Filosofía Del Hombre - Clase de Prácticos 8 - Profs. Barrio, Basso, Leto, Mazzante, Guerrieri

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Filosofía del hombre

Unidad 2: Críticas al sujeto en la contemporaneidad / Clase de prácticos Nº 8

(Profesorxs Catalina Barrio, Leticia Basso, Federico Leto.


Adscriptas Paula Mazzante y Lucía Guerrieri)

Material bibliográfico: (disponible en la solapa "Unidad 2 - Tema 4")

(1) HEIDEGGER, Martin. Ser y tiempo, trad. J. Rivera, Madrid, Trotta, 2006; selección preparada
por la cátedra (incluye extractos de: D. Cruz Vélez, Filosofía sin supuestos).
(2) BASSO MONTEVERDE, Leticia. Introducción al pensamiento de Heidegger, Ficha de
Cátedra, Facultad de Psicología, UNMdP, 2021.

CONTENIDOS CENTRALES DE LA CLASE 8 de PRÁCTICOS


(tener en cuenta para su evaluación)

HEIDEGGER

Ø Heidegger y la analítica del Dasein. Fenomenología y Hermenéutica: del sujeto intencional al


círculo de la comprensión. El Dasein o el cada-vez-mío: la esencia como existencia. El “quien” del
Dasein y sus “modos de ser”. El “se” o el “uno” (das Man) y sus modalidades fenoménicas. La
“caída” como determinación ontológica y la angustia como índice de la propiedad. El “mundo” del
Dasein: coestar y coexistencia. Solicitud (Fürsorge), ocupación (Besorgen) y cuidado (Sorge). La
condición de arrojado y la disposición afectiva.

(a) INTRODUCCIÓN A LA CLASE 8

Ø Acercamiento al proyecto de Heidegger en su obra Ser y tiempo:

A pedido de su maestro (Edmund Husserl) y la comunidad académica, Heidegger se ve


en el compromiso de publicar un escrito que dé cuenta de su investigación filosófica actual. Por
motivo de la admiración que cosechó en el ámbito universitario debió organizar lo que estaba
gestando en sus lecciones y que, en germen, poseía la consistencia y el rigor para una obra de
envergadura. Ser y tiempo (1927) surgió de forma apresurada como respuesta a esa petición. No
obstante, sea por el apremio de la situación como por las complicaciones de su publicación, la
obra quedó inconclusa. El filósofo se enredó en la tradición que criticaba y no encontró el lenguaje
apropiado para expresar lo que allí pretendía. De hecho, la obra anuncia el trabajo que desarrolló
a lo largo de su vida.

En el marco del trayecto reflexivo que emprendemos en esta cursada Heidegger


representa una parada esencial. El filósofo nos aporta la posibilidad de profundizar en la

1
pregunta por el quién del sujeto. Su obra nos permite pensar cómo se experiencia la propia
subjetividad, sin la necesidad de aislarla del contexto de sentido en donde se gesta. Bajo esta
óptica, estudiamos al sujeto por fuera de las coordenadas gnoseológicas que restringen la visión
a una mirada objetiva, teórica o neutral. Heidegger lo explora de otra manera, se introduce en su
mundo y asume una postura vivencial. Por eso prefiere hablar de él con otros términos, intenta
aproximarse al sujeto que somos y para ello indaga en su existencia.

Influido por el trabajo crítico de Nietzsche acerca de la tradición moderna y el análisis


histórico de la manifestación del espíritu en Hegel, Heidegger realizó una revisión de la filosofía
occidental en torno al planteo del ser. El filósofo sostuvo que la historia de la filosofía (desde Platón
hasta, incluso, Nietzsche) generó sucesivamente un encubrimiento del ser por medio de
concepciones de corte metafísico que redujeron la cuestión al ente. De esta manera se cosificó el
planteo, al acentuar la búsqueda de principios que determinen qué es el ser. El error se encuentra
en el modo de acceso al ser, éste tiene que direccionarse a su acontecer y debe pensarse
atendiendo a su proceder. Para Heidegger dicha tarea la debe emprender la fenomenología. Ella
tiene que: 1) desencubrir al ser, 2) deconstruir los conceptos que lo han delimitado en cada etapa
del pensar y 3) retornar al lugar preciso en el cual se dona para describirlo sin pre-suponerlo.

