Los Protestantes en Oaxaca
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Enrique Marroqul
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1aceleradocrecimientode nuevos movimientosreligiosos de ins protestante es el fenmeno religioso ms importante de esto Latinoamerica, junto con el de la conciencia poltica de cierto cri popular. La situacin religiosa se ha ido modificando bruscamen de los aos setenta, hasta el punto que ninguna investigacin antropol que se proponga estudiar la religin indfgena actual puede ignor pequeo grupo disidente al interior de cada poblado.
Elementos sociomtricos
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En los riltimos veinte afios, mientras la poblacidn mexicana creca 46 pof ciento, los catlicas apenas lo hicieron 30 por ciento, a diferencia de los pra-i testantes, que alcanzaron 174 por ciento. Una de las caractersticas de este proceso es el desplazamiento del protestantismo, de las zonas urbanas de: centro del pas hacia los dos polos fronterizos. El medio rural del surest cancentra 22.5 por ciento de la membresa total,' y Oaxaca colabora con otrc 5.5 ms. De modo que, mientras a nivel nacional en los ltimos 20 aRos l%feli gresfa protestante pas6 de 1.8por ciento a 4.8por ciento de la poblwin 'al, en Oaxaca, el crecimiento protestante se dispar de 1.5por cieiito a 7 : . 19rciento, es decir, creci 531 por ciento. Este crecimiento en el estado de Oaxaca se ha realizado a co- de 1 sia Catdlica, pues esta slo creci 15.4por ciento, mientras que la pobla n lo hizo en 50 por ciento y todas las dems opciones cunteiaipladas pc censos lo hicieron por encima de ella.
m el Sureste; aspectos sociolgicos y estadfsticos,CIESAS d Casa Chata nfm\erb 161, M&xic0,1988,p. 13.
b*i1996, Mhiico, I5CN D
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Los nuevos grupos religiosos han conquistado la mayora de municipios. En 87de elloslos disidentesalcanzan 10por cientode la pob en 24, son la cuarta parte; en 13, la tercera parte y hay 5 en donde los ca son ya minora.~ u 4 use dan casosde estancamiento2 de franca rec e o catlica: en el seno de cada municipio tambin crecieron, e incluso poblados - c o m o Delicias, en San Juan Juquila Vijangos- en don totalidad de la poblacin ya es conversa. La distribuci6n por regiones no parece demasiado significativa. grandes ncleos urbanos (la ciudad de Oaxaca, Salina Cruz y Tuxtepec) centran;como es natural, un buen porcentaje de la membresa protestant lo que las regiones que contienena dichas ciudades son las que en trmino solutos presentan un nimero mayor de proslitos. En cambio, en trm relativos, la Sierra de Jurez y la Sierra Sur son las regiones con el porce ms elevado. La gran extensinterritorial de la Mixteca, su numerosa pob y su acceso fcil hacen que con la misma cantidad de protestantes que la de Jurez (17mil), el porcentaje con respecto a la poblacin total la site e extremos opuestos (10.3y 3.6 por ciento respectivamente).Hay que insisti que su crecimiento en Oaxaca no se finca tanto en las ciudades, donde inc quedan por debajo de la media, sino que prefieren el medio rural, es d segn los criterios censales, poblaciones menores de 2 mil 500 habit muchas de ellas congregaciones, rancheras o ncleos rurales4 En cuanto a las denominaciones implicadas, no obstante que algunas iglesias tradicionales tienen arraigo histrico en Oaxaca (bautistas, distas, presbiterianos, episcopalistas),hanmostrado un crecimiento estacionario. tendiendo al kiimero de templos registrados ante SEDUE'~$S~ como a los grupos implicados en los conflictos, se concluye que el fen&me#~o que nos ocupa se centra claramente entre las sectas,5teniendo las iglesjas histricas que pentecostalizarse* para mantener su pre~encia.~
