Tema 8 La Economía en Un Mundo Global
Tema 8 La Economía en Un Mundo Global
Tema 8 La Economía en Un Mundo Global
Entre los objetivos que manejan los gobiernos de la gran mayoría de los países
figura siempre el crecimiento/desarrollo de sus economías. Se trata de términos
utilizados en muchas ocasiones como
sinónimos, pero que encierran diferencias
significativas.
El crecimiento es una variable
cuantitativa, que mide el incremento de la
capacidad de producción de un país. Si a
medida que pasa el tiempo, podemos fabricar
un número más elevado de bienes y servicios,
decimos que existe crecimiento económico.
La magnitud empleada, habitualmente, para
medir el crecimiento es el PIB. Que un país
crezca, ¿significa que está mejor? La teoría
nos dice que sí, ya que esa mayor producción
va acompañada de generación de riqueza, en
términos de empleo y/o beneficios para los
productores; sin embargo, no siempre este
crecimiento económico se traduce en mejoras
del nivel de vida, ya que la riqueza no tiene
por qué repartirse de manera equitativa.
El desarrollo, sin embargo, es una
variable cualitativa, por tanto mucho más
difícil de medir, y que supone el aumento de
las posibilidades u opciones vitales de la
población. Entraña crecimiento económico
(necesario para alcanzar un mejor nivel de
vida), pero también mayor acceso a la
educación y la sanidad, a la cultura, a
alcanzar los objetivos personales. La ONU
trabaja con el Índice de Desarrollo Humano
(IDH), que analiza diferentes variables: la
esperanza de vida, los años de escolarización,
y la renta per cápita. Según el último
informe, Noruega, Irlanda y Suiza, junto con
la mayoría de los países de la Europa
occidental, encabezan la lista (España se
sitúa en el puesto 25º), mientras que la
cierran muchos de los países africanos,
donde la esperanza de vida, por ejemplo, se
encuentra en torno a los 35 años y la renta
per cápita apenas supera los 500 dólares
anuales.
ECONOMÍA
8.2 - El subdesarrollo
Al tiempo que muchos países crecen y se desarrollan, otras zonas se quedan atrás,
apartadas del proceso de mejora. Es la realidad del subdesarrollo. Se trata de países o
áreas geográficas concretas, que presentan dificultades considerables para ofrecer a su
población la oportunidad de cubrir sus necesidades más básicas. Estas zonas e
caracterizan por:
• Bajos niveles de renta per cápita, que impiden que la población pueda siquiera
cubrir sus necesidades más elementales (alimentación, salud, educación, etc.)
• Desigualdad en el reparto de la renta, con una minoría elitista que mantiene un
nivel de vida similar al de los países más ricos, mientras que la mayoría de la
población apenas consigue sobrevivir.
• Elevado desempleo, con tasas escandalosamente elevadas, superiores en
muchos casos al 50% de la población. Aunque es cierto que en estas zonas es
difícil hablar de un mercado de trabajo tal y como se concibe en el mundo
desarrollado, por lo que más que de desempleo, hay que hablar de subempleo,
es decir, trabajos de subsistencia, muy por debajo de la capacidad laboral de las
personas.
• Buena parte de la actividad económica es informal, al margen del control del
Estado.
• Relevancia del sector primario, tanto en términos de empleo como de
producción, en muchas ocasiones en régimen de monocultivo promovido desde
la época colonial.
• Escasa tecnificación, por su elevado coste, lo que implica tasas muy bajas de
productividad.
• Comercio exterior deficitario, ya que el valor de sus importaciones (tecnología,
manufacturas) es casi siempre muy superior al valor de lo que puede exportar
(materias primas)
• Elevado endeudamiento, derivado precisamente de déficits sostenidos en su
Balanza de Pagos, lo que condiciona de manera significativa su política
económica, muy marcada por las exigencias de las instituciones internacionales
que les prestan los fondos.
• Inestabilidad política, con frecuentes conflictos sociales, muchas veces armados,
y una escasa presencia o control del mismo territorio por parte del Estado.
