Claves para El Estudio Del Texto - Rueda - Aurora

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Nelly Rueda de Twentyman • Enrique Aurora

Claves
para el estudio del
texto

comunicarte
Claves para el estudio del texto
Nelly Rueda de Twentyman - Enrique Aurora
© 2010, Editorial Comunicarte

Primera edición: marzo de 1999


Sexta reimpresión: mayo de 2010

ISBN: 978-987-9280-08-9

comunicarte
Ituzaingó 882 • Planta alta
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Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.


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Se terminó de imprimir en Córdoba a 5 días de mayo de 2010.
Tirada de esta edición: 1000 ejemplares.

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libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, me-
diante fotocopias, digitalización y otros métodos, sin el permiso previo y escrito
del editor. Su infracción está contemplada por las leyes 11.723 y 25.446.

Rueda de Twentyman, Nelly.


Claves para el estudio del texto / Nelly Rueda de Twentyman y Enrique Aurora - 1 o ed.
Córdoba: Comunic-arte, 2008.
216p.:21x16cm.

ISBN 987-978-9280-08-9

1. Gramática del español estándar I. Aurora, Enrique II. Titulo


CDD 465
Claves
para el estudio del

Nelly Rueda de Twentyman


Enrique Aurora
2. EL TEXTO
2.1. El texto y la oración
Ya hemos advertido \a relación entre lenguaje y comunicación
y asimismo la importancia que tiene considerar ja situación
comunicativa para comprender el funcionamiento de los mecanis-
mos del lenguaje: Ahora bien, es cierto que cada vez que emplea-
mos una lengua como recurso para entablar la comunicación,
apelamos a los signos que componen el inventario léxico de esa
lengua y respetamos las condiciones impuestas por su gramática
particular con el propósito de coordinarlos, de modo de obtener
como resultado una serie que se le presente al otro (o a los otros)
como inteligible.
En principio, se podría pensar que ese acto combinatorio da
como producto una oración (o unas oraciones). Sin embargo, la
solución no es tan obvia. En primer lugar, porque la oración es un
objeto de estudio teórico. En efecto, la gramática, es decir, la
disciplina lingüística que se ocupa del estudio de las oraciones, las
considera sin tomar en cuenta las circunstancias de la situación
concreta en la cual tales oraciones son realizadas. En otras pala-
bras, la gramática hace abstracción de quiénes sean los sujetos de
la comunicación (alocutor y alocutario), así como de la dimensión
espacio-temporal que puedan compartir. Tanto es así, que en
muchos casos la gramática fracasa al momento de pretender ana-
lizar de manera específica los elementos morfosintácticos que la
integran. Ello especialmente cuando se enfrenta con producciones
de naturaleza oral (aquéllas en las cuales la situación comunicativa,
por la ce—presencia de alocutor y alocutario, adquiere mayor impor-
tancia). Por ejemplo, en un diálogo como el propuesto a continua-
ción:
A- Me reprobaron el examen.
B- ¡Pero te dije que estudiaras más!,
La conjunción adversativa "pero", que hace hincapié en el
carácter de reproche que encierra el enunciado producido por "B",
resulta imposible de analizar desde el punto de vista de la gramática
propiamente dicha.
21
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el significado de las
producciones lingüísticas no depende sólo de las oraciones utiliza-
das por el hablante, sino que está de por medio un proceso de
interpretación que guarda relación con la intencionalidad del alocutor
y con las circunstancias que definen la situación comunicativa. En
el siguiente ejemplo:
A-Es una tarde fría y gris. Y en el Ángel Azul reponen una
película de Bergman. Apuesto a que allí lo encontraremos a Luis.
B-Tenés razón. Vamos a buscarlo.
El sentido de la serie de oraciones producidas por el hablante
"A" no es "otro que el que le atribuye el hablante "B", es decir, una
invitación o sugerencia para reunirse con Luís. Sin embargo, ese
sentido "global" no se infiere como la mera adición de los significa-
dos particulares de cada oración ("estado del tiempo", "ciclo de
Bergman", "aficiones de Luis"), sino que la trasciende.
A partir de los problemas expuestos, podemos convenir que
cuando nos comunicamos por medio del lenguaje no lo hacemos
bajo la forma de meras oraciones, sino a través de unidades
superiores. Esas unidades son las que, en un principio, denomina-
mos "textos" o "enunciados".
Ahora bien, las observaciones precedentes no significan un
juicio de valor negativo respecto de la gramática. Se trata, simple-
mente, de una diferencia de alcances y de objetivos. La gramática
reconoce como objeto de estudio a la oración, con lo cual no acaba
de despegarse de la lingüística de la lengua propuesta por Saussure.
De hecho, el análisis de las oraciones no puede dar cuenta acabada
del uso del lenguaje, porque, como ya advertía Von Humboldt,
"aunque estamos habituados a pasar de los sonidos a las palabras,
y de éstas al discurso... [ ]..., es el discurso lo que es primero y
determinante" (citado por Lozano, Jorge, Peña-Marín, Cristina y
Abril, Gonzalo (1986): Análisis del discurso. Hacia una semiótica de
la interacción textual. Madrid, Cátedra, p. 33). En otras palabras,
desde la lingüística del texto o desde la pragmática, por ejemplo, ya
nos introducimos, decididamente, en el campo de la lingüística del
habla (que el propio Saussure había admitido como posibilidad), y
entonces se impone la necesidad de concebir unidades de una

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naturaleza diferente. En tal sentido, Halliday "ha observado que la
unidad de la lengua en uso no es la palabra o la oración, sino el texto"
(Lozano, 1986, p. 33). Ello es así en tanto y en cuanto las oraciones
" aunque tienen una dimensión sintáctica y otra semántica, carecen
de la dimensión pragmática que distingue a los textos (Oomen,
1979:274)" (Bernárdez, 1982, p. 98). De hecho, este desplazamien-
to en el interés de la lingüística desde el sistema de la lengua hacia
el proceso dé producción textual no representa un mero cambio de
perspectiva, sino que se vincula con la naturaleza misma del lengua-
je. El lenguaje, como señala Coseriu, no se manifiesta sino en el
hablar, en la actividad discursiva. Es cierto que el hablar en cuanto
actividad requiere del sistema de la lengua, que la lengua y el habla
(como ya lo señalara el propio Saussure) son interdependientes,
pero también es cierto que la realidad inmediata con la cual se
encuentra el hablante (hasta en el mismo proceso de adquisición de
su lengua materna) es la del discurso.
Hay que tener en cuenta, entonces, que los enunciados no
pueden identificarse empleando criterios gramaticales. Los límites
del enunciado "están fijados por la propia dinámica del discurso:
cada una de las intervenciones de un emisor es un enunciado... [ ]
... El enunciado está, por tanto, enmarcado entre dos pausas, y
delimitado por el cambio de emisor. Según esta caracterización,
pueden ser enunciados tanto una simple interjección como un libro
entero, tanto un sintagma nominal como un párrafo" (Escanden
Vidal, 1996, p. 27 y sig.). Es por ello que si, desde cierto punto de
vista, puede considerarse que un enunciado es una oración actua-
lizada, este concepto resulta insuficiente por el simple hecho de que
hay enunciados que pueden constar de unidades inferiores o supe-
riores a la oración (cfr. Escandeil Vidal, 1996, p. 28).
Estas dificultades derivadas del propósito de establecer para-
lelismos entre ambas unidades -oración y enunciado- se explican
por la circunstancia de que estamos ante unidades de naturaleza
diversa: gramatical la una (la oración) y pragmática la otra (el
enunciado). En este sentido, Escandeil Vidal (1996) esquematiza
las diferencias fundamentales entre oración y enunciado de la
siguiente manera:

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Oración Enunciado
•'entidad abstracta, teórica, •'secuencia lingüística concreta,
no realizada realizada por un emisor en una
situación comunicativa

• s e define dentro de una teoría • ' s e define dentro de una teoría


gramatical con arreglo a criterios pragmática de acuerdo con cri-
de naturaleza gramatical terios discursivos

•'unidad de la gramática •/'unidad del discurso

•'su contenido semántico depende/'su interpretación depende de su


de su estructura, no de sus contenido semántico y de sus
usos posibles condiciones de emisión

•'se evalúa en términos formales: •'se evalúa según criterios prag-


es correcta o incorrecta máticos:es adecuado o inade-
cuado, efectivo o inefectivo

Por su parte, Lang (cfr. Lozano, 1986, p. 36 y sig.) señala que


la especificidad de la significación textual emerge de las siguientes
propiedades:
1) El texto es el ámbito en el cual las oraciones pierden su ambigüe-
dad. Por ejemplo, en la oración: Los recuerdos de mamá eran
dolorosos, no se sabe quién realiza la acción de recordar. Pero sí
podemos dilucidarlo en el siguiente texto: Los recuerdos de mamá
eran dolorosos. Desde no hacía más de un año, ella ya no estaba
junto a nosotros.
Si leemos: Caminaba distraídamente por el parque, no se sabe
si el sujeto es la 1 s o la 3S persona gramatical. Esto queda claro en
el texto: Caminaba distraídamente por el parque. Iba acompañado
por uno de sus mejores amigos, pero no le prestaba atención a su
conversación. En cambio, pensaba en los proyectos que quería
realizar.

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La oración: Es necesario que seas prudente, puede ser una
advertencia, un consejo o un ruego. Eso sólo puede determinarse en
un texto: Es necesario que seas prudente. De no ser así, te haré
sufrir las consecuencias (advertencia); Es necesario que seas
prudente. Sólo de esa manera llegarás sin riesgo a la solución de
ese conflicto que tanto te preocupa (consejo); Es necesario que
seas prudente. Te lo suplico. Es por el bien de ambos (ruego).
2) El texto encierra presuposiciones e implicaciones diversas de las
de las oraciones que lo integran. Por ejemplo: la oración Raúl dejó
de fumar, conduce a la presuposición de que Raúl tenía el hábito y
lo abandonó. En cambio el texto: Raúl dejó de fumar. Lo hizo en
cuanto vio el cartel que lo prohibía, presupone algo diferente: que
Raúl era respetuoso de las leyes o que no quería ser multado.
La oración: Por fin su padre está descansando en paz, nos hace
presuponer que el padre ha fallecido. Pero el texto: Por fin su padre
está descansando en paz. Después de un año de intenso trabajo, se
ha tomado unos días en su casa de las sierras, nos permite entender
que está de vacaciones.
3) La oración no puede resumirse; pero sí el texto (en caso de que
esté formado por varias oraciones), de modo tal que la información
básica sea preservada.
Además, el sentido de una oración puede determinarse (en
buena medida) sin tener en cuenta el contexto: en cambio, el sentido
de un enunciado depende del contexto en el cual se produce (cfr.
Lyons, John (1997): Semántica Lingüística. Barcelona, Paidós, p.
62).

2.2. El texto como objeto cultural


Producimos "textos" toda vez que mantenemos una conversa-
ción casual, exponemos un tema en una situación áulica, escribimos
un telegrama o completamos una solicitud de empleo. Interpreta-
mos textos cuando leemos una crónica policial en el diario, escucha-
mos a un vendedor ambulante en el colectivo, o nos informamos
sobre la tabla de posiciones del campeonato de fútbol local por la

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radio. Es decir, los "textos" representan fenómenos de los que
participamos (como alocutores o como alocutarios) de manera
repetida y constante en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, propor-
cionar un concepto de lo que es un "texto" no es una tarea tan
sencilla.
En primer lugar, porque el "texto" es objeto de estudio de las
más variadas disciplinas. La crítica literaria, la historia, la filosofía,
la psicología social, la sociología (ello, limitándonos a una serie
caprichosamente reducida), se ocupan de textos. Y esta multiplici-
dad de enfoques, obviamente, implicará que cada uno de ellos se
detenga únicamente en aquellos aspectos que sean pertinentes
conforme su área de competencia, de lo que se derivarán distintas
definiciones.
En segundo término, hay que tener en cuenta que hasta aquí
nos hemos limitado, en función de nuestros intereses, a formas
textuales que tienen como soporte el lenguaje. No obstante, desde
una perspectiva más amplia, el término "texto" se extiende a otros
fenómenos comunicativos de los cuales el lenguaje no participa.
Así, desde el punto de vista de la denominada "semiótica de la
cultura", el texto es "cualquier comunicación registrada en un deter-
minado sistema sígnico" (Lozano, 1986, p. 18). De esta manera, una
pintura de Van Gogh, un concierto ofrecido por la Sinfónica de
Córdoba en la plaza San Martín, un desfile militar para el 9 de Julio,
"El pensador" de Rodin, un cartel señalizador que nos indica que
está "prohibido girar a la izquierda", una danza folclórica como la
chacarera, son textos. O sea, todo objeto cultural que tiene la
propiedad de "comunicar" ciertos conceptos, ciertos valores o cier-
tas emociones, se valida como un texto, tanto como una carta
familiar o una obra literaria tradicional como el Hamlet, por ejemplo.

2.3. £1 texto lingüístico


Si nos ceñimos al campo de la lingüística, o sea, a aquellos
textos en los cuales el sistema de signos empleado es alguna lengua
natural y, por otra parte, hacemos abstracción -por ahora al menos-

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de los diferentes tipos textuales, nos encontraremos todavía con
distintos criterios para definirlo.
Sin la pretensión de extraviarnos en la maraña de una serie de
definiciones, a continuación trataremos de analizar algunos de los
conceptos que se han propuesto sobre el particular:

1. "El texto es la forma primaria de organización en la que


se manifiesta el lenguaje humano. Cuando se produce una
comunicación entre seres humanos (hablada/escrita) es en
forma de textos. Como la comunicación humana es siem-
pre una acción social, el texto es al mismo tiempo la unidad
por medio de la cual se realiza la actividad lingüística en
tanto que actividad social-comunicativa. Un texto es, en
consecuencia, una unidad comunicativa, o sea, una unidad
en la que se organiza la comunicación lingüística (Isenberg,
1976: 54)" (Bernárdez, 1982, p. 80)

Esta primera definición llama la atención sobre un aspecto al


que ya habíamos hecho referencia en el punto "El texto y la oración";
es decir, al estudiar los procesos del lenguaje desde la actividad (el
hablar), la unidad comunicativa está representada por el texto y no
por la oración.

2. Para Bernárdez, "texto es la unidad lingüística


comunicativa fundamental, producto de la actividad verbal
humana, que posee siempre carácter social; está caracte-
rizado por su cierre semántico y comunicativo, así como
por su coherencia profunda y superficial, debida a la inten-
ción (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro,
y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas:
las propias del nivel textual y las del sistema de la lengua"
(Bernárdez, 1982, p. 85).

27
Texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental: desde el
punto de vista de la comunicación, la unidad fundamental no es la
oración sino el texto.
producto de la actividad verbal humana: se lo concibe como el
resultado de la actividad lingüístico-comunicativa.
está caracterizado por su cierre semántico y comunicativo: vale
decir que constituye una unidad cuyo sentido e intencionalidad no
tiene relación de dependencia respecto de otros textos.
coherencia profunda y superficial: un texto, para ser considerado
como tal, debe acreditar el requisito de la coherencia. Más adelante
explicaremos en detalle qué significa la coherencia, y cuáles son las
dos formas que adopta (profunda y superficial).
su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: las propias del
nivel textual y las del sistema de la lengua: porque todo texto se
compone de oraciones (o por lo menos de una oración) que se
ajustan a las propiedades y exigencias del sistema de la lengua
respectiva. Pero, por otra parte, existen ciertas reglas que trascien-
den lo oracional y que tienen una relación directa con la organiza-
ción textual (de estas reglas nos ocuparemos más adelante).

3. Para Núñez y Del Teso, "el texto es la unidad mínima de


interacción comunicativa" (Núñez, Rafael y Enrique Del
Teso (1996): Semántica y pragmática del texto común. Produc-
ción y comentario de textos. Madrid, Cátedra, p. 175).

Advertimos entonces que estos autores insisten también en la


importancia del texto como unidad comunicacional. Esa condición
implica que la funcionalidad del texto no se reduce al aspecto
informativo (o semántico), sino que se extiende simultáneamente al
aspecto de la interacción social (o pragmático): "todo texto es, a la
vez, mensaje y acto de habla, o, a la inversa, los mensajes y los
actos de habla se ejecutan por medio de textos" (Núñez, 1996, p.
175).

28
4. Si adoptamos como marco referencial los postulados
lingüísticos de Eugenio Coseriu, podemos plantear la si-
guiente definición: Texto es el producto de la actividad
lingüística realizada por los hablantes de una lengua, con-
forme a un saber expresivo.