Hay que advertir que incluso la palabra <<secta>> resulta demasiag~ genrica. Atendiendo a la protagonizacin en los conflictos, se pudierhj distinguir en Oaxaca dos grandes grupos ms o menos iguales? El primeio,$r> constituyen las sectas fundamentalistas, de tipo <~conversionistaa, segn.@' tipologa de B. R. Wilson,' que abarcan aquellas de filiacin pentecostalautodenominadascon variados ttulos barrocos- los Adventistas del S6ptiq.s Da, la Iglesia del Evangelio Completo, los Interdenominacionales... a las aado la Luz del Mundo. Para ellos, el mundo est corrompido porque.J hombre est corrompido, por lo que es preciso comenzar transformando corazn. Prefieren reuniones masivas y plegarias emotivas intensas, priyilg; giando la relacin ntima con el Salvador. En el segundo grupo se colocqh! los paracristianos (Testigos de Jehov, Mormones, Espiritistas y dem&)i& -identificados-ni por ellos mismos, ni por los dems- como .protestantes J los cuales podran clasificarse como sectas nrevolucionariasn, pues desean que el mundo se destruya, si es necesario con la violencia y esperan un orden nuevo bajo la direccin de Dios. Tampoco est ausente en la entidad el tipo de secta denominado taumatrgica su inters en las curacionesmilagrosas. por Lo representan los espiritualistas - c o n cierta presencia en el Istmo- y de 1; . alguna forma los pentecostales. Este ostensible boom sorprende menos si atendemos a su proceso histrico de gestacin. En el siglo pasado, destaca la labor de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur, con su clebre misionero John Wesley Buttler y su alianza con la masoneria,l0y la Iglesia Presbiteriana, a la que toc evmteolgicas, sino que aprecia la precisin sociolgica iniciada con Weber y proseguida por Tr6eltsch. para referirse a los grupos pequeios, de filiacin voluntaria (10 que implica una experiencia de conversin personal), inconformes frente al mundo secular y frente a las iglesias mayoritarias que se sienten depositarias de verdades absolutas, de activismo proselitista y con mas enfasis en la 6ICa que en la doctrina. Jan Pierre Bastian, Protestantismo y Sociedad en Mxico, CUPSA, Mxico, 1983,p. 222. 'Sigo en esto la clasificacin ofrecida por Felipe Vzquez Palacios en Protestantismo en X@l@n. Gobierno del Estado de Veracuz/Comisin Estatal Conmemorativa del Encuentro de Dos Uundas, Mexico, 1991. El autor distingue siete tipos de sectas, segn la respuesta que dan al mundo y a la clase de reaccin dominante en las priicticas y creencias usuales de sus miembros: A Typology of S e c b fn n Dynamic and Comparative Prespective, Archives de Sociologie de Religions, volumen 16, 1963, recopilado por Roland Robertson, Sociologa de la Religin, FCE, Mexico, 1980 pp. 329-346. Esta dificultad puede encontrarse en los Censos Generales, en los que es posible, por las razones aludidas, que muchos Testigosde Jehov se hayan colocado bajo el rubro de otrasreligiones. Y no como protestantes, con lo cual aumentaran an ms los porcentajes para estos nuevos k~vimiento~reli~ios~~. lo RuWn Ruiz Guerra, Consideracionesacerca de la bibliografa del metodismo en Mxicos, en Reziista Americana de Ciencias sociales, Instituto Mora, Mxico, septiembre-diciembrede 1985,PP. 6, 4"
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'Es significativo elcaso de Santo Domingo Nuxaa que en 1940era el lugar donde haba ma poblacin protestante (583 fieles) alcanzando ya entonces 39 por ciento de la poblacin, en 1 descendieron a 30;en 1980 volvieron a ascender a 39 y en 1990 llegaron a 40 por ciento. Como en San Juan Petlapa, donde, de creer en el censo de 1980,presentaba 67por ciento ' poblatin protestante y en 1990,si no hubo algn error, s610 5.5 por ciento. '.De los 25 municipios con mayor porcentaje protestante, slo tres rebasaron hablantes. De 308 conflictos registrados, 141 (40 por ciento) tuvieron lugar en las rancheras y congregaciones. De los 235 conflictos registrados hasta 1987,153 (65por dieron en localidades de entre 500v 2 mil 500 habitantes a los aue se aiaden otros 48 120Dor cie entre 2 501 y 5 mil habitantes. 'LOSprotestantes oaxaqueios rechazan ser denominados sectaspor considerar el tr cargado de connotacin despectiva. E empleo aqul de este trmino no considera implic 1
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gelizar esta zona, en la divisin territorial de las misiones. En los tie postrevolucionarios, en Oaxaca tuvo gran importancia la escuela r impulsada por el protestante Moiss Saenz. Durante el cardenismo, f instrumento para llevar el progreso a las comunidades ms aisladas, a la1 que ariete contra el fanatismo,como se llamaba entonces a las prc religiosas tradicionales. Fue tambin durante ese tiempo que comen funcionar el Instituto Lingstico de Verano para traducir la Biblia lenguas indgenas, con cuyo recurso pudieron establecer, durante la de los treinta, comunidades florecientes en los valles centrales y en teca, como la de Nazareno Etla, con 178adeptos; San Francisco Telixtl con 181; Santo Domingo Nuxaa, con 583, y Santo Domingo Yanhuit 103. La