Tema 5 - A

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0.

INTRODUCIÓN

0.1.-Agricultura de subsistencia

-Fue el tipo de agricultura que predominaba en el mundo antes de la revolución


agraria. Este tipo de agricultura se practicaba principalmente para satisfacer las
necesidades de alimentación de la familia o del grupo al que pertenecen los individuos.
En este tipo de agricultura apenas hay excedentes para la venta, tan sólo algunos
productos sirven de intercambio o trueque para obtener otros bienes de primera
necesidad.

-Las técnicas de cultivo que se practicaban en las diferentes formas de agricultura de


subsistencia son rudimentarias, las herramientas escasas, y los rendimientos son muy
bajos por unidad de superficie y mano de obra ocupada. Las plantas sufren los efectos
de las plagas, la pérdida de fertilidad de la tierra, la erosión de suelos, la alternancia de
periodos de inundaciones y sequías...Las crisis de subsistencia y las hambrunas son
frecuentes, con grandes consecuencias para la población.

-Los cultivos predominantes son el arroz en Asia, el maíz en Latinoamérica, el mijo


(cereal), el ñame (tubérculo) y la mandioca o yuca o tapioca (tubérculo) en África. La
ganaría constituye un complemento de actividad agraria siempre que es posible. En
España, antiguos cultivos de subsistencia, como el arroz en los humedales
Mediterráneos (Albufera de Valencia y delta del Ebro) y Valle del Guadalquivir, se
transformaron hace generaciones en cultivos comerciales, de carácter intensivo, muy
especializados, con rendimientos altos por elevado nivel tecnológico y la fuerte
inversión en fertilizantes y pesticidas.

- En la actualidad la agricultura de subsistencia sólo se mantiene en zonas "marginales"


y "atrasadas". Generalmente se localiza en medios físicos difíciles para la agricultura,
por sus duras condiciones climáticas o por la mala calidad de los suelos, como sucede
en zonas áridas y lluviosas tropicales. En los medios tropicales áridos, la alternancia de
periodos de lluvias intensas y de periodos de profunda sequía favorece la erosión y la
pérdida de suelo adecuado para los cultivos. En los medios de climas cálidos más
lluviosos, próximos al Ecuador, la lixiviación de los suelos y las costras lateríticas
obstaculizan la agricultura.

0.2.-Revolución agraria

-A finales del s. XVIII, en Inglaterra se inició un proceso de transformación de la


producción agraria y de las estructuras del campo, que se propagó posteriormente, a
principios del s.XIX, por Europa Occidental. Estas transformaciones permitieron
alimentar a una población entonces en fuerte expansión (revolución demográfica).
-La principal innovación técnica de la revolución agraria fue la supresión del barbecho,
que cubría la tercera parte o la mitad de las tierras dedicadas al cultivo. La
introducción de plantas forrajeras, remolacha azucarera, patata y leguminosas (cuyo
fruto es una vaina: garbanzos, lentejas, habas, etc.), en alternancia con los cereales
posibilitó incrementar la productividad mediante la supresión o, al menos, la reducción
del barbecho. Estas nuevas plantas de cultivo facilitaron la recuperación de la fertilidad
perdida por la tierra a través de las sustancias que se incorporan a los suelos, hicieron
posible la alimentación de un ganado cada vez más numeroso que dejó de ser un
simple complemento familiar o un mal menor necesario, sobre todo en el caso de los
animales de tiro, para convertirse en un elemento económico importante de la
actividad agraria y en un medio para obtener abono abundante con el que incrementar
la productividad de los campos.

-La introducción de plantas nuevas con gran capacidad alimenticia elevó la producción
agraria, salvó del hambre a parte importante de la población europea y facilitó la
ampliación de la superficie ocupada por los cereales ricos tradicionales (trigo) o
importados (el maíz). La generalización de los abonos químicos incrementó también
espectacularmente la productividad de la tierra, al tiempo que la utilización de
maquinaria para realizar las tareas agrícolas redujo la proporción de trabajadores en el
campo. Durante el s.XIX, masas de campesinos se vieron obligadas a emigrar desde los
campos europeos a las ciudades, convirtiéndose en mano de obra barata para la
primera revolución industrial y en soporte del proletariado como nueva clase social.

-La transformación de la propiedad fue otro de los motores de la revolución agrícola.


Los grandes propietarios de Inglaterra ("landlords) y de Prusia ("junkers") cercaron sus
fincas y las explotaron como empresas capitalistas y modernas dirigidas a obtener el
mayor rendimiento posible. La desamortización de los bienes de la iglesia, de la
nobleza y de los ayuntamientos sacó al mercado ingentes cantidades de tierra, facilitó
el trasvase de la propiedad a grandes, medianos y pequeños propietarios, muy
interesados por mejorar métodos y técnicas de cultivo, y así incrementar la
rentabilidad de la tierra y obtener beneficios.