Es el dinero que las instituciones públicas de los países más desarrollados dan a
los países en vías de desarrollo para que luchen contra la pobreza. Puede ser:
Las primeras surgen durante la II guerra mundial, aunque hasta los años‘70 su
crecimiento es relativamente lento. A partir de estas fechas -y coincidiendo con el
inicio de la crisis del Estado-, tanto en los países más ricos como en los menos
desarrollados experimentan un gran crecimiento.
Aunque su papel es
importante en muchos países, y la
labor de las personas cooperantes
muy destacable, no debemos perder
de vista que no son razones
humanitarias o de índole solidaria
las que empujan al Banco Mundial o
a otras instituciones multilaterales
políticas o financieras, así como a
gobiernos nacionales, a promover y
ECONOMÍA
a dotar de recursos a las ONG, sino más bien la consideración de que éstas son un
instrumento adecuado para desarrollar una labor asistencial que sirva para amortiguar
el malestar social de la población perjudicada por la implantación de aquellas
directrices económicas.
8.7 - La globalización
Todos estos hechos, han contribuido a que los países en general, y la ciudadanía
en particular, hayan aumentado de manera exponencial sus contactos, pasando de un
mundo local, cercano, controlable, a un espacio global, interconectado y, hasta cierto
punto, caótico o sin un control claro.
Podemos distinguir dos ámbitos de la globalización, el social y el económico. El
primero, hace referencia al mayor conocimiento y fácil acceso a las expresiones
culturales y modelos sociales de territorios muy alejados, que, gracias a las redes de
comunicación son ahora accesibles (fenómeno K-pop, comida japonesa, budismo, etc.)
Esta posibilidad, no solo enriquece nuestra vida, sino que nos ofrece modos diferentes y
alternativos de vivirla. Por otro lado, el aspecto económico de la globalización se refiere
a la progresiva eliminación de las fronteras económicas entre los países, que permite a
empresas y particulares operar en un mercado global, abandonando las limitaciones de
los mercados nacionales o locales. Este hecho ha provocado una enorme expansión del
comercio internacional y de los movimientos internacionales de capital.
ECONOMÍA
Se trata, sin duda, de un proceso complejo, con sus luces y sus sombras. Entre
los aspectos positivos podemos destacar las ventajas de acceder a una riqueza cultural
sin precedentes, la extensión de los derechos humanos y la universalización de su
defensa. Sin embargo, el lado negativo no es menor: la uniformidad cultural, copiando
el modelo de vida de las grandes potencias al tiempo que se pierden los valores y
tradiciones locales; la concentración del poder económico en las grandes corporaciones,
que alcanzan a tener más poder e influencia que muchos países…
• Comercio justo.
• Industrialización de los países en desarrollo y la mejora de sus economías
• Condonación de la deuda externa a los países más pobres.
• La implantación de la Tasa Tobin, que grava con un impuesto las transacciones
financieras, penalizando así los movimientos especulativos, e invirtiendo lo
recaudado en el desarrollo de países pobres.
• La disminución del gasto militar, para dedicar ese dinero al desarrollo e intentar
superar o acercarse al famoso 0,7% del PIB, porcentaje aconsejado por la ONU.
Sin embargo, a partir de los años ‘60 -’70 del siglo pasado, comienzan a oírse,
desde los países ricos, voces críticas con el modelo de crecimiento, basado en la
producción intensiva, el despilfarro de recursos, el consumismo descontrolado y la
generación de residuos. Fruto de estas reflexiones, surgen los movimientos ecologistas
y los partidos “verdes”, que defienden sistemas de producción y consumo alternativos,
que no pongan en peligro la
posibilidad de vivir dignamente
a las generaciones futuras. Es el
llamado desarrollo sostenible.
En los últimos años, algunos de los peores presagios se han hecho realidad,
hasta el punto de que buena parte de la comunidad científica asegura que hemos
alcanzado un punto de no retorno, en el que no será posible detener el proceso de
deterioro ambiental, y la única esperanza está en limitar, en lo posible, sus efectos. Para
estos expertos y expertas, la actual pandemia no sería más que una derivada de la crisis
climática global, provocada por la persistencia en mantener un sistema incompatible
con la capacidad de regeneración del planeta.