Reflexiones Sobre La Práctica Educativa Universitaria y La Formación Ética - P. CARLEVARO

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Reflexiones sobre la prctica educativa universitaria y la formacin tica - CARLEVARO, Pablo

Reflexiones sobre la prctica educativa universitaria y la formacin tica

Advertencias
Es preciso advertir que el autor de este texto tiene slo experiencia como estudiante y docente - en cuestiones generales de la universidad aunque ha vivido una larga prctica educativa, prestando especial atencin a la condicin humana de los estudiantes. Tiene apenas conocimiento cultural en

materia de filosofa y tica, aunque s ha reflexionado - con apasionamiento sobre los aspectos ticos inherentes a la condicin de universitario. Advierte la importancia que tienen tanto la conducta moral del profesional, que ejerce sus funciones en el medio social, como la necesidad institucional de atender los aspectos ticos durante su formacin universitaria. Dicha atencin no deber hacerse sobre la base de la docencia instructiva y discursiva tradicional sino promoviendo una reflexin autntica mediante la discusin y el intercambio consiguiente - entre pares y con los docentes - de modo que ello contribuya a gestar la construccin individual y colectiva de un consenso tico. Adems, debera ponerse nfasis en la funcin liberadora de la

educacin, cualquiera sea el mbito en que se practica (universitario, escolar o


popular).

Es preciso advertir, tambin, que la Ley Orgnica que rige la Universidad de la Repblica no concibe la institucin como una entidad neutra en relacin a la sociedad sino que toma partido franco y explcito en el sentido de "contribuir

al estudio de los problemas de inters general y propender a su comprensin pblica". Asimismo precepta entre sus fines: "defender los va/ores mora/es, los principios de justicia, libertad, bienestar social, los derechos de la persona humana y la forma democrtico-republicana de gobierno" (art. 2).
La misma

Ley garantiza la libertad de opinin y crtica a todos los miembros del "demos" universitario (individual o colectivamente), an en aquellos asuntos que hayan sido objeto de pronunciamiento expreso por parte de las autoridades. Es decir que la Ley establece la vigencia de una convivencia libertaria. En la misma tnica, el Estatuto del Personal Docente exige, para la nominacin del docente, la posesin de idoneidad moral.

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Muchas veces las leyes no tienen vigencia real, pero en el caso de nuestra Universidad de la Repblica, podra decirse con fundamento que la Universidad fue intervenida por la dictadura y perdi su autonoma por cumplir estrictamente con los fines asignados por la ley.

El cumplimiento de esos fines fue

asumido como un deber.

En tiempos de autoritarismo y arbitrariedad,

nuestra Universidad supo cumplir como institucin ticamente responsable y ello le cost sufrimiento, deterioro y perjuicio, no slo a ella sino al pas. Hubiera

agraviado su decencia institucional si no hubiera enfrentado a la dictadura y denunciado sus prcticas atentatorias a los derechos humanos. En condigna

recompensa, la dictadura le otorg el honor sufrido de la intervencin. Tambin la definicin de salud - establecida por la OMS hace ms de medio siglo - constituye un mandato con sentido tico muy especialmente atendible para todos los que ejercen funciones de gobierno o actividades profesionales ligadas a la salud. Por fin, basta leer la Declaracin de los Derechos Humanos para apreciar que muy por encima de la neutralidad, ella constituye un enunciado que postula la vigencia de valores que debieran ser universalmente respetados. Como es notorio, desgraciadamente, la realidad an no los respeta. Si bien la existencia de graves violaciones de leyes y derechos humanos evidencian que no tienen suficiente fuerza coercitiva para frenar la barbarie, su valor moral inclume e imperecedero condenar, inexorablemente, al violador.

Cuestiones ticas que se plantean desde el inicio


Expresaremos algunas cuestiones ticas que la condicin de estudiante universitario plantea a una persona que ingresa o pertenece a la Universidad de la Repblica. La primera cuestin es la toma de conciencia acerca de que, pese a la libertad de ingreso y a la gratuidad de la enseanza, no todos los jvenes de su misma edad tienen la posibilidad efectiva de acceder a los estudios

universitarios. Vista la enorme importancia que en la sociedad contempornea tiene la adquisicin de conocimientos y habilidades para la insercin social, el estudiante universitario posee una situacin de privilegio que, si la sociedad fuera ms justa, debera ser extendida a todos.