Heidegger advierte que para avanzar por medio del método fenomenológico y mostrar lo
que acontece, no queda otra opción que comenzar el trabajo desde el ente que posee la capacidad
de hacerse transparente para sí en el preguntar. Pues bien, la paradoja de la cuestión reside en
que el ser se esencia como ente; se muestra ocultándose en él. Entonces, se debe hallar la
manera correcta de tematizarlo. El Dasein ("ente-humano")1 es el punto de partida de la
investigación y el eje vertebrador de la obra por el cual se examinan las diversas formas cómo el
ser se manifiesta. De allí que el título, Ser y tiempo, aluda a la manera cómo el ser se temporaliza
y a cómo el tiempo resulta ser el fundamento de esa manifestación.

REFORMULAR LA
OCULTACIÓN DEL LOCALIZARLA EN
PREGUNTA POR EL
SER EN EL ENTE EL DASEIN
SER

Les acercamos una entrevista realizada a M. Heidegger en 1963 por el monje Bhikkhu Maha Mani
para la televisión alemana, en la cual el filósofo da cuenta de su reflexión acerca de cómo la
metafísica occidental olvidó la pregunta correcta por el sentido del ser.
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=GLal87IgyX4

1 Disponemos entre comillas el término porque Heidegger no está a gusto con esa expresión. Lo humano, el hombre,
la vida y otras derivaciones, simbolizan para él una lectura objetivante del sujeto. Heidegger no quiere tematizar al
sujeto como un objeto o una esencia a estudiar, su investigación pretende esclarecer y revisar las bases para toda
disciplina, sea la Antropología, la Psicología, la Biología, etc. __en el § 10 nos lo hace saber. Lo que pretendemos
señalar con ese término es que la pregunta por el ser se emplaza en un ente en particular.

2
A través de la analítica existencial Heidegger elaboró en su obra una descripción de la
estructura fáctica (efectiva) del Dasein acerca de la constitución de este ente en su relación con el
ser. Pues, parafraseando a Marx, entiende que "no es la conciencia la que determina la existencia,
sino la propia existencia la que determina a la conciencia". Con este giro Heidegger reintroduce al
"ente-humano" en el mundo, evitando cualquier tipo de desnaturalización en su abordaje. Aunque,
Heidegger va a prescindir de nociones como sujeto, yo y conciencia ya que están cargadas de la
tradición filosófica moderna (véase en los fragmentos de Cruz Vélez la cuestión de la Metafísica
de la subjetividad).
La idea será estudiar la existencia del Dasein desde su ser en el mundo. De hecho, el
concepto de Dasein se entiende en el autor como un modo de "ser-ahí" (Da-sein); de existir
en una situación de la vida. Además, es en ese "ahí" del propio "ente-humano" que el ser podrá
develarse. La experiencia ya no será netamente subjetiva, lo que llegue a ser el "ente-humano"
advendrá de la propia experiencia en el mundo, el influjo del entorno y su relación concreta con el
ser. Ya veremos que esa vivencia personal apunta a la experiencia que tiene, arrojado en el
mundo al que pertenece y en el cual convive con otros como él. Por ende, en la figura del
Dasein no encontraremos un planteo del sujeto sustancial o solipsista.

ser en
el
mundo

abierto existencia
el ahí
a su del del ser
sentido
DASEIN

estar
afuera

(b) SÍNTESIS EXPLICATIVAS


(No substituyen la lectura del material obligatorio, fundamental para el estudio del tema)

Ø Rasgos centrales de la caracterización del Dasein en Ser y tiempo:

En la introducción de Ser y tiempo Heidegger establece algunas indicaciones: claves para


una interpretación óntico-ontológica de la estructura del Dasein. La distinción entre un nivel óntico
y uno ontológico está relacionada, de cierta manera, con la diferencia entre lo formal (el plano del
ser) y lo material (el plano del ente). El carácter ontológico de la existencia del Dasein tiene
que ver con su estructura fundamental (en un sentido a priori y trascendental, como vimos con
Kant). Lo ontológico es condición de posibilidad de los modos de ser del Dasein, en este sentido
comporta su aspecto universal. En cambio, el carácter óntico de su existencia está vinculado a
su concreción particular en el mundo. Por ende, lo óntico alude al contenido y aspecto singular de
sus modos de presentación. Puntualmente veremos que la diferencia entre ser y ente es una

3
cuestión central en la obra, que se deja entrever en la misma constitución del Dasein e influye en
sus modos de realización en la existencia.