-Desde finales del siglo XIX, el policultivo europeo, predominante hasta entonces como
sistema agrario que se basaba en la combinación de múltiples cultivos y en la
asociación con la ganadería para hacer frente a las epidemias de las plantas y a las
crisis de malas cosechas, empezó a ser sustituido por una agricultura muy
especializada. Los cultivos de subsistencia fueron prácticamente abandonados, se
intensificó la producción con una orientación netamente comercial y se impulsó la
ganadería, en parte para el consumo familiar, y en parte para la venta.
1.-LOS TERRITORIOS RURALES DE LOS PAÍSES DESARROLLADOS EN EL CAMBIO DE
SIGLO

1.1.-Recomposición social y reestructuración productiva

-Las últimas décadas del s. XX marcaron una clara inflexión en las tendencias de fondo
que afectan a los espacios rurales del conjunto de los países desarrollados. La más
importante, es que muchos territorios rurales de los países desarrollados están
aumentando su población. Así, del tradicional éxodo rural que ha caracterizado a la
casi totalidad de los espacios rurales de los países desarrollados desde el inicio del
proceso de industrialización, se ha pasado al "éxodo urbano". Como es sabido las
ciudades centrales vienen perdiendo población. No obstante, la novedad está ahora en
que también muchos territorios rurales, en ocasiones, muy alejados de las grandes
áreas metropolitanas, también ganan población. En ocasiones se registra únicamente
saldo migratorio positivo, pero en otros también se aprecia un crecimiento natural
positivo. Eso no significa que no existan áreas rurales que no continúen instaladas en el
círculo vicioso de la desertización. No obstante, bien es cierto que el grupo de edad 18-
25 años que vive en áreas rurales continúa mostrando preferencia por la ciudad.

-Por tanto, por primera vez durante siglos en muchos territorios definidos como
rurales se asiste desde la segunda mitad de la década de los setenta del pasado siglo
(coincidiendo con la crisis industrial, la reestructuración industrial, el postfordismo) a
una inflexión en las tendencias demográficas y a cambios notables en la estructura
social y funcional del ámbito rural. En este sentido, cabe tener presente que la
magnitud alcanzada por el proceso de la globalización y la sociedad de la información
han modificado profundamente el significado de tiempo y espacio, produciéndose un
proceso intenso de descentralización o desconcentración de las actividades
productivas en el territorio, modificando, a su vez, la estructura de los mercados de
trabajo.

-Las causas que explican estos procesos de dispersión de la población urbana al medio
rural pueden resumirse en:

1.-Una percepción positiva de "lo rural", paralela al creciente sentimiento de


malestar urbano instalado en amplios sectores de la población. Debido a la asociación
del medio rural con un medio ambiente más saludable, la tranquilidad, la
"autenticidad", la seguridad, un ambiente más sociable, solidario y próximo. En
ocasiones, se asocian a percepciones que tiene que ver más con visiones idílicas o
nostálgicas de lo "rural". Incluso se ha mercantilizado el mito rural. Sea como fuere, el
giro en torno al concepto de ruralidad ha reforzado la función residencial de los
espacios rurales (factor decisivo de atracción demográfica de muchas áreas rurales).

2.-Amplios sectores de la clase urbana manifiestan desde hace décadas interés


por residir (total o parcialmente) en zonas rurales o visitarlas de forma periódica. Al
respecto se debe tener en cuenta el incremento de nivel de vida de la población, que
ha permitido a la misma disfrutar de periodos vacacionales, por determinados sectores
sociales, y las mejoras en infraestructuras que han facilitado el acceso y la movilidad
hacia los espacios rurales.

3.-El proceso se ha acelerado porque los elementos básicos del "Estado de


Bienestar"(pensiones, sanidad, educación, servicios sociales, vivienda y protección
contra el desempleo) también se han distribuido de forma más equitativa en el
territorio. Así, por ejemplo, la nueva pobreza ha dejado de tener rostro de persona
mayor en áreas rurales, circunstancia habitual en los años 60. Ha pasado a adquirir
rostro de mujer, joven o anciano que reside en determinadas áreas de las ciudades. En
las zonas rurales la pobreza cabe ahora de forma más dramática en los nuevos
enclaves de agricultura intensiva, en mano de obra en los que se concentran bolsas de
inmigrantes, en situación legal o ilegal, a los que en ocasiones no sólo se les niega la
condición de ciudadanos, sino la de persona. Con todo, el aislamiento de algunas áreas
rurales se asocian a soledad, falta de cobertura social y contextos que favorecen la
marginación o la segregación de género.

4.-La creación de actividades no "rurales" en el medio rural, relacionadas con


nuevas demandas y las posibilidades, ante las posibilidades que ofrecen las nuevas
tecnologías de la comunicación (p.ej. el trabajo telemático).

5.-La reivindicación de los lugares, de lo local, en el nuevo contexto de


reemergencia de "identidades de resistencia", frente al sentimiento de creciente
uniformidad que genera la globalización (p.ej. la recuperación de tradiciones y
celebraciones locales y la proliferación de expresiones populares de marcado
significado cultural, que se han generalizado en toda Europa).

