONDUCTUAL
Es un programa intensivo y altamente estructurado que ha sido adaptado
específicamente para adolescentes con inestabilidad emocional extrema,
incluyendo la autolesión y la ideación suicida.

La parte “dialéctica” en la DBT significa que la terapia aborda dos cosas que
podrían parecer contradictorias de manera simultánea: la aceptación de los
sentimientos (conciencia plena) y aprender a utilizar los pensamientos para
cambiar los sentimientos (TCC). Básicamente, es “estoy haciendo lo mejor que
puedo” por un lado, señala el Dr. Alec Miller, profesor del Departamento de
Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en el Colegio de Medicina Albert
Einstein, “y ‘necesito hacerlo mejor’, por otro lado. Esa es una verdad dialéctica”.

Las personas con trastorno límite de la personalidad tienen problemas para


regular su estado de ánimo, lo que conduce a impulsividad y conflictos en las
relaciones interpersonales. Eso, a su vez, los hace sentir incomprendidos
frecuentemente por las personas que los rodean.

¿Qué habilidades enseña la DBT?

La capacitación en habilidades de la DBT es muy estructurada. En el caso de


adolescentes, consta de cinco módulos:

Habilidades de conciencia plena: Estar presente en el momento y comprender


las señales de emociones desreguladas.

Habilidades de regulación de emociones: Hacer frente a situaciones difíciles


mediante la construcción de experiencias placenteras y calmantes con el fin de
protegerse de los extremos emocionales. “Especialmente con los adolescentes”,
“hay un gran enfoque en el cuerpo físico: comer adecuadamente, dormir lo
suficiente, tomar sus medicamentos y evitar el consumo de drogas”.

Habilidades de eficacia interpersonal: “A menudo las interacciones con los


demás son los factores desencadenantes negativos de los comportamientos
impulsivos”. El objetivo es enseñarles a los residentes a interactuar de manera
más efectiva con los demás y permitirles sentirse más apoyados por los demás.
Habilidades de tolerancia a la angustia: “Es poder reconocer los impulsos de
hacer cosas que serían poco eficaces, como autolesionarse o intentar suicidarse,”
y controlarlos conscientemente.

Habilidad para hacer concesiones: Padres e hijos aprenden a validarse


mutuamente, a comprometerse y negociar, y ver el punto de vista de la otra
persona. “Tiene que ver con el reconocimiento de múltiples verdades en la visión
del mundo de los adolescentes y de los padres”, en contraposición al “yo tengo
razón y tú no”.

El objetivo de la DBT es enseñar técnicas a los adolescentes residentes y


familia que los ayuden a comprender sus emociones sin juzgarlas (el componente
de la conciencia plena), y también proporcionarles habilidades y técnicas para
manejar esas emociones y cambiar sus comportamientos, de manera que mejoren
sus vidas. Pero se requiere trabajo y compromiso.

LA TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL

es un tipo de orientación terapéutica dentro de la psicología, que cuenta con


un gran respaldo científico, ya que el abordaje desde esta corriente emplea las
técnicas de intervención que han mostrado mayor efectividad en la investigación.
Nace de las terapias conductistas y las derivadas de la psicología cognitiva, por lo
cual se basa en el trabajo con los pensamientos y las conductas de la persona. Su
forma de proceder está muy vinculada al método científico, trabajando de forma
estructurada y enfocada a tratar la sintomatología actual se padece.
(Psicoorganzuela, s.f.)

¿Cómo funciona?

La Terapia Cognitivo Conductual, es práctica, ya que se enfoca en resolver los


problemas actuales que generan sufrimiento. El terapeuta participa activamente,
proporcionando al paciente la información científica que puede ayudarle. Es
aplicable a múltiples problemas, enfocándose en una intervención de corta
duración o más breve que otros tratamientos. Está basada en la comprensión
teórica de que las emociones y los comportamientos, que según plantea esta
orientación dependen principalmente de los pensamientos, los cuales condicionan
la forma de percibir el entorno y los propios procesos mentales. La conducta es
aprendida, pero está determinada por los significados que le demos según
nuestras creencias y experiencias previas.

Este tipo de intervención promueve un cambio sobre la forma en la que se


piensa y se actúa, favoreciendo que la persona se sienta mejor. Se focaliza en
enseñar al paciente a reconocer los estilos de pensamiento que son disfuncionales
y están generando conductas que pueden dificultar su adaptación y/o producir
sufrimiento. Esto se logra a través de un diálogo socrático, mediante el cual, el
terapeuta dará feedback sobre los esquemas de pensamiento necesarios a
trabajar. La persona, al ir modificando los pensamientos y conductas
disfuncionales por otros más adaptativos, consigue enfrentar de una manera
diferente y por supuesto, más adaptativa, lo que le aflige, con lo que consigue
mayor éxito al solucionarlo.