En la caracterización del Dasein presentada en Ser y tiempo Heidegger enfatiza,


principalmente, el existencial de "ser-en-el-mundo" (In-der-Welt-Sein) del cual se desprenden,
entre otros, los modos de ser con los entes (Vorhandenheit) por medio de la contemplación teórica
y los útiles (Zuhandenheit) en el trato práctico, otros Dasein (Mitsein) en su coestar, el sí mismo
(das Selbst), el uno (das Man) y la forma unitaria del cuidado (Sorge). Cada uno de los
existenciales (modos de ser) está marcado por la pertenencia del Dasein al mundo.

Por otro lado, en tanto el Dasein experimenta el mundo a través de sí mismo, cada
acontecimiento es suyo y sus vivencias refieren indefectiblemente a sí. Heidegger identifica este
rasgo particular del Dasein como el ser-cada-vez-mío (Jemeinigkeit). Aunque, no debemos
perder de vista que su existencia está emplazada, desde un inicio, en un mundo compartido
(Mitwelt). El Dasein coexiste con otros Dasein en la modalidad del ser-con (Mitsein); convive con
ellos. De esta manera la existencia del Dasein en el mundo y con los otros es una experiencia
significativa en la cual ya está inmerso y que lo determina de modo fundamental. El mundo no
representa para Heidegger una dimensión espacial, objetiva o externa a la que se acceda (aquí
se disuelve la distinción dual S-O), sino un horizonte de sentido con el que estamos familiarizados
y desde el cual interactuamos. El mundo es, por sobre todos los modos, una condición
trascendental del Dasein.

ser-en-el-
mundo

horizonte
de sentido

DASEIN

Tal como mencionamos previamente, la estructura del Dasein presenta una escisión de
origen ontológico (entre el ser y el ente). Tal escisión proyecta al Dasein en dos modos a través
de los cuales se realiza: la propiedad (Eigentlichkeit) y la impropiedad (Uneigentlichkeit). En Ser
y tiempo el filósofo penetra en la estructura y se dirige a la disposición afectiva (Befindlichkeit);

4
punto de partida existencial y condición de posibilidad para los dos movimientos mencionados.
Heidegger nos dice:

El Dasein se comprende siempre a sí mismo desde su existencia (Existenz), desde


una posibilidad de sí mismo: de ser sí mismo o de no serlo. El Dasein o bien ha
escogido por sí mismo estas posibilidades, o bien ha ido a parar en ellas, o bien ha
crecido en ellas desde siempre. La existencia es decidida en cada caso tan sólo por
el Dasein mismo, sea tomándola entre manos, sea dejándola perderse. (SyT: 35)2

El temple de ánimo (Stimmung) lo dispone a la apertura (Erschlossenheit) o a la clausura


(Verschlossenheit) de la manifestación del ser. De hecho, Heidegger nos explica que la disposición
afectiva se realiza en lo más conocido y cotidiano: el estado de ánimo. Por ejemplo: la calma, el
disgusto, el aburrimiento y la indiferencia son fenómenos ónticos que dan prueba de que el Dasein
está anímicamente templado, es decir, que es en el mundo abierto o cerrado a su entorno. Al
respecto nos dice el filósofo:

En la disposición afectiva, el Dasein ya está siempre puesto ante sí mismo, ya


siempre se ha encontrado no en la forma de la auto-percepción, sino en la del
encontrarse afectivamente dispuesto. Como ente que está entregado a su ser, el
Dasein queda entregado también al factum de que ya siempre ha debido encontrarse
–pero un encontrarse que, más que un directo buscarse, se origina en un huir. (SyT:
160)

