Rituales Como Fuente de Etica y Doctrina Masonica

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 48

“LOS RITOS

COMO FUENTE DE ÉTICA Y DOCTRINA MASÓNICA”

Columna de Aprendices

R.·. L.·. HIRAM Nº 65

Trabajo para Cámara Conjunta de AA.·.

Valle de Santiago, mayo de 2011, e.·.v.·.


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...............................................................................................................3

DESARROLLO...................................................................................................................7

DEFINICIONES PARA UNA VISIÓN MASONICA..................................................................7

DOCTRINA.....................................................................................................................10

VALORES PROPUGNADOS POR LA MASONERIA.............................................................11

CONCEPCIÓN ETICA DE LA MASONERIA.........................................................................18

PRINCIPIOS DOCTRINARIOS...........................................................................................24

CONFIRMACIÓN DE UNA DOCTRINA FRANCMASÓNICA.................................................28

CONCLUSIÓN.................................................................................................................42

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................47
A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

LOS RITUALES COMO FUENTE

DE ÉTICA Y DOCTRINA

DE LA FRANCMASONERÍA

INTRODUCCIÓN

Si se comparan los postulados y principios de la filosofía antigua, con los de la filosofía

moderna, se encuentra que el gran ejemplo de aquella y el gran arquetipo de esta última,

distingue a una de otra por el hecho de poseer en alto grado una mayor facultad

simbolizante, porque se sabe que el hombre se instruye mejor mediante el uso de

similitudes capaces de ser internalizadas.

Para la sociedad de hoy, resulta evidente que la humanidad solo puede instruirse en el

conocimiento abstracto de las verdades, mediante símbolos y parábolas. Y, es este

principio de las similitudes el que posibilita la íntima conexión entre palabra y acción;

entre idea y acto; entre decir y obrar; entre hablar y actuar. De modo que se unen lo

especulativo con lo operativo, lo metafísico con lo moral; y finalmente lo teórico con lo

práctico.

Así, los afanes filosóficos y éticos de los que se impregna y distingue la francmasonería,

pueden ser observados en un previo examen sumario, al considerar para su análisis un par
de aspectos relevantes, entre otros: la referida consideración de la existencia de una

doctrina, por la que abogaría la institución. En particular ello tiene que ver con lo que la

orden podría denominar un Humanismo Espiritual, el que se expresa a través del

humanitarismo meliorista y constructivo, al que la masonería recurre cada tiempo para

expresar y señalar, el perfeccionamiento de que es objeto el hombre iniciado en la

institución, el que se alcanza, al decir institucional, “que cada hombre de la orden en su

proceso de desarrollo se encuentra siempre a medio camino entre lo bueno y lo malo” y

por tanto basa su acción en un alcanzar junto al iniciado, ese optimismo antropocéntrico,

que constituye el desarrollo de una fraternidad universal, que conlleva toda una

dimensión ética inmersa en ella.

Y es por tanto, que en esta medida el humanismo espiritual, constituye la expresión

máxima de la dignidad humana, cuya dimensión espiritual es la gran reserva de energía

social conocida, tanto desde un punto de vista real concreto como del ideal y de la virtud

que se alcanza en la masonería.

Los previos antecedentes como tal constituyen, el elemento central para el desarrollo del

análisis de este trabajo, y es desde esta perspectiva que el estudio sistemático de ritos y

rituales, se desarrollan en los momentos de mayor importancia en la vida de un masón,

como son el ingreso a la Orden Masónica, y particularmente el paso por la iniciación al

grado de aprendiz, y luego los pasos por los distintos grados para alcanzar el grado de
maestro, los que le dan un valor positivo al mejoramiento que el iniciado debe poseer.

Ellos son los momentos en que el hombre iniciado en la doctrina masónica, sufre el

impacto que genera su ingreso, a la orden y los que se ponen en práctica toda la riqueza

de los rituales de la francmasonería.

En el logro de tan dignos objetivos, el iniciado en la orden debe alcanzar su máxima

expresión en el estudio y aprendizaje de los rituales, los que constituyen por si solo la

principal fuente para internalizar una ética masónica propia y característica a partir de la

cual se constituye finalmente el sentido y necesario aprendizaje de los valores que

constituyen la doctrina de la francmasonería.

En tanto, nunca está de más volver a los inicios y para los aprendices es fundamental el

hacerlo, teniendo como base la iniciación, en donde se deja la vida profana, de donde

provienen como hombres ignorantes y groseros en el buen sentido de la palabra y se

comienza o se intenta convertir en pensador y sabio, en base a trabajo, esfuerzo y

constancia.

De modo que la transformación de ese hombre, desde piedra bruta y amorfa en piedra

pulida y encuadrada, necesita del apoyo y consejo de los maestros, quienes inducen y

educan a trabajar las herramientas, mazo y cincel, en el logro de obtener el resultado


final, una persona de bien poseedora de características positivas tales como la tolerancia,

el respeto, la fraternidad y la caridad entre otras.

En su inicio el ritual iniciático indica vendar los ojos al profano postulante, luego de

privarlo de uno de los sentidos más importantes, lo desconocido y la falta de luz, entrega y

permite agudizar los sentidos restantes y ofrece la primera enseñanza, CONFIAR en un

desconocido, a quien en otras circunstancias no se lo permitiría, pero que se transformará

en un hermano, él es el guía que como un lazarillo conduce al iniciado por el camino final

de una vida profana y da las indicaciones y guías para sortear en buena forma el inhóspito

camino a la cámara de reflexiones y lo que conlleva el ritual iniciático.

Una vez en la cámara y viendo por última vez la vida profana, le son retirados los metales,

lo que implica quedar en pobreza material y espiritual, desprenderse de lo falso y de lo

que en la vida profana produce satisfacción pasajera y falsa, distorsión de la realidad pura

y que suele encandilar y desviar hacia caminos inadecuados.

Una vez solos y a disposición del silencio, se escucha la voz interior que indica que la vida

como es conocida ha cambiado, es un enfrentamiento con elementos que para muchos no

son cotidianos y que demuestran el dilema de ver que el cuerpo humano, no es eterno, la

calavera señala el camino que hay entre la vida y la muerte y que lo superfluo es vano.
De este modo, se recuerda lo ínfimo de la individualidad y que el iniciado será recordado

por los actos, virtudes o vicios, aciertos o desaciertos, valores que plasmados de puño y

letra en un papel, recordarán por siempre el compromiso que adopta para con la

Masonería, con los hermanos y con los profanos que colman las vidas, en el aprendiz

están las armas del silencio para escuchar, el estudio para aprender, la tolerancia para

aceptar y la confianza para creer, que ese testamento será cumplido a cabalidad, como si

hubiera sido firmado con la propia sangre en muestra de fidelidad y veracidad a lo

pactado.

DESARROLLO

DEFINICIONES PARA UNA VISIÓN MASONICA

RITO

La RAE define Rito, a partir de la expresión latína Ritus, y señala que corresponde a una

costumbre o ceremonia. Constituyendo en esa medida un conjunto de reglas establecidas

para el culto y ceremonias religiosas. Por tanto se puede señalar que es un acto religioso o

ceremonial repetido invariablemente, con arreglo a unas normas estrictas.