Si consideramos en detalle esta definición, debemos advertir:


a. "producto": el texto es concebido como el resultado de la
actividad lingüística, del "hablar". Esta idea merece algunas
precisiones. En efecto, el término "producto" sugiere, al me-
nos en su acepción más corriente, la ¡dea de algo acabado,
terminado. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el
texto, desde el punto de vista semántico, es más bien una
estructura abierta. En otras palabras, el sentido del texto no
depende sólo de aquello que el alocutor haya pretendido
significar sino también del valor semántico que en definitiva le
atribuya el alocutario. De otra manera no se explicarían los
malos entendidos que eventualmente se derivan de textos
relativamente ambiguos. Ni tampoco, se podría admitir, como
es postulado común entre los estudiosos del texto literario,
que estos últimos sean elementos simbólicos, es decir, unida-
des significativas con sentidos múltiples, cuyo desentraña-
miento depende de la voluntad interpretativa de los distintos
lectores. En suma, se conceptúa al texto como "producto" para
diferenciar esa entidad lingüística de la actividad misma de
producirlo (o "discurso").
b. "actividadlingüística': el texto es el resultado de una realiza-
ción individual. En efecto, si el lenguaje puede ser analizado
como una actividad, dicha actividad, según Coseriu, se inscri-
be en tres niveles diferentes:
• El nivel universal, en donde se identifica al lenguaje como
actividad en sí misma, independientemente de quién y cómo
la realice; es decir, el lenguaje como una actividad común a
todos los hombres normales y distinta de otras que llevan a
cabo los seres humanos, tales como reír, cantar o llorar.

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• El nivel histórico, en el cual se inscriben las diferentes len-
guas, en tanto que el ejercicio de la actividad lingüística
supone, necesariamente, la realización concreta de una len-
gua en particular, patrimonio de la comunidad de que se trate
(por ejemplo: español, inglés, rumano, francés).
• El nivel individual, en el que se ubica el discurso, o sea, la
actividad realizada por un hablante determinado en una situa-
ción comunicativa igualmente determinada4.
c. "saber expresivo': la producción de textos exige contar con
ese saber específico. Para explicar en qué consiste el deno-
minado "saber expresivo" se impone retomar los tres niveles
recién considerados. En efecto, a cada uno de esos niveles le
corresponde una forma particular de saber:
• En el nivel universal, registramos el "saber elocucional", que
consiste en "saber hablar de acuerdo con ciertos principios
universales del pensar y con la experiencia general humana
acerca del 'mundo'" (Coseriu, Eugenio (1987): El problema de
la corrección idiomática. Córdoba, Escuela Superior de Len-
guas (Universidad Nacional de Córdoba), p. 28).
• En el nivel histórico, ubicamos el "saber idiomático", o sea
"saber hablar de acuerdo con la tradición lingüística de una
. comunidad" (Coseriu, 1987, p. 28). En otras palabras, se trata
de hablar conforme las normas gramaticales de la lengua de
que se trate.
• En el nivel individual, inscribimos el "saber expresivo": "el
saber hablar de acuerdo con tal o cual circunstancia, el saber
estructurar discursos ("textos") conforme a las circunstancias"
(Coseriu, 1987, p. 29).
Obviamente, si es cierto que ia producción de textos está
condicionada por el saber expresivo, igualmente cierto es que ese
saber presupone, además, que el hablante cuenta con los corres-
pondientes a los otros dos niveles.

4. Estos y otros aspectos de la teoría de Coseriu, son desarrollados con más detalle en
el "Apéndice".

30
de igual manera cuál resulte más apropiada conforme la
situación comunicativa (que podemos identificar comocom-
petencia discursiva)1'. Así, por ejemplo, la distribución del
texto en versos resulta pertinente para escribir un poema, pero
no para un artículo periodístico; o si un alocutor escribe una
carta para un amigo se despedirá con una oración como "Un
abrazo y hasta la próxima" y no con otra como "Quedando a la
espera de su respuesta, saludo a usted muy atentamente",
que sí resultaría apropiada en una carta comercial.
Otros mecanismos semióticos que puedan complementar o
aun sustituir la comunicación lingüística. Tal sería el caso de
los gestos (lo que algunos autores presentan como compe-
tencia paralingüística), que pueden servir para reforzar lo
que decimos (por ejemplo, cuando el padre le ordena a su hijo
que vaya en penitencia a su cuarto y le señala la habitación
con el dedo índice), o directamente para comunicar algo sin el
recurso del lenguaje (en la misma situación planteada, el
padre se podría limitar a manifestar su enojo frunciendo el
ceño y a indicar al hijo el castigo con el movimiento del índice
ya señalado).

4. EL TEXTO Y EL CONTEXTO
El texto encuentra como ámbito necesario de realización (y
como elemento conceptual que complementa su definición) al con-
texto.
Así como en el caso del texto, vimos que se trataba de un objeto
de difusa definición como consecuencia de que resulta de interés
para diversas disciplinas, también con el contexto (aun si nos
limitamos al campo de la lingüística) se manifiestan dificultades
respecto de su pertinencia científica.

7. Más adelante, se expone el problema de las tipologías textuales.

37
Es obvio que la consideración del contexto se ofrece como
inexcusable para la pragmática, es decir, la rama de la lingüística
que se ocupa del estudio del lenguaje en cuanto acción (y, en
particular, de los actos de habla). Porque para explicar y caracteri-
zar los textos como objetos del discurso social, es inevitable consi-
derar los distintos elementos que rodean y, en mayor o menor
medida, determinan las condiciones de producción del texto. Más
aún, a la pragmática le preocupa explicar, entre otros aspectos,
"cuál es la función del contexto"(Reyes, Graciela (1996): El abecé de
la pragmática. Madrid, Arco Libros, p. 8).
Pero también desde el punto de vista de la semántica, el
contexto ofrece relevancia. Ello desde el momento mismo en que en
toda lengua es posible encontrar elementos lingüísticos (los deícticos)
cuyo significado depende de la propia realización en el hablar8. Si
nos detenemos a pensar, por ejemplo, en el sistema pronominal de
toda lengua.de inmediato debemos reconocer que el valor semántico
de las formas correspondientes a la primera y segunda persona no
se explican sino a partir del contexto. Si es cierto que podemos
atribuirle al "yo" y al "tú" un significado gramatical, es decir, "la
persona que habla" (o alocutor) y "la persona que escucha" (o
alocutario), dichos pronombres se colman de sentido en cuanto un
sujeto asume individualmente el lenguaje en una situación concreta
y se decide a iniciar el proceso comunicativo orientado hacia otro
sujeto.

Antes de la enunciación -señala Benveniste-, la lengua


no es más que la posibilidad de la lengua. Después de la
v enunciación, la lengua se efectúa en una instancia de
discurso, que emana de un locutor, forma sonora que
espera un auditor y que suscita otra enunciación a cambio.

8. Se plantea aquí un problema de definición de dominios, es decir, si el estudio de los


deícticos corresponde a la semántica o la pragmática. Estos elementos, en verdad,
se ubican en la frontera entre ambas disciplinas. Ello porque si bien se trata de
constituyentes formales de la gramática de una lengua, y por ende representan
objetos de interés para la semántica, para atribuirles significado se debe recurrir
necesariamente al contexto (cfr. Reyes, 1996, p. 15 y ss.). El significado y
funcionalidad de los deícticos se desarrolla en el siguiente punto de este capítulo.

38
En tanto que realización individual, la enunciación puede
definirse, en relación con la lengua, como un proceso de
apropiación. (Benveniste, Émile (1985): Problemas de
lingüística general II. México, Siglo XXI, p. 84).

Ese acto de apropiación instaura, pues, en el discurso las


categorías de persona (alocutor y alocutario) y, asimismo, en tanto
los sujetos del diálogo se inscriben en una situación espacio-
temporal, introduce los índices relativos a dicha situación: el aqu/'y
el ahora.
O sea, que la primera forma que adopta el contexto es la que
puede denominarse:
a)Contexto situacional que se define sobre la base del eje
"yo-tú-aquí-ahora", y que se desprende de las categorías
que la lengua actualiza a partir del acto de la enunciación (o
"actividad discursiva"). El contexto situacional, en otras pala-
bras, trata de la situación dé los hablantes en el espacio, en el
tiempo y en el diálogo. De esta manera, además, queda
integrado al contexto situacional "el conjunto de datos accesi-
bles a los participantes de una conversación, que se encuen-
tran en el contorno físico inmediato" (Reyes, 1996, p. 20). Así,
por ejemplo, para que un enunciado como "¿podes atender el
teléfono?" resulte coherente, es necesario que el aparato
forme parte del contexto de situación.
Por otra parte, pueden caracterizarse otras nociones de contex-
to:
b) Contexto lingüístico o cotexta se trata del concepto de
contexto ya tradicíonalmente consagrado por la gramática, y
que se refiere a la interrelación de campos semánticos que
puede manifestarse en un texto. Es decir, de ciertas
recurrencias que limitan la polisemia del lenguaje y evitan
fenómenos consecuentes de ambigüedad. Así, por ejemplo,
en los siguientes enunciados:
• "Esta raíz está mal resuelta. Por favor, vuelva a realizar el
cálculo".
• "La raíz del álamo está podrida. No sé si la planta vaya a resistir
mucho más".
39
el valor léxico del término "raíz" se deriva de su asociación con otros
términos correspondientes a una serie que definen campos de
significado diversos: el de la jardinería ("álamo", "podrida", "planta")
y el de las matemáticas ("resuelta", "cálculo").
El contexto lingüístico o cbtexto, es entonces 'el discurso mismo
en cuanto entorno de cada una de sus partes" (Coseriu, 1962, p. 314);
es el texto que rodea a un determinado segmento de un texto mayor.
c) Contexto socioculturat. se trata en este caso de considerar
la relación de un texto particular con los diferentes discursos
sociales. El contexto sociocultural se construye sobre la base
de la experiencia discursiva de los hablantes, que a partir de
esa experiencia que los hace partícipes de una determinada
comunidad lingüística, cuentan con un inventario de conoci-
mientos, informaciones, datos, referencias, símbolos e inclu-
so modalidades lingüísticas que inciden tanto en las condicio-
nes de producción como de interpretación de textos.
En efecto, en virtud del contexto sociocultural el hablante sabe
a qué formulas debe apelar para saludar a sus interlocutores, si ha
de utilizar el "tú" o el "vos" en una relación de carácter informal o
cómo redactar el "cierre" en una carta comercial.
Así también, en función del contexto sociocultural el hablante
puede interpretar apropiadamente el sentido de un texto y aun las
connotaciones léxicas de un término. Por ejemplo, un enunciado
como: "Te espero hoy a las seis en el Quijote", puede ser interpre-
tado cabalmente por un alocutario que vive en Córdoba y que
conoce el bar "El Quijote". De igual manera el término "trucho" tiene
una serie de connotaciones sociales peculiares en nuestro país, que
difieren mucho del valor que se le pueda asignar en otras socieda-
des hispanohablantes.
Obviamente, se hace difícil definir los alcances del contexto
sociocultural, ya que ello depende de manera directa de la "enciclope-
dia", del conjunto de conocimientos sociales y culturales que pueda
acreditar cada sujeto lingüístico en particular, a diferencia del contexto
situacional, cuyos elementos son más sencillamente discernibles.9 En

9. Esta diferencia, será de especial utilidad cuando pretendamos definir el valor


funcional de los "defcticos".
40
este sentido, debemos recordar, con Van Dijk, que el contexto es
una abstracción altamente idealizada de la situación comunicativa
(Cfr. Van Dijk, Teun (1984): Texto y contexto. Madrid, Cátedra, p.
273 y ss ). Si bien es cierto que Van Dijk se refiere al contexto en
términos generales, sin distinguir el situacional del sociocultural,
resulta claro que esa condición de "idealidad" es aplicable, ante
todo, al denominado contexto sociocultural. Ello, porque los compo-
nentes del contexto situacional (una persona determinada que
habla en un espacio-tiempo determinado con otra persona igual-
mente determinada) parecen ser decididamente concretos.
No obstante, el propio Van Dijk advierte, además, sobre el
carácter dinámico propio del contexto (Van Dijk, 1984, p. 273 y ss.),
lo que también cuestiona la precisión con (a que puedan determinar-
se los elementos del contexto situacional. Es decir, que en la medida
en que la comunicación es un proceso dinámico, también el eje "yo-
tú-aquí-ahora" va desplazándose de manera constante. En otras
palabras, el contexto no es un estado, tal como teóricamente puede
ser presentado, sino una sucesión de estados. En efecto, el "yo" y
el "tú" son categorías que se van alternando de manera continuada
a lo largo del acto comunicativo, en virtud de los turnos de la
conversación. De esta manera "el punto cero del contexto deíctico
cambia de uno a otro interlocutor conjuntamente con la referencia
del 'yo' y el 'aquí'. Naturalmente, no sufre el mismo cambio la
referencia del 'ahora', ya que el hablante y el oyente operan,
normalmente, con el mismo marco temporal de referencia y con
supuestos comunes sobre el paso del tiempo. Pero, el 'ahora' se
redefine continuamente, en este marco temporal compartido de
referencia, por el acto de enunciación" (Lyons, 1997, p. 330).
Esta última nota característica del contexto (su dinamismo), no
afecta únicamente al contexto situacional sino, además, al propio
contexto sociocultural. Por ejemplo, cuando un profesor dicta una
clase, parte del supuesto de que sus alumnos cuentan con cierta
cantidad de información respecto del tema de que trata la misma.
Ahora bien, a medida que avanza la comunicación, los alumnos van
incorporando nueva información, es decir, que el contexto
sociocultural se ha visto modificado, de modo tal que el docente

41
puede obviar la referencia a esa información en la medida en que
tenga la certeza de que se acaba de integrar al conjunto de conoci-
mientos con el cual cuentan sus educandos.
El concepto de contexto situacional, por otra parte, se complica
en lo que se refiere a definir las coordenadas espacio-temporales,
cuando la comunicación se materializa mediante los distintos recur-
sos tecnológicos que permiten la comunicación a distancia. Así, por
ejemplo, supongamos que A se comunica telefónicamente desde
Córdoba (Argentina) con B, quien está en ese momento en Roma.
Obviamente aquellas coordenadas serán diferentes, de modo tal
que toda vez que A o B utilicen un deíctico como "acá" el valor
referencial será también diferente. Algo semejante ocurriría con los
deícticos temporales.

5. LOS DEÍCTICOS
Los deícticos o shifters son elementos gramaticales que se
caracterizan porque necesitan de elementos contextúales para que
su significado se complete. Como elementos de lengua, la significa-
ción de los deícticos es siempre genérica e indeterminada: sólo se
precisa en cuanto se emplean en un acto de enunciación concreto.
En otras palabras, son elementos del texto que remiten a otros
que forman parte de la situación comunicativa (alocutor,
alocutario, tiempo, espacio). Por ejemplo, en el siguiente texto:
(Pedro a Cecilia)- ¿Mañana vas a estar ahí? Entonces te
espero en mi casa.
- El adverbio temporal "mañana", en el nivel de lengua se limita
a significar 'el día que seguirá inmediatamente al de hoy', pero
adquiere significado preciso en función de su uso en el acto de
habla concreto: mañana es el día que sigue a aquél en el cual
el alocutor (en este ejemplo, Pedro) emplea dicho adverbio.
- El adverbio "ahí", en el nivel de lengua significa 'en ese lugar',
pero en nuestro ejemplo, se refiere al espacio concreto en el
que se encuentra el alocutario en el momento en que se
produce el acto de habla.
42
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o
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CAPÍTULO
1. LA COHERENCIA TEXTUAL
La coherencia es una propiedad fundamental del texto, a tal
punto que, según Enrique Bernárdez, "podemos definir el texto
como aquel objeto lingüístico dotado de coherencia" (Bernárdez,
Enrique (1995): Teoría y epistemología del texto. Madrid, Cátedra,
p. 129).
Hay que tener en cuenta que existen dos formas diversas de
coherencia: la coherencia global o profunda y la coherencia super-
ficial o cohesión.
La coherencia global puede definirse como:

La propiedad semántica del texto que permite al alocutario


percibirlo intuitivamente como una unidad, como un todo,
cuyas partes están estrechamente relacionadas entre sí.

En virtud de la coherencia podemos decidir atribuirle la catego-


ría de texto a la secuencia de oraciones:

• La familia Ordóñez habita una casa a las afueras. Se alza en


medio de un fondoso parque, que en verano gustan de disfru-
tar con sus amigos,
mientras que ello no es posible en el caso de otra secuencia como:
• Los materiales de construcción han subido de precio. Mi
hermano se llama Luis. Espero aprobar el próximo examen.
Un discurso tiene coherencia global si se le puede asignar un
tema o asunto, lo que para Van Dijk se denomina macroestructura
semántica. Es tan importante ese aspecto, que el mismo autor
afirma que únicamente se denominará texto a aquella secuencia de
oraciones que posea una macroestructura (cfr. Van Dijk, Teun A.
(1978): La ciencia del texto. Barcelona, Paidós, 1978, pág. 55 y ss.).
Por ejemplo, si consideramos el siguiente texto:

53
Los leones viven formando grupos que están constituidos
por una o más unidades familiares denominadas mana-
das. Una manada está compuesta por un número de
individuos que oscila entre 4 y 37. Las hembras, que
forman un grupo en el que conviven varias generaciones,
no suelen abandonar la manada. Los machos jóvenes sí lo
hacen y permanecen en aquélla hasta que son expulsados
cuando un grupo nuevo de machos adultos se unen al
grupo. Los jóvenes pasan a llevar una vida errática duran-
te un tiempo y cuando alcanzan la edad adulta comenza-
rán a enfrentarse con los machos dominantes de una
manada para ocupar su puesto. Muchos machos conti-
núan siendo nómadas, e incluso aquellos que consiguen
liderar una manada permanecen con las hembras por un
período de tiempo que oscila entre unos pocos meses y
unos pocos años; al cabo de este tiempo terminan por
abandonar el grupo, bien de forma voluntaria, bien por ser
expulsados por machos rivales. Es habitual que una ma-
nada se descomponga en varios grupos que con posterio-
ridad se recombinarán en nuevas asociaciones de indivi-
duos diferentes {Enciclopedia Microsoft® Encarta® 98 ©
1993-1997 Microsoft).

