Tema 5 - A
Tema 5 - A
Tema 5 - A
INTRODUCIÓN
0.1.-Agricultura de subsistencia
0.2.-Revolución agraria
-La introducción de plantas nuevas con gran capacidad alimenticia elevó la producción
agraria, salvó del hambre a parte importante de la población europea y facilitó la
ampliación de la superficie ocupada por los cereales ricos tradicionales (trigo) o
importados (el maíz). La generalización de los abonos químicos incrementó también
espectacularmente la productividad de la tierra, al tiempo que la utilización de
maquinaria para realizar las tareas agrícolas redujo la proporción de trabajadores en el
campo. Durante el s.XIX, masas de campesinos se vieron obligadas a emigrar desde los
campos europeos a las ciudades, convirtiéndose en mano de obra barata para la
primera revolución industrial y en soporte del proletariado como nueva clase social.
-Desde finales del siglo XIX, el policultivo europeo, predominante hasta entonces como
sistema agrario que se basaba en la combinación de múltiples cultivos y en la
asociación con la ganadería para hacer frente a las epidemias de las plantas y a las
crisis de malas cosechas, empezó a ser sustituido por una agricultura muy
especializada. Los cultivos de subsistencia fueron prácticamente abandonados, se
intensificó la producción con una orientación netamente comercial y se impulsó la
ganadería, en parte para el consumo familiar, y en parte para la venta.
1.-LOS TERRITORIOS RURALES DE LOS PAÍSES DESARROLLADOS EN EL CAMBIO DE
SIGLO
-Las últimas décadas del s. XX marcaron una clara inflexión en las tendencias de fondo
que afectan a los espacios rurales del conjunto de los países desarrollados. La más
importante, es que muchos territorios rurales de los países desarrollados están
aumentando su población. Así, del tradicional éxodo rural que ha caracterizado a la
casi totalidad de los espacios rurales de los países desarrollados desde el inicio del
proceso de industrialización, se ha pasado al "éxodo urbano". Como es sabido las
ciudades centrales vienen perdiendo población. No obstante, la novedad está ahora en
que también muchos territorios rurales, en ocasiones, muy alejados de las grandes
áreas metropolitanas, también ganan población. En ocasiones se registra únicamente
saldo migratorio positivo, pero en otros también se aprecia un crecimiento natural
positivo. Eso no significa que no existan áreas rurales que no continúen instaladas en el
círculo vicioso de la desertización. No obstante, bien es cierto que el grupo de edad 18-
25 años que vive en áreas rurales continúa mostrando preferencia por la ciudad.
-Por tanto, por primera vez durante siglos en muchos territorios definidos como
rurales se asiste desde la segunda mitad de la década de los setenta del pasado siglo
(coincidiendo con la crisis industrial, la reestructuración industrial, el postfordismo) a
una inflexión en las tendencias demográficas y a cambios notables en la estructura
social y funcional del ámbito rural. En este sentido, cabe tener presente que la
magnitud alcanzada por el proceso de la globalización y la sociedad de la información
han modificado profundamente el significado de tiempo y espacio, produciéndose un
proceso intenso de descentralización o desconcentración de las actividades
productivas en el territorio, modificando, a su vez, la estructura de los mercados de
trabajo.
-Las causas que explican estos procesos de dispersión de la población urbana al medio
rural pueden resumirse en:
6.-Nueva geografía del poder local y los conflictos. Los territorios rurales son
ahora mucho más complejos, plurales donde confluyen actores e interés diversos:
representantes electos, agricultores mayores sin sucesión, herederos de agricultores
no residentes, pequeños propietarios agrarios, grandes propietarios, jóvenes
agricultores en activo, nuevos residentes profesionales de grado medio o superior,
obreros y empleados de la industria y los servicios, jubilados, comunidades de
extranjeros residentes con alto nivel de renta, inmigrantes sin recursos, organizaciones
en defensa de la naturaleza, colectivos culturales, …Se trata de la confrontación entre
lo “viejo” y lo “nuevo”, entre “nosotros” y “ellos”, entre clases sociales, entre
diferentes percepciones de la cultura, del territorio, de la memoria, del sentimiento de
pertenencia a un lugar… en la que no es extraño en la que los agricultores hayan
perdido la hegemonía.
