Bases Cerebrales de La Motivación

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1.

Bases Cerebrales de la Motivación: Refuerzo y Adicción

Los estudios sobre motivación se centran en entender por qué realizamos acciones, como
buscar recompensas o evitar riesgos. Esto implica investigar procesos psicológicos que se
activan cuando nos enfrentamos a estímulos motivadores. Además, es importante combinar
la investigación sobre el comportamiento con el estudio del cerebro para obtener una
comprensión completa de la motivación en la vida real. Los científicos buscan áreas
cerebrales específicas relacionadas con la motivación en general y cómo se organiza el
cerebro para motivaciones básicas, como comer y beber, lo que contribuye a una perspectiva
biológica más completa.

1.1. Sistemas cerebrales de recompensa

Estimulación Eléctrica Cerebral


En 1954, James Olds y Peter Milner hicieron un descubrimiento importante en el
estudio de las bases cerebrales del refuerzo y la motivación. Mientras investigaban el
comportamiento de ratas que tenían electrodos implantados en sus cerebros para la
estimulación eléctrica, notaron que algunas ratas parecían buscar activamente esta
estimulación, regresando repetidamente al lugar en el que la habían recibido. Este efecto se
asemejaba al condicionamiento de una respuesta de presión de palanca en un experimento de
Skinner, con la diferencia de que, en lugar de recibir una recompensa natural como comida
o líquido, los animales obtenían estimulación a través de un electrodo conectado a una fuente
de corriente implantada en sus cerebros.
Lo sorprendente fue que los animales mostraban una fuerte preferencia por auto
estimularse, incluso cuando tenían hambre, en lugar de obtener una recompensa más típica
como comida. Podían realizar tasas de respuesta muy altas, llegando a realizar hasta 2,000
por hora, lo que resaltaba la poderosa naturaleza reforzante de la AEC de la estimulación
cerebral autoinducida en estos experimentos.

Dopamina y Refuerzo por recompensas naturales


Se podría decir que la estimulación cerebral autoinducida (AEC) actúa en el cerebro
de manera similar a las recompensas naturales, como la comida o el sexo. Esto sugiere que
el cerebro interpreta la estimulación como una recompensa, lo que puede proporcionar una
explicación neurobiológica de por qué los animales buscan diferentes tipos de recompensas.
La dopamina desempeña un papel esencial en estos procesos de recompensa. Los
neurolépticos, que bloquean la acción de la dopamina, reducen la capacidad reforzante de la
AEC y también inhiben conductas consumatorias como la alimentación. Por otro lado, los
agonistas dopaminérgicos, como la anfetamina, potencian la capacidad reforzante de la
estimulación cerebral. Además, los efectos del refuerzo parcial en la extinción de
comportamientos se asemejan a los efectos de los neurolépticos, lo que sugiere que la
dopamina podría mediar en la recompensa de manera similar a la omisión de la recompensa
( Wise, R. y Rompre, P 1997).

1.2. Procesamiento de la recompensa en el cerebro humano

La investigación en animales ha ayudado a entender cómo el cerebro humano maneja la


motivación y las recompensas. La corteza orbitofrontal (COFT) en el cerebro humano se
activa en respuesta a recompensas, ya sean tangibles o simbólicas, y también ante castigos.
La COFT contribuye a formar asociaciones flexibles entre señales y recompensas, lo que
permite ajustar el comportamiento a cambios en las circunstancias. Además, esta área
cerebral representa el valor de recompensa de los estímulos y responde a cambios en el valor
subjetivo de la recompensa, como la saciedad sensorial o la intensidad de las recompensas
(O’Doherty, J. 2003).

1.3. Funciones de los sistemas de recompensa

La concepción tradicional considera que el sistema de recompensa del cerebro se centra


en los sistemas dopaminérgicos, especialmente el sistema mesolímbico. Se cree que un
aumento en los niveles de dopamina en el núcleo accumbens (NACC) representa la señal
neuronal de los procesos de recompensa, relacionados con sensaciones placenteras inducidas
por diversos reforzadores, tanto artificiales como naturales. Sin embargo, esta visión
simplista está siendo cuestionada. Por un lado, se reconoce que la dopamina desempeña un
papel en el aprendizaje y la motivación, indicando la concordancia entre las expectativas y
las consecuencias de una conducta. Además, se plantea la posibilidad de que los procesos de
recompensa no dependan directamente de los sistemas dopaminérgicos, sino que estos estén
más relacionados con la motivación que con los efectos directos de la recompensa y el
refuerzo.

