Dictadura y Educaci-N

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El ocaso del estado de

bienestar argentino.
Dictaduras y educación
1955-1983
1946-1952: Gobierno de Perón
1952-1958: Gobierno de Perón, interrumpido en 1955: Revolución
Libertadora.
1955: inauguración de gobiernos militares en Argentina, siglo XX.
Proscripción del peronismo. Alianzas Iglesia, Poder económico
empresarial y FFAA.
1963: Illia levanta la proscripción del PP y del PC. Interrumpido en 1966:
Revolución argentina.
Onganía (1966-1970)
Noche de los bastones largos
Levingston (1970-1971) (1966)
Lanusse (1971-1973) Cordobazo (1969)

1973: salida del golpe. Elecciones. Gana Cámpora, renuncia. Nuevas


elecciones, Perón vuelve al poder por un año. Fallece en el 74.
1974: Isabelita presidente, López Rega al poder.
1974-1976
López Rega, consolidación de la derecha argentina en el poder.
1° de mayo: Perón echa de la plaza a la izquierda peronista.
Surgimiento de la Triple A, (Alianza Anticomunista Argentina) org.
paramilitar. Represión para eliminar la oposición.
1975: crisis institucional. Caos socio-económico. Enfrentamiento entre: ERP,
FAP, Triple A y Montoneros.
1976: Junta de Comandantes de las FFAA. Inauguración de la etapa más
oscura del siglo XX: el terrorismo de estado.
TdE: comienza cuando el propio Estado utiliza a sus Fuerzas Armadas en
contra de sus ciudadanos, violando sus derechos fundamentales y
recurriendo sistemáticamente al asesinato de muchos de ellos. Cuando
esto ocurre, se quiebra un principio básico del estado de derecho, que
consiste en que los ciudadanos aceptan que el Estado es el único que
puede utilizar la fuerza y las armas para garantizar la vigencia de los
derechos individuales de las personas. El Terrorismo de Estado, por el
contrario, utiliza la fuerza de las armas para anular los derechos de los
ciudadanos, incluso el derecho a la vida. El Estado se convierte en terrorista
cuando hace uso de la tortura, oculta información, crea un clima de
miedo e inseguridad, margina al Poder Judicial, produce incertidumbre en
las familias y confunde deliberadamente a la opinión pública.
Terrorismo de Estado en Argentina
La alianza de fuerzas militares y civiles que tomó el poder en 1976
consideró que, para disciplinar por completo a la sociedad, no era
suficiente con cambiar las leyes. Por eso es que se propusieron
organizar un Estado terrorista que de manera sistemática aplicó un plan
para aterrorizar al conjunto de la sociedad. La aplicación de esta
violencia terrorista les pareció el camino más efectivo para eliminar
físicamente a los opositores más tenaces –a los que llamaron
delincuentes subversivos- y para inmovilizar por el miedo, al resto de los
habitantes del país.
Desde 1976, el plan terrorista consistió en el uso de la violencia tanto
desde las instituciones públicas como desde estructuras clandestinas,
creadas por el propio Estado, para hacer más eficiente la “lucha
antisubversiva”. Para evitar cualquier tipo de resistencia por parte de la
sociedad civil, las fuerzas armadas eliminaron a las organizaciones
guerrilleras y al sindicalismo combativo y persiguieron y neutralizaron a
la mayoría de las organizaciones populares. El terror que provocaban
las detenciones legales, los secuestros ilegales y los asesinatos y torturas
que cometían las fuerzas represivas, paralizó durante mucho tiempo
todo cuestionamiento a la dictadura militar.
1955- 1976
Coincidieron en la desestructuración del montaje pedagógico
peronista; se elimino su simbología de los textos, los planes de
estudio y la vida cotidiana escolar. No fue necesario cambiar
mucho mas porque a través de casi una década de
nacionalismo popular, en la escuela persistía casi intacto el
viejo discurso normalista mechado con enunciados católicos.
La antinomia peronismo/antiperonismo había logrado cruzar
dolorosamente el campo profesional de la docencia argentina.

