Psicología Iberoamericana 1405-0943: Issn: Revista - Psicologia@ibero - MX

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Psicología Iberoamericana

ISSN: 1405-0943
[email protected]
Universidad Iberoamericana, Ciudad de
México
México

Díaz Rivera, Paola Eunice; Díaz Loving, Rolando; González Rivera, Ilse
VALIDACIÓN DE UNA ESCALA BREVE DE INDIVIDUALISMO-COLECTIVISMO
Psicología Iberoamericana, vol. 25, núm. 1, enero-junio, 2017, pp. 30-40
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=133957571004

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Psicología Iberoamericana (enero-junio, 2017), vol. 25, no. 1, pp. 30-40. issn 1405-0943

VALIDACIÓN DE UNA ESCALA BREVE DE


INDIVIDUALISMO-COLECTIVISMO
VALIDATION OF A BRIEF SCALE OF INDIVIDUALISM-COLLECTIVISM

Paola Eunice Díaz Rivera*


Rolando Díaz Loving**
Ilse González Rivera***
*Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México
**Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México
***Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

RESUMEN
El síndrome cultural individualismo-colectivismo ha sido muy utilizado en psicología para comparar los valores hu-
manos, los cuales pueden estar centrados en uno mismo o en los demás. Se ha sugerido que hay muchos tipos diferen-
tes de individualismo y colectivismo, por lo que se añaden los ejes de verticalidad y horizontalidad como principales
matices que hacen que este síndrome varíe de una cultura a otra. El objetivo del presente estudio fue validar la escala
de individualismo-colectivismo desarrollada por Triandis y Gelfand (1998) con sus respectivos ejes de horizontalidad
y verticalidad. El instrumento ha sido útil en otros contextos culturales, por lo que resulta relevante su adaptación a la
población mexicana para comparar con los resultados obtenidos en otras regiones. Asimismo, el instrumento presenta
la ventaja de ser breve. Los resultados muestran que la escala tiene indicadores adecuados de validez de constructo,
confiabilidad y relevancia, ya que permite comparaciones transculturales.
Palabras clave: individualismo-colectivismo, cultura, valores, psicología cultural

ABSTRACT
The individualism-collectivism cultural syndrome has been widely employed in psychology for comparing human values,
which can be centered on oneself or on others. It has been suggested that there are many different types of individualism and
collectivism, reason for which the axes of verticality and horizontality are added as the main nuances that make this syn-
drome vary from culture to culture. The object of this study was to validate the individualism-collectivism scale developed
by Triandis and Gelfand (1998) with their respective horizontality and verticality axes. The instrument has proven useful
in other cultural contexts, the reason that its adaptation to the Mexican people is useful for comparison against results
obtained in other regions. Moreover, the instrument’s brevity is an advantage. Results show that the scale has adequate
construct, reliability and relevance indicators as it allows for transcultural comparisons.
Keywords: individualism-collectivism, culture, values, cultural psychology

Fecha de recepción: 28 de marzo de 2016


Fecha de aceptación: 23 de octubre de 2016

Correo de contacto: [email protected]