En este fragmento Heidegger explica que la situación regular del Dasein es estar absorto
en el mundo. El trajín de la vida, la cercanía y la familiaridad que tiene con lo que acontece, lo lleva
a desenvolverse sin atender o preocuparse por lo que sucede a su alrededor. El Dasein tiende a
perderse en lo dado y, por ende, escapa al esfuerzo de una comprensión determinante. El filósofo
insiste en la descripción de este escenario y advierte que si el Dasein está orientado por medio de
un temple de matiz encubridor "…se torna ciego para sí mismo y el mundo circundante de la
ocupación se nubla." (SyT: 161)
Cuando el Dasein, por el contrario, se tiene a sí mismo en la condición de arrojado
(Geworfenheit), asume su existencia. En esta situación hay una "entrega a sí mismo", que aún no
devela el propósito y el trayecto que lo llevaron hasta allí. En ese momento se encuentra preparado
para enfrentar la decisión que implica avanzar por la vía de la propiedad. Heidegger afirma que el
Dasein requiere del temple ya que no puede proceder por la senda de la des-ocultación del ser si
no se ha dispuesto a ello. La resolución lo libera de las ataduras cotidianas para detenerse en
aquello que lo determina. La resolución implica la asunción de sí mismo en la condición de ser
finito para posicionarse de forma comprensiva en el lugar y el camino en el que ya se encuentra.3

2 José Gaos traduce existencial por modo óntico y existenciario por modo ontológico de la estructura del Dasein. Jorge
Eduardo Rivera utiliza los términos existentivo y existencial, respectivamente. En esta clase empleamos la
traducción de Rivera: Heidegger, M. Ser y tiempo (SyT), Santiago de Chile, Universitaria, 1998.
3 El existencial de la resolución está íntimamente relacionado con otro existencial muy importante que suele trabajarse

en la psicología, el "ser-para-la-muerte". Heidegger sostiene que como el Dasein es un ser finito que suele tener por
tema dicho rasgo tiende a pensar en la muerte, anticiparse a ella, para reflexionar acerca de las oportunidades que

5
Ø Los estados de la impropiedad y la propiedad:

En su modo de ser en el “uno” (das Man) el Dasein se distancia de sí (aliena) y se ve


sujeto a los otros, condición por la cual lo que acontece pasa inadvertido. De este modo, opera en
la cotidianidad sin darse cuenta del sentido de cada experiencia. Su relación con otros Dasein no
es auténtica porque en ella no se refleja una decisión, sino un comportamiento casi autómata por
el cual se guía en base a lo rutinario y lo convencional. En consecuencia, es uno más del grupo,
reemplazable con facilidad. Tal como Heidegger señala en Ser y tiempo: “…aquí el ‘quien’ no es
‘alguien’ sino el se es (das Man). Sin duda alguna, el Dasein cotidiano es el nadie al que todo
Dasein ya se ha entregado siempre en su estar con los otros.” (SyT: 152) El “uno” se mueve en la
medida de lo que “se hace” de forma impersonal, por ende, disipa todo posible tenerse y
constituirse. De esta manera, se sumerge en la habladuría, la curiosidad y la ambigüedad4
__modos de la caída (Verfallen).

En la cotidianeidad el Dasein está caído; no hay matiz en ello, ni moral ni teológico. El


Dasein se está deparando a sí mismo la constante tentación de la caída __se aprisiona o enreda
en ella. La caída es como una huida del Dasein ante su poder-ser, pero no por eso deja de ser él.
Se abandona a una posibilidad (la impropiedad) en perjuicio de otra (la propiedad) __aunque ambas
son posibilidades suyas. En la caída ya no preocupa ser-en-el-mundo sino entretenernos: perder
tiempo. La caída es ineludible, nadie está exento de ella. El Dasein va siendo dominado por el
uno, impidiéndose la posibilidad de la propia existencia __dándolo todo por sabido y de sobra
conocido. Una vez caído, el "uno" actúa sobre el Dasein haciéndole creer que es responsable de
su vida. Es la dictadura del "uno" que convierte al Dasein de sí mismo a uno mismo.

Este existencial es una de las dimensiones que encuentran su puesto en el Dasein en la tensión
con el ser. En este caso particular, se deja llevar por las circunstancias cotidianas y arremete
contra el ser de forma encubierta, ocultándose en lo público y olvidando el sentido de su existencia.
Esto se debe a que resguarda en la seguridad de lo conocido la estabilidad, el orden y el equilibrio
de sus vivencias. Si se interrogara acerca de aquello desconocido e indeterminado (el ser), se
desmoronarían las estructuras y las bases que sustentan su “realidad”.

