Psicopatía y Sociopatía
Psicopatía y Sociopatía
Psicopatía y Sociopatía
Psicopatía
La psicopatía se expresa por las tendencias antisociales innatas debidas
tanto a diferencias biológicas, cuantitativas de temperamento o
cualitativas en la función cerebral de quien la padece, que dificultan la
socialización de esta clase de individuos cuando se encuentran en edad
de crecimiento.
Sociopatía
La sociopatía se da fundamentalmente en individuos con un
temperamento normal, pero que no tienen adquiridos los atributos
socializadores como consecuencia de una crianza negligente e
incompetente por parte de los principales agentes de socialización: los
padres. Por ello, en sus dinámicas de interacción con el resto de
personas, pueden causarles daño con relativa facilidad, así como
traspasar normas fundamentales para la convivencia prácticamente sin
darse cuenta.
Si además, los padres de estos jóvenes también fueron criados bajo una
supervisión irresponsable e indiferente, al ser inmaduros en este aspecto
es muy difícil que sepan cómo enderezar a sus vástagos, si acaso les
preocupa lo más mínimo.
David Lykken sugiere que los cambios culturales recientes que se han
producido en Estados Unidos, han contribuido al crecimiento de la
incidencia de esta educación inepta de los hijos.
Tal y como dice el propio autor: “las personalidades antisociales
responsables de la mayoría de los delitos en el mundo, no son psicópatas.
Son sociópatas”. Así pues, las personalidades sociópatas son más
numerosas y representan un mayor problema social debido al aumento de
los índices de delincuencia y violencia. Se encuentran muy presentes en la
sociedad occidental, y más en las ciudades que en las poblaciones rurales.
EL PERFIL TÍPICO DEL SOCIÓPATA
La sociopatía es el subgénero más amplio del Trastorno de Personalidad
Antisocial. En él encontramos a individuos (normalmente hombres jóvenes
aunque la presencia de mujeres está aumentando) que no se socializaron
bien en la infancia y adolescencia. Estas carencias en su desarrollo moral y
afectivo son la base necesaria para que pueda surgir un caso de
sociopatía. “Los sociópatas (…) poseen características impulsivas o
modelos de hábitos que pueden atribuirse a un aprendizaje desviado
que interacciona, quizá, con tendencias genéticas también
desviadas”.
Esto no debe llevarnos a error, puesto que el temperamento de un
sociópata es muchas veces normal a pesar de la torpeza paterna; mientras
que otros pueden ser nerviosos o buscadores constantes de estímulos. La
mayoría de población reclusa satisface los criterios diagnósticos del
Trastorno de Personalidad Antisocial que identifican a más de la mitad de
hombres que consideramos “delincuentes comunes”.