También, a lo largo de la terapia la persona aprende a dividir los problemas


complejos en partes más pequeñas, comprendiendo su relación entre ellas y las
consecuencias que pueden estar generando. Con la Terapia Cognitivo-
Conductual, es posible romper el círculo vicioso de pensamientos, sentimientos y
comportamientos negativos, creando nuevas formas de afrontar las situaciones de
conflicto.

¿Cuál es su formato?

La Terapia Cognitivo-Conductual puede llevarse a cabo de forma grupal o


individual. En psicoterapia individual suele organizarse en tres fases. Una primera
etapa, en la que se busca conocer el problema que trae al paciente a consulta,
estableciendo un diagnóstico. En este momento, paciente y terapeuta establecen
en conjunto los objetivos a trabajar. La segunda etapa se refiere al tratamiento
propiamente, en el cual, se ponen en marcha distintas técnicas orientadas hacia el
logro de los objetivos planteados. Finalmente, se da la etapa de seguimiento, en la
que se comienzan a espaciar las sesiones, que se focalizan en mantener los
cambios y prevenir futuras recaídas.

El terapeuta puede proponer “deberes” para poner en práctica estos cambios


en la vida diaria. A su vez suelen utilizarse los autorregistros, como una
herramienta fundamental para observar cómo se presentan las situaciones de
conflicto en la vida del paciente, así como su evolución en la terapia. Mediante
esto, es posible reducir los síntomas y prevenir futuras recaídas del problema.

¿Para qué tipo de problemas puede utilizarse?

La Terapia Cognitivo-Conductual es una de las más frecuentes y se puede


aplicar a múltiples trastornos. Ha demostrado su utilidad en problemas de
ansiedad como el Trastorno de Pánico, agorafobia u otras fobias, Trastornos del
estado del ánimo, Trastornos de la conducta alimentaria, Trastornos del control de
impulsos, adicciones, entre otros.

Algunas investigaciones que muestran su eficacia…

En una investigación de Sánchez, Alcázar y Olivares, en el año 1999, se quiso


valorar la eficacia de las técnicas Cognitivo-Conductuales en los problemas
clínicos y de salud. Para esto, utilizaron procedimientos estadísticos para sintetizar
los resultados de una serie de investigaciones que se habían realizado
anteriormente con este mismo objetivo, para poder llegar a conclusiones más
contundentes.

Se valoraron 34 investigaciones científicas realizadas previamente en España,


en las cuales se utilizaron herramientas terapéuticas cognitivo-conductuales en el
tratamiento de algunos de los problemas psicológicos más frecuentes dentro de la
clínica, como trastornos de ansiedad y del estado de ánimo. Dichos estudios
arrojaron conclusiones basadas en 650 personas, de los cuales 471 recibieron una
intervención terapéutica con técnicas cognitivo-conductuales, mientras que 179
personas estuvieron en un grupo control. Es decir, las del grupo control no
recibieron ningún tratamiento y fueron evaluados de la misma forma que el otro
grupo que sí lo recibió, para poder valorar las diferencias entre ellas a causa del
tratamiento recibido.

Los resultados muestran una diferencia significativa entre los dos grupos, con
y sin tratamiento, en todos los tipos de intervención cognitivo-conductual que se
aplicaron. Se observó un efecto del 85%, mostrando una mejoría en el grupo
sobre el que se aplicó la intervención cognitivo-conductual, por lo que todas las
técnicas mostraron ser efectivas, permitiendo que se redujeran los síntomas
depresivos y ansiosos en todos los participantes. En primer lugar, se ubicaron las
técnicas que trabajan las habilidades de afrontamiento, en segundo lugar, las de
reestructuración cognitiva y finalmente, las técnicas de entrenamiento en
resolución de problemas.

TERAPIA PSICODINÁMICO

parte de los principios teóricos del psicoanálisis, pero con una mirada más
integrativa, menos intensiva y más a corto plazo. Tiene el objetivo de “hacer
consciente lo inconsciente”, es decir, ayuda a la persona a tomar consciencia
acerca de sus verdaderos conflictos y sentimientos, que suelen estar
profundamente arraigados y no ser reconocidos, debido a diferentes mecanismos
de defensa que impiden el acceso a las motivaciones inconscientes de sus
comportamientos. Este “no darnos cuenta” de por qué hacemos lo que hacemos,
reduce nuestra capacidad para poder funcionar de otras formas más sanas y que
nos lleven a un menor sufrimiento

Características principales:

• Explora el inconsciente para comprender los patrones de pensamiento y


comportamiento.
• La relación entre terapeuta y paciente es crucial para comprender dinámicas
inconscientes.

• Utiliza técnicas interpretativas para revelar conflictos ocultos.

Objetivos:

• Ayudar al paciente a comprender sus motivaciones inconscientes.

• Identificar y resolver conflictos subyacentes que generan malestar emocional


o conductual.

• Mejorar las relaciones al comprender cómo los patrones pasados afectan las
relaciones actuales.

¿Cómo funciona?