Frondizi (1958-1962) ordenó la cuestión docente, impulso la teoría


del planeamiento, comenzó la transferencia de escuelas
nacionales a las provincias y abrió la puerta grande a la
enseñanza privada. En 1958 se promulgo el Estatuto del Docente,
comenzaron a funcionar las Juntas de Calificación y Disciplina y se
realizaron concursos. Se firmaron convenios de coordinación con
las provincias y se logro un acuerdo curricular básico para un
programa de aplicación en todas las escuelas provinciales y
nacionales del país.
La UTN, antes Universidad Obrera.
Impulso a la educación privada, sistema formal.
Experiencias educativas del periodo
Illia (1963): apertura democrática del campo educacional, hasta donde
lo permitían los límites de lo tolerable puestos por la Iglesia y los núcleos
duros de la cultura normalista, aún vitales.
Un nuevo liberalismo laico escolanovista, muy influido por el psicoanálisis
y la psicología social, se desarrolló en jardines de infantes, colonias de
vacaciones, campamentos y centros de recreación.
Experiencias realizadas por los departamentos de extensión v
universitaria de varias universidades nacionales. En esas experiencias
confluyeron la herencia de la escuela activa, la izquierda y el trabajo
social cristiano; fueron también un espacio importante para la
formación de educadores.
Hubo un importante aumento de escuelas, alumnos y docentes en
todos los niveles.
Desde 1955 hasta 1962 se dio el período más prolongado del reformismo
universitario.
Experiencias educativas del periodo
La educación entre Onganía y Lanusse: Profundamente conservadora y
con una impronta franquista, la dictadura de Onganía reprimió la
actividad gremial y las universidades.
El golpe de Estado de Onganía clausuró las experiencias innovadoras en
la educación pública, intervino las universidades y reprimió al
movimiento estudiantil.
Se crea el Consejo Federal de Educación. Plan Taquini.
Las experiencias de educación popular que habían fructificado en los
60, antes del golpe militar de Onganía-Lanusse, revivieron a comienzos
de los 70.
1973-1975: proliferación de experiencias educativas transformadoras.
Educación de adultos. Educación de la infancia. Reforma y
actualización de las universidades. Gran actividad en el ámbito de la
educación popular.
Enfrentamiento permanente con la derecha peronista: la educación
como gasto.
Contexto Internacional del golpe del 76
Nacionalismo católico; “¿Qué quedará en la Argentina sin la espada y sin la
cruz? ¿Quién querrá quedaren la historia como aquel que la privó de una de
ellas? La Argentina es católica y militar. Ninguna responsabilidad hay más
alta en este tiempo que el cuidado de esa” MG
24 de marzo de 1976
Se produjo el golpe de Estado, apoyado por sectores civiles adversos a
los cambios. La represión contó con el consenso pasivo de parte de la
civilidad. En la trama político-cultural argentina estaba muy arraigada
la creencia de que el orden autoritario solucionaría los problemas
sociales frente a un pueblo míticamente inculto y haragán, incapaz de
gobernarse