labor proselitista de estos lingistas fue bastante discreta, y se contentaron con engancharcomo braceros a algunos simpati quienes en el extranjero se les dio la formacin religiosa requerida para aos ms tarde, volviesen a sus pueblos ya plenamente convertidos. Las tres siguientes dcadas fueron de extensin territorial, p 1950 slo 231 municipios contaban con poblacin protestante, en cuales apenas estaba el misionero y su pareja, para 1980ya nicament los 570 municipios no tenan presencia protestante. Hasta ese mom grupo protestante era visto por la comunidad con extraa curiosidad y con compasin, tal como se mira a un demente que no comparte los axi del sentido comn. Pero la cosa empez a inquietar a mediados setenta, cuando el grupo se consolid, afectando pautas culturales colee La comunidad, sintindose amenazada, reaccion con violencia.ll
Las represalias
Lo primero que impacta al analizar los conflictos, es la saa de la r Adems de los golpes e injurias, la agresin alcanza muchas veces nes, de modo que resultan casas apedreadas o incendiadas, daos a parcelas abandonadas en plena produccin, o arrebatadas a su 1 dueo. En otras ocasiones, se les priva de algunos servicios pblic como el agua potable, la tramitacin de sus asuntos legales, el ac
molino de nixtamal, a la tienda de CONASUPO o al transporte del pueblo. En el caso de los Testigos de Jehov, los afectados son los nios, expulsados de la escuela, o sometidos a castigos, como lavar los excusados. En los documentos estudiados el encarcelamiento fue la represalia ms Esta pena es relativamente nombrada, y se aplic al menos en 53conflictos.12 fcil de frenar, pues bast la intervencindel Jurdico para su liberacin, que en ningn caso tard ms de tres das. Ms graves resultan los casos de privacin de derechos comunales y el ostracismo: hubo 28 denuncias de expulsin, a las que habra que aadir otros casos en los que no se logr consumar la amenaza. A veces el expulsado es nicamente el misionero extranjero, el pastor o el dirigente; pero otras veces se expulsa a todo el grupo, como en Aloapam o en San Antonino Monteverde (Teposcolula), donde se les trat de expulsar de todas las rancheras del municipio. Los casos lmite alcanzaron el linchamiento, como en Matagallina, Sola de Vega, o en Santa Ins del Monte, Zaachila. Uno de los ms sonados sucedi en Santiago Atitln Mixe, donde los protestantes, armados de palos y acompaados del agente del Ministerio Pblico, iban a apresar al presidente municipal; pero el pueblo lo defendi y linch a cuatro de ellos. Poco despus toc a Guadalupe la Mexicana de Saritiago Ihuatln Plumas. Esta vez fueron siete catlicos los masacrados a manos del demente Germn Garca Antonio, perteneciente a los Testigos de Jehov, quien se suicid cuando ya no pudo resistir a la polica. La represalia, del todo desproporcionada, aparece como producto del fanatismo de los catlicos, y la persecucinfue interpretada como signo apocalptico del fin de los tiempos y como seAal de predestinacin, como sucedi con los primeros mrtires cristianos. A veces parece que el conflicto se revocara deliberadamente, conforme con la estrategia tradicional de la no violencia, pues las mismas vejaciones de que son objeto les permiten recurrir al gobierno y su intervencin les resulta ventajosa para su consolidacin. Los protestantes escriben a las autoridades de todo nivel, desde la agencia del Ministerio Pblico local, hasta el gobernador, la Secretara de Gobernacin e A incluso, al mismo presidente de laV~epblica. veces logran que el caso salga en la prensa y obtienen apoyos solidarios de sus cofrades en el extranjero.13
l2 Por necesidades de clasificaci6n se separaron en un rubro distinto las confrontaciones que terminaron en agresiones combinadas. l3 Sobre los conflictos de San Juan Yae y Santo Domingo Cacalotepec, tres norteamericanos dirigieron sendas cartas al presidente Carlos Salinas de Gortari, denunciando violaciones a los derechos humanos, mismas aue cursaron, vla Secretara de Gobernacin, al Departamento de Cultos y Asuntos Reliaiosos.
" El fondo utilizado para este estudio fue el Archivo del Departamento de Cultos y A , Religiosos, creado por la Direccin Jurfdicay de Gobierno del Estado de Oaxaca en 1986, has* c asumido directamente por el Departamento de Gobierno en 1993. L correspondencia d a periodo alcanza un corpus de 352 conflictos, que constih1ir;l nuestro universo de estudio.