Durante las sesiones, el paciente asocia libremente, por lo que expresa sin
controlar o reprimir lo que va pensando, lo que permite que traiga a consulta el
material relevante para trabajar, como una puerta de acceso al inconsciente. Se
interviene mediante el análisis del contenido que trae el paciente, reflejando los
puntos de conflicto, las dinámicas que se generan e interpretando los elementos
que aparecen en la sesión, para que la persona poco a poco vaya descubriendo lo
que le pasa y por qué le pasa.

Igualmente, la relación que se establece entre el paciente y el terapeuta es


fundamental en este tipo de intervención. Se entiende que la persona se relaciona
con el terapeuta y con la terapia, de la misma forma que puede hacerlo fuera,
pudiendo manifestar ahí aspectos de conflicto, que se van trabajando a lo largo del
análisis. Esto permite abrir y explorar aspectos que están sin resolver y que
generan un conflicto, afectando a su estado de ánimo y sus conductas.

Un ejemplo de su uso…

“Ana constantemente busca la aprobación del terapeuta en todo lo que hace.


De esta forma, pone de manifiesto su tendencia a querer complacer a los demás y
hacer lo que cree que otros esperan de ella, lo que le ha pasado con sus parejas y
le genera mucho malestar.

El terapeuta identifica esta dinámica y se la refleja a lo largo de la terapia,


entendiendo en conjunto los posibles motivos que favorecen que ella se comporte
de esta manera. El rol del terapeuta es poder dar y hacer en la relación con la
paciente, lo que a Ana le ha faltado en sus otras relaciones, o hacer de forma
reparadora lo que ella ha vivido de una forma conflictiva, que, en este caso, ha
provocado que constantemente Ana busque la aprobación y aceptación constante
en todos sus vínculos para sentirse segura. Por ejemplo, el terapeuta mantiene en
su relación con Ana una aceptación incondicional, sin criticar y juzgar como hacían
sus padres. En este proceso le permite aumentar su confianza y dejar de necesitar
ese reconocimiento externo, empezando a encontrarlo en ella misma”.

Duración promedio:

La duración de la terapia psicodinámica generalmente dura varios meses o


incluso años. Se centra en un proceso gradual de exploración y cambio que
requiere tiempo para comprender y trabajar a través de los problemas
emocionales subyacentes

LA TERAPIA GESTALT

La terapia Gestalt es un modelo de psicoterapia que se centra en el desarrollo


personal y en la recuperación de la capacidad de vivir el presente, la
espontaneidad y la responsabilidad. Concibe al ser humano como a una entidad
completa formada por cuerpo, mente y alma que puede alcanzar el bienestar
trabajando por la integridad y el equilibrio de esas tres partes.

En cuanto al foco de la terapia, esta se centra más en los procesos que en el


contenido en sí, dándole importancia a lo que sucede en la actualidad y no a los
momentos del pasado. El psicólogo o psicóloga encamina a la persona a darse
cuenta de cómo impacta y es impactada por su entorno, haciéndola consciente de
su manera de hacer las cosas y ayudándola a ver otra manera más útil de llevarlas
a cabo.

Por ello este tipo de terapia humanista se basa en dos modos de trabajo:

Aumentar la consciencia de uno/a mismo/a para hacerle responsable y


dueño/a de sus pensamientos, actos y conductas.

Cerrar situaciones del pasado que a día de hoy todavía repercuten en su


bienestar.

El objetivo es permitir a la persona conocerse mejor y recuperar la creatividad


perdida, devolviéndole la capacidad de elegir la forma de afrontar la vida. (Erain ,
2021)

¿Qué problemas trata la terapia Gestalt?

La terapia Gestalt permite conocer los patrones relacionales, pensamientos y


comportamientos que bloquean la conciencia presente y lleva a situaciones de
infelicidad. Por ello es utilizada para tratar problemas como la ansiedad,
depresión, autoestima, dificultades para relacionarse, pérdida de control… Y para
los efectos físicos que estos problemas generan como trastornos del sueño o
digestivos, dolor de espalda o de cabeza…

¿Cómo se aplica la terapia Gestalt?

El psicólogo o psicóloga realiza un acompañamiento al paciente para ayudarle


a llevar a cabo un proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal que le
permita encontrar un camino dentro de sí mismo/a o en relación al entorno. Esta
transformación consta de cuatro fases:

Aceptación: se toma conciencia de lo que se está viviendo en el presente


(rabia, alegría…) y se acepta. El sentido de esto es que todos los sentimientos que
se guardan acaban produciendo malestar y manifestándose de manera
psicosomática.

Responsabilidad: una vez que la persona acepta sus sentimientos, se hace


responsable de ellos. De lo que siente y vive, sin culpabilizar a los demás de lo
que le ocurre. Cuando se consigue esto, la persona es capaz de cambiar y tomar
las riendas de su vida, potenciando los recursos con los que cuenta para afrontar
las dificultades y situaciones.

Diálogo: en la terapia Gestalt el o la terapeuta acompaña el camino del


paciente. Una experiencia donde se co-crea un campo relacional y emocional.

