Bizcocho Casero

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Bizcocho casero: descubre los

trucos para que salga esponjoso


A la hora de elaborar bizcochos caseros, los puntos más
importantes a tener en cuenta para que nos salgan
esponjosos son: los ingredientes, la masa, el horneado y la
conservación.

Cuántas veces me ha pasado que, después de dedicar tiempo y ganas a elaborar


la masa de mis bizcochos, del horno ha salido un mazacote incomible o un
bizcocho de buen aspecto pero crudo en su interior. Qué rabia he sentido. Sin
embargo, después de muchos años horneando bizcochos caseros, he descubierto
los trucos para que me salgan esponjosos.

Para evitar que, en la medida de lo posible, esto os ocurra a vosotros, os cuento


los trucos para que consigáis que vuestros bizcochos caseros salgan esponjosos y
perfectos. Todos ellos, fruto de la práctica y de la propia experiencia. Espero que
os sirvan o que, al menos, los podáis tomar como referencia para adaptarlos a
vuestras cocinas.

Los ingredientes
Antes de arrancar, hay que tener disponibles todos los ingredientes pesados con
exactitud. La pastelería es una ciencia exacta y da poco lugar a variación. No es
como la cocina, en la que podemos funcionar a ojo y obtener buenos resultados.
No es de extrañar que, en pastelería profesional, a las recetas se las llame
fórmulas.

Los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, a no ser que la receta o


fórmula indique lo contrario, para evitar que la masa se corte en algún momento
del batido. Para ello, sacamos todo lo necesario del frigorífico un rato antes de
comenzar la elaboración.

El tamaño de los huevos es importante. Por lo general, si la receta no indica nada,


la referencia es la de huevos tamaño M, cuyo peso oscila entre 55 y 65 gramos
por unidad. Si no disponemos de huevos tamaño M, deberemos traducir a gramos
la cantidad requerida y pesar el huevo del que dispongamos. Así evitaremos
agregar más líquido del necesario a nuestras masas.

Agregar sal a la mezcla, en una pequeñísima cantidad, ayuda a realzar el sabor


de los dulces y, en este caso, de los bizcochos. Una pizca de sal mezclada con la
harina, será bienvenida. Pero también podemos prescindir de ella si nuestro
bizcocho requiere mantequilla y utilizamos la que contiene sal.

Si nuestro bizcocho es de chocolate o de cacao, otro ingrediente que ayuda a


potenciar el sabor final es el café. Es increíble lo que una cucharada de expresso
puede provocar en la masa. Menudo resultado.
Convertir una receta de bizcocho de huevo en otra de bizcocho de chocolate, no
tenemos más que agregar cacao en polvo y ajustar la cantidad de harina para
compensar. Es decir, si añadimos 80 gramos de cacao a la masa, tenemos que
restar 80 gramos de harina. Mezclamos ambos ingredientes y los añadimos
juntos a la masa.

El tipo de harina a utilizar es harina de trigo común. Hay muchas mezclas que
añaden impulsor químico a la harina y la comercializan como harina para
bizcochos, lo que evita tener que agregar el impulsor después. No obstante, mi
recomendación es utilizar harina de trigo e impulsor de manera separada, así
controlamos la cantidad que usamos de este último.

El impulsor químico es lo que, popularmente, denominamos y conocemos como


levadura Royal. Es el ingrediente correcto para elaborar bizcochos, puesto que
reacciona con el calor durante el horneado. No debemos confundirlo nunca con la
levadura de panadería (ya sea fresca o seca). Su uso es opcional.

Aromatizar la masa es recomendable para dar un toque de sabor sutil a los


bizcochos. Utilizad esencias, como la de vainilla, o ralladuras de limón, naranja o
lima. Dejad secar las pieles de estas frutas (sin nada de blanco) y pulverízalas
con una batidora eléctrica. Aguantan en perfecto estado durante mucho tiempo y
son unos maravillosos saborizantes naturales.

La masa
La masa para un bizcocho casero esponjoso tiene que contener mucho aire. Esto
lo conseguirmos con un batido adecuado que puede hacerse con los huevos
enteros, junto con el azúcar, o con los huevos separados, yemas y azúcar por un
lado y claras por otro. La diferencia es inapreciable en el resultado final, que no el
proceso.

Batir los huevos enteros con el azúcar es un poco trabajoso, cuesta más
montarlos e incorporar en ellos el aire necesario. Si los batimos cerca de una
fuente de calor o, incluso, dentro de un cuenco sobre una cacerola de agua
caliente, el proceso se acelera y el resultado es excelente. Cuando la masa haya
triplicado su volúmen y se haya vuelto blanquecina, podemos dejar de batir.