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Son asesorados y representados por un cuerpo de espe de la Asociacion Nacional de Defensa Evanglica o de la Confederacin Pastores Cristianos en el estado, quienes manejan gilmente las leyes. En las acusaciones presentadas por las vejaciones sufridas, resp sabilizan directamente a las autoridades municipales, las cuales represen a los romanos pues el prroco invariablementeest ausente. A diferencia los protestantes, los escritos de los catlicossuelen estar mal redactados, c desconocimiento del castellano y muchas veces se el pueblo, le costumbre es ley. Cuando son conmin pueblo, pues alegan que la cuestin toca a la deliberacin de la asamblea. intervencin de la Direccin Jurdica, por medio del Departamento Cultos y Asuntos Religiosos,14a donde indefectiblemente llegan todas quejas, es inmediata -a diferencia de lo que aconte burocrticas-, enrgica y eficaz, notndose cierta los perseguidos.Si el conflicto se complica, el Jur a un careo y sugiere un convenio, con lo que el gobierno induce una n normatividad cultural.
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centr en el usistema de los santos.16A diferencia del judo Jehov, deidad de un pueblo seminmada, al que acompaaba incluso al destierro, en la antigedad mixteco-zapoteca cada territorio habitable era considerado propiedad de cierto numen - e l seAordel cerro o del lugar- quien permita el uso del espacio como concesin condicionante, a cambio de cierto tributo ritual." Con la evangelizacin, aquellas deidades antiguas se convirtieron en los nuevos *santosu.La necesidad de concentrar a los indios en pueblos hizo que los misioneros asignaran a cada uno el suyo, y ante lw necesidades de personal, delegaron en los mayordomosla responsabilidad de organizar su culto. El santo patrono -es decir, su imagen- es la representacin emblemtica de la comunidad.18 slo significala identidad No del grupo y cumple una funcin nominalizadora (de dar nombre al pueblo), sino que es tambin su proteccin frente a amenazas comunes. De ah lo importante de celebrar su fiesta, sintiendo que la inversin realizada a nivel de lo simblico se traducir posteriormenteen bendiciones materiales. El templo es ante todo vivienda de los santos, a la vez que signo de estatus para la poblacin.l9 Los mayordomos, a cuyo cargo corra la celebracin, fungan ante todo como administradores, pues el santoposea sus propios bienes (terrenos, ganado, joyas) que generaban recursos para la fiesta. E 1 prestigio obtenido mediante ese servicio contaba en el sistema de cargo9 como escalafn de acceso a los de mayor importancia. Sabemos que entre los mltiples rasgos culturales que en cada momento histrico constituyen la forma de vida de un pueblo, ste selecciomLi subjetivamente algunos cuantos para forjarse una identidad colectiva, que le permite a la vez mantener su unidad a travs del tiempo y ser reconocido como diferente por los dems pueblos. Ahora bien, los rasgos de mayor jerarqua los que las comunidadesindias de Oaxaca decididieron expresar su identidad colectiva son justamente aquellos recin mencionados, que se relacionan con el sistema de santos. y que los protestantes, al negarlo, rechazan.
l6 Enrique Marroquin, La cruz mesidnica, aproximacin al sincretismo religomindfgena, Palabra iiSUABJO,l989. l7 Carmagnani, op. cit.; Joseph Whitecotton, Los zapotecas: prfncipes, saurdotes'y campesinos, FCE, Mxico, 1985, pp. 178-194. N Gilberto Gimnez, Cultura popular y religin en el Ankuac, Centro de Estudios E W @ F P P * Mxico, 1978, p. 233-238. I'LOS pueblos9~e tuvieronme/onstmciones en si1& templos ~ U W O ~ ~ qifesktbOS : en cabecera paa'rQtph1 de alii nn~qron las de 10s actuales distritos. 1 6 ' : i ) l. ' .. l T b 9 ~ ~ 3 y a
Enrique ~ a r r d
La resistencia cultural
Al observar los motivos que originaron los conflictos, podemos distin un conjunto referido a las actividades religiosas de los evanglicos, espee mente en torno a la autorizacin para abrir su templo (15por ciento). Una qu dirigida ms especficamente a los Testigos de Jehov es la negativa a sus hijos participen en ciertas actividades cvicas, tales camo el saludo bandera y el canto del himno nacional (7 por ciento). El adversario en tipo de conflictos es sobre todo la escuela, donde se imparten, por en ideas contrarias a la fe y se promueven actividades frvolas, como bailables. Sin embargo fueron las causas culturales -que ocupan ex citamente ms de la mitad del total- las que, en ltimo trmino, constituyer su causa fundamental. Se acus a los evanglicos de negarse a contribuir p la fiesta patronal (9 por ciento), a cooperar para obras comunitarias, coma reconstruccin del templo (17por ciento), a prestar su tequio(13por cien o a desempear cargos de servicio colectivo (11por ciento).En general, est quejas suelen venir juntas, de modo que constituyen un complejo cultural q afecta directamente al (sistema de los santos. Los protestantes, al no creer ellos, rechazan los signos de pertenencia y con ello, las condiciones p disfrutar de los bienes de la comunidad. Las mismas medidas punitivas S aplicadas a los enemigos que ya no quieren colaborar. Los evanglicos alegan que las fiestas paganas no son las suy que son un pretexto para el derroche econmico, borracheras e inmoralidad En Telixtlahuaca (Etla), se les respondi que la fiesta no es de un grup religioso particular, sino de todo el pueblo, sin distincin de ideologas credo. Las fiestas efectivamente, constituyen un momento catrtico de 1 vida del pueblo, importante para mantener la cohesin grupa1 y para rela donarse con los pueblos comarcanos.El derroche del excedente, que propicia la continuidad de la sobrevivencia, as como la embriaguez ritual y la danz son vas para perderse en la inmanenciaque ayudan a soportar la cotidianidad del tiempo profano. En cuanto a las cooperaciones para la reconstruccin del templo, como tequio o como cuota, los evanglicos aclaran que no se oponen a aportar para las obras civiles del pueblo, pero que no quieren beneficiar a la Iglesia Catlica. por 10 que piden que su cooperacin se destine a obras de beneficio social. Sin embargo, hay lugares en donde el templo, construido desde tiempos de la Colonia, es prcticamente el nico patrimonio cultural del poblado. A veces, el. templo dispone de otros bienes (terrenos,joyas o ganado) que le permiten fungir como un segurocolectivoen casos de infortunia.Es por eso que los vecinos de San
Juan Juquila Mixes, replican a los Testigos de Jehov: los catlicos, cuando se trata de organizacionesde inauguracin o cooperacin,hanvendido sus ganados de la Iglesia Catlica, y beneficia a todos, sin distincin de secta. En el sistema de cargos o sea, aquellos servicios de creciente responsabilidad que todos los ciudadanos varones tienen que desempear en forma gratuita durante un ao, los cargos religiosos y los civiles se imbrican, de modo que presentan vas paralelas o combinadas de ascenso poltico. Este sistema es un complejo cultural de gran importancia, de modo que desempear un cargo es considerado una de las mayores obligaciones. La acusacin de que los evanglicosse rehusan a desempear los cargos es bastante reiterativa (al menos 33 conflictos);aunque en su defensa, aclaran su disposicin a aceptar los cargos civiles, oponindose tan slo a los cargos religiosos (sacristn, encargado, tesorero, fiscal, mayordomo o simple topil del templo). Pero adems de la dificultad que implica encontrar otro cargo civil equivalente, para no darles ventaja, no siempre resulta fcil delimitar aqu donde empieza una actividad propiamente confesional:por ejemplo, en Logolava, los policas tienen que armar la crcel de Jess el jueves Santo, o los topiles tienen que dar algunos servicios para el sacerdote. En San Juan Tavela, el pueblo les refuta: Como costumbres, nosotros ah tenemos que ir como correo (llevarcartas, llevar paquetes de algn funcionario,maletas del maestro, del sacerdote, del topgrafo, del asistenterural, etctera).Por ese motivo otras personas que s cumplan, objetan hacerlo tambin. La resistencia se refleja inclusoen actividades aparentemente profanas como la banda de msica. Los evanglicos se oponen a cooperar para comprar instrumentos musicales, alegando que labanda es de carcter religioso y para fiestas de carcter particular, mientras que para el resto del pueblo de San Baltazar Guelava, labanda es de beneficio social:es decir, se emplea para celebrar algunas fiestas nacionales, alguna campaa de algn candidato gubernamental, para recibir a algn funcionario que viene a inaugurar una obra, etctera. Ahora se explica mejor la intensidad de la reaccin: No estamos de acuerdo en perder nuestras costumbres y tradiciones como grupo tnico y como mexicanos -dijeron los de San Pedro y San Pablo Ayutla- por eso no podemos seguirlos tolerando. Dividenla identidad de la comunidad catlica -aaden los de San Jos Chacalapa-; si estos trabajos no se paran, el pueblo quedar dividido en lo ms ntimo de su identidad: su religin. Ms que fanatismo catlico, parece, pues, tratarse de una estrategia de resistencia Cultural, como 10 expresan los de la rannheraGuadalupe Victoria (Santa M& Tlahuitolte~):
La autoridad considera que sus actosfueron conformea la Constitucin. Ms an, con respecto al articulo 44 que establece que la ley protegerd y promover el desarrollo de sus lenguas, culturas, usos, costumbres, recursos yfomtas especificasdeorganizacidn social...porque esta atitoridad no estd defendiendo los intereses de algum religidn concrefa, sino la integracibn de la comunidad.