Al otro extremo de la estructura se encuentra la dimensión identificada bajo el existencial


del “sí mismo” (das Selbst).5 En el sí mismo se realiza el acto de comprensión e interpretación
de la significatividad (Bedeutsamkeit) del mundo, a partir de la previa apertura de la disposición

preceden a la misma. En este sentido, la muerte significa la posibilidad de meditar sobre nuestro poder-ser.
Por lo que es la posibilidad más propia que tenemos, ya que nos habilita a interpretarnos como seres en potencia.
4 Heidegger define: 1) a la habladuría (das Gerede) como el proferir sin fundamento de carácter superficial en el que

no se piensa lo que se dice, pues sólo se presta a la difusión y la repetición de lo dicho. 2) A la curiosidad (die
Neugier) como la tendencia a ver sin un propósito y por el sólo hecho de acercarse a lo nuevo, desarraigado del
entorno y de toda comprensión por la incapacidad de permanecer en lo circundante y por la distracción constante. Por
último, 3) a la ambigüedad (die Zwiedeutigkeit) entre lo que se dice y lo que ha sido abierto en la comprensión, a
través de un hablar previo al acontecimiento desde la ignorancia, tan sólo por el arrojo despreocupado en la situación.
(Al respecto véanse §§ 35, 36 y 37 de Ser y tiempo.)
5 Deben ponerse en un mismo nivel, aunque en sentido contrapuesto, a las dos dimensiones. Heidegger no deja de

aclarar que ambas se dan y que una no opaca a la otra. El uno y el sí mismo son las dos caras del comportamiento
del Dasein en el mundo, un comportamiento inauténtico y otro auténtico, lo cual no quiere decir que uno sea más
“real” que el otro.

6
afectiva. Tal disposición permite que el Dasein experimente el curso de las vivencias articuladas
en torno a la mismidad (Selbstheit) que lo caracteriza. De este modo, se apropia de ellas y
configura su sentido, atendiendo tanto al contenido de lo que se dona como a la impronta que le
da con su realización. Frente a la dispersión y el extrañamiento del impersonal, el “sí mismo” alza
al Dasein por encima de esta rutina monótona hacia una valoración de lo ocasional. Con el “sí
mismo” se acentúa la diferencia que distingue al Dasein de los otros entes y lo devuelve al mundo
de forma propia. Por esta vía logra desprenderse del comportamiento encubridor para despertar
la preocupación más sincera.

Una vez que el Dasein accede al “sí mismo” ocurre una vivencia que puede compararse al estado
apremiante que sufre el Dasein ante algo indeterminado que lo cautiva. En esta dimensión se
asume la necesidad de reponerse al estado del “uno”, sabiendo que no es inevitable caer
nuevamente en esta modalidad de ser. El “sí mismo” es fugaz y el Dasein todavía no posee la
determinación para permanecer en él. Heidegger intuye que no estamos preparados para un
acontecimiento de tal magnitud, tal como Nietzsche lo dijo.

Ø El temple fundamental de la angustia:

La angustia se torna un fenómeno afectivo esencial para investigar la estructura del


Dasein porque a través de ella se hace patente la tensión de este ente entre los dos movimientos
que lo caracterizan. En el § 40 de Ser y tiempo Heidegger se dedica a analizar este temple en
detalle. La exposición que el filósofo ofrece distingue, en primera instancia, la angustia (Angst) del
miedo (Furcht). La angustia tiene que ver con la forma como el Dasein se experimenta a sí mismo,
en cambio, el miedo siempre es miedo ante el ente intramundano (una cosa del mundo). Al
respecto, Heidegger dice que con la angustia “…el mundo adquiere el carácter de una total
insignificancia. En la angustia no comparece nada determinado que, como amenazante, pudiera
tener una condición respectiva.” (SyT: 208) El Dasein se angustia y no sabe por qué, no puede
identificar la causa de eso que lo aqueja. Pues, de hecho, es la propia pertenencia al mundo la
que lo inquieta.
Siguiendo nuestra lectura podemos ver que la angustia: 1) despierta al Dasein del “uno” y
lo transfiere al “sí mismo” y 2) oculta las presiones del estar cautivado por el ser regresando al
Dasein a la falsa seguridad del "uno". El movimiento pendular que transporta al Dasein de una
dimensión a la otra, pone en evidencia el tipo de tensión que caracteriza a la estructura de este
ente y la relación del mismo con la manifestación del ser. En la forma de una amenaza
indeterminada, tal angustiarse por el mundo posiciona de nuevo al Dasein justamente en aquello
por lo que se angustia.
Heidegger señala el modo eminente como el Dasein está dispuesto en el mundo, distinto
del modo como otros entes se presentan. El Dasein se pone ante sí mismo distinguiéndose del
resto y asimilando, por primera vez, lo que implica la diferencia en su constitución. El
reconocimiento de esta diferencia le genera desazón-extrañeza (Unheimlichkeit); revela el lugar
inhóspito donde se encuentra (Nicht-zuhause-sein: un no-estar-en-casa). No obstante, tal lugar
inhóspito en el que se le revela el ente en su totalidad (o sea el ser) no es otra cosa más que el
acontecer fundamental (Grundgeschehen) de su ser-ahí. De este modo, el Dasein no alcanza el

