Cuadernillo Quimica 2020
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Cuadernillo Quimica 2020
Contenido
¡BIENVENIDOS! ................................................................................................................................................... 1
3-1. a. ¿Qué es un átomo? ¿Cómo son estos átomos por dentro? ¿Cuál es su estructura? .............................. 20
Bibliografía ....................................................................................................................................................... 28
Material de estudio para el curso en Química – Ciclo lectivo 2019
Instituto Superior de Formación Técnica Nº 38
¡BIENVENIDOS!
Esta Guía teórica y práctica ha sido preparada para que cuentes con un material que te sirva de
base para repasar (o e tudiar) los temas que necesitarás para emprender más tarde el curso de
Química general. Este material cuenta sólo con los conceptos básicos y ejercicios resueltos que te
ayudaran a tener una visión general, pero clara, para el curso de nivelación.
La modalidad de la clase de Química no contempla que los temas sean desarrollados exclusiva y
extensivamente, ya que se destinará a presentar y discutir conceptos, aclarar dudas y resolver
problemas para repasar y afianzar lo estudiado. Por ello, te damos las siguientes sugerencias:
Es importante que aproveches tanto este material teórico como los videos de apoyo para
repasar o estudiar.
Cualquier término o palabra que sea específica de Química o no, es importante que si no
conoces su significado la busques, para lograr un mayor y fluido entendimiento de lo leído.
Para la clase de Química deberás llevar: El Trabajo Práctico resuelto (evacuaremos todas la
dudas en clases), una calculadora científica y una tabla periódica.
Cordiales Saludos,
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Como podemos observar, se puede definir a esta ciencia de manera muy concreta, pero veamos
todo lo que en ella se esconde. Observen y huelan a su alrededor, ¿Qué materiales los rodean?
¿Cuántos cambios en ellos observan? ¿Qué aromas pueden percibir? ¿Qué colores ven? ¿Tienen
frio o calor?... En todo lo que existe en nuestro entorno, y hasta dentro de nosotros mismos, está
presente la química.
La vestimenta, mediante la fabricación de fibras sintéticas con mejores propiedades que las
naturales;
Los alimentos, por medio del empleo de productos naturales o sintéticos que satisfacen las
necesidades básicas del organismo;
La evaluación y control de la contaminación del suelo, aire y agua, con el estudio analítico de
muestras naturales, para proponer alternativas de solución;
Durante las 24 horas del día, cada uno de nosotros está relacionado, en una u otra forma, con la
química. El cuerpo humano es un ejemplo de gran actividad química, e incluso el pensamiento está
relacionado con la energía química.
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necesidades diarias. El impacto de la química en la sociedad actual es muy grande, pero también es
cierto que no siempre goza de la mejor prensa. La química –como la ciencia en general– no es mala
ni buena, en ella no solo se encuentran culpables sino también su propio remedio: buena parte de
la química moderna está destinada a encontrar maneras sustentables, más eficientes,
biodegradables, limpias y seguras de producción. En este camino, la química moderna tiene como
objetivo principal poder ayudar a otras industrias más o menos “sucias” para no sólo mejorar sus
procesos, sino también limpiar sus productos no deseados, sin dejar nada debajo de la alfombra.
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Es importante que analicemos los subtipos de la materia para aprender a llamar cada cosa por su
nombre. Dijimos que todo lo que nos rodea está formado por materia, la hoja que estamos
leyendo, los lápices que estamos usando, la mesa, la computadora; a partir de ahora, a cada uno de
ellos lo llamaremos Cuerpo. Entonces, los cuerpos son una porción limitada de materia, por ende
ocupan un lugar en el espacio (tienen volumen) y tienen masa. Cada uno de ellos tendrá
características definidas por los componentes utilizados, por ejemplo: color, tamaño, forma, olor,
entre otros. A estos componentes los llamaremos Sustancias, forma de materia que tiene
composición definida (constante) y propiedades distintivas. Veamos a modo de resumen la
siguiente figura (Fig.1):
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Como se observa en la Figura 2, el hielo, agua líquida y vapor de agua, son la misma sustancia
(agua) aunque en estados diferentes (sólido, líquido y gaseoso respectivamente). Todas las
sustancias tienen propiedades físicas que pueden observarse en ausencia de cualquier reacción
química. Estas propiedades varían cuando la materia es sometida a condiciones físicas cambiantes.