30 | Psicología Iberoamericana | Paola Eunice Díaz Rivera · Rolando Díaz Loving · Ilse González Rivera
El ser humano se organiza en grupos porque le ha re- relaciones del individuo con el grupo pueden involu-
sultado adaptativo (Wilson, 1980). Sin el grupo, al indi- crar intercambios racionales (de costo-beneficio) o con
viduo le sería difícil realizar muchas de las actividades preocupaciones socioemocionales (Schwartz, 1990); y
que necesita para sobrevivir. Tan importante es perte- d) la importancia de las normas y la actitudes como
necer que se ha encontrado que el dolor de ser exclui- determinantes de la conducta social. En las culturas in-
do del grupo tiene bases neuronales similares al dolor dividualistas las actitudes son más importantes que las
físico (Eisenberger, Lieberman & Williams, 2003). Sin normas, mientras que en las culturas colectivistas se le
embargo, conforme las sociedades alcanzan bienestar da más peso a las normas (Kim, Triandis, Kâğitçibaşi,
y estabilidad los individuos pueden disminuir la impor- Choi & Yoon, 1994).
tancia que le dan a los grupos. Por el contrario, cuando El individualismo-colectivismo tiene repercusiones
las sociedades enfrentan vicisitudes (como crisis eco- palpables en los individuos y en el funcionamiento de
nómicas) el grupo puede volverse más importante. El las sociedades. Unos y otros se definen a sí mismos
individualismo-colectivismo es el constructo que refleja de forma diferente: las personas de contextos culturales
la interdependencia de un individuo con respecto a su individualistas, como Australia, Gran Bretaña o Cana-
grupo. Se define como el grado en el que las personas dá, se describen a sí mismos con adjetivos que reflejan
otorgan más peso a sus propios sentimientos, creencias y sus características inherentes (e. g. alto, delgado); mien-
metas (e. g., individualismo) o, por el contrario, mues- tras que la gente de contextos colectivistas como India,
tran más solidaridad y preocupación por los de su grupo Puerto Rico y Asia del Este tiene una mayor tendencia
(e. g., colectivismo) (Hui, 1988). a describirse indicando roles y pertenencias a un grupo
El individualismo-colectivismo ha dominado la (e. g. madre, hermana) (Heine, 2008). La gente de con-
investigación transcultural y es el constructo más apli- textos colectivistas (e. g. asiáticos del este) también sue-
cado para explicar y predecir diferencias culturales len percibirse muy similares a sus amigos y muy
(e. g., Oyserman, Coon & Kemmelmeier, 2002; Kagitci- diferentes a las personas que están fuera de su grupo
basi, 1997; Hofstede & Hofstede, 2001). En las culturas de pertenencia, mientras que personas de contextos
en donde predomina el colectivismo (principalmente individualistas (e. g. estadounidenses) se ven diferentes
Asia y África) el “yo” se define como un aspecto del a sí mismos de todos los demás, sin importar si son de
colectivo, y las metas personales se subordinan a las su propio grupo o no (Iyengar, Lepper & Ross, 1999).
metas del grupo (Triandis, 1996). En las culturas in­ También hay indicios que sugieren que la forma en
dividualistas el “yo” se define como independiente y la que individualistas y colectivistas se comunican e
autónomo del colectivo; por lo tanto, las metas per- interpretan las emociones es diferente. En un estudio,
sonales son más importantes. Se calcula el costo y mientras los japoneses atienden más el tono en el que
el beneficio de una relación y cuando el costo excede el se dice algo (e. g. triste) que el significado literal de lo
beneficio la relación se abandona. Esto sucede en espe- que se comunica, los estadounidenses parecen hacerlo al
cial en Estados Unidos y Europa (Hui & Triandis, 1986; revés (Kitayama & Ishii, 2002). Además de que los japo-
Triandis, 1990; Triandis et al., 1986; Triandis, Bontem- neses tienen mayores dificultades al dejar un mensaje en
po, Villareal, Asai & Lucca, 1988). una contestadora porque no reciben la retroalimenta-
Triandis (1995) especifica que los cuatro rasgos que ción no verbal que está presente en una conversación
conforman al constructo son: a) la definición del “yo”, telefónica (Miyamoto & Schwarz, 2006). En adición a
que puede hacer énfasis en los aspectos personales o esto, cuando se pide a japoneses y a estadounidenses
colectivos (Markus & Kitayama, 1991); b) las metas que juzguen si alguien está feliz en un contexto donde
personales, que pueden priorizar los intereses del endo- todos los demás no están felices, los japoneses dirán
grupo o viceversa; las personas de culturas individua- con mayor frecuencia que no está feliz, mientras que el
listas pueden tener metas diferentes a las del grupo, en estadounidense dirá que sí (Masuda et al., 2008). Lo
tanto que en culturas colectivistas por lo general se tie- anterior muestra que la felicidad tiene un significa-
nen metas compatibles con las del grupo (Miller, 1994); do diferente para colectivistas e individualistas, y por
c) el énfasis en las relaciones o en la racionalidad; las tanto consideran medios diferentes para alcanzarla. En

Psicología Iberoamericana | Validación de una escala breve de individualismo-colectivismo | 31