La macroestructura semántica (tema o asunto) sería: "organi-


zación social de los leones".
Como se comprueba desde el ejemplo anterior, la
macroestructura semántica se refiere al sentido o al contenido del
texto como una totalidad, y no al significado de cada una de las
oraciones individuales1.
Para obtener la macroestructura de un texto, Van Dijk propone
procedimientos que permiten reducir la información del mismo.
Estas técnicas son las que el autor denomina macrorreglas, tema
que se desarrolla en este mismo capítulo.
La coherencia global, entonces, se manifiesta en virtud del
sentido que el texto tiene, en tanto que:

1. Van Dijk aclara que no sólo se puede identificar el tema de un texto completo, sino
también de un párrafo, una página o un capítulo, asf como de un libro entero. Esto
depende de cómo se quiera caracterizar el contenido del texto. (Cfr. Van Dijk Teun
A.(1988): Estructura y funciones del discurso. México, Siglo XXI, pág. 47).

54
La cohesión se explícita a través de relaciones léxicas y
gramaticales entre fas diversas partes que componen el
texto.

Por ejemplo, en el siguiente texto:

Tres delincuentes armados asaltaron ayer un comercio


de indumentaria femenina que está ubicado en calle
Ituzaingó, a metros de San Jerónimo. Los asaltantes
ingresaron al local aproximadamente a la hora 17,
intimidaron al personal y exigieron el dinero. Ante la
negativa del dueño, los individuos lo amenazaron de
muerte con una pistola. Inmediatamente, el propietario
reaccionó y abrió la caja fuerte, la cual fue vaciada por los
ladrones, quienes se dieron velozmente a la fuga.

Advertimos que el texto está dotado de coherencia global; su


macroestructura sería: Asalto en un comercio céntrico. Pero, ade-
más, hay varios elementos lingüísticos que van relacionando cada
proposición u oración con las siguientes. Así, asaltantes, indivi-
duos y ladrones se refieren a delincuentes; local remite a comer-
cio y propietario, a dueño. A todos estos términos los llamamos
léxicos porque están en el vocabulario de la lengua, son palabras
"llenas" (sustantivos, verbos, adjetivos calificativos).
También que se refiere a comercio; lo remite a dueño; la cual,
a caja fuerte y quienes, a ladrones. Los términos "que", "lo", "la cual"
y "quienes" son elementos gramaticales, dado que no poseen
significado léxico y por eso se denominan palabras "vacías": prepo-
siciones, artículos, conjunciones, pronombres y algunos adverbios
(cfr. Lyons, John (1997): Semántica lingüística. Barcelona, Paidós,
p. 93).
Por lo general un texto coherente (en el nivel profundo) está
dotado también de cohesión (en el nivel superficial). Sin embargo,
podemos encontrar textos que reúnan la condición de la coherencia
y no la de la cohesión, como ocurre en el siguiente caso:

55
Permiso, Aquí le dejo los
contratos. Llamaron de la
firma. ¡Ah! Susana vuelve
enseguida.

De manera análoga, puede registrarse una secuencia de ora-


ciones que acrediten cohesión entre ellas pero que no posean
coherencia global, como en el siguiente ejemplo2:
Abro la puerta de calle y_ salgo al dormitorio donde guardo gran
cantidad leña que siempre viene bien cuando el día está caluroso o
cuando los peces se han quedado sin su alimento especial que mi
mujer les prepara con disgusto mientras sonríe encantada de hacer
esa tarea.
Si bien los elementos subrayados conectan las diferentes
proposiciones y elementos del texto, por lo cual hay cohesión, a esta
secuencia no puede asignársele un tema; en otras palabras, es
incoherente, ya que no posee una macroestructura semántica, y por
lo tanto no es un texto.
Al definir la coherencia global, hemos señalado que el alocutario
percibe el texto intuitivamente como un todo unitario. Ahora bien,
ese reconocimiento intuitivo opera en función del conocimiento
general del mundo, de la competencia lingüística (conocimiento de
la lengua) y de la competencia intertextual (experiencia como
receptor de distintos textos) del alocutario.

2. Hablamos, en tal caso, de "secuencia de oraciones" y no de "texto", en razón de que


la coherencia es una nota inexcusable del texto.

56
Ahora bien, cuando hablamos de la relación del texto con el
conocimiento general del mundo del alocutario, se trata no sólo del
mundo real sino, además, de los mundos posibles (de otra manera
toda forma de discurso sobre lo fantástico o sobre lo absurdo, por
ejemplo, resultaría incoherente). Así, un lector aceptaría como
coherente leer en una ficción fantástica el párrafo que sigue:
Entonces, Lucho arrojó con todas sus fuerzas el arpón, hacia la
enorme ballena azul que presidía a la manada que nadaba corriente
abajo, por el arroyo.
Pero no le atribuiría el mismo valor si formase parte de una
crónica radial, por ejemplo.
Ese conocimiento general del mundo guarda relación con el
concepto de marco (o frame). Se trata de un elemento de importan-
cia al estudiar la coherencia textual, porque "los enunciados se
interpretan siempre dentro de un marco metacomunicativo que
clasifica la situación de habla y el papel de los participantes. Así, por
ejemplo, el marco puede indicar "hablamos en serio" o "hablamos en
broma". Los marcos generan expectativas y presuposiciones sin las
cuales sería imposible el trabajo de producir e interpretar lenguaje"
(Reyes, Graciela (1996): El abecé de la pragmática. Madrid, Arco
Libros, 1996, p. 20). De este modo, el valor semántico de la
expresión "declarar la guerra", no es el mismo si en un noticiario se
informa que el Ministro de Relaciones Exteriores de cierto país le
declaró la guerra a otro, que si una persona le manifiesta a un amigo
que no le perdona su tardanza a una cita y le "declara la guerra".
Otras veces, los trames nos proveen de una serie de datos
necesarios para la comunicación: son, cognoscitivamente, estructu-
ras estereotipadas sobre situaciones o conceptos, "determinadas
formas de organización del conocimiento convencionalmente esta-
blecido que poseemos del 'mundo'" (Van Dijk, 1978, p. 185). El
conocimiento de los marcos es necesario para la interpretación no
sólo de conceptos de carácter general, sino especialmente de las
diversas convenciones que forman parte de las distintas situaciones
sociales. Además, no contribuyen únicamente a la interpretación de
tales sucesos sociales, puesto que al mismo tiempo aseguran
nuestra participación adecuada en esos sucesos. Por ejemplo,

57
"pagar la factura de la luz", es un marco que establece "las acciones
que debemos llevar a cabo, en qué orden y con qué grado de
necesidad, si queremos lograr determinado objetivo social"(Van
Dijk, 1978, p. 185). Así, en este caso, sabemos que debemos
concurrir aun banco o a una oficina pública habilitada al efecto, que
debemos llevar con nosotros la factura, que debemos contar con el
dinero necesario o con una cuenta en el banco, etc.
La competencia intertextual del alocutario determina, por ejem-
plo, que cuando se lee una novela histórica, los lectores (o ciertos
lectores, por lo menos) se sitúen ante el texto como ante una ficción,
o sea, un discurso que si bien por su temática está construido sobre
la base de ciertos datos históricos verificables, en tanto novela no se
ajusta necesariamente a la reproducción de los hechos tal como se
desprenden de las crónicas u otras fuentes documentales.
Ahora bien, un lector 'ingenuo', que no tuviese en claro los
límites y diferencias entre el discurso histórico y el discurso de
ficción histórica, bien podría leer una novela de ese tipo como si se
tratase de la historia 'verdadera'. O sea que el sentido que un
alocutario le atribuye a un texto no depende sólo de las relaciones
léxicas y gramaticales (cohesión), y de la identificación del tema
(macroestructura), sino además de que interprete el texto dentro del
marco metacomunicativo que se corresponda con la intención
comunicativa del aíocutor. Es por ello que autores como Van Dijk,
por ejemplo, proponen la distinción entre: cohesión, coherencia
global y coherencia pragmática.
No obstante lo expresado precedentemente, no estimamos
conveniente establecer esa distinción en razón de que los límites
entre coherencia global y pragmática no son demasiado precisos,
como consecuencia de que cuando el aíocutor le atribuye o asigna
coherencia a un texto, entran en juego aspectos semánticos y
pragmáticos. Por lo tanto, nos limitamos a hacer referencia a la
naturaleza también pragmática de esta propiedad textual. En ese
orden de cosas, hay que considerar que:

58
"...un texto llega a ser coherente, y a reflejarse superficialmen-
te en una sucesión lineal de unidades lingüísticas relacionadas,
debido a la existencia de un plan global previo a la articulación.
Podemos resumir en la siguiente forma el proceso:

a) el hablante tiene una intención comunicativa;


b) el hablante desarrolla un plan global que le permitirá, teniendo
en cuenta los factores situacionales, etc., conseguir que tenga
éxito su texto, es decir, que se cumpla su intención
comunicativa;
c) el hablante realiza las operaciones necesarias para expresar
verbalmente ese pian global, de manera que a través de las
estructuras superficiales el oyente sea capaz de reconstruir o
identificar la intención comunicativa inicial" (Bernárdez, 1995,
p. 158).

Al momento de decodificar el texto, la atribución de coherencia


no sólo se vincula con la pericia del alocutor para "expresar verbal-
mente ese plan global", sino además con la competencia intertextual
del alocutario y de su habilidad para desentrañar la intención
comunicativa del alocutor.

1.1. La designación, el significado y el sentido


Dado que la coherencia textual es una condición o propiedad
del texto que guarda relación con la manera en que éste produce
sentido (o sentidos), estimamos oportuno formular algunas precisio-
nes respecto de los alcances de ese término y de su relación con
otros aspectos de la significación. Para ello, conviene recordar la
distinción propuesta por Eugenio Coseriu, quien establece tres tipos
diferentes de contenido lingüístico: la designación, el significado y
el sentido.
La designación "es la referencia a la realidad, o sea, la relación
en cada caso determinada entre una expresión lingüística y un estado
de cosas real, entre signo y cosa denotada" (Coseriu, Eugenio (1986):
Lecciones de Lingüística General. Madrid, Gredos, p. 283).

59
El significado, en cambio, "es el contenido de un signo o de
una expresión en cuanto dado en una lengua determinada y exclu-
sivamente por medio de la lengua misma" (Coseriu, 1986, p. 283).
Si bien la designación se realiza a través de los significados, no
por ello coincide necesariamente con el significado. Esto se verifica
al advertir cómo diferentes significados de lengua pueden designar
una realidad extralingüística idéntica, tal como ocurre en el siguien-
te ejemplo:
1) La cama estaba deshecha.
2) La cama no estaba tendida.
Por otra parte, al establecer relaciones comparativas entre
distintas lenguas, resulta innegable la circunstancia de que diferen-
tes significados pueden corresponder a iguales designaciones. Por
ejemplo, en los textos:
1)1 like eating fish.
2) Me gusta comer pescado,
"fish" y "pescado" designan la misma realidad, si bien sus
significados no son idénticos. Ello porque en español, el significado
de "pescado" resulta de la delimitación impuesta por el significado
del término "pescado" ('pez comestible sacado del agua') versus el
término "pez" ('animal vertebrado, acuático, ovíparo, de sangre roja,
respiración branquial, piel comúnmente cubierta de escamas y
aletas natatorias'), oposición que resulta desconocida en la lengua
inglesa.
El sentido"es el contenido propio de un texto o de una unidad
textual, es decir, lo que el texto expresa más allá (y a través) de la
designación y del significado. Nos percatamos con facilidad de este
estrato del significar en los casos en que, incluso en la vida diaria,
aun habiendo comprendido el significado literal de ciertas palabras
o frases, nos preguntamos qué es lo que se ha querido decir con
ellas; buscamos, por tanto, algo más allá del significado y de la
designación, y algo distinto de esos contenidos; nos preguntamos,
precisamente, cuál es el "sentido" (la intención, la finalidad, las
implicaciones, etc.) de lo que lingüísticamente, es decir, de acuerdo
con las reglas de la lengua y las normas del hablar en general, ya
hemos comprendido" (Coseriu, 1986, p. 284).

60
Si bien el plano del sentido y del significado son diversos, hay
oportunidades en las cuales el sentido del texto puede coincidir con
su significado. Ello se verifica, por ejemplo, en textos como crónicas
policiales, informes técnicos o científicos, monografías. En cambio,
un típico caso en el cual el sentido no se corresponde con el
significado, es el de los refranes populares. Ello salta a la vista si
comparamos refranes con sentidos equivalentes en diversas len-
guas3:

-Castellano*^-*. finales •>••:"'?"-• '•'Alemán '•"^ - ffíal/aho'r!.-: -fo


No me tomes Don't pulí muy Nimm mich Nonprendermiin
el pelo. leg, please. nicht auf den giro.
Arm.

Si bien el "sentido", en principio, es un objeto de estudio propio


de la semántica, en cuanto estamos en el campo de la producción
textual, es indudable que la atribución de sentido al texto se vincula,
además, con fenómenos de naturaleza pragmática. El sentido del
texto guarda una relación directa, en muchos casos, con el valor
pragmático que tiene el enunciado, vale decir, lo que el alocutor
comunica efectivamente (Reyes, 1996, p. 17 y ss.). Un caso carac-
terístico es el de las preguntas corteses (v. gr.: ¿Podría usted
pasarme el pan?), que si formalmente tienen el valor de una interro-
gación, desde el punto de vista pragmático representan un pedido
o solicitud. Es decir, que al formular la pregunta el hablante no está
interrogando al oyente respecto de su posibilidad de hacer algo
(aunque, desde un punto de vista estrictamente semántico, sea así),
sino que está pidiéndole algo: desde el punto de vista del significado
se trata de una interrogación, mientras que desde el punto de vista
del sentido estamos ante un pedido. El mismo fenómeno se observa
cuando el alocutor utiliza la ironía, circunstancia en la cual el alocutario

3. Si tradujéramos literalmente las expresiones equivalentes, venamos que los signifi-


cados propuestos son: "No tires mi pierna, por favor"; "No me tomes el brazo" y "No
me tomes en giros o vueltas".

61
debe interpretar el sentido del enunciado con un valor contrario a lo
dicho en el nivel lingüístico. Por ejemplo: dos personas, circunstancial-
mente, aguardan juntas el colectivo y, al cabo de más de cuarenta
minutos de espera, una de ellas dice: "el servicio urbano de transporte
cada vez anda mejor", obviamente el segundo interpretará lo que
efectivamente se ha querido comunicar. Es decir, que en nuestro
ejemplo, la ironía no resulta "marcada" por ningún elemento lingüístico
especial, sino que su valor se deriva del contexto situacional. A veces
la entonación o el vocabulario pueden representar elementos que
contribuyan a identificarla, pero no resultan imprescindibles. Incluso,
hay situaciones en las cuales la ironía se interpreta como tal a partir del
conocimiento, por parte del alocutario, de la ideología del alocutor. Así,
por ejemplo, dado el siguiente diálogo entre compañeros de oficina, un
lunes por la mañana:
A-¿Qué tal el domingo?
B-¡ Fantástico! Mi señora me despertó a las ocho para llevar los
chicos al parque Sarmiento.
si A sabe que a B le agrada quedarse hasta tarde en cama los días
domingo, obviamente comprenderá el valor irónico del enunciado
producido por B.
La relación entre designación, significado y sentido reviste espe-
cial interés en el caso de la traducción. La tarea del traductor consiste
en producir un texto en la lengua de "llegada" con el mismo (o
equivalente) sentido que tiene en la lengua de "partida". Por lo tanto,
traducir textos no supone limitarse a decodificar el significado sino a
interpretar el sentido.
Finalmente, cabe recordar que, según Coseriu, pueden distin-
guirse diferentes tipos de significado:

Significado Léxica. "Corresponde al quede la aprehensión lingüís-


tica del mundo" (Coseriu, Eugenio (1977): El hombre y su lenguaje.
Madrid, Gredos, p. 248). Por ejemplo4, el significado que es idéntico
en la serie: "caliente-calor-calentar" y que se opone al de la serie
"frío (adjetivo)-frío (sustantivo)-enfriar (verbo)».