Por ejemplo, el hielo (agua sólida) puede transformarse en agua líquida con sólo aumentar la
temperatura, seguidamente el agua líquida hierve y se transforma en vapor (agua gaseosa). En
ambos casos, la composición química del agua no ha variado y por lo tanto, sus propiedades
químicas no se alteran. Sin embargo, las propiedades físicas del hielo, agua líquida y vapor de agua
son muy diferentes. En este punto conviene recordar que los materiales pueden presentarse,
fundamentalmente, en tres estados físicos diferentes: sólido, líquido y gaseoso. A ellos los
llamados “Estados de la Materia” (se verá con más detalle más adelante). Los tres estados se
diferencian por propiedades físicas muy concretas: los gases llenan completamente cualquier
espacio en que se encuentren y son fácilmente compresibles (disminuyen o aumentan su volumen
frente a una compresión o a una descompresión); los líquidos, adoptan la forma del recipiente que
los contiene y son prácticamente incompresibles; los sólidos son incompresibles, poseen volumen y
forma definida, son rígidos, mientras que los líquidos y los gases pueden fluir. Los materiales
pueden pasar de un estado a otro (cambios de estado) mediante procesos físicos, es decir,
transformaciones que no modifican su identidad.
“Un tornillo de hierro en presencia de aire se oxida, obteniendo así, Oxido de Hierro (III)”
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Ecuación Química de esta transformación: Los reactivos son el hierro (Fe) y el oxigeno (O), para dar
como producto el oxido de hierro III (Fe2O3).
Es posible el pasaje de un estado a otro sin que cambie la composición de la sustancia (no hay
cambio químico), con tan solo un cambio en la temperatura o la presión aplicada. Veamos un
ejemplo sencillo: Al calentar cubos de hielo (estado sólido) se funden y se transforman en agua
líquida, si seguimos calentando, se obtendrá el pasaje del agua líquida a gas. Por otra parte, veamos
el camino inverso: el enfriamiento de un gas hace que se condense, obteniendo la forma de líquido.
Al continuar el enfriamiento de este líquido, se congela a su forma sólida.
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En la siguiente figura veremos los distintos cambios que pueden ocurrir entre los distintos estados:
(Fig.4)
Figura 4: Cambios de estado. Diferentes procesos que permiten el pasaje de un estado al otro.
Veremos cómo se clasifican las propiedades de la materia en función a dos aspectos principales
(Fig. 5):
Físicas: esta propiedad se puede medir y observar sin que se modifique la composición o
identidad de la sustancia. Por ejemplo, es posible registrar la temperatura en la que un
bloque de hielo se convierte en agua líquida, llamado Punto de Fusión. El agua difiere del
hielo sólo en su aspecto, no en su composición, de modo que se trata de un cambio físico;
es posible congelar el agua para obtener de nuevo hielo. Entonces, el punto de fusión de
una sustancia es una propiedad física. Otras propiedades físicas: Punto de Ebullición, Estados
de la materia, Color, Dureza, Propiedades Organolépticas, Elasticidad, entre otras.
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hidrógeno se quema en presencia de oxígeno para formar agua. Después del cambio,
desaparece la sustancia química original, el hidrógeno, y sólo queda otra sustancia química
distinta, el agua. Otro ejemplo, simple y práctico: La cocción de un huevo, en este proceso
ocurre un cambio químico. Cuando ponemos a hervir un huevo lo estamos sometiendo a
temperaturas altas (cercanas a los 100 °C), la yema y la clara experimentan cambios que no
sólo modifican su aspecto físico, sino también su composición química. Luego, al comerse el
huevo se vuelve a modificar, por efecto de sustancias del cuerpo humano llamadas enzimas.
Esta acción digestiva es otro ejemplo de un cambio químico.
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Cabe destacar que muchas de las propiedades las podemos encontrar en más de una clasificación, a
fines prácticos solo utilizaremos las propiedades Intensivas y Extensivas. A continuación
recordaremos los conceptos de algunas propiedades intensivas.
Densidad (δ): La densidad de una sustancia es la relación entre su masa y volumen (valor
proporcional). Es una propiedad especifica de las sustancias, no depende de la cantidad de materia,
ya que si aumenta (o disminuye) la masa también aumenta (o disminuye) el volumen.
