Edgar Pineda - Resumen Cap.3 - F. Posmoderna

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO UNIVERSITARIO ECLESIÁSTICO


SANTO TOMÁS DE AQUINO
PALMIRA - ESTADO TÁCHIRA

¿QUÉ VALE LA PERSONA HUMANA Y LA MORAL?

Autor: Pineda Edgar


C.I. V-23.826.833
FILOSOFIA POSMODERNA
Facilitador: Pbro. Fr. Reinaldo Chirinos

LA GRAN SABANA, MAYO 2022


CAPITULO I I I

¿Qué vale la persona humana y la moral?

Según el autor Gianni Vattimo se cuestiona algo muy interesante de gran


importancia como lo es el valor del sentido se ha debilitado, decidido defensor de
la filosofía de la Posmodernidad, la crítica radical a los valores de la Modernidad,
tanto por lo que se refiere a la concepción del sujeto humano como a la
concepción de la ética moderna. Por ello el citado autor estima fundamental
repensar la filosofía a la luz de una concepción del ser que no se deje ya
hipnotizar por sus caracteres fuertes presencia desplegada, eternidad, evidencia,
en una palabra: autoridad y dominio. Es preferible, para este autor, una
concepción débil del ser, la cual ayudaría comprender no sólo la devastación de lo
humano, de la alienación sino también la experiencia de la civilización de masas.
Cabe resaltar que la filosofía plantea, puesto que, por lo general, ninguna
respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor
de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de
lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad
dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero ante todo, porque por la
grandeza del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez más
grande y llega a ser capaz de la unión con el universo que constituye su supremo
bien la idea de verdad como simple correspondencia entre el pensamiento y la
realidad también ha sido criticada por muchos filósofos y ésa es otra cuestión
pendiente, una más de las tantas que ha puesto sobre la mesa de reflexión la
filosofía y ante las cuales ha insistido durante el transcurso de los tiempos.
Bajo este contexto el autor acota la necesidad de la experiencia intensa de
los valores es una necesidad real y la construcción de los afectos y la moral en la
escuela: un problema de compromiso crítico y no de estrategia didáctica en la
educación en valores desde temprana edad orientada a una experiencia
declinante de los valores, es decir, difusa, y menos intensa que serán el
fundamento de lo que vale para los hombres y la sociedad actual, y sus valores
deben ser flexibles.
No obstante, el citado autor cuestiona que la ética no puede fundarse
incluso en una filosofía de la cultura, porque ésta ha asumido dos aspectos que
rechaza. La filosofía de la cultura, por un lado, ha pretendido ser relativista,
fundándose en un cambiante mundo vital en referencia al cual las cosas valen. Por
otro lado, la filosofía de la cultura ha pretendido fundarse en algún tipo de
normativa universal metafísica trascendentalita. Es por ello que, la experiencia de
la verdad está condicionada por el hecho de disponer de, y de ser dispuesta en,
un lenguaje, cuando se establece una comunicación. Ese mundo de vida mantiene
las condiciones de posibilidad de la comunicación y de la ética. Vattimo no acepta
estos supuestos para una ética.
La ética de las redescripciones segun Rorty. supone que el encuentro
hermenéutico implica compartir paradigmas y formas de vidas, se enfoca en el
tema de una conversación continúe, se debe ofrecer recíprocamente variaciones
internas al paradigma compartido y sobre todo propuestas de redescripción de sí y
del mundo. Ellos estiman que la ética debe inventar nuevos valores, nuevos estilos
de vida y orientadas a la solidaridad es decir las personas deben identificarse con
la vida de los otros, con sus particularidades.
Por otra parte se puede decir que, la ética nihilista pretende una inspiración
antimetafísica y asume radicalmente la propia historicidad, puesto que, se basa
en la continuidad de la interpretación en sentido moderno que es un sentido
nihilista. La ética indica que hay que colocar las experiencias aisladas en una red
de conexiones orientada en el sentido de la disolución del ser, no busca una
verdad, ni una comunidad fundante; sino advierte que después de la Modernidad
se han perdido todos los valores no defiende ningún grupo de valores
amenazados (la identidad, la pertenencia, propone línea de una continuidad
abierta, que establece siempre de nuevo la tarea de la interpretación, no con
relación a una idea de un sujeto absoluto (individual o social), sino en el surco de
una continuidad distorsionada
Por el contrario, la absolutización de los valores y de la verdad es una
violencia, una imposición por la fuerza también a quien no la comparte, puede ser
tomado como interés de la humanidad y someter a las personas a una violenta
obra de homogeneización. Por lo tanto, el hombre bueno posmoderno es,
entonces, en realidad, quien posee un buen carácter, en cuanto sujeto humano, en
cuanto yo, debe ser pensado no como una unidad con poder y fuerza, sino como
un sujeto débil, escindido. El sujeto posmoderno es un sujeto escindido, cuya
unidad es sólo
Sin embargo, se puede rescatar del pensamiento de Nietzsche su nihilismo
activo, o sea, el hombre que ha descubierto el eterno retorno no sólo como
insensatez de todo, sino también como posibilidad y necesidad de nuevas
atribuciones de sentido.
El sentido del ser y la ética el acontece el ser no es nada metafísico la
piedad hace lo fundamental de la ética esta consiste en una interpretación de la
vida de lo cercano, por lo individual y efímero, por amor de próximo. La
interpretación se inscribe dentro de una concepción débil del ser y de la verdad,
como una lectura de los signos de los tiempos y una recepción de mensajes. El
ser es interpretación y, con ello, todo es interpretación, incluso esta misma tesis.
La ética o moral es interpretación de la vida, rememorar eventos; "pero no como si
estuviésemos recordando 'errores' que se nos desvelarían como tales sólo en el
caso de que hubiéramos aprehendido la verdadera estructura; se trata de un
rememorar e interpretar que excluye la pretensión de absoluto. El principio ético
fundamental es piezas la atención piadosa.