Acción: la persona desarrolla e interioriza nuevas técnicas para gestionar


diferentes situaciones que le crean malestar.

Durante la terapia el objetivo fundamental no es tanto hablar sobre los


problemas o traumas que marcaron a la persona en el pasado, sino que se tratan
los problemas y dificultades que tiene hoy en día. De esta forma se le permite
identificar su responsabilidad en ellos, asumiendo los sentimientos que le generan
y poniendo en práctica, con ayuda del o de la terapeuta, las habilidades
necesarias para superar cada situación.

¿Para quién está indicada?

Al tratarse de una terapia de crecimiento personal, está indicada para


cualquier tipo de persona independientemente de su edad. Lo único que se
requiere es que sea capaz de describir lo que siente y necesita ya que él o la
profesional adaptará las sesiones según se trate de un niño/a, adolescente, adulto.

TERAPIA CONDUCTUAL

se fundamenta en la idea de que los comportamientos pueden ser aprendidos


y desaprendidos a través de la interacción con el entorno. Se centra en entender
cómo los patrones de conducta se forman y se mantienen, con el propósito de
modificarlos mediante técnicas específicas.

Caracteristicas principales:

• Se enfoca en conductas específicas y observables, no en procesos internos


o no observables.

• Utiliza técnicas específicas cambiar comportamientos no deseados.

• Se adapta a cada individuo, considerando su contexto y características


únicas.

Objetivos:

• Eliminar o reducir comportamientos no deseados o perjudiciales.

• Promueve la adquisición de habilidades y conductas adaptativas.

• Facilita el desarrollo de habilidades para que la persona pueda regular su


comportamiento de manera autónoma.

Duración promedio:

La duración del tratamiento varía según la complejidad del problema y la


respuesta individual. Las terapias conductuales suelen ser de corto plazo, con
sesiones que pueden extenderse desde unas pocas semanas hasta varios meses,
dependiendo de la meta terapéutica y la progresión del individuo.

LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO

una de las terapias de tercera generación más conocidas es la Terapia de


Aceptación y Compromiso (ACT), que tiene como objetivo el crear una vida rica y
significativa para el paciente, aceptando el dolor que inevitablemente viene con
ella. La ACT se presenta como una alternativa a la psicología tradicional y es un
modelo de psicoterapia que está respaldado científicamente y que utiliza distintas
técnicas: paradojas, ejercicios experimentales, metáforas, trabajo con valores
personales e incluso el entrenamiento mindfulness. Tiene sus bases en la Teoría
del Marco Relacional (RFT), por lo que se encuadra en nueva teoría del lenguaje y
la cognición.

El lenguaje humano puede transformarnos, pero también crear el sufrimiento


psicológico. Por eso es necesario trabajar con los significados del lenguaje, sus
funciones y su relación con los eventos privados (emociones, pensamientos,
recuerdos…). Además, el autodescubrimiento y la clarificación de valores son
elementos imprescindibles en este tipo de terapia, en la que el paciente debe
preguntarse y cuestionarse qué clase de persona quiere ser, qué es lo
verdaderamente valioso en su vida y desde qué creencias y valores actúa.

En este sentido, la Terapia de Aceptación y Compromiso es una muestra de


que la intervención psicológica no tiene por qué centrarse en mitigar o eliminar los
síntomas; es también útil ofrecer herramientas para que el paciente sea capaz de
convivir con el malestar y no obsesionarse con tener el control de todo lo que
experimenta. Es, a su vez, una base desde la cual se predispone a la persona a
no preocuparse tanto por bloquear sus preocupaciones y centrarse más en fijar la
atención en otros aspectos del momento presente.

Compromiso con nuestros valores

Si miramos a nuestro alrededor, parece claro que gran parte de nuestro


sufrimiento viene determinado por nuestras creencias de lo que está bien o está
mal, creencias que son aprendidas culturalmente y que vienen fundamentadas por
los valores que promueve la sociedad occidental. Mientras que la mayoría de
terapias ven el sufrimiento como algo anormal, la ACT entiende que el sufrimiento
es parte de la vida misma. Por eso se dice que la ACT cuestiona la ideología
social y lo modelos de normalidad saludable, en el que la felicidad se entiende
como la ausencia de dolor, ansiedad o preocupaciones. ACT, que en inglés quiere
decir “actuar”, hace hincapié en tomar acciones efectivas guiadas por nuestros
valores más profundos, en las que estamos totalmente presentes y
comprometidos.

Principios de este tipo de terapia

La ACT emplea algunos principios que permiten que los pacientes desarrollen
la flexibilidad mental necesaria para mejorar su bienestar emocional.

Son estos seis:

1. Aceptación

La aceptación significa reconocer y aprobar nuestra experiencia emocional,


nuestros pensamientos o nuestros sentimientos. Tiene que ver con tratarnos con
cariño y compasión a pesar de no ser perfectos. No debemos luchar contra
nuestros eventos privados ni huir de ellos. En realidad, la aceptación de la
situación presente contribuye a que muchos de los aspectos de nuestra vida que
percibimos como problemas dejen de serlo, disminuyendo así el nivel de ansiedad
y los factores de malestar asociados a este.