δ = masa/volumen
La densidad de líquidos y sólidos se suele expresar en gramos por centímetro cúbico (g/cm 3 o g.cm-
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) o lo que es lo mismo gramos por mililitro (g/mL o g.mL-1). En gases, se suelen dar en gramos por
litro (g/L o g.L-1).
Ejemplo: el mercurio es uno de los líquidos más densos. Un estudiante mide el volumen y da 12,1
cm3 de Hg y al pesar determina que su masa es de 164,56 g. ¿Calculamos la densidad del mercurio?
Datos: Volumen: 12.1 cm3; masa= 164.56 g. Usamos estos datos en la formula de densidad (δ =
masa/volumen)
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Una sustancia es cualquier tipo de materia, cada una con una composición idéntica en
todos sus puntos, y en condiciones iguales, propiedades idénticas. Puede estar
formada por un mismo elemento o por la combinación de elementos diferentes en una
proporción constante.
Las sustancias difieren entre sí por su composición y se pueden identificar por su aspecto, olor,
sabor y otras propiedades (recordemos los ejemplos de la Fig.1). Hasta la fecha el número de
sustancias conocidas supera los cinco millones y todos los días se descubren o se sintetizan nuevas.
Algunos ejemplos son: agua, azúcar (sacarosa), oxígeno, oro, hidrógeno, sal de cocina (cloruro de
sodio), ácido sulfúrico, entre otros.
1- Sustancias simples: es aquella que está formada por átomos del mismo elemento. Por ejemplo:
Na, Ca, H2, O2, Cl2, C, He, Ne. Puede observarse que en el caso de sustancias monoatómicas (1
átomo), el término sustancia simple es equivalente al de “Elemento”. Ejemplo: Na, Ca, Pb, Ag, He.
2- Sustancia compuesta o Compuesto químico: está formada por átomos de distintos elementos
unidos químicamente en proporciones definidas. Por ejemplo: agua (H2O), sal común (NaCl) . Estas
generalmente se forman cuando reaccionan entre sí dos o más sustancias simples. Por ejemplo:
Las sustancias compuestas tienen propiedades muy diferentes de aquellas que presentan las
sustancias simples a partir de las cuales se formaron; es decir, las propiedades de las sustancias
simples iniciales (Reactivos) son muy diferentes a las de las sustancias compuestas finales
(Productos). En el ejemplo anterior, el agua líquida se forma a partir de la combustión del
hidrógeno (gas) y oxígeno (gas). En cualquier unidad de agua hay dos átomos de hidrógeno y uno
de oxígeno. Esta proporción no cambia, independientemente de que el agua se encuentre en la
Tierra o en Marte, o si ésta se encuentra en estado sólido, líquido o gaseoso. Sigue siendo agua.
Otro ejemplo: La sal común, cloruro de sodio (NaCl), es un sólido blanco, no reactivo. El sodio (Na)
es un metal brillante y muy reactivo, y el cloro (Cl2) es un gas amarillo verdoso y tóxico. Es evidente
que, cuando estos dos elementos se unen para formar cloruro de sodio, ha tenido lugar un cambio
profundo.
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También, todos los compuestos o sustancias compuestas se pueden separar en sustancias más
simples, ya sean elementos (sustancia simple) o compuestos más sencillos, mediante diferentes
métodos. Por ejemplo: El HgO, óxido de mercurio (II), es un compuesto formado por oxígeno y
mercurio, este se descompone en sus elementos cuando se lo calienta a 600 °C.
La proporción de las sustancias que forman la mezcla, puede ser muy distinta. Algunos ejemplos: El
aire es una mezcla de diversas sustancias gaseosas y sólidas, y la cantidad de cada uno de ellos
variara según el lugar donde nos encontremos; las mezclas no tendrán una composición fija:
muestras de aire colectadas en dos ciudades distintas probablemente tendrán composiciones
diferentes como resultado de sus diferencias en altitud, contaminación, entre otros.
Las mezclas pueden ser: “Homogéneas o heterogéneas” (se verá con más detalle más adelante).