Los ritos son las celebraciones de mitos, por tanto no se pueden entender separadamente

de ellos. Tienen un carácter simbólico, expresión del contenido de los mitos. La

celebración de los ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de carácter más o

menos solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa.


En masonería, Rito, es sin duda objeto de dos distintas acepciones. La primera de ellas

define al rito como un sistema progresivo, gradual y completo destinado a conducir al

masón desde la recepción de la luz, hasta la plenitud del desarrollo del arte real, a través

de sucesivos pasos tendientes a completar el conocimiento cabal del misterio masónico,

que no es otro que el misterio profundo de las leyes de la existencia.

Por otra parte Ritual es un adjetivo perteneciente o relativo al rito. Para señalar un

conjunto de ritos de una religión, de una iglesia o de una función sagrada. Es algo

impuesto por la costumbre.

La segunda acepción de "Rito" se refiere a todo acto ceremonial o conjunto de símbolos

vivientes, reglados y desarrollados bajo formas definidas, que tienen por fin conducir a los

participantes de una ceremonia, a un medio iniciático, acuciando la imaginación y

elevando el espíritu. Requiere por parte del participante una profunda adhesión y

consubstanciación.

Este concepto de rito se confunde con el de ritual o compendio de elementos necesarios

para el completo desarrollo de las ceremonias masónicas. Además contiguo a los rituales,

se incluye el agregado de procedimientos o prácticas basadas en costumbres, tradiciones,

usos regionales o modalidades aceptadas.


Por otra parte Ritual, es un adjetivo perteneciente o relativo al rito, que señala un

conjunto de ritos de una religión, de una iglesia o de una función sagrada, constituyendo

algo impuesto por la costumbre.

En esta medida, los rituales corresponden a un conjunto de acciones de carácter

simbólico, que prodigan las pautas para un buen comportamiento tanto en logia como a

su vez dictan y enseñan la forma de aportar de buena manera en el accionar de la vida

profana, dando forma a personas de bien.

El estudio y alcance de los rituales, debe ser comprendido y asimilado en forma correcta

pues son la base de una adoctrinación necesaria para poder aspirar a transformarse cada

día en un miembro más de la orden cuyas fuertes convicciones éticas, morales y

conductuales indican un perfeccionamiento constante y sostenido.

Estos conceptos, no son solo para guardarlos en forma temporal en la conciencia, sino que

por el contrario deben ser los medios de comprensión que deben ser internalizados y

absorbidos para ser utilizados como forma de vida y comportamiento social; lo que

constituye la reafirmación del actuar masónico, confirmando el que en algún momento el

profano-candidato fuera observado y estudiado por un H.·. quien depositó su confianza y

luego apadrinó al momento de ingresar a esta meritoria orden.


DOCTRINA

La R.A.E. define Doctrina, como una palabra que deriva del latín “doctrina”, “doctor”, y de

“docere”.

DOCTOR: significa el maestro, el que enseña, que a su vez deriva de docere que significa

enseñar.

De modo que Doctrina, se puede definir, como el conjunto coherente de enseñanzas o

instrucciones las que pueden ser:

 Un cuerpo de enseñanzas basadas en un sistema de creencias.

 Principios o posiciones respecto a una materia o cuestiones determinadas.

 Una serie de enseñanzas sobre una rama de conocimiento o de ciencia concreta.

 Enseñanza que se da para la instrucción de alguien.

Se puede además definir como un sistema de opiniones o postulados científicos, cuyo

propósito es constituir una teoría de validez general.

Validar de este modo una doctrina, le imprime a la Orden, un sello exclusivo, que a saber

puede ser apreciada como una característica propia de la masonería, sentido en el cual el

crecimiento que se obtiene tiene claramente el sentido de mejoramiento continuo, cuya

denominación, constituye el Meliorismo, y el Excelsiorismo, términos que apuntan al


singular perfeccionamiento, al insuperable mejoramiento y al notable crecimiento de los

hombres libres, quienes iniciados en las prácticas y costumbres institucionales, reconocen

la posibilidad concreta de cambiar y de transformarse, pues entienden que son seres

perfectibles y, de ninguna manera perfectos.

VALORES PROPUGNADOS POR LA MASONERIA

TOLERANCIA

Del latín tolerare (sostener, soportar), es una noción que define el grado de aceptación

frente a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. Más generalmente, define

la capacidad de un individuo de aceptar una cosa con la que no está de acuerdo. Y por

extensión moderna, la actitud de un individuo frente a lo que es diferente de sus valores.

Son pocos los ejemplos a lo largo de la historia que hablan de tolerancia, en particular en

el ámbito religioso y muchos de intolerancia, como lo hiciera “La Inquisición” institución

judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y

sentenciar a las personas culpables de herejía. Solo tras el Concilio Vaticano II (1965),

asumió como lema, no más el anatema sino la comprensión, no más la condena sino el

diálogo. Respecto a las otras iglesias inauguró el diálogo ecuménico, que presupone la

aceptación de la existencia de otras iglesias. Al día de hoy, la intolerancia religiosa quizás

sin ser la causa de las guerras, es un instigador de odio entre pueblos.


Gandhi (1869-1948). Señala no me gusta la palabra "tolerancia", pero no encuentro

ninguna mejor. “El amor nos enseña a tener por la fe religiosa de los demás el mismo

respeto que tenemos por la nuestra”. La tolerancia no es indiferencia por la propia fe, sino

amor más puro e inteligente por esta fe. Está claro que la tolerancia no es confusión entre

el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto. Sin embargo, señalaba, la tolerancia es ya un

gran paso, sobre todo cuando educa en el conocimiento y en el respeto del otro, del que

es distinto, del extraño. Este comportamiento no debe ser indiferencia, confusión o

sincretismo vano y vago. Es conciencia de la diferencia, pero también de la posibilidad - a

través de un diálogo recíproco - de alcanzar una convivencia, una armonía, una

solidaridad. Gandhi decía que no es solamente no hacer mal al otro, sino también

ayudarlo a superar la dificultad de ser extraño para sentirse acogido y respetado echando

fuera miedos y reacciones guerreras.

Pero el ámbito religioso no es el único en el cual la tolerancia es poco habida, también el

ámbito de las ideas y sociedad, donde la falta de tolerancia a cerrado puertas a nuevos

desarrollos. Albert Einstein señalaba en relación a ello "Por libertad debo suponer

condiciones sociales de tal índole que el individuo que exponga sus modos de ver y las

afirmaciones respecto a cuestiones científicas, de tipo general y particular, no enfrente

por ello graves riesgos"1.

1
Libro mis creencias
Charles Chaplin al final de su película "El Gran Dictador" entre otras cosas dice: "Me

gustaría ayudar a todo el mundo si fuese posible: a los judíos y a los gentiles, a los negros y

a los blancos (…) La vida puede ser libre y bella, pero necesitamos humanidad ante las

máquinas, bondad y dulzura antes que inteligencia (…) No tenemos ganas de odiarnos y

despreciarnos; en este mundo hay sitio para todos (…) Luchemos por abolir las barreras

entre las naciones, por terminar con la rapacidad, el odio y la intolerancia (…) Las nubes se

disipan, el sol asoma, surgimos de las tinieblas a la luz, penetramos en un mundo nuevo,

un mundo mejor, en el que los hombres vencerán su rapacidad, su odio y su brutalidad".

