Testimonios Paganos Que Demuestran La Existencia Histórica de Jesús

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Testimonios paganos que demuestran la existencia histórica de Jesús.

(116-124)

Mará bar-Serapión (filósofo sirio), escribe una carta su hijo Serapión –considerada
por algunos como el escrito más antiguo que refiere a Jesús- en la que le habla de tres
personajes ilustres que sufrieron la muerte a pesar de su inocencia: Sócrates,
Pitágoras, “Rey sabio” Jesucristo.

Tácito y Suetonio en sus obras también hacen referencia, aunque escuetamente, a


Jesús de Nazaret. El primero, en su obra Anales de Roma –tomando como fuente las
Actas del imperio- con ocasión del incendio de la ciudad, se refiere a la suerte de los
cristianos a manos de Nerón, haciendo mención a su vez de lo sucedido con su
fundador, Cristo, quien murió durante en tiempos de Tiberio, siendo procurador Poncio
Pilatos. Esta mención deja fundada la veracidad de ciertas informaciones: como la
fundación de un nuevo movimiento nacido en Judea, por parte de Cristo, así como la
persecución posterior de sus seguidores por parte de Nerón.

Por su parte Suetonio, tanto en Vida de los doce césares, así como en Vida del
emperador Claudio, hace mención de un grupo nuevo que profesa una reciente
superstición perniciosa, instigados por Cresto, los cuales son expulsados de Roma.

Hechos de los apóstoles (28,22) atestigua la condición de los cristianos perseguidos y


calumniados.

Plinio el joven, gobernador de Bitinia, en una carta dirigida al emperador Trajano,


pide orientación sobre cómo proceder con respecto a los cristianos, un grupo que
profesa una nueva religión y que al momento cuentan ya con un gran número. Si se
les ha de condenar a muerte solo a los que profesan su fe en Cristo o a todo aquel que
sea acusado como tal. Asimismo, refiere sobre la actitud de los cristianos, que luego
un determinado comportamiento orientado a la realización del bien, comparten una
inocente comida.

Por último Dión Casio, relata la suerte de Flavio Clemente y su esposa, acusados
ambos de ateísmo, por ser adictos a la “religión judía”.

A pesar de su escasez, estos testimonios coinciden con los datos proporcionados por
el NT sobre Jesús, siendo necesario a su vez el ser valorados por los siguientes
motivos:

- La inexistencia inicial de historiadores del imperio


- La pérdida de la mayoría de obras de historiadores de la época.
- El testimonio que dan las obras de Tácito y Suetonio, sobre la existencia de
Jesús, como únicas crónicas del imperio que se conservaron, tal como lo
ratifica Johannes Weiss.

La mención, aunque sucinta y ocasional, sobre el cristianismo y sus origenes, son


pruebas de la existencia real de su fundador y de las vicisitudes de las primeras
comunidades.

Testimonios judíos acerca de la persona de Jesús

a. Testimonios civiles

Flavio Josefo: obras Antigüedades judaicas (Israel antes de la destrucción del templo)
y Sobre la guerra judía (sobre la guerra contra Roma y el exilio, año 73). Da testimonio
sobre la existencia de Jesús, hombre excepcional que obraba prodigios y que atrajo a
judíos y griegos. Se pensaba que era el Cristo, pero fue negado por los principales del
pueblo y condenado por Pilatos a morir crucificado. Sus seguidores se mantuvieron
siempre fieles en su amor hacia él. Dicho testimonio recibe las dudas sobre una
posible modificación por parte de autores cristianos, teoría que defiende Antonio
Piñero. Por su parte hay quienes afirman la autenticidad íntegra del testimonio, tal es
el caso de Pelletier y M. Dubarle, pues encaja con los datos que acompañan el
conjunto de la obra.

b. Testimonio religioso:

El Talmud: este escrito que recoge buena parte de las tradiciones del pueblo judío, da
testimonio de la existencia de Jesús, así como de la suerte que corrió a manos de los
maestros de pueblo. Estos reconocieron además la presencia de seguidores y su
carácter taumatúrgico, que dio lugar a su posterior condena por hechicería y muerte
en cruz. Concuerda esto con los datos obtenidos en los evangelios.

Testimonios cristianos en torno a la persona de Jesús

Aunque refutada la relevancia histórica de dichos escritos, por provenir de escritores


pertenecientes al círculo de los creyentes, su autenticidad los constituye en fuente de
argumento decisivo para demostrar la historicidad y veracidad de los dichos y hechos
de Jesús.