La incorporación de aire en la masa también se realiza mediante el tamizado de


la harina, o de la harina junto con el cacao en el caso de los bizcochos de
chocolate. Si realizamos este paso correctamente, no será necesario utilizar
impulsor químico. No obstante, si optamos por usarlo, lo tamizamos también
junto con la harina.

Es conveniente agregar la harina al huevo batido de forma inmediata, para que


no se pierda el aire incorporado, así como remover con mucha suavidad y lo
menos posible. Lo mejor es hacerlo de poco en poco, removiendo de abajo hacia
arriba con una lengua, y no agregar más harina hasta que la anterior no se haya
incorporado del todo y no queden grumos.

El horneado
Una vez lista la masa, no se admiten esperas y hay que hornear el bizcocho
inmediatamente. Para ello, deberemos tener nuestro molde preparado y el horno
a la temperatura adecuada. Para que la masa no se pegue al molde, lo untamos
con mantequilla y lo espolvoreamos con harina, retirando el exceso golpeándolo,
con suavidad, boca abajo.

Podemos transferir la masa al molde ayudándomos de una manga pastelera, así


conseguiremos que quede bien repartida por toda la superficie. Esto es
importante si vamos a utilizar una placa de horno y a elaborar una plancha de
bizcocho, pero no es necesario en el caso de los moldes tradicionales.

Generalmente, la temperatura adecuada del horno es de 180ºC, viniendo el calor


de las partes superior e inferior por igual. El uso de aire o turbo es opcional, pero
si se usa hay que ajustar la temperatura reduciéndola unos 10ºC. El mejor lugar
para hornear el bizcocho es el centro del horno y si está colocado sobre una
bandeja, mucho mejor que sobre una rejilla. Así le llegará el calor de igual
manera por todos sus lados.

Dicho esto, cada horno es un mundo y estas son las indicaciones que yo uso con
el mío. Es importante experimentar con los vuestros para dar con la temperatura,
posición y altura que funcionan con los vuestros. Como referencia os diré que un
bizcocho que sube sólo por los lados, necesita más calor, y que un bizcocho que
sube excesivamente por el centro, necesita menos calor.

Una de las reglas de oro del horneado de bizcochos es la de no abrir el horno


durante el proceso, al menos durante las 2/3 partes del tiempo de cocción
requerido. Transcurrido este tiempo, es perfectamente seguro abrir la puerta del
horno para comprobar el punto de cocción o para cubrir con papel de aluminio si
la superficie se dora en exceso.

En cuanto al tiempo de cocción o de horneado, este es clave para que nuestros


bizcochos caseros no se sequen en exceso. Por regla general, hay que hornear
siete minutos por cada centímetro de grosor de la masa. En caso de hornear
bizcochos de chocolate, el tiempo de horneado aumenta a 10 minutos. No
obstante, siempre debemos seguir las indicaciones de la receta.

La conservación
Una vez cocido el bizcocho, transferimos el molde a una rejilla de enfriado y
dejamos que se atempere antes de manipularlo o desmoldarlo. Con esto nos
aseguramos de que la miga se asienta y no se nos desmoronará al cortarlo.

Uno de mis trucos preferidos para conseguir que mis bizcochos caseros estén
jugosos es el de introducirlo, en caliente, dentro de una bolsa de plástico, bien
cerrada, y dejar que se enfríe en su interior. De esta manera, se genera un vapor
dentro de la bolsa que el bizcocho absorbe y el resultado es una miga jugosísima.

Cuando nuestro bizcocho casero esté bien frío, podemos conservarlo dentro de
un recipiente hermético, así evitamos que endurezca. Aunque esto sólo ocurre en
caso de que haya sobras, fenómeno extraño en mi casa con dos zampa bizcochos
como los que tengo por hijos deseando hincarle el diente.

No te pierdas la sección especial de Recetario Informe21


Receta de bizcocho de claras de huevo
(receta de aprovechamiento)
Cómo preparar un bizcocho de claras. Receta fácil paso a paso. Para
aprovechar las claras sobrantes o para personas con restricciones en su
dieta.

Hay muchas recetas, como la crema catalana, que requieren únicamente


las yemas de huevo. ¿Y qué se puede con las claras? ¿Las tiramos? ¡No! ¡Ni
se os ocurra! Se les puede sacar un buen partido, pues hay muchas recetas
bien ricas que se pueden hacer sólo con claras, como unas tortitas para el
desayuno, merengues al horno, o, incluso, macarons, considerados por
algunos como “el summum de la repostería refinada”. Yo quiero comenzar por
algo más humilde y contaros la receta del bizcocho de claras de huevo.