4. El ejemplo es de Coseriu.

62
Significado Categoría?. "Corresponde al cómo de la aprehensión
lingüística del "mundo". Se trata del significado de las categorías
verbales..." (Coseriu, 1977, p. 248). Por ejemplo en la serie "calien-
te-calor-calentar" los tres elementos tienen el mismo significado
léxico, pero distinto significado categorial ya que se trata de un
adjetivo, un sustantivo y un verbo respectivamente.
Esto nos permite diferenciar las palabras lexemáticas (con
significado léxico y gramatical), de las palabras categoremáticas
(únicamente con significado categorial). Así, por ejemplo, 'niño' o
'cantar' son palabras lexemáticas, mientras que 'tú', 'aquél', 'ahora'
son palabras categoremáticas.

Significado instrumental: Es "...el significado propio de los


morfemas (independientemente de si son "palabras" o no)" (Coseriu,
1977, p. 248). Por ejemplo, en "perras", la 's' es un pluralizados en
tanto que la 'a' indica femenino.

Significado Sintáctico o Estructural Es "...el significado propio


de las combinaciones de palabras lexemáticas y categoremáticas
con morfemas, dentro de la oración" (Coseriu, 1977, p. 249). Por
ejemplo: activo-pasivo; singular-plural; perfectivo-imperfectiyo. Así,
"Eugenia adora a sus alumnos" se diferencia de "Los alumnos son
adorados por Eugenia", en razón de su significado sintáctico.

Significado Óntico. Es "...el valor existencial que se asigna al


"estado de las cosas" designado en una oración" (Coseriu, 1977, p.
249). El significado estructural o sintáctico concierne al qué de lo
aprehendido y el significado óntico al cómo existencial de lo apre-
hendido. En este sentido esta distinción es análoga a la que existe
entre el significado léxico y el significado categorial en las palabras.
Por ejemplo, si comparamos las oraciones:
Yo pronuncié un discurso.
¿Yo pronuncié un discurso?
ambas tienen e| mismo significado sintáctico, pero se diferencian en
su significado óntico.

63
2. LA PROGRESIÓN TEMÁTICA
Para que el texto sea coherente es necesario que se manifieste
en su desarrollo una constante renovación del contenido semántico;
pero que, al mismo tiempo, se revelen determinadas recurrencias.
En otras palabras, es imprescindible lograr un equilibrio entre lo que
ya es conocido por el alocutario y la nueva información que pueda
proporcionarle el alocutor. En efecto, si en el texto se acumula
información nueva en exceso, es posible que se complique la
comprensión, pero si ocurriera el fenómeno inverso, podría desapa-
recer el interés del alocutario. Las diferentes modalidades que
puede adoptar la organización de las unidades informativas es lo
que se conoce como "progresión temática".
Por otra parte, esta distinción entre lo "conocido" y lo "nuevo"
desde el punto de vista del contenido semántico del texto, se
sistematiza a través de los conceptos de tema y rema. El tema es
"...aquello que contiene lo ya conocido o presupuesto y que, en
consecuencia, posee la menor información en un contexto dado o en
una situación de enunciación" (Kleines Wórterbuch
sprachwissenschaftlicher Termen, 1978:271) (citado por Bernárdez,
1995,126). El rema es "...lo que aporta elcontenido fundamental del
mensaje en un contexto dado o en una situación determinada, lo que
expresa lo nuevo, lo qué se comunica acerca del tema, es decir, lo
que resulta más rico en información con respecto al tema (ídem, p.
220)" (citado por Bernárdez, 1995, 126).
Es importante tener en cuenta que la estructura binaria tema-
rema no se puede asociar de manera directa con la estructura
sujeto-predicado, aun cuando en muchos casos se verifique la
coincidencia entre ambos pares de elementos. Por ejemplo, en un
enunciado como:
Mi hermano ganó una importante suma de dinero en el casino;
el sujeto, mi hermano, es al mismo tiempo el tema ya que se
trata de aquello que el alocutario se supone que conoce; en tanto
que el predicado, ganó una importante suma de dinero en el casino,
coincide con el rema, lo que representa nueva información para el
alocutario. En cambio, si consideramos este texto:
64
Mi nueva secretaria es una mujer muy agradable. Cumple sus
tareas con eficacia y atiende con amabilidad al público. Le encantan el
orden y la seguridad;
advertimos que en la última oración se mantiene el tema de las
oraciones anteriores (mi nueva secretaría), aunque no coincida con
el sujeto {el orden y la seguridad).
Como ya quedó dicho, a partir de las relaciones tema-rema que
se vayan manifestando en el texto se define el proceso de progre-
sión temática. Dicho proceso puede definirse como "todo el conjunto
de relaciones temáticas del texto" (Bernárdez, 1995, p. 129).
Aunque existen otras posibilidades de combinación, los tipos
fundamentales de progresión pueden reducirse a tres:

Progresión temática lineat. el rema de una oración o de un párrafo


pasa a ser el tema de la siguiente unidad. Ejemplo:

Después de largos años, Alberto ha venido a visitar a su


abuelo. Es un vieiito laborioso que se pasa la mayor
parte de su tiempo atendiendo la quinta. Allí cultiva legum-
bres y hortalizas de las más variadas especies. La pro-
ducción es tan importante que destina sólo una parte para
consumo propio, y el resto, para la venta.

En este caso, se advierte cómo "viejito laborioso" es el tema de


la segunda oración, mientras que en la primera funciona como rema
("abuelo"); "allí" es el tema de la tercera, en tanto que aparece como
rema ("quinta") en la anterior; "producción", tema de la última
oración, oficia de rema ("variadas especies"), en la precedente.

Progresión temática con un tema constante, aparece un sólo


tema alrededor del cual se van acumulando los distintos remas.
Ejemplo:
Hoy estuve conversando con mi nuevo vecino. Supe que
se llama Luis y que el mes próximo va a cumplir treinta y
dos años. Trabaja en la Municipalidad de Córdoba y
estudia ciencias económicas. En sus horas libres se dedi-
ca a su único hobbie: leer novelas policiales. Como buen
sagitariano, es un tipo paciente y ordenado.

65
En el ejemplo propuesto, todos lo remas se le asignan al mismo
tema: "mi nuevo vecino".

Progresión con temas derivados, se presentan distintos temas


parciales a partir de un tema más general. Ejemplo:

La nueva casa de Eduardo está en un barrio muy tranqui-


lo. Tiene dos dormitorios bastante amplios, de los cuales
únicamente el principal da a la calle. El comedor es
pequeño pero muy cálido. La cocina, en cambio, es de
grandes dimensiones y con alacenas muy bien dispues-
tas. Cuenta con dos baños: uno zonificado y el otro de
servicio. El lavadero, que está a continuación de la coci-
na, es el paso obligado hacia el patio.

En este texto, los diferentes temas ("dormitorios", "comedor",


"cocina", "baños", "lavadero") son aspectos parciales del tema
general ("la nueva casa de Eduardo").

5. EL TEMA DEL TEXTO


Si bien es cierto que en el punto "La coherencia textual" hemos
señalado la importancia del tema del texto en el marco de la
coherencia, y hemos ejemplicado su funcionalidad, atento a la
relación tema-rema considerada precedentemente, conviene reto-
mar este aspecto a fin de establecer las diferencias entre el tema de
una oración y el tema de un texto.
El tema del texto es el "elemento en torno al cual se estructura
el mensaje" (Bernárdez, 1995, p. 152). En ese sentido, pareciera
coincidir conceptualmente con el tema de la oración (en la dicotomía
tema-rema). Sin embargo, existe una diferencia sustancial entre
ambos conceptos, porque mientras el tema -en la oración- es
aquello que el alocutario conoce - o se presupone conocido por el
alocutario- el tema del texto es precisamente lo desconocido por el
alocutario. El tema del texto representa "la información que el emisor
del texto quiere transmitir al receptor" (Bernárdez, 1995, p. 152).
66
"El tema suele especificarse mediante una oración, más rara-
mente mediante una (breve) serie de oraciones. Es decir, el tema del
texto es, en cierto modo, un mini-texto, que normalmente se reduce
a una oración /texto... [•]... Sin embargo, hay que tener en cuenta que
no se trata sino de una forma de representación "gráfica", por así
decir: el tema del texto no es una oración o una secuencia de frases,
sino el contenido semántico de ese texto, que podemos representar,
a efectos prácticos, con esa oración o esa secuencia de
oraciones"(Bernárdez, 1995, p. 153). En otras palabras, si al anali-
zar la progresión temática hemos advertido que el tema es el
elemento que funciona como eje para la organización de la informa-
ción a lo largo de una secuencia de oraciones, el tema del texto (o
macroestructura) reduce, organiza y categoriza "la información
semántica de las secuencia como un todo" (Van Dijk, Teun (1984):
Texto y contexto. Madrid, Cátedra, p. 198).

4. LAS MACRORREGLAS5
Ya hemos señalado que Van Dijk propone una serie de opera-
ciones que permiten organizar y reducir la información de un texto
a fin de obtener su macroestructura o "representación abstracta de
la estructura global del significado de un texto" (Van Dijk, 1984, p.
55).
Las macrorreglas fundamentales pueden esquematizarse de la
siguiente manera:
1.Omitir, consiste en obviar la información que no resulta de impor-
tancia para la interpretación del texto.
Por ejemplo, en el texto:

El hombre recibió la noticia de que su mujer estaba muy


enferma. Entonces caminó presuroso hacia la puerta de
su casa. Hacía mucho calor, así que vestía un pantalón
5. Las macrorreglas constituyen procedimientos de gran importancia cuando se trata de
resumir el contenido de un texto.

67
liviano y una camisa de mangas cortas. Al ingresar a la
cocina, encontró a la mujer sobre el piso, sin conocimiento.

Puede omitirse la información "Hacía mucho calor, así que


vestía un pantalón liviano y una camisa de mangas cortas", porque
el contenido de esa oración no es esencial y no funciona como
presuposición de las siguientes.

2. Generalizar, se sustituye una serie de conceptos por otro más


amplio que los contiene.
Así, si consideramos el texto:

Eduardo compró diez soldaditos de plástico, un tanque de


guerra y un avión para su hijo Andrés.

Los conceptos "diez soldaditos de plástico, un tanque de


guerra y un avión", pueden ser sustituidos por uno más genérico
como "juguetes"6.

3.Construir, se reemplaza una secuencia informativa que contiene


las condiciones habituales, circunstancias, componentes, conse-
cuencias, etc., de una situación, un suceso, o un proceso, por la
situación, el suceso o el proceso mismos.
, El siguiente texto:

Luis entró en la farmacia. Esperó su turno. Entregó la


receta. Pagó en la caja. Recibió la bolsa con los medica-
mentos. Se retiró del local.

Puede ser sustituido por este otro:

Luis compró medicamentos.

6. En este caso, se está sustituyendo la serie de sustantivos ('soldaditos', 'tanque de


guerra', 'avión') por un hiperónimo: 'juguetes'. El empleo de hiperónimose hipónimos
representa un recurso de importancia en la cohesión textual. Más adelante, desarro-
llaremos el significado y valor de estos conceptos.

68
5. PROCEDIMIENTOS DE COHESIÓN7
Como hemos visto en el punto 1 de este capítulo, la cohesión
textual se realiza a través de elementos gramaticales (sin significa-
do léxico) y también por medio de la selección del vocabulario que
se utiliza (palabras con significado léxico).8

5 . 1 . Procedimientos gramaticales
Referencia
Se consideran elementos referenciales aquellos que no pue-
den ser interpretados por sí mismos sino que remiten a otro elemen-
to del cotexto o del contexto situacional. La referencia puede ser:9

REFERENCIA

ENDOFÓRICA EXOFÓRICA
o textual o situacional
^^—^^ (Deícticos)

ANAFÓRICA CATAFÓRICA

Hay referencia endofórica (intratextual) cuando un elemento


del texto hace referencia a otro elemento que está en el mismo texto.

7. Actualmente, son muy variadas las clasificaciones que se hacen de los recursos de
cohesión y también es muy diversa la denominación que utilizan los lingüistas para
estos procedimientos. Intentaremos realizar una explicación del tema optando por la
terminología que estimamos más adecuada a los fines pedagógicos. Además, cabe
aclarar, que no examinaremos todos los recursos de cohesión sino los que conside-
ramos de mayor importancia en la organización del texto.
8. Cfr. capítulo II, punto 1.1: "Designación, significado y sentido".
9. En este punto seguimos el planteo de Halliday, Michael A.K. y Hassan R. (1976):
Cohesión in English, Londres, Longman. Sin embargo, no consideramos aquí la
diferencia que establecen estos autores entre referencia y sustitución: "En la

69
Si se refiere a lo que ha sido mencionado antes, la referencia se
llama anafórica, si remite a algo que será nombrado después en el
texto se denomina referencia catafórica.
En el siguiente texto, por ejemplo:

j ,
Los invitados llegaron tarde a la cena, sin embargo los recibieron con cortesía.

Comprendieron que les debían una explicación por el retraso a sus compañeros.
i : *
Luego de un breve diálogo, comenzó el festejo.

El pronombre los funciona como anafórico ya que remite a


invitados y el pronombre les es un catafórico ya que anticipa a
compañeros.

Los recursos de cohesión exotérica, llamados deícticos, son


elementos lingüísticos del texto que se refieren a algún componente
de la situación comunicativa (alocutor, alocutario, situación espacial
y temporal).10

Ejemplo:
Te espero mañana para que me acompañes al médico. Pásame
a buscar por aquí.

Los pronombres te y me se refieren al alocutario y alocutor


respectivamente, el adverbio mañana señala una localización tem-
poral a partir del momento de la enunciación y el adverbio aquí •
remite a una localización espacial de la situación comunicativa.

referencia hay una total identidad referencial entre el ítem referente y el ítem referido
mientras que en la sustitución siempre hay una redefinición". Por ejemplo: £sfe/a
compró una cartera y me la regaló. Entre "cañara" y "la" hay identidad referencial.
Estela compró una cartera y su hermana otra. Entre "cartera" y "otra" no hay tal
identidad porque no tienen el mismo referente extralingüístico.
10. Kerbrat-Orecchioni explica que en la codificación como en la decodificación de
textos el sujeto utiliza conjuntamente tres tipos de mecanismos referenciales: a)
referencia absoluta: aquella que se establece entre un elemento lingüístico y un

70
Elementos endofóricos
Para establecer relaciones referenciales endofóricas, se utili-
zan generalmente pronombres personales (39 persona) y relati-
vos11, adjetivos y pronombres demostrativos, indefinidos, interroga-
tivos, posesivos (39 persona), numerales (cardinales, ordinales,
partitivos y múltiplos) y adverbios.
Estos elementos lingüísticos no tienen significado léxico (son
gramaticales), se caracterizan porque cambian de referente según
sea el elemento textual al que están sustituyendo. Para que no haya
riesgo de ambigüedad, debe construirse el texto de manera tal que
quede claramente establecido cuál es el antecedente o consecuen-
te al que hace referencia el elemento endofórico.
Un elemento lingüístico endofórico puede ser concordante o
libre:2

Formas concordantes: son aquellas que acompañan a un sustantivo


determinándolo, concuerdan con él morfológicamente y constituyen
un sintagma nominal.™

Ayer encontré a Damián Morales en una oficina. Ese


hombre tuvo una actuación destacada en el Ministerio de
Bienestar Social. A pesar de que se complicó con ciertos
conflictos de poder, es indudable que realizó un cambio
importante en esa institución.

elemento extralingüístico; b) referencia relativa al contexto o cotexto lingüístico


(cohesión endofórica) y c) referencia relativa a la situación de comunicación
(cohesión exofórica o deíctica). Cfr Kerbrat-Orecchioni, Catherine (1986): La Enun-
ciación. De la subjetividad en el lenguaje. Buenos Aires, Hachette, p. 46-47. Los
deícticos son analizados con mayor profundidad en el punto 5 del capítulo I de este
libro.
11. Todos los pronombres relativos que introducen subordinadas adjetivas son
endofórico-anafóricos ya que remiten siempre a un antecedente textual.
12. Seguimos en este punto el criterio planteado por María Isabel Gregorio de Mac y
María Cristina Rébola de Welti (1992): Coherencia y Cohesión en el Texto. Buenos
Aires, Plus Ultra, p. 91.
13. Las formas concordantes también pueden funcionar como exofóricos. Ejemplo: Mira
detenidamente aquellos edificios.

71
Ese hombre y esa institución son dos sintagmas nominales que
funcionan como endofórico-anafóricos de Damián Morales y Minis-
terio de Bienestar Social respectivamente.

Formas libres: son vocablos que por sí mismos -sin integrar un


sintagma- establecen relaciones con un referente. Se las llama
también pro-formas.

Eduardo era el dueño deja casa en la cual se celebraría


la fiesta de año nuevo. Él estaba seguro de que allí se
congregaría lo mejor de la aristocracia local. Por lo tanto,
le dijo a su hermana que no faltara. A pesar de que ésta
no era afecta a las reuniones sociales la convenció.