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La Universidad es mantenida por el aporte de toda la sociedad; sin embargo, slo una parte de la poblacin tiene la posibilidad real de acceder a la educacin de tercer nivel. No existe limitacin reglamentaria pero, para poder ingresar, no alcanzan los atributos naturales, el deseo y el esfuerzo sino que la accesibilidad est condicionada por factores socio-culturales y econmicos, a los cuales todava se asocia el lugar geogrfico de procedencia. Es decir, no existiendo limitaciones

reglamentarias para acceder a la educacin superior, las condiciones sociales lo limitan de hecho. Atendiendo a lo que precede es preciso tomar conciencia - desde el ingreso mismo a la Universidad de esa situacin y pensar en las

responsabilidades y obligaciones ticas que, como consecuencia de ello, le incumbe a cada uno y al colectivo. ha logrado por su esfuerzo Es decir - sin perjuicio de reconocer lo que

el estudiante debera sentir el compromiso

compensatorio permanente de retribuir a la sociedad los beneficios de la posibilidad que le ha dado. Ello no debe postergarse hasta las circunstancias en que se ha graduado e ingresa, con todas sus capacidades desarrolladas en la Universidad, a la sociedad, sino desde el mismo ingreso. Su reflexin tica

podra llevarlo a pensar - o mejor sentir - que su privilegio se compensa si rinde una entrega de servicio social.

En otro orden, existe tambin otra reflexin tica que debe plantearse desde el inicio mismo de la incorporacin a la Universidad. La ley Orgnica que rige la Universidad de la Repblica - y dems universidades pblicas - otorga al estudiante, desde su ingreso, "ciudadana" universitaria. Esto quiere decir que al formar parte del "demos" universitario, en una universidad democrtica, el estudiante tiene derecho a elegir autoridades y posee libertad de opinin y crtica. Si bien la ley no lo establece explcitamente, es obvio que el derecho tiene una contraparte de obligaciones para con la institucin. Lo que surge primero es la responsabilidad de preocuparse y

participar activamente para que la Universidad sea mejor.


Es decir, la universidad debe ser una entidad en superacin permanente en el ejercicio de su funcin educativa. Para ello los estudiantes deberan habituarse

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a hacer siempre - como una cuestin natural - un anlisis crtico y, tambin, pro positivo a partir de su propia experiencia de enseanza - aprendizaje. Un pensador tan calificado y reconocido como Carlos Vaz Ferreira sealaba que nadie mejor que un estudiante est habilitado para efectuar sus apreciaciones crticas sobre la docencia. Naturalmente, con la modestia y humildad propias de su condicin, pero tambin con la propiedad que les da ser receptores directos e inmediatos de la enseanza que reciben. En suma, el estudiante universitario debe comprometerse y contribuir a que la casa que lo recibi - abierta, libre y gratuitamente - sea, con su modesta participacin, cada vez mejor. El inters, la preocupacin y la participacin en las cuestiones de la universidad - en una universidad como la nuestra, que le otorga "ciudadana" debera ser asumida por todos como una obligacin moral.

El proceso de incorporacin de valores


La incorporacin natural de valores ticos es un proceso constructivo que se da en cada individuo y que tambin se gesta colectivamente, a partir de la prctica. Pretender incorporar valores ticos mediante un curso acadmico o el aprendizaje perfecto de un cdigo, no sirven al proceso de gestacin de valores tanto a nivel personal como al desarrollo de una tica institucional. Es decir, no garantiza la necesaria construccin tica del individuo ni la del colectivo. Ese curso servira, a lo sumo, a la profundizacin cultural en una de las reas de la filosofa. repeticin. En cambio, son las reflexiones de contenido tico a propsito de situaciones que afectan o involucran a la persona (estudiante o docente) o al colectivo - reflexiones guiadas por quienes tienen propiedad en el tema - las que serviran como punto de partida para elaborar una construccin tica. Estara basada en la prctica, partiendo de vivencias reales y concretas, que surgen inevitablemente en el mbito social o institucional. La reflexin sobre los aspectos ticos del quehacer sern fundamentales no slo para una formacin tica slida del universitario sino, tambin, para guiar su actividad operativa, rigiendo de manera natural su conducta. Estara basado en el discurso y, si hubiera examen, en la