El Q:.H:. Voltaire, en su diccionario filosófico a modo de ahondar más en el concepto se

refiere a ella como “…nada menos que la panacea de la humanidad. Todos los hombres

estamos llenos de flaquezas y errores, razón por la cual debemos aprender a perdonarnos

recíprocamente,como dicta la primera ley de la naturaleza. La discordia es la gran

calamidad que padece todo el género humanoy la tolerancia supone su único remedio."

En otras filosofías como la budista, la tolerancia es el primer paso hacia la ecuanimidad, es

decir la aceptación sin esfuerzo. Aquí quiero mencionar al gran pensador y científico

Humberto Maturana quien señala que son nuestras emociones lo que guía nuestro hacer,

no nuestro razonar, aun cuando pensamos que nuestra conducta es racional.


El valor de la tolerancia, debiese encontrarse en el ámbito de las emociones más que de la

racionalidad. Es innegable que la reacción que debemos aprender a controlar son las de la

ira en diversos grados. Luego de ello, racionalizar y atender argumentos.

CARIDAD

La palabra “caridad” es asociada por la sociedad en referencia a un tipo de “amor” que no

resulta agradable. Se vincula casi exclusivamente con la limosna, la que es fácilmente

considerada como un “accesorio” de poca monta y sin real gravitación en la estructura

ética normal de la gente. A lo más se le atribuye el papel de “rellenar los vacíos” que suele

dejar incluso la mejor de las institucionalidades, y se piensa que es retórica eclesiástica

decir —como lo dijeron algunos obispos latinoamericanos— que la justicia es “el mínimum

exigible de la caridad”.

En esta medida parece muy significativo que todo el mundo admire a un Padre Hurtado o

una María Teresa de Calcuta, pero que se considere que ellos han asumido una tarea no

exigible al común de los miembros de una sociedad. Caricaturizando, podría decirse que la

caridad aparece como una virtud admirable en otros, pero no necesariamente incluida en

el proyecto moral propio.

La palabra caridad, encuentra su origen etimológico tanto en latín como en Griego. Del

Latín, proviene de “Cháritas” o “ Cáritas”, la cual deriva de careo, carere o cariturus, lo que
significa “estar privados” o más comúnmente “carecer”. Del Griego, proviene de uno de

los 4 tipos de amor que reconocían: el amor eros (deseo, atracción, pasión) el amor stergo

(amor familiar) el amor fileo (amistad) y el amor agapao ó ágape (αγαπη), siendo este el

amor que entrega sin esperar nada a cambio, abnegado y sacrificado, el amor caritativo.

Ambas palabras (Cáritas y Ágape), reflejan lo mismo, y tienen un eje central que es el

amor. Pero sus formas han llevado a importantes distinciones históricas y conceptuales. Es

importante también mencionar la filantropía, como otro elemento vital de la caridad, y

comprender que su objetivo es el mismo de las anteriores formas de amor, pero bajo otro

concepto.

La Caridad en su sentido más amplio se considera como el sentimiento y actitud que

impulsa a interesarse por los demás, a solidarizarse con sus problemas y necesidades, a

ayudar al prójimo. Puede también interpretarse bajo un sentido no menos estricto como

la limosna, el auxilio o consuelo que se concede a quien lo necesita.

Entonces la caridad no es sino o por tanto parte del amor en sí mismo, amor que impulsa

a sentir compasión por las demás personas, compasión que impulsa el amor hacia los

demás.

No se debe caer en el error demasiado común de creer que la caridad es únicamente el

sentimiento de conmiseración que conduce a auxiliar al necesitado con donativos


pecuniarios. La aplicación de sus principios Masónicos es más noble y más extensa. La

palabra en algunas literaturas se describe de manera muy acabada y se hace mención a

que caridad es netamente significativa del amor, palabra que denota el estado benigno

del espíritu que purifica en los seres copiosa benevolencia y afectuosa consideración hacia

los demás.

En la iniciación se demuestra en todo su esplendor, en cada paso que este da en camino

hacia las tres luces, despojándose de sus ropas y metales que lo acompañan en su vida

profana presentándose nuevamente, ante un nuevo nacimiento como hombre que espera

el amor de sus hermanos.

" (...) el hermano debe ser y debe estar contento con si mismo y esto solo puede ser

cuando se interesa no solo por si mismo, sino por el bien de los demás que necesitan de

su ayuda, los cuales tienen derecho a recibir (...)".

Y este mismo escrito elocuentemente establece esta regla para el acto de caridad de un

Masón: Ayudad sin ir en busca de nada, sin consideración de futuras ventajas, pues de lo

contrario tu caridad o cortesía no es caridad, sino, tráfico y mercantilismo.


FRATERNIDAD

Sinónimo de hermandad, y por extensión de amistad o camaradería. Puede también hacer

referencia a:

- Un término filosófico.

- Una sociedad secreta, monacal, o religioso-militar.

- Una organización fraternal.

Debe ser entendida y asimilada desde los inicios, en la cámara de aprendices es donde

esta debe ser internalizada y aplicada y debe demostrarse en la cohesión de todos sus

miembros y de ahí demostrada hacia el resto de los integrantes de la orden.

Esta no debe ser impuesta y se liga directamente con la tolerancia, sin esta última no se

podrá conocer, apreciar y estimar al hermano que tenemos al lado.

Puede ser representada al igual que la unión y la solidaridad, por el fruto del granado, así

nos indica que todos somos iguales y que estamos estrechamente unidos, que somos un

todo compuesto por unidades que si bien no son iguales, se deben al otro como

hermanos, sin mediar el ámbito etario, racial o cultural.


CONCEPCIÓN ETICA DE LA MASONERIA

El análisis etimológico de la palabra ética, descansa tanto en el griego como el latín. En su

origen griego tenemos la palabra êthos, la cual tiene un sentido de pertenencia de los

hombres con su país, su morada. Es esta acepción la que Heidegger desarrolla más en

profundidad en su “Carta sobre el humanismo”. En ella, el filósofo señala que la ética, es el

pensar que afirma la morada del hombre en el ser, la verdad del ser como elemento

originario del hombre. El concepto remite a un lugar que el hombre porta en si mismo y

que proyecta hacia el mundo. El êthos es el suelo firme, el fundamento de los actos

humanos.

No obstante, esta no es la definición más tradicional. Desde Aristóteles, la ética atañe más

a un “modo de ser” o “carácter” en el sentido de la forma de vida que se va adquiriendo,

apropiando e incorporando en la existencia. El carácter se logra por hábitos, puesto que el

êthos no es como el páthos (sentimientos), dado por naturaleza, sino adquirido, pero no

por ello es menos real, llegando incluso a acuñarse la expresión “segunda naturaleza”. El

hábito entretanto, se alcanza por medio de la repetición de actos iguales, constituyendo el

principio intrínseco de los actos. Pareciera haber entonces, un circulo êthos-hábitos-actos.

De esta forma podemos comprender una doble acepción en el vocablo êthos, una que lo

sitúa en el origen de los actos y otra que la concibe como su resultado.


