Quinta Sesion División de Poderes, Regla General y Excepciones
Quinta Sesion División de Poderes, Regla General y Excepciones
Quinta Sesion División de Poderes, Regla General y Excepciones
Introducción
Son las cláusulas habilitantes las que vitalizan a la Administración Pública, ya que le
permiten expandirse y multiplicarse, así como regir sobre los gobernados, a partir de ideas
o desarrollos propios, equiparables a la libre configuración legislativa de que goza el Poder
Legislativo.
Las cláusulas habilitantes permiten que las autoridades operen dentro de una lógica de
administración pública dinámica y oportuna. El legislador permite, habilita, de manera que
puede prohibir y deshabilitar, entendiéndose con ello que conserva el poder en el ámbito
normativo. No comparte el poder de normar, sino que solamente lo permite.
En el devenir histórico de México el Congreso venía otorgando al Ejecutivo facultades
extraordinarias para legislar en diversas materias; el Ejecutivo con esas facultades emitió,
modificó, abrogó o derogó leyes y códigos.
Esta práctica cambió de vertiente: ya no se habilita al Presidente sino a los órganos de la
Administración.
Antecedentes del principio de la división de poderes, causa o motivo de existencia de las
cláusulas habilitantes.
CÓDIGO DE HAMMURABI
Se suponen que fue promulgado por el sexto rey de la dinastía amorrea de Babilonia
(Hammurabi), es un cuerpo de leyes.
Pero de la interpretación de textos babilónicos se concluye que este cuerpo de leyes no las
inventó el citado rey; es decir, no fueron de su ocurrencia, sino que son una recopilación de
las normas que regían a la sociedad en aquellos tiempos, escogiendo eso sí, las que le
parecieron a él las más prudentes.
En ese entendido se puede concluir que el legislador era indeterminado, es decir, es el
pueblo que a través del tiempo va creando y aceptando las normas que lo rigen, el rey
solamente reconoció su vigencia mediante la promulgación y divulgación.
Cabe destacar que en este libro se encuentra la siguiente norma: “Si hay lesiones, pagarán
vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por
quemadura, herida por herida, golpe por golpe”; esta norma, conocida como del talión.
- Aristóteles:
Distinguió y nos transmitió en una de sus obras, La Política, sus observaciones sobre el
ejercicio del poder público, encontrando tres funciones:
* la primera, la legislativa estaba encomendada en el sistema democrático republicano a
una asamblea deliberante
* la segunda, la ejecutiva estaba encomendada a un grupo de magistrados (funcionarios
públicos)
* la tercera, la judicial, al cuerpo judicial.
- En Roma:
en general se practicó la división del poder público:
* la función legislativa fue encomendada al populos romanus reunido en comicios, cuyas
resoluciones confirmaba el Senado, quedando en la Administración incluido el mando de
los ejércitos y los magistrados judiciales, a cargo de lo que podemos considerar como el
Ejecutivo.
* El proceso legislativo comprendía tres momentos: a) el primero cuando la asamblea
comicial aprobaba la norma, b) el segundo cuando el magistrado competente emitía la
praescriptio consistente en dar fe de la iniciativa y de los datos sobre la asamblea comicial
correspondiente, c) en tercer lugar la sanción por parte del Senado.
* El proceso judicial en Roma pasó por tres etapas: la de la legis actiones, la del proceso
formulario, y la del proceso extra ordinem, los cuales se llevaban ante magistrados con
carácter de.
- Reino Unido
Se han distinguido las tres funciones a las que nos hemos venido refiriendo, aunque
parezcan confundirse dentro del sistema político existente en esa nación, es decir, el
sistema parlamentario. Sin embargo, éstas se encuentran perfectamente identificadas:
* la función legislativa al Parlamento, integrado por la Cámara de los Lores y por la
Cámara de los Comunes,
* la función ejecutiva al Primer Ministro y su Gabinete,
* la función jurisdiccional a la Cámara de los Lores como último tribunal de apelación.