En el texto anterior, encontramos diferentes elementos


endofóricos: la cual: pronombre relativo, endofóríco - anafórico
(referente: casa); Él: pronombre personal, endofórico- anafórico
(referente: Eduardo); allí: adverbio de lugar, endofórico - anafórico
(referente: fiesta de año nuevo); le: pronombre personal, endofórico
-catafórico (referente: hermana); su: adjetivo posesivo, endofórico
- anafórico (referente:Eduardo); ésta: pronombre demostrativo,
endofórico - anafórico (referente:hermana); la: pronombre perso-
nal, endofórico - anafórico (referente:hermana).

Conectores
Los conectores son elementos lingüísticos que enlazan las
distintas partes de un texto. No son anafóricos ni catafóricos porque
no remiten a un elemento preciso que está antes o después en el
texto, sino que especifican cómo lo que sigue está sistemáticamente
conectado con lo anterior.
Los conectores pueden ser nexos coordinantes o
subordinantes, adverbios, frases adverbiales o frases conjuntivas.
Hay muchas clasificaciones de los conectores, entre ellas
sugerimos la siguiente:

72
Aditivos: y, e, ni, además, también.

Disyuntivos: o, u.
Adversativos: pero, aunque, mas, sino, sin embargo, no
obstante, aun cuando, por más que, en cambio.

Consecutivos: por lo tanto,' por consiguiente, por ende, en


consecuencia, de modo que, así que, de manera que.

Causales: porque, ya que, puesto que, dado que, pues, como,


debido a que.

Temporales: entonces, luego, mientras, apenas, previamen-


te, un poco después, al principio, antes que, cuando, en
cuanto, no bien, desde que.

Espaciales: desde allí, en ese lugar, a donde, desde donde,


hacia allí, por donde.

Condicionales: si, siempre que, con tal que, a condición de


que, con que, con sólo que.

Conectores aditivos:
En general sirven para agregar datos a lo ya dicho.
Ej.: Un niño de seis años cayó al agua y fue rescatado por un grupo
de pescadores.
Sin embargo, los conectores aditivos también pueden expresar otro
tipo de conexiones:
Matiz condicional: Dedícate al estudio y aprobarás la materia.
Matiz causal: Comí demasiado y me duele la cabeza.
Conectores disyuntivos:
Implican una opción entre dos ideas.
Ej.: Vendré temprano a casa o me iré al teatro.

73
Conectores adversativos:
Introducen una oposición a lo ya dicho.
Ej.: Tenía deseos de salir, pero la lluvia me lo impidió.

Conectores temporales:
Establecen una relación de tiempo que puede ser de tres tipos:
a) suceso anterior; b) suceso simultáneo; c) tiempo posterior
a) Llegaron temprano a la fiesta del colegio. Antes habían realizado
trámites bancarios.
b) Los medios de comunicación masivos invaden las sociedades
mientras la comunicación interpersonal se va limitando.
c) Escribí la carta por la mañana, luego, al mediodía, la llevé al
correo.

Conectores espaciales:
Localizan acciones o estados en el espacio.
Ej.: Salieron de vacaciones hacia la casa de la montaña. Ya en el
lugar, comenzaron a prepararse para iniciar una larga caminata.

Conectores causales:
Expresan una relación de causalidad entre dos proposiciones.
Estos conectores preceden a la idea o al hecho señalado como
causa que, a su vez, puede estar antepuesto o pospuesto al efecto
producido.
Ejs.: Está muy preocupado porque no podrá rendir el examen.
i causa l

Debido a que llovía copiosamente, no pudimos ir al cine.


, causa ,

Conectores consecutivos:
Manifiestan el efecto o la consecuencia de una acción. Se colocan
delante del hecho que es consecuencia de otro y ese efecto se ubica
pospuesto al hecho que lo origina.
Ej.: José estaba enfermo, por lo tanto faltó a la escuela.
, consecuencia •

74
Las ideas de causa y efecto están interrelacionadas. La elec-
ción de conectores causales o consecutivos depende de lo que se
quiera destacar.
Ejs.: Sofía estaba con licencia por estudio, por consiguiente no fue
a trabajar (consecuencia)
o Sofía no fue a trabajar ya que estaba con licencia por estudio
(causa)

Conectores condicionales;
Expresan una condición para que se cumpla lo manifestado en la
proposición principal.
Ej.: Si llegamos temprano, podremos terminar el trabajo previsto.
condición proposición principal

Elipsis
Consiste en omitir elementos lingüísticos (palabras, frases u
oraciones) para evitar repeticiones innecesarias. Esa información
no explicitada se recupera por el cotexto o contexto ya que es
necesaria para la interpretación semántico- pragmática. Hay que
tener presente que esta omisión no debe producir ambigüedades ni
oscurecer el sentido del texto.
La elipsis se utiliza para evitar la redundancia, ya que no se
dice lo que se supone que el oyente ya sabe por lo que ha sido
expuesto anteriormente en el discurso.
Halliday y Hassan consideran que la elipsis es una sustitución
por 0 (cero).

Veremos algunos casos más frecuentes de elipsis:

Elipsis nominal:
El turista llegó a las cataratas después de una larga travesía. * Allí
pudo disfrutar de una experiencia única.
* Desde el punto de vista gramatical es un sujeto tácito: "el turista"

75
Elipsis verbal:
Adrián vivió siempre en la ciudad; su hermana, * en el campo.
* Desde el punto de vista gramatical es un predicado no verbal ya
que se omite el verbo "vivió".

Elipsis de una oración:


- ¿Martín ha comprado la casa de la montaña?
-No.

Elipsis contextúa!: Es necesario conocer el contexto situacional


para reponer el vacío de información.
Por ejemplo, si un cliente entra en una casa donde venden pollos a
la parrilla para retirar el que había encargado un rato antes y dice:
"-¿Ya está listo?", descubrimos el sentido del enunciado a través del
contexto situacional.

5. 2 . Procedimientos léxicos

Repetición
Es la recurrencia de un elemento léxico del texto en el mismo
texto. Si bien es cierto que la repetición de un mismo término puede
considerarse un defecto expresivo, hay determinados tipos de
textos en que este recurso resulta muy apropiado. Tal es el caso de
textos literarios (en los que se procura un efecto estético) o de textos
científicos (por la dificultad para encontrar sinónimos y por la
exigencia de precisión).
Ejemplos:

Texto literario:

Después de la muerte de su mujer, Alejandro se había


dejado devorar por la angustia. Era una angustia visceral,
que se le adhería a los huesos como una capa de óxido
imposible de disolver. Una angustia que hasta podía
olerse en el ambiente, en cada una de las habitaciones de
la casa, cargadas de los recuerdos de la muerta. Una

76
angustia devastadora, que minaba las escasas energías
con las que el viudo contaba para afrontar la vida. (Enrique
Aurora)

Texto científico:

En una órbita aproximadamente circular como la de la


Tierra, nos mantenemos a una distancia del Sol más o
menos idéntica. Pero en una órbita muy elíptica, como la
de un cometa, la distancia del Sol varía según el punto de
la órbita que ocupe el cometa en cada momento. El punto
más cercano al Sol, cuando el planeta o cometa se mueve
con mayor rapidez, se llama perihelio... El punto más
alejado de la órbita se llama afelio. Cuando más elíptica
es la órbita, mayor es ía diferencia entre el afelio y el
perihelio.14

Cuasi-réplica15
Consiste en la sustitución de un elemento léxico por otro
elemento lingüístico que tiene el mismo significado léxico pero que
corresponde a otra categoría gramatical (diferente significado gra-
matical). 16
Ejemplos:

El diputado afirmó que la responsabilidad por el retraso en


la sanción de la ley correspondía al bloque opositor. La
afirmación produjo malestar en el Poder Ejecutivo.

afirmó: verbo afirmación: sustantivo

14. Cari Sagan/Ann Druyan (1985): El cometa. Barcelona, Planeta, p. 37.


15. Término extraído del material preparado por el prof. Hugo Alloa y la Lie. Silvia
Miranda de Torres para el "Curso de Coherencia y Cohesión TextuaP dictado en
Escuela Superior de Lenguas (UNC) en agosto y setiembre de 1998.
16. Cfr. Los tipos de significados en el punto 1.1. del capítulo II.

77
La discusión entre los asistentes a la asamblea provocó
momentos de gran tensión. Quienes estaban a favor de la
medida gubernamental discutían vehementemente con
aquellos que habían asumido una posición decididamente
combativa.

discusión: sustantivo discutían: verbo

Sinonimia
Consiste en reemplazar un elemento léxico (palabra o frase)
por otro con significado equivalente.
Ejemplo:

Adrián consiguió un crédito bancario para construir una


vivienda. Finalmente cumplirá su deseo de tener una
casa.

Son sinónimas aquellas palabras que en diferentes cotextos


tienen el mismo significado léxico. Es decir, que cualquiera sea el
texto en el que se hallen, conservan la identidad de significado.17
Es muy importante el uso de sinónimos para mantener la
coherencia de un texto ya que permite la referencia a un mismo
elemento sin repetirlo.
La riqueza de sinónimos es muy útil en textos breves; pero en
textos extensos, a veces puede impedir la sensación de desarrollo
y avance temático. Para evitar esto, podemos recurrir a lo que
denominamos sinonimia cotextual18 que consiste en utilizar pala-
bras o frases que en el sistema lingüístico no tienen el mismo

17. En el caso de las palabras polisémicas puede ocurrir que, al tener varias acepciones,
en algunos cotextos no funcionen como sinónimos. Por ejemplo: La CGT ratificó la
huelga prevista para la próxima semana a pesar de que un máximo dirigente sindical
ha fallecido ayer por un paro: huelga y paro no son sinónimos ya que el término paro
se refiere a paro cardíaco.
18. Término utilizado por el prof. Hugo Alloa y la Lie. Silvia Miranda de Torres en el curso
"Coherencia y Cohesión Textual' dictado en la Escuela Superior de Leguas (UNC) en
agosto y setiembre de 1998.

78
significado; pero en un determinado texto tienen identidad referencial,
es decir, remiten al mismo referente (objeto o situación) y ocasional-
mente funcionan como si fueran sinónimos.
Leamos el siguiente texto:

El sábado asistí a la conferencia que dictó Darío Márquez


quien se dedica a la cría de abejas. Todos los asistentes,
en su mayoría ingenieros agrónomos, quedaron muy con-
formes por la destreza pedagógica que manifestó el famo-
so apicultor para transmitir sus recientes descubrimien-
tos. El conferencista no sólo evidenció conocimientos
teóricos sino que también demostró fundamentos empíri-
cos.

En este enunciado, Darío Márquez, famoso apicultor y confe-


rencista no son sinónimos; pero tienen el mismo referente porque se
ha utilizado la información que se fue brindando en el texto ("asistí
a una conferencia", "quien se dedica a la cría de abejas') para
emplear posteriormente expresiones que remitan a Darío Márquez
y que no sean repeticiones, pro-formas o sinónimos.
"Esta habilidad de aprovechar las informaciones nuevas que
va introduciendo el texto para usarlas como datos consabidos en
expresiones que siguen designando las mismas cosas o los mismos
asuntos supone ya una cierta capacidad de construcción textual y
debe ser entrenada con más morosidad que la adquisición de
amplios catálogos de sinónimos, cuya peculiar relación es puramen-
te léxica y ajena a la construcción textual propiamente dicha".
(Núñez, Rafael y Del Teso, Enrique (1996): Semántica y pragmática
del texto común. Madrid, Cátedra, p. 127).19

19. Estos autores designan a este procedimiento correferencia ; nosotros utilizamos


la denominación sinonimia cotextual por considerarla más precisa, ya que el
término correferencia es más general y determina la relación entre dos o más
elementos de un texto que tienen el mismo referente ya sean léxicos o gramaticales,
endofóricos o exotéricos. Otros autores la llaman cuasi-sinonimia.

79
Hiperonlmia e hiponimia
La hiperonimia es la relación que se da entre un término de
significado genérico (hiperónimo) y un término de significado espe-
cífico (hiponimo). El ámbito referencial20 del hiponimo está inclui-
do en el ámbito referencial del hiperónimo.
El hiperónimo es siempre un vocablo más indeterminado que
el hiponimo y tiene un campo de posibilidades referenciales más
amplio. Por ejemplo, el hiperónimo "ave" es menos explícito que el
hiponimo "cigüeña", si bien sirve para designar muchas más cosas.
La hiponimia es la relación inversa a la hiperonimia.
Ejemplos:

HIPERÓNIMOS HIPÓNIMOS

árboles frutales duraznero, higuera, naranjo, damasco, etc.


pájaros jilguero, colibrí, canario, ruiseñor, etc.
muebles mesa, sillas, ropero, armario, escritorio, etc.
figuras geométricas triángulo, cuadrado, círculo, rombo, etc.
flores rosa, azucena, clavel, amapola, etc.
símbolos patrios escudo, bandera, escarapela, etc.
animales domésticos perro, gato, loro, etc.

La hiperonimia se utiliza, como la sinonimia, para repetir referen-


cias sin utilizar los mismos términos. En este caso, para que un
texto no presente ambigüedad, debe aparecer en primer lugar el
hiponimo y luego el hiperónimo.
Por ejemplo:
En la esquina de calle Bedoya y Campillo, un auto
(hiponimo) chocó contra un poste. El vehículo (hiperónimo)
ha quedado parcialmente destruido. 2 '
20. El ámbito referencial es "el conjunto de referencias posibles en manifestaciones de
habla posibles de un mismo signo" Por ejemplo el ámbito referencial del término
"abuela" está compuesto por todas las personas que podrían ser designadas con el
mismo signo en otros textos. (Núñez, 1996, p. 60).
21. La relación que los hipónimos guardan entre sí se denomina cohlponimia. Por
ejemplo, rosa, azucena, clavel y amapola son cohipónimos.

80
Un hiperónimo también puede utilizarse para generalizar una
serie de hipónimos.
Ejemplo:
José arregló la multiprocesadora, la plancha y la tosta-
dora eléctrica. Demostró gran habilidad para solucionar
con rapidez los desperfectos de los electrodomésticos.

En estos dos casos, es decir, cuando se utiliza un hiperónimo


para evitar una repetición o para generalizar, los recursos están al
servicio de la constancia temática. Sin embargo, también se puede
recurrir a la presentación de un hiperónimo en primer lugar y luego
a la explicitacion de los hipónimos si se quiere hacer avanzar el texto
porque se va añadiendo información.
Por ejemplo:

El término meteoro se refiere a diversos fenómenos at-


mosféricos de distinta naturaleza como el viento, que es
aéreo; la lluvia y el granizo, que son acuosos; el arco iris,
luminoso y el rayo y la aurora boreal, que son eléctricos.

Antonimia22
Este procedimiento consiste en vincular elementos textuales a
partir del uso de antónimos. Son varias las relaciones que se pueden
establecer entre los antónimos. Aquí especificaremos sólo la rela-
ción entre términos que tienen significados contrarios y contradic-
torios.
Dos signos tienen significados contrarios si hacen referencia
a propiedades que no pueden ser afirmadas simultáneamente del
mismo individuo pero sí negadas simultáneamente. Por ejemplo,
"frío" y "caliente" son contrarios porque no podemos afirmar que un
mismo objeto esté frío y caliente a la vez; pero sí podemos negarlo.

22. La explicación de estos dos tipos de relaciones y los ejemplos están extraídos de
Núñez, Rafael y Del Teso, Enrique (1996): Semántica y pragmática del texto común.
Producción y comentario de textos. Madrid, Cátedra.

81
Dos términos son contradictorios cuando sus propiedades
no pueden ser ni afirmadas ni negadas simultáneamente del mismo
individuo. Por ejemplo, no podemos decir que una persona está
"muerta" y "viva" a la vez ni tampoco podemos negarlo.
Así como ocurre con la sinonimia, puede que en el nivel textual
ciertos elementos funcionen como antónimos aunque no Ib sean en
el sistema de la lengua.

El artista tiene un exceso de vida que lo predispone a la


muerte.
El burgués tiene un exceso de muerte que lo protege de
la vida. (Aforismo de Eise Osmanj
23
Cadena semántica

Es la cohesión que se da entre términos que se reconocen


como pertenecientes al mismo campo semántico, ya que los vincu-
lamos conceptualmente de acuerdo con nuestro conocimiento del
mundo y generalmente aparecen relacionados entre sí, Esos ele-
mentos contribuyen a mantener y construir el tema del texto.
Ejemplo:

En la intersección de las calles Juan Gutiérrez y Andrés


Ceballos, se produjo esta mañana un choque entre una
camioneta Peugeot y un Fiat 1500.
Como resultado de la colisión, ambos conductores fue-
ron trasladados en ambulancia al Hospital de Urgencias
donde recibieron los primeros auxilios.
Los médicos de! nosocomio afirmaron que, si bien las
heridas eran de consideración, los dos hombres se en-
contraban fuera de peligro.

En este texto, todas las palabras en negrita se refieren al tema:


accidente automovilístico

23. Otros autores (Salvio Martín Menéndez o M.l. de Gregorio de Mac) llaman
colocación a este recurso. No utilizamos este término porque, para otros lingüistas,
ia colocación se refiere a la solidaridad léxica o a otros tipos de cohesión léxica.