1.4. Sistemas alternativos de recompensa

La dopamina y el Núcleo Accumbens (NACC) son componentes de los sistemas


cerebrales asociados con la motivación y la recompensa. No obstante, investigaciones
recientes indican que la dopamina podría estar más relacionada con la motivación para buscar
recompensas que con los aspectos placenteros de estas recompensas. Se ha explorado la idea
de que las respuestas placenteras a los sabores podrían servir como indicadores de los
aspectos hedónicos de las recompensas.
Hallazgos recientes han identificado otras áreas del cerebro y sistemas de
neurotransmisores que influyen en los aspectos placenteros de los sabores, como el papel de
la morfina en el NACC y la influencia del núcleo parabraquial y el pálido ventral en estas
respuestas hedónicas.
Estos descubrimientos sugieren que podría existir un sistema cerebral distribuido que
afecta a los aspectos placenteros de las recompensas gustativas, conectando diversas regiones
cerebrales, incluyendo el NACC, el núcleo parabraquial y el pálido ventral. Este sistema
interactúa con sistemas dopaminérgicos relacionados con la motivación y sistemas corticales
que participan en la cognición. Esta interacción entre sistemas proporciona una base para
comprender la relación entre la motivación, la conducta orientada a objetivos y la experiencia
subjetiva del placer en las teorías de la motivación.

1.5. Las drogas y los sistemas cerebrales de recompensa.

Las drogas como reforzadores


A lo largo de la historia, los seres humanos han empleado diversas sustancias, tanto
naturales como sintéticas, con propósitos no médicos o terapéuticos, sino más bien
recreativos. Estas sustancias, conocidas como drogas, ejercen efectos en el estado de ánimo
y el comportamiento al influir en el cerebro. Aunque las consecuencias de estas sustancias,
como el alcohol, la heroína, el cannabis, la nicotina y la cocaína, son muy variadas, todas
tienen en común su capacidad para actuar como recompensas o refuerzos poderosos. Algunas
de ellas son particularmente adictivas y pueden llegar a dominar la vida de quienes caen en
la adicción. Dado el impacto social y la controversia en torno a los efectos y riesgos de estas
sustancias, se ha generado un creciente interés en comprender los mecanismos
psicobiológicos que subyacen a sus efectos.

1.6. Motivación y Adicción

La adicción es un problema complejo que involucra factores sociales, personales,


genéticos y cerebrales. Desde una perspectiva psicológica, se puede ver como una alteración
en los procesos de motivación y control de la conducta.
Los enfoques recientes consideran que la conducta adictiva resulta de cambios duraderos
en los sistemas cerebrales que regulan la motivación y la recompensa, especialmente en el
contexto de la adicción a las drogas. Aunque se centra en las adicciones a sustancias, esta
comprensión puede ser aplicable a otras adicciones como el juego patológico. Un
entendimiento profundo de estos procesos motivacionales y sus bases cerebrales es esencial
para desarrollar tratamientos efectivos para la adicción. Además, se ha observado que las
adicciones comportamentales pueden compartir mecanismos similares con las adicciones a
sustancias, lo que será discutido en secciones posteriores.

Características conductuales y psicológicas de la adicción


 Conducta Adictiva. La adicción a las drogas involucra etapas que van
desde el consumo inicial voluntario hasta el abuso y la posible
adicción. Se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de
la sustancia, con un aumento en la frecuencia del consumo y
dificultades para controlarlo. A medida que progresa, los
pensamientos y preocupaciones sobre la droga aumentan, similar a los
comportamientos obsesivos.
 Pérdida de autocontrol y deseo obsesivo. La adicción se caracteriza
por la pérdida de autocontrol, donde las recompensas inmediatas de la
droga prevalecen sobre las consecuencias negativas a largo plazo. La
obsesión por la droga, con pensamientos persistentes y deseos
intensos, a menudo desplaza otras metas y preocupaciones en la vida
de la persona adicta, lo que resulta en una priorización extrema del
consumo de la droga. Estímulos relacionados con la droga pueden
desencadenar este deseo de manera condicionada.
 Cambios en la respuesta a la droga. El uso prolongado de drogas
conduce a cambios significativos en la forma en que el cuerpo
reacciona a ellas. Estos cambios se consideran adaptaciones del cuerpo
a la influencia repetida de la droga y pueden incluir la tolerancia, la
sensibilización y la dependencia, que a menudo se asocian con
síntomas de abstinencia. Sin embargo, estas adaptaciones pueden
variar según la sustancia utilizada.

