Taller 2 de Int. Corte No.2

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UNICIENCIA

Corporación Universitaria de Ciencia y Desarrollo

RELAC.INTERNAC. Y D. INTERN. PUBLICO


Segundo Corte
Grupo 30

Estudiantes:

Karen Alejandra Aguilar Jaimes

Luis Sair Alaya Mantilla

Linda Nicole Prada Millán

María Fernanda Prada Rodríguez

Jesús Iván Darío Tarazona Díaz

Docente:

Fabricio López Barón

Universidad de ciencia y desarrollo


Facultad de derecho
Bucaramanga
2024
ANÁLISIS DEL CASO DE LA HAYA: NICARAGUA VS COLOMBIA

El conflicto marítimo entre Nicaragua y Colombia se origina en una disputa

respectiva en la reivindicación territorial de la soberanía de las aguas del Mar Caribe, así

como el dominio de una región rica geológicamente. La polémica se remonta a 2001, ya que

Nicaragua fulminó a Colombia ante la Corte Internacional de Justicia. Managua argumentó

que el meridiano 82, una línea que Bogotá consideraba señalaba su frontera marítima, no

elegía la demarcación justa con arreglo al derecho internacional. En su lugar, urgió que se

restablecieran los límites marítimos, esbozando su plataforma continental más allá de lo que

se le había concedido normalmente. En tanto, Colombia resguardó su soberanía sobre el

archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, tomando como fundamento los

precedentes legales precedentes asegurados con anterioridad, principalmente el Tratado

Esguerra-Bárcenas de 1928 (Pardo, 2023).

La CIJ, finalmente, aceptó la demanda de Nicaragua y, después de varios años de

deliberaciones, emitió su fallo el 19 de noviembre de 2012. En esta decisión, no solo la CIJ

ratificó la soberanía de Colombia sobre el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa

Catalina; también redefinió la frontera marítima, otorgando a Nicaragua derechos sobre una

vasta porción del Caribe extendiéndose más allá del meridiano 82, que Colombia había

considerado como su frontera marítima con Nicaragua por más de un siglo. Este nuevo

trazado marítimo que la CIJ decidió afecta directamente derechos de pesca y de explotación

de recursos naturales, como el petróleo, que Colombia obtuvo tradicionalmente en la zona,

lo que causó malestar (Pardo, 2023).


La reacción inmediata en Colombia ante el fallo de la CIJ fue intensa y marcadamente

polarizada. Muchos sectores de la sociedad colombiana, por ejemplo, sintieron que la

decisión era una afrenta a la soberanía nacional, ya que nació de la desinformación y la

propaganda contra Colombia. Hubo, por lo tanto, sentimientos muy fuertes de ira,

incertidumbre y frustración ante voces que clamaban por la ignorancia misma de la decisión

y la legitimidad de un tribunal de esa naturaleza. Otros incluso sugirieron extremos que no

caen en el marco de las reglas jurídicas establecidas; es decir, la posibilidad de "desestimarla"

o de presentar impugnaciones contra ella. La propia CIJ fue objeto de ataques, incluida la

competencia y el desempeño de sus jueces. Fue en medio de esta tensión que el gobierno

colombiano tendría que considerar sus opciones y buscar respuestas diplomáticas para

manejar la situación (Pardo, 2023).

El 27 de noviembre de 2012, pocos días después del fallo, el presidente Juan Manuel

Santos dijo no al Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, llamado Pacto de Bogotá, ante

la Organización de Estados Americanos (OEA). En 1948, ordenó a su firmante someterse a

la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para la resolución de disputas

(Pardo, 2023).

La elección de Santos fue una respuesta directa al fallo negativo. "El gobierno

colombiano buscaba dejar en claro que tenía el control sobre su territorio". y límites,

afirmando que las decisiones deberían tomarse en conjunto con otras naciones, y no a través

de un tribunal internacional. Su decisión de alejarse del mecanismo de resolución pacífica

de conflictos ha suscitado inquietudes sobre las consecuencias legales y políticas que podría

acarrear esta acción (Pardo, 2023).