82
Palabra generalizadora

Es aquel término que tiene un ámbito referencia! muy amplio


(más extenso que el de los hiperónimos) por lo que su significado es
poco preciso. Generalmente se emplea para hacer referencia a
objetos, personas, fenómenos, situaciones o hechos mencionados
con anterioridad en el texto. Las palabras generalizadoras más
comunes son: gente, persona, hombre, individuo; mujer, señora,
dama; ¡oven, adolescente; cosa, objeto, ente; idea, pensamiento,
concepto, juicio; lugar, sitio, paraje; niño, pequeño, criatura; proble-
ma, conflicto, dificultad; suceso, hecho, acontecimiento.
Ejemplo:

La Municipalidad de Córdoba está analizando el elevado


nivel de contaminación del río Suquía por ios líquidos
que arrojan algunas industrias. Este problema está a
cargo del subsecretario de Medio Ambiente.

Encapsulador24

Es un elemento lingüístico de semantismo genérico por el que


se realiza la representación anafórica de la totalidad del cotexto. Por
ejemplo: hecho, acontecimiento, catástrofe, situación, problema,
etc. Ocasionalmente puede funcionar como catafórico.
Es muy frecuente encontrar el uso de encapsuladores en las
noticias periodísticas.
Ejemplo:

Murió el policía que fue baleado por asaltantes


El joven oficial José Alberto Moreno (28) quien en enero
último resultó gravemente herido al enfrentar a tres

24. Definición extraída del material preparado por el prof. Hugo Alloa y la Lie. Silvia
Miranda de Torres para el curso "Coherencia y Cohesión Textuaí en la Escuela
Superior de Lenguas (UNC), agosto- setiembre 1998. Los autores también ejemplifican
con los siguientes encapsuladores: accidente, operativo, decisión, maniobra, mani-
pulación, engaño, restitución, homenaje, paseo, análisis.

83
asaltantes en pleno centro de esta ciudad, murió ayer a la
madrugada a raíz de una infección.
El 26 de enero, al llegar al comercio ubicado en Colón Na
434¡ por una denuncia de asalto, dos delincuentes le
descerrajaron varios disparos tres de los cuales le
¡mpactaron en la cabeza. Inmediatamente fue internado
en el Hospital de Urgencias y después de varios días en
estado de coma, dejó de existir.
Fuentes allegadas a la pesquisa informaron que se reali-
zaron cuatro allanamientos para encontrar los responsa-
bles de este lamentable suceso.

La diferencia entre la palabra generalizadora y el


encapsulador (ambos con significado genérico) es que aquella
remite particularmente a uno o más referentes del cotexto, en
cambio éste resume un párrafo completo o toda la información
expuesta en el texto.

Seríes ordenadas:

Implican una sucesión de elementos léxicos (enumeración)


que pertenecen al mismo conjunto. Puede ser una serie de hipónimos
que se sustituye por el hiperónimo correspondiente.
Ej:

Había logrado que en su casa convivieran armónicamente


el gato, el loro, la perra y los canarios.(Hiperónimo:
animales domésticos)

También se consideran series ordenadas, las enumeraciones


de palabras que, aisladamente, no guardan relación muy marcada
entre sí; pero que en el texto responden a un referente común.
Ej.

En el piso del cuarto se podían ver lápices, ropa, vasos,


papeles, zapatos y afiches. El apuro y la ansiedad de esa
mañana le impidieron realizar la limpieza habitual antes de
partir. (Referente: objetos desperdigados por el piso)
84
Para facilitar el estudio, esquematizamos los recursos de
cohesión de la siguiente manera:

PROCEDIMIENTOS DE COHESIÓN

LÉXICA

Referencia Conectores Elipsis Repetición


Cuasi-réplica
Endofórica Exofórica Sinonimia
Sinonimia cotextual
Hiperonimia e hiponimia
Antonimia
Cadena semántica
Palabra genéralizadora
Encapsuladores
Series ordenadas

85
o

Tipologías Textuales
1. FUNCIONES DEL LENGUAJE
Si bien sabemos que la función principal del lenguaje es la
comunicación, cuando empleamos la lengua en una situación par-
ticular de habla, podemos reconocer una variedad de funciones. Por
ejemplo, un alocutor puede escribir un texto para convencer al
alocutario de que realice una determinada acción, para contarle sus
propios sentimientos, o para informarle acerca de un asunto intere-
sante.
El primero en sistematizar este tema fue Karl Bühler, en su
Teoría del Lenguaje (1934). Para ello, relacionó el lenguaje con los
elementos constitutivos de todo acto lingüístico y determinó tres
funciones: la función expresiva, que se relaciona con la 1 e persona,
ya que la finalidad esencial de la misma es expresar un estado
anímico, un sentimiento, un estado psíquico del hablante; la función
apelativa, que tiene vinculación con la 2- persona porque, a través
del acto lingüístico, el hablante intenta influir sobre el oyente para
conseguir de él determinada conducta y la función representativa,
que se refiere a la 39 persona ya que la intención es informar acerca
de algo exterior al hablante y al oyente.
Hacia 1963, teniendo en cuenta los desarrollos de la ciberné-
tica y de la teoría de la información sobre los componentes del
circuito comunicativo, Román Jakobson propone un nuevo esque-
ma partiendo del modelo triangular de Bühler. Reconoce en todo
acto comunicativo los siguientes elementos: destinador, destina-
tario, mensaje, contexto (referente: aquello a lo que remite el
mensaje), código y contacto (canal). Según este lingüista, cada
uno de estos factores origina seis funciones del lenguaje diferentes
y agrega:

Digamos desde ya que, si bien distinguimos seis aspectos


fundamentales del lenguaje, sería difícil encontrar un
mensaje que cumpliera con una sola función. La diversi-
dad de los mensajes no estriba en el monopolio de una u

89
otra función sino en la diferencia de jerarquía entre éstas.
La estructura verbal de un mensaje depende, ante todo, de
la función predominante" (Jakobson, Román, Roland
Barthes y otros (1971): El lenguaje y los problemas del
conocimiento. Ed. Rodolfo Alonso, p. 13 -14).

Así caracteriza Jakobson estas funciones:

Función referencia!: Se corresponde con la función representativa


de Bühler y privilegia el contexto (referente)

Función emotiva: Es la que coincide con la función expresiva de


Bühler y privilegia al destinador, ya que apunta hacia una expresión
directa de la actitud del mismo respecto de aquello de lo que está
hablando. El ejemplo más representativo de esta función se mani-
fiesta en las interjecciones de una lengua.

Función conativa: Tiene su equivalencia en la función apelativa de


Bühler y se orienta hacia el destinatario. Las expresiones grama-
ticales más apropiadas para esta función son el vocativo y el modo
imperativo.

A partir de este modelo "triádico", Jakobson, siguiendo su


esquema comunicativo, reconoce otras tres funciones lingüísticas:

Función fática: Es la que posee aquel mensaje cuya función


esencial es la de establecer, prolongar o interrumpir la conversación
atrayendo la atención del destinatario para ver si funciona bien el
circuito de la comunicación. Por ejemplo: "Hola, ¿me escucha?".
Esta función se apoya en el contacto (canal). Según Jakobson, ésta
es la primera función verbal que adquieren los niños ya que en ellos
la tendencia a mantener un contacto comunicativo es anterior a la
capacidad para emitir o recibir mensajes que contengan informa-
ción.

Función metalinqüística: Se produce cada vez que el mensaje se


refiere al código lingüístico. Esta función implica el uso del lengua-

90
je para hablar sobre el lenguaje mismo. Por ejemplo, cuando el
emisor y/o el destinatario quieren verificar si se comprende el código
y averiguan el significado de un término; "¿Qué significa longevi-
dad?". Como explica Jakobson, "todo proceso de aprendizaje del
lenguaje, en especial la adquisición por parte del niño de la lengua
materna, recurre a menudo a operaciones metalingüísticas..."
(Jakobson, 1971, p. 18).

Función poética: Se pone el acento en el mensaje mismo. La


estructuración técnica o artística del mensaje tiene una importancia
esencial.
Jakobson aclara que la función poética no se limita sólo a la
poesía, y además destaca que, dentro de la poesía, participan
también las demás funciones verbales en un orden jerárquico
variable y subordinadas a la función poética. Así, por ejemplo, en la
poesía épica, se pone énfasis en la función referencial (tercera
persona); la poesía lírica, centrada en la primera persona, está
íntimamente relacionada con la función emotiva; y la poesía en
segunda persona se caracteriza por el predominio de la función
conativa del lenguaje.
Aproximadamente dos décadas después de este planteo de
Jakobson, Eugenio Coseriu lo analiza y le formula ciertas críticas.
Coseriu parte de las funciones básicas de Karl Bühlér: el
signo1 como manifestación del hablante, como apelación al oyente
y como representante de una cosa. Afirma que la ampliación a seis
funciones realizada por Jakobson carece de fundamento ya que las
funciones referencial, emotiva y conativa, como ya explicamos,
coinciden con las de Bühlery las que agrega (fática, metalingüística
y poética) pueden considerarse del siguiente modo:

1. Coseriu aclara que es preciso corregir el término que utiliza Bühier ya que el signo
lingüístico por sí mismo no cumple ninguna función si no está en un acto lingüístico
concreto. Reconoce que Jakobson implícitamente hizo esta corrección ya que utiliza
el término "mensaje" y no "signo". Coseriu, Eugenio (1983): Lingüística del fexfo.Actas
del II Congreso Nacional de Lingüística, Universidad Nacional de San Juan, Tomo II.
P. 53.

91
La función faitease corresponde con la apelativaúe Bühler ya que
el hablante tiene la intención de comprobar si el canal de transmisión
está abierto, si el oyente puede recibir el mensaje. Intenta estable-
cer por parte del otro una disposición favorable para la comunica-
ción.
La función metaiirtgüístícase corresponde con la representativa,
con la particularidad de que en lugar de hacer referencia a una
realidad extralingüística, se refiere al lenguaje mismo, más
específicamente, al código.
La función poética no puede ser presentada, como lo hace
Jakobson, como una función más, como una función diferente de las
otras. Por el contrario, en la función poética el lenguaje se manifies-
ta en una plenitud funcional que no se logra a través de las otras
funciones del lenguaje porque en ella hay una concentración en la
perfección técnica de la estructuración del mensaje.
Para Coseriu, "el lenguaje poético es un lenguaje absoluto...
que se considera fuera de cualquier otra relación y fuera de cual-
quier otra función, por ejemplo fuera de la vida práctica, simplemen-
te como aquella realidad que se expresa en el discurso mismo y que
se compara sólo dentro del discurso mismo" (Coseriu, 1983, Tomo
II, p. 52). A través de la función poética el lenguaje se realiza como
una obra de arte y, como ejemplifica Coseriu, cuando se contempla
estéticamente un cuadro no se lo compara con la realidad circun-
dante sino que se estudian las relaciones internas de sus elemen-
tos.
En síntesis, según este lingüista, habría tres funciones: una
función de referencia a las cosas, una función de expresión y una
función de apelación. Sin embargo, considera que en el lenguaje
poético existen innumerables funciones imposibles de delimitar ya
que es diferente del lenguaje no poético: "Esta reducción funcional
que tenemos en la vida práctica y diaria consiste en hacer que la
palabra se refiera a sólo una cosa, mientras que la plenitud funcional
que tenemos en el lenguaje poético consiste en que siga refiriéndo-
se a muchas cosas a la vez y que evoque otras sin dejar por ello de
referirse a una y ciertas cosas" (Coseriu, 1983, p. 54).

92
Por ejemplo, si leemos en un texto de geografía el término
"mar", sabemos que se está refiriendo auna "gran masa de agua
salada que cubre la mayor parte de la Tierra". En cambio, esta
palabra en una obra literaria puede evocar distintos conceptos o
emociones: "infinidad", "soledad", "aventura", "peligro", "inmensi-
dad", "plenitud"," desasosiego", etc.
El signo que funciona en un texto poético es polifuncional
porque no sólo hace referencia a una cosa sino que se refiere a
varias a la vez. Un término, además de significar algo, puede
relacionarse con otros signos por su materialidad (rima o semejanza
de sonidos), por su contenido o por las dos cosas; puede evocar
distintos registros: familiar o formal; puede remitir a una determina-
da región o país; puede traer a la memoria otros textos en donde
aparece con frecuencia; también puede evocar ámbitos de la cultu-
ra, de la técnica, de la creación fantástica, de la vida cotidiana, etc.
"De aquí que (el signo) tenga una polifuncionalidad casi
indeterminable por cuanto estas relaciones llegan a ser infinitas"
(Coseriu, 1983, p. 54).
Por todo lo expuesto, consideramos que para reconocer la
función del lenguaje que predomina en un texto, debemos analizar,
en primer término, si evidencia una intencionalidad estética, es
decir, si el alocutor trabaja el mensaje con recursos expresivos para
producir en el alocutario una sensación de belleza; en ese caso,
descubrimos la predominancia de la función poética.2
Si el hablante produce un texto sin intención estética, predo-
mina una de las restantes funciones:
En el enunciado: "Estoy preocupado porque no podré terminar el
ensayo"; el hablante expresa sus valoraciones o sentimientos, su
subjetividad, por lo tanto predomina la función expresiva.
En el siguiente ejemplo: "Por favor, ayúdame a concluir este ensa-
yó'; el hablante intenta influir sobre el oyente para que éste haga
algo, en consecuencia predomina la función apelativa.

2. No sólo en los textos literarios predomina la función poética. Por ejemplo una
publicidad, una historieta o un afiche, pueden presentar una estructuración artística
del mensaje.

93
En este ejemplo: "El ensayo trata sobre petrografía: la parte de
la Historia Natural que se dedica al estudio de las rocas"; el alocutor
comunica conceptos o ideas, haciendo referencia a una determina-
da realidad, por ello predomina la función informativa.

Características predominantes de cada función:

Función poética:
• Reúne todas las funciones del lenguaje. (Un texto puede ser:
poético-expresivo, poético-apelativo o poético-informativo).
» El emisor tiene la intención de producir placer estético en el
receptor a través de la creación de un texto donde predomine
la belleza.
« Se utilizan recursos expresivos (metáforas, comparaciones,
personificaciones, imágenes, repeticiones, juegos de pala-
bras, etc.)
• Aparece en los textos literarios (líricos, narrativos y dramáti-
cos) y en todos aquellos textos donde sea evidente que el
autor se ha esmerado en trabajar estéticamente la lengua y
el mensaje.

Función expresiva:
• La intención del emisor es transmitir sus propios sentimien-
tos, emociones, valoraciones y opiniones.
• Predomina la primera persona gramatical.
• Aparecen oraciones exclamativas, interrogativas e interjec-
ciones.
• Se manifiesta en el diario íntimo, la carta amistosa, el diálo-
go, la autobiografía, etc.

Función apelativa:
« El emisor tiene la intención de influir sobre el oyente.
» Predomina la segunda persona.
» Se utilizan oraciones exhortativas que expresan orden, ex-
hortación, consejo, pedido, ruego, sugerencia, etc.

94
* Es frecuente en discursos políticos y publicitarios.
• Predominan los verbos en modo imperativo.

Función informativa;
» El emisor tiene la intención de transmitir información para dar
a conocer datos, hechos o ¡deas.
« Predomina la tercera persona gramatical.
* Se utilizan oraciones enunciativas y con matiz impersonal.
« El hablante asume una actitud objetiva.
• Aparece en discursos científicos, periodísticos, textos esco-
lares, etc.
« Predominan los verbos en modo indicativo.

2. TIPOS DE TEXTO
SEGÚN LA ESTRUCTURA
Es fácil advertir que las personas no necesitamos una prepa-
ración académica específica para diferenciar una receta de cocina
de una carta documento, un poema de una conferencia, un folleto
publicitario de una noticia. La mayoría de los hablantes de una
lengua distingue sin mayores dificultades los distintos tipos de
textos de circulación social. Sin embargo, un tema que parece ser
sencillo, implica tal complejidad, que hasta hoy no se ha podido
lograr en lingüística una tipología de textos más o menos completa
y aceptada. ¿Cuáles son las dificultades que entorpecen una orga-
nización sistemática de los diferentes textos?. Intentaremos sinteti-
zar las más relevantes:

* La lingüística, hasta fines de los años 60, se ocupó sólo del estudio
científico del sistema de la lengua. Recién a partir de entonces, con

95
el surgimiento de la lingüística textual, se orientó el interés hacia los
textos y allí comenzó a cobrar importancia la temática de los tipos
textuales. Posteriormente, el auge de la pragmática incentivó aún
más este tópico. Pero el tema se ha comenzado a trabajar con
verdadero interés desde hace pocos años.

* Existe actualmente una gran confusión de términos en casi todas


las áreas de la lingüística. Tanto es así, que a veces se utilizan como
sinónimos y otras veces como términos diferentes las frases: tipos
textuales, clases de textos, géneros discursivos, etc.