2. Motivación biológica: sexo y alimentación

Existen dos sistemas motivacionales esenciales relacionados con la alimentación y la


reproducción. Estos sistemas se destacan debido a su relevancia para la supervivencia y la
reproducción, los dos objetivos fundamentales de la adaptación biológica. Además, son áreas
de motivación ampliamente estudiadas y comprendidas tanto en términos de comportamiento
como de bases neurobiológicas. Muchas teorías motivacionales clásicas se derivan de la
investigación sobre un modelo básico de comportamiento motivado en animales: el
aprendizaje de comportamientos reforzados con comida. También, es interesante comparar
estos dos sistemas motivacionales, ya que difieren en un aspecto fundamental.

2.1. Hambre y alimentación

Aunque la alimentación puede parecer sencilla en muchas partes del mundo donde la
comida es abundante, en realidad, la regulación de la alimentación presenta un desafío crucial
para la mayoría de los animales. Los animales sanos deben mantener constantes ciertas
variables, como el peso corporal, al mismo tiempo que equilibran la ingesta de nutrientes con
el gasto de energía. Además, deben tomar decisiones sobre cuándo, cuánto y qué comer, lo
que plantea problemas fundamentales relacionados con la motivación. Esto implica una serie
de factores internos y externos que impulsan a los animales a buscar comida, junto con las
preferencias innatas y las preferencias alimenticias adquiridas a través de la experiencia.
Regulación a corto plazo: señales para la alimentación
El modelo tradicional de regulación de la alimentación se basa en señales de hambre
que aumentan con el tiempo desde la última comida y en señales de saciedad inducidas por
la ingesta de alimentos. Se cree que un sistema cerebral detecta estas señales para regular la
motivación alimentaria. Sin embargo, la identificación de estas señales ha sido desafiante, y
las contracciones estomacales no parecen ser un desencadenante importante. En cambio, las
señales relacionadas con los niveles de nutrientes, como la hipótesis glucostática,
desempeñan un papel esencial en el control de la alimentación.

Regulación a largo plazo


La regulación de la alimentación no solo involucra factores a corto plazo, sino
también la regulación del peso corporal a largo plazo. Mantener el peso corporal es un
objetivo fundamental en la motivación para buscar y consumir comida, respaldado por
experimentos en los que los animales ajustan su patrón de alimentación para recuperar su
peso normal después de regímenes de alimentación forzada o restricción. Este fenómeno
también se observa en las personas que recuperan peso después de seguir una dieta rigurosa.

Aprendizaje y selección de la dieta


 Factores innatos y aprendidos. Nuestra elección de alimentos está
fuertemente influenciada por la cultura y el aprendizaje. Aprendemos
nuestras preferencias alimenticias a lo largo de la vida, pero también
tenemos algunas preferencias innatas hacia sabores como el dulce y el
salado, mientras que mostramos aversiones innatas hacia sabores
ácidos y amargos. Estas preferencias innatas tienen una función
adaptativa en la supervivencia y la evitación de alimentos
potencialmente peligrosos.
 Preferencias y aversiones condicionados a los alimentos. Los
animales desarrollan preferencias gustativas condicionadas por las
consecuencias nutritivas de los alimentos. Por ejemplo, pueden
aprender a preferir un sabor asociado a una recompensa alimentaria.
Además, también pueden adquirir aversiones gustativas al asociar un
sabor con el malestar gastrointestinal. Estos mecanismos de
aprendizaje son fundamentales tanto para seleccionar una dieta
adecuada como para evitar alimentos potencialmente perjudiciales.

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