Cuando una cucharada de azúcar se disuelve en agua, la composición de la mezcla, después de
agitar lo suficiente, es la misma en toda la disolución. Esta disolución es una mezcla homogénea y
todos sus componentes se encuentran en la misma fase. Las disoluciones por lo tanto son mezclas
homogéneas, en las cuales el compuesto que está en mayor proporción se denomina disolvente, y
el que está en menor proporción soluto. Las disoluciones más comunes son las acuosas, donde el
disolvente es el agua; por ejemplo, sal en agua, azúcar en agua, etc. Sin embargo, si colocamos
juntos arena y virutas de hierro resulta una mezcla heterogénea pues los componentes individuales
permanecen físicamente separados y se pueden ver como tales. A cada uno de estos se le
denomina químicamente fase. Por ejemplo, en una mezcla de agua y arena, ambos componente
individuales se verán separados, por lo tanto encontramos dos fases: Agua y Arena.
Por ahora, mencionaremos algunas diferencias entre las propiedades de las mezclas heterogéneas y
las mezclas homogéneas:
b) Los componentes de una mezcla heterogénea pueden estar en cualquier proporción, mientras
que la composición de las mezclas homogéneas o disoluciones en general, sólo puede variar dentro
de ciertos límites. Por ejemplo, a 20 °C no se disuelven más de 36 g de sal común (NaCl) en 100 g de
agua.
A modo de resumen, los diferentes tipos de materia y las relaciones entre mezclas y sustancias, así
como entre sustancias simples y compuestas se muestran en la Figura 6.
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Figura 7: Ejemplo de un Sistema material formado por una sola sustancia en dos estados diferentes: Agua líquida,
vapor de agua.
Observemos como está compuesto el ejemplo de la figura 7, dijimos que un sistema material era
una porción del todo, pudiendo estar formado por una o más sustancias. En este caso, solo
tenemos una sustancia: Agua. A medida que le entregamos calor a esta muestra de agua en estado
líquido, veremos que parte de este líquido comienza a transformarse en vapor (lo mismo que
observamos cuando ponemos a hervir agua en una pava). Si tomáramos la temperatura del agua al
comienzo (antes de calentar) y durante el calentamiento, veríamos que comienza a aumentar la
temperatura de la misma. Aplicando los conceptos que veníamos viendo, podríamos decir entonces
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que de esta manera tendríamos la medida del punto de ebullición (propiedad intensiva) para esta
sustancia en el sistema material elegido.
Ahora bien, podemos tener distintos tipos de sistemas materiales, vamos a dividirlos en dos tipos
de clasificaciones:
1- Según el intercambio con el entorno: ¿Hay intercambio de materia y energía con el entorno?
Por definición, un sistema ha sido separado del ambiente que le rodea, el mismo queda circundado
por el medio. Un sistema material puede interactuar con el medio o entorno, existiendo la
posibilidad de que intercambie con éste materia y/o energía. Por lo tanto, cuando se observa un
sistema material debe prestarse mucha atención al medio circundante. Por ejemplo: cuando se
coloca agua o un sólido dentro de un vaso, el medio circundante es el aire. En todos los casos hay
una superficie de contacto entre el sistema y su respectivo medio. Muchas veces ésta superficie es
visible y se localiza sin dificultad, pero si el sistema es vapor de agua, que se difunde en su medio:
aire, la demarcación concreta es problemática. Aun así, al menos imaginariamente, siempre es
determinable una superficie de separación. Tal superficie es importante, porque permite considerar
la transferencia de masa y energía del sistema hacia su medio, o viceversa. Para ello tenemos tres
tipos de sistemas materiales: Abiertos, Cerrados y Aislados. Los diferenciaremos utilizando el
siguiente esquema. (Fig. 8)
Sistemas abiertos: en estos sistemas existe transferencia de masa y energía entre el sistema
y su medio. Ejemplo: Agua calentándose en un vaso de precipitación (Fig. 7) o agua calentándose en
una pava (Fig. 8). El sistema: la masa de agua líquida, recibe calor (energía térmica) procedente del
medio. Simultáneamente, parte de la masa de agua convertida en vapor de agua, pasa al medio.
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Sistemas aislados: No hay pasaje de masa ni de energía del sistema al medio (o viceversa).
Ejemplo: Un termo tapado con agua en su interior (Fig. 8). Como su doble pared no es atravesada
por la masa de agua ni por el calor, constituye un sistema térmicamente aislado.
