Cine Independiente3
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Cine Independiente3
(Primera Parte)
Una de las controversias en la Historia del Cine, puede ser encontrada en los
orígenes del mismo, cuando el cinematógrafo, considerado un invento de
curiosidad y dominio burgués sin más aplicaciones que las científicas, pasa
ha convertirse poco tiempo después, en espectáculo de masas, orientado a
divertir a inmigrantes, obreros, artesanos, campesinos y a las nuevas clases
medias emergentes. Así, el cine se va desarrollando a partir de su
reconocimiento como arte, mercancía y medio de comunicación, tomando
distintos caminos de acuerdo a las características culturales y sociales de
cada país, consolidándose en aquellos con más poder económico y
estabilidad política.
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el monopolio de su industria cinematográfica. Aprovecha además la escasa
competencia en la producción de filmes, y la casi inexistente producción
cinematográfica en los llamados países del tercer mundo para consolidar,
unificar e imponerse en el mercado. Esto permite a su vez la reafirmación de
la cultura capitalista a través de la imagen en movimiento; trabajando en el
imaginario del espectador logra que éste reproduzca o aspire a los modos de
vida estadounidense, por lo tanto, consolidan su hegemonía cultural anulando
casi en su totalidad cualquier posibilidad de cuestionamiento al sistema. El
cine de este país al exportar su cultura, permite la apertura y consolidación de
mercados para la venta de una amplia gama de manufacturas made in USA.
Los filmes que se exhibían en nuestro país y el resto de los estados vecinos,
eran producidos en su mayoría por el consorcio familiar Lumière (Francia), en
competencia permanente con la empresa Edison Compañy, perteneciente a
Thomas Alva Edison (Estados Unidos). Estos reclutaban operadores para
recorrer el mundo en busca de vistas documentales de interés. Poco tiempo
después estos serían desplazados por las grandes casas productoras que
iban apareciendo, que dominarían el mercado global hasta principios de la
Primera Guerra Mundial y marcarían las reglas del juego para lo que hoy se
conoce como la industria del cine, todas ellas en su mayoría de procedencia
francesa (Pathé, Gaumont, Éclair).
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Esta falta de atención por parte de las autoridades bolivianas al tema
cinematográfico a lo largo del periodo precedente a la fundación del Instituto
Cinematográfico Boliviano, se debió según afirma el crítico de cine Pedro
Susz: “(a que) Bolivia vivía la traumática sensación de posguerra del Pacífico
de 1879, contienda en la que el país, aliado con el Perú, enfrentó a Chile,
perdiendo en definitiva todo acceso a las costas.
Considero que a los puntos que menciona Susz; sobre la lenta aparición y
consolidación de políticas de protección y fomento a la producción
cinematográfica boliviana, debiera aumentarse las consecuencias que trajo
consigo la Guerra Civil Federal Boliviana, (1898-1899), donde no sólo se
ahonda la crisis económica y moral de la nación, consecuencia de la derrota
en la Guerra del Pacifico, sino que se pone al descubierto aunque no se
acepta, la existencia de culturas originarias con sus propias formas de
organización, idiomas y creencias; pueblos que fueron hasta mediados del
siglo XX negados, sometidos y usados a capricho del poder neo colonial de la
republica oligarca, los mismos que irán en los próximos periodos históricos
definiendo de forma directa e indirecta el futuro del Estado Nacional.
1
Octavio Getino, "Las industrias culturales: entre el proteccionismo y la autosuficiencia", Iberoamérica,
Revista de cultura., número 4 - Junio-Septiembre 2003
2
Pedro Susz K. "Made in Spanish 98", libro publicado en el Festival de San Sebastián, España.
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sectores oligárquicos feudales y mineros herederos de la economía y cultura
colonial, estructuraron un Estado donde solo ellos podían representarse;
excluyendo de la vida social, política y económica a grandes sectores de la
población y por supuesto a los pueblos indígenas que para ese entonces
significaban el 51 % de la población boliviana.
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No es sino hasta 1952 donde las estructuras de poder cambiarán de dueño y
el cine cobrará un papel protagónico en la nueva sociedad boliviana.
Cine y Revolución
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Universalización de la educación
Modernización de la economía.
A partir de aquí, el cine llega por ejemplo, a los centros mineros bajo la
administración de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), que
contaba con una cantidad envidiable de 44 establecimientos
cinematográficos. En las ciudades capitales e intermedias se
consolidaban nuevos espacios de exhibición, además de los ya
existentes, se contaba con cines de barrio y cines móviles. De acuerdo a
los datos disponibles, en todo el territorio nacional, se logró contabilizar
entre los periodos comprendidos entre los años 60, 70 y principios de los
80 y aparte de las salas mineras, 240 espacios de exhibición, prueba por
demás, sobre el aparente impacto que tuvo la Revolución del 52 sobre el
cine y el cine sobre la vida de los ciudadanos.
Ocaso de un sueño
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Las contradicciones políticas no tardaron en llegar y el proceso
revolucionario comenzó su ocaso, abriendo camino a una serie de
dictaduras, a la total dependencia económica y política de los Estados
Unidos, corrupción y finalmente, la desarticulación de los movimientos
campesinos y obreros.
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Carlos d. Mesa Gisbert, “La aventura del cine boliviano”, Editorial Gisbert y CIA. S.A. 1985. p. 51.
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empresas cinematográficas. Estos sectores, a pesar de la Revolución,
seguirán asumiendo en la estructura familiar, modos de vida parecidos a los
de la derrotada oligarquía nacional, mismos que serán reproducidos en su
mundo social, cultural y en su relación con otros sectores y pueblos
indígenas, lo que definirá el nuevo panorama nacional en cuanto cine se
refiere.
El sueño había sido roto, entre las décadas de los 70 y los 80, el espectáculo
cinematográfico se fue concentrando en pocas manos, el apoyo Estatal a este
medio se diluyó por intereses políticos; la producción nacional era producto
del azar y el riesgo asumido por unos pocos cineastas. Las empresas de
exhibición y distribución cerraban sus puertas a la producción independiente y
concentraban sus esfuerzos en asegurar su inversión, Estados Unidos
consolidaba a través del cine su hegemonía cultural.
Referencias Bibliográficas
1. Werner Faulstich / Helmut Korte. Cien años de cine. Una historia del cine
en cien películas. Ed.Siglo XXI Editores, 1997.
2. Carlos d. Mesa Gisbert. La aventura del cine boliviano 1952-1985. ed.
Gisbert y CIA. S.A. La Paz, 1985.
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