contextos de interdependencia (e. g. colectivistas) es cuando otros recursos escasean, las relaciones sociales
más importante mantener relaciones cercanas y armo- son un recurso importante para la consecución de ob-
niosas con los demás para ser feliz, en tanto que en con- jetivos (Levine, 2006).
textos de independencia (e. g. individualistas) son más
importantes los logros personales y mantener la auto- LA IMPORTANCIA DE LOS SÍNDROMES
estima alta (Kitayama, Mesquita & Karasawa, 2006). CULTURALES
La forma en la que los colectivistas interpretan las En la psicología ha resultado común que cuando se
emociones y cómo conceptualizan la felicidad podría postula una teoría se le recibe como universal. Esto
llevar a deducir que también se conforman (o se ali- es porque un sesgo humano común consiste en creer
nean) con más facilidad ante los otros. De forma con- que los demás ven al mundo de la forma en la que noso-
traria a lo esperado, distintos individuos de sociedades tros lo vemos. Una conducta descontextualizada puede
colectivistas puestos a prueba en el experimento clási- parecernos incluso “loca” (Wagner, Kello & Howarth,
co de Asch han resultado ser menos conformistas que 2015). Sin embargo, como propone Triandis (1995),
las personas de sociedades individualistas. Al parecer hay una distancia entre la psicología contemporánea
muestran menor conformidad porque el grupo en ese (que suele provenir de Occidente) y la psicología autóc-
momento es de extraños, aunque cuando se trata de tona (propia de cada región); y sólo al integrar ambas
gente de su grupo parecen mostrar más conformidad se puede hablar de una psicología universal. Para cu-
que los individualistas (Frager, 1970). Lo anterior nos brir la distancia entre la psicología contemporánea y
lleva a ver que la interdependencia no se muestra hacia la psicología autóctona son necesarios constructos que
cualquier individuo en los contextos colectivistas, sino indiquen cómo un fenómeno cambia de una psicología
a un grupo privilegiado (Heine, 2010). a otra (Triandis, 1993, 1995). Los síndromes culturales
Finalmente, el ritmo de vida también tiene una in- han sido los constructos que han acortado la brecha
fluencia cultural. Las culturas individualistas no sólo entre ambas psicologías. Se les ha definido como un
hacen un énfasis en el “yo” sino también en el logro, patrón de actitudes compartidas, creencias, actitudes,
por encima de la afiliación. El énfasis en el logro, por categorizaciones, autodefiniciones, normas, definicio-
lo general, estimula la mentalidad de “el tiempo es di- nes de roles y valores que se organizan en torno a un
nero”, que deriva en la urgencia de que cada momento tema (Triandis, 1993, 1994, 1995). El individualismo-
es valioso. Por el contrario, en algunas culturas colec- colectivismo ha sido el síndrome cultural más utilizado
tivistas, la urgencia del tiempo es vista con hostilidad en todo el mundo para comparar los valores humanos
(e. g. el pueblo Cabilio, o Kabyle, es una sociedad colecti- (que pueden estar centrados en uno mismo o en los
vista de Argelia que desprecia apresurarse en cualquier demás) (e. g., Oyserman, Coon & Kemmelmeier, 2002).
asunto social, ya que consideran que es una falta de
decoro combinada con ambición diabólica, por lo que MODELOS DEL INDIVIDUALISMO-
llaman al reloj “molino del diablo”). El ritmo de vida COLECTIVISMO
se refleja en múltiples aspectos de la vida cotidiana; Hay tres modelos para abordar el individualismo-co-
por ejemplo, cuando Robert Levine observó la rapidez lectivismo, los que han suscitado más investigación
de la velocidad al caminar (durante la hora pico mati- hasta la fecha. El primero fue propuesto por Hofstede
nal), la eficacia de una oficina de correos y la exactitud (1984), en conjunto con su in­vestigación sobre valores
de 15 diferentes relojes de banco seleccionados al azar en 40 países diferentes. Él considera al individualis-
en el centro de diferentes ciudades, encontró que entre mo como una dimensión de dos polos, donde en
mayor fuera el bienestar económico de un país y mayor un lado está la valoración de la independencia emocio-
su grado de industrialización, más rápido era el ritmo nal y la autonomía con respecto a cualquier grupo
de vida de ese lugar. Si se suma lo anterior al hallazgo de y organización. La ausencia de individualismo supon-
que los países individualistas suelen tener economías dría una dependencia emocional del resto de las perso-
más sanas, se puede comprender por qué los países con nas y un sentimiento de “nosotros”. El segundo modelo
crisis económicas se inclinan hacia el colectivismo: es propuesto por Schwartz (1990), quien tiene su

32 | Psicología Iberoamericana | Paola Eunice Díaz Rivera · Rolando Díaz Loving · Ilse González Rivera
principal foco de atención en los valores, los que define asumen que una persona es más o menos como la otra,
como metas transituacionales que varían en impor- mientras los verticales sitúan a un individuo como di-
tancia y que sirven como principios guía en la vida de ferente de otro. Al combinar el individualismo y el co-
las personas. Para él, hay valores que pueden ser de na- lectivismo con los ejes horizontal y vertical se obtienen
turaleza sólo individualista o colectivista, pero también cuatro patrones culturales distintos.
es posible encontrar valores que sirvan a ambos in­ La esencia del patrón colectivista horizontal es la
tereses. equidad; el individuo ve al self como un aspecto del en-
La tercera postura fue propuesta en inicio por dogrupo y los miembros del grupo son percibidos
Triandis et al. (1986), quienes exponen una visión bi- como similares entre ellos. En el colectivismo verti-
polar del individualismo-colectivismo, donde un indi- cal el self es un aspecto del endogrupo, pero dentro de
viduo puede sostener una u otra, pero no ambas. El él es diferente; algunos individuos tienen más estatus,
individualismo se caracteriza por valores como auto- la inequidad es aceptada. En el individualismo hori-
confianza, competición, distancia emocional de los en- zontal el sí mismo es postulado como autónomo, pero
dogrupos y hedonismo; mientras que el colectivismo se el individuo es más o menos igual a los otros. En el in-
conforma de valores como interdependencia, integri- dividualismo vertical el sí mismo es autónomo pero los
dad familiar y sociabilidad. A nivel social, las culturas individuos se ven diferentes entre ellos, por lo que se es-
individualistas tienden a valorar la autonomía y la in- pera inequidad (Singelis, Triandis, Bhawuk & Gelfand,
dependencia emocional del individuo en sus grupos 1995). Triandis (1995) sugiere que muchas órdenes
sociales, en tanto que las culturas colectivistas valoran monásticas y kibbutz (comunidades agrícolas israelíes)
la tradición heredada y la dependencia emocional entre son colectivistas horizontales; India y Grecia son colec-
los miembros del grupo (Gómez Jiménez & Martínez tivistas verticales; Suiza y Australia son individualis­tas
Sánchez, 2000). Más adelante el mismo Triandis (1995) horizontales, y los Estados Unidos de América y Fran-
propone que el individualismo y el colectivismo son cia son individualistas verticales. Estos patrones se ven
constructos politéticos, es decir que una cultura en par- reflejados de forma directa en cómo los individuos re-
ticular puede no poseer todos los rasgos para ser clasi- parten los recursos. Por ejemplo, los colectivistas hori-
ficada como colectivista o individualista, pero tender zontales comparten los recursos con el grupo, mientras
más a una que a otra. Esta especificación permite con- que los verticales en general reparten los recursos de
cebir que si bien el individualismo-colectivismo se de- acuerdo al estatus y de acuerdo a la contribución
limita en principio por cuatro atributos, puede ser de cada miembro; es decir, que entre más contribuyes
definido también por otras características adicionales más recibes. Por lo anterior, se asume que cada tipo de
para comprender mejor qué tipo de cultura se estudia. individualismo-colectivismo tiene un gobierno dife-
rente: los colectivistas verticales poseen un gobierno
Ejes del individualismo-colectivismo: comunista; los individualistas verticales poseen una de-
horizontalidad y verticalidad mocracia de mercado; los colectivistas horizontales po-
En línea con lo anterior, Triandis (1990, 1995) sugiere seen una vida comunal, mientras que los individualistas
que hay muchos tipos diferentes de individualismo y horizontales, un socialismo democrático (Fiske, 1992).
colectivismo: por ejemplo, el individualismo estadou-
nidense es diferente del suizo, y el colectivismo israelí El presente instrumento
es distinto del coreano. El cuestionamiento inmediato es: En el individualismo horizontal, la gente busca ser dife-
¿cómo medir entonces un constructo que si bien posee rente a otros grupos, tiene mucha confianza en sí mis-
semejanzas, tiene sus matices en cada región? Triandis ma, pero no está interesada en diferenciarse mucho de
y Gelfand (1998) señalan que la verticalidad (que hace otros individuos y tampoco en tener un estatus alto. En
énfasis en las jerarquías) y la horizontalidad (que acen- contraste, en el individualismo vertical la gente sí está
túa la igualdad) son las dos principales característi- interesada en distinguirse de los otros y adquirir esta-
cas que hacen que el individualismo y el colectivismo tus, y lo hacen a través de la competencia individual.
varíen de una cultura a otra. Los patrones horizontales Buscan ser los mejores. En el colectivismo horizontal