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Deber ser en el marco de un intercambio y una discusin autntica, sincera y profunda - toda vez que las circunstancias lo ameriten - que la reflexin contribuya a la gestacin de valores. O sea, son las vivencias

experiencia les que surjan naturalmente de la prctica y del vivir - que merecen consideracin especial y anlisis las que sirven de cimiento para la

construccin tica de grupos y personas. La experiencia docente nos ha enseado que existe un tipo de aprendizaje que se va adquiriendo mediante actividades docentes tradicionales, bsicamente intelectuales, pero que existe, tambin, un tipo de aprendizaje de cuestiones

fundamentales que se adquiere "osmticamente", por la inmersin en un


mbito en el que lo que se incorpora penetra en forma continua, muchas veces insensible. Admtase esta imagen del aprendizaje "osmtico", con un calificativo tomado - quizs por deformacin profesional - de las ciencias naturales, para denominar a la asimilacin o penetracin lenta e insensible de algo que se incorpora. Operacionalmente, podra decirse que el aprendizaje de contenidos

intelectuales puede anotarse en una libreta, en cambio lo que se incorpora "osmtica mente", no. Penetra, generalmente, en forma imperceptible, pero al

cabo del tiempo su presencia es indudable y efectiva, resultando determinante del comportamiento. La incorporacin de valores ticos pertenece, naturalmente, a este tipo de aprendizaje vivencial. Cuando la inmersin del individuo es en un

ambiente sano en el que rige y se actualiza la presencia de valores, la incorporacin de dichos valores es natural e inevitable. Cuando surge el conflicto o la irregularidad que la vida social siempre acarrea, la reflexin es ineludible. conductual. En la prctica - la mayora de las veces - el hombre procede de manera refleja, casi automticamente, pero otras veces ante requerimientos de real complejidad y compromiso, el proceder debe estar guiado por la reflexin. sta aporta lucidez y amparo a la conducta. El estudiante aprender a revisarse a s mismo, autocriticndose o reafirmndose en sus convicciones y conducta. Slo ella podr guiar el curso de la nave

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Lado a lado del desarrollo profesional del estudiante y sin competir con ella, respetando la individualidad intransferible de la persona, se ir

desarrollando su personalidad humana y sus pautas conductuales. Los temas que surgen en la reflexin tica nunca quedan cerrados. Las

respuestas elaboradas no slo no quedarn totalmente elaboradas sino que promovern la prosecucin del intercambio y de las discusiones, mediante nuevas reflexiones. La reflexin tica debe encuadrarse, siempre, al margen del dogma y del mandato o instruccin partidaria. Debe realizarse con total libertad para que

sea autntica y as constituir una instancia liberadora, que servir de impulso en el sentido de la construccin del progreso y del mejoramiento social. Es obvio, aunque procedente, advertir que de estos procesos de formacin no quedan al margen los docentes. moral de su personalidad. Ellos tambin van construyendo el perfil

Cuando se ejercen acciones que tienen por

destinatario al individuo humano, la conducta que adopte el docente se vuelve una permanente e insensible contribucin a la formacin tica del estudiante. Al referirnos a la interaccin de estudiantes y docentes no puedo evitar el recuerdo de aquellas palabras de Gabriel del Mazo que expresan que "en la

intimidad educativa y por cultura de reunin se identifican los que aprendiendo ensean con los que enseando, aprenden",
Es decir, tanto la intimidad educativa como la cultura generada en la reunin, son pilares bsicos para construir conjuntamente los valores que regirn nuestro comportamiento.

La prctica de la extensin: significado tico y humano


La comprensin unsona que hicieron los estudiantes latinoamericanos a comienzos del siglo pasado, en la poca de la Reforma, acerca de la universidad y su rol gest, en el mundo, un nuevo concepto de universidad. Dicha idea fue compartida en toda Amrica Latina constituyendo una rara identificacin cultural de dimensin continental. Esta concepcin incluye muy especialmente la percepcin tica de las responsabilidades sociales de la universidad. Seguramente est en la base del concepto de extensin universitaria y su prctica en la sociedad.