-Las consecuencias de todos estos procesos y estas nuevas dinámicas de


recomposición territorial pueden también sintetizarse en:

1.-Un reparto más equilibrado de la población y de la actividad productiva en el


territorio. El proceso de difusión territorial, concretado en la dispersión de la población
y en la descentralización de actividades productivas, en detrimento de las áreas
centrales, ha supuesto un reparto más equilibrado de población y actividad en el
territorio, y, por tanto, una progresiva "homogenización territorial", favorecida,
además, por la difusión de medios de comunicación y redes informáticas. Algunos
autores hablan de espacios rurales como "territorios de clases medias", incluso
algunos identifican a Estados Unidos como una "nación suburbana".

2.-Incremento de movilidad obligada y voluntaria. Lo novedoso de la situación


es que la distancia puede no ser ahora el elemento determinante; así es posible
encontrar excelentes ejemplos de repoblación y revitalización de áreas rurales alejadas
e incluso remotas y situaciones de declive o estancamiento en áreas más próximas a
núcleos urbanos importantes.

3.-Modelos de crecimiento disperso y de ocupación desordenada, y, en


ocasiones, depredadora del territorio, como consecuencia de la demanda creciente de
suelo para usos residenciales fuera de las áreas centrales y de la demanda de paisaje y
de lugares para ser visitados por parte de amplios sectores de la población. Es cierto
que estos procesos suponen nuevas oportunidades para muchos territorios, pero
igualmente ocasionen procesos irreversibles de deterioro medioambiental y pérdidas
de patrimonio cultural y ambiental, con especial intensidad en las áreas periurbanas y
litorales.

4.-"Recomposición social y económica". La llegada de nuevas poblaciones


supone la transformación de las comunidades agrícolas bastante homogéneas en las
que los agricultores son mayoritarios, en núcleos rurales compuestos por individuos
con formaciones, trayectorias profesionales y personales y valores diferentes (p.ej.
profesiones liberales, jubilados extranjeros, etc.). Estos procesos de recomposición y
de reestructuración confieren a cada territorio rural una dinámica propia,
dependiendo de su posición respecto a las zonas urbanas, de su propio capital social,
de sus recursos, de las posibilidades para beneficiarse de determinadas iniciativas
públicas y privadas y de su capacidad para ampliar sus posibilidades.

5.-Persistencia o acentuación de procesos de asimetría territorial entre


espacios rurales favorecidos por los procesos de difusión de la población y
desconcentración de la actividad productiva, y aquéllos otros en declive o
estancamiento, afectados por la continua pérdida de población y con serias
dificultades para iniciar cualquier proceso de revitalización. Por ejemplo, en España, es
muy probable que se incremente la brecha entre núcleos rurales dinámicos con
respecto a los que se encuentran en declive.

6.-Nueva geografía del poder local y los conflictos. Los territorios rurales son
ahora mucho más complejos, plurales donde confluyen actores e interés diversos:
representantes electos, agricultores mayores sin sucesión, herederos de agricultores
no residentes, pequeños propietarios agrarios, grandes propietarios, jóvenes
agricultores en activo, nuevos residentes profesionales de grado medio o superior,
obreros y empleados de la industria y los servicios, jubilados, comunidades de
extranjeros residentes con alto nivel de renta, inmigrantes sin recursos, organizaciones
en defensa de la naturaleza, colectivos culturales, …Se trata de la confrontación entre
lo “viejo” y lo “nuevo”, entre “nosotros” y “ellos”, entre clases sociales, entre
diferentes percepciones de la cultura, del territorio, de la memoria, del sentimiento de
pertenencia a un lugar… en la que no es extraño en la que los agricultores hayan
perdido la hegemonía.
7.-Pérdida creciente de significado de la tradicional dicotomía rural/urbano. La
ruralidad, entendida como construcción social indisociable del proceso de
modernización, no admite la oposición tradicional entre rural y urbano como si se
tratara de “sociedades” distintas. Lo rural, hoy debe entenderse más bien, como
unidades territoriales o funcionales, a la vez rurales y urbanas, con cierto grado de
cohesión.

1.2.-La tres Europas agrarias

-La característica predominante de la agricultura en los países desarrollados es su


extraordinaria diversidad. De la misma forma que existen diferentes agriculturas
norteamericanas, puede decirse también para el caso de Europa. En este sentido se
puede hablar de las 3 Europas agrarias:

1) El modelo unifamiliar de la Europa del Norte, bien dimensionada económicamente y


superficialmente, en el que predominan las formas de agricultura familiar muy
profesional y con altos rendimientos. El reto fundamental está en ver cómo hacer
conciliables agricultura, territorio, medio ambiente, consumo y sociedad, en un
contexto en el que las prácticas agrarias son cada vez más “contestadas” por la
sociedad.