Psicología Iberoamericana | Validación de una escala breve de individualismo-colectivismo | 33


el individuo se ve similar a los demás, enfatiza metas Gelfand (1998) y probado en las poblaciones estadou-
comunes con los otros, interdependencia y sociabi- nidense y coreana. El instrumento original contiene 16
lidad, pero no se somete con facilidad a la autoridad. reactivos conformados en cuatro factores. El primer
En cambio, en el colectivismo vertical la gente acentúa factor es de individualismo horizontal (e. g. “Prefiero
la importancia del endogrupo, está dispuesta a sacrifi- depender de mí mismo que de otros”); el segundo, de
car sus intereses personales por el bien de éste y apo- individualismo vertical (e. g. “Es importante para mí
ya competencias del endogrupo con el exogrupo. Los hacer el trabajo mejor que los demás”); el tercero, de co-
individuos se someten a la autoridad, incluso cuando lectivismo horizontal (e. g. “Me siento bien cuando
sus órdenes les resulten en extremo desagradables, si es coopero con los demás”); el cuarto, de colectivismo
que éstas benefician al endogrupo (Triandis & Gelfand, vertical (e. g. “Las familias deben estar unidas sin im-
1998). Esta clasificación es el eco de otras propuestas portar los sacrificios”). El formato de respuesta utiliza-
previamente por Fiske (1992), Rokeach (1973) y Singe- do fue tipo likert pictográfico de cinco puntos.
lis et al. (1995), quienes también han examinado varia-
ciones en los patrones culturales. Procedimiento
Por supuesto, el cuestionamiento siguiente es qué Se aplicó el instrumento de manera voluntaria en zonas
tan bien encajan estas clasificaciones con la realidad. aledañas a escuelas preparatorias de la Ciudad de Mé-
Un instrumento de 32 reactivos (8 para cada dimen- xico. Se aseguró el anonimato y confidencialidad de las
sión) mostró que esta estructura se encuentra en respuestas obtenidas.
Estados Unidos (Singelis et al., 1995). Más adelante,
Triandis y Gelfand (1998) realizaron un estudio con un Resultados
instrumento inicial de 28 reactivos (7 para cada fac- Una vez obtenidos los resultados se siguió el procedi-
tor), con ello evidenciaron que en Corea (una cultura miento para validación de instrumentos de Reyes La-
no occidental) también se encuentra esta estructura. gunes y García Barragán (2008), el cual ha mostrado
En el presente estudio se validó el instrumento utili- ser una opción metodológica confiable (e. g. López
zado por Triandis y Gelfand (1998) con el propósito Suárez, Reyes Lagunes & Uribe Prado, 2011). Para ve-
de buscar evidencia de que los constructos son útiles rificar que la cantidad de opciones de respuesta fuera
para la población mexicana y con el objetivo de con- la adecuada, se verificó que la frecuencia de respuesta
tar con una forma breve y útil de medir el individua- para cada opción haya sido mayor a cero. Se encontró
lismo-colectivismo con sus dos ejes adicionales: el que así fue para los 16 reactivos de la escala. En cuanto
horizontal y el vertical. al tipo de distribución (normal vs. sesgada) de cada va-
riable, se encontró que siete de los reactivos tenían una
MÉTODO distribución anormal (1, 4, 9, 10, 12, 13 y 16), mientras
que los demás mostraron una distribución normal (ver
Participantes Tabla 1).
Se contó con las respuestas voluntarias y anónimas de Para saber si todos los reactivos discriminaban en-
285 participantes, de los cuales 43.8% fueron hombres tre los que habían obtenido altas puntuaciones en co-
y 56.1% mujeres. Tenían un rango de edad entre los lectivismo e individualismo y los que habían obtenido
14 y los 50 años (m=19.99, de=4.38). En cuanto a su bajas, se realizaron grupos con altas y bajas puntuacio-
escolaridad, la mayor parte de ellos contaba con la nes en estas dimensiones con base en los percentiles 25
preparatoria (46.6%) o con licenciatura (39.8%), el res- y 75. Después se realizaron pruebas t de Student para
to tenía estudios de primaria (2.6%), secundaria (9%) muestras independientes. Se encontró que todos los
o posgrado (1.9%). reactivos discriminaron entre los grupos altos y bajos.
Para observar la direccionalidad de los reactivos se
Instrumento realizaron tablas de contingencia entre los grupos altos
Mediante el procedimiento de traducción-retraducción y bajos y los 16 reactivos. Se verificó que el grupo con
se adaptó el instrumento desarrollado por Triandis y puntaje bajo tuviera mayor frecuencia en las opciones