* Es bastante difícil encontrar criterios de clasificación válidos para


la mayoría de los tipos de texto. Por ejemplo, si clasificamos los
textos según su portador, o su contenido, o sus rasgos lingüísticos,
o su intención, o su estructura, hay textos que encajan en dos o más
criterios y otros que no se pueden ubicar en una clase determinada.
Lo que es indiscutible, hasta el momento, es la imposibilidad de
establecer tipologías textuales que respeten un solo criterio clasifi-
catorio.

* Los distintos tipos de texto son producto de la actividad discursiva


de los hablantes de una comunidad que está en permanente cam-
bio, el que se ve reflejado en los textos que la misma utiliza para
comunicarse. Por ejemplo, el fax es un tipo de texto de aparición
más o menos reciente que está determinado por el canal de comu-
nicación. ¿O es un canal de comunicación?

Sin embargo, coincidimos con Enrique Bernárdez en la afirma-


ción de la necesidad de reconocer los tipos textuales: "La lingüística
textual ha tenido que plantearse la cuestión de las tipologías textua-
les desde el punto de vista práctico y teórico. Desde el práctico
porque es evidente que la construcción de un texto depende en gran
medida de qué clase (tipo) de texto es. Y ello no sólo con vistas al
estudio lingüístico - textual teórico o general, sino sobre todo para
usos prácticos. La enseñanza de las destrezas de lectura y escritura
en la lengua materna o en lengua extranjera, sobre todo en la

96
enseñanza de lenguas con fines específicos, consiste en buena
medida en definir tipos de texto y señalar sus características estruc-
turales, su estructuración sintáctica, su vocabulario, etc." (Bernárdez,
Enrique (1995,): Teoría y epistemología del texto. Madrid, Cátedra,
p.179).

2.1. Algunos intentos clasifícatorios


En la década del cincuenta, el intelectual ruso M. Bajtín, con
un grupo de estudiosos, produjo una verdadera revolución en la
lingüística. Él fue el primero en hablar de géneros discursivos en
el artículo "El problema de los géneros discursivos" (1955), en el
cual intentaba clasificar los textos en géneros discursivos prima-
rios: los que se relacionan en forma directa con la realidad (diálogo
cotidiano, carta familiar, etc.) y géneros discursivos secundarios:
los que se refieren a formas de comunicación culturalmente más
complejas (textos literarios, periodísticos, científicos, etc.)
Otra propuesta importante para tener en cuenta es la tipología
de Werlich (1975) que distingue cinco tipos básicos de textos:
descriptivos, narrativos, expositivos, argumentativos e ins-
tructivos. Ésta es considerada una de las mejores y más fundamen-
tadas tipologías. Los cinco tipos textuales que propone Werlich se
relacionan con las actividades cognitivas humanas.
La base temática textual descriptiva sirve para expresar
cambios en el espacio; la narrativa manifiesta cambios en el tiempo;
la expositiva se utiliza para transmitir representaciones conceptua-
les; la argumentativa se usa para la expresión de conceptos o
afirmaciones del hablante y la instructiva sirve para expresar
indicaciones de acciones para el comportamiento futuro del hablan-
te o del destinatario. Vemos cómo Werlich relaciona las bases
textuales con los procesos del pensamiento humano: las percepcio-
nes en el tiempo y en el espacio; los procesos de comprensión por
análisis o síntesis de conceptos; el juzgar y el planear.
Otro lingüista como Brinker (1988) afirma que los criterios que
deben ser decisivos en la clasificación cotidiana de los textos
pertenecen a tres categorías: a) la situación comunicativa: el con-

97
texto situacional en el que se produce la comunicación, por ejemplo
la comunicación cara a cara, por teléfono, radio, canal escrito, etc.;
b) la función textual: se refiere al propósito comunicativo del emisor,
según el cual los textos pueden ser informativos (noticia, nota,
informe), textos de contacto (agradecimiento, condolencia, felicita-
ciones), textos apelativos (publicidad, artículo de opinión, ordenan-
za), textos obligativos (contrato, garantía), textos declarativos
(testamento, bautismo); c) el contenido textual: hace referencia al
tema que se desarrolla a lo largo del texto mediante formas de
estructuración (secuencias) más o menos típicas: descriptiva,
narrativa, explicativa y argumentativa.
Para Brinker, de todos estos criterios, el más importante es el
que se refiere a la función textual.
Por último, la tipología que plantea J. M.Adam (1991) comple-
ta la de Werlich ya que incluye el diálogo como otro tipo textual y
distingue cinco tipos de secuencias prototípicas: narrativa, des-
criptiva, argumentativa, explicativa y dialogal que desarrollare-
mos en el punto siguiente.
Como se puede observar después de haber considerado algu-
nas tipologías, es imposible encontrar alguna que abarque la tota-
lidad de tipos textuales utilizando un criterio único de clasificación.
Es necesario recurrir a un sistema complejo de varios niveles para
poder hacer un análisis exhaustivo de los textos.

2.2. T r a m a s textuales
A través de estos intentos clasificatorios desde distintos enfo-
ques, advertimos que se pueden clasificar los textos según la
función que cumplen, la relación que guardan con los procesos del
pensamiento humano, la estructuración, la relación con la situación
comunicativa, etc. Nos detendremos ahora a analizar los tipos
textuales de acuerdo con la forma en que organizan el contenido.
Como vimos en el tema 1., los textos pueden ser diferenciados
según la intencionalidad que tiene el alocutor (funciones del lenguaje),
y también por la manera en la que está presentado su contenido.

98
Dos textos pueden tener, por ejemplo, la misma intencionalidad
ya que el autor los realizó para transmitir una información (función
referencial); sin embargo, cada uno puede poseeruna estructuración
diferente, ya que uno puede estar presentado como una descripción
y el otro como una narración.
Estos diversos modos que se pueden utilizar para organizar
los elementos lingüísticos que conforman un texto producido de
acuerdo con una finalidad, se denominan TRAMAS.
Si bien actualmente hay una gran variedad de criterios clasifica-
torios que agrupan los textos según características comunes, a los
efectos de este trabajo, optaremos por la clasificación de J. A. Adam.3

Trama narrativa-. Los textos que presentan esta trama se caracte-


rizan por exponer hechos o acciones desarrollados en una secuen-
cia temporal y en un espacio. Lo más relevante es la acción, a
través de la cual los personajes cobran importancia y también
adquiere significación el marco (lugar, tiempo, circunstancias). De
lo dicho se deduce que, en los textos con trama narrativa, el tiempo
y el aspecto verbales desempeñan un rol esencial porque los
acontecimientos se desarrollan en un tiempo y se relacionan
causalmente entre sí. Las narraciones, a diferencia de las descrip-
ciones, frecuentemente forman textos propiamente dichos y no sólo
pasajes dentro de un texto de otro tipo.
Generalmente en los textos de trama narrativa se pueden
identificar las siguientes partes:
0 Introducción o presentación: aparecen los personajes, las
características del lugar y el tiempo (marco).
• Desarrollo o complicación: está formada por la cadena de
acciones (núcleo y acciones secundarias) que realizan los
personajes.
e Desenlace o resolución: resultado positivo o negativo de los
sucesos.
3. Sin embargo, no seguiremos esta clasificación respondiendo a la caracterización que
hace Adam de las cinco secuencias prototípicas, sino que plantearemos una síntesis
de las caracterizaciones realizadas por varios autores. A la trama explicativa la
llamaremos expositiva.

99
También es importante distinguir entre el autor y el narrador.
Este último es una figura imaginaria creada por el autor para que
narre los hechos, es la voz que relata dentro del texto. El narrador
puede ser:
0 Omnisciente o narrador básico: está fuera del relato y cuenta
lo que hacen, sienten y piensan los personajes. Emplea sólo
la 3S persona.
» Testigo: es el relator que no interviene en la historia pero sabe
de ella porque la ha presenciado, sabe sólo lo que hacen y
dicen los personajes. Puede usar la 1Q o 3e persona.
9 Protagonista o actante: es el que participa en la historia que
está narrando. Cuenta lo que él hace, siente y piensa y lo que
otros hacen o dicen. Utiliza sólo la 1 s persona.
Algunos textos literarios que siempre presentan trama narrativa son,
por ejemplo: cuento, novela, biografía, fábula, leyenda, etc. Otros
textos literarios como el poema pueden o no tener trama narrativa.
Los textos no literarios que pueden desarrollarse con esta trama son
innumerables, como por ejemplo: carta, diario íntimo, informe, noti-
cia, crónica, exposición, etc.
Ejemplo:

EL NEGADOR DE MILAGROS
Chu Fu Tze, negadorde milagros, había muerto; lo velaba
su yerno.
Al amanecer el ataúd se elevó y quedó suspendido en el
aire, a dos cuartas del suelo. El piadoso yerno se horrori-
zó. "Oh, venerado suegro", suplicó, "no destruyas mi fe de
que son imposibles los milagros".
El ataúd, entonces, descendió lentamente, y el yerno
recuperó la fe.
(Anónimo)

Trama argumentativa. Es la que caracteriza a los textos que


plantean problemas, razonamientos, comentarios o explicaciones
con la finalidad de demostrar la validez de una idea, opinión,

100
creencia o valoración que, generalmente, es la del autor. Este tipo
de textos, la mayoría de las veces, se organiza en tres partes:
1) Tesis o introducción: allí se presenta el tema a desarrollar o la
problemática que se analiza desde un punto de vista.
2) Demostración: está integrada por diferentes secuencias
argumentativas como la ejemplificación, ia justificación, la desmen-
tida de argumentos opuestos, la utilización del criterio de autoridad,
la presentación de contrastes, etc. En esta instancia se trata de
demostrar la aceptación, duda o refutación de la tesis. Aquí es
fundamental el uso de los conectores y modalizadores.
3) Conclusión: En ella se retoma el planteo inicial y se sintetiza la
aceptación, negación o ajuste del mismo.
Los textos argumentativos ejercen una fuerte presión sobre el
receptor. Intentan convencerlo para que acepte una idea, asuma
una actitud o compre un producto.
Son textos argumentativos los artículos de opinión, los co-
mentarios, los editoriales, las monografías, etc. Las propagandas y
publicidades generalmente utilizan este tipo de trama.
Ejemplo:

¿SON MÁS COMPRENSIVAS?

Varios estudios han demostrado que la mujer es más


permeable a los sentimientos ajenos y que, por ello, no
sólo es más comprensiva, sino que está más dotada para
ejercer el mando y resolver problemas de sus empleados.
En una reciente investigación, el neurólogo Rubén Gur
propuso a una serie de voluntarios que interpretasen el
estado de ánimo de varios actores sólo por sus gestos. Los
hombres obtuvieron el mismo resultado a la hora de
calificar los gestos de felicidad masculina y femenina;
pero, al tratar de detectar cuándo una mujer tenía cara de
tristeza, fallaban. Por el contrario, las voluntarias no tuvie-
ron ningún problema para captar gestos de tristeza y
alegría tanto en los actores como en las actrices.
Demostrado: la mujer lee mejor los sentimientos del
vecino.

101
Trama descriptiva. Se encuentra en aquellos textos que explican
las características particulares de un objeto, lugar, sentimiento,
persona o proceso. Así como en la trama argumentativa hay predo-
minio de proposiciones subordinadas, aquí es más frecuente encon-
trar proposiciones yuxtapuestas o coordinadas. También adquieren
gran importancia los sustantivos y adjetivos.
Estos textos se caracterizan por la ausencia de temporalidad
y trabazón lógica entre sus componentes. El procedimiento básico
de la descripción es la acumulación de datos concretos. Se refieren
más frecuentemente a objetos y espacios materiales. No presentan
un principio de orden predeterminado ni un cierre previsible.
La descripción también puede referirse a sucesos o aconteci-
mientos; pero la forma de enfocarlos la diferencia de la narración. Si,
por ejemplo, se describe un festival de rock, aunque se haga
referencia a un suceso, la información se presenta yuxtapuesta, sin
interconectar causalmente unas acciones con otras y se explican las
características del escenario, los movimientos de los cantantes, las
demostraciones del público, etc, el texto es una descripción.
Es poco frecuente que una descripción forme textos comple-
tos; generalmente está al servicio de otro tipo de textos como lá
narración o la exposición.
Podemos mencionar entre los textos descriptivos: definición,
receta de cocina, prospecto, nota de enciclopedia, informe de
experimentos, publicidad, crítica de cine, instructivo, etc.
Ejemplo:

"Al otro lado de la bahía, en el barrio residencial de La


Manga, la casa del doctor Juvenal Urbino estaba en otro
tiempo. Era grande y fresca, de una sola planta, y con un
pórtico de columnas dóricas en la terraza exterior, desde
la cual se dominaba el estanque de miasmas y escombros
de naufragios de la bahía. El piso estaba cubierto de
baldosas ajedrezadas, blancas y negras, desde la puerta
de entrada hasta la cocina (...) La sala era amplia, de
cielos muy altos como toda la casa, con seis ventanas de
cuerpo entero sobre la calle, y estaba separada del come-
dor por una puerta vidriera, enorme e historiada, con

102
ramazones de vides y racimos y doncellas seducidas por
caramillos de faunos en una floresta de bronce. Los mué-
bles de recibo, hasta el reloj de péndulo de la sala que
tenía la presencia de un centinela vivo, eran todos origina-
les ingleses de fines del siglo XIX, y las lámparas colgadas
eran de lágrimas de cristal de roca, y había por todas
partes jarrones y floreros de Sevres y estatuillas de idilios
paganos en alabastro".
(Fragmento de El amor en los tiempos delcólerade Gabriel
García Márquez (1988). Buenos Aires, Sudamericana, p.
31)

Trama dialogah En los textos con este tipo de trama aparece


directamente la interacción lingüística (diálogo) entre distintos par-
ticipantes de una situación comunicativa. En la conversación es muy
importante el uso del turno de la palabra. Aquí cumplen un papel
fundamental los pronombres.
Los textos literarios con trama conversacional son obras de
teatro: comedia, tragedia, saínete, tragicomedia, etc. Los textos de
mayor circulación social con esta trama son el reportaje, la entrevis-
ta, la historieta. También pueden presentarse con este desarrollo el
chiste, el aviso publicitario, la propaganda, la letra de canción, etc.
Ejemplo:

Sábato: -¿Qué está escribiendo ahora, Borges?


Borges: - Acabo de escribir El libro de arena y otro de
poemas, La rosa profunda. No sé, he escrito esos trece
cuentos y estoy cansado... me gustaría hacer otra cosa,
algo que me diera para más tiempo, pero no me ha sido
revelado aún.
Sábato: -¿Tal vez un cuento largo o una novela?
Borges: - Creo que será un estudio sobre literatura.

Sábato: - Creo que la de Swedenborg es una buena idea.

103
Es al fin y al cabo un pretexto para decir lo que uno piensa
del universo ¿no?
Borges: - Claro, es verdad. Fíjese que Chesterton ha
escrito algo muy bueno y muy incompleto sobre Blake, que
es el hombre que se parece menos en el mundo a
Chesterton.
Sábato: - De todas maneras cabría preguntarse: ¿quién es
uno para escribir sobre el universo, que es tan vasto, tan
rico, tan infinito?. Y sin embargo todos tenemos nuestra
propia visión del universo, aunque sea una visión precaria
e incompleta.
Borges: - Es que ésa palabra "Universo", siendo tan
grande, es vaga. En cambio con la vida de un escritor uno
debe ser más preciso...

(Fragmento de Diálogos Borges - Sábato (1982). Buenos


Aires, Emecé)

Trama expositiva. Consideramos necesario detenernos en este


tipo de prosa ya que en todas las instancias del aprendizaje es
fundamental el conocimiento de esta clase de textos: los
EXPOSITIVOS.

El TEXTO EXPOSITIVO es aquel en el que predomina la


función informativa del lenguaje ya que la intención del autor es
ampliar la información del destinatario sobre un determinado tema.
La mayoría de los textos expositivos no sólo proporcionan
datos sino que también ejemplifican, explican, ilustran y orientan al
lector.
Son textos expositivos, por ejemplo: una guía turística, un
folleto sobre la prevención del SIDA, un artículo acerca de la
Revolución Rusa, una nota de enciclopedia, un informe sobre
ecología, etc.

104
Las características generales de este tipo de textos son las siguientes:
• Predominan las oraciones enunciativas.
• Se utiliza un registro formal.
• Se prefiere el uso de la 3a persona gramatical.
• Se usa un vocabulario preciso, con términos científicos o
técnicos.
• Los verbos de las ideas principales se emplean en modo
indicativo.
• Se evitan las expresiones que manifiesten la subjetividad del
emisor.
• La información se presenta por acumulación o yuxtaposi-
ción (entre los contenidos no hay necesariamente
concatenaciones lógicas o temporales).

Los textos expositivos pueden presentar diferentes formas de


organización (superestructuras), según sea el tipo de trama que en
ellos predomine. Sintetizando el planteo que realiza Emilio Sánchez
Miguel, podemos distinguir cinco formas de organización distintas:
(Sánchez Miguel, Emilio (1993): Los textos expositivos. Estrategias
para mejorar su comprensión. Madrid, Santillana).