2) La agricultura de Europa del Sur, en parte productiva y en parte aislada, sometida a


un inacabado proceso de ajuste y modernización, en la que junto a la existencia de
grandes explotaciones extensivas y enclaves de agricultura intensiva, los rasgos
dominantes son la existencias de explotaciones pequeñas y muy pequeñas (2/3 tiene
menos de 5 hectáreas). Además, los titulares de las explotaciones suelen tener más de
55 años (un 60% de los casos) y sin sucesión asegurada (problema de relevo
generacional), bajos rendimientos, menor grado de profesionalización y una notable
presencia de trabajo a tiempo parcial. El problema fundamental reside en su viabilidad
a largo plazo, y en cómo abordar procesos de reestructuración que supondrá la
reducción masiva de “micro” explotaciones de dimensión económica inviable, y, en su
caso, de adaptación de otras a la nueva situación.

3) Las agriculturas de los países de la Europa Central y Oriental, en plena transición,


ahora obligadas a “homologarse”, tras su incorporación como nuevos estados
miembros de Europa, tras un dominio comunista de casi medio siglo. Está obligado a
desandar un camino por el que ha transitado más de 50 años, largo y duro camino de
normalización jurídico-política, modernización y ajuste, y de introducción de prácticas
más sostenibles y seguras.

-Por tanto, diferentes agriculturas, con dinámicas en ocasiones contradictorias, con


retos e incertidumbres diferentes en cada caso, que aconseja la necesidad de hacer
análisis desde la escala subregional para aprehender las diversas ruralidades y los
diferentes “contextos agrarios” existentes.
1.3.-Los grandes cambios producidos en los países desarrollados desde la época de
los 80 del s. XX

-Durante la década de los 80 del s. XX se han producido grandes cambios en la


agricultura de los países desarrollados: 1) Una separación creciente entre lo agrario y
lo rural; 2) La fractura entre agricultura y medio ambiente; 3) Ruptura entre agricultura
y explotación familiar; 4) Ruptura entre agricultura y territorio.

3) Ruptura entre agricultura y explotación familiar:

-La población agrícola sigue reduciéndose en toda la Unión Europea y el número de


explotaciones disminuye de forma muy significativa durante las últimas décadas.

-El modelo tradicional de explotación ha dado paso a un nuevo proceso en el que el


grupo familiar se desvincula del trabajo en la explotación. Así, al frente de la
explotación queda un titular que de forma creciente recurre al trabajo asalariado.
También, cada vez es más frecuente que los cónyuges tengan una fuente externa de
ingresos, y se constata que los padres, por razones sociales, anteponen la movilidad
ocupacional de los hijos a la propia sucesión. Así ¿Cómo se garantiza el futuro relevo
generacional?

4) Ruptura entre agricultura y territorio:

-La producción agraria y ganadera cada vez se ha desvinculado más del territorio
concreto. De hecho, la producción tiende a concentrarse y, de otro lado, en
determinados lugares las explotaciones se especializan recurriendo a la utilización
creciente de “in-puts”.

-En este proceso de concentración y especialización crecientes, el territorio cada vez


cuenta menos para mantener incluso aumentar los niveles de producción de
alimentos; cada vez irrumpen con más fuerza sociedades y grupos empresariales que
gestionan tierras distribuidas en lugares muy distintos, y se encomiendan más trabajos
a empresas de servicios ajenas a la explotación.

1.4.-Políticas agrarias europeas: desde la Política Agraria Común (PAC) hacia la


Política Agraria, Agroambiental y Rural Común (PAARC)

-La Política Agraria Comunitaria (PAC) ha sido, y todavía sigue siendo, la política
comunitaria con mayor dotación presupuestaria. No obstante, ha experimentado una
ligera disminución de su peso relativo en términos financieros, y una progresiva
reorientación. Esto es, desde una política de precios que ponía el acento en lo
“agrario”, a otra más orientada al “desarrollo rural”. Estos cambios responden a que el
desarrollo rural se concibe ahora con un enfoque más integrador, basado en la
ordenación territorial, la diversificación económica y el mantenimiento de un tejido
social y económico que permitiera la conservación del patrimonio natural y cultural.
-La importancia de estas políticas agrarias residen en: las especiales características de
la oferta y la demanda de productos agrarios que interactúan en mercados
desajustados e inestables; la importancia estratégica de la producción de alimentos; y
la relevancia social y política de los agricultores (la agricultura debe entenderse como
un sector estratégico en tanto que es necesaria para la producción de alimentos
necesarios para la humanidad).

-La PAC pretendían cubrir en Europa dos aspectos: garantizar la seguridad alimentaria
del conjunto de la población y conservar el territorio. Si bien el primero de los mismos
se ha cubierto (con claro beneficio de la agricultura “continental” frente a la
“mediterránea”), en el contexto post-productivista, los objetivos deben ser: 1)
conservar vivo el territorio y con él la memoria colectiva, aunque la producción no
tenga como destino prioritario el mercado; 2) producir de forma más saludable; 3)
mantener los niveles de producción necesarios, pero garantizando que la explotación
de recursos responde a criterios de “sostenibilidad”. Para la consecución de estos
nuevos objetivos debe producirse un profundo “giro cultural y territorial”. La PAC
tradicional, debe ir orientándose gradualmente hacia una Política Agraria,
Agroambiental y Rural Común (PAARC), que refuerce tanto el desarrollo rural como la
dimensión territorial de las políticas agrarias europeas.

