Faltan Más Obreros para La Mies

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FALTAN MÁS OBREROS PARA LA MIES

Lucas. 10:2
Introducción

A un artista famoso una vez le comisionaron para que pintara un cuadro de


una iglesia muriéndose. Se dice que todos esperaban que pintara una
iglesia pequeña y humilde en un edificio dilapidado. Pero más bien éste
famoso pintó un majestuoso edificio con un lujoso púlpito y magnificas
ventanas; y cerca de la puerta estaba una caja para las ofrendas, rotulada
“Misiones,” con la ranura llena de telarañas.

La iglesia que no es misionera es una iglesia próxima para morirse.


Y es que en las palabras de nuestro Señor Jesucristo citadas en San
Lucas10:2
encontramos dos apreciaciones que él tiene con relación a las misiones.
¿Cuáles son esas dos apreciaciones que Jesús tiene con respecto a
las misiones?

I) La primera apreciación tiene que ver con: Las dos caras que
esta tiene (la gran comisión)

Las palabras que Jesús les dice a estos hombres que estaba
comisionando nos señalan la apreciación que él tenía con respecto a la
obra que el padre le había comisionado a él. Si vemos, Jesús señala que
la gran comisión tiene 2 caras. (Lucas 10:2ª
“Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos”
En esta primera parte de este verso se puede ver que la Gran Comisión
tiene dos caras las cuales debemos de comprender y visualizar en nuestra
mente y corazón.

A) En primer lugar Jesús dice: “La mies es mucha” (Lc. 10:2ª)

Y esto es una realidad, muchos son los hombres y mujeres, los pueblos,
las multitudes que viven una vida sin sentido, ahogados en lo material, en
las pequeñeces
de cada día.
Las estadísticas dicen que en el mundo somos más casi 7 billones de
personas de las cuales un pequeñísimo porcentaje conoce de Jesús y su
obra.
Hoy día al igual que en tiempos de Jesús muchos que dicen ser cristianos
tienen una apreciación completamente diferente a la del Señor. En
tiempos de Cristo los líderes religiosos miraban a las multitudes de
maneras completamente diferentes a las de Cristo. Estos eran indiferentes
a las necesidades de las personas, por ejemplo a los leprosos, prostitutas,
paralíticos y cobradores de impuestos las veían como personas que no
valían nada, como estorbos de la sociedad, como pecadores merecedores
únicamente del juicio de Dios, las veían como paja que no servía para
nada más que ser quemada o simplemente las ignoraban.

Y hoy día así están aquellos que dicen llamarse cristianos, los cristianos
de hoy sólo se están preocupando por ellos mismos olvidando que a su
alrededor hay miles de personas que necesitan una buena nueva del
Reino de Dios, que hay vida y solución en Cristo.

Así que como discípulos de Cristo debemos entender y concientizarnos


que la mies (COSECHA) es mucha. Aquí y en el mundo entero hay
muchas personas que nunca han oído o nunca les ha llegado el mensaje
del amor divino, no saben que Dios los ama inmensamente y todo porque
como cristianos hemos dejado de predicar y testificar de Cristo.

En San Juan 4:35 Jesús les dice a sus discípulos “alzad los ojos y ved
los campos blancos, dispuestos a ser segados”.

Una mirada al mundo descubre enseguida la inmensidad de personas a


los que está destinada la iglesia llevarles el evangelio y la salvación de
Cristo. Gente que está esperando que alguien le dé testimonio de Cristo.

El alzad los ojos y ved los campos blancos no es nada más que la actitud
que debe de asumir la iglesia hoy. La iglesia ha caminado con la vista
puesta sobre ella misma y no sobre aquellos que necesitan de Dios. Así
que Jesús te dice hoy alza tus ojos y ved que los campos están blancos.

¿Qué mira usted hno., hna., cuando ve a la gente caminando en el


parque, en el mercado, en las calles, qué ve? Sabe usted qué miraba
Jesús cuando Él caminaba, según Mateo 9:36 Él miraba multitudes que
estaban desamparadas y dispersas, miraba
ovejas sin pastor. Y es por eso por lo que él dice la mies (Cosecha) es
mucha. Esa es una cara de la gran comisión, la gente que necesita de
Dios en el mundo es demasiada.
La otra cara de la gran comisión según el verso de Lucas 10:2 es que los
obreros son pocos.

B) Los obreros son pocos (Lucas. 10:2b)


La carencia de obreros y personas consagradas repercute en el grado de
evangelización de la sociedad, de las familias, de los jóvenes, de los niños
y del mundo entero. Debemos tener claro que donde faltan los obreros, la
cosecha se pierde para siempre.