7.-Pérdida creciente de significado de la tradicional dicotomía rural/urbano. La
ruralidad, entendida como construcción social indisociable del proceso de
modernización, no admite la oposición tradicional entre rural y urbano como si se
tratara de “sociedades” distintas. Lo rural, hoy debe entenderse más bien, como
unidades territoriales o funcionales, a la vez rurales y urbanas, con cierto grado de
cohesión.
-La producción agraria y ganadera cada vez se ha desvinculado más del territorio
concreto. De hecho, la producción tiende a concentrarse y, de otro lado, en
determinados lugares las explotaciones se especializan recurriendo a la utilización
creciente de “in-puts”.
-La Política Agraria Comunitaria (PAC) ha sido, y todavía sigue siendo, la política
comunitaria con mayor dotación presupuestaria. No obstante, ha experimentado una
ligera disminución de su peso relativo en términos financieros, y una progresiva
reorientación. Esto es, desde una política de precios que ponía el acento en lo
“agrario”, a otra más orientada al “desarrollo rural”. Estos cambios responden a que el
desarrollo rural se concibe ahora con un enfoque más integrador, basado en la
ordenación territorial, la diversificación económica y el mantenimiento de un tejido
social y económico que permitiera la conservación del patrimonio natural y cultural.
-La importancia de estas políticas agrarias residen en: las especiales características de
la oferta y la demanda de productos agrarios que interactúan en mercados
desajustados e inestables; la importancia estratégica de la producción de alimentos; y
la relevancia social y política de los agricultores (la agricultura debe entenderse como
un sector estratégico en tanto que es necesaria para la producción de alimentos
necesarios para la humanidad).
-La PAC pretendían cubrir en Europa dos aspectos: garantizar la seguridad alimentaria
del conjunto de la población y conservar el territorio. Si bien el primero de los mismos
se ha cubierto (con claro beneficio de la agricultura “continental” frente a la
“mediterránea”), en el contexto post-productivista, los objetivos deben ser: 1)
conservar vivo el territorio y con él la memoria colectiva, aunque la producción no
tenga como destino prioritario el mercado; 2) producir de forma más saludable; 3)
mantener los niveles de producción necesarios, pero garantizando que la explotación
de recursos responde a criterios de “sostenibilidad”. Para la consecución de estos
nuevos objetivos debe producirse un profundo “giro cultural y territorial”. La PAC
tradicional, debe ir orientándose gradualmente hacia una Política Agraria,
Agroambiental y Rural Común (PAARC), que refuerce tanto el desarrollo rural como la
dimensión territorial de las políticas agrarias europeas.
-El final de la década de los ochenta marca un cambio con el modelo productivista en
muchos países industrializados. Los procesos de modernización y especialización de la
agricultura de una parte, y, de otra, los procesos de recomposición social, junto con la
nueva cultura territorial, ligada al proceso de globalización y sus consecuencias, no
sólo ha contribuido a difuminar los límites entre lo rural y lo urbano, sino que ha hecho
posible que en los territorios de clara vocación rural hayan aparecido nuevo actores
sociales con una visión distinta en torno al impacto ambiental de la agricultura.
Ciertamente, a los espacios rurales han llegado nuevos residentes de las clases medias
urbanas, que ya no sitúan el aumento de la producción de alimentos como prioridad,
sino que aprecian más otros valores “pos-materiales” (sus prioridades son ahora
calidad y belleza paisajísticas, tranquilidad, contacto con la naturaleza, calidad de
alimentos y seguridad alimentaria).
-Gran parte del espacio rural europeo se haya ido “homogenizando” progresivamente.
Esto es particularmente visible en regiones fuertemente urbanizadas con alta densidad
demográfica del norte de Europa y en los espacios periurbanos y litorales de la Europa
mediterránea. Ello responde a que el núcleo fundamental de la actividad agraria ha
respondido y responde a patrones de agricultura y ganaderías industriales
(especialmente en los países del Sur de Europa: Portugal, España, Italia o Grecia),
generando importantes impactos ambientales, atribuidos al complejo agroquímico y
las crecientes demandas urbanas. Por eso se mantienen o se incrementan los niveles
de contaminación. Así, la mayor parte de las iniciativas, tal vez con la excepción de
Holanda y, en menor grado, del Reino Unido, Dinamarca, Flandes y algunos Länder
alemanes y regiones francesas, se ha concentrado “en los márgenes de la agricultura
productiva”. Es más fácil y mucho menos conflictivo alcanzar compromisos y conseguir
la aceptación de los agricultores de las zonas periféricas que en áreas de agricultura y
ganadería intensivas, que es donde se localizan los grandes problemas
medioambientales. La PAC participa de esa gran contradicción, pues continúa
destinando mayores recursos, vía compensación, a las áreas de agricultura intensiva y
de regadío que a las tierras de secano.
