1.3 Bonifacio - Elementos para El Análisis Sociológico

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Elementos para el análisis sociológico1

José Luis Bonifacio

El presente escrito tiene como objetivo introducir algunos elementos para el análisis de
lo social. Se indican las premisas generales que van a ser tratadas de manera transversal
en el cursado y que posibilitan considerar la noción de sociedad como una totalidad
concreta en donde las prácticas sociales se tornan inteligibles. Carlos Marx (1818-1883)
considerado uno de los clásicos de la teoría social señala que:

“La primera premisa de toda historia humana es, naturalmente, la existencia de


individuos humanos vivientes. El primer estado que cabe constatar es, por tanto, la
organización corpórea de estos individuos y, como consecuencia de ello, su relación
con el resto de la naturaleza” […] “Los hombres mismos comienzan a ver la
diferencia entre ellos y los animales tan pronto comienzan a producir sus medios
de vida, paso este que se halla condicionado por su organización corpórea. Al
producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida
material”

“Este modo de producción no debe considerarse solamente en el sentido de la


reproducción de la existencia física de los individuos. Es ya, más bien, un
determinado modo de la actividad de estos individuos, un determinado modo de
manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos. Los individuos
son tal y como manifiestan su vida. Lo que son coincide, por consiguiente, con su
producción, tanto con lo que producen como con el modo de cómo producen. Lo
que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su
producción2”.

En un célebre escrito de 1859 Marx sintetizó lo que Rubel3 denominó la "Carta de la


sociología marxista".

"En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones


determinadas, necesarias, e independientes de su voluntad; estas relaciones de
producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se eleva una
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso
de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres

1
- El presente articulo ha sido elaborado para las y los estudiantes de la Facultad de Economía y
Administración de las carreras de: Contador Público Nacional. Licenciatura en Administración.
Profesorado de Ciencias Económicas y Ciclo General de Ciencias Económicas. Marzo 2019
2
- Marx Carlos “La Ideología Alemana”. Losada. Buenos Aires, 2011.
3
- RUBEL, Maximilien. Karl Marx. Ensayo de una biografía intelectual. Editorial Paidos. Buenos Aires,
1959.
lo que determina su ser; por el contrario, su ser social es lo que determina su
conciencia. En una determinada fase de su desarrollo las fuerzas productivas de la
sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo
cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo
interior se habían movido hasta entonces. De formas evolucionadas de las fuerzas
productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas fuerzas.
Entonces se abre una época de revolución social. El cambio que se ha producido en
la base económica trastorna más o menos, lenta o rápidamente toda la colosal
superestructura. Al considerar tales revoluciones importa siempre distinguir entre
la revolución material de las condiciones económicas de producción que se debe
comprobar fielmente con la ayuda de la ciencias físicas y naturales y las formas
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas; en una palabra, las formas
ideológicas bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo
resuelven4” […]

Las citas anteriores revelan que una sociedad existe en tanto sus miembros sean capaces
de reproducir su naturaleza externa e interna. Esto es, pongan en movimiento las fuerzas
naturales que pertenecen a su corporeidad, brazos y piernas, cabeza y manos, a fin de
apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Al
operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a ellos y transformarla,
transforman a la vez su propia naturaleza.

En estos movimientos están implicados dos tipos de acción social: el trabajo y las
acciones comunicativas. Estas formas simples de acción social, en su entrelazamiento
contribuyen configurar determinadas formas de organización social. En ellas se
establecen lugares (independientes de la voluntad) en los cuales los sujetos cumplen las
funciones necesarias para la reproducción social. En este proceso que contribuye al
sostener una determinada forma de organización social también contiene las fuerzas
sociales capaces de transformar constantemente y a veces de manera estructural las
formas de organización social.

En la teoría social marxista existe un concepto fundamental para pensar las formas de
organización social que han establecido los hombres en la producción social de su
existencia. Este concepto es: modo de producción o bloque histórico en palabras de
Gramsci. Esta categoría hace referencia a las relaciones de producción, intercambio,
distribución, y consumo, así como a los arreglos institucionales, jurídicos y administra-

4
- MARX, Carlos. Contribución a la crítica de la economía política. Editorial Ciencias Sociales. Instituto
Cubano del Libro. La Habana, 1970.
tivos, a la organización política y al aparato del Estado, a la ideología y a las formas
características de reproducción social (de clase) que se establecen en una sociedad en un
momento histórico determinado5.