1.5.-Agricultura, territorio y medio ambiente. Un diálogo difícil.

-El final de la década de los ochenta marca un cambio con el modelo productivista en
muchos países industrializados. Los procesos de modernización y especialización de la
agricultura de una parte, y, de otra, los procesos de recomposición social, junto con la
nueva cultura territorial, ligada al proceso de globalización y sus consecuencias, no
sólo ha contribuido a difuminar los límites entre lo rural y lo urbano, sino que ha hecho
posible que en los territorios de clara vocación rural hayan aparecido nuevo actores
sociales con una visión distinta en torno al impacto ambiental de la agricultura.
Ciertamente, a los espacios rurales han llegado nuevos residentes de las clases medias
urbanas, que ya no sitúan el aumento de la producción de alimentos como prioridad,
sino que aprecian más otros valores “pos-materiales” (sus prioridades son ahora
calidad y belleza paisajísticas, tranquilidad, contacto con la naturaleza, calidad de
alimentos y seguridad alimentaria).

-También desde las instituciones se ha puesto en marcha medidas “pos-


productivistas”, orientadas a extensificar la producción (favorecer las producción
extensiva) y a reducir los niveles de contaminación, animados por la necesidad de
reducir excedentes, de controlar el gasto público en la agricultura y de atender
demandas crecientes de mayor control de los efectos perniciosos provocados por la
actividad agropecuaria.
-Con todo, los avances producidos en ese sentido han sido modestos. Ciertamente,
aunque las nuevas demandas de producir de otra manera y de proteger y preservar los
recursos renovables y no renovables, reclamados por un sector significativo de la
sociedad europea (especialmente en el norte de Europa, donde la concienciación
ambiental tiene mayor tradición), no hayan encontrado serias resistencias por el
denominado “bloque agrario”, incluso allí donde parece más claro el cambio de la
opinión pública a favor del mayor control de la contaminación agrícola y ganadera (el
“bloque agrario” ha sido políticamente hegemónico en todos los países
industrializados hasta finales de los 80 del s. XX), no se han logrado grandes avances.

-Gran parte del espacio rural europeo se haya ido “homogenizando” progresivamente.
Esto es particularmente visible en regiones fuertemente urbanizadas con alta densidad
demográfica del norte de Europa y en los espacios periurbanos y litorales de la Europa
mediterránea. Ello responde a que el núcleo fundamental de la actividad agraria ha
respondido y responde a patrones de agricultura y ganaderías industriales
(especialmente en los países del Sur de Europa: Portugal, España, Italia o Grecia),
generando importantes impactos ambientales, atribuidos al complejo agroquímico y
las crecientes demandas urbanas. Por eso se mantienen o se incrementan los niveles
de contaminación. Así, la mayor parte de las iniciativas, tal vez con la excepción de
Holanda y, en menor grado, del Reino Unido, Dinamarca, Flandes y algunos Länder
alemanes y regiones francesas, se ha concentrado “en los márgenes de la agricultura
productiva”. Es más fácil y mucho menos conflictivo alcanzar compromisos y conseguir
la aceptación de los agricultores de las zonas periféricas que en áreas de agricultura y
ganadería intensivas, que es donde se localizan los grandes problemas
medioambientales. La PAC participa de esa gran contradicción, pues continúa
destinando mayores recursos, vía compensación, a las áreas de agricultura intensiva y
de regadío que a las tierras de secano.

1.6.-El futuro de los territorios rurales. Del espacio rural a la cultura local.

-Desde hace unos años ha existido una emergencia de la escala local (aprovechando
los recursos endógenos, p.ej. con la extensión de las agencias de desarrollo local, o lo
grupos de desarrollo rural comarcales de Andalucía ) y el reforzamiento de pertenencia
a lugares, con una repolitización, traducida en nuevos procesos de participación de los
agentes y actores locales en el diseño de las políticas, como también un cambio de
enfoque, menos sectorial y más integral o comprehensivo, más “territorial”.

-Este nuevo enfoque queda reflejado en acciones que se integran en la iniciativa


comunitaria LEADER+. A través de la misma se incentiva la participación de los
diferentes actores presentes en el territorio desde la escala local, para fomentar la
puesta en marcha de iniciativas de desarrollo rural en todos los territorios rurales a
partir de 3 acciones: 1) apoyo a estrategias integradas de desarrollo territorial basadas
en enfoques bottom-up (enfoque de abajo hacia arriba), en contraposición a los
desfasados métodos tecnocráticos, “top-down” (de arriba hacia abajo); 2) apoyo a la
cooperación entre territorios rurales; 3) ayuda a la creación de redes: en un mundo
globalizado e interdependiente, con múltiples interacciones, entre los diferentes
niveles escalares (territorio-red), el predominio de las decisiones de los actores locales
sobre cualesquiera otras (principio de subsidiariedad) es lo que define un proceso de
desarrollo local.