Vale aclarar que, la realidad no siempre responde estrictamente a las definiciones que acabamos de
analizar. De ser esto estricto, el agua caliente que ponemos en un termo, debería mantenerse por
siempre a la misma temperatura, y sabemos que no es así. A lo sumo se dispone de aislantes
"bastante" eficientes que pueden utilizarse en la práctica y las pérdidas de calor o de frío, llegado el
caso, son calculables.
2- Según las propiedades intensivas que presenten en su interior: ¿Son iguales las propiedades en
todos los puntos de ese sistema?
Un sistema material puede estar formado por uno o varios componentes (o sustancias). Ya hemos
visto que si en un sistema existe más de un componente decimos que dicho sistema es una mezcla,
la cual puede ser homogénea o heterogénea (a las mezclas homogéneas se las denomina
disoluciones o soluciones).
Sistemas homogéneos: en ellos las propiedades son idénticas en toda su masa. Ejemplos:
agua pura, yodo disuelto en alcohol, agua salada, entre otros.
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Existen otros casos, por ejemplo, la mezcla de almidón y agua o la gelatina. En estas mezclas las
partículas no son visibles con el microscopio común pero sí con el ultramicroscopio. Este tipo de
sistemas se los denominan, dispersiones coloidales. Los sistemas coloidales tienen algunas
propiedades semejantes a las de los sistemas heterogéneos y otras a las de los sistemas
homogéneos. Las propiedades especiales de las dispersiones coloidales pueden ser atribuidas a la
gran relación entre la superficie y el volumen de las partículas dispersas cuyos diámetros oscilan
entre 10-4 cm y 10-7 cm. Un sistema coloidal es un sistema heterogéneo cuya fase dispersa posee un
alto grado de subdivisión, por lo cual no puede ser observado en el microscopio común, pero sí
utilizando el ultramicroscopio. Las partículas se aprecian como puntos luminosos debido a la luz
que dispersan, dando origen al llamado "efecto Tyndall", este mismo efecto solemos ver cuando
por la mañana abrimos las ventanas de una habitación y el paso de luz nos permite ver pequeñas
partículas en el aire. Ejemplos de sistemas coloidales son, además de la gelatina, las nubes.
Para un mejor entendimiento hemos introducido la palabra Fase para definir a las porciones que
forman un sistema, dicho de otra manera, es el conjunto de porciones homogéneas entre sí. En el
granito, se localizan tres fases: la fase mica, la fase cuarzo y la fase feldespato. Cada una de estas
fases tiene sus propiedades distintivas coincidentes, aunque las distintas porciones no estén unidas
entre sí. Se denominan Interfases a las superficies de separación entre las fases. También hay tres
fases cuando se considera el agua en sus tres estados de agregación: sólido (hielo), líquido y
gaseoso (vapor de agua). Cualquiera sea la cantidad de cubitos de hielo, siempre habrá una sola
fase sólida. La subdivisión física no afecta las propiedades.
Con el número de fases se mejora la clasificación de los sistemas, dentro de las categorías ya
mencionadas:
Sistemas homogéneos:
Monofásicos: constituidos por una sola fase, en su interior no hay interfaces. Posee iguales
propiedades en toda su masa. Ejemplo: agua salada, una fase con dos componentes: agua y
sal. El agua salada tendrá las mismas propiedades en toda su masa, muy diferente a las
propiedades del agua y de la sal
Sistemas heterogéneos:
Polifásicos: Es decir que poseen dos o más fases (difásico, trifásico, tetrafasico, etc.). En su
interior se observan interfases que separan las distintas fases. Este sistema tendrá
propiedades no uniformes en su masa, es decir diferentes propiedades en cada fase.
Ejemplo: agua con arena, dos fases: agua (fase 1) y arena (fase 2), dos componentes: agua y
arena, una interfase. En este sistema heterogéneo las propiedades no son iguales en toda su
masa, ya que el agua posee propiedades específicas y muy diferentes a las de la arena.
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A menudo resulta complicado definir el tipo de componentes que constituyen un sistema material,
sin embargo resulta más sencillo determinar el número de componentes, ya que:
En la disolución acuosa de sal (cloruro de sodio) hay dos componentes: agua y sal, siendo n =
2.
En el granito, roca que asocia cuarzo, feldespato y mica, hay tres componentes (n = 3).
El problema más serio se presenta cuando coexisten diferentes estados de agregación, como ser
agua líquida, hielo y vapor de agua. Se interpreta en estos casos, que hay un solo componente,
porque cada uno de dichos estados es convertible en otro, calentando o enfriando (por cambios
físicos).