Donato Pioquinto Ramos, Las migraciones de la sqer norte r l ~ Onmcn, LISUA~JO, (in@ditr,
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La formacin de nuevas identidades ms complejas (comola identidad nacional,,) provoc algunas transformaciones en las pautas culturales de mayor significacin: a partir de 1950 se modific la organizacin de las fiestas, sustituyndose las gravosas mayordomas por cooperaciones de todos los vecinos quedando ademhs convertidasen .folklore* para promocin turstica. El sistema de cargos perdi su espritu democrtico, por un lado, debido al mismo rgimen de partidos polticos, y por otro, por el recurso de algunos miembros relacionados con la ciudad de Oaxaca, para ser nombrados desde all como candidatos y obtener las ventajas que ahora ya pueden obtener. El tequio fue elevado, ciertamente, a categora constitucional en el estado; pero a la vez, aprovechado para abaratar costos de programas diseados en el exterior. Es posible que con la nueva Ley de Cultos y AsociacionesReligiosas, muchos templos dejen de pertenecer a la comunidad. Al analizar las fechas de los conflictos, vemos que entre 1977 y 1982, se registr un promedio de 13conflictos anuales. El ao 1983,sorpresivamente, tuvo uno slo y en los aos posteriores la curva fue recuperndose hasta llegar a los 8 conflictos en 1986; pero al ao siguiente, la curva se dispar bruscamente, pasando a 44 conflictos, elevndose en hasta los 55 de 1989. La curva coincide con la aguda crisis que atravesaba el pas, especialmente en el agro oaxaqueo, donde la produccin tradicional del maz se vino abajo, y fue desplazado por otros productos ms comerciales. Mientras que en los aos cuarenta el cultivo del maz ocupaba el 86.1 por ciento de la superficie total dedicada a la siembra y se sostena en los aAos cincuenta y sesenta con el 82.3 y 74 por ciento respectivamente, en la dcada de los setenta el cultivo de maz no creci; en cambio, las frutas tropicales y la caAa de azcar resultaron favorecidas. En la primera mitad de los ochenta la superficie destinada a los granos bsicos decreci hasta ocupar tan slo 53.4 por ciento de la superficie. De 1985 a 1990 la situacin alcanz su mxima gravedad, pues el maz descendi 30 por ciento, mientras el caf se increment 40 y los frutales 24 por ciento. Considero de la mayor importancia el desplazamiento del maz por el caf, producto que desde su inicio, en los aos cuarenta, apareci como causante del fin del trueque, la monetarizacin del mercado y la aparicin de los acaparadoses. El maz es un cultivo vinculado fuertemente a la tradicin. El ritual festivo sirve para rubricar su siembra y su cosecha, y con frecuencia es promovido para marcar alguna actividad agrcola importante. Los nuevos productos tienen otro ritmo de trabajo y no coinciden con las fechas del calendario festivo, de modo que cuando llega la fiesta,la g
se vuelve ms gravosa.21 Pero adems, los nuevos cultivos -y menos toda la actividad industrial- no estn tan ligados a los avatares climticos: santos, pues, no parecen tan necesarios y para colmo, su proteccin deja ya sentirse. Este impacto del cambio de produccin se produjo de manera desigu en las diversas regiones. Las zonas ms afectadas fueron la Sierra de Jur la Mixteca y parte de los Valles Centrales" que son, cabalmente, aquel1 donde hubo ms conflictos religiosos durante estos mismos aos. Hay q recordar que tanto la Sierra de Jurez como la Mixteca son region eminentemente indgenas, con economa de infrasubsistencia,sometida a un ritmo migratorio muy intenso y con una poblacin protestante simil en nmeros absolutos. En cambio, los Valles Centralesmerecen una arlaraci suplementaria, pues aunque la regin tuvo una proporcin de conflic similar a las anteriores, stos fueron notoriamente de menor intensidad. P lo pronto, se encuentran bastantes poblados pequeos y relativame aislados, con las mismas caractersticas que los anteriores, pero junto a ello hay lugares con un desarrollo industrial considerable, gran concentraci de poblacin, mayor grado de escolaridad. y fuerte actividad comercial artesanal que los hacen notoriamente diferentes. Esto obliga a superar determinismo economicista que atribuye las conversiones a factores precariedad de vida, como si la necesidad fuese madre de las innovacio La modernidad, con sus secuelas de secularismo y pluralismo, va alcanzando tambin al medio indgena a medida que ste se abre al exterior.