La cuestión jurídica central que se desprende de la sentencia de la CIJ en el caso

Nicaragua vs. Colombia es la delimitación de las fronteras marítimas y territoriales en el

Mar Caribe. Las zonas que la CIJ consideró que estaban bajo la soberanía de Nicaragua y

que anteriormente se consideraban parte de las aguas territoriales de Colombia provocaron

un profundo malestar en el gobierno colombiano, ya que contradecían la postura que

Colombia había mantenido durante mucho tiempo sobre el meridiano 82. Además de que la

sentencia de la Corte cuestionara su legitimidad, la propia competencia de la CIJ para tomar

decisiones sobre fronteras estatales que afectaban directamente a cuestiones de soberanía

territorial se convirtió en un punto de intensa tensión diplomática en la región (Pardo, 2023).

El fallo provocó una discusión sobre cómo el derecho internacional puede ayudar a

resolver los desacuerdos sobre tierras. Colombia dijo que la CIJ fue demasiado lejos al tomar

decisiones sin que todos estuvieran de acuerdo. El desacuerdo entre las reglas propias de un

país y las leyes mundiales mostró lo difícil que es encontrar un término medio entre lo que

un país quiere y lo que el mundo espera. Entonces, este tema nos hizo preguntarnos si las

formas de resolver disputas están funcionando bien y si un país podría optar por no seguir

los fallos de la Corte Internacional de Justicia, lo que podría hacer que todo el sistema de

derechos internacionales la justicia menos fuerte (Delgadillo, 2023).

La Corte Internacional de Justicia, al momento de dictar su fallo, tuvo en cuenta la

prolongada historia del desacuerdo territorial que se había gestado entre Colombia y

Nicaragua. Este conflicto se había originado a partir de múltiples acuerdos y promesas entre

las naciones, los cuales eran esenciales para analizar las reclamaciones de Nicaragua en

relación con la zona marítima y la posición de Colombia respecto a la línea del meridiano
82. La Corte entendió que este trasfondo histórico no solo influía en las pretensiones

territoriales, sino que también era vital para evaluar la validez de los argumentos presentados

por ambas partes. Así, el contexto histórico se convirtió en un elemento clave para la

interpretación del caso y la resolución del mismo (Delgadillo, 2023).

La CIJ también está interesada en los principios del derecho internacional

relacionados con la delimitación marítima. En particular, los tribunales se basan en los

precedentes para orientar sus decisiones. Esto incluye la aplicación de principios como la

igualdad y la estabilidad para determinar los límites marítimos para facilitar la navegación.

El tribunal consideró las presentaciones de ambos países y las pruebas aportadas

durante el juicio. Nicaragua reclama derechos históricos sobre el área, mientras que

Colombia defiende el derecho a utilizar el meridiano 82 como área marítima designada. La

CIJ examinó cuidadosamente los argumentos y documentos presentados por los estados

antes de finalizar la decisión (Delgadillo, 2023).

Además, la Corte consideró el impacto de la decisión en la relación entre Colombia

y Nicaragua, incluida la región del Caribe. La CIJ quería asegurarse de que su decisión no

eliminara el conflicto entre las partes, sino que promoviera la paz y la cooperación en la

región. Por lo tanto, la Corte reconoce la importancia de mantener un equilibrio en la relación

bilateral (Delgadillo, 2023).

Entre los temas discutidos está el impacto que la decisión puede tener en las disputas

marítimas internacionales. El tribunal reconoció que su decisión podría resolver tales

disputas tanto a nivel local como internacional. La CIJ actuó con cautela, considerando el

amplio impacto de su decisión (Delgadillo, 2023).


El tribunal también analizó las sentencias relacionadas con la competencia y

competencia de la CIJ en este asunto. A pesar de la oposición de Colombia, el tribunal afirmó

su derecho a resolver la disputa y decidir de acuerdo con el derecho internacional. Esto es

importante para el proceso de evaluación y la decisión final de la CIJ (Delgadillo, 2023).

