La Identidad
La Identidad
Conocer nuestra identidad es una de las cosas más valiosas e importantes del
ser humano. Cuando no sabemos quiénes somos, no podemos saber a dónde
vamos.
Conocer nuestra identidad es una de las cosas más valiosas e importantes del ser
humano. Cuando no sabemos quiénes somos, no podemos saber a dónde vamos.
Como cristianos nacidos de nuevo por la fe en Jesucristo, tenemos una nueva
identidad. Conociendo ésta, sabremos cuál es el propósito para el que fuimos
creados, y cuál es el destino que Dios preparó de antemano para nosotros.
Como hijos de Dios, queremos parecernos a Él. Pero el enemigo es astuto y vino a la
Tierra dispuesto "a robar, a matar y a destruir" (Juan 10:10). Otro de sus propósitos al
robarnos la identidad es que no sepamos quienes somos, de modo que nunca
podamos vernos como reflejo de la imagen de Dios. De esta manera, no nos veremos
como "hijos de Dios" porque pensamos que somos demasiado insignificantes,
pecadores y malos. Es necesario que meditemos en esto: ¿Qué concepto tenemos de
nosotros mismos?
En Cristo hemos sido reconciliados con Dios, hemos sido perdonados, hemos sido
justificados delante del Padre (2 Cor.5:18-21). Hemos nacido de nuevo, tenemos vida
eterna, estamos en el proceso de la santificación, tenemos una nueva manera de vivir,
tenemos una nueva identidad, ya estamos completos para vivir la vida en abundancia
que Cristo nos da. Pero para que todo sea una realidad, tenemos que asumir esto en
nuestra mente y aceptarlo por fe, mediante la renovación de nuestro entendimiento;
cambiando nuestra vieja forma de pensar (Romanos 21:2).
¿Cómo renovamos la mente para que con la nueva Identidad en Cristo cumplamos
el propósito de Dios?
Juan 15:16 nos recuerda que ha sido Él quien nos escogió y su propósito es para que
llevemos fruto y fruto en abundancia y que ese fruto permanezca para que el Padre
sea Glorificado. El fruto que Dios quiere que tengamos es el fruto de Su Espíritu
(Gálatas 5:22-23). Pero eso sólo es posible si le buscamos por medio de la oración y la
lectura de su Palabra, si memorizamos esa Verdad y la creemos, vamos renovando
nuestra mente y entonces nuestra vida será transformada y la manera en que me veo
y trato a los demás reflejará lo que SOY en Cristo
Colosenses 3:1-17 nos da un panorama de las acciones que ahora como hijos de Dios
debemos hacer. Es nuestra responsabilidad conocerlas y obedecerlas a fin de que al
ponerlas en práctica vayamos reflejando lo que ahora somos. Al mismo tiempo 2
Pedro 1:2-11 y Gálatas 5:16-26 nos van dando pautas de cómo vivir la nueva vida en
Cristo.