Fin de la homogeneidad
Ante los elementos anteriores surge otra nueva interrogante: entonces, por qu no son ms los que se convierten? Al respecto, resultan sugerentes los planteamientos de Robert Wuthnow? quien aplica a lo ideolgico lar
Las fiestas patronales en la mayora de los pueblos oaxaqueitos tienen lugar durante el verano y el otoio. Si la fiesta de algJn santo cayese en poca en que la comunidad no tiene excedentes, su celebracin se traslada una novena de meses, como en Betaza, San Vicente Pifias o Lachiroag. En este Itimo lugar la fiesta de San Cristbal celebrada en noviembre antes de ser descontinuado, fue trasladada a agosto. Al introducirse el cultivo del cafe, la Virgen de la Soledad, un santo secundario en el lugar, desplaz al patrono, pues es en su dla cuando el nuev producto proporciona la mayor ganancia. 22 Carlos Sorrosa, Situacibn agrfcola en Oaxaca, IISUABJO, (inedito). U Robert Wuthnow, Meaning and Moral Order Explorations in Cultural Order, University of Califomia Press, Berkeley, Los Angeles, Londres, 1987, pp. 145-214. Citado por Gberto Gimnez para aplicarlo a los cambios de identidad religiosa en su artculo inedito Cambios de iqentidad y cambio de profesin religiosa*, Instituto de ZnvestigacionesCociales, 1990. w-
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hiptesis del evolucionismo biolgico: cuando cierto entorno ecoiogrco se modifica, se provoca la proliferacin de anomalas genticas entre los nuevos miembros de aquellas especies cuya supervivencia resulta amenazada. Algunas de dichas anomalas resultan ms favorables para adecuarse a la nueva situacin y su herencia ser la que tenga mayor viabilidad para la especie. A su vez, el mismo medio ambiente influir sobre ellas, haciendo ms estable la variacin. Aplicando este modelo a nuestro caso, partimos de la crisis de la comunidad indgena tradicional, iniciada en los aos cuarenta, pero acentuada desde hace un cuarto de siglo para ac y acelerada an ms en los ltimos anos: la comunidad ha dejado de garantizar la supervivencia de sus miembros, muchos de los cuales tienen que salir para ganarse la vida como cada cual pueda. Esta situacin es percibida bajo la expresin de que los santos fallaron*. Dado que las comunidades rurales han dejado de ser homogneas, los cambios econmicos aludidos son resentidos de diversas maneras. El sector ms intuitivo, que posiblemente haya tenido mayor experiencia de apertura al exterior, percibe que la situacin ha dejado de ser lo que era tradicionalmente y tiende a avergonzarse de sus costumbres. No extrafia que algunos de ellos resulten ms receptivos al proselitismo de los nuevos grupos profticos que promueven una teologa en donde la salvacinlse realiza individualmente, sin mediaciones comunitarias. Pero junto a esta anomala se dan tambin otras. Es probable que ese mismo sector modernizado no sea asediado por tentaciones conversionistas y derive hacia formas de catolicismo urbano, ms devocionales e individualistas. En cambio, el sector ms tradicional, representado por los ancianos, que quizs retenga posiciones caciquiles, reaccionar de manera totalmente opuesta y tender a resistir los cambios, reforzando sus costumbres y signos de identidad. El nuevo grupo disidente representa para ellos un enemigo que desestabiliza a la comunidad y que pone en peligro la subsistencia colectiva, por lo que SU resistencia lo empujar a la intolerancia. Entre ambos extremos parece existir otra posicin apenas emergente, representada, tanto por la nueva pastoral indgena de la Iglesia Catlica, como por la nueva generacin de profesionistas indios que no estn dispuestos a desculturizarse. Para stos, la cultura tradicional es un valor que debe ser defendido ante las tendencias desintegradoras de la modernjdad impositiva; sin embargo, debe ser repensada para que responda a los nuevos desafos, pues las culturas son siempre vivas y el anquilosamiento es el mejor camino de la ~ grupos pequefios al interior de la Iglesia (con desintegracin.La f ~ m a c i den
alegan que se trata simplemente de la fiesta del pueblo, en la que todos lo miembros de l participan, pues el no hacerlo significa su no pertenencia la comunidad. La presencia de un pequeo grupo con su nueva identidad religiosa propia provoca que los catlicos comiencen a sentir tambin S identidad religiosa propia. Pero el fervor fantico de los neoconversos hac que una de las mltiples identidades que todo mundo posee, absorba o inhiba a las de modo que dejan de sentirse zapotecos o mixtecos, para considerarseexclusivamentecomo Testigos de Jehov o como pentecos? teses. Se requiere, por tanto, encontrar nuevos signos de identidad colectiva fuera del mbito religioso. 