En su origen latino, ética encuentra su domicilio etimológico en virtud del doble

significado de la palabra, asociada a costumbre y carácter, ya que en latín no existe una

palabra que pueda traducir en amplitud de significado el vocablo êthos. Es en este sentido

que el vocablo latino mos o mores viene a cubrir el múltiple significado que los griegos

daban al concepto. No obstante aquello, estos conceptos dan origen a la palabra Moral, lo

cual podría ser un tema de larga discusión en el sentido de considerar que ética es (o no)

lo mismo que moral.

No se puede caer en la incertidumbre de dudar de la ética de un Hermano y/o de la

Francmasonería, sino se tiene el conocimiento cierto o epistemológico de los

fundamentos éticos de los mismos. Estos fundamentos o principios éticos se logran

después de iniciarse en los misterios, con el estudio y la investigación, por tanto con el

pulimento de esa piedra bruta el iniciado se enmarca en un paradigma hacia la perfección.

La antigüedad clásica está inmersa en una búsqueda permanente del sentido moral de la

conducta humana, desde la política a la guerra, desde el amor al mismo acto de morir.

Pero a lo largo de la historia, han sido los períodos de decadencia los momentos en que

con mayor angustia nos hemos preguntado, no sólo los Masones sino el mundo profano,

acerca de las razones que llevan al hombre a abandonar el camino del bien.
El mundo ha cambiado mucho; mientras que, la ética sigue planteando el mismo dilema,

el de la conducta humana frente al bien propio y al bien común. Para ello es necesario,

antes de profundizar en estas reflexiones, preguntarnos primero ¿qué entendemos

entonces por ética? y ¿qué es la moral?

Con el advenimiento de las Revoluciones sociales inspiradas en principios de la naciente

Masonería especulativa, surgen conceptos que inspiran su divisa de Libertad, Igualdad y

Fraternidad; los dos primeros, producto de ese movimiento reivindicativo del ser humano.

Es así, como se incorporan a la Francmasonería, el Librepensamiento, el Laicismo y el

Humanismo, todos propiciados por Francmasones.

La ética, como disciplina filosófica, establece principios universales aplicables a cualquier

sociedad los que trascienden en el tiempo, sus postulados aluden a un futuro e intentan el

establecer las leyes que rigen el recto orden de los actos humanos, en base a un método

deductivo.

Ética se define a partir del vocablo latín ethicus y del griego ethicos, que habla de la

costumbre, del conjunto de axiomas que plantean objetivos fundamentales para el

comportamiento del ser humano como ser social o bien, el deber ser del hombre en

sociedad. El primero procede del término éthos (que quiere decir hábito o costumbre.
Posteriormente se originó a partir de éste la expresión êthos que significa modo de ser o

carácter.

Aristóteles —en su obra Ética a Nicómaco, libro II— considera que ambos vocablos son

inseparables, pues a partir de los hábitos y costumbres es que se desarrolla en el hombre

y en la mujer un modo de ser o personalidad. Igualmente es el primero en hablar de una

ética como una rama específica de la filosofía y en escribir un tratado sistemático sobre

ella. Más tarde a través del latín se tradujo este concepto bajo la expresión mos, moris (de

donde surge en castellano la palabra “moral”) que equivale únicamente a hábito o

costumbre.

La moral suele ser inseparable de las costumbres humanas, las cuales dependen de la

época, el clima, la región geográfica o de cualquier evento circunstancial. En este sentido,

la moral es cambiante y relativa a determinadas prácticas culturales. El hombre y la mujer

generalmente se hallan determinados por los valores de la sociedad en donde viven, y por

eso consideran que las conductas acertadas son las que se amoldan con esos patrones.

A pesar del incesante “cambio” de moral, lo valioso estriba en establecer un criterio para

delimitar las acciones buenas de las malas. Si consideramos que el ser humano es sólo un

ser de costumbres, realmente no lo podríamos distinguir del animal. Pero si consideramos

que es un animal con lógos, o sea, que habla y piensa, lo bueno y lo malo no sólo es
elegido por la colectividad, sino por la propia razón. Muchas veces el hombre y la mujer

creen que piensan por el solo hecho de seguir los dictados de la mayoría y no se percatan

de que la sociedad, aun antes de que nazcan, ya les ha escogido sus valores.

Resulta fundamental el que la razón se convierta en una fuerza que le permita gobernar al

hombre y a la mujer los apetitos que comparte con los animales, al dominarlos en una

medida compatible con el bienestar de todo su ser. Si los seres humanos únicamente

reaccionáramos ante los estímulos del medio, en nosotros sólo imperaría lo instintivo y lo

irracional. Pero además de ello, podemos crear otorgando significados y símbolos y elevar

nuestra humanidad a veces a costa del sacrificio de nuestra utilidad personal.

La ética para los Masones es el arte de la perfección humana que se extiende desde los

individuos concretos hasta el conjunto de todos los seres racionales. En este orden de

ideas, la ética es una forma saludable de vida que muchas veces implica apartarse de las

prescripciones que imponen los grupos mayoritarios, en vistas al Desarrollo del hombre en

la sociedad y basado en el Desarrollo como Factor Determinante de la Concepción

masónica auténticamente humana.

Por todos estos motivos, es conveniente señalar, que la ética en acción que practican los

Masones se soporta en los principios de laicidad, humanismo, libertad y tolerancia, entre

otros. La ética y la moral tienen en común el hecho de guardar un sentido eminentemente


práctico; a pesar de esto, la ética es un concepto más amplio y rico que la palabra moral.

Luego, podemos entender por moral cualquier conjunto de reglas, valores, prohibiciones y

tabúes procedentes desde fuera del hombre, es decir, que le son inculcados o impuestos

por la política, las costumbres sociales, la religión o las ideologías. Mientras que, la ética

siempre implica una reflexión teórica sobre cualquier moral, una revisión racional y crítica

sobre la validez de la conducta humana. En tal caso, la ética, al ser una justificación

racional de la moral, remite a que los ideales o valores procedan a partir de la propia

deliberación del hombre y la mujer. Mientras que la moral es un asentimiento de las

reglas dadas, la ética es un análisis crítico de esas reglas. Por eso la ética es una “filosofía”

de la moral, si entendemos la filosofía como un conjunto de conocimientos racionalmente

establecidos.

En esta medida no se debe confundir la “adoctrinación” como totalitarista, pues se caería

en un sentido antimasónico, ya muchos han optado en la historia del planeta a estos

sistemas dictatoriales de la conciencia y han sucumbido con el pasar de los años, la razón

y la búsqueda de la verdad como elementos intrínsecos del hombre siempre florecen más

tarde que nunca.

La posición Masónica y Laica en lo Ético es sustancialmente humanista y se sustenta en

algunas bases o ideas matrices de las cuales se deriva un código, no explícito, y quienes

asumen tal posición pueden encontrar guías o insinuaciones para sus conductas morales
concretas. Rechaza los regímenes teocráticos que subordinan un Estado a una religión.

Igualmente, rechaza la subordinación de la religión al Estado quién la organiza. El Estado

Laico no profesa una ideología religiosa ni tampoco irreligiosa.