Esta definición presupone que el modo de producción capitalista es apenas una de las
formas históricas específicas en que las relaciones de producción y las fuerzas productivas
se combinan para reproducir las condiciones materiales de vida. En la teoría marxista es
común reconocer cinco modos de producción en el siguiente orden cronológico:
comunismo primitivo, modo de producción esclavista, feudal, capitalista y comunista.
Aunque también es necesario mencionar que existe un intenso debate crítico en torno a
estos estadios de desarrollo6.

La sociedad capitalista es una forma de organización social histórica en la cual las


relaciones sociales asumen una forma específica. El capitalismo es un sistema en el cual
esta instalada una lógica: acumular capital; y para que esto ocurra el capitalismo precisa
expandirse, anidar en todos los territorios, globalizarse. Las consecuencias sociales,
políticas, económica y culturales que esta lógica produce son inmensas. En este artículo
se resaltan los siguientes elementos, que posteriormente serán desarrollados en el curso
de sociología.

1- Se parte del reconocimiento que las sociedades capitalistas se caracterizan por el hecho
de que en ellas – sobre la base de una distribución desigual de la propiedad, derivada de
una «acumulación primitiva» – el principio organizativo del intercambio es universal.
Este principio, que regula los intercambios de bienes y servicios (incluyendo la fuerza de
trabajo), se torna dominante porque el capitalismo queda liberado de la coerción política
y de las restricciones normativas.

2- Concentrando la mirada en el transcurso del siglo XX e inicios del XXI se explicará


que la producción ha asumido diversas formas de organización. Por lo tanto, interesa
investigar las relaciones que han asumido el capital y el trabajo en los procesos de

5
- HARVEY, David, Los límites del capitalismo y la teoría marxista. Fondo de la Cultura Económica.
México, 1990.
6
- WEEKS Jhon. “Modos no capitalistas de producción”. En Diccionario del pensamiento Marxista.
Tom Bottomore (editor). Editorial Paidós. España 1998.
reproducción de la vida material. Para ello es importante reconocer el modo en que han
sido racionalizados los procesos de trabajo.

3- En este proceso las formas estatales que se asumen en el capitalismo están íntimamente
relacionadas con las formas de organización de la producción. En el desarrollo del
capitalismo, el Estado ha asumido diversas formas de intervención en la economía y la
sociedad. Los cambios en las formas de actuación del Estado han sido precedidos por
crisis que pusieron en cuestión el principio en torno al cual se organiza la sociedad
capitalista: el intercambio. En este sentido se pretende explicar el surgimiento y crisis
del Estado Liberal y de Bienestar, la adopción del neoliberalismo y la irrupción de la
globalización, teniendo en cuenta esta determinación.

4- El formato de Estado de Bienestar y la reconfiguración del Estado en la etapa


Neoliberal al mismo tiempo que se conformaron como las fórmulas políticas que
posibilitaron recomponer el principio organizativo del intercambio, para garantizar la
acumulación del capital; garantizaron de manera renovada la contención de las fuerzas
sociales disruptivas que se originaron como consecuencia de la dinámica contradictoria
del sistema capitalista.

5- Los mecanismos de legitimación desarrollados en cada formato de Estado para


recomponer los niveles de acumulación y contener a las fuerzas sociales rebeldes,
surgieron en condiciones históricas específicas. Aquí se sostiene que cuando se pasa de
un formato de Estado a otro, porque se modificaron las condiciones históricas que
posibilitaban el desarrollo eficaz del principio organizativo, estos mecanismos
continuaron operando. Ya no en el marco institucional en que lo hacían en el período
anterior, sino que de manera transfigurada. En este sentido el capitalismo tiene la
capacidad de acumular mecanismos que legitimen su mantenimiento.

6- En cada período histórico las intervenciones del Estado y el funcionamiento de la


economía también regeneran conflictos, sociales, políticos y económicos, que vuelven a
obstruir y cuestionar la dinámica de acumulación de capital. En el marco de estos
conflictos, aquí se sostiene que se puede reconocer una constante tensión entre el
funcionamiento del capitalismo y los ideales emancipatorios surgidos en la modernidad.

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