Podemos ver que en los sistemas homogéneos, los cuales están constituidos por una sola fase y
tienen iguales propiedades en toda su masa, encontramos según el número de componentes:
b) Disoluciones o soluciones: son sistemas homogéneos formados por la mezcla de dos o más
componentes (n > 1). Son sistemas homogéneos fraccionables, porque sus componentes son
separables. Ejemplos: cloruro de sodio disuelto en agua (solución salina), aleación de hierro y
cromo, yodo disuelto en alcohol.
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Ahora bien, conociendo la masa total del sistema, una medida de la masa de cada componente en
el mismo, nos informará sobre el aspecto cuantitativo. Por ejemplo, podemos indicar que un
sistema (mezcla heterogénea) está formado por 100 g de cuarzo, 25 g de hierro y 125 g de arcilla.
En general, resulta útil expresar estos datos en forma de porcentajes, en cuyo caso estamos
indicando la composición porcentual o centesimal del sistema, es decir, referida a 100 g de mezcla.
En el ejemplo, tendremos 40% de cuarzo, 10% de hierro y 50% de arcilla, ya que:
¿Qué porcentaje de cuarzo, hierro y arcilla tengo en el sistema? o ¿En qué proporción se encuentra
el cuarzo, hierro y arcilla en el sistema?
Calculemos:
1- Cuarzo:
100 g de masa total (= 100%) ---------- x= 40 g de cuarzo/ la masa total= 40% de Cuarzo
2- Hierro:
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100 g de masa total (= 100%) ---------- x= 10 g de cuarzo /la masa total= 10% de Hierro
3-Arcilla:
100 g de masa total (= 100%) ---------- x= 50 g de Arcilla/la masa total= 40% de Arcilla
Si sumamos los porcentajes obtenido, no pueden superar el 100%. Por lo tanto, podemos utilizar
este método para revisar si hemos calcula bien la composición porcentual:
1- Líquido A:
100 ml del volumen total (= 100%) ---------- x= 40ml liquido A/ volumen total= 40% del liquido A
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2- Liquido B:
100 ml del volumen total (= 100%) ---------- x= 60 ml liquido B/ volumen total= 60% del liquido B
1- Carbono:
100 g de masa total (= 100%) ---------- x= 85,71 g de Carbono/masa total = 85,71% de Carbono
2- Hidrogeno:
100 g de masa total (= 100%) ---------- x= 14,29 g de Hidrogeno/masa total = 14,29% de Hidrogeno.
Si la suma de los porcentajes de los elementos no da 100 (dejando de lado el error experimental),
es porque existe otro u otros elementos cuya presencia habrá que determinar primero
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cualitativamente, o porque hemos hecho mal los cálculos (asumiendo que tenemos todos los
datos).
Hasta ahora hemos visto, a través de diversos ejemplos, los diferentes términos y conceptos que
encierra la palabra “Materia”. Resumiendo, pudimos observar que las sustancias (simples y
compuestas) son un tipo de materia y teniendo en cuenta sus propiedades tanto químicas como
físicas, podemos encontrar una gran variedad de ellas en nuestro entorno. También vimos, que
tomando una porción de materia (una o más sustancias) podemos estudiar cómo se relaciona con
el medio que la rodea, a esta porción la llamábamos Sistemas materiales (homogéneos,
heterogéneos, abiertos, cerrados, aislados). Ahora bien, esta clasificación solo nos muestra un
análisis macroscópica; es decir, lo podemos ver, oler, sentir, tocar, medir, entre otros. ¿Pero que
hay más allá de lo que podemos ver?, a partir de ahora nos dedicaremos a estudiar las unidades
estructurales o partículas muy pequeñas (microestructura) que forman la materia: Los Átomos.
3-1. a. ¿Qué es un átomo? ¿Cómo son estos átomos por dentro? ¿Cuál es su estructura?