PRINCIPIOS DOCTRINARIOS

LA DOCTRINA FRANCMASONICA

En esencia se trata de saber, sí la Masonería tiene, Principios, Doctrina y Filosofía. Para

ello, se tratará de conceptualizar de manera concurrente, los tres aspectos que le dan

vigencia y práctica.

Los Principios Masónicos son entonces, las verdades orientadoras de la esencia y de la

realidad de la Orden. Del desarrollo en sociedad se perfilan entonces los Principios.

Educados y formados en esas prácticas de convivencia, se va formando la Doctrina, que

como brújula, va señalando al hombre el norte de sus vidas, creando para su

cumplimiento, normas de conducta. En la búsqueda incesante de la Verdad y del

Conocimiento, se encuentra el ser humano a sí mismo, a sus valores (Axiología), a su Ser

(Ontología), al comportamiento (Etica) de su accionar, su trascendencia (Metafísica); y a

todo ello se llama, Filosofía.

Luego la Masonería, una Filosofía propia que no es exclusiva. Su sistema filosófico no ha

sido fundado por un Descartes u otros pensadores notables, ni es tampoco una escuela
porque no la fundó un pensador determinado, ni una Institución porque no fue

constituida por persona alguna; su sistema ideológico, se adapta a las evoluciones y

revoluciones del mundo de la cultura, en ello no opera, la rigidez de una docencia gradual,

coordinada”.

Su Doctrina es tributaria del Esoterismo y Tradición Iniciática, que no es obra de un solo

pensador, sino el resultado de milenios de Sabiduría y, el esfuerzo hacia esa Cognición.

De esta manera la Filosofía Masónica, se fundamenta en la razón porque la racionalidad

humana es el elemento que libera de prejuicios, estereotipos u opiniones arraigadas pero

falsas, y que permiten establecer un criterio universal o natural que rige las conductas. En

este sentido, la razón penetra en las leyes que rigen la perfección y la dignidad humanas,

las que son válidas para todos los tiempos y todas las culturas, siempre las que no son el

resultado de intereses individuales o conveniencias egoístas. Por eso una de las misiones

de la Francmasonería se centra en fundamentar una ética cuyos valores sean universales y

permanentes, y no el monopolio de una raza, un credo o una determinada civilización.

En el mismo orden de ideas, se puede señalar que, el empeño constructivo, y el afán

melioristico de la misión dignificadora de la Francmasonería Universal, quedan precisados

en su contenido doctrinal, tanto en el segundo párrafo como en el décimo tercero y final,

De los Principios.
En ambos se señala que:

" Como Institución docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y

de la Humanidad".

Para culminar señalando que

"Francmasones, Logias y Grandes Logias se empeñan constantemente en el

perfeccionamiento del Hombre y de la Sociedad, a través del Amor, la Solidaridad, la

Justicia y la Paz, para Gloria del Grande Arquitecto del Universo".

En ambos párrafos, se encuentra el claro y elevado sentido ético con que remata la

doctrina masónica.

Y por ello y en particular queda establecida conceptualmente, la existencia de una ética

cuando finalmente a partir de la internalización de esos valores propios y característicos

de FM constituyen la doctrina francmasónica definida.

De modo que quedan ahí definidos, los conceptos necesarios de establecer en el sentido

de si los rituales constituyen finalmente la forma de alcanzar una ética y particularmente

una doctrina propia de la masonería, la que es necesario de verificar en el sentido correcto

de la palabra Doctrina. Cuya aplicación, puede ser entendida como un meliorismo


pragmático, el que en definitiva constituye un enfoque de vida, al atesorar fuertemente

todo lo adquirido, a través del proceso de simbolizar esos rituales practicados

permanentemente. Por lo que el iniciado se halla presto para afrontar vicisitudes que

signifiquen ventajas o peligros, que atenten contra lo único verdaderamente importante:

“La supervivencia de la especie humana”.

Este aspecto, le imprime a la Orden, un sello exclusivo, que recibe las denominaciones, de:

Meliorísmo y Excelsiorismo; expresiones que apuntan al perfeccionamiento, o sea al

mejoramiento y crecimiento de los hombres libres, quienes iniciados en sus prácticas y

costumbres, reconocen la posibilidad de cambiar y de transformarse.

El término Excelsiorísmo, tiene su origen en el pensamiento filosófico de la Ilustración

estadounidense, tanto en el campo epistemológico como en el teológico. Y En la dirección

del progreso del hombre. Su expansión admite la secularización de la vida humana, al

atender más principalmente a las cosas temporales y mundanas del diario vivir que a las

cosas eternas y celestiales. Se trata de un optimismo de profundos alcances humanistas,

desarrollado en una incesante actividad, abierta a la aceptación de nuevos e ilimitados

descubrimientos humanos.

En consecuencia, el Excelsiorísmo, supone la existencia de hombres autónomos que

evidentemente representen el pensamiento libre, caracterizados por la apertura de


caminos a nuevos derroteros ideológicos provenientes de seculares descubrimientos y

porque además, la misión de la filosofía consiste en ayudar a toda la humanidad en su

constante proceso de adaptación al cambiante mundo en que se vive y convive.

De este modo, en conexión con el meliorismo francmasónico, se destaca que como

doctrina filosófica, posee principios y postulados que se encuentran desarrollados en una

variedad gradual de textos masónicos de la más diversa índole tales como los Rituales, el

Libro del Grado y el Manual de Instrucción. No obstante, una explicitación sistemática de

esos enunciados programáticos que fundamentan esta arquetípica doctrina se logra

mediante el análisis del texto De los Principios.

En síntesis, el contenido sustancial enfatiza la arraigada convicción en las ilimitadas

capacidades humanas en el orden moral y espiritual, de crecer, de formarse, de mejorar;

y, en definitiva, de perfeccionarse acorde con el modelo y Proyecto de Vida Personal.

CONFIRMACIÓN DE UNA DOCTRINA FRANCMASÓNICA

La existencia de una Doctrina, resulta necesario entenderla en el contexto de la moderna

Francmasonería, y por ello se hace necesario recapacitar en torno a los aspectos más

sobresalientes, de la sociedad francmasónica.


En la Doctrina Francmasónica, establecida en la síntesis analítica del texto de Los

Principios, queda claramente definida su condición doctrinaria, instituida en principios

filosóficos universales y éticos, al afirmar las expectativas de este trabajo.

En efecto se ha afirmado que:

“La Orden Francmasónica, es una Institución universal, esencialmente ética,

filosófica e iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema

educativo, tradicional y simbólico”.

La connotación docente así especificada, se traduce en la búsqueda de una condición

perfectivista, que permite entender los afanes filosóficos y éticos, por los cuales se

distingue, señalando los aspectos más sobresalientes de la identidad de esta institución.

Un aspecto, a considerar en esta a priori aceptada tesis de la existencia de una doctrina

que sustenta la institución, tiene que ver con la existencia de un humanismo espiritual,

expresado en un humanitarismo meliorista, el que basa su acción en un optimismo

constructivista que pone al hombre como centro del quehacer, para establecer una

autentica y definida “Filosofía del Hombre”, de plena participación en la fraternidad

universal, e inmersa en una dimensión ética.