34 | Psicología Iberoamericana | Paola Eunice Díaz Rivera · Rolando Díaz Loving · Ilse González Rivera
de menor valor (e. g. 1 y 2) y ninguna o muy pocas en confiabilidad de la subescala, se procedió a calcular
las de mayor valor (e. g. 4 y 5). Como se puede observar la confiabilidad de las subescalas del instrumento me-
en la Tabla 1, sólo la mitad de los reactivos muestran la diante el Alpha de Cronbach. Se encontró que ninguno
direccionalidad que marcaría la teoría. de los reactivos incrementaba el alpha total de la subes-
Con el objetivo de eliminar los reactivos que tuvieran cala al ser eliminados, por lo que se conservaron todos
poca relación con los demás y, por ende, disminuyeran la los reactivos (Tabla 1).

Tabla 1
Características psicométricas por reactivo

Sub-
Reactivo M DE Sesgo Curtosis t α Decisión
escala

1. Prefiero depender 3.86 1.23 -0.781 -0.52 t(147.9)=-6.03, sí Incluido


de mí mismo que de p<0.001
otros

2. Me valgo de mí 3.67 1.056 -0.292 -0.837 t(131.955)=- sí Eliminado


Individualismo Horizontal

mismo la mayor 8.357,p<0.001


parte del tiempo, casi
nunca dependo de
otros

3. Casi siempre hago lo 3.38 1.08 -0.217 -0.521 t(160)=-7.444, sí Incluido


que quiero p<0.001

4. Sin importar los 4.01 1.048 -0.92 0.247 t(108.257)=-8.190, sí Incluido


demás, mi identidad p<0.001
personal es muy
importante para mí

5. Es importante para mí 3.33 1.185 -0.292 -0.716 t(144.369)=.- sí Eliminado


hacer el trabajo mejor 11.347, p<0.001
que el de los demás
Individualismo Vertical

6. Ganar es todo 2.9 1.31 0.086 -1.025 t(160)=-11.037, sí Incluido


p<0.001

7. Competir es la ley de 3.21 1.315 -0.182 -1.047 t(146.460)=- sí Incluido


la naturaleza 11.070, p<0.001

8. Cuando otra persona 2.79 1.28 0.187 -1.003 t(153.473)=-.6429, sí Incluido


hace las cosas mejor p<0.001
que yo, me pongo
tenso

9. Si un compañero
t(108.920)=-
ganara un premio, yo 3.84 1.128 -0.858 0.082 sí Incluido
Colectivismo

10.399, p<0.001
Horizontal

me sentiría orgulloso

10. El bienestar de mis


t(106.379)=-
compañeros es 3.65 1.08 -0.659 -0.026 sí Incluido
11.537, p<0.001
importante para mí

Psicología Iberoamericana | Validación de una escala breve de individualismo-colectivismo | 35


Sub-
Reactivo M DE Sesgo Curtosis t α Decisión
escala

11. P
 ara mí, placer es
t(146.220)=-5.678,
pasar tiempo con 3.39 1.1 -0.276 -0.585 sí Eliminado
Colectivismo

p<0.001
Horizontal

otros

12. M
 e siento bien
t(109.649)=-
cuando coopero con 3.97 1.054 -1.033 0.634 sí Incluido
10.803, p<0.001
los demás

13. P
 adres e hijos
t(111.363)=-
deberían estar juntos 3.64 1.172 -0.576 -0.436 sí Incluido
12.411, p<0.001
lo más posible

14. E s mi obligación
cuidar a mi familia,
t(140.340)=-9.771,
Colectivismo Vertical

incluso si tengo que 3.34 1.219 -0.276 -0.82 sí Incluido


p<0.001
sacrificar lo que
quiero

15. L as familias deben


t(150)=-10.353,
estar unidas sin 3.33 1.44 -0.264 -1.263 sí Incluido
p<0.001
importar los sacrificios