2. Defusión cognitiva

Se trata de observar nuestros pensamientos y cogniciones como lo que son,


trozos de lenguaje, palabras, imágenes, etc. Simplemente, observar y dejar ir sin
juzgarlos. De este modo se adopta una visión distanciada y más racional de las
cosas.

3. Experiencia presente

El presente es el único momento que podemos vivir. El estar en el aquí y el


ahora con una mentalidad abierta y la conciencia plena, participando totalmente
con la atención debida a lo que está ocurriendo en nosotros y nuestro alrededor es
la clave de nuestro bienestar.

4. El “Yo observador”
Significa desprenderse del yo conceptualizado, es decir, del apego hacia
nuestras propias narraciones. Desde la perspectiva del yo como observador
vemos las cosas desde un punto de vista no enjuiciador.

5. Claridad de valores

La ACT exige un trabajo de autoconocimiento que permite clarificar nuestros


valores desde lo más profundo del alma. ¿Qué es lo verdaderamente valioso para
nosotros? ¿Dónde queremos estar o ir en realidad? Estas son algunas de las
preguntas a las que hay que responder. Eso sí, siempre con honestidad.

6. Acción comprometida

La dirección que seguimos siempre debe estar determinada por nuestros


propios valores y no por las imposiciones sociales. Hay que involucrarse en
acciones significativas para nosotros mismos. De este modo somos mucho más
propensos a comprometernos con nuestros proyectos y hacer que progresen al
ritmo que queremos.

LA TERAPIA NEUROPSICOLÓGICA

Podría considerarse una suerte de rehabilitación cerebral. Se orienta a


preservar y potenciar las funciones mentales que no han sido dañadas. Sin
embargo, también a paliar los déficits que la lesión o el trastorno han podido
ocasionar. Así, sus principales funciones son:

Trabajar y estimular las funciones cognitivas tras una lesión o alteración


cerebral. Se debe actuar con rapidez para que la recuperación de las capacidades
y habilidades sea lo más completa posible. Así, se abordan áreas como la
atención, la memoria, el aprendizaje, el lenguaje o la capacidad de resolución de
problemas. Se trata de potenciar las capacidades preservadas y estimular las que
muestran un rendimiento inferior al esperado.

Planear e implementar estrategias que ayuden a compensar los daños


causados en ciertas funciones cerebrales. Por ejemplo, si el paciente presenta
problemas de memoria, se le enseña a utilizar recursos como agendas o
recordatorios que le permitan desenvolverse de la mejor manera.

Hacer consciente al paciente, en la medida de lo posible, de las secuelas que


se han generado tras la lesión o el trastorno. Explicarle qué implicaciones tienen y
cuáles son las consecuencias, de modo que pueda anticiparse a posibles
problemas y fallos cognitivos y cuente con herramientas para afrontarlos.

Trabajar la gestión emocional asociada a la situación en la que se encuentra


el paciente. Ayudarle a amortiguar el impacto emocional de su condición.

¿Quién puede beneficiarse de la terapia neuropsicológica?

Son muchas las condiciones que pueden requerir una terapia


neuropsicológica. Esta disciplina trabaja principalmente con trastornos y lesiones
producidos en el sistema nervioso central o en el cerebro. Y, en cada caso, la
intervención será diferente:

Traumatismo craneoencefálico. Cuando este se produce las secuelas se


deben tanto a la contusión inicial como al edema o hemorragia que se desarrolla
de manera secundaria durante los siguientes días. Esto puede afectar tanto a los
procesos mentales básicos como a la conducta y las emociones. Por ello, habrán
de trabajarse a la mayor brevedad.

Accidente cerebrovascular. En estos casos, el flujo de sangre que irriga una


parte del cerebro se detiene, produciendo que no puedan llegar a este el oxígeno
y los nutrientes. Las consecuencias pueden ser muy variadas por lo que la terapia
habrá de personalizarse.

Enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson, afectan al sistema


nervioso central de manera progresiva e irreversible. Es importante abordar el
deterioro cognitivo leve que se produce ya que este constituye un factor de riesgo
para el posterior desarrollo de demencia.

Las demencias suelen afectar principalmente áreas como la orientación y la


memoria, así como la conducta y las emociones. La terapia irá dirigida a lograr la
mayor autonomía posible en el enfermo. De este modo se reduce también la carga
de trabajo y emocional de la familia.

Objetivo: busca que el residente, puede gozar de la mayor calidad de vida


posible. Algo que se logra fomentando su autonomía con ayudas, estrategias y
recursos de todo tipo y ayudándole a aceptar y lidiar con su nueva realidad. Se
trata de un trabajo completo y muy necesario que aborda todas las áreas que han
podido verse afectadas por la lesión o el trastorno.