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Para ser sinttico - obviando sutilezas de expresin - diremos que la

extensin universitaria es una funcin de la universidad cuyo propsito y


significado esencial es poner la universidad al servicio del pueblo. La raz tica de la extensin parece indudable. Parte del reconocimiento de que la universidad - mbito de la enseanza superior y la cultura - no debe monopolizar el saber a espaldas de la enorme mayora de la poblacin que sostiene su funcionamiento y la rodea. Sin duda, fue el movimiento estudiantil quien impuls la reforma que hizo eclosin en Crdoba, en 1918 y repic - en aos siguientes - en todas las metrpolis continentales. La concepcin latinoamericana sinti la obligacin

moral de poner todo el caudal educativo y cultural de la institucin universitaria - privilegio de pocos - en beneficio de la sociedad y de todos.

En Montevideo, algunos aos antes de Crdoba, estudiantes universitarios de Medicina y Agronoma (las asociaciones gremiales estudiantiles ms antiguas) ya practicaban experiencias precursoras de extensin que, a la distancia de casi un siglo, no pueden ser sino apreciadas con admiracin y respeto, precisamente por la sensibilidad y el valor moral que denotan. Estas prcticas tenan la limitacin de reproducir la forma - poco apta en que se practicaba la enseanza en las aulas. El poseedor del saber es quien habla y ensea, monologando. El destinatario de la accin aprende,

escuchando.

Actualmente,

se

estn

impulsando

prcticas

de

la

extensin

que

reconocen no slo el saber sino tambin, la necesidad de expresarse por parte de la gente, mediante el dilogo. No se trata de otro saber acadmico sino de La relacin debe establecerse

un saber popular, culturalmente elaborado.

sobre bases de paridad horizontal. Es preciso generar un canal de comunicacin y un lenguaje comprensible para todos, de modo tal que quien habla, escuche y quien escucha tambin exprese su pensamiento y sus opiniones. El dilogo

debe ser la base, pues la comunicacin directa es el medio de establecer una relacin de reciprocidad irreprochable. Como expresin superior de esa suerte de comprensiones comunes se va gestando una cultura, manteniendo cada uno sus roles pero gestando entre

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todos esa cultura comn, que implica la comprensin comn de las cosas y la aspiracin compartida de hacerlas mejores. El resultado del encuentro entre los universitarios: estudiantes, egresados y docentes con las personas que asientan en una comunidad (en un barrio, en una fbrica, en un liceo, en un mbito rural, etctera) culminara cuando se llegara a elaborar proyectos o emprendimientos comunes destinados a erigirse y funcionar en el espacio de encuentro, para beneficio compartido por todos. Qu tipo de proyectos? Los ms variados, tan diversos como es la

diversidad de los saberes y estudios universitarios, pero tambin tan variados como fueran los planteamientos, las necesidades y las propuestas de la gente. Ello obligara, muchas veces, a la conjuncin de los saberes (cientficos o tcnicos) y a la interrelacin disciplinaria (cuestin muy importante, todava tan poco desarrollada en nuestra Universidad). Extendera - literalmente - la

presencia y la prctica docente de la universidad en contacto con gente tan diversa como son los habitantes de un barrio, o los obreros de una fbrica, o los adolescentes de un liceo, o los adultos de una escuela nocturna, o los pobladores y productores de un paraje o de una comarca rural, o ..., todo cuanto pudiera imaginarse y tras el encuentro, culminara en un emprendimiento literalmente participativo y cooperativo. Tambin es fuente de aprendizaje toda actividad concreta y prctica en laboratorios, talleres, centros educativos, clnicas, consultorios, etctera. Todo

es escenario apto - a veces imprescindible - para el aprendizaje profesional y para la formacin humana. El espacio comunitario constituye un lugar donde se aprende operando, actuando, asociado con el otro y tambin, asocindose en equipo con los propios compaeros. Un espacio de aprendizaje relacionado con la carrera que se

estudia, aplicando modestamente lo que se ha incorporado y efectuando un servicio socialmente til. Pero en ese espacio tambin se incorporan "osmtica mente", por

inmersin en un ambiente nuevo, cuestiones fundamentales de signiFicado tico. Se adquieren responsabilidades, se conoce respetuosamente al otro, se aprende a valorarlo como par y a servir a la sociedad compartiendo tareas lado a lado. En contacto con la gente, los universitarios se humanizan.