El tribunal también analizó el principio de igualdad entre los dos países para

garantizar que ambos países tuvieran la misma oportunidad de presentar sus problemas y

proteger sus intereses. Este principio es un principio importante del derecho internacional y

la CIJ está comprometida con la justicia y la imparcialidad (Delgadillo, 2023).

En ese orden ideas, la CIJ consideró el papel del derecho internacional en la

resolución de disputas territoriales. El tribunal enfatizó el uso de la mediación pacífica y

afirmó que las leyes internacionales deben ser la base de la relación entre los países. La CIJ

ha tratado de promover el respeto al derecho internacional como medio para mantener la paz

y la estabilidad en el mundo (Delgadillo, 2023).

Ahora bien, respecto de los argumentos expuestos por Colombia, la Agencia

Nacional de Defensa Jurídica ha planteado varias defensas ante la CIJ, centrándose en sus

fronteras marítimas y terrestres en el Caribe. Uno de los objetivos es defender la aceptación

histórica del meridiano 82 como límite marítimo entre los dos países. Este argumento busca

reforzar la opinión de que Nicaragua tiene derechos sobre las aguas al este de la línea

(Delgadillo, 2023).

Además, Colombia considera que los acuerdos y compromisos bilaterales alcanzados

entre ambos países deben ser la base para la solución del conflicto. El Estado colombiano
dijo que cualquier cambio a las restricciones debería ocurrir a través de negociaciones entre

países y no a través de decisiones legales (Ferrer, et al. 2023).

El gobierno colombiano también enfatizó la importancia de la soberanía nacional en

el manejo de sus tierras y recursos. Dijo que el tribunal no tiene autoridad para decidir

cuestiones que deben ser resueltas por los estados. En este sentido, se afirma que la decisión

del tribunal puede afectar negativamente la seguridad y los intereses nacionales de Colombia

(Ferrer, et al. 2023).

Colombia también cuestionó la validez de las pruebas proporcionadas por Nicaragua,

alegando que eran insuficientes para probar sus afirmaciones. Sostuvo que la evidencia

presentada fue insuficiente para sustentar la historia del derecho marítimo que Nicaragua

pretendía establecer. Este enfoque apunta a socavar la credibilidad del reclamo de Nicaragua

(Ferrer, et al. 2023).

El sistema legal de Colombia se basa en la doctrina de la "ley de limitaciones", que,

según dice, ha regido las aguas de la disputa durante décadas. Este artículo buscó mostrar

que el tiempo y el uso continuo de la región por parte de Colombia le otorgaron derechos,

fortaleciendo su posición en la guerra (Ferrer, et al. 2023).

Finalmente, Colombia pidió a la Corte que examinara la historia de la guerra, que

incluía muchos acuerdos y tratados que a menudo eran revisados. Dijo que esta historia es

muy importante para entender la relación entre los dos países y la validez de sus demandas

(Ferrer, et al. 2023).


Con estos artículos, Colombia no sólo buscó contrarrestar los reclamos de Nicaragua,

sino que también creó un marco que enfatiza la importancia de la negociación y la soberanía

nacional en la resolución de conflictos por tierra y agua (Ferrer, et al. 2023).

Nicaragua, por otro lado, formuló una serie de argumentos que presentó a la Corte

Internacional de Justicia. La base del caso de Nicaragua fue la interpretación de los derechos

sobre las áreas marítimas del Caribe. La clave de la defensa de esta nación era el reclamo de

soberanía sobre la extensión de su plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas.

Para legitimar este argumento, Nicaragua afirmó que había gozado de derechos históricos

sobre estas aguas y que Colombia no había ejercido un control efectivo sobre el área en

disputa. La tercera evidencia presentada por Nicaragua giraba en torno a tratados históricos

y acuerdos previos que afirmaron que reconocían su jurisdicción sobre la zona. La Corte

siempre debe basar su decisión en documentos anteriores y acuerdos anteriores. Según el

afirmaba Nicaragua, sus derechos sobre el mar territorial y la plataforma continental estaban

respaldados por este marco legal (Ferrer, et al. 2023).