LA TERAPIA PSICOANALÍTICA

Pone énfasis en el contenido inconsciente y argumenta que este es el


causante de nuestras afecciones y trastornos psicológicos. Este tipo de terapia
explora las experiencias que tuvo el paciente en su niñez, con el objetivo de
descubrir si algún acontecimiento puede haber tenido un impacto en el desarrollo
vital del sujeto.

Cada psicoanalista personaliza la terapia en función de las necesidades del


paciente, pero la mayoría de los terapeutas tienen en cuenta una serie de
principios básicos, entre los cuales se encuentran los siguientes:

Los conflictos psicológicos del paciente son consecuencia de problemas en el


inconsciente.

Los síntomas se exteriorizan a causa de afecciones latentes.

Los conflictos inconscientes son originarios de los problemas no resueltos en


la infancia o de traumas reprimidos.

La terapia psicoanalítica recupera del inconsciente los problemas reprimidos.


Funcionamiento de la terapia psicoanalítica

La terapia psicoanalítica se plantea como una terapia a largo plazo que


pretende conseguir una reestructuración profunda y duradera de la psique del
paciente, mediante modificaciones relevantes de la personalidad y las emociones
de la persona, para mejorar su autoconocimiento y calidad de vida.

Sigmund Freud animaba a los pacientes a tumbarse en un diván y hablar, con


la intención de liberarlos así de sus recuerdos reprimidos y de aliviar su
sufrimiento mental. Actualmente, los terapeutas usan el diálogo constante con el
paciente y procuran que se sienta cómodo y seguro, para que pueda expresar
todo lo que siente mientras el terapeuta escucha con atención. En esta terapia, el
habla cobra importancia. El diálogo se vuelve enriquecedor y nutritivo, a medida
que el paciente logra tomar conciencia de cuestiones que tenía almacenadas en el
inconsciente, relacionándolas con el presente y encontrándoles un sentido.

Técnicas terapéuticas que se aplican en la terapia psicoanalítica

El psicoanalista debe prestar atención a las reflexiones y los pensamientos en


voz alta del paciente. Para ello, usa diferentes técnicas y estrategias que le
permiten detectar las causas de sus preocupaciones y hacer emerger el
inconsciente. Estas técnicas son:

La asociación libre: consiste en dejar que el paciente exprese todo lo que


se le pase por la cabeza sin censurar ni cortar sus pensamientos o recuerdos. De
esta forma, se propicia el habla fluida, con el objetivo de que el paciente regrese a
estados psicológicos o emocionales subyacentes.

La transferencia terapéutica: es el proceso por el cual el paciente transfiere


emociones, sentimientos y creencias que tiene vinculados a personas importantes
en su vida hacia el terapeuta. Analizar estas emociones y sentimientos será de
ayuda para llevar a cabo el proceso de cambio.
La interpretación: es el proceso de interpretar y sacar conclusiones de los
pensamientos y relatos del paciente.

La terapia psicoanalítica se desarrolla a partir de estas técnicas. Algunos de


los trastornos que se pueden tratar con la terapia psicoanalítica son la ansiedad, el
insomnio u otros trastornos del sueño, los problemas sexuales, la timidez o la baja
autoestima.

LA TERAPIA COGNITIVA BASADA EN MINDFULNESS

La ciencia cognitiva sirve para solventar los problemas mentales mediante la


modificación de los pensamientos disfuncionales.

Por otro lado, mindfulness o atención plena es una actividad o estado mental
en el que se es consciente de los pensamientos, sentimientos y emociones de
forma continua. Mindfulness también consiste en la aceptación del individuo tal y
como es, sin añadir juicios de valor a los pensamientos.

El psicoterapeuta especialista en terapias de tercera generación dirigirá la


terapia cognitiva basada en mindfulness a las personas interesadas en
comprender, potenciar y mejorar su bienestar emocional. Especialmente el MBCT
está indicado para pacientes que han sufrido o experimentan en el momento de la
terapia un trastorno psicológico relacionado con la ansiedad o la depresión.

Los objetivos principales que derivan de la terapia MBCT son:

Conseguir que la persona que se somete a la terapia sea consciente de los


patrones mentales habituales, es decir, pensamientos, emociones y acciones, y
sus consecuencias.

Minimizar la aparición de patrones automáticos de respuesta, fomentando que


se responda de forma más adecuada y eficaz. El especialista enseña a responder
antes de actuar.
Cambiar los hábitos negativos instaurados en la vida diaria del paciente por
otros más saludables. También, hacerle comprender las causas del malestar
psicológico que padece.

Mejorar la aceptación de las experiencias internas y externas que vive la


persona. Es decir, que aprenda a relacionarse con ellas de una forma más
beneficiosa.

Optimizar la gestión emocional y cognitiva de la ansiedad, bajos estados de


ánimo y otros trastornos psicológicos que sufre el paciente.

Apoyar al individuo para que desarrolle la habilidad de sentirse y estar en el


presente. Es una práctica característica de mindfulness, consistente en el modo
estar vs. modo hacer.