16. E s importante para mí


respetar las decisiones
t(121.934)=-
que se toman en 3.81 1.063 -0.773 0.099 sí Eliminado
10.396, p<0.001
los grupos a los que
pertenezco

Para corroborar la validez de constructo del instru- reactivos 2, 5, 11 y 16 porque tenían cargas factoriales
mento, se realizó un análisis factorial de componen- menores a 0.40 y cargaban en factores separados.
tes principales (ver Tabla 2). Debido a que en ambas El instrumento en general tuvo una confiabilidad
subescalas la correlación entre reactivos fue de media- aceptable α=0.681. En cuanto a las medias obtenidas
na a baja, se empleó la rotación ortogonal. El análisis para cada factor, se encontró que las medias más altas
arrojó una estructura factorial de cuatro componentes, son para colectivismo e individualismo horizontal, al
con indicadores adecuados [kmo=0.629 y Bartlett’s tener medias muy cercanas. Es decir, que esta muestra
(66)=597.987, p<0.001] con una varianza explicada de en particular se identifica más con las dimensiones ho-
59.920%. El primer factor mide colectivismo horizontal, rizontales que con las verticales.
compuesto por los reactivos 9, 10 y 12 (e. g. “Me sien- Finalmente, se realizaron correlaciones producto
to bien cuando coopero con los demás”); el segundo momento de Pearson entre los diferentes factores del
(reactivos 13, 15 y 14), que habla de colectivismo verti- individualismo-colectivismo, encontrando que el co-
cal (e. g. “Las familias deben estar unidas sin importar lectivismo horizontal tiene una correlación positiva
los sacrificios”); el tercero (reactivos 6, 7 y 8), que tiene moderada con el colectivismo vertical (r=0.227), al
ítems de individualismo vertical (e. g. “Ganar es todo”) igual que el colectivismo horizontal con el individua-
y el cuarto (reactivos 1, 3 y 4), que contiene reactivos lismo horizontal (r=117). Esto también contribuye a la
de individualismo horizontal (e. g. “Prefiero depender de idea de que no son dimensiones por completo separa-
mí mismo que de otros”). Del análisis se excluyeron los das que puedan presentarse en un mismo individuo.

36 | Psicología Iberoamericana | Paola Eunice Díaz Rivera · Rolando Díaz Loving · Ilse González Rivera
Tabla 2
Análisis Factorial de Componentes Principales

kmo=0.629, Bartlett´s (66)= 597.987, p<0.001


Factor 1 2 3 4
Nombre Colectivismo Colectivismo Individualismo Individualismo
Horizontal Vertical Vertical Horizontal
Hotelling 21.461 24.176 22.160 56.913

F (2,283)= (2,283)= (2,283)= (2,283)=


10.693** 12.045** 11.041** 28.357**
Media 11.45 10.31 8.89 11.25

Desviación estándar 2.577 2.939 2.995 2.415

% Varianza explicada 16.087% 15.395% 15.226% 13.212%

Confiabilidad α=0.698 α=0.643 α=0.647 α=0.513

9. Si un compañero ganara un premio, yo 0.839


me sentiría orgulloso

10. El bienestar de mis compañeros es 0.749


importante para mí

12. Me siento bien cuando coopero con 0.746


los demás

13. Padres e hijos deberían estar juntos lo 0.828


más posible

15. Las familias deben estar unidas sin 0.750


importar los sacrificios

14. Es mi obligación cuidar a mi familia, 0.657


incluso si tengo que sacrificar lo que
quiero

6. Ganar es todo 0.816

7. Competir es la ley de la naturaleza 0.744

8. Cuando otra persona hace las cosas 0.691


mejor que yo, me pongo tenso

1. Prefiero depender de mí mismo que 0.799


de otros

4. Sin importar los demás, mi identidad 0.686


personal es muy importante para mí

3. Casi siempre hago lo que quiero 0.592

** p<0.001

DISCUSIÓN colectivismo con sus respectivos ejes de horizontalidad


En este estudio se buscó validar el instrumento creado y verticalidad. En general, la muestra se identificó mucho
por Triandis y Gelfand (1998) de individualismo- más con las dimensiones horizontales, principalmente

Psicología Iberoamericana | Validación de una escala breve de individualismo-colectivismo | 37