En adición, Nicaragua argumentó que la ausencia de oposición de Colombia durante

los últimos decenios era suficiente para interpretarse como reconoce implícito de sus

derechos. En ese contraposición, este argumento intentó establecer que la falta de acción por

Colombia permitía a Nicaragua para consolidarse sus derechos marítimos. Al hacer hincapié

en la importancia de este aspecto, Nicaragua pretendía reducir la postura de Colombia

presentándolo como el vecino que había aceptado de facto su reclamación. Otra de las

argumentaciones de Nicaragua que quería presentarse se basó en la equidad y en la justicia

internacional. Afirman que los derechos de los pequeños pueblos y los derechos

internacionales actuales para sus recursos marítimos eran fundamentales. Esta línea
argumental intentó persuadir a la Corte que apoyase a Nicaragua como un Estado en

situación más vulnerable en la disputa presentando la importancia de proteger sus derechos

(Ferrer, et al. 2023).

Igualmente, Nicaragua criticó la interpretación que Colombia hacía del meridiano

82, diciendo que nunca había funcionado como un límite claro y que no se logró que fuera

demarcado efectivamente. Desde su punto de vista, la continua confusión respecto a la

frontera entre ambos países se debía a la carencia de acuerdos más que a una falta de decisión

por parte de ese tribunal, lo cual significaba que el meridiano no podía ser convalidado como

un verdadero límite. Por último, Nicaragua remarcó la importancia del trabajo conjunto entre

Estados. Para ellos, este tipo de controversias deberían ser discutidas en el marco de la

cooperación regional antes que ser resueltas mediante una batalla de ligas. De esta manera,

la intención era hacer hincapié en la importante del aspecto negociado en lugar de violento

(Ferrer, et al. 2023).

Igualmente, Nicaragua mostró mapas y pruebas geográficas que respaldaban su

demanda sobre la zona en conflicto. Se dijo que la disposición geográfica y los recursos

marinos existentes justificaban su autoridad sobre esos mares. Esta prueba visual pretendía

respaldar su argumento de que el territorio debía incluir esa área.

Al final, Nicaragua defendió la importancia de ser reconocido su derecho a la

autodeterminación y a mantener su soberanía. Destacaron la importancia de respetar los

derechos de los Estados y señalaron que la Corte debía intervenir para defender esos

principios, reconociendo su legítimo reclamo sobre el mar territorial y la plataforma

continental en disputa (Universidad del Norte, 2017).


La Corte Internacional de Justicia revisó los argumentos presentados por Nicaragua

y Colombia sobre la disputa marítima. En relación a Nicaragua, se resaltó que el país había

presentado pruebas históricas que respaldaban su reclamo sobre la zona marítima. El

Tribunal determinó que las menciones de pactos previos y acuerdos bilaterales eran

importantes para fundamentar sus derechos en el área en disputa. No obstante, el tribunal

consideró la eficacia del dominio que Nicaragua mantuvo sobre la región en disputa, lo cual

impactó en su determinación sobre la soberanía marítima (Universidad del Norte, 2017).

En relación con la postura de Colombia, la Corte destacó que el país siempre había

defendido la frontera marítima del meridiano 82. El tribunal evaluó la interpretación

colombiana sobre la delimitación y su validez de acuerdo al derecho internacional. A pesar

de la insistencia colombiana, la Corte concluyó que la interpretación del meridiano 82 no

era válida según el derecho internacional, debido a la ausencia de acuerdos precisos que la

respaldaran (Universidad del Norte, 2017).

La Corte notó que Colombia no se opuso a las acciones de Nicaragua en la zona en

conflicto. Esta fue una parte fundamental, ya que se determinó si Colombia había

supervisado de manera eficaz la zona. La Corte determinó que a pesar de que Colombia tenía

derechos sobre el mar, la falta de ejercicio de estos derechos durante mucho tiempo había

permitido que Nicaragua consolidara sus reclamaciones (Universidad del Norte, 2017).

Al examinar los puntos de vista de Nicaragua sobre la aprobación tácita, la Corte

enfatizó que la falta de acción podría sugerir acuerdo, pero no era bastante para confirmar

una soberanía. La Corte resaltó que la soberanía requiere pruebas tangibles y control para

respaldarla, lo cual afectó la validez de los argumentos de Nicaragua en este punto

(Universidad del Norte, 2017).