Alejar al paciente de las reacciones a las sensaciones, pensamientos y


emociones desagradables con el fin de evitar la retroalimentación negativa.

Que el paciente sepa cuidar de sí mismo con el fin de mejorar su calidad de


vida.

Tras la realización de la terapia cognitiva basada en mindfulness, el objetivo


final es crear una rutina para que el paciente continúe con esta práctica y aplique
lo aprendido.

TERAPIA DE ACTIVACIÓN CONDUCTUAL (BA)

La activación conductual implica trabajar con una persona deprimida para


aumentar las actividades que podrían reducir su depresión. La investigación ha
demostrado que cuando una persona participa en actividades que generan
sentimientos positivos, estas actividades se vuelven refuerzos que la inspiran a
realizar más actividades de ese tipo.

A menudo, la activación conductual es un componente dentro de un


tratamiento más amplio para la depresión o la ansiedad a través de la terapia
cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés). Pero también ha demostrado
ser efectiva como enfoque de tratamiento independiente. La activación conductual
es apropiada para niños de 7 años en adelante, dependiendo del desarrollo y
preparación de cada niño. La preparación se refiere a la capacidad para
comprometerse a participar en el tratamiento. “Necesitamos que el paciente se
comprometa.

¿Cómo se lleva a cabo la activación conductual?

Esto es lo que usted podría esperar que haga un niño cuando está en un
tratamiento de activación conductual.

Revisar las actividades diarias. La activación conductual comienza con lo que


se conoce como programación de la actividad. El niño o adolescente trabajará con
su terapeuta y el apoyo de sus padres para identificar su horario actual de
actividades diarias desde el momento en que despierta por la mañana, hasta la
hora en que se va a dormir por la noche.

Identificar los objetivos de la actividad. El terapeuta y el niño o adolescente


trabajan juntos para identificar las actividades que le interesan, ya sean
actividades nuevas (en inglés) o cosas que solía hacer en el pasado, así como los
pasos a seguir para alcanzar esos objetivos. En muchos casos, uno de los pasos
para llegar a aquello que valoran es levantarse de la cama cuando suene el
despertador.

Crear un plan por escrito. La Dra. Alexander llega preparada con un


calendario diario impreso e invita al niño o adolescente a escribir sus actividades
para cada bloque de una hora a lo largo del día. Los niños mayores pueden utilizar
la app de calendario o notas de sus teléfonos. Lo importante es que lleguen a un
plan claro por escrito, y que luego lo compartan con sus padres para fines de
rendición de cuentas y monitoreo.

Desarrollar las habilidades necesarias para el éxito. Es importante identificar


cualquier habilidad que el niño necesite desarrollar para llevar a cabo con éxito
sus objetivos de actividad. “Si una de las cosas que el niño necesita es terminar
sus tareas de lectura, y tiene dislexia —explica la Dra. Alexander— este niño
necesitará apoyo. Tenemos que averiguar si el libro le resulta lo suficientemente
interesante: ¿se trata de un libro adecuado a su nivel de lectura?, ¿requiere ayuda
o motivación que lo aliente a cumplir con sus tiempos de lectura?”.

Identificar motivadores. Utilizar premios puede ayudar a motivar al niño o


adolescente a mantener el comportamiento deseado. Por ejemplo, un padre
podría premiar al niño con más tiempo de pantallas si cumple con la actividad
programada.

TERAPIA DE GRUPO:

Definición: Es una dinámica grupal donde el residente expone sus problemas


o deficiencias del carácter, y propone y recibe alternativas de solución por parte de
todos los asistentes. l igual que la psicoterapia individual, la terapia de grupo es
eficaz en el tratamiento de problemas como la ansiedad, la depresión,
enfermedades crónicas o graves, los problemas sociales, los trastornos de
personalidad y traumas, entre otros. Es una técnica muy utilizada en el caso de
adicciones, fobias o trastornos de conducta alimentaria.

Las terapias grupales requieren de un primer momento de adaptación entre


los integrantes de un mismo grupo, que suele durar alrededor de 2 meses. Pasado
ese periodo inicial, se debería comenzar a sentir los cambios. Una vez se sienten
los avances, se llega al momento de consolidación, donde los integrantes del
grupo hacen un balance y son capaces de reconocer los cambios que los ayudan
en su vida cotidiana. A partir de allí, es usual que los pacientes sientan miedo de
realizar esos cambios en la realidad, sin el apoyo que implica el grupo. Por ese
motivo, en muchos casos se requiere un seguimiento por parte del terapeuta.

Objetivo:

Fortalecer la autonomía, la confianza, la Generatividad, la trascendencia y el


compromiso.
Cambiar la actitud de dependencia promoviendo la capacidad de autogestión
del individuo y proporcionándole herramientas para manejar de forma adecuada
sus conflictos.

TERAPIA DE CONFRONTACIÓN:

Es una actividad terapéutica en donde se enfrenta al residente

con las fallas incurridas por incumplimiento de normas durante el diario

vivir, y por conductas inadecuadas debidas a deficiencias de su carácter.