Los átomos son las unidades más pequeñas que forman parte de una sustancia, son indestructibles
y cada uno presenta propiedades específicas. Están formados por unidades aun más pequeñas,
llamadas partículas subatómicas, ellas son: Protón, Neutrón y Electrón. (Fig. 9)
Rutherford en 1911, demostró que “Todos los átomos están formados por un núcleo central” y que
este, representa el 99 % de la masa total del átomo. En él se encuentran dos de las partículas
subatómicas: los protones, con carga eléctrica positiva igual a 1 (p+), y los neutrones (n 0)
electrónicamente neutros; es decir, no poseen carga. Fuera del núcleo central o atómico, se
encuentra la tercera partícula elemental con carga eléctrica negativa igual a 1 (e-), denominada
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electrón. En condiciones normales un átomo tiene el mismo número de protones que electrones, lo
que convierte a los átomos en entidades eléctricamente neutras (veremos ejemplos más adelante).
Existen diferentes modelos que, a lo largo de los años, muchos científicos pusieron a prueba para
conocer la ultraestructura de los átomos, en función a los objetivos perseguidos en este cursillo de
nivelación, se dejaran de lado para luego ser desarrollarlos en la cursada de Química general.
Habíamos visto que un elemento (sustancia simple monoatómica) es una especie con
características físicas y químicas únicas, por lo tanto no puede ser descompuesto en sustancias más
simples sin perder sus propiedades. Estas características, que hacen que un elemento sea diferente
a otro, se deben a su microestructura. De esta manera, los elementos suelen identificarse
mediante: un Símbolo, el Número Atómico y el Número Másico.
El Símbolo: se definen de manera universal (es igual en todos lados) a los elemento con una,
dos o tres letras, donde la primera se escribe en mayúscula y la segunda y/o tercera en
minúscula (siempre en imprenta). Las letras que definen el símbolo vienen de sus nombres
en latín. Ejemplo: el metal Plata (en latín Argentum) se simboliza Ag; el oro (en latín Aurum)
se simboliza Au; el mercurio (en latín Hidrargirium) se simboliza Hg, entre otros.
El Número Atómico o la Masa Atómica (A): La suma de los protones y neutrones del núcleo,
constituye el número másico (A), y representa a la masa del átomo. Por ejemplo: el calcio
(Ca) tiene 20 protones y 20 neutrones en su núcleo, por lo tanto su Número atómico A= 40.
Veamos ejemplos:
Para calcular la cantidad de partículas subatómicas, tomaremos uno solo de los ejemplo siguientes
y lo desarrollaremos (podrás hacer lo mismo con el resto para practicar).
¡A tener en cuenta! Todos los elementos en su estado natural, es decir, sin carga tienen la misma
cantidad de protones y electrones.
Elemento Sodio:
Símbolo: Na
N° Atómico (Z)= 11
N° Másico (A)=23
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Veamos, el valor de Z nos indica la cantidad de protones que posee nuestro átomo y el de A nos
indica la suma de protones y neutrones que se encuentran en el núcleo atómico. Entonces, con una
simple diferencia entre A y Z podremos conocer la cantidad de neutrones:
A = p+ + n0 y Z= p+
Si reemplazamos Z, tendremos A= Z + n0
Entonces, n0 = A - Z
Los átomos pueden ganar o perder electrones en una reacción simple, mientras que el núcleo
permanece estable (el núcleo de un átomo no participa en las reacciones químicas ordinarias). A
estos, los llamaremos Iones, por lo que podremos tener: Iones positivos (cationes) provenientes de
un átomo que pierde electrones o Iones negativos (aniones) provenientes de átomos que ganan
electrones a su estructura natural. A los iones también podemos llamarlos de manera general
sustancias iónicas. Por ejemplo, un átomo de sodio (Na) puede perder con facilidad un electrón
para convertirse en un catión, representado por Na+ (catión sodio). De esta manera tendremos: 11
protones (no varían), 12 neutrones (no varían) y 10 electrones (perdió un electrón).
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Como regla general entonces, los iones negativos tienen más electrones que protones, mientras
que los positivos tienen menos. La carga del ion se indica por un superíndice en la parte superior
derecha. Ejemplo: El ion O2- (anión oxigeno) tiene una carga negativa igual a la de dos electrones,
esto nos indica que tiene dos electrones más que el átomo de oxígeno en estado natural. El ion Na+
(catión sodio) con una carga +1 (el número 1 no se escribe en el superíndice) nos indica que tiene
un electrón menos que el átomo de sodio.