Con respecto a la apelación de Nicaragua a la justicia internacional, la Corte declaró

que las decisiones en controversias entre Estados deben ser guiadas por la equidad y el

derecho internacional. El tribunal opinó que, a pesar de la importancia de los derechos de

las comunidades pequeñas, estos deben ser analizados en el marco global del derecho

internacional y los acuerdos entre países (Universidad del Norte, 2017).

En relación con la postura de Nicaragua sobre la colaboración y el diálogo, la Corte

señaló que, si bien es fundamental para resolver conflictos, no debe primar sobre los

derechos consagrados en el derecho internacional. La Corte reafirmó que su función es tomar

decisiones basadas en la ley, sin importar consideraciones políticas o diplomáticas

(Universidad del Norte, 2017).

A pesar de analizar los mapas y datos geográficos, determinó que la soberanía sobre

el territorio en disputa no se podía establecer únicamente con estos elementos sin un respaldo

legal sólido. La Corte hizo hincapié en que la geografía no puede reemplazar los acuerdos

formales requeridos para establecer los límites marinos.

La Corte afirmó que, si bien el derecho a la autodeterminación es primordial, también debe

ser compatibilizado con el acatamiento de las reglas del derecho internacional. Así que, al

analizar las quejas de Nicaragua, la Corte procuró asegurar que el respeto a la soberanía no

comprometiera los principios del derecho internacional en general (Universidad del Norte,

2017).

Por último, la Corte concluyó que los planteamientos de ambas partes mostraban la

complejidad del asunto, pero que era esencial fundamentar la resolución en el marco del

derecho internacional. Finalmente, la Corte decidió a favor de Nicaragua en ciertos puntos,


sin embargo, también subrayó que Colombia tenía derechos sobre ciertas zonas marítimas,

resaltando la importancia de futuros acuerdos claros (Universidad del Norte, 2017).

La decisión de la Corte Internacional de Justicia, emitida el 19 de noviembre de 2012,

favoreció a Colombia en diferentes aspectos importantes del conflicto marítimo y territorial

con Nicaragua. El tribunal ratificó que el meridiano 82 es la frontera marítima acordada y

respalda la soberanía de Colombia en esa zona (Universidad del Norte, 2017).

No obstante, la Corte también admitió la soberanía de Nicaragua en algunas zonas

marítimas, lo que resultó en un equilibrio delicado en el dictamen. A pesar de las demandas

de Nicaragua, la decisión se enfocó en la interpretación y el reconocimiento de acuerdos

anteriores, favoreciendo a Colombia al asegurar su dominio sobre sus aguas marítimas,

aunque con detalles que sugerían la necesidad de negociaciones futuras para aclarar las

fronteras en la región (Universidad del Norte, 2017).


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Pardo, D. (2023, 13 julio). San Andrés y Providencia | El tribunal de La Haya da

razón a Colombia frente a Nicaragua: 3 claves de la disputa territorial entre ambos países.

BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/cw0w4pxpn97o

Delgadillo, M. M., & Delgadillo, M. M. (2023, 14 julio). Fallo de la Haya, un triunfo

para Colombia, pero hay que tomarlo con moderación. Revista Pesquisa Javeriana.

https://www.javeriana.edu.co/pesquisa/fallo-de-la-haya-nicaragua-colombia/

Ferrer, I., Osorio, C., Ferrer, I., Osorio, C., Ferrer, I., & Osorio, C. (2023, 13 julio).

Colombia gana la demanda de Nicaragua en La Haya sobre el mar de San Andrés. El País

América Colombia. https://elpais.com/america-colombia/2023-07-13/la-haya-niega-la-

demanda-de-nicaragua-sobre-el-mar-de-san-andres.html

¿Cuál es el impacto del fallo histórico de la Haya entre Colombia y

Nicaragua? (2017). Portal de Noticias. https://www.uninorte.edu.co/es/web/grupo-

prensa/w/impacto-de-fallo-historico-de-la-haya-entre-colombia-y-nicaragua

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