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En todo esto, hay un postulado tico: no es legtimo valerse de una

comunidad

(o

un

grupo

humano)

para

aprender sin

rendir

una

contraparte de servicio.
El tipo de servicio es tan variado y mltiple como lo son las profesiones universitarias y, naturalmente, la contribucin y el aporte de los estudiantes est en correspondencia profesional. Tambin el docente siente y experimenta los cambios que genera el nuevo tipo de terreno y tambin el docente no slo aporta - a sus estudiantes y a la comunidad - sino que tambin aprende. Gracias a todo esto se va gestando en estudiantes y docentes no slo un proceso de aprendizaje especfico (propio de su quehacer profesional) sino que con su grado de progreso en la respectiva carrera

se va realizando ese proceso de formacin tica y humana Ga veces,


insensiblemente, otras veces mediante instancias de reunin, dilogo y reflexin conjunta) que va quedando incorporado para todo el resto de la vida.

La formacin tica profesional


En cuanto a la formacin tica del profesional, es obvio que se va construyendo todo a lo largo de su carrera. Sin duda, los valores ticos que rigen (explcita o implcitamente) en el ambiente en que se forma el profesional son la componente principal. Atendiendo a la construccin colectiva de la tica de los grupos, la existencia peridica de reuniones de intercambio y reflexin acerca de aspectos ticos del quehacer es ms que deseable y necesaria. sincera y franca debera ser practicada. Sin duda, los cdigos de tica profesional deben ser conocidos. Su En ellas la participacin

conocimiento previene faltas legalmente punibles. La experiencia evidencia que un profesional puede conocer un cdigo o an repetir de memoria algunos de sus contenidos y ello no garantiza la calidad moral de su conducta. Hace muchos aos - tantos, que se trataba de la leccin inaugural de la ctedra del Prof. Juan J. Crottogini, un formidable maestro - le o decir refirindose a un colega mayor y a modo de reconocimiento pblico: "no es profesor pero ensea siempre, es gineclogo pero sus enseanzas desbordan el campo de la ginecologa; por su enseanza viva, con ejemplos, ms que a ser

mdico ensea a ser hombre".


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Evoco, sin consultar, estas palabras del Prof. Crottogini porque ilustran el

valor del ejemplo en la incorporacin de principios ticos.

Sin clases ni

conferencias, el ejemplo tiene una connotacin moral insuperable. El ejemplo y la reflexin, el ejemplo mudo, sin palabras, que es generador de la existencia de un mbito esencialmente decente. Por cierto, el Prof. Crottogini no slo reconoci aquel ejemplo sino que lo transmiti a sus discpulos y colegas. cultura moral. As se va sembrando y gestando una

Desafo a la Federacin de Estudiantes Universitarios del Uruguay


En la sociedad contempornea de nuestro pas existe una situacin de malestar relacionada con las instituciones educacionales de la enseanza

secundaria, que afecta a los alumnos, a los docentes, a las autoridades y a los padres. El malestar tiene expresiones materiales, espirituales y sociales. La sociedad entera toma conocimiento de esto, cuando acontecen

episodios de violencia que se divulgan en forma de nota periodstica televisiva no siempre exenta de sensacionalismo. Los conflictos, de muy diversos tipos, alarman a todos. Sin embargo,

seguramente deben coexistir con los conflictos realidades institucionales y actitudes humanas positivas, que no merecen espacio en la crnica informativa cotidiana, aunque tienen indudable significado moral. La divulgacin generalmente sirve para alarmar y ratificar una conviccin pesimista, que en mucha gente alienta, desde hace mucho tiempo cuando los problemas eran menores, en el sentido de que: "la juventud est cada vez peor". No corresponde aqu el anlisis y la interpretacin de los hechos y las dificultades que ocasionan malestar. Sin embargo, es preciso recordar que la

adolescencia es la etapa de la vida en que se producen cambios biolgicos y psicolgicos con ms alta intensidad. Sbitamente, el nio crece a mayor rapidez que nunca, las hormonas del adulto se incorporan a la circulacin y su psiquismo sufre un impacto que debe aprender - no sin dificultades - a sobrellevar y asumir. Aunque sea una etapa con identidad propia, en la adolescencia coexisten - nada menos y a veces conflictiva mente - el nio y el adulto.
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Si superar eso ya es un desafo, mucho ms difcil es cuando los jvenes estn inmersos en un mbito social conflictivo y riesgoso, que acenta mucho su vulnerabilidad. De esto, la prensa hace muy poca mencin, muchos sectores