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sentido de lo que quiere expresar con claridad porque la inversión al “ahí del ser” recién se ha
efectuado y todavía no está habituado al ser.

El grito (1893), Edvard Munch.

Les acercamos una poesía de Heidegger de su libro Meditación (1938) con la intención de
contemplar, de otro manera, lo que Heidegger expresa sobre la experiencia del ser.

El salto:

Toma, arroja y abriga


y el salto sea
desde el más amplio recuerdo
hacia un infundado circuito:

Lleva ante ti
lo uno, ¿quién?
¿Quién es el hombre?

Di sin cesar
lo uno, ¿qué?
¿Qué es el ser?

No desdeñes nunca
lo uno, ¿cómo?
¿Cómo es su alianza?

Hombre, verdad, ser


replican desde el ascenso
su esencia para el rehúso,
en el que se prestan.

Ø Algunas indicaciones sobre la función del cuidado en el Dasein:

Una vez que Heidegger deja asentada su interpretación sobre la estructura del Dasein,
retoma una cuestión que fue adelantando en la obra: el rasgo ontológico del cuidado (Sorge)
__ traducido también como cura. En principio, Heidegger sostiene que el existencial del cuidado es

“un anticiparse-a-sí-estando-ya-en-(el mundo) en-medio-de (el ente que comparece dentro del

8
mundo).” (SyT: 214) La idea del Dasein como un ser que se anticipa está estrechamente
conectada con: 1) la ex-sistencia en tanto estar fuera, abierto o expuesto al ser y 2) el hecho de
que el Dasein constantemente se asuma como proyecto (Entwurf). Este rasgo peculiar del Dasein
lo podemos asociar con la capacidad de trascendernos. Siguiendo la interpretación de Heidegger,
la trascendencia del Dasein es aquello por lo cual a éste se le asigna la tarea de des-encubrir al
ser. La trascendencia reside en la capacidad de traspasar al ente para cuestionar al ser.

Heidegger discurre en el libro sobre las diversas formas del cuidado, como el cuidado de
sí (Selbstsorge), la ocupación con las cosas (Besorgen) y la solicitud de los otros (Fürsorge). Las
tres formas revelan cómo el Dasein es en el mundo bajo los caracteres ontológicos de la
existencialidad, la facticidad y la caída. Pero lo que en el fondo pretende afirmar es que el cuidado
aporta una visión integral de la constitución del Dasein. Esta visión se alcanza efectuando aquel
salto que menciona en la poesía. El salto se consumará cuando el Dasein logre encontrar en sí
mismo la manera para cuestionarse por el ser, esto implica encontrar la manera de hacer y
enactuar esa pregunta.

Ø Esquema de la estructura del Dasein

• el uno • el sí mismo
• caída • arrojado
• perderse • ganarse

IMPROPIO PROPIO

ENTE

• seguro • inhóspito
• clausura • apertura

(c) VIDEO sobre ONTOLOGÍA Y PRAXIS EN LA FACTICIDAD DEL DASEIN


(disponible en la solapa "Unidad 2 - Tema 4")

En este video encontrarán una introducción a Ser y tiempo que acentúa el modo cómo el Dasein
es en el mundo a partir del carácter práctico de su existencia. Allí se plasma y ejemplifica al Dasein
en tanto ser histórico y afectivo con la intención de vislumbrar las condiciones fácticas que lo

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determinan de modo fundamental. Asimismo, en el video se señalan aspectos indagados por la
Psicología y la manera cómo podrían comprenderse en el marco de la teoría heideggeriana.