De igual manera como una cosecha se pierde por falta de obreros, así es
de irreparable la pérdida de aquellos que nunca escucharon las buenas
nuevas de salvación.

Seamos conscientes, si nos damos cuenta en nuestras iglesias son


contados los cristianos que salen a evangelizar, a dar testimonio de su fe
con aquellos que no conocen de Dios.

La mies es mucha ¿Cómo creerán todos esos millones de personas, sino


han oído el evangelio? ¿Cómo van a oír de Cristo si no hay obreros que
los evangelicen? ¿Cómo conocerán el amor de Dios si no hay testigos del
evangelio, sino hay obreros que pongan su vida a disposición del Reino de
Dios? Esta es la otra cara de la gran comisión, la escasez de obreros.

Necesitamos más obreros que evangelicen, que prediquen la Palabra, que


lleven el mensaje de salvación, el mensaje de Cristo.

El desafío de hoy es que todos nos constituyamos en obreros fieles de


Cristo. Hay mucha mies que necesita ser segada (levantada de los
campos)

II) La segunda apreciación tiene que ver con: El papel de la oración y


el envío
de obreros
Al leer la segunda parte de Lc. 10:2 nos damos cuenta de esta segunda
apreciación de Jesús, él dice:

A) Rogad al Señor de la mies (Lc. 10:2c)

Para recoger la cosecha no es a los hombres a quiénes tenemos que


dirigirnos primeramente, sino a Dios, “rogad al Señor de la mies”. Es decir
que él es nuestra primordial necesidad. ¿Por qué debemos de rogar a él?
Sencillamente porque él es quien está al frente de esta misión.

Iglesia de Dios, la oración juega un papel determinante en el


levantamiento de obreros que vayan a levantar la cosecha. La oración en
toda la historia bíblica ha sido fundamental para cumplir los propósitos de
Dios, las grandes hazañas, milagros, maravillas y señales siempre tuvieron
como antecedente la oración. Sin oración no es posible que se realice
algo. La oración es el medio de Dios para que todo bien de Dios fluya al
hombre. La oración hace cambiar de parecer a Dios, sino recuerde a
Abraham cuando oró por Sodoma y Gomorra una ciudad malvada.
La oración de una iglesia salvó a Pedro de la ejecución que Herodes
había planificado (Hechos 12)

Y es por eso necesario rogar al Señor de la mies, dado a que la tarea es


abrumadora, son muchos los que andan sin Dios, sin consuelo y sin
esperanza.

NECESITAMOS CLAMAR AL SEÑOR DE LA MIES.


Nuestra motivación para orar debe de ser la gran cosecha de almas que
deben ser alcanzadas con el evangelio.

Literalmente hay muchas personas que están ya listas para recibir a Jesús
como Señor, que desean propósito en sus vidas, que desean sentido y
significado. Pero para ello debemos rogar al Señor de la mies que envíe a
alguien para que le hable del amor de Dios.

¿Y qué es rogar? Rogar es insistir, desear, anhelar con súplicas.


B) Que envíe obreros a su mies (Lc. 10:2d)
En esta segunda apreciación que Jesús nos proporciona vemos que él
nos insta que oremos para que envíe obreros para su mies. Los obreros
que hacen la obra de Dios son escogidos y llamados por él. Pero para ello
debemos de rogar al Señor que los envíe.

Algunos dirán, yo no estoy capacitado para ser un obrero de Dios que


vaya a su mies, porque soy pobre, porque no soy preparado, porque mi
trabajo me lo impide, porque soy un enfermo, pues fíjese que
precisamente esa fue la gente que Dios uso para alcanzar a otro con el
evangelio.

Por ejemplo Pablo en un momento de su vida llegó a ser tan pobre que
muchas veces padecía de hambre y carencia de lo necesario para vivir,
pero llenó desde Jerusalén y por los alrededores hasta Ilírico.

Ni la ignorancia o preparación secular es una excusa, algunos de los 12


apóstoles eran hombres sin letras, pero Dios los uso en la evangelización.
Aquellos que tienen un trabajo secular dicen yo si no puedo ser un obrero
de Dios por mi trabajo, pues Dios uso a un esclavo llamado Onésimo para
alcanzar a otros.

Otros ponen como pretexto a la enfermedad que padecen para no salir a


evangelizar, sin saber que Dios uno de los grandes hombres que
menciona la biblia como Timoteo sufría de frecuentes achaques. CADA
UNO PUEDE SER UTIL A SU
PROJIMO, SI QUIERE HACE LO QUE PUEDE.

Conclusión: muchos se están yendo al infierno porque hace falta


obreros, por lo tanto debemos de orar y estar dispuestos para cumplir con
la misión encomendada.

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