El Debido Proceso en Ámbitos Diferentes Al Proceso Jurisdicción

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El debido proceso en ámbitos diferentes al proceso jurisdicción

Resulta indudable la extensión paulatina que ha tenido el debido proceso a espacios diversos a los del
proceso jurisdiccional, aunque los principios que lo integran sean, por su esencia, propios de este tipo de
proceso, dada su estructura triangular en virtud de la presencia de un sujeto tercero e imparcial y que
puede actuar frente a dos partes coordinadas que se hallan en perfecta situación de igualdad (isonomía
procesal). Sin embargo, el derecho de defensa o de contradicción, como mínimo, se impone como un
parámetro de ética que debe regir en las diversas relaciones existentes entre los miembros de una
determinada colectividad, en donde se exige del respeto de la persona.
En el Estado de derecho constitucional se han extendido diversas garantías procesales a ámbitos distintos
del proceso jurisdiccional.
De esta manera, se constituye en exigencia clara para las autoridades administrativas la vigilancia, el
cumplimiento de la forma, de la competencia y de la contradicción, para que pueda generarse de manera
adecuada la correspondiente decisión administrativa. Es imprescindible que se respete el procedimiento
requerido pata la emisión del acto administrativo final, permitiendo un equilibrio en las relaciones que se
establecen entre la administración y los particulares, en aras de garantizar decisiones de conformidad con
el ordenamiento jurídico por parte del su jeto director con funciones administrativas Se trata entonces, de
un procedimiento en el que se debe velar continuamente por el derecho de defensa de todas aquellas
personas que puedan resultar afectadas con la decisión administrativa que ha de emitirse.
La Constitución como norma de normas se encuentra en cada una de las ramas del derecho, y con el
transcurrir del tiempo ha venido evolucionando el concepto de constitucionalización del derecho, bajo el
presupuesto que toda norma que rija a una sociedad debe estar enmarcada en los principios
constitucionales situación a la que no escapa la rama del derecho administrativo. Dentro de ese proceso
de constitucionalización, cada día se han integrado en la normatividad los principios constitucionales
con el fin de darle una mayor eficiencia y protección a los destinatarios de la norma, y uno de esos
principios es el del debido proceso el cual se ha desarrollado a través de la jurisprudencia tanto
constitucional como la del Consejo de Estado y la doctrina.
De esta forma, el debido proceso en materia administrativa se considera como un sistema de garantías
que procuran la obtención de decisiones justas que deben buscar en su interrelación obtener una
actuación administrativa coherente con las necesidades públicas sin lesionar los intereses individuales
o colectivos en juego proporcionando las garantías que sean necesarias para la protección de los
derechos fundamentales dentro de la relación procesal en procura de decisiones verdaderamente
justas y materiales.

En Otras palabras se busca un equilibrio permanente en las relaciones surgidas del proceso y
procedimiento administrativo, frente al derecho sustancial y a los derechos fundamentales de las
personas y la comunidad en general.
De otra parte, el debido proceso viene penetrando en los ámbitos propios de particulares expresamente lo
reconoció el máximo Tribunal Constitucional11 colombiano al manifestar lo siguiente: “También los
particulares cuando se hallen en posibilidad de aplicar sanciones o castigos, están obligados por la
Constitución a observar las reglas del debido proceso, y es un derecho fundamental de la persona
procesada la de que, en su integridad, los fundamentos y los postulados que a esa garantía
corresponden le sean aplicados".
Es más en Colombia el debido proceso se ha hecho extensivo a las decisiones privadas o mejor de la
relación entre particulares por la relación de subordinación o indefensión que tiene el actor que hace
referencia a la situación en la que se encuentra una persona cuando tiene la obligación jurídica de
acatar las órdenes de un tercero, como consecuencia de un contrato o relación jurídica determinada
que ubica a ambas partes en una situación jerárquica. Ahora bien, en cuanto al estado de indefensión,
éste no tiene origen en la obligatoriedad que se deriva de un vínculo jurídico, sino en la situación de
ausencia o insuficiencia de medios físicos y jurídicos de defensa para resistir u oponerse a la agresión,
amenaza o vulneración de sus derechos fundamentales. La indefensión no puede ser, entonces,
analizada en abstracto, sino que requiere de un vínculo entre quien la alega y quien la genera, que
permita asegurar el nexo causal y la respectiva vulneración del derecho fundamental al debido
proceso.

Desde la óptica y siguiendo los lineamientos del garantismo y activismo de la Corte Constitucional de
Colombia, podemos decir que el derecho fundamental al debido proceso es exigible, tanto para las
entidades estatales y sus actuaciones, como también para los particulares, pues un Estado Social de
Derecho debe garantizar en toda relación jurídica unos parámetros mínimos que protejan a las
personas de actos arbitrarios e injustificados que atenten contra otros derechos fundamentales. Así, en
las relaciones laborales, incluso tratándose de empresas del sector privado, éstas no escapan del
ámbito de los principios contemplados en la Carta Política, y es por esto, que sus procedimientos
internos deben observar las reglas del debido proceso entre las cuales la jurisprudencia constitucional
exige; reglamentos públicos que sean de conocimiento de los trabajadores, sanciones previamente
establecidas y conocidas por quien es sancionado, criterios de selección objetivos y proporcionales
para el cargo al cual se aspira, el respeto del principio de igualdad y no discriminación para el acceso al
trabajo, entre otros.

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