2.-LOS TERRITORIOS RURALES DE LOS PAÍSES POBRES EN EL CAMBIO DE SIGLO

2.1. Agricultura y espacios rurales en los países pobres

-A comienzos del s.XXI en torno a la mitad de la población sigue viviendo en zonas


rurales. Unos 900 millones siguen viviendo en las regiones rurales más pobres del
planeta y en algunas de ellas más del 80% de la población sigue teniendo en la
agricultura el único medio de subsistencia. La pobreza, y especialmente la pobreza
extrema, siguen concentrándose en zonas rurales.

-También en los países pobres los espacios rurales son diversos y plurales. Con todo,
predominan 2 rasgos básicos: 1) La existencia de estructuras sociales y económicas
resultado de un proceso histórico marcado por la dominación, la explotación de
recursos, el expolio, la tutela, la modernización selectiva y la orientación de
producciones hacia el exterior; 2) La existencia de unos niveles de desigualdad y
pobreza que continúa aumentando.

-El horizonte vital para la mayoría de la población que vive en zonas rurales de los
países pobres está marcado por la incertidumbre, la inseguridad, la impotencia y la
desesperanza. La pobreza, la miseria, el hambre, la humillación, la pérdida de dignidad
o la violencia de género, son cotidianas.

-Según la FAO, de los millones de personas que mueren cada año como consecuencia
del hambre, pocos lo hacen por causa de hambrunas o crisis extraordinarias: la
mayoría mueren como consecuencia del hambre crónica y la malnutrición.

-Se puede hablar de la gran paradoja a la que se enfrenta el mundo en el s.XXI: existe
potencial y capacidad sobrada para satisfacer las necesidades de la población que vive
en los países pobres, y, sin embargo, la mayor parte de esa población no tiene
garantizada la seguridad alimentaria. El problema del hambre no tiene que ver con el
hecho de que no haya suficiente producción de alimentos o capacidad para
producirlos, sino con que mucha población no puede acceder a ellos.

2.2. Pobreza rural e inseguridad alimentaria

-Cuando se les pregunta a los afectados, expresan una situación de carácter


multidimensional, tanto de las causas como de las consecuencias de la pobreza. No se
trata solamente de carecer de ingresos, sino no tener una vida digna, no disponer de
servicios básicos, no poder ser tratado en caso de enfermedad, no poder asistir a la
escuela, sufrir violencia institucional o de padecer segregación de género.

-Los que sufren pobreza la resumen en estas ideas : 1) Los esencial es siempre el
hambre y la falta de alimentos; 2) La pobreza también tiene dimensiones psicológicas
importantes como la impotencia, la dependencia, la vergüenza y la humillación; 3) las
personas pobres carecen de acceso a infraestructura básica (especialmente carreteras,
transporte y agua); 4) Dan opiniones dispares sobre la importancia y la prioridad al
respecto de la educación; 5) Se teme al mal estado de salud y la enfermedad, pues es
vista como una imposibilidad para afrontar costos y además marca la existencia de un
periodo durante la enfermedad de ausencia de ingresos; 6) La vulnerabilidad tiene una
clara dimensión de género.

2.3. El Estado “ausente”

-La presencia y la capacidad demostrada por el Estado en los países pobres nunca ha
sido muy notable. Pues son Estados pobres fuertemente marcados por la huella de una
larga historia de colonización.

-A este aspecto negativo debe añadirse el efecto negativo ocasionado por las
orientaciones de inspiración neoliberal de las pasadas décadas tendentes a reducir la
presencia del Estado y a recortar recursos destinados a desarrollar políticas públicas.
Las áreas rurales han sido particularmente afectadas por estos procesos y, como
consecuencia, los pobres y los grupos más vulnerables también han visto reducida la
ayuda y las oportunidades durante las dos últimas décadas. A ello se suma los recortes
de las dos últimas décadas como consecuencia de los programas de ajuste estructural
impuestos por el Fondo Monetario Internacional, ello ha determinado que los Estados
hayan reducido su presencia aún más.

-Las propias reglas del comercio internacional fijan precios y reservan cláusulas de
excepción y de protección, a favor de los países ricos, es especial en materia de
agricultura, reduciendo las posibilidades, vía exportación, desde los países pobres.

-Incluso los recursos canalizados desde los países ricos a través de los programas de
ayuda oficial y alimentaria han disminuido la pasada década.

-A ello se une la evolución seguida en la mayor parte de los países pobres, con la
emergencia de élites locales corruptas que hacen ilegítimo el uso de las instituciones y
de los recursos disponibles. Se presenta así un panorama completo de obstáculos
(internos y externos) a los que se enfrentan estos países para superar su situación de
pobreza, afectando principalmente a la población más vulnerable.