Dentro de estas ideas la ética de la interpretación implica lo que podríamos


llamar un relativismo todo es interpretación, incluso esta misma tesis; más para
esto no es así pues él no admite un absoluto con relación a lo cual tenga sentido
hablar de relativismo, el pensamiento de la verdad no es un pensamiento que
fundamenta, tal como la ética estimula e interpreta y ése es su bien. La ética no
debiera tener, pues, una pretensión normativa o imperativa: no manda; sólo
estimula y ofrece una interpretación y eso es su bien. El pensamiento débil es un
pensamiento desprovisto de razones reclamar la superioridad que el saber
metafísico exigía con relación a la praxis este contexto, la ética es piedad por
estos despojos, el único verdadero motivo de una revolución se encara ni adecua
a la realidad para verificarse, no busca causas para fundamentarse; sino que
reconstruye una unidad genealógica, una continuidad de hechos, acciones y
creencias, que mantiene, distorsiona, recuerda, interpreta mensajes y esto hace
practicable el accionar en el mundo. La verdad sobre las conductas morales que
ofrece la ética no consiste entonces en avecinarse a un núcleo metafísico
indiscutible, sino "en el acaecimiento de experiencias siempre nuevas, de
formulaciones e interpretaciones de un ser, cuya abismal libertad, llevada al plano
cognoscitivo, coincide justamente con la inagotabilidad. El ser como libertad y
abismo nos da libertad para despedirnos del ser.
En este contexto, la inteligencia y racionalidad, antiguo distintivo de la
especie humana, se han convertido en un mito. El hombre se ha vuelto un mito
para sí mismo, en el cual cree porque, en el ámbito masivo, no tiene otro mensaje
más significativo. Mas la masificación del hombre es un hecho: no la justificación
de ese hecho, ni menos la verdad de lo que el hombre puede ser, por el ser que
tiene. Al renunciar al ser, al debilitarlo, Vattimo renuncia a pensar lo que es el
hombre; o al menos, debilita el pensar lo que es el hombre: éste, sin fundamento,
queda con las raíces en el aire. Sin sentido, el hombre debe atribuirse alguno:
quizás el de la fuerza y de la violencia que Vattimo desea suprimir. Pero al
suprimir el ser que fundamenta, con la coherencia, la racionalidad
Por otra parte, la perfección última e inagotable de la persona se halla en el
amor, el cual consiste en una forma de ser: en la forma por la cual la persona real
conoce y reconoce libremente el ser conocido en todas sus formas y
manifestaciones, siendo afectado por el ser, adhiriendo la persona a él y a todo lo
que es en cuanto es, como a su bien, el sustento de su entidad, el motor de sus
acciones, la finalidad de las mismas es reconocimiento y por ello respeto- del ser
en la objetividad de las cosas, personas, acontecimientos y, por eso, es
benignidad pero también justicia, obsequio a los valores.
En síntesis, la filosofía es un modo de ser y una manera de conocer; tiene
que ver con una actitud anímica, intelectual, cognoscitiva y moral que juega
seriamente a hacer preguntas esenciales, esto es, que tienen un contenido vital al
tocar aspectos relacionados con lo que somos. La filosofía es una tarea personal
que fusiona nuestra manera de ver la vida por ello es teoría con nuestra forma de
vivirla de ahí que sea quehacer humano, conducción de la propia vida. La filosofía
es una empresa individual que implica un compromiso vital y, por ello mismo

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