con el colectivismo horizontal. De acuerdo con los re- al., 2009). En lugar de pedirle a los participantes que
sultados encontrados, el análisis factorial muestra una reporten su grado de acuerdo con una declaración, se
estructura conforme con la teoría. Lo anterior es evi- les pide que reporten las características que tienen la
dencia de validez de constructo. En cuanto a la confia- mayoría de los miembros del grupo. Así se capturan las
bilidad del instrumento, es probable que no se hayan percepciones colectivas y experiencias (e. g. “La mayor
encontrado correlaciones altas entre los reactivos, debi- parte de la gente disfruta siendo diferente de los otros”).
do a que se trata de un instrumento breve. Como Si bien es una aproximación que está inclinada más a la
Cronbach (1990) señala, entre más amplio sea el cons- medición de las normas, lo que podría representar una
tructo, más baja es la confiabilidad. Para obtener medi- ventaja, aún se necesita saber qué tan precisas son estas
das con confiabilidades más altas se recomienda utilizar normas percibidas para predecir la conducta y explicar
el presente instrumento como base y aumentar el nú- por qué las personas perciben de forma diferente las
mero de reactivos. normas de un mismo grupo.
La Psicología fue desarrollada en su mayoría en El individualismo-colectivismo es el síndrome cul-
Europa y Estados Unidos, países que han sido caracte- tural más estudiado cuando se busca acortar la bre-
rizados como individualistas. Sin embargo, Occidente cha entre la psicología contemporánea y la psicología
consiste en 28% de la humanidad, el resto está en otras autóctona. Han sido muchos los intentos por medir
partes del mundo (y en otras culturas) (Singelis et este constructo (e. g. Hofstede, 1980), sin embargo,
al., 1995). Así, la investigación transcultural toma aún como ocurre con muchas variables psicológicas, ha
más sentido en las culturas colectivistas, de las que se sido difícil construir un instrumento válido y confiable.
sabe menos. La investigación previa ha conceptualizado Utilizar instrumentos creados en específico en una re-
al individualismo-colectivismo como bipolar (Hofste- gión provee la ventaja de ser culturalmente relevantes,
de, 1980) o independiente (Triandis, 1995). El presente sin embargo, el utilizar medidas que se empleen a nivel
estudio (hecho en una cultura clasificada como colec- internacional permite hacer comparaciones con otras
tivista) muestra evidencia de que el individualismo no regiones, lo cual a la larga posibilita hacer abstracciones
es por completo independiente del colectivismo, lo que más generales sobre las variables psicológicas. Por lo
contribuye a la idea de que las culturas no son puras. anterior, optar por instrumentos que permitan hacer
Por el contrario, los individuos exhiben cada uno de comparaciones entre culturas puede resultar en una
estos patrones en tiempos y formas diferentes (Singe- aportación para la construcción de una psicología ge-
lis & Brown, 1995). Por facilidad se ha postulado que neral. Con el presente instrumento es posible hacer ta-
en los países predominan ciertos rasgos (colectivistas les comparaciones.
o individualistas), como si fueran rasgos perdurables a
través de las situaciones e independientes del contexto. REFERENCIAS
Para comprender mejor cada cultura, un paso puede Casullo, M. M. (1999). La evaluación psicológica: Mo-
ser describir los contextos bajo los que un individuo delos, técnicas y contexto sociocultural. Revista Ibe-
dentro de cada cultura opta por seguir sus propios de- roamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica.
seos o inclinarse por los del grupo. 1 (1), 97-113.
En cualquiera de sus aplicaciones, la evaluación Cronbach, L. J. (1990). Essentials of psychological testing.
psicológica supone analizar los diferentes comporta- New York: Harper & Row.
mientos con la finalidad de explicarlos (Casullo, 1999), Eisenberger, N. I., Lieberman, M. D. & Williams, K. D.
lo cual lleva a diversificar las medidas utilizadas. Por lo (2003). Does rejection hurt? An fmri study of social
mismo, continúa resultando importante, para abordar exclusion. Science, 302 (5643), 290-292.
de manera íntegra el constructo de individualismo- Fischer, R., Ferreira, M. C., Assmar, E., Redford, P. et al.
colectivismo, contar con medidas adicionales a las pro- (2009). Individualism-collectivism as Descriptive
porcionadas de manera subjetiva por los participantes. Norms Development of a Subjective Norm Approach
Recientemente se han probado formas diferentes de to Culture Measurement. Journal of Cross-Cultural
aproximarse al individualismo-colectivismo (Fischer et Psychology, 40 (2), 187-213.