1.6.-El futuro de los territorios rurales. Del espacio rural a la cultura local.
-Desde hace unos años ha existido una emergencia de la escala local (aprovechando
los recursos endógenos, p.ej. con la extensión de las agencias de desarrollo local, o lo
grupos de desarrollo rural comarcales de Andalucía ) y el reforzamiento de pertenencia
a lugares, con una repolitización, traducida en nuevos procesos de participación de los
agentes y actores locales en el diseño de las políticas, como también un cambio de
enfoque, menos sectorial y más integral o comprehensivo, más “territorial”.
-También en los países pobres los espacios rurales son diversos y plurales. Con todo,
predominan 2 rasgos básicos: 1) La existencia de estructuras sociales y económicas
resultado de un proceso histórico marcado por la dominación, la explotación de
recursos, el expolio, la tutela, la modernización selectiva y la orientación de
producciones hacia el exterior; 2) La existencia de unos niveles de desigualdad y
pobreza que continúa aumentando.
-El horizonte vital para la mayoría de la población que vive en zonas rurales de los
países pobres está marcado por la incertidumbre, la inseguridad, la impotencia y la
desesperanza. La pobreza, la miseria, el hambre, la humillación, la pérdida de dignidad
o la violencia de género, son cotidianas.
-Según la FAO, de los millones de personas que mueren cada año como consecuencia
del hambre, pocos lo hacen por causa de hambrunas o crisis extraordinarias: la
mayoría mueren como consecuencia del hambre crónica y la malnutrición.
-Se puede hablar de la gran paradoja a la que se enfrenta el mundo en el s.XXI: existe
potencial y capacidad sobrada para satisfacer las necesidades de la población que vive
en los países pobres, y, sin embargo, la mayor parte de esa población no tiene
garantizada la seguridad alimentaria. El problema del hambre no tiene que ver con el
hecho de que no haya suficiente producción de alimentos o capacidad para
producirlos, sino con que mucha población no puede acceder a ellos.
-Los que sufren pobreza la resumen en estas ideas : 1) Los esencial es siempre el
hambre y la falta de alimentos; 2) La pobreza también tiene dimensiones psicológicas
importantes como la impotencia, la dependencia, la vergüenza y la humillación; 3) las
personas pobres carecen de acceso a infraestructura básica (especialmente carreteras,
transporte y agua); 4) Dan opiniones dispares sobre la importancia y la prioridad al
respecto de la educación; 5) Se teme al mal estado de salud y la enfermedad, pues es
vista como una imposibilidad para afrontar costos y además marca la existencia de un
periodo durante la enfermedad de ausencia de ingresos; 6) La vulnerabilidad tiene una
clara dimensión de género.
-La presencia y la capacidad demostrada por el Estado en los países pobres nunca ha
sido muy notable. Pues son Estados pobres fuertemente marcados por la huella de una
larga historia de colonización.
-A este aspecto negativo debe añadirse el efecto negativo ocasionado por las
orientaciones de inspiración neoliberal de las pasadas décadas tendentes a reducir la
presencia del Estado y a recortar recursos destinados a desarrollar políticas públicas.
Las áreas rurales han sido particularmente afectadas por estos procesos y, como
consecuencia, los pobres y los grupos más vulnerables también han visto reducida la
ayuda y las oportunidades durante las dos últimas décadas. A ello se suma los recortes
de las dos últimas décadas como consecuencia de los programas de ajuste estructural
impuestos por el Fondo Monetario Internacional, ello ha determinado que los Estados
hayan reducido su presencia aún más.
-Las propias reglas del comercio internacional fijan precios y reservan cláusulas de
excepción y de protección, a favor de los países ricos, es especial en materia de
agricultura, reduciendo las posibilidades, vía exportación, desde los países pobres.
-Incluso los recursos canalizados desde los países ricos a través de los programas de
ayuda oficial y alimentaria han disminuido la pasada década.