La materialidad de este hombre, conlleva un “Humanismo Consiente”, como expresión

máxima de la dignidad humana, y cuya identidad espiritual desde un punto de vista


docente, ofrece los medios de aprendizaje, que permiten identificarla como la gran

reserva de energía social moralmente conocida; tanto desde un punto de vista real y

concreto, como del ideal y de la virtud, por la que cada hombre iniciado, intenta caminar,

en la senda del aprendizaje, en términos de los ideales y valores que la Orden proclama

como destino para la humanidad.

Esta incesante búsqueda del perfeccionamiento, puede y debe ser concebida, como un

“Meliorismo activo”, -constituyendo así un enfoque de vida-, al atesorar todo el

conocimiento adquirido, y estar dispuesto a afrontar las vicisitudes y peligros que atenten

contra: “La dignidad humana”.

Varela sobre el particular traza el camino al definirlo como una “Ética Transformada en

Acción”, en clara alusión a la permanente decisión de reaccionar en forma automática, en

los temas valóricos aprendidos.

De modo tal, que se puede establecer concluyentemente, que la aceptada doctrina

filosófica de la Institución, posee principios y postulados desplegados en una variedad de

textos masónicos, de la más diversa índole tales como: los Rituales, el Libro del Grado y el

Manual de Instrucción. No obstante, una explicitación sistemática de esos enunciados

programáticos se fundamenta se logra mediante el análisis del texto De los Principios.


En síntesis, se enfatiza en la arraigada convicción, de que las ilimitadas capacidades

humanas en el orden moral y espiritual, tienen una innegable capacidad de crecer, de

formarse, de mejorar; y, en definitiva, de perfeccionarse acorde con el modelo y Proyecto

de Vida Personal.

Conviene entonces destacar, la perseverancia constructivista, y el afán meliorístico de la

Francmasonería Universal, los que quedan precisado como contenido doctrinal, tanto en

el segundo párrafo como en el décimo tercero y final, De los Principios. En ambos se

señala que:

“Como Institución docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y

de la Humanidad".

Ello se traduce en una “Docencia Masónica Activa”, a través de rituales y el

entendimiento de los símbolos propios de la masonería, lo que se concibe como un

proceso sustantivo, en el cual se construyen y edifican las columnas del edificio interior,

las que conducen a la formación de un masón, con una auténtica vocación meliorísta,

expresada, como la voz interior de quienes han recibido la luz simbólica de la verdadera

iniciación espiritual, aquella que involucra el progreso gradual, de una conciencia

comprometida con una concepción ética del hombre.


Por tanto; la búsqueda del conocimiento humano, para ese masón constituye el

encuentro con certidumbres y seguridades, que permite a los iniciados, vivir de una

manera diferente, en la medida que sabe a que atenerse, en su existencia personal y

social. Por ello; el conocimiento se constituye en forjador de postulados e impulsor de

nobles ideales.

Luego se señala que:

"Francmasones, Logias y Grandes Logias se empeñan constantemente en el

perfeccionamiento del Hombre y de la Sociedad, a través del Amor, la

Solidaridad, la Justicia y la Paz, para Gloría del Grande Arquitecto del

Universo".

De la lectura de este párrafo se desprende, tácitamente que el Meliorísmo, constituye una

posición ético-antropológica, y por ende, filosófico integral y totalizante, que incluye a

todo el género humano. En tanto, el meliorísmo se define como una posición ética, que se

encuentra a medio camino entre el optimismo y el pesimismo. Centrando su interés en el

perfeccionamiento del ser humano.

En efecto, mientras la visión optimista, sostiene que el hombre es bueno por naturaleza, la

pesimista considera que el hombre, es malo desde que nace.


Ello significa que: al decir de Ferrater Mora; una posición eminentemente etica, que

constituye uno de los rasgos distintivos de la institución, implicando una doctrina filosófica

específica, de acuerdo con la cual el mundo no es por principio ni radicalmente malo ni

absolutamente bueno, sino que susceptible de ser mejorado.

En el sentido más amplio y estricto “El Meliorísmo”, supone una inclinación hacia la

primera actitud, al considerar que la bondad absoluta del mundo, es necesariamente la

meta final de la perfectibilidad, lo cual implica la construcción del mejor de los mundos

posibles.

La posición Meliorísta, de la Masonería, construye el constructivismo francmasónico, al

buscar el perfeccionamiento sostenido, alcanzable por medio del proceso gradual de

elevación moral y de progreso espiritual de los iniciados en las prácticas y doctrinas de la

Orden.

Otro aspecto a destacar de esta marca filosófica y ética, que tipifica a la Francmasonería,

es el relativo al Eclecticismo. Postura reflexiva, que acepta la convergencia de distintas

tendencias, movimientos y direcciones a partir de una determinada orientación (No

cualquiera), para que se articule, el surgimiento de una sólida doctrina, capaz de fundar

una escuela de pensamiento.


En este sentido el Eclecticismo, descansa en la conformación de un auténtico sistema

filosófico, por cuanto está integrado por la convergencia de la Filosofía General y de la

Filosofía Aplicada de la cual emerge una definida posición para el establecimiento de una

Filosofía propia del Conocimiento.

En consecuencia, este aspecto reflexivo-crítico de la doctrina, aparece representado por

dicha Filosofía del Conocimiento, y expresada en una dimensión ecléctica del meliorísmo

constructivo, encontrando su consagración definitiva, en el enunciado del Segundo

Principio, cuyo texto ya expresado precedentemente señalaba que:

"Como Institución docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y

de la Humanidad".

Y que para lograr tan loable objetivo,

"promueve entre sus adeptos"

-además de la incesante búsqueda de la verdad-

"el conocimiento de sí mismo y del hombre en el medio en que vive y convive

para alcanzar la fraternidad universal del género humano".

Se desprende de aquí, que cada miembro de la Institución elabora en algún momento de

su permanencia, en la Orden: Primero, un conocimiento de sí mismo; Segundo, un

conocimiento del mundo; y Tercero, un conocimiento de la Totalidad.


Y sin duda la búsqueda, es el camino hacia -la Verdad-, la que no es única, está construida

de realidades objetivas y subjetivas, constituyendo un proceso y resultado, del devenir

humano. Un producto de la actividad del hombre, en relación con la realidad que se

convierte en objeto de conocimiento, de la praxis y de valores, que intercambia con otros

sujetos pues en tanto proceso histórico, cada generación construye verdades limitadas,

por la historia y la cultura.

Ciertamente, la verdad se edifica en la actividad humana, y representa el modo de ser del

hombre, a través de -la praxis-, -el conocimiento-, -los valores- y -la comunicación-,

fundado en las necesidades, los intereses y los fines del hombre. Su revelación (de la

verdad), no es sólo un producto cognitivo y desentrañador de esencias, sino además de la

actuación práctica y transformadora del hombre, en correspondencia con el significado

que adquiere la realidad y los deseos de satisfacción humana.

Al hombre, no sólo le interesa -qué son las cosas-,y -cuál es su esencia-; sino ante todo, -

para qué le sirven-, -qué necesidad satisface- o -qué interés resuelve-. Por eso, Praxis,

conocimiento y valor, son inmanentes al proceso mismo, de develación y aprendizaje que

conduce al establecimiento de la verdad.