Esquema general de los escritos:

a. 50-70 se escribe en NT
b. 90-150 los padres apostólicos
c. ss. I-II, escritos de los apologistas
d. ss.II-III, los escritores eclesiásticos.
e. ss.III-VIII, literatura de los santos padres.

(a-b) garantizan la historicidad de Jesús de Nazaret.

Otro dato, la reflexión de los demás escritos de apostólicos, muestran la verdad sobre
la vida y doctrina de Jesús, en coincidencia con lo presentado en los evangelios.
Demostrando la relación existente en las primeras comunidades entre la vida histórica
de Jesús y el interés de los miembros por entender y reflexionar sobre sus
enseñanzas.

Benedicto XVI refiere a Juan el Bautista presentado en un marco espacio-temporal


definido adecuadamente por Lucas, que permite la ubicación de coordenadas seguras
sobre la historicidad de Jesús, dentro de otras cosas, apoyado en la mención de
determinadas autoridades palestinas.

Los orígenes de Jesús 33-37

La fecha en la que más concuerdan los exegetas sobre el nacimiento de Cristo es dos
años antes de la muerte de Herodes (4 a.c) lo que proporciona una ubicación del
acontecimiento 6 años anteriores al inicio de la era cristiana. E 25 de diciembre es una
especie de cristianización de la fiesta pagana dedicada al sol, y reinterpretada en la
persona de Cristo como el verdadero sol de oriente.

Con respecto al censo realizado durante el imperio de Augusto, que lleva a José y
María a ir a Belén, lo más probable es que sea el segundo realizado bajo su gobierno,
mandado a ejecutarse en el 746 (años de imperio romano), y llevado a cabo en Judea
dos años más tarde.

El dato inequívoco del nacimiento de Cristo en Belén, además de Lucas, es


proporcionado también por Mateo, partiendo de una fuente diferente, sin basarse en el
tema de censo, eliminando la posibilidad de hacer coincidir forzosamente el hecho con
la profecía de Miqueas.

Sobre el inicio de su vida pública hay posibilidades que haya sido a los 36 años,
sumándole además el tiempo que ejerció su ministerio. La historicidad de este y
demás datos sobre su origen surge desde la especial orientación teológica que
atraviesa los relatos. A esto se suma su ausencia en la catequesis primitiva que se
centra en la resurrección, a lo cual posteriormente se añade este tema a la luz de la
Pascua. Sobre la historicidad y génesis de los datos sobre la infancia de Jesús, la
crítica racionalista afirma su carácter mitológico. Los errores que a este respecto
cometen quienes afirman lo mencionado es la falta de diferenciación entre el contenido
histórico y la intencionalidad teológica de los redactores, que no elimina la historicidad
de los acontecimientos. Se halla en ellos por lo tanto, hechos históricos y elementos
orientados a extraer e estos su significación.

El Midrash y el procedimiento Deráshico

Midrash, narración de hechos pasados, deduciendo una enseñanza para el presente.


Pues para los judíos la palabra escrita de Dios tiene sentido para todos los tiempos.
(midrash halaká –textos legales-; midrash haggadah –sobre la vida espiritual-; peser –
cumplimiento de profecías-). Lo comprendemos ahora como la hermenéutica. El
empleo de este procedimiento por parte de los primeros cristianos encuentra
particularidad en su punto de partida, lo acontecido en Cristo, cuya significación la
encuentran en el AT.

Según Daniélou, aquellos no buscan la historicidad de los hechos, sino la


concordancia con lo anunciado desde el AT. Remarcando, al narrarlos, su contenido
divino.

McHugh, habla de midrash cristiano, en referencia a Lucas, afirma que el autor parte
de hechos conocidos y se remonta al pasado para encontrar su significado.

Fuillet, en lugar de midrash prefiere hablar de género antológico, que toma términos y
temas de autores anteriores, dándoles un sentido nuevo.

Los relatores de la infancia de Jesús buscan más la concordancia de los hechos con el
conjunto de la escritura, más que la historicidad de los mismos. Lo cual da lugar a una
intervención didáctica del autor. Esto sugiere una necesaria cautela al afirmar la
historicidad y veracidad de cada uno de los elementos presentes en la narración.

Junto con G. Pérez se puede hablar de procedimientos deráshicos que deriva de la


tendencia innata del pueblo de Israel a reflexionar sobre la palabra de Dios, con la
conciencia del plan salvífico que contiene, y a su esclarecimiento por etapas.

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