sociales no lo conocen y queda para especialistas e iniciados; es decir, queda para muy poca gente. Los adolescentes son los pobladores de un espacio educacional (liceos, escuelas tcnicas) que estn destinados a su educacin, en trminos

principalmente instructivos. Esos espacios .son slo eso? No debera ser, adems, un espacio educativo que, sin dejar de instruirlo, poseyera un clima y una salud institucional generadora de sentido de pertenencia, que apoyara con sabidura y eficacia sus dificultades, contemplara diversamente sus inquietudes y contribuyera a hacerlo ms feliz? No debera ser un lugar al cual el alumno concurriera, mucho ms que por obligacin, por afinidad natural?

Los adolescentes - adems de necesidades de aprendizaje y desarrollo


intelectual y cultural - tienen inquietudes muy diversas. Ello es tan deseable como saludable. Tienen vocacin o intereses de mltiples tipos, tienen afinidades diversas con las distintas reas de la ciencia y la cultura y gustan de la vivencia de actividades cientficas, humansticas (literarias, musicales, artsticas) al igual que deportivas y sociales o recreativas que los hagan sentir bien. Estas inquietudes: no son legtimas? No deberan ser atendidas? Su

realizacin no contribuira a dejar una huella educativa que sera eternamente recordable como un tiempo de bienestar?

No es el bienestar quien mejor

antagoniza las drogas?

Para ilustrar con una ancdota real la validez de lo expresado, relatar un episodio vivido - hace ya varios aos - con la Directora del Liceo de Casab. Por esa poca, ocupbamos la direccin del Programa pex-Cerro de la Universidad de la Repblica. Casab es uno de los barrios del Cerro. Por

iniciativa de varios colaboradores del Programa, deba solicitar una entrevista con la Directora del Liceo, para gestionar una autorizacin que permitiera a los estudiantes universitarios de trabajo social y psicologa realizar un trabajo propio de sus disciplinas con los alumnos del Liceo.
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Cuando iniciamos la entrevista y tras explicar brevemente el objeto de la misma, la Directora me expres: "Ac, yo tengo un problema y es la dificultad para hacer salir a los alumnos del Liceo". contest: "Directora, la felicito. dificultades para hacerlos entrar". Yo conoca medianamente bien el barrio de Casab y conoca algo de las condiciones materiales de los hogares y las viviendas de esos chicos. El Liceo Bastante sorprendido y desorientado

La mayora de sus colegas han de tener

era una construccin nueva, sin lujo pero confortable, con salones amplios y ventanas que daban a un parque natural poblado de grandes rboles, que permitan observar la costa y el agua del Ro de la Plata. Era un lugar situado en la periferia del barrio, que estos jvenes recin conocan y disfrutaban. instalaciones para realizar actividades deportivas. Posea

La Directora me explic que

los alumnos lamentaban que, justamente en las vacaciones, no pudieran practicar deportes porque quienes hacan posible la actividad, simultneamente tambin tenan vacaciones. No eran profesores de educacin fsica sino

docentes que, voluntariamente, las organizaban, supliendo la injusta carencia institucional de ese liceo y tantos ms. Los alumnos estaban dispuestos a realizar la actividad que les

propusieran, y el tiempo de permanencia en el Liceo - con una clase tras otra no alcanzaba. Al finalizar la entrevista - no muy larga - la Directora repiti: "Yo tengo el problema de cmo hacerlos salir del Liceo", y yo repet mis felicitaciones. Cuando coment que el episodio me haba sorprendido - concebamos la Directora y yo al liceo de modos muy diferentes - alguien me dijo que la Directora era una buena persona, que quizs tuviera prevencin respecto de la realizacin de actividades universitarias en su liceo y que ella haba sido opositora a la dictadura, por entonces, todava reciente.

