Articulo Santillana GESTIONAR EMOCIONES EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
Articulo Santillana GESTIONAR EMOCIONES EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
Articulo Santillana GESTIONAR EMOCIONES EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
En la obra de Yuval Harari: “De Animales a Dioses” , existe una referencia como hito en la
historia de nuestra humanidad: El dominio y uso del Fuego. De hecho, el Autor destaca dos
elementos fundamentales en nuestras memorias evolutivas y epigenéticas:
Estos dos aspectos nos diferencian de todas las demás especies en la cadena evolutiva. Nos
otorgan supremacía y distinción: Dominar, compartir el fuego y crear además espacios de
conversación.
La conversación interna es la más valiosa posibilidad que tiene el individuo para demostrar
el poder que le fué otorgado, el poder de elegir!. Somos la única especie en la tierra capaz
de reflexionar y actuar inteligentemente bajo un estímulo, tomando decisiones y
aprendiendo de ellas. Las experiencias, podrían interpretarse en una metáfora como el
campo de entrenamiento en el cual nos acondicionamos para sostener las diferentes
situaciones de la vida; nuestra preparación define el estado de ánimo en el cual habitamos
y la posición que decidimos sostener.
Gobernar las emociones hoy implica empoderar nuestra condición humana y con ello
mantener el equilibrio y la armonía; esto nos permite ser una fuerza positiva para nosotros
mismos y para los entornos en los cuales nos manejamos. Escucharnos, conversar con la
realidad, expresar nuestro sentir, alcanzar una visión neutra, propositiva e incluso
compasiva hace que nuestra lectura sea de un observador consciente, capaz de reconocer
la emoción que lo habita, gestionarla, darle el manejo pertinente para encontrar la solución
y con ello trascenderla, cambiar una creencia, darse paso a nuevos resultados y mantener
su energía vital al alza.
En nuestra intervención para el Foro Virtual convocado por Santillana y Colombia Aprende
haremos referencia a estos atributos que hacen parte de un nuevo código de Inteligencia
Emocional según Harvard Business Review.
Las personas más influyentes son empáticas con su realidad. Saben reconocerla, leerla, e
interpretarla. No la evitan, ni la disfrazan, por el contrario, saben asumirse frente a las
circunstancias y desde una posición clara y transparente la reciben para poder
transformarla. No hay emociones buenas o malas, simplemente hay sentires originados en
circunstancias que son inevitables.
Así es, los materiales resilientes son aquelos que tienen la propiedad de absorber la energía
lo suficiente antes de llegar a su punto de quiebre, para luego recuperar su estado. Así
mismo el “Conservar el Estado” en tiempos difíciles se debe caracterizar por este atributo,
pero no en cuanto a su capacidad de resistencia, sino a la habilidad de recuperar y
sostenerse, en poder expresar lo que se siente con el ánimo de luego encontrar en ello valor
y una resignificación.
Ser empático implica por tanto el reconocimiento propio y el recibirnos en toda nuestra
humanidad.
Lejos de lo que podría parecer sentirse feliz no implica estar siempre contento. Se trata de
algo más profundo: La felicidad es un estado del ser -no es una emoción- y esto implica que
integra muchas otras expresiones emocionales que le permiten al individuo experimentar
ese estado de Felicidad.
En tiempos de incertidumbre, algo que puede proveernos de paz y gratitud (dos emociones
asociadas al estado de felicidad) es que podamos declararnos igualmente vulnerables. Así
también podemos darnos el permiso de levantar la mano y aprender a recibir de otros.
Parte de un gran proceso de transformación es ser conscientes que podemos dar y recibir.
El presente muere a cada instante para convertirse en pasado y renace en cada momento
como esperanza de futuro. Las principales fuentes de Inteligencia Emocional, nos indican
que nuestro enfoque debe estar dirigido a administrar la energía y no el tiempo.
Este hecho nos permite anticipar que si asumimos el tiempo como energía podremos
obtener mejores recursos de nuestra experiencia pasada y acceder a una mayor claridad en
nuestro discernimiento y comprensión de la realidad. Prácticas como la meditación o
instantes de contemplación y silencio, aún en tiempos apremiantes, son especialmente
benéficas y generan mucho valor, máxime en tiempos de incertidumbre y cambios
extremadamente dinámicos.
Daniel Goleman