(d) TRABAJO PRÁCTICO sobre los contenidos de la CLASE 8


(les acercamos un cuestionario de repaso y una entrevista que alude a estos temas)

1. ¿Cómo y quién realiza la pregunta por el ser? Reconstruya esta consigna retomando el objetivo
de su obra Ser y tiempo.

2. Explique la caracterización heideggeriana del Dasein a través de los conceptos de existencia y


mundo. Argumente por qué no sería una concepción solipsista del sujeto.

3. Analice la crítica que hace el filósofo a la noción de sujeto a partir del "Cogito ergo sum" de
Descartes en el § 10 de su libro.

4. Realice una comparación entre los modos de ser propio e impropio del Dasein, y justifique por
qué la afectividad es un punto de partida de su existencia.

5. Heidegger afirma que “el arbitrio de los otros dispone de las posibilidades cotidianas del Dasein”,
pero aclara que “estos otros no son determinados otros” (§ 27). ¿Qué quiere decir con esto? ¿Qué
significa en este contexto “uno”? ¿Por qué el uno aliviana al Dasein en su cotidianidad?

6. Seleccione dos de estas afirmaciones y desarrolle una explicación de las mismas:

§ Nos refugiamos en el das Man, nos tranquilizamos, compramos algo, “levantamos la


autoestima”. Al olvidar el sí-mismo, nuestra existencia se hace más placentera pero nada
conserva de propia.

§ El miedo, la tristeza, la alegría o el asco poseen referencias ónticas; la angustia posee y


es ya una referencia ontológica: no es acerca de algo, no tiene objeto, no hay sentido.

§ El sabernos seres-para-la-muerte no se asocia al deseo de morir, al suicidio. A la muerte


no la buscamos. Como nos vamos a morir, la existencia tiene ciertos rasgos que no tendría
si fuésemos inmortales.

§ Heidegger no nos dice que renunciemos al confort; la caída en el confort en tanto huida
de la angustia es inevitable. Pero la angustia cuando revela la nada es liberadora.

Les proponemos la lectura de la siguiente entrevista a una profesional de la Psicología para debatir
algunas cuestiones que vimos en la teoría de Heidegger y que están relacionadas con nuestra
existencia.

10
LA PSICOANALISTA DE ORIENTACIÓN LACANIANA GEORGINA VORANO
PROPONE EL TÉRMINO "PORNOILUSIÓN" PARA SEÑALAR EL IMPERATIVO
DE GOCE QUE FOMENTA LA CULTURA CONTEMPORÁNEA, POR EL CUAL
NOS SENTIMOS OBLIGADOS A DISFRUTAR TODO SIEMPRE

Desde la perspectiva de ciertos pensadores humanistas (por calificarlos de cierto modo), una de
las características fundamentales de la cultura de nuestra época es la entrega a cierta forma de
goce inconsciente que se fomenta sistémicamente, pues sirve a otros mecanismos sociales como
la producción y el consumo de bienes y servicios, por ejemplo.

Esta palabra, goce, podría parecer desde cierta perspectiva ambigua, pues en el lenguaje común
puede emplearse de diversas maneras, algunas de ellas incluso un tanto ingenuas (como sinónimo
de placer, por ejemplo, o de disfrute), pero al menos en el caso de la psicología y el psicoanálisis,
la noción de goce tiene implicaciones profundas y, de hecho, específicamente en el marco de los
desarrollos teóricos elaborados por Jacques Lacan, el goce es uno de los opuestos directos del
placer.

¿En qué sentido? En el hecho de que mientras que el "principio del placer" (conceptualizado por
Sigmund Freud) se entiende como aquello en el ser humano que lo impulsa a buscar, a
preguntarse, a trabajar en pos de su deseo y, en suma, a manifestar plenamente la energía de
vida, el goce en cambio es aquella satisfacción que en apariencia nos brinda un cierto grado de
disfrute pero que en el fondo es estéril, es decir, se agota en sí misma sin dar lugar a nada más.