-Sin embargo, podemos decir, que el papel del Estado es fundamental e insustituible
para el desarrollo y programas encaminados a la reducción de la pobreza en los estos
países. Este papel del Estado debería enfocarse a: 1) La equidad y el pleno ejercicio de
derechos básicos de ciudadanía; 2) otras más directamente vinculadas al acceso a la
tierra y a la actividad agraria; 3) la diversificación de la actividad económica en las
áreas rurales.

-Los ámbitos de actuación, por las deficiencias existentes, por parte del Estado, deben
superar: 1) Falta de instalaciones locales y comarcales de asistencia sanitaria o
imposibilidad de obtener tratamiento médico debido al coste del mismo, distancia de
las instalaciones o coste exorbitante del mismo; 2) Servicios educativos inaccesibles,
inasequibles o inexistentes; 3) malas comunicaciones y deficientes sistemas de
transporte; 4) mala calidad o inexistencia de agua potable y de sistemas de
depuración; 5) Recursos insuficientes para acometer procesos de reparto de tierras allí
donde existe algún tipo de reforma agraria en curso; 6) Ausencia de crédito oficial; 7)
Escasa protección por parte de la policía y otros funcionarios públicos.

-La salud incorpora además una dimensión dramática y muy reveladora de la asimetría
de las relaciones Norte/Sur y de la escasa presencia del Estado. Existen enfermedades
que afectan a los pobres por el único hecho de serlo y no porque no existan remedios
para atajarlas. Enfermedades hace tiempo erradicadas en los países desarrollados que
siguen siendo causa de mortalidad en estos países, singularmente en las zonas rurales
(p.ej. malaria, neumonía, etc.). Además de la plaga del SIDA, especialmente en el África
subsahariana (ver: http://www.zonu.com/images/0X0/2009-11-19-11211/Infectados-
por-el-VIHSIDA-en-el-Mundo-1990-2008.jpg).

-El espacio de solidaridad que abandona o no llegan a cubrir el Estado es ocupado de


forma parcial, fragmentaria y voluntarista por ONGs, iglesias, redes informales de
apoyo, iniciativas de base comunitaria y la familia. Por ello la población pobre valora
más estas acciones que al propio Estado.

2.4. La difícil situación de la mujer

-Desde el punto de vista económico, la mujer ocupa una posición central en las zonas
rurales de los países pobres. Sin embargo, ese proceso de creciente feminización de la
agricultura no ha servido para mejorar su posición ni en el seno de la comunidad rural
ni en la propia familia. De hecho, uno de los rasgos que más destacan las
organizaciones y los propios afectados es el elevado grado de violencia del género y de
marginación que sufren, tanto en el espacio público como en el privado.

-A ello hay que añadir la falta de reconocimiento institucional de sus derechos civiles y
la prevalencia de contextos culturales y religiosos muy desfavorables para las mujeres.

-En las últimas décadas, el número de mujeres que trabajan en la agricultura sigue
siendo muy elevado en los países pobres, y la mayor parte de la fuerza de trabajo
femenina se dedica a la agricultura: en muchas comunidades rurales las mujeres se
encargan de la mayor parte de las tareas agrícolas, reservándose a los hombres
algunas específicas, como la ganadería.

-Además, en muchas comunidades existen una clara división entre el ámbito rural
tradicional y de subsistencia, cuya responsabilidad corresponde a las mujeres;
mientras que en las áreas de agricultura comercial, se emplean asalariados o se
ocupan los hombres.

-Por eso en muchas zonas no sería exagerado hablar de agricultoras en lugar de


agricultores, puesto que son las mujeres las más directamente implicadas en la
producción de productos básicos para la alimentación. El extremo lo encontraríamos
en aquellas comunidades agrarias en las que los hombres emigran de forma masiva
dejando toda la responsabilidad en manos de las mujeres. Por ejemplo, cerca de un
1/3 de las familias rurales del África subsahariana están encabezadas por mujeres. En
Asia, África o en América Latina existen numerosos ejemplos de pueblos en los que
prácticamente sólo existen mujeres, niños y ancianos.

-Además, el trabajo de las mujeres y las niñas en la agricultura no es más que una
parte del trabajo diario. También se ocupan de acarrear agua, de recoger leña, de
preparar la comida y de atender al resto de la familia. Largas jornadas de 15 a 18 horas
no son la excepción para muchas mujeres en las zonas rurales de los países pobres.

-A todo ello se une un nivel muy elevado de violencia del género: (1) en la esfera
doméstica, donde persiste el maltrato y el abuso (muchas veces la comunidad ni
siquiera denuncia estos casos); (2) la discriminación por razón de sexo y violencia de
género también se manifiesta en la esfera pública (p.ej. el marco jurídico muchas veces
no le reconoce derechos; también la existencia de contextos y normas culturales
marcadamente desfavorables para la mujer. Los grupos más propensos a sufrir
situaciones de exclusión social e inseguridad son las mujeres divorciadas, las viudas o
las mujeres que han padecido violaciones.