¿Quieres saber cómo preparar un bizcocho de


claras de huevo?
Sí, se trata de un bizcocho sin yemas. El resultado es bastante aceptable y,
aunque pueda parecer lo contrario, el bizcocho de claras de huevo
queda esponjoso. ¡Ah! Y sabed que si no tenéis tiempo de utilizar las claras
en el momento, las podéis guardar en la nevera para el día siguiente o
directamente al congelador. ¡Aquí no se tira nada!
Aquí está la receta:

Receta de bizcocho de claras de huevo (receta de


aprovechamiento)
Valoración:
Personas: 6-8 Tiempo: 1h Dificultad: Fácil
Ingredientes
 150 g de claras de huevo (5 ó 6)
 100 g de harina
 80 g de azúcar
 1 limón
 1 vaina de vainilla, 1 cucharadita de concentrado de vainilla o 1
sobre de azúcar vainillado
 50 g de aceite de girasol, mantequilla o aceite de oliva virgen extra
 1 sobre de levadura química
 Mantequilla y harina para engrasar y enharinar el molde
 Sal
Material:

 Un molde para bizcocho redondo de 22 cm de diámetro

Elaboración
1. Precalentar el horno a 175 ºC.
2. Engrasar con mantequilla el molde para bizcocho y después
enharinarlo.
3. Forrar la base del molde con un círculo de papel de hornear para
facilitar el desmoldado. Reservar.
4. Montar las claras a punto de nieve, para que sea más fácil, las claras
deben estar a temperatura ambiente y se le puede añadir una pizca
de sal.
5. Añadir el azúcar y batir hasta que se haya integrado.
6. Por otro lado, tamizar la harina junto con la levadura y una pizca de
sal.
7. Mezclar la harina con la ralladura del limón y las semillas de la vaina
de vainilla.
8. Incorporar la harina a las claras de huevo montadas, en varias tandas
y con movimientos envolventes.
9. Por último, incorporar el aceite o la mantequilla derretida*, también
con movimientos envolventes.
10.Verter la preparación del bizcocho dentro del molde y alisar la
superficie con una espátula o cuchara.
11.Dar unos golpes, dejándolo caer sobre la encimera, para que salgan
las burbujas de aire.
12.Hornear a media altura de 40 a 50 minutos.
13.A los 30 minutos, cubrir el bizcocho con una lámina de papel de
hornear para evitar que la superficie se dore demasiado.
14.A partir de los 40 minutos comprobar cada poco tiempo si el bizcocho
está ya cocido. Para ello pinchar con un cuchillo en el centro. Si no
sale limpio, hornear unos minutos más y volver a hacer la prueba.
15.Una vez horneado, retirar del horno y dejar templar dentro del molde.
16.Cuando se pueda manipular sin quemarse, desmoldar, retirar el papel
de hornear si se ha quedado pegado a la base y dejar reposar sobre
una rejilla hasta que esté frío.
17.Y ya está. ¡Buen provecho!
Sugerencias, trucos y consejos
 Para hacer el bizcocho de claras de huevo, es importante que las
claras estén a temperatura ambiente.
 Puedes perfumar el bizcocho con otros sabores, como por ejemplo
esencia de almendra, unas gotas de agua de azahar y ralladura de
naranja…
 Se puede decorar con azúcar glas.
 También vale como base para hacer un pastel. En este caso, no
olvides empapar bien las capas de bizcocho con un almíbar.
 * La mantequilla se puede derretir en un cazo a fuego lento o en el
microondas 15 segundos.
 No es necesario utilizar las claras inmediatamente. Se pueden
guardar en la nevera para usarlas al día siguiente o se pueden
congelar. Si usas claras congeladas, déjalas descongelar en la
nevera la noche anterior en un recipiente cerrado.
 ¿Buscas más recetas con clara de huevo? Muy pronto en el blog
publicaré más ideas con las que podrás dar salida a las claras.
Mientras tanto, quédate con los otros bizcochos que tenemos en el
blog: el clásico de yogur, super fácil de preparar, el de pistachos,
buenísimo, o, incluso, el de calabaza y canela, te sorprenderá.
Paginas de recetas de cocinas

http://estoyhechouncocinillas.com/2016/04/bizcocho-de-claras-de-huevo.html

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