¿La cantidad de protones y neutrones nunca varía? En la naturaleza existen algunos elementos que
varían en la cantidad de neutrones, pero no de protones en su microestructura. Es decir, un
elemento puede tener variación en el número de neutrones que se encuentran en el núcleo
central. Por lo tanto tendremos un elementos con distintos valores de A (n° másico), a ellos los
llamamos Isotopos. Veamos algunos ejemplos
El Carbono, es uno de los isotopos más conocidos, y podemos encontrar en la naturaleza tres
isotopos de este. En estado neutro el carbono (12C) posee 6 protones, 6 neutrones y 6 electrones
(A=12 y Z=6), pero también existen (solo veremos el n° de neutrones que es el único que cambia):
11
C con 5 neutrones, 13C con 7 neutrones y 14C 8 neutrones. Algunos otros ejemplos: solo
pondremos el valor de A, para ver como varían en número los neutrones.
Isotopos del Isotopos del Cloro Isotopos del Calcio Isotopos del Oxigeno
Hidrógeno
1
H = 0 n0 y 1 p+ 35
Cl = 18 n0 y 17 p+ 40
Ca = 20 n0 y 20 p+ 16
O = 8 n0 y 8 p+
2
H = 1 n0 y 1 p+ 37
Cl = 20 n0 y 17 p+ 42
Ca = 22 n0 y 20 p+ 17
O = 9 n0 y 8 p+
3
H = 2 n0 y 1 p+ 43
Ca = 23 n0 y 20 p+ 18
O = 10 n0 y 8 p+
44
Ca = 24 n0 y 20 p+
46
Ca = 26 n0 y 20 p+
48
Ca= 28 n0 y 20 p+
¡IMPORTANTE! En los isotopos solo varía el número de neutrones y en los iones el número de
electrones.
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Ejemplos: diez moléculas del agua (10 H2O), una molécula de hidrogeno (H2), una molécula de
amoniaco (NH3), ocho molécula de oxigeno (8 O2).
Hagamos un ejercicio para repasar y reforzar: Indicar en cada una de las opciones que se
dan a continuación cuántos átomos (Atomicidad) y cuántas moléculas se encuentran.
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Los elementos de un mismo grupo presentan reacciones químicas muy parecidas. Por
ejemplo, tanto el sodio (Na) como el potasio (K), del grupo 1, reaccionan violentamente con
el agua para producir hidrógeno gaseoso.
Hasta la fecha se han identificado 118 elementos, de los cuales 83 se encuentran en forma natural
en la Tierra. Los demás han sido producidos de modo artificial por científicos mediante reacciones
nucleares.
METALES, NO METALES Y METALOIDES (En este curso solo se verán características generales sobre
los metales, no metales y metaloides o semimetales.)
Los elementos se pueden dividir en tres categorías: metales, no metales y metaloides. Un metal es
un buen conductor del calor y electricidad. Con excepción del mercurio (que es líquido), todos los
metales son sólidos a temperatura ambiente. Un no metal suele ser un mal conductor del calor y
electricidad, y tiene propiedades físicas más variadas que los metales. Un metaloide, tiene
propiedades intermedias entre las de un metal y las de un no metal.
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La mayoría de los elementos conocidos son metales, sólo 17 son no metales y 7 son metaloides. Los
metaloides se encuentran ubicados en la zona adyacente a la línea de separación entre metales y
no metales y éstos son: B, Si, Ge, As, Sb, Te, Po.
Una característica que permite diferenciar los metales de los no metales es la atomicidad (la
cantidad de átomos que forman una molécula de una sustancia). Cuando se unen dos átomos del
elemento oxígeno para formar la sustancia simple oxígeno, se dice que esta última tiene una
atomicidad igual a dos. Así podemos diferenciar a los metales de los no metales a partir de esta
característica: Se dice que una molécula es monoatómica cuando está constituida por un solo
átomo.
Son monoatómicos todos los metales. Por ejemplo: hierro (Fe), cobre (Cu), níquel (Ni),
aluminio (Al), magnesio (Mg), etc.
Son monoatómicos sólo un grupo de no metales, los gases nobles (grupo 18): helio (He),
neón (Ne), argón (Ar), kriptón (Kr), xenón (Xe), radón (Rn).
En la siguiente figura podrán observar las propiedades físicas y químicas generales de los metales,
no metales. (Fig. 10)
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Bibliografía
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Mc Graw-Hill, Interamericana. Madrid. España.
Milone, J.O. 1987. Química IV: General e Inorgánica. Ed. Estrada. Argentina.
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