2.4. La huella de la historia y los condicionantes del presente

-Sería imposible entender muchos problemas y de los condicionantes -también de las


oportunidades actuales- en las áreas rurales de los países pobres sin tener en cuenta la
historia. El desigual reparto de la tierra, uno de los mayores obstáculos para garantizar
los procesos de crecimiento incluyente, asienta sus raíces en un largo proceso de
conquista, expropiación y reparto del territorio entre grupos privilegiados.

-La historia de las colonias, la conquista de las nuevas fronteras y el reparto de


continentes durante la etapa imperialista, son los hitos fundamentales. La
consecuencia sería la consolidación de estructuras socio-económicas y de poder que
han marcado la evolución de esos territorios no solamente mientras fuero colonias,
sino incluso después de convertirse en Estados independientes, ya fuera en la primera
mitad del siglo XIX, como en el caso de América Latina, ya fuera en la década de los 60
del s.XX en el caso de África y en parte de Asia.

-En el caso de América Latina, la práctica histórica de expropiar tierras a comunidades


indígenas, el impacto de las desamortizaciones liberales del s.XIX, la privatización de
grandes extensiones casi vacías y la introducción de capital extranjero vinculado a la
agricultura de plantación, fueron los momentos decisivos en la consolidación de las
estructuras de la tierra más desiguales del planeta.

-La historia moderna y contemporánea del África subsahariana también muestra de


forma clara la influencia de la políticas decididas por otros en los actuales niveles de
pobreza actual. Las secuelas del tráfico de esclavos y del modelo de colonización,
basado en la expropiación de tierras y en el desplazamiento forzoso y el
reasentamiento masivo de comunidades indígenas en tierras de peor calidad, son
visibles en la actualidad. La economía colonial sentó las bases de un modelo que alteró
completamente las estructuras tradicionales, determinando la situación actual de las
dos agriculturas existentes, y afectando muy negativamente la situación de un
campesinado que en su mayor parte vive en la precariedad y en la miseria.

-La desigualdad en el reparto de la tierra en el África subsahariana es hoy la causa más


evidente de la pobreza y la manifestación concreta de un dualismo característico del
sector agrícola en muchos países de la región, y que no ha sido alterado en lo
sustancial con la independencia (reparto con saldo muy beneficioso para colonos
blancos).

-En la África subsahariana, el resultado ha sido la existencia de una agricultura


comercial orientada a la exportación, con explotaciones de grandes o muy grandes
dimensiones situadas en las tierras de mayor potencial; y, de otro, diversas formas de
agricultura comunal o campesina en la que hombres y mujeres trabajan en
explotaciones con una extensión medias entre 0,25-5 has, de las que en muchos casos
no son propietarios privados de la tierra, y normalmente las tierras se sitúan en zonas
de peor calidad o en espacios más áridos.

2.5. Modernización selectiva y crecimiento excluyente

-Los países pobres han experimentando un proceso continuo, aunque desigual, de


modernización, mantenido durante décadas, con los siguientes patrones: 1)
ampliación e intensificación de las superficies cultivadas; 2) creciente integración de la
agricultura de exportación en los mercados mundiales, la consolidación de grandes
empresas internacionales, en la que se han incorporado grandes empresas nacionales ;
3) sectores de la agricultura familiar, recurriendo a la financiación externa y a la
integración en complejos agro-exportadores, también han participado del proceso de
modernización.
-No obstante, la mayor parte de la población de los países pobres no se ha beneficiado
de este proceso de modernización. La mayor parte de la población continúa formando
parte del llamado sector tradicional, la mayoría de la población no dispone de tierra
propia, no dispone de tierra suficiente, ha sido asentada en tierras de mala calidad, o
vive de forma precaria en espacios marginales o frágiles.

-Además de esa dimensión social de los procesos de crecimiento excluyente, ofrecen


una dimensión ambiental no menos importante y a la vez íntimamente ligada a la
pobreza rural. Así, las décadas pasadas y en el presente han venido marcado por la
proliferación de reuniones y acuerdos nacionales e internacionales en los que la
preocupación principal era la dimensión internacional de los efectos ambientales
provocados por la deforestación masiva de los espacios tropicales. De la explotación
masiva de esos recursos finitos (con efectos que trascienden en pérdidas de especies
animales y vegetales, pérdida de suelo y problemas de erosión, daños irreversibles en
el suelo, reducción de posibilidades de obtener alimentos y madera para las
sociedades campesinas, etc.) depende el bienestar o la pura subsistencia de
centenares de millones de personas atapados en el ciclo de la pobreza; las cargas de
deuda externa que tienen que afrontar estos países, dado el control internacional de
los productos alimentarios por parte de los países ricos, la exportación desde estos
países de materias primas, ya que ésta les genera mayores ingresos económicos.

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