Los casos civiles se ven en los tribunales de los condados y en el Tribunal
Supremo. Los casos criminales se ven en los tribunales de magistrados y en el Tribunal de
la Corona. Además, el Parlamento mediante una ley puede revocar las sentencias, así como
los actos que expide el Ejecutivo. El Ejecutivo tiene facultades para disolver el Parlamento.
- En Estados Unidos
La división de poderes se nutrió tanto de la tradición británica como de la teoría tripartita de
división de poderes desarrollada por Montesquieu, trayendo como consecuencia el
establecimiento de tres poderes separados e independientes entre sí, pero bajo un sistema de
complementación y desarrollo armónico.
La Constitución de Estados Unidos al referirse a este aspecto, declara “que los
departamentos legislativos no ejercerán nunca los poderes ejecutivo y judicial, ni cualquiera
de ellos, que el ejecutivo no ejercerá los poderes legislativo y judicial, ni cualquiera de
ellos”.
- La Constitución de la República de Francia
Reconoce la división de poderes al establecer:
* el Poder Ejecutivo en el Titulo II (Presidente de la República), Artículos 5 a 19, y Título
III (Del Gobierno), Artículos 20 a 23;
* el Poder Ejecutivo Legislativo en el Título IV,
* el Consejo Constitucional en el Titulo VII, artículos 53 a 63,
* y el Poder Judicial en el Título VIII (Autoridad judicial) Artículos 64 a 66-1, el Alto
Tribunal de Justicia en el Título IX, Artículos 67 y 68.
Sobre este aspecto surgen tres clases de justificaciones: la histórica o de origen, la teórica y
la práctica.
* Justificación histórica: la doctrina ha expresado que desde el principio de la Revolución
Francesa hubo una extrema desconfianza respecto de los tribunales judiciales, en lo que
concierne a su actividad frente a la Administración. Se creía, particularmente en la segunda
mitad del siglo XVIII, que las cortes de justicia soberana, estaban penetradas de un espíritu
de oposición sistemática frente a los administradores surgidos de la Revolución,
mostrándose tendenciosas hacia la protección de la defensa de los privilegios de clase y
violentamente hostiles a todas las reformas administrativas y financieras que fueran
intentadas por el gobierno. Utilizaban sus poderes normales de juez, como poderes
especiales de sanción y registro, para hacer fracasar esas reformas. Se quiso entonces que
los nuevos tribunales no pudiesen imponer su conservadurismo y en consecuencia poner en
peligro las grandes reformas que la Revolución quería realizar.
* La justificación teórica: existen autores que tratan de razonarla a través de la llamada
especialización de funciones, bajo la premisa de que el juez administrativo no es la
Administración misma, sino que resulta un órgano independiente.
* La justificación práctica: numerosos autores tanto franceses como de otras nacionalidades
consideran que el hecho de que existan tribunales especializados tiene ventajas de orden
práctico, ya que los asuntos contenciosos administrativos encierran materias sumamente
técnicas y, en consecuencia, el juez-administrador podría juzgar con mayor equidad que el
juez judicial los conflictos que se les presentaran en justicia.
De este modo, se confía la vigilancia de los tres poderes entre ellos mismos ya que cada
uno vigila, controla y detiene los excesos de los otros para impedir, por propia ambición,
que alguno de ellos predomine sobre los demás.
Puede contrastarse con la fusión de poderes y separación de funciones en los sistemas
parlamentarios, donde el ejecutivo y la legislatura están unificados, debido a que el
legislativo nombra al ejecutivo.
Las facultades extraordinarias para legislar han sido otorgadas a diversos presidentes de la
República Mexicana.
Las cláusulas habilitantes constituyen una nueva forma de organización que desembaraza a
los órganos del Estado de la dependencia directa del Poder Legislativo, lo que permite
actuar de manera ágil y oportuna en atención a la cada vez más compleja realidad en que
operamos.
BIBLIOGRAFÍA
Jesús Javier Herrera Gómez, “Administración Pública y las Cláusulas Habilitantes”, en:
Carlos Gómez Díaz de León (Coordinador), De la Administración Pública Tradicional a la
Nueva Gestión Pública: Evaluación, Conceptos y Desafíos, México, Mc Graw Hill
Editores, 2016, pp. 155-176.