Los ritos como fuentes de ética y doctrina masónica, están ligados a la entrega y el

reforzamiento de valores, estos según la teoría subjetivista, son el resultado de las

reacciones individuales y colectivas o como lo planteó el filósofo argentino Alejandro Korn

(1860 – 1936) “el valor es el objeto de una valoración”.

Según esta teoría, el valor no tiene sentido ni existencia propiamente sin que alguien lo

sienta, o sea son creaciones de la mente. Entonces: El valor de un exquisito manjar, no

está en él, sino en el paladar, que lo saborea y le confiere un valor determinado.

De igual forma, el valor que se le otorga a los ritos de la orden no serían nada si no se le

confiere el valor positivo y si no se realiza la experimentación de estos en cada tenida o

cámara.

De aquí que la conciencia reflexiva iniciática, a la que se ingresa individualmente y de la

que participa colectivamente, se construye una concepción de la verdad desde una triada

doctrinal característica del devenir masónico en aspectos tales como:

1 Del Aspecto Ontológico: fluye una concepción del ser masón.

2 Del Aspecto Cognoscitivo: surge la concepción del conocer masónico -fundada

principalmente en el simbolismo y el conocimiento simbólico; y

3 Del Aspecto Axiológico: emana una concepción del valer masónico encaminada a

orientar la vida y las acciones de sus adeptos mediante una práctica efectiva del Arte Real.
Esta final visión axiológica, se recoge en la parte final del Segundo Principio, que previene

que:

"A través de sus miembros proyecta sobre la Sociedad humana la acción

bienhechora de los valores e ideales que sustenta".

Así, el interés práctico de esta filosofía general, como también el de la filosofía aplicada a

la doctrina, convergen desde un punto de vista pragmático, para lograr, de uno en uno sus

grandes objetivos:

"Alcanzar la fraternidad universal del género humano"

y de la otra

"practicar la solidaridad humana"

tal como se indica en la fase final del Quinto Principio.

Estas metas, se logran en el contexto de la lectura De los Principios, en razón de la puesta

en práctica de los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad; que sustenta la doctrina,

ya que a través de su operatividad efectiva, se propugna la justicia social y se combaten

los privilegios y la intolerancia.

Del mismo modo, el carácter filosófico tanto general como aplicado de la Institución,

analizado en el contenido de la doctrina meliorísta, como un enunciado textual De los

Principios consagra en el párrafo Sexto que:


"En la búsqueda de la verdad y en el logro de la justicia, es deber de los

francmasones mantenerse en un lugar de avanzada en el proceso evolutivo e

integrador del hombre y de la sociedad."

Así quedan fijados, los múltiples objetivos individuales de cada hombre, los que unidos en

un fuerte nexo concordante, expone la dimensión pura y la aplicada del filosofar. Entre el

aspecto especulativo y el operativo; Entre lo teórico y lo práctico de la reflexión, realizada

desde la perspectiva de la doctrina meliorísta.

En suma, lo anterior viene a significar que en el eclecticismo doctrinario, se une de un

lado, a la intuición, a la inteligencia y a la imaginación y de otro al pensamiento y a la

acción, pues la idea, es un pensamiento en acción 2. Luego meliorísticamente no hay idea

sin acción consecuente, ni acción sin idea que la dirija.

En complemento a todo lo expresado, la Francmasonería como sistema de filosofía

práctica, promueve el perfeccionamiento intelectual de sus miembros, ejerce la

beneficencia y tiende a purificar el corazón de los hombres, a mejorar sus costumbres y a

mantener el honor en los sentimientos.

Por ello la Francmasonería, constituye en esta hipótesis una aceptada escuela de filosofía,

a la manera de las que tanta gloria dieron a la Grecia, en la que alumnos y maestros
2
Como Hegel se define Pensamiento como el resultado del acto de Pensar
colaboran en el arte de desarrollar en el hombre las cualidades espirituales y morales,

permanentes y la búsqueda de un compromiso decidido con la sociedad en que participa.

Por otro lado, se puede señalar que la Francmasonería, es una institución, progresista que

avanza y que no se queda petrificada desafiando el tiempo y el espacio, muy por el

contrario vive, progresa y asimila las excelencias de cada momento y valores propios a

cada sociedad.

La Francmasonería no se encierra entre sus muros, pues el principio de Fraternidad; la

lleva a que por el contrario, el masón considere hermanos a todos los hombres de todas

las razas y de todos los pueblos, aún cuando ellos sean adversarios de sus doctrinas.

En tanto; en la perspectiva estrictamente ética, otro de los aspectos importantes de la

asumida doctrina filosófica Francmasónica, es su profunda confianza en el libre albedrío y

la capacidad de tomar decisiones por sí mismo; para elegir o no, -el bien-. Es decir; ante la

entrañable confianza en la libertad de elección e indeterminismo de la voluntad, al

considerar a cada hombre como dueño de su propio destino y por tanto, se perfecciona,

quien libre y voluntariamente, así lo desea.

UNA MASONERIA PARA EL SIGLO XXI


Se ha identificado y aclarado que la masonería a partir de sus rituales constituye una ética

particular y característica que puede ser observada en una Doctrina particular de la

masonería y además que educa a hombres para la sociedad, en esta medida mirando

hacia el futuro en la construcción de una sociedad de este siglo, tiene la misión concreta

de Construir una Masonería laica con una Nueva Ética Social para el siglo XXI, cuyo objeto

de debate complementariamente tiene que ver con las ideas de la justicia y con las ideas

sobre las apremiantes necesidades sociales explícitas en el Índice de Desarrollo Humano,

invocado por Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998.

La masonería debe ser crítica del egoísmo, el desprecio por el equilibrio con el entorno

medioambiental y en la explotación irracional de la Naturaleza por el hombre, justificada

por un más que dudoso y nada ético progreso". En esta medida se requiere una

redefinición de la manera de ser en el mundo y la participación en temas de carácter

universal donde la masonería debe interpretar el sentido humano y participar activamente

en el establecimiento de nuevos códigos" éticos, preconizan una eticidad encaminada a

construir estructuras sociales basadas en el Desarrollo Sostenible, con una distribución

equitativa de los recursos, donde se frene la compulsión consumista occidental -"muchas

veces asentada en la explotación de seres humanos y de recurso de otros continentes", y

el consumo racional responsable" de los recursos de la tierra.


Lograr estos propósitos requiere de "una educación integral que recobre la capacidad

crítica ; la recuperación del poder por el individuo en la democracias ; y la refundación de

la idea del progreso de la Humanidad guiada por la razón y la tolerancia".

Para finalizar es conveniente anotar que, es de suma importancia que los Masones tengan

en cuenta el Artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como

están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Por tanto, es una declaración que se identifica en todas sus partes con la Ética Masónica.

Asimismo, debemos señalar que esos derechos del enunciado son irrenunciables e

inalienables. Sin embargo, en muchas ocasiones estas libertades son conculcadas en

nombre de la paz ciudadana.

Pese a que la Ética Masónica plantea una libertad absoluta. Ésta queda limitada por la Ley,

es decir, por ese contrato social que todos suscribimos sacrificando parte de nuestra

libertad con el fin de vivir en paz, orden y armonía.


CONCLUSIÓN.