Si acordamos en concebir al Liceo y a las Escuelas tnicas de la UTU como

mbitos de educacin integral de los adolescentes y no como mero lugar de instruccin secundaria en que los jvenes reciben una leccin tras otra
y

despus se van (en su deseo ntimo, lo antes posible), entonces acordaremos tambin que ser necesario proceder a un emprendimiento de transformacin y cambio radical en su estructura institucional y en su modo de funcionar.

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Reflexiones sobre la prctica educativa universitaria y la formacin tica - CARLEVARO, Pablo

Por supuesto que ningn cambio sustancial podr hacerse al margen de las autoridades - de todo nivel - tanto de la Educacin Secundaria como de la Educacin Tcnico - profesional (Universidad del Trabajo). Ese cambio exigir una inversin muy importante, en recursos

materiales y humanos.

Para obtenerlos deber promoverse un consenso

nacional muy fuerte respecto a una reforma radical de la educacin de los adolescentes como cuestin previa para que esos recursos se amplen y se actualicen y sean, luego, bien aprovechados. Por qu plantear este desafo a la Federacin de Estudiantes

Universitarios del Uruguay? Por diversas razones fundamentales: 1

- Porque

la FEUU es una institucin de 80 aos que, a lo largo de su vida, ha Estas

hecho contribuciones trascendentes a la vida social de este pas.

contribuciones han sido - por lo general - poco reconocidas y reducidas a conflictos episdicos. La versin periodstica de sus luchas - con expresin

callejera - no apunt a su significado y valor constructivo sino al desorden que causaban. Mucho debe nuestra universidad al aporte constructivo de la FEUU y a la garanta de moralidad que siempre ha aportado.

20 - Porque entre los recursos humanos que se necesitaran para transformar el


mbito educativo de los adolescentes habra que contar con un importante contingente de jvenes que comprometieran su participacin y su entusiasmo, su iniciativa creativa asociada al compromiso. Es necesaria la comprensin del Adems, la enorme acadmica

otro y de la significacin humana y social de la tarea. multiplicidad y diversidad de su todava

incipiente formacin

(humanstica, cientfica, tcnica o artstica) aseguran una cobertura plena de todas las demandas y variadas afinidades. 3 - Porque estara muy bien que fueran convocados, reclutados y organizados por parte del gremio de los estudiantes universitarios, cuya capacidad

organizativa, elevacin de miras y compromiso con una sociedad mejor no puede ser desconocida y desaprovechada. Adems, est acreditada

histricamente. Un reconocimiento a su capacidad de gestacin, constituira - de hecho un voto de confianza que reavivara, impulsara y comprometera an ms su vocacin social de construir.
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Reflexiones sobre la prctica educativa universitaria y la formacin tica - CARLEVARO, Pablo

4 - Porque es un hecho comprobado que los estudiantes universitarios se sienten bien y acrecientan su compromiso con la tarea y su rendimiento, cuando protagonizan acciones extramurales que sienten, viven y aprecian como tiles.

Los estudiantes universitarios organizados, naturalmente, en grupos


multisectoriales constituiran un recurso humano formidable para participar en la gestacin y funcionamiento de actividades complementarias y libres de los escolares, que se organizaran en funcin de las muy variadas inquietudes y afinidades de los alumnos. Sobre este aspecto diremos que hemos presenciado y asistido personalmente a actividades realizadas de modo episdico - no en forma continua, como debiera ser - efectuadas con gran seriedad e inters por parte de todos los participantes. Sabemos bien, entonces, que esto no es un tras acordarlas,

delirio de aspiraciones educativas insensatas sino que

programarlas y organizarlas bien - se pueden hacer y concretar en la prctica. Quin podra decir que no tienen significacin y valor educativo?

Quln podra negar que son generadoras de un trasfondo cultural y tico


gestando insensiblemente y afecta a todos: universitarios y

que

se va

adolescentes? Quin mejor que un joven comprometido en una actividad de servicio con los otros, se constituir en un ejemplo conductual que se apreciar sin necesidad de exaltacin ni encomio, por su sola presencia y dignidad?

La Universidad debera reconocer la participacin de sus estudiantes


en esta actividad de extensin y acreditarla curricularmente. Ello ser

naturalmente posible mediante la vigencia de currculos ms libres y flexibles, en lugar de los consabidos currculos encorsetados y rgidos.