ALFONSIN, Raúl Ricardo 1983 - 1989 Renuncia


BIGNONE, Reynaldo B. 1982 - 1983 Normalizador
GALTIERI, Leopoldo F. 1981 - 1982 Renuncia
VIOLA, Roberto E. 1981 - 1981 Depuesto
VIDELA, Jorge Rafael 1976 - 1981 Concluye
MARTINEZ de Perón,
1974 - 1976 Depuesto
María E.
Entre 1930 y 1983 la Argentina sufrió seis golpes de Estado. Sin embargo, la
expresión «terrorismo de Estado» sólo se utiliza para hacer referencia al último de
ellos. La violencia política ejercida desde el Estado contra todo actor que fuera
considerado una amenaza o desafiara al poder fue una característica
recurrente en la historia argentina. Hay muchos ejemplos de esto: la represión
contra los obreros en huelga en la Semana Trágica (1919) y en las huelgas de la
Patagonia (1921); los fusilamientos de José León Suárez relatados por Rodolfo
Walsh en su libro Operación Masacre (1956); la Noche de los Bastones Largos
durante la dictadura de Juan Carlos Onganía (1966) y la Masacre de Trelew
(1972), entre tantos otros.
Estos episodios pueden ser evocados como antecedentes de la violencia
política ejercida desde el Estado contra sus «enemigos», sin embargo, el
autodenominado Proceso de Reorganización Nacional implicó un «salto
cualitativo» con respecto a los casos citados porque la dictadura de 1976 hizo
uso de un particular ejercicio de la violencia política: la diseminación del terror
en todo el cuerpo social. La Constitución Nacional –es decir, la ley de leyes de
la República Argentina–, dejó de regir la vida política del país.
La dictadura identificó al sistema educativo como un área de intervención
privilegiada y a la escuela como "una de las sagradas instituciones de la Patria".
Aun más: el régimen concebía al ámbito educativo como el espacio donde se
había difundido el "virus de la subversión" y, simultáneamente, como el lugar
sobre el que se debía intervenir para "interrumpir el eslabonamiento de las ideas
subversivas" y reponer "los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y
de la dignidad del ser argentino", condiciones necesarias para restablecer el
orden en una sociedad que había perdido su rumbo.
Las FFAA defender al país del avance del comunismo.
Doctrina de Seguridad Nacional: es deber de los militares conservar los valores de
la patria buscando y eliminando a los enemigos internos que podía haber. Es
decir, aparece la idea de que los enemigos de un país ya no son externos sino
que estaban en el mismo país, eran ciudadanos argentinos y eran peligrosos, por
ende había que eliminarlos.
También se impuso la idea de que cualquier método era bueno con tal de lograr
el objetivo deseado, el exterminio de los que pensaban o actuaban distinto,
incluso recurriendo a procedimientos fuera de la ley.
Amplios sectores sociales recibieron el golpe militar en forma pasiva, otros lo
apoyaron, otros lo impugnaron y unos pocos lo resistieron. Era una nueva
interrupción del marco constitucional que, una vez más, prometía dejar atrás el
«caos» imperante y retornar al siempre enunciado y anhelado «orden». En esta
oportunidad, la búsqueda de «orden» supuso comenzar a instrumentar un feroz
disciplinamiento, en un contexto caracterizado por la creciente movilización
social y política. La sociedad fue reorganizada en su conjunto, en el plano
político, económico, social y cultural.
La dictadura se propuso eliminar cualquier oposición a su proyecto
refundacional, aniquilar toda acción que intentara disputar el poder. El método
fue hacer «desaparecer» las fuentes de los conflictos, para sentar las bases del
nuevo modelo «era necesario modificar las estructuras de la economía
argentina.
El cambio propuesto era muy profundo; no bastaba con un simple proceso de
ordenamiento, sino que había que transformar normas y marcos institucionales,
administrativos y empresariales; políticas, métodos, hábitos y hasta la misma
mentalidad,
La Transformación del SE
militarización del sistema educativo; introdujo pautas de control ideológico en las
pruebas de ingreso a la docencia y en la promoción a los cargos superiores y, en su
punto máximo de agregación, desató la persecución física e ideológica de docentes y
alumnos. Con estas medidas se pretendía amoldar los valores que debía transmitir la
escuela al objetivo de constituir una sociedad disciplinada y despolitizada.
descentralización del gobierno de la educación; través de la sanción de la ley
24.049 tuvo lugar la transferencia compulsiva de las escuelas primarias —creadas por la
ley Láinez a partir de 1905— de la órbita nacional a las jurisdicciones provinciales. Así la
gestión, el personal docente y los alumnos de aproximadamente 6.200 escuelas
primarias que habían pertenecido históricamente al Estado nacional quedaron bajo la
égida de las provincias. Este proceso de descentralización se implemento sin dotar a
cada jurisdicción de los recursos humanos y financieros necesarios para garantizar su
gestión.
implementación del principio de subsidiariedad; otorgándole al sector privado una
mayor injerencia sobre los asuntos educativos. se hizo lugar a una demanda histórica del
sector privado y de la Iglesia católica y. consecuentemente, se desfinanció y redujo la
educación pública. Una suerte similar corrieron las universidades nacionales, que fueron
aranceladas o bien clausuradas, y muchos de sus docentes, cesanteados. El SE fue
reconfigurado sobre la base de un modelo excluyente y de una matriz expulsiva que
afectó principalmente a los sectores populares
La identificación del enemigo interno
Según el diagnóstico de los grupos conservadores, "valores" como el rigor, el orden y la
disciplina – otrora ponderados positivamente por la sociedad- habían perdido prestigio
en las últimas décadas. La principal razón de esta desvalorización la hallaban en los
discursos y las prácticas educativas surgidas al calor de la renovación cultural y política
de los años ' 60 y ‘ 70.
El control recayó también en el empleo de determinadas palabras: proletariado,
liberación, explotación y capitalismo fueron objeto de censura.
La dictadura favoreció, a través de la descentralización v de la implementación del
principio de subsidiariedad. la construcción de circuitos educativos diferenciados en los
que se podían percibir notables asimetrías en torno a la calidad del servicio educativo
ofrecido, a la capacidad de retención de la matrícula, al financiamiento y a los recursos
materiales y edilicios.
Esta tendencia, como parte de la estrategia discriminadora, buscaba restablecer las
jerarquías sociales preexistentes y garantizar su continuidad a lo largo del tiempo. En
definitiva, la estrategia discriminadora tuvo un carácter marcadamente prospectivo,
que pretendía instituir un nuevo perfil al sistema educativo, acorde con un modelo de
sociedad sustentado sobre los principios conservadores.

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