Luego de estas reflexiones, se puede concluir lo siguiente:

La ética busca que los actos humanos se orienten hacia la rectitud. Con esto se indica el

estudio de aquellos actos que contribuyen al perfeccionamiento, y es precisamente, la

rectitud una de las primeras exigencias que hace la Francmasonería cuando un profano

golpea las puertas de sus templos.

La Francmasonería, es una institución universal esencialmente ética, filosófica, cuya

estructura tradicional la constituye un sistema educativo consignado en las liturgias de los

distintos grados.

La ética que practican los Masones es humanista, con una visión científica del acontecer

natural y social a favor del progreso del ser humano. En consecuencia, se tiene el pleno

convencimiento que la Francmasonería es una escuela que proyecta al ser humano hacia

la perfección. Por tal motivo no se podría encontrar en medio de la duda por tener las

suficientes razones —de acuerdo a estas reflexiones— la Institución provee de las

herramientas necesarias para eliminar las aristas como piedra bruta y así, repetir, y

alcanzar el camino hacia la perfección.


La crisis de valores de la sociedad frente al problema del fanatismo en todas sus formas, la

intolerancia, la corrupción; el hombre se encuentra cada vez más enfrentadas a su

entorno; la indiferencia ante los problemas de los demás está cada vez más arraigada en

nuestra conciencia. Frente a esta actitud de soledad y desorientación, se hace necesario el

desarrollo de la Ética Masónica para contribuir con el progreso de la humanidad.

Muchas corrientes filosóficas y políticas se titulan Humanistas. Pero el Humanismo

Masónico es de compromiso y de trabajo con fuerzas progresistas, de comprometerse a

ser sin desligarse del valor moral, y de comprender y enseñar. El Humanismo Masónico es

elegir y, aún, mucho más, es un instrumento de creación, de primera magnitud en la

filosofía de la sociedad actual, capaz de conducir, a través de la doctrina y del rito, por

caminos de superación espiritual y de aporte a la sociedad en que se vive. El Humanismo

Masónico, gira en torno a los conceptos del ser humano, razón, libertad, autonomía,

independencia, ética.

A pesar de que la Masonería como institución no debe actuar abiertamente, es

imprescindible el tratamiento de temas políticos, sociales y económicos que permitan al

iniciado un adecuado conocimiento del andamiaje sobre el que debe desarrollar sus

disquisiciones filosóficas y aplicarlas en el mundo profano

No se puede evadir el tratamiento de los siguientes temas:

El hambre y la mortalidad infantil.


La educación primaria elemental.

Las epidemias globales, como el SIDA.

Los recursos limitados de agua potable.

El flagelo creciente de la droga.

El descuido notorio del medio ambiente.

La corrupción administrativa del Estado.

La tortura y los regímenes carcelarios.

La exclusión y la marginación.

Y se puede agregar a esta lista un sinnúmero de temas adicionales.

La principal preocupación de la Masonería ha sido siempre el ser humano. Éste se

encuentra en todos sus rituales, no como una realidad estática, sino como un proceso

dinámico no terminado, que se va construyendo a sí mismo desde la cuna al sepulcro. El

ritual de Primer Grado lo dice: “La sociedad humana con todo el terrible cortejo de

pasiones, odios, celos, traiciones, guerras y calamidades de toda clase a que dan

nacimiento los mezquinos impulsos del interés y del egoísmo, contra los cuales ha de

luchar sin tregua el hombre virtuoso”.

Para la masonería del s. XXI, El concepto de laicidad debe caracterizarse por girar en torno

a una postura que se define como esencialmente ética. La laicidad será una dimensión de
la ética. la posición Masónica y Laica es sustancialmente humanista y se sustenta sobre

ideas matrices de las cuales se deriva un código, no explícito, y quienes asumen tal

posición pueden encontrar insinuaciones para sus conductas morales concretas.

La visión proyectiva de la Francmasonería constituye una escuela de filosofía, que motiva

la actividad intelectual activa, y participativa. Se trata de un arte, de un oficio productivo,

de una ciencia y actividad poiética, creativa, que es capaz de generar ideas propias,

proyectos individuales e institucionales. En suma; mediante su cultivo y aplicación, es

posible pensar libremente, y por ende, a través del sentido creativo de la actividad

docente, es factible repensar lo pensado deconstruyendo lo antes pensado.

Todas estas posturas apuntan en lo esencial a poner de manifiesto el cultivo de un arte

que ha sido capaz a partir de Ritos y Rituales dar formación a una ética propia y

característica capaz finalmente de constituir una doctrina masónica activa real

contructivista, a la que se ha dado en llamar “Arte Real”.

En Masonería como en Filosofía, sólo se puede aprender y progresar en la medida en que

cada iniciado este voluntariamente dispuesto a aprender y a progresar. No se puede

ejercer coacción sobre los espíritus; porque el ennoblecimiento que por su intermedio se

persigue, requiere de manera justa y necesaria del insoslayable respeto y dignidad de la

persona humana.
El contenido de esta doctrina perfectivista, tiene que ver con el afán humano de elevación

constructiva, en que hay dos posibles maneras de entenderlo en toda su dimensión

práxica. La una consiste en concebir a la Orden, como la condensación del pasado y la otra

como la síntesis del conjunto de cosas gratas que el presente de la Institución, ofrece.

Así definitivamente el resultado obtenido por la aplicación del Arte Real y como

consecuencia directa de masonificar la existencia del presente, conlleva como impronta

ético-moral la noble misión -a cumplir “aquí y ahora”-, para construir la Orden del futuro,

porque de lo que ahora se piense, parodiando a Ortega y Gasset, será lo que mañana se

vivirá en plazas, paseos y avenidas de todo el orbe.

S.·.F.·.U.·.

Columna de Aprendices
BIBLIOGRAFÍA

 Nicola Abbagnano.
o Diccionario de Filosofía.
o Editorial Fondo de Cultura Económica.
 Lorenzo Frau Abrines.
o Diccionario Enciclopédico de la Masonería.
o Editorial del Valle de México, 1988.
 Gustavo Escobar V.
o Ética.
o Editorial Mc Graw-Hill. México, Buenos Aires, Caracas. 1992, 3a Edición.
 Gran Logia de Chile.
o Cuaderno Docente Nº 22 Primer Grado.
o Edición de la Gran Logia de Chile para Cámara de Conjunto en Primer Grado
2003.
 Sebastián Jans.
o Plancha “La Docencia No Verbal de La Masonería”
o Edición Publicada en Internet sitio: www.member.xoom.com
 Cristian Jacq
o La Masonería Historia e Iniciación.
o Editorial Planeta Colombiana S.A.
 Edouard Schure
o Los Grandes Iniciados II.
o Editorial Iberoamericana Argentina S.A.
 Trabajo de CC:.AA:. abril 2010.
o ¿De dónde venimos? Rito y simbología del grado como proceso de
formación iniciática.
 Oswald Wirth
o El Libro del aprendiz, Manual de Instrucción para el uso de los
Francmasones de primer grado.
o Edición de La Gran logia de Chile.
 Oswald Wirth
o El Ideal Iniciático
o Buenos Aires Kier, 2ª Edición 1979

También podría gustarte