Las instituciones de educacin secundaria debieran ser mbitos de formacin humana, deberan gestar conciencia de la responsabilidad, y ser espacios de salud, de libertad, de creatividad y de relaciones fraternas que cultiven la solidaridad y el apoyo mutuo. Las actividades opcionales - muy

libres pero muy serias - seran bsicas para crear un clima institucional que induzca y favorezca la incorporacin de valores, generando respeto, cordialidad y bienestar.

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Reflexiones sobre la prctica educativa universitaria y la formacin tica - CARLEVARO, Pablo

Por otra parte - y no menos importante - la prctica de actividades libres en las instituciones educativas secundarias dara la posibilidad a ellas de erigirse en un centro de irradiacin cultural en el mbito barrial en que funcionan. Si algo de la esto se diera y se concretara, percepcin del significado social

cmo se modificara,
de las instituciones

insensiblemente,

educativas y qu apoyo mereceran de toda la ciudadana.

El compromiso institucional de la Universidad


Hasta ahora el nfasis ha sido puesto principalmente en los compromisos de carcter tico que debe asumir el estudiante universitario. Sera muy incompleto el anlisis, si no encarramos las responsabilidades que le caben a la Universidad como institucin educadora. Para la mayora de los opinantes e incluso para los propios universitarios, las universidades cumplen cabalmente su finalidad cuando ensean bien y ofrecen un buen nivel de capacitacin profesional, acorde con la poca y los avances incesantes del conocimiento. ..sn el)lJila rgo, esto dista mucho de ser suficiente. Las universidades deberan aportar a la sociedad algo ms que egresados bien capacitados profesionalmente, sino

plenamente

formados

humanizados, sensibles y comprometidos con el progreso social del pas y la


superacin de las injusticias y lacras que agravian todava la condicin humana de gran parte de la sociedad. Es decir, las universidades deberan aportar

cabales y naturales servidores de la sociedad y no, aspirantes a procurar un lucro tan vulgarmente acreditado como fatuo. La educacin universitaria no debe limitarse pues, a la instruccin y capacitacin tcnico-profesional que, obviamente, debe actualizarse siempre preservando su calidad. Pero ello no basta, si se advierte la importancia del

compromiso social que la Ley le asigna a la Universidad y si ese compromiso no es mera formalidad declaratoria inserta, nada menos, entre sus fines. Para que ese compromiso sea pleno y se aprecie su eficacia lo

reiteramos para enfatizarlo - la Universidad debera entregar a la sociedad

ciudadanos integralmente formados - verdaderamente humanizados cuya capacitacin no descuide sino acreciente su sensibilidad e integridad moral.

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Reflexiones sobre la prctica educativa universitaria y la formacin tica - CARLEVARO, Pablo

Todo esto implica que atendiendo a sus fines la educacin universitaria debera generar una tica de compromiso que acompae al egresado para toda la vida. De lo contrario aquel privilegio de haber llegado a la Universidad referido al comienzo del artculo - si cuando graduado no encara la insercin social como forma de vivir de su trabajo sirviendo a la sociedad sino como medio de lucrar y ascender socialmente merced a la capacitacin adquirida la situacin original generar ms privilegio an. No ser resarcida merced a la

incorporacin de un compromiso tico de servicio sino que contribuir a acentuar el privilegio.

Eplogo
El ideal de una sociedad mejor plenamente libre, justa y solidaria tiene carcter utpico. Concibe situaciones ideales que estn todava muy lejos de la realidad. Es posible compararlo con lo que es la asntota de una funcin

matemtica. Al valor lmite se tiende por aproximacin continua y sucesiva. No se alcanza sino en el infinito. Sin embargo es posible aproximarse al valor

lmite progresivamente tanto como se pueda y quiera. En la realidad humana y social estamos siempre lejos de esos lmites. La utopa aparece en el horizonte como ideal inalcanzable. realidades a mejorar. Por eso en la vida por la cual transitamos lo que es indudablemente real y constituye una respuesta tica asociada a un mandato moral, es el Siempre existirn

compromiso por alcanzarlo. Ideal es la utopa pero la conviccin que lo impulsa y lo sustenta, la percepcin interna de ese esfuerzo y la paz moral que ello general no tienen carcter utpico. Son plenamente reales y definen la autenticidad de los valores que rigen la vida de los hombres.

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