3) Laicizacin de la autoridad. Se ha hablado de que en el medio indgena la autoridad esta sacralizada. Esto es natural, pues la primera legitimacin del poder tuvo signo religioso. El actual sistema de cargos, como se dijo, imbrica servicios de ndole religiosa y civil, pues el presidente municipal decide en algunas cuestiones religiosas. Ahora el grupo protestante exige que la autoridad sea laica y presiona a la Iglesia Catlica para asumir funciones que antes desempeaba desde la autoridad. Tenemos un ejemplo en el escrito que los evangelicos de San Isidro Lagunas (San Andrs Lagunas) dirigieron al presidente municipal, rehusndose a cooperar para la reconstruccin del templo catlico: a) La Constitucin poltica es superior a las ordenaciones el municipio y sta respeta las creencias individuales. b) Las religiones son como los partidos polticos:nos reunimos personas que pensamos igual y no podemos ayudar los del PRI a los del PRD. c) La autoridad est desligada de cualquier grupo religioso, por lo que no debe intervenir a favor de ninguna religin. Slo cuidar el orden de cada grupo religioso, pero sin meterse en ninguno. 4) Privatizacin de la fe. Al dejar de proporcionar los elementos de identidad comunitarios,los nuevos grupos presionan para la supresin de actividades confesionales en la escuela, en las diversiones festivas, en 10s cementerios, etctera, con lo que se favorece la tendencia, propia de la modernidad, hacia la autonomizacin de lo religioso, replegndolo a su esfera propia. Igualmente, la religin deja de brindar el universo simblico. aglutinador, unificante, compartido por todos y que recababa la misma la adhesin del sentido comn para convertirse en cuestin de vida privada, a la que cada cual, individualmente, acepta en la medida que .ms le agradew
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Su ritual, hasta ahora ejercido pblicamente, en el espacio abierto y cen del poblado, se reduce al que el grupo realice <ca interior del templo. y horario asignado por la autoridad. 5) Introduccin del pluralismo. La nica va para evitar confrontacio como las que estn aconteciendoes aceptar que esta situacin es irreversib lo cual dar6 cabida al pluralismo. En esta actitud, propia y de la cultura urbana, una variedad de oferta cosmovisiva - e 1 sincretis tradicional, el catolicismo oficial, el secularismoy la gran de inspiracin protestante- compiten por lograr la adh los miembros de la comunidad. Ninguna de estas vision pone en forma coercitiva, dado que la situacin de monopolio ha derivado una situacin de mercado. 6) Replanteamiento de los derechos indios. Se ha despertado lti mente un sentimiento de solidaridad con los vejados, con los derechos que corresponden como seres humanos. Entre ellos, la libertad de creencias sido una adquisicin contra la intolerancia y el fanatismo. Ahora bien, la de consciencia de los derechos humanos ha pasado por tres etapas: la p ra correspondi a los derechos del individuo en su humana; la segunda a los derechos comunitarios y a tercera etapa es sensible a las diferencias, los derechos que todos tenemos a cuanto gnero, etnia o raza. Los protestantes tienen toda la razn quejarse de no ser respetados en su fe. Pero las comunidades indias tienen tambin razn al defender sus tradiciones inveteradas. Al artculo 24 de la Constitucin (y las recientes reformas al 130), debe complementarse con las reformas al artculo 4".
Es en este contexto en el que se producen los nuevos movimientos reli giosos, con un discurso contestatario con respecto a lo tradicional. Las numerosas conversionesevidencian,por un lado, la inadecuacin de las funcione poltica, cultural y religiosa a la nueva situacin; pero por otro lado, resulta] un vector de modernizacin, tanto en el plano colectivo como individual rearticulando procesos de acceso a la modernidad (laicismode la autoridad pluralismo, diversidad). En lo religioso, provocan su deslinde con respecto a otros sistemas culturales (educativo, poltico, recreativo, etctera) para reducirlo a una esfera autnoma propia, como cuestin de la vida privada de cada cual. No obstante, esta integracinconla modernidad, dada la situacin de subalternidad en que se da, resulta un factor de desintegracin cultural, lo cual ocasiona violentos movimientos de resistencia y conflicto para con 104 sectores ms tradicionales; pero a la vez, la gestacin de movimientos ligiosos o no- de dinamizacin de las tradiciones hacia formas de refor zamiento de identidad para posibles proyectos alternos de incorporacin a la modernidad desde el propio ethos.
Conclusin
Las circunstancias que hicieron que las comunidadesindgenas de Oaxaca se abriesen al exterior, mediante la occidentalizacin forzosa, provocaron cambios importantes en su estilo de vida: en lo econmico, se incorporaron al mercado, a formas incipientes de industrializacin y cambio de cultivos. En lo cultural, el turismo, las carreteras y la televisin generaron el consumismo y la conversin de algunas costumbres en folklore. En lo social se produjo un desajuste en el sistema de cargos, en las formas de eleccin de la autoridad, degener el sistema del tequio y la movilidad migracional se volvi6 estructural. Todo esto significa un choquecon respecto a la mentalidad tradicional y con factores de desestruchiracn, tanto. del tejido social didonales.
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Fuente: ~ e ~ n r t a m e nde Ctiltos y Asuntos Religiosos, Direccidn Jtirdica y de Gobiertio del to estado de Oaxaca
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