38 | Psicología Iberoamericana | Paola Eunice Díaz Rivera · Rolando Díaz Loving · Ilse González Rivera
Fiske, A. (1992). Four elementary forms of sociality: Kitayama, S., Mesquita, B. & Karasawa, M. (2006). Cul-
Framework for a unified theory of social relations. tural affordances and emotional experience: socially
Psychological Review, 99, 689-723. engaging and disengaging emotions in Japan and the
Frager, R. (1970). Conformity and anticonformity in Ja- United States. Journal of personality and social psycho-
pan. Journal of Personality and Social Psychology, logy, 91 (5), 890.
15 (3), 203. Levine, R. (2006). Una geografía del tiempo. Buenos Aires.
Gómez Jiménez, A. & Martínez Sánchez E. (2000). Impli- Siglo XXI Editores.
caciones del modelo de valores de Schwartz para el López Suárez, A. D., Reyes Lagunes, I. & Uribe Prado, J. F.
estudio del individualismo y el colectivismo. Discu- (2011). Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Eva-
sión de algunos datos obtenidos en muestras españo- luación Psicológica. 31 (1).
las. Revista de Psicología General y Aplicada, 53 (2), Markus, H. R. & Kitayama, S. (1991). Culture and the self:
279-301. Implications for cognition, emotion, and motivation.
Heine, S. J. (2010) Cultural psychology. En S. T. Fiske, D. Psychological review, 98 (2), 224.
T. Gilbert & L. Gardner. (eds). Handbook of Social Masuda, T., Ellsworth, P. C., Mesquita, B., Leu, J., Tanida,
Psychology (1423-1464). usa: John Wiley & Sons. S. & Van de Veerdonk, E. (2008). Placing the face in
Heine, S. J. (2008). Cultural psychology. Nueva York: context: cultural differences in the perception of fa-
W. W. Norton. cial emotion. Journal of personality and social psychol-
Hofstede, G. (1980). Culture and organizations. Interna- ogy, 94 (3), 365.
tional Studies of Management & Organization, 10 (4), Miller, J. G. (1994). Cultural diversity in the morality of
15-41. caring: Individually oriented versus duty-based inter-
Hofstede, G. (1984). The cultural relativity of the quality personal moral codes. Cross-Cultural Research, 28 (1),
of life concept. Academy of Management review, 9 (3), 3-39.
389-398. Miyamoto, Y. & Schwarz, N. (2006). When conveying a
Hofstede, G. H. & Hofstede, G. (2001). Culture’s conse- message may hurt the relationship: Cultural diffe­
quences: Comparing values, behaviors, institutions and rences in the difficulty of using and answering ma-
organizations across nations. California: Sage. chine. Journal of Experimental Social Psychology, 42,
Hui, C. H. (1988). Measurement of individualism-collec- 540-547.
tivism. Journal of research in personality, 22 (1), 17-36. Oyserman, D., Coon, H. M, & Kemmelmeier, M. (2002).
Hui, C. H. & Triandis, H. C. (1986). Individualism-collec- Rethinking individualism and collectivism: Evalua-
tivism: A study of cross-cultural researchers. Journal tion of theoretical assumptions and meta-analyses.
of Cross-Cultural Psychology, 17, 225-248. Psychological bulletin, 128 (1), 3.
Iyengar, S. S., Lepper, M. R. & Ross, L. (1999). Indepen- Reyes Lagunes, I. & García Barragán, L. F. (2008). Proce-
dence from whom? Interdependence with whom? dimiento de validación psicométrica culturalmente
Cultural perspectives on ingroups versus outgroups. relevante: un ejemplo. La Psicología Social en México,
En D. Miller & D. Prentice (eds.), Culture divides: Un- xii (87), 625-630. México: Amepso.
derstanding and overcoming group conflict (pp. 273- Rokeach, M. (1973). The nature of human values. New
301). New York: Sage. York: Free Press.
Kagitcibasi, C. (1997). Individualism and collectivism. Schwartz, S. H. (1990). Individualism-collectivism cri-
Handbook of cross-cultural psychology, 3, 1-49. tique and proposed refinements. Journal of cross-cul-
Kim, U. E., Triandis, H. C., Kâğitçibaşi, Ç. E., Choi, S. tural psychology, 21 (2), 139-157.
C. E. & Yoon, G. E. (1994). Individualism and collec- Singelis, T. M. & Brown, W. J. (1995). Culture, self, and
tivism: Theory, method, and applications. California: collectivist communication: Linking culture to indi-
Sage. vidual behavior. Human Communication Research,
Kitayama, S. & Ishii, K. (2002). Word and voice: Sponta- 21, 354-389.
neous attention to emotional utterances in two lan- Singelis, T. M., Triandis, H. C., Bhawuk, D. P. & Gelfand,
guages. Cognition & Emotion, 16 (1), 29-59. M. J. (1995). Horizontal and vertical dimensions of

Psicología Iberoamericana | Validación de una escala breve de individualismo-colectivismo | 39


individualism and collectivism: A theoretical and Triandis, H. C. (1995). Individualism and collectivism.
measurement refinement. Cross-cultural research, Boulder, co: Westview Press.
29 (3), 240-275. Triandis, H. C. (1996). The psychological measurement of
Triandis, H. C., Bontempo, R., Betancourt, H., Bond, M. cultural syndromes. American Psychologist, 51, 407-
et al. (1986). The measurement of ethic aspects of in- 415.
dividualism and collectivism across cultures. Austra- Triandis, H. C. & Gelfand, M. J. (1998). Converging mea-
lian Journal of Psychology, 38, 257-267. surement of horizontal and vertical individualism
Triandis, H. C., Bontempo, R., Villareal, M. J., Asai, M. and collectivism. Journal of personality and social
& Lucca, N. (1988). Individualism and collectivism: psychology, 74 (1), 118.
Cross-cultural perspectives on self-ingroup relation- Wagner, W., Kello, K., & Howarth, C. (2015). “Are They
ships. Journal of Personality and Social Psychology, 54, Crazy?” Social Representations, Conformism, and
323-338. Behavior. Journal of Cross-Cultural Psychology,
Triandis, H. C. (1990). Cross-cultural studies of individua­ 46 (10), 1295-1297.
lism and collectivism. En J. Berman (ed.), Nebraska Wilson, E. O. (1980). Sociobiología: la nueva síntesis. Bar-
Symposium on Motivation, 1989 (pp. 41-133). Lin- celona: Omega
coln: University of Nebraska Press.
Triandis, H. C. (1993). Collectivism and individualism as
cultural syndromes. Cross-cultural research, 27(3-4),
155-180.
Triandis, H. C. (1994). Culture and social behavior. Nueva
York: McGraw-Hill.

40 | Psicología Iberoamericana | Paola Eunice Díaz Rivera · Rolando Díaz Loving · Ilse González Rivera

También podría gustarte