La adicción al alcohol o a otras sustancias, por ejemplo, las tardes dedicadas a "maratones" de
series o de películas, la "conquista" consuetudinaria de mujeres (u hombres) con el solo propósito
de tener encuentros sexuales transitorios, la compra compulsiva de mercancías… en fin, la lista
puede ser extensa, porque mucho de lo que el sistema nos ofrece "hacer" es en el fondo una forma
de goce que, como decíamos, sirve a su vez a propósitos específicos del sistema social en que
vivimos. Al respecto, podemos citar este comentario que hizo Erich Fromm en ¿Tener o ser?:

Aquí sólo señalaré que, en lo que al ocio se refiere, los automóviles, la televisión, los viajes
y el sexo son los principales objetos del consumismo actual, y aunque los denominamos
actividades de los momentos de ocio, sería mejor llamarlos pasividades de los momentos
de ocio.

Aun en su brevedad, el matiz que Fromm desliza al final de su comentario es muy interesante,
pues deja ver el carácter esencialmente pasivo del goce: aunque a primera vista parezca que al
ver una serie, al salir de compras, al beber en exceso, etc., estamos haciendo algo, en realidad lo
que sucede es que de algún modo estamos siendo usados, de ahí la pasividad que señala Fromm
y que se refleja incluso en esta forma de conjugación del verbo, la voz pasiva. Podría decirse que
siempre que usamos el disfrute como evasión de nuestra propia conciencia, estamos siendo
usados de alguna manera por alguien más.

En ese sentido, la industria de la pornografía es desde hace tiempo una de las que mejor
representan la producción de goce que caracteriza a nuestra época. Además del hecho de que en
la pornografía el sexo –en el sentido amplio del término– se convierte en mercancía, cabe destacar
además que parte de su concepto gira en torno a una especie de “imperativo de satisfacción” en
donde el posible placer de un encuentro sexual se relega en favor de la compulsión a gozar. Bajo
esta tiranía insaciable, la pornografía ha inventado formas cada vez más inimaginables de
prolongar el goce (como si, además, tampoco estuviera permitido detenerlo).

11
Georgina Vorano, psicoanalista de orientación lacaniana, ha bautizado este fenómeno como
“pornoilusión”, un concepto que ella define como

un neologismo que define la creencia de que las relaciones sexuales perfectas existen y
que se muestran en las pantallas. No necesariamente en películas pornográficas, sino en
filmes comerciales o incluso en el cine de autor. En consecuencia, uno puede sentir que no
está a la altura de esos modelos.

Si bien la pornoilusión podría ceñirse a términos eróticos, Vorano expresa que también impacta
en las creencias que se generan culturalmente en torno al éxito personal, el estilo de vida
socialmente permitido e incluso el aspecto físico esperado en una persona.

Fatiga y vacío, los efectos de la pornoilusión


Ante la búsqueda del placer extremo y perfecto las veinticuatro horas del día, los siete días de la
semana, algunas consecuencias previsibles son la frustración, el cansancio y el aburrimiento, tanto
en un sentido físico como emocional. Una mezcla de fatiga y vacío de vivir teniendo la obligación
de disfrutar más y mejor, dado que todo tiene que apasionarnos con locura, y la locura implica una
cantidad desbordante de energía que no parece fácil tener en la forma de vida contemporánea.

Frente a ello, Vorano propone “recuperar momentos de silencio, de pausa, de vacío", es decir,
todo lo que la dictadura del placer trata de evitar. Porque así, sólo así, se pueden encontrar
“nuestras diferencias, lo más personal de cada uno”, ya que “la dictadura del placer nos produce
en serie, homogéneos, impidiendo encontrar lo más personal de cada uno, el estilo.”

https://pijamasurf.com/2019/12/vivimos_bajo_una_tirania_de_goce_que_paradojicamente_nos_impide_disfrutar_la_vida/

La entrevista nos transporta a varios temas de la teoría psicoanalítica y formas de alienación en la


existencia como mercancía. A su vez, encontramos ilustrados aspectos que Heidegger describe
en Ser y tiempo como:

§ La dictadura del "uno".


§ La pasividad del "das Man".
§ Las modalidades de la caída.
§ La aceleración y normalización de lo público.
§ La disposición a la angustia.

Les sugerimos explorar estos aspectos para acercarnos al mundo psi desde el trabajo de
Heidegger.

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