Iglesia Rosa de Saron Las Calabazas. Ensayo
Iglesia Rosa de Saron Las Calabazas. Ensayo
Iglesia Rosa de Saron Las Calabazas. Ensayo
Calabazas
Club de lectura
Elaborado por:
Wendy moreno
Noreymi Alvares
Daylen Artola
Linda Rivera
Darling Torres
Pablo le está escribiendo a la iglesia diciéndoles que tienen que soportarse los unos a los
otros. El hecho de que seamos redimidos y hermanos en la fe, no quiere decir que
tendremos relaciones perfectas o color de rosa. Cada uno de nosotros estamos en el
proceso de desechar y revestirnos, y en ese proceso podemos ser heridos o herir a otros;
pero como resucitadas en Él debemos soportarnos y perdonar.
El perdón no viene de la nada; sino como una respuesta al perdón que hemos recibido
en Cristo. No hay argumento mayor para ayudarnos a ofrecer perdón que recordar y
meditar en cuanto perdón hemos recibido nosotras. Además de que si el Señor ha
perdonado a mis hermanos, como no he de hacerlo yo por ellos. Nuevamente, hay
muchos factores y matices que podemos evaluar; pero el principio del perdón es el
mismo; perdonamos como Cristo nos perdonó a nosotras.
El perdón y la comunión entre nosotros provienen del amor que nos une y nos hace una
familia. El amor que primero recibimos de Dios, y que debemos reflejar y mostrar a
otros.
Marcos 12:28-34
Reina-Valera 1960
El gran mandamiento
28
Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había
respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29 Jesús le
respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el
Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31 Y el
segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento
mayor que estos. 32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno
es Dios, y no hay otro fuera de él; 33 y el amarle con todo el corazón, con todo el
entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno
34
mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que
había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno
osaba preguntarle.
Hoy por hoy, la pregunta del escriba es una que se mantiene vigente y está relacionada
con aquello que consideramos más importante en una religión. Otros lo plantean así:
¿Qué hace una religión verdadera? El apóstol Pablo llegó a la misma conclusión que
Jesús en Romanos 13:8. La pregunta es tan antigua como la misma iglesia. Para
Santiago, en su epístola, “la religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta:
visitar a los huérfanos ya las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del
mundo” (1:27). Siguiendo las enseñanzas de Jesús fundamentadas en el amor, Santiago
propone que además de tomar en cuenta la importancia de la fe en Dios para agradarle y
el logro de la vida eterna, es menester realizar buenas obras (2:17). Y, entre ellas, el
amor al prójimo expresado de diversas formas.
Entonces, ¿quién es nuestro prójimo? Juan Calvino, teólogo y pastor del siglo XVI dice
al respecto: “Lo que afirmo es que debemos amar con un mismo afecto de caridad a
toda clase de hombres sin excepción alguna, sin establecer diferencias entre griego y
bárbaro, entre dignos e indignos, entre amigos y enemigos; pues todos deben ser
considerados en Dios y no en sí mismos.”
Como dijo el apóstol Juan: el que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor,
por lo cual, todo el que permanece en Dios da testimonio de Él, amando de la misma
forma en que Él nos amó.
Deuteronomio 10:12-22
Reina-Valera 1960
Lo que Dios exige
12
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios,
que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma; 13 que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos,
que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? 14 He aquí, de Jehová tu Dios son
los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en
ella. 15 Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su
descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este
día. 16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra
cerviz. 17 Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande,
poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; 18 que hace
justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y
vestido. 19 Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de
Egipto. 20 A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre
jurarás. 21 Él es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas
cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. 22 Con setenta personas descendieron tus
padres a Egipto, y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.