-A ello se une la evolución seguida en la mayor parte de los países pobres, con la
emergencia de élites locales corruptas que hacen ilegítimo el uso de las instituciones y
de los recursos disponibles. Se presenta así un panorama completo de obstáculos
(internos y externos) a los que se enfrentan estos países para superar su situación de
pobreza, afectando principalmente a la población más vulnerable.
-Sin embargo, podemos decir, que el papel del Estado es fundamental e insustituible
para el desarrollo y programas encaminados a la reducción de la pobreza en los estos
países. Este papel del Estado debería enfocarse a: 1) La equidad y el pleno ejercicio de
derechos básicos de ciudadanía; 2) otras más directamente vinculadas al acceso a la
tierra y a la actividad agraria; 3) la diversificación de la actividad económica en las
áreas rurales.
-Los ámbitos de actuación, por las deficiencias existentes, por parte del Estado, deben
superar: 1) Falta de instalaciones locales y comarcales de asistencia sanitaria o
imposibilidad de obtener tratamiento médico debido al coste del mismo, distancia de
las instalaciones o coste exorbitante del mismo; 2) Servicios educativos inaccesibles,
inasequibles o inexistentes; 3) malas comunicaciones y deficientes sistemas de
transporte; 4) mala calidad o inexistencia de agua potable y de sistemas de
depuración; 5) Recursos insuficientes para acometer procesos de reparto de tierras allí
donde existe algún tipo de reforma agraria en curso; 6) Ausencia de crédito oficial; 7)
Escasa protección por parte de la policía y otros funcionarios públicos.
-La salud incorpora además una dimensión dramática y muy reveladora de la asimetría
de las relaciones Norte/Sur y de la escasa presencia del Estado. Existen enfermedades
que afectan a los pobres por el único hecho de serlo y no porque no existan remedios
para atajarlas. Enfermedades hace tiempo erradicadas en los países desarrollados que
siguen siendo causa de mortalidad en estos países, singularmente en las zonas rurales
(p.ej. malaria, neumonía, etc.). Además de la plaga del SIDA, especialmente en el África
subsahariana (ver: http://www.zonu.com/images/0X0/2009-11-19-11211/Infectados-
por-el-VIHSIDA-en-el-Mundo-1990-2008.jpg).
-Desde el punto de vista económico, la mujer ocupa una posición central en las zonas
rurales de los países pobres. Sin embargo, ese proceso de creciente feminización de la
agricultura no ha servido para mejorar su posición ni en el seno de la comunidad rural
ni en la propia familia. De hecho, uno de los rasgos que más destacan las
organizaciones y los propios afectados es el elevado grado de violencia del género y de
marginación que sufren, tanto en el espacio público como en el privado.
-A ello hay que añadir la falta de reconocimiento institucional de sus derechos civiles y
la prevalencia de contextos culturales y religiosos muy desfavorables para las mujeres.
-En las últimas décadas, el número de mujeres que trabajan en la agricultura sigue
siendo muy elevado en los países pobres, y la mayor parte de la fuerza de trabajo
femenina se dedica a la agricultura: en muchas comunidades rurales las mujeres se
encargan de la mayor parte de las tareas agrícolas, reservándose a los hombres
algunas específicas, como la ganadería.
-Además, en muchas comunidades existen una clara división entre el ámbito rural
tradicional y de subsistencia, cuya responsabilidad corresponde a las mujeres;
mientras que en las áreas de agricultura comercial, se emplean asalariados o se
ocupan los hombres.
-Además, el trabajo de las mujeres y las niñas en la agricultura no es más que una
parte del trabajo diario. También se ocupan de acarrear agua, de recoger leña, de
preparar la comida y de atender al resto de la familia. Largas jornadas de 15 a 18 horas
no son la excepción para muchas mujeres en las zonas rurales de los países pobres.
-A todo ello se une un nivel muy elevado de violencia del género: (1) en la esfera
doméstica, donde persiste el maltrato y el abuso (muchas veces la comunidad ni
siquiera denuncia estos casos); (2) la discriminación por razón de sexo y violencia de
género también se manifiesta en la esfera pública (p.ej. el marco jurídico muchas veces
no le reconoce derechos; también la existencia de contextos y normas culturales
marcadamente desfavorables para la mujer. Los grupos más propensos a sufrir
situaciones de exclusión social e inseguridad son las mujeres divorciadas, las viudas o
las mujeres que han padecido violaciones.