S2 Sexualidad y ganero
S2 Sexualidad y ganero
S2 Sexualidad y ganero
SEMANA 2
Hay una estrecha articulación entre los movimientos sociales de los años 60 y el
posmodernismo. Como afirma Linda Hutcheon (1997) en una entrevista:
“súbitamente, las diferencias de género y raciales estaban sobre la mesa de la
discusión” y, “una vez que eso sucedió, la ‘diferencia’ se tornó el centro del
pensamiento, desde nuevas cuestiones de elecciones sexuales e historia poscolonial
hasta cuestiones más familiares, tales como religión y clase”.
Como se afirma, el problema del género ya se venía vislumbrando desde tiempo
atrás, el discurso hegemónico, religioso y demás, empieza a perder validez en la
época del posmodernismo, tanto así, que ya al interior de las familias se empiezan a
modificar tras una serie de oleadas de orígenes multicausales en donde se evidencia
el levantamiento del rol femenino, las constantes peleas por la libertad de los hijos,
el consumo de sustancias psicoactivas entran en el juego y las nuevas libertades
generan dinámicas diferentes frente a lo “ya establecido e imperturbable” como es la
construcción del género y la sexualidad.
Estos movimientos no solo se observan al interior de las familias, sino que vienen a
generar un trasfondo en las aulas de clase y las modificaciones que representan para
el manejo de estos. Las instituciones educativas tenían por regla mantener un
discurso sobre género al interior de las aulas, afirmando como “normal” femenino y
masculino y, por ende, que las parejas se formaran de manera heterogénea, pero se
inicia una ruptura entre este término y aquello que empieza a cobrar más auge, a
hacer más ruido, y es la posibilidad de establecerse otro tipo de relaciones,
transgrediendo de alguna forma las herméticas normas que pueden catalogar esto
como “anormal”.
Para la institución educativa es más fácil desconocer todos estos movimientos que
empiezan a generarse como el feminismo, problemas raciales y claro está, el inicio
de las minorías sexuales, y se suscitan diferentes preguntas: ¿cómo colocar orden
dentro de una serie de situaciones frente a lo que era preconcebido?, ¿quién define
lo que debería ser?, ¿cómo fortalecer una sociedad frente a situaciones que no eran
proclamadas de forma clara y que iban en contra del discurso hegemónico?. Estos
interrogantes son difíciles de contestar y, por lo tanto, se van postergando las
opciones de respuestas, hasta que socialmente no se puede seguir negando un
espacio en el currículo de los estamentos educativos, para llegar a la conformación,
aunque tardíamente de nuevos discursos frente a estos acontecimientos.
Es claro que, el primer concepto de género viene dado por las características
fisiológicas y biológicas perfilando posturas a nivel social, adicionalmente, este
componente trae consigo una simbología frente a la sexualidad en donde se juegan
papeles de poder como lo dice Foucault y este manejo de poder se prevé entre lo
masculino y femenino. Así lo expresa Butler (2004) “en este sentido, el género opera
para asegurar ciertas formas de enlaces sexuales reproductivos y para prohibir otras
formas. Nuestro género, en esta visión, es un índice de las relaciones sexuales
proscritas y prescritas mediante las cuales un sujeto es socialmente regulado y
producido”.
Por esta regulación social es que ha sido tan difícil romper con los estereotipos y
generar cambios frente a lo que se considera normal. Estas tensiones demuestran
que el género y la sexualidad pueden, si bien ir de la mano, no necesariamente
relacionarse, y aquí entra la fantasía, lo imaginado y las posibilidades de la realidad.
Se habla de fantasía cuando la persona añora, junto con el deseo, una serie de
condiciones para su bienestar que no necesariamente son reales o se pueden
cumplir; la imaginación es la capacidad que tienen para crear situaciones con base
en una realidad, por lo tanto, cuando de sexualidad se habla se puede estar entre la
fantasía, lo imaginario y la realidad.
• Roles de género: son las acciones y expectativas que una sociedad establece
sobre cómo debe actuar y sentir una persona en función de su género,
dividiendo a la sociedad en dos. Los roles de género son constructos sociales
y se pueden cambiar para alcanzar la igualdad y la equidad entre las mujeres
y los hombres.
1. GÉNERO Y LA SOCIEDAD
Ejercicio
a. ¿Podría decirse que la mejor decisión es evitar la cirugía en los bebés intersexuales?
Sustente su respuesta.
b. ¿Qué elementos debería tener una propuesta educativa frente al manejo de esta
situación? ¿Por qué?