Organización narrativa o secuencial: Es la que tienen aquellos


textos que explican un proceso histórico o natural, o una secuencia
de hechos sucedidos en el tiempo. Por ejemplo, en un libro de
historia, el tema de la Revolución Francesa o un texto donde se
expongan los momentos o fases del proceso de creación de la tierra.

Organización descriptiva: Un texto expositivo también puede expli-


car cuáles son las características de un objeto, lugar, persona,
objeto, fenómeno, etc. Por ejemplo, en un libro de geografía cuando
se describen las particularidades físicas de un país (límites, dimen-
siones, ubicación, etc.).

Organización causal: Sobre un determinado tema, hecho o fenóme-


no, se van explicando las causas y las consecuencias. Por ejemplo,

105
en un texto de medicina donde se explican cuáles son los factores
que pueden producir una enfermedad.

Organización problema - solución: Es la estructura que presentan


aquellos textos que plantean un problema y las posibles formas de
resolverlo. Por ejemplo, un texto de economía donde se presente la
problemática de la desocupación en la Argentina y las acciones que
deben realizarse para solucionarlo.

Organización comparativa: Es la que se manifiesta en aquellos


textos en los que se comparan dos o más fenómenos, hechos o
realidades con la finalidad de delimitar las semejanzas y las diferen-
cias entre ellos. Por ejemplo, en un texto de economía donde se
compare la actividad industrial de dos países.

En un texto pueden coexistir distintos tipos de trama pero,


generalmente, una es la predominante.

2. 2. 1. Un enfoque particular
de las tramas narrativa y argumentativa
A nuestro criterio, lo que hemos visto como tramas textuales,
es lo que Teun Van Dijk denomina superestructuras. A los fines de
completar el tema desde la perspectiva de este lingüista, sintetiza-
mos a continuación la conceptualización que él hace de las super-
estructuras y la caracterización en especial de la narrativa y
argumentativa.(cfr. Van Dijk, Teun A. (1978): La ciencia del texto.
Barcelona, Paidós).
Hemos dicho que un texto puede diferenciarse de otro porque
tiene una estructuración diferente. Estas estructuras globales4
especiales que caracterizan a los diferentes tipos de texto son

4. Van Dijk aclara que habla de estructuras globales porque las mismas no se
definen con relación a oraciones o secuencias aisladas de un texto sino que se
refieren af texto como una totalidad.

106
denominadas por Van Dijk SUPERESTRUCTURAS. Así como la
macroestructura de un texto es su significado global, la superes-
tructura es la forma del texto. Una misma macroestructura (tema),
por ejemplo "El drama de los inundados en el Litoral argentino",
puede ser presentada en dos tipos de textos con diferentes super-
estructuras. Un cuento estará organizado en base a una superes-
tructura narrativa y un artículo de opinión tendrá la superestructura
de un texto argumentativo.
Todavía no se ha elaborado científicamente una teoría gene-
ral de las superestructuras; sin embargo, se está trabajando en la
determinación de algunos tipos.
La superestructura determina el orden de las partes del texto,
ya que es un esquema al que éste se adapta y que existe indepen-
dientemente del contenido. Van Dijk la define del siguiente modo:
"una superestructura es un tipo de esquema abstracto que estable-
ce el orden global de un texto y que se compone de una serie de
categorías, cuyas posibilidades de combinación se basan en reglas
convencionales" (Van Dijk, 1978, p. 144).
También aclara que, si bien todo texto coherente, aunque
conste de una sola frase, tiene una macroestructura semántica
(tema), no todos los textos tienen una superestructura. Así, por
ejemplo, con una sola oración no se puede hacer una narración ni
una argumentación.

Superestructura narrativa;
Van Dijk comienza describiendo la estructura de las narracio-
nes que se producen en la comunicación cotidiana. La característica
primordial de cualquier texto narrativo es que se refiere a acciones
de personas, por lo tanto, los aspectos descriptivos de circunstan-
cias, objetos o personas, quedan subordinados a los sucesos.
Una categoría muy importante de la superestructura narrativa
es la COMPLICACIÓN, a la cual le corresponde una RESOLUCIÓN.
Ambas categorías forman el núcleo del SUCESO. Éste se desarrolla
en determinada situación, en cierto momento y lugar: a todos estos
aspectos se los denomina MARCO. El MARCO y el SUCESO forman
el EPISODIO. A su vez, varios EPISODIOS constituyen la TRAMA

107
del texto. Además, cuando el narrador expresa su opinión o valora-
ción acerca de lo que está contando, estamos ante la EVALUACIÓN
que, junto con la TRAMA, forman la HISTORIA. En algunos textos
narrativos como la fábula, encontramos una conclusión práctica que
se llama MORALEJA.
Esta superestructura se puede esquematizar así:

NARRACIÓN

HISTORIA MORALEJA

TRAMA EVALUACIÓN

EPISODIO

MARCO SUCESO
COMPLICACIÓN RESOLUCIÓN

Van Dijk aclara que algunas de estas categorías, como por


ejemplo el MARCO, la EVALUACIÓN y la MORALEJA, pueden
quedar implícitas. Incluso puede alterarse el orden de las catego-
rías, lo que se ve en aquellas narraciones que empiezan por la
COMPLICACIÓN y luego explican el MARCO.
En términos generales, en la COMPLICACIÓN y en la RESO-
LUCIÓN, habrá acciones; en el MARCO predominará la descripción
de circunstancias y procesos, y en la EVALUACIÓN, los estados de
ánimo.

Veamos a continuación un ejemplo en el cuento "El medio


amigo":

108
EL MEDIO AMIGO

Éste era un banquero muy rico que tenía un hijo muy


libertino y lleno de amigos con los que pasaba los días y
las noches enteras, jugando y derrochando gran parte de
su fortuna.
El banquero, sintiendo próxima la hora de su muerte,
deseaba dar a su hijo una lección. Aprovechando la au-
sencia del hijo, hizo preparar un ternero con cuero y lo
envolvió en una mortaja y lo puso sobre una mesa. Mandó
a velarlo aparentando mucho dolor. Hizo llamar urgente a
su hijo y le dijo:
-He cometido un gran delito, y quiero que llames a tu mejor
amigo para que nos ayude a salir de este paso...
El hijo fue inmediatamente y trajo su mejor amigo, el que
una vez enterado de lo sucedido trató de sacar el mejor
partido. Y aprovechó, y pronto les entabló un juicio. Enton-
ces el banquero hizo llamar un solo amigo de la infancia,
el que siempre le ayudó a trabajar honradamente y le
contó lo que pasaba. El amigo, dando muestras de sincero
pesar, se preparó para ayudarlo. Cuando llegaron los
jueces descubrieron el difunto, y ¡qué sorpresa!, era un
ternero asado y regiamente preparado. Así el banquero
demostró a su hijo que el buen amigo es el que nos
favorece en la desgracia y no aquél que nos adula cuando
estamos en prosperidad.
(Vidal de Baüini, Berta Elena (1984): Cuentos y leyendas
populares de la Argentina, Tomo IX, Buenos Aires, Edicio-
nes Culturales Argentinas, p. 69 y sig.)

En la narración precedente, podemos identificar las siguientes


categorías:
Complicación: el banquero manda preparar y amortaja el ternero.
Resolución: el hijo del banquero recurre a su mejor amigo.
La complicación y resolución antes descriptas conforman un
suceso. Si tenemos además en cuenta el marco (la casa paterna,
cuando el padre se siente próximo a morir) queda definido el primer
episodio.

109
El segundo episodio resulta conformado por el mismo marco,
mientras que el suceso está representado por las categorías que
siguen:
Complicación: el mejor amigo del hijo denuncia al banquero.
Resolución: los jueces comprueban que no se trata más que de
un ternero.
El primero y segundo episodios constituyen la trama. Si a ello
le sumamos la evaluación (el padre deseaba darle una lección al
hijo, el amigo del padre estaba apesadumbrado, los jueces se vieron
sorprendidos) queda determinada la historia.
Finalmente, el relato se cierra con una moraleja: "el buen amigo
es el que nos favorece en la desgracia y no aquél que nos adula
cuando estamos en prosperidad".
Podemos esquematizar entonces este relato como se propone
a continuación:

Narración

Moraleja: "El buen amigo es..."

Trama Evaluación: "El padre deseaba..

Episodio 2

Marco (casa paterna, Suceso Marco (ídem) Suceso


proximidad de la muerte)

Complicación Resolución Complicación Resolución


(preparación (búsqueda (denuncia) (sorpresa)
ternero) amigo)

110
Superestructura argumentativa.
El esquema básico de la estructura argumentativa es la se-
cuencia HIPÓTESIS (premisa) - CONCLUSIÓN. En el lenguaje
cotidiano empleamos frecuentemente esta relación. Por ejemplo:
"Pedro ha sacado un cuatro. Luego no ha aprobado el examen."5
Siempre la relación entre una hipótesis y su conclusión supo-
ne la existencia de una hipótesis implícita más general. En el caso
de Pedro, se llega a la conclusión de que ha sido aplazado porque
se sabe que existe una regla que estipula que con un cuatro no se
aprueba una asignatura en el nivel medio. Esta hipótesis general
que permite que se saquen conclusiones, se denomina LEGITIMI-
DAD de la argumentación. Si justificamos que Pedro no ha aprobado
en virtud de la relación que existe entre el cuatro(4) y la reprobación
de un examen, explicando así la regla, estamos dando un REFUER-
ZO al indicar qué y cómo tiene que ver el cuatro con el aplazo.
Podemos seguir explicando que esa relación es importante en
una situación de examen por lo que hay que suponer que Pedro se
ha presentado a rendir un examen final. A esto se lo denomina
MARCO del argumento (al igual que en los textos narrativos se
refiere al contexto situacional). Las CIRCUNSTANCIAS hacen refe-
rencia a la situación específica, por ejemplo: "Pedro es un estudian-
te que está en el nivel medio"; los PUNTOS DE PARTIDA indican los
motivos que dan lugar a la argumentación: "Pedro no quiere o no
puede estudiar"; el HECHO es que "Pedro no ha estudiado". La
CONCLUSIÓN puede ser una orden, una prohibición, una sugeren-
cia, una recomendación, un consejo, una propuesta, etc.
Van Dijk aclara que todas estas categorías pueden estar
presentes en la argumentación pero también varias de ellas pueden
estar implícitas.

El autor esquematiza así la superestructura argumentativa:

5. Van Dijk explica que ese "luego" tiene valor pragmático ya que se refiere a la acción
de quien saca la conclusión (Van Dijk, Teun (1978): La ciencia del texto. Barcelona,
Paidós, p. 158)

111
ARGUMENTACIÓN

JUSTIFICACIÓN CONCLUSIÓN

MARCO CIRCUNSTANCIA

PUNTOS DE PARTIDA HECHOS

LEGITIMIDAD REFUERZO

En la siguiente publicidad ejemplificamos estas categorías:

- • Cuando.creamos, la Cara van, sabíamos que catábamos .


i ..inaugurando una {nucya- categoría de.-autos familiares.
i . Fuimos los pioneros. Y.desde .entonces nn paramos de
! ." dasarrollar'nucvas tecnologías. comoblCab Forwaid, que
le brinda mayor, estabilidad y espacio ihter-or. Ademas,
• viene con : uná doble puerta trasera corrediza, por la cual
sé'nos reronneo como máximos referentes del'confort..Siri.
embaígo,' nuestros más novedosos avances están en ios
equipamientos de-seguridad ya'que incorporamos barras
de protección'lateraies; doble Air-Bag y frenos ABS.
Tambierj.'usted y su.familia pueden-disfrutar-de mayor
• espacio por'la movilidad de Ios-asientos traseros que se
íogra a través del novedoso sistema Easy-Ouf Roller
1
Seáis.
Para"consulta r por la red
de concesionürior.. puede llamarnos^
Sin cargo al 0800-333-7071 ~"

112
Legitimidad: La mayoría de las personas desean tener un auto
confortable y seguro.
Refuerzo: La Caravan tiene: Cab Forward, doble puerta trasera
corrediza, barras de protección laterales, doble Air Bag, frenos ABS
y sistema Easy-Out Roller Saeats.
Punto de partida: Usted tiene gran variedad de modelos de autos
para elegir.
Hecho: Ha aparecido en el mercado automotor un nuevo modelo de
Caravan.
Circunstancia: La publicidad, al ofrecer los beneficios de un pro-
ducto, puede persuadir al receptor para que lo compre.
Marco: Usted está pensando en cambiar su vehículo y necesita
informarse.
Justificación: Usted quiere tener un auto que sea confortable y
que, al mismo tiempo, le brinde seguridad, desarrollado con las
nuevas tecnologías.
Conclusión: Compre la nueva Caravan.

2.3. Formatos textuales


A continuación, ofrecemos una posible agrupación de formatos
de textos escritos de circulación más frecuente.

TEXTOS LITERARIOS: concentran su atención en la estructuración


del mensaje. Son aquellos textos donde predomina la función
poética. Ejemplos: cuento, drama, comedia, poema, ensayo, nove-
la, biografía, leyenda, retrato, letra de canción, fábula, parábola,
guión cinematográfico, etc.

TEXTOS INSTRUCTIVOS, en ellos predomina la intención de influir


sobre el alocutario porque dan instrucciones, en una secuencia de
pasos, para que el receptor pueda llevar a cabo una acción. Ejem-
plos: receta de cocina, instrucciones para uso o armado de aparatos
o para realizar un juego, reglamento, norma de funcionamiento, guía de
viaje, instructivos para realizar un juego, receta de medicamentos, etc.

113
TEXTOS PUBLICITARIOS O PROPAGANDÍSTICOS, también se
caracterizan por el predominio del alocutario ya que intentan
persuadirlo para que compre un producto (publicidad) o para que
asuma una determinada actitud (propaganda). Ejemplos: folleto,
aviso publicitario, afiche, propaganda política, propaganda
institucional, etc.

TEXTOS HUMORÍSTICOS-, el rasgo dominante de este tipo de


textos es que tienen la intención de provocar risa, divertir, producir
una sensación de alegría en el alocutario. Ejemplos: chiste, refrán,
historieta6, etc.

TEXTOS DE CONTACTO SOCIAL: son aquellos que evidencian la


intención del alocutor de tomar contacto con el alocutario para
producir en él una determinada actitud emocional o social. Ejem-
plos: aviso fúnebre, postal de saludo, invitación, agradecimiento,
mensaje de felicitación, escrito de condolencia, carta familiar, etc.

TEXTOS PERIODÍSTICOS, se caracterizan-por tener un determina-


do tipo de canal de transmisión. Los soportes pueden ser periódi-
cos, revistas, semanarios, etc. Ejemplos: noticia, artículo de opi-
nión, reportaje, entrevista, editorial, crónica, crítica, pronóstico
meteorológico, horóscopo, trabalenguas, nota de divulgación, rese-
ña, carta de lectores, etc.7

TEXTOS ADMINISTRATIVOS Y JURÍDICOS: son aquellos cuyos


referentes tienen en común el pertenecer al ámbito de aplicación de
la administración pública o los asuntos legales. Ejemplos: ley,
decreto, resolución, ordenanza, petición, acusación, fallo, senten-
cia, testamento, constitución, demanda, contrato, memorando, cir-

6. La historieta, según la intención del escritor y la estructuración del mensaje, puede ser
también un texto literario, o un instructivo, o un aviso publicitario o propagandístico.
7. Hay otros tipos de textos que, sin ser periodísticos, están determinados por el canal
de transmisión. Por ejemplo: graffittis, fax, telegramas, etc.

114
cular, acta, nombramiento, renuncia, traslado, partida de nacimien-
to o casamiento, etc.

TEXTOS LABORALES y COMERCIALES: tienen un referente


vinculado al ámbito profesional o comercial. Ejemplo: solicitud,
orden de trabajo, nota de reclamo, pliego de especificaciones, orden
de servicio, remito, factura, orden de pago, recibo, nota de pedido,
pliego de condiciones, curriculum, formulario, etc.

TEXTOS CIENTÍFICO-CULTURALES, son aquellos que tienen


referentes que pertenecen al campo de la ciencia o de la cultura.
Ejemplos: nota de enciclopedia, definición, informe de experimen-
tos, monografía, relato histórico, conferencia, ponencia, etc.

En síntesis: si bien son numerosos los criterios que se pueden


adoptar para clasificar la innumerable variedad de textos que circu-
lan socialmente, proponemos la siguiente clasificación para una
aplicación práctica y funcional:

Textos según la Poético - Informativo - Apelativo


Función del Lenguaje Expresivo
(Intención del emisor)

Textos según la Trama Narrativo - Descriptivo


(Estructura general del Argumentativo - Dialogal
texto) Expositivo

Textos según el Formato Carta, noticia, informe, poema,


(Organización de la afiche, formulario, receta, nota,
estructura con caracte- pronóstico, refrán, fallo,
rísticas específicas) chiste, postal, etc.

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