Objetivo:

Desarrollar la autonomía y el compromiso.

Reducir la insensibilidad.

Ejercitar el autocontrol de la irritabilidad y susceptibilidad.

Teniendo en cuenta que muchos adictos son manipuladores, esta técnica


funciona para personas que necesitan que alguien los haga personalmente
responsables de sus mentiras, minimizaciones, racionalizaciones, justificaciones y
otros mecanismos que no les permiten aceptar su condición de adictos y
rehabilitarse. Muchas veces esta terapia puede ser brutalmente honesta, lo que
puede producir como reacción que el paciente se ponga a la defensiva y crea que
se le está juzgando. Si la terapia confrontacional no es tratada con un tono de voz
persuasivo y calmado, no vamos a obtener buenos resultados.

Los terapeutas normalmente sentimos empatía por los problemas por los que
atraviesa el paciente. Pero en el caso de adicciones, cuando el paciente recae
constantemente o no cumple con las normas de conducta que se han acordado
para que no esté expuesto a situaciones de riesgo, es necesaria la terapia de
confrontación.
La terapia confrontacional trata de enfrentar al paciente con lo que está
haciendo mal y porqué es perjudicial, que es lo que tiene que cambiar
urgentemente si no quiere seguir causándose daño a sí mismo y a las personas
de su entorno que más sufren: su familia.

Sea el método o técnica que se utilice, el terapeuta debe sopesar


cuidadosamente, de acuerdo al paciente, cual es la que puede darle mejores
resultados, es decir, cual puede ser la mejor técnica para que el paciente se
rehabilite y acceda a una mejor calidad de vida.

RELATO DEL REENCUENTRO SOCIO FAMILIAR

Es un estudio en donde el Equipo Terapéutico y Técnico, revisa las


relaciones del residente con su familiar, como parte del seguimiento de la terapia
del reencuentro socio familiar.

La Terapia de reencuentro (TR) abre una nueva perspectiva de Salud,


entendida como una apertura de conciencia que permita la comprensión personal
de los procesos internos y relaciones de paz consigo mismo y con el entorno.

Este enfoque de trabajo concibe a la persona desde la integración de sus


dimensiones: corporal, emocional, mental, sexual, espiritual y social. De ahí que
en su encuadre teórico se integren las áreas de sexología Psicología y Educación,
con una perspectiva de género, clínica, educativa y comunitaria.

Una metodología creada por la Dra. Fina Sanz en 1970 que aborda los
procesos personales y sociales desde el ámbito educativo y sociocomunitario,
favoreciendo el buen trato, las relaciones de convivencia pacífica entre hombres y
mujeres, dando apoyo a las situaciones de crisis personal y creando espacios
grupales que fomentan la tolerancia y la aceptación de las diferencias como base
del enriquecimiento personal y social.
Contenidos generales que aborda la TR:

 Cuerpo, salud y enfermedad.


 Las herramientas de la salud. Escuchar, respirar, relajar
 Cuidarme, cuidar, dejarme cuidar.
 Cuerpo, dolor y placer.
 El cuerpo: memoria y lenguaje.
 Autoconocimiento para el cambio.
 La auto-percepción y la apertura de los sentidos.
 Herramientas de cuidado: la familia afectiva, los regalos y auto regalos
 El espacio personal y social
 Erotismo masculino y femenino. La globalidad y la genitalidad.
 Construcción de la identidad masculina y femenina.
 Las relaciones de poder e igualdad y de buen trato. La ayuda y la
autoayuda.
 Los modelos de vínculos en las relaciones afectivas y relaciones de
pareja.
 Amor y enamoramiento. Dar y recibir. Amor pareja y convivencia.
 Erotismo y modelos socioculturales, las fantasías.
 El encuentro erótico, seducción y el ritmo de los cuerpos.
 Los grupos de mujeres y hombres como comunidad terapéutica.
 Conflicto o diálogo entre hombres y mujeres y relaciones de paz.
 Los guiones de vida personales, familiares, de género y sociales.
 Las crisis y los cambios personales, relacionales y de pareja.
 Los laberintos de la vida cotidiana.
 El morir como proceso, el acompañamiento a enfermos y la despedida.

“El buen trato es la capacidad para reconocer en una misma y en uno mismo
la necesidad de autocuidado como parte indisociable de la dignidad personal y
que afecta a la mejora de la estima, la calidad de vida y el bienestar de la persona.
Incluye la capacidad para manifestar las propias necesidades y valorar y hacer
valer los gustos personales y las motivaciones internas. También significa
reconocer la capacidad para desarrollar la empatía que me conecte con las
necesidades de las otras personas, escuchar y ser flexible.”

Objetivo: Recoger información del residente mientras estuvo fuera del

hogar, verificando si el residente hizo buen o mal uso de la terapia socio

familiar